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TAYLOR. El Archivo y El Repertorio
El libro 'El archivo y el repertorio' de Diana Taylor es un ensayo fundamental que explora la performance en el contexto latinoamericano, integrando elementos de memoria cultural y prácticas artísticas. A través de un análisis crítico y etnográfico, Taylor establece una distinción entre archivo y repertorio, resaltando la importancia de las prácticas performáticas en la construcción de identidades y la resistencia política. La obra invita a repensar las formas tradicionales de estudiar la memoria social y la identidad cultural, proponiendo un enfoque dinámico y participativo.
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TAYLOR. El Archivo y El Repertorio
El libro 'El archivo y el repertorio' de Diana Taylor es un ensayo fundamental que explora la performance en el contexto latinoamericano, integrando elementos de memoria cultural y prácticas artísticas. A través de un análisis crítico y etnográfico, Taylor establece una distinción entre archivo y repertorio, resaltando la importancia de las prácticas performáticas en la construcción de identidades y la resistencia política. La obra invita a repensar las formas tradicionales de estudiar la memoria social y la identidad cultural, proponiendo un enfoque dinámico y participativo.
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Elarchivo y el reperterio produce un estallido conceptual para dar cuenta
tanto del rigor en la construccién del archivo como de la amplitud
necesariamente aleatoria del eepertorio que da cabida en la extension
icos, artisticos, teatrales,
de este texto a diversos hitos: medi
politicos que definen escenas y marcan escenarios. La critica Diana
Taylor, “madre” de los estudios de performance, inserta sus propios
trazos biograficos-culturales para ampliar asi la dimensin del ensayo
yy tensar las practicas académicas.
El archivo y el repertorio de Diana Taylor ya es un clésico en su género.
ELlibro es considerado uno de los ensayos mas importantes para pensar
y re-pensar la performance inserta en el espacio Latinoamericano. La
autora organiza un intenso recorrido epistemologico para construit
una red amplia y flexible que contenga la diversidad que conforman
las practicas performaticas. El libro organizado desde fuentes tebricas
ultra calificadas, va abriendo el espacio para entender la extensién
de la performance situada ya en el cuerpo individual de artistas
unipersonales o como creacién estética grupal y también como recurso
polftico del colectivo social. Asi, el libro se desliza y oscila de manera
apasionante, pendular, desde (as politicas det cuerpo a las politicas
fen que se cursa, s¢ recibe o se resiste la historia. Una historia ~es un
decir- performatica que no cesa.
Diamela Eltit
S
8 ose ITI)
Diana TaylorEL ARCHIVO Y EL REPERTORIO
El cuerpo y la memoria cultural
en las Américas
Diana Taylor
SRD,
SV)
@ 7
oe
EDICIONES,
UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO
\Blarchive y et repertorio
Levep yt orn cata las Arcs
Diana Taylor
Biciones Universided Alberto Hurtado
‘Alameda 186) - Santiago de Chile
rgavctaraiuahorado.c1— 56228897726
‘wereuahurtadosl
Impreso en Santiago de Chile
Enerode 2015
JSON hbo apres 978-956.9520-82-8
ISBN Hore dita: 978.956.9920.83-5
Registro de propiad intelectual N°239.408
Primera edicién de $00 ejermplaresimpresa por Cy C impresces
Traduccon de Anabelle Contreras Caste
Direccin Caleccibn Antropotogta
ene cle Monter
Diroccién editorial
Alejandra Stevenson Valdés
Battora ejecativa
Beatiz Garcia Huidobro|
Disco decoleceton
(Gabriel Valdes
Diageamacion ietertoe
Glona Barios
Imagen de portads:Astid Hadad foto cortests de Ta artista,
weer
a
ea
Sou ES
Con las debidas licencia, Todos los derechos reservados, Bao las
sancionesesablecias en as eyes, queda tigurosamenté pode,
sin auorizacién escrita de los itulare del copyeignt la eet
total o parcial de esta dora por cualquier medio oprocedislonte,
‘omprendicos la reprogeatia y el tratamiento informatica, as coano
ta senbucin de eempiares mediante aguiero pxtstamox pic,
Para Susana y Half
sina offenda més para su altar
¥ para Marina,
que me aytuda a encender las velasPrologo a la edicién en castellano
Quin, cudndo, qué, por qué
[Actos de transferencla
_Escenarios del descuibrimiento. Reflexiones sobre
performance y etnografia
La memoria como prictica cultural. Mestizaje, hibridez
yy transculturacion
La raza cosmética. Walter Mercado representando
el espacio psiquico latino
dentificaciones erroneas. Pablaciones minoritarias
de luto por Diana
Usted est aqui”, Los H1J.0.S. y el ADN de J
3
1st
173
y 208
» 237Capitulo Vir
Escenificar la memoria traumitica: Yuyachkani
Capitulo VIII
Denise Stoklos: politicas de lo descifrable
Capitulo IX
Perdida en el carnpo visual, Ser testigo del 11 de septiembre
Capitulo x
Pecformances hemisfericas
Notas
273
303
335
367
385
Presentacién
Vino Is arafota a mi escttorio. ¥ buscando la aaa
sie encontré con mi pasado. Gracias araita
Texas Rau
“The other animals held a council 0 see about creating humans (Cherokee).
