Razonamiento Condicional y Errores
Razonamiento Condicional y Errores
1. INTRODUCCIÓN
El razonamiento condicional se centra en las relaciones contingentes reales o hipotéticas que vie-
nen enunciadas por medio de los operadores lógicos, “Si, entonces” (implicación material) y “Si y
solo sí, entonces” (implicación inmaterial). Esta formulación presenta algunas dificultades cuando
se interpreta desde el modelo normativo lógico. Esta formulación tan sencilla y habitual en el
lenguaje cotidiano presenta algunas dificultades cuando se interpreta desde el modelo normativo
lógico. Pongamos un ejemplo:
Cabría esperar lógicamente que la próxima vez que nos diga que Pepa va a cenar a casa de sus
padres pensemos que esa noche se queda a dormir Modus Ponens.
Pero si dice que pepa durmió anoche en casa de sus padres… ¿podríamos inferir que anoche
también cenó con sus padres? Si se infiere de esta manera, se cometería un error: la afirmación
del consecuente.
Si nos hubiera dicho: Pepa ayer no cenó con sus padres y hubiéramos inferido que entonces no
durmió en casa de sus padres, cometeríamos el error de la negación del antecedente.
Si sabemos que no se ha quedado a dormir podemos inferir lógicamente que no ha cenado con
Ellos Modus Tollens.
Pero si el comentario hubiera sido:
“Si y solo si Pepa va a cenar a casa de sus padres, entonces se queda a dormir”
La estructura lógica de un argumento condicional está constituida por dos premisas y una
conclusión. La mayor contiene un enunciado que une el antecedente con el consecuente por
medio de los operadores “si, entonces”. La convención habitual es designar al antecedente con la
letra p y al
consecuente con
la q. En la premisa
menor se puede
afirmar o negar el
antecedente o el
consecuente para
luego obtener una
conclusión.
Una conclusión es deductivamente válida si se sigue necesariamente de unas premisas que se asumen
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que son verdaderas o una conclusión es válida sólo si es imposible que su conclusión sea falsa siendo sus
premisas verdaderas. Veamos a continuación los cuatro tipos de inferencias y sus conclusiones con el ejemplo
de Pepa.
El modus ponens es la inferencia válida más fácil, frecuente y natural. Si asumimos que anteceden-
te y consecuente son verdaderos, cabe deducir que cuando se cumple p, entonces también se
cumple q. En este caso, que ocurra el antecedente es suficiente para que ocurra el consecuente.
Por tanto si Pepa va a cenar a casa de sus padres podemos deducir que se queda a dormir.
El modus tollens es, la inferencia válida más difícil. Se suele responder indicando que no hay
conclusión. No se suele pensar que el consecuente es necesario para que ocurra el antecedente,
porque es difícil creer que el que no ocurra el consecuente implique que no ocurra el
antecedente. Otra forma “rara” de expresar la relación necesaria sería: “Pepa va a cenar a casa de
sus padres, solo si se queda a dormir”. Por tanto, si Pepa no duerme en casa de sus padres, no
ha ido a cenar a casa de sus padres.
Los dos errores habituales en la implicación material son concluir que no se cumple el consecuente
porque no se ha cumplido el antecedente (falacia de la negación del antecedente) y que se
cumple el antecedente porque se cumple el consecuente (falacia de afirmación del consecuente).
El antecedente es suficiente para que ocurra el consecuente pero no es necesario y tendríamos
que haber dicho “solo si Pepa va a cenar a casa de sus padres, entonces se queda a dormir”.
Cuando el antecedente es suficiente, su negación no implica que el consecuente no pueda ocurrir
con otros antecedentes. Por lo tanto, que pepa no cene en casa de sus padres no implica que no
se quede a dormir.
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El consecuente es necesario para que ocurra el antecedente, y con ello el que si no ocurre
consecuente, no pueda darse antecedente, pero si ocurre no implica que se haya dado el
antecedente. Cuando decimos “Si Pepa v a cenar a casa de sus padres, entonces se queda a
dormir. Por tanto, que Pepa duerma en casa de sus padres no implica que haya ido a cenar.
Si se hubiera expresado con el bicondicional “si y solo si Pepa va a cenar a casa de sus padres,
entonces se queda a dormir” (equivalencia material), las cuatro inferencias anteriores hubieran
sido válidas. El bicondicional es expresión poco habitual e incómoda por lo que la falacia de la
afirmación del consecuente y la negación del antecedente puede deberse a que las personas
interpreten la implicación material como la equivalencia material. Por ello, se sostiene que las
convenciones lingüísticas introducen ambigüedad en la interpretación del condicional que
ocasiona la confusión entre la implicación y la equivalencia material.
Aún así, las inferencias lógicamente válidas presentan un índice de dificultad. En un meta-análisis
de 65 estudios con 700 sujetos, se obtuvo que cerca del 97% evaluaban como válidas inferencias
modus ponens (más fácil), 74% las inf.modus tollens, 64% la falacia de afirmar el consecuente y el
56% la falacia de negar el antecedente (más difícil). Además, este intercambio entre condicional y
bicondicional no ocurre con cualquier formulación “si p, entonces q”, sino que depende de
diferentes funciones semánticas del condicional (implicación indicativa, causalidad, advertencia,
permiso,...)
Las investigaciones del condicional se han centrado en tres tipos de tareas experimentales que
reúnen los estudios sobre los cuatro tipos de inferencias básicas del condicional y las tablas de
verdad por una parte y por otro los numerosos trabajos sobre la tarea de selección de Wason.
La tarea experimental que se plantea habitualmente para el estudio de razonamiento condicional
se ajusta a la estructura normativa. Se presentan premisas y la tarea del sujeto puede consistir en
evaluar si la conclusión es válida o no, en seleccionar la conclusión válida entre un conjunto de
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alternativas o en generar su propia conclusión. Los estudios sobre las tablas de verdad se diseñan
de acuerdo con el modelo normativo pues presenta enunciado condicional, y se pide al sujeto
que evalúe las distintas combinaciones de los valores de verdad de las proposiciones, premisas y
conclusiones o que genere él mismo estas combinaciones. En tareas de selección se presenta una
regla y cuatro tarjetas, que se corresponden cada una con la afirmación o negación del
antecedente y del consecuente. La tarea consiste en seleccionar las tarjetas necesarias para
comprobar si la regla es verdadera o falsa.
Los modelos de reglas mentales parten del supuesto de que los sujetos tienen reglas de inferencias
semejantes a las reglas lógicas y que estas reglas se aplican sobre una representación
proposicional de los argumentos condicionales con el fin de obtener o probar la conclusión. No
abarcan todo el conjunto de reglas lógicas, solo las básicas y las que se utilizan de forma
natural y sin esfuerzo, como en el modus ponens. Bajo este supuesto, cualquier modelo de reglas
mentales tiene que explicar cómo se codifica el contenido del argumento y su estructura sintáctica
correspondiente, cuáles son als reglas de deducción y cuál es el procedimiento para la selección y
aplicación de estas reglas.
Se parte del supuesto general de que los problemas de razonamiento serán más difíciles en
función del número de pasos comprendidos en el procedimiento de prueba y de las propias
limitaciones de los recursos de procesamiento de la información. Vamos a ver dos de los modelos
más conocidos de reglas mentales muy cercanos a la descripción y explicación del razonamiento
deductivo.
Esta propuesta fue ampliada y revisada en varios trabajos posteriores. En una de las últimas, la
explicación del razonamiento condicional se basa en tres componentes:
1. Entrada léxica, la cual codifica la entrada de la información lingüística del término “si” en
esquemas de inferencia independientes del contexto. Solo se interpreta su significado.
2. Componente: programa de razonamiento: con pasos a seguir desde la información
interpretada hasta la conclusión.
3. Procesos de comprensión pragmática: que junto a la entrada léxica, interpretan el
condicional según sea el contexto en que ocurra.
