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Tipos de Sal

El documento trata sobre la enseñanza de Jesús en Mateo 5:13, donde se refiere a los discípulos como la 'sal de la tierra', enfatizando la importancia de vivir de acuerdo con el carácter de Cristo para impactar positivamente en la sociedad. Se discuten diferentes tipos de sal y su significado, destacando que los cristianos deben preservar y dar sabor al mundo a través de su conducta y testimonio. La advertencia final es que aquellos que no reflejan el carácter de Jesús no cumplen su propósito y serán considerados como sal insípida, careciendo de valor.
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Tipos de Sal

El documento trata sobre la enseñanza de Jesús en Mateo 5:13, donde se refiere a los discípulos como la 'sal de la tierra', enfatizando la importancia de vivir de acuerdo con el carácter de Cristo para impactar positivamente en la sociedad. Se discuten diferentes tipos de sal y su significado, destacando que los cristianos deben preservar y dar sabor al mundo a través de su conducta y testimonio. La advertencia final es que aquellos que no reflejan el carácter de Jesús no cumplen su propósito y serán considerados como sal insípida, careciendo de valor.
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Culto miércoles Las Palmas Aposento Alto

13 de diciembre de 2023.

TIPOS

DE SAL.
(Serie palabras de Jesus)
Tema 10
1
LA
LECTURA
Mateo 5:13
1 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se
desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más
para nada, sino para ser echada fuera y hollada por
los hombres.

Nueva Traducción Viviente


13 »Ustedes son la sal de la tierra. Pero ¿para qué
sirve la sal si ha perdido su sabor? ¿Pueden lograr
que vuelva a ser salada? La descartarán y la
pisotearán como algo que no tiene ningún valor.

2
3
INTRODUCCIÓN.
Hasta hace unos años, solo había dos tipos en el
supermercado, pero la oferta se ha multiplicado. Rosa
del Himalaya, kosher o celta, Sal marina, Flor de sal,
Sal del Himalaya, Sal Celta son solo algunas de ellas.
No hay producto que acapare más protagonismo y
genere más controversia nutricional que la sal.
La sal ha sido un mineral muy apetecido por ser una
parte necesaria para el sostenimiento de la vida
humana en muchos aspectos.
En la antigüedad la sal tenía tanto valor que a las
personas les pagaban por su trabajo con sal. De ahí la
palabra “salario”.
Hoy en día hay muchos tipos de sal y cada una de ellos
tiene sus beneficios.
La pregunta para nosotros hoy a la enseñanza de Jesus
allí en la montaña es
¿Qué tipo de sal somos nosotros?
Estamos cumpliendo la labor de de sal al mundo?

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TIPOS DE
SAL.
Mateo 5:13
1 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se
desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más
para nada, sino para ser echada fuera y hollada por
los hombres.
Vosotros, dice Jesús mirando a los discípulos, sois la sal
de la tierra.
¿Con qué énfasis y tono de voz habrá pronunciado estas
palabras?
No dice: Seréis la sal de la tierra; tampoco dice: Debéis
esforzaros por serlo. Aunque, sin duda, sus palabras
tuvieron el efecto de un reto o mandato, en principio
son una sorprendente afirmación. ¡Vosotros sois!
Si es así, ¡qué esperanza y consuelo debemos nosotros
encontrar también en este versículo!
Ciertamente, sus palabras nos retan y nos recuerdan
nuestro alto deber, pero, ante todo, expresan la gran
confianza que el Señor ha depositado en nosotros.
Cristo nos ve como su especial tesoro “somos sal” y
pronuncia sobre nosotros estas entrañables palabras.
Todo discípulo de Cristo es sal por cuanto son sus
discípulos, los que lo van imitando a él en todo lo que
es imitable.

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3
No es “sal de la tierra” todo aquel que dice ser
cristiano, sino el que sigue de cerca el ejemplo de
Jesús y anda como él anduvo (1 Juan 2:6).
Más específicamente, el contexto nos obliga a entender
que las palabras de Jesús se dirigen solamente a los
que manifiestan el carácter cristiano que acaba de ser
expuesto en las bienaventuranzas.
Vosotros sois la sal de la tierra por cuanto sois pobres
en espíritu, mansos, misericordiosos, etc. Por tanto,
no es sal de la tierra todo aquel que dice ser discípulo
de Jesús, sino el que manifiesta verdaderamente el
carácter del Maestro.
Jesús está hablando de la calidad de vida de los
discípulos, de lo que son.
¡Vosotros sois la sal de la tierra! Somos diferentes de
los demás y nuestra sola presencia cambia el sabor
de la sociedad?.
Allí donde vamos proporcionamos un efecto
saludable?.
Precisamente para esto, Dios nos ha colocado en la
tierra. El mund intentará apagar nuestra luz, pero
nuestra respuesta debe ser la de brillar de tal manera
que iluminemos la oscuridad del mundo. Este
intentará volver insípida nuestra sal; nosotros
debemos asegurarnos de que nuestras vidas tengan
el mismo sabor que la de Jesús a fin de salar el

5
o
mundo. Este nos tratará mal; nosotros debemos
responder con sal y luz.
Estas palabras de ser sal, nos enseñan, a la vez, lo
cerca y lo lejos que el creyente debe estar del mundo.
Por un lado, indican cuán estrecha es la relación que
une al discípulo con la sociedad que le rodea: no ha
sido quitado de ella, sino colocado en medio, a n
de penetrarla con su sabor salado; si la sal se
queda en el salero, no sirve para nada; para llevar a
cabo su función, tiene que ser mezclada con la
comida.
Pero, por otro lado, indican cuán radicalmente distinta
debe ser su vida de la del mundo: tan diferente como
lo es la sal de la comida en la cual es vertida.
El discípulo nunca debe intentar aislarse del mundo.
Sería la negación de su llamamiento. Pero siempre
debe tener cuidado, para que la convivencia con el
mundo no haga menguar o desaparecer su sabor
distintivo.
Nuestro comportamiento y nuestra conversación
deben ser sazonados con sal (Colosenses 4:6).
La verdadera sal de la tierra somos nosotros. Si los
estamentos poderosos de la sociedad os tratan con
desprecio, recordad que, ante los ojos de Dios, sois
importantes, porque de vosotros depende el
testimonio del evangelio.

6
fi
Las propiedades de la sal
Mateo 5:13
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se
desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más
para nada, sino para ser echada fuera y hollada por
los hombres
Preservar y dar sabor.
Cuando profundizamos en el significado de las palabras
de Jesús acerca de la sal, Jesús no esté pensando en
una fórmula química exacta, sino en la “sal” que se
vendía en los mercados de aquel entonces, que no
era sal pura:
Dado que la sal del mar Muerto solamente consta de un
tercio aproximadamente de sal de cocina y como no
se vendía en el comercio ya refinada, las partes más
fácilmente disociables de la amalgama de sal por
influencia de la humedad pueden afectar a la sal de
cocina y afectar su sabor.
La sal de los pantanos y lagunas o de las rocas en las
inmediaciones del mar Muerto adquiere fácilmente un
sabor rancio o alcalino, debido a su mezcla con
yeso… La sal pura sigue siendo sal, pero la referencia
es a la sal que pierde su sabor por un proceso de
adulteración, contaminación o infiltración: la sal
pierde su sabor debido a las sustancias extrañas que
se han mezclado con ella.

7
Esta clase de sal sí que puede perder su sabor y llegar a
no servir para nada, sino para ser echada fuera y
pisoteada. Me parece probable, pues, que, en esta
ocasión, Jesús no esté acudiendo a una figura
exagerada o imposible, sino a una costumbre normal
de sus días.
En segundo lugar está la cuestión de cuál de las
diferentes propiedades de la sal.
Nuestra versión (si la sal se vuelve insípida) parece
indicar que el Señor está hablando de sus
propiedades de condimentación. Pero la frase griega
es más ambigua. Se refiere a la pérdida de las
cualidades de la sal sin especificar cuáles son: si la sal
pierde su salinidad.
Como consecuencia, debemos relacionar la sal con su
poder preservativo como antiséptico o sustancia que
retarda la corrupción, e impartir sabor, porque ofrece
buenas oportunidades para explorar el importante
tema de la iglesia introducida en la sociedad para
“frenar el mal”.
La sal… combate el deterioro. Igualmente, los
cristianos… están combatiendo constantemente la
corrupción moral y espiritual. ¿Con cuánta frecuencia
no ocurre que, cuando se presenta repentinamente un
cristiano en medio de un grupo de individuos
mundanos, se retiene el chiste de tono subido con el
que alguien iba a divertir a sus acompañantes, queda

8
sin decirse la expresión profana o queda sin ejecución
el plan perverso? Desde luego, el mundo es malvado.
Sin embargo, solo Dios sabe cuánto más corrompido
sería sin el ejemplo, la vida y las oraciones de los
santos que refrenan la corrupción.
Sin duda alguna, la vida del cristiano debe tener un
“efecto antiséptico”. Él debe ser la persona que por
su sola presencia derrota la corrupción y hace que
para los demás sea más fácil ser buenos. Sin
embargo, el uso bíblico de la ilustración de la sal
parece arrojar más énfasis sobre el sabor que sobre la
preservación. Así, el apóstol Pablo dice que la
conversación del creyente debe estar sazonada con
sal (Colosenses 4:6); y el patriarca Job pregunta: ¿Se
comerá lo insípido sin sal? ¿Hay sabor en la clara
del huevo? (Job 6:6).
La probable intención de las palabras de Jesús, pues,
parece apuntar también hacia el valor de la sal como
condimento. Esto queda confirmado por el uso de la
palabra sazonar en los textos paralelos de Marcos
9:50 y en Lucas 14:34
Ahora bien, como ya hemos dicho, para que la sal sirva
para esta finalidad, debe tener un sabor totalmente
diferente del de la comida a la que tiene que
condimentar. La diferencia entre Jesús y el mundo es
la que hay entre la luz y las tinieblas, entre lo salado y
lo insípido.

