CAPITULO OCHO
NUESTRO PROPÓSITO:
Esperar en Dios con esperanza
“Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios
fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.”
ISAÍAS 64:4
Si nuestra espera comienza acallando las actividades de la vida diaria, y
quedándonos quietos delante de Dios; si nos inclinamos y buscamos ver a
Dios en su actividad universal y todopoderosa; si nos rendimos a Él con la
certeza de que Él está obrando y obrará en nosotros; si nos mantenemos
en humildad y quietud, y nos entregamos hasta que el Espíritu de Dios
haya despertado en nosotros la confianza de que Él perfeccionará su obra
nuestra espera en realidad será, la fortaleza y gozo del alma.
ANDREW MURRAY,
THE BELIEVER’S SECRET OF WAITING ON GOD
E n nuestra sociedad de “microondas”, carreras, comida rápida, esperar parece ser algo
anticuado y una pérdida de tiempo. El diccionario nos da algunas definiciones
interesantes para la palabra “esperar” (“to wait”, según el idioma inglés). Su origen
viene de la palabra en inglés antiguo vigilar, (to watch) que de acuerdo al diccionario Webster’s
tiene los siguientes significados: quedarse en un lugar esperando algo; esperar con expectación; estar
listo y disponible; quedarse abandonado de forma temporal o sin realización. Esperando en Dios y
esperando en Él son principios bíblicos fuertes y muy importantes en la compresión de cómo debo
vivir mi vida de acuerdo a los caminos de Dios. Si yo deseo que su propósito se cumpla en mi vida,
entonces voy a aprender la disciplina de esperar en Dios y a experimentar el gozo que sólo trae la
esperanza.
Nuestro propósito: Aprender a esperar en Dios
1. El salmista testifica de la bendición de esperar en Dios. Lee estos pasajes y escribe (1) el beneficio de
esperar (2) cuando se aplique, qué era lo que el salmista esperaba que Dios hiciera.
Salmos 25:3-5
Salmos 33:16-22
Salmos 40:1-3
Salmos 62:5-8
2. Pablo exhorta a las iglesias del Nuevo Testamento a esperar. ¿A qué nos animan estos versículos?
Romanos 8:18-25
Filipenses 3:12-21
3. ¿Cómo explicarías “esperar en Dios” a un amigo?
Esperar en Dios es referirnos completamente y sin reservas a
sus direcciones y disposiciones sabias y santas, y con alegría
conformarnos a ellas, y cumplir con ellas. El siervo que espera
a su señor, no busca su propio camino, sino que sigue a su
maestro paso a paso.
De este modo tenemos que esperar en Dios, como aquellos que
no tienen voluntad propia sino aquella que es resuelta por
completo en Él, y por lo tanto tenemos que estudiar para
acomodarnos nosotros a la suya.
MATTHEW HENRY
4. Abraham y Sara esperaron muchos años por su heredero prometido. Su historia es un ejemplo de las
bendiciones de esperar y las consecuencias de ir más aprisa que Dios.
Lee los siguientes versículos y escribe tus observaciones.
a. ¿Cuál fue la promesa de Dios y la respuesta de Abraham? (Génesis 15:1-6)
b. ¿Cuál fue el plan de Sara? ¿Cuáles fueron las repercusiones a corto plazo de su decisión?
(Génesis 16:1-6)
c. ¿Cuál fue la promesa renovada de Dios? (Génesis 17:1-8, 15-21)
5. Colócate en el lugar de Sara y describe qué piensas que ella pudo haber aprendido sobre esperar en
Dios.
“Tendrás descendientes sin número como son las estrellas en el cielo,
dijo Dios.” Ninguna promesa pudo haber hecho a Abraham más feliz. A
la edad de setenta y cinco años él aún esperaba una tienda llena de
niños jugando. A los ochenta y cinco él elaboró un plan alternativo con
una sierva. A los noventa y nueve la promesa parecía simplemente
ridícula, y cuando Dios se presentó para confirmarla, Abraham se le rió
en la cara. ¿Padre a los noventa y nueve? ¿Sara en ropa de maternidad
a los noventa? Ambos no pudieron evitar reírse de sólo pensarlo.
Una risa de ridiculez y también de dolor.
Dios había puesto un sueño brillante de fertilidad delante de una pareja
estéril y luego se sentó a observar mientras ellos avanzaban
tambaleantes hacia una avanzada edad.
¿Qué clase de juego estaba Él jugando?
¿Qué era lo que Él quería?
Dios deseaba fe, la Biblia lo dice, y esa es la lección que finalmente
aprendió Abraham.
Él aprendió a creer cuando no quedaba ya ninguna razón para creer.
PHILIP YANCEY
Nuestro Propósito: Esperar en Dios
6. Esperar y tener esperanza tienen una relación cercana. En las Escrituras, “la esperanza” y “esperar”
se usan a menudo intercambiablemente. Esperar parece ser una medida de nuestra esperanza.
Jeremías describe hermosamente su viaje de esperanza y su comprensión de lo que significa esperar.
Lee sus pensamientos en Lamentaciones 3:1-26 y registra tus observaciones.
a. Describe la desesperanza de Jeremías (mira especialmente el versículo 18)
b. ¿Cuáles eran sus bases para la esperanza?
c. ¿Por qué piensas que Jeremías estaba dispuesto a esperar en Dios?
A medida que los creyentes sufren, ellos desarrollan firmeza; esa
cualidad profundiza su carácter; y un carácter profundizado y probado
resulta en esperanza (i.e., confianza) que Dios les ayudará hasta el final.
7. Lee la declaración de Pablo en Romanos 5:1-5 y describe el proceso que lleva a la esperanza.
8. ¿Por qué piensas que este proceso nos guía a la esperanza?
Tener esperanza no es soñar.
No es dar vuelta en una ilusión de fantasía para protegernos de nuestro
aburrimiento o nuestro dolor. Significa una confiada y atenta
expectación de que Dios hará.
Es la imaginación puesta en función de la fe. Es la disposición de dejar
que Él lo haga a su manera y en su tiempo.
Es lo opuesto de hacer planes que demandamos para que Dios los ponga
en acción, diciéndole a Él cómo y cuándo hacerlo. Eso no es tener
esperanza en Dios sino mandarlo.
“Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en su Palabra tengo mi
esperanza. Mi alma espera al Señor más que los centinelas a la mañana;
sí, más que los centinelas a la mañana.” (Salmos 130:5-6)
EUGENE H. PETERSON
REFLEXIONES DE LA AUTORA
Muchos años atrás nuestra familia hizo un gran cambio. Mi esposo Jack vendió su negocio
de veterinaria y nos mudamos a otra ciudad para recibir entrenamiento con Los Navegantes.
Durante años yo había estado dirigiendo estudios bíblicos y ahora que nos habíamos mudado
para aprender a trabajar en el ministerio a tiempo completo, ¡pensé que quizás estaría dirigiendo
varios estudios! A medida que pasó el tiempo, comencé a darme cuenta de que Dios estaba
poniendo en mi corazón no hacer nada en cuanto al ministerio. ¡Yo no podía comprender! He
aquí habíamos dejado todo lo que conocíamos durante diez años y ahora que estábamos en
posición de ministrar, yo debía esperar.
¡No, Señor, tu no comprendes, ahora se supone que yo enseñe y me reúna con mujeres!
Sin embargo en forma clara y firme Dios comenzó a enseñarme que significa esperar en Él. Como
Murray dice: Dios deseaba que yo “mantuviera el lugar de humildad, quietud y entrega”. ¿De que otra forma
Dios podría animarme y enseñarme a depender totalmente de su dirección, sus caminos, su tiempo? ¿De qué
otra forma podría yo realmente aprender que mi esperanza estaba en Él, y no en mis habilidades?
Cuando los israelitas estaban en el desierto, Dios los guio con una nube de día y una columna de fuego de
noche. Los israelitas no se movieron hasta que la nube se movió, ellos esperaban en Dios para ser guiados.
Esta espera es tan esencial para la comprensión del propósito de Dios para nosotros. Es la espera que
podemos percibir la dirección de Dios a hacer algo o tan sólo a seguir esperando. Me gusta lo que Oswald
Chambers dice: “La realidad de la presencia de Dios no depende de ningún lugar, sino tan sólo de la
determinación de poner al Señor siempre antes que nosotros… Si nuestras decisiones basadas en el sentido
común no son órdenes suyas, Él presionará a través de ellas y revisará. Entonces nosotros debemos
permanecer quietos y esperar en su presencia por sus direcciones. Solamente estando quietos delante de Él,
podemos sentir su presencia y dirección, solamente poniendo nuestra esperanza en Él podemos esperar
expectantes.
Mi propósito (para meditación y oración)
9. Durante los próximos días piensa acerca de cómo esperas delante de Dios y cuán firme está tu
esperanza en Él. Para ayudar a tu meditación y aplicación, considera cuidadosamente el versículo
dado a continuación.
“pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las
águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:31
Usa las siguientes preguntas para guiar tu meditación:
10. ¿Qué cambios puedo hacer en mi vida que me animarían a esperar en el Señor?
11. ¿Cómo esperar y tener esperanza en el Señor me da nuevas fuerzas?
Escritura sugerida para memorizar
“pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las
águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40:31)