‘They eve agree because each wanted Puma tobe like himself.
“Arguing, they fell asleep at nightfall, The coyote Ben took «bite form
each, swallowed i all and regurgitated « Cherokee... with attributes ofthe
ania, but mast like she coyate in the love of singing and acting crazy
‘se DURHAM
Ad portas del viaje etnografico y performatico al que nos invita
Diana Taylor, le quetemos brindar una cordial bienventda a su
libro desde e] mundo de la antropologia social y cultural; esta-
mos muy contentos de poder publicarlo en nuestra coleccion de
Antropologéa. Vital acts of transfer, es una de las primeras defini-
Clones de la performance mencionada por Ia autora en su texto.
Esto justamente es lo que logra realizar este libro también, desde
la triple confluencia de la autora que lo cre6, de las miles de
petsonas que actiian a través sus paginas, y de todas las personas
‘que lo hemos leido o lo iremos leyendo y que imaginaremo’ ¥
crearemos a partir de sus palabras: actos vitales de “transfer” &
trans-ferencia de esa gran variedad de practicas evocadas, at
vvan desde lo mis artistico, pasando por lo politico hasta 10 7
cotidiano —y viceversa— para entretejer de manera poder
espacios y tiempos, experiencias y testimonios, a partir de 108
heterogéneos panoramas que ofrecer las Américas12 | mesaowoss
Un miiltiple “acto vital de trans-ferencia” que logra proble-
matizar y disolver oposiciones estériles entre diversos campos
6 cauces de la actividad ¢ imaginacion humanas, relativizando
tanto las demarcaciones de lo supuestamente artistico (la misma
performance como algiin campo separado de actividad artisti-
a, por ejemplo) como la abrumadora reduccion de toda aquella
poderosa energia de actuaciones que se suele captar bajo lo coti-
diano. Diana Taylor dirige de manera segura y franca su discurso
sobre los actos de trans-ferencia con los cuales empatiza y a los
cuales analiza en profundidad. Cada capitulo oftece una genero-
sa reflexi6n critica que seduce ¢ invita a leer con detencién, a in.
formarse —a oir y a ver—y a rumiat lo experimentado, antes de
entregasse a otza etapa del viaje lector, a otra inmersion en lo que
somos y podemos ser como homo performaris —y por esto mismo
como homo politicus—. Escribir, leer y performar se conjugan en.
este libro como tn concierto de movimientos que constituyen
vida. Viene a la mente aqui el concepto del wayfaring del antro-
pOlogo Tim Ingold, segiin el cual nuestra humanidad no viene
como algo ya constituido o ya construido sino que se va confor-
mando siempre de nuevo a medida que vamos moviéndonos por
Jos caminos de la vida,
Los textos aqut reunidos, con su riqueza interpretativa, su ca
pacidad analitica y su apasionada apreciacion de lo performatico,
ofrecen mas que solo un interesante abordaje interdisciplinar. De
cada tna de sus reflexiones y narraciones emana un rico aliento
antropoldgico que sustenta esta filosofia-antropologia de la ac-
i6n, la que refleja el meollo mismo de las variadas practicas que
Diana Taylor evoca, discute y analiza. Esto se relaciona directa:
mente con el propésito original de la disciplina de los performance
studies, cuya reorientacion y refundaci6n Taylor (co)protagoniz6.
Como ya planted en el prélogo a la version original (2002), “que-
riamos reorientar las maneras tradicionales de las que se solia es-
tudiar la memoria social y la identidad cultural en las Américas”
(owe were to reorient the ways social memory and cultural identity in
the Americas have traditionally been studied”
), refiriéndose con esta
frase sobre todo a cOmo estos temas se estaban estudiando desde
el estudio académico de Ia historia y de la literatura, La reoriens
tacién por la que ella abogaba invitaba a mirat (ya analizat) a los
“performed, embodied behaviours”, Jo cual planteaba un sendero
teérico y metodolégico pleramente antropologico.
Estos comportamientos “performados y encarnados” tienen
que ver con la distincion bisica que la autora establece entre
el archivo y el repertorio y que reflejan una visién radicalmen.
te dinamica y critica, caracteristica también de gran parte de la
antropologia contemporéinea. El repertorio y el archivo: “Todo
ya se hizo, ya esta hecho" (como parte del gran archivo de la
humanidad), podriamos decir de manera provocativa, “pero no
todavia por mi, no por nosotros”. Més adn, los que nos inspira.
‘mos de este inmenso “archivo”, lo podemos explorar de maneras
sui generis y nos habilitamos performaticamente, componiendo
constantemente repertorios que legardn eventualmente a ser
considerados como proplos a los respectivos grupos en fos cuales
patticipamos —enrigueciendo y dinamizando de esa manera
el archivo—. Podriamos hablar en este sentido de la constante
ereacion de competencias performéticas, Esta es precisamente la
fuerza central del repertorio —por definicién maltiple, rizomé-
tico y dificilmente disciplinable—, de lo que somos y creamos
‘como actrices y actores empedernidos, dependientes e inde-
pendiientes a la ve2. Repertorios que siempre se vuelven a poner
nuvevamente en escena, enel sentido generoso y constructive, es
capando asa esa genial pero demasiado limitante expresién de
Bourdieu, cuando se referia a su habitus como “le choiz non choisi
entre tant de choix posibles* (de su libro Choses dites). Pet-formar
un dinAmico repertorio, a través de Jos innumerables contextos
situaciones que caracteriza el mundo contemporineo, supone
‘crear e innovat, con experiencia, con involucramiento, con
nocimiento critico. No tiene que ver con un conservar 0 FesPet®
de manera condicionada —casi condenado @ reproduc ea
més bien con un actuar que interpreta y bust, ees
agencia y de produccién (en el rico sentigo de Hogi
Marx). Tiene que ver con un (querer?) #2
ojala para bien,14 | Pesomco
‘Taylor, “sin sex” antropéloga pero siempre con una escritura
y reflexion profundamente antropologicas, desde su afain de re-
orienitar Jas maneras de pensar la memoria social y las dinamicas
de las identidades en las Américas, se muestra también critica
respecto de la disciplina antropoldgica. Ya en su primer capi-
tulo, de corte mas te6rico-reflexivo, menciona al antropélogo
escocés Victor Turner, conocido por st libro The Anthropology
of Performance y por su original aprovechamiento de conceptos
como liminatidad —transicién y transformacin— y comunitas
—compartir las experiencias de liminalidad— para interpretar
Jos quehaceres humanos en términos teatrales y rituales. Pero
‘en esas mismas primeras paginas, Diana Taylor critica duramen-
te a Tumer por cierta “cosificacién” contenida en el marco de
andlisis al fin y al cabo distante y objetivizante al que Tumer
xecurria, Si bien la autora se inscribe en el campo de los perfor-
‘mance studies, ella claramente no observa ni quiere observar tal
marco te6rico implacable que pretende explicar. Lo suyo nace
de manera orgénica —y al mismo tiempo caleidoscopica— desde
su involucramiento con y atencién hacia las muy heterogéneas
practicas que descubre y describe. Emprende interesantes explo-
raciones etnograficas siguiendo caminos teéricos-metodol6gicos
relativamente indisciplinados (asociativos) y sensibles, desde la
conviecién basica también presente en Victor Turner, por lo
demés—, que cualquier acto cotidiano se puede considerar como
performance y que, ademas, puede contener siempre alguna car-
82 disruptiva, Lo cotidiano, como acto lingiiistico —remember
Austin y Wittgenstein—y como acto cultural en general, per-for-
may transforma constantemente. Como dijo alguna vez Ricardo
‘Mendoza Mamani, un consejero importante durante mi trabajo
de campo con familias aymara en E] Alto, Bolivia: no se trata
de hablar de un pachakuti milenarista; las personas aymara van
viviendo y transtormando su tradicién a partir de un pachajkuti
Cotidlano, mediante pequefios vuelcos y camblos que producen
a través de las practicas de convivencia y de reciprocidad, tanto
en sus aspectos positivos como negativos, siempre interactuan-
do con los otros grupos con Jos que comparten los desafiantes
esconosdeI Inercltald Hho de Tos se pi
de ali mismo, desde la fuerza cotidiana-ritual que, por ejemplo,
permea las representaciones del colectivo de teatro andino lime,
fio Yuyachkani, y que da lugar también a los tenaces escraches
de HLIJ.OS. (*y la DNA de la performance”) en Argentina, lag
que no solamente logran "recuperar” a algunos de os hijos arre.
batados por la dictadura, sino que los tienen magicamente pie-
sentes a todos, “cotidianamente”.
Este libro demuestra entonces una sensibilidad y un interés
muy grandes hacia lo pelitico que se encuentra contenido en
estos actos cotidianos y menos cotidianos, Actos que son capa-
ces de generar cambios —o al menos de imaginar a estos— y
de dar forma, encarnadamente, a protestas que tienen gue ver
con la vida misma, como en el capitulo-testimonio dedicado a
las reacciones en la calle producidas por los atentados del 11-5.
Actos que nos interpelan de maneras muy diversas y siempre
apremiantes, poniendo en escena de maneras seductoras y a ve-
ces peligrosas las memorias del pasado, siempre desde la tension
entre archivo y repertorio,
Bl gran Renato Rosaldo, antropélogo “chicano” —una con-
dicién de alguna manera afin a la de la misma Diana Taylor—
reflexiona de la siguiente manera sobre cémo los momentos
rituales o de performance se eintretejen con la vida vivida co-
tidianamente y cOmo se refueran mutuamente, educando la
atencién precisamente hacia la fuerza (Social y politica) que
emana de estas practicas, mas o menos teatralizadas, de las se-
cuencias vivenciales,
‘Traduzco directamente de la filtima teedicion en inglés desu
ensayo Clasico “Afliccién e ira de un cazador de cabezas”, incor-
porada al final de la diltima publicacién de Rosaldo, The day of
‘Shelly's death. The Poetry and Ethnography of Grief (2014). En 7
reciente y preciosa obra, Rosaldo per-forma “antropodticarne
te” la aflicciin pero también la ira por la muerte de su &5Po%r
Michelle durante un trabajo de campo realizado @ Principle
Tos ochenta en laisla de Luzdn en las Filipinas, una etnogen
racterizada por un aprendizaje protongado con el grupo oP16 | memes
Aquellas fuertes emociones y los posteriores intentos por enten-
detias acompanarian a Rosaldo durante toda su vida. Las citas
provienen de Jos Giltimos parrafos del ensayo en st: “Ciertos ri-
‘uales reflejan y crean valores fundamentales, conceptos cultu-
rales clave y las bases de la solidaridad del grupo. En otros casos,
sin embargo, sencillamente juntan a la gente y proporcionan un.
