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El Estrés Calórico AVES ART

El estrés térmico en aves se produce cuando no pueden mantener su temperatura corporal de forma normal, afectando negativamente su crecimiento y producción. Las aves intentan mitigar los efectos del estrés térmico a través de mecanismos como el jadeo, pero esto puede conllevar a problemas de salud y mortalidad. Es importante prevenir el estrés térmico a través de buena ventilación, acceso a agua fresca, y dietas balanceadas.

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El Estrés Calórico AVES ART

El estrés térmico en aves se produce cuando no pueden mantener su temperatura corporal de forma normal, afectando negativamente su crecimiento y producción. Las aves intentan mitigar los efectos del estrés térmico a través de mecanismos como el jadeo, pero esto puede conllevar a problemas de salud y mortalidad. Es importante prevenir el estrés térmico a través de buena ventilación, acceso a agua fresca, y dietas balanceadas.

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El estrés calórico se presenta por la interacción entre la humedad, temperatura, la velocidad del

aire y el calor del metabolismo del ave. La temperatura óptima para el rendimiento de las gallinas
es de 19-22°C y en caso de pollo de engorda de 18-22°C (Revisión de Charles, 2002).

Cuando dichas condiciones se presentan en las aves, pollo de engorda o aves de postura, estas
hacen el esfuerzo por mantener su temperatura corporal en niveles normales, para intentar
mitigar los efectos del estrés y mantener el funcionamiento de los órganos.

Algunos efectos que tiene este desafío son mortalidad alta, disminución  de  consumo, ganancia de
peso deficiente, detrimento de calidad de la canal y de cascarón en gallinas de postura, un menor
porcentaje de postura y peso de huevo ligero (Revisión de Howlider y Rose, 1987; Marsden y
Morris, 1987; Shane, 1988; Yahav, 2000a).

Estrés térmico y temperatura ambiente

Se ha demostrado que animales bajo condiciones de estrés calórico redireccionan la sangre hacia
la periferia corporal con el propósito de maximizar la disipación del calor. En consecuencia, la
reducción en el flujo de sangre al epitelio compromete la integridad de la barrera intestinal (Liu et
al., 2016).

Una reducción en el tamaño de las vellosidades y de la profundidad de la cripta indica un daño al


epitelio intestinal, lo cual contribuye a la permeabilidad (Liu et al., 2016). Este daño no solo
afectara a la reducción de las vellosidades sino a todas las células que se encuentran en ellas,
como son las células caliciformes responsables de la produccción de mucina, una de las principales
barreras del intestino, generando una menor producción de mucus, disminuyendo la barrera de
protección e incrementando el paso de patógenos a través del epitelio.

DISMINUCIÓN DE LOS PROBLEMAS DIGESTIVOS A TRAVÉS DEL AGUA DE BEBIDA


Con alto contenido en polisacáridos sulfatados marinos extraídos de las algas capaces de estimular
la secreción de mucina, SeaLyt incrementa la capa y la consistencia de la mucosa, protegiendo así
el epitelio intestinal. Gracias al mantenimiento de su integridad, la mucosa intestinal se convierte
en una barrera eficiente que regula la absorción de nutrientes. Además SeaLyt aporta una fuente
de energía fácilmente asimilable, favorece la regulación del tránsito intestinal y potencía la
rehidratación del animal.

La determinación del número de células caliciformes y el tamaño de vacuolas representa la


funcionalidad de la capa de mucina, la cual desempeña un papel crucial en la protección del
intestino frente a agentes patógenos (a través de la inhibición de la unión y colonización de los
patógenos en el epitelio intestinal).

* P-value < 0,05 (Prueba U de Mann-Whitney) 

Conclusión

SeaLyt mejora la integridad intestinal aumentando la secreción de mucina y reforzando así su


función barrera, mejorando el comportamiento productivo de las aves. 

Información adicional: Informe de Prueba - SeaLyt - Olmix

Referencias bibliográficas

En los animales se producen una serie de alteraciones como reacción


frente aquellos estímulos repetidos que perturban su homeostasis o
equilibrio fisiológico normal. Este fenómeno es conocido como
estrés. El estrés térmico es, de entre los tipos de estrés, uno de los
más frecuentes e importantes que suelen afectar a las aves de
producción industrial y tiene un gran impacto sobre la productividad
y la mortalidad en las explotaciones avícolas.

¿Cómo mantienen las aves su temperatura corporal?

Las aves tienen una temperatura corporal de unos 41ᵒC, la cual


mantienen gracias a su capacidad de termorregulación. En cría
industrial se debe mantener a las aves en la zona termoneutral, un
rango de temperaturas dentro del cual las aves pueden perder calor
mediante mecanismos básicos (radiación, convección y conducción). En
esta zona termoneutral no hay estrés por calor y la temperatura
corporal se mantiene constante.

