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TRABAJO PRÁCTICO N° 1:
Para estas actividades se ha optado por realizar una monografía que conjuga integralmente
las actividades A y B. Se presenta un trabajo que desarrolla brevemente como fue la
educación desde la época de la Colonia hasta el año 1976, haciendo hincapié en las
diferentes etapas que reflejan cambios significativos en lo político, social y educativo.
Asimismo se destacan tanto los antecedentes que fueron dando forma al Congreso
Pedagógico y a la Ley1420 como la descripción de las diferentes corrientes pedagógicas, la
reforma educativa de Perón y la educación durante la dictadura del 76 - 83:
• La Colonia
• La Independencia
• Liberalismo Pedagógico - Generación del ‘37
• La Constitución de 1853
• La Generación del ‘80
• El Congreso Pedagógico y la Ley 1420
• La corriente normalizadora
• De Yrigoyen al primer golpe militar
• El accionar represivo
• Peronismo
• La “Revolución Libertadora” , radicalismo y desarrollismo, autoritarismo
• Peronismo del ‘73
• Dictadura cívico - militar del 76-83
• Se acompaña con Línea de Tiempo adjunta (1)
La Colonia:
Antes de la llegada de los españoles, la historia educacional americana había comenzado a concebir
la educación como una práctica separada de la política y la religión, aunque influenciada por ellas.
Con la llegada de los españoles, los pueblos que sobrevivieron se adaptaron parcialmente a la
cultura hispánica. La relación pedagógica entre americanos y españoles era de dominación.
En relación a los procesos educaciones, se pueden destacar 3 grandes etapas:
1. - desde el descubrimiento hasta el Concilio de Trento (1545),
Los siglos XVI, XVII y XVIII fueron siglos de vaciamiento de América Latina: despojo de riqueza,
población y cultura.
Esta segunda etapa estuvo marcada por la imposición de la doctrina cristiana a gran escala, y la
domesticación del indio como mano de obra;
1. .- desde el Concilio de Trento hasta la expulsión de los Jesuitas (1767),
Los estudios estaban orientados por la concepción de Santo Tomás de Aquino y de Pedro
Lombardo. No existía una noción de un sistema educativo integrado.
3.- desde la expulsión de los Jesuitas hasta la independencia (1810),
Con la llegada de los Borbones a España se producen una serie de acontecimientos importantes en
nuestro país, la fundación del Virreinato del Río de la Plata, vaciamiento de educadores (por la
expulsión de los jesuitas), y las escuelas elementales sufrieron cambios, aparecieron diferentes tipos
de establecimientos para varones.
Mucho había cambiado la economía, la sociedad y la política, pero la educación seguía siendo
profundamente desigual, las castas (mulatos, mestizos, negros, zambos) estuvieron excluidas de
todos los institutos de enseñanza.
Los hispanoamericanos habían comenzado a visualizar su independencia. Los que tuvieron la
posibilidad de viajar habían visto como el capitalismo avanzaba en Europa y EEUU, sus sociedades
crecían económica, cultural y educacionalmente, alcanzando niveles de integración que acá no se
veían.
Belgrano consideraba a la educación pública como condición para tener una sociedad
independiente. En 1793 creó las escuelas de Náutica y Minería, fundó la sociedad patriótica,
literaria y económica, proyecto que vinculaba al progreso económico con la educación. Fundó la
escuela de Matemáticas para formar ingenieros. Dictó un Reglamento para las escuelas del norte,
en él prevalecía el espíritu nacional por sobre el extranjero; preveía que salarios docentes y aportes
para niños pobres fueran pagados por el gobierno; la provisión de cargos se haría por oposición, a
partir de una convocatoria pública. Determinaba que las escuelas debían ser estatales y
administradas por el Ayuntamiento. El Reglamento incluía la religión; detallaba calendario y
horarios, contenidos y asuetos; se limitaba el autoritarismo pedagógico colonial, e introducía
elementos de control de conductas que mucho tiempo después desarrollarían pedagogos positivistas.
Este documento marca una transición entre la educación colonial y una educación independiente y
progresista.
La Independencia:
Moreno y Saavedra plantearon diferentes modelos pedagógicos, mientras Saavedra prefería la
concepción colonial, Moreno la educación de ciudadanos modernos y democráticos, pensaba que la
libertad de escribir y pensar, así como el derecho a la información era indispensable para consolidar
la independencia.
En la primera mitad del siglo XIX la corriente de pensamiento del liberalismo en educación no tuvo
un discurso único, podemos distinguir entre:
1. - Una pedagogía liberal radicalizada: sostenía la educación del pueblo como base de
progreso de naciones libres. Ej: Simón Rodríguez, Moreno y el presbítero Gorriti.
2. - Una educación federalista popular con elementos liberales: los caudillos del interior
quisieron desarrollar una educación moderna apoyándose en la participación de la sociedad civil y
en la cultura de los pueblos. Ej: Artigas, Bustos, López, Ramírez, Los Heredia, Ferré, Molina,
Solano López y Urquiza.
3. - La pedagogía de la generación liberal de 1837: en particular Sarmiento, partía de la
exclusión de los indios y de la descalificación de toda expresión cultural popular. Propugnaba la
europeización de la educación y la adopción del modelo educativo norteamericano. Al mismo
tiempo proponía la educación pública escolarizada para toda la población y fundada en los criterios
pedagógicos más democráticos de la época.
4. - La pedagogía liberal oligárquica: encabezada por Rivadavia, oligarcas y liberales
porteños querían modernizar el sistema importando la estructura y la ideología más elitista de la
experiencia educativa francesa. Mitre continuará esa tendencia.
