Dengue
Introducción
El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, principalmente por Aedes
aegypti y, en menor medida, Aedes albopictus. Es causada por el virus del dengue (DENV),
perteneciente a la familia Flaviviridae. El dengue se ha convertido en una de las principales
causas de morbilidad en áreas tropicales y subtropicales del mundo, y su incidencia ha
aumentado significativamente en las últimas décadas.
Aspectos Microbiológicos
El virus del dengue (DENV) es un virus ARN monocatenario de sentido positivo,
perteneciente al género Flavivirus. Existen cuatro serotipos distintos de DENV: DENV-1,
DENV-2, DENV-3 y DENV-4. Todos los serotipos pueden causar una enfermedad que varía
desde una infección asintomática hasta el dengue grave, pero la infección por un serotipo
no confiere inmunidad cruzada completa contra los otros, lo que permite la posibilidad de
infecciones secundarias más severas.
   ●   Genoma: El ARN del DENV codifica tres proteínas estructurales (C, prM, E) y siete
       proteínas no estructurales (NS1, NS2A, NS2B, NS3, NS4A, NS4B, NS5). La proteína
       E es la principal responsable de la entrada viral al unir el virus a los receptores
       celulares.
   ●   Replicación viral: Una vez que el virus ingresa a los mosquitos o a los humanos, se
       une a receptores específicos en las células huésped, es internalizado por
       endocitosis, y su ARN es liberado en el citoplasma. A continuación, ocurre la
       traducción y replicación del ARN, seguido por el ensamblaje de nuevos viriones y la
       liberación de estos a través de la vía secretora.
Epidemiología
El dengue es endémico en más de 100 países, afectando aproximadamente a 400 millones
de personas al año, de las cuales 100 millones presentan síntomas clínicos. La enfermedad
es más común en América Latina, el sudeste asiático, y algunas partes de África y el
Pacífico occidental. En áreas urbanas y periurbanas donde la población de Aedes es alta, el
dengue es más prevalente.
Factores como la urbanización no controlada, la globalización y el cambio climático han
contribuido al aumento de la incidencia del dengue, favoreciendo la expansión geográfica
del vector. Además, los movimientos migratorios y el transporte internacional facilitan la
diseminación de los serotipos virales.
Transmisión
El virus del dengue se transmite principalmente por la picadura de mosquitos infectados,
especialmente Aedes aegypti, que se reproduce en agua estancada. El ciclo de transmisión
incluye un periodo de viremia en humanos, durante el cual los mosquitos pueden picar a
una persona infectada y propagar el virus a otras personas.
Manifestaciones Clínicas
La infección por el virus del dengue tiene un amplio espectro de presentaciones clínicas,
desde infecciones subclínicas hasta formas graves y potencialmente mortales. Se clasifica
en tres formas:
   1. Fiebre del dengue (dengue clásico):
         ○ Se caracteriza por fiebre alta repentina (39-40 °C), cefalea intensa, dolor
             retroocular, mialgias, artralgias, erupción cutánea y linfadenopatía. También
             puede haber síntomas gastrointestinales como náuseas y vómitos. Estos
             síntomas suelen durar entre 2 y 7 días y son seguidos por una fase de
             recuperación.
   2. Dengue con signos de alarma:
         ○ Los pacientes desarrollan síntomas como dolor abdominal intenso, vómitos
             persistentes, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas y letargo. Estos
             signos de alarma son indicativos de una mayor probabilidad de progresión
             hacia formas más graves de la enfermedad.
   3. Dengue grave:
         ○ En una minoría de los casos, la enfermedad progresa hacia el dengue grave,
             que puede incluir shock por extravasación de líquidos (síndrome de shock
             por dengue), hemorragias graves y daño orgánico. Es más común en
             pacientes que ya han tenido una infección previa con otro serotipo.
Fases Clínicas
   1. Fase febril: Comienza con una fiebre alta y síntomas inespecíficos. Puede haber
      erupción cutánea y hemorragias menores.
   2. Fase crítica: Generalmente ocurre entre el tercer y séptimo día. Aquí, la fiebre
      puede disminuir, pero puede aparecer extravasación de plasma, lo que lleva al
      riesgo de shock o hemorragia grave.
   3. Fase de recuperación: Si el paciente sobrevive a la fase crítica, la reabsorción de
      líquidos ocurre de manera gradual, y la mejora clínica es evidente.
Diagnóstico
El diagnóstico del dengue incluye una combinación de hallazgos clínicos y pruebas de
laboratorio.
   ●   Métodos serológicos: Se pueden detectar anticuerpos IgM e IgG específicos para
       el virus del dengue mediante ensayos de inmunoabsorción enzimática (ELISA). Las
       IgM son detectables a partir del cuarto o quinto día de la enfermedad.
   ●   Diagnóstico molecular: La detección del ARN viral mediante la reacción en cadena
       de la polimerasa (PCR) es el método más confiable en las primeras fases de la
       infección.
   ●   Hemograma: La trombocitopenia es común en las fases críticas, y también puede
       observarse un aumento del hematocrito debido a la extravasación de plasma.
Tratamiento
No existe un tratamiento antiviral específico para el dengue. El manejo es principalmente de
soporte y depende de la gravedad de los síntomas.
   1. Fiebre del dengue: El manejo incluye hidratación oral y el uso de antipiréticos como
      el paracetamol para controlar la fiebre. Se debe evitar el uso de antiinflamatorios no
      esteroideos (AINEs), como el ibuprofeno, debido al riesgo de hemorragia.
   2. Dengue con signos de alarma y dengue grave: Requieren hospitalización para
      monitoreo y manejo de fluidos intravenosos. La reposición de líquidos es crucial para
      prevenir el shock por extravasación de plasma. En casos de hemorragia grave,
      puede ser necesario el uso de transfusiones sanguíneas.
Prevención
La prevención del dengue se basa en el control de los vectores y la interrupción de su ciclo
de vida:
   ●   Control de los mosquitos: Eliminación de criaderos de mosquitos, uso de
       insecticidas y mosquiteros impregnados de insecticida, y campañas de educación
       comunitaria.
   ●   Vacunas: Existe una vacuna aprobada llamada Dengvaxia, que se recomienda para
       personas que ya han tenido una infección previa por dengue. Sin embargo, la
       vacunación en individuos seronegativos puede aumentar el riesgo de dengue grave
       en infecciones posteriores.
Conclusión
El dengue es una enfermedad viral compleja con una gran variedad de manifestaciones
clínicas. Aunque la mayoría de los casos son autolimitados, una minoría puede evolucionar
hacia formas graves con riesgo de muerte. La clave para el manejo eficaz radica en el
diagnóstico temprano, el seguimiento adecuado de los signos de alarma, y un manejo de
soporte oportuno. Dada la falta de un tratamiento antiviral efectivo, la prevención y control
del vector sigue siendo el enfoque más importante en la lucha contra el dengue.
Referencias en formato APA
   ●   Murray, P. R., Rosenthal, K. S., & Pfaller, M. A. (2017). Microbiología médica (8ª ed.).
       Elsevier.
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       https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/dengue-and-severe-dengue