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LOS JÓVENES EN LA TRANSICIÓN
Rafael Rubio
Revista Hispano Cubana
Ortega señalaba que “el concepto de edad no es de sustancia
matemática sino vital, la edad no está sujeta a una fecha, no son cifras
sino modos de vivir”... quizás por eso los jóvenes han demostrado a lo
largo de la historia de la democracia moderna, un enorme poder para
liderar los cambios políticos, especialmente aquellos que suponen el
transito de una dictadura totalitaria a un sistema democrático.
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La juventud entendida como transición, (y viceversa)
Los cambios políticos que conducen a una transición de un
gobierno dictatorial a una sociedad democrática, es quizás una de esas
cosas inextricables en las que a pesar de haberse empleado tantas palabras y escritos que uno no tendría suficiente tiempo para leerlos en
toda una vida, siguen existiendo grandes misterios sin resolver. Nos lo
advierte Rilke, que en su Carta a un joven poeta señala que “Las cosas
nunca son tan evidentes y claras como generalmente se pretende
hacernos creer. La mayoría de los hechos no tienen explicación lógica;
se cumplen en espacios en los que jamás entró una palabra”. Pero
como un principio básico en la ciencia de la vida es conocer la realidad
en profundidad para transformarla , vamos a tratar de descifrar qué
lugar ocupa la juventud en este misterio. Esperemos que los jóvenes
cubanos, que se encuentran metidos de lleno en este proceso, puedan
extraer de este texto algunas ideas, o al menos motivos de esperanza.
Muchas personas han planteado la juventud como espejo de la
sociedad y yo me atrevería a ir un poco más allá para describirla como
una auténtica metáfora de la transición democrática. Los jóvenes son
la cara de los cambios políticos, que siempre tienen rostro juvenil:
todos conservamos aun en la memoria las imágenes de la revolución
naranja, en las que miles de jóvenes lucharon con éxito por devolver la
libertad a Ucrania. Estudiantes activistas, militantes clandestinos,
feministas reivindicativas y artistas bohemios, los jóvenes son la cara de
la transición y parece que si no hay jóvenes no puede hablarse de
auténtica transición.
En primer lugar porque los jóvenes nos recuerdan el futuro. En
segundo lugar, porque la juventud es en si misma una etapa de transi-
ción biográfica, un transito a la vida adulta, no exenta de traumas, problemas, y aventuras apasionantes que se adaptan muy bien para simbolizar las transiciones colectivas que afectan al conjunto de la sociedad. Y en tercer lugar, porque el éxito de las transiciones no sólo se
juega en los escenarios de la alta política, sino
en la vida cotidiana —apropiación de los espa“Estudiantes
cios públicos, liberación de los espacios privaactivistas, militantes
dos— donde los jóvenes siempre ocupan un
clandestinos,
lugar protagonista. Los expertos coinciden en
señalar como las transiciones se preparan
feministas
“molecularmente” antes de explotar, y, más allá
reivindicativas y
de las “minorías subversivas” existente en todo
proceso de esta naturaleza, la causa más imporartistas bohemios,
tante la encontramos en el terreno de los usos
los jóvenes son la
y costumbres. Es en la cultura, en la revolución
de esas costumbres, donde los jóvenes adquie- cara de la transición
ren un protagonismo especial, y habitualmente
y parece que si no
elementos como la moda, la música, la poesía
hay jóvenes no
o el cine se convierten en las armas más poderosas de la transición. Como dice el filósofo
puede hablarse
español José Luis Aranguren “los jóvenes aun
de auténtica
si saberlo del todo, introducen la novedad en la
transición.”
vida y en la historia” y, podríamos añadir, así
preparan el terreno de la transición.
