TSD e Ingenieria Didactica
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CONSIDERACIONES GENERALES
A los profesores de Matemática les ha preocupado desde siempre cómo cumplir con la
tarea de “enseñar”. Sin embargo, las respuestas respecto de cómo hacerlo de la mejor manera
fueron cambiando a lo largo del tiempo centrándose en distintos aspectos. Influidos por las
teorías en las que fueron formados, las que aparecieron de manera poco sistemática, y sin la
posibilidad de compartir sus reflexiones con otros colegas.
En un breve recorrido histórico por las teorías que sustentaron y sustentan las prácticas
escolares en general, y en particular la enseñanza de la matemática, advertiremos que la
pregunta central a las que dichas teorías intentaban e intentan dar respuesta ha ido cambiando.
Si tomamos como inicio de esta preocupación la pregunta “¿Cómo se puede enseñar
una noción?. Esta pregunta esta centrada en el profesor, la problemática gira alrededor de los
métodos de enseñanza.
En los años 60/70 se produjo un cambio sustancial con respecto a este
cuestionamiento. El surgimiento de importantes investigaciones en el campo de la Teoría del
Conocimiento, y su influencia en las Teorías del Aprendizaje, mostraron la importancia de
considerar los modos en que los alumnos aprenden conocimientos. “¿Cómo aprenden los
alumnos?”, fue entonces la pregunta central, contestada de diferentes maneras, destacándose
entre las respuestas, las proporcionadas por dos teorías: el conductismo y el constructivismo.
La primera de estas corrientes teóricas, ubica al sujeto que aprende en una actitud
pasiva, al cual hay que estimular convenientemente para que pueda adquirir dicho saber. En
tanto, la segunda fue precedida por las revolucionarias investigaciones de Piaget con relación a
cómo pasa un sujeto de un estado de conocimiento a uno de mayor conocimiento.
Desde un punto de vista pedagógico, reinaba la idea según la cual “basta saber bien
matemáticas para saber enseñarlas bien”, más el aprendizaje de algunos principios
pedagógicos generales.
Las respuestas a la pregunta anterior fueron dadas sólo en forma parcial, ubicando
solamente la problemática en un ámbito específico y con relación a un saber particular, a
principio de los años 70, psicólogos, pedagogos y matemáticos comenzaron a preocuparse por
fenómenos no tenidos en cuenta hasta ese momento.
Las desilusiones que no tardaron en hacerse sentir, pusieron en evidencia la
insuficiencia de estos puntos de vista: las matemáticas no se habían transformado,
milagrosamente, en algo de fácil aprendizaje; ciertos objetos de enseñanza introducidos, mal
adaptados, sufrían transformaciones no previstas por los autores de las reformas; las múltiples
innovaciones realizadas no permitían constituir un cuerpo de conocimientos confiables, etc.
Es a partir de esta toma de conciencia que nació de alguna manera la didáctica de las
matemáticas, tomando distancia a la vez de la matemática y de la pedagogía para desarrollar
un campo teórico específicamente adaptado a su problemática y a los métodos de
investigación que estaba en condiciones de utilizar.
La pregunta centrada en el alumno fue cambiando y ganando especificidad: “¿cómo
aprenden matemática los alumnos?”, dando lugar al contenido a enseñar y luego “¿cómo
aprenden matemática dichos sujetos en la escuela?”
Estas preguntas sitúan al alumno junto al docente como actor, de situaciones en las
que desarrollan la actividad que los reúne.
La didáctica de la matemática tuvo su nacimiento en Francia (1970/1980)en el marco
de un vasto movimiento de renovación de la enseñanza. Pero lo ha hecho rompiendo en cierto
sentido con los puntos de vista que habían sostenido las reformas.
Actualmente los investigadores se interesan en un campo que se presenta como
particularmente fértil: la didáctica de la matemática. Dicho campo no debe ser considerado
como un conjunto de fenómenos analizables desde la psicología, la pedagogía y la matemática,
aunque es indispensable el aporte de todas estas disciplinas, así como también el de otras
como la psicología y la antropología. Es un nuevo campo de estudio que requiere
investigaciones propias en las que apoyarse.
Según Brousseau (1981), el objeto de estudio de la Didáctica de la Matemática es: ” Un
conjunto de relaciones establecidas explícita y/o implícitamente entre un alumno o un grupo de
alumno, un cierto medio (que comprende eventualmente instrumentos u objetos) y un sistema
educativo (representado por el profesor) con la finalidad de lograr que estos alumnos se
apropien de un saber constituido o en vías de constitución.”
Como ciencia que estudia los procesos de transmisión y adquisición de los diferentes
contenidos matemáticos, particularmente en situación escolar, la didáctica se encuentra en el
cruce de diferentes campos científicos en los cuales encuentra sus fundamentos.
