3 Fundamentos de Syso
3 Fundamentos de Syso
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CAPÍTULO 1: CONDICIONES DE TRABAJO Y SALUD.
INTRODUCCIÓN
1.1. BREVE RESEÑA HISTÓRICA
Si bien la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores en el trabajo, a través fundamentalmente de la
acción preventiva en los centros de trabajo, refleja un estado cultural de fines del siglo XX, ello es una consecuencia
más del desarrollo de la humanidad y de su incesante evolución a través de la historia. Evolución no sólo de índole
cultural, sino también técnica, científica, sociológica y económica, por supuesto.
Una evolución cuyos comienzos podemos rastrear hasta los albores de la propia humanidad, cuándo atribuía los
felices hallazgos y las desgracias a lo mágico, a lo inalcanzable, a lo divino. Los seres humanos estamos inmersos
en la Naturaleza viviendo a costa de ella, transformándola, interactuando con ella, dominándola mejor aunque
también a costa de arruinarla, de degradarla, de destruirla. Hasta el momento actual, caracterizado por la globalidad
de las actividades humanas, la aldea global, no se ha tenido bien en cuenta que nuestro planeta no es ya una fuente
inagotable de bienes ni tiene una capacidad limitada de regeneración. Hasta ahora no se había llegado a tener
conciencia de que la especie humana tiene un papel activo, una responsabilidad plena, sobre el estado del planeta
y de su futuro.
Indudablemente el concepto de trabajo, sus características, han variado mucho de unas épocas a otras, y ahora
mismo sufren una amplia transformación. Aún no están lejos los tiempos y modos de la esclavitud, como tampoco
algunas consecuencias de la Revolución Industrial, y nos asomamos a la época de la cibernética, la informática, las
comunicaciones integradas y globales en el seno de un sistema económico mundial que tiende a un mercado único.
Sin embargo, aún persiste en el entorno del mundo del trabajo, y no sólo en él, una cultura de la fatalidad, de lo
inevitable e imprevisible, y por lo tanto ajeno a nuestra voluntad y nuestro poder. Cuando se habla de que algo
ocurre por accidente, equivale a decir por casualidad, porque se entiende que no es posible preverlo y evitarlo. Y
nada más lejos de lo que son los accidentes y enfermedades causados por unas incorrectas condiciones de trabajo.
A lo largo de la historia, los seres humanos han ido aprendiendo a conocer, primero, los riesgos y sus características,
tanto emanados directamente de la propia naturaleza, incluido el denominado Reino Animal, como de las
consecuencias de la propia actividad humana que transforma a la propia naturaleza, y a defenderse, después, de
los mismos y sus posibles consecuencias.
En muchas ocasiones, especialmente en lo que se refiere a la seguridad, lucha contra los accidentes y sus
consecuencias, las guerras han aportado avances al igual que en otros campos de la ciencia y de la técnica. E
indudablemente se desarrollaban sistemas de defensa, protección, contra las diversas técnicas ofensivas que
sucesivamente aparecen. Así surgen los diversos sistemas de protección, tanto individual, por ejemplo el casco,
como colectiva, barreras, que en tiempos de paz se incorporan a la vida cotidiana con fines igualmente de protección,
pero con relación a otros riesgos: los de accidente.
En cuanto a la pérdida o alteración de la salud por causas no tan visibles o evidentes como las lesiones corporales
o físicas, es decir, lo que se conoce en un sentido más o menos amplio como enfermedad, aun hoy, la correlación
causa-efecto no suele plantearse siquiera, si bien el estado actual de la ciencia es tal que a pesar de descubrirse
nuevas patologías, al menos se conocen en la inmensa mayoría de las conocidas sus causas, etiología. Aquí es
aún más patente la consideración casual, fatalista, de la adquisición de una enfermedad, a pesar de los indudables
avances en las técnicas preventivas y de promoción de la salud.
En el ámbito de la actividad laboral, ya en la antigüedad se conocía que en determinados trabajos existía una
relación entre su naturaleza y la aparición de ciertas enfermedades características de los mismos. Ya Hipócrates,
en el siglo IV a.c., describió la enfermedad que aquejaba a quienes trabajaban en la extracción de mineral de plomo.
En el siglo XVI, Paracelso trató en varios de sus escritos las enfermedades que sufrían los mineros y los trabajadores
de las fundiciones. Sin embargo, hasta el siglo XVII, con el médico italiano Bernardino Ramazzini, no se comienza
a tratar como una ciencia nueva la medicina del trabajo, aunque no es sino al principio del siglo XX, con el desarrollo
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de las legislaciones de protección de los obreros, (la primera ley en el mundo data de 1802) cuando aparecen las
técnicas sistematizadas de protección –primero- y de prevención -después- como la seguridad del trabajo, la propia
medicina (preventiva) del trabajo, la higiene industrial y la psicosociología aplicada al trabajo.
La interacción entre el trabajo, incluido el ambiente de trabajo, o lo que se conoce en el sentido más amplio como
condiciones de trabajo, y la persona contemplada en su conjunto, con objeto de adecuar las primeras a la segunda,
tiene sus raíces en el Renacimiento con los estudios de Leonardo da Vinci sobre las dimensiones del cuerpo humano
y las posturas y los análisis de Durero sobre los movimientos y las proporciones. Ya en el presente siglo, los
arquitectos (Le Corbusier) y más tarde los ingenieros diseñadores, se han preocupado de que sus obras se adapten
a una óptima funcionalidad en relación a las características de sus usuarios y los fines que éstos persiguen.
Lo que ha supuesto la aparición hacia los años 50 de la ergonomía como disciplina global e integradora en relación
a todos los aspectos del entorno de trabajo.
En el ámbito del Derecho, paralelamente a los avances de la Revolución Industrial en el siglo XIX fueron apareciendo
las primeras leyes de protección de los trabajadores. En 1890 tiene lugar en Berlín una conferencia a nivel
internacional sobre el trabajo en las fábricas y en las minas, tras la cual comienza a configurarse la necesidad de
una intervención de la Administración Pública para controlar la aplicación de la legislación sobre las limitaciones de
ciertos trabajos con fines proteccionistas, en especial hacia las mujeres y los menores. En 1919 se crea la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), adoptándose desde ese mismo año diversos convenios y
recomendaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo junto con otras materias de índole laboral. Hoy en
el seno de la Unión Europea la legislación sobre seguridad y salud en el trabajo es objeto de armonización
constituyendo un cuerpo normativo bastante completo de disposiciones mínimas. Todos los Estados modernos, en
mayor o menor medida conforme a su grado de desarrollo y organización social, poseen actualmente una legislación
y los medios adecuados para desarrollar una política eficaz sobre la seguridad y salud en el trabajo.