Sin embargo, es habitual que, en determinadas condiciones, se superen


los límites de la zona termoneutral y estos mecanismos básicos de
regulación de la temperatura sean insuficientes Cuando esto sucede, la
temperatura corporal asciende y comienza el fenómeno de estrés
térmico. En este momento, el ave recurre a la pérdida de calor por
evaporación, un mecanismo para combatir esta situación a través del
jadeo. Durante el mismo, las aves promueven la circulación de aire en la
superficie de sus sacos aéreos, lo que contribuye a aumentar el
intercambio gaseoso y la pérdida de calor.

Este mecanismo incluye la actividad de los sistemas nervioso, endocrino


y cardiorrespiratorio, entre otros. Conlleva la intensificación de las
funciones esenciales, es decir, incrementa la tasa respiratoria y la
frecuencia cardíaca y, por otro lado, la reducción de otras
funciones menos importes para el mantenimiento de la vida a corto
plazo, como la función inmunitaria, el crecimiento o
la reproducción.

Principales signos de las aves afectadas por estrés


térmico

Inicialmente, lo más habitual es que las aves, al tratar de recuperar su


equilibrio térmico modifiquen su comportamiento, pudiendo observarse:

 Aves con las alas distendidas


 Acuclillados en el suelo
 Lentitud, letargo
 Estupor, tambaleos, convulsiones terminales
 Heces húmedas
 Aumento del consumo de agua
 Descenso del consumo de pienso
 Comienzan con jadeos lentos y terminan jadeando muy rápidamente
 Desviación de la sangre de los órganos internos a la piel, lo que
oscurece el color de la misma
 Convulsiones terminales
 Incremento de la mortalidad

Consecuencias del estrés térmico en aves

Incremento de la mortalidad

Cuando el estrés térmico se prolonga durante mucho tiempo o los


animales están expuestos a temperaturas muy elevadas, ningún
mecanismo de los citados podrá reducir la temperatura corporal interna
y comenzará a incrementarse la mortalidad por insuficiencia
cardiorrespiratoria.

Disminución del crecimiento y de la puesta de huevos

Para hacer frente al estrés térmico, las aves intensifican las funciones
orgánicas esenciales para la supervivencia, quedando el resto relegadas
a un segundo plano. Esto hace que la mayor parte de la energía se
utilice en combatir la situación de estrés y asegurar la supervivencia,
por lo que no se destina al engorde.

En pollo de engorde se observa una disminución del crecimiento


diario y, además, cuando las temperaturas son altas el consumo de
alimento se reduce, lo que empeora el retraso en el crecimiento.

En el caso de las ponedoras, esto conlleva una disminución del


tamaño de los huevos inicialmente y, posteriormente, la reducción
de la producción de huevos.

Incremento de huevos rotos

Durante el jadeo de las aves en los momentos de estrés térmico, se


produce un exceso en la pérdida de niveles de CO 2 sanguíneos por
debajo de sus niveles basales, lo que conlleva a que incremente el pH
de la sangre produciéndose alcalosis metabólica. Con el fin de restaurar
los niveles de CO2 en sangre, se desplaza carbonato cálcico (Ca2CO3)
de los huesos a la sangre y, una vez allí, se desdobla como vemos en
el esquema siguiente:

CaCO3 → CO2 + CaO+ H+ + OH–   → CO3H– + CaO + H+


El bicarbonato (CO3H–) se excreta por el riñón para combatir la
alcalosis metabólica y también se pierde calcio en forma de CaO, lo
que provoca el empobrecimiento de este elemento en las aves.

Debido a la excreción de ambos, bicarbonato y calcio, se va reduciendo


la capacidad de la gallina de producir suficiente carbonato cálcico para
formar la cáscara.

Mientras las reservas de calcio son suficientes, es decir, este mineral


está almacenado debidamente en los huesos, la cáscara se seguirá
formando gracias a que se moviliza calcio desde ellas para formar la
cáscara del huevo. De ahí la importancia de mantener unas buenas
reservas de calcio en los huesos a través de un correcto aporte
nutricional y una buena absorción de calcio a través del intestino.
En cambio, cuando estas reservas no son suficientes o se agotan,
aparecen huevos con deficiencias de calcio que hará que incremente el
porcentaje de huevos rotos.

Alteraciones musculo-esqueléticas

Se incrementa el número de casos de síndrome de la fatiga de la


ponedora en jaula, caracterizado por la imposibilidad de las gallinas para
mantenerse en pie debido a la fragilidad de los huesos, tras la
movilización de carbonato cálcico a la sangre.  Por el mismo motivo,
aparecen también animales con fracturas de la cabeza femoral.

