El Verdadero Clamor de
Medianoche
Samuel Snow
Adrian Ebens
El verdadero clamor de medianoche
¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
Samuel Sheffield Snow
22 de Agosto de 1844
12 de Agosto de 2018
Impreso y distribuido en español por
MARANATHA MEDIA
Maranathamedia.net
Maranatamedianet@gmail.com
Traducido al español por Daniel Bernhardt
La versión de la Biblia utilizada es la Reina Valera 1960, a menos que se indique lo contrario.
El camino iluminado
Elena de White describe el movimiento del Espíritu como una marea creciente en respuesta
al clamor de medianoche del movimiento del séptimo mes. Poca gente sabe realmente cuán
poderoso fue ese movimiento. Note cuidadosamente estas palabras:
“Ahora nuestras esperanzas se concentraron en la venida del Señor en 1844.
Esta fecha coincidía con el mensaje del segundo ángel, quien volando en
medio del cielo anunció: “Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad”
(Apocalipsis 14:8). Ese mensaje fue proclamado por primera vez por los
siervos de Dios en el verano de 1844. Como resultado, muchos salieron de
las iglesias caídas. En relación con este mensaje se dio el clamor de
medianoche*: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” (Mateo 25:6). En
todos los sectores del país se vio luz concerniente a este mensaje, y el
clamor despertó a miles de personas. Resonó de ciudad en ciudad y de
aldea en aldea hasta llegar a las regiones más remotas del país. Alcanzó a
los eruditos y talentosos tanto como a los ignorantes y humildes.
Ese fue el año más feliz de mi vida. Tenía el corazón lleno de una gozosa
expectativa, …”1
“El décimo día del séptimo mes, el gran día de la expiación, el tiempo de
la purificación del santuario, el cual en el año 1844 caía en el 22 de
octubre, fue considerado como el día de la venida del Señor. Esto estaba
en consonancia con las pruebas ya presentadas, de que los 2.300 días
terminarían en el otoño, y la conclusión parecía irrebatible.
En la parábola de Mateo 25, el tiempo de espera y el cabeceo son seguidos
de la venida del esposo. Esto estaba de acuerdo con los argumentos que se
acaban de presentar, y que se basaban tanto en las profecías como en los
símbolos. Para muchos entrañaban gran poder convincente de su verdad;
y el “clamor de media noche” fue proclamado por miles de creyentes.
Como marea creciente, el movimiento se extendió por el país. Fue de ciudad
en ciudad, de pueblo en pueblo y hasta a lugares remotos del campo, y
consiguió despertar al pueblo de Dios que estaba esperando. El fanatismo
desapareció ante esta proclamación como helada temprana ante el sol
naciente. Los creyentes vieron desvanecerse sus dudas y perplejidades; la
esperanza y el valor reanimaron sus corazones.”2
“Entre todos los grandes movimientos religiosos habidos desde los días de
los apóstoles, ninguno resultó más libre de imperfecciones humanas y
engaños de Satanás que el del otoño de 1844. Ahora mismo, después del
transcurso de muchos años, todos los que tomaron parte en aquel
1
Elena de White, {1TI 56}
2
Elena de White, {CS 397}
movimiento y han permanecido firmes en la verdad, sienten aún la santa
influencia de tan bendita obra y dan testimonio de que ella era de Dios.”3
Este movimiento fue iniciado por el siguiente documento escrito por Samuel Snow que fue
primeramente publicado el 21 de Julio de 1844. Presentó ante el pueblo de Dios el tiempo
del día diez del séptimo mes bíblico, el cual fue el 22 de octubre de 1844. J. N Loughborough
registra el evento que inició el clamor de medianoche:
“Así siguió la batalla hasta julio de 1844, cuando se reunió la mayor reunión
campestre celebrada por los adventistas, en Exeter, N. H. Se informó que
asistieron tres mil personas. Se realizó en el bosque, al aire libre, no hubo
pabellones de lona para los cultos del campamento, pero había muchos
asientos. El domingo de mañana el pastor Joseph Bates estaba predicando,
cuando un hombre entró cabalgando a toda velocidad al campamento, puso
su caballo donde se los ataba, luego vino a la audiencia, se sentó junto a la
familia del pastor John Couch, y con la Biblia abierta, en un susurro, les
explicó la causa de su chasco, y el clamor de medianoche que debía
comenzar.
El hermano Bates estaba usando como una ilustración de su jornada de
paciente espera, su experiencia de cuando se acercaba a casa después de
un viaje por el mar y una larga ausencia. El poder de Dios vino sobre la
Hermana Couch, y al ponerse de pie, le hizo señas al hermano Bates. Él dijo:
“Hermana, ¿qué hay?” Ella contestó: “Lo que usted dice está muy bien, pero
aquí hay un hombre que tiene luz sobre el clamor de medianoche”. “Pues
bien”, dijo el hermano Bates, “entonces que venga aquí a la plataforma y la
comparta con la gente”, y él se sentó.
