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Dialnet PresenciaDeSirenasEnElArteGuatemalteco 4009568 PDF

Este documento analiza la presencia de sirenas en el arte guatemalteco. Explica que las sirenas eran símbolos del amor terrenal según fuentes renacentistas y manieristas. Describe varios ejemplos de sirenas en obras de arte guatemaltecas desde el siglo XVI al XVIII, incluyendo una casa noble del siglo XVI y varias fuentes ornamentales barrocas. También discute el posible origen e influencia de libros como los Emblemas de Alciato en los artistas coloniales guatemaltecos.

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Este documento analiza la presencia de sirenas en el arte guatemalteco. Explica que las sirenas eran símbolos del amor terrenal según fuentes renacentistas y manieristas. Describe varios ejemplos de sirenas en obras de arte guatemaltecas desde el siglo XVI al XVIII, incluyendo una casa noble del siglo XVI y varias fuentes ornamentales barrocas. También discute el posible origen e influencia de libros como los Emblemas de Alciato en los artistas coloniales guatemaltecos.

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Luis Luin Muoz

Presencia de Sirenas en el Arte Guatemalteco

Las sirenas son figuras cuya iconografa ha sido ccnceptuad? com


muy carackrstica dentro d e las Artes Plsticas de Hispanoamricz
Existen al respecto numerosos ensayos realizados por especialistas e.
sus respectivas regiones, de modo que tanto en Mxico como e:
Sudamrica se conoce bastante bien la inmensa variedad de estos sere
mitolgicos, que retoman como tema los artist;.~ renacentistas y lo
manieristas y lo difunden por Europa y Amrica. Curiosamente, si1
embargo, no conocemos de ningn trabajo referente a stas. h e t h ~par;
el antiguo Reino de Guatemala, falta que trataremos de subsarrar
quizs parcialmente, con este estudio.
En el Reino de Guatemala era n a t u r ~ lque p d i e r a pensarsi cin I<
presencia de la sirena como un elemento importante en las Arte:
Pisticas. no solamente por la abundancia de manifestaciones estticas.
sino porclize tambin existen rnanats,l esas extraas rriattirss que 10s
primeros europeos en Amrica pensaron que eran sirenas, segn ha
demostrado Jos ~ u r a n d . ' Empero, el hecho es que la abundancia de
sirenas e n Guatemala debemos suponerla ajena a sta situacin que mAs
bien mencionamos por simple curiosidad. Poca duda pueda cabernos, en
cambio, acerca de que en las obras de arte hechas de acuerdo con los
estilos renacentista y manierista, deben haber figurado muchas sirenas,
pero debido a las destrucciones ocasionadas por los terremotos se
perdieron prcticamente todas ellas, si bien la abundancia de las filentes
ornamentales llamadas bcaros, ya durante la poca barrocs, claramente

El Dr. Luj6n. de n~tionalidzidGiiatemalteea, saco su doctorado en Historia,


e n la Universidad d e S a n Carlos d e Guatemala. Actualmente es catedrtico e n las
L'niversidades del Valle g Marroqufn.
Uno versii>ti reducida de este artculo f u e presentada e n el Simposio sobre
Manierii;ino, organizado por el Instituto d e fnvestigaeivnes Esteticas de la
Universidad Nacional AirtUnoma d e Mxico.

1 Estos matrifer<is sirenidos il'riclzi~hiisrnozoiusi tienen liis hcmbr;t ius


pechos en el dorso, d e mant>raq u e al amamantar a sus cras &%ardansiinilitud c o n la
vspcwie humana. Actualmente Los manat.;. con10 las sirenas e n Guatemala, I>nrcc:.:i
a p u n t o d e t~xtinguirse.
2 Ocaso iic S!i.ci~iis(MGxicr:,D.F.: E'ondo de Cultura Econmica, 19551).
Luis Lajan i1.fuox