9
.
Vosotros, dice Jesús, sois diferentes porque me seguís a
mí y porque se está manifestando en vosotros mi
carácter. Pero si dejáis de vivir como yo en el mundo,
y si os volvéis mundanos en vuestras actitudes y
vuestro comportamiento, ¿cómo podréis dar el sabor
de Dios a la sociedad? ¿Cómo, entonces, podrá la
gente llegar a apreciar el buen gusto del evangelio?
El mundo necesita desesperadamente la sanidad del
evangelio. Hasta tal punto la necesita que Dios mismo
tomó forma humana a fin de comunicársela.
Por así decirlo, él se hizo sal y vino al mundo para
salarlo. Y ahora encomienda la misma función a su
pueblo. Este ha de administrarla por medio de sus
acciones y palabras. Pero ¡ay de aquel pueblo si, en
vez de cumplir su cometido, se vuelve mundano en su
propia manera de vivir!
La advertencia de no ser verdadera sal
Mateo 5:13
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se
desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más
para nada, sino para ser echada fuera y hollada por
los hombres.
Aunque puede haber diversidad de opiniones sobre los
matices exactos de la ilustración de la sal, la idea
esencial es muy clara: el que pretende ser discípulo,
pero no vive de acuerdo con el carácter de Jesús, ha

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negado su naturaleza esencial como cristiano y ya no
sirve para dar testimonio en este mundo.
Esto conlleva dos consecuencias, ambas trágicas.
En primer lugar, el mundo sufre los efectos de la
ausencia de sal: el discípulo inconsecuente no
comunica el evangelio a través de su vida y el mundo
se pierde el impacto de su testimonio.
En segundo lugar, el propio discípulo sufre las
consecuencias de su inconsecuencia: “ser echado
fuera y pisoteado por los hombres”.
Pero la sal que no sabe a sal demuestra que no es
verdadera sal; y el supuesto cristiano que no tiene
“sabor de Jesús” demuestra que no es de él.
En labios del Señor, la idea de ser echado fuera casi
siempre se refiere a la perdición eterna, y no creo que
tengamos base alguna para una interpretación más
“suave” de sus palabras aquí. Muchos “hijos del
reino” serán arrojados a las tinieblas de afuera (Mateo
8:12; Mateo 22:13).
Aquellos que profesan ser creyentes, pero que
demuestran por sus vidas que no siguen al Maestro,
serán excluidos del reino en el juicio final. En aquel
día, él tendrá que decir a muchos que ministraban en
su nombre: Nunca os conocí; apartaos de mí (Mateo
7:23).

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El discípulo de Jesús lo es, no en virtud de haberse
colocado él mismo la etiqueta: Yo soy cristiano, sino
porque cree en el Mesías y lo sigue.
Su fe lo introduce en una relación vital con el Señor y le
proporciona el don del Espíritu Santo, dado
precisamente con la finalidad de potenciarlo para la
vivencia cristiana y de transformarlo de gloria en
gloria hacia la imagen del Señor (2 Corintios 3:18).
Esta transformación no se lleva a cabo en un solo día,
sino que es un proceso que dura toda la vida.
El creyente sensible es sobremanera consciente de sus
muchos fallos y fracasos. Pero, si el proceso de su
progresiva santificación no es cierto, o si el mundo no
puede percibir los efectos sanadores de su
transformación, hay motivo para una profunda
preocupación. Si la sal se vuelve insípida…
Quizás la mayor tragedia que encontramos en esta
vida es la de la persona religiosa que tiene apariencia
de piedad, pero desconoce el poder transformador
de Dios.
Vive bajo la ilusión de ser sal, pero su vida no tiene el
sabor correcto porque no permite que el Espíritu de
Dios obre en ella para santificarla y cambiarle de
gloria en gloria a la imagen de Cristo.
La sal insípida no sirve para nada. El cristiano
inconsecuente, tampoco.

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La sal sin sabor no es sal auténtica. El cristiano sin
carácter cristiano demuestra que no es del Mesías;
y, por mucha que sea su práctica religiosa, sufrirá la
suerte de todos aquellos que están sin el Mesías en
el mundo.
Sin embargo, debemos recordar que, a pesar de esta
advertencia, el énfasis de Jesús es asombrosamente
positivo y consolador: ¡Vosotros sois! Si somos
inconsecuentes, dejaremos de ser, pero no debemos
perder de vista el alto privilegio de nuestro
llamamiento.

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