En España, se desarrolla la medicina del trabajo y la higiene industrial a mediados del siglo XIX. En 1900 se aprueba
la Ley de Accidentes de Trabajo conocida como Ley Dato, que es el inicio del desarrollo en España del Derecho de
Seguridad e Higiene en el Trabajo. En ella se declara que el patrono es responsable de los accidentes de trabajo
centrándose en los riesgos profesionales, que podían ser objeto de aseguramiento voluntario. En 1932 se adopta
una ley que establece con carácter general el seguro obligatorio de accidentes de trabajo. En 1940 se aprueba el
Reglamento General de Higiene en el Trabajo que será derogado por la aún vigente Ordenanza General de
Seguridad e Higiene en el Trabajo de 1971. En esta época se aprueba el Plan Nacional de Seguridad e Higiene en
el Trabajo, que más adelante daría lugar al hoy Instituto Nacional del mismo nombre. Antes, en 1956 se crean los
Servicios Médicos de Empresa.
La Constitución Española de 1978 señala como uno de los principios rectores de la política social y económica, velar
por la seguridad e higiene en el trabajo. El Estatuto de los Trabajadores contempla el derecho de los trabajadores a
una protección eficaz en materia de seguridad e higiene estableciendo el correlativo deber del empresario.
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CAPÍTULO 2: CONCEPTOS BÁSICOS DE LA PREVENCIÓN DE
RIESGOS LABORALES
Es importante tener en cuenta que los conceptos que se van a definir a continuación pueden ser utilizados bien bajo
otra denominación o bien el término aquí empleado tener otro significado en otro contexto o medio
La Ley de Prevención (España)de riesgos laborales define en su artículo 4 condición de trabajo como cualquier
característica del mismo que pueda tener una influencia significativa en la generación de riesgos para la seguridad
y salud del trabajador. Se incluye en ellas:
▪ Características generales de los locales, instalaciones, equipos, productos y demás útiles existentes en el
centro de trabajo.
▪ La naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos presentes en el ambiente de trabajo y sus
correspondientes intensidades, concentraciones o niveles de presencia.
▪ Los procedimientos para la utilización de los agentes citados anteriormente que influyan en la generación
de los riesgos mencionados.
▪ Todas aquellas otras actividades del trabajo incluidas las relativas a su organización y ordenación que
influyan en la magnitud de los riesgos a que esté expuesto el trabajador.
En la medida de que estas condiciones puedan ser origen de daños para la salud, incluidas las lesiones, o influyan
significativamente en la magnitud de los riesgos, se les suele denominar factores de riesgo
La Ley también define como daños derivados del trabajo las enfermedades, patologías o lesiones sufridas con
motivo u ocasión del trabajo.
En muchas ocasiones la salud se entiende como el estado caracterizado por la ausencia de enfermedades, la
Organización Mundial de la Salud (OMS), ha adoptado una definición más amplia:
La salud es el estado completo de bienestar físico, psíquico y social, y no sólo la ausencia de afecciones y
enfermedades.
Estas definiciones no se corresponden con las utilizadas en el ámbito de la Seguridad Social, especialmente las
relativas a enfermedades profesionales que se circunscriben a una relación (lista de enfermedades profesionales).
En la disposición adicional de la Ley de Prevención (España)se advierte de esta diferencia, manteniendo en su
ámbito las definiciones que le son propias a lo establecido para estas contingencias en la normativa de la Seguridad
Social:
• Accidente de trabajo (ámbito Seguridad Social): Toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión
o por consecuencia del trabajo que realiza por cuenta ajena.
Se define como trabajo por cuenta ajena a aquel cuya utilidad patrimonial del mismo se atribuye a persona
distinta del propio trabajador. Los bienes o servicios producidos por el trabajador no le reportan a este un
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beneficio económico directo, sino que tal beneficio corresponde al empresario, que a su vez compensa al
trabajador con una parte de esa utilidad, el salario.
• Enfermedad profesional (ámbito Seguridad Social): Es aquella enfermedad contraída a consecuencia del
trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifican en el cuadro de enfermedades
profesionales, y que esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se
indiquen para cada enfermedad profesional. Por lo tanto sólo tendrán la consideración de enfermedad
profesional si está incluida en el cuadro vigente.
En el caso de factores de riesgo ambientales la probabilidad de que se produzca el daño viene representada por la
dosis del agente contaminante recibida por el organismo.
• Cantidad de sustancia que penetra en el organismo por unidad de tiempo (para un agente químico).
• El área, zona u órgano del cuerpo afectado o que pueda verse afectado por la exposición a según qué tipo
de agente
Así por ejemplo, para una radiación ionizante es muy diferente si se expone el ojo o una parte de la piel, o todo el
cuerpo, o si se trata de una sustancia emisora que ha penetrado en el interior del organismo.
• Las vías de penetración en el organismo. Con ocasión del trabajo, la vía más común es la respiratoria,
aunque existen muchos casos en los que el agente se absorbe además a través de la piel. Cualquier otra
vía, oral, parenteral, resulta altamente improbable en el caso del trabajo.
La severidad del daño que puede producirse por exposición a los agentes químicos ambientales se suele determinar
mediante el porcentaje de casos que se presentan para una dosis determinada y se denomina respuesta. La relación
entre ambos parámetros se denomina relación dosis-respuesta y es de difícil obtención. En la práctica común para
evaluar un riesgo ambiental se mide el nivel promediado en el tiempo de la presencia del contaminante en el puesto
de trabajo (intensidad o concentración media, según se trate de un agente físico o químico) y se compara con los
valores-límite (intensidades o concentraciones promediadas) de referencia. Para ciertos agentes físicos, como el
ruido o las radiaciones ionizantes es relativamente sencillo medir la dosis recibida, por lo que los valores-límite se
suelen dar en términos de dosis.
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En relación con los riesgos ambientales, conviene distinguir dos clases de efectos: los inmediatos y los diferidos en
el tiempo.
-Efectos inmediatos: El daño se produce nada más se desencadena el suceso que lo causa, pudiendo evolucionar
a partir de esta acción de una manera continuada tanto a un agravamiento como a una mejoría. Este tipo de efectos
inmediatos, generan efectos agudos.
Ejemplo: Exposición a un fuerte ruido durante un corto período de tiempo produciéndose una perforación del
tímpano.
- Efectos diferidos en el tiempo: Estos efectos se generan por la exposición continuada o repetida a unos
determinados niveles o dosis de uno o más agentes ambientales, supone la posibilidad de sufrir al cabo de un cierto
tiempo una alteración de la salud.
Estos efectos que pueden manifestarse tiempo después, meses y hasta muchos años, se denominan efectos
crónicos y son característicos de los riesgos ambientales. Aunque no exclusivos de ellos, puesto que existen
patologías debidas a otras causas como las malas posturas o los movimientos no adecuados y repetidos, (métodos
y organización de la tarea inadecuados, mal diseño y adaptación defectuosa del puesto de trabajo a la persona) que
pueden dar lugar con el tiempo a patologías en músculos y huesos.
Ejemplo: Pérdida de audición por estar sometido durante largas jornadas de trabajo a niveles de ruido elevados sin
las protecciones auditivas correctas.
Hay que tener en cuenta también los riesgos ambientales en los que están implicados agentes biológicos. En
general, tanto estos últimos como los demás riesgos ambientales, por la dificultad de advertir sus efectos y
relacionarlos con sus causas, que incluso pueden haber desaparecido cuando se ponen de manifiesto los primeros
signos que los delatan, por la complejidad y gran diversidad de tales riesgos así como por las técnicas de
identificación y evaluación, necesitan de una reglamentación técnica y metodología específica, y de profesionales
especializados para su tratamiento.
• Existe una probabilidad racional de que se materialicen, es decir: es muy posible que el riesgo se
desencadene.
• La materialización se aprecia inminente y por lo tanto difícilmente evitable en un corto espacio de tiempo.
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Cuando se habla de peligro grave e inminente se expresa lo mismo que al decir riesgo grave e inminente.
Ante la apreciación de una situación de este tipo, la Ley de Prevención (España)establece en su artículo 21 las
obligaciones del empresario y los derechos de los trabajadores:
1) Cuando los trabajadores estén o puedan estar expuestos a un riesgo grave e inminente con ocasión de su
trabajo el empresario estará obligado a:
a) Informar lo antes posible a todos los trabajadores afectados acerca de la existencia de dicho riesgo y de las
medidas adoptadas o que en su caso deban adoptarse en materia de protección.
b) Adoptar las medidas y dar las instrucciones necesarias para que en caso de peligro grave, inminente e
inevitable, los trabajadores puedan interrumpir su actividad y, si fuera necesario abandonar de inmediato el
lugar de trabajo. En este supuesto no podrá exigirse a los trabajadores que reanuden su actividad mientras
persista el peligro, salvo excepción debidamente justificada por razones de seguridad y determinada regla-
mentariamente.
c) Disponer lo necesario para que el trabajador que no pudiera ponerse en contacto con su superior jerárquico,
ante una situación de peligro grave e inminente para su seguridad, la de otros trabajadores o la de terceros
a la empresa, esté en condiciones habida cuenta de sus conocimientos y de los medios técnicos puestos a
su disposición de adoptar las medidas necesarias para evitar las consecuencias de dicho peligro.
2) De acuerdo con lo previsto en el apartado 1 del artículo 14 de la presente Ley, el trabajador tendrá derecho a
interrumpir su actividad y abandonar el lugar de trabajo en caso necesario cuando considere que dicha actividad
entraña un riesgo grave e inminente para su vida o su salud.
3) Cuando en el caso a que se refiere el apartado 1 de este artículo el empresario no adopte o no permita la
adopción de las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores, los
representantes legales de éstos podrán acordar por mayoría de sus miembros la paralización de la actividad de
los trabajadores afectados por dicho riesgo. Tal acuerdo será comunicado de inmediato a la empresa y a la
autoridad laboral, la cual en el plazo de veinticuatro horas anulará o ratificará la paralización acordada.
El acuerdo a que se refiere el párrafo anterior podría ser adoptado por decisión mayoritaria de los Delegados
de Prevención cuando no resulte posible reunir con la urgencia requerida al órgano de representación del
personal.
4) Los trabajadores o sus representantes no podrán sufrir perjuicio derivado de la adopción de las medidas a que
se refieren los apartados anteriores a menos que hubieran obrado de mala fe o cometido negligencia grave.
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✓ De quemaduras por contactos térmicos
✓ De incendio
✓ De explosión
✓ Iluminación inadecuada
✓ Esfuerzos inadecuados
• Riesgos psicosociales:
2.7. PREVENCIÓN
2.7.1. NECESIDAD DE LA ACTIVIDAD PREVENTIVA EN LA EMPRESA
La Ley de Prevención (España)(España)de Riesgos Laborales obliga al empresario a realizar la prevención de
riesgos laborales mediante la adopción de cuantas medidas sean necesarias con el fin de garantizar una protección
eficaz de la seguridad y la salud de los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo.
En un mercado tan marcadamente competitivo como el de esta época, abierto al mercado global mundial, los
objetivos de calidad son imprescindibles para la supervivencia y desarrollo de las empresas. Para alcanzar la calidad
del producto o servicio que se ofrece al final del proceso productivo, se debe mantener una coherencia entre todas
las funciones que se ejercen en la organización de la empresa, con unos objetivos de calidad en todas las fases del
sistema productivo.
Por lo tanto, es evidente que incluir la calidad de las condiciones de trabajo es un objetivo clave para poder alcanzar
la calidad total.
Es imprescindible, diseñar, mantener y controlar unas buenas condiciones de trabajo. Imponiéndose, además un
clima de mutua confianza y colaboración con los trabajadores. En definitiva, la gestión de la prevención de los
riesgos laborales debe estar integrada en la gestión global de la empresa, con la determinación de unos objetivos
formando parte de los objetivos de calidad, planificando y organizando la actividad preventiva en el conjunto del
sistema productivo y de la organización de la empresa.
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2.7.2. CONCEPTO DE PREVENCIÓN
Se define la prevención, como el conjunto de actividades o medidas dirigidas a evitar o minimizar los riesgos, en
este caso, laborales o derivados del trabajo.
A su vez, puede implicar distintos tipos de acciones, que se describen a continuación por orden decreciente
de eficacia:
• Prevención terciaria: Hay que aplicarla cuando existe una alteración patológica de la salud o durante la
convalecencia de la enfermedad o posteriormente a la misma. Se trata de prevenir la reincidencia o las
recaídas, o las posibles «complicaciones» o secuelas, mediante el adecuado tratamiento y rehabilitación,
como principales medidas.
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CAPÍTULO 3: TÉCNICAS PREVENTIVAS
3.1. INTRODUCCIÓN
Las actuaciones en materia de prevención de riesgos laborales están marcadas por su carácter interdisciplinario y
multidisciplinario, y su necesaria integración en todas las fases del proceso productivo y en la organización de la
empresa.
Actualmente se reconocen cinco disciplinas básicas en materia de prevención de riesgos laborales. Una de ellas
tiene ya reconocimiento de especialidad con plena validez académica en varios Estados miembros de la Unión
Europea, entre ellos España. Se trata de la medicina del trabajo. Las otras aún no han alcanzado este estatus, pero
se reconocen como tales disciplinas básicas en el Reglamento de los Servicios de Prevención.
Previamente hay que tener en cuenta que se puede actuar para prevenir los riesgos laborales a cuatro niveles:
1.En la concepción y el diseño. Aquí es necesario que los profesionales tengan asumida la filosofía
preventiva junto con los conocimientos preventivos necesarios en su formación académica y de
especialización. Se trata de evitar el riesgo, o en todo caso minimizarlo.
2.Sobre el origen del riesgo, con objeto de eliminar el riesgo, o en su caso reducirlo todo lo posible.
3.Sobre el medio ambiente de trabajo o medio de transmisión del riesgo, con objeto de controlar el riesgo.
4.Sobre la propia persona, con objeto de protegerla mediante equipos de protección individual contra los
riesgos existentes, de promover y vigilar su salud y de educarla y formarla adecuadamente. Cabría añadir
las instrucciones e información dirigidas individualmente, así como actuaciones de carácter organizativo
(cambio de tarea o método, rotación de puestos, etc.).
Por lo tato al hablar de Medicina del Trabajo hemos de integrar los conceptos de una Medicina:
• Preventiva: Actúa antes de que la salud se degrade, a través de la vigilancia y protección de la misma.
• Rehabilitadora: Intenta crear un nuevo nivel de salud cuando ésta ha sido afectada de forma irrecuperable.
El objetivo concreto que intenta conseguir la Medicina del Trabajo, se centra en la patología del trabajo, la cual tiene
la particularidad de poder afectar a todos los órganos y sistemas del cuerpo humano, huye del enfoque restrictivo
de la mayoría de las especialidades médicas. La Medicina del Trabajo tiene que plantearse una actitud o enfoque
extensivo y contemplar al trabajador como un todo, que es influenciado por su vida psíquica y por el ambiente físico,
laboral y social que le rodea.
La Medicina del trabajo utiliza una serie de técnicas para el desarrollo de sus fines preventivos, estas se pueden
resumir en:
• Vigilancia Permanente: El estudio del estado de salud de los trabajadores expuestos a similares condiciones
de trabajo, lo podremos realizar mediante Revisiones Médicas.
Los resultados de estas revisiones deben poder ser comparadas con las condiciones de trabajo y por ello nos
debemos marcar fundamentalmente los siguientes objetivos:
• Educación Sanitaria: Es una técnica pluridisciplinar que, mediante un cambio individual y colectivo, pretende
conseguir los siguientes objetivos:
o Informar y formar a la colectividad con la finalidad de que participen en los planes sanitarios y
preventivos de promoción de la salud.
• Aumentar la resistencia a los individuos: Esta puede ser una práctica, que junto con otras medidas puede ser
útil para disminuir la aparición de determinadas enfermedades (fundamentalmente las enfermedades
infecciosas etc...)
Hay que destacar además de los aspectos preventivos, la Medicina del Trabajo también puede contemplar sus
funciones curativas y reparadoras.
Se han superado los planteamientos tradicionales de la seguridad en el trabajo, para desarrollarse en la actualidad
bajo una concepción:
La seguridad en el trabajo consiste en un conjunto de técnicas y procedimientos que tienen por objeto evitar y, en
su caso, eliminar o minimizar los riesgos que pueden conducir a la materialización de accidentes con ocasión del
trabajo.
Es necesario poseer conocimientos de diversa índole, como ingeniería, gestión empresarial, economía etc...
Resumiendo, se puede afirmar, que el objetivo fundamental de la Seguridad en el Trabajo es mejorar las condiciones
de trabajo de manera que sea imposible, o muy difícil al menos, accidentarse.
1.La naturaleza y estado físico de los agentes químicos y el tipo y, en su caso, frecuencia de los agentes
físicos, así como la naturaleza de los agentes biológicos presentes bajo determinadas condiciones.
2.La concentración del agente químico presente en el ambiente o la intensidad referida al agente físico al
que está expuesto el trabajador Para evaluar el riesgo de exposición se suelen utilizar valores-límite de
referencia.
3.El tiempo de exposición al agente en el medio ambiente de trabajo. Los valores-límite se suelen referir a
un tiempo normalizado, como la jornada de trabajo de 8 horas diarias o 40 horas semanales. La
consideración conjunta de la concentración o intensidad, según el caso, y el tiempo de exposición da lugar
al concepto de dosis.
5.La existencia de otros agentes o factores que puedan potenciar o rebajar los posibles efectos de la
exposición. Por ejemplo, la temperatura, la presencia de agentes cuyos efectos son aditivos, sinergias como
las debidas al humo procedente de fumar tabaco, etc.
La higiene industrial, como técnica no médica de prevención de los riesgos laborales relativos a la posibilidad de
sufrir alteraciones de la salud por una exposición a agentes físicos, químicos y biológicos, actúa con carácter
esencialmente preventivo por procedimientos técnicos mediante, en general, la siguiente secuencia:
3.Valoración del riesgo de exposición, comparando las dosis de exposición con los valores de referencia
según los criterios establecidos.
La actuación de la Higiene Industrial es de tipo preventivo y de carácter técnico, lo cual siempre es mejor que aplicar
soluciones de carácter curativo o paliativo.
3.5. PSICOSOCIOLOGÍA
A la psicosociología le corresponde, el análisis y explicación de todos aquellos factores que influyen en las conductas
o comportamientos sociales.
La psicosociología aplicada al campo de la prevención trataría de conocer los factores de tipo psicosocial que
hipotéticamente influyen en la aparición de disfunciones en el sistema, en este caso la empresa.
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Los factores psicosociales que afectan al trabajo pueden dividirse en dos categorías:
b) Tipo de trabajo.
a) Organización y condiciones del trabajo: Después de la revolución industrial, la organización del trabajo ha
sufrido una transformación total.
En la sociedad actual, la función de ejecución y organización se ha dividido hasta tal punto que está realizada por
personas distintas: Por una parte el organizador, puesto que corresponde al mando, y por otra parte el ejecutor, es
decir, el obrero, que está subordinado al primero. Esta dualidad ha roto la armonía que existía anteriormente,
pasando a suponer una fuente de posible conflicto e insatisfacción.