El ministro que caminó hacia el púlpito era S. S. Snow, que en unas pocas
frases les dio un bosquejo de su mensaje del clamor de medianoche. El
pastor Jaime White estaba en esa audiencia; yo no estuve allí, pero recibí mi
conocimiento sobre el tema de quienes estuvieron allí.
El clamor de medianoche
El hermano Snow hizo la siguiente pregunta: “¿Dónde estamos en nuestra
experiencia del advenimiento?
Respuesta de la audiencia: “En el tiempo de demora”.
Pregunta: “¿Cuánto debía demorar la visión?”
Respuesta: “Hasta la medianoche”.
Pregunta: “¿Qué es un día en la profecía?”
3
Elena de White, {CS 398}
Respuesta: “Un año”.
Pregunta: “Entonces, ¿qué sería una noche?”
Respuesta: “Seis meses”.
Pregunta: “Entonces, ¿qué sería la medianoche?”
Respuesta: “Tres meses”.
Pregunta: “¿Cuánto tiempo hemos estado en el tiempo de demora?
Respuesta: “Justo tres meses”.
Él dijo: “Entonces ahora es justo la medianoche, y estoy aquí con el clamor
de medianoche”. En unas pocas frases explicó que era el otoño de 457
cuando salió el decreto, y por lo tanto les faltaban seis meses en su cálculo,
mostrándoles que los 2.300 días terminarían el 22 de octubre de 1844, en
lugar de haber sido en la primavera como habían supuesto previamente.
Entonces, con voz fuerte dijo: “Aquí viene el esposo en el décimo día del mes
séptimo, 22 de octubre de 1844. Salid a recibirle”.
Al pronunciar estas palabras el gran poder de Dios cubrió el campamento,
muchos se postraron en el suelo, tornando repentinamente el campamento
en una reunión poderosa de confesión y testimonios. Eso fue sólo el
comienzo del mensaje del clamor de medianoche. De ese movimiento el
hermano Southard dijo, en el Midnight Cry, el periódico que él dirigía:
“Recorrió la tierra con la velocidad de un tornado, y alcanzó los corazones
en lugares diferentes y distantes casi simultáneamente, y de una manera
que sólo se puede explicar suponiendo que Dios estaba en ello”.4”
Cuando el ángel le habló a Elena de White describiendo los eventos que llevarían al chasco
del 22 de octubre de 1844, ella aprendió:
“Mientras estaba orando ante el altar de la familia, el Espíritu Santo
descendió sobre mí, y me pareció que me elevaba más y más, muy por
encima del tenebroso mundo. Miré hacia la tierra para buscar al pueblo
adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces una voz me dijo:
“Vuelve a mirar un poco más arriba.” Alcé los ojos y vi un sendero recto y
angosto trazado muy por encima del mundo. El pueblo adventista andaba
por ese sendero, en dirección a la ciudad que se veía en su último extremo.
En el comienzo del sendero, detrás de los que ya andaban, había una
brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el “clamor de media noche.”
Esta luz brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies de los
caminantes para que no tropezaran.”5
El mensaje del clamor de medianoche dado por Samuel Snow en julio de 1844 contenía
información que iluminaría todo el camino de los santos hasta la ciudad de Dios. Mientras
4
J. N. Loughborough, El gran movimiento adventista, páginas 434-435
5
Elena de White, {PE 14.1}
mantuvieran sus ojos fijos en Jesús llevando esta información ellos no tropezarían. El mensaje
del clamor de medianoche contenía información sobre lo siguiente:
1. Los 6000 años
2. La profecía de los 2520 años
3. La profecía de los 2300 años
4. Las setenta semanas de Daniel 9
5. El año de la crucifixión siendo el 31 DC
6. Viernes siendo el día en que Cristo murió ese año
7. El calendario judío caraíta siendo el correcto calendario mediante el cual determinar
los festivales bíblicos y así determinar la fecha del 22 de octubre de 1844 como la
fecha para el día de la expiación de ese año.
8. La ley dada en el monte Sinaí como un tipo del derramamiento del Espíritu Santo
en el día del Pentecostés.
9. La venida de Cristo está conectada con el jubileo y el anti-tipo de la fiesta de los
tabernáculos ocurrirá en la cena de bodas del Cordero.
10. El período de los 1000 años luego de la venida de Cristo es un sábado de milenio
de descanso.
Este poder del Espíritu que acompañó el clamor de medianoche en conexión con el mensaje
del segundo ángel nos invita a cuidadosamente considerar cuán firmemente están
establecidos los puntos de este mensaje. Ignorarlos es oscurecer la luz que brilla “a todo lo
largo del sendero”, que haría que tropezáramos y cayéramos del camino derecho y estrecho
a la vida eterna.
Las implicancias del calendario caraíta no se detienen simplemente en el método para calcular
el año bíblico; también nos dice que el séptimo día de la semana es el sábado, así removiendo
la noción de que el sábado es calculado de acuerdo con la luna nueva o el sábado lunar.
También remueve la idea de que el sábado comienza al amanecer, no siendo esto parte del
sistema del calendario caraíta.
Mi más profunda apelación a todos aquellos interesados en el mensaje del tercer ángel es la
de seguir el clamor de medianoche y a permanecer en el camino que ha sido iluminado para
nosotros a todo lo largo del sendero hasta la ciudad. Hay muchas voces que llaman al pueblo
de Dios a olvidarse del clamor de medianoche, pero todos esos llamados terminarán en
destrucción. Aquellos que tengan oídos, que oigan.
El Verdadero Clamor de Medianoche, por Samuel Snow
Nuestro bendito Señor y Maestro ha prometido regresar otra vez y tomar a su pueblo; de
modo que donde él está, nosotros podamos estar también. El sitio donde él y su pueblo
estarán y vivirán por siempre, es la nueva Jerusalén, esa ciudad santa, la cual Dios ha
preparado para sus hijos, la cual vendrá de los cielos de Dios a la nueva tierra, donde morará
la justicia.
En relación al tiempo de la venida, él dice en Marcos 13:32 “Pero de aquel día y de la hora
nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”. Muchos creen
que este pasaje prueba que los hombres nunca sabrán el día exacto de su venida. Pero si
prueba esto, de la misma manera demuestra que el Hijo de Dios tampoco ha de saber el día:
ya que el pasaje declara precisamente lo mismo acerca de él que de los hombres y los ángeles.
Pero, ¿puede cualquier persona creer que nuestro glorioso Señor, a quien todo el poder en el
cielo y la tierra le ha sido dado, permanecerá ignorante respecto del tiempo hasta el mismo
momento en el cual él vendrá a juzgar el mundo? En caso de que no, entonces este texto
jamás puede ser utilizado para probar que los hombres no pueden recibir el entendimiento
del tiempo. Una versión antigua inglesa de este pasaje dice: “Pero el día y la hora nadie lo da
a conocer, ni los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre”. Esta es la traducción
correcta de acuerdo a varios de los críticos más capaces de la época. La palabra conocer aquí
es la misma que es utilizada con el mismo sentido por Pablo en 1 Corintios 2:2. Pablo entendía
varias cosas aparte de Cristo y él crucificado, pero se determinó a dar a conocer nada más
que eso entre ellos. Así que, en el primer versículo citado, se declara que nadie sino Dios el
Padre da a conocer el día y la hora, esto es, el tiempo definido de la segunda venida del Hijo.
Y esto necesariamente implica que Dios da a conocer el tiempo.
El Antiguo Testamento contiene el testimonio del Padre en relación a su Hijo, en lo relativo al
tiempo de su primera y segunda venida. Por lo tanto, ese tiempo será entendido. Vea Daniel
12:10“Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán
impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán”.
Romanos 15:4“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se
escribieron, a fin de que, por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza”. Es por la enseñanza de su palabra, a medida que somos guiados por el Espíritu
Santo, que entendemos el tiempo de la venida de nuestro glorioso rey.
Como prueba adicional, vea Daniel 9:25“Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden
para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta
y dos semanas”. Marcos 1:14“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea
predicando el evangelio del reino de Dios, 15diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de
Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”. Lucas 19:43Porque vendrán días
sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te
estrecharán, 44y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre
piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación. 1 Pedro 1:10“Los profetas que
profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca
de esta salvación, 11escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que
estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que
vendrían tras ellos”. Isaías 40: 1“Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. 2Hablad
al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es
perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados. 3Voz que
clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro
Dios. 4Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo
áspero se allane. 5Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá;
porque la boca de Jehová ha hablado”. Hechos 17:30“Pero Dios, habiendo pasado por alto los
tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se
arrepientan; 31por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por
aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”.
Eclesiastés 3:17 “Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un
tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace”. Eclesiastés 8:5“El que guarda
el mandamiento no experimentará mal; y el corazón del sabio discierne el tiempo y el juicio.
6
Porque para todo lo que quisieres hay tiempo y juicio; porque el mal del hombre es grande
sobre él; 7pues no sabe lo que ha de ser; y el cuándo haya de ser, ¿quién se lo enseñará?”
Jeremías 8:6“Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal,
diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete
con ímpetu a la batalla. 7Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y
la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.
8
¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la
ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. 9Los sabios se avergonzaron, se
espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué
sabiduría tienen?” Oseas 9:7“Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución;
e Israel lo conocerá. Necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu, a causa de la
multitud de tu maldad, y grande odio. 8Atalaya es Efraín para con mi Dios; el profeta es lazo
de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su Dios. 9Llegaron hasta lo más bajo en
su corrupción, como en los días de Gabaa; ahora se acordará de su iniquidad, castigará su
pecado”. Romanos 13:11“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del
sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12La
noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y
vistámonos las armas de la luz. 13Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y
borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14sino vestíos del Señor
Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.
Los Seis mil años.
El periodo de tiempo otorgado para el mundo en su presente estado es 6,000 años, al término
del cual comienza el gran milenio sabático, del cual se habla en Apocalipsis 20 y que será́
iniciado por el regreso personal de Cristo y de la primera resurrección. Vea Isaías 46:9-10;
Génesis 2:1-3; Hebreos 4:4-9; Isaías 11:10; 2 Pedro 3:8. De acuerdo a la cronología de Usher,
la cual es comúnmente aceptada, la era cristiana comenzó en el año 4004 pero Usher perdió́
en la época de los jueces 153 años. Desde que fue dividida la tierra de Canaán hasta el
comienzo del ministerio de Samuel, él da 295 años; pero Pablo, en Hechos 13:20 nos dice que
“como por 450 años”. Del libro de los Jueces obtenemos 430 años y Josefo nos da 18 más por
los ancianos y la anarquía antes de que algún juez gobernara. Esto suma 448 años lo que
concuerdan con Pablo, suponiendo que El nos hablara en números redondos. La diferencia
entre estos años 450 y los dados por Usher es 153 años, que deberían ser añadidos a la edad
del mundo, haciendo que el comienzo de la era cristiana sea 4157, o en otras palabras 4156
y la fracción de año hasta el nacimiento de Cristo. Restando esto de los 6000 años queda 1843
y fracción. Por lo tanto, el periodo terminará en 18446.
Los 7 Tiempos de los Gentiles (2520)
Los 7 tiempos de la dominación gentil sobre la iglesia de Dios, mencionados en Levítico 26
comienza con el rompimiento del orgullo del poder humano en la cautividad de Manasés, rey
de Judá el año 677 AC. Vea Isaías 10:5-12; Jeremías 15:3-9; Jeremías 1:17; 2 Crónicas 32:9-
11. Esta es la fecha designada por todos los cronólogos para ese evento. Los 7 tiempos
proféticos suman 2520 años. Como evidencia de esto vea Apocalipsis 12:6,14 donde tres
tiempos y medio son equivalentes a 1260 años. Un tiempo por lo tanto consiste de 360 años
solares que multiplicados por 7 nos da 2520. Si este periodo hubiese comenzado el primer día
del año 677 AC, terminaría el primer día de 1844 DC, porque 677 años completos por un lado
y 1843 por otro lado hacen 2520 años completos. Se ha supuesto que el período terminaría
en el 1843 DC. Pero como una parte del año 677 AC es dejado fuera, una parte
correspondiente a 1844 DC también debe tomarse para tener el período completo. Tiene que
haber sido en el otoño que Manasés fue tomado cautivo. Como evidencia de esto vea Oseas
5:5; Isaías 8:8; Isaías 10:11. Oseas declara que Efraín e Israel caerían, y que Judá́ también
caería con ellos; Isaías representa al rey de Asiria amenazando a Jerusalén con hacer lo que
hizo con Samaria; por lo tanto, la caída final de las 10 tribus fue antes de la invasión de Judá
y en el mismo año. La profecía de Isaías 7:8 se ha fechado correctamente en el 742 AC, 65
años después de ese punto nos lleva al 677 AC. En ese año fue la caída final de Efraín, que no
serían más un pueblo. Esta historia la encontramos en 2 de Reyes 17. Los reyes no iban en sus
expediciones guerreras en el otoño o el invierno, sino en la primavera o el verano. Por lo
tanto, en la primavera o el verano del año 677 AC, Esar-haddon y los asirios comenzaron a
remover el remanente de las 10 tribus de las ciudades de Samaria, y cuando terminaron
trajeron extranjeros y los ubicaron allí para habitar esas ciudades. Al término de este trabajo,
lo cual necesariamente les tomó unos meses, ya estaban listos para invadir Judá. De modo
que en el otoño del 677 AC tomaron Jerusalén, apresaron y esposaron al rey y lo llevaron
cautivo a Babilonia. Desde ese tiempo restamos 2520 y llegamos al otoño de 1844. Entonces
los tiempos de los gentiles son cumplidos, la dispensación del cumplimiento del tiempo será,
el Redentor vendrá a Sion, y todo Israel será salvo.
Los 2300 días
Los 2300 días de Daniel 8:14 son dados para señalar cuán larga es la visión revelada en ese
capítulo. El carnero es Medo Persia, el macho cabrío es Grecia, y el cuerno pequeño que se
engrandeció sobremanera es Roma. Aprendemos de los capítulos segundo y séptimo de
6
Samuel Snow erró en su cálculo de la terminación de los 6000 años, sin embargo, el principio de usar la
terminación de los 6000 años como parte de la evidencia para la venida del Señor permanece. 6000 años, la
venida de Jesús y primera resurrección, y luego el sábado de 1000 años anteriores a la segunda resurrección.
Daniel que Roma llegará a su fin cuando el Anciano de días venga, se establezca el juicio, el
Hijo del hombre venga en las nubes de los cielos, y el Dios del cielo establezca un reino eterno.
Por lo tanto, los 2300 días que se extienden hasta al tiempo cuando el cuerno que creció
sobremanera sea roto “no con mano”, y hasta “el fin de la ira”, son tantos años, y se cumplen
en la venida de Cristo en las nubes de gloria. El periodo comenzó con las 70 semanas de Daniel
9:24, las cuales están determinadas o cortadas, y son parte de los 2300 días. Deben
consiguientemente comenzar juntas. Del verso 25 aprendemos que esto comienza a partir de
la orden y el decreto para reconstruir y restaurar Jerusalén. El punto de partida para iniciar el
conteo debe ser cuando el decreto se emitió inicialmente o cuando éste se ejecutó: no puede
haber sido el primero porque el decreto incluye todo lo que fue decretado por Ciro, Darío y
Artajerjes reyes de Persia. Vea Isaías 44:23; Isaías 45:13; 2 Crónicas 36:22-23; Esdras 1:14;
Esdras 6:1-15 y Esdras capitulo 7. El decreto abarca tres grandes proyectos: la construcción
del Templo, la restauración del estado judío y la construcción de la plaza y el muro. Si las 70
semanas, que nos dan 490 años, comenzaron con el primer decreto emitido en el año 536 AC,
entonces habrían terminado el 46 AC; pero las 69 semanas tenían que extenderse hasta la
manifestación del Mesías príncipe, y la semana 70, es decir la última semana, cubre el tiempo
de su crucifixión; por lo tanto, nos obliga reconocer el otro punto de vista que es la
promulgación y ejecución del decreto en Judea.
En Esdras 7:8-9 vemos que Esdras salió el primer día del primer mes y llegó a Jerusalén al
primer día del quinto mes en el séptimo año del rey Artajerjes, el año 457 AC. Habiendo
llegado a Jerusalén, el nombró magistrados y jueces, y restauró el estado judío, bajo la
protección del rey persa, así como había sido autorizado para actuar por el decreto de
Artajerjes. Esto necesariamente requirió un poco de tiempo y nos trae al punto cuando, la
restauración habiendo sido hecha, comienza la construcción de la plaza y el muro. Las 70
semanas se dividen en tres partes: 7 semanas, 62 semanas y 1 semana. Vea Daniel 9:25. La
conexión muestra que las 7 semanas fueron dadas para construir la plaza y el muro. Por lo
tanto, comenzaron cuando empezaron a construir, en el otoño del año 457; desde ese punto,
2300 años llegan al otoño de 1844.
Las 70 Semanas
Las 69 semanas se extienden hasta la manifestación del Mesías. Muchos han pensado que
esto ocurre en su bautismo, pero esto es un error, como claramente aparece en Juan 1:19-
34. Allí ́ vemos que después del bautismo de Cristo, él no era conocido como el Mesías por los
judíos; Juan dice en el versículo 26, “en medio de vosotros está uno a quien vosotros no
conocéis”; y en el versículo 33 y 34, el declara que no lo conocía hasta que vio al Espíritu
descender y permanecer sobre él en su bautismo, lo cual ocurrió anteriormente al testimonio
que dio. No hay evidencia que nadie excepto Juan vio al Espíritu descender. Esta prueba de
que Jesús era el Mesías no le fue dada a nadie sino sólo a Juan, a menos que fuera dada a
otros por el testimonio de Juan. Pero el testimonio de Juan no fue suficiente para establecer
el punto; porque Jesús declaró en Juan 5: 33“Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio
testimonio de la verdad. 34Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno”.
Pero en el versículo 36 Cristo dice: “36Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque
las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan
testimonio de mí, que el Padre me ha enviado”. Los milagros de Cristo probaron que él era el
Mesías; pero aún su mismo testimonio sin esos milagros eran suficiente para establecer el
punto, como se hace claro en el versículo: 31 “Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi
testimonio no es verdadero”. Los milagros de Cristo hechos en público no comenzaron sino
hasta que Juan fue puesto en prisión. Vea Mateo 11:2-6; Lucas 7:19-23. La profecía de Daniel
9:25 concerniente a las 69 semanas fue dirigida a toda la nación judía y fueron condenados
porque no la entendieron. En Lucas 19:43-44 encontramos al Señor denunciando sobre ellos
los juicios más terribles porque no conocieron el tiempo de su visitación. La profecía era clara
y deberían haberle dado atención. Nuestro Salvador les dejó claramente la explicación
cuando el periodo terminó, diciendo: “el tiempo se ha cumplido”. Vea Marcos 1:14-15; Mateo
4:12, 17; Hechos 10:37. Así podemos ver que las 69 semanas terminaron y la semana 70
comenzó casi inmediatamente después de que Juan fuera puesto en prisión. Juan comenzó
su ministerio en el año 15 de Tiberio Cesar, vea Lucas 3:1-3. La administración de Tiberio
comenzó de acuerdo al testimonio unánime de los cronólogos en agosto del año 12 DC.