Así lo explica Ulrick Beck, uno de los más famosos estudiosos de
la globalización, al comentar los efectos que provoca esa participación
de los jóvenes creando una nueva dimensión de lo político, que
“irrumpe y se manifiesta al margen o más allá del sistema político formalizado, en un terreno denominado subpolítica, que es el espacio en
el que se plantean los grandes temas del futuro”. Y esto lo vamos a
comprobar a continuación, al desarrollar como las culturas juveniles
han sido siempre un elemento característico de la transición, hasta
podríamos decir que movimientos subculturales como los graffers,
hip-hop, punks... son uno de los legados de la democracia.
Portugal, Rusia, China, Chechenia, Ucrania: La historia se repite
Todas las transiciones de dictaduras a democracias, a lo largo del
siglo XX, han tenido a los jóvenes como actores principales en los preparativos y en el climax. Los jóvenes bolcheviques, los universitarios de la
reforma argentina de 1918, los socialistas de rostro humano húngaros y
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Los jóvenes en la transición
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checoslovacos, los “muchachos” de la revolución sandinista, los jóvenes
leones surafricanos, los estudiantes rebeldes de la plaza de Tianánmen,
o más recientemente casos como Chechenia, donde estudiantes de la
facultad de pedagogía irrumpieron en la televisión estatal en 2004 para
pedir ayuda contra los abusos de los militares o Ucrania... indican que
la historia debería reservar, de hecho reserva, un papel importante a los
jóvenes, en la historia de la transición.
En este caso evocaré brevemente los tres ejemplos más cercanos al
caso español: la transición portuguesa de 1974, la transición chilena de
1989, y la transición rusa de 1989.
En el caso portugués, José Machado Pais recuerda que el anuncio
de la revolución de los claveles lo dieron graffitis pintados por jóvenes
desencantados con el régimen de Salazar: “fora o feixismo” “Liberdade” “Fora a PIDE” (policia militar) “Fim da guerrra colonial”, etc.
Los jóvenes no entendían la causa por la que luchaban en Afríca, y se
resistían a ser carne de cañón. Cómo decían uno de ellos ¿qué eramos
nosotros? Carne a granel y brotaba un manantial impetuoso, resistir,
no ser esa carne ingenua... El ejército no podría apuntar las armas al
corazón de los portugueses y de aquellos a quienes el colonialismo (del
que en Cuba saben mucho, también hoy) asesinaba. Los que se quedaban protestaban contra la injusticia y ante las estrechas redes represivas hacian oir su voz de la única forma posible, los graffiti.
En el caso chileno, también fueron los jóvenes protagonistas. De
una forma activa, aunque poco articulada, los jóvenes manifestaron
un rechazo no muy dirigido, un rechazo que según Sandoval “no se
concreta ni se materializa en un papel de actor social constitutivo del
movimiento, ni un papel militante transformador, sino que se expresa
en mil fragmentos y acciones diferentes, el consumo de drogas, el
carrete, los ritos multifacéticos que cobran vida cuando cae la noche,
la poesía, los mulares callejeros, el lenguaje hermético, las pandillas...
“Hoy esos mismos jóvenes articulados están generando todo un
movimiento que plantean formas de participación alternativa como
las funas (performances burlescas que ridiculizan a los complices de la
dictadura).
El caso ruso es también interesante, allí los conocidos como
“neformalniye grupirovki” (grupos informales) aparecen en el escenario
en la segunda mitad de los 80, coincidiendo con los aires de transparencia promovidos por la perestroika. Tras el colapso de las formas únicas de encuadramiento proliferan una gran cantidad de grupos juveniles, en los que podríamos distinguir aquellos que tienen origen
Los jóvenes en la transición
El “modelo” español
En España podríamos decir, que entre otras cosas, es el cambio de
generación el que provoca el paso de la España de la Victoria y el Castigo, aun vigente en los años 50 a la España de la paz y del perdón, que
es considerada el germen de la transición democrática, considerada
hoy por muchos como modélica.
