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FFyL, UNCuyo, 2021 Dana Carranza Escribir, ¿para qué?1 “Hallarse en un agujero, en el fondo de un agujero, en una oscuridad casi total y descubrir que sólo la escritura te salvará” Marguerite Duras “Utilicé la escritura de un modo terapéutico y no como método de reconstrucción, más bien de construcción” Ken Bugul Escribir, ¿para qué? Responderé esta pregunta a través de las voces de dos escritoras de lengua francesa, Marguerite Duras y Ken Bugul. Además de compartir una lengua, comparten un pasado doloroso que, de formas distintas, desemboca en la escritura. Lo demostraré en sus obras, El baobab que enloqueció y El Vicecónsul. Daré luz a los aspectos de sus biografías que se reflejan en ellas. De esa forma contestaré la pregunta inicial. Ambas escriben para sanar, llenar un vacío, el vacío de la existencia, el vacío de la vida. Escribir es (re)inventar una identidad. Para comenzar, tanto Bugul como Duras tuvieron que (re)definir su identidad. La problemática surge, según Amin Maalouf en Identidades asesinas, cuando se cree que afirmar la identidad es confesar “la pertenencia a una religión, una nación, una raza o una etnia”. Según él la identidad es lo que nos distingue de las demás personas, nuestras múltiples pertenencias, se construye y transforma. Aceptar esta última aseveración es lo que destruye el estereotipo y acaba con el posible conflicto. Ambas escritoras migraron voluntariamente de su país natal. Marguerite Duras nació en la Indochina francesa en 1914, en 1932 partió a Francia para comenzar sus estudios universitarios. Confesó que el choque cultural al llegar a Francia fue duro, pero que se adaptó rápidamente ya que de todas formas estaba cansada y aburrida de Vietnam y de su madre y que ya no podía seguir viviendo allí. Con respecto a la lengua integró tan bien el vietnamita como el francés. Ken Bugul nació en 1947 en Ndoucoumane, Senegal. Fue la primera de su generación en asistir al colegio, instalado como resultado de la colonización. Consiguió una beca que le permitió migrar a Bélgica para continuar sus estudios universitarios. Duras, aceptó su nueva identidad múltiple, no le fue dolorosa. Bugul se encontró con otros problemas, productos del estereotipo, que la confrontaron con ella misma. Como el racismo y el desencanto al no comprobar el ideal que había formado en base a la cultura que recibió del colegio francés y en la que buscaba integrarse. De esta búsqueda de aceptación surge el cambio del nombre2 que marca un nuevo comienzo, una nueva pertenencia, el de escritoras. 3 1 Trabajo final de cátedra por Dana Belén Carranza para la acreditación de la materia “Literatura Francesa”. Facultad de Filosofía y letras, UNCuyo, Mendoza, Argentina, el 11 de junio del 2021. Aprobado y corregido por la Lic. Prof. Lía Mallol de Albarracín (Docente titular). Nota obtenida 10 en una escala de 0 a 10. 2 En este sentido, coincido con Susana G. Artal, tanto Duras como Bugul “[…] experimentaron el desasosiego de crecer en el punto de contacto de dos mundos, de dos culturas, de dos lenguas. Cerca y lejos al mismo tiempo de la sociedad a la que pertenecen por origen. Cerca y lejos al mismo tiempo de la sociedad a la que las circunstancias las aproximaron. […]prefirieron crearse un nom de plume que sobreimprimir al que les dieron al nacer, sellando tal vez con ese gesto un nuevo y elegido punto de partida.” (DESARRAIGOS:2015,6). El resaltado es mío. 3 Ken Bugul es el seudónimo literario de Marètou Mbaye Bilèoma, en Wolof, su lengua originaria, significa “la que nadie quiere”. En una conferencia realizada en Casa África explica que es una expresión usada para “ahuyentar los malos espíritus y la muerte” y que si ella llevaba ese nombre podía escribir lo que quisiera y como quisiera y que nadie podría decirle nada, “firmo mis libros como Ken Bugul y ni FFyL, UNCuyo, 2021 Dana Carranza El dolor se hace lugar en un pasado tormentoso que no produce más que vacíos. Bugul cargó con el abandono de la madre y una infancia en soledad. Carente de referentes, que guiarán su camino, varias preguntas quedaron sin responder. Cómo amar, cómo relacionarse sanamente después de que el vínculo más importante, el primer ejemplo, estaba completamente roto4. Su padre era demasiado viejo para dedicarse a su cuidado, Ken pasó su infancia preguntándose por qué la abandonó la madre, pregunta que perdurará y atormentará toda su vida. Marguerite Duras creció en la selva ecuatoriana, tras la muerte de su padre, ella y sus dos hermanos vivencian la pobreza de la forma más cruda. Su madre trabajaba como institutriz y no tenía tiempo para criar a sus hijos.5 Además de la ausencia de sus padres, quedó notablemente afectada por testificar el sufrimiento de su madre al comprar unas tierras en las que nunca pudieron plantar nada, tierras saladas, estériles. Según Marguerite su madre nunca superó esa injusticia y ella tampoco. Escriben para encontrarse a sí mismas. Para lograrlo, parten en gran medida de la soledad. Bugul escribió El baobab que enloqueció durante los dos años que vivió en la calle al regresar de Europa a su país natal y sufrir el rechazo de su comunidad. Se trata de un estadio de soledad involuntaria. Mientras que Duras escribió El Vicecónsul en años difíciles de su vida, en el que se había extraído de todos y todo6 . Buscó la soledad de forma voluntaria, para ella es necesaria y va acompañada de la locura. 7 En cuanto a la manera de escribir, Bugul opta por crear una novela en la que se evidencian dos partes. La primera se encuentra al comienzo y casi al final del relato8. En ellos cuenta su vida en África, costumbres y cultura, su paso por el colegio francés, pero puso especial énfasis en el suceso del abandono de la madre. Este último se repite constantemente en el resto de los capítulos en los que cuenta sus pasos por Europa. El dolor no solo se ve canalizado en las palabras que remiten a la madre sino en la búsqueda que emprende por llenar el vacío del desencanto de la cultura europea. Emprende una búsqueda en la que trata de responderse a sí misma, quién es. Sin embargo, no llega más que a una absoluta oscuridad en la que las siquiera la muerte puede contra mí”. Marguerite Duras es el seudónimo literario de Marguerite Germaine Marie Donnadieu. Conservó su primer nombre y tomó “Duras” de una región de Lot et Garonne, tierra natal de su padre. 4 “Evidentemente, la carencia de tal vínculo puede constituir la causa de malestares que alteren la vida afectiva y de interrelación de las personas, un daño muchas veces irreparable. Son las malas historias de las que habla la Licenciada en Psicología Inés Arribillagapara quien la pérdida o ausencia maternas, su descuido, indiferencia o insensibilidad constituyen una tragedia que lleva a una desconexión y a la pérdida de contacto genuino o profundo (Arribillaga 2007).” Citado por Lía Mallol de Albarracín en Mujeres, madres, maternidad en la vida y en la obra de Ken Bugul. 5 “Mi madre había quedado viuda, yo tenía cuatro años […], y nos crió ella sola. Cuando murió mi padre mi madre volvió a ser lo que era, institutriz, Los educadores estaban muy mal pagos, por lo que nuestra infancia fue muy pobre. Mi madre estaba devastada por la miseria y la miseria formaba parte de la familia. El decorado de dicha infancia también revelaba miedo […]” Marguerite Duras en Biografía Marguerite Duras, extraído de Marguerite Duras, le revissement de la parole- Les grandes Heuresina / Radio France. 