nos indica la riqueza con que fue usado este elemento de origen
cl~ico.~
Numerosos investigadores han analizado el origen remoto de este
ser fabuloso. No nos interesa ahora. sin embargo, sino aludir a la
presencia d e l mismo en el arte del Reina de Guatemala y
consiguientemente a sus ankcedentes inmediatos, as como a su posible
significado en este ambito histrico y cuiturat mucho ms concreto. que
va del siglo XVI al XVIII.
En un reciente trabajo, el doctor llmar Luks anaiiza ampliamenk
posible origen y sus distintas mtjdalidades en la arq.~iter,turaandina,
trabajo del cual nos serviremos para estudiar comparatirtamenak lo
referente a Guatemataa4
Tanto Jos de Mesa como Teresa Gisbert estn acordes en que las
sirenas eran el smbolo del amor terrenal, izspirndoe para ello en
diversas fuentes cantemporneas de la epoca renacentista-manieri~ta.~
A igual conc!usin Ilegar: Gasparizi y Luks.'~cisrribie:~da SU fiielik 3c.
inspiracin a !a obra Embler,~cti*m LibeiEus de Andrea Alciati, publicada
inicialmente en 1531, cuya versin d espaol apareci en 1615 traducida
por Diego Lpez, con el ttulo "
de UeciaraciOn magistral sobre los
ern blernas de Andris Alciati. '
Dice en el emblema 214, de la edicin espaoioia, a1 referirse a las
sirenas:
Tenan la parte superior de la cinta arribs de miijeres, y la cinta abajo de
peces. Eran muy diestras, una en msica de voz. otra en taer una flauta, la
tercera en tocar una cithara o vihuela. Par e pdz se entiende algunas veces la
iuxuria y el deleite por que ei apetzto y deseo desordenado trae consigo
muchos monstruos.

Con lo anterior se ve que el smbolo que se le adjudicaba a las


sirenas, por parte de Ia iglesia era de las tentaciones del mundo k m n a i .
Sin embargo, en la mayor parte de los ejemplos que conocernos en el
3 Luis Lujn Muos, Fuentes de Antigua Guatemofa (Guatemaia: Consejo
Nacional para la Proteccin de ia Antigua Guatemala, 19711.
4 "Tipoioga de la escultura decorativa hispnica en la arquitectura andina
del siglo XVIII," Boletn del Centro de Inuestgaciones Hisfbricas y Estticas
(Caracas), No. 17 (noviembre de 1973).
5 Jos de Mesa y Teresa Gisbert, "Renacimiento y manierismo en ia
arquitectura 'mestiza,' " en Contribuciones a f estudio de arquitectum andina (La
Paz: Academia Nacional de Ciencias d e Bolivia, 1966), pp.44-49.
6 Luks, "Tipolagfa de escultura hisp&nica."
7 Ciudad de Njtrra, impreso por Juan de Mongastn. 1615. Existe una
edicin facsimilar reciente.
Sirenas en el A r f e Gaute?~lalteco 139

Reino de Guatemala, nos dan la impresi~c'e aparecer ms bien co?i tin


sentido decorativo que con el sipnifirado anteriorvente alttdido,
excepcin hecha de cuando aparece relacionada con el agua, coma
cuando se te ve en las fuentes ornamrntates.
El libro de Alciati, con sus grabados ilustrativos parece haber
circulado mucho en Espaa e Iberoamrica, pues as lo han observado
los historiadores antes mencionados. Para el caso del Reino de
Guatemala la hemos podido localizar en una tarja de graduacin como
adorno en ella, fechada en 1746, tomada evidentemente de la obra
citada segn ta ilustra Luks como procedente de la edicin de Pars de
1534.$3 Asimismo, en el testamento del pintor guatemalteco Blas de
Polanco y Pineda, vecino de la ciudad de Santiago de Guatemala,
suscrito el 6 de julio de 1737,' se mencionan los libros que posea,
incluyendo once con grabados, entre los que se mencionan:
Tesoro Militar; Vida de Sn. Ygnacio de Noyala Isic); Emblemas de
Alciato; Emblemas de Amor: Libro d e Estampas de Hermitaiios; Libro de
13starnpas con Varios Retratos: Libro de Estampas de Aves Pezes y
Animales; Libro d e las :\ntiguedades de Rorna: Libro de Varrias estanlpas de
la Madre de Dios: Libro de las Guerras de Viena Esiaiiipadas: 1,ibro cte las
quatro Apariciones de Nuestra Sra. de Guadalupe.