En España, la oposición al régimen, podríamos decir la transición, adoptó esa forma cultural de subcultura, una subcultura que trataba de romper un buen número de costumbres prestablecidas, un
conformismo que se reflejaba en costumbres como “hacer la noria”,
que es como se llamaba al subir y bajar paseando por la calle mayor, y
que era una señal de la invisibilidad de los jóvenes, su integración no
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foráneo (rockers, heavies, punks, hippies, breakers...) que surgen de
golpe, acumulando la experiencia de 30 años, y en segundo lugar un
grupo local que tiene origen ruso, los nihilista (que el escritor albanés
Ismail Kadaré, eterno
candidato al Nobel,
describe de forma
espeluznante en “El
ocaso de los dioses de
la estepa”), se trata de
jóvenes intelectuales
entre ácratas y místicos, que intentan recuperar el estilo bohemio
de los escritores de
principios de siglo; los
afganos, aquellos que
sirvieron en Afganistán y al regresar tuvieron tremendos probleJuan Pablo II, un ejemplo para los jóvenes
mas de adaptación, al
pasar de héroes a perdedores de la noche a la mañana, los liubiertsi
(jóvenes de un barrio obrero cercano a Moscú, que fueron utilizados
por partidos xenófobos), pamietz (nacionalistas rusos, agresivos y
antisemitas)... todas estas fuerzas que más adelante fueron utilizadas
para mostrar las dificultades de transformación del régimen comunista y la decadencia de Rusia, también tenían dentro ciertas señales
de esperanza.
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conflictiva a las normas sociales (y que un famoso cineasta español,
Bardem, reflejó magistralmente en una película del mismo nombre),
esto se rompe en los años sesenta cuando los jóvenes comienzan a
tomar la calle, y la convierte en escenario de sus protestas, las manifestaciones y sus happening contraculturales.
“El éxito de las
Se trataba de una nueva generación que no
transiciones no sólo hablaba de la guerra, “mi guerra fueron los
Beatles” se decía en España en esa época, y es
se juega en los
verdad como esa juventud que gritaba por el
escenarios de la alta cambio escuchaban con veneración a los “nuemelenudos, anarquistas y jóvenes líderes
política, sino en la vos
de nuestro tiempo” (como decía un periódico
vida cotidiana
de la época). Frente al miedo de los 50 en los
años sesenta comienza a verse como imparable
—apropiación de
alto grado de contestación, que pese a la
los espacios públicos, un
represión, reivindicaba que la oposición no
era anulable y mucho menos despreciable.
liberación de los
Se produce una brecha social, que se
espacios privados— manifiesta
de una forma grandísima en disdonde los jóvenes
tintos aspectos como el consumo (con la llesiempre ocupan un gada del SEAT 600, un modelo de coche que
democratizaría el transporte), la moda (con la
lugar protagonista.” llegada de la minifalda), la cultura de masas a
través de la radio y la televisión, que hacen
que la opinión pública sea de todos, las vacaciones en la playa, y,
como reflejo de este deseo de cambio, la música, y en concreto la aparición de los cantautores como Lluis Llach, Luis Eduardo Aute, Nino
Bravo o Canovas y Guzmán.
Esta brecha se materializa también en la vida política, en lo que
supone un recambio generacional. En el primer gabinete democrático
en España aparece ya el recambio generacional en los líderes políticos
tomando el liderazgo una generación de jóvenes políticos de entre 30
y 40 años, como Felipe González o Adolfo Suárez.
La juventud española buscó apoyos en esa labor democratizadora, y los encontró en estructuras sociales que ofrecieron cobijo e
impulso a los jóvenes durante la transición: la iglesia y la familia.
Según estudios recientes, la iglesia en España actuó como el primer
actor socializador de esta etapa. Una actividad socializadora que se
parece bastante a la que desarrollaba la iglesia en otras dictaduras
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como la chilena y sobretodo en la mayoría de los países del bloque
comunista, entre los que Polonia y la actividad del Papa Juan Pablo II
son los más conocidos, y que se parece bastante a la labor que la iglesia ha desarrollado en Cuba en los últimos tiempos. Labor de “paraguas”, que ofrece espacios de libertad, que da cobijo a todo tipo de
actividades que se van integrando en la vida cotidiana de los jóvenes. Experiencias vividas en grupos de apostolados, labores sociales,... que permiten a los jóvenes incorporarse a la vida de la sociedad, y va introduciendo en los jóvenes una serie de costumbres,
destrezas y habilidades para la gestión colectiva, a la vez que va normalizando la aplicación de una serie de normas y valores fundamentales para vivir en democracia, convirtiéndose así en un agente
de socialización prioritario y de vínculo de conexión con la acción
política de jóvenes de distintas condiciones sociales. Mientras que la
familia suponía el reducto de la confianza, de la intimidad, un estímulo constante para la reivindicación del individuo y la libertad de
expresión y pensamiento frente al adoctrinamiento del régimen que
provocaba la parálisis.
Las formas de los jóvenes iban impregnando la cultura y la sociedad española. Un fenómeno curioso de la transición española es la
aparición de muchos neologismos y préstamos en el habla coloquial.
Conceptos como España, valores eternos, comunismo, judaísmo...
dejaron paso a palabras como democracia, autonomías, diálogo o
estado de derecho, términos mucho más aperturistas. En esta transformación los jóvenes también tuvieron un especial protagonismo y
palabras como Basca, que se refiere a mogollón de gente, buga, para
decir coche, caballo, para la heroína, carroza, para llamar a alguien
mayor; molar, que es gustar, la famosísima movida y la pasma para
hablar de la poli pasaron al lenguaje coloquial y muchas forman parte
hoy del Diccionario de la Real Academia. Era la forma que tenían los
jóvenes de reivindicar así su deseo de ser ellos mismos, de tener su
propio lenguaje.
Cuba: Algunas lecciones
Cuba tiene una historia, y un presente, de jóvenes comprometidos en la lucha por la democracia. La labor de organizaciones como,
la Juventud Católica, la Federación Universitaria , el Directorio Revolucionario Estudiantil, forma parte de la historia, y vidas como la de
Pedro Luis Boitel o José Antonio Echevarría, se han convertido ya en
objeto de estudios, e incluso novelas como la de Cabrera Infante o la
de mi amigo Nacho Uría, “Amaneció Revolución”.
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Los jóvenes en la transición
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Desde muy pronto los jóvenes se convierten en un elemento
clave de la oposición. Primero contra Batista, donde el asesinato de
cuatro jóvenes católicos de la Universidad de Villanueva, cuando se
dirigían a unirse al ejército rebelde, supuso uno de los acontecimientos que precipitó la revolución. Tras la revolución los jóvenes también fueron de los primeros en reaccionar en la universidad donde
un grupo de estudiantes católicos dirigidos
por Alberto Müller, sobrino del obispo de
Matanzas, atacaban al régimen desde su boletín de noticias, Trincheras, pronto sufriría las
represalias, Trincheras sería quemado públicamente y él mismo se vería obligado a marcharse de la universidad y a dedicarse a la
actividad clandestina. Otro periódico juvenil,
el Diario de la Marina, de inspiración católica, que había criticado a la Revolución trató
de sacar a la calle un artículo, más bien un
manifiesto, en el que 300 de sus 450 trabajadores pedían elecciones libres. El Sindicato
Pedro Luis Boitel
de Artes Gráficas y la Asociación de Periodistas lo impidieron rompiendo las planchas con las que se iba a imprimir el texto, y cuando solicitaron la ayuda de la policía para evitar el
atropello esta contestó que no veía ninguna señal de desorden; “muéstreme un hombre muerto y entraré en acción”. Su editor, José Ignacio
Rivero, protestó y huyó a la Embajada de Perú y el Diario de Marina
fue clausurado; y enterrado simbólicamente por un grupo de estudiantes en un montículo de la Universidad.