conjunto de trivialidades que les habilitan més bien a continuar
‘con sus vidas y no tanto a ofteceties entendimiento 0 conoci-
miento”. Y continda, ampliando la visi6n tanto de Van Gennep
‘como de Turner: “Los rituales entonces pueden servir como ve-
hhiculos para procesos que ocurren tanto antes como después del
periodo de su performance, Los rituales funerarios, por ejemplo,
no “contienen” todos los procesos complejos del luto o de la
afliccién. Seria un error condensar a ambos ya que ni el rito ni la
afficcién se encierran ni se explican por completo en estos casos,
Jos rituales solo pueden ser puntos de descanso a lo largo de un
miimero de trayectorias procesales mas langas; de ahi la imagen
del ritual como una encrucijada donde distintos procesos de vida se
pueden intersectar”,
Las muy heterogéneas performances evocadas y analizadas
por Taylor encarnan precisamente esto: vitales cruces de cami-
nos como trans-ferencias de vida,
Buen viaje.
KOEN DE MUNTER
Antropélogo
Universidad Alberto Hurtado
Prélogo a la edicién en castellano
Es un honor para mi que, por primera vez, mi libro EI archivo y
ef repertorio esté disponible en espafiol con Ediciones Universi-
dad Alberto Hurtado. Mis interlocutores siempre han sido acadé-
micos, estudiantes, artistas y activistas latinoamericanos, por lo
que esta traduecién me ofrece una linea de comunicacién més
directa, un acto mAs claco de transferencia. Quiero agradecer a
si amiga Diamela Eltit por la conexi6n, a Beatriz Garcia-Huldo-
bro por su expetto ojo editorial, aunado a su humor, a mi cole-
ga Anabelle Contreras Castro por sti maravillosa traduccién,
Koen de Munter, no solo por incluir este trabajo en la Coleccion
Antropol6gica, sino también por presentarme el término homo
performans en su caluroso prologo.
‘A menudo se me ha preguntado, y yo me he preguntado,
durante los diez aftos desde que publiqué el libro en inglés, qué
es aquello que ahora le cambiaria 0 corregirfa. Empecemos por
el titulo. El nombre que le pondria sera Bt archivo yy y Yel reper-
forig, Una de las principales lecturas equivocas de esta obra, a mi
parecer, es que el “archivo” y el “repertorio” existan de forma
binatia, uno opuesto al ctro. El archivo, escribi, “existe en forma?
de documentos, mapas, textos literarios, cartas, restos arqueo-
logicos, huesos, videos, peliculas, discos compactes, todos es0s
articulos supuestamente resistentes al cambio”. E repertoria
“requiere de presencia, la gente participa en la prduccion y F*
producci6n de saber al ‘estar alli’ y ser parte de esa transinision
De manera contraria alos objetos supuestamente estables de!
chivo, las acciones que componen el zepertorio no permanes’ ”
inalterables. El repertorio mantiene, a la vez que stansformnes
coreografias de sentido”
418 | Peton0 ak mcen earns
Mi punto central en este estudio, es que los euerpos (como
los textos y otros objetos materiales) también transmiten infor
macion, memoria, identidad, emocién y mucho més, que puede
ser estudiado o transmitido a través del tiempo. Esos actos de
transferencia tienen sus propios codigos, sus propia légica, sus
formas propias de auitorreproducixse —pensemos tan solo en los
“memes”, que toman un nombre (Ché, Marcos, Allende), un r0s-
tro, o-una cancién y que contienen toda la fuerza de una idea,
digamos ‘resistencia’ o ‘revolucién’. Los memes pueden llegar a
reptesentar todo un movimiento—. Pero, como bien lo repito
a lo largo de todo el libro, Ios archivos y repertorios a menudo
‘trabajan juntos. Las cosas entran y salen de ellos. Como ejemplo,
uusé las Fotografias de hijos desaparecidos que llevan las Madres
de Plaza de Mayo puestas sobre sus cuerpos. Las fotos pueden
ser archivisticas, pero son performadas (o escenificadas) en la
arena piblica, El uso politico de la foto del desaparecide ha sido,
globalmente, una estrategia para visibilizar formas de violencia,
Los diferentes sistemas de transmision posibilitan maneras
diferentes de conocer y ser en el mundo; el repertorio brinda
apoyo a la “cognicion corporalizada”, al pensamiento colectivo
y al saber localizado, mientras que la cultura de archivo favo-
rece ef pensamiento racional, lineal, el asi llamado pensamien-
to objetivo y universal, y el individualismo. El surgimiento de
la memoria y la historia como categorias diferenciadas parece
provenir de la division corporalizado/documentado!. Pero es-
tas formas binarlas no son estéticas, ni parte de una secuencia
temporal pre/pos, sino procesos activos, dos de varios sistemas
interrelacionados y colindantes que participan continuamente
en lacreacién, almacenamtento y transmisién de conocimiento,
En segundo lugar, siescriblera de nuevo el libro ahora, subra-
Yarfa que las tecnologfes digitales constituyen otro sistema més
de transmisién que, répidamente, esta
de conocimiento oceidentales, al pl
tomo a la presencia,
‘complicando los sistemas
lantear nuevas cuestiones en
temporalidad, espacio, coxporalizacion,
sociabilidad y memoria (generatmente asociada con el reper.
torlo), y a cuestiones de derechos de autor, autoridad, historia
¥ preservaci6n (Iigadas al archivo). Las bases de datos digitaley
parecen combinar el acceso a vastos reservorios de materiales
{que normalmente asociamos con 10s archivos, y lo efimero de
aquello que sucede “en vivo”. Cuando colapse una pagina webs
recordamos la fragilidad de esa tecnologia. Aunque lo digital no
reemplazara a la cultura impresa, como tampoco lo impreso re.
emplazé a la préctica corporalizada, las maneras en las que lo
digital altera, expande, desaffa y afecta de otras formas nuestros
‘caminos actuales de conocer y ser, no han sido completamente
enfocadas.
Si el repertorio consiste en actos de transferencia corpora
lizados y el archivo preserva y salvaguarda la cultura impresa y
material —los objetos—, .qué decir de lo digital que desplaza a
ambos, objetos y cuerpos, en tanto transmite mas informacion,
mucho més répida y ampliamente que nunca antes? Quiero
argumentar que la era digital, que posibilita acceso cast ilimt-
tado a a informacién, se desplaza constantemente, no marca
el comienzo de la era del archivo ni simplemente una nueva
dimensi6n de interaccién para el repertorio, sino algo bastante
diferente, que se nutre deellos y simulténeamente los altera
De nuevo, yo insistirfa en que lo corporalizado, lo are
tico y lo digital se yuxtaponen, trabajan juntos y se construyen
‘mutuamente, Siempre hemos vivido en una “realidad mixta”
Los aztecas realizaban elaboradas ceremonias intentando reflejar
¥ controlar las fuerzas cOsmicas que gobernaban sus vidas. Los
feligreses experimentan la sensaci6n de estar en sus cuerpos ¥,
simultaneamente, en presencia de lo divino. Claramente, las tec
nologias de io virtual han cambiado mas que el concepto de vivir
de forma simulténea en espacios contiguos. Perderse en una obra
literaria de fieciOn, ser atzapado en el “como si” dela perform
ce, O entrar en wn estado de trance en el Candomblé, nan pret
ido durante mucho tiempo la experiencia de vivir una realida
alterativa proporcionada por el reino virtual ep ines
Asi como paradigmas y practicas cambiam en el 00
namfento y Ja transmisién de conocimiento, estamos VA
atisbos de la gama de implicaciones —desde las més Pr
is:2 | Pr.oc0 kuntocen tn carmune
(como y donde almacenamos nuestros materiales si queremos
Preservarlos) hasta las mis existenciales (el cambio epistémico
altera radicalmente nuestra subjetividad)—. ;Son 30s cambios
cualitativos o cuantitativos? ;Se parece el cambio actual a los
{iltimos (digamos la transtci6n de Ia cultural oral a la escrita) 0
€l movimiento hacia las tecnologias digitales promulga sus pro-
pias y especificas presuposiciones sociales y éticas? ;Y qué hay
de esas comunidades, principalmente las indigenas, que nunca
habitaron realmente la cultura impresa pero que combinan lo
oral y lo digital para crear lo que Beatriz Preciado llama “cultura
otal-digital-tecno-indigena??