• El horario de trabajo: Aquí hay que tener en cuenta la importancia del trabajo por turnos, que en general no
es del agrado de nadie por sus implicaciones en la vida familiar y de relación extralaboral.
• Estilo de mando: En general podemos afirmar que los trabajadores se encuentran más satisfechos en las
empresas cuya dirección tenga un carácter democrático y de participación en la toma de decisiones.
• Salario: Aunque según las principales teorías de la motivación el salario no es la principal fuente de
satisfacción para el hombre que trabaja, en la actualidad ha pasado a serlo, siendo en muchas ocasiones
el único motivo para mantener un puesto de trabajo.
• Grupo de Trabajo: Otro factor de gran importancia para la satisfacción del trabajo es el grupo de trabajo.
Dentro de él debemos tener en cuenta un conjunto de distintas variables como son: La cohesión, las
relaciones dentro del grupo etc..
• Tamaño de la empresa: Las pequeñas empresas producen más satisfacción en el individuo que trabaja en
ellas, que las grandes empresas. Esto se debe a que en estas últimas el tamaño de los grupos suele ser
grandes, las comunicaciones son más rígidas, la jerarquía suele estar más marcada, la posibilidad de
reconocimiento de trabajo personal se hace más difícil; es decir, en ellas se produce una despersonalización
del trabajador con la consiguiente insatisfacción.
b) Tipo de trabajo: La revolución industrial, también cambio los tipos de trabajo existentes, ya que se paso de un
trabajo artesanal a un trabajo totalmente automatizado.
Los factores que dependiendo de la propia naturaleza del trabajo, pueden afectar a la satisfacción del individuo son:
• Automatización: Con la automatización el trabajador pierde de vista la obra que él realiza al limitarse a
ejecutar una labor demasiado específica.
• Responsabilidad: Para que un trabajo sea satisfactorio deberá ofrecer la posibilidad de actuar con cierta
autonomía y permitir que la iniciativa y responsabilidad del individuo se manifieste.
• Uso de las aptitudes: Para conseguir la autorrealización el trabajador debe poder emplear sus aptitudes y
habilidades, oportunidad que debería de brindarle el puesto de trabajo que ocupa.
Todos estos factores psicosociales inciden de distinta manera en el individuo, que superará la situación o no según
su capacidad de tolerancia y adaptación a estos estímulos.
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3.6. ERGONOMÍA
La ergonomía es la ciencia del bienestar y del confort; es decir, no sólo tiende a mejorar las condiciones de trabajo
a fin de evitar los efectos negativos sobre la salud en cada uno de sus aspectos (físico, psíquico y social) sino que
parte de un concepto de salud más amplio y propone la mejora de aquellos aspectos que pueden incidir en el
equilibrio de la persona, considerada en su totalidad, con el entorno que le rodea.
La ergonomía, aplicada ya al mundo laboral tal como su etimología indica, nació en un principio para adecuar los
esfuerzos y los movimientos que implica la realización de una tarea y las dimensiones del puesto de trabajo a la
persona; el objetivo, en este caso, era conseguir que la persona realizara el trabajo con el mínimo número de
movimientos posibles, con el fin de ahorrar una fatiga inútil y conseguir un mayor rendimiento en el menor tiempo
posible. Más tarde este enfoque se hizo insuficiente y se amplió el campo de estudio, incluyendo las condiciones
ambientales (temperatura, ruido, iluminación etc.) y los aspectos de tipo organizativo tanto de tipo temporal como
los que dependen de la tarea.
• Definir los objetivos de formación en relación a las características de puestos de trabajo y personas.
• Favorecer el interés de los trabajadores por la tarea y el proceso productivo así como por el ambiente de
trabajo.
La ergonomía del puesto de trabajo: Cuyo objeto es el de adaptar las dimensiones, esfuerzos y movimientos,
fundamentalmente, a las características individuales de la persona que lo desempeña.
La ergonomía de los sistemas: Amplía el enfoque anterior al considerar, además, tanto los aspectos físicos del
entorno del puesto de trabajo (iluminación, microclima, ambiente acústico,) como los organizativos (ritmos de trabajo,
pausas, horarios,).
La ergonomía de un modo totalizador: Dirigida al desarrollo integral de la persona, teniendo en cuenta a los
trabajadores no sólo como sujetos pasivos sino también activos, fomentando su participación en la mejora de las
condiciones de trabajo, con mayor interés, creatividad, y por lo tanto mayor satisfacción personal, (y con ello mayor
productividad y mejor calidad en los resultados del proceso productivo).
Desde este último punto de vista, tan amplio y globalizador pueden considerarse integradas en la ergonomía las
cuatro grandes disciplinas de carácter general contempladas con anterioridad: medicina del trabajo, seguridad en el
trabajo, higiene industrial y psicosociología del trabajo.
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CAPÍTULO 4: PRINCIPIOS DE LA PREVENCIÓN
4.1. LA CALIDAD Y LA PREVENCIÓN DE RIESGOS
La calidad definida como la aptitud de un producto o servicio para satisfacer las necesidades explícitas o potenciales
de los usuarios, es el resultado de las calidades del conjunto de acciones complementarias y sinérgicas de todas
las funciones de la empresa.
Los trabajadores son considerados usuarios internos y directos de los procesos de trabajo, no pudiéndose alcanzar
la calidad total sin una adecuada calidad de las condiciones de trabajo, subsistema de la calidad total.
Calidad Total:
Calidad en el proyecto
Calidad en la adquisición de equipos
Calidad en el montaje
Calidad en las condiciones de trabajo
Calidad en el proceso productivo
Calidad en la gestión
Calidad en el producto o servicio
En el documento “Evaluación de las condiciones de trabajo para las PYMES” del Instituto Nacional de Seguridad
e Higiene en el Trabajo se enumeran los principios coincidentes en que se basan la calidad y la seguridad
(prevención), los cuales se reproducen a continuación:
Sólo si la Dirección está comprometida, no sólo con palabras, sino con hechos, se logrará el éxito. La clave
de la eficacia es la fijación de responsabilidades a cada nivel jerárquico.
Las metas no pueden ser estáticas. Nuestro sistema debe estar inmerso en un proceso de innovación y
continua mejora, ante la dinámica del mercado y de los procesos y la aparición de nuevos riesgos.
3.La seguridad, como la calidad, se basa fundamentalmente en la actuación preventiva y no en la acción reparadora.