Catorce años desde ese punto se extiende a agosto del año 26 DC. De Lucas 3:21 sabemos
que después que Juan comenzó a bautizar, Jesús vino para ser bautizado; y el verso 23 nos
informa que era de como 30 años de edad. Está astronómicamente probado que nuestro
Salvador nació 4 años antes de la era cristiana. Esta es la evidencia. Alrededor del año 527 DC,
Dionisio el Exiguo, un monje romano, marcó el comienzo de la era cristiana en el año juliano
4713. Este cálculo ha sido adoptado hasta el presente. Pero Josefo, en sus “Antigüedades”,
libro 17, capítulo 6, menciona particularmente un eclipse de la luna que ocurrió poco tiempo
antes de la muerte de Herodes, y las tablas astronómicas prueban que este eclipse de la luna
fue el 13 de marzo del año del periodo Juliano 4710. Nuestro Señor nació unos meses antes
de esto; porque después que Jesús nació Herodes buscó matarlo, y José habiendo sido
advertido por el ángel del Señor en un sueño, tomó al niño y a su madre y se fueron a Egipto,
donde permaneció hasta después de la muerte de Herodes. Vea Mateo 2:13-15. El punto más
tardío que consecuentemente podemos fijar para el nacimiento de Cristo es cerca de fines
del año 4709, justo 4 años más temprano que el tiempo dado por Dionisio para el comienzo
de la era cristiana. Consecuentemente, Jesús tenía como unos 30 años cerca del final del año
26, y en su bautismo un poquito más de 30. Poco después de esto, como es evidente en Juan
2:11-13, hubo una pascua. Esta, siendo la primera pascua después del comienzo del bautismo
de Juan, corresponde a la primavera del año 27 DC. Después de esto Jesús tuvo la entrevista
con Nicodemo y le enseñó concerniente al nuevo nacimiento (vea Juan 3:1-21). En el versículo
22 se nos dice que Jesús, después de estas cosas, regresó a la tierra de Judea, donde se
demoró y bautizaba. Como había estado previamente en Jerusalén durante la Pascua (vea
Juan 2:23) y había regresado a Judea, tuvo que haber estado ausente de allí entre estos dos
periodos. Esto necesariamente nos trae al verano o el otoño del año 27 DC. Pero “Juan no
había sido aún encarcelado”, vea Juan 3:24. Por lo tanto, estamos obligados a poner el punto
de tiempo en el cual Jesús comenzó la proclamación del evangelio en Galilea en el otoño del
año 27 DC. Aquí terminaron las 69 semanas y comienza la semana, durante la cual el pacto es
confirmado (vea Daniel 9:27). En mitad de la semana Jesús causó que el sacrificio y la ofrenda
cesaran al ofrecerse a sí mismo a Dios sobre la cruz como el Cordero sin manchas. La palabra
hebrea traducida como “mitad” es definida por el lexicón como “mitad, media parte, medio”.
La semana fue dividida en dos mitades, y el evento que las dividió fue la muerte de Cristo.
El calendario caraíta
Este evento tuvo lugar de acuerdo al Dr. Hales, uno de los mas capaces y mejores cronólogos,
en la primavera del año 31 DC. Ferguson lo colocó en el año 33 DC, pero para probarlo usa
el modo rabínico de cálculo del año, lo cual no es correcto. Ellos comienzan el año con la
luna nueva en Marzo; pero los caraítas con la luna nueva en abril. La palabra caraíta significa
“uno perfecto en la ley”. Estos acusan a los rabinos de haberse apartado de la ley, y a
conformarse a las costumbres de los paganos; y la acusación es justa, dado que regulan su
año de acuerdo al equinoccio de primavera, imitando a los romanos, mientras que la ley
nada dice sobre el equinoccio de primavera7, sino que requiere, que el día 16 del primer
mes8 se diera la ofrenda de los primeros frutos de la cosecha de cebada. Pero si el año
comenzó de acuerdo a los rabinos con la luna nueva de marzo, la cosecha no podría haber
estado madura para el día 16 desde ese momento. Los caraítas estaban indudablemente en
lo correcto. Ahora, nuestro Señor fue crucificado en el día de la Pascua como es evidente
en Juan 18:28. De igual manera probablemente fue el día anterior al sábado como lo prueba
Juan 19:31. De acuerdo al cálculo rabínico, la Pascua ocurrió en el día anterior al sábado en
el año 33 DC, y no ocurrió por varios años antes y después de ese año. Pero de acuerdo al
cálculo caraíta, la Pascua ocurrió en ese día el año 31 DC. Por lo tanto, ése fue el año de la
crucifixión. El pacto fue confirmado a mitad de la semana por Cristo, y en la otra mitad por
los apóstoles, vea Hebreos 2: 3“¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación
tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada
por los que oyeron, 4testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos
milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad”. El pacto que fue confirmado
es el “nuevo pacto”, es decir el evangelio. Confirmar significa establecerlo sobre un firme
fundamento. El fundamento del evangelio es Jesús y la resurrección (vea Hechos 17:18; 1
Corintios 3:9-11; Efesios 2:20). El evangelio fue establecido sobre este fundamento por el
testimonio, acompañado por milagros como evidencia, dado que dichas pruebas eran
indispensablemente necesarias. Pero Juan no hizo milagros (vea Juan 10:41), por lo tanto el
ministerio de Juan no formó parte de la confirmación. Dios trajo a través de las acciones
poderosas de Cristo, durante la mitad de la semana y a través de los apóstoles la otra mitad,
los cuales tenían una misión especial asignada, y para la cual estaban calificados, y eso fue
dar testimonio de las obras y la resurrección de nuestro Señor. Vea Lucas 1:2, Juan 15:27;
Lucas 24:48; Hechos 1:8,21,22;2:32; 3:15; 10:36, 42; 1 Juan 1:1,3. Cada uno de estos testigos
con la excepción de uno fueron llamados y calificados regularmente, habiendo estado con
Cristo desde el principio de su ministerio, luego de que Juan hubiese sido puesto en prisión.