- En las adquisiciones de la psicología cognitiva, se retiene en particular el hecho de
que el sujeto construye sus conocimientos en una interacción constante con el
objeto, y que el factor fundamental de desarrollo cognitivo es la equilibración,
proceso dinámico de asimilación y acomodación, de desequilibración y
reequilibración.
- Desde un punto de vista epistemológico, uno de los aportes esenciales es sin duda
la noción de obstáculo didáctico introducido por Chevallard, tomada del obstáculo
epistemológico, desarrollada por Bachelard en “La formación del espíritu científico”.
- Desde el punto de vista de los aspectos sociales del aprendizaje, se puede citar los
trabajos de psicología social de la escuela de Ginebra. Estos han mostrado que el
trabajo colectivo, y más especialmente, los conflictos cognitivos entre iguales
facilitan ciertas apropiaciones individuales (la apropiación individual es mediatizada
por el trabajo colectivo)
- Otros aportes también se darán desde la lingüística, trabajos de tipo
psicoanalíticos.
Podríamos decir que, la Didáctica de las Matemáticas es el estudio de los procesos de
transmisión y adquisición de saberes dentro de un sistema institucional específico, su objetivo
es entonces intervenir en el sistema educativo en forma benéfica, es decir, proponiendo
condiciones para que el funcionamiento del sistema didáctico asegure la constitución de un
saber viviente, susceptible de evolución, y funcional, que permita resolver problemas y plantear
verdaderas interrogantes.
El modelo centrado en la construcción del saber por el alumno; se propone partir de
concepciones existentes en el niño y ponerlas a prueba. Para esto el docente tendrá que
seleccionar problemas que permitan a cada alumno construir su saber en interacción con otros
compañeros.
Desde esta perspectiva, se trata de que el maestro organice una serie de secuencias
que constituyan una situación global de aprendizaje. A partir de situaciones la labor del didacta,
en este marco es el desarrollo de situaciones didácticas y de ingenierías didácticas. Estas
últimas son propuestas de situaciones de aprendizaje destinadas a asegurar de manera
controlada la emergencia de conceptos matemáticos en el contexto escolar, marco desarrollado
por M. Artigue.
La teoría de las situaciones didácticas de Guy Brousseau
Todo este desarrollo busca revertir las dificultades que tienen los alumnos, que se
expresan en sus errores. Por lo tanto, es importante reflexionar acerca de su significado y
origen. Los errores son producto de las concepciones (conocimiento mal diseñados o mal
enseñados) que tiene el estudiante y que éste "retiene" por que le son útiles: le permiten
resolver problemas específicos. Estas concepciones son, entonces, producto de propiedades
de lo enseñado y, por consiguiente, consecuencia de una enseñanza deficiente. Estamos
hablando de lo que se denomina fenómenos didácticos los cuales se producen en situación de
enseñanza o de aprendizaje e involucra a alguno de los actores, o la puesta en práctica, o la
interacción entre los actores de una propuesta de enseñanza o situación de aprendizaje.
En la teoría didáctica de Brousseau los alumnos tienen unas concepciones iniciales y el
propósito de la enseñanza es que se generen unas concepciones resultantes. Para ello se
requiere de un proceso didáctico. La esencia del proceso se centra en el diseño y el control de
este proceso que, de acuerdo a la hipótesis epistemológica, se logra a través de problemas que
se desarrollan dentro de un contexto social cuyas reglas (implícitas y explícitas) constituyen el
contrato didáctico. Estas reglas se refieren a la legitimidad del problema, a la conexión del
problema con la actividad en clase y a las responsabilidades que asumen el profesor y los
alumnos. El contrato didáctico, como el conjunto de reglas de juego y las estrategias de la
situación didáctica implican responsabilidades mutuas entre el profesor y el alumno. La
responsabilidad del profesor (además de proponer la situación a-didáctica) es la de resolver los
conflictos que se generan en el contrato didáctico, con motivo de las dificultades en la
búsqueda de la respuesta por parte del estudiante. Para resolver estos conflictos, el profesor
debe transformar el conocimiento cultural a un conocimiento apropiado al contexto de la
interacción.
