[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
121 vistas9 páginas

S14.s1 UTP LAS TENDENCIAS ARQUITECTÓNICAS DEL SIGLO XIX

Este documento resume las principales tendencias arquitectónicas del siglo XIX, incluyendo la arquitectura historicista, la arquitectura de hierro, la Escuela de Chicago y el movimiento Arts and Crafts. La arquitectura historicista recuperó estilos pasados como el neogótico. La arquitectura de hierro permitió construir grandes espacios como el Palacio de Cristal de Londres. La Escuela de Chicago desarrolló rascacielos funcionales. Finalmente, los Arts and Crafts promovieron un retorno a la artesanía

Cargado por

oder lop
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
121 vistas9 páginas

S14.s1 UTP LAS TENDENCIAS ARQUITECTÓNICAS DEL SIGLO XIX

Este documento resume las principales tendencias arquitectónicas del siglo XIX, incluyendo la arquitectura historicista, la arquitectura de hierro, la Escuela de Chicago y el movimiento Arts and Crafts. La arquitectura historicista recuperó estilos pasados como el neogótico. La arquitectura de hierro permitió construir grandes espacios como el Palacio de Cristal de Londres. La Escuela de Chicago desarrolló rascacielos funcionales. Finalmente, los Arts and Crafts promovieron un retorno a la artesanía

Cargado por

oder lop
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 9

LAS TENDENCIAS ARQUITECTÓNICAS DEL SIGLO XIX

Con motivo del tema tratado en el aula de Historia del Arte de segundo de Bachillerato,
“Arquitectura Contemporánea”, decidimos proponer al alumnado la elaboración de un trabajo
relacionado con alguno de los aspectos, arquitectos, tendencias constructivas, etc de la Arquitectura
realizada desde la época Neoclásica hasta nuestros días. Uno de los trabajos mejor presentados se
correspondía con la arquitectura desarrollada a lo largo del siglo XIX, el cual se planteó subdividido
en cinco apartados, que abordaban la arquitectura historicista, la arquitectura del hierro, la escuela
de Chicago, el desarrollo de los “Arts and Crafts” y el Modernismo.

1. ARQUITECTURA HISTORICISTA
El Neoclasicismo había sido el arte de la Academia, era el reflejo de la ideología Ilustrada
orientada por la razón. Los arquitectos neoclásicos corrigen la exageración del arte
precedente (Barroco y Rococó) y separan el clasicismo de la imaginación. Winckelmann fija
en el plano teórico la noción de lo clásico, la racionalidad pura, es decir la correspondencia
de la forma con la función constructiva. Como alternativa a este universalismo clasicista
guiado por la razón, surge el movimiento romántico, que exalta el sentimiento frente a la
razón, tiende al nacionalismo, al liberalismo, favorece la originalidad y creatividad, etc.
Dentro del movimiento romántico se encuadra la arquitectura historicista, que recupera el
lenguaje arquitectónico del pasado (incorporando algunas características del siglo XIX) y
tiene predilección por lo exótico, lo pintoresco y lo legendario. Su obra-manifiesto es “Las
siete lámparas de la arquitectura”, de Ruskin. La arquitectura ecléctica mezcla estilos para
dar forma a algo nuevo. Destacan corrientes como la neogótica, neobizantina, neomudéjar,
neobarroca, etc. Los países del Norte de Europa encuentran en el Neogótico su auténtica
identidad, sus raíces históricas medievales (intentan desmarcarse del arte oficial-clasicista).
Así, buscan la belleza formal en la verticalidad del gótico y su lógica constructiva en el
funcionalismo. Ruskin llegó a afirmar en 1885: “No me cabe la menor duda de que el gótico
septentrional del siglo XIII es el único estilo que se adapta a los trabajos modernos, en los
países nórdicos”. Un magnífico ejemplo de este espíritu gótico será el “Parlamento de
Londres” (foto superior), con su famosa “Torre del Reloj”, obra de Charles Barry y Augustus
Pugin, que buscan la identidad británica a través del Neogótico. También hay variantes
orientales, como el neogótico-indio, como ejemplifica el “Pabellón Real de Brighton”, obra
de John Nash (1752-1835). En Francia, el máximo propagandista del retorno al gótico fue
Viollet-Le-Duc que llevará a cabo la restauración de las principales catedrales góticas
francesas, como “Chartres”, “Reims” o “Notre Dame” de París. Viollet-Le-Duc es un
racionalista que también proyecta edificios partiendo del sistema constructivo gótico en los
que emplea el hierro como material básico. 2 Paralelamente a estos revivals historicistas,
en muchos países mediterráneos se mantendrá una arquitectura que permanecerá más fiel
al pasado clásico, así columnas y entablamentos seguirán utilizándose sobre estructuras
clásicas con armaduras de metal. Sin embargo, hay elementos decorativos en las fachadas
(figuras modeladas en argamasa, hierros entrelazados decorativamente) que nos hacen
intuir el deseo de deshacerse del rigor Neoclásico. Este nuevo barroco contenido
(Neobarroco) lo apreciamos claramente en la “Opera de París” (1875) de Carlos Garnier
(foto superior). En España, destacó la corriente neomudéjar, como expresión de un estilo
propio y nacional.

2. ARQUITECTURA DEL HIERRO


Con la Revolución Industrial se producen nuevos materiales en grandes cantidades y a bajo
precio que son fáciles de transportar, incluso en forma de elementos prefabricados, como
son las planchas de vidrio, los segmentos metálicos, etc. Destacan el hierro y el vidrio (el
cemento a finales del XIX), que se usarán tanto de soporte como para cubrir amplios
espacios. La aplicación del hierro a una estructura neogótica había sido empleada por
Viollet-Le-Duc, si bien también lo vemos en el “Museo de la Ciencia de Oxford” (1850),
construido por Deane y Woodward. Pero las mejores aplicaciones de la arquitectura del
hierro las encontramos sin lugar a dudas, en las Exposiciones Universales, en las que los
países intentan ofrecer su mejor carta de presentación. Por ello los arquitectos-ingenieros
construyeron pabellones funcionales, con los más avanzados medios técnicos, mostrando
la mejor sabiduría constructiva posible. Aquí está la clave que modificará la construcción
tradicional. En el concurso para la Exposición de Londres de 1851, el ganador fue Joseph
Paxton con su “Palacio de Cristal” (foto izq.) realizado con materiales prefabricados, con lo
que se ahorraba tiempo y dinero. Paxton realiza arquitectura con los procedimientos de la
ingeniería, además logra, en el plano estético, revalorizar el desarrollo dimensional,
liberando a la geometría del peso de la masa, al realizar una arquitectura transparente,
eliminando así la distinción entre espacio interior y exterior. Su obra servirá de prototipo
para la mayoría de los Palacios de Cristal europeos y para todos los demás pabellones
destinados a usos semejantes. En la Exposición de París celebrada en 1889, la “Galería de
las Máquinas” sorprendió por su increíble anchura, la mayor luz conseguida hasta entonces
en arco o bóveda alguna. Pero mucho más controvertida fue la “Torre del ingeniero Eiffel”
(foto dcha.), levantada como un orgulloso monumento a la técnica. Si bien fue criticada por
la mayoría de sus contemporáneos, acabará convirtiéndose en el símbolo del París
moderno, representando a una nueva sociedad en transformación. A finales del siglo XIX se
difunde la construcción en hierro y vidrio, lo que supondrá una nueva forma de proyectar y
organizar la obra arquitectónica, como ejemplifica el “Jardín de Invierno” de los Campos
Elíseos, “El Puente de Brooklyn” en New York (1883), el “Puente de Edimburgo” (1890), etc.

