Tucídides
Maestro : Dr. Raúl Romero Ramírez
Biografía
Tucídides (460 a.C.?, 395 a.C.) Historiador y militar
ateniense griego. Nació en Atenas, su padre Óloro
Melesias era un propietario de minas y su madre
pertenecía a la nobleza Tracia, por lo que recibió una
esmerada educación.
Pertenecía a la familia tracia de los Filaidas, ligado a
figuras famosas de la historia de la ciudad como
Milcíades, vencedor de la batalla de Maratón contra los
persas (490 a.C.), así como del hijo de éste, Cimón,
quien abogó por una política proespartana y por la
continuación de la guerra contra Persia hasta la
completa liberación del Egeo y de las ciudades griegas
de Asia Menor.
De esta manera, creció en Atenas bajo la protección y
la percepción aristocrática espartano-tracia, vida que en
la propia Atenas parecerá no chocar con la percepción
comercial ateniense a pesar de la política democrática
de Solón, Temístocles o Pericles.
Su vida abarca prácticamente el periodo de las Guerras
del Peloponeso (431-421 a.C.); así como su obra.
Las Guerras del Peloponeso (431 – 404 a.C.) dieron inicio tras el fin de las
Guerras Médicas (499-449 a.C.), ello gracias al crecimiento y expansión
comercial que alcanzó la ciudad estado de Atenas, conformándose como un
nuevo imperio que pronto se enfrentó al antiguo imperio espartano debido a
dos causas fundamentales:
1) Desavenencias por el control comercial del Mar Egeo y de las regiones del
Asia Menor, Jonia, Tracia, Macedonia, Tesalia, Eubea y Beocia, entre otras;
enfrentando al Ática (Atenas) contra Laconia (Esparta) por el Peloponeso.
2) Una perspectiva política distinta, donde los Atenienses conformaron un
sistema político que rompió con la atadura laconia, la Democracia; e
implantaron un gobierno autónomo favorable a los pobladores alrededor de la
polis ateniense, en contra de la tradición oligárquica espartana.
Cuando Atenas estaba en su máximo apogeo
en el siglo V a.C., los griegos comenzaron a
resentir la pérdida de su autonomía, ya que casi
todas las decisiones importantes se estaban
tomando en esta polis.
La ciudad estado que más fuertemente
manifestó este malestar fue Corinto, que pidió
una reunión a la asamblea de la Liga del
Peloponeso, liderada por Esparta y que reunía
a las ciudades de Tebas, Pylos, Elis, Megara,
Egina y la propia Corinto. En ella, se resolvió
atacar a los atenienses declarándoles la guerra.
En respuesta, se formó la Liga de Delos,
liderada por Atenas, reuniendo a pequeñas
excolonias y ciudades como Lesbos, Quíos, y Ligas del Peloponeso y de Delos formadas
otras islas del Mar Egeo y de las costas de Asia durante las Guerras del Peloponeso
(431 – 404 a.C.)
Menor.
Sin embargo el imperialismo ateniense obligó a
ciudades como Larissa, Demtrias, Delfos, Tebas,
Megara, Dyme, Patras, Egión, etc., a unírsele en
una lucha por el dominio del Peloponeso.
La guerra entre “hermanos griegos” comenzó con la invasión del ejército
espartano a la península del Ática (en el mar Egeo). Los ciudadanos de las
polis, aliados a la Liga de Delos, huyeron de sus ciudades buscando el
resguardo en Atenas, pero esta fue atacada. Paralelamente, las tropas
atenienses bloquearon el flujo marítimo de alimentos a Laconia, por lo que los
espartanos temiendo morir de hambre emigraron hacia los alrededores.
Entonces los atenienses pudieron regresar a sus ciudades, pero las malas
condiciones higiénicas que existían desencadenaron la enfermedad de la peste
(430 a.C.) que mató a un cuarto de la población, incluyendo al propio Pericles,
que murió en el 429.
Tucídides, quien se encontraba en Atenas, cayó enfermo por la epidemia y en
este fecha (430 a.C.) comenzó a escribir su obra que le llevaría toda su vida.
Tas recuperarse, tomó parte de forma activa a sus treinta años, bajo el cargo de
estratego (424 a.C.), durante la primera fase de la Guerra del Peloponeso
denominada Guerra Arquidámica.
La explicación de que se le concediera un puesto tan importante a una edad tan
temprana puede tener que ver con el hecho de la propia falta de hombres para
el puesto y que fuera aristócrata y respetable comerciante, responsable de la
explotación de unas minas de oro en Tracia.
Nombrado estratega de la ciudad de Atenas, se le
confió el mando de una flota encargada de romper
el asedio de Anfípolis, en Tracia. pero llegó tarde
con su armada y solo fue capaz de salvar el puerto
de Eyón.
Este fracaso hizo que Anfípolis cayera en manos
del general espartano Brásidas, por lo que fue
condenado al exilio veinte años (Tucídides, Historia
de la Guerra del Peloponeso V 26).
No se sabe con certeza dónde pasó aquellos veinte años, pero se sabe que
adquirió mayores conocimientos de los sofistas y es de suponer que su
distanciamiento del conflicto le permitiese adquirir la relativa imparcialidad que se
plasma en su obra y se nota en su postura frente al líder ático Pericles y el
régimen democrático que éste propugnaba, pues lo consideró con admiración, a
pesar de su propia orientación conservadora en la familia de Tucídides.
Además, se sabe que durante ese tiempo, se mantuvo bien informado de los
movimientos de ambos bandos quizá desde Macedonia, en donde trabó amistad
con el rey Arquelao y su círculo de artistas, por la mediación del filósofo
peripatético Praxífaes.
Durante esos veinte años de exilio, le dio la oportunidad de obtener información
bastante completa, procedente de los dos bandos en conflicto, que utilizó para la
composición de la Historia de la Guerra del Peloponeso, obra fundamental en
la historiografía antigua, y que le valió ser considerado como uno de los más
grandes historiadores antiguos.
Se consideró “padre de la Historiografía” durante la época al final de la guerra,
y mantuvo esta posición durante la Edad Media, el Renacimiento y los siglos
XVII, XVIII y XIX, pues, a diferencia de otros historiadores de su tiempo, había
compuesto una obra bajo un método imparcial que permitió una narración de
acontecimientos probados desde ambos lados de los contendientes, con
referencias geográficas exactas y presentados con objetividad (una completa
hystos), sin hacer intervenir en ella la religión helénica (no hay confrontación de
los dioses), proponiendo que el conflicto es enteramente humano, y siendo su
origen, una postura política y una conveniencia económica de los bandos.
De esta manera utilizó correctamente la hystos (indagación crítica), analizando
los hechos, buscando las razones profundas de los mismos, e intenta ir más allá
de lo anecdótico para penetrar en las motivaciones personales de los políticos,
sus ambiciones y sus temores; aunque para ello, introduce a veces discursos
ficticios con el fin de exponer las motivaciones de estos personajes históricos.
Con respecto al uso del sophos (sentido pensante bajo un apego a tradiciones,
de consideración ingeniosa) y del logos (sentido pensante bajo un estudio
analítico, de reflexión o razonamiento), Tucídides fue analítico.
Tucídides volvió del exilio veinte años después, al terminar la guerra. Algunos
investigadores modernos niegan su condición de exiliado, viéndolo como una
muestra de la intromisión posterior de Jenofonte en la obra de Tucídides, pues
ducho exilio quizá fue más voluntario que forzado.
Las circunstancias y lugar de su muerte han suscitado diversas conclusiones
debido a que la obra aparece bruscamente interrumpida en medio de una
frase, algunos han aventurado que fue asesinado, pero no podemos saber si
esto sucedió y en dónde, si fue en Tracia o en Atenas, donde está su sepulcro.
Jenofonte toma sobre sí el relevo de la narración y escribe la Anábasis como
continuación de la historia de la guerra.
El motivo de que existan tan pocos datos fidedignos sobre la vida de
Tucídides, lo que se ha dado en llamar el "silencio tucídideo", es que a pesar
de ser una personalidad célebre, no destina apenas espacio en su obra para
relatar sus propias vivencias, dedicándose exclusivamente a la narración de
los hechos con la mayor frialdad posible.
Disputa Política: Aristócratas vs. Demócratas
Tucídides de cultura y tradición Tracia, nació en el antiguo demo ateniense de
Alopecê (Αλωπεκή). Su familia era aristócrata y como noble, estaba
emparentada con Cimón, el carismático general y líder del partido aristócrata
en Atenas. Tras la muerte de Cimón Tucídides le sucedió en el liderazgo de
esa facción y decidió emprender una oposición vehemente contra el arconte
Pericles, general y líder del partido demócrata.