Desde la época de la independencia hasta 1880 tanto caudillos populares como liberales hicieron
esfuerzos para crear el sistema escolar público.
Artigas quiso incorporar el método Lancaster. Curas, paisanos, pedagogía inglesa, todo estaba
presente en el modelo pedagógico de Artigas, pero la idea central era la libertad apoyada en el
pueblo.
López, caudillo santafesino, en 1818, dispuso que la educación debía ser gratis para la gente de
escasos recursos, y que el Cabildo estableciera un sistema de becas, y los padres eran obligados a
mandar a sus hijos a la escuela. (ANTECENDENTE DE LA LEY 1420).
López asociaba los conceptos de Estado, ciudadano, religión, sistematización y cultura moderna
con una perspectiva provincial y nacional.
Bustos, en 1822, en Córdoba, creó la Junta Protectora de Escuelas, que debía fundar una escuela en
cada distrito. Impuso un impuesto por cabeza de ganado consumido en la ciudad, para la
educación. A su vez los vecinos aportaron $150 cada uno para la construcción de edificios
escolares. Con estos impuestos creó un fondo permanente para la educación. (PRECURSORA DE
LA LEY 1420).
En las escuelas de la provincia se iría adoptando el método lancasteriano. La Junta Educativa local
era la intermediaria entre el Mrio de Educación y un Consejo de Educación. (ANTECENDENTE
DE LA LEY 1420).
También los Heredia, en Tucumán y Salta, establecieron Juntas o Sociedades Protectoras de la
Educación.
La idea de dirigir la educación pública mediante un organismo estatal con representantes directos
de la comunidad era corriente en la época.
Urquiza, en Entre Ríos, consolida el sistema de educación pública. Definía la función de la escuela
como la de modelar el carácter futuro del hombre.
Queda claro que la gratuidad y obligatoriedad escolar tiene dos orígenes simultáneos:
• Los caudillos, dirigida a los pueblos que gobernaban
• Los liberales porteños, dirigida a los dirigentes, copiada del progreso en Europa, y sin interés
en la organización de la vida de la población.
Liberalismo Pedagógico - Generación del ‘37:
Rivadavia, liberal porteño, adhería al utilitarismo inglés, a la ideología conservadora europea, se
interesaba por los porteños de clase alta y el interior no le interesaba. Su relación de subordinación
con Inglaterra dio lugar al endeudamiento externo. Repartió tierras a los colonos, negó ayuda a San
Martín, y aisló fuertemente a Bs As de las provincias.
Rivadavia introdujo el método lancasteriano en todas las escuelas de Bs As, decretó la
obligatoriedad escolar y fundó la Sociedad Benéfica que dirigían las escuelas para niñas. Promovió
el desarrollo de la educación media, y estimuló esl estudio de las ciencias en la universidad (1821).
La diferencia entre Rivadavia y los caudillos del interior radica fundamentalmente en que éste optó
por el método napoleónico de organización (pirámide que en la cúspide está la universidad), quiso
una centralización porteña completa de la educación. Los caudillos prefirieron promover Juntas
Protectoras de la Educación, provinciales y locales, con participación de los ciudadanos; y
autonomía de los sistemas educativos de sus provincias.
El sujeto pedagógico de Rivadavia se caracterizaba por su aislamiento respecto del interior del
país, mentalidad moderna economicista y desinteresada del contexto social. Liberalismo
pedagógico elitista o conservadurismo modernizante.
El sujeto pedagógico de los caudillos se caracterizaba por la integración e interés en el contexto
social en que se desarrollaba. Federalismo pedagógico democrático, enganchado con las
propuestas de Simón Rodríguez.
Facundo Quiroga y JM de Rosas representaban al tradicionalismo conservador y la exaltación de lo
popular. Quiroga compartía la educación colonial y no veía a la educación separada de la Iglesia.
Defendió la vieja cultura y la educación tradicional bajo el lema “religión o muerte”.
JM de Rosas sostuvo una línea pedagógica de características similares. Asume el gobierno en 1829,
y en 1831 homogeneizó los programas escolares, adecuando los contenidos al conservadurismo
popular. En 1838 se borraron del presupuesto los salarios docentes y se estableció que los padres
pagaran todos los gastos.
Rosas estuvo en contra de la educación obligatoria y del conjunto de principios pedagógicos
liberales y modernos, en particular de la educación pública. Desmanteló el sistema que había
instalado Rivadavia.
Rosas adjudicaba a la educación un papel más ligado al orden que al trabajo, a la ritualización del
régimen que a la formación de productores, acorde al modelo educativo colonial.
La generación del ‘37 reunía a jóvenes interesados en la cosa pública, fundaron la Asociación de
Mayo, querían una revolución moral ya que material no podían.
El pueblo debía ilustrarse para ejercer ciudadanía, adquirir dignidad y estímulo para el trabajo.
El hombre libre de creencias y de conciencia. Sociedad religiosa independiente de la civil.
El gobierno educará sistemáticamente a las masas, pero el pueblo ignorante estará privado del
ejercicio de la ciudadanía y libertad mientras tanto.
Echeverría se ocupaba de los principios e ideas fundadoras, Alberdi de la organización económica y
las instituciones, Sarmiento de la cultura, precursora del positivismo pedagógico que se desarrollará
a finales del siglo XIX.
Alberdi sostenía que había que formar al productor, modernizar las costumbres, inyectar la febril
actividad y empresa de los yanquis, el inglés como idioma obligatorio, multiplicar las escuelas de
industria y de comercio, y desplazar al clero del lugar de los educadores. Consideraba que la
educación se subordinaba a la economía y a los cambios demográficos - culturales, había que traer
inmigrantes y luego educar, había que enseñar a trabajar.
