Hombres por la Equidad
Centro de Intervención con Hombres e Investigación sobre Género y Masculinidades, AC es una
Organización de la Sociedad Civil Organizada en
México que trabaja en el tema de la violencia familiar y violencia masculina desde una perspectiva
de género. Realizamos diversas actividades de capacitación a grupos mixtos en instituciones públicas
y ONG en toda la República. Brindamos atención
a hombres adultos y jóvenes en torno a sus problemas de violencia, y otros aspectos relevantes de
su vida (como sexualidad, paternidad, entre otros).
Además, realizamos actividades de investigación sobre las masculinidades y la violencia masculina en
zonas rurales y urbanas. Si deseas más información
sobre nosotros puedes comunicarte a los datos que
te brindamos al inal de este manual.
Roberto Garda Salas
Economista con Maestría en Sociología. Ha desarrollado actividades de sensibilización e intervención a nivel nacional e internacional sobre los temas
de violencia masculina, jóvenes, masculinidades y
violencia familiar desde una perspectiva de género. Fue cofundador del Colectivo de Hombres por
Relaciones Igualitarias, AC (Coriac) donde trabajó
aproximadamente por 10 años y dirigió las actividades de violