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TAYLOR. El Archivo y El Repertorio

El libro 'El archivo y el repertorio' de Diana Taylor es un ensayo fundamental que explora la performance en el contexto latinoamericano, integrando elementos de memoria cultural y prácticas artísticas. A través de un análisis crítico y etnográfico, Taylor establece una distinción entre archivo y repertorio, resaltando la importancia de las prácticas performáticas en la construcción de identidades y la resistencia política. La obra invita a repensar las formas tradicionales de estudiar la memoria social y la identidad cultural, proponiendo un enfoque dinámico y participativo.

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TAYLOR. El Archivo y El Repertorio

El libro 'El archivo y el repertorio' de Diana Taylor es un ensayo fundamental que explora la performance en el contexto latinoamericano, integrando elementos de memoria cultural y prácticas artísticas. A través de un análisis crítico y etnográfico, Taylor establece una distinción entre archivo y repertorio, resaltando la importancia de las prácticas performáticas en la construcción de identidades y la resistencia política. La obra invita a repensar las formas tradicionales de estudiar la memoria social y la identidad cultural, proponiendo un enfoque dinámico y participativo.

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Elarchivo y el reperterio produce un estallido conceptual para dar cuenta tanto del rigor en la construccién del archivo como de la amplitud necesariamente aleatoria del eepertorio que da cabida en la extension icos, artisticos, teatrales, de este texto a diversos hitos: medi politicos que definen escenas y marcan escenarios. La critica Diana Taylor, “madre” de los estudios de performance, inserta sus propios trazos biograficos-culturales para ampliar asi la dimensin del ensayo yy tensar las practicas académicas. El archivo y el repertorio de Diana Taylor ya es un clésico en su género. ELlibro es considerado uno de los ensayos mas importantes para pensar y re-pensar la performance inserta en el espacio Latinoamericano. La autora organiza un intenso recorrido epistemologico para construit una red amplia y flexible que contenga la diversidad que conforman las practicas performaticas. El libro organizado desde fuentes tebricas ultra calificadas, va abriendo el espacio para entender la extensién de la performance situada ya en el cuerpo individual de artistas unipersonales o como creacién estética grupal y también como recurso polftico del colectivo social. Asi, el libro se desliza y oscila de manera apasionante, pendular, desde (as politicas det cuerpo a las politicas fen que se cursa, s¢ recibe o se resiste la historia. Una historia ~es un decir- performatica que no cesa. Diamela Eltit S 8 ose ITI) Diana Taylor EL ARCHIVO Y EL REPERTORIO El cuerpo y la memoria cultural en las Américas Diana Taylor SRD, SV) @ 7 oe EDICIONES, UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO \ Blarchive y et repertorio Levep yt orn cata las Arcs Diana Taylor Biciones Universided Alberto Hurtado ‘Alameda 186) - Santiago de Chile rgavctaraiuahorado.c1— 56228897726 ‘wereuahurtadosl Impreso en Santiago de Chile Enerode 2015 JSON hbo apres 978-956.9520-82-8 ISBN Hore dita: 978.956.9920.83-5 Registro de propiad intelectual N°239.408 Primera edicién de $00 ejermplaresimpresa por Cy C impresces Traduccon de Anabelle Contreras Caste Direccin Caleccibn Antropotogta ene cle Monter Diroccién editorial Alejandra Stevenson Valdés Battora ejecativa Beatiz Garcia Huidobro| Disco decoleceton (Gabriel Valdes Diageamacion ietertoe Glona Barios Imagen de portads:Astid Hadad foto cortests de Ta artista, weer a ea Sou ES Con las debidas licencia, Todos los derechos reservados, Bao las sancionesesablecias en as eyes, queda tigurosamenté