Universidad Nacional Autónoma de Honduras
Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (CURLA)
Microbiología MB-110
Tema: VIRUS
Estructura Y clasificación de los Virus
Los virus son unos de los agentes infecciosos con capacidad de replicación que tienen menor
tamaño. Se diferencian de otros microorganismos por:
1. Pequeño tamaño (10-300 nm).
2. Genoma compuesto por un solo tipo de ácido nucleico (ARN o ADN).
3. Carecer de actividad metabólica. Sólo pueden cultivarse en células vivas, ya que no poseen
mecanismos propios de síntesis de proteínas ni de producción de energía, debiendo utilizar
obligatoriamente para su replicación y metabolismo los sistemas metabólicos de la célula
parasitada (célula huésped).
4. No se cultivan en los medios utilizados para bacterias u hongos.
5. Son insensibles a los antibióticos de manera natural. Por ello las infecciones víricas no se
tratan con antibióticos.
Actualmente su estudio ha cobrado gran interés debido al número de enfermedades graves
asociadas a virus como el sida; otras, por su potencial epidémico como la gripe, su asociación
con el cáncer como las infecciones por virus del papiloma y otras por ser causa de enfermedad y
hospitalización frecuente en lactantes o niños pequeños (gastroenteritis por virus e infecciones
graves respiratorias). Muchas infecciones se producen en pacientes inmunodeprimidos,
trasplantados o pacientes hematológicos, o con patologías crónicas como es el caso de la
bronquitis crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). En estos pacientes las
infecciones víricas pueden adquirir notable gravedad, sin olvidar su creciente importancia como
agentes responsables de brotes infecciosos nosocomiales.
Básicamente los virus están constituidos por una estructura central formada por un ácido nucleico
(ARN o ADN), rodeada y protegida por una capa proteica, específica de cada tipo de virus, con
capacidad antigénica, que denominamos cápside, compuesta a su vez por múltiples unidades
estructurales o capsómeros. El ácido nucleico y la cápside forman la núcleocápside, que puede
estar cubierta por una membrana de envoltura de naturaleza lipoproteica que, aunque posee
antígenos virales, procede en gran medida de la membrana externa de la célula huésped. Los
virus que poseen cubierta se denominan virus envueltos y los que no la poseen, virus desnudos.
Clasificación de los virus
Existen gran número de virus y de clasificaciones, basándose la más utilizada en los detalles
morfológicos indicados:
• Tipo de ácido nucleico (ADN desoxirribovirus o ARN ribovirus).
• Simetría de la cápside: cúbica, helicoidal o compleja.
• Presencia o no de cubierta (envueltos o desnudos).
Replicación de los Virus
Los virus son parásitos intracelulares obligados; para su replicación precisan invadir y utilizar la
maquinaria metabólica de una célula huésped. Este proceso tiene lugar en varias etapas o fases:
1. Adsorción: los virus se adhieren a la membrana de la célula. Cada tipo de virus reconoce
receptores específicos, lo que explica el especial tropismo de los diferentes virus por distintas
estructuras anatómicas.
2. Entrada en la célula.
3. Descapsidación: se elimina la cápside del virus, liberándose así los ácidos nucleicos. En este
proceso intervienen sobre todo enzimas de la célula huésped.
4. Fase de eclipse o replicación propiamente dicha: a partir del ácido nucleico viral y utilizando la
maquinaria de síntesis de la célula parasitada se fabrican nuevos ácidos nucleicos y se sintetizan
nuevas proteínas estructurales y enzimas propias del virus.
5. Ensamblaje: los ácidos nucleicos y proteínas de la cápside sintetizados se reorganizan y
ensamblan constituyendo nucleocápsides nuevas.
6. Liberación del virus: los nuevos viriones salen generalmente de la célula huésped por rotura de
ésta en los virus desnudos, o por gemación en los virus envueltos.
Diagnóstico de las infecciones Víricas
Existen tres procedimientos básicos:
1. Detección de las partículas víricas o alguno de sus componentes directamente en muestras
clínicas, bien por visualización directa por microscopia electrónica, bien por detección de
antígenos virales por reacciones serológicas (ELISA, látex, inmunofluorescencia, etc.) o por
detección del genoma vírico por técnicas de genética molecular, fundamentalmente PCR.
2. Inoculación en animales de laboratorio, cultivos celulares o huevos embrionados.
3. Diagnóstico indirecto mediante la serología, que se fundamenta en el estudio de la respuesta
del sistema inmune, por su capacidad de sintetizar anticuerpos específicos frente a antígenos
virales, determinando dichos anticuerpos en los diferentes fluidos orgánicos como suero, orina o
líquido cefalorraquídeo entre otros.