Donald Kagan ha identificado al partido de Tucídides con los puntos de vista
expresados por el escritor, conocidos como "Pseudo-Jenofonte" o "el viejo
oligarca" tal cual aparecen en la Constitución de los atenienses, y que algunos
creen ser obra del mismo Tucídides.
Kagan cree que el último objetivo de Tucídides, que no podría exponer
abiertamente para no detraerse el apoyo de la mayoría pro-democrática en la
Asamblea, era revertir los cambios constitucionales de Efialtes, reinstaurando
el gobierno aristocrático y conservador de la época de Cimón.
La mayor influencia de Tucídides en la política ateniense se alcanzó al final de
la Primera Guerra del Peloponeso y la reorganización del imperio ateniense a
comienzos de la década del año 440 a.C.
Tucídides desarrolló una nueva y efectiva táctica política consistente en hacer
sentarse juntos a sus partidarios en la Asamblea, aumentando así la apariencia de
sus efectivos y dándoles una voz unificada. Kagan argumenta que esta táctica
ayudó a Tucídides a coordinar una oposición concertada a Pericles que acabó por
abrir diferencias ideológicas entre los partidarios de éste.
En el año 444 a.C., ambos partidos se enzarzaron en una feroz batalla. Tucídides,
líder de los aristócratas, acusó a Pericles, líder de los demócratas, de gastar
pródigamente los fondos de la Liga de Delos en su ambicioso plan de
construcciones en la Acrópolis.
Tucídides logró excitar las pasiones de la Asamblea en su favor, pero cuando llegó
el turno de Pericles, éste propuso pagar toda la obra de su cuenta, si a cambio los
edificios pasaran a su propiedad y no a la de Atenas.
Con ese golpe Pericles logró poner de su lado las simpatías de la mayoría de la
Asamblea y Tucídides sufrió una inesperada derrota de manos de tan carismático
orador.
A resultas de su fracaso, Tucídides fue condenado al ostracismo por diez años
(442 a.C.), y Pericles pudo una vez más permanecer al frente de la política
ateniense.
Plutarco relata que, cuando Arquídamo II, el rey de Esparta, preguntó a
Tucídides quién era mejor luchador, si Pericles o él mismo, éste respondió
sin alterarse que su enemigo, ya que, aunque fuera derrotado, se las
arreglaría para convencer al público que había sido él quien venció.
Tras su ostracismo, Tucídides pudo viajar, quizá a Síbaris, ciudad de la Magna
Grecia en el Golfo de Tarento, Italia, o bien a Egina, pero no se ha confirmado.
En su periodo de actividad política en Atenas, se dice que Tucídides también
acusó al filósofo Anaxágoras (amigo personal de Pericles) de ateísmo y
simpatizar con los persas.
Disputa histórica: Herodoto o Tucídides
Si bien ambos Herodoto y Tucídides son considerados padres de la historiografía
clásica y mundial, no obstante, son muy marcadas y notorias las características y
diferencias por las cuales ambos merecieron tal título.
1.- Mientras Heródoto afirma que su obra es el fruto y resultado de sus
investigaciones (hystos o historíe), Tucídides nunca llama así a su obra, pero la
considera imparcial, y dentro de los parámetros de investigación y análisis crítico.
2.- Heródoto era heredero de la logografía jonia (también escribe en jonio),
mientras que Tucídides era heredero de los sofistas, de la escuela sofística
ateniense (y por ello también escribe en ático).
3.- Heródoto además, se mueve en el terreno épico y religioso (sophos),
ateniéndose a hechos antiguos, fiel a las tradiciones orales donde la
especulación religiosa, la gloria del pasado de dioses y héroes, es reflejada para
darles eternidad a modo de aedo primitivo que escribe en prosa. En cambio
Tucídides no da pie a la especulación religiosa, se atiene a la naturaleza humana
y sus investigaciones (logos) para narrar unos acontecimientos contemporáneos
a él, algunos incluso vividos por él mismo y otros que le fueron transmitidos, pero
no por el fruto de una larga tradición oral: para él su obra tiene un valor ejemplar:
ktêma eis aeí (tesoro para siempre).
