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Romeo se esconde en el jardín de los Capuleto y ve a Julieta en su balcón. Se declaran su amor a pesar de sus familias enemistadas. Acuerdan casarse en secreto al día siguiente. Romeo le dice que enviará a un mensajero a las 9 para coordinar los detalles de la boda. Julieta le pide a Romeo que sea fiel hasta que puedan estar juntos.

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Romeo se esconde en el jardín de los Capuleto y ve a Julieta en su balcón. Se declaran su amor a pesar de sus familias enemistadas. Acuerdan casarse en secreto al día siguiente. Romeo le dice que enviará a un mensajero a las 9 para coordinar los detalles de la boda. Julieta le pide a Romeo que sea fiel hasta que puedan estar juntos.

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ESCENA SEGUNDA Jardín de Capuleto que da al balcón de Julieta.

(Entra
Romeo, después Julieta)

ROMEO
¡Se burla de nuestras cicatrices el que nunca tuvo una herida!

(Julieta aparece en su balcón, sin darse cuenta de la presencia de Romeo).

¡Silencio! ¿Qué ilumina desde aquella ventana las tinieblas?¡Es Julieta, es


el sol en el oriente! Surge, espléndido sol, y con tus rayos mata a la luna
enferma y envidiosa, porque tú, oh su doncella, eres más hermosa aún. ¡Es
ella en la ventana! ¡Es la que amo!¡Ah, cuánto diera porque lo supiese!

JULIETA suspira mientras mira las estrellas.


Hhaa…!

ROMEO:
Habla, aunque nada dice, no me importa, me hablan sus ojos, ¡Estoy loco,
no es a mí a quien hablan! Dos estrellas magníficas del cielo le piden a sus
ojos que relumbren. Si sus ojos viajaran por el cielo brillarían haciendo
que los pájaros cantaran como si fuera el día y no la noche.

JULIETA coloca su mano bajo la mejilla

ROMEO:
¡Ved como su mejilla está en su mano! ¡Ay, si yo fuera el guante de esa
mano y pudiera tocar esa mejilla!

JULIETA
¡Ay de mí!

ROMEO
¡Ha hablado ahora! ¡Habla otra vez, ángel luminoso! En la altura esta
noche te apareces como un celeste mensajero alado!

JULIETA
Ah, Romeo, ¿por qué eres tú Romeo? ¡Reniega de tu padre y de tu nombre!
Si no quieres hacerlo y me juras tu amor, eso me bastará para dejar de
llamarme Capuleto

ROMEO
¿Debo seguir oyendo o le respondo?

JULIETA
¡Solamente tu nombre es mi enemigo! Seas Montesco o no, tú eres el
mismo. ¿Qué es Montesco? No es un pie, ni una mano, no es un rostro, ni
un brazo, no es ninguna parte del hombre. ¡Cambia de apellido amor!
ROMEO (mordiéndose las ganas de responder)
¡Sigue…!

JULIETA:
Porque, ¿qué puede haber dentro de un nombre? Si otro título damos a la
rosa con otro nombre nos dará su aroma. Romeo, aunque Romeo no se
llame, su perfección amada mantendría sin ese nombre. Quítate ese
nombre y por tu nombre que no es parte tuya tómame a mí, Romeo, toda
entera.

ROMEO (Desesperado levanta su voz)


Te tomo la palabra. Desde ahora llámame sólo Amor. Que me bauticen
otra vez, dejo de ser Romeo.

JULIETA
¿Quién eres tú que oculto por la noche entras en mis secretos
pensamientos?

ROMEO
Quién soy no te lo digo con un nombre: santa mía, mi nombre me es
odioso porque es un enemigo para ti. De haberlo escrito yo, lo rompería.

JULIETA
Aún no han bebido cien palabras tuyas mis oídos y ya te reconozco. ¿No
eres Romeo? ¿No eres un Montesco?

ROMEO
No seré ni lo uno ni lo otro, bella mía, si las dos cosas te disgustan.

JULIETA
¿Cómo llegaste aquí? ¿De dónde vienes? Altas son las murallas y difíciles,
y sabiendo quién eres si te encuentran en este sitio, te darán la muerte.

ROMEO
Con las alas del amor pasé estos muros, para el amor no hay obstáculo de
piedra y lo que puede amor, amor lo intenta: no pueden detenerme tus
parientes.

JULIETA
Si ellos te ven aquí te matarían.

ROMEO
Ay, en tus ojos veo más peligro amor, que en veinte espadas de ellos. Si
me miras con dulzura, podré vencer el odio.

JULIETA
No quisiera por nada en este mundo, que te vieran aquí.

ROMEO
Llevo el ropaje de la noche que esconde mi figura, pero, si no me amas,
que me encuentren. Que acaben con mi vida los que me odian antes que
sin tu amor tarde la muerte.

JULIETA
¿Quién dirigió tus pasos a este sitio?

ROMEO
El amor, que me hizo averiguarlo, me dio consejos, yo le di mis ojos.
Aunque no soy piloto, si estuvieras tan lejana de mí como las playas del
más lejano mar, te encontraría, navegando hasta hallar ese tesoro.