Los procedimientos más utilizados en el diagnóstico habitual son las determinaciones de
anticuerpos IgM específicos, que aumentan en general en la fase aguda de la enfermedad, y la
cuantificación de anticuerpos de tipo IgG, que indica infección pasada por el virus y
normalmente inmunidad. El incremento significativo del nivel de anticuerpos IgG desde el inicio
del proceso hasta 2 o 3 semanas más tarde, conocido como seroconversión, es de gran utilidad
diagnóstica cuando los niveles de IgM permanecen positivos por largo tiempo o bien son positivos
debido a reacciones cruzadas por respuesta común a antígenos de diferentes virus con estructura
parecida.
La recogida, conservación y transporte de las muestras biológicas son de fundamental
importancia para conseguir un correcto diagnóstico microbiológico y alcanza una mayor
relevancia en el caso de estudios virales. Como norma general se deben enviar las muestras lo
antes posible al laboratorio, y si no se procesan inmediatamente se refrigerarán a 4 °C un máximo
de 72 h; si hay que esperar más, se conservarán a −70 °C o menos, nunca a −20 °C (no sirve el
congelador doméstico). Tampoco se dejarán sin inocular a temperatura ambiente o a 37 °C.
Prevención Y tratamiento de las infecciones Víricas
La lucha frente a las infecciones víricas se puede plantear básicamente desde cuatro
aproximaciones terapéuticas, bien de forma aislada o conjunta:
1. Inmunización activa: mediante «vacunas», se pueden utilizar virus vivos atenuados, viriones
inactivados o antígenos específicos obtenidos por variados procedimientos.
2. Inmunización pasiva: utilizando gammaglobulinas frente al virus, obtenidas de sueros
hiperinmunes humanos o animales o bien anticuerpos monoclonales específicos para cada virus.
3. Inmunomoduladores: son sustancias que, de modo inespecífico, actúan sobre el sistema
inmune del huésped y lo hacen más resistente a la infección vírica; un ejemplo son los
interferones. Son un tipo de citocinas, glucoproteínas producidas por cada especie animal, como
parte de la defensa natural frente a la infección viral.
4. Antivirales: son aquellas moléculas con actividad frente a algunos virus que actúan
directamente sobre alguna de las etapas del ciclo de replicación vírica descritas anteriormente
impidiendo la multiplicación del virus. Dado que la estructura y el ciclo biológico de los virus son
completamente diferentes a los de bacterias y hongos, no es posible utilizar los fármacos activos
frente a aquellos como antivirales. La acción antiviral se puede conseguir por diferentes vías
como, por ejemplo, bloqueando la adherencia y penetración del virus, impidiendo su
Descapsidación.
VIRUS ADN
1. Herpesvirus.
Características Generales: Los herpesvirus son virus ADN envueltos que se replican sobre
todo en el núcleo de la célula que parasitan, produciendo típicas acumulaciones de viriones
que se denominan inclusiones intranucleares. Son específicos de especie, por lo que el
hombre es el único huésped natural.
Todos ellos se caracterizan por quedar en estado de latencia, incluido su genoma, en forma
de provirus en el ADN de la célula huésped, tras la primoinfección; pueden reactivarse y volver
a producir patología en distintos momentos a lo largo de la vida del individuo infectado. En
general producen cuadros asintomáticos o de naturaleza benigna; sólo ocasionalmente
causan patología grave en personas inmunocompetentes, siendo en enfermos
inmunodeprimidos (sida, trasplantados, enfermos hematológicos, etc.) en quienes alcanzan
mayor virulencia, con procesos que pueden poner en peligro la vida del paciente.
Los principales herpesvirus patógenos humanos son los virus herpes simple 1 y 2, el
virus de la varicela zóster, citomegalovirus y el virus de Epstein-Barr.
Herpes Simple: Es el virus que más frecuentemente infecta a humanos, y más del 90% de
adultos tienen anticuerpos frente al virus del herpes simple tipo 1.
Virus varicela Zoster Es el agente causal de la varicela como infección primaria, y del herpes
zóster como manifestación recurrente de la infección. La varicela es una enfermedad propia
de infancia.
Si una mujer enferma de varicela en la última semana de embarazo o en la primera posparto,
el riesgo de infección grave en el neonato es muy elevado.
El herpes zóster surge habitualmente en adultos como resultado de la reactivación del virus
que quedó latente en ganglios neurológicos dorsales o craneales.