Adems se mencionan otros libros de arte, que enumeramos:


Vicencio Carducho Arte de la Pintura: Lean Bautista de Arquitectura; I,a
verdadera Destreza de La Espada: Pantometra: Milicia: Arte de Cantollano ...
Quentas y Reducciones de Plata y Oro: 1,ibro de Frenos Eslampados: Otro
libro de Frenos Dibujados; fllaza Univversal de las Ciencias y .4rtes ...
FiisLoria de Animales y Aves.
Como se ve, el artista Polanco y Pineda tena una regularment~
nutrida biblioteca con obras de arte a la que habra que aadir div~rsas
estampas que Ilegaban a ochentisiete, catorce lminas al temple y nuclvc.
cuadros, uno terminado y ocho a medio trabajar. Por lo interesante que
pueda resultar esta informacin hasta ahora inldita. inclitmor la
informacin aludida:
Yfcn, una ytiragun del Sr. pintada a 6!e en inrdio pliego (de papel: Yten
una yma,vcn d e N: Sra. i i l~~ i ~ l epintada
n i leo en un 1ii.tizo de pitcri rrii~slargo
y ancho di, iiledici plicgo de papel: Ytcil iliict L;;nt;i Cutiera d e t: Salvador, y
otr:> rii S.' Sta. Yglesia Catedral tic M6xico con ~1 alt:>r i'rii\.it~ral: Yrcen 1.1
!<virati> (ir4 7'iirnrnol~> (]u- 12, Saritzi I~ie.-ia1:aterir;il CLC' >f\l<:sicripiiii t - i ~l t i ~
cxtqiiii~o<!e ln iieyiia Iliitii-r,: [ t i - i i ( ~ t r otuin~iloq It>r sefiores Ynijiiii.i<i~~rcs
jitw"i~!ii!IVI 1~ Iglt.si;i dci C<:ni.ciiili 'te I'rr~ii~c~rtlori~s e n I:i? i i o i i r i a i di, la iiiisrr;:i
Sra. Ilcitlr<~ <:ti 51Cxieo.

8 !,iiks, "Tipologa d e escultura hispj:tica."


I'rtttr:xwl<l i!c flicgo ir Coron:i<?o.ACICiI A1 :lO.:<fi'i.X7 !, ?;S!.
Luis Lujhn iWa5ox

Queda claro con lo anterior que, as como en otros casos de


a r t i s t a s q u e h e m o s e s t u d i a d o e n anteriores oportunidades,
especialmente en el caso del Maestro Mayor Diego de ~ o r r e s , ~se '
utilizaban variadas fuentes biblioegrficas de libros artsticos.
Como quiera que sea, es indudable que entre los libros de arte
publicados durante el siglo XVI y primera mitad del XVII, o sea del
periodo que nos ocupa, se pueden incluir a Serlio, Pailadio, Vignola,
Arfe y Villafafie, Carduccio, Diego L p z de Arenas, ademh de Aiberi
y Vitrubio, que haban sido publicados desde antes. Asimismo,
queremos insistir en la presneia de diversas pubiicaciones con grabados,
o grabados sueltos que senan de repertorio graFico para los artistas
coloniales como han demostrado diversos bistonadores de1 arte, y 10
podemos ver reafirmado ms arriba en ef teshmento de Polanco y
Pineda.
Vemos a continuaci6n algunas ejempfos que nos muestran 1a
profusin con que los artistas coloniales utilizaron a La sirena en e1
Reino de Guatemala.
Probablemente el caso ms antiguo io &%amos en I R casa de
Mazariegos o de TovUa en !a a n t i ~ aCiudad Real de Chiapac (ver
Figura 1). Esta mansin piaterefrca que estilsticamente podramosl
situar a fines del siglo XVI o principios de XVXI, tiene una sirena
babrada en piedra que figuraba como mard;rcanln en 1a e s q ~ i n aque da
hacia la Est trabajada muy Asticamen& con un diefio un
poco rgido; su camposicibn sencilla nos hace pnsa.r que pudiera haber
sido tonlada de algana vieta u orla de imprenh. En esta misma casa
hay unos adornos Lrahajdos en estuco que se encuentran a un lado de
la portada, flanqueando una ventana, que bien pudieran ser considerados
sirenas o seres muy pweeidos a &&as, cuyo diseio es bzstante
plateresco, o sea nos parece corresponder a la epoca de la cact.
En la ciudad de Antigua Guabmafa conocemos una gran cantidad
de sirenas, pero la mayor parte de ellas del siglo XVIII. Trataremos, sin
embargo, de situalas cronolbgicamente. Quizhs las ms caractersticas.
del estilo del siglo XVII sean las que se encuentran en la casa llamada
precisamente "de las sirenas", porque figuran dos de ellas sosteniendo
sendos cuernos de la abundancia con la caracterstica de que tienen

10 Luis Lujn Muoz, El Maesfro mayor de arquitectura Diego de Porres


('1677-1741) (Guatemala: Facultad de Humanidades de la Universidad de San
Carlos, 1974).
11 Actualmente esta sirena se ha empotrado en la misma esquina, pero a
mayor altura, para evitar su deterioro.
Sir-rjrtcrs r ~ Pt I A rtr Gnlrtrmnltrco
Luis L ~ j ni%fuEiiox

doble cauda (ver Figura 2); estn trabajadas en estuco con bastante
finura, pese a las numerosas capas de pintura que tienen y se apoyan
sobre un repisn algo barroco.12
La fuente que se encontraba en el patio principal del Convento de
San Francisco y que ahora adorna el atrio de la iglesia de La Merced,
est labrada en piedra volcnica y presenta unas figuras de niios
desnudos, guarniciones manieristas con las cinco llagas y el cordn
franciscanos, caractersticamente emblemticos de esta orden, as como
grandes flores. Sin embargo, lo que nos interesa sealar es la presencia
de las sirenas que estn enfrentadas unas a las otras en los ngulos de la
planta mixtilnea de la fuente, quedando en Ia arista un cordn
franciscano que ambas sostienen. Su talla, si ben vigorosa es un poco
basta. Probablemente es de la segunda mitad del siglo XVII o principios
del XVIII.
kf u y frecuentemente en la arquitectura guatemalteca nos
encontramos sirenas en las pechinas de las cpulas, tanto en la ciudad
de Santiago como en sus provincias. Acaso el ejemplo ms antiguo de
este tipo sean las que se encuentran en las pechinas de lo que parece
haber sido la capilla franciscana de San Buenaventura, situada en el
costado norte de la iglesia actual de San Francisco. Quizs por los restos
de la fachada se pueda deducir que sean stas de mediados del siglo
XVII.
Un poco ms tardas, hacia 1680, son otras sirenas que se
encuentran en los restos de unas pechinas de la catedral, concludas
precisamente ese ao pero que quedaran a la intemperie debido a las
transformaciones que sufriera sta como consecuencia de los terremotos
de 1717 y 1751, primordialmente. Otros casos los encontramos en la
sacrista de la iglesia de San Miguel Totonicapn y en las pechinas de la
cpula de la iglesia de San Raimundo de las Casillas, actualmenk
destruida por los terremotos de 1976.
El Arquitecto Mayor Diego de Porres (1677-1741), utiliz con
bastante abundancia a las sirenas, de manera que ben pudiera pensarse
que fue uno de los rasgos estilsticos que le caracterizan. La primera vez
que sepamos fehacientemente que la usara fue en el chapitel de la
cpula de la iglesia del Oratorio de San Felipe Neri -Escuela de
Cristo-, iglesia construida entre 1720 y 1730. De una manera similar
apafece en el mismo sitio, en la iglesia de Concepcin, Ciudad Vieja,
una razn ms que nos hace adscribir esta edificacin a Diego de
..,?..
:.:.
...
1 2 Estos ejemplos nos parecen tener un sabor ms renacentista que cm' :.>E,
.:.:
cualesquiera otras de dicha ciudad. g..:<,.,.,
$!
,, , ,$S
Porres.13 Esta iglesia fue construida posiblemente un poco despus qttt
la Escuela de Cristo.
En la iglesia conventual de Santa Clara, Porres nuevamente utilizi
las sirenas' esta vez de una manera diferente, flanqueando las pilastra.
abalaustradas serlianas que se encuentran e n las portadas laterales (ve:
Figura 31, de manera que hacen un nmero total de ocho. Pero, en esto:
casos las sirenas no tienen brazos y las partes inferiores ms bien parecer
elementos vegetales por no tener cola.
En la fuente de la plaza Mayor, que es llamada tambin de las
sirenas, Diego de Porres inspirndose en el modelo d e la fuente de
Neptuno de Juan de E3010gna,14 utiliza nuevamente este elemento tan
primordiid para su expresin artstica, empleando las sirenas que
cabalgan sobre delfines y de cuyos pechos mana el agua.
En otras cvlificaciones de mediados del siglo XVIII tambin
aparecen las sirenas, nicament'e que c o ~la i:irinrte de scr al2di.i..
como las que aparecen en el pretil d e la bellsima fuente del patio
principal de La Merced, trabajadas en estuco y de una gran belleza
plstica. Esta misma fuente tiene unos elementos decorativos en su
tazn central que tambin se pudieran concepttiar como sirenas, si bien
aparentan tener elementos vegetales y nicamente tienen la cabeza
humana.
Es muy frecuente que aparezcan sirenas en los remates de las
f a c h a d a s de iglesias, generalmente flanqueando algn elemento
decorativo central, casi a la manera de elementos decorativos herldicos,
segn podemos ver en los ejemplos de iglesias del perodo ultrabarroco
tales como Santa Isabel, extr9uros d e la ciudad de Antigua
Guatemala, Catedral de Quezaltenango, que anteriormente se llamaba
iglesia del Espritu Srinto (aunque en ella tambin se encuentra
formando parte de una pilastra)'" y en Santo Domingo de Ciudad Real
de Chiapas (ver Figura 41, todas ellas de los aos inmediatos a In mitad