Alberdi solo concibió al sujeto pedagógico como una proyección de la cultura francesa, el
laborismo inglés y la eficiencia norteamericana. Como Sarmiento, borró al sujeto social real.
Sarmiento sostenía que la población indígena y mestiza era culturalmente irrecuperables. Rechazó
nuestras raíces hispánicas. En 1847 visita EEUU, observa que la sociedad es activa en la educación
pública y que la religión no era contradictoria con el desarrollo de la pedagogía moderna, ve una
realidad donde el nexo entre educación y progreso es posible. Sarmiento consideraba que la
sociedad latinoamericana necesitaba un cambio profundo, de costumbres, culturas y lenguaje para
que la gente se volviera más trabajadora. Propuso darle a la población una educación básica
integral, que elevara su cultura. Dio importancia al desarrollo de escuelas de artes y oficios, quiso
una educación racional y científica. La formación de la moral y las costumbres eran las bases para
el progreso económico y social.
Dividió al pueblo entre educables y no educables definitivamente.
Sarmiento promovió el sistema educativo más democrático de su época y al mismo tiempo excluía a
los sectores más populares. El sujeto pedagógico de Sarmiento es abstracto, jamás llegó a existir.
Las tendencias educativas analizadas (caudillos, liberales) no alcanzaron una síntesis, no obstante se
puede entender que los caudillos progresistas sentaron las bases del sistema que Sarmiento
extendió, generalizó y terminó como tal. El sistema conjugó en el interior todas las posiciones,
aunque creció bajo los parámetros establecidos en la primera mitad del siglo XIX (estado y
escolarización), el problema de su relación con la comunidad quedó irresuelto.
La Constitución de 1853:
La constitución de 1853 planteaba la formación de una nación moderna, con liberalismo económico
y un estado republicano, con inmigración noreuropea; la libertad industrial, comercial, de expresión
y trabajo, la inviolabilidad de la propiedad, el afianzamiento de la paz interior, y el ejercicio político
de los derechos de los ciudadanos, harían de la Argentina un país civilizado. El papel de la
educación fue delineado en su artículo 5° que establecía que las provincias debían asegurar la
educación primaria, la administración de justicia y gobierno municipal; el gobierno nacional sería el
garante del goce y ejercicio de sus instituciones. Podemos decir que lo establecido es más una
autorización que un derecho, en consonancia con el sentido que le dio la Revolución Francesa, ya
que la expresión no asegura que se haga efectivo.
En 1856 se crea el Departamento de Escuelas, a cargo de Sarmiento. La política educacional estuvo
influida por la tensión de quienes querían una nación políticamente centralizada en Bs As y quienes
defendían una distribución federal del poder. Sarmiento propuso dar prioridad a la generalización
de la educación básica. Mitre quería seguir con la formación de la clase dirigente. La política que
desarrolló Mitre tuvo siempre una clara tendencia “centralista” y “elitista”. La propuesta de
Sarmiento tuvo una fuerte contradicción: poder centralizado en el gobierno, pero el sistema
educativo en manos de las instituciones de la sociedad civil.
Con el triunfo de Mitre sobre Urquiza se consolida la unidad nacional y se abren las puertas al
proyecto pedagógico centralista de la oligarquía liberal. Mitre, luego Sarmiento y posteriormente
Avellaneda se ocuparon de la organización nacional: delimitación de jurisdicciones nacionales y
provinciales, la economía, las comunicaciones, los transportes, el ejército, la salud pública y el
sistema educativo.
En 1862 asumió Mitre hasta 1868, Sarmiento fue su ministro de gobierno, luego gobernador militar
de San Juan entre 1862 y 1864, durante este período venció al caudillo Chacho Peñaloza y organizó
el sistema educativo provincial.
Entre 1868y 1874 asume la presidencia de la nación Sarmiento. En 1869 se realiza el censo
nacional, resultando que más de la mitad de la población era analfabeta.
En 1870 funda la Escuela Normal de Paraná, a partir de allí y hasta 1896 se fundarán 38 escuela
normales, acordes al modelo de Paraná.
Sarmiento trajo al país maestras 23 norteamericanas. Fundó el Colegio Militar y la Escuela Naval.
Todas estas acciones Sarmiento las realizó mientras ocupaba diferentes cargos (presidente y
ministro).
Era su meta extender la educación hasta abarcar el conjunto de la población “educable”, así la
educación cambiaria a la sociedad y haría posible el progreso.
Mitre otorgaba a la educación un valor social y consideraba que era un servicio que debía prestar el
estado. Incluyó en el presupuesto una partida para ayudar a las provincias en la educación y otras
medidas transitorias, que no fueron aplicadas por que se llevó a cabo la guerra del Paraguay.
El interés principal de Mitre era desarrollar una educación secundaria dirigida a una minoría
ilustrada, para formar dirigentes. La educación primaria quedó en manos de las provincias y la
educación media (general) y la universitaria en manos nacionales.
En 1864 decretó la creación de los Colegios Nacionales de Catamarca, Tucumán, Mendoza, San
Juan y Salta, semejantes al Colegio Nacional de Bs As. Entre 1863 y 1898 se crearon 17 colegios
nacionales.
En 1865, nombra a como Director de Estudios del Colegio Nacional de Bs As a Amadeo Jacques,
quien pretendía una educación secundaria que diera una formación general y práctica; y al mismo
tiempo a JM Torres como Inspector de Colegios Nacionales, y a partir de allí se puede observar la
orientación predominante: enciclopedista, dirigida a los estudios profesionalísticos universitarios o
a la actividad política, y separada del trabajo. Eran dos orientaciones, enciclopedista y práctica,
que serían discutidas posteriormente. Ponían en juego dos visiones diferentes: una de un país
estanciero, donde una fuerte autoridad pusiera orden entre inmigrantes, anarquistas y demás
peligros sociales; y otra, de un país laborioso, industrial, con fuentes de trabajo y modernas
instituciones.