Citomegalovirus Es uno de los virus que más frecuentemente infecta a humanos.
Su importancia radica fundamentalmente en ser el virus que más se implica en infecciones
congénitas y en infecciones graves en enfermos inmunocomprometidos (trasplantados,
enfermos hematológicos, sida, etc.). La infección congénita por CMV se adquiere in útero a
partir de madres con la infección, casi siempre asintomática. En general el proceso adquiere
mayor gravedad si se da en el primer trimestre de embarazo y se trata de una primoinfección
en la madre.
Virus de Epstein-Barr: La infección por virus de Epstein-Barr (VEB), como en el caso de CMV,
es muy frecuente, aunque casi siempre asintomática. El cuadro clínico más representativo de
la infección por VEB es la mononucleosis infecciosa (MI), El poder oncogénico (inducción de la
formación de tumores) de este virus parece demostrado, habiéndose asociado a determinados
procesos neoplásicos como el linfoma de Burkitt, carcinoma nasofaríngeo y linfomas, sobre
todo en pacientes coinfectados con VIH.
Viruela Hasta la década de 1960, la infección por el virus de la viruela constituyó una de las
enfermedades víricas más graves, por su elevada frecuencia y alto índice de mortalidad. La
vacuna de la viruela se desarrolló a partir de una cepa de virus que afectaba a las vacas (virus
vacuna), que se modificó ligeramente por pases de mantenimiento hasta dar lugar a la cepa
virus vaccinia, no patógena para el hombre. La vacuna produce un alto grado de inmunidad
frente a la viruela humana, y esto, unido al hecho de que el hombre es el único ser susceptible
de infectarse por el agente de la viruela humana, ha permitido la erradicación completa de la
enfermedad. En 1979 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró erradicada la
enfermedad en el mundo.
Adenovirus: Junto con los herpesvirus son los virus ADN que más interés presentan como
patógenos humanos en nuestro medio. Se conocen hasta 41 serotipos de adenovirus, que se
han implicado en multitud de cuadros clínicos, entre los que destacan infección respiratoria de
vías altas, conjuntivitis y diarreas. En general, las infecciones por adenovirus son procesos de
evolución benigna.
Otros virus ADN;
Parvovirus: el representante más importante en la clínica humana es el parvovirus B19. Hoy
se sabe que es el agente causal del eritema infeccioso de la infancia.
Papovavirus: los dos virus más importantes de esta familia son los papilomavirus, agente
causal de las verrugas cutáneas, de los condilomas acuminados y del carcinoma
cervicouterino (fundamentalmente los serotipos 16 y 18)
Hepatitis B: La hepatitis B es causada por un virus perteneciente a la familia Hepadnaviridae
conocido con el nombre de virus de la hepatitis B (VHB). Es un virus ADN envuelto. El VHB se
transmite fundamentalmente por tres vías: parenteral (exposición a sangre, hemoderivados,
fluidos orgánicos u órganos infectados), sexual y materno-fetal (vertical o perinatal).
Es fundamental que todo el personal sanitario tenga en cuenta la vía parenteral a causa del
riesgo de pinchazos con agujas que contengan sangre de estos enfermos (el riesgo de
infección tras un pinchazo con aguja contaminada es del 6 al 30%), por contacto de mucosas
o escarificaciones cutáneas con sangre infectada.
El diagnóstico de la hepatitis B se realiza fundamentalmente por serología, mediante un
conjunto de determinaciones para detectar los antígenos ya comentados y anticuerpos frente
a estos antígenos, que permiten establecer el estado evolutivo de la infección (aguda o
crónica) y que se conocen como marcadores serológicos del virus de la hepatitis B:
El antígeno de superficie (Australia) (AgHBs): es el primero en detectarse tras la infección.
Su presencia en suero más allá del sexto mes desde el inicio de la infección clasifica al
paciente como portador crónico. Anticuerpos frente a AgHBs (anti-HBs): son los últimos en
aparecer. Cuando se detectan en el suero indican que la infección tiende a remitir y que la
enfermedad no se cronificará en el enfermo. Son el único marcador que aparece en personas
vacunadas. Continúan siendo positivos desde varios meses hasta muchos años después sufrir
la infección aguda.
En la infección aguda existe un período de 2-4 semanas en el cual no se detecta ni AgHBs ni
anti-HBs en suero; es lo que se denomina período ventana.
Anticuerpos frente a las proteínas del Core (anti-HBc): aparecen casi simultáneamente con
HBsAg y continúan siendo positivos muchos años después de que se haya sufrido la
infección.
