INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL
UNIDAD PROFESIONAL INTERDISCIPLINARIA
DE INGENIERIA , CIENCIAS SOCIALES Y
ADMINISTRATIVAS.
“El Mono Desnudo”
Desmond Morris
Integrantes:
Espinosa de los Monteros Mares Rafael Emiliano 2019602432
Gómez Cañedo Benítez Filiberto 2019600393
Profesor: Torres Acuña Rafael
Secuencia: 1IM44
Fecha de Entrega: 14 de Abril del 2020
Introducción
“El Mono Desnudo” es un estudio sobre el ser humano moderno, su
comportamiento como animal y la evolución que ha sufrido. Es una explicación
objetiva de lo que es el ser humano, tratándole como si fuera un animal cualquiera
(lo que es en realidad).
Describe el comportamiento humano desde un punto de vista estrictamente
etológico y, en cierta medida, evolutivo. El autor nos describe en este libro las
diferentes facetas de nuestra especie y cómo éstas pudieron evolucionar a partir
de nuestros ancestros. Para Morris, nuestro comportamiento no sería más que la
expresión levemente desviada de este modo de vida.
Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos. Ciento noventa y
dos de ellas están cubiertas de pelo. La excepción la constituye un mono desnudo
que se ha puesto a sí mismo el nombre de Homo sapiens. Esta rara y floreciente
especie pasa una gran parte de su tiempo estudiando sus más altas motivaciones,
y una cantidad de tiempo igual ignorando sus actividades fundamentales. Se
muestra orgulloso de poseer el mayor cerebro de todos los primates, pero en si es
un mono muy parlanchín, sumamente curioso y multitudinario, y es hora de que
estudiemos su comportamiento básico.
Capítulo 1: Orígenes
La gran ventaja que tenemos cuando queremos estudiar al ser humano como se
estudian a los animales; es que nosotros no somos una especie peculiar,
circunstancia que nos impone una actitud humilde muy propia de la investigación
científica.
¿Cómo habremos de empezar?
Podemos empezar comparándolo con otras especies que parecen íntimamente
relacionadas con él. A juzgar por los dientes, las manos, los ojos y varios rasgos
anatómicos, es evidentemente una clase de primate, aunque una clase
sumamente rara.
Las piernas son demasiado largas; los brazos, demasiado cortos, y los pies,
bastante extraños. Salta a la vista que esta especie de primate ha desarrollado
una clase especial de locomoción que ha modificado su forma básica. Pero hay
otra característica que llama la atención: la piel es visiblemente lampiña; no tiene
pelo.
Si el pelo desaparece, es evidente que existieron poderosas razones para que
este desapareciera. Con pocas excepciones, este drástico paso ha sido dado
únicamente cuando los mamíferos se han encontrado en un medio completamente
nuevo, con condiciones ambientales totalmente diferentes.
El grupo de los primates, al cual pertenece nuestro mono desnudo, proviene
originalmente del primitivo tronco insectívoro. Estos primeros mamíferos fueron
criaturas pequeñas e insignificantes, que pasaban el día corriendo y
escondiéndose en los bosques, mientras los señores reptiles dominaban la escena
animal. Entre ochenta y cincuenta millones de años atrás, al colapsarse la gran
era de los reptiles, los pequeños comedores de insectos empezaron a salir de sus
escondites y decidieron aventurarse por nuevos territorios.
Los primitivos comedores de insectos empezaron a ampliar su dieta y a resolver
los problemas digestivos de solo ingerir frutas, nueces, bayas, yemas y hojas. Al
evolucionar hacia las formas más toscas de primates, su visión mejoró, los ojos se
fueron desplazando hacia la parte delantera de la cara, y las manos evolucionaron
para poder agarrar la comida.
¿Qué les ocurrió a los primitivos monos? Sabemos que el clima empezó a trabajar
contra ellos y que, hace aproximadamente quince millones de años, su dominio de
los bosques se vio considerablemente reducido en extensión.
Al enfrentarse con un medio completamente nuevo, nuestros antepasados se
encontraron ante una difícil decisión. O tenían que convertirse en mejores
cazadores que los viejos carnívoros, o habían de aprender a vivir de las hierbas,
mejor que los viejos herbívoros.