Medidas de prevención del estrés calórico en la


avicultura

Existen dos tipos principales de medidas preventivas que irán


encaminadas a evitar las condiciones que conducen a elevar el estrés
térmico:

1. Medidas de manejo:

 Ventilación: Es muy importante tener implementados sistemas de


ventilación, e incluso de refrigeración en aquellos climas que lo
requieran, con el fin de incrementar el bienestar animal y mantener la
temperatura en un rango de confort.
 Agua: Las aves deben de tener disponibilidad continua de agua, y esta
debe mantenerse por debajo de 30ºC.
 Mantener las aves lo más tranquilas posibles durante los momentos más
calurosos del día, para evitar que incrementen sus movimientos y, por
tanto, su actividad metabólica y que generen calor.
 Implantar y ajustar programas adecuados de iluminación.
 Implementar aspersores de techo, para en casos de emergencia poder
sofocar el calor en el menor periodo de tiempo posible.
 Mantener una densidad adecuada que evite el hacinamiento y el
sobrecalentamiento ambiental de la granja.

2. Medidas nutricionales:
 Monitorizar los consumos de alimento y agua, para detectar casos de
estrés térmico de una forma prematura.
 Es importante que la dieta esté equilibrada en
nutrientes importantes como aminoácidos, calcio, sodio, fósforo o
vitaminas, especialmente las hidrosolubles.
 Alimentar a las aves en horas menos cálidas del día, con el fin de
evitar elevar la temperatura como consecuencia del metabolismo,
pudiéndose alimentar a medianoche.
 Suministrar ingredientes altamente digestibles, para intentar
aportar todos los nutrientes necesarios gracias a un mejor
aprovechamiento de la dieta, a pesar de la reducción en el consumo.
 Adicionar aditivos en agua de bebida ricos en electrolitos y
vitaminas para compensar la pérdida de éstos.
 Suministrar carbonatos con el fin de evitar las pérdidas de calcio
óseo, necesario para la formación de la cáscara en periodos de elevada
producción.

Conclusiones

El estrés térmico es un problema muy importante en la producción


avícola actual, ya que los mecanismos de las aves para sofocarlo derivan
la energía al mantenimiento de las funciones vitales en detrimento de la
producción. Por lo tanto, los esfuerzos para combatirlo han de ir
destinados a evitar que las condiciones ambientales propicien estas
situaciones de estrés térmico y se deberán implantar medidas de
manejo, nutricionales o combinaciones de ambas. Todas estas medidas
son más eficaces desde el punto de vista de la prevención, ya que
controlar los problemas de estrés térmico una vez desencadenados es
muy complicado y las pérdidas económicas pueden tener un gran
impacto en la explotación.

ESTRÉS POR CALOR


Las altas temperaturas medio ambientales son un factor que con frecuencia afectan el
desempeño productivo de las aves. Las aves tienen la capacidad de termorregularse
siempre y cuando se encuentren bajo un rango determinado de temperatura ambiental,
sin embargo, los mecanismos fisiológicos de termorregulación son insuficientes cuando
estas temperaturas son extremas y en este caso se desencadena una serie de respuestas
fisiológicas que de manera conjunta se han denominado estrés por calor (Lara and
Rostagno, 2013).

El estrés por calor es el factor medio ambiental que más impacta la salud y el desempeño
zootécnico de las aves (Ayo et al., 2011). Los cambios ocasionados son numerosos, dentro
de ellos se tienen desórdenes electrolíticos, compromiso del sistema inmune, lesiones en
la morfología del epitelio intestinal y numerosas anomalías de variados procesos
fisiológicos. La severidad de estos desórdenes depende de qué tan alta sea la
temperatura y el tiempo al que son expuestos los animales (Boddicker et al., 2014), así
como también la edad de las aves y su susceptibilidad genética (Felver-Gant, 2012).

El imbalance electrolítico causado por el estrés calórico (Borges et al.,2004) afecta


múltiples funciones y finalmente el resultado zootécnico (Gamba et al., 2015). En
ponedoras puede incluso verse afectados los niveles de calcio libre sanguíneos (Odom et
al., 1986), siendo este mineral libre en sangre necesario para la formación de la cáscara
(Odom et al., 1986), determinante en el peso del huevo y el grosor de su cáscara
(Wolfenson et al., 2001). En pollo de engorde puede afectar la calidad de la carne y en
casos extremos incluso la supervivencia de las aves (Muiruri and Harrison, 1991). Los
desórdenes del sistema inmune más comunes están representados por la reducción del
tamaño de órganos linfoides, una menor cantidad de anticuerpos circulantes en sangre
(Felver-Gant, 2012), una depresión en la actividad fagocítica de los macrófagos (Niu et al.,
2009) y como consecuencia la disminución general de la capacidad de respuesta del
sistema inmune ante desafíos de campo (Padgett and Glaser, 2003) incrementando su
susceptibilidad a contraer enfermedades.

Cambios anatómicos importantes pueden presentarse como consecuencia de la secreción


de corticosteroides y otras sustancias como consecuencia de la exposición a altas
temperaturas medio ambientales. Uno de los cambios más significativos en la morfología
del epitelio intestinal es la pérdida de la capa más superficial reduciendo la capacidad de
digestión de ingredientes y absorción de nutrientes (Karol et al., 2016).