Pero cuando Pablo se convirtió, y recibió la dispensación del evangelio a los gentiles, un
testigo especial fue llamado al estrado.
Todos estos testificaron de un hecho fundamental, de que Jesús había resucitado de los
muertos. Gálatas 1:10-12; 1 Corintios 15:1-9. En el caso de los apóstoles no era una cuestión
7
Mas sobre esto en el folleto El movimiento del séptimo mes y el calendario caraíta.
8
Samuel Snow asume que el calendario caraíta calcula la gavilla mecida para el día 16, pero esto no es correcto.
Snow identifica el correcto calendario pero lo conecta con el cálculo rabínico de las primicias, lo cual no es
correcto. Vea https://www.nehemiaswall.com/truth-shavuot para más detalles. Vea también el sermón The
Calendar and the Atonement.
de fe, sino de conocimiento. Ellos habían visto, tocado, y conversado con él, habían comido y
bebido con él después de la resurrección, y habían recibido de él el mandamiento de testificar
sobre estas cosas. Al hacer esto, confirmarían el pacto; en otras palabras, establecerían el
evangelio basado en la resurrección de Cristo, la cual es el fundamento de la fe de todos los
hijos de Dios. Pero este testimonio solo no era suficiente para establecer el hecho que Jesús
había resucitado de los muertos. Por lo tanto, se nos dice en Marcos 16:20“Y ellos, saliendo,
predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales
que la seguían”. Vea Hebreos 2:3-4. Cuando el último testigo, es decir Pablo, fue llamado, y
hubiera dado su testimonio, confirmado por milagros, el evangelio como sistema divino de
fe, esperanza y amor fue establecido sobre el verdadero fundamento; en otras palabras, el
pacto fue confirmado. Pablo se convirtió en el otoño del año 34 DC. Como Jesús fue
crucificado en la mitad de la semana, y en el día de la Pascua, el cual era el día 14 del primer
mes, se deduce que la semana comenzó en el séptimo mes del año 27 DC, y terminó en el
séptimo mes del año 34 DC. Esta fue la finalización de las 70 semanas. Desde ese punto,
quedaban 1810 años hasta la finalización de los 2300 días. Y desde el séptimo mes del año 34
DC, 1810 años se extienden hasta el séptimo mes del año 1844 DC.
Los Tipos
La ley de Moisés contenía la sombra de las buenas cosas por venir; un sistema de figuras o
tipos que señalaban a Cristo y su reino (vea Hebreos 10:1; Colosenses 2:16-17). Todo lo
contenido en la ley iba a ser cumplido por él. En Mateo 5, Jesús dice: “17No penséis que he
venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde
pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”. En la primera venida de nuestro Señor,
cuando él murió sobre la cruz, comenzó el cumplimiento de todos esos tipos contenidos en
la ley; como nuestro gran sumo sacerdote todavía está en ese proceso de cumplimiento, y
cuando él venga por segunda vez, completará ese cumplimiento de la ley. Ni en el más mínimo
punto va a faltar, ni en la sustancia de la sombra que se observa ni tampoco en el tiempo que
con tanta precisión se señala para la observancia de los tipos. Porque Dios guarda el tiempo
en forma exacta (vea Hechos 17:26,31; Job 24:1; Levítico 23:4,37). Estos pasajes muestran
que el tiempo es muy importante en la ley de Dios; por lo tanto, tipo y anti-tipo deben
corresponderse exactamente en lo relativo al tiempo. Un tipo cumplido en Cristo fue la
muerte del cordero pascual. Este era muerto el día 14 del primer mes (vea Levítico 23:5). De
Exodo 12:6 sabemos que el cordero era muerto en la tarde. El margen nos da la expresión
hebrea “entre las dos tardes”. Joseph Frey, un judío converso, en su trabajo sobre la Pascua,
dice que la tarde o atardecer del día era dividido en dos partes, la menor o anterior tarde y la
mayor o posterior tarde. El punto medio entre los dos era las tres de la tarde, la hora novena
del día. Jesús murió en la cruz, el mismo día, a esa misma hora (vea Marcos 15:33-37). De
modo que Cristo nuestra pascua fue sacrificada por nosotros. Ningún punto de la ley ha
fallado hasta aquí. El tiempo es considerado en forma estricta. En Levítico 23:6-7, se nos
informa que el día después de la pascua era un sábado especial; y en los versículos 10 y 11,
se nos ordena ofrecer los primeros frutos de la cosecha después del sábado. Esto era un tipo
de la resurrección de Cristo. En el mismo día, es decir el día después del sábado, él rompió las
ataduras de la tumba y se levantó triunfante, muestra de la futura cosecha, primicia de los
que duermen. Vea 1 Corintios 15:20-23. Nuevamente, en Levítico 23:15-16, tenemos la fiesta
de las semanas, o como se la llama, Pentecostés, el cual es el día cincuenta. Este era el
aniversario del descenso del Señor en el Sinaí para dar la ley; y fue cumplido, como lo
sabemos de Hechos 2:1-4, cuando el Espíritu Santo descendió como un viento poderoso, y
como lenguas de fuego, por las cuales los apóstoles fueron investidos de poder de lo alto,
calificándolos para salir adelante y llevar a cabo la gran comisión que el Maestro les había
dado, la de predicar el evangelio a toda criatura.
