¿QUÉ NO TE DEJA VER A CRISTO?
Tema: Las cosas de nuestra vida que nos impiden ver a Jesús.
Propósito: Que las personas puedan ir por encima de todo aquello que les impide ver a
Jesús y tengan un encuentro verdadero con ÉL.
Texto: Lc. 18:35 y Lc. 19:1-10
Introducción: Y ahora quiero contarles una ilustración que nos ayudara a entender mejor
lo que quiero enseñarles hoy
Ilustración: Resulta que un día había un aprendiz de aviador. Su profesor de vuelo le
preguntó: “Va usted en un avión, se declara una tormenta y le inutiliza a usted el motor.
¿Qué debe hacer?”. Y el estudiante le contesta: “Seguiré con el otro motor”. “Bueno –dijo
el profesor-. Pero llega la tormenta y le deja sin ese motor. ¿Cómo se las arregla
entonces?”. “Pues seguiré con el otro motor.” “También se lo destruye una tormenta. ¿Y
entonces?” “Pues seguiré con otro motor.” “Vamos a ver –extrañado el profesor-, ¿Se
puede saber de dónde saca usted tantos motores? Y el alumno, imperturbable le dice: “Del
mismo sitio del que usted saca tantas tormentas”.
Y esto es lo que quiero que aprendamos hoy que tantas tormentas vengan sobre nuestras
vidas tantos motores saquemos para salir de ellas.
I. NO PODIAN VER A JESÚS
A. Aunque Bartimeo era ciego era el que tenía los ojos más abiertos que
ninguno, porque sin verle pudo reconocer que Jesús era el Hijo de Dios
“Jesús Hijo de David”.
B. Hay una correlación entre los dos pasajes:
i. Los dos no podían ver a Jesús
1. Uno porque era ciego
2. Otro porque era de baja estatura
C. Eran cosas propias, y aquí quiero que nos hagamos una pregunta ¿Qué cosas
no nos dejan / te ver a Jesús? ¿Tus ocupaciones? ¿Tus afanes?
II. ¿QUÉ VAS A HACER?
A. Bartimeo y Zaqueo tenían una oposición delante, uno tenía un pueblo que
gritaba para callarlo y el otro una multitud que le impedía verlo.
B. Yo me imagino a la gente gritándole a Bartimeo que se callara, que no
molestara más con sus gritos y me imagino una multitud tan pegada y a este
hombre de baja estatura tratando de ponerse en puntas para si quiera
alcanzar a ver algo.
C. Y hoy para nosotros no es muy diferente, quizás hoy no hay gente
gritándonos, pero hay distracciones que parecen gritar más alto que nuestra
pasión por Dios, hay ocupaciones y afanes que se interponen como una
multitud entre Jesús y nosotros.
D. ¿Pero qué vas a hacer?
i. Puedes gritar más fuertes como Bartimeo
ii. puedes subir a un árbol como Zaqueo
E. Ir por encima de la oposición
i. No es el hecho de gritar más alto
Ni tampoco subir a un árbol
Es que tu pasión por Jesús vaya por encima de lo que te limita, es
que tu oración vaya más alta.
III. JESÚS TE LLAMA
A. Cuando haces esto
i. Muchos van a intentar callarte (Como a Bartimeo)
ii. Muchos otros van a decir que eres un pecador y te señalaran (como a
Zaqueo)
B. Pero en los dos pasajes pasa lo mismo:
Jesús los llama
i. No escuches a los que quieren apagar tu fe.
ii. No escuches a los que no quieren que veas a Jesús
iii. No escuches a lo que te distrae
C. Porque sí no los escuchas y sigues clamando y buscándole:
i. JESÚS TE VA A LLAMAR POR TU NOMBRE Y TE VA A
DECIR:
IV. ¿QUÉ QUIERES QUE TE HAGA?
A. Parecería lógico pensar que un ciego quiere ser sano de su ceguera pero
B. Dios no piensa así
i. Cuando logras llamar la atención de Dios, Cuando logras que Él pare
y te voltee a mirar Él te dice:
C. “¿Qué quieres que te haga?”
Fue lo que le pasó a Salomón
i. La Biblia nos dice como Salomón con una ofrenda hizo que Dios lo
mirará
Y una noche se le apareció Dios y le dijo: “Pide me lo que quieras
que te dé” 1 Reyes 3:5
Jesús no solo estaba ofreciendo sanidad a Bartimeo, le estaba
abriendo las despensas del cielo para que le pidiera lo que fuera
Por eso la multitud lo callaba. Porque el diablo sabe que, si te
encuentras con Jesús, que sí logras que te voltee a mirar empezaras a
andar con las ventanas del cielo abiertas sobre tu vida.
Conclusión: Así que hoy tomemos la decisión de gritar más alto que la multitud, a subir a
ese árbol,
A tener más pasión que ocupaciones, y no solo vendrá bendición, no solo tendrás las ventas
abiertas. Cuando encuentras a Jesús viene la salvación a tu casa
“Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham” Lc.
19:9
Quizás hoy llevas días sin orar, días sin sentirlo, sientes que hay una multitud entre tú y
Jesús, el estrés, la ansiedad, pero Dios está pasando hoy junto a ti, ALZA TU VOZ y clama
a él,
Súbete a ese árbol y haz que ÉL te voltee a mirar.