1 3 Marcelino G o n z s e z Cano, L.o igl<~siir(!e C'oniuZici~;nji'iiiriu~2


L'~<jj(r
(Guatemala: Facultad de Arquitectura de la Universidad de San Carlos, 1 9 7 0 ) .
Porres tambin la empleo e n la fachada, segn l o sealamos en 1965, en La pilastra
uhal~ustradaseriiana en el Reino de Guatemala, 1720-90 (Guatemala: Facultad de
Humanidades de la tiniversidad d e San Carlos, 1965).
14 Dicha fuente de Bolotiin fue concluida en 1566 y Ciovanni hlaggi
11566-1620) publica su obra E'ontane Diuerse che si aedano nell.llrna citt d i
Ilonzoci .!!ice purie cf'ltuliu, editada en esa ciudad el ao de 1618. Segura~nente
d i ; ~ hobr.+ ~ fue conocida por Polres quien la utiliz para inspirarse y disear la
I " i ? r . r i t t ~ <lelas C i r r b i i ; i s . iniciada en 1 7 3 8 y concluida en 1730.

I U I,ujin hl., La piiuslm abalausiradn sclr!ia.na


del siglo XVIII, as c o ~ oen la ya aludida fachada de la iglesia de
Concepcin, Ciudad Vieja.
En el bello edificio def Colegio Tridentino (siempre en la ciudad de
Santiago d e Guatemala) aparecen pequeas sirenas pareadas as como
leones herldicos, igualmente por parejas, situados en el pretil de la
cornisa, trabajadas en estuco como suceda e n los casos anteriormente
citados. Tambin en la llamada Casa de Chamorro una de las pocas de
dos plantas que an existen en Antigua Guatemala, podemos admirar
varias sirenas que se encuentran inmediatamente debajo del balcn
corrido de dicha mansin (ver Figura 51, solucin similar a otro caso, en
San Miguel Dueas en donde, con carcter ms popular, se co1ot:an bajo
1.1 alfizar de una sencilla ventana.
?vIencin especial debemos hacer de la iglesia de San L4ndr4sXecul,
departamento de Totonicapn, uno de los mas bellos ejemplos de lo
cjue aigunos podran calificar de arquitectura barroca ponv!ar,
Efzctivamente, se trata de una fachada que en los ltimos anos se
encuentra policromada en nariiiija, verde, azul y ocres sohre el blanco
d e la cal. Dentro de la maravillosa fauna y flora que la decoran, en la
que sobresalen angeles turiferarios y otros que hacen las veces de
atlantc:~, aparecen las sirenas o algo muy parecido a estas. En iac
hornacinas del primer cuerpo, flanqueadas por columnas salornnicas
pareadas y en cuyo f r o n t n curvo se encuentran angeiillos tucando
vihuela, as como ur,a cabeza d e animal que pudiera ser u n felino,
vernos dos sercs que tienen un apndice que puede ser la cola de tina
sirtina, separada por u n elemento del cua1 sale una flor de donde a su
vez ernerge un torso humano que finge sostener fa parte inferior del
fronttn al mismo tiempo que tienen una guirnalda con las manitc
opuestas. En el seiz;r~ndo cuerpo, siempre al iado de las col~irnnas
caiombnicas pareadas y enmarcando las harnacinas con imigt?ni?s iie
santos, se ven otras especies de sirenidos, rniiy similares a los
;rnteriormente descritos, unicanzente que ms sencillos. En la parte