Antígeno e (AgHBe): su presencia, junto al AgHBs, en general, indica replicación viral y
mayor contagiosidad del enfermo.
Anticuerpos frente a AgHBe (anti-HBe): su aparición en el caso de infección aguda indica
buena evolución. En portadores crónicos de VHB (AgHBs positivos), suelen asociarse con
menor contagiosidad.
VIRUS ARN
Gripe: Denominamos así a la entidad clínica debida a la infección por virus de la gripe
(influenza) del que se conocen tres tipos de interés en patología humana: A, B y C. El virus de
la gripe es un virus ARN envuelto, entre cuyas estructuras cabe destacar la proteína NP de la
nucleocápside y la proteína M de la membrana, con la que se diferencian los tipos, y la
hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA) de la envuelta, con las que se diferencian los
subtipos de gripe A. Dentro de las cepas que han infectado a humanos de forma habitual se
diferencian 3 HA (H1, H2 y H3) y 2 NA (N1 y N2).
La gripe es una enfermedad de declaración obligatoria.
Parotiditis: El virus de la parotiditis es un virus ARN causante de la infección de las glándulas
parótidas llamada paperas o parotiditis. Clínicamente se trata de un cuadro febril, con
inflamación bilateral de glándulas parótidas, malestar general y otalgia. Con menos frecuencia
afecta a la glándula submandibular (10%) o los testículos (hasta el 25% de las veces en la
edad pospuberal, el 80% de las veces unilateral) u ovarios (un 5% de veces en la edad
pospuberal).
Sarampión: La infección por el virus del sarampión es de declaración obligatoria y constituía
una de las más frecuentes infecciones infantiles hasta la instauración de la vacunación
obligatoria.
Virus Respiratorio Sincitial: La importancia del virus respiratorio sincitial radica en ser la causa
más frecuente de infección respiratoria que requiere hospitalización en niños menores de 2
años. Es el principal agente implicado en cuadros de bronquiolitis (con menor frecuencia este
síndrome puede ser causado por otros virus respiratorios). La bronquiolitis es una infección
viral que ocurre en niños menores de 2 años y que se caracteriza por dificultad respiratoria e
hiperventilación con tos y rinorrea.
Se implica frecuentemente como causa de infección nosocomial
Picornavirus, Rinovirus Y Enterovirus: Los Picornavirus (virus pequeños con ARN) son una
familia de virus que incluye los rinovirus (causa muy frecuente de infección respiratoria no
grave de vías altas), los enterovirus y el virus de la hepatitis A (hepatavirus). Los enterovirus
se subdividen en múltiples serotipos, de los que existen más de 70 y entre los cuales se
encuentran los poliovirus, Coxsackie A y B y ECHO. Penetran en el organismo, sobre todo por
ingestión oral, multiplicándose en el tejido linfoide del tubo digestivo, incluyendo la faringe, y a
partir de aquí se diseminan por la sangre a otros órganos o siguen la luz intestinal y se
excretan por las heces.
Poliomielitis: La poliomielitis es una enfermedad de declaración obligatoria y es el cuadro
clínico de mayor gravedad entre los provocados por enterovirus. La infección se inicia por
ingestión del virus infeccioso y la multiplicación inicial se produce en la faringe y el intestino.
De ahí el virus pasa a la sangre, causando viremia transitoria y diseminación sistémica.
Hepatitis A: El virus de la hepatitis A es un miembro de la familia Picornaviridae y se ha
considerado como el principal agente de la hepatitis infecciosa adquirida por transmisión fecal-
oral, siendo la transmisión parenteral muy rara, pues la fase virémica es de muy corta
duración. La hepatitis A es una enfermedad de declaración obligatoria.
El diagnóstico es fundamentalmente serológico; la IgM específica se detecta durante la
infección activa, mientras que los anticuerpos IgG indican infección previa y son detectables
durante años.
Rabia: La rabia es una enfermedad de declaración obligatoria; es una encefalitis letal debida
a rabdovirus y que se transmite al hombre por mordedura de un animal infectado. El virus de
la rabia está presente en la saliva de los animales infectados y se transmite al hombre por
mordedura o por cortes abiertos en la piel o mucosas. Por ello, la transmisión de la rabia al
hombre depende de la presencia del virus en animales salvajes y domésticos. Los animales
más frecuentemente implicados en la transmisión de la enfermedad son perros, zorros, ardillas
y murciélagos.
El diagnóstico se efectúa por visualización de los cuerpos de Negri, y sobre todo demostrando
antígeno vírico por inmunofluorescencia en las muestras. Si se sospecha rabia en un animal,
debe vigilarse durante 10 días para ver si desarrolla la enfermedad; si ésta se desarrolla, se
sacrificará para estudiar su cerebro microscópicamente por inmunofluorescencia e inoculación
intracerebral al ratón.
Rubéola: Es una enfermedad exantemática aguda de declaración obligatoria, benigna, propia
de la infancia causada por un virus ARN. El mayor interés de su estudio radica en el poder
teratógeno de este virus cuando se infecta la mujer embarazada. Se calcula que cuando una
embarazada se infecta con el virus de la rubéola el feto se infecta también en el 84% de los
casos por debajo de la cuarta semana de gestación.
El diagnóstico es fundamentalmente serológico. En caso de infección aguda se detectan IgM
específicas. Para detectar estado inmune en la mujer asintomática se determinan IgG
antirrubéola.
Rotavirus: Tienen importancia en patología humana por ser la causa más frecuente de
gastroenteritis en niños menores de 2 años. Son muy frecuentes las epidemias en guarderías
y salas de pediatría. La transmisión de la infección es por vía fecal-oral. Las infecciones
intrahospitalarias por rotavirus son frecuentes en las salas de pediatría y la transmisión del
virus puede ser difícil de evitar, pues pueden llegar a excretarse hasta 1010 viriones por
gramo de heces y sólo se requieren unas 10 unidades de virus para iniciar la infección.
Es un virus de difícil crecimiento en cultivo y para el diagnóstico se recurre a la demostración
de antígeno en heces recientes.
Hepatitis C: El virus causante de la hepatitis C (VHC) se incluye dentro de la familia de los
Flavivirus, virus ARN envueltos. Se consideran los responsables de la mayoría de las hepatitis
postransfusionales que se clasificaban como hepatitis no A no B.
El VHC se transmite fundamentalmente por vía parenteral. Son factores o grupos de riesgo la
drogadicción por vía intravenosa y la esterilización inadecuada del material de tatuajes y
piercings. La transmisión por vía sexual y de la madre al feto son menos efectivas que en el
caso de la hepatitis B. Además, el personal sanitario y los enfermos sometidos a hemodiálisis
a largo plazo también se consideran grupos de riesgo.
El diagnóstico se realiza fundamentalmente por serología mediante técnicas de ELISA,
demostrando la presencia de anticuerpos específicos frente a antígenos virales.
Hepatitis D: Está producida por un virus ARN (virus D o agente delta), un virus defectivo, ya
que para poder replicarse e infectar nuevas células precisa la envoltura del VHB.
El diagnóstico se realiza por determinación de IgG o IgM específicas frente a este virus por
serología. Su prevención se consigue con la vacunación frente al VHB.
Virus De la inmunodeficiencia Humana: Es un virus ARN envuelto incluido dentro de la familia
Retroviridae en el género lentivirus. Su genoma está formado por ARN monocatenario
positivo, Se han descrito dos tipos de virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) causantes
de patología en humanos: VIH 1 y VIH 2.
Las células que invade el VIH son principalmente los linfocitos T (CD4 +) y, en menor medida,
otras células como las células dendríticas, macrófagos, las células de Langerhans y las
células de microglía del cerebro.
El VIH es un virus que se inactiva rápidamente con la desecación, con la acción de rayos UV,
en 30 minutos a 56-60 °C, en 10 minutos a pH menor de 6 o mayor de 10 y con germicidas
comunes como hipoclorito sódico 0,5% (lejía), alcohol al 70% y povidona yodada.
Los fluidos corporales que más partículas víricas poseen en un paciente infectado son la
sangre y las secreciones genitales, por lo que las vías fundamentales de transmisión son la
parenteral, la sexual y la materno-fetal, y las conductas que mayor riesgo de contagio poseen
son: drogadicción parenteral compartiendo jeringuillas y agujas, transfusiones, relaciones
sexuales promiscuas tanto homosexual como heterosexual, exposición accidental parenteral
y/o mucocutánea a sangre o derivados sanguíneos contaminados, situación bastante
frecuente en el personal sanitario (el riesgo de infectarse tras un pinchazo con aguja
contaminada oscila entre el 0,3 y el 0,5%).