PROBIÓTICOS
Los probióticos son microorganismos vivos con acción biológica benéfica para el huésped
al que son suministrados. Por otra parte, los prebióticos son sustancias que pueden ser
desdobladas por las bacterias benéficas y ser utilizadas como nutrientes para su actividad
y supervivencia. Cuando los probióticos y los prebióticos son incorporados en un mismo
desarrollo se le denomina simbiótico. probióticos y prebióticos unidos han mostrado un
mayor beneficio que cada uno de estos componen tes por separado incrementando sus
efectos benéficos (M. Gmeiner, 2000). Algunos de los beneficios más significativos son la
modulación de la secreción de interleuquinas encargadas de desencadenar el proceso
inflamatorio (Otte JM, 2004) y la producción de citoquinas benéficas retardando el proceso
natural de apoptosis o muerte celular por parte de los enterocitos y favoreciendo la
regeneración celular del epitelio (Rakoff-Nahoum, 2004).
PROBIÓTICOS EN ESTRÉS POR CALOR
Conocedores del impacto del estrés por calor en la morfología de las estructuras que
conforman los sistemas gastrointestinal e inmunológico y su funcionamiento y, por otra
parte, los beneficios que los probióticos generan a nivel local y sistémico, es posible
afirmar que estos desarrollos científicos son una eficaz herramienta para reducir el
impacto del estrés por calor. Algunos de los efectos benéficos que contribuyen a la
disminución del impacto del estrés por calor son la protección del epitelio intestinal, la
modulación de la respuesta inmune y por lo tanto de procesos inflamatorios clínicos y
subclínicos. Múltiples investigaciones han demostrado una mejor ganancia de peso de
animales tratados con probióticos en comparación a grupos control de aves sometidas a
estrés por calor (Vicente et al., 2007), también se ha evidenciado que estos desarrollos son
capaces de mejorar la morfología del epitelio intestinal, la conversión alimenticia y el perfil
microbiológico que ocupa el lumen intestinal (Fuller, 1989).

RESUMEN
Los cambios generados por el estrés por calor incluyen modificaciones morfológicas y
fisiológicas en los sistemas inmune y digestivo de los animales expuestos a esta condición.
Algunos de los cambios incluyen imbalances electrolíticos, salud intestinal afectada, e
incluso comprometimiento de la respuesta inmune. Los probióticos son un desarrollo
científico eficaz para la disminución del impacto ocasionado por el calor en los animales
expuestos a este agresor. Estos beneficios redundan en una mayor rentabilidad de la
actividad avícola bajo condiciones medio ambientales adversas en comparación a aves no
tratadas.
ESTUDIO DE CASO
Se desarrolló prueba en granja de pollo de engorde ubicada en Colombia. El seguimiento
se realizó en aves desde el día 1 al 35 de edad, las aves fueron divididas en dos grupos. Se
suministró PoultryStar® Sol en el grupo tratado durante los días 1, 2, 3, 7, 14, 21, 22, 28 y
35 de edad (nueve aplicaciones en total). La temperatura promedio a lo largo de toda la
prueba fue de 30oC.Tanto el control como el grupo PoultryStar® Sol constaban de 5.000
aves cada uno. El peso de las aves (Figura 1), así como el consumo de alimento (Figura 2)
fueron medidos cada semana. El peso vivo de las aves del grupo tratado con PoultryStar®
Sol fueron superiores a los encontrados en el grupo control. Adicionalmente, el consumo
de alimento y la conversión alimenticia fueron mejorados bajo la suplementación de
PoultryStar® Sol en comparación con el grupo control. Las figuras 2 y 3 ilustran el
consumo de alimento y la conversión alimenticia promedio respectivamente. Los dos
gráficos muestran que el grupo tratado con PoultryStar®Sol presentó un peso corporal
mayor, un consumo de alimento más elevado y una menor conversión alimenticia
durante el tiempo de la prueba.
Artículo publicado en Los Avicultores y su Entorno Agosto-Septiembre

Estrés calórico: Un problema para la productividad


y el bienestar de las aves
INTRODUCCIÓN El estrés es la respuesta animal a un estímulo adverso. Según Selye (1976), el estrés es
la respuesta no específica del cuerpo a cualquier demanda, mientras que el estresor es un agente que
produce estrés a cualquier tiempo y/o circunstancia. Por lo tanto, este representa la reacción del
organismo para estimular un desbalance en […]

INTRODUCCIÓN

El estrés es la respuesta animal a un estímulo adverso. Según Selye (1976), el estrés es la


respuesta no específica del cuerpo a cualquier demanda, mientras que el estresor es un
agente que produce estrés a cualquier tiempo y/o circunstancia. Por lo tanto, este
representa la reacción del organismo para estimular un desbalance en su equilibrio
fisiológico. El estrés calórico viene dado por el balance negativo entre la cantidad de
energía neta fluyendo desde el cuerpo hacia el ambiente y la cantidad de energía calórica
producida por el ave, este desbalance puede ser causado por variaciones en la
combinación de factores ambientales (luz solar, radiación térmica, temperatura del aire,
humedad) y las características propias del ave (especie, estirpe, peso, producción,
consumo, calidad del alimento y mecanismos de termorregulación), donde los agentes
estresores son determinantes para la producción animal (Renaudeau et al., 2012; Defra,
2005).
 