Pronto el gobierno de Fidel Castro se dio cuenta del descontento
de los jóvenes y decidió conquistar también la universidad que se convirtió en un lugar “solo para los revolucionarios”, como reza el cartel
de la entrada en la Universidad de La Habana. Así los jóvenes “antirrevolucionarios” fueron perseguidos desde los años 60. Las faldas cortas, el pelo largo o el ser joven y católico eran perseguidos como contrarrevolucionarios, y debían rehabilitarse en las terribles UMAP,
conocidos como los GULAG cubanos.
En abril de 1980 más de cientoveinticincomil cubanos zarparon
a todo riesgo a la inmensidad del mar. Y muchos miles más demostraron su intención de hacerlo, aunque no lograron su objetivo. La
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oleada migratoria fue de jóvenes, sobretodo de entre los 25 y 40
Los jóvenes en la transición
años, que “convencidos hasta el tuétano de la falsa prédica social y
material del comunismo, desafiaron la martillada historia oficial y se
fueron sin mirar atrás”. Fue el acto liberador de la primera generación del hombre nuevo creado por Castro, que pese al adoctrinamiento y el aislamiento, decidió jugarse la vida para renunciar a su
“privilegiada” condición.
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Los jóvenes protagonistas de la transición en Cuba
Hoy los jóvenes cubanos son el resultado de una sociedad que perdió
sus valores esenciales. Han crecido y crecen en familia divididas por la
ideología, la prisión, el exilio o, en el caso más
“La juventud
común y desarraigante, el miedo a no pensar
igual, y son víctimas de un sistema que preespañola buscó
tende condenarlos a la uniformidad con fórapoyos en esa labor
mulas como las de las escuelas agrarias, que les
obliga a abandonar temporalmente sus estu- democratizadora, y
dios y sustituirlos por el trabajo agrícola, conlos encontró en
viviendo en un ambiente hostil.
estructuras sociales
Aun así, también esos jóvenes cubanos
están involucrados en la lucha por la democraque ofrecieron
cia. Su trabajo desde movimientos “de mayocobijo e impulso a
res” como el de Oswaldo Payá, u otros dentro
los jóvenes durante
de la isla, les ha convertido en protagonistas de
la transición a la democracia. Jóvenes como
la transición: la
Lester González (27), Luis Enrique Ferrer (27),
o “aun jóvenes” como Regis Iglesias (34), José iglesia y la familia.”
Daniel Ferrer (34), Pablo Pacheco (34) o Normando Hernández (35), sufren en prisión por intentar acelerar el proceso hacia la democracia, denunciando los abusos de una dictadura que
no les deja vivir su juventud. A pesar de la represión los jóvenes cubanos siguen siendo “la esperanza viva de la Patria cubana”, como recordó
el Papa Juan Pablo II durante su visita a Cuba. Los jóvenes cubanos de
dentro y fuera de la Isla están jugando ya un papel esencial en la transición a la democracia, que ya está en marcha.
Junto a la labor individual de estos jóvenes que luchan por la
democracia, en estructuras y grupos “de mayores”, merece la pena destacar el Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia es una
organización formada por jóvenes estudiantes universitarios y profesionales cubanos que impulsan desde el año 1996 un proyecto de
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autonomía universitaria.
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En enero de 1996, tres jóvenes miembros del Movimiento
Cubano de Jóvenes por la Democracia, compañeros de estudios y procedentes del más humilde sector de la sociedad, presentaron la petición de autonomía universitaria al Consejo de Estado, Ministerio de
Educación Superior y otras instancias del gobierno de Cuba. La respuesta del gobierno ante esta solicitud, realizada de forma cívica y
pacífica, fue la de someter a estos jóvenes a actos de represión, que
llegó a encarcelar a algunos de ellos como Nestor Rodríguez Lovaina,
Juan Carlos Herrera Acosta, Claro Sánchez Altarriba, Eddy Mena
González o Radamés García de la Vega.
