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Dossier Coef 2 Primero Medio

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Dossier: La expansión territorial de Chile en el siglo XIX

Hasta mediados del siglo XIX la vida de la nación chilena se había desarrollado en el territorio comprendido
entre los ríos Copiapó y Biobío, más los enclaves de Valdivia, Osorno, Chiloé y el recién fundado Fuerte Bulnes.
La prosperidad general, el aumento de la población y la necesidad de desarrollar la producción agrícola,
produjeron un movimiento colonizador hacia las regiones aún no ocupadas y un desplazamiento más allá de las
fronteras en el norte.

Ocupación de Chiloé: Al finalizar la independencia, las tropas realistas se refugiaron en este archipiélago, lo que
generó un riesgo para la estabilidad del país. En 1826 se firmó el Tratado de Tantauco, en el que España
reconoció su derrota y devolvió la soberanía de este territorio al Estado chileno.

Ocupación de Magallanes: Esta zona era considerada


estratégica, pues en ella se ubicaba el único paso
marítimo entre el Atlántico y el Pacífico, razón por la cual
el interés no era solo político, sino también económico ya
que otras potencias como Inglaterra podían ser capaces
de adueñarse de este. Su ocupación se concretó en 1843
durante el gobierno de Manuel Bulnes, quien ordenó
realizar desde Chiloe una expedición y la fundación de un
fuerte (Fuerte Bulnes). En 1848 se fundó la ciudad de
Punta Arenas como puerto libre de aduanas, con el fin de
estimular el comercio marítimo en la zona. Hacia fines del
siglo XIX se acrecentó el interés económico por esta zona producto de la introducción del ganado ovino que
hacia 1903 ya alcanzaba más de dos millones. La ocupación se hizo en desmedro de los nativos de estas tierras
siendo prácticamente exterminados.

Colonización en el Llanquihue: En 1845 se promulgó la primera Ley de Colonización, con el objetivo de atraer
inmigrantes europeos para poblar las tierras ubicadas al sur del río Biobío. Se lleva a cabo una inmigración
selectiva cuyo esfuerzo principal se dirigió a la actual Alemania, desde donde llegaron a Valdivia algunos colonos
que se instalaron en La Unión. Durante la década siguiente, los agentes de colonización Vicente Pérez Rosales y
Bernardo Philippi guiaron a varias centenas de
familias alemanas que se internaron en la espesa
selva, despejaron amplios terrenos en los alrededores
del lago Llanquihue y el seno de Reloncaví para fundar
las ciudades de Puerto Montt (1853) y Puerto Varas
(1854). Cabe destacar que para este asentamiento se
recurrió a la quema de más de cincuenta y cinco mil
cuadras de bosque nativo (selva valdiviana).

Puerto Varas en sus primeros años. Se puede


observar parte de las zonas despejadas por el fuego.
Además del interés del gobierno sobre la necesidad de asegurar la soberanía mediante la vía de la colonización,
existía un interés económico en la ocupación y explotación de estos territorios, pues sus fértiles tierras eran
adecuadas para la producción de cereales, que en esa época tenían una gran demanda interna y externa.

Inmigrantes alemanes en el sur de Chile. S. XIX.

El objetivo de blanquear a la población del sur continuó durante toda la segunda mitad del siglo XIX. La Agencia
General de Colonización, creada en 1888, estableció oficinas de propaganda y reclutamiento de colonos en Suiza
y Alemania estimulando con promesas estatales la llegada de inmigrantes.

Incorporación de Tarapacá y Antofagasta (Guerra del Pacífico o del Salitre)

Las notables riquezas minerales que existían en la zona del desierto de Atacama, fueron estímulo para
numerosos aventureros y empresarios que se lanzaron en arriesgadas expediciones en busca de plata, cobre o
salitre. Uno de los primeros exploradores fue el Chango López, hombre modesto que descubrió guano en
Mejillones. En sus incesantes búsquedas terminó por establecer su hogar en la caleta de Antofagasta entonces
deshabitada. Otro explorador de gran empuje fue José Santos Ossa, quien descubrió salitre en el Salar del
Carmen, al interior de Antofagasta. El descubrimiento del mineral de plata de Caracoles, en las proximidades de
Calama, atrajo una mayor población de mineros y aseguró las actividades en la zona.