pode, sin auorizacién escrita de los itulare del copyeignt la eet total o parcial de esta dora por cualquier medio oprocedislonte, ‘omprendicos la reprogeatia y el tratamiento informatica, as coano ta senbucin de eempiares mediante aguiero pxtstamox pic, Para Susana y Half sina offenda més para su altar ¥ para Marina, que me aytuda a encender las velas Prologo a la edicién en castellano Quin, cudndo, qué, por qué [Actos de transferencla _Escenarios del descuibrimiento. Reflexiones sobre performance y etnografia La memoria como prictica cultural. Mestizaje, hibridez yy transculturacion La raza cosmética. Walter Mercado representando el espacio psiquico latino dentificaciones erroneas. Pablaciones minoritarias de luto por Diana Usted est aqui”, Los H1J.0.S. y el ADN de J 3 1st 173 y 208 » 237 Capitulo Vir Escenificar la memoria traumitica: Yuyachkani Capitulo VIII Denise Stoklos: politicas de lo descifrable Capitulo IX Perdida en el carnpo visual, Ser testigo del 11 de septiembre Capitulo x Pecformances hemisfericas Notas 273 303 335 367 385 Presentacién Vino Is arafota a mi escttorio. ¥ buscando la aaa sie encontré con mi pasado. Gracias araita Texas Rau “The other animals held a council 0 see about creating humans (Cherokee). ‘They eve agree because each wanted Puma tobe like himself. “Arguing, they fell asleep at nightfall, The coyote Ben took «bite form each, swallowed i all and regurgitated « Cherokee... with attributes ofthe ania, but mast like she coyate in the love of singing and acting crazy ‘se DURHAM Ad portas del viaje etnografico y performatico al que nos invita Diana Taylor, le quetemos brindar una cordial bienventda a su libro desde e] mundo de la antropologia social y cultural; esta- mos muy contentos de poder publicarlo en nuestra coleccion de Antropologéa. Vital acts of transfer, es una de las primeras defini- Clones de la performance mencionada por Ia autora en su texto. Esto justamente es lo que logra realizar este libro también, desde la triple confluencia de la autora que lo cre6, de las miles de petsonas que actiian a través sus paginas, y de todas las personas ‘que lo hemos leido o lo iremos leyendo y que imaginaremo’ ¥ crearemos a partir de sus palabras: actos vitales de “transfer” & trans-ferencia de esa gran variedad de practicas evocadas, at vvan desde lo mis artistico, pasando por lo politico hasta 10 7 cotidiano —y viceversa— para entretejer de manera poder espacios y tiempos, experiencias y testimonios, a partir de 108 heterogéneos panoramas que ofrecer las Américas 12 | mesaowoss Un miiltiple “acto vital de trans-ferencia” que logra proble- matizar y disolver oposiciones estériles entre diversos campos 6 cauces de la actividad ¢ imaginacion humanas, relativizando tanto las demarcaciones de lo supuestamente artistico (la misma performance como algiin campo separado de actividad artisti- a, por ejemplo) como la abrumadora reduccion de toda aquella poderosa energia de actuaciones que se suele captar bajo lo coti- diano. Diana Taylor dirige de manera segura y franca su discurso sobre los actos de trans-ferencia con los cuales empatiza y a los cuales analiza en profundidad. Cada capitulo oftece una genero- sa reflexi6n critica que seduce ¢ invita a leer con detencién, a in. formarse —a oir y a ver—y a rumiat lo experimentado, antes de entregasse a otza etapa del viaje lector, a otra inmersion en lo que somos y podemos ser como homo performaris —y por esto mismo como homo politicus—. Escribir, leer y performar se conjugan en. este libro como tn concierto de movimientos que constituyen vida. Viene a la mente aqui el concepto del wayfaring del antro- pOlogo Tim Ingold, segiin el cual nuestra humanidad no viene como algo ya constituido o ya construido sino que se va confor- mando siempre de nuevo a medida que vamos moviéndonos por Jos caminos