Entender y controlar las condiciones ambientales dentro de las unidades de producción


es uno de los factores más importantes para el éxito de los parámetros zootécnicos y
bienestar animal. Por lo tanto, la avicultura es particularmente sensible con los cambios
ambientales asociados a estrés calórico (Deeb y Cahaner, 2002), tema que atañe a los
nutricionistas en su toma de decisiones para el diseño de programas nutricionales que
generen el menor incremento calórico en los procesos de digestión y metabolismo de los
alimentos ingeridos. La temperatura óptima para el desempeño zootécnico (zona
termoneutral) está entre 19 – 22°C para ponedoras comerciales y 18 – 22°C para pollo de
engorda (Charles, 2002). Dependiendo de la humedad relativa y cuando las temperaturas
rebasan la zona de confort térmico, las aves pueden caer en la zona de peligro (>65%HR) y
hasta de emergencia (>90% HR) (Baumgard, L. 2013). Se considera que se dan condiciones
ambientales de estrés por calor, cuando a partir de 27°C la suma de la humedad relativa y
la temperatura sea mayor de 105, por lo tanto, una alta temperatura acompañada de una
alta humedad es más perjudicial para el desempeño que la alta temperatura con baja
humedad. La pérdida de calor por evaporación aumenta junto con la temperatura y
disminuye a medida que aumenta la humedad (Lin et al., 2006).

En condiciones de altas temperaturas, las aves alteran su comportamiento habitual para


lograr su termorregulación a través de reducir la temperatura corporal. Las aves bajo
estrés calórico gastan menos tiempo comiendo, más tiempo consumiendo agua y
jadeando, más tiempo con las alas extendidas, menos tiempo en movimiento y más
tiempo descansando, que si esta situación es prolongada lleva a una descompensación
metabólica y muerte. Por ser las aves homeotermas, para compensar las oscilaciones de
temperatura y mantener el equilibrio térmico, disponen de una serie de mecanismos de
adaptación, mediante modificaciones de su comportamiento y fisiología. La regulación del
calor corporal en las aves ocurre a través de cinco mecanismos:

1. Convección: Pérdida de calor por el movimiento de aire en torno al cuerpo del ave.


Proporcionar aire en movimiento puede ayudar a la convección, pero solo si el aire se
mueve lo suficientemente rápido como para romper la capa límite del aire en calma que
rodea al cuerpo (Lara y Rostagno, 2013).

2. Conducción: Transferencia de calor se realiza de superficie a superficie, del cuerpo del


ave a la cama o jaula.
3. Radiación: Transmisión de calor desde un objeto caliente a uno más frío. Paredes y
techos calientes pueden irradiar calor a las superficies de las aves (Mustaf et al., 2009).

4. Evaporación: Las aves lo usan para estabilizar su temperatura corporal por el aumento


de la frecuencia respiratoria a través del jadeo. La evaporación del agua se produce en la
superficie de la piel y del tracto respiratorio. La cavidad nasal es un intercambiador de
calor que ayuda a eliminar el exceso de calor del cuerpo a través de la refrigeración por
evaporación; por lo tanto, el jadeo es considerado como el signo clínico más obvio del
estrés calórico en las aves. Los sacos aéreos son altamente útiles durante el jadeo, ya que
promueven la circulación de aire en las superficies que contribuyen a aumentar los
intercambios gaseosos con el aire y consecuentemente, la pérdida evaporativa de calor
(Fedde, 1998). Sin embargo, es necesario recalcar que un aumento de jadeo aumenta los
niveles de dióxido de carbono y baja el pH sanguíneo (alcalosis) lo que dificulta la
disponibilidad de bicarbonato en la sangre para la mineralización de la cáscara del huevo,
e induce una mayor disponibilidad de ácido orgánico, reduciendo los niveles de Ca en
sangre.

5. Excreción: Método utilizado para perder calor corporal, en el cual, las aves


normalmente duplican su consumo de agua durante los periodos cálidos y excretan la
orina y la humedad (Halls, 2014).

PROCESOS FISIOLÓGICOS EN ESTRÉS CALÓRICO

Altas temperaturas ambientales modifican la actividad del sistema neuro endócrino en las
aves, resultando en la activación del eje hipotálamo – pituitaria – adrenal (HPA) y
provocando concentraciones elevadas en plasma de corticosterona (Quinteiro et al.,
2012), siendo este último un indicador de estrés. La temperatura del cuerpo y actividad
metabólica están reguladas por el balance entre las hormonas tiroides; triyodotironina
(T3) y tiroxina (T4).  En condiciones de estrés calórico, el ave dispone de menos energía
debido a la reducción del consumo de alimento y al mismo tiempo, provoca un aumento
del gasto energético a causa del esfuerzo muscular por la hiperventilación; por tanto,
queda menos energía disponible para la formación de masa muscular, ya que su
prioridad metabólica es dejar de crecer y pasar a la reducción de la temperatura corporal.
La relación entre consumo de alimento y agua dentro del confort térmico es alrededor de
2:1, sin embargo, se incrementa hasta 5:1 a una temperatura de 30°C -35 °C. La mayoría
del agua consumida será luego excretada con las heces, provocando heces húmedas y
mal formadas, lo que afectará calidad de la cama y porcentaje de huevo sucio.

RESPUESTA INMUNE

Cuando la temperatura corporal de las aves se encuentra en la zona termoneutral, la


energía del alimento está dirigida al desarrollo inmune, crecimiento y reproducción
(Daghir, 2008). Durante el estrés por calor, la temperatura corporal de las aves provoca
una respuesta inmune reducida (Daghir, 2008). Ha sido demostrado que los linfocitos,
macrófagos, y granulocitos exhiben receptores para muchos productos
neurotransmisores y hormonas relacionadas al estrés, el cual pueden afectar; tráfico
celular, proliferación y secreción de citoquina, producción de anticuerpos y actividad
citolítica (Marketon et al., 2008). En general, los estudios muestran un efecto
inmunosupresor del estrés por calor en pollos de engorda y gallinas ponedoras. 
Aengwanich (2008) también demostraron el efecto en la reducción del peso de la bursa en
pollos de engorda sometidos a estrés calórico, así como reducción en el número de
linfocitos. El tracto intestinal de ponedoras comerciales también muestra una reducción
sistemática de la respuesta inmune (Bozkurt et al., 2012), menos linfocitos intraepiteliales
y secreción de células IgA de ponedoras comerciales bajo condiciones de estrés calórico
(Deng et al., 2012). Niu et al., (2009) han reportado una reducción de respuesta en los
anticuerpos y habilidad fagocítica de los macrófagos en pollos de engorda bajo
condiciones de estrés calórico, lo cual se relaciona con una explosión oxidativa (Quinteiro
et al., 2012) generando así, especies de oxígeno reactivas (ROS) que entrarán a una fase
de estrés oxidativo, e inician la producción y liberación de proteínas de choque térmico
para tratar de protegerse del deterioro celular (Gu et al., 2012).

DESEMPEÑO ZOOTÉCNICO

El jadeo, la extensión de las alas, los movimientos letárgicos y caídos, las crestas y
barbillas pálidas, ojos cerrados, acostados, disminución de la ganancia de peso y
producción de huevos, reducción del peso del huevo, calidad del cáscara y aumento del
canibalismo (Dayyani y Bakhtiari, 2013) son algunos de los factores que afectan el
desempeño zootécnico en las aves. Debido al mayor rendimiento de producción y
eficiencia de conversión del alimento, los pollos son más susceptibles al estrés por calor
(Lin et al., 2006). Debido a la caída en el consumo de alimento en pollos de engorda se
reduce significativamente el peso corporal y aumenta la conversión de alimento (Sohail et
al., 2012). Sabemos que aún usando la tecnología más avanzada de control ambiental
(casetas aisladas, ventiladas, selladas, paneles), dicho control nunca será al 100%, en
especial en momentos de calor extremo. Al desencadenarse una alteración en el balance
ácido – base, el metabolismo priorizará el control sobre el equilibrio por medio de
mecanismos homeostáticos regulados principalmente por el riñón, con esto el
metabolismo considera no prioritario el depósito de tejido muscular.

Recientes estudios (Sohail et al., 2012) en pollos de engorda sometidos bajo condiciones
de estrés calórico tuvieron una reducción significativa en consumo de alimento (-16.4%),
bajo peso (-32.6%) y alta conversión de alimento (+25.6%) a los 42 días de edad. Muchos
estudios han mostrado un rendimiento zootécnico deteriorado en pollos de engorda
sometidos a estrés calórico (Imik et al., 2012). Sin embargo, aunque el deterioro del
desempeño zootécnico en pollos de engorda parece ser consistente, es importante
considerar que la densidad por m2 es un factor clave, para no afectar productividad y
bienestar animal (Estevez et al., 2007). En cuanto a las Reproductoras, el estrés calórico
afecta los cambios hormonales a nivel reproductivo en diferentes maneras; en hembras
se interrumpe el estatus reproductivo de las hormonas al hipotálamo y en el ovario,
logrando una reducción sistémica en niveles y funciones (Elnagar et al., 2010). En machos,
el volumen del semen, la concentración espermática, el número de células espermáticas
vivas y la motilidad se reducen (McDaniel et al., 2004).
La productividad en ponedoras comerciales inicia con una menor ingesta de alimento (-29
gr/ave/d), seguida por una digestibilidad reducida de la dieta y una disminución de los
niveles de calcio y proteínas plasmáticas, lo que provoca diferencias negativas a la
producción y calidad del huevo (Lin et al., 2006). Adicionalmente, el estrés calórico ha sido
mostrado como una causa significativa en la menor producción de huevo (-13 % a -57%),
peor conversión alimenticia (31.6 a 36.4%), reducción del peso de huevo (-3.24 a 3.41%),
grosor en la cascara de huevo (-1.2%), peso de la cascara de huevo (-9.93%) y porcentaje
de la cascara de huevo (-0.66%) (Ebeid et al., 2012; Star et al., 2009).

