UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS
SUPERIORES ARAGÓN
ARQUITECTURA
ULAMA: EL JUEGO DE LA VIDA Y LA
MUERTE
ARQUITECTURA MEXICANA 1
GRUPO: 1751 TURNO:
VESPERTINO
PROFESOR: RAÚL OCTAVIO GONZÁLEZ
RAMÍREZ
ALUMNO: GUZMÁN JIMÉNEZ SERGIO
2023-I
El primer capítulo trata de explicar el origen del hombre.
¿De dónde proviene el hombre? es una pregunta que se ha formulado a lo largo de
la historia y que nunca ha parecido tener una clara respuesta. Tras numerosas
investigaciones realizadas en el último siglo, se ha determinado como que el ser
humano proviene del mono.
Siendo así que ahora el autor nos describe al ser humano y lo refiere como “El mono
desnudo” y a partir de eso comienza a describirlo en distintos capítulos, sobre su
comportamiento, características, y otros aspectos que lo describen.
Este mono en su búsqueda de existencia se ha tenido que adaptar a las más
diversas y sufribles condiciones de su medio, (Climáticas y ambientales) y
competencias con las demás especies.
Lo que llama más la atención de este capítulo es lo que respecta a la creatividad
que fue desarrollando y que tal vez sea una de las características que más lo
distinguen de los demás animales. El mono fue obligado a emigrar y a
convertirse en cazador. Al darse todos los cambios físicos en nuestros
antepasados se dieron claras actitudes de lucha y caza.
Al aumentar la complejidad de la caza, el mono cazador sintió la necesidad de
abandonar la vida nómada y crear una morada base, un poblado en el que las
hembras estuviesen cuidando de sus hijos y al que los machos llevaran la caza
conseguida.
Pero la característica más importante es la pérdida del vello. Nunca se ha sabido
porqué este primate perdió todo su pelaje, se pudo deber a que al vivir
sedentariamente los parásitos parecían una molestia, a que hubo una época en
la que el mono cazara en el agua, por la expulsión de sudor al exterior, para
refrigerarse y para poder cazar en los momentos de mayor insolación…, pero
nunca se sabrá con certeza que pudo provocar ese drástico y innato cambio.
El siguiente capítulo trata sobre el sexo y la procreación.
El autor describe el comportamiento sexual del mono
desnudo, dentro del cortejo
natural, describiendo detalladamente los cambios en el
comportamiento sexual que se han ido produciendo a lo
largo de la evolución. Respondiendo a ciertas preguntas
como: ¿Cómo contribuye nuestro comportamiento
sexual a nuestra supervivencia? ¿Por qué nos
comportamos de esta manera y no de esta otra?
El ser humano le ha dedicado mucho más tiempo a la
excitación sexual que el resto de los primates, ha
cambiado de posturas y ha tomado distintos
comportamientos inexistentes en el pasado como
actos diarios. Se destaca un cambio en la sociedad,
que se va modificando paralelamente los métodos
sexuales. Se describen las formas de apreciar el
sexo, no solo como una forma de conservar la
especie sino asignándole un significado más
profundo, yendo de la mano de lo que denominamos
amor.
El mono desnudo primeramente estableció un sitio adecuado para procrear. A partir
de ahí los comportamientos fueron variando, surgieron sentimientos. Llegó la fase
del enamoramiento, se iniciaron los besos, las caricias…para más tarde llegar a la
penetración, estimulación y excitación.
Se mencionan los cambios corporales que se experimentan durante la copulación y
el orgasmo, algo que se alcanzó debido a la atracción mutua del macho y de la
hembra. El autor también señala que todos estos actos se fueron convirtiendo con
el tiempo en algo íntimo y por ello se fue evitando la rutina diaria.
La sociedad moderna ha tratado de cambiar y provocar más a la excitación sexual,
puede comprobarse en gestos como el afeitado de la barba, axilas y órganos
sexuales, que producen una mejor visión, dejan al descubierto un mayor olor
provocando más atracción y son más sensibles al tacto. Se da una importancia a la
mención de las zonas erógenas. La sociedad cambia y los métodos de llamar la
atención sexualmente también evolucionan.
La crianza del mono desnudo se da cuando su
madre le da leche, hasta su desarrollo tiene
durante los primeros meses de vida, los
comportamientos de ambos cambian. Desde
que un niño nace, necesita a su madre. El
comportamiento que enfrentan entre sí el recién
nacido y su madre es más que interesante. En
los primeros meses el recién nacido
experimenta algo “llanto cólico” La madre cree
que es debido a una dolencia física o una
enfermedad pero lo que en realidad ocurre es
que el recién nacido no sabe a lo que aferrarse,
o lo que es lo mismo, no identifica el rostro de
su madre y se siente solo.