de la vida, Los textos aqut reunidos, con su riqueza interpretativa, su ca pacidad analitica y su apasionada apreciacion de lo performatico, ofrecen mas que solo un interesante abordaje interdisciplinar. De cada tna de sus reflexiones y narraciones emana un rico aliento antropoldgico que sustenta esta filosofia-antropologia de la ac- i6n, la que refleja el meollo mismo de las variadas practicas que Diana Taylor evoca, discute y analiza. Esto se relaciona directa: mente con el propésito original de la disciplina de los performance studies, cuya reorientacion y refundaci6n Taylor (co)protagoniz6. Como ya planted en el prélogo a la version original (2002), “que- riamos reorientar las maneras tradicionales de las que se solia es- tudiar la memoria social y la identidad cultural en las Américas” (owe were to reorient the ways social memory and cultural identity in the Americas have traditionally been studied” ), refiriéndose con esta frase sobre todo a cOmo estos temas se estaban estudiando desde el estudio académico de Ia historia y de la literatura, La reoriens tacién por la que ella abogaba invitaba a mirat (ya analizat) a los “performed, embodied behaviours”, Jo cual planteaba un sendero teérico y metodolégico pleramente antropologico. Estos comportamientos “performados y encarnados” tienen que ver con la distincion bisica que la autora establece entre el archivo y el repertorio y que reflejan una visién radicalmen. te dinamica y critica, caracteristica también de gran parte de la antropologia contemporéinea. El repertorio y el archivo: “Todo ya se hizo, ya esta hecho" (como parte del gran archivo de la humanidad), podriamos decir de manera provocativa, “pero no todavia por mi, no por nosotros”. Més adn, los que nos inspira. ‘mos de este inmenso “archivo”, lo podemos explorar de maneras sui generis y nos habilitamos performaticamente, componiendo constantemente repertorios que legardn eventualmente a ser considerados como proplos a los respectivos grupos en fos cuales patticipamos —enrigueciendo y dinamizando de esa manera el archivo—. Podriamos hablar en este sentido de la constante ereacion de competencias performéticas, Esta es precisamente la fuerza central del repertorio —por definicién maltiple, rizomé- tico y dificilmente disciplinable—, de lo que somos y creamos ‘como actrices y actores empedernidos, dependientes e inde- pendiientes a la ve2. Repertorios que siempre se vuelven a poner nuvevamente en escena, enel sentido generoso y constructive, es capando asa esa genial pero demasiado limitante expresién de Bourdieu, cuando se referia a su habitus como “le choiz non choisi entre tant de choix posibles* (de su libro Choses dites). Pet-formar un dinAmico repertorio, a través de Jos innumerables contextos situaciones que caracteriza el mundo contemporineo, supone ‘crear e innovat, con experiencia, con involucramiento, con nocimiento critico. No tiene que ver con un conservar 0 FesPet® de manera condicionada —casi condenado @ reproduc ea més bien con un actuar que interpreta y bust, ees agencia y de produccién (en el rico sentigo de Hogi Marx). Tiene que ver con un (querer?) #2 ojala para bien, 14 | Pesomco ‘Taylor, “sin sex” antropéloga pero siempre con una escritura y reflexion profundamente antropologicas, desde su afain de re- orienitar Jas maneras de pensar la memoria social y las dinamicas de las identidades en las Américas, se muestra también critica respecto de la disciplina antropoldgica. Ya en su primer capi- tulo, de corte mas te6rico-reflexivo, menciona al antropélogo escocés Victor Turner, conocido por st libro The Anthropology of Performance y por su original aprovechamiento de conceptos como liminatidad —transicién y transformacin— y comunitas —compartir las experiencias de liminalidad— para interpretar Jos quehaceres humanos en términos teatrales y