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COMPENDIO EVALUACIÓN EDUCATIVA - UNIDAD 1x

Este documento presenta la asignatura de Evaluación Educativa de 3 créditos impartida en el tercer semestre de Educación Inicial y cuarto semestre de Educación Básica. La asignatura aborda conceptos generales de evaluación como su definición, tipos, características y funciones. El profesor Antonio Guzmán impartirá la clase de manera virtual durante mayo a septiembre de 2023. El índice muestra 4 temas principales sobre evaluación que serán estudiados.

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COMPENDIO EVALUACIÓN EDUCATIVA - UNIDAD 1x

Este documento presenta la asignatura de Evaluación Educativa de 3 créditos impartida en el tercer semestre de Educación Inicial y cuarto semestre de Educación Básica. La asignatura aborda conceptos generales de evaluación como su definición, tipos, características y funciones. El profesor Antonio Guzmán impartirá la clase de manera virtual durante mayo a septiembre de 2023. El índice muestra 4 temas principales sobre evaluación que serán estudiados.

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EDUCACIÓN INICIAL Y BÁSICA

EVALUACIÓN EDUCATIVA
3 créditos

Profesor Autor:
Lic. Antonio Clarencio Guzmán Ramírez

Titulaciones Semestre
 Educación Inicial
Tercero
 Educación Básica
Cuarto

Tutorías: El profesor asignado se publicará en el entorno virtual de aprendizaje


online.utm.edu.ec), y sus horarios de conferencias se indicarán en la sección CAFETERÍA
VIRTUAL.

PERÍODO MAYO - SEPTIEMBRE DE 2023


Índice
Tabla de contenido
Resultado de aprendizaje de la asignatura Evaluación educativa: Evalúa y reporta
resultados de la implementación de planes, programas y propuestas pedagógicas de
innovación, en contextos reales de aprendizaje. .................................................................. 2
Unidad 1. TEMA Definición y clasificación de los tipos de evaluación .............................. 2
1.1 Algunas definiciones de evaluación …………………………………………………………………………………. 3

1. 2 Los tipos de evaluación……………………………………………………………………………………………………5

1. 3 Otros tipos de evaluación………………………………………………………………………………………………..10

Tema 2: Características y funciones de la evaluación……………………………………………………………12

2.1 Las características de la evaluación…………………………………………………………………………………12

2. 2 Las funciones de la evaluación……………………………………………………………………………………….13

2.3 Supuestos subyacentes de los profesores……………………………………………………………………….18

Tema 3: Importancia y Finalidad…………………………………………………………………………………………..19

3.1 La importancia de la evaluación…………………………………………………………………………………….19

3.2 Finalidad de la evaluación……………………………………………………………………………………………20

Tema 4: Medición y valorización……………………………………………………………………………………… 21

4.1 La medición en el proceso de evaluación…………………………………………………………………….22

4.2 Evaluación y medición. Primera distinción: medir y evaluar…………………………………………..22

4.3 La valoración en el proceso de evaluación……………………………………………………………………..24

Estudio Material Complementario ……………………………………………………………………………………..25

1
Resultado de aprendizaje de la asignatura
Evalúa y reporta resultados de la implementación de planes, programas y
propuestas pedagógicas de innovación, en contextos reales de
aprendizaje.

Unidad 1. TEMA CONCEPTOS GENERALES DE LA EVALUACIÓN


Resultado de aprendizaje de la unidad:
• Explicar el concepto de evaluación y sus principales funciones en el proceso
de enseñanza – aprendizaje.

La asignatura evaluación educativa, aborda un contenido de gran importancia


para el buen desarrollo de los procesos de enseñanza aprendizaje en las clases.
Por tal motivo se les convoca a asumir posiciones críticas que le ayuden a
obtener conocimiento profundo sobre la base de sus postulados teóricos.

Tema 1: Definición y clasificación de los tipos de evaluación.

La evaluación es hoy quizá uno de los temas con mayor protagonismo del ámbito
educativo, y no porque se trate de un tema nuevo en absoluto, sino porque
administradores, educadores, padres, alumnos y toda la sociedad en su
conjunto, son más conscientes que nunca de la importancia y las repercusiones
del hecho de evaluar o de ser evaluado. Existe quizá una mayor consciencia de
la necesidad de alcanzar determinadas cotas de calidad educativa, de
aprovechar adecuadamente los recursos, el tiempo y los esfuerzos y, por otra
parte, el nivel de competencia entre los individuos y las instituciones también es
mayor.

Ruíz de Pinto (2002), en su artículo titulado: EVALUACION –TIPOS DE


EVALUACION, señala que la evaluación se conformó históricamente como un

2
instrumento ideal de selección y control. Con ella se trató de concretar formas de
control individual y su extensión a formas de control social.
En el siglo pasado aparece como actividad y técnica cuyo nombre fue examen,
que pretendía valorar los conocimientos que poseían los alumnos después de la
enseñanza impartida. De la misma manera, se denominó a la habilidad para
relacionar y aplicar las adquisiciones logradas por los aprendices y la adecuada
exposición de las mismas. Según señalan (Álvarez, Morales y otros, 2017), a
finales de los años 50 y principio de los 60 comienza el auge de las evaluaciones
del currículum. En países desarrollados esta se convierte en una profesión. En
países del tercer mundo y en particular América Latina.
Existen diversos criterios de autores acerca del alcance de la evaluación.
Constituye así un valioso instrumento didáctico para controlar el aprendizaje que
realizan los alumnos y además un medio de información de la manera en que se
desarrolló la actividad académica para revisarla y reorientarla. (Ruíz,2002, p.1)
Ya en el siglo XX aparece el término test reemplazando al de examen. El test es
considerado entonces, como un instrumento científico válido y objetivo, que
podría determinar una infinidad de factores psicológicos de un individuo, como
la inteligencia, las aptitudes e intereses y el aprendizaje.
La evaluación educativa ha nacido y se ha desarrollado en el siglo XX al amparo
de la Psicología Experimental. Se la concibe como una actividad sistemática
integrada dentro del proceso educativo, y su finalidad es la optimización del
mismo. Tiene por objeto proporcionar la máxima información para mejorar este
proceso, reajustando los objetivos, revisando críticamente planes, programas,
métodos y recursos, facilitando la máxima ayuda y orientación a los alumnos.
Asimismo, permite elevar la calidad del aprendizaje y aumentar el rendimiento
de los alumnos; de esta manera la evaluación hasta entonces considerada como
un acto meramente sancionador, se convierte en un acto educativo.
Para el estudio de este epígrafe se sugiere identificar la evaluación como parte
de un proceso de enseñanza aprendizaje que cambia y evoluciona en respuesta
a demandas de la sociedad, así como la relación con la piscología como soporte
teórico. Al respecto se puede ampliar la información consultando el artículo: La
evaluación educativa como proceso histórico social. Perspectivas para el
mejoramiento de la calidad de los sistemas educativos.
http://scielo.sld.cu/pdf/rus/v9n4/rus22417.pdf

3
También el artículo Evaluación- Tipos de evaluación, que aparece en el link
https://med.unne.edu.ar/revistas/revista118/evaluacion.html#:~:text=La%20eval
uaci%C3%B3n%20puede%20clasificarse%20seg%C3%BAn,final%20%2C%20
integradora%20o%20de%20resultado.