Los esquemas de inferencia para la codificación del término lingüístico “si”, son el modus ponens y
un esquema para demostrar el condicional. El MP concreta la conclusión que se puede inferir a
partir de la información que se tiene de las premisas. Por ejemplo:
– conclusión --> “voy al cine”.
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– a partir de premisas ---> “Si llueve, entonces voy al cine” -> (si p entonces q); y “ llueve” -> (p)
El esquema para la demostración del condicional permite evaluar la validez del argumento.
Permite saber si podemos afirmarlo. Permitirá demostrar que, “Si llueve, entonces voy al cine” ,
voy al cine bajo el supuesto hipotético de que llueva. Esta regla introduce suposiciones en el
procedimiento de prueba siempre y cuando éstas sean consistentes con las premisas, evitando
caer en contradicciones dentro del propio argumento. Braien y cols.1984 propusieron 18
esquemas de inferencias del razonamiento deductivo, reglas básicas y universales. La utilización
de estos esquemas de inferencia está determinada por un programa de razonamiento que ha sido
modelado a partir de los datos encontrados en el razonamiento de sujetos adultos.
Este programa está constituido por rutinas que dan lugar a razonamiento directo y estrategias que
producen el razonamiento indirecto.
Las rutinas son comunes a todos los sujetos y con poco esfuerzo. Buscan aplicar emparejamiento
entre los esquemas de inferencia y la forma de las proposiciones que constituyen las premisas del
argumento. En el caso del condicional, el emparejamiento ocurre entre el modus ponens y las pre-
misas “si p entonces q” y “p”. En el caso de tener que generar conclusión “q” (voy al cine), y en el
caso de que esta conclusión formara parte de una cadena de razonamiento, entonces la inferencia
se incorporará en el conjunto de premisas con las que se trabaja.
Cuando lo que se tiene es que evaluar la validez de un argumento, se comprueba si existe una
correspondencia o una contradicción entre las proposiciones del conjunto de premisas y la
conclusión. El emparejamiento entre un esquema de inferencia y una proposición es el mismo,
pero la inferencia que se obtiene pasa a formar parte del conjunto de premisas y se
comprueba su consistencia o
contradicción con la conclusión del
argumento.
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evaluando.
Para explicar las falacias de negar antecedente como la de afirmar el consecuente, como la
inferencia del modus tollens se recurre al componente 3º de comprensión pragmática. Cuando
los sujetos interpretan “si p, entonces q” también añaden las inferencias invitadas o sugeridas por
el contexto -> “Si no p, entonces no q”. Interpretación que se corresponde con el bicondicional ->
“Si y solo si p, entonces q” violando la prescripción lógica del compromiso mínimo que limita la
interpretación a lo que explícitamente viene expresado en las premisas (si p, entonces q).
Para explicar la inferencia lógica correcta del modus tollens se recurre a las inferencias invitadas
del bicondicional, obteniendo una conclusión válida por una interpretación equivocada. La falta de
respuesta o lo difícil del modus tollens, se explica porque esta regla no forma parte de los
esquemas de inferencia básicos. Para una conclusión válida se tendría que utilizar la reducción al
absurdo donde: si p es verdadera, entonces q tiene que ser verdadera, pero q es falsa, luego p
tiene que ser falsa.
Cuando las rutinas de razonamiento directo fracasan, el modelo cuenta con las estrategias de
razonamiento que no son universales, dando lugar a una amplia gama de diferencias individuales
entre las estrategias utilizadas, como procesos heurísticos, o transferencia del problema a otros
procesos de razonamiento como el analógico o probabilístico o esquemas previamente aprendidos
que se activan por el contexto o el contenido del problema.
Rips 1994 propone la Teoría Psycop (psychology of proof). Esta fue desarrollada de su modelo
computacional ANDS (Natural Deduction System), el cual explica la deducción como un proceso de
prueba mental constituido por tres componentes:
1. Estructuras de memoria
2. Gestor para el control de la aplicación de reglas,
3. Reglas mentales de inferencia.
Se parte de la idea de que las reglas mentales se utilizan para la generación y comprobación de una
prueba mental en la memoria de trabajo bajo el control de un gestor encargado de la correcta
aplicación d e dichas reglas mentales. La dificultad sería explicada por el número y tipo de
reglas mentales y los errores por aquellos factores que impiden la aplicación de las rutinas
(limitación MT, ausencia de la regla apropiada, o la presencia de reglas inapropiadas).
El procedimiento de prueba consta de una jerarquía de asertos (árbol de asertos) que incluye las
premisas y proposiciones que se derivan de las mismas; y otra jerarquía de submetas (árbol de
submetas) que incluye la conclusión y las proposiciones que la garantizan. Las reglas de inferencia
van ubicando estas proposiciones en ambas configuraciones y se prueba el argumento cuando se
da un emparejamiento entre submetas y asertos. Hay dos tipos de reglas de diferencia:
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1. reglas hacia delante: derivan las implicaciones desde las premisas a la conclusión, y
2. reglas hacia atrás: son para comprobar la validez del argumento y van desde conclusión a
premisas.
En algunos argumentos se requiere la utilización de un tipo de reglas, siendo las reglas hacia atrás
las que presentan un mayor nivel de dificultad. En otros puede ser necesario ambos tipos de
reglas, aumentando además el nivel de complejidad. Por último, también puede haber
argumentos ante los cuales se concluya que no hay conclusión puesto que ya no se pueden aplicar
más reglas.
Cando se inicia el procedimiento de prueba se coloca la premisa en la parte superior del árbol de
asertos, y la conclusión en la parte superior del árbol de submetas, pudiendo vincularse con otras
submetas cuya verdad garantiza la verdad de la conclusión. El modelo también utiliza
suposiciones para asumir que una proposición es verdadera y así generar inferencias adicionales.
Éstas se colocan en nodos subordinados del árbol de asertos. El resto de las proposiciones se van
colocando en estas configuraciones jerárquicas de la memoria de trabajo por medio de ls rutinas de
inferencia a medida que se va avanzando en la prueba. A continuación vamos a ver un ejemplo muy
sencillo del propio Rips con el siguiente argumento:
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Este modelo explica el proceso de razonamiento condicional como la generación de una prueba en
la memoria de trabajo en la que se admiten suposiciones. No tienen que ser necesariamente
verdaderas y se puede abordar el análisis de sus consecuencias sin conocer su valor de verdad. El
árbol de asertos reúne los pasos lógicos que conducen desde las premisas a la conclusión y el árbol de
submetas guía el proceso desde la conclusión a las premisas, evitando que se generen otras
implicaciones no relacionadas con el objetivo de la deducción. En este sentido, las reglas del
modelo son sensibles a las metas del sistema.
A partir del análisis de protocolos verbales, Rips formula catorce reglas de inferencia hacia atrás y
diez reglas hacia adelante, que se aplican en un orden de preferencia que empieza por las sencillas
que el autor admite que este conjunto de reglas no es definitivo, ni abarca todo el conjunto
posible de reglas de deducción natural, pero sí puede manejar un amplio conjunto de
argumento y su plausibilidad psicológica viene dada por los propios protocolos verbales de los
sujetos. De este conjunto de reglas, dos son de tipo modus ponens: (1) una regla hacia adelante
que va de las premisas a la conclusión (2) otra hacia atrás que procede de la conclusión.
La regla del MP hacia adelante permite inferir “q” si en el árbol de asertos se encuentran las
proposiciones “si p, entonces q” y “p”. La regla del MP hacia atrás se aplica sobre el árbol de
submetas para aquellas situaciones en las que las condiciones iniciales tienen como meta deducir “q” y
“cuentan con el aserto “si p, entonces q” y en este caso el sistema genera la submeta “p” y se infiere “q”
que es el consecuente de la proposición del árbol de asertos. Como vemos en la figura, la regla del modus
ponens hacia adelante no hubiera permitido inferir “que hay una R” dado que el antecedente no concuerda
con la primera premisa del árbol de asertos “si no hay una M o no hay una P, entonces hay una R”. el
modus ponens hacia atrás trabaja con la conclusión desde el árbol de submetas permitiendo encontrar un
emparejamiento con el consecuente de la primera premisa.
El modelo no cuenta con procedimiento directo para la detección de los argumentos inválidos. Un
argumento es inválido sólo si no se pueden encontrar reglas para probarlo. El análisis de
protocolos verbales muestra que los sujetos también evaluamos un argumento inválido de forma
directa y sin necesidad de realizar una búsqueda exhaustiva. Este es el caso, por ejemplo, de un
argumento en el que las premisas contradicen la conclusión y al detectar esta contradicción los
sujetos declaran el argumento inválido de forma inmediata.
Los dos modelos de reglas mentales que hemos expuesto son muy semejantes en sus
concepciones teóricas y en el conjunto de reglas mentales que proponen para el condicional. No
obstante, existen al margen varias perspectivas teóricas que no están de acuerdo con el acento
lógico de estos modelos y sus críticas subrayan la falta de explicación de los efectos del
contenido sobre el proceso de razonamiento. Si bien es cierto que los modelos de reglas mentales
contemplan algún componente para la comprensión de los enunciados y la consideración de los
aspectos pragmáticos, también es verdad que se amparan en este componente para dar cuenta de
los efectos facilitadores u obstaculizadores del contenido cuando es necesario explicar los
desajustes y lo ignoran cuando los resultados se ajustan a la aplicación de reglas.
La Tª de los Modelos Mentales (TMM) constituye un marco teórico general del razonamiento
deductivo. Comprende tres etapas:
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1ª Comprensión: el sujeto utiliza su conocimiento sobre el lenguaje y su conocimiento en general
para construir un modelo mental.
2ª Combinación de MM construidos a partir de las premisas con el fin de generar una descripción
lo más sencilla posible de estos. Debe enunciar algo que no esté explícito en premisas y es la
conclusión tentativa del argumento.
3ª Validación: donde se buscan modelos alternativos de las premisas que puedan falsar la
conclusión tentativa.
Frente a los modelos de reglas, la teoría de los modelos mentales logra explicar un mayor número
de resultados experimentales sobre la dificultad de los problemas en términos de la cantidad de
procesamiento y de las limitaciones de la memoria de trabajo.
Una representación exhaustiva es representada por corchetes [...] “p” no puede representarse en
otra situación que no sea aquella en la que se relaciona con “q”. Sin embargo, “q” puede darse en
otros modelos mentales con o sin “p”. Los tres puntos ... representan otros modelos posibles que
no se encuentran representados (modelos implícitos), pero que pueden hacerse explícitos cuando
no se obtienen una conclusión a partir del modelo inicial. Al aumentar el número de modelos
explícitos también aumenta la carga de procesamiento en la MT. Los modelos implícitos pueden
desarrollarse en modelos explícitos de dos formas distintas, que se corresponden con la
interpretación del condicional (implicación material) y como bicondicional (equivalencia material).
Las inferencias deductivas que se pueden obtener a partir de la representación del modelo inicial
serán las más fáciles. Como podemos observar en el modelo mental inicial, la inferencia modus
Modelo [p] q ponens es directa y, la más fácil. Por
inicial ... (modelos implícitos) ejempo, saber si Juan va a Barcelona,
CONDICIONAL BICONDICIONAL entonces viaja en avión” y conocer que
Modelos [p] [q] [p] [q] Juan va a Barcelona, permite concluir
explícitos [¬p] [q] con facilidad que viaja en avión. Como se
[¬p] [¬q] [¬p] [¬q] puede observar el modelo mental inicial
es el mismo tanto para el condicional como para el bicondicional. Lo que explicaría la
ambigüedad encontrada en su interpretación.
Cuando se plantea una inferencia Modus Tollens: Saber que Si Juan va a Barcelona entonces viaja
en avión, y saber que Juan no viaja en avión (¬q), no se puede obtener una conclusión directa del
modelo inicial, y hará falta desplegar los modelos implícitos. Podemos ver que la inferencia modus
Tollens para la implicación material requiere tres modelos explícitos y para la equivalencia
material tan solo dos. A medida que aumenta el número de modelos mentales explícitos también
aumenta la dificultad del problema. Como los diferentes niveles de dificultad de las inferencias
dependen del número de modelos mentales explícitos, se pueda explicar también que la
inferencia Modus Tollens es más fácil en el bicondicional que en el condicional y que no existan
diferencias en el modus ponens al compartir ambas interpretaciones el mismo modelo mental
inicial.
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El modelo mental inicial del condicional explica por qué los sujetos parecen ajustarse a una tabla
de verdad defectiva (bicondicional) al considerar irrelevantes aquellos condicionales en los que el
antecedente es falso.
TABLA DE VERDAD DEL CONDICIONAL
p q Implicación material Condicional defectivo
VERDADERO VERDADERO VERDADERO VERDADERO
VERDADERO FALSO FALSO FALSO
FALSO VERDADERO VERDADERO IRRELEVANTE
FALSO FALSO VERDADERO IRRELEVANTE
El modelo inicial solamente representa lo que es verdadero. Esto se ajusta a los resultados
experimentales que muestran la irrelevancia psicológica de un antecedente falso porque el modelo
mental inicial es precisamente una representación exhaustiva del estado actual de cosas descritas
en el antecedente. Para cualquier otra inferencia (que no sea modus ponens) habrá que generar
los modelos mentales explícitos. El conocimiento general y el conocimiento de las relaciones
entre antecedente y el consecuente influyen sobre este proceso de interpretación dando lugar a la
gene- ración de los modelos explícitos.
Las falacias de afirmar consecuente y negar antecedente se explican por la generación de los
modelos mentales explícitos: Los sujetos representan exhaustivamente tanto el antecedente como
el consecuente [p], [q] y cuando se afirma el consecuente [q] se produce también la afirmación del
antecedente [p]. La falacia de la negación del antecedente ocurre menos frecuentemente pues
requiere de otro modelo mental explícito: [¬p] [¬q], que da lugar a la inferencia ¬q. si los sujetos no
logran generar este segundo modelo explícito pueden responder correctamente que no hay una
conclusión válida, pero por una interpretación incorrecta de la implicación material.
Una de las críticas al modelo de reglas mentales es que acomodan los efectos del contenido a un
componente para la comprensión de los enunciados, manteniendo intacta la estructura formal de
las reglas. Considerando que una de las reglas básicas es el modus ponens, Byrne 1989 demostró
que esta inferencia se podía suprimir o bloquear por el contenido, y así se puede descartar que
esta inferencia se haga por la aplicación de una regla que se supone básica e independiente del
contenido.
Politzer y Braine 1991 señalan que lo dicho por Byrne no es adecuado. Los autores defienden que
la interpretación que harían los sujetos de las dos premisas sería “Si salgo a hacer footing y si es
una hora prudente, entonces me paso por tu casa”, pero también uno puede decidir no pasar.
Admitiendo la réplica de estos autores, la Tª de los MM es más completa ya que logra predecir y
explicar un mayor número de resultados experimentales que los modelos de reglas. Braine 1993
sugiere que se puede razonar tanto con reglas de inferencia como con modelos mentales y que los
modelos metales son compatibles con su teoría. Además comenta que cualquier teoría que
pretenda dar una explicación completa de los procesos de inferencia deberá contar con una
subteoría de los modelos mentales.
Hemos visto que la teoría de los modelos mentales reconoce que el conocimiento y la
comprensión semántica y pragmática forman parte de la primera etapa de comprensión, aunque
en realidad la teoría se desarrolla basándose en la comprensión semántica de la conectiva “si
entonces” como una interpretación próxima a la implicación lógica. Johnson-Laird y Byrne 2002,
amplían la teoría para poder explicar los diferentes significados del condicional por medio de su
modulación del conocimiento, la semántica y la pragmática.