Enfermedades Víricas Emergentes: Bajo esta denominación se incluyen aquellas virosis
cuya incidencia ha aumentado significativamente en las dos últimas décadas (p. ej., el
dengue), aquellas cuya existencia se conocía, pero han sido recientemente identificadas (p.
ej., VHC o VHE), o los nuevos virus que previamente no existían o cuya existencia en la
naturaleza se desconocía (p. ej., el VIH). Suelen ser infecciones con tendencia a distribuirse
por todos los continentes y generar problemas de salud mundial, por lo que las medidas que
se tomen para controlarlas deben ser de carácter global y universal. Existen una serie de
causas que favorecen la aparición y la diseminación de estas infecciones como son: viajes
intercontinentales turísticos, comerciales o migratorios; cambios climáticos; aves migratorias;
manipulación o contacto estrecho con tejidos animales; mejora en los procedimientos
diagnósticos, etc.
Virus Ébola. Virus causante de fiebres hemorrágicas con una letalidad del 30-90%. Pertenece
a la familia de los filoviridae (ARN) y se conocen tres subtipos que causan enfermedad en el
hombre: Zaire, Sudán y Costa de Marfil. Se desconoce el reservorio natural, aunque los
últimos hallazgos apuntan a los murciélagos de los bosques húmedos. El hombre y el
chimpancé lo adquieren por contacto con sangre o con secreciones. Arbovirus: Virus
transmitidos por picaduras de insectos, que incluyen virus de muy distintas especies, como el
citado virus del dengue, enfermedad febril a veces muy grave por complicaciones
hemorrágicas, que se distribuye fundamentalmente por zonas tropicales de América y África;
el virus Chikungunya, perteneciente a la familia Togaviridae (ARN), transmitido al hombre a
través de mosquitos y que produce una enfermedad autolimitada caracterizada por fiebre,
cefalea y artralgias, principalmente en áreas del sudeste asiático y en islas del Índico (p. ej.,
Islas Mauricio), del que ya se han descrito casos secundarios autóctonos en algunos países
europeos a partir de casos importados.
SARS-CoV-2
El 31 de diciembre de 2019 se comunicaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS)
varios casos de neumonía en Wuhan, una ciudad situada en la provincia china de Hubei. Se
trataba de un virus distinto a los conocidos, lo cual resulta preocupante porque no sabemos de
qué manera los nuevos virus pueden afectar a las personas. Una semana más tarde, el 7 de
enero, las autoridades chinas confirmaron e identificaron un nuevo betacoronavirus, una familia
de virus que causan resfriado común y enfermedades como el Síndrome Respiratorio Grave de
Oriente Medio (MERS) y el Síndrome Respiratorio Agudo y Severo (SARS). Derivado de lo
anterior genero reuniones de carácter científico, aislando una nueva cepa de coronavirus a
través de secuenciación genética, la cual se puso a disposición de la OMS facilitando a los
laboratorios de diferentes países a producir pruebas diagnósticas de PCR específicas para
detectar la nueva infección.
los signos y síntomas que presentaron los primeros casos, siendo estos: fiebre, malestar general
(> 90%), tos seca (80%), dolor torácico (20%) y dificultad respiratoria (15%). Las radiografías de
tórax han revelado radio opacidades bilaterales y las biometrías hemáticas han mostrado
comúnmente leucopenia y linfopenia. Algunos de ellos requiriendo incluso cuidados intensivos,
aunque la mayoría se encontraban estables.
Aspectos Generales del Nuevo Coronavirus 2019 (2019-nCoV)
La familia Coronaviridae, subfamilia Orthocononavirinae, incluye una amplia variedad de
coronavirus (CoV). Estos son patógenos reconocidos en humanos, mamíferos y aves. Es un virus
que pertenece a la familia de los coronavirus ARN monocatenario positivo. Puede provocar
enfermedad respiratoria aguda y neumonía grave en humanos. Fue detectado por primera vez en
diciembre de 2019.
Los CoV son virus ARN grandes, con el genoma de mayor tamaño entre los virus ARN conocidos.
El genoma, helicoidal y con una única hebra. Está empaquetado junto con una proteína
(nucleocápside). En la envoltura viral se encuentran al menos 3 estructuras proteicas: proteína M
de membrana, proteína E cuya función principal es el ensamblaje viral y la proteína S en las
espinas (spike) implicada en la penetración del virus en las células huésped atacadas. Algunos
CoV, también incluyen una proteína que actúa como esterasa de la hemaglutinina (HE). Las
espinas conforman unas protusiones en la superficie del virus que acaban en un copete más
amplio, dando una forma que recuerda a una corona, que es el origen del nombre del
microorganismo.