1.1 Algunas definiciones de evaluación:


Las definiciones de evaluación contienen la realidad de los diferentes momentos
en que aparecen y las particularidades de los procesos de enseñanza y
aprendizajes. Esta realidad teórica no significa que sea logrado por igual en
todos los contextos, estando condicionada por el desarrollo de la educación en
los diferentes a países y el nivel de preparación de los profesores. La evaluación
educacional, para Daniel Stuffebeam, "es el proceso de delinear, obtener y
proveer información para juzgar alternativas de decisión".
Según Pedro Lafourcade investigador del ICCP de Cuba, señala que la
evaluación es una etapa del proceso educativo donde se ponderan los resultados
previstos en los objetivos que se hubieran especificado con antelación.
En iguales parámetros cabe situar la definición de De Ketele (1980), para quien
"evaluar significa examinar el grado de adecuación entre un conjunto de
informaciones y un conjunto de criterios adecuados al objetivo fijado, con el fin
de tomar una decisión".
De modo que, ambos aspectos, el de" juicio" y el de "toma de decisiones"
intervienen en la evaluación educativa, aunque adquieren mayor o menor
preponderancia según los casos.
En el artículo: La evaluación educativa: Concepto, períodos y modelos (Mora,
2004), cita a varios autores que definen la evaluación educativa: "La evaluación
es el enjuiciamiento sistemático de la validez o mérito de un objeto" (Stufflebeam
y Shinkfield, 1995, p. 19). De tal manera, que en un estudio es importante tanto
lo bueno como lo malo de la situación evaluada, de lo contrario no se trata de
una evaluación. En consecuencia, Stufflebeam y Shinkfield (1995, p. 20),
consideran que la evaluación es un proceso complejo pero inevitable. Es una
fuerza positiva cuando "sirve al progreso y se utiliza para identificar los puntos
débiles y fuertes, y para tender hacia una mejora".
Por lo tanto, consideramos a la evaluación como una actividad mediante la cual,
en función de determinados criterios, se obtienen informaciones pertinentes

4
acerca de un fenómeno, situación, objeto o persona, se emite un juicio sobre el
objeto de que se trate y se adoptan una serie de decisiones referentes al mismo.
De tal manera que, en este contexto, la evaluación educativa, si se dirige al
sistema en su conjunto, o a algunos de sus componentes, responde siempre a
una finalidad, que la mayoría de las veces, significa tomar una serie de
decisiones respecto del objeto evaluado.
Por lo anteriormente expuesto, la finalidad de la evaluación es un aspecto
sumamente importante de ésta, ya que determina el tipo de informaciones que
se consideran pertinentes para evaluar, los criterios que se toman como punto
de referencia, los instrumentos utilizados y la ubicación temporal de la de la
actividad evaluativa.
Además, es importante señalar que cualquiera sea la definición que se elija
referida a la evaluación, siempre supone una referencia al objeto evaluado y a
los criterios que se utilizan como referente. (Coll,1980).
La UNESCO (2005) define la evaluación como "el proceso de recogida y
tratamiento de informaciones pertinentes, válidas y fiables para permitir, a los
actores interesados, tomar las decisiones que se impongan para mejorar las
acciones y los resultados.
Cortés De las Heras, J y Añón Roig, M (2013), destacan que la educación es un
proceso, tiene cualidades que cumplir. Estas se han clasificado de la siguiente
manera:
1.-VALIDEZ: “Se entiende por validez el grado en que el proceso de Evaluación
mide lo que se pretende medir” (4:29), como también, la precisión de la utilización
de los diferentes instrumentos de medición confiere el grado de validez de una
Evaluación. Es importante en este sentido considerar que para algún trabajo de
investigación se tiene una serie de instrumentos de medición aplicables al
proceso de Evaluación del aprendizaje.
2.- CONFIABILIDAD: La segunda cualidad en el proceso evaluativo del
aprendizaje se refiere a la confiabilidad que plantean los diferentes instrumentos
de medición, aplicados adecuadamente permiten resultados con la característica
o cualidad de ser confiables, siempre y cuando de su sucesiva aplicación, se
obtengan los resultados constantes.
3.-PRACTICIDAD: La practicidad corresponde a la similitud de los juicios
emitidos por examinadores independientes y competentes con referencia a los

5
resultados logrados por cada uno de los elementos de un instrumento de
medición.

1. 2 Los tipos de evaluación.


Diversos autores señalan que existen diversas propuestas de clasificación de la
evaluación del proceso de enseñanza aprendizaje. Entre esos autores se
encuentra Díaz, F. Y Barriga, A. (2002) quien en su publicación Capítulo 8
Constructivismo y evaluación psicoeducativa, aborda las clasificaciones que
distingue a los tipos de evaluación por el momento en que se introducen en un
determinado episodio, proceso o ciclo educativo. Estas tres clases de evaluación
son las llamadas: diagnóstica, formativa y sumativa.
Para Díaz, F. Y Barriga, A. (2002) Evaluación diagnóstica puntual. Debe
entenderse como una evaluación que se realiza en distintos momentos antes de
iniciar una secuencia o segmento de enseñanza perteneciente a un determinado
curso.
Esta evaluación puede hacerse en forma de prognosis o de diagnosis. Y
evidentemente, tal y como acaba de ser formulada, tiene funciones pedagógicas
muy importantes de regulación continua.
Está claro que la función principal de la evaluación diagnóstica puntual consiste
en identificar y utilizar continuamente los conocimientos previos de los alumnos
luego de que se inicia una clase, tema, unidad, etcétera, siempre que se
considere necesario. También llega a coadyuvar en el grado de ajuste de la
programación a nivel micro, por ejemplo, de las sesiones o de temas
particulares.
a) La evaluación diagnóstica.
En primer lugar, como aclara Jorba y Casellas (1998), los objetos de la
evaluación diagnóstica inicial estarán determinados por un análisis lógico de los
contenidos (disciplina, asignatura, módulo, etcétera) del programa de que se
trate, y un análisis psicopedagógico de cómo y cuál es la mejor manera de que
éstos sean aprendidos. Así podrán identificarse para un determinado programa
escolar (o para varios dentro de una propuesta curricular amplia) cuáles son los
prerrequisitos (conocimientos y procedimientos previos, nivel de desarrollo
cognitivo, etcétera) sobre los que se habrá de dirigir la evaluación.