Los enunciados condicionales expresan que el consecuente depende de alguna forma del
antecedente y esta dependencia puede tener distintos significados según el contexto en que
ocurra (relación de implicación, causal, temporal, permisos, obligaciones,...). Según los autores, el
significado central del condicional se corresponde con dos condicionales básicos: 1) la
interpretación condicional (mod. mentales ya mencionados) y 2) la interpretación tautológica, la
cual se expresa como “si p, entonces posiblemente q”. En la interpretación de estos condicionales
básicos existe una escasa intervención del contenido y contexto de las premisas. El antecedente es
una descripción de una posibilidad y el consecuente es la descripción de lo que puede ocurrir es
esa posibilidad. La interpretación condicional expresa que el antecedente es suficiente para que
ocurra el consecuente y que el consecuente es compatible con todas las posibilidades. En el
siguiente cuadro podemos ver que los modelos mentales de estos dos condicionales básicos son
distintos
La representación de los
Si p, entonces Si p, entonces posiblemente q
modelos mentales en la
Modelos Iniciales p q p q interpretación del
... (modelos implícitos) p ¬q condicional coincide con
los modelos expuestos en
Modelos explícitos p q p q
el punto anterior. Sin
¬p q p ¬q
¬p ¬q ¬p q embargo, en la
¬p ¬q interpretación tautológica
hay dos modelos mentales
iniciales para representar la posible ocurrencia y no ocurrencia del consecuente. Por ejemplo, el
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condicional tautológico “Si hace bueno, entonces posiblemente salga de paseo”, daría lugar a que
fuera verdadera tanto la ocurrencia, “si hace bueno, salgo de paseo”, como la no ocurrencia del
consecuente, “si hace bueno, no salgo de paseo”. Esta interpretación se denomina tautológica
porque este condicional no puede ser falso dado que admite la representación de ambas
posibilidades.
En otros casos la modulación semántica y pragmática añade información sobre la relación entre
antecedente y consecuente. Por ejemplo, el condicional “Si gira en la segunda calle a la
derecha, entonces encontrarás la farmacia “, genera información temporal y espacial sobre
el antecedente, que es previa a la ocurrencia del consecuente. en contra posición a los
dictámenes de la lógica, este mecanismo de modulación puede generar un número
indeterminado de distintos tipos de interpretaciones porque cuando se interpreta un
condicional en el lenguaje natural se están considerando las posibilidades de o currencias y
no los valores de verdad de las aserciones.
La mayoría de las investigaciones sobre los efectos del contenido y el desarrollo de las teorías y
modelos con componentes sensibles a este contenido han utilizado la tarea de selección de
Wason dando lugar a que sea considerada como la tarea paradigmática del condicional. En su
versión original se presentaba con contenido abstracto y el procedimiento consistía en presentar
cuatro tarjetas que tenían letras por una cara y números por la otra. Se acompaña de un
enunciado condicional en forma de regla y se pedía a los sujetos que dieran la vuelta a la tarjeta o
tarjetas que fueran necesarias para confirmar o falsar la regla. Por ejemplo, se puede presentar un
enunciado del tipo “Si hay una consonante por una cara, entonces hay un número impar por la
otra”. Delante de los sujetos se colocan cuatro tarjetas con letras y números:
“Si hay una consonante por una cara , entonces hay un número impar por la otra”.
P E 7 2
Como puede verse, dos presentan letras, una consonante y una vocal (“p” y “¬p”) y las otras dos
tarjetas presentan números, uno impar y otro par (“q” y “¬q”). Ante la tarea, la mayoría
seleccionan la tarjeta que se corresponde con el antecedente, o bien seleccionan las dos
tarjetas que se corresponden con el antecedente y consecuente (P y 7). Sin embargo, de acuerdo
con el modelo normativo la respuesta correcta sería la elección de la letra P que permitiría
confirmar la regla (modus ponens) y el 2 que permitiría falsarla (modus tollens).
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Al dotar de contenido a la tarea se encontró que el rendimiento de los sujetos mejoraba
significativamente pues estos seleccionaban las tarjetas correctas para confirmar y falsar el
enunciado condicional.
Pronto se manifestó que no era el contenido concreto frente al contenido abstracto el responsable
de este efecto de facilitación, sino que este contenido fuera conocido por los sujetos. Su
explicación estaba basada en el repertorio de conocimientos del sujeto y el rendimiento correcto
se interpretó como un proceso de memoria y no como aplicación de reglas lógicas. No obstante,
seguían existiendo efectos de facilitación que no podían atribuirse al proceso de recuperación de
memoria. Algunos problemas con contenido concreto pero no familiar seguían produciendo
facilitación. Además, el contexto en el que se formulaba la tarea permitía resolver correctamente
los problemas y estos resultados indicaban que la presentación de la misma con contenidos
familiares no era suficiente para explicar en todos los casos la facilitación encontrados en la tarea
de selección. Con el fin de abordar esta problemática surgen varias propuestas alternativas que
defienden unos procesos de razonamiento específicos del dominio de conocimiento y que están
marcados por el contexto. A continuación nos centraremos en el análisis de estas propuestas y en
las investigaciones que se han realizado para identificar las condiciones bajo las cuales se
producen los efectos facilitadores del contenido.
Cheng y Holyoak 1985, con el fin de poder explicar de por qué el contenido no familiar también
producía el efecto de facilitación proponen que los sujetos utilizan esquemas de razonamiento
que definen como una estructura de conocimiento constituida por un conjunto de reglas
con un nivel intermedio de abstracción definido por el contexto. Debido a la importancia que
conceden a las metas y a las relaciones que establece el sujeto con estas metas, estos
esquemas se denominan esquemas de razonamiento pragmático. Estos esquemas contienen
reglas que son sensibles a diferentes clases de metas que ocurren en determinados contextos. Se
entiende que las respuestas serán correctas en la medida en que sean de mayor utilidad para la
situación en la que se encuentra el sujeto. El peso de esta teoría recae en los aspectos
pragmáticos del razonamiento, son los encargados de encaminar el proceso de inferencia y será la
experiencia ante un conjunto de situaciones con una misma clase de metas la que irá conformando
los esquemas concretos. Si se presenta problema con contenido abstracto y los sujetos tienen
conocimientos sobre el razonamiento formal se puede resolver correctamente y en caso de no
tenerlos, recurren a otro tipo de estrategias, muchas veces desencadenantes de sesgo de
razonamiento.
Los autores identifican unos esquemas de regulación constituido por permisos y obligaciones bajo
los cuales se pueden agrupar la mayoría de los problemas con contenido temático que han
producido efectos de facilitación en la tarea de selección
Estos esquemas hacen explícitas situaciones en las que para alcanzar una meta hace falta cumplir
unos requisitos. Los componentes incluyen los conceptos de posibilidad, necesidad, acción y los
requisitos que se han de cumplir. Por ejemplo para los esquemas de permiso.
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Esquemas de PERMISO (Cheng y Holyoak, 1985):
– Regla 1: Si se va a realizar la acción, entonces debe satisfacerse la precondición.
Semejante al modus ponens al enunciar explícitamente que la precondición “debe” cumplirse
cuando se va a realizar la acción.
– Regla 2: Si la acción no se va a realizar, entonces no necesita satisfacerse la precondición.
Con esta se bloquea la falacia de la negación del antecedente puesto que hace explícita la
irrelevancia de que se cumpla la precondición si no se va a realizar la acción.
– Regla 3: Si se satisface la precondición, entonces puede realizarse la acción.
Se bloquea la falacia de la afirmación del consecuente al enunciar la posibilidad de que la
acción puede, aunque no debe necesariamente satisfacerse, cuando se cumpla la
precondición.
– Regla 4: Si no se satisface la precondición, entonces no debe realizarse la acción.