6 “La escritura va muy lejos… Hasta que uno la remata. A veces es imposible. De repente todo cobra un sentido relacionado con la escritura, es para enloquecer. Dejamos de conocer a la gente que conocemos y creemos haber esperado a quienes no conocemos. Sin duda se trataba simplemente de que ya estaba cansada de vivir, un poco más cansada que los demás. Era un estado de dolor sin sufrimiento. […] Estaba embarcada en el trabajo más difícil de mi vida: mi amante de Lahore, escribir su vida. Escribir El vicecónsul. (ESCRIBIR,1994,2). 7 “La soledad siempre está acompañada por la locura. Lo sé. La locura no se ve. A veces solo se presiente. Cuando se extrae todo de uno mismo, todo un libro, forzosamente se está en particular estado de cierta soledad que no se puede compartir con nadie.” (ESCRIBIR,1994,47). 8 Capítulos 1 y 9. FFyL, UNCuyo, 2021 Dana Carranza experiencias de drogas, relaciones insalubres, prostitución allanan el camino hacia la desesperación e incluso a la idea de suicidio. Se trata de una novela con vestigios autobiográficos que conviven con la ficción. El nombre de la protagonista, Ken Bugul, la historia de su familia, un padre longevo y una madre que la abandona a los 5 años. Contrapone ambas culturas, la africana y la europea. Por último, el regreso a su país natal. Estos rasgos se insertan en la ficción. Por ejemplo, la historia del árbol del Baobab que crece de forma extraordinaria y es testigo de la reconstrucción de la aldea por parte de su padre.9 El Vicecónsul se diferencia de El Baobab que enloqueció, en este caso se trata de una escritura mecánica no preestablecida10. La autora dice no haber escrito más que de ella misma. “No puedo decir que escribo sobre los otros porque a los otros los ignoro. Yo estoy en el mundo como usted, o sea que, si hablo de las personas, hablo tanto de usted como de mi misma […] Estoy aquí ante el mundo y no hablo más que de mi misma” 11 Marguerite Duras parte de su inconsciente12 y se refleja en El vicecónsul haciendo “memoria” de algunos lugares, sentidos y dolores. La historia se desarrolla en Calcuta, la presencia del calor acompaña todo el relato. Se trata de dos historias, la escrita por Peter Morgan, personaje del relato primero, narra la vida de una mendiga que al ser desterrada por su embarazo adolescente emprende un camino para perderse y entregar a su hija a quién lo quiera. La historia principal se desarrolla en la embajada francesa, allí se discute el destino del Vicecónsul de Lahore, puesto que este ha disparado a los leprosos desde su habitación. Anne Marie es esposa del Cónsul, Peter Morgan es uno de sus amantes. Los personajes se desarrollan de la misma forma en la que Duras encara la escritura, en el olvido y la recreación de la memoria. Por ejemplo, la mendiga, intenta perder el camino de vuelta a casa, pero piensa constantemente si está cerca o lejos, activa la memoria y el olvido. Lo mismo se observa en diálogos que quedan inconclusos. Por otro lado, Anne Marie toca el piano y la mendiga canta, en ellas refleja el gusto por la música. Retrata la miseria, la pobreza, el hambre que vivenció en su infancia en los leprosos y en la mendiga. Los lugares parecen ser una reminiscencia a la selva en la que se crió, el lodo cerca de las aguas, los arrozales, el calor. También, conflictúa las relaciones maternales, el abandono de la Madre en la mendiga y la muerte de la del Vicecónsul en su niñez. Ambas autoras, aunque de forma distintas, retratan con nostalgia sus países natales. Sus primeras pertenencias, gustos y dolores se instalan en la palabra. De esta manera crean y reivindican una pertenencia, el de escritoras. Escriben para sanar, escriben y se identifican. Finalmente, se podría decir que allí donde antes hubo un vacío y un dolor ahora hay dos grandes obras. Referencias Bibliográficas: 9 El simbolismo del árbol acompaña toda la historia, da frutos cuando el pueblo se multiplica, fue el compañero de Ken en África, fiel oidor de sus lamentos. Por último, cuando regresó el árbol está muerto, lo que podría representar un nuevo comienzo. 10 “Si se supiera algo de lo que se va escribir, antes de hacerlo, antes de escribir, nunca se escribiría. No valdría la pena.” (ESCRIBIR,1994,56) 11 Extraído de la entrevista “MARGUERITE DURAS A FONDO - EDICIÓN COMPLETA y RESTAURADA” https://www.youtube.com/watch?v=XmnVBenAoyw&t=975s 12 “La escritura es lo desconocido. Antes de escribir no sabemos nada de lo que vamos a escribir […] Es lo desconocido de sí, de su cabeza, de su cuerpo. Escribir no es ni siquiera una reflexión, es una especie de facultad que se posee junto a su persona, paralelamente a ella, de otra persona. (ESCRIBIR,1994,55). FFyL, UNCuyo, 2021 Dana Carranza Fuentes primarias: Artal, Susana G. (2015) “Desarraigos terrestres, arraigos literarios”. En: Aiello, Francisco y Artal, Susana G. (ed.) Estudios argentinos de literatura francesa y francófona, Desarraigos: de la experiencia a la escritura. Asociación Argentina de Literatura Francesa y Francófona, pp 5-8. Biografía Marguerite Duras. En línea: https://www.youtube.com/watch?v=-yBwwc6UDxg&t=541s. Consultado en junio de 2021. Bugul, Ken (2001) El Baobab que enloqueció. Madrid, Zanzibar, ed. Castañón, Liliana Elisa (2015) “Paisajes e identidad en la creación literaria de Ken Bugul”. En: Aiello, Francisco y Artal, Susana G. (ed.) Estudios argentinos de literatura francesa y francófona, Desarraigos: de la experiencia a la escritura. Asociación Argentina de Literatura Francesa y Francófona, pp 53-61. Duras, Marguerite (1994) Escribir. México, Tusquets ed. pp- 13-56. Duras, Marguerite, El Vicecónsul. Recurso de Cátedra: Literatura Francesa, 2021, FFyL, UNCuyo, Mendoza. Letras Africanas, Casa África. En línea: https://www.youtube.com/watch?v=yPqkQ3DV01I. Consultado en junio 2021. Maalouf, Amin (1999) Identidades asesinas. España, Alianza editorial. Marguerite Duras a fondoEdición completa y restaurada. En línea: https://www.youtube.com/watch?v=XmnVBenAoyw&t=975s. Consultado en junio de 2021. Mallol de Albarracín, Lía (2017)” Mujeres, madres, maternidad en la vida y en la obra de Ken Bugul”. En: Mujeres, Revista Melibea, vol. 11. Mendoza, UNCuyo, Facultad de Filosofia y Letras, pp.83-102. Torres S., Jorge (2012) “La máquina Duras: El lugar de la memoria sin recuerdo”. En: Sistema nacional de creadores, México. 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Universidad de Santiago de Compostela, España. pp 33-66 FFyL, UNCuyo, 2021 Dana Carranza García, Rafael G. (2014) “Le Viceconcul: escritura especular y destrucción del relato”. En: Thélème. Revista Complutense de estudios franceses Vol. 29, nº2. pp3 45-362. Mallol de Albarracín, Lía (2015) “Encuentros y rupturas en la narrativa autobiográfica de Ken Bugul”. En: Aiello, Francisco (ed.) Estudios argentinos de literatura francesa y francófona: filiaciones y rupturas. UN Mar del Plata, Asociación Argentina de Literatura Francesa y Francófona, pp. 281- 286. Mallol de Albarracín, Lía (2016) “Presencia de una Europa en crisis en la narrativa autobiográfica de la senegalesa Ken Bugul”. En: Europa, n° 9. Mendoza, UNCuyo, Facultad de Filosofía y Letras, pp. 61-73.