La Generación del ‘80:
Desde 1880 hasta 1916 la política nacional fue hegemonizada por diferentes fracciones
oligárquicas, en esos años se consolidó su propiedad de tierras, los frigoríficos y el comercio
exterior. Mitre y Roca lideraban diferentes fracciones que no llegaron a consolidar un único partido
político conservador. Las promesas hechas a los inmigrantes no las pudieron cumplir, las tierras ya
habían sido repartidas. En la división internacional del trabajo, a Argentina le tocó el papel de:
importador de manufacturas y exportador de carnes, cueros y granos. Como todo estado
productor de materias primas, pasaría a estar pendiente de créditos y endeudado.
La década de 1880 comenzó con Roca en el gobierno, una profunda división atravesaba a toda la
clase dirigente y a sector más modernos de la sociedad: el modelo agro -exportador y al mismo
tiempo poner al país en la senda del progreso.
En 1880 fue la época de progreso oligárquico y dependiente. Se prolongó el ferrocarril, dejando en
manos privadas el productivo y en manos estatales el improductivo. Se instalaron los primeros
frigoríficos argentinos, se intensificó la exportación de ganado y creció la de granos, hubo gran
acumulamiento privado y crecimiento de gasto público, el desequilibrio y la inflación. Tomó más
deuda engrosando el endeudamiento externo. La concepción de la modernización fue estética e
intelectual. Roca estaba convencido que el orden era el progreso. Paz y administración era su lema.
El modelo educativo liberal se extensión rápidamente por el mundo durante el siglo XIX.
Argentina sentía la falta de una ley que unificara el sistema escolar nacional. En 1871 se dictó la
ley de Subvenciones Escolares, destinando fondos del Tesoro Nacional para edificios, muebles,
libros, útiles y salarios docentes. En 1875 Avellaneda comienza a hablar de una ley de educación
común, y en ese mismo año se sanciona la Ley de Educación Común de la provincia de Bs As.
En 1880 se convierte en Capital Federal a la ciudad de Bs As, se la separa del territorio provincial,
todos los edificios y colegios pasaron a la órbita nacional.
El Congreso Pedagógico y la Ley 1420:
En 1881 Roca decreta la formación del Consejo Nacional de Educación, Sarmiento es su presidente.
En 1882 se convoca al Primer Congreso Pedagógico Sudamericano, en Bs As.
Roca tenía que hacerse cargo de las escuelas primarias que en 1880 habían pasado al territorio
nacional, y con ellas Sarmiento, quien era su adversario político. Roca crea el Consejo Nacional de
Educación y rodea a Sarmiento de vocales católicos, logrando así su salida del Congreso.
El mayor punto de conflicto era la garantía constitucional de la libertad de cultos, la libertad de
enseñar y aprender.
La Iglesia plantea en el Congreso Pedagógico que la ley de educación debía aplicarse sólo en
territorios nacionales, esta posición triunfa y quedan las provincias abiertas a la participación directa
de la Iglesia en la enseñanza pública.
El Congreso Pedagógico Sudamericano reunía a conservadores y liberales católicos y laicistas, y
hubo diferencias que hicieron que el bloque católico se retirara.
El estatismo centralizador y laico que triunfó lo hizo sobre posiciones conservadoras y posiciones
más democráticas: la escuela sería neutral para dar cabida a todos los habitantes en esa época de
inmigración, pero el Estado Nacional la mantendría bajo un férreo control.
En 1884 se aprobó la Ley 1420 de educación común, laica, graduada, gratuita y obligatoria, cuya
jurisdicción abarcaría la Capital Federal y los territorios nacionales. Se establecieron un Consejo
Escolar por distrito de la Campaña y en cada parroquia de la Capital, y un Consejo Nacional de
Educación. Se restó poder a la sociedad civil para elegir vocales y autoridades de los consejos.
Estos Consejos debían ser los nexos formales entre el ciudadano y el sistema escolar.
La organización: el pizarrón frontal, la hilera de pupitres, las aulas, el recreo, son parte de la nueva
educación, también la prohibición de castigos físicos. Aparecen las asignaturas, ya no solamente
leer, escribir y cálculo. Se presentaron estrategias didácticas novedosas, como el método intuitivo o
la práctica de tomar lección.
Se discutió si el contenido curricular debía adecuarse a cada sector social, el lugar de residencia o el
género, o si debía ser uno solo para todos.
Sancionada el 8 de julio de 1884 la Ley 1420 cambió para siempre nuestras escuelas, desde lo
físico hasta lo que se iba a aprender en las aulas, aún hoy sus conceptos rectores siguen vigentes.
Esta ley garantizó derechos básicos de la población y contribuyó al sentido de pertenencia y de
equidad nacional. El estado ya no como protector, sino como garante del derecho.
La ley consta de nueve (9) capítulos que siguen un orden lógico y correlativo: 1) Establecimiento de
los principios generales sobre la enseñanza pública de las escuelas primarias. 2) Matrícula escolar,
registro de asistencia, estadísticas de las escuelas y censo de población escolar. 3) Personal
docente. 4) Inspección técnica y administración de las escuelas. 5) Tesoro común de las escuelas,
fondo escolar permanente. 6) Dirección y administración de las escuelas públicas. 7) Bibliotecas
populares. 8) Escuelas y colegios particulares. 9) Disposiciones complementarias.
No se legisló específicamente sobre la educación media.
En 1885, durante el gobierno de Avellaneda, se sancionó la Ley Universitaria 1579.
En 1905, durante el gobierno de Quintana, se sancionó la Ley Láinez que autorizaba a la nación a
instalar escuelas de su jurisdicción en las provincias.
Entre 1875 (Ley de Educación de la provincia de Bs As) y 1905 (Ley Láinez) quedó organizado
legalmente el sistema educativo argentino.
A finales del siglo XIX y principio del XX, la aplicación de la ley 1420 no había logrado dar
respuesta a la gran cantidad de inmigrantes adultos analfabetos.
El poder porteño, libre empresista y agro exportador quería usar la educación para imponer orden;
el proletariado industrial, los trabajadores y los nuevos sectores medios querían que jugara un papel
más progresista: como movilidad social, lo querían para sus hijos.
La revolución radical de 1890 condensó la protesta de estos sectores. La situación social del país
era grave, desde lo social a lo económico. Estos conflictos influyeron en la acentuación de
tendencias pedagógicas diferentes. No se pudo acordar una solución al problema de la relación
entre la educación y el trabajo, lo que sería una cuestión pendiente para la sociedad argentina.
La corriente normalizadora:
El positivismo pedagógico diseñó modelos dirigidos a ordenar, reprimir, expulsar o promover en la
escuela sistemáticamente a la población. Pero entre los normalistas el positivismo no se presentó de
forma ortodoxa, sino influenciado por los problemas cotidianos, la religión y las convicciones
preexistentes.
El normalismo iba adquiriendo cierta autonomía en relación a las políticas oficiales. La corriente
normalizadora, prodominante en la docencia, se sentía apostol del saber, consideraba que educar
era una misión, creían profundamente en la escuela pública y el laicismo. El método, la
organización escolar, la planificación, la evaluación y la disciplina eran las nociones que
organizaban su práctica. Con el tiempo esta identidad, que era considerada pedagogía, sería
necesariamente bancaria. Eran sarmientinos sin cuestionamientos, se sentían representantes de la
civilización contra la barbarie.
La concepción normalizadora fue influida por el higienismo, éste entró en la vida cotidiana de la
escuela, se instaló en los rituales, en la palabra del maestro, en la aplicación de la discriminación y
la promoción (enfermos vs sanos). El mobiliario fue diseñado para dar respuesta a esta idea, se
prohibía el contacto físico, se impuso el uso del guardapolvo blanco y los libros se desinfectaban.
La escuela se convirtió en un gran mecanismo de adaptación a las normas.
La oligarquía tuvo expresiones nacionalistas populares, quienes sostenían que debía construirse un
sistema que excluyera o fuera permeable a la diversidad, ya que la barbarie formaba parte de
nuestro territorio.
Los democráticos radicalizados, se inclinaron por centrar su atención en el alumno y no el docente
y el saber; apoyaban la escuela pública estatal y popular. Esta corriente militó en el normalismo.
Eran antipositivistas, contrarios a las concepciones elitistas o manipulación político ideológica.
Los docentes socialistas, otra corriente normalista, compartían características normalizadoras y
democráticas radicalizadas; rechazaban a los criollos y resaltaban lo europeo. Trataron de generar
vínculos participativos con los alumnos y padres.
Los educadores anarquistas fueron antiestatistas y promovieron escuelas vinculadas a
organizaciones mutuales, sindicales y anarquistas. Sus escuelas se diferenciaron por algunos de los
contenidos que transmitían, pero su organización era igual a la estatal.
Los democráticos radicalizados, los socialistas y los anarquistas (libertarios) coincidían en que
querían una educación alternativa al modelo normalizador que se imponía. Consideraban que la
escuela pública debía integrar a los inmigrantes, pero respetándolos, estuvieron en contra de la
imposición ideológica y cultural discriminatoria. Experimentaron formas de gobierno escolar
donde alumnos participaban con amplios poderes, nuevos métodos de enseñanza, formas
disciplinarias consensuadas con la comunidad educativa. Interpretaban la ley 1420 resaltando sus
valores más democráticos.
Muchos de estos docentes trabajaban en el sistema estatal, es decir que el problema era interno y no
marginal.
El poder conservador combatió a la disidencia, hasta expulsarlos del sistema, con el tiempo, algunos
elementos del discurso democrático - radicalizado y socialista fueron incorporados en el discurso
escolar, pero subordinados a la lógica del poder hegemónico.
Sociedades populares y corrientes espiritualistas y antipositivistas
Un movimiento de la sociedad civil, denominado sociedades populares de educación comenzó a
fundarse con la llegada de los inmigrantes de la segunda mitad del siglo XIX; fue lo suficientemente
importantes como para que se les dedicara parte del texto de la ley 1420; al inicio del siglo XX
existían ya varios tipos de sociedades populares. Había bibliotecas populares, actividades
culturales, dentro y fuera de los establecimientos educativos. Otras estaban dedicadas a la difusión
de ideas políticas, científicas, sociales, sanitarias, moral y buenas costumbres. Educaban a la mujer
y estaban a favor del movimiento de liberación femenina. Se ocupaban de los discapacitados, los
adultos y los desertores escolares. Educaban para el trabajo. Este importante movimiento de la
sociedad civil persistió hasta mediados de la década de 1940.
El positivismo estaba desapareciendo de la escena política e intelectual alrededor de 1910, crecían
corrientes espiritualistas y antipositivistas. Estas corrientes proporcionaban un marco general, una
serie de categorías abarcativas que trascendían las limitaciones del nacionalismo conservador y del
liberalismo.