Enfermedades humanas causadas por Coronavirus: La familia Coronaviridae incluye una
amplia variedad de virus patógenos en humanos, los que causan desde resfriados a
enfermedades graves como:
1. El coronavirus causante del SARS (SARS-CoV) Fue identificado por primera vez en
Guangdong (China) a finales de 2002.
2. Síndrome respiratorio grave de Oriente Medio (MERS) El coronavirus causante del MERS
(MERS-CoV) identificado por primera vez en Arabia Saudí en 2012. El brote se mantiene activo:
el último caso notificado por Arabia Saudita.
3. Nuevo Coronavirus identificado en Wuhan, China (2019-NCOV En diciembre de 2019 se
registró en la ciudad china de Wuhan un brote de una enfermedad respiratoria (neumonía)
causada por un agente no identificado.
Los primeros casos parecían estar relacionados con un mercado de marisco, pescado y animales
vivos, registrándose posteriormente numerosos casos sin relación con este tipo de
establecimientos y que parecen indicar la presencia de una moderada capacidad de transmisión
humana puede constituir una enfermedad de leve o moderada. Se han notificado que la
mortalidad en los casos graves es cambiante, día a día y se ha llegado a determinar que es
menor al 5% la letalidad en comparación con el virus del SRAS, al que se le atribuye una
mortalidad entre el 10% y el 18%, y el del MERS alcanza al 35% de los casos notificados, según
la OMS.
Transmisión El Coronavirus: se transmite entre animales posteriormente por contacto con
estos puede pasar al ser humano, como en la situación del SARS-CoV que se transmitió de gatos
civeta y el MERS-CoV de camellos de dromedario. Varios coronavirus conocidos circulan en
animales que aún no han infectado a los seres humanos. Si bien no se conoce de forma precisa,
por analogía con otras infecciones causadas por virus similares, parece que la transmisión sería a
través de la infección por contacto directo con las secreciones respiratorias de un animal
infectado o de una persona enferma, con las mucosas de otra persona (nariz, boca ojos). Parece
poco probable la transmisión por el aire a distancias mayores de uno o dos metros.
Signos y Síntomas:
• Fiebre, tos seca, dolor de garganta, mucosidad nasal o nariz tapada ,dolores musculares,fatiga
(cansancio) infiltrados neumónicos invasivos en ambos pulmones observables en las radiografías
de tórax. Es frecuente que haya neumonía, en algunos casos también se pueden registrar
síntomas gastrointestinales.
Diagnostico de Laboratorio
Técnica hisopado nasofaringe y orofaringe combinado Utilizando un hisopo flexible, estéril y de
poliéster tomar muestra de nasofaringe, introduciendo el hisopo, haciendo raspado para obtener
la mayor cantidad de células epiteliales introduzca el hisopo en el medio de transporte eliminando
la parte del palillo sobrante que permita cerrar de forma adecuada el tubo para evitar derrames.
Hisopado nasal:
1. Limpieza de fosa nasal para eliminar el moco.
2. Utilizando hisopo estéril palillo de plástico y de poliéster Introduzca el hisopo en la fosa nasal
hasta llegar al fondo.
3. Deténgase allí por unos segundos.
4. Haga raspado, despacio retire el hisopo mientras lo hace girar haciendo presión sobre mucosa
nasal para obtener la mayor cantidad de células epiteliales.
5. Utilice el mismo hisopo para la otra fosa nasal
6. Coloque el hisopo en el vial que contenga MTV, eliminando la parte del palillo sobrante que
permita cerrar de forma adecuada el tubo para evitar derrames.
VIRUELA SIMICA
La viruela símica, Mpox o Monkeypox es una enfermedad infecciosa causada por un virus, puede
provocar una erupción dolorosa, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre. La mayoría de las
personas se recuperan totalmente, pero algunas enferman gravemente.
Cualquiera puede contraer la viruela símica por contacto con:
Personas infectadas, al tocarlas, besarlas o mantener relaciones sexuales;
Animales infectados, al cazarlos, despellejarlos o cocinarlos;
Materiales contaminados, como ropa de vestir o de cama o agujas;
Las embarazadas pueden transmitir el virus al feto.
La causa de la enfermedad es el virus de la viruela símica (generalmente abreviado como MPXV).
Se trata de un virus con envoltura y ADN bicatenario de la familia Poxviridae,
género Orthopoxvirus, al que también pertenecen los virus de la viruela humana, de la viruela
vacuna, de la vaccinia y otros.