Los monos terrícolas ancestrales tenían un cerebro grande y ya muy desarrollado,
buenos ojos y manos eficientes capaces de agarrar objetos. Y, como primates que
eran, habían alcanzado, inevitablemente, cierto grado de organización social.
Entonces empezaron a producirse cambios vitales, mediante una fuerte presión
por aumentar sus facultades de cazadores. Se tornaron en seres erectos
(empezaron a caminar en dos patas), se volvieron más veloces, mejores
corredores. Sus manos se libraron de las funciones propias de la locomoción, ya
no eran utilizadas para moverse, se fortalecieron y adquirieron eficacia en el
manejo de las armas. Su cerebro se hizo más complejo, más lúcido, más rápido
en sus decisiones.
El paso siguiente al empleo de herramientas fue la confección de las mismas, y, al
mismo tiempo de este progreso, se perfeccionaron las técnicas de caza, no sólo
en cuanto a las armas, sino también a la colaboración social. Los monos
cazadores lo eran en grupo, y al mejorar su técnica de caza mejoraron también
sus métodos de organización social.
El grupo cazador estaba compuesto esencialmente de machos. Las hembras
estaban demasiado ocupadas en el cuidado de los pequeños para poder formar
parte de la persecución y en la captura de las víctimas.
Al aumentar la complejidad de la caza y hacerse más largas las excursiones, el
mono cazador sintió la necesidad de abandonar la vida incierta y nómada de sus
antepasados. De esta manera, el mono cazador se convirtió en mono sedentario.
Empezó a inventar comodidades domésticas: fuego, despensa, refugios
artificiales.
El grupo o «clan» que vive en las residencias base puede componerse de diez a
cien miembros. Las hembras no suelen alejarse de la zona que rodea su base; en
cambio, los machos son más movedizos y, a veces, extienden sus cacerías a
otras zonas. Son frecuentes las luchas entre clanes si sus miembros son
sorprendidos fuera de su territorio, pero hay pocas luchas entre miembros de un
mismo clan. Sabemos que el reparto de comida se practica en muchas especies.
Naturalmente, cuando la caza se da bien, hay comida suficiente para todo el clan.
El equipo sensorial de los primates superiores está mucho más dominado por el
sentido de la vista que por el del olfato. En la vida arbórea, el hecho de ver bien es
mucho más importante que el de oler bien, por ello es que la nariz se ha hundido
considerablemente, para dar a los ojos un mejor campo visual. Cuando se trata de
buscar comida, los colores de los frutos constituyen algo importante y por esto los
primates, a diferencia de los carnívoros, han desarrollado una buena visión de los
colores.
La constitución física del primate es buena para trepar y engancharse de los
árboles, pero no para correr velozmente por el suelo, ni para realizar hazañas que
requieran mucha resistencia. Tienen el cuerpo ágil del acróbata, pero no la
constitución robusta del vigoroso atleta. Sus manos son buenas para agarrar, pero
no para desgarrar o golpear. Sus mandíbulas y dientes son relativamente fuertes,
pero no tienen comparación con los macizos y trituradores aparatos dentales de
los carnívoros.
El mono desnudo. ¿Hasta qué punto fue capaz de modificarse a sí mismo? ¿Y en
qué clase de animal se convirtió por esta causa? Para empezar, poseía el equipo
sensorial menos adecuado para la vida a ras de tierra. Su olfato era demasiado
débil, y su oído no lo bastante agudo. Su constitución física, era nada apta para
las extensas pruebas de resistencia y velocidad.
En cuanto a su personalidad, tendía más a la competitividad que a la colaboración,
y no estaba hecho para el planeamiento y concentración. En cambio, tenía, por
fortuna, un excelente cerebro, mejor, en términos de inteligencia general, que el de
sus rivales carnívoros. Si conseguía mantener su cuerpo en posición vertical,
modificar sus manos en un sentido y sus pies en otro, seguir mejorando su
cerebro y emplearlo lo mejor posible, podía tener una probabilidad de éxito.
Como la batalla tenía que ganarse más con inteligencia que con cuestiones
fisiológicas, la evolución tenía que dar un paso decisivo para aumentar en gran
manera el poder del cerebro.
Otro rasgo a tomar en cuenta es la aparición de la:
Neotenia por el cual ciertos rasgos juveniles o infantiles se conservan y prolongan
en la vida adulta.
En nuestra especie, el cerebro tiene, al nacer, sólo el 23 % de su tamaño adulto y
definitivo. El crecimiento rápido prosigue durante los 6 primeros años, y no se
alcanza el pleno desarrollo hasta los 23, así es como el proceso de desarrollo
neurológico dura más tiempo.
Debido a la extraordinaria duración del período de dependencia de los jóvenes con
sus padres, y a las tremendas exigencias de éstos, las hembras se encontraron
confinadas en el hogar. Por lo tanto, los machos eran los únicos que salían a
cazar.
Para un primate macho, el hecho de salir en busca de comida y dejar a sus
hembras sin protección contra los intentos de cualquier otro macho que pudiera
rondar por allí, era algo inaudito.
La solución consistió en la creación de un lazo que apareaba a los individuos. Los
monos cazadores macho y hembra tenían que enamorarse y guardarse fidelidad.
Resolvía tres problemas de un solo golpe:
Las hembras estaban ligadas a sus machos individuales y les permanecían
fieles mientras éstos estaban de caza.
La reducción en las graves rivalidades sexuales entre los machos, lo que
contribuía a desarrollar su espíritu de colaboración.
La creación de una unidad familiar a base de un macho y una hembra
beneficiaba al niño/joven. La pesada tarea de criar y adiestrar a un joven
que se desarrollaba lentamente exigía una coherente unidad familiar.
Quizá la explicación más conveniente de la pérdida de vello es la que lo considera
como un medio de refrigeración. Al salir de los fríos bosques, el mono cazador se
exponía a temperaturas mucho más elevadas que las que estaba acostumbrado a
soportar, y así sé concluye que se quitó el abrigo de piel para evitar un exceso de
calor.
Y ahí tenemos a nuestro “mono desnudo”, vertical, cazador, fabricante de armas,
territorial, neoténico, cerebral, primate por nacimiento y carnívoro por adopción,
dispuesto a conquistar el mundo.
Capítulo 2: Sexo
El comportamiento sexual pasa, en nuestra especie, por tres fases características:
formación de la pareja, actividad pre-copulativa, y cópula.
Fase de Formación de la Pareja o Galanteo
Es notablemente prolongada, a escala animal, y con frecuencia dura semanas e
incluso meses. Se caracteriza por un comportamiento experimental y ambivalente,
que implica conflictos entre el miedo, la agresión y la atracción sexual. El
nerviosismo y la vacilación disminuyen poco a poco si las mutuas señales
sexuales son lo bastante fuertes. Estas comprenden expresiones faciales
complejas, actividades del cuerpo y manifestaciones verbales.
Después de las fases iniciales de exhibición visual y vocal, se realizan contactos
corporales. Los contactos de las manos y los brazos van seguidos de los de la
boca a cara y de boca a boca.
Fase Pre-copulativa
Aumenta de manera chocante la adopción de la posición horizontal. Los contactos
entre los cuerpos aumentan de intensidad y duración. Las posiciones poco
intensas de costado dan progresivamente paso a los contactos cara a cara de
gran intensidad.
La pareja se despoja total o parcialmente de la ropa y el estímulo táctil de piel a
piel es aumentado en una zona lo mayor posible.
Las manos y los dedos exploran toda la superficie del cuerpo, pero especialmente
la parte delantera y, cuando la intensidad es mayor, las nalgas y la región genital.
Fase Copulativa
La fase copulativa es típicamente mucho más breve que la pre-copulativa. En la
mayoría de los casos el macho llega al momento de la eyaculación en pocos
minutos. Otras hembras primates no parecen llegar a una culminación del episodio
sexual; en cambio, la hembra del mono desnudo constituye una excepción a este
respecto. Si el macho sigue copulando durante largo rato, también la hembra
alcanza un momento de consumación, una experiencia orgásmica explosiva, tan
violenta y liberadora de la tensión como la del macho, y fisiológicamente idéntica.
Las respuestas sexuales
En ambos sexos se producen considerables aumentos de las pulsaciones, de la
presión sanguínea y de la respiración.