Es prioritario actuar antes de que los fallos acontezcan, en lugar de controlar sus resultados, aunque también
estos han de ser considerados. La eficacia debe medirse fundamentalmente por las actuaciones.
4. La calidad, como la seguridad, ha de aplicarse en todas las fases del ciclo de vida de los productos y en todas las
etapas de los procesos productivos.
Es necesario prevenir fallos tanto en las condiciones normales como anormales que puedan acontecer. El
diseño, el montaje, el funcionamiento, el mantenimiento, la modificación de productos e instalaciones han
de ser contemplados bajo estas dos perspectivas.
Sólo seremos eficaces si somos capaces de medir y evaluar la situación en la que estamos y cómo
evolucionamos. En ambas áreas las técnicas de evaluación son similares, e incluso algunas idénticas.
La aplicación de auditorias periódicas para medir nuestra gestión en ambas áreas contribuirá decisivamente
a la eficacia de nuestro programa.
Es importante también la evaluación de los costes económicos. Las carencias, tanto en calidad como en
seguridad, representan costes considerables , que generalmente son desconocidos por estar ocultos (no
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explicitados) dentro de la contabilidad de la empresa. Costes ocultos derivados de los accidentes e
incidentes de trabajo a controlar con una eficaz política preventiva son, por ejemplo:
• Interferencias en la producción.
• Conflictos laborales.
Sólo con formación se logran aptitudes y actitudes que garanticen comportamientos seguros y aceptables
para el sistema.
Ante tales coincidencias cabe preguntarse: ¿Por dónde empezar?, ¿Cuál de los dos ámbitos es prioritario?
La respuesta es bien simple: la calidad y la seguridad vienen a ser dos caras de la misma moneda. Un
planteamiento correcto en cualquiera de estos campos repercutirá ineludiblemente de forma favorable en el
otro.
La experiencia demuestra que una actuación decidida en la mejora de las condiciones de trabajo, con la
participación y compromiso de los trabajadores, allanará el camino hacia la calidad, creando el clima de
confianza mutua que ofrece toda inversión en lo humano y evidenciando ante los trabajadores que la calidad
y la productividad no se pretenden a su costa sino contando con ellos.
El logro de la competitividad, objetivo clave para la supervivencia de las empresas en una economía abierta
como la que caracteriza a la Unión Europea, pasa por entender que, junto a la calidad de la organización
productiva con tecnologías adecuadas, debe ponerse especial énfasis en la atención de los recursos
humanos y de las condiciones de trabajo. Sólo con unas buenas condiciones de trabajo se dignifica al ser
humano y se posibilita la aportación personal de creatividad que requiere actualmente la supervivencia
empresarial.
Las condiciones de trabajo deben de ser tales que no supongan una amenaza para la salud y para la integridad
física de los trabajadores.
Los trabajadores tendrán derecho a participar, en los términos previstos en el capítulo V de la Ley de Prevención
(España)de Riesgos Laborales, en el diseño, la adopción y el cumplimiento de medidas preventivas. Esto incluye la
consulta acerca de la evaluación de los riesgos, la planificación y la organización de la actividad preventiva y el
acceso a la documentación correspondiente.
También, en el artículo 2 del Reglamento de los Servicios de Prevención se establece que la acción de la empresa
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supondrá:
1. Implantar un plan de prevención de riesgos que incluya la estructura organizativa, la definición de funciones, las
prácticas, los procedimientos, los procesos y los recursos necesarios para llevar a cabo dicha acción.
2. Conocer las condiciones de cada puesto de trabajo para evitar los riesgos y evaluar los inevitables.
La política en materia de prevención tendrá por objeto la promoción de la mejora de las condiciones de trabajo
dirigida a elevar el nivel de protección de la seguridad y salud de los trabajadores en el trabajo.
Dicha política se llevará a cabo por medio de las normas reglamentarias y de las actuaciones administrativas que
correspondan.
Los principios en los que se debe asentar una adecuada política de prevención quedan resumidos a continuación:
• Universalidad
• Primacía de la prevención
• Mejora progresiva
• Información
• Formación
• Vigilancia de la salud
• Coordinación y cooperación
Esta política parte de la premisa de que el empresario es el primer responsable de la seguridad y salud de los
trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo, por lo que está obligado a todo un
conjunto de acciones en la empresa que lo garantice, las cuales serán esencialmente preventivas, debiendo
integrarse en todos sus aspectos productivos y organizativos interesando a todos los niveles jerárquicos.
Los trabajadores deben tener un buen nivel de protección que ha de ser igual para todos. Para ello habrá de tenerse
en cuenta los riesgos especiales o particulares que determinados trabajadores sufran en razón de su estado
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biológico o por ciertas características temporales o permanentes, debiendo tomarse las medidas complementarias
necesarias.
Finalmente, los trabajadores deben cumplir con sus obligaciones de seguridad y salud para consigo mismo y con
sus compañeros de acuerdo con las instrucciones recibidas por parte del empresario.
• Planificar la prevención
Por otra parte se dispone del denominado Decálogo de la Prevención o principios básicos o genéricos de la
acción preventiva, que comprende:
• La meta que debe plantearse toda empresa en la prevención de riesgos laborales es la aproximación a la
consecución de "O accidentes”.
• Los trabajadores son los verdaderos actores de la misma. El trabajador es quien trabaja con seguridad o
con inseguridades; el trabajador es quien tiene la obligación de llevar a la práctica las instrucciones del
empresario y cumplir las normas de seguridad; el trabajador es el receptor de los riesgos y quien sufre los
daños. La prevención es, por ello, condición de empleo. Los trabajadores no deben ser considerados como
agentes de producción aislados, sino que el trabajo en equipo será requisito indispensable y motivo de
emulación entre unos y otros.
• En todo programa de prevención no pueden faltar las instrucciones, los adiestramientos y los cursos de
formación.
La formación e información podría considerarse suficiente para abordar riesgos particulares; sin embargo,
la prevención para ser eficaz necesita de un enfoque integral y global en el que se sumen las acciones de
muchos para obtener un resultado superior al equivalente a su simple suma matemática; esto sólo se
consigue a través de la participación y consulta de los trabajadores y sus representantes en el sistema
diseñado y asumido por la dirección.
La aplicación de los principios de la ergonomía a la prevención cada día es más una realidad, puesto que
un enfoque global y pluridisciplinar de las condiciones de trabajo no puede ser ajeno a la mejora de la
productividad y competitividad. De esta forma se asciende al último peldaño de la prevención que consiste
en el bienestar y calidad de vida laboral.