rituales. Pero ‘en esas mismas primeras paginas, Diana Taylor critica duramen- te a Tumer por cierta “cosificacién” contenida en el marco de andlisis al fin y al cabo distante y objetivizante al que Tumer xecurria, Si bien la autora se inscribe en el campo de los perfor- ‘mance studies, ella claramente no observa ni quiere observar tal marco te6rico implacable que pretende explicar. Lo suyo nace de manera orgénica —y al mismo tiempo caleidoscopica— desde su involucramiento con y atencién hacia las muy heterogéneas practicas que descubre y describe. Emprende interesantes explo- raciones etnograficas siguiendo caminos teéricos-metodol6gicos relativamente indisciplinados (asociativos) y sensibles, desde la conviecién basica también presente en Victor Turner, por lo demés—, que cualquier acto cotidiano se puede considerar como performance y que, ademas, puede contener siempre alguna car- 82 disruptiva, Lo cotidiano, como acto lingiiistico —remember Austin y Wittgenstein—y como acto cultural en general, per-for- may transforma constantemente. Como dijo alguna vez Ricardo ‘Mendoza Mamani, un consejero importante durante mi trabajo de campo con familias aymara en E] Alto, Bolivia: no se trata de hablar de un pachakuti milenarista; las personas aymara van viviendo y transtormando su tradicién a partir de un pachajkuti Cotidlano, mediante pequefios vuelcos y camblos que producen a través de las practicas de convivencia y de reciprocidad, tanto en sus aspectos positivos como negativos, siempre interactuan- do con los otros grupos con Jos que comparten los desafiantes esconosdeI Inercltald Hho de Tos se pi de ali mismo, desde la fuerza cotidiana-ritual que, por ejemplo, permea las representaciones del colectivo de teatro andino lime, fio Yuyachkani, y que da lugar también a los tenaces escraches de HLIJ.OS. (*y la DNA de la performance”) en Argentina, lag que no solamente logran "recuperar” a algunos de os hijos arre. batados por la dictadura, sino que los tienen magicamente pie- sentes a todos, “cotidianamente”. Este libro demuestra entonces una sensibilidad y un interés muy grandes hacia lo pelitico que se encuentra contenido en estos actos cotidianos y menos cotidianos, Actos que son capa- ces de generar cambios —o al menos de imaginar a estos— y de dar forma, encarnadamente, a protestas que tienen gue ver con la vida misma, como en el capitulo-testimonio dedicado a las reacciones en la calle producidas por los atentados del 11-5. Actos que nos interpelan de maneras muy diversas y siempre apremiantes, poniendo en escena de maneras seductoras y a ve- ces peligrosas las memorias del pasado, siempre desde la tension entre archivo y repertorio, Bl gran Renato Rosaldo, antropélogo “chicano” —una con- dicién de alguna manera afin a la de la misma Diana Taylor— reflexiona de la siguiente manera sobre cémo los momentos rituales o de performance se eintretejen con la vida vivida co- tidianamente y cOmo se refueran mutuamente, educando la atencién precisamente hacia la fuerza (Social y politica) que emana de estas practicas, mas o menos teatralizadas, de las se- cuencias vivenciales, ‘Traduzco directamente de la filtima teedicion en inglés desu ensayo Clasico “Afliccién e ira de un cazador de cabezas”, incor- porada al final de la diltima publicacién de Rosaldo, The day of ‘Shelly's death. The Poetry and Ethnography of Grief (2014). En 7 reciente y preciosa obra, Rosaldo per-forma “antropodticarne te” la aflicciin pero también la ira por la muerte de su &5Po%r Michelle durante un trabajo de campo realizado @ Principle Tos ochenta en laisla de Luzdn en las Filipinas, una etnogen racterizada por un aprendizaje protongado con el grupo oP 16 | memes Aquellas fuertes emociones y los posteriores intentos por enten- detias acompanarian a Rosaldo durante toda su vida. Las citas provienen de Jos