El número de pulsaciones, que normalmente es de 70 a 80 por minuto, se eleva a
90 ó 100 durante las primeras fases de la actividad intensa y llega hasta 150 en el
orgasmo. La presión sanguínea, que empieza aproximadamente en 120, se eleva
a 200 e incluso a 250 en el momento del clímax sexual. La respiración se hace
más profunda y rápida.
La Distribución de las Actividades Sexuales
Durante la primera década de vida, ninguno de ambos sexos puede tener
verdadera actividad sexual.
Inmediatamente podemos observar que la actividad sexual es mucho más intensa
en nuestra especie que en las de los demás primates.
Son rarísimos los monos que establecen relaciones prolongadas de apareamiento.
La actividad pre-copulativa es muy breve y consiste, generalmente, en unas
cuantas expresiones. El acto en sí también es muy breve. La hembra no parece
experimentar la menor excitación.
Además de esto, se puede analizar la limitación física para la copulación. Cuando
una mona queda preñada o amamanta a su pequeño, deja de ser sexualmente
activa. En cambio, nuestra especie ha extendido también su actividad sexual a
estos períodos, de manera que sólo hay un breve tiempo, inmediatamente antes y
después del parto
El mono desnudo es el primate actual de sexo más activo, y esto trajo como
problema la complejidad del acto sexual.
El mono desnudo tenía que crear la facultad de enamorarse, de unirse
sexualmente con un solo compañero, a fin de lograr el lazo entre los dos.
El método más sencillo y directo de lograrlo consiste en hacer más complejas y
placenteras las actividades compartidas de la pareja. En otras palabras, conseguir
que el sexo fuera más sexo.
La gran abundancia de copulación en nuestra especie se debe, no a la producción
de retoños, sino al reforzamiento del lazo entre la pareja, gracias al goce mutuo de
la pareja.
Además del aumento en la cantidad de tiempo empleado para las actividades
sexuales, la evolución nos desnudó la piel y nos dio manos más sensibles, nos
brindó un campo mucho más amplio para el estímulo sexual del contacto entre los
cuerpos.
Análisis de Actividades Cotidianas
La Prostitución
Hay naturalmente una unión real, pero queda absolutamente limitada a la fase
copulativa. La primera fase de galanteo e incluso las actividades pre-copulatorias
se reducen al mínimo. Si el varón satisface su deseo de novedad sexual
copulando con una prostituta, puede dañar el lazo que le une a su pareja, pero
menos que si acude a una aventura amorosa romántica no copulativa.
Homosexualidad y Masturbaciòn
Estas actividades inútiles, desde el punto de vista de la reproducción, pueden ser
biológicamente ventajosas, porque pueden contribuir a evitar frustraciones
sexuales.
Capítulo 3: Crianza
Una vez la hembra ha sido fertilizada, y el embrión ha empezado a desarrollarse
en el útero, el embrión en desarrollo experimenta una fijación en el ruido del latido
del corazón.
El hecho de descubrir el ruido familiar después del nacimiento podría producir un
efecto calmante en el niño, especialmente al verse lanzado al mundo exterior,
extraño y temible.
El niño recién nacido se mueve relativamente poco. A diferencia de otras especies
de primates, está muscularmente poco desarrollado. En nuestra especie el recién
nacido es totalmente impotente y sólo puede hacer pequeños movimientos con los
brazos y las piernas.
Aproximadamente en el mismo momento en que el niño empieza a andar sin
ayuda, comienza también a pronunciar sus primeras palabras, muy pocas y
sencillas al principio; pero pronto crece su vocabulario con asombrosa rapidez.
Nuestras señales sonoras innatas permanecen y conservan sus importantes
papeles. El grito, el sollozo, la risa, el rugido, el gemido y el llanto transmiten los
mismos mensajes a todos y en todas partes.
La risa se convierte en señal de juego, una señal susceptible de ser fomentada y
desarrollada por la progresiva interacción entre el niño y sus padres. Si ésta
produce excesivo espanto o dolor, la reacción derivará hacia el llanto y provocará
inmediatamente una respuesta protectora.
El proceso de crianza tiene dos fases: la primera se dirige hacia el interior, en la
que el niño es mimado, amado y protegido por la madre, instándole seguridad. La
segunda está dirigida hacia el exterior, los niños establecen contactos con otros
jóvenes, la madre se vuelve menos cariñosa y se limita sólo a la protección hacia
su hijo.