3. LA ESCUELA DE CHICAGO
Al mismo tiempo que en Europa se está desarrollando la arquitectura del hierro, América
ofrecía un panorama muy prometedor. Contaba con una gran ventaja con respecto a Europa
puesto que su suelo era virgen y sus edificios no debían ceñirse a ningún estilo pasado por
lo que éstos podían diseñarse según las necesidades del presente. De este modo construyen
para el futuro, levantando ciudades con largas avenidas y con edificios de gran altura,
naciendo así los rascacielos como alternativa funcional. También por primera vez los
arquitectos emprenderán la renovación, y no los ingenieros u otros intrusos. En el último
tercio del siglo XIX se forma en Chicago la escuela americana más importante de
arquitectura, que se afanará en reconstruir esta ciudad tras el incendio ocurrido en 1871. 3
El pionero de esta nueva concepción constructiva es Richardson, cuya obra más destacada
son los “Almacenes Marshall” (1877) en la que vemos una sobriedad de volúmenes que
influirá en los arquitectos contemporáneos. William Le Baron Jenney, Daniel Burnham y
John Wellborn Root investigan sobre los nuevos materiales con el fin de obtener una
arquitectura moderna que crezca en altura a través del dominio de la técnica, precedente
del funcionalismo. Sullivan será el arquitecto más influyente de la Escuela de Chicago,
puesto que antepone la funcionalidad a la estética, premonición de lo que será la
arquitectura racionalista. Para comprender la grandeza anticipadora de este arquitecto
hemos de comparar su obra con los edificios coetáneos europeos, por ejemplo los
“Almacenes Carson” (foto pág. anterior), de 1889 en los que refleja una total coherencia
entre la organización interna y las fachadas. Sullivan tiende a remarcar las bandas verticales
de sus edificios, como vemos en el “Guaranty Building de Búfalo”, anunciando en sus obras
los rascacielos del siglo XX. También es un anticipador del Modernismo, puesto que
ornamenta ciertas partes de sus edificios con detalles naturalistas de reminiscencias góticas.

