Institute of Mexicans Abroad

ABSTRACT

Recent work on transnationalism provides evidence to support the argument that transnational ties to the home country and integration into the host state are not mutually exclusive processes (Levitt and Glick-Schiller, 2004). Moreover, connections to the home country attenuate over time and by the third generation immigrants are usually fully integrated into the receiving country. Given that some of the existing transnational ties are encouraged and facilitated by the home country, critics of sending states’ diaspora engagement activities argue that their promotion of ongoing transborder connections limits immigrants’ integration into the host state. The case of Mexico shows that there are stated and unstated objectives in the state’s diaspora engagement policies, including the promotion of the government’s political and economic interests, the need to maintain its legitimacy at home and abroad, and the interest in facilitating and securing remittance flows. But since the 1990s the programs developed by the Mexican government directed to migrants in the U.S. also seek to improve their living conditions in the host country. An issue that requires further exploration and is addressed in this paper is whether and how the services that Mexico provides to emigrants through its 50 consulates and the Institute of Mexicans Abroad (IME) contribute to or limit migrants’ process of integration in the United States. Such services include, among others, preventive health care and medical referrals, adult education programs, and leadership development. This paper examines the effects of the Mexican government’s programs on the integration of Mexican immigrants based on interviews in various U.S. cities. It also examines the response in the U.S. to the Mexican government’s active role in this regard.

Se calcula que las personas de origen mexicano radicadas en EUA alcanzan los 33.7 millones (Gonzáñez-Barrera y López, 2013). El atractivo que las comunidades mexicanas representan para el país e origen es el resultado del asentamiento de un grupo de connacionales establecidos en territorios que pasaron a la jurisdicción estadounidense en 1848 y cuya consolidación, organización y aportaciones hacia sus comunidades oriudonas, sirvieron para que el gobierno mexicano cambiara la perspectiva sobre sus emigrantes y prestara mayor atención a la injerencia que estos tenían sobre los asuntos internos e internacionales

Se calcula que las personas de origen mexicano radicadas en Estados Unidos alcanzan los 33.7 millones (González-Barrera & López, 2013). El atractivo que las comunidades mexicanas representan para el país de origen es el resultado del asentamiento de un grupo de connacionales establecidos en territorios que pasaron a la jurisdicción estadounidense en 1848, y cuya consolidación, organización y aportaciones hacia sus comunidades oriundas, sirvieron para que el gobierno de México cambiara la perspectiva sobre sus emigrantes y prestara mayor atención a la injerencia que estos tenían sobre los asuntos internos y las relaciones internacionales.

Una especie de fábula que trata de cómo el gigante migratorio mexicano en los Estados Unidos es despertado, de cómo lo agarran mal parado y del papel del Instituto de los Mexicanos en el Exterior y de la política exterior del estado mexicano hacia su diáspora influyeron o no en el adormecimiento, a través de la política de taparle el ojo al macho.