Enuncia explícitamente el modus tollens al incluir el imperativo “no debe” realizarse la acción si
no se satisface la precondición.
Estas reglas no son reglas lógicas pues son sensibles al contexto y a la interpretación de los
términos “puede” y “debe”. Además no siempre hay coincidencia entre los esquemas de
razonamiento pragmático y las reglas lógicas (Los problemas con relaciones causales y de
covariación pueden evocar esquemas de razonamiento distintos a los propuestos para las
situaciones con regulaciones y se explica porque los esquemas pueden variar en función de las
metas del sujeto. Cuando el contexto se ajusta a una situación de regulación en la que la autoridad
pone condiciones para alcanzar un determinado objetivo, los esquemas serán los de permiso y
obligación, pero si el objetivo es la predicción sobre la transición entre estados del ambiente, se
evocarán los esquemas causales. De esta forma se explica que el sujeto interprete como una
equivalencia material las relaciones causa-efecto y covariaciones. Los errores de razonamiento se
explican por el grado de dificultad con el que se pueden evocar los esquemas de razonamiento
pragmático, que son dependientes de las claves contextuales comprendidas en una situación
determinada.
Los resultados de Cheng y Holyoak (1985) mostraron que los sujetos resolvían correctamente la
tarea de selección siempre y cuando tuvieran las claves contextuales para interpretar la regla
como un permiso. Este trabajo reúne varios experimentos en los que se encuentras los efectos
facilitadores de las claves contextuales, tanto con contenidos no familiares como con contenidos
abstractos, pero formulados según las reglas propuestas por los esquemas de permiso. Por
ejemplo, en el primer experimento demostraron que la evocación de un esquema de permiso
facilitaba la actuación de los sujetos con contenidos con los que no tienen experiencia, como la
regla que enunciaba que “los turistas que quieren entrar en un país tienen que ponerse una
vacuna para protegerse contra el cólera”. También Cheng, Holyoa, Nisbett y Oliver aplican los
esquemas de razonamiento pragmático al entrenamiento del razonamiento deductivo y
encuentran que el entrenamiento en los esquemas aunque sean abstractos produce efectos
facilitadores en la tarea de selección, mientras que el efecto del entrenamiento en reglas lógicas
tiene que ir acompañado de ejemplos concretos para que ocurran estos efectos.
La Tª del Intercambio Social (evolucionismo cultural) desarrollada por Cosmides 1989, propone
una interpretación alternativa de los efectos de facilitación obtenidos con la tarea de selección de
Wason. Esta teoría, inscrita dentro del marco del evolucionismo cultural, es semejante en algunos
puntos con la teoría de los esquemas de razonamiento pragmático de Cheng y Holyoak. Ambos
mantienen que los sujetos utilizan reglas de inferencia apropiadas al dominio sugerido en el
problema y estas inferencias pueden ser diferentes para distintos dominios de contenido. Se
diferencian en el tipo de reglas inferenciales que proponen y su origen. Cheng y cols. Sostienen
que los esquemas de razonamiento pragmático se originan por la experiencia estructurada,
mientras que en la teoría de los contratos sociales son innatas o el producto de algoritmos
innatos que son específicos de dominio. Señala Cosmides que su teoría es una aproximación
entre la moderna biología evolucionista y la ciencia cognitiva de forma que las teorías de la
selección natural se utilizan para generar hipótesis acerca de las características de la mente
humana. El enfoque evolucionista asume que la mente humana comprende un conjunto de
mecanismos de procesamiento en el sistema nervioso y que estos son producto de la selección
natural y están funcionalmente especializados para producir conductas determinadas (lenguaje,
relaciones familiares y cooperación).
Según la teoría de los contratos sociales hay leyes que son inherentes al proceso de selección
natural y que gobiernan y limitan el tipo de conducta. La solución adaptativa para las situaciones
M.Goretti González 15
de intercambio social son unos algoritmos de contrato mediante los cuales un individuo está
obligado a pagar un coste a un individuo o grupo si quiere tener derecho a recibir un beneficio.
Ello se da con el compromiso por parte de ambas partes y cierta garantía de cumplirse. Detectan
cuando alguien ha engañado o lo intenta. El engaño se define como la violación de una norma
establecida, explícita e implícitamente, al contrato social.
Veamos a continuación cómo se aplica esta teoría en la tarea de selección. El contenido de la tarea
se adaptada a la estructura coste/beneficio de forma que las cuatro tarjetas enuncian las
siguientes situaciones, se proporciona una norma de contrato social
:
“Si se recibe el beneficio, entonces se tiene que pagar el coste”.
El procedimiento para la detección del posible engaño daría lugar a que el sujeto eligiese las
tarjetas “coste no pagado” y “Beneficio aceptado”, ya que permitirían detectar a los tramposos, y
así ignorarse las tarjetas “coste pagado” y la “beneficio no aceptado”. Las respuestas de los
sujetos coinciden con los dictámenes de la lógica. Estos algoritmos de contrato social operarán
también con normas no familiares siempre y cuando el sujeto perciba que representan una
estructura costes/beneficio. Además las normas que no sean contratos sociales no mostrarán el
patrón de respuesta visto.
Según Cosmides y Tooby (1989) los resultados obtenidos por Cheng y Holyoak no constituyen un
apoyo a la teoría de los esquemas de razonamiento pragmático, sino que los efectos facilitadores
de este experimento se debieron a que se añadió información contextual que convirtieron las
normas de permiso en contratos sociales. Incluso sostienen que la formulación abstracta de la
tarea de selección en términos de permiso (“Si se toma la acción A, entonces se debe satisfacer
primero la precondición P”) producía una mejor ejecución que la formulación en términos de una
situación concreta, pero arbitraria, porque decir que se tiene que satisfacer una precondición para
que sea permitido hacer algo n oes más que otro modo de decir que se tiene que pagar un coste
para obtener un beneficio.
Las predicciones de la teoría del intercambio social fueron sometidas a diversas pruebas
experimentales de acuerdo con la formulación de la tarea de selección de Wason. Los problemas
utilizan contenidos imaginarios que se presentan en el contexto de una historieta:
El problema de la raíz de “cassava” cuenta que en una tribu (imaginaria) cuando un hombre se casa tiene que
llevar un tatuaje en la cara y que sólo los hombres casados llevan tatuajes. Debido a que la raíz de “cassava” es un
afrodisiaco y a que sólo los casados pueden tener relaciones sexuales, los ancianos de la tribu establecieron la
siguiente norma: “Si un hombre come raíz de cassava, entonces tiene que llevar un tatuaje en la cara”.
M.Goretti González 16
En el problema del huevo del avestruz se cuenta que la comida “duiker” es deseable y escasa. Para
poder comerla hay que encontrar un huevo de avestruz, que es una tarea de caza compleja. En este caso
la norma sería: “Si comes “duiker”, entonces tienen que haber encontrado un huevo de avestruz”.
Los resultados de estos experimentos mostraron que cuando los sujetos razonan acerca de las
situaciones con la estructura coste/beneficio sus respuestas se ajustan a las predicciones del
procedimiento para la detección del engaño.
Cheng y Holyoak, ponen de manifiesto que Cosmides utiliza términos “intercambio social” y
“contrato social” indiscriminadamente. Ella misma reconoce que los contratos sociales también
incluyen situaciones de permiso y regulación y utiliza en algunos casos una definición amplia de
intercambio social en la que incluye el cumplimiento de un requisito para obtener un beneficio, y
una definición más restrictiva cuando el contenido del problema se ajusta a la estructura
coste/beneficio.
4.3. Polémica entre los esquemas de razonamiento pragmático y los contratos sociales
Los esquemas de permiso podrían interpretarse como normas de contrato social y Girotto, Blaye y
Farioli (1989) estudian otros esquemas de regulación: obligaciones donde no se da esta
ambigüedad. Respecto a las predicciones de Cosmides, se encuentra que sigue la facilitación
cuando los problemas se formulan como obligaciones, aun careciendo de estructura
coste/beneficio. Los autores concluyen que la teoría de los esquemas de razonamiento
pragmático explican número mayor de resultados experimentales tanto interpretando casos como
situaciones de regulación social como con la estructura de coste/beneficio.
Por otra parte, Politzer y Nguyen-Xuan 1992 contrastan las predicciones de la Tª de los
esquemas de razonamiento pragmático y las de los contratos sociales al estudiar el papel que
desempeña el sujeto en la tarea de selección cuando adopta distintas perspectivas. El objetivo
era ampliar la propuesta de los esquemas a situaciones de intercambio social en las que se
pudiera adoptar dos puntos de vista alternativos cuando se presentaba una promesa
condicional (punto de vista del que hace la promesa y punto de vista del que la recibe) y una
advertencia condicional (punto de vista de quien hace la advertencia y del que la recibe). Los
resultados apoyan a la teoría de los esquemas de razonamiento pragmático y no a la de los
M.Goretti González 17
contratos sociales, pues se encuentra que las promesas y advertencias condicionales se ajustan a
un esquema compuesto de permiso y obligación, dependiendo del papel que desempeñe el sujeto
en ambas situaciones.
Regla 1: si se va a realizar la acción Y, entonces debe Regla 3: Si se satisface la precondición Z, entonces puede
satisfacerse la precondición Z. realizarse la acción Y.
Regla 2: Si la acción Y no se va a realizar, entonces no Regla 4: Si no se satisface la precondición Z, entonces no debe
necesita satisfacerse la precondición Z. realizarse la acción Y.
Regla 1: Si OCURRE la situación Y, entonces se debe realizar la Regla 3: Si la acción Z se ha realizado, entonces puede haber
acción Z. ocurrido la situación Y.
Regla 2: Si no OCURRE la situación Y, entonces no es necesario Regla 4: Si la acción Z no se ha realizado, entonces la situación
realizar la acción Z. Y no debe haber ocurrido.
Una regla de permiso se convierte en una obligación desde el punto de vista del que hace la pro-
mesa y es un permiso desde la perspectiva del que la recibe. Al buscar la violación de estos
compromisos, el sujeto intentará aplicar los esquemas de reglas de su interlocutor, no los
suyos. Así, el sujeto que hace la promesa aplicará el esquema de permiso para comprobar las
posibles violaciones del intercambio y el sujeto que recibe la promesa utilizará el esquema de
obligación para detectar las violaciones del que hizo la promesa. Cuando el sujeto adopta un
punto de vista neutro o no sesgado, entonces se hará una interpretación bicondicional de la
situación.
Sin embargo, Gigerenzer y Hug 1992 interpretan el cambio de perspectiva como evidencia a
favor de la Tª de los contratos sociales. Tienen como objetivo la diferenciación experimental
entre el concepto de contrato social y el algoritmo para la detección de tramposos. El
porcentaje de respuestas correctas disminuye cuando los sujetos resuelven la tarea de selección
desde la perspectiva de un contrato social con situaciones de permiso u obligación y en la que la
detección de tramposos es irrelevante. Interpretar la tarea como un contrato social no es
suficiente para producir los efectos facilitadores, puesto que ésta interpretación tiene que ir
acompañada de la adopción de una perspectiva en la que se pueda producir el engaño. Los
autores defienden el papel que desempeña el mecanismo para la detección de los tramposos,
atenuando la relevancia del contrato social y descartando los esquemas de regulación.
Platt y Griggs 1993 logran separar por orden de importancia los efectos de algunos de los
factores que previamente habían producido facilitación, encontrando que la estructura
coste/beneficio es necesaria para obtener los efectos facilitadores en los problemas de
contrato social. La perspectiva del engaño y la presencia de la negación explicita sólo
contribuyen a mejorar el rendimiento cuando la tarea es ambigua. El término “debe” producía
efectos facilitadores en un número mayor de casos que los dos últimos factores.
Manktelow y Over, descartan ambas propuestas para apoyar una ampliación de la Tª de los MM
M.Goretti González 18
que incorpore las utilidades en sus representaciones. Señalan los efectos facilitadores de los
términos deónticos incluidos en los esquemas de permiso y los contratos sociales. Distinguen el
condicional con términos indicativos (tarea abstracta) y el condicional con términos
deónticos (esquemas de permiso y contratos sociales). Son éstos últimos términos los que
determinan una evaluación de las utilidades de las acciones, produciendo así los efectos
facilitadores en la formulación del condicional y como veremos más adelante, esto ha dado lugar
al desarrollo de un modelo bayesiano de la tarea de selección.
En esta misma línea, Jackson y Griggs señalan que los efectos facilitadores encontrados por
Cheng y Holyoak en los problemas con contenido abstracto son producto de dos factores
ajenos a los esquemas de razonamiento:
1) enunciar la negación explícita para ¬p y ¬q, (un ejemplo: “si hay una P, entonces hay un 7”
sería “Si hay una P, entonces no hay un 7” (p, ¬q) y de la negación implícita sería “Si hay una
P, entonces hay un 2” (p, ¬q).
2) presentación de un contexto de búsqueda de posibles violaciones de la regla.
Cuando los problemas se formulan como esquemas de permiso abstractos, pero con la negación
implícita y en un contexto orientado a la comprobación de una regla y no a su violación, estos
efectos de facilitación desaparecen. También Markovits y Savary muestran como los esquemas
de permiso favorecen tan solo el rendimiento en la tarea de selección, pero no mejoran el
razonamiento condicional en su formato tradicional. Estos datos lo interpretan de acuerdo con
la propuesta de Jackson y Griggs, restándole protagonismo a los esquemas de razonamiento.
Sin embargo, Girotto, Mazzocco y Cherubini se proponen dar respuesta a esta crítica replicando
los experimentos de Cheng y Holyoak y los de Jackson y Griggs. Los resultados ponen de
manifiesto que la presencia de la negación explícita no es necesaria para producir facilitación
puesto que los problemas de permiso que logran romper la ambigüedad de la negación implícita
por medio del contexto en el que se presenta la tarea también producen estos efectos. Roger,
Cheng y Holyoak puntualizan que los dos factores de presentación señalados por Griggs y Cox en
lugar de refutar su teoría apoyan los esquemas de razonamiento pragmático, ajustándose a sus
predicciones. Al ser los esquemas de razonamiento pragmático sensibles al contexto son
precisamente estas claves contextuales las que evocan los conceptos deónticos comprendidos en
los esquemas de regulación. La utilización de contextos alternativos puede dar lugar a otro tipo de
interpretaciones. En el caso de la negación explícita, su formulación coincide con el antecedente
de la regla 4 de los esquemas de permiso, haciendo que el efecto de facilitación sea mayor en
la evocación de los esquemas.
Cuando se utiliza la negación implícita es necesario que el sujeto infiera que el cumplimiento de
una condición distinta a la comprendida en la regla implica que no se ha cumplido la condición de
la regla. Se supone que una de las dos condiciones y no ambas pueden ser satisfechas. Todo esto
hace que el efecto de facilitación con la negación implícita se reduzca significativamente cuando
se comparar con el efecto producido por la negación explícita.
La propuesta de Cosmides sobre los contratos sociales queda asumida como parte de los
esquemas de regulación de Cheng y Holyoak. La delimitación conceptual entre los esquemas de
regulación (permiso y obligación) y los contratos sociales es difusa y las críticas se han centrado
principalmente sobre el concepto de la estructura coste/beneficio, puesto que los problemas en
los que se han obtenido efectos facilitadores no se ajustan a esta estructura, incluso algunos de los
M.Goretti González 19
problemas utilizados por la misma Cosmides.
