La comunidad del Reino.
Efesios 1:1-14
Introducción.
La misión de Jesús era decir las buenas nuevas del Reino, mostrar cómo era el Reino, mostrar sus obras, decir cómo se
entra en él y establecer la comunidad de discípulos. Él murió en la cruz y resucitó para derrotar el reino del mal y para
introducir la era del Reino de Dios.
Jesús habló del Reino, reunió a la iglesia, la comunidad a la que se le confió la tarea de vivir y proclamar el Reino hasta
los confines de la tierra.
¿Qué es el reino de Dios? Es Jesucristo y, a través de la iglesia, la reunión de todas las cosas en Él. Es el crecimiento de la
gracia, el gozo, la sanidad, la paz y el amor vistos en Jesús. El Reino es al mismo tiempo presente y futuro, tanto terrenal
como celestial. Las enseñanzas de Jesús establecen claramente que el Reino de Dios en su realidad presente significa un
estilo de vida discipular.
Muchos ven a la iglesia como una sala de conferencias donde van a oír una exposición de la Biblia. Para otros la iglesia es
un teatro donde se reúnen para ser testigos del drama de la cruz actuado en presencia de ellos. Además, la iglesia puede
ser vista como un corporativo eficiente y con una gran orientación hacia los programas y actividades, con un equipo
pastoral ocupado en dar religión a las masas en dosis pequeñas. Muchos ven a la iglesia como un club social del que se
hacen miembros para encontrar satisfacción a ciertas necesidades. La arrogancia de títulos y jerarquías crean
distinciones entre los creyentes, donde más bien los seguidores de Cristo deben verse como hermanos y consiervos.
También la iglesia puede ser únicamente una maquinaria que funciona a la perfección con una fachada humana. O
puede ser una comunidad solícita, radicalmente bíblica y rendida completamente a Jesucristo.
1.- El Plan maestro de Dios. Pablo habla de “la voluntad de Dios” (1:1) “su afecto y voluntad” (1:5) “el misterio de su
voluntad según su beneplácito, que se había propuesto en Cristo” (1:9) También dice repetidamente que Dios nos
“escogió”, “designó” y “predestinó” de acuerdo a su voluntad. Veamos 1:20-23
¡Qué punto de partida para entender la Iglesia y el Reino! El Plan de Dios es reunir y reconciliar todas las cosas en Cristo
de modo que la humanidad pueda servir otra vea a su Hacedor. Claramente la idea es la reconciliación: El plan de Dios es
restaurar su creación, reparar el daño hecho a las personas y a la naturaleza por causa del pecado. Col. 1:20
Entender el diseño básico de este plan que se centra en la gran obra reconciliadora, conquistadora de Jesús consumada
a través de su vida, muerte y resurrección y que está siendo aplicada ahora por medio de la obra continuadora del
Espíritu Santo. La iglesia sabe y confiesa que el establecimiento completo del Reino, espera la revelación final de Jesús
en su segunda venida.
2.- ¿Cuál es el lugar de la iglesia en ese plan? Efe. 3:10-11 La iglesia es el fruto del amor reconciliador de Cristo, y por lo
tanto la revelación de la multiforme sabiduría de Dios. La misión de la iglesia es glorificar a Dios continuando en el
mundo las obras del Reino que Jesús empezó. Mt. 5:16
El aspecto central del plan de Dios es la reconciliación de las personas con Él a través de la sangre de Jesucristo, la
Escritura señala que esta reconciliación incluye incluso la redención del universo físico de los efectos del pecado al ser
puesto todo bajo la autoridad de Jesucristo. Rom. 8: 19-23, 2ª. Cor. 5:18-21
3.- ¿Cómo cumple la iglesia el propósito del plan de Dios? Efe. 2:8-10
Lo primero para la iglesia es ser y después hacer. Entonces la primera tarea de la iglesia es ser la comunidad redimida, la
comunidad de discípulos. La iglesia transforma en mayor grado la sociedad cuando ella misma está creciendo y siendo
perfeccionada en el amor de Cristo. Esas “buenas obras” se caracterizan por (1) tener su origen en el amor cristiano, (2)
están basadas en la obediencia al evangelio y a la mayordomía de los dones espirituales, (3) sean hechas en el nombre
de Jesús, (4) busquen la reconciliación, la sanidad y la belleza en cualquier área, (5) glorifiquen al Padre.
Conclusión
La tarea de la iglesia y su lugar en el plan de Dios es primero ser genuinamente la comunidad del Reino y, luego, hacer
las obras de Dios. Al ser verdaderamente la comunidad de los discípulos de Jesús, la iglesia se compromete a un patrón
de vida que es un rechazo de y por lo tanto un desafío a las estructuras sociales y políticas del mundo y emplea las
únicas armas que son dignas de su propia naturaleza y que por esa razón son efectivas: verdad, justicia, benignidad, fe,
oración y la Palabra de Dios.