Giltimos parrafos del ensayo en st: “Ciertos ri- ‘uales reflejan y crean valores fundamentales, conceptos cultu- rales clave y las bases de la solidaridad del grupo. En otros casos, sin embargo, sencillamente juntan a la gente y proporcionan un. conjunto de trivialidades que les habilitan més bien a continuar ‘con sus vidas y no tanto a ofteceties entendimiento 0 conoci- miento”. Y continda, ampliando la visi6n tanto de Van Gennep ‘como de Turner: “Los rituales entonces pueden servir como ve- hhiculos para procesos que ocurren tanto antes como después del periodo de su performance, Los rituales funerarios, por ejemplo, no “contienen” todos los procesos complejos del luto o de la afliccién. Seria un error condensar a ambos ya que ni el rito ni la afficcién se encierran ni se explican por completo en estos casos, Jos rituales solo pueden ser puntos de descanso a lo largo de un miimero de trayectorias procesales mas langas; de ahi la imagen del ritual como una encrucijada donde distintos procesos de vida se pueden intersectar”, Las muy heterogéneas performances evocadas y analizadas por Taylor encarnan precisamente esto: vitales cruces de cami- nos como trans-ferencias de vida, Buen viaje. KOEN DE MUNTER Antropélogo Universidad Alberto Hurtado Prélogo a la edicién en castellano Es un honor para mi que, por primera vez, mi libro EI archivo y ef repertorio esté disponible en espafiol con Ediciones Universi- dad Alberto Hurtado. Mis interlocutores siempre han sido acadé- micos, estudiantes, artistas y activistas latinoamericanos, por lo que esta traduecién me ofrece una linea de comunicacién més directa, un acto mAs claco de transferencia. Quiero agradecer a si amiga Diamela Eltit por la conexi6n, a Beatriz Garcia-Huldo- bro por su expetto ojo editorial, aunado a su humor, a mi cole- ga Anabelle Contreras Castro por sti maravillosa traduccién, Koen de Munter, no solo por incluir este trabajo en la Coleccion Antropol6gica, sino también por presentarme el término homo performans en su caluroso prologo. ‘A menudo se me ha preguntado, y yo me he preguntado, durante los diez aftos desde que publiqué el libro en inglés, qué es aquello que ahora le cambiaria 0 corregirfa. Empecemos por el titulo. El nombre que le pondria sera Bt archivo yy y Yel reper- forig, Una de las principales lecturas equivocas de esta obra, a mi parecer, es que el “archivo” y el “repertorio” existan de forma binatia, uno opuesto al ctro. El archivo, escribi, “existe en forma? de documentos, mapas, textos literarios, cartas, restos arqueo- logicos, huesos, videos, peliculas, discos compactes, todos es0s articulos supuestamente resistentes al cambio”. E repertoria “requiere de presencia, la gente participa en la prduccion y F* producci6n de saber al ‘estar alli’ y ser parte de esa transinision De manera contraria alos objetos supuestamente estables de! chivo, las acciones que componen el zepertorio no permanes’ ” inalterables. El repertorio mantiene, a la vez que stansformnes coreografias de sentido” 4 18 | Peton0 ak mcen earns Mi punto central en este estudio, es que los euerpos (como los textos y otros objetos materiales) también transmiten infor macion, memoria, identidad, emocién y mucho més, que puede ser estudiado o transmitido a través del tiempo. Esos actos de transferencia tienen sus propios codigos, sus propia légica, sus formas propias de auitorreproducixse —pensemos tan solo en los “memes”, que toman un nombre (Ché, Marcos, Allende), un r0s- tro, o-una cancién y que contienen toda la fuerza de una idea, digamos ‘resistencia’ o ‘revolucién’. Los memes pueden llegar a reptesentar todo un movimiento—. Pero, como bien lo repito a lo largo de todo el libro, Ios archivos y repertorios a menudo ‘trabajan juntos. Las cosas entran y salen de ellos. Como ejemplo, uusé las Fotografias de hijos desaparecidos