5. TEORÍAS DE LA RELEVANCIA
Sperber y Wilson parten del supuesto de que los procesos cognitivos se guían por la información
que sea más relevante en ese momento y sobre la que acomodan un contexto de supuestos para
maximizar su relevancia (Primer principio Cognitivo de Relevancia). A su vez, la consideración de
lo que es relevante también depende de las expectativas que se tengan sobre sus efectos y sus
costes cognitivos. En otras palabras, cuanto mayor son las expectativas sobre los efectos
cognitivos mayor será la relevancia y cuanto mayor sean los costes del procesamiento menor
será la relevancia.
Considerando que el ser humano está preparado para interactuar con el ambiente, la información
más saliente y que sea fácil de representar será la más relevante, dado que genera más
expectativas de efectos a menor coste de procesamiento. Sin embargo, la información que se
comunica difiere de la información ambiental puesto que en general suscita relevancia. Se asume
que todo acto de comunicación transmite una presunción de su propia relevancia (Segundo
principio Comunicativo de Relevancia) Este principio garantiza que espontáneamente se ponga
en marcha el proceso de comprensión ante la emisión de un acto comunicativo. Otra cuestión
distinta será el éxito que tenga el emisor, que también dependerá de que produzca efectos
adecuados bajo costes mínimos en el receptor.
Cuando trasladamos estos principios al contexto del laboratorio encontramos que las tareas
suelen ser tan artificiales que las expectativas de relevancia de los sujetos son mínimas y se
acompañan de una interpretación superficial. Las consecuencias se pueden probar directamente
en el orden en que se encuentran disponibles y se obtiene una conclusión cuando se alcanzan las
expectativas de relevancia. En el caso de la tarea de selección, las consecuencias más pertinentes
serían las siguientes:
1) la regla implica que cualquier tarjeta con una (p) tendrá una (q) por el otro lado.
2) La regla implica que en la mayoría de los contextos hay casos p y q.
3) La regla contradice el supuesto de que hay casos de (p) y (¬q)
Para que los sujetos logren una interpretación del condicional como una negación de los casos (p)
y (¬q) como la afirmación de que no hay casos (p) y (¬q) (negación implícita) hace falta que esta
consecuencia sea por lo menos tan accesible y rica en las expectativas sobre los efectos cognitivos
como los casos (p) y (q), entendido desde la interpretación de la regla y no desde su aplicación
(modus tollens).
M.Goretti González 20
Para generar una tarea de selección en la que el sujeto seleccione las dos tarjetas correctas (p y ¬q)
se proponen unas directrices:
1. Seleccionar características sencillas de forma que (p) y (¬q) resulte tan fácil como (p) y (q):
“soltero” -> combina “ser varón” (p) y “no estar casado” (¬q)
2. Generar un contexto donde los efectos cognitivos de los casos “p y ¬q” sean mayores que
los de “p y q” (que el conocimiento de p y q sea trivial).
3. Presentar la tarea de forma pragmática para que la artificialidad no desvíe la atención de
los sujetos: introducir la regla dentro del contexto de una historia y que sea uno de los
personajes el que la exponga.
Sperber, Cara y Girotto 1995 diseñaron cuatro experimentos para analizar la versión abstracta y
varias temáticas de la tarea de selección vs distintas versiones de la tarea donde se manipularon
los efectos cognitivos y el coste dela relevancia de acuerdo con las directrices anteriormente
descritas. Los resultados se ajustaron a las predicciones de la Tª de la Relevancia y mostraron la
utilidad de las directrices propuestas con el fin de generar una tarea de selección sencilla y con
resultados correctos. La explicación de estos resultados se extiende a los efectos de facilitación
encontrados en la negación explícita y con los términos deónticos. Cuando se utiliza la
negación:
“Si hay una consonante por un lado, entonces no hay número par por el otro”
Las tres consecuencias más pertinentes serían las siguientes:
1. la regla implica que cualquier tarjeta (p) tendrá por el otro lado una (¬q)
2. la regla implica que en la mayoría de los contextos hay casos (p) y (¬q) (negación explícita)
3. la regla contradice el supuesto de que hay casos p y q (negación implícita)
Los sujetos seleccionan las tarjetas (p) y (q) porque la negación implícita requiere menos coste y
los efectos cognitivos son los de la interpretación de la negación.
Los autores indican que la versión indicativa y la deóntica son dos tareas diferentes. En la primera
se razona sobre la verdad de la regla, mientras que en la deóntica se hace a partir del
cumplimiento de una regla. Los efectos de facilitación encontrados en la versión deóntica no se
explican por la forma lingüística de la regla, sino por su interpretación dentro de un contexto.
Una regla que no contenga el término “debe” puede interpretarse como algo que debería
hacerse siempre y cuando la regla tenga sentido en el contexto pragmático. Por ejemplo,
introducir el término “debe” en la versión abstracta no hace que la regla se interprete como un
deber, mientras que sí en la deóntica aunque no vaya explícito el término:
“Si hay una consonante por un lado, entonces “debe” haber un nº impar por el otro” (debe siempre)
“Si una persona bebe alcohol, entonces es mayor de edad” (no está el término “debe” pero se interpreta)
Cuando en la versión indicativa se logra la interpretación del condicional como una negación de la
existencia de casos p (hay consonante por un lado) y ¬q (no debe haber impar por el otro = par), y
en la versión deóntica como una interpretación de la ocurrencia p y ¬q, se resuelve la tarea
correctamente. Desde la perspectiva de la Tª de la relevancia, en ambas versiones intervienen os
mismos factores relativos a la facilidad de representación y a las expectativas sobre los efectos.
Los resultados encontrados sobre el cambio de perspectiva también se explican por las
expectativas de relevancia que se han generado cuando se pide al sujeto que adopte la
perspectiva implícita de la regla.
M.Goretti González 21
5.2. Teoría heurística y analítica de Evans
El papel de la relevancia para explicar el razonamiento en esta teoría es distinto del otorgado por
Sperberg y Wilson. Evans distingue dos procesos para explicar el razonamiento: los heurísticos y
los analíticos. Los heurísticos seleccionan la información relevante y son procesos
preatencionales de naturaleza pragmática. La información seleccionada pasa a los procesos
analíticos en donde tiene lugar el razonamiento, aunque no existe un compromiso explícito con
el tipo de modelo que permitiría explicar las inferencias. En realidad esta teoría está más
orientada a explicar los sesgos de razonamiento basándose para ello en los procesos heurísticos.
Ya sabemos que las respuestas más frecuentes en el condicional, son (p) y (p y q). La interpretación
original de Wason fue que los sujetos mostraban sesgo hacia la confirmación de la regla y no
perseguían su falsación. Sin embargo Evans 1972, descubrió que se daba la posibilidad de que se
diera otro sesgo, emparejamiento (E de Evans :-) Este consistía sencillamente en que los sujetos
estuvieran seleccionando las tarjetas que coincidieran con los términos de la regla y que no
pensaran en esa “afirmación” de Wason. En versiones afirmativas no se distingue entre ambos
sesgos, por lo que se investigó con las negaciones (Evans y Lynch). Si ocurre el sesgo de
confirmación, entonces los sujetos seleccionarían aquellas tarjetas en las que el antecedente y el
consecuente fueran verdaderos y si ocurre el sesgo de emparejamiento, las tarjetas seleccionadas
coincidirían con los términos de la regla sin la negación y además serían las repuestas correctas.
Veamos un ejemplo:
“Si hay una consonante por un lado, entonces no hay un número impar por el otro”
(si p, entonces ¬q)
Según el sesgo de confirmación se buscarían confirmar la regla y seleccionarían las tarjetas (p) y
(¬q), mientras que si se da el sesgo de emparejamiento se seleccionarían las tarjetas (p) y (q)
(consonante y nº impar). Como puede verse, en el caso del sesgo del emparejamiento la selección
del consecuente sin negación coincide con la falsación de la regla, aunque no por la aplicación del
modus tollens. Los resultados apoyan la hipótesis del emparejamiento.
Para explicar este sesgo de emparejamiento, Evans sostiene que la selección de la información se
explica por dos heurísticos:
– uno se pone en marcha por término “Si” del condicional y hace que el sujeto se centre en el
antecedente,
– y el otro es de carácter más general y hace que la atención se dirija hacia el tema del
enunciado.
Estos aspectos temáticos del enunciado son los mismos independientemente de que se afirme o
niegue el enunciado. De esta forma se explica que ante una regla con una negación explicita, el
sujeto se focalice sobre el antecedente y el consecuente y que pase directamente de los procesos
heurísticos a la respuesta sin haber razonado. En otras palabras, en la tarea de selección los
sujetos seleccionan las tarjetas que consideran relevantes, sin necesidad de pasar por la etapa
analítica. En otro tipo de tareas, como las tablas de verdad, la etapa analítica se pone en marcha y
filtra parte de la información que ha sido seleccionada en la etapa heurística. Bajo esta
M.Goretti González 22
perspectiva, la selección de la información relevante se ubica en la etapa heurística que es un
proceso pre-atencional y de naturaleza pragmática en el sentido de estar determinado por
factores individuales y lingüísticos.
6. TEORÍAS PROBABILÍSTICAS
De acuerdo con el modelo, los sujetos seleccionan la tarjeta (o tarjetas) que al darle la vuelta
aporte más información sobre la comprobación de una de dos hipótesis:
1ª existe dependencia en la forma “Si p, entonces q), y
2ª la hipótesis alternativa más sencilla, que p y q son independientes.
M.Goretti González 23
pocos los que se pongan enfermos, aunque nada se pueda concluir si detrás de esta tarjeta se
encuentra que “no ha comido fabada”. Por último, la tarjeta “no estar enfermo” (¬q) será
informativa cuando sean muchos los que comen fabada y no están enfermos porque permitiría
falsar el condicional. De esta forma se obtiene que el orden de frecuencias en la selección de
tarjetas sería p > q > ¬q > ¬p, que coincide con los resultados habituales de esta tarea.
En las versiones temáticas con términos deónticos, se concibe la tarea de selección como el uso de
una regla frente a la comprobación de una regla de versión indicativa vista anteriormente. El
modelo probabilístico calcula la utilidad esperada, y la regla se utiliza con el fin de maximizar la
utilidad esperada que varía en función de la perspectiva. El modelo explica los resultados
habituales con estas versiones de la tarea e incluso muestra cómo el contenido y a variación de las
probabilidades y utilidades influyen sobre la selección de las tarjetas. Por ejemplo, Kirby utilizó
varias modalidades del problema “Si una persona bebe cerveza, entonces es mayor de 21 años” en
las que se variaba ¬q, por ejemplo, 19 años, 12 años o 4 años. Los resultados mostraron que la
selección de la tarjeta ¬q aumentaba a medida que aumentaba la probabilidad de p de
desobedecer la regla (proporción de respuestas: 19 años > 12 años > 4 años).
Green, Over y Pyne 1997, encuentran que las estimaciones que hacen los sujetos sobre la
ocurrencia de los contraejemplos de (q) se encuentran determinados por el tamaño del conjunto
de (p), aunque señalan que esta relación es algo más compleja porque el valor asignado a la
información (confirmación y desconfirmación) también se tienen que comparar con otros
beneficios/costes esperados.
La Teoría de la suposición de Evans y Over (2004) también asume que el razonamiento condicional
se basa en la evaluación de unas posibilidades que son hipotéticas con respecto a la ocurrencia del
antecedente. El condicional es un pensamiento hipotético por medio del cual se generan los MM
del antecedente y sobre esta base se considera la probabilidad o el grado de creencia de que
ocurra el consecuente. Ante un enunciado condicional “si p, entonces q”, los sujetos van a
considerar cuál es la probabilidad de que ocurra (q) dado (p). Por ejemplo, ante un condicional “si
el coche no arranca, entonces se ha agotado la batería”, los sujetos van a suponer
hipotéticamente que el coche no arranca y evaluarán la probabilidad o su grado de creencia en
que se haya agotado la batería, dado que se cumpla dicho antecedente (el coche no arranque).
Esta idea se opone a la teoría de los modelos mentales al no admitir que los modelos mentales se
ajusten a una interpretación del condicional básico como una implicación material. Recordemos
que la teoría de los modelos mentales representa las tres posibilidades que son verdaderas en la
interpretación condicional: pq, ¬pq y ¬p¬q. Según esta interpretación, el despliegue de los
modelos mentales implícitos permite la representación de la negación del antecedente para inferir
que el condicional es verdadero cuando “no ocurre p y ocurre q” y cuando “no ocurre p, ni ocurre
q”. Sin embargo, los resultados experimentales han mostrado que los sujetos ignoran o consideran
irrelevante que el antecedente sea falso cuando tienen que generar o evaluar un enunciado
condicional. Estos resultados son coherentes con la teoría de la suposición porque en su
formulación probabilística no hay cabida para la no ocurrencia del antecedente. Según la teoría de
la suposición, ante un enunciado condicional se emite un juicio sobre la probabilidad condicional
subjetiva de que ocurra el consecuente cuando ocurre el antecedente. Siguiendo con el ejemplo,
los sujetos evaluarán si la probabilidad de que la batería se haya agotado es alta o baja cuando el
coche no arranque. Sin embargo, resultará irrelevante considerar en un enunciado condicional que
M.Goretti González 24
forme parte del lenguaje natural que el coche arranque (¬p) para comprobar su validez lógica.
Con el fin de contrastar ambas teorías, Evans, Handley y Over 2003, realizaron una investigación en
la que se pedía directamente a los sujetos que evaluaran la probabilidad de los enunciados
condicionales en un contexto en el que se especificaba la frecuencia relativa de todas las
posibilidades lógicas:
37 cartas con dibujos (círculo o diamante en amarillo o rojo) con la siguiente distribución:
– 1 carta con círculo amarillo.
– 4 cartas con diamantes amarillos.
– 16 cartas con círculos rojos.
– 16 cartas con diamantes rojos.
La tarea consistía en señalar en una escala de 1 (poco probable) a 5 (muy probable) la probabilidad
de que la siguiente afirmación fuera verdadera si se escogiera una carta al azar:
“Si la carta es amarilla, entonces tiene dibujado un círculo”.
(p) amarilla (q) círculo
(¬p) no amarilla (¬q) no círculo
Conviene señalar que Evans y Over no se oponen a la concepción de la teoría de los modelos
mentales, sino que su crítica se centra en el supuesto de los valores de verdad. La teoría de los
modelos mentales asume que solamente se representan las posibilidades que son verdaderas en la
interpretación del condicional básico y no permite graduar esta representación en función de su
probabilidad. Evans y Over, por el contrario defienden que las personas interpretan un enunciado
condicional como la probabilidad de que ocurra el consecuente cuando suponemos que se ha dado
el antecedente. Ahora bien los resultaos experimentales también mostraron que casi el mismo
porcentaje de sujetos había interpretado el condicional básico como la probabilidad conjuntiva del
antecedente y el consecuente (pq) no ajustándose esta interpretación a un pensamiento hipotético
que considere tanto la probabilidad de pq como la probabilidad de p ¬q. estos resultados
condujeron a plantear otro estudio sobre enunciados condicionales con contenidos realistas “si
sube el precio del petróleo, entonces se descongestionará el tráfico”. En línea con los resultados del
M.Goretti González 25
trabajo anterior, se encontró que la interpretación de la implicación material no era significativa.
Sin embargo, los resultados también mostraron que cuando los contenidos son realistas, la
interpretación del condicional como probabilidad conjuntiva disminuía, mientras aumentaba
significativamente la interpretación como probabilidad condicional. En el siguiente capítulo
veremos con mayor profundidad el modelo normativo bayesiano y los diferentes enfoques teóricos
sobre el razonamiento probabilístico.
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