Finalmente, afiadiria una cosa més: mi gratitud y amor por
Mateo Taylor-Loe y Zoe Taylor-Lowe, mis dos nietos, quienes na-
cieron después de que este libro fuera originalmente publicado.
Ellos incorporaron otra dimensi6n de transmision, para mi algo
muy seal, muy corporal, y un milagro de cada dia
DIANA TAYLOR
‘New York University
PREFACIO
Quién, cudndo, qué, por qué
De nifia, creci en tun peqtefio pueblo minero al norte de México
donde aprendi que las Aréricas eran una sola, y que compartia-
mos un hemisfetio. Muchos aftos después, cuando llegué a los
Estados Unidos para doctorarme, escuché que “América” signi-
ficaba Estados Unidos, que habia dos hemisferios, norte y sur,
Yy que, aunque México técnicamente perteneciera al hemisferio
norte, a menudo la gente o relegaba al sur como parte de “Amé-
rica Latina”. Aftos después, observé en el Atfas del mundo ilustra-
do, de Rand MacNally (1993), de mi hija, a las Américas divididas
en tres, y que México y América Central eran llamadas “Centro-
américa’, término que consumaba la distancia lingitistica que la
formacion de la tierra se negaba a justificar. Nunca acepté es0s
constantes intentos de desterritorializacion, Reclamo mi identi-
dad “americana” en el sentido hemisférico del término, lo cual
significa que he vivido comoda, o tal vez incomoda, en varios
mundos simulténeos.
Mi carrera académica comenz6 en una escuela de una sola
aula en Parral, Chihuahua, un pueblo pequeno y polvoriento
ccuya tinica fama era que el gran lider revolucionario Pancho Vi-
la habia sido asesinado ahi. Tra una sala peguenia y pobre, con
techo de metal corrugado, reservada para los hijos de los mine-
105. Mi pacire, que se habia ido de Canad a los veintitn afios, era
ingenieto de minas. Mi madre, una estudiante de Northrop lve
cuya eterna vocacién exa leer novelas detectivescas, me levahe
a la escuela por un camino polvoriento y Ileno de curvas. Nunc
supimos en qué nivel estébamos. Magicamentte —n0s parce
pasbamos de primero a segundo y de segundo a tercero. Nut
‘nos pusieron notas, no habia reuniones de padres nt libre!322 | resco
desempeito escolar. Y de aquella manera, magica, nos gradua-
mos. Yo tenia entonces nueve afios.
Me encantaba mi pueblito, y a todas las personas del lugar las
consideraba mis amigas, Don Luis era el duefto de Ja farmacia,
y vivia en el segundo piso de su negocio con su linda esposa,
que me invitaba a tomar té, Se rumoraba que eran ricos, duenos
de miles de millas de espléndidos campos de amapolas y todo
tipo de maquinarias refinadoras, lo cual estimulaba la imagina-
cién local. A su asistente, padre de mi amiga de la escuela, 1o
encontraron muerto una mafiana, descuartizado en pedacitos y
colgado de la rama de un Arbol dentro de un saco. Se trataba de
un tipo de mensaje, entonces indescifrable para mi. Don Jacinto
«era el recolector de basura que rescataba valiosos tesoros para los
niflos, como tapas de botellas de soda que escondian premios
debajo de los revestimientos del corcho. Dofta Esperanza, una
‘mujer indigente, llevaba con ella una maletita de metal lena de
piecras para lanzarles a sus mGltiples enemigos. Ella confiaba en
mi, Nos sentébamos juntas en el puente sobre la rambla seca,
con las piemnas colgando, y entonces abria la maleta de metal
para mostrarme sus piedritas. A cambio, yo sacaba las piedrecitas
que habia guardado para ella en mis bolsillos. Dos veces al afto,
Jos Tarahumaras (el grupo indigena que Artaud tanto admira-
ba) bajaban de Ja montafia para comprar provisiones. Nuestros
‘mundos no se tocaban, nunca supe por qué. No hablabamos su