4. WILLIAM MORRIS Y LOS “ARTS AND CRAFTS”


Paralelamente al desarrollo del funcionalismo de Chicago y a las búsquedas europeas, en
Inglaterra surge, a mediados de siglo, un movimiento que influirá definitivamente en el
diseño arquitectónico e industrial de fin de siglo. Se trata de la obra de William Morris y sus
“Arts and Crafts” (artes y oficios), que suponen una vuelta a la artesanía. Morris plasma su
pensamiento en una arquitectura que vuelve a la casa de campo humilde, nacida de un
núcleo, al que se le van agregando añadidos, anticipándose a la búsqueda del verdadero
carácter orgánico de la arquitectura. Un ejemplo de este tipo de arquitectura sería la “Red
House” (foto superior) que William Morris encarga a Philip Webb. En esta casa se configura
la obra de arte total, tanto interior como exterior, así se diseñan los muebles, el papel de la
pared, los muros exteriores, el jardín, etc. Es un arte decorativo que usa líneas
serpenteantes y asimétricas. En la idea integradora de todas las artes, Morris quería que el
jardín fuera como una habitación más de la casa. Es el primer paso para integrar la
naturaleza con la arquitectura, que tendrá su máximo exponente en arquitectos como Le
Corbusier o Mies van der Rohe. Este movimiento estético reformista influirá en la
arquitectura, las artes decorativas y las artesanías británicas y norteamericanas e incluso en
el diseño de jardines. Influirá claramente en el sentido decorativo del modernismo. 5. EL
MODERNISMO El contexto europeo de la última década del siglo XIX será muy favorable
para que la arquitectura europea salga de la crisis en la que estaba sumida. Así, los pintores
ejemplifican la ruptura con el pasado, haciendo creaciones en las que plasman una total
libertad creadora. Además, había un cansancio del historicismo, el eclecticismo y los “Arts
and Crafts” no satisfacían, los arquitectos cada vez usaban más los nuevos materiales de
manera creativa, etc. Todas estas circunstancias desembocan en el nacimiento del
modernismo, estilo propio de ciudades desarrolladas en el que la burguesía muestra su
entusiasmo por el progreso tecnológico. No hay un programa común que defina el
movimiento puesto que los artistas elaboran sus propios lenguajes expresivos. De todos
modos, hay ciertas características que comparten, como son el deseo común de liberarse
del peso de la historia, la superación de la dicotomía artesanía-industria (ahora se le da la
misma importancia al diseño de vajillas, de muebles, de la decoración, etc que a la
arquitectura), el protagonismo de la decoración orgánica mezclando naturaleza y
abstracción, el entusiasmo por el progreso industrial llegando a integrarlo en el diseño de
la urbe, etc. 4 El modernismo recibe diferentes nombres, dependiendo del país; así, en
Bélgica y Francia se denomina Art Nouveau, en Alemania Jugendstil, en Austria Secesión
vienesa, en Italia Liberty, en Inglaterra Modern Style y en España Modernismo. Victor Horta
es el pionero del modernismo en Bélgica y en toda Europa. Con su “Casa Tassel” de Bruselas
(foto superior) (1895-1900) fija las bases del nuevo vocabulario a través de la
ornamentación sinuosa y orgánica, en donde lo curvo cobra gran importancia. Henry Van
De Velde será el continuador de su obra, planificando su estética, fundada en la razón. Van
De Velde diseña desde edificios hasta muebles y objetos de adorno (joyas, carteles…),
llegando a dirigir la primera gran escuela de diseño moderno, la Werkbund, de 1907. En
Francia, Héctor Guimard creará las “bocas del metro de París” (1900) con un estilo floral
que une la idea de progreso (metro) con la decoración artística, la “Casa Guimard” (1912),
el “Castel Béranger”, etc. Dentro del Modern Style Inglés, Charles Rennie Mackintosh
somete la exuberancia curvilínea del Art Nouveau a una geometrización, consiguiendo así
una arquitectura grandiosa y serena heredera de Morris. Entre sus obras están la “Hill
House” en Helensburgh, “The Mackintosh House” o la “Escuela de Arte” de Glasgow. La
“Secesión vienesa” es un grupo artístico fundado en 1897 por Otto Wagner, Gustav Klimt,
Joseph Maria Olbrich, Josef Hoffmann y Koloman Moser. La Secesión no cae en una moda
decorativa sino que precede a la futura arquitectura protorracionalista y protofuncionalista,
realizando arquitecturas esquemáticas, compuestas por elementos clasicistas, simples y
simétricos. Otto Wagner realiza edificios como la “Caja Postal” (1905), la “Iglesia de
Steinhof” (1906), o la “Casa de Mayólica” (1898), todos ellos situados en Viena. Joseph