SEGURIDAD ALIMENTARIA

En condiciones ambientales cálidas la descomposición de los productos avícolas es mayor,


la colonización de patógenos transmitidos por los alimentos
como Salmonella y Campylobacter y su subsecuente diseminación a lo largo de la cadena
alimentaria ha sido un problema de salud pública y económica en la producción de carne
y huevo. De hecho, el consumo y manejo de productos avícolas poco cocidos constituye
una de las fuentes más implicadas de enfermedades transmitidas por los alimentos
(Domingues et al., 2012). Algunos estudios, han demostrado que el estrés calórico está
asociado con una depresión en la composición química y calidad de la carne de pollos (Dai
et al., 2012). El deterioro de las características de la calidad de la carne debido al estrés
por calor se produce principalmente como consecuencia de la mayor tasa asociada de
peroxidación de lípidos y el balance electrolítico alterado (Babniszky et al., 2011).
Condiciones ambientales de calor han mostrado ser un factor clave para la colonización
de patógenos, incremento del desprendimiento fecal y transmisión horizontal, como
consecuencia, mayor incremento en el riesgo de contaminación en los productos de
origen animal (Verbrugghe et al., 2012).
 

ESTRATEGIAS PARA REDUCIR EL ESTRÉS CALÓRICO

MODIFICACIÓN DEL MICROCLIMA

El uso de estrategias a nivel de manejo, instalaciones y modificación de la dieta, son claves


para el control del estrés calórico, ya que una sola medida por sí sola no va a solucionar el
problema. Los factores que interfieren en generar una sensación de calor en las aves y
que se deben evitar son:

 Las casetas en zonas cálidas deberán estar ubicadas y construidas de tal manera
de poder mantener apartado el calor de las aves. Las construcciones y/o el
equipamiento deberá colaborar para que se pueda liberar el calor corporal, bien
sea por radiación, convección, condición o evaporación.

 El propósito principal de los ventiladores de circulación en una caseta


naturalmente ventilada no es traer aire hacia la caseta sino producir un
movimiento de aire sobre las aves para aumentar el enfriamiento por convección.
Generalmente, es mejor si los ventiladores de circulación están orientados a soplar
por el eje largo de la caseta y colocados hacia el centro de esta, donde el
movimiento de aire tiende a ser más necesario (Lara y Rostagno, 2013).

 Una cubierta de pasto en los terrenos que rodean las casetas reducirá el reflejo de
la luz solar en la caseta. La vegetación se debe mantener en buen estado para
evitar el bloqueo de los movimientos de aire y para ayudar a reducir los problemas
de roedores. Los árboles de sombra deben ubicarse donde no restrinjan el
movimiento del aire.

 Evitar techos de superficie brillante que pueden reflejar el doble de radiación solar
que un techo de metal oxidado u oscuro. Los techos deben mantenerse libres de
polvo y óxido, la reflectividad del techo se puede aumentar limpiando y uniendo la
superficie con pintura de zinc metálica o instalando un techo de aluminio
(Anderson y Carte, 2007).
 Evitar el hacinamiento en las aves, por lo tanto, reducir la densidad en época de
calor es importante.

 El control de la humedad ambiental es importante, por esto la aplicación de


foggers de acuerdo con la región (humedad <85%) es una estrategia que ayudará
al control de temperatura.

 Garantizar calidad de la cama.

 El acondicionamiento por calor temprano (EHC) parece ser uno de los métodos
prometedores para mejorar la resistencia al calor de los pollos de engorda. Las
condiciones tempranas de calor se refieren a la exposición a altas temperaturas
(36°C) durante 24 horas a los 3 a 5 días de edad (Lin et al., 2006).

NUTRICIONALES

En la época de calor, las aves reducen su consumo diario de alimento para ayudar a
disminuir la producción de calor metabólico. Todos los estudios indican que las altas
temperaturas reducen la eficiencia de la utilización de la energía de alimentación para
fines productivos, sin embargo, solo una parte de la reducción del rendimiento de los
pollos de engorda se debe a la reducción de la ingesta de alimento y el resto se debe a la
alta temperatura en sí misma (Daghir, 2009). El diseño de la dieta debe ir de acuerdo con
el consumo diario (g/ave/día), esto quiere decir que el contenido de nutrientes y densidad
de alimento deberá incrementarse cuando el consumo disminuya para mantener la
cantidad y calidad de nutrientes recibidos. La información del consumo diario es un
prerrequisito imprescindible para el diseño y formulación de la dieta. Las
recomendaciones sobre consumo diario de nutrientes son proporcionadas por las
diferentes casas genéticas y deberán ser la base para el diseño de la dieta, además de las
experiencias que tenga el nutriólogo. La formulación de alimentos para pollos de engorda
en regiones calientes basado en dietas que generen la menor cantidad posible de calor
metabólico utilizando conceptos nutricionales como formulación a energía neta, con una
reducción del exceso de proteína y un exacto aporte de aminoácidos (Rahman et al., 2002)
reducen los efectos adversos del estrés por calor.