El MPXV se descubrió en Dinamarca (1958) en monos destinados a la investigación; el primer
caso humano de viruela símica se notificó en la República Democrática del Congo (1970) en un
niño de 9 meses. La enfermedad puede transmitirse de persona a persona y, ocasionalmente, de
animales a personas. La viruela símica tuvo una emergencia paulatina en África Central, Oriental
y Occidental tras la erradicación de la viruela en 1980 y el fin de la vacunación antivariólica en
todo el mundo. En 2022-2023 se produjo un brote mundial. Se desconoce el reservorio natural del
virus, pero hay varios mamíferos pequeños vulnerables, como ardillas y monos.
Transmisión
La transmisión de persona a persona puede producirse por contacto directo con lesiones
infecciosas de la piel o de otras zonas, como la boca o los genitales.
El contagio puede hacerse:
Cara a cara (al hablar o respirar);
Piel con piel (al tocarse o mantener relaciones sexuales vaginales o anales);
Boca a boca (al besarse);
Boca con piel (al besar la piel o al tener relaciones sexuales orales)
Por gotículas respiratorias o aerosoles de corto alcance en caso de contacto cercano
prolongado.
A continuación, el virus entra en el organismo a través de la piel lesionada, las mucosas (por
ejemplo, oral, faríngea, ocular, genital, anorrectal) o las vías respiratorias. La viruela símica puede
contagiarse a otros miembros de la familia y a las parejas sexuales. Las personas con múltiples
parejas sexuales corren mayor riesgo.
La transmisión de animales a humanos se produce por mordeduras o arañazos, o al cazar,
despellejar, manipular cadáveres, cocinar o comer animales infectados. La magnitud de la
circulación del virus en las poblaciones animales no se conoce bien y sigue siendo objeto de
estudio.
Se puede contraer la viruela símica a partir de objetos contaminados como ropa de vestir o de
cama, a través de heridas punzantes en la asistencia de salud o en entornos comunitarios como
los salones de tatuajes.
Signos y síntomas
Los signos y síntomas suelen comenzar una semana después de la exposición, pero pueden
hacerlo pasados 1 a 21 días. Suelen durar de 2 a 4 semanas, o más en personas con sistema
inmunitario debilitado.
Síntomas frecuentes: erupción cutánea, fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolores
musculares, dolor de espalda, falta de energía, ganglios linfáticos inflamados.
En algunos casos el primer síntoma es una erupción cutánea, pero otros pueden presentar antes
síntomas diferentes.
La erupción comienza como una mancha que se convierte en una vesícula llena de líquido y
puede picar o doler. A medida que la erupción se cura, las lesiones se secan y se cubren de
costras que acaban por caer.
Puede haber solo unas pocas lesiones cutáneas o cientos de ellas. Las lesiones pueden aparecer
en cualquier parte del cuerpo, como:
palmas de las manos y plantas de los pies; cara, boca y garganta; ingles y genitales; ano
Algunos casos también presentan hinchazón dolorosa del recto o dolor y dificultad para orinar.
Los pacientes son contagiosos hasta que todas las lesiones hayan cicatrizado y se haya
renovado la piel.
Diagnóstico
No siempre es fácil identificar la viruela símica, ya que otras infecciones y afecciones pueden
tener un aspecto similar. Es importante distinguirla de la varicela, el sarampión, las infecciones
cutáneas bacterianas, la sarna, el herpes, la sífilis, otras infecciones de transmisión sexual y las
alergias a medicamentos. Los pacientes con viruela símica también pueden tener otras
infecciones de transmisión sexual, como el herpes, y los niños con sospecha de viruela símica
también pueden tener varicela. Así pues, las pruebas de laboratorio son fundamentales para que
los pacientes sean tratados lo antes posible y se evite una mayor propagación.
La prueba de laboratorio preferida consiste en la detección del ADN del virus mediante PCR. Las
mejores muestras son las tomadas directamente de las lesiones cutáneas (piel, líquido o costras)
mediante un frotis enérgico; en ausencia de lesiones cutáneas, pueden obtenerse mediante frotis
orofaríngeo, anal o rectal. No se recomiendan los análisis de sangre. Las pruebas de anticuerpos
pueden no ser útiles, ya que no distinguen entre los distintos ortopoxvirus.
Bibliografía
Microbiología en ciencias de la salud, Conceptos y aplicaciones/ 3 edición/Manuel de la Rosa,
José Prieto, José María Navarro.
Unidad de Vigilancia de la Salud / Lineamientos para la vigilancia epidemiológica, manejo,
control y prevención de Covid-19 / 7 de abril 2020