Maria Olbrich realizará la “Casa de la Secesión” de Viena, construcción compacta y
geométrica con una decorativa cúpula metálica. Josef Hoffmann entrará ya en la variante
protorracionalista, su obra principal es el “Palacio de Stoclet” de Bruselas (1911) con una
gran riqueza decorativa interior. En España, el Modernismo tiene lugar en Cataluña, zona
desarrollada industrialmente, de la mano de Antonio Gaudí; si bien su estilo se aleja de la
línea modernista europea o catalana, cultivando un lenguaje muy personal. Su clientela es
la rica burguesía industrial de la Barcelona de principios del siglo XX. Sus primeras obras
tienen influencias historicistas a las que les añade un lenguaje onírico y fantástico, como
vemos en la “Casa Vicens” de Barcelona (1883-88), de estilo neomudéjar o en el neogótico
“Palacio Episcopal de Astorga”. Simultáneamente se manifiesta en él su amor a la
naturaleza, como vemos en las paredes onduladas de la “Casa Batlló” de Barcelona o en la
“Casa Milá”, llamada también “La Pedrera” (foto pág. siguiente) en donde Gaudí rompe la
racional ortogonalidad de las habitaciones, diseñando pasillos curvos y superficies
trapezoidales. Entretanto, iba realizando dos de sus obras de mayor empeño: “El Parque
Güell”, singular obra de ingeniería, urbanística y arquitectura, ciudad-jardín que se anticipa
a las ideas de Howard, y “La Sagrada Familia” a la que Gaudí consagró media vida, si bien
sólo pudo ver una pequeña parte: la Fachada del Nacimiento, en el extremo de uno de los
brazos del crucero. 6. BIBLIOGRAFÍA -ARGAN, G.C.: “El arte moderno, 1770-1970”. Valencia
1976. -BENEVOLO, L.: “Historia de la arquitectura moderna”. Barcelona 1977. -BUENDÍA, J.
Rogelio y GÁLLEGO Julián: “Arte Europeo y Norteamericano del siglo XIX”. Summa Artis.
Historia General del Arte. Vol. XXXIV. Segunda Edición. EspasaCalpe, S.A. Madrid 1991. -DE
FUSCO, R.: “Historia de la arquitectura contemporánea”. Madrid 1981. -DORFLES, G.: “La
arquitectura moderna”. Barcelona 1980. 5 -HERNANDO, J.: “Arquitectura en España 1770-
1900”. Madrid 1985. -HITCHCOCK, Henry-Russell: “Arquitectura de los siglos XIX y XX”.
Cátedra. Madrid 1993. -KAUFMANN: “La arquitectura de la Ilustración”. Barcelona, 1974. -
KOSTOF, S.: “Historia de la arquitectura”. Madrid, 1988. -MARTÍN GONZÁLEZ, J.J.: “Historia
del Arte”. Tomo 2. Gredos. Madrid 1994. -NAVASCUÉS PALACIO, Pedro: “Arquitectura
Española 1808-1914”. Summa Artis. Historia General del Arte. Vol. XXXV-II. Tercera Edición.
Espasa Calpe, S.A. Madrid 1996. -PIJOÁN, José y GAYA NUÑO, Juan A.: “Arte Europeo de los
siglos XIX y XX”. Summa Artis. Historia General del Arte. Vol. XXIII. Quinta Edición. Espasa-
Calpe, S.A. Madrid 1989. -ROSENBLUM, R. Y JANSON, H.W.: “El arte del siglo XIX”. Madrid
1982. LAS TENDENCIAS ARQUITECTÓNICAS DEL SIGLO XIX Con motivo del tema tratado en
el aula de Historia del Arte de segundo de Bachillerato, “Arquitectura Contemporánea”,
decidimos proponer al alumnado la elaboración de un trabajo relacionado con alguno de
los aspectos, arquitectos, tendencias constructivas, etc de la Arquitectura realizada desde
la época Neoclásica hasta nuestros días. Uno de los trabajos mejor presentados se
correspondía con la arquitectura desarrollada a lo largo del siglo XIX, el cual se planteó
subdividido en cinco apartados, que abordaban la arquitectura historicista, la arquitectura
del hierro, la escuela de Chicago, el desarrollo de los “Arts and Crafts” y el Modernismo. 1.
ARQUITECTURA HISTORICISTA El Neoclasicismo había sido el arte de la Academia, era el
reflejo de la ideología Ilustrada orientada por la razón. Los arquitectos neoclásicos corrigen
la exageración del arte precedente (Barroco y Rococó) y separan el clasicismo de la
imaginación. Winckelmann fija en el plano teórico la noción de lo clásico, la racionalidad
pura, es decir la correspondencia de la forma con la función constructiva. Como alternativa
a este universalismo clasicista guiado por la razón, surge el movimiento romántico, que
exalta el sentimiento frente a la razón, tiende al nacionalismo, al liberalismo, favorece la
originalidad y creatividad, etc. Dentro del movimiento romántico se encuadra la
arquitectura historicista, que recupera el lenguaje arquitectónico del pasado (incorporando
algunas características del siglo XIX) y tiene predilección por lo exótico, lo pintoresco y lo
legendario. Su obra-manifiesto es “Las siete lámparas de la arquitectura”, de Ruskin. La
arquitectura ecléctica mezcla estilos para dar forma a algo nuevo. Destacan corrientes como