Mucho de lo que hacemos en nuestra edad adulta se fundamenta en lo que
observamos durante los años de nuestra infancia. en realidad, lo único que
hacemos es someternos a una serie de imitaciones, profundamente arraigadas en
nosotros y “olvidadas” desde hace largo tiempo. Lo que hace tan difícil en las
sociedades el cambio de costumbres y de “creencias”.
Capítulo 4: Exploración
Todos los mamíferos poseen un fuerte impulso exploratorio, pero en algunos de
ellos es más decisivo que en otros. Esto depende en gran manera del grado de
especialización (depende de la complejidad de sus actividades cotidianas) que
hayan alcanzado en el curso de su evolución.
En nosotros, la curiosidad infantil se fortalece y se extiende a nuestros años
maduros. Nunca dejamos de investigar. Nunca pensamos que sabemos lo
bastante para vivir. Cada respuesta nos lleva a otra pregunta. La tendencia a
sentirse atraído por la novedad ha sido llamada neofilia.
De tanto amor a la investigación/ exploración se desarrolló un método para llevarla
a cabo:
1) Investigarás lo que no conoces hasta que llegue a serte familiar
2) Repetirás rítmicamente lo familiar
3) Analizaras todas las opciones posibles.
4) Elegirás la opción más rentable
5) Combinación de opciones
En todo comportamiento exploratorio, sea artístico o científico, se desarrolla el
eterno combate entre los impulsos neofílico o neofóbico.
El impulso neofilico nos empuja a nuevas experiencias; nos hace buscar la
novedad.
El segundo nos retiene, hace que nos refugiemos en lo conocido.
Nos hallamos constantemente en un estado de equilibrio inestable entre las
atracciones opuestas del nuevo estímulo excitante y del antiguo y familiar. Si
perdemos nuestra neofilia, nos quedaremos estancados. Si perdemos nuestra
neofobia, correremos hacia el desastre.
Cuando no hay variabilidad en el medio, el impulso exploratorio se retrae; esto
puede llegar a causar aburrimiento o el desarrollo de los llamados “tics”(repetición
de actividades que nos calman).
Capítulo 5: Lucha
Los animales luchan entre sí por una de dos razones: para establecer su dominio
en una jerarquía social, o para hacer valer sus derechos territoriales sobre un
terreno.
En casi todas las sociedades, existe una jerarquía social rígidamente establecida,
con un macho dominante encargado de gobernar el grupo, y con todos los demás
sometidos a él, en diversos grados de subordinación.
Cuando un mamífero experimenta una excitación agresiva, se producen en su
cuerpo una serie de cambios fisiológicos básicos.
Sistema nervioso automático.
Este sistema se compone de dos subsistemas opuestos y que se complementan:
el simpático y el parasimpático.
El simpático es el encargado de preparar el cuerpo para la actividad
violenta.
El parasimpático, le incumbe la tarea de conservar y restaurar las reservas
corporales.
En circunstancias normales, el cuerpo escucha las dos voces y mantiene un feliz
equilibrio entre ellas; pero cuando se produce un fuerte impulso agresivo escucha
únicamente al sistema simpático.
Al activarse éste, la sangre recibe adrenalina y todo el sistema circulatorio se ve
profundamente afectado, aumenta la presión sanguínea.
Todos estos cambios sirven para preparar al animal para el combate. Como por
arte de magia, eliminan instantáneamente la fatiga y suministran grandes
cantidades de energía para la próxima supuesta lucha física por la supervivencia.
La sangre es impulsada a los sitios donde es más necesaria: al cerebro, para
activar el pensamiento, y a los músculos, para la acción violenta.
En general, el animal que es provocado a luchar no se lanza directamente a un
ataque total. Empieza amenazando con atacar. Si, en este estado, ofrece un
aspecto lo bastante intimidatorio para su rival, y éste se echa atrás, todo esto
habrá salido ganando. La victoria puede alcanzarse sin derramamiento de sangre.