6
Para el caso de la evaluación diagnóstica puntual, el análisis será mucho menos
formal y correrá a cargo del docente, quien tiene la ventaja de interactuar
directamente con los alumnos, conociendo con cierta profundidad el programa.
En seguida se proponen seis pasos para realizar una evaluación diagnóstica
formal (véase Luchetti y Berlanda, 1998):
1. Identificar y decidir qué contenidos principales son los que se proponen para
el ciclo/unidad temática.
2. Determinar qué conocimientos previos se requieren para abordar/construir los
contenidos principales propuestos en el paso anterior.
3. Seleccionar y/o diseñar un instrumento de diagnóstico pertinente.
4. Aplicar el instrumento.
5. Analizar y valorar los resultados.
6.Tomar decisiones pedagógicas sobre ajustes y adaptaciones en la
programación, actividades, estrategias y materiales didácticos.
Cabe señalar que la exploración realizada en los dos tipos de evaluación
diagnóstica no sólo debe ceñirse al caso de los conocimientos declarativos, sino
que puede extenderse también a otros tipos de saberes previos que poseen los
alumnos, como, por ejemplo: expectativas y metas previas, habilidades y
estrategias previas, actitudes previas, etcétera.
b) La evaluación formativa.
Esta forma de evaluación es aquella que se realiza concomitantemente con el
proceso de enseñanza-aprendizaje por lo que debe considerarse, más que las
otras, como una parte reguladora y consustancial del proceso. La finalidad de la
evaluación formativa es estrictamente pedagógica; regular el proceso de
enseñanza- aprendizaje para adaptar o ajustar las condiciones pedagógicas
(estrategias, actividades) en servicio de aprendizaje de los alumnos (Allal, 1979;
Jorba y Sanmartí, 1993; Jorba y Casellas, 1997). Este tipo de evaluación, como
ya lo preconizara desde los sesenta M. Scriven, parte de la idea de que se debe
supervisar el proceso del aprendizaje, considerando que éste es una actividad
continua de reestructuraciones producto de las acciones del alumno y de la
propuesta pedagógica. Por tanto, no importa tanto valorar los
resultados, sino comprender el proceso, supervisarlo e identificar los posibles
obstáculos o fallas

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que pudiera haber en el mismo, y en qué medida es posible remediarlos con
nuevas adaptaciones didácticas in situ.
En la evaluación formativa interesa cómo está ocurriendo el progreso de la
construcción de las representaciones logradas por los alumnos. Además,
importa conocer la naturaleza y características de las representaciones y, en el
sentido de la significatividad de los aprendizajes, la profundidad y complejidad
de las mismas; es decir, la riqueza cualitativa de las relaciones logradas entre la
información nueva a aprender y los conocimientos, así como el grado de
compartición de significados que se está logrando por medio del discurso y/o de
la situación pedagógica.
También importan los “errores” cometidos por los alumnos, que lejos de ser
meramente sancionados son valorados (véase Astolfi, 1999; véase cuadro 8.14
sobre concepción de los errores desde el punto de vista constructivista) porque
ponen al descubierto la calidad de las representaciones y estrategias construidas
por ellos, así como lo que a éstas les faltarían para refinarse o completarse en el
sentido instruccional propuesto.
Quisiéramos compartir con el lector un extracto de un artículo de Allal (1979),
donde se expresa de manera muy claro lo que hemos intentado decir en los
párrafos anteriores:
En una evaluación formativa se intenta ante todo comprender el funcionamiento
cognitivo del alumno frente a la tarea propuesta. Los datos de interés prioritarios
son los que se refieren a las representaciones que se hace el alumno de la tarea
y las estrategias o procedimientos que utiliza para llegar a un determinado
resultado. Los “errores” son objeto de un estudio particular en la medida en que
son reveladores de la naturaleza de las representaciones o de las estrategias
elaboradas por el alumno (las cursivas las hemos añadido nosotros).
En la evaluación formativa, también existe un interés por enfatizar y valorar los
aciertos o logros que los alumnos van consiguiendo en el proceso de
construcción, porque se considera que ello consolida el aprendizaje y le da al
alumno la oportunidad de saber qué criterios se están
siguiendo para valorar su aprendizaje (criterios que posteriormente podrá
internalizarlos y aplicarlos por sus propios medios).

8
Modalidades de evaluación formativa. Son tres las modalidades de evaluación
formativa que se emplean para que ocurra la regulación del proceso enseñanza
– aprendizaje (véase Jorba y Casellas, 1997):
• Regulación interactiva
• Regulación retroactiva
• Regulación proactiva
Desde este modo, lo que se trata de promover en la evaluación formadora es
que ya no sea sólo el docente el único y exclusivo agente evaluador, sino que
los alumnos participen activamente en el acto desde su lugar socioinstruccional.
En este sentido, pueden realizarse tres tipos de evaluaciones alternativas y
complementarias a la evaluación desde el docente; éstas son:
• La autoevaluación: que es la evaluación del alumno acerca de sus propias
producciones.
• La coevaluación: la evaluación de un producto del alumno realizada por él
mismo en conjunción con el docente.
• La evaluación mutua: que se refiere a las evaluaciones de un alumno o un
grupo de alumnos que pueden hacerse sobre las producciones de otros alumnos
o grupos de alumnos.
Ahora bien, ¿cómo hacer que los alumnos aprendan a regular su propia actividad
evaluativa? (figura 8.5). Según Jorba y Casellas (1998) es necesario que se
trabajen en el aula los siguientes aprendizajes:
1. Que se comuniquen los objetivos y que se compruebe la representación que
los alumnos necesitan conocer cuáles serán los propósitos educativos y, dentro
de ellos, los criterios principales que guían la enseñanza y la evaluación. La
apropiación de los objetivos que se desea alcancen los alumnos, por medio de
una negociación constante fincada en la comunicación, coadyuvan a que ellos
vayan comprendiendo el porqué y el cómo de las evaluaciones y de la regulación,
ya sea cuando éstas sean iniciadas por el docente o por ellos mismos.
2. Que se logre que los alumnos vayan dominando las operaciones
autorreguladoras de anticipación y planificación de las acciones. En el capítulo 6
veíamos la importancia de la actividad de planificación metacognitiva (identificar
el problema o la meta, predecir resultados, generar un plan estratégico, y
representar y anticipar las acciones) como central para el proceso global de la

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autorregulación. Asimismo, destacamos la importancia no sólo de la
planificación, sino también de la supervisión de las operaciones y del proceso
global. Se sabe que los alumnos que son capaces de desarrollar estas
habilidades autorreguladoras son más eficaces en su aprendizaje; igualmente,
se tiene conocimiento de que tales habilidades son aprendibles por mediación
de alguien que sabe más (que puede modelarlas y mostrarlas en forma visible).
3. Que los alumnos se vayan apropiando de los instrumentos y criterios de
evaluación que usan los profesores. Es deseable que los docentes compartan
con los alumnos cuáles son los criterios que usarán para evaluar sus
aprendizajes, para que vayan comprendiéndolos y progresivamente haciéndolos
suyos (de hecho, importa verificar que los que logren representarse sean
aquellos que el profesor quiso comunicar).
¿Cómo hacer la evaluación formativa? Consideramos que la evaluación
formativa tal y como acaba de ser descrita y gracias a los aportes de los
investigadores francófonos (Allal, Nunziati, Cardinet, Bonniol, etcétera), se ve
enriquecida por los aportes que propone el marco construcitivista, y que de
alguna manera la colocan en un primer plano dentro de todo el proceso de
enseñanza y aprendizaje, pues llega a ser parte integral de éste.
En tal sentido, la evaluación formativa puede realizarse a cada momento
conforme el curso y/o sesiones se desarrollan (forma continua); también es
posible hacerla después de un cierto número de episodio o sesiones dentro del
curso (forma periódica), sin perder de vista la intención expresa de ir regulando
los dos aspectos fundamentales del proceso de enseñanza ya descritos, que
son:
1. Los procesos de construcción realizados por los alumnos sobre los contenidos
escolares, para saber si se encuentran en el camino señalado por las intenciones
educativas.
2. La eficacia de las experiencias y estrategias pedagógicas que el profesor ha
planeado y/o ejecutado durante el proceso mismo, en relación con el aprendizaje
de los alumnos, y que tiene como finalidad que éstos logren en forma autónoma
el manejo de los contenidos. No debemos olvidar que la evaluación formativa es
una actividad imprescindible para realizar el ajuste de la ayuda pedagógica, tan
necesaria para el logro de una enseñanza verdaderamente adaptativa.