Entre los docentes democráticos la valoración de la libertad y la democracia se combinó con
algunos aportes positivistas. El espiritualismo liberal se hacía presente en la Escuela Activa o
Nueva, muy vinculada al surgimiento del sindicato docente. Una serie de reclamos docentes fueron
creciendo y recibieron el acompañamiento de los movimientos obreros.
La problemática educativa estaba influida por la demanda de participación en la planificación,
gestión y conducción de las políticas educativas.
De Yrigoyen al primer golpe militar
El gobierno radical que llega al poder en 1916 (Yrigoyen) otorgó un marco político a los docentes
progresistas, pero no logró consolidar una propuesta pedagógica concreta; mantenía una actitud
ambigua entre el liberalismo democrático y la normalización. Si bien no se hicieron reformas, se
creó un clima reformista que abarcaba a amplios sectores del sistema educativo.
Entre 1916 y 1930 se terminó de organizar el sistema de educación de adultos con la enseñanza de
oficios, bajo la modalidad de “escuelas complementarias”.
La relación entre el gobierno y los docentes se deterioró durante el gobierno de Alvear (aliado de
los conservadores), creció la demanda de mejoras laborales y el cambio de rumbo del gobierno. No
obstante el Consejo Nacional de Educación trató de institucionalizar algunas innovaciones. Este
proceso comenzó en 1920 con la reforma denominada Sistema de Labor y Programas del Consejo
Escolar 1, y terminó en 1936 con la implantación de los Programas de Asuntos en todas las
escuelas de Capital Federal y territorios nacionales. Esta reforma consistía en un sistema integral de
educación - trabajo, con talleres y laboratorios; daba prioridad a las necesidades biológicas y
psicológicas de los niños, y se basaba en los principios de la ley 1420. Combatía la organización
curricular positivista y trataba de concentrar su atención e interés en una organización de los
contenidos que respondiera a los lazos que unen naturalmente las cosas.
La reforma enfrentó al positivismo normalista, pero sin salir de los límites burocráticos. Nunca
abandonó los rituales que constituían la identidad de la escuela pública.
La pedagogía argentina más avanzada no creó categorías que atendieran en simultáneo: al
individuo, el vínculo de la educación con el trabajo y la construcción de hábitos, valores y gustos
colectivos. La idea de práctica se redujo a la actividad escolar y la capacidad para el trabajo
sustituida por una relación abstracta con la vida social.
El segundo gobierno de Yrigoyen sumó disconformidad al introducir un programa llamado
Escuelas de Nuevo Tipo, dirigida a niños de 6 a 8 años, que se los formaba en oficios artesanales,
rurales y urbanos.
No obstante la educación entre 1926 y 1930 había mejorado, el analfabetismo había bajado. Sin
embargo estos datos no lograron influir en la idea negativa que había sobre el gobierno en los
docentes, quienes aceptaron sin resistencia el golpe de 1930 que derrocó a Yrigoyen e inauguró una
metodología ilegítima y violenta de acceso al poder.
El accionar represivo
El presidente del Consejo Nacional de ese momento provenía del normalismo, y recibió el apoyo
docente. Se dotó de Consejos Escolares a todas las provincias y territorios nacionales, con carácter
burocrático y sin participación de los vecinos.
Se suspendieron las Escuelas de Nuevo Tipo y se optó por centrarse en la moral; “había que
combatir al comunismo en las escuelas e impulsar la educación privada”.
Las aspiraciones argentinas de progreso no desaparecieron, la gente trataba de capacitarse cada vez
más, aún así el problema de la relación entre la educación y el trabajo estaba presente, y la lucha por
ingresar al sistema educativo tradicional no se detendría.
El gobierno persiguió a los docentes que tenían posturas radicalizadas, laicistas y escolanovistas; se
hicieron más estrictas las normas para el ejercicio docente y se ordenó la enseñanza privada.
En 1937 se decreta la enseñanza religiosa obligatoria en la provincia de Bs As, en escuelas
públicas primarias, postprimarias, secundarias y especiales.
En 1940 el Consejo Nacional de Educación dictamina la necesidad de reforzar el patriotismo,
aconseja retomar la orientación positivista de 1910, resaltando el valor de los rituales. El
nacionalismo impregnaba los contenidos, considerado el antídoto contra el peligro de disolución
nacional.
Con el régimen surgido del golpe de 1943, el nacionalismo católico ocupa las estructuras
educativas. El sistema escolar normalizador empezaba a mostrar su insuficiencia, las sociedades
populares no eran capaces de dar el salto político, organizativo y tecnológico necesario para atender
a las demandas de educación de todos los sectores.
Peronismo:
Cuando el peronismo llega al poder cuenta con el apoyo del nacionalismo católico, éstos que habían
desarrollado un trabajo que incluía experiencias educativas, aspiraban a controlar el sistema de
educación pública.
El peronismo, de carácter nacionalista y popular, debía atender las demandas de quienes querían
aprender oficios, capacitarse como operario/a o empelado/a y cursar carreras técnicas; de las
mujeres querían estudiar, de los empresarios reclamaban personal capacitado, y de los inmigrantes
necesitaban atención escolar. El sistema argentino vivía una crisis de crecimiento.
El peronismo tenía una postura antirracionalista y antipositivista, lo que hizo que algunos
normalistas formados en la idea de la Escuela Nueva simpatizaran con estas ideas.
Al comenzar la década peronista, la docencia tenía demandas que requerían un ordenamiento
técnico profesional que reglara las relaciones entre los docentes y el estado, abarcaban también
aspectos pedagógicos y político - educacionales.