La amenaza y la contra-amenaza han sustituido en gran parte a la verdadera
lucha física. Existe una fuerte tendencia biológica a dejarse apaciguar, por
actitudes de sumisión, esta predisposición puede ser aprovechada si empleamos
las señales adecuadas.
LEY DE LA SELVA
Si una especie quiere sobrevivir, no puede permitirse el lujo de andar por ahí
matando a los de su propia clase. La agresión dentro de la especie tiene que ser
impedida y controlada, y cuanto más poderosas sean las armas letales de una
especie particular, mayores habrán de ser los impedimentos para emplearlas en
disputas entre rivales.
La gran sobrepoblación producirá violencias y tensiones sociales que destruirán
nuestras sociedades mucho antes de que nos muramos de hambre.
Capítulo 6: Alimentación
Las perfeccionadas técnicas de la agricultura moderna reemplazaron para la
mayoría de los varones adultos de nuestras sociedades su papel de cazadores. Lo
compensan saliendo a “trabajar”. El trabajo ha sustituido a la caza, pero ha
conservado muchas de sus características fundamentales.
Requiere un viaje regular desde el hogar hasta los campos de “caza” /
lugares de trabajo.
Es una ocupación predominantemente masculina y ofrece oportunidades
para la interacción entre varones y la actividad de grupo.
Involucra riesgos y planes estratégicos.
Otra cuestión que merece ser considerada es el por qué ingerimos la comida
caliente. Pueden darse 3 posibles explicaciones:
Una de ellas es que con ello se consigue “la temperatura de la presa”. Esto
implica que comemos la comida aproximadamente a la misma temperatura
que las otras especies carnívoras lo hacen al cazar.
Otra posible interpretación es que tenemos los dientes tan débiles que nos
vemos obligados a “ablandar” la carne mediante su cocción.
La tercera explicación es que, al aumentar la temperatura de la comida,
mejoramos su sabor.
Algo curioso de nuestra alimentación es nuestra afición a lo dulce. Es algo
totalmente ajeno al verdadero carnívoro, pero típico del primate. Cuando la comida
natural de los primates madura y adquiere las condiciones adecuadas para su
consumo, suele también endulzarse.
Cuando nos convertimos en cazadores, tuvimos lo mejor de ambos mundos.
Añadimos a nuestra dieta la carne, de alto valor nutritivo, pero no abandonamos
nuestra antigua calidad omnívora de primates.
“Las operaciones agrícolas en gran escala han permitido el desarrollo de enormes
poblaciones, pero el hecho de que éstas tengan que depender de unos pocos
cereales básicos ha acarreado una gran insuficiencia de nutrición”.
Capítulo 7: Confort
La superficie del cuerpo de un animal recibe una gran cantidad de malos tratos
durante el curso de su vida. Es sorprendente que sobreviva al uso y al deterioro y
que se conserve tan bien. Si esto se consigue, es gracias a su maravilloso sistema
de sustitución de tejidos, y también porque los animales han desarrollado una
variedad especial de comodidad que contribuye a mantenerlo limpio.
El aseo social es la creación de los animales de un amistoso sistema de ayuda
mutua. Estos han inventado señales especiales de invitación al aseo, y las
actividades sociales cosméticas son beneficiosas. Cuando un mono pretende
asear a otro, le manifiesta sus intenciones con una expresión facial característica.
El otro puede indicar su aceptación indicando una postura de relajamiento, y tal
vez presentando una región determinada de su cuerpo para ser aseada.
El lavado frecuente con agua entorpece en gran manera la producción de sales y
grasas antisépticas y protectoras por las glándulas de la piel y, hasta cierto punto,
puede dar lugar a que la superficie del cuerpo sea más vulnerable a la
enfermedad. Si, a pesar de esta desventaja, persiste que el lavado frecuente
elimina también la suciedad; origen de las dolencias.
Si gozamos de buena salud, nuestra temperatura corporal no varía más de medio
grado centígrado, con independencia a la temperatura del medio exterior. Si el
medio exterior es demasiado cálido o demasiado frío, experimentamos
inmediatamente cierta incomodidad.
Al extenderse nuestra especie sobre la Tierra, se han sumado importantes
adelantos culturales a estos mecanismos biológicos de control de la temperatura.