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c)Evaluación sumativa
La evaluación sumativa ha sido considerada como la evaluación por
antonomasia, al punto que cuando se habla de evaluación en las comunidades
escolares, inmediatamente se le asocia con ella.
Tiene por objetivo establecer balances fiables de los resultados obtenidos al final
de un proceso de enseñanza-aprendizaje. Pone el acento en la recogida de
información y en la elaboración de instrumentos que posibiliten medidas fiables
de los conocimientos a evaluar.
1. 3 Otros tipos de evaluación.
Además de los tres anteriores tipos de evaluación, debe señalarse que existe
diversidad de clasificaciones y con ellas diversidad de tipos de evaluación.
Atendiendo a ello se señala a continuación otros tipos de evaluación que
ampliarán la visión acerca de esta temática.
- Según su extensión
a) Evaluación global: se pretende abarcar todos los componentes o
dimensiones de los alumnos, del centro educativo, del programa, etc.
Se considera el objeto de la evaluación de un modo holístico, como una totalidad
interactuante, en la que cualquier modificación en uno de sus componentes o
dimensiones tiene consecuencias en el resto. Con este tipo de evaluación, la
comprensión de la realidad evaluada aumenta, pero no siempre es necesaria o
posible. El modelo más conocido es el CIPP de Stufflebeam.
b) Evaluación parcial:
Pretende el estudio o valoración de determinados componentes o dimensiones
de un centro, de un programa educativo, de rendimiento de un alumno, etc.
Según los agentes evaluadores
a) Evaluación interna: es aquella que es llevada a cabo y promovida por los
propios integrantes de un centro, un programa educativo, etc. A su vez, la
evaluación interna ofrece diversas alternativas de realización: autoevaluación,
heteroevaluación y coevaluación.
* Autoevaluación: los evaluadores evalúan su propio trabajo (un alumno su
rendimiento, un centro o programa su propio funcionamiento, etc). Los roles de
evaluador y evaluado coinciden en las mismas personas.

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* Heteroevaluación: evalúan una actividad, objeto o producto, evaluadores
distintos a las personas evaluadas (el Consejo Escolar al Claustro de profesores,
un profesor a sus alumnos, etc.)
* Coevaluación: es aquella en la que unos sujetos o grupos se evalúan
mutuamente (alumnos y profesores mutuamente, unos y otros equipos docentes,
el equipo directivo al Consejo Escolar y viceversa). Evaluadores y evaluados
intercambian su papel alternativamente.
b) Evaluación externa:
Se da cuando agentes no integrantes de un centro escolar o de un programa
evalúan su funcionamiento. Suele ser el caso de la "evaluación de expertos".
Estos evaluadores pueden ser inspectores de evaluación, miembros de la
Administración, investigadores, equipos de apoyo a la escuela, etc. Estos dos
tipos de evaluación son muy necesarios y se complementan mutuamente. En el
caso de la evaluación de centro, sobre todo, se están extendiendo la figura del
"asesor externo", que permite que el propio centro o programa se evalúe a sí
mismo, pero le ofrece su asesoría técnica y cierta objetividad por su no
implicación en la vida del centro.
- Según el momento de aplicación.
a) Evaluación inicial: se realiza al comienzo del curso académico, de la
implantación de un programa educativo, del funcionamiento de una institución
escolar, etc. Consiste en la recogida de datos en la situación de partida. Es
imprescindible para iniciar cualquier cambio educativo, para decidir los objetivos
que se pueden y deben conseguir y también para valorar si al final de un proceso,
los resultados son satisfactorios o insatisfactorios.
b) Evaluación procesual: consiste en la valoración a través de la recogida
continua y sistemática de datos, del funcionamiento de un centro, de un
programa educativo, del proceso de aprendizaje de un alumno, de la eficacia de
un profesor, etc. a lo largo del periodo de tiempo fijado para la consecución de
unas metas u objetivos. La evaluación procesual es de gran importancia dentro
de una concepción formativa de la evaluación, porque permite tomar decisiones
de mejora sobre la marcha.
c) Evaluación final: consiste en la recogida y valoración de unos datos al
finalizar un periodo de tiempo previsto para la realización de un aprendizaje, un

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programa, un trabajo, un curso escolar, etc. o para la consecución de unos
objetivos.
Tema 2: Características y funciones de la evaluación.
Enfocaremos esta caracterización comparando la evaluación tradicional escolar
(o “examen”) con lo que hoy se denomina “evaluación educativa”, que es un
concepto más amplio. Julia Máxima Uriarte (2020). Identifica algunas
características entre las que se encuentran las siguientes:
2.1 Las características de la evaluación:
a) Características de la evaluación tradicional.
-Los resultados que arroja la evaluación se toman como definitivos.
-Los parámetros son establecidos por el profesor o docente, y no siempre se
ajustan a criterios académicos ni a objetivos claros
-El desempeño del evaluado se transforma en un mero dato cuantitativo (la
“nota”)
-Generalmente tiene por finalidad definir la aprobación, a modo de “tamiz” (una
parte del alumnado “pasa” el examen, otra no).
-Lo importante es “la respuesta correcta”, dejando casi sin peso al proceso
cognitivo que lleva a la elaboración de esa respuesta.
-Tiene un diseño tal que le da más oportunidad y peso a la aparición de
debilidades y errores que de logros, los que se castigan en lugar de operar como
motores del aprendizaje.
-Los resultados que arroja la evaluación se toman como definitivos, se desalienta
así la búsqueda de la propia superación, al no existir nuevas oportunidades de
mejora.
-Opera como un instrumento o mecanismo de control y de selección impuesto
desde el afuera. -No considera el proyecto docente y las características del grupo
de estudiantes que de él participan.
-Es rígida, tiene lugar en momentos determinados (= transversal), decididos por
el docente, y se hace en el aula solamente, a través de una instancia única: el
examen.
-La diseña y la evalúa el profesor, sin tener en cuenta la propia valoración y
participación de los estudiantes.
-Tiene como única finalidad promover o no al estudiante, le sirve al “sistema”, no
al “individuo”.

13
b) Características de la evaluación educativa.
-La evaluación educativa considera a cada alumno como un sujeto de
aprendizaje.
-Intenta recabar información útil sobre los saberes que los alumnos van
adquiriendo a través de las distintas actividades académicas en las que
participan.
-Otorga más peso a las fortalezas de los alumnos que a sus falencias o
debilidades.
-Considera a cada alumno como un sujeto de aprendizaje, con sus propias
capacidades lingüísticas, competencias culturales, niveles de cognición, etc.
-Incluye como parte relevante la reflexión acerca del aprendizaje como proceso.
-Documenta el grado de avance del estudiante y lo integra en una línea temporal,
sobre la base de resolución de consignas significativas desde lo pedagógico.
-Suelen demandar más tiempo, tanto para dar las respuestas por parte del
alumno como luego para corregir por parte del docente.
-Se invita a que los alumnos participen en la formulación de los criterios de la
evaluación, que a la vez dan cuenta de lo que los alumnos perciben como
importante del proceso de enseñanza-aprendizaje. La diseña el profesor, en
conjunto con la institución o el departamento y, si se puede, también con los
alumnos; la “corrección” puede correr por cuenta del profesor o de compañeros.
-Debe suministrar los elementos para que el docente sea capaz de emitir un
juicio de valor personalizado acerca del alumno, que describa en detalle sus
logros y los aspectos sobre los que aún deben trabajar a fin de mejorar. Así, la
evaluación opera como referente de una situación de partida individual y no como
un “filtro” fijo y universal.
-Es flexible, se realiza a lo largo de todo el curso (=longitudinal) y no como una
instancia única.
-Ofrece varias alternativas (examen, trabajos de investigación, monografías,
talleres). Se puede desarrollar en el aula, en la casa, en la biblioteca, en línea.
-Tiene por objeto rever el diseño del curso, además de determinar el grado de
progreso de los estudiantes.
2. 2 Las funciones de la evaluación.
Para el desarrollo de esta temática se sustenta las consideraciones presentadas
a partir de Rosales Mejía (2014) Funciones de la valuación. En este trabajo se

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destaca que la evaluación es una actividad o proceso sistemático de
identificación, recogida o tratamiento de datos sobre elementos o hechos
educativos, con el objetivo de valorarlos primero y sobre dicha valoración, tomar
decisiones. (García Ramos, 1989).
Funciones de la evaluación para el estudiante.
• Informativa
• Orientadora
• Motivadora
Funciones de la evaluación para el profesor.
• Conocer el ritmo de aprendizaje del estudiante.
• Diagnosticar su nivel de aprendizaje
• Pronosticar
• Calificar
• Mantener informados a todas las partes interesadas.
Funciones de la evaluación como recurso en el proceso educativo.
• Finalidad de orientación escolar del estudiante
• Revisión de forma continua de la validez en la actuación de cada uno de los
diferentes elementos que intervienen en la evaluación (meta evaluación).
Funciones de la evaluación formativa.
- La evaluación formativa se efectúa o se centra en partes significativas del
programa de estudio; facilitando la toma de decisiones a tiempo; la eficacia de
éstas como resultado de la riqueza de la información y el estímulo al trabajo en
función del éxito.
-La evaluación formativa o continua no debe basarse únicamente en pruebas
formales, sino que debe incluir la observación de la actividad y el análisis de
tareas. Esto es, el proceso evaluador debe centrarse no en actividades
específicas sino, en gran medida, en la misma actividad ordinaria del aula, como:
ejercicios, solución de problemas, trabajos, dibujos, redacciones, lecturas, y
esquemas, entre otros; con esto se permite recoger información no sólo sobre el
resultado, sino también sobre el proceso mismo, lo que permite conocer mejor al
alumno y así poder adecuar el trabajo pedagógico.
-Se caracteriza ser una apreciación de la calidad del trabajo académico
realizado, pues es la que nos permite determinar en cada segmento o tramo del
Curso o Carrera los resultados obtenidos, para realizar los ajustes y

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adecuaciones necesarias para llegar al éxito, con la excelencia que demanda la
sociedad actual en estos tiempos posmodernos.
Funciones de la evaluación sumativa.
- La evaluación sumativa es la que se realiza al término de una etapa del
proceso enseñanza-aprendizaje para verificar sus resultados.
- Determina si se lograron los objetivos educacionales estipulados, y en qué
medida fueron obtenidos para cada uno de los alumnos.
- La evaluación final tiene como finalidad la calificación del alumno y la valoración
del proyecto educativo, del programa desarrollado, de cara a su mejora para el
período académico siguiente; considerando el fin del curso como un momento
más en el proceso formativo de los alumnos, participando en cierta medida de la
misma finalidad de la Evaluación Continua.
De acuerdo con Careaga, Adriana (2001) en su artículo: La evaluación como
herramienta de transformación de la práctica docente. La evaluación desempeña
muchas funciones y sirve a múltiples objetivos, no solamente para el sujeto
evaluado, sino también para el profesor, la institución educativa, las familias, la
sociedad. La necesidad de evaluar no surge en educación como un
requerimiento pedagógico sino de un imperativo institucional: se evalúa por la
función social que está llamada a cumplir. En otras palabras, se evalúa a través
de una tarea históricamente asignada a la escuela y dentro de ella a los
profesores, en un contexto dado con valores sociales específicos, por
determinadas personas y con unos instrumentos que no son neutrales. En este
sentido la práctica de evaluar genera un currículo oculto, y como tal los
profesores deben plantearse la doble perspectiva de qué evaluar y cómo hacerlo,
tanto desde el punto de vista pedagógico como desde las funciones que cumplen
la evaluación que realizan.
La función social de la evaluación Las funciones sociales que cumple la
evaluación son la base de su existencia como práctica escolar. En este sentido,
la acreditación del saber y de las formas de ser o comportarse expresan la
posesión de un capital cultural y de valores que la sociedad valora. Los títulos
garantizan tanto táctica como formalmente los niveles de competencia atribuidos
socialmente en forma desigual, según cuales fueren. De ahí que algunos títulos
tienen prestigio y otros no dependiendo de los valores dominantes en cada
sociedad y en cada momento.

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Hay objetivos selectivos y jerarquizadores que afecta no sólo a los profesores
sino también a los padres y que luego transmiten a sus hijos-alumnos. Perrenoud
(1990) señala que: “...aunque la escuela lo lleve a cabo evaluación formal alguna,
aunque el maestro se abstenga de todo juicio público, ello no impedirá que los
alumnos se comparen y elaboren para su uso jerarquías informales, como lo
hacen en ámbitos que escapan al currículo.”
Poder de control.
La acreditación del valor del aprendizaje escolarizado, dota a quien lo tenga un
instrumento importante de poder sobre los evaluados. El evaluador no sólo
expresa sus criterios sobre lo que es “normal”, “adecuado” y relevante para el
aprendizaje de contenidos de su materia, imponiéndolos como valores no
discutibles, sino que la evaluación puede controlar la conducta del alumno. Tanto
se manifieste a través de controles conflictivos, impuestos y autoritarios, sino
también como dentro de un estilo liberal y democrático. En este sentido, Gimeno
señala que “La evaluación es una forma tecnificada de ejercer el control y la
autoridad sin evidenciarse, por medio de procedimientos que se dice sirven a
otros objetivos: comprobación del saber, motivar al alumno, informar a la
sociedad, etc. Estamos ante una función, generalmente encubierta de la
evaluación.” (GIMENO, 1959: 369).
Funciones pedagógicas.
Las funciones pedagógicas de la evaluación constituyen la legitimación más
explícita para que se lleve a cabo, pero no son las razones más determinantes
para que ella se realice.
Es por eso que se torna necesario que se reflexione sobre las posibles
consecuencias que tiene la evaluación sobre otras funciones. Por ejemplo, nada
de lo que pasa en las aulas y el centro educativo es ajeno y todo es
potencialmente evaluable. Es importante señalar que el éxito o fracaso en la
evaluación es un valor que afecta la relación entre alumnos y profesores, ya que
sus resultados son referentes para las estructuraciones sociales.
Por otro lado, el ambiente escolar, no sólo se refiere al clima sico-social del aula,
sino que en la medida que impregna las tareas escolares, se produce una
proyección en los contenidos del aprendizaje que recibe el alumno. Si en teoría
todas las tareas son posibles de ser evaluadas, no existirá otro aprendizaje ni
otra cultura que vayan a ser evaluados. Esto lleva a la confusión entre los