que llevan las Madres de Plaza de Mayo puestas sobre sus cuerpos. Las fotos pueden ser archivisticas, pero son performadas (o escenificadas) en la arena piblica, El uso politico de la foto del desaparecide ha sido, globalmente, una estrategia para visibilizar formas de violencia, Los diferentes sistemas de transmision posibilitan maneras diferentes de conocer y ser en el mundo; el repertorio brinda apoyo a la “cognicion corporalizada”, al pensamiento colectivo y al saber localizado, mientras que la cultura de archivo favo- rece ef pensamiento racional, lineal, el asi llamado pensamien- to objetivo y universal, y el individualismo. El surgimiento de la memoria y la historia como categorias diferenciadas parece provenir de la division corporalizado/documentado!. Pero es- tas formas binarlas no son estéticas, ni parte de una secuencia temporal pre/pos, sino procesos activos, dos de varios sistemas interrelacionados y colindantes que participan continuamente en lacreacién, almacenamtento y transmisién de conocimiento, En segundo lugar, siescriblera de nuevo el libro ahora, subra- Yarfa que las tecnologfes digitales constituyen otro sistema més de transmisién que, répidamente, esta de conocimiento oceidentales, al pl tomo a la presencia, ‘complicando los sistemas lantear nuevas cuestiones en temporalidad, espacio, coxporalizacion, sociabilidad y memoria (generatmente asociada con el reper. torlo), y a cuestiones de derechos de autor, autoridad, historia ¥ preservaci6n (Iigadas al archivo). Las bases de datos digitaley parecen combinar el acceso a vastos reservorios de materiales {que normalmente asociamos con 10s archivos, y lo efimero de aquello que sucede “en vivo”. Cuando colapse una pagina webs recordamos la fragilidad de esa tecnologia. Aunque lo digital no reemplazara a la cultura impresa, como tampoco lo impreso re. emplazé a la préctica corporalizada, las maneras en las que lo digital altera, expande, desaffa y afecta de otras formas nuestros ‘caminos actuales de conocer y ser, no han sido completamente enfocadas. Si el repertorio consiste en actos de transferencia corpora lizados y el archivo preserva y salvaguarda la cultura impresa y material —los objetos—, .qué decir de lo digital que desplaza a ambos, objetos y cuerpos, en tanto transmite mas informacion, mucho més répida y ampliamente que nunca antes? Quiero argumentar que la era digital, que posibilita acceso cast ilimt- tado a a informacién, se desplaza constantemente, no marca el comienzo de la era del archivo ni simplemente una nueva dimensi6n de interaccién para el repertorio, sino algo bastante diferente, que se nutre deellos y simulténeamente los altera De nuevo, yo insistirfa en que lo corporalizado, lo are tico y lo digital se yuxtaponen, trabajan juntos y se construyen ‘mutuamente, Siempre hemos vivido en una “realidad mixta” Los aztecas realizaban elaboradas ceremonias intentando reflejar ¥ controlar las fuerzas cOsmicas que gobernaban sus vidas. Los feligreses experimentan la sensaci6n de estar en sus cuerpos ¥, simultaneamente, en presencia de lo divino. Claramente, las tec nologias de io virtual han cambiado mas que el concepto de vivir de forma simulténea en espacios contiguos. Perderse en una obra literaria de fieciOn, ser atzapado en el “como si” dela perform ce, O entrar en wn estado de trance en el Candomblé, nan pret ido durante mucho tiempo la experiencia de vivir una realida alterativa proporcionada por el reino virtual ep ines Asi como paradigmas y practicas cambiam en el 00 namfento y Ja transmisién de conocimiento, estamos VA atisbos de la gama de implicaciones —desde las més Pr is: 2 | Pr.oc0 kuntocen tn carmune (como y donde almacenamos nuestros materiales si queremos Preservarlos) hasta las mis existenciales (el cambio epistémico altera radicalmente nuestra subjetividad)—. ;Son 30s