El fuego, la ropa y las viviendas aisladas han servido para combatir la pérdida de
calor, y la ventilación y la refrigeración han sido empleadas contra el calor
excesivo. Pero, por muy importantes que hayan sido estos adelantos, no han
alterado en modo alguno la temperatura interna de nuestro cuerpo. Han servido
solo para controlar la temperatura externa.
Capítulo 8: Animales
Todos los animales tienen conciencia, por lo cual existe cierta posible relación con
cada una de las especies.
El ser humano ha realizado una clasificación en la que considera a cada animal
bajo uno de estos cinco aspectos: como presas, como asociados de otras
especies, como competidores, como parásitos o como enemigos rapaces.
Presas
Prácticamente todos los animales, son cazados con el fin de alimentarse o crear
bienes.
Asociados
Definimos la simbiosis como asociación de dos especies diferentes en beneficio
mutuo.
Una antigua forma de explotación consiste en el empleo de pequeños carnívoros
como destructores de animales dañinos.
Ej. Con el almacenamiento de granos en gran escala, surgió el grave problema de
los roedores y el subsiguiente empleo de animales raticidas. El gato, el hurón y la
mangosta fueron las especies que vinieron en nuestra ayuda.
Otra categoría es la que se refiere a la domesticación de diversas especies como
fuentes de producción. Sólo se les arrebata una parte de lo que producen: la
leche, a las vacas y a las cabras; la lana, a los corderos y a las alpacas; los
huevos, a las gallinas y a las patas; la miel, a las abejas, y la seda, a los gusanos
de seda, etc.
Competidores.
Cualquier especie que compita con nosotros, disputándonos comida o espacio, o
interfiera en el curso normal de nuestra vida, es eliminada.
Parásitos
Con el progreso de la ciencia médica, la fuerza de los parásitos decrece
velozmente. Y esto supone una nueva amenaza para todas las otras especies,
pues al extinguirse los parásitos y mejorar nuestra salud, aumenta enormemente
la velocidad de crecimiento de nuestra población.
Animales Rapaces
En realidad, nunca hemos sido el comestible principal para ninguna especie, y,
que sepamos, jamás se ha visto nuestro número reducido por algún depredador.
La actitud simbólica
Los animales se emplean como personificaciones de conceptos, si una especie
tiene aspecto feroz, se convierte en el símbolo de guerra. Si parece torpe y
cariñosa, se convierte en símbolo infantil.
La cruda verdad es que, cuando la densidad de nuestra especie alcance
determinado grado, no sobrará espacio para los otros animales.
A menos que podamos colonizar otros planetas, o que limitemos seriamente el
aumento de población, no tendremos más remedio que eliminar, en un futuro no
muy lejano, todas las otras formas de vida sobre la Tierra.
Conclusión
Desde un primate que fue obligado a abandonar su hábitat natural hasta nuestras
decadencias; han sucedido evoluciones en las cuales el cerebro ha tenido una
importancia fundamental, debido a que no se podían desarrollar otras cualidades
por su difícil adaptabilidad.
Debido a la evolución de este órgano fundamental, el mono desnudo ha pasado
de ser un ser rudimentario y poco inteligente a ser un ser capaz de crear
tecnologías avanzadas.
Como se ha hecho resaltar a lo largo de este libro, seguimos siendo, a pesar de
nuestros grandes adelantos tecnológicos, un simple fenómeno biológico. Por muy
grandiosas que sean nuestras ideas y por muy orgullosos que nos sintamos de
ellas, seguimos siendo humildes animales, sometidos a todas las leyes básicas del
comportamiento animal.
La opinión es que este libro está muy bien construido desde el punto de vista
literario, por sus contenidos y su disposición a lo largo de todo el texto. Nos ha
gustado como explicaba cada cosa y acto seguido ponía un claro ejemplo para
entenderlo mejor, como en cada apartado insistía en resaltar lo más relevante, fue
capaz de darte una idea de cómo éramos y como somos. Una de las mejores
cosas es la forma de expresar la teoría darwiniana, capaz de razonar cada punto
de vista, saber lo que está diciendo en cada momento y lo más importante: que
para el lector sea una lectura clara, precisa y que en un libro no se puede reflejar
millones de años, pero sí quedarte con una idea que abarque toda esa larga
evolución del mono desnudo.