El avance del nacionalismo católico, la suspensión de la ley 1420 y el antilaicismo, hicieron que
hubiera interferencias en la relación con los docentes.
En 1954 se promulga el Estatuto Docente, no cayó bien entre los docentes.
Las reformas más importantes del sistema educativo fueron realizadas en el primer gobierno
peronista, y se fundamentaron en los principios del Primer Plan Quinquenal, en el capítulo dedicado
a educación, destaca la búsqueda de una filosofía educacional que equilibre materialismo e
idealismo, y que haga compatible la democratización de la enseñanza como un patrimonio igual
para todos, con una modalidad compensatoria para quienes no han tenido la oportunidad de
educación que otros poseen. El estado ya no sólo como garante del derecho, sino como impulsor de
los derechos sociales.
Establece que debe haber enseñanza práctica y profesional en el nivel medio. Se intentaba lograr
una propuesta pedagógica espiritual, de instrucción para el trabajo, la vinculación con la realidad
circundante y la formación del hombre para la Nación, alejada del nacionalismo católico y del
liberalismo normalizador, y enfrentada al enciclopedismo academicista y ultranacionalista. Se
pretendía formar en el niño la inteligencia práctica, dominio de las normas, los sentimientos y
voluntad de superación moral, dentro de una concepción argentina del mundo y de la vida. Los
planes tenían como base organizar el idioma y la historia nacional.
Se trataba de vitalizar a la escuela dando activa participación en la vida social, el trabajo era el
factor más importante para lograrlo (integral no adiestramiento).
El programa contemplaba varios ciclos diferenciados: un primer ciclo optativo (2 años, preescolar),
un segundo y tercer ciclo obligatorio (5 y 2 años respectivamente), éste último ciclo (cultura
general) tenía cursos mixtos, atendía a la urgencia de formar obreros con nivel de oficiales para
todas las especialidades.
También se mantenía un bachillerato (mitrista de 5 años), gratuito solo para quienes no podían
pagarlo, éstos continuaron sin que el trabajo fuera introducido en su trama.
Las escuelas técnicas (1 año), las de perfeccionamiento (2 años) y las de especialización (3 años)
fueron otra modalidad introducida.
El Consejo Nacional de Educación se transformó en una secretaría de la que dependían tres
secciones: primaria, secundaria y técnica, ésta separación ubicaba a la educación laboral dentro del
sistema educativo oficial por primera vez.
La reforma del primer gobierno peronista pretendía erradicar la discriminación que venía desde
finales del siglo XIX. Por un lado se daba respuesta a la demanda de educación de los sectores
populares, y por otro se diseñaba una zona especial del sistema separada del tronco mitrista por
reglamentaciones y requerimientos.
La educación universitaria sería gratuita, los alumnos regulares o libres, y se formaría un fondo de
becas.
El PPQ consideraba problema de estado la promoción y enriquecimiento de la cultura nacional, por
dos vías de acción: la educación y la tradición. La primera desarrollada a través del sistema
educativo y la segunda mediante el folklore, la danza, las efemérides patrias, la religión, la poesía
popular, la familia, la historia y los idiomas. Se fomentarían los centros de difusión de las artes,
ciencias, publicaciones, radio, etc.
La idea pedagógica del PPQ refleja una tendencia al nacionalismo popular.
En 1949, los sectores más reaccionarios consiguen detener la reforma, se retrocede con lo propuesto
por el PPQ y se abandonan todos los acuerdos que la sociedad había logrado en 1884.
En la reforma constitucional de 1949 fueron incluidas la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza
primaria elemental en las escuelas estatales, pero la media y superior sólo sería para quienes eran
capaces y meritorios, becados.
El texto de la constitución tiene como prioridad el desarrollo del vigor físico de los jóvenes, en
segundo lugar el perfeccionamiento de sus facultades intelectuales y sociales, y por último sus
capacidades profesionales.
El segundo gobierno peronista oscila entre la profundización de la modernización del estado, las
reformas sociales y la independencia nacional.
Se sancionan la ley de suspensión de enseñanza religiosa en las escuelas públicas que había sido
reglamentada en el primer gobierno.
La “Revolución Libertadora” , radicalismo y desarrollismo, autoritarismo
En 1955, la “Revolución Libertadora” derrocó al gobierno peronista y nombró a un militar católico
en el poder, luego lo sucedió Aramburu. Pugnaban por el poder el liberalismo católico y el
liberalismo laico. Se enfocaron en desmantelar todo lo que había hecho pedagógicamente el
peronismo, y lo demás continuó de igual modo, persistía el viejo discurso normalista.
Desde 1958 a 1962 gobernó una fracción del radicalismo, Frondizi era presidente, quien al poco
tiempo de asumir pactó con los sectores conservadores en lo económico y reprimió el movimiento
obrero, continuó con la proscripción del peronismo.
El gobierno frondicista impulsó la teoría del planeamiento, transfirió escuelas nacionales a
provincia, y dio amplio lugar a la enseñanza privada. Por primera vez queda configurado un
sistema orgánico privado, totalmente autónomo de la enseñanza oficial.
En 1958 se promulgó el Estatuto Docente, comenzaron a funcionar las juntas de Calificaciones y
Disciplina y se realizaron concursos, se duplicó el sueldo docente; se creó la Comisión Permanente
de Coordinación escolar; y por primera vez se logró un acuerdo curricular básico para un programa
aplicable a provincias y nación. La meta de la educación comenzó a ser preparar recursos humanos
para el desarrollo.
En 1962 hay otro golpe de estado, en este caso no se producen cambios en la educación.