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profesores de no saber bien si evaluamos porque queremos comprobar lo
enseñado o enseñamos porque tendremos que evaluar. Quizás los alumnos lo
tengan más claro: para ello es evidente que la evaluación es el diagnóstico de lo
aprendido sino motivo para estudiar.
Aspectos éticos.
La evaluación educativa, resulta determinante para la vida de las personas que
no sólo concierne a los políticos y evaluadores, en general, sino a la sociedad en
pleno y más aún a los profesores que son los ejecutores. Es por ello que los
docentes deberían indagar mejor las formas de llevarla a cabo.
Bolívar Botia (1992)1 afirma “Pero, como sabemos, una evaluación no es neutral,
todo conocimiento sobre el funcionamiento de un centro implica una relación de
poder, por lo que una “ética de evaluación” exige un plano contractual (acuerdo
negociado) que respete la autonomía, imparcialidad e igualdad, lejos de
instrumentalizar a las personas o instituciones que se evalúan. Además más allá
de la negociación, los profesores tienen derecho a saber para qué va a servir la
evaluación y por qué se realiza, pudiendo oponerse o rechazarla; al tiempo que
tienen derecho a participar activamente en ella”.
Parecería que los únicos que no tienen ningún derecho en la evaluación son los
alumnos. Dado que la evaluación cumple funciones tan diversas, puede
plantearse un conflicto ético.
Algunas dudas citadas por Law (1984) son las siguientes:
- ¿Se deben realizar evaluaciones formales de cualquier variable, sabiendo que
pueden tener valor de etiquetado de las personas?
- ¿Se debería evaluar formalmente para convertir esa práctica en un control del
alumno, dada la frecuencia con que se hace?
- ¿Deben tener los alumnos poder para rectificar las evaluaciones que se dan de
ello?
- ¿Qué datos tienen un carácter público y cuáles reservados?
- ¿Debe ser el alumno el único que decide lo que aparece en sus informes?
-Una información que tiene un profesor ¿debe comunicarla a otros profesores
del mismo alumno?
- ¿Qué datos reflejar en los informes escritos que quedan en los centros o pasan
a la administración educativa?
- ¿Es necesario y conveniente hacerle saber a los padres la información?

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2.3 Supuestos subyacentes de los profesores.
Las formas de evaluar, los contenidos y aprendizajes seleccionados, ponen de
manifiesto, como dice Gimeno, los esquemas implícitos, la concepción que se
tiene del “aprendizaje ideal” y de conocimiento relevante. Actúan de filtro en el
desarrollo del currículo.
Si es indudable que se evalúa para constatar lo aprendido, no es menos cierto
que a través de lo que se exige al alumno se sabe lo que se enseña. En la medida
en que la evaluación insiste en un tipo de aprendizaje, actúa como una práctica
autónoma y mediadora que tiene fuerza para determinar el currículo real al que
tienen acceso los alumnos.
Los propios docentes son afectados profesionalmente por las prácticas de
evaluación imperantes y el conocimiento de aprendizaje que potencian. Para
lograr una educación selectiva y desde una óptica pedagógica, lo fundamental
para la mejora de los procesos pedagógicos es perfeccionar la competencia de
los profesores para realizar apreciaciones acertadas sobre sus alumnos, a partir
de las capacidades y esquemas de percepción, atribución e interpretación que
poseen en las condiciones naturales de trabajo.
La utilidad pedagógica que puede tener la evaluación, está relacionada con la
metodología que se utiliza para realizarla y expresarla. Si la evaluación está
integrada a los procesos de enseñanza y de aprendizaje, los datos más ricos, no
serán los de carácter cuantitativo, sino los cualitativos, porque se trata de valorar,
o asignar un valor (Álvarez Méndez,1985).
La evaluación ofrece posibilidades para fortalecer y consolidar los aprendizajes,
así como los logros de los objetivos o propósitos en cualquier campo de estudio.
La evaluación permite evidenciar cuáles son las necesidades prioritarias que se
deben de atender y —desde la perspectiva educativa— debe mostrar
congruencia entre saber y desempeño, esta fórmula es la que puede encausar
a la educación hacia la llamada calidad.

Tema 3: Importancia y Finalidad.


3.1 La importancia de la evaluación.

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La importancia de la evaluación va más allá del seguimiento escolar de los
propios estudiantes. Se trata de un instrumento de seguimiento y valoración de
los resultados obtenidos por los escolares para, al mismo tiempo, poder
determinar si los procedimientos y metodologías educativas elegidas están
siendo los adecuados. Además, aunque al pensar en evaluación educativa
normalmente pensamos en exámenes, la normativa vigente extiende el proceso
de evaluación a los distintos ámbitos y agentes de la actividad educativa, es
decir: también incluye a los docentes, a los centros, a la idoneidad de los
currículos e, incluso, la actividad de las administraciones educativas.
La evaluación es un recurso para asegurar unos niveles de formación común y
garantizar que se reúnen una serie de capacidades, competencias y
conocimientos concretos para avanzar dentro de los niveles del sistema
educativo, logrando los títulos homologados correspondientes.
La evaluación debe ser considerada como una extensión del proceso enseñanza
y aprendizaje y no como un paso más, es decir, una actividad continua, un
proceso integrador que genera, desde la reflexión de las experiencias,
oportunidades formativas. La evaluación es una actividad continua del mismo
proceso educativo.
Actualmente, la evaluación es un concentrado de evidencias que permiten
obtener información valiosa del desempeño de los alumnos en relación a los
objetivos planteados. Asimismo, la evaluación como parte del trabajo docente,
muestra una secuencia construida a lo largo de un tiempo determinado, es decir,
por bimestre, por semestre, o anual.
La información que se deriva de la evaluación, es una información sistematizada
que hace referencia al nivel y desempeño del proceso educativo reflejado en el
aprendizaje de los alumnos, información que permite, al final de cuentas, tomar
decisiones que se vean reflejadas en la mejora continua de los aprendizajes.
Favorecer la evaluación durante la jornada escolar y promover su reflexión es
sinónimo de congruencia ya que se reconocen las cualidades y bondades para
fortalecer la práctica docente, en este sentido, generar oportunidades formativas
convencionales que encaucen la educación a las vías de la calidad.
La evaluación en la educación debe generar una transformación en la manera
de percibir juzgar la promoción de los alumnos, así como la forma de tomar
decisiones en relación a sus aprendizajes. En este sentido, los maestros de

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grupo pueden generar, desde su praxis cotidiana, alternativas inclusivas de
evaluación ya que todos aprenden, y no necesariamente se aprende
académicamente en la escuela, también se aprenden formas para enfrentar el
contexto inmediato. Se debe percibir a la importancia de la evaluación en la
educación como un instrumento que permite, objetivamente, ubicar la realidad
del alumno y de la escuela, tomar decisiones desde ese enfoque, es resignificar
al alumno como centro del proceso de enseñanza y aprendizaje.