Todas estas exploraciones tenían lugar en territorio Boliviano. Sin embargo, los trabajadores, técnicos,
empresarios y capitales eran chilenos. Además, el aprovisionamiento de alimentos y útiles mineros, se realizaba
desde Valparaíso y este era el puerto donde se negociaba la exportación de los minerales del norte.
El interés económico que despertó la zona del despoblado de Atacama, junto al progresivo aumento de la
población chilena en esos territorios, motivaron al Estado chileno a delimitar la imprecisa frontera con Bolivia.
Las ambiciones de ambos Estados sobre el territorio comprendido entre los paralelos 23° y 25° latitud sur se
dirimieron mediante la firma de los siguientes tratados limítrofes.

Tratado de 1866. Estableció como límite


entre ambos países el paralelo 24°,
quedando la porción comprendida entre
los paralelos 23° y 25° como una zona
económica compartida, en donde los
impuestos provenientes de la explotación
del guano y minerales se repartirían
equitativamente entre ambos países.

Tratado de 1874. Mantuvo la frontera en


el paralelo 24° y Chile renunció a sus
derechos sobre los territorios ubicados al
norte de dicho paralelo. Además, Bolivia
se comprometió a no subir los impuestos
a la exportación salitrera de las empresas
chilenas ubicadas entre los paralelos 23° y
24° durante un plazo de 25 años.

En 1879, Bolivia decidió aumentar en 10 centavos el impuesto a cada quintal de salitre exportado,
transgrediendo el acuerdo concertado con Chile en 1874. Ante la negativa de la Compañía Chilena de Salitre y
Ferrocarril de José Santos Ossa a aceptar esta disposición, el gobierno boliviano determinó el embargo de estas
propiedades, generando la inmediata reacción de las autoridades chilenas, que ordenaron la ocupación militar
de Antofagasta el mismo día en que se iban a rematar los bienes de la empresa (14 de febrero de 1879). El
conocimiento de un tratado secreto de asistencia militar firmado entre Perú y Bolivia el año 1873 frenó las
negociaciones entre Chile y Bolivia, y llevó al país a declarar la guerra a ambas naciones (5 de abril de 1879).

Desarrollo Bélico del conflicto:


Dominio del mar es fundamental por control de vías de comunicación.
-Primer encuentro: Combate Naval de Iquique (21 de Mayo de 1879); En Punta Gruesa: Perú pierde la
“Independencia”.
-Combate de Angamos (8 de octubre de 1879): El Huáscar es acorralado por la escuadra chilena.
Desde ese momento Chile ejerce un dominio absoluto en el mar.

Ocupación del desierto, avance paulatino por territorio peruano:


a) Campaña de Tarapacá: Ejército chileno desembarca en Pisagua y derrota a las fuerzas Perú bolivianas en
Dolores.
b) Campaña de Tacna y Arica: Ejército chileno
desembarca en puerto peruano de Ilo.
-Toman por asalto Tacna y Arica. Las fuerzas
bolivianas se retiran del conflicto.
-Única forma de acabar con la guerra: ocupar Lima.
-Ejército chileno (20 mil hombres) desembarca en
costas peruanas.
-Batallas de Chorrillos y Miraflores. Ocupación de
Lima: Enero de 1881.
-Se instala un gobierno provisional que comenzó a
negociar la paz con los chilenos.

Toma del Morro de Arica

-Campaña de la sierra: Diversos caudillos hostilizan a tropas chilenas que comienzan a ocupar el interior del
país. Andrés Cáceres (principal caudillo) es derrotado en
Huamachuco (1883).

Pese a que la Guerra del Pacífico finalizó entre los años 1883 y 1884, las negociaciones diplomáticas y acuerdos
territoriales no fueron resueltos hasta comienzos del siglo XX. Sin embargo, Chile concretó dos tratados que
fueron determinantes para los futuros acuerdos con Perú y Bolivia:

Tratado de Ancón (1883). Firmado por representantes del gobierno peruano y el chileno en Lima, estableció que la
provincia de Tarapacá pasaría a perpetuidad a manos chilenas. Los territorios de Tacna y Arica, en tanto, se
mantendrían bajo la soberanía chilena por un plazo de diez años, al cabo de los cuales se realizaría un plebiscito en
el que el pueblo decidiría el destino de los mismos. Pese a la firma del tratado, las tropas chilenas mantuvieron la
ocupación de Lima hasta 1884.

Pacto de tregua con Bolivia (1884). Establecía el cese definitivo de las hostilidades y estipulaba que en el futuro
ambos países deberían declararse la guerra con un año de anticipación. En cuanto al territorio, determinó que el
dominio de Chile se ejercería hasta el río Loa, quedando la provincia de Antofagasta completamente bajo la
soberanía chilena.
Además, establecía privilegios arancelarios a los productos bolivianos y facilidades de tránsito hacia la costa del
Pacífico.
Ambos tratados fueron revisados y modificados a comienzos del siglo XX con la firma del Tratado de Lima (1929) y
el Tratado de Paz, Amistad y Comercio con Bolivia (1904).

