Hoy en día en las iglesias existen personas con dos tipos de vidas - si así se pudiera decir - una
parte de ellas es la parte religiosa, todo lo que tiene que ver con el culto, la oración, los cantos,
las creencias; por otra parte están los valores, lo que pensamos, cómo nos relacionamos o
cómo vivimos un estilo de vida, y aunque es cierto que en la iglesia tenemos un lugar donde
nos sentimos cuidados, alimentados y recibimos cantidad de beneficios hacia nuestro ser,
también es cierto que hoy en día la liviandad nos ha llevado a dejar de apreciar conceptos
como consagración, entrega, avivamiento.
El ambiente de hoy en día no favorece al crecimiento espiritual de nuevos buenos creyentes; se
está convirtiendo en cristianismo débil, nada parecido a los creyentes del Nuevo Testamento.
Dedicamos recursos para tratar que funcionen nuevas estrategias, y si alguno esta en contra, lo
hacemos a un lado. Muchos desean vivir una vida genuina pero realmente lo que creen tiene
poco impacto en su vida. Por eso es tan importante dejar de tener dos vidas y dejarnos
transformar por el poder de Dios.
Los creyentes en estos días son pocos por no decir nada parecidos a los creyentes del libro de
los hechos. anteriormente se veía el esfuerzo, el sacrificio, se predicaba el evangelio a pesar de
ser expuestos a muerte. Hoy se prefiere el cristianismo del menor esfuerzo, y si alguien decide
cambiar y ser un cristiano dedicado, lo tildamos de fanático religioso.
Nuestro compromiso debe ser seguir a Jesús, a pesar de las circunstancias, ceder nuestros
derechos para satisfacer sus demandas. obedecer y adquirir el compromiso de extender el
evangelio a todo el mundo.
Se ha hecho creer que el Espíritu Santo es un algo del que podemos tomar. El Espíritu Santo es
una persona a quien debemos dar. No le hemos dado la importancia debida al Espíritu Santo,
Él no es el tercero de la lista. La pregunta es ¿Por qué si el Espíritu Santo está en medio de los
creyentes sigue habiendo debilidad espiritual? ¿por qué anteriormente la iglesia primitiva tenía
el poder y nosotros tenemos tan poco? ¿cómo es posible que antes se echaran fuera demonios
y estos se sujetaban y hoy en día, salgamos corriendo cuando hablamos de ellos? ¿por qué un
pecador recibe más de satanás que de lo que un creyente puede declarar?
La respuesta es que hay muchos creyentes que ignoran la persona más poderosa, el Espíritu
Santo. "Pero recibireis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo", Él sabe qué
se necesita para romper el yugo, ese algo se llama unción, y esta unción viene acompañada del
denuedo, de la autoridad, de todo lo que podremos obtener al aceptar la bendición de haber
recibido al consolador en nuestras vidas.
Como vemos, el Espíritu Santo hace parte escencial, no solo de un culto religioso o dogma,
sino más bien de un ambiente espiritual real, uno que hoy por hoy quieren hacernos ver
comoilusorio y hasta inventado. El ambiente espiritual al que Dios nos quiere llevar tiene que
ver con lo que vemos en las lecturas, una demanda especifica de obediencia y sujeción, un
reconocimiento sin reservas de la persona del Espíritu Santo, un rendirse total ante la voluntad
suprema que conoce hacia donde nos lleva, y tiene un plan perfecto de amor hacia nosotros.
Vemos que no podemos, ni por equivocación, hacer a un lado el llamado de su presencia a
estar no solo en medio nuestro, sino en nosotros, démosle el lugar que se merece,
Obedezcamos sin reservas y aceptemos la oferta de ser sus siervos, pero más que siervos, hijos.