3.2 FINALIDAD DE LA EVALUACIÓN.


¿Cuál es la finalidad de la evaluación?
-Determina el tipo de informaciones que se consideran pertinentes para
evaluar, los criterios que se toman como punto de referencia, los instrumentos
utilizados y la ubicación temporal de la de la actividad evaluativa.
- Es una referencia al objeto evaluado y a los criterios que se utilizan como
referentes. (Coll).
¿Cuál es la finalidad de la evaluación formativa?
- Tiene una función reguladora del proceso de enseñanza-aprendizaje para
posibilitar que los medios de formación respondan a las características de los
estudiantes.
- Pretende principalmente detectar cuáles son los puntos débiles del aprendizaje
más que determinar, cuáles son los resultados obtenidos con dicho aprendizaje.
- Retroalimentar tanto al alumno como al docente acerca del desarrollo del
proceso enseñanza-aprendizaje.
-Distinguir lo que el alumno o grupo ha dominado.
- Mostrar al profesor la situación del grupo en general y del alumno en particular.
-Detectar el grado de avance en el logro de los objetivos.
¿Cuál es la finalidad de la evaluación sumativa?
- La función social de asegurar que las características de los estudiantes
respondan a las demandas y metas educativas del sistema.
- Pero también puede tener una función formativa de saber si los alumnos han
adquirido los comportamientos terminales previstos por el maestro y, en
consecuencia, si tienen los prerrequisitos necesarios para posteriores
aprendizajes o bien determinar los aspectos que convendría modificar en una
repetición futura de la misma secuencia de enseñanza-aprendizaje.

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Tema 4: Medición y valorización.
4.1 La medición en el proceso de evaluación.
Martínez Bautista, Rocío Evelin y Ramírez Parada Silvia (2015) destacan en la
ponencia: Evaluación de la enseñanza aprendizaje y la medición educativa, que
la medición y la evaluación educacional constituyen procesos claves vinculados
al proceso de enseñanza-aprendizaje y representan herramientas
fundamentales para la toma de decisiones al interior de una institución educativa.
A través de estos procesos es posible conocer el grado de logro de los objetivos
de aprendizaje establecidos y la eficacia de las acciones realizadas (Rodríguez,
2013).
Los procesos de evaluar y medir no son sinónimos. Existen relaciones y
diferencias notables entre ellos, aunque muchas veces los utilizamos
indistintamente.
Los dilemas político-teóricos que dan origen a la reforma educativa de nuestros
días nos obligan a reflexionar e inquirir sobre el significado, la adopción y uso de
estos términos.
Según Schiefelbein (2011), el aprendizaje puede definirse como un cambio en el
comportamiento del educando por efecto de la acción educativa. Tal cambio, no
se produce en la misma cantidad y calidad en todos los educandos; si no que,
los logros que implica el nuevo comportamiento se dan en diferentes niveles de
rendimiento. La evaluación educacional tiene como propósito determinar en qué
medida se ha producido el cambio esperado.
Se entiende por evaluación al proceso de recopilación de información que
analizado e interpretado a la luz de un marco referencial posibilita la emisión de
juicios de valor que conducen a la toma de decisiones institucionales.
La definición apuntada permite, en primer término, establecer una distinción
entre la evaluación y la medición. La medición no es evaluación, es sólo una
parte de ella asociada al proceso de recopilación de información. La información
recopilada, si es cuantitativa, puede ser objeto de medición lo que permitirá
mayor precisión en la presentación de datos y la construcción de indicadores y
parámetros comparativos.

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La evaluación resulta un proceso influido por los restantes elementos del proceso
educativo global y, además, es esencialmente distinta a la medición (González,
2010)
La evaluación educacional ha sido, y hasta cierto punto sigue siendo, un proceso
más bien estancado de pruebas estandarizadas, calificación, colocación,
certificación y acreditación, que sirve para mantener pautas normativas. La
definición de la evaluación como medición se limita evidentemente, sólo a
aquellas cosas que pueden ser medidas con pruebas estandarizadas.
Pero entremos en materia la medición es el proceso de asignar u obtener
expresiones numéricas de las propiedades o atributos de los objetos o personas
siguiendo unas reglas específicas. Las expresiones numéricas no son sólo
numerales sino también letras u otros símbolos.
Según Calderón (2012), para la mayoría de los docentes, evaluar es realizar
pruebas o aplicar exámenes, revisar los resultados y adjudicar calificaciones. El
propósito que se le da por lo regular a la "evaluación" es el de probar el
aprendizaje, a fin de otorgar calificaciones, representadas generalmente con
números que describen el monto o volumen de lo aprendido. Al multiplicar el
número de pruebas o exámenes a lo único que conlleva al maestro es a
aumentar el número de calificaciones y determinar luego un promedio y con ello
medir el aprovechamiento escolar.
La calificación así obtenida por más justa que sea, indica únicamente "cuanto
sabe" el alumno, pero no nos dice: qué sabe, qué no sabe, cómo lo sabe, y lo
más interesante gracias a qué sabe lo que sabe, por lo tanto, no nos es útil para
lo sustantivo que es el mejoramiento de la enseñanza. Es por eso que esas
calificaciones sirven poco desde el punto de vista educativo y no nos orientan en
el mejoramiento de la enseñanza.
4.2 Evaluación y medición. Primera distinción: medir y evaluar.
Cuadernillo técnico de evaluación educativa. Nociones básicas en medición y
evaluación en el contexto educativo, de la República de Méjico, se precisa que,
aunque se suelen usar como sinónimos intercambiables, en términos técnicos
medir y evaluar no son lo mismo.
Siguiendo a Scriven (2013), la evaluación es el acto o proceso cognitivo por el
cual se establece una afirmación respecto de la calidad, valor o importancia de
cierta entidad. La medición, por su parte, es un proceso por el cual se asignan