cambios cualitativos o cuantitativos? ;Se parece el cambio actual a los {iltimos (digamos la transtci6n de Ia cultural oral a la escrita) 0 €l movimiento hacia las tecnologias digitales promulga sus pro- pias y especificas presuposiciones sociales y éticas? ;Y qué hay de esas comunidades, principalmente las indigenas, que nunca habitaron realmente la cultura impresa pero que combinan lo oral y lo digital para crear lo que Beatriz Preciado llama “cultura otal-digital-tecno-indigena?? Finalmente, afiadiria una cosa més: mi gratitud y amor por Mateo Taylor-Loe y Zoe Taylor-Lowe, mis dos nietos, quienes na- cieron después de que este libro fuera originalmente publicado. Ellos incorporaron otra dimensi6n de transmision, para mi algo muy seal, muy corporal, y un milagro de cada dia DIANA TAYLOR ‘New York University PREFACIO Quién, cudndo, qué, por qué De nifia, creci en tun peqtefio pueblo minero al norte de México donde aprendi que las Aréricas eran una sola, y que compartia- mos un hemisfetio. Muchos aftos después, cuando llegué a los Estados Unidos para doctorarme, escuché que “América” signi- ficaba Estados Unidos, que habia dos hemisferios, norte y sur, Yy que, aunque México técnicamente perteneciera al hemisferio norte, a menudo la gente o relegaba al sur como parte de “Amé- rica Latina”. Aftos después, observé en el Atfas del mundo ilustra- do, de Rand MacNally (1993), de mi hija, a las Américas divididas en tres, y que México y América Central eran llamadas “Centro- américa’, término que consumaba la distancia lingitistica que la formacion de la tierra se negaba a justificar. Nunca acepté es0s constantes intentos de desterritorializacion, Reclamo mi identi- dad “americana” en el sentido hemisférico del término, lo cual significa que he vivido comoda, o tal vez incomoda, en varios mundos simulténeos. Mi carrera académica comenz6 en una escuela de una sola aula en Parral, Chihuahua, un pueblo pequeno y polvoriento ccuya tinica fama era que el gran lider revolucionario Pancho Vi- la habia sido asesinado ahi. Tra una sala peguenia y pobre, con techo de metal corrugado, reservada para los hijos de los mine- 105. Mi pacire, que se habia ido de Canad a los veintitn afios, era ingenieto de minas. Mi madre, una estudiante de Northrop lve cuya eterna vocacién exa leer novelas detectivescas, me levahe a la escuela por un camino polvoriento y Ileno de curvas. Nunc supimos en qué nivel estébamos. Magicamentte —n0s parce pasbamos de primero a segundo y de segundo a tercero. Nut ‘nos pusieron notas, no habia reuniones de padres nt libre!3 22 | resco desempeito escolar. Y de aquella manera, magica, nos gradua- mos. Yo tenia entonces nueve afios. Me encantaba mi pueblito, y a todas las personas del lugar las consideraba mis amigas, Don Luis era el duefto de Ja farmacia, y vivia en el segundo piso de su negocio con su linda esposa, que me invitaba a tomar té, Se rumoraba que eran ricos, duenos de miles de millas de espléndidos campos de amapolas y todo tipo de maquinarias refinadoras, lo cual estimulaba la imagina- cién local. A su asistente, padre de mi amiga de la escuela, 1o encontraron muerto una mafiana, descuartizado en pedacitos y colgado de la rama de un Arbol dentro de un saco. Se trataba de un tipo de mensaje, entonces indescifrable para mi. Don Jacinto «era el recolector de basura que rescataba valiosos tesoros para los niflos, como tapas de botellas de soda que escondian premios debajo de los revestimientos del corcho. Dofta Esperanza, una ‘mujer indigente, llevaba con ella una maletita de metal lena de piecras para lanzarles a sus mGltiples enemigos. Ella confiaba en mi, Nos sentébamos juntas en el puente sobre la rambla seca, con las piemnas colgando, y entonces abria la maleta de metal para mostrarme sus piedritas. A cambio, yo sacaba las piedrecitas que habia guardado