Así vemos que esos tipos que apuntaban a los eventos conectados con la primera venida del
Señor se cumplieron exactamente en el tiempo de su observancia. Y todo aquel que no es
voluntariamente ciego puede ver y sentir que todo aquello que resta por cumplir será
cumplido estrictamente en lo que respecta al tiempo. No solamente eso, sino que Cristo
mismo confirma este argumento por analogía al decir que ni una jota ni una tilde pasarán de
la ley, hasta que todo sea cumplido. Esos tipos que debían observarse en el séptimo mes,
nunca han sido todavía cumplidos en su anti-tipo.
En el primer día de ese mes, como dice Levítico 23:23-25, era la celebración de la fiesta de las
trompetas. Vea Salmos 81:3 “Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día
de nuestra fiesta solemne”. También Apocalipsis 10:7-11, 7“sino que en los días de la voz del
séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará,
como él lo anunció a sus siervos los profetas”. En el primer día del séptimo mes, siendo 6000
años completos, desde el primer día de la creación, el gran sábado del milenio es introducido,
con el sonido de la séptima trompeta. Otro tipo es dado en Levítico 23:26-32, esto es, el día
de la expiación o reconciliación, en el día decimo del séptimo mes, en el cual el sumo
sacerdote entra en el lugar santísimo del tabernáculo, presentando la sangre de la victima
ante el propiciatorio, y luego en el mismo día sale a bendecir a la expectante congregación de
Israel. vea Levítico 9:7,22-24; Levítico 16; Hebreos 5:1-6; 9:1-12, 27-28. Ahora el punto
importante en este tipo es la reconciliación completada a la salida del sumo sacerdote del
lugar santo. El sumo sacerdote es el tipo que representaba a Cristo; el lugar santísimo, tipo
del cielo mismo; y la salida del sumo sacerdote un tipo la segunda venida de Cristo para
bendecir a su pueblo quien le espera. Como todo esto era en el séptimo mes el día décimo,
así en ese día Jesús ciertamente vendrá, porque ningún punto de la ley ha de fallar. Todo ha
de ser cumplido. La fiesta de los tabernáculos, que comenzaba el día 15 del séptimo mes,
(vea Levítico 23:33-43), era un tipo de las bodas del Cordero, la cual será celebrada en la
Nueva Jerusalén, el tabernáculo de Dios que estará entre los hombres. En Levítico 25:8-13,23-
24, encontramos que el décimo día del séptimo mes, en el año cincuenta, la trompeta del
jubileo siempre iba a ser tocada, y la redención otorgada a toda la tierra. Que todo hombre
lea cuidadosamente la conexión de este tema; y seguramente verá que éste es el tipo más
extraordinario de la gloriosa liberación del pueblo de Dios, y de toda la creación que a una
gime bajo la maldición, cuando el Redentor vendrá a Sion, y logre la redención de los cuerpos
de todos los redimidos, y la redención de la propiedad comprada. Vea Romanos 8:19-23;
Efesios 1:9-14. Nuestro bendito Señor por lo tanto vendrá, para el asombro de todos los que
moran sobre la tierra, para la salvación de aquellos que verdaderamente le buscan, en ese
décimo día del séptimo mes del año del jubileo: este presente año 1844.
“Si no oyen a MOISES y a los PROFETAS, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare
de los muertos”.
El verdadero clamor de medianoche
“Entre todos los grandes movimientos religiosos
habidos desde los días de los apóstoles, ninguno resultó
más libre de imperfecciones humanas y engaños de
Satanás que el del otoño de 1844. Ahora mismo,
después del transcurso de muchos años, todos los que
tomaron parte en aquel movimiento y han permanecido
firmes en la verdad, sienten aún la santa influencia de
tan bendita obra y dan testimonio de que ella era de
Dios.”9
“Mientras estaba orando ante el altar de la familia, el
Espíritu Santo descendió sobre mí, y me pareció que me
elevaba más y más, muy por encima del tenebroso
mundo. Miré hacia la tierra para buscar al pueblo
adventista, pero no lo hallé en parte alguna, y entonces
una voz me dijo: “Vuelve a mirar un poco más arriba.”
Alcé los ojos y vi un sendero recto y angosto trazado
muy por encima del mundo. El pueblo adventista
andaba por ese sendero, en dirección a la ciudad que se
veía en su último extremo. En el comienzo del
sendero, detrás de los que ya andaban, había una
brillante luz, que, según me dijo un ángel, era el
“clamor de media noche.” Esta luz brillaba a todo lo
largo del sendero, y alumbraba los pies de los
caminantes para que no tropezaran.”10
9
Elena de White, {CS 398}
10
Elena de White, {PE 14.1}