• El control de los riesgos es "un buen negocio", porque las pérdidas económicas en lesiones y daños
materiales son muy superiores al coste de las medidas de seguridad y de salud, cuya aplicación las hubiera
evitado. Las agresiones contra los trabajadores por falta de seguridad además de ser un problema
económico es más un problema humano.
• Las cuestiones de seguridad han de ser integradas en las actividades productivas. La integración de la
seguridad en los procesos productivos se inicia en el diseño o proyecto y se consuma en las fases de
construcción, instalación y explotación.
• Toda acción peligrosa y práctica insegura ha de ser inspeccionada y corregida. Todo accidente debe ser
investigado para averiguar las causas desencadenantes del mismo.
Esta investigación se efectuará a través de técnicas sencillas y comprensibles que sean capaces de
representar el accidente "a posteriori" y cuyo fin último ha de ser, en todo caso, el detectar las causas
inmediatas y básicas o los antecedentes que lo han provocado.
• La gerencia debe plantearse la asunción y diseño de un programa de prevención. Este programa constará
de normas de seguridad y prácticas operativas o procedimientos de actuación. Las normas técnicas de
prevención deben ser claras, transparentes y de obligado cumplimiento.
• La prevención no es estática, es dinámica en cuanto debe adaptarse a las características de los procesos
productivos.
Detectados e identificados los riesgos, la dirección de la empresa tiene la obligación de informar sobre ellos
a los trabajadores quienes deben aceptar el adiestramiento necesario en el desarrollo seguro de sus
actividades.
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CAPÍTULO 5: ORGANIZACIÓN DE LA PREVENCIÓN
5.1. INTEGRACIÓN DE LA PREVENCIÓN
La gestión de la prevención de riesgos laborales debe estar integrada en la propia gestión de la empresa. Se debe
partir de una política de prevención de riesgos en la empresa, que es conveniente que se exprese mediante una
declaración de principios que incluya los criterios que deben inspirar su actividad preventiva. Para lograr su máxima
eficacia debe influir en todas las decisiones y actividades de la empresa, y, en particular, estar estrechamente unida
a otras afines: medio ambiente exterior, seguridad patrimonial, seguridad industrial, etc.
Según la Ley de Prevención (España)(España)de Riesgos Laborales, el empresario deberá realizar la prevención
mediante la adopción de cuantas medidas sean necesarias.
El empresario planificará estas medidas de acuerdo con los resultados de la evaluación inicial de los riesgos
existentes, debiendo destinar para ellos los medios humanos y materiales necesarios.
Conviene distinguir entre la actividad de la empresa en sí, que tiene asumidos los principios de prevención y, por
extensión, la política preventiva de la empresa (por ejemplo, el departamento de contratas y compras, que deberá
tener en cuenta lo que más conviene a los objetivos de la empresa incluidos los de prevención, las unidades de
producción que seguirán unas instrucciones o normativa interna en materia de prevención, etc.)y la actividad
preventiva especializada de la empresa, en cuanto a la evaluación de riesgos, el control de las medidas adoptadas,
el asesoramiento en materia preventiva al resto de las unidades, etc.
El Reglamento de los Servicios de Prevención parte del reconocimiento de la diversidad de situaciones, dado el
ámbito de aplicación universal de la Ley de Prevención. Concede mayor importancia a la actividad preventiva que a
los medios para realizarla, permitiendo que la acción preventiva pueda estructurarse a través de diversas
alternativas: uno o más trabajadores con funciones preventivas, constitución de un Servicio de Prevención Propio o
recurriendo a un Servicio de Prevención Ajeno.
La organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas se realizará por el
empresario con arreglo a alguna de las modalidades siguientes:
b) Que las actividades desarrolladas en la empresa no estén incluidas en el anexo 1 del Reglamento de
los Servicios de Prevención.
d) Que tenga la capacidad correspondiente a las funciones preventivas que va a desarrollar, de acuerdo
con lo establecido en el capítulo VI del Reglamento de los Servicios de Prevención.
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La vigilancia de la salud de los trabajadores, así como aquellas otras actividades preventivas no asumidas
personalmente por el empresario, deberán cubrirse mediante el recurso a alguna de las restantes modalidades de
organización preventiva.
Las actividades preventivas para cuya realización no resulte suficiente la designación de uno o varios trabajadores
deberán ser desarrolladas a través de uno o más servicios de prevención propios o ajenos.
El empresario deberá constituir un servicio de prevención propio cuando concurra alguno de los siguientes
supuestos:
b) Que tratándose de empresas de entre 250 y 500 trabajadores desarrollen alguna de las actividades incluidas en
el anexo 1 Del Reglamento de los Servicios de Prevención.
c) Que tratándose de empresas no incluidas en los apartados anteriores así lo decida la autoridad laboral previo
informe de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y en su caso de los órganos técnicos en materia preventiva
de las Comunidades Autónomas en función de la peligrosidad de la actividad desarrollada o de la frecuencia o
gravedad de la siniestralidad en la empresa salvo que se opte por el concierto con una entidad especializada ajena
a la empresa.
Teniendo en cuenta las circunstancias existentes la resolución de la autoridad laboral fijará un plazo no superior a
un año para que en el caso de que se optase por un servicio de prevención propio la empresa lo constituya en dicho
plazo. Hasta la fecha señalada en la resolución las actividades preventivas en la empresa deberán ser concertadas
con una entidad especializada ajena a la empresa, salvo de aquellas que vayan siendo asumidas progresivamente
por la empresa mediante la designación de trabajadores hasta su plena integración en el servicio de prevención que
se constituya.
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El Servicio de Prevención Propio constituirá una unidad organizativa específica y sus integrantes se dedicarán
exclusivamente a la prevención.
Deberán contar con las instalaciones y los medios humanos y materiales necesarios para la realización de las
actividades preventivas, el Servicio de Prevención habrá de contar como mínimo, con dos de las especialidades
previstas, es decir, dos entre Seguridad Industrial, Higiene Industrial, Medicina del Trabajo o Ergonomía y
Psicosociología del Trabajo.
Las actividades preventivas que no sean asumidas por el servicio de Prevención Propio deberán ser concertadas
con uno o más Servicios de Prevención Ajenos.
Las actividades de los integrantes del Servicio de Prevención se coordinarán con arreglo a protocolos u otros medios
existentes que establezcan los objetivos, los procedimientos y las competencias en cada caso.
La empresa deberá elaborar anualmente y mantener a disposición de las autoridades laborales y sanitarias
competentes, la memoria y programación anual del Servicio de Prevención.
El empresario deberá recurrir a uno o varios servicios de prevención ajenos que colaborarán entre sí cuando sea
necesario, cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
• Que la designación de uno o varios trabajadores sea insuficiente para la realización de la actividad de
preventiva.
• Que no concurran las circunstancias que determinan la obligación de constituir un Servicio de Prevención
Propio.
• Que determinada por la Autoridad Laboral la obligatoriedad de contar con Servicio de Prevención, la
empresa haya optado por el recurso a un Servicio de Prevención Ajeno.
• Que el empresario en empresas de menos de seis trabajadores haya asumido sólo parcialmente la
realización de las actividades preventivas, recurriendo las restantes a entidades especializadas ajenas.
Los representantes de los trabajadores deberán ser consultados por el empresario con carácter previo a la adopción
de la decisión de concertar la actividad preventiva con uno o varios servicios de prevención ajenos.
Podrán actuar como Servicios de Prevención las entidades especializadas que reúnan los siguientes requisitos:
➢ No mantener con las empresas concertadas vinculaciones comerciales, financieras o de cualquier otro tipo,
distintas a las propias de su actuación como servicio de prevención.
Se entiende por Servicio de Prevención Mancomunado aquél que desarrolla las actividades preventivas para
diversas empresas.
• Cuando varias empresas desarrollan simultáneamente actividades en un mismo centro de trabajo, edificio
o centro comercial, siempre que se garantice la operatividad y eficacia equivalente a un Servicio de
Prevención Propio.
• Entre aquellas empresas pertenecientes a un mismo sector productivo o grupo empresarial o que
desarrollen sus actividades en un polígono industrial o área geográfica limitada, cuando así se acuerde por
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negociación colectiva o acuerdos de las organizaciones de empresarios y trabajadores a las que se refiere
el artículo 83, apartado 3, del Estatuto de los Trabajadores o, en su defecto, por decisión de las empresas
afectadas.
Los Servicios de Prevención Mancomunados deben considerarse a todos los efectos como servicios de prevención
propios de las empresas que lo hayan constituido, tengan o no personalidad jurídica diferenciada.
Son designados por y entre los representantes del personal en el ámbito de los órganos de representación y
previstos en el Estatuto de los Trabajadores, la Ley Orgánica de Libertad Sindical y la Ley de Órganos de
Representación del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas de acuerdo con la siguiente escala.
• Consulta: Con carácter previo a su ejecución, deberán ser consultados por el empresario sobre las
cuestiones que anteriormente hemos señalado.
En aquellas empresas que por el número de trabajadores no cuenten con Comité y Salud, las competencias
atribuidas a éste serán asumidas por los Delegados de Prevención.
• Acompañar a los técnicos en las evaluaciones de carácter preventivo del medio ambiente, así como a los
Inspectores de Trabajo y Seguridad Social en las visitas y verificaciones que realicen a los centros de trabajo
para comprobar el cumplimiento de la normativa sobre prevención de riesgos laborales pudiendo formular
ante ellos las observaciones que estimen oportunas.
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• Acceso a la información y documentación relativa a las condiciones de trabajo que sean necesarias para el
ejercicio de sus funciones.
• Ser informado por el empresario de los daños producidos en la Salud de los trabajadores, pudiendo
presentarse en el lugar de los hechos aún fuera de su jornada laboral.
• Recibir del empresario las informaciones obtenidas por éste procedentes de las personas u órganos
encargados de las actividades de protección y prevención, así como de los organismos competentes para
la seguridad y la salud de los trabajadores.
• Realizar visitas a los lugares de trabajo para ejercer su labor de vigilancia y control del estado de las
condiciones de trabajo, pudiendo acceder a cualquier zona y comunicarse durante la jornada con los
trabajadores sin alterar el proceso productivo.
• Recabar del empresario la adopción de medidas de carácter preventivo y para la mejora de los niveles de
protección de la seguridad y salud de los trabajadores, así como al Comité de Seguridad y Salud para su
discusión en el mismo.
Los informes emitidos por los Delegados de Prevención como respuesta al deber de consulta
del empresario deberá realizarse en un plazo de 15 días o en el tiempo imprescindible si se trata de prevenir riesgos
inminentes. Debiendo el empresario, en caso de decisión negativa, motivarla.
c . Garantías
• A los Delegados de Prevención les será de aplicación lo previsto en el Estatuto de Trabajadores en materia
de garantías.
• El tiempo utilizado por los Delegados de Prevención para el desempeño de sus funciones será considerado
como de ejercicio de funciones de representación.
d . Formación
• El empresario deberá proporcionar a los Delegados de Prevención los medios y la formación necesaria en
materia preventiva para el ejercicio de sus funciones.
• La formación deberá adaptarse a la evolución de los riesgos repitiéndose periódicamente si fuese necesario
y el tiempo dedicado a la misma deberá ser considerado como de trabajo.
e . Sigilo profesional
a. Los Delegados de Prevención deberán guardar sigilo profesional respecto a las informaciones a que
tuviesen acceso como consecuencia del ejercicio de sus funciones.
a . Obligatoriedad y composición
• Debe constituirse en todas las empresas o centros de trabajo que cuenten con 50 o más trabajadores.
• Está formado de una parte por el empresario y/o sus representantes y de otra, en igual número por los
Delegados de Prevención.
b . Funcionamiento
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• Deberá reunirse trimestralmente o siempre que lo solicite alguna de las representaciones del Comité.
• Podrán participar en las reuniones con voz pero sin voto los Delegados Sindicales, los técnicos de
prevención de la empresa que no estén en el Comité, los trabajadores de la empresa que cuenten con una
especial cualificación o información sobre cuestiones concretas a debatir y los técnicos de prevención ajenos
a la empresa si lo solicita alguna de las representaciones del Comité..
c . Competencias
o Planificación
• Promover iniciativas sobre métodos y procedimientos para la efectiva prevención de los riesgos proponiendo
a la empresa la mejora de las condiciones de trabajo o la corrección de las deficiencias detectadas.
d . Facultades
• Conocer directamente la situación relativa a la prevención de riesgos laborales, realizando a tal efecto las
visitas que considere oportunas,
• Conocer cuantos documentos e informes relativos a las condiciones de trabajo les sean necesarios para el
cumplimiento de sus funciones, así como los procedentes del Servicio de Prevención.
• Conocer y analizar los daños producidos en la salud e integridad física de los trabajadores, con el fin de
valorar sus causas y proponer las medidas preventivas oportunas.
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