la neogótica, neobizantina, neomudéjar, neobarroca, etc. Los países del Norte de Europa
encuentran en el Neogótico su auténtica identidad, sus raíces históricas medievales
(intentan desmarcarse del arte oficial-clasicista). Así, buscan la belleza formal en la
verticalidad del gótico y su lógica constructiva en el funcionalismo. Ruskin llegó a afirmar en
1885: “No me cabe la menor duda de que el gótico septentrional del siglo XIII es el único
estilo que se adapta a los trabajos modernos, en los países nórdicos”. Un magnífico ejemplo
de este espíritu gótico será el “Parlamento de Londres” (foto superior), con su famosa
“Torre del Reloj”, obra de Charles Barry y Augustus Pugin, que buscan la identidad británica
a través del Neogótico. También hay variantes orientales, como el neogótico-indio, como
ejemplifica el “Pabellón Real de Brighton”, obra de John Nash (1752-1835). En Francia, el
máximo propagandista del retorno al gótico fue Viollet-Le-Duc que llevará a cabo la
restauración de las principales catedrales góticas francesas, como “Chartres”, “Reims” o
“Notre Dame” de París. Viollet-Le-Duc es un racionalista que también proyecta edificios
partiendo del sistema constructivo gótico en los que emplea el hierro como material básico.
2 Paralelamente a estos revivals historicistas, en muchos países mediterráneos se
mantendrá una arquitectura que permanecerá más fiel al pasado clásico, así columnas y
entablamentos seguirán utilizándose sobre estructuras clásicas con armaduras de metal. Sin
embargo, hay elementos decorativos en las fachadas (figuras modeladas en argamasa,
hierros entrelazados decorativamente) que nos hacen intuir el deseo de deshacerse del
rigor Neoclásico. Este nuevo barroco contenido (Neobarroco) lo apreciamos claramente en
la “Opera de París” (1875) de Carlos Garnier (foto superior). En España, destacó la corriente
neomudéjar, como expresión de un estilo propio y nacional. 2. ARQUITECTURA DEL HIERRO
Con la Revolución Industrial se producen nuevos materiales en grandes cantidades y a bajo
precio que son fáciles de transportar, incluso en forma de elementos prefabricados, como
son las planchas de vidrio, los segmentos metálicos, etc. Destacan el hierro y el vidrio (el
cemento a finales del XIX), que se usarán tanto de soporte como para cubrir amplios
espacios. La aplicación del hierro a una estructura neogótica había sido empleada por
Viollet-Le-Duc, si bien también lo vemos en el “Museo de la Ciencia de Oxford” (1850),
construido por Deane y Woodward. Pero las mejores aplicaciones de la arquitectura del
hierro las encontramos sin lugar a dudas, en las Exposiciones Universales, en las que los
países intentan ofrecer su mejor carta de presentación. Por ello los arquitectos-ingenieros
construyeron pabellones funcionales, con los más avanzados medios técnicos, mostrando
la mejor sabiduría constructiva posible. Aquí está la clave que modificará la construcción
tradicional. En el concurso para la Exposición de Londres de 1851, el ganador fue Joseph
Paxton con su “Palacio de Cristal” (foto izq.) realizado con materiales prefabricados, con lo
que se ahorraba tiempo y dinero. Paxton realiza arquitectura con los procedimientos de la
ingeniería, además logra, en el plano estético, revalorizar el desarrollo dimensional,
liberando a la geometría del peso de la masa, al realizar una arquitectura transparente,
eliminando así la distinción entre espacio interior y exterior. Su obra servirá de prototipo
para la mayoría de los Palacios de Cristal europeos y para todos los demás pabellones
destinados a usos semejantes. En la Exposición de París celebrada en 1889, la “Galería de
las Máquinas” sorprendió por su increíble anchura, la mayor luz conseguida hasta entonces
en arco o bóveda alguna. Pero mucho más controvertida fue la “Torre del ingeniero Eiffel”
(foto dcha.), levantada como un orgulloso monumento a la técnica. Si bien fue criticada por
la mayoría de sus contemporáneos, acabará convirtiéndose en el símbolo del París
moderno, representando a una nueva sociedad en transformación. A finales del siglo XIX se
difunde la construcción en hierro y vidrio, lo que supondrá una nueva forma de proyectar y
organizar la obra arquitectónica, como ejemplifica el “Jardín de Invierno” de los Campos
Elíseos, “El Puente de Brooklyn” en New York (1883), el “Puente de Edimburgo” (1890), etc.
3. LA ESCUELA DE CHICAGO Al mismo tiempo que en Europa se está desarrollando la
arquitectura del hierro, América ofrecía un panorama muy prometedor. Contaba con una
gran ventaja con respecto a Europa puesto que su suelo era virgen y sus edificios no debían