A fines del año 1998, Néstor Rodríguez Lobaina, el principal
promotor de este proyecto, sale de prisión para continuar el desarrollo
de esta propuesta a pesar de la represión. En marzo del 2000 es encarcelado nuevamente hasta que fue liberado recientemente tras cumplir
los 6 años y medio de su injusta condena, en la prisión de Guantánamo. Otros han continuado su labor y, a pesar de la represión, en
diciembre del 2004, presentaron nuevamente el Proyecto Universitarios Sin Fronteras, revisado y actualizado.
En estos momentos jóvenes de diversos lugares del país como
Rolando y Alfredo Rodríguez Lovaina, Luis Enrique Morell, o Janet
Mosquera Cayón recogen firmas por la autonomía universitaria y el
pasado 18 de abril se presentó ante las Universidades de La Habana,
Las Villas y Oriente, una carta, elaborada y firmada por el ingeniero en
Informática Rolando Rodríguez Lovaina, dirigida al presidente de la
Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) el joven Joan Cabo
Mijares, en la que demandan autonomía universitaria y presentan un
proyecto de reformas.
El proyecto presenta una propuesta para la desideologización de
las universidades en la Isla, consideradas como tribuna del conocimiento y no de dogma político, una propuesta para lograr un espacio
donde debatir los temas fundamentales que preocupan a la sociedad,
y que del debate abierto y sincero emerja la verdad. Denuncia la falta
de libertades a que están sometidos los estudiantes y solicita a las autoridades que dentro de los recintos universitarios se respete la libertad
de expresión y asociación, que no se discriminen a los estudiantes por
su credo religioso o político, o por el color de su piel.
Otras reivindicaciones del proyecto Universitario sin Fronteras
son, la autodirección con responsabilidades propias, la formación de
nuevos valores, el respeto absoluto y la tolerancia hacia el ser humano,
la convivencia pacífica, decir NO al militarismo, la derogación de todo
Los jóvenes en la transición
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tipo de marginación, discriminación y exclusión por motivos políticos
en el proceso de ingreso o de selección en estos centros de educación
superior.
Para terminar denunciando como actualmente en las universidades cubanas existen mecanismos coercitivos que obstruyen lamentablemente el accionar verdadero y libres de los estudiantes dentro del
recinto universitario, y finalizar reivindicando una universidad para
todos los cubanos.
“Que la familia
Recientemente, tras la presentación del
Proyecto, el coordinador del Movimiento suponía el reducto de
cubano de Jóvenes por la Democracia y firla confianza, de la
mante de la carta, Rolando Rodríguez
Lobaina fue detenido de forma irregular por
intimidad, un
las fuerzas de seguridad cubanas. Rolando
estímulo constante
fue detenido en la carretera cuando regresaba
a Guantánamo desde Holguín, conducido a para la reivindicación
una estación de la Policía Nacional Revoludel individuo y la
cionaria (PNR) de Guantánamo donde el
libertad de expresión
jefe de la unidad amenazó con golpearlo salvajemente. De acuerdo a oficiales de la PNR
y pensamiento frente
en Guantánamo, Rolando fue trasladado al
al adoctrinamiento
tribunal provincial de Matanzas acusado por
del régimen
una causa del año 97, una causa que
Rolando ya cumplió, afortunadamente el 16
que provocaba
de setiembre, tras 9 días de injusta detención
la parálisis.”
fue liberado.
La detención del líder juvenil ha sido el
último episodio de una campaña de represión, dirigida contra los jóvenes, denunciada por la Comisión de Derechos Humanos: “Desde
mediados de enero hasta los primeros días del pasado abril, el gobierno
de Cuba realizó una intensa redada policial que llevó a las prisiones a
unos 400 adolescentes y jóvenes”, bajo cargos de “peligrosidad predelictiva”. Los jóvenes tienen una edad promedio de 18 años y fueron
encarcelados, sobre todo en La Habana, mediante la fórmula de “peligrosidad predelictiva”, en una denominada “Operación de Contención”, que la Comisión considera “una verdadera e inaceptable operación de limpieza social y una violación específica de las leyes vigentes
en Cuba”.
