Alumno: Julio Alberto Benítez López
Maestra: Alejandra Vanessa Torres Rueda.
Materia: Conducta alimentaria.
Campus: Mérida
Semestre: 1
Trabajo: componentes       neurofisiológicos   de   los   hábitos
alimenticios.
Fecha de entrega: 22 / sep / 2020
La alimentación, uno de los factores con mayor influencia en la salud cuando se
realiza una dieta balanceada y completa en cada etapa de nuestras vidas, facilita
el desarrollo físico psicológico y ayuda a prevenir enfermedades.
En la infancia se comienzan los hábitos alimenticios y van cambiando hasta la
etapa de adultez, por diferentes razones en la infancia los padres se preocupan
más por la alimentación de los pequeños alimentándolos de una manera sana y
adecuado, pero conforme pasa el tiempo los padres empiezan a dejar
preocuparse por la alimentación de sus hijos pues éstos van creciendo y por la
cultura cada quien se vuelve independiente de lo que come y hace, poco a poco
se van perdiendo las conductas enseñadas desde la infancia y los patrones de la
buena alimentación empiezan a cambiar drásticamente.
Por ejemplo, en la etapa universitaria un gran porcentaje de estudiantes cambian
radicalmente su manera de alimentar el modo de vivir y hasta de dormir existen
muchos factores para que todo esto suceda, en este caso de los estudiantes uno
de los mayores factores son las tareas, el estrés, desvelos y exámenes, todo
aquello que pueda desconcertar a la persona. Los tiempos se acortan y es más
fácil conseguir una comida rápida que no aporta nada de nutrientes y que sea más
económica que conseguir una comida balanceada y rica en nutrientes por lo que
todos los alumnos o estudiantes se inclinan más por una dieta rápida y fácil de
conseguir dejando a un lado la buena alimentación es por esto por lo que
conforme va pasando el tiempo ellos se tienen que hacer responsables de su
consumo de alimentos. Una dieta inapropiada gasta más rápido nuestros órganos
que una dieta saludable pero sin embargo en la etapa de juventud es lo que
menos importa a un porcentaje de la población pues solo quieren estar en
actividades sociales con sus grupos de amigos, cambios en patrones de sueño,
bebiendo alcohol y consumiendo tabaco obviamente este tipo de vida no es nada
saludable pues le hace un gran daño a todo el sistema, tal vez en el momento no
se percatan del grave daño que se causan a ellos mismos conforme van pasando
los años y se van haciendo más grandes empiezan a ver las consecuencias de
una vida llena de excesos por no cuidarse, comienzan a aparecer las
enfermedades crónicas y degenerativas.
Sin embargo, los mecanismos de control neuronal y endocrinos modifican la
actividad del sistema digestivo. La vista olor y sabor de los alimentos pueden
estimular las secreciones salivales y gástricas a través de la activación del nervio
vago lo que ayuda a preparar el sistema digestivo para recibir una comida. La
estimulación del vago se origina en el cerebro también participa el control del
reflejo de una parte del sistema digestivo, el tubo digestivo al mismo tiempo es una
glándula endocrina y su objetivo es la acción de varias hormonas, las primeras
hormonas en descubrirse fueron las gastrointestinales.
El estómago comienza a incrementar su secreción antes de una comida, la
entrada de quimo en el duodeno estimula la secreción de hormonas que
promueven las contracciones de la vesícula biliar, la secreción de jugo pancreático
y la inhibición de actividad gástrica. La secreción de HCI por parte de las células
parietales y de pepsinógeno por las células principales puede estimularse en
ausencia de influencias neuronales y hormonales por la presencia de proteínas
cocinadas o digeridas en el estómago. La fase cefálica de la regulación gástrica se
refiere al control cerebral por intermedio del nervio vago al solo hablar de
alimentos apetitosos es un estímulo muy potente incluso más que la vista u olor de
algunos alimentos, por eso se dice que cuando se te antoja mucho una comida,
segregas demasiada saliva, aunque no hayas visto la comida, en este caso tu
cerebro se está preparando para recibir el alimento.
Así que estas son algunas bases fisiológicas del comportamiento ingéstivo: Una
vez que se alcanza el peso tolerado por sus mecanismos reguladores el sujeto no
importa que sea delgado u obeso, el consumirá las mismas cantidades de
alimentos dependiendo únicamente del gasto energético.
Por otro lado las lesiones en el hipotálamo ventromedial provoca ingesta excesiva
de alimentos y lleva a la obesidad, cuando se tiene una lesión en el hipotálamo
lateral se produce afagia y pérdida de peso, si no tenemos estos conocimientos no
podemos saber qué el aparato digestivo tiene una gran conexión con el cerebro:
por ejemplo el ser humano está programado por una cultura de hace muchos años
y también por las costumbres familiares a comer tres veces al día, no importa si no
tienes hambre, no importa si estás haciendo otra cosa tu cerebro sabe que tienes
que comer y las cantidades de ingesta dependen mucho de la variedad y sabor de
la comida.
Para finalizar tenemos la saciedad alimenticia y ésta tiene presencia cuando
existen estímulos negativos a lo largo del aparato digestivo o cuando tú almacén
de nutrientes está completamente lleno o simplemente hartazgo de comida no
puedes seguir consumiendo alimentos cuando estos ya no te lo permiten, pues
podría generar una consecuencia grande en tu aparato digestivo.
Fox, S., 2000. Fisiología Humana (13A. Ed.). McGraw-Hill InterAmerican, p.989.
https://www.youtube.com/watch?v=NTNXGjgCYEA&feature=youtu.be
González-Jiménez, E. and Schmidt Río-Valle, J., 2020. Regulación De La Ingesta
       Alimentaria Y Del Balance Energético: Factores Y Mecanismos Implicados.
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Violeida Sánchez Socarrás1,2 y Alicia Aguilar Martínez 2015 hábitos alimentarios y
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https://www.youtube.com/watch?v=ERSZmGBSGec