ceñirse a ningún estilo pasado por lo que éstos podían diseñarse según las necesidades del
presente. De este modo construyen para el futuro, levantando ciudades con largas avenidas
y con edificios de gran altura, naciendo así los rascacielos como alternativa funcional.
También por primera vez los arquitectos emprenderán la renovación, y no los ingenieros u
otros intrusos. En el último tercio del siglo XIX se forma en Chicago la escuela americana
más importante de arquitectura, que se afanará en reconstruir esta ciudad tras el incendio
ocurrido en 1871. 3 El pionero de esta nueva concepción constructiva es Richardson, cuya
obra más destacada son los “Almacenes Marshall” (1877) en la que vemos una sobriedad
de volúmenes que influirá en los arquitectos contemporáneos. William Le Baron Jenney,
Daniel Burnham y John Wellborn Root investigan sobre los nuevos materiales con el fin de
obtener una arquitectura moderna que crezca en altura a través del dominio de la técnica,
precedente del funcionalismo. Sullivan será el arquitecto más influyente de la Escuela de
Chicago, puesto que antepone la funcionalidad a la estética, premonición de lo que será la
arquitectura racionalista. Para comprender la grandeza anticipadora de este arquitecto
hemos de comparar su obra con los edificios coetáneos europeos, por ejemplo los
“Almacenes Carson” (foto pág. anterior), de 1889 en los que refleja una total coherencia
entre la organización interna y las fachadas. Sullivan tiende a remarcar las bandas verticales
de sus edificios, como vemos en el “Guaranty Building de Búfalo”, anunciando en sus obras
los rascacielos del siglo XX. También es un anticipador del Modernismo, puesto que
ornamenta ciertas partes de sus edificios con detalles naturalistas de reminiscencias góticas.
4.WILLIAM MORRIS Y LOS “ARTS AND CRAFTS” Paralelamente al desarrollo del
funcionalismo de Chicago y a las búsquedas europeas, en Inglaterra surge, a mediados de
siglo, un movimiento que influirá definitivamente en el diseño arquitectónico e industrial
de fin de siglo. Se trata de la obra de William Morris y sus “Arts and Crafts” (artes y oficios),
que suponen una vuelta a la artesanía. Morris plasma su pensamiento en una arquitectura
que vuelve a la casa de campo humilde, nacida de un núcleo, al que se le van agregando
añadidos, anticipándose a la búsqueda del verdadero carácter orgánico de la arquitectura.
Un ejemplo de este tipo de arquitectura sería la “Red House” (foto superior) que William
Morris encarga a Philip Webb. En esta casa se configura la obra de arte total, tanto interior
como exterior, así se diseñan los muebles, el papel de la pared, los muros exteriores, el
jardín, etc. Es un arte decorativo que usa líneas serpenteantes y asimétricas. En la idea
integradora de todas las artes, Morris quería que el jardín fuera como una habitación más
de la casa. Es el primer paso para integrar la naturaleza con la arquitectura, que tendrá su
máximo exponente en arquitectos como Le Corbusier o Mies van der Rohe. Este
movimiento estético reformista influirá en la arquitectura, las artes decorativas y las
artesanías británicas y norteamericanas e incluso en el diseño de jardines. Influirá
claramente en el sentido decorativo del modernismo. 5. EL MODERNISMO El contexto
europeo de la última década del siglo XIX será muy favorable para que la arquitectura
europea salga de la crisis en la que estaba sumida. Así, los pintores ejemplifican la ruptura
con el pasado, haciendo creaciones en las que plasman una total libertad creadora. Además,
había un cansancio del historicismo, el eclecticismo y los “Arts and Crafts” no satisfacían, los
arquitectos cada vez usaban más los nuevos materiales de manera creativa, etc. Todas estas
circunstancias desembocan en el nacimiento del modernismo, estilo propio de ciudades
desarrolladas en el que la burguesía muestra su entusiasmo por el progreso tecnológico. No
hay un programa común que defina el movimiento puesto que los artistas elaboran sus
propios lenguajes expresivos. De todos modos, hay ciertas características que comparten,
como son el deseo común de liberarse del peso de la historia, la superación de la dicotomía
artesanía-industria (ahora se le da la misma importancia al diseño de vajillas, de muebles,
de la decoración, etc que a la arquitectura), el protagonismo de la decoración orgánica
mezclando naturaleza y abstracción, el entusiasmo por el progreso industrial llegando a
integrarlo en el diseño de la urbe, etc. 4 El modernismo recibe diferentes nombres,