El limitar la fibra es la regulación comúnmente usada, sin embargo, hay que considerar
que un intestino con fibra promueve el crecimiento de bacterias benéficas. Un intestino
deficiente de fibra puede generar menos calor, pero sin antibióticos, existe la oportunidad
de patógenos oportunistas de bacterias que causan mayores problemas. Se debe
considerar el balance de electrolitos de la dieta (Chen et al., 2005), la aparición de alcalosis
en aves estresadas por el calor se conoce desde hace mucho tiempo y la adición de
cloruro de amonio, cloruro de potasio y/o bicarbonato de sodio mejora el rendimiento de
los pollos al aumentar el consumo de agua y alimento (Ahman et al., 2008). La
suplementación de NaHCO3 alivia la deficiencia de bicarbonato (HCO3-) provocada por el
desarrollo de una alcalosis respiratoria como resultado del jadeo (Benton et al., 1998).
La betaina es bien conocida como un potente osmoregulador (previene la deshidratación
celular) y donador de radicales metilos, actúa balanceando los niveles de agua dentro de
las células y aplacando el efecto negativo de iones inorgánicos que desestabilizan las
enzimas celulares. Enzimas (específicamente, carbohidrasas) durante el estrés calórico
puede incrementar la densidad energética para combatir la reducción de consumo
obtenida. El estrés por calor aumenta la excreción de minerales del cuerpo y disminuye la
concentración de vitaminas (vitamina C, E y A) y minerales (Ca, Fe, Zn, Se y Cr). Además, la
movilización de minerales y vitaminas de los tejidos y su excremento se incrementa bajo
el estrés por calor, lo que causa una escasez de minerales y vitaminas (Sahin et al., 2009).
Se ha demostrado que las vitaminas, suplementos de minerales, ácidos orgánicos,
electrolitos y antioxidantes en agua disminuyen la mortalidad y mejoran el crecimiento de
las aves durante el estrés por calor.

La suplementación en agua antes de realizar ajustes a dietas de verano podría ser más
rentable que hacer modificaciones en los programas de alimentación. El ave incrementa
un 4% su consumo de agua por cada 0,5°C por encima de los 21°C. La suplementación
con vitamina C es probablemente la más beneficiosa entre las vitaminas y el uso de la
vitamina C en el alimento o en el agua se ha convertido en una práctica común en las
regiones calientes y/o tropicales, ya que ayuda aplacar los síntomas de estrés calórico por
medio del estrés oxidativo y mejora de la inmunidad. El efecto perjudicial del estrés por
calor en la producción de huevos también puede aliviarse con la suplementación dietética
de Vitamina A (8000 UI / Kg en la dieta) (Lin et al., 2002). La suplementación con vitamina E
es beneficiosa para la producción de huevos en gallinas a altas temperaturas, asociada al
aumento en el consumo de alimento y mejor consistencia en la clara y yema de huevo
(Kirunda et al., 2001) gracias a su alto poder antioxidante. El estrés por calor podría
inducir cambios desfavorables en la microbiota (Lin et al., 2006), por lo tanto la
suplementación de probióticos como Lactobacillus puede ayudar a restablecer el
equilibrio intestinal en pollos (Lan et al., 2004).  La importancia de una óptima estructura
del alimento es muy subestimada, esto es de hecho el prerrequisito básico para soportar
y mantener el consumo diario de las aves bajo condición de estrés calórico.

En GRUPO NUTEC® diseñamos soluciones nutricionales enfocadas a mantener y/o


mejorar el desempeño zootécnico y bienestar de las aves durante el estrés calórico, por
este motivo el EUROTERM® es una premezcla de minerales y vitaminas (Vit C) solubles en
agua que ayuda a prevenir, evitar y/o contrarrestar los efectos negativos generados por el
estrés calórico en aves (engorda y postura), además de apaciguar los efectos de estrés
causados por vacunación, traslado y manejos dentro de la granja.

A su vez, AVICOQ® es una premezcla de vitaminas y minerales con ingredientes de alta


calidad y buen tamaño de partícula que le permite una mayor integración en el mezclado
del alimento terminado lo que garantiza mayor biodisponibilidad de los nutrientes a las
ponedoras comerciales y reproductoras para mejorar la calidad de la cascara de huevo
durante los períodos de estrés calórico.

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