4.- Heródoto se limitó al conflicto entre griegos y persas como una lucha entre
las polis “civilizadas” contra el imperio de “bárbaros”, donde el recuerdo
constante del pasado griego era más glorioso que la barbarie persa
(patriotismo y sophos); aunque también razona (logos) sobre la importancia de
ello y trata de comprender las razones de la tradición persa, por lo que al
recoger los datos para su obra los hace parcialmente y sin criticarlos:
antologías, genealogías, historias locales, geografía descriptiva y etnográfica
(todo ello herencia de los logógrafos griegos).
Por su parte Tucídides innovará el análisis del conflicto espartano-ateniense al
introducir la crítica histórica (logos crítico) de las ideas políticas, los
acontecimientos, las causas profundas y los detonantes externos del conflicto,
sin albergar la tradición religiosa o logográfica, recogiendo informes de ambas
partes de los “hermanos” griegos en conflicto, bajo una mezcla de
“imparcialidad” y análisis de los hechos.
5.- En Heródoto se unen el sophos (la sabiduría y tradición griega-ingenio) y el
logos (conocimiento y pensamiento contemporáneo), contrariamente a
Tucídides que utiliza sólo el logos como análisis crítico de los hechos-reflexión.
6.- Finalmente la utilización del pasado (la logografía) en Heródoto está en
función de buscar la anécdota, casi como una enciclopedia etno-geográfica e
histórica; en Tucídides la utilización del pasado (la arqueología) está en función
de hacer comprensible el presente, casi enteramente político-histórico.
El nacimiento de la Historia Política
Si Tucídides recibió el título de «padre de la historia» fue en gran parte por el
enfoque político que le dio a su historia.
Cuando trazó el programa de su historia ya definió que no pretendía narrar los
acontecimientos de la guerra exclusivamente, sino que pretendió plasmar lo
que para él era lo más importante: las ideas políticas de ambos bandos, de los
protagonistas de la guerra, en cada momento de la guerra y de la paz -
incluyendo aquí la paz de Nicias.
Por ello, para dar una perspectiva política a su obra, utiliza dos recursos:
1) la crítica que hace a lo largo de toda la obras sobre los personajes y
2) el análisis de los discursos de los distintos dirigentes políticos de ambos
bandos a cada momento.
Es así como dibuja los planteamientos políticos, aunque no sabemos, eso sí,
con cuánta fidelidad a la realidad o si bien están hechos a posteriori en función
de su propia subjetividad y de la finalidad de su obra.
Es notorio que en los discursos se reflejan personajes atenienses favorecidos
por la crítica de Tucídides (aún como Pericles) y que ello se debe achacar a la
proximidad de ideas políticas de Tucídides a favor de Atenas, a pesar de su
ideología aristócrata.
Parte de su método es la búsqueda en cada acontecimiento y en el conjunto
de la guerra en sí misma la causa más profunda.
De hecho, gran parte del libro I desarrolla lo que para él son causa profunda
del conflicto, por un lado, y, por otro, los detonantes externos del mismo,
derivados, una causa: la expansión del imperialismo de Atenas y, encadenado
a esto, el conflicto de Corcira (la primer guerra civil griega entre los oligarcas
y demócratas. 427 a.C.), el conflicto de Potidea (entre Atenas y un ejército
combinado de Corinto y Potidea. 432 a.C.) y el Decreto Megárico (Pericles
prohiía a todos los barcos de Megara fondear en los puertos de la
confederación ateniense y Megara se unió a Corinto. 432 a.C.).
Otra parte de su método es como político y militar, analizar el fenómeno del
poder, del imperialismo y del hecho revolucionario. Relacionado con tal
concepto están todas las alusiones y meditaciones que Tucídides va haciendo
sobre el poder, su mayor procupación. Para nuestro autor la ambición de
poder es un impulso innato de la naturaleza humana y es éste el que, como
motor de los impulsos humanos, explica la conducta de los estados en la idea
de que el débil está dominado por el fuerte, una la filosofía del más fuerte.
Para Tucídides la Historia de la Guerra del Peloponeso es la historia del
intento de conservación y aumento del poder imperialista de Atenas, resultado
de un plan prefijado de expansión imperialista y excusado en el temor del
propio imperio a perder su poder a manos de potencias rivales.
El análisis del imperialismo es el centro focal de la reflexión de Tucídides en
boca primero de los grandes políticos atenienses (Pericles, Cleón, Nicias y
Alcibíades) con las matizaciones y precauciones de cada uno de ellos y
después de los principales personajes del bando contrario (Hermócrates,
Arquídamo, Brásidas) con sus temores e individualismos, con la idea
subyacente de que la gran beneficiada de la guerra fue Esparta.
Es por ellos que posteriores autores como Maquiavelo en su obra El príncipe
o de Hobbes en su obra Leviathan, se basan en ideas políticas de poder
expuestas en distintos puntos de la obra de Tucídides para elaborar sus
propias tesis, así como la idea surgida en grandes estudiosos de Tucídides
que ven en él un acérrimo defensor de la Machtpolitik (política del poder) de
Pericles y lo describen como "el político que escribió para políticos".
El nacimiento de la Historia Contemporánea
La madurez de Tucídides coincidió con el desarrollo de la guerra del
Peloponeso, al comienzo de ésta (431 a.C.), por entonces debía de rondar los
treinta años de edad. Durante el destierro de veinte años es cuando decide
contar y analizar la historia de lo sucedido, ponerla por escrito con la intención
de ser leída con espíritu crítico (xyngrafeîn), no para ser escuchada por un
auditorio:
contar cómo se han producido y quiénes fueron los participantes desde el
punto de vista propio, como partícipe durante un tiempo y después, como
observador de la misma, y desde el punto de vista inmediato de gentes que
participaron en los avatares de ésta y con el análisis del semblante psicológico
y político de los grandes personajes que intervinieron mediante, no ya la
narración, sino mediante los discursos.
Es la narración de la historia mediante los discursos lo que hace que la
información sea de primerísimo orden y contemporánea, tamizada eso sí, por
el filtro objetividad-subjetividad de Tucídides.
La Historia es utilizada por primera vez para comprender los hechos de la
actualidad y no memorar aquellos pasados; la historia de Tucídides es
contemporánea.
Es, por tanto, el primer autor que escribe una historia sobre hechos
contemporáneos y por ello se constituye como principal fuente histórica de
dicho período (junto con escritores como Eurípides y Aristófanes que en sus
piezas teatrales incluían alusiones, burlas, noticias y críticas sobre la guerra),
aunque, eso sí, de un modo incompleto, pues murió al parecer antes de poder
acabarla.
Sólo Jenofonte, Cratipo, Teopompo y las Hellenica Oxyrhynchia continuaron el
relato donde aquél lo dejó, pero con una menor calidad, con una mayor falta
de testimonio y documentos inmediatos y con la falta de la concepción
histórica tucidídea.
Pensamiento en Tucídides
Como pensador Tucídides es heredero de la sofística ateniense y del espíritu
humano naturalista de esta ciudad alejada entonces de todo poder o influencia
divina y de la historia legendaria (Doria y Eólica), preocupándose por el presente
y como ser social, por su conducta privada (su moral) y por su conducta pública
(su política), así como de las corrientes científicas y filosóficas del momento.
La influencia sofística se plasma a lo largo de la obra en distintos puntos: en la
estructura y el estilo de su lengua, en el estudio de lo verosimil (tò eikós) como
fundamento de la crítica junto a una oposición al relativismo en el poder supremo
de la razón como factor político e histórico (gnóme y synesis) y no moral y
filosófico como postulaba Sócrates. En síntesis, en una lección de política e
historia universal (ktêma eis aeí).
De la filosofía natural de Anaxágoras y de Demócrito toma la concepción de que
el espíritu humano actúa de acuerdo a sus leyes, leyes naturales, sin intervención
divina: la vida y la historia se manifiestan como el encadenamiento de
circunstancias naturales y materiales junto con los hechos humanos.
De la escuela hipocrática hereda Tucídides la deducción de las causas por
observación e inducción, mediante la experiencia y el raciocinio; la distinción entre
causas profundas (aitía) y síntomas como pretextos y motivos ocasionales
(profásis); la influencia del carácter moral (nómos) y físico (fysis) de los pueblos y
su interés médico y minucioso por describir la peste de Atenas.
Metodología en Tucídides
Tucídides al inicio de La Guerra del Peloponeso (I: 22), se dedica a exponer
parte del método seguido para la elaboración de su obra, todo él emparentado
con las ya vistas sofística, filosofía y ciencia; además, el método indica que la
obra consta de dos elementos básicos: discursos y narración de hechos, con la
mayor objetividad en la medida de lo posible para acercarse a la realidad de lo
sucedido.
1) Los discursos (Logoi): El fundamento de estos está en que no es realmente lo
que dijeron los personajes sino que son reconstrucciones aproximadas de lo que
pudieron decir. Así, hay discursos que realmente Tucídides sí pudo oír, pero no
son la mayoría (los de fuera de Atenas antes de su destierro y los de Atenas
durante el mismo). Al mismo tiempo ofrecen un aspecto muy sintomático:
presentan analogías de estilo y pensamiento con fórmulas que se repiten casi a
modo de correspondencias. Al mismo tiempo, discursos de personajes que no
gozaban de la simpatía de Tucídides (Cleón, por ejemplo) son pesados, mientras
que discursos de los personajes favoritos de Tucídides (Pericles o Alcibíades)
son más amenos y ágiles.
Por tanto, al margen de que fueran auténticos o reelaborados, han sufrido la
actuación de un criterio estilístico al tiempo que están todos ellos escritos en
ático, lo que hace sospechar en cierto modo de la objetividad de Tucídides. No
obstante, hay que tener en cuenta que, como ha indicado de Romilly, el criterio
de objetividad en Tucídides no se basa tanto en distinguir lo verdadero y lo falso,
sino en distinguir con inteligencia y con elección lo que cuenta y lo que no
cuenta, lo importante y lo insignificante.
Otro dato que lleva a pensar en la reelaboración de los discursos es que la
duración de éstos en el ágora era mucho mayor que la extensión que los
discursos tucidídeos presentan: al parecer lo que Tucídides habría hecho es
concentrarlos para hacer de ellos unos discursos para ser leídos y no para
ser escuchados.
Con todo, la variedad de los discursos es muy grande: los hay
encomiásticos, como el elogio fúnebre de Pericles y el discurso en honor de
éste; los hay deliberativos, como los de la conferencia de Esparta o la de
Camarina; los hay dialogados, uno sólo, entre embajadores melios y
atenienses; y, por último, están las arengas de los generales y estrategos a
los soldados.
2) La narración de los hechos: respecto a los hechos, Tucídides dice en su
programa que se ha limitado a una crítica profunda recibida de los mejores
testigos. Algunos eran de primerísimo orden y muy famosos como
Alcibíades, pero siempre pasando por el tamiz de su objetividad. Tucídides
selecciona lo que, a su juicio, es historiable de los hechos y lo acontecido, lo
que siempre es importante para él y el objetivo de su obra, aunque en
ocasiones también lo que calla es importante. No obstante, de lo que calla da
parte por consabido y conocido y, al mismo tiempo, enfatiza lo que es de
gran trascendencia.
3) El estilo tucidídeo: si Tucídides ha perdurado a lo largo de los siglos como
modelo de historiador y de prosista debe gran parte de su éxito a la
originalidad de su prosa y la peculiaridad de su estilo, en parte único y en
parte modélico para la posterior prosa ática.
4) El léxico: el carácter del léxico tucidídeo, a pesar de ser historiador y
prosista, se caracteriza por ser muy poético, aunque parezca paradójico;
cómo lo hace y lo consigue es fácil, al menos para él: toma términos y
construcciones típicas de la poesía, al tiempo que carga determinados
pasajes con un dramatismo, plagados con un ritmo prosístico muy distinto
del habitual, adoptando y adaptando para ello palabras de poetas como
Homero y los dramáticos o tomando palabras y términos de la prosa jonia e
incluso creando él mismo nuevos términos y expresiones.
5) La lista de neologismos (palabras nuevas), inventados y utilizados por
Tucídides es muy grande: los sistemas de composición de palabras alcanzan
con Tucídides unas de las mayores cotas de la lengua y literatura griega.
Cualquiera, al traducirlo, habrá podido comprobar que, de un lado, términos
normales aparecen utilizados con distinta significación en Tucídides y sólo en
él, ya ningún otro autor utiliza tal acepción, y, de otro, términos que sólo
aparecen recogidos en Tucídides, bien por primera vez o bien por única. Esto
nos puede dar idea de un rasgo de Tucídides: la precisión de su vocabulario
y la riqueza de matices de su lengua.
6) Figuras retóricas: Tucídides es un autor que usa de un modo prolífico
distintas figuras retóricas y estilísticas; de los sofístas heredó el gusto por la
antítesis, una antítesis exacerbada, ya que la usa no sólo para contraponer
elementos de una oración, subordinadas u oraciones enteras, sino que
también hace antitéticos los discursos: los discursos se contraponen unos a
otros -a veces unos son respuesta a otros-, pero siempre cargados con el
mayor retoricismo, a pesar de su brevedad, con un estilo recargado con
largos períodos de subordinación.
