Una luz se enciende

“Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el

candelero, y alumbra a todos los que están en casa” Mt. 5:15
La luz incandescente que pronunció estas Palabras fueron las del
Pastor de DIOS. Aquella oveja cuya sangre fue derramada toda en la
cruz es quién pronunció estas inmortales Palabras.
“Ni se enciende una luz.”
¿Con que motivo se enciende una luz?
Se enciende con el motivo de alumbrar. La iluminación de una luz puede
tener múltiples propósitos. Y uno de nuestros deberes como cristianos
es el de alumbrar en las tinieblas para advertir a los demás del peligro
de la oscuridad. En otra parte Jesús dijo “Él que anda de día no
tropieza,” y el discípulo al cuál le ha sido conferido alumbrar a los
hombres debe de advertir de los terrores de la oscuridad. De la terrible
condición del pecado y el daño que causan al alma humana.
“Y se pone debajo de un almud”
¿Para qué no se enciende una luz?
Una luz está para alumbrar a los demás, para que no tropiecen.
Estamos mandados a edificar a los hermanos, a animarlos y bendecirlos
aún con nuestros bienes. Una luz dispersa toda oscuridad cercana, y
nos ayuda ver lo que antes no podíamos ver. Ese es el fin de una luz,
ver. Y no se enciende una luz para no ver o de otra manera “se pone
debajo del almud.” En otras palabras, no dejes que las presiones de
esté mundo; el que dirán, los comentarios de tus amigos, el rechazo, y
el estigma te opaque y te conlleve a no resplandecer para los demás.
Muchas personas en esté mundo, en especial los jóvenes, dejan que
los comentarios ajenos y el miedo de enfrentar con valentía los ataques
de los hijos del malo, los lleven a encerrarse en un almud. Hay tres
cosas necesarias para crear una luz. Calor, combustible y fuego. El
calor es tipo del Espíritu Santo. Se necesita una fuente de calor y eso
es el fuego. Algo que tiene la capacidad de comenzar un fuego. Él
Espíritu Santo es Fuego consumidor de DIOS. El combustible somos
nosotros. Una vela, un papel, una lámpara, o madera. Mientras haya
que alimente al fuego, el fuego seguirá ardiendo. Y si sigue ardiendo,
seguirá alumbrando. Y finalmente oxigeno para que el fuego siga
causando reacción. Ese oxigeno sólo se haya en el espacio abierto. Si
usted se mete en una caja o en una habitación poco ventilada, pronto
se sentirá sofocado. De la misma manera, quién se pone debajo de un
almud, es apagado y sofocado. No esconda su luz o terminará
desvaneciéndose su luz.
Sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa.
Usted debe ser puesto en el lugar donde su luz pueda iluminar y
alumbrar toda la casa. Ejemplos de la luz en donde de mayor utilidad
es: el techo y postes de luz. Ahora cuando usted tiene luminiscencia en
casa usted puede leer su periódico, cocinar, trapear, trabajar, inclusive
planchar o bordar, pero sin luz, usted no podría leer su periódico y
terminaría por picarse los dedos con la aguja. Así los que andan a
oscuras se dañan con el pecado. La luz es esencial para todas las
acciones productivas en casa, así también cuando usted sea la luz de
su casa podrá ser de gran utilidad para los que aún no son cristianos.
Usted mostrará por sus obras lo que significa seguir a Cristo y hará todo
para la gloria de DIOS. Sus obras, su trabajo, sus palabras, su conducta
serán un ejemplo para los no creyentes. Con vivir una vida santa los
demás verán el obrar del Espíritu Santo en usted. Lo evidente es
injuzgable.
Viva como la Biblia, sus maestros y evangelistas le han enseñado.
Apartándose cada uno del mal y haciendo todo para la gloria de DIOS.
Puede que usted no pueda predicar a cada persona, pero no todos
tenemos los mismos talentos. Uno es ojo y otro es oído, pero todos
miembros de un mismo cuerpo de Cristo Jesús. Ustedes sean una luz
como hijos, padres, amigos, trabajadores y con cada uno de los que se
encuentren en la calle sean ejemplo en “palabra, conducta, amor,
espíritu, fe y pureza.” Pues haciendo estás cosas serán antorchas de
vida del Evangelio a los perdidos. Amén.
Ahora para los que no quieren abandonar su pecado. También les digo
que no pueden ser aceptos por DIOS como son. La palabra condena en
Ap. 21:8 que “los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas,
los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán
su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte
segunda.”
Si tú te dices ser una cristiana o un cristiano y no eres una luz en tu
casa, estás haciendo burla del apelativo cristiano, y más grave aún,
estás haciendo que otros se burlen de Cristo. Decidid ya a quién sirváis
hoy si a Jehová o a los ídolos, o a los ídolos de aquellos a los que aman.
Camino de bendición y camino de maldición os ha puesto hoy JEHOVÁ,
decidíos hoy a quien sirváis.
Y alumbra a todos los que están en casa.
Puedo también decirles con mucho amor que Jesús nuestro Maestro no
nos dijo ni mandó a ser luz sólo de la iglesia. Explico: hay quienes creen
que por venir a la iglesia ya están cumpliendo con DIOS. Que por ir muy
bien vestiditas o diezmar eso concluye con todas sus responsabilidades
cristianas. Pero Jesús dijo de esto: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos,
hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo
más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era
necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.” Guardémonos de todos
aquellos cristianos que así sean, y si podemos reprendámoslos en amor
para que cambien su forma de ser y no sean escarnio al pueblo de
DIOS.
Ahora bien, DIOS nos manda a alumbrar a todos, creyentes y no
creyentes, a fin de que todos se conviertan y crean en aquel que fue
enviado. Jesús de Nazaret.
Una cosa más diré, ser una luz en este mundo es para beneficio de los
que nos ven, pero para gloria de DIOS y esto debe quedarnos muy en
claro. De DIOS sólo es la gloria y de nadie más, no le robemos la honra
que sólo ÉL merece. Que las buenas obras que hacemos sean para
adornar su majestad y no para engrandecernos a nosotros mismos.
Esto no agradará a DIOS, pues Satanás el antes ángel de luz cayó por
el orgullo y soberbia de su corazón.
Hermanos a dondequiera que DIOS los envíe y mande a ser testigo a
creyentes y no creyentes, diga: “que Cristo es la Luz del mundo y puede
devolver la vista a los ciegos y hacer andar a cojos, porque su poder no
conoce limites y quiere salvar a todos de sus pecados”. No deje que
ninguna sola alma por la que Cristo murió para salvar se pierda. A todo
el mundo anunciad que “Yo, Jesús, la luz, he venido al mundo, para que
todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.” Jn. 12:46.
El Señor los bendiga. Amén.