para ella en mis bolsillos. Dos veces al afto, Jos Tarahumaras (el grupo indigena que Artaud tanto admira- ba) bajaban de Ja montafia para comprar provisiones. Nuestros ‘mundos no se tocaban, nunca supe por qué. No hablabamos su {idioma y poco sabfamos de su forma de vida. Solo los veiamos Iry venir, lo cual era para mi otza leccién sobre lo indescifrable, Mis padres insistian en que para estudiar yo tenia que salir de abf, “Irs a un intemado en Toronto", decia mi mama, “te va a gustar alla, estards cerca de Ia abuelita, pero debes aprender inglés”. Eso significaba aprender mas que la tinica palabra que ya dominaba, aunque la forma en que la pronunciaba se expandia con tantas silabas que me parecia una oracién completa: sonofiz biche. Recuerdo estat ahi de pie, con mis botas vaqueras, mi falda escocesa de tirantes, mi chaqueta de gamuza café con flecos, y {as pledrecitas en los bolsilios. Llevaba las trenzas tan apretadas hacia atrés que apenas podia cerrar los ojos, y mis arctes de tijeras de oro, que seabrian y cerraban, colgaban de mis orejas, promett: “Si, mamé, [Teama da inglich”. Asi que parti a Canada, ii segundo hogar segrin Io anunciado, parte de mis Américas, ‘Mi abuela arrugé la frente en sefal de desaprobacion. Detes- 16 as botas, la chaqueta, la cola de caballo, y me recordé que solo Jos salvajes se perforaban el cuerpo. Me advirtié que mi educa. cin apenas comenzaba. Traté de cambiar el tema y entablar una conversacion amable: “Abuelita, ;c6mo va tu céncer?" Durante los cuatro afios de interac tuve que aprender nue- vos idiomas. No solo inglés, francés y latin, que eran también obligatorios, sino que dos veces al dia tenia que participar en el ritual de rezar saimos anglicanos. En respuesta a Ia obligacién de donaciones semanales, Lenaba de botones la caja de las ofren- das, por lo que luego tenia que sujetar mi falda a a chaqueta con alfileres de gancho. Tuve que esconder a mi Virgen de Guadalu- pe plastica en una caja detras de la cGmoda, ¥ también tuve que aprender un nuevo lenguaje corporal: desaparecié el atuendo del salvaje oeste y en su lugat se instalaron Ja chaqueta, la corbata, la falda gris, la blusa blanca abotonada, los zapatos Oxford y las ‘medias hasta la rodilla, Aprendi a comer sentada bien derechita, con un libro sobre la cabeza y un diario doblado bajo cada brazo, Me cortaron el pelo y misaretes dorados de tijeras que se abrian y cetraban desaparecicron para siempre. Mi cuerpo, mi cabeza, mi coraz6n y mi lengua estaban bajo entrenamiento, y cada uno de is pequefios actos de resistencia, inspirados por mi héroe Pan- cho Villa, se enfrentaban a Ja maquina disciplinaria, Mis castigos adquirieron tal regularidad que se volvieron parte de mi rutina semanal: las seis de la manana tenfa que dar veinte vueltas alre- dedor del colegio corriendo, los fines de semana mientras el esto de las niftas dormia, Mis profesores me golpeaban con cepiltos de pelo, me obligaban a masticar aspirinas, y wataron de ens" ‘arm a hilar para que me quedara guieta, La meta, me inforr™ 1a directora, era convertirme algiin dia en una respetable 208? Gama, digna compariera de lo mejor y mas brillante de Cana Me encanta reportar que, al menos para mi, el entrenamt to fracas6 rotundamente. Sin embargo, cuando regrese 9 24 | mrco con catorce attos —esta vez en ciudad de México— si bien sabia que no era canadiense ya no me sentia totalmente mexicana. (Como ciudadana de las Américas no era/soy un feliz sujeto del NAFTA, un producto de los mercados “libres” y las zonas cultu- rales. En un mundo codificado en términos de “primer mundo" y “tercer mundo”, “blancos” y “morenos", “nosotros” y “ellos’, Yo no era parte de ellos mi tampoco del nosotzos. Ni anglicana ni catélica, Ir6nicamente, quizés, todo esto me Nevo a identifi-

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