7) Propone un libro donde todo sea verdad, utiliza el término sygraphein
(acta), un contrato con el lector en el que garantiza la veracidad de lo
narrado. La forma de escribir historia por tanto está basado en la autopsia,
«sólo lo que se ha visto se puede escribir».
8) Tucídides sería un modelo de historiador ideal pues tuvo que escribir
desde el destierro, de una manera objetiva y sin poseer la carga épica y
legendaria de los antiguos escritores. Por eso, en cierto sentido su modo de
escribir la historia será la antítesis de Heródoto, al que tildó de mero
logógrafo.
9) Utiliza el antiguo modelo de Erga (narración de los acontecimientos).
Primero se apoya en lo que han visto los testigos, los interroga hasta estar
seguro de lo que en realidad ocurrió y luego se apoya en pruebas jurídicas.
10) Utiliza la intuición y la psicología humana como parte de la crítica. En su
obra, escrita con gran rigor y muy prosaica, analiza los hechos, yendo más
allá de lo anecdótico para buscar las motivaciones personales de los
protagonistas de los hechos, sus ambiciones y sus temores, sin ocultar sin
embargo su admiración por algunas posturas políticas. Intenta que prime la
objetividad.
Obra
La Historia de la Guerra del Peloponeso es un relato de la Guerra del
Peloponeso, que tuvo lugar en la Antigua Grecia y que enfrentó a la Liga del
Peloponeso (liderada por Esparta) y la Liga de Delos (liderada por Atenas). La
obra fue escrita por Tucídides, un general ateniense que sirvió en la guerra.
La obra es considerada un clásico, además de que se trata de uno de los
primeros libros de historia que se conocen. Fue dividida en ocho libros por los
editores posteriores de la antigüedad.
Los análisis que se han realizado de la obra normalmente se encuadran en dos
tipos: Por un lado se encuentran aquellos que consideran la obra como una
pieza histórica, objetiva y científica. Por otro, una interpretación más reciente
relacionada con teoría de la recepción argumenta que la obra se interpreta
mejor como una obra de literatura y no como un relato objetivo de los hechos
del pasado.
Esta última visión se puede observar en la palabras de W. R. Connor, que
describe a Tucídides como "un artista que responde, elige y coloca hábilmente
su material, y desarrolla su potencial simbólico y emocional." Ambas
interpretaciones son admitidas por los estudiosos.
Síntesis y estructura de cada libro.
Libro I: Objetivo de Tucídides al escribir la obra. Arqueología. Plan y
método del historiador. Los discursos. Causas y detonantes de la guerra.
Conflicto de Corcira. Defección yasedio de Potidea. Pentecontecia y
expansión política ateniense. Conferencia de Esparta: votación en favor
de la guerra y sus preparativos. Discurso de Pericles: política ateniense.
Libro II: Narración de los tres primeros años de la guerra (431-429 a. C.).
Año 431 a. C. : Comienzo de la misma. Contingentes de ambos bandos.
Invasión y devastación del Áticapor los lacedemonios. Discurso fúnebre
de Pericles. Año 430 a. C. : Invasión y devastación del Ática por los
lacedemonios. La peste en Atenas. Elogio a Pericles. Expediciones
atenienses contra la costa peloponesia y Tracia. Rendición de Potidea.
Autodefensa de Pericles. Año 429 a. C.: Cerco peloponesio a Platea.
Combate naval y victoria ateniense en Naupacto. Incursión peloponesia
en Salamina. Tracia, aliada ateniense contra Macedonia.
Libro III: Tres siguientes años de guerra (428-426 a. C.): Año 428 a. C.:
Levantamiento de Lesbos y revuelta de Mitilene. Circunnavegación
ateniense del Peloponeso. Discurso mitilenio en solicitud de ayuda a los
lacedemonios. Evasión de Platea. Año 427 a. C. : Invasión y devastación
del Ática por los lacedemonios. Rendición de Mitilene a los atenienses.
Debate en Atenas sobre el futuro de Mitilene. Rendición de Platea.
Guerra civil de Corcira- Segundo brote de peste en Atenas y terremotos.
Año 426 a. C. : sin hechos destacados.