En 1963, llega al gobierno (con el peronismo proscripto) Illia (UCR). La acción educacional de
Illia tuvo características similares a las de Yrigoyen, básicamente radicó en la apertura democrática
del campo educacional, hasta los límites permitidos por la Iglesia y los núcleos duros de los
normalistas.
Un nuevo liberalismo laico escolanovista se desarrolló en jardines de infantes, colonias de
vacaciones, campamentos y centros de recreación. En algunas escuelas públicas se instaló la doble
escolaridad y se pusieron en marcha programas de extensión universitaria.
En 1966 otro golpe de estado instaura la dictadura de Onganía, durante este proceso conservador se
reprimieron la actividad gremial y las universidades. El sistema educativo no tuvo grandes
cambios, se desarrolló en un clima represivo.
Peronismo del ‘73
En 1973 vuelve el peronismo al gobierno, nuevamente se manifestó el nacionalismo popular. La
pedagogía nacionalista popular liberadora suma la influencia del liberalismo laico, los fundamentos
pedagógicos peronistas desarrollados entre 1945y 1955, y gran parte de la pedagogía de la
liberación. Se lleva a cabo el programa de educación de adultos más importante desde principios de
siglo. La reforma pedagógica en las áreas de docencia, investigación y extensión universitaria
contó con el apoyo de sectores progresistas. La experimentación de nuevos métodos de enseñanza -
aprendizaje, los programas de vinculación entre la docencia, el trabajo y la comunidad fueron
importantes.
Hubo sectores del peronismo que se oponían a la reforma, logran la intervención de las
universidades en 1974.
Dictadura cívico - militar del 76 al 83
Desde el golpe militar de 1976 la educación estuvo atravesada por: la represión dictatorial, el
desastre económico - social y la política neoliberal. Aumentaron los problemas de deserción
escolar, la repitencia y expulsaron del sistema educativo a los nuevos pobres. Reapareció el
analfabetismo, la delincuencia infanto juvenil (“chicos de la calle”). En la enseñanza media solo se
concentraba una multitud de chicos que no tenían posibilidades de trabajar ni donde ir.
La oligarquía, los sectores financieros y las fuerzas armadas tomaron a su cargo restituir al país el
orden económico, político, social e ideológico que ocupó el poder anteriormente. Se pretendía
regresar al pasado, se reprimía brutalmente, contando con el consenso pasivo de la civilidad. El
país de la bicicleta financiera y la represión atacó toda vertiente progresista y de los grupos
revolucionarios.
La dictadura consideró a la educación un campo que había sido apto para el florecimiento de la
“subversión”, para contrarrestarlo conjugó política económica - social, represión y educación.
Primó el conductismo y la tecnocratización del sistema educativo. Se clausuraron proyectos
educativos democráticos y se comenzó a traspasar las escuelas a las municipalidades, sin el
presupuesto.
Se introducen a la cultura conceptos tales como: guerra, enemigo, subversión, infiltración, sobre
todo en el ámbito educativo universitario, se consideraba que allí residía el potencial de la
infiltración marxista y peronista.
La Iglesia ubica a un militante de la derecha católica en el Ministerio de Educación, éste representa
el pensamiento de los grupos privilegiados del país.
La cultura greco - romana, la tradición bíblica y los valores de la moral cristiana eran los ejes de la
educación.
El autoritarismo era justificado como condición sin la cual no era posible la libertad.
En este proceso se vio claramente lo que será llamado “neoliberalismo”, combinación de:
autoritarismo de estado, educación como costo - beneficio y una oscura versión de la Doctrina
Social de la Iglesia, junto a la privatización de la enseñanza, la desarticulación de la educación
pública, el arancelamiento universitario, la censura cultural y el desfinanciamiento.
Posteriormente se intentó dar un carácter tecnocrático - industrialista a los programas educativos, se
trató de importar el “Sistema Dual”, programas de capacitación generador de mano de obra barata.
En síntesis la dictadura militar en lo educativo desarrolló líneas básicas coincidentes con:
reestablecer el orden como condición previa para la libertad individual (liberalismo económico y
patria financiera); subsidiariedad del Estado y estímulo a la iniciativa privada, como metas a las que
se llegaría luego de un período de monopolio ideológico y político estatal, transferencias de las
instituciones educativas, represión en la comunidad educativa y restauración de los valores
religiosos y políticos occidentales tradicionales.
La acción destructiva final de la dictadura fue la Guerra de Malvinas. Al año siguiente habría
elecciones.
Analizando el desarrollo histórico de la educación en nuestro país, y su concepción como derecho
podemos citar a Pablo Pineau(1), “La escuela pública gozaba de prestigio y reconocimiento, y
Argentina mostraba con orgullo el crecimiento de sus tasas de escolaridad. Aceptar la condición de
alumno y cumplir satisfactoriamente con las pautas planteadas por la institución eran unas de las
mejores garantías para lograr el ascenso y la inclusión social.” La dictadura del ‘76 desarticuló el
sistema educativo y su discurso de igualdad y derecho, con represión. “En ese entonces, se puso
fin al largo proceso de ampliación de los derechos a la mayoría de la población...” (1)
(1)
Pineau, Pablo, la Educación como Derecho, 2008. P. 8 y 9
Bibliografía:
Puiggros, Adriana. Qué pasó en la educación argentina. Buenos Aires. Kapelusz. 2003
Storni de Orozco. Antecedentes históricos y carácter de la Ley 1420. El Monitor de la
Educación Común.
Pineau, Pablo. La Educación como Derecho. 2008
Ley de educación común 1420. 1884
UBA XXI. La Generación del ‘80.
Canal Encuentro. Especial Ley 1420
http://www.ctera.org.ar/index.php/educacion/item/580-la-dictadura-militar-en-la-
educaci%C3%B3n