dependiendo del país; así, en Bélgica y Francia se denomina Art Nouveau, en Alemania
Jugendstil, en Austria Secesión vienesa, en Italia Liberty, en Inglaterra Modern Style y en
España Modernismo. Victor Horta es el pionero del modernismo en Bélgica y en toda
Europa. Con su “Casa Tassel” de Bruselas (foto superior) (1895-1900) fija las bases del nuevo
vocabulario a través de la ornamentación sinuosa y orgánica, en donde lo curvo cobra gran
importancia. Henry Van De Velde será el continuador de su obra, planificando su estética,
fundada en la razón. Van De Velde diseña desde edificios hasta muebles y objetos de adorno
(joyas, carteles…), llegando a dirigir la primera gran escuela de diseño moderno, la
Werkbund, de 1907. En Francia, Héctor Guimard creará las “bocas del metro de París”
(1900) con un estilo floral que une la idea de progreso (metro) con la decoración artística,
la “Casa Guimard” (1912), el “Castel Béranger”, etc. Dentro del Modern Style Inglés, Charles
Rennie Mackintosh somete la exuberancia curvilínea del Art Nouveau a una geometrización,
consiguiendo así una arquitectura grandiosa y serena heredera de Morris. Entre sus obras
están la “Hill House” en Helensburgh, “The Mackintosh House” o la “Escuela de Arte” de
Glasgow. La “Secesión vienesa” es un grupo artístico fundado en 1897 por Otto Wagner,
Gustav Klimt, Joseph Maria Olbrich, Josef Hoffmann y Koloman Moser. La Secesión no cae
en una moda decorativa sino que precede a la futura arquitectura protorracionalista y
protofuncionalista, realizando arquitecturas esquemáticas, compuestas por elementos
clasicistas, simples y simétricos. Otto Wagner realiza edificios como la “Caja Postal” (1905),
la “Iglesia de Steinhof” (1906), o la “Casa de Mayólica” (1898), todos ellos situados en Viena.
Joseph Maria Olbrich realizará la “Casa de la Secesión” de Viena, construcción compacta y
geométrica con una decorativa cúpula metálica. Josef Hoffmann entrará ya en la variante
protorracionalista, su obra principal es el “Palacio de Stoclet” de Bruselas (1911) con una
gran riqueza decorativa interior. En España, el Modernismo tiene lugar en Cataluña, zona
desarrollada industrialmente, de la mano de Antonio Gaudí; si bien su estilo se aleja de la
línea modernista europea o catalana, cultivando un lenguaje muy personal. Su clientela es
la rica burguesía industrial de la Barcelona de principios del siglo XX. Sus primeras obras
tienen influencias historicistas a las que les añade un lenguaje onírico y fantástico, como
vemos en la “Casa Vicens” de Barcelona (1883-88), de estilo neomudéjar o en el neogótico
“Palacio Episcopal de Astorga”. Simultáneamente se manifiesta en él su amor a la
naturaleza, como vemos en las paredes onduladas de la “Casa Batlló” de Barcelona o en la
“Casa Milá”, llamada también “La Pedrera” (foto pág. siguiente) en donde Gaudí rompe la
racional ortogonalidad de las habitaciones, diseñando pasillos curvos y superficies
trapezoidales. Entretanto, iba realizando dos de sus obras de mayor empeño: “El Parque
Güell”, singular obra de ingeniería, urbanística y arquitectura, ciudad-jardín que se anticipa
a las ideas de Howard, y “La Sagrada Familia” a la que Gaudí consagró media vida, si bien
sólo pudo ver una pequeña parte: la Fachada del Nacimiento, en el extremo de uno de los
brazos del crucero. 6. BIBLIOGRAFÍA -ARGAN, G.C.: “El arte moderno, 1770-1970”. Valencia
1976. -BENEVOLO, L.: “Historia de la arquitectura moderna”. Barcelona 1977. -BUENDÍA, J.
Rogelio y GÁLLEGO Julián: “Arte Europeo y Norteamericano del siglo XIX”. Summa Artis.
Historia General del Arte. Vol. XXXIV. Segunda Edición. EspasaCalpe, S.A. Madrid 1991. -DE
FUSCO, R.: “Historia de la arquitectura contemporánea”. Madrid 1981. -DORFLES, G.: “La
arquitectura moderna”. Barcelona 1980. 5 -HERNANDO, J.: “Arquitectura en España 1770-
1900”. Madrid 1985. -HITCHCOCK, Henry-Russell: “Arquitectura de los siglos XIX y XX”.
Cátedra. Madrid 1993. -KAUFMANN: “La arquitectura de la Ilustración”. Barcelona, 1974. -
KOSTOF, S.: “Historia de la arquitectura”. Madrid, 1988. -MARTÍN GONZÁLEZ, J.J.: “Historia
del Arte”. Tomo 2. Gredos. Madrid 1994. -NAVASCUÉS PALACIO, Pedro: “Arquitectura
Española 1808-1914”. Summa Artis. Historia General del Arte. Vol. XXXV-II. Tercera Edición.
Espasa Calpe, S.A. Madrid 1996. -PIJOÁN, José y GAYA NUÑO, Juan A.: “Arte Europeo de los
siglos XIX y XX”. Summa Artis. Historia General del Arte. Vol. XXIII. Quinta Edición. Espasa-
Calpe, S.A. Madrid 1989. -ROSENBLUM, R. Y JANSON, H.W.: “El arte del siglo XIX”. Madrid
1982.

También podría gustarte