Libro IV: Tres siguientes años de guerra (425-423 a. C.): Año 425 a. C. :
Victoria ateniense en Pilos. Esfacteria y la tregua de Pilos. Discurso de
embajadores lacedemonios ante atenienses. Guerra en Sicilia. Toma de
Esfacteria. Abandono ateniense y lacedemonio de Pilos. Expedición
marítima ateniense contra Corinto. Año 424 a. C. : Expedición ateniense
contra Citera. Sedición oligárquica en Megara. Brásidas en Tracia.
Defección de Acanto y Estagiro. Batalla ateniense-beocia. Toma beocia
de Delión- Año 423 a. C. : Armisticio entre Atenas y Esparta. Defección
de Escíone y Mende. Toma de Mende y asedio de Escíone por los
atenienses.
Libro V: Siete siguientes años de guerra (422-416 a. C.): Año 422 a.C. :
Muerte en Tracia de Brásidas y Cleón. Paz de Nicias y alianza de las
dos potencias. Año 421 a. C. :Corinto, Argos, Mantinea y Élide se
oponen a la paz. Año 420 a. C. : Alianza entre Argos y Esparta.
Diferencias entre Esparta y Atenas. Alcibíades contra el tratado de paz.
Alianza entre Atenas y Argos. Año 419 a. C. : Guerra entre Epidauro y
Argos. Año 418 a. C. : Guerra entre Argos y Esparta. Victoria espartana
en Mantinea. Alianza entre Argos y Esparta. Año 417 a. C. : Ruptura de
la paz de Nicias. Año 416 a. C.: Conferencia de Melos y rendición de
Melos a los atenienses.
Libro VI: Dos siguientes años de guerra (415-414 a. C.): Año 415 a.C. :
Campaña de Sicilia. Debate en Atenas por la expedición. Preparación de
Sicilia. Alcibíades cambia de bando. Año 414 a. C. : Guerra en Grecia y
Sicilia.
Libro VII: Dos siguientes años de guerra (414-413 a. C.): Año 414 a.C.:
Batalla de Siracusa. Invasión y devastación del Ática por los
lacedemonios. Año 413 a. C.: Cerco lacedemonio de Decelia. Alianza
siciliana contra Atenas. Combates navales y derrota naval ateniense en
Sicilia.
Libro VIII: Dos siguientes años de guerra (412-411 a. C.): Año 412 a.C.:
Rebelión contra Atenas de Quíos, Clazómenes, Mileto y otras
ciudades. Alianza entre Darío II y los lacedemonios. Combate en
Mileto. Defección de Rodas. 2º y 3º tratado de paz de Esparta con
Tisafernes. Año 411 a. C. : Luchas políticas y de clases en Atenas: el
gobierno de los Cuatrocientos. Disensiones en el ejército y en Atenas.
Defección de Bizancio. Combate naval y victoria ateniense en el
Helesponto.
Tucídides de Atenas Pensamiento Griego Ateniense Político
Historia de la guerra del Peloponeso Las guerras entre Atenas y Esparta
Tema principal: Explicación de las diferencias culturales y políticas entre Atenas y Esparta.
Sujetos históricos: Atenas, Esparta; Herípides, Aristófanes, Jenofonte, Teopampo; Partidos demócrata y
aristócrata; Liga del Peloponeso (Esparta); Liga de Delos (Ateniense); Cimón de Atenas, el
general Demóstenes de Atenas, Pérdicas, Cadias III, Fornión de Atenas, Arquídamo II de
Esparta, Cleón; etc.
Móviles históricos: La acción política de los Demos contra la política de los Aristos; el control del comercio y de
la navegación y el poderío naval; el financiamiento de la guerra y las alianzas religiosas y
comerciales; el botín prometido a los mercenarios.
Constantes históricas: El partidismo político; la monarquía y la oligarquía; la traición; el Destino; la Tragedia y
la muerte.
Metodología: Nivel: Deductivo. Tipos: Analítico, crítico, descriptivo y comparativo.
Máximas históricas: Los grandes hombres siempre han de ser recordados porque su tumba yace en la Tierra
eterna.
La experiencia es sin duda importante, pero más importante es recordar la experiencia.
Entre los hombres no hay gran diferencia, su superioridad consiste en aprovechar las
lecciones de la experiencia.
Entre los hombres superiores existe uno que es el mayor y este es el sabio.
El hombre no es nada, mientras que la mujer siempre es algo más (por su capacidad
reproductiva).
Fuentes: El mismo y sus compañeros de armas, Homero; Herodoto; Heurípides; Aristófanes; Jenofonte; Cratipo;
etc.