En tres o cuatro meses éste dejará de llorar porque ya se
siente identificado con su madre. Este llanto cólico
desarrolla una intensa conexión madre-hijo. El proceso de
crianza tiene dos fases: Una se dirige hacia el interior, en
la que el niño es mimado, amado y protegido por la
madre, instándole seguridad. La otra está dirigida hacia el
exterior, los niños establecen contactos con otros
jóvenes, la madre se vuelve menos cariñosa y se limita
sólo a la protección hacia su hijo.
Aparte de la protección, alimentación, aseo y juegos, los
deberes paternales comprenden el importantísimo
proceso de instrucción. El pequeño aprende por lo que le
dice la madre, el padre y sobre todo por lo que ve a su
alrededor.
Después, se nos habla sobre el impulso
exploratorio que todos los mamíferos y en
especial el hombre
Tenemos pues, desde pequeños esa tendencia
a querer tocar todo lo que desconocemos, y de
esa forma adquirir experiencia kinestésica a lo
que tocamos.
El hombre, a diferencia del resto de los
mamíferos, necesita ir más allá de una simple
exploración, necesita investigar y comprobar, y
así transformarse en un mamífero oportunista.
Cuando damos un juguete a un niño, su ansia de
explorar es tanta que se lanza sobre él y lo
levanta, lo deja caer, lo retuerce, lo golpea y lo
hace añicos. Lo mismo ocurre cuando le damos
un papel y un lápiz, lo único que sabrá hacer es
golpear el lápiz contra el papel, el lápiz produce
algo más que un sonido, produce también un
impacto visual.
Es curioso observar como se quedan observando
una raya trazada, y como con el paso del tiempo
las sesiones de dibujo se hacen más interesantes,
sobre todo si introducimos lápices de colores. Poco
a poco irá representando formas de la realidad
como un simple cuadrado. Lo mismo ocurrirá en
todos los ámbitos de la vida, como la pintura, la
escultura, el dibujo, la música, el canto, la danza, la
gimnasia, los juegos, el deporte, la escritura y la
oratoria. Todas ellas son necesarias
para nuestra satisfacción.
Este capítulo explica el comportamiento agresivo
del mono desnudo. Se recalca que la agresividad
es herencia de los primates. Nuestro impulso
primario siempre es ser agresivo y se produce por
una serie de cambios fisiológicos básicos del
sistema nervioso: el simpático y el parasimpático.
El parasimpático nos incita a actuar de forma
violenta extrema y agresiva, mientras que el otro
nos hace detenernos a pensar y recapacitar
sobre lo que estamos haciendo, teniendo mayor
criterio sobre nuestras acciones y vencer al
ímpetu.
El siguiente capítulo habla sobre el aseo humano.
Inicialmente ese comportamiento existía por simple
función higiénica y preventiva contra bacterias y otros
parásitos que se pudieron haber adquirido mientras se
llevaba a cabo la caza, pero más allá de ese objetivo,
ha adoptado un papel de reforzamiento en las
relaciones humanas y sociales. El sr humano trataba de
satisfacerse y satisfacer a los demás para fortalecer las
relaciones del grupo.
Desde siempre ha existido un espacio dedicado al
descanso después de las largas jornadas de caza o de
trabajo. A parte de dormir, una de las formas más
relajadas para reposar es este aseo del que hablamos.
Para mantener el cuerpo en perfectas condiciones y
acabar con los parásitos que podrían provocar serios
problemas de salud era necesario este aseo
Y para finalizar, en el último capítulo surge la
comparación del mono desnudo con otros animales. El
mono desnudo tiene mejores relaciones con otros
animales que con su misma especie, pues aunque el
hombre saca provecho de los animales no tiene ese
sentimiento de rechazo que experimenta ante otros de
su misma especie, pues el hombre ve al animal también
como una especie de “amigo” con el cual su relación es
tal vez más sencilla de llevar que las relaciones con
otros de su espacie, muy probablemente porque los
otros animales no le juzguen, y lo acepten
inmediatamente, a diferencia de los de su especie
donde debe comportarse de forma más propuesta.
Hay diversas clases de animales que existieron también
en la época de los primates pero se cree que una de las
especies más comunes pudo ser el perro. También
fueron importantes los animales rapaces, parásitos,
competidores, o víctimas. Todas ellas son las únicas
cuya existencia se remonta antiguamente, y son las que
de alguna manera o de otra ayudaron a nuestros
antepasados a sobrevivir.