Durante la Guerra del Pacífico, mientras las armas chilenas avanzaban en el desierto, las fuerzas argentinas se
desplazaban por la Patagonia. En 1881 se firmó un tratado de límites que fijó la línea fronteriza entre los dos
países en las más altas cumbres de la cordillera de los Andes. Con esto el gobierno chileno renunciaba a todo
territorio situado al este de la cordillera. Chile mantendría en su poder íntegramente el Estrecho de Magallanes
y la Tierra del Fuego sería dividida en partes iguales.
Límite norte de Chile antes y después de la Guerra del Pacífico

La ocupación de la Araucanía

A fines del siglo XIX, la incorporación de territorios ocupados por el pueblo mapuche y pehuenche constituía un
asunto pendiente para el Estado chileno ya que su posesión permitiría controlar la totalidad del territorio
continental. Pese a los intentos efectuados por este desde la década de 1860, distintas razones postergaron la
incorporación definitiva de estos territorios a la soberanía nacional. Sin embargo, al concluir la Guerra del
Pacífico, el interés económico en esas fértiles tierras para constituirlas en haciendas dedicadas a la agricultura y
la conciencia de la capacidad militar del Ejército, la transformó en una tarea prioritaria.
Por otro lado el Estado chileno necesitaba que los habitantes de todo el territorio compartieran sus costumbres
y tradiciones culturales para fortalecer la identidad nacional. En esta línea las ideas del progreso difundidas en la
época señalaban que este se alcanzaría si toda la población lograba ser civilizada (obviamente en sus
costumbres de hombre europeo occidental).
El elemento detonante ocurre en 1861 cuando Orélie Antoine de Tounen, abogado francés, se instala en la zona
y se proclama Rey de La Araucanía algo que fue visto como una seria amenaza para soberanía nacional. La
reacción de las tropas chilenas fue capturarlo y enviarlo a la Casa de Orates de Santiago.
Entre 1861 y 1868, Cornelio Saavedra bajo una lógica de “desplazamiento pacífico de la línea de frontera”
logró someter efectivamente el territorio hasta el río Malleco y fortificó la frontera mediante la construcción de
los complejos militares de Lebu, Angol, Mulchén, Purén y Cañete. El pueblo mapuche reaccionó con fuerza ante
estas acciones y se organizó en dos levantamientos efectuados en 1865 y 1868, que fueron violentamente
reprimidos por el ejército.

Orélie Antoine de Tounen


frente al pueblo mapuche.

Coincidiendo con la Guerra del Pacífico, el pueblo mapuche se unió en un alzamiento general que se extendió
entre 1880 y 1881, donde tras una declaración de guerra al Estado Chileno recuperan parte de los territorios
usurpados en el transcurso de los años anteriores. Como respuesta, el Gobierno determinó el envío de nuevas
tropas, esta vez comandadas por Gregorio Urrutia, que dotadas de modernos armamentos lograron someter el
alzamiento en 1882. A partir de entonces el Estado incentivó la creación de nuevos fuertes y poblados como
Carahue, Lautaro, Curacautín y Temuco, que permitieron el avance del ejército chileno hacia el sur y la
ocupación de nuevas zonas como Villarrica, el Alto Biobío y Toltén.

Como estrategias civiles de ocupación desarrolladas por el Estado se encuentran:

- Construcción de fuertes y Ferrocarril del Sur que dotaban seguridad y mejor conectividad a las zonas
recientemente ocupadas.

-Confiscación de tierras y colonización: En 1866 se promulgó la Ley de Ocupación donde las tierras ancestrales
de los mapuche fueron declaradas propiedad fiscal para poder enajenarlas o entregarlas en concesión,
impidiendo que fueran los mismos mapuche quienes realizaran la venta. Con ello se intensifica la venta, remate
y arriendo de tierras indígenas a comerciantes, militares e inmigrantes europeos.
- Reducciones: Con la creación de la Comisión Radicadora de Indígenas en 1883 se inicia el proceso de
reubicación de la población mapuche en reducciones, lo que se prolongó hasta 1929. El Estado de esta forma
obliga a los indígenas a recluirse en unidades territoriales definidas por este, las cuales serán de poca extensión
y mala calidad agropecuaria.