{idioma y poco sabfamos de su forma de vida. Solo los veiamos
Iry venir, lo cual era para mi otza leccién sobre lo indescifrable,
Mis padres insistian en que para estudiar yo tenia que salir
de abf, “Irs a un intemado en Toronto", decia mi mama, “te
va a gustar alla, estards cerca de Ia abuelita, pero debes aprender
inglés”. Eso significaba aprender mas que la tinica palabra que ya
dominaba, aunque la forma en que la pronunciaba se expandia
con tantas silabas que me parecia una oracién completa: sonofiz
biche. Recuerdo estat ahi de pie, con mis botas vaqueras, mi falda
escocesa de tirantes, mi chaqueta de gamuza café con flecos, y
{as pledrecitas en los bolsilios. Llevaba las trenzas tan apretadas
hacia atrés que apenas podia cerrar los ojos, y mis arctes de tijeras
de oro, que seabrian y cerraban, colgaban de mis orejas,
promett: “Si, mamé, [Teama da inglich”. Asi que parti a Canada,
ii segundo hogar segrin Io anunciado, parte de mis Américas,
‘Mi abuela arrugé la frente en sefal de desaprobacion. Detes-
16 as botas, la chaqueta, la cola de caballo, y me recordé que solo
Jos salvajes se perforaban el cuerpo. Me advirtié que mi educa.
cin apenas comenzaba. Traté de cambiar el tema y entablar una
conversacion amable: “Abuelita, ;c6mo va tu céncer?"
Durante los cuatro afios de interac tuve que aprender nue-
vos idiomas. No solo inglés, francés y latin, que eran también
obligatorios, sino que dos veces al dia tenia que participar en el
ritual de rezar saimos anglicanos. En respuesta a Ia obligacién de
donaciones semanales, Lenaba de botones la caja de las ofren-
das, por lo que luego tenia que sujetar mi falda a a chaqueta con
alfileres de gancho. Tuve que esconder a mi Virgen de Guadalu-
pe plastica en una caja detras de la cGmoda, ¥ también tuve que
aprender un nuevo lenguaje corporal: desaparecié el atuendo del
salvaje oeste y en su lugat se instalaron Ja chaqueta, la corbata,
la falda gris, la blusa blanca abotonada, los zapatos Oxford y las
‘medias hasta la rodilla, Aprendi a comer sentada bien derechita,
con un libro sobre la cabeza y un diario doblado bajo cada brazo,
Me cortaron el pelo y misaretes dorados de tijeras que se abrian y
cetraban desaparecicron para siempre. Mi cuerpo, mi cabeza, mi
coraz6n y mi lengua estaban bajo entrenamiento, y cada uno de
is pequefios actos de resistencia, inspirados por mi héroe Pan-
cho Villa, se enfrentaban a Ja maquina disciplinaria, Mis castigos
adquirieron tal regularidad que se volvieron parte de mi rutina
semanal: las seis de la manana tenfa que dar veinte vueltas alre-
dedor del colegio corriendo, los fines de semana mientras el esto
de las niftas dormia, Mis profesores me golpeaban con cepiltos
de pelo, me obligaban a masticar aspirinas, y wataron de ens"
‘arm a hilar para que me quedara guieta, La meta, me inforr™
1a directora, era convertirme algiin dia en una respetable 208?
Gama, digna compariera de lo mejor y mas brillante de Cana
Me encanta reportar que, al menos para mi, el entrenamt
to fracas6 rotundamente. Sin embargo, cuando regrese 924 | mrco
con catorce attos —esta vez en ciudad de México— si bien sabia
que no era canadiense ya no me sentia totalmente mexicana.
(Como ciudadana de las Américas no era/soy un feliz sujeto del
NAFTA, un producto de los mercados “libres” y las zonas cultu-
rales. En un mundo codificado en términos de “primer mundo"
y “tercer mundo”, “blancos” y “morenos", “nosotros” y “ellos’,
Yo no era parte de ellos mi tampoco del nosotzos. Ni anglicana
ni catélica, Ir6nicamente, quizés, todo esto me Nevo a identifi-