JULIETA
Me cubre con su máscara la noche, de otro modo verías mis mejillas
enrojecer por lo que me has oído. Cuánto hubiera querido contenerme,
cuánto me gustaría desmentirme, pero le digo adiós al disimulo. Dulce
Romeo, si me quieres, dímelo sinceramente…

ROMEO (mueve desesperadamente la cabeza e intenta hablar pero ella sigue)

JULIETA:
Pero si tú piensas que me ganaste demasiado pronto frunciré el ceño y te
diré que no y seré cruel para que tú me ruegues. Bello Montesco, te amo
demasiado, tal vez por ello me hallarás ligera, pero te daré pruebas de ser
más verdadera que otras muchas que por astucia se demuestran tímidas.

ROMEO (Intenta hablar de nuevo pero ella sigue) Eh…Ah…!

JULIETA:
Más reservada hubiera sido, es cierto, pero yo no sabía que escuchabas mi
pasión verdadera. Ahora, perdóname, y no atribuyas a liviano amor lo que
te descubrió la oscura noche.

ROMEO
Señora, por la luna que de plata corona esta arboleda, yo te juro...

JULIETA
No jures por la luna, la inconstante, que al girar cada mes cambia en su
órbita, no sea que tu amor cambie como ella.

ROMEO
¿Por quién voy a jurar?

JULIETA
No jures y, si lo haces, jura por ti, por tu gentil persona, que yo te creeré.
Eres un dios dentro de mi secreta idolatría.

ROMEO
Si el amor que me abrasa...
JULIETA
No jures, aunque tú eres mi alegría. Este pacto de amor en esta noche no
me contenta, es demasiado rápido, demasiado imprevisto y temerario. (De
la enredadera del balcón toma un botón y se lo entrega) Este botón de
amor con el aliento de las respiraciones del verano tal vez dará una flor
maravillosa cuando otra vez tú y yo nos encontremos. ¡Adiós! ¡Adiós! Que
el dulce sueño caiga tanto en tu corazón como en el mío.

ROMEO
¿Y así me dejas lleno de deseos?

JULIETA
¿Qué deseos quisieras ver cumplidos?

ROMEO
Cambiar tu juramento por el mío.

JULIETA
Te di mi amor sin que me lo pidieras y aún quisiera dártelo de nuevo.

ROMEO
¿Y me lo quitarás, amor mío?

JULIETA
Sólo para entregártelo otra vez. Deseo lo que tengo, sin embargo tengo
tanto que darte como el mar y como el mar mi amor es de profundo: uno y
otro parecen infinitos, pues, mientras más te doy yo tengo más. (Ruido de
puerta que se abre)
Escucho un ruido adentro. ¡Adiós, mi amor!

AMA: (Desde adentro, llamando)


¡Niña mía!

JULIETA:
¡Ama, ya voy! Y tú, Montesco, amado, sé fiel. Espérame. ¡En seguida
vuelvo!

(Se retira).
ROMEO
¡Ahh, dulce, dulce noche! Pero temo que todo sea un sueño de la noche sin
otra realidad que su dulzura.

(Vuelve a entrar Julieta, arriba)


JULIETA
Dos palabras, mi amor, y buenas noches. Si tu amor es honesto y me
deseas como esposa, respóndeme mañana, con alguien que en tu busca
mandaré, la hora y el lugar de nuestra boda. Así pondré a tus plantas mi
destino
AMA (desde adentro)
¿¡Julieta!?

JULIETA
¡Ya voy!. Pero si tienes malas intenciones, te suplico...

AMA
¡Os llaman hija!

JULIETA
¡En seguida! ¡En seguida! ... (A Romeo) Te suplico que no me sigas
cortejando más

ROMEO
Es mi alma la que espera.

JULIETA
¡Buenas noches, mil veces!

ROMEO
¡Mil veces tristes noches sin tu luz!
(La besa y se retira lentamente)

JULIETA
¡Ay! ¡Romeo, Romeo! Ah, quien tuviera la voz del halconero que obligase
a volver al halcón a nuestras manos.

ROMEO
Es mi alma que me llama por mi nombre. ¡Qué tañido de plata a
medianoche, arrobadora música se siente cuando se oye la voz de tu
amada!

JULIETA
¡Romeo!

ROMEO
¡Amada mía!

JULIETA
¿Dime a qué horas te enviaré el mensajero?

ROMEO
Hacia las nueve.

JULIETA
Allí estará. ¡Hay un siglo hasta esa hora!... (Lo besa y se separan
nuevamente) (Ella se devuelve) ¡Romeo!...
ROMEO
Dime amor

JULIETA
Amor…! (pausa) ¿Para qué te llamaba? Lo olvidé.

ROMEO
Aquí estaré hasta que lo recuerdes.

JULIETA
Lo olvidaré para que aquí te quedes y mi recuerdo te haga compañía.

ROMEO
¡Me quedo aún para que aún lo olvides, nada recordaré sino este sitio! Ya
llega el día. Yo hubiera querido decirte que te fueras, no tan lejos, como lo
hace la niña que libera por un minuto un pájaro cautivo, y luego lo
recobra con un hilo celosa de su nueva libertad. Yo quiero ser ese pájaro.

JULIETA
También yo lo quisiera, amado mío, pero tendría miedo de matarte con
mis caricias.

AMA (Desde adentro, más fuerte)


¡Niña!

JULIETA
¡Buenas, buenas noches! (se besan) Decirte adiós es un dolor tan dulce
que diré buenas noches hasta el alba. (Sale).

ROMEO
¡Baje el sueño a tus ojos, y la paz baje a tu corazón! ¡Me gustaría ser el
sueño y la paz que te acaricien!

(Romeo le tira el último beso y sale saltando de la alegría)

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