Los jóvenes encarcelados fueron “internados en prisiones de alta
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seguridad, principalmente en el Combinado del Este”, el mayor
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recinto carcelario del país, ubicado en La Habana, allí, los jóvenes quedaron “aterrorizados al presenciar los amotinamientos ocurridos en ese
penal los días 19 de marzo y 5 de abril, con el resultado de varios presos muertos y decenas de heridos”, dijo la CCDHRN en el informe.
Nuevamente en junio fueron detenidos 19 jóvenes en el poblado
La Pimienta, municipio Cabaiguan, provincia Sancti Spíritus, en el
mes de junio. Los jóvenes fueron acusados como “potencial delictivo
extremadamente peligroso” y como le manifestara el jefe de la PNR,
que estaban “acusados por todo lo que se perdiera o se robaran en los
alrededores del poblado”. Tres de estos jóvenes de nombre desconocidos fueron conducidos a prisión, mientras que los restantes permanecen en sus viviendas en espera de ser enjuiciado por peligrosidad.
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Solidaridad Internacional
Los jóvenes cubanos no están solos. En los últimos años han surgido en la comunidad internacional distintas iniciativas de jóvenes
cubanos, muchos de ellos nacidos ya fuera de la isla, y no cubanos que
de formas distintas ofrecen su apoyo y reivindican el papel que los
jóvenes deben jugar, y están jugando ya, en la transición.
Una de ellas es la asociación Raíces de Esperanza, una asociación
de jóvenes cubanoamericanos, que a través del estudio de posibles
modelos de transición y la colaboración con el movimiento democrático en la Isla, ha logrado sacar de la apatía a las jóvenes generaciones
de la Diáspora. Compuesta por estudiantes de más de 23 universidades norteamericanas Raices de Esperanza ha organizado ya dos ediciones de la Georgetown&Harvard Cuba Conference, que ha ofrecido a
sus participantes una serie de ponencias, de contenido principalmente
académico, orientadas a fomentar el diálogo sobre el futuro político,
económico y social de Cuba. La conferencia, que contó con la participación de los Presidentes José María Aznar y Luis Alberto Lacalle, fue
un soplo de aire fresco en el camino de la disidencia cubana, y ese fue
quizás el primer objetivo cumplido, transmitir nuevas esperanzas,
dejando clara su disponibilidad para coger el relevo de sus mayores.
Otras iniciativas han traspasado las fronteras del exilio. El 29 de
julio de 2005, jóvenes líderes latinoamericanos de Chile, Argentina,
Perú, México, Costa Rica constituyeron en La Habana el Comité
Internacional de Jóvenes por la democracia en Cuba, con la firma del
Memorando de La Habana. El acto se ratificó en la Ciudad de México
en el mes de agosto, donde jóvenes de 15 países latinoamericanos apadrinados por el exPresidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle.
Los jóvenes en la transición
Por otro lado, líderes universitarios de la Democracia Cristiana de
América, reunidos en San José Costa Rica, en el mes de septiembre,
declararon su apoyo a los jóvenes cubanos que luchan por una Cuba
libre y democrática, y proclamaron su solidaridad y apoyo moral al
Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia y a su Proyecto de
Universitarios sin Fronteras, reiterando su
compromiso solidario con el Movimiento
“Otro periódico
Cívico Cubano, que busca la transformación
pacífica hacia la libertad y la democracia en su juvenil, el Diario de
país. Entre los firmantes se encontraban
la Marina, de
representantes de Chile, Costa Rica, Honduras, México, Panamá, Nicaragua y Venezuela. inspiración católica,
que había criticado
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Mirando al futuro
a la Revolución
La juventud es la esperanza de Cuba. La
trató de sacar a la
experiencia histórica nos muestra como la
mejor manera de hacer realidad esta especalle un artículo,
ranza es a través de sus propias armas. Armas
más bien un
como la música, o la literatura forman parte
del arsenal que tenemos los jóvenes para ayu- manifiesto, en el que
dar al pueblo cubano a mirar hacia delante, a
300 de sus 450
seguir soñando con la libertad, a no resignarse, a convertir en realidad ese lema de la trabajadores pedían
antiglobalización, “Una mundo mejor es
elecciones libres.”
posible”, que en Cuba es un clamor. Una
Cuba en la que las jóvenes cubanas, auténticas bellezas, no estén obligadas a ejercer de jineteras o los jóvenes cubanos tengan más opción
que tratar de escapar, ejerciendo de improvisados marineros y lanzarse
al mar, camino de la libertad. Se lo decía Juan Pablo II, no podemos
conformarnos, hemos de esforzarnos con todas nuestras energías en
hacer que esta tierra sea cada vez más habitable para todos.
Los jóvenes necesitan poder construir el futuro. Esto se ve muy
bien en una película muy reciente de un director español, que fue
alumno de la escuela de S. Antonio de los Baños, que muestra el
estado de la juventud cubana. La película se llama Habana Blues y
muestra una juventud acorralada necesitada de futuro, de buscar horizontes más amplios. Una juventud que se ahoga en la falta de libertad
y busca en la música como válvula de salida de todas sus aspiraciones,
aparecen así múltiples grupos, que canalizan toda esa creatividad
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cubana, hacia una de las manifestaciones más propias de esa cubanía,
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(que Fernando Ortiz, definía como un tremendo ajiaco), que es una
señal de la identidad propia del pueblo cubano y de su juventud, la
música, convertida en una auténtico instrumento de democracia.
Podríamos acabar como empezamos, con consejos de poeta.
Rilke diseña todo un manual de pensamiento para la juventud, un
manual para el joven demócrata cubano “apártese de las formas demasiado comunes y que se encuentran con facili“La mejor manera dad: son las mas difíciles, porque se necesita
mucha madurez para aportar algo propio
de hacer realidad
donde existen en cantidades buenas y, en
esta esperanza es a parte, sobresalientes tradiciones. Por tal
través de sus propias motivo, líbrese de los motivos generales y
tome los que le ofrece su diario devenir. Muesarmas. Armas como tre sus tristezas y deseos, los pensamientos que
acuden a su muerte y su fe en algo bello;
la música, o la
muestre todo eso con profunda sinceridad
literatura forman
interior, serena, sumisa, y para expresarse, use
parte del arsenal
los objetos de su entorno, imágenes de sus sueños y las cosas esenciales de sus recuerdos. Si
que tenemos los
su vida cotidiana le parece pobre, no la culpe,
jóvenes para ayudar cúlpese a usted mismo, reconozca que no es lo
al pueblo cubano a suficiente poeta para encontrar en ella sus
En los creadores no cabe la pobreza,
mirar hacia delante, riquezas.
ni los lugares pobres e indiferentes. Y aunque
a seguir soñando
usted estuviera en una cárcel sin poder percibir
los rumores del mundo exterior, ¿no tendría
con la libertad.”
siempre su infancia, esa riqueza preciosa, grandiosa, fuente inagotable de recuerdos?. Regrese a ella su mirada.
Intente aflorar las brumosas sensaciones de tan inmenso pasado; se fortalecerá su personalidad, se acrecentará su soledad y se hará un lugar a
la sombra, en el cual, el estrépito de los otros pasa de largo y lejano.”
Estos consejos nos servirán para alumbrar el camino que todavía
le queda por recorrer a la juventud cubana: “acepte su destino y llévelo
con su sufrimiento y su grandeza, sin preguntar jamás por la recompensa que hallará afuera. Pues el creador debe ser un mundo en si
mismo, encontrar todo en si y en su propia naturaleza. De cualquier
forma, tampoco habría sido en vano el recogimiento interior en que le
insisto. En todo caso, partiendo de ahí, su vida encontrará sus propios
caminos, y le deseo que sean dichosos, ricos y amplios”.