2018. Cada 7 de febrero se celebra, en Humahuaca, Jujuy, norte de Argentina, el Día del Carnavalito. La fecha conmemora la muerte del guitarrista porteño Edmundo P. Zaldívar (h.), quien, cuando tenía 24 años, compuso por encargo para la...
more2018. Cada 7 de febrero se celebra, en Humahuaca, Jujuy, norte de Argentina, el Día del Carnavalito. La fecha conmemora la muerte del guitarrista porteño Edmundo P. Zaldívar (h.), quien, cuando tenía 24 años, compuso por encargo para la radio para la cual trabajaba una canción que cambió el mapa musical del norte argentino e inventó una tradición folklórica: “El Humahuaqueño”.
El folklore es un artefacto propio de los modernos estados nacionales; como tal, asume sus mañas. La principal, su origen objetivamente reciente en contraste con la antigüedad subjetiva que se le asigna. Es corriente que el folklore, en especial el del noroeste, se adjetive como ancestral, milenario e inmemorial. Se lo fabricó de ese modo: para que se hundiera en un pasado remoto y nebuloso, en ese tiempo mítico siempre maleable en el que se pierden todas las narraciones nacionales.
En ese tiempo, un musicólogo recogía canciones a las que vinculaba con culturas en extinción, les quitaba las partes complejas, alteraba su estructura para eliminar las formas asimétricas, prescindía de los instrumentos locales y las transcribía en una partitura para piano que se usaba en la clase escolar y en el espectáculo de ballet. Luego esta música, ya adaptada al gusto urbano, inserta en el mercado del entretenimiento de masas y en la industria de “ídolos populares”, componente del proyecto estético y moral de las élites conservadoras, libre de actores sociales e identidades históricas indeseables, pensada explícitamente como representación de otra cosa, volvía a los espacios que representaba y ocupaba el lugar de su representación.