Territorios incorporados hacia la zona sur


Fuentes anexas a analizar
Límites con países vecinos (Argentina, Bolivia y Perú)
Con el inicio de la Guerra del Pacífico, las presiones argentinas se hicieron cada vez más intensas y
amenazantes. Mientras las fuerzas chilenas avanzaban hacia el norte, las argentinas avanzaban hacia el sur.
Paralelamente, destacados hombres públicos e historiadores chilenos como Benjamín Vicuña Mackenna y
Diego Barros Arana ignoraron el verdadero valor de aquellos territorios patagónicos. Una vez desatado el
conflicto y en medio de la guerra, el 28 de julio de 1881, Chile se vio obligado a llegar a un acuerdo con
Argentina y firmar un tratado de límites.

Tratado de límites con Argentina (Pérdida de la Patagonia).


Fuente: http://www.memoriachilena.cl

La República de Chile, durante la vigencia de esta tregua, continuará gobernado con sujeción al régimen
político y administrativo que establece la ley chilena los territorios comprendidos desde el paralelo 23 hasta la
desembocadura del río Loa en el Pacifico, teniendo dichos territorios por límite oriental una línea recta que
parta de Sapalegui desde la intersección con el deslinde que lo separa de la República Argentina hasta el
volcán Licancaur. De este punto seguirá una recta a la cumbre del volcán apagado Cabana; de aquí
continuará otra recta hasta el ojo de agua que se halla más al sur del lago Ascotán, y de aquí otra recta que,
cortando a lo largo de dicho lago, termine en el volcán Ollagua. Desde este punto, otra recta al volcán Tua,
continuando después la divisoria entre el departamento de Tarapacá y Bolivia.

Pacto de Tregua de Bolivia y Chile 1884


Fuente: es.wikisource.org

Artículo 2 ◦ La Republica del Perú cede a la República de Chile, perpetua e incondicionalmente, el territorio de
la provincia litoral de Tarapacá, cuyos límites son: por el norte, la quebrada y río Camarones; por el sur, la
quebrada y río del Loa; por el oriente, la Republica de Bolivia; y, por el poniente, el mar Pacifico.

Tratado de Ancón, 1883. Lima, 20 de octubre de 1883.


Fuente: http://www.astro.puc.cl

Explicación u justificación: Exploración y ocupación dentro del territorio


“El territorio fue una de las primeras cuestiones que interesó a los grupos que asumieron el poder después de
la independencia (…). Sin embargo, los primeros esfuerzos no se orientaron a fijar los límites o a sentar
soberanía en aquellas regiones que habían interesado poco al gobierno colonial, sino a reconocer el país y a
explotar más detenidamente sus riquezas. (…) En realidad, el territorio importaba desde dos puntos de vista:
desde la conveniencia de conocerlo mejor y desde la necesidad de tomar posesión de él. Ambas cosas
requerían conocimiento de la geografía, tarea que, como hemos dicho, se privilegió la primera mitad del siglo
XIX. (…) Como hemos dicho, más que fijar sus límites, a nuestra clase dirigente le interesaba conocer el
territorio y, al promediar el siglo XIX, ocuparlo o sentar soberanía en él. Por lo mismo, las discusiones más
interesantes no tuvieron que ver con el territorio propiamente tal, sino con la población que lo ocupaba. Más
que el recipiente, importaba el contenido, es decir, la población que daría forma a la nación”.

Pinto, J. (2003). La formación del Estado y la nación y el pueblo mapuche. Chile: Dibam.
"Los gobiernos cultos están en la obligación indeclinable de hacer estudiar su territorio y de dar a conocer a
propios y extraños las producciones de su suelo, no sólo por el interés puramente industrial, sino para
satisfacer las aspiraciones científicas de toda sociedad civilizada"

Andrés Bello en "Don Claudio Gay, su vida y sus obras", p. 185.

Un trascendental punto de partida para lograr estos objetivos, fue la contratación de naturalistas y científicos
extranjeros por parte del Estado, para que realizaran trabajos conducentes a obtener un acabado
conocimiento del territorio nacional. Los especialistas -como Claudio Gay o Pedro José Amado Pissis- debían
enfocarse en la enseñanza y difusión de los nuevos conocimientos que se obtuvieran sobre el espacio
geográfico chileno. Junto a esto, debían realizar expediciones por las diferentes regiones de Chile para
identificar sus recursos naturales, catastrar información sobre su flora, fauna y geología, además de realizar un
levantamiento cartográfico del país.

Fuente: http://www.memoriachilena.cl

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