inferior de la vencana (hornacina de forma octagonai) vemos otros dos
pecjut?nos seres que acaso pudieran ser otras variantes de sirenas, orql.ii.
todo es posible c n 13 imaginacin dr! los artistas barrocos.
En i.1 Icxr(:cfr crr'i'po: c n ) , n o c!n l r w ,iltitnncxs iirl mismi;: si. ,,,,, . % i r e :
sirena pues aqu s se puede aprcieiar ri torso femenino, lo cual dciitib ser
i ~ ~ : en
l i el otro aletn pero ahora ya no existe la sirena sino tnicamente
qut~daun vaco. pero que si pensamos en Ia simetra, debiramos tlr
i,reer iruo de [:se ladu 1-iubo otra.
Finalmrinte, para no airtrg:ir clenasiada lo que pcjcira ser una
extensa lista d e ejemplos de sirenas en el Reino d e Guatemala,
mencionaremos a las diversas figuras de este tipo que aparecen en las
fuentes adosadas a los muros, comnmente llamados bcaros en
Cuatemaia, en donde existen variadas invenciones de sirenas tomadas de
modelos manieristas italianos que tanto influyeran en el diseo de
fuentes de diversos tipos en Guatemala. Todos estos ejemplos pertenecen
al siglo XVIII, que seala el auge de la fuentes decorativas en Guatemala
(ver Figura 6). Empero, conociendo la evolucin arquitectnica de la
ciudad, estimamos perfectamente lgico que las sirenas en los bcaros
hubieran comenzado a aparecer por lo menos desde mediados del siglo
XVII, es decir que este elemento del perodo renacentista y manierista
llego a tener su pleno florecimiento hasta el perodo barroco. Algunas
de ellas recuerdan modelos del libro de Giovanni Maggi y con las que
hemos podido estudiar y las publicadas Dor el arquitecto Verle L.
Annis,'%e puede tener certeza de su cronclogie como dicriochexa.
Hay algunas casi vegetales, otras de doble cola que recuerdan las de la
Casa de las Sirenas y otras que parecen caritides.'
Hemos visto hasta ahora aparecer a las sirenas con un carcter
decorativo arquitectnico, utilizando fundamentalmente la piedra y el
estuco como materiales bsicos. Ello nos obliga a mencionar que se
conocen numerosos ejemplos de sirenas que pueblan el mar dorado d~
los retablos barrocos, a todo lo largo del Reino de Guatemala, as como
el ejemplo muy interesante que se conserva en el arranque d r la
escalera del plpito de la iglesia de Salam, Baja Verapaz, en donde
vemos una belia imagen de sirena (ver Figura 7). Asimismo, las
encontramos e n un retablo de Ia iglesia de Joyabaj, El Quich, como
sirenas-cariatides en la base del mismo, acaso procedentes de un altar
barroco. pues el referido es neoclsico.
,a imprenta de Sebastin de Arvalo utiliz unas aladas en varias
tarjas de graduacin (ver Figura 8) de 10s aos 1746, 1750. 1757 y
1 7 7 0 para los actos de graduacin de Emanuel Antonio d e Lanuza,
Emanuel Gonziez Batres, Francisco d e Vega y Lacayo, y Pantalen del
Aguila, respectivamente, entre las analizadas, aunque es probable que
hayan ms de stas. Tambikn se encuentran una q u lleva ~ iin canasto de

16 The Archifijciiirr fitnrigi.ltu ;iiuten~ul<r.


I;j.<:j-i77:1 IGuaternala: Cniversidad de
San Ciirlos. 19fiX).

l i Ida variedad de sirenas que aparecen en hcaros debi ser muy grande, simple-
illente por rxstar asociada con lo acutico. Sin ernbargo hay varios casos cn que aparecen
corno el<~nento centra1 de la fuente Adn y Eva, el rhoi y la serpiente. lo que rio-: hace
pensar quta la presencia de las sirenas en estos casos pudiera tratarse de una lusi>n:11 pcc;rrJi>.
Sirertas en pl Arte Gcrilt~rnaltecn 1-49

frutas sobre su cabeza en un libro de coro del convento de San


Francisco, ahora exhibido en el hfuseo Fray Francisco Vsquez,
seguramente de mediados del siglo XVIII. Curiosamente, lleva el pecho
cubierto pdicamente de transparente tela (ver Figura 9).
Toda esta riqueza en variedad de sirenas, que como hemos visto se
encuentra desde Chiapas hasta Honduras - e n donde en la portada
lateral de su Catedral en Tegucigalpa tambin aparecen sirenas
guatemaltecas as como en las vigas de una casa en Choluteca-,
requieren de un estudio iconogrfico ms completo que permitiera
definir la tipofoga de las mismas. La platera ha sido material para
disear sirenas de una gran variedad, particularmente en el perodo
plateresco. Recordamos un bello marco de plata repujada con repisa
flanqueada por dos angelillos-sirenas en la iglesia de la cabecera de
solola
En pintura no las hemos visto ni en la de carctpr mural, ni en la
de cabrrllete, como no sea un ejemplo que se encuentra en el Museo
Colonial de Antigua Guatemala; se trata de una pintura catalogada
como de la Virgen de los Remedios que se ve cIaramente que est
copiada de la escultura original y que aparece de pie sotire una peana de
plata, la cual lleva cuatro sirenillas exentas, de apariencia un poco
extraa.18
En el Museo del .Libro Antiguo, en la .misma ciudad, se encuentra
la representacin de una pira o turntilo funerario, cuyo original debi
haber sido hecho en lmina de cobre y cuya arquitectura efmera fue
erigida en la Catedral Metropolitana a mediados del siglo XVIII, casi
seguramente, ya que no aparece la fecha. En dicho tmulo se ven cuatro
especies do sirenas, aunque la parte inferior de las mismas no tenga la
l o n g i t u d q u e usualmente stas tenan. Es de lamentarse que
desconozcamos tanto de este tipo de arquitectura efmera, porque
seguramente tanto en piras funerarias, como en los arcos erigidos para el
recibimiento de altos funcionarios o para determinad6 . acontecimientos,
debieron aparecer representaciones de sirenas con sus correspondientes
alusiones poticas, de acuerdo con el gusto de la poca llenas de
connotaciones crpticas a la manera de emblemas, jeroglficos, etc. Es
ste un campo para investigar en el inmediato futuro.
En diversas colecciones privadas recordamos haber visto, hace
algn tiempo varios ejemplos de sirenas, entre ellas unas Ilevando
cornucopias en sus brazos. Ello nos da el indicio de que en los retablos
18 Esta pintura annima de la Virgen de los ilernedios, acaso de finales del siglo
XVII o siglo XVIII, figura con el numero 37 en la sala nm. 3 del Museo Colonial.
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debieron ser relativamente abundantes pues i n d u d a b l e ~ ~ e nstas
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hemos visto procedan de altares probablemente destruidos por los
elementos o el hombre.
Como las omisiones tambin suelen ser impodantes de mencionar,
deberemos aludir a que no hemos podido ver sirenas ni en cermica de
tipo maylica o simplemente vidriada, ni en textiles, ni en mobiliario o
hierro forjado. Desde luego, estamos seguros que alguna vez quizs
puedan encontrarse. En todo caso vale la pena sealar subrayk~doloque
mucho del auge en el empleo de sirenas en arquitectura se debe a Diego
de Porres quien las empleii en los chapiteles de la Escuela de Cristo y
Concepcin Ciudad Vieja, en la fachada de esa misma iglesia, as como
en las portadas laterales de la conventual de Santa Clara y en la fuente
de la Plaza Mayor de Santiago de GuatemaIa (a la que se le ha
adjudicado precisamente el nombre de Fuente de Las Sirenas, segn ya
hemos visto).
Deberemos de sealar a manera de conclusiones, que la sirena
aparece en Guatemala, originada en la ciudad de Santiago como foc
cultural del Reino. sobre todo en expresiones de arte religioso segin lo
hemos hecho observar antes, tanto en la parte superior de fachadas de
iglesias. como eri rt.cablos y en orfebreria; pues en cruces procesionales,
peanas, diversos pedestales de vasos sagrados, en marcos con repisas y
en frontales, entre otros, admiramos algunas veces seres parecidos a las
sirenas. En el arte secular apenas las encontramos cn fachadas de casas
de habitacin, sea sosteniendo balcones o como de tipo cacijtide o
tenantes pero, eso s: en numerosa variedad en las fuentes ornamentales,
particularmente en las adosadas a los muros, si bien estas igualmente
aparecen en fuentes conventuales.
Su utilizacin parece tener una simple connotacin decorativa,
excepcin hecha de cuando se Les ve en dichas fuentes ornamenhles por
razn de su orgen acutico o quizs aludiendo a la pureza del agua
frente al pecado representado por la sirena. En todo caso su existencia
es abundante en nmero aunque acaso menor en variedad, pero la
mayora corresponde al Siglo XVLII, vale decir durante ef barroco,
aunque con claros antecedentes renacentistas-manieristas de finales del
siglo XVI o de la primera mitad del siglo XVII.
Acerca de su tipologa podemos citar las siguientes variantes:
sirenas de torso femenino y cola de pez; de torso femenino y dobie cola de
pez; de torso femenino con alas y cola de pez; de torso femenino y cola de
planta estilizada; y de torso femenino y cola con elementos inorgncos
(roleos, parniciones y listones). Algunas cumplan funcin de caritides
Luis Lujn MuTiox

y otras tenan una posicin como de heridica o de tenantes, entre las ms


notorias observadas.
Los principaleq materiales usar:os en las r~pros-ntacionc d e !as
sirenas son el estuco cuando estn colocadas como elementos
arquitectnicos, la madera cuando forman parte de retablos u otros
muebles sagrados y la piedra, ms raramente en alguna fuente. La plata
propiamente dicha o sobredorada es otra materia prima frecuenkmente
usada para crear sirenas, as como el papel en las tarjas de graduacin y
el pergamino en los libros de coro.
Las fuentes de inspiracin para los distintos tipos de sirenas,
debemos buscarlas en los libros de arte, de emblemas empresas o
referentes a la antiguedad clsica, as como en las cartulas en general,
en las orlas y vietas, as como en estampas sueltas. Indudablemente es
en los impresos de origen italiano, flamenco y espaol en donde
podemos buscar la inspiracin cuyo uso tambin pudiera haber tenido
una razn de ser en el deseo furtivo, acaso inconsciente, de querer crear
obras de arte en las que se usara un torso desnudo femenino, posibilidad
difcil de conseguir en un arte predominantemente religioso como el de
aquella poca.
Para concluir, deberemos anotar que esta diversidad de seres
fabulosos que abandonaran el. Mar Mediterrneo parecen haber
encontrado cmodo habitat en las aguas de algunos pases americanos
como lo demuestra este trabajo necesariamente incompleto, de esta
nmina inicial de seres mitolgicos; pero diremos que las sirenas de
Guatemala se han refugiado contempor&neamenteen una expresin de
la tradicin popular, como son los nacimientos montados para la Pascua
de Navidad, en donde suelen estar en los lagos y ros hechos con
cristaies azogados, hacindolas de pequeas dimensiones en barro
cocido y policromado, taendo una guitarra y acaso simulando
acompaarse con la voz, para cumplir con la alusin al temido canto de
las sirenas-, sealando de esa manera el final de un proceso que
utilizando las palabras de Flavio Herrera, podramos llamar Poniente de
Sirenas.

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