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números a atributos, observables y no observables, de acuerdo con parámetros
y reglas claramente
definidas (Fenton y Pfleeger, 1997). En palabras simples, medir es asignar
números y evaluar es hacer un juicio integral acerca de las cualidades del objeto
de interés. Ambas acciones pueden considerarse complementarias; de hecho, el
resultado de una medición puede ser un insumo para la evaluación; por otra
parte, un juicio evaluativo permite dar sentido y significado al dato de una
medición, otorgándole así un marco que promueva la acción y la toma de
decisiones.
¿Por qué es importante esta distinción?
Porque ayuda a determinar los alcances de los datos y los juicios, y a establecer
sus limitaciones. El dato resultante de una medición difícilmente basta, por sí
mismo, para concluir si se avanza o no en las metas propuestas, si se está en
un buen o mal escenario o si se alcanzan los niveles de aprendizaje o
desempeño esperados. Todos estos son juicios que se formulan tomando en
consideración otras variables y elementos, desde el caso más simple -por
ejemplo, el resultado de una medición anterior, para ver si hay avance o
progreso- hasta otros más complejos, como la medición de variables asociadas,
que son revisadas por un panel de expertos. Por otra parte, un juicio evaluativo
solo adquiere solidez cuando hay evidencia que lo respalda, y los datos que
aporta una buena medición son precisamente eso: evidencia relevante.
En suma, cuando interesa conocer los avances o logros educativos de un
estudiante, curso, escuela, distrito o país, se puede tener una mejor fotografía si
se utilizan los dispositivos de medición apropiados para levantar
sistemáticamente información, la que luego, combinada con otros datos y
referentes, permite fundamentar un juicio que integra y pondera.
Se entiende por evaluación al proceso -no un momento- de recopilación de
información que analizado e interpretado a la luz de un marco referencial
posibilita la emisión de juicios de valor que conducen a la toma de decisiones
institucionales.
La definición apuntada permite, en primer término, establecer una distinción
entre la evaluación y la medición. La medición no es evaluación, es sólo una
parte de ella asociada al proceso de recopilación de información. La información
recopilada, si es cuantitativa, puede ser objeto de medición lo que permitirá

24
mayor precisión en la presentación de datos y la construcción de indicadores y
parámetros comparativos.
Desde esta perspectiva, la evaluación resulta un proceso influido por los
restantes elementos del proceso educativo global y, además, es esencialmente
distinta a la medición.
Medición: Expresa un valor absoluto; Es un momento; no procesal; Está
subsumida en la evaluación; No implica evaluación; Constituye un medio para
valorar y; Es, simplemente, un medio para obtener datos.
Evaluación: Expresa un juicio de valor relativo; Es un proceso dinámico;
Subsume a la medición, siendo más extensiva; Implica, entre otros
procedimientos, a la medición; Es la valoración misma y; Compara los datos con
los resultados previstos.
Los resultados reportados por la medición (dentro del proceso de evaluación)
deben ser interpretados a la luz de un marco referencial. El marco referencial
con el que debe confrontarse la información recogida estará constituido
fundamentalmente por la naturaleza de la unidad de información a ser evaluada,
sus objetivos y las necesidades y urgencias sociales.
4.3 La valoración en el proceso de evaluación.
Suskie (2014) identifica tres perspectivas desde las cuales se puede entender la
evaluación y que, en ciertos aspectos, pueden relacionarse con la valoración del
aprendizaje. Desde la primera perspectiva la evaluación es equivalente al juicio;
es decir la evaluación consistiría en usar información que proviene del proceso
de valoración para tomar decisiones sobre aspectos tales como:
1.Si los estudiantes han logrado los resultados de aprendizaje que se han
establecido para ellos.
2.Las fortalezas y debilidades de las estrategias de enseñanza-aprendizaje
empleadas por los profesores.
3.Qué cambios en las estrategias de enseñanza-aprendizaje serían apropiadas
dado el perfil de los estudiantes.
La evaluación entendida de esta forma consiste en una parte del proceso de
valoración: la interpretación de la evidencia que resulta del proceso de
recolección de información que se da a través de dicho proceso de valoración, y
el utilizar estos resultados para la toma de decisiones. De acuerdo con esta

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perspectiva, los resultados de la valoración guían al profesor en la toma de
decisiones sobre cómo desarrollar sus procesos de enseñanza.
Una segunda perspectiva define la evaluación como aquel proceso a través del
cual se determina la correspondencia entre los resultados pretendidos (primer
paso del proceso de valoración) y los resultados obtenidos (tercer paso de
valoración). Desde esta perspectiva, la evaluación y la valoración podían
considerarse prácticamente lo mismo.
Una tercera perspectiva define la evaluación como aquel proceso valorativo que
se realiza para determinar la calidad de un programa académico o proyecto como
un todo en vez del aprendizaje de cada estudiante. Desde esta perspectiva, la
evaluación es un concepto más amplio que la valoración del aprendizaje en el
aula, pues mientras esta se enfoca en el nivel de logro de los resultados de
aprendizaje del estudiante, la evaluación se enfoca en qué tanto se cumplen los
propósitos generales de un programa, del cual puede hacer parte el estudiante.
Para Walvoord (2010), la valoración del aprendizaje en el aula es la recolección
sistemática de información sobre el aprendizaje del estudiante, utilizando el
tiempo, conocimiento, experiencia y recursos disponibles, con el fin de informar
las decisiones que afectan dicho aprendizaje.

Estudio Material Complementario Tema 1


-Díaz, F. Y Barriga, A. (2002) Estrategias. Docentes para un Aprendizaje
Significativo: una interpretación constructivista. Universidad Nacional Abierta
Dirección de Investigaciones y Postgrado. CAPÍTULO 8 TIPOS DE
EVALUACIÓN. México: McGraw Hill (Compilación con fines Instruccionales)
https://des-for.infd.edu.ar/sitio/upload/diazbarrigacap8_EVALUACION.pdf
- Ruíz de Pinto. Laura. EVALUACION –TIPOS DE EVALUACION. Revista de
Posgrado de la V Ia Cátedra de Medicina - N° 118 – Agosto 2002 Pág:
https://med.unne.edu.ar/revistas/revista118/evaluacion.html
Cortés De las Heras, J y Añón Roig, M (2013). Tipos de evaluación e
instrumentos de evaluación.
https://mestreacasa.gva.es/c/document_library/get_file?folderId=500001688024
&name=DLFE-399422.pdf
-Foronda Torrico, José María; Foronda Zubieta, Claudia Lorena (2007). LA
EVALUACIÓN EN EL PROCESO DE APRENDIZAJE. PERSPECTIVAS, núm.
19, enero-junio, 2007, pp. 15-30. Universidad Católica Boliviana San Pablo.
https://www.redalyc.org/pdf/4259/425942453003.pdf

26
Cano Ramírez, Ana. Curso 2005/06 TEMA 5: ASPECTOS PARA UNA
DEFINICIÓN DE EVALUACIÓN.
https://www2.ulpgc.es/hege/almacen/download/38/38196/tema_5_elementos_p
ara_una_definicion_de_evaluacion.pdf
La evaluación educativa: conceptos, funciones y tipos. Fundación Instituto de
Ciencias del Hombre.
https://www.uv.mx/personal/jomartinez/files/2011/08/LA_EVALUACION_E
DUCATIVA.pdf
Cuadernillo técnico de evaluación educativa. Definición del referente de la
evaluación y desarrollo del marco de especificaciones © Centro de Medición
MIDE UC Av. Vicuña Mackenna 4860. Macul, Santiago, Chile, cp 7820436. ©
Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación INEE Barranca del Muerto
341, col. San José Insurgentes, Alcaldía Benito Juárez, Ciudad de México, cp
03900
https://www.inee.edu.mx/wp-content/uploads/2019/08/P2A353.pdf

Gil Álvarez, J. L., Morales Cruz, M., & Meza Salvatierra, J. (2017). La evaluación
educativa como proceso histórico social. Perspectivas para el mejoramiento de
la calidad de los sistemas educativos. Universidad y Sociedad, 9(4), 162-167.
Recuperado de http://rus.ucf.edu.cu/index.php/rus

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