Desgraciadamente, como señala Brousseau (1986), "no se conocen las condiciones
necesarias mínimas para darle sentido a la actividad del alumno, ni suficientes para satisfacer
su contrato. El profesor, además de los problemas, debe también dar los medios para
resolverlos. Debe entonces hacer como si él supiera cómo, a partir de un cierto conocimiento
(enseñado) se fabrican las soluciones a nuevos problemas”. Al producirse los conflictos en el
contrato didáctico (en la búsqueda de una solución a un problema) el profesor se ve abocado a
resolverlos por medio de algoritmos. Este procedimiento, el más común para resolver los
conflictos, tiene grandes riesgos: puede darse un deslizamiento en el contrato didáctico, puesto
que el algoritmo se convierte en el objeto del conocimiento: el profesor lo presenta y el alumno
lo recibe, esperando ser capaz de aplicarlo. En este deslizamiento metamatemático el contrato
cambia a una discusión y negociación sobre el algoritmo. "El profesor quisiera enseñarle al
alumno a buscar; éste espera que se le den los algoritmos" (Brousseau, 1986), dando origen a
alguna de las paradojas pedagógicas.
Por lo tanto, el juego del contrato didáctico viene acompañado de toda una familia de
fenómenos, paradojas pedagógicas, las cuales son situaciones en las que el proceso no
necesariamente sucede como se espera; por lo que, se observan desequilibrios correcciones,
las reglas de la evolución del sistema o al menos sus efectos variables. Estos pueden ser
inferidos del modelo teórico y observados tanto en el ámbito de una clase como en el conjunto
de una comunidad.
Para Brousseau el inventario de fenómenos ligados al contrato didáctico esta todavía
en plena expansión, pero reconoce:
El efecto Topaze: ante los fracasos repetitivos del alumno el profesor plantea al alumno
preguntas cuyas respuestas están predeterminadas. Toma preguntas cada vez más
fáciles. El profesor se ve obligado a producir artificialmente el éxito escolar dejando de
lado la comprensión. Sustituye la práctica de la deducción por la memorización.
El efecto Jourdain: el profesor decide que es inútil enseñarle sutilezas al alumno, a
priori él ha juzgado que el alumno es incapaz de comprender. El profesor para evitar el
debate de conocimiento con el alumno y eventualmente constatar el fracaso, se
permite reconocer un índice de conocimiento científico, en el comportamiento o en las
respuestas del alumno, aunque aquellas sean motivadas por causas triviales y de
significación pobre.
El deslizamiento metacognitivo: cuando el profesor reconoce que la enseñanza ha
fracasado, puede verse en la necesidad de justificarse y para continuar con su acción,
toma sus propias explicaciones y medios heurísticos como objetos de estudio en lugar
del verdadero conocimiento matemático.
El abuso de analogías: la utilización de analogías sin control es un fabricante del efecto
Topaze, ya que se realizan para que se produzca el aprendizaje; el profesor plantea
situaciones similares a una ya resuelta, entonces el alumno busca semejanzas y
resuelve con la solución dada anteriormente.
El envejecimiento de las situaciones de enseñanza: el profesor encuentra dificultades
para replicar la misma lección, aunque se trate de alumnos nuevos: la réplica exacta de
lo que ha dicho o hecho anteriormente no tiene el mismo efecto y lo más frecuente es
que los resultados sean menos buenos. Este efecto aumenta con el número de
réplicas.
Esta modelización permitiría analizar y responder diversas preguntas, como por ejemplo:
¿Cómo se comunica el saber matemático?
¿Cuáles son las características de esta comunicación?
¿Cómo influyen estas características en el proceso de enseñanza y aprendizaje de las
matemáticas?
¿Qué papel debe jugar el profesor en las situaciones didácticas?
¿Cuál es la situación fundamental para tal o cual saber matemático?
¿Qué obstáculo epistemológico hay que presentarle al alumno para que adquiera tal saber
matemático?
¿Cuáles deberían ser las características de las situaciones didácticas presentadas por el
profesor?
¿Cuáles son las condiciones necesarias mínimas para que se logre con éxito el proceso de
aprendizaje?
¿Cómo debe ser el control del proceso?
¿Cuál es el tipo de tareas que conviene proponer a los alumnos a fin de provocar los
desequilibrios cognitivos propicios para la emergencia de un nuevo saber?
La ingeniería didáctica en Educación Matemática de Michele Artigue
1.1.2. Experimentación
En la fase de experimentación se hace efectiva la ingeniería, donde las variables
didácticas toman ahora valores reales que se producen como consecuencia de la puesta en
escena de la ingeniería. Luego estos resultados se compararán con el análisis a priori y en la
siguiente fase se rechazarán o confirmarán las hipótesis planteadas.
Esta experimentación se hace teniendo un control sobre las variables didácticas;
además de ponerse en la sala de clase tal como se concibió en la ingeniería, tratando de evitar
que el profesor no haga ningún cambio, ni siquiera en el contrato didáctico subyacente en cada
parte, de no ser así se desvirtuarían los resultados, que no estarían libres de “ruidos” y se
tendría que volver a llevar a cabo en una situación similar, hasta que se logren los supuestos
antes mencionados.