La corrección política amenaza nuestra civilización. La libertad de expresión y el anhelo de investigar libremente cualquier fenómeno de la realidad, antes venerados como motores del progreso, hoy son perseguidos, y por los mismos que más...
moreLa corrección política amenaza nuestra civilización. La libertad de expresión y el anhelo de investigar libremente cualquier fenómeno de la realidad, antes venerados como motores del progreso, hoy son perseguidos, y por los mismos que más dicen portar tales banderas. Esta inconsecuencia se basa en la ignorancia de poner los sentimientos por sobre los hechos, las ideologías por sobre la realidad, que amenazan con llevarnos a una nueva Edad Oscura, o a algo muy parecido a los crueles totalitarismos del siglo XX… O algo así es lo que quieren que pensemos.
La idea central del párrafo anterior se repite con frecuencia en los últimos años como una especie de diagnóstico alarmante de la realidad social. Si bien el fenómeno se da con mayor fuerza en los EEUU, respondiendo a sus particularidades sociales, la influencia incontestable del país del norte en el resto del mundo ha hecho que sus conceptos permeen e influencien las discusiones políticas en otras regiones. En este escrito argumentaré que tal alarma es un falso problema, que, en el mejor de los casos, exagera problemas locales -en un sentido cultural y geográfico- que se explican mejor por otras causas, y en el peor, que se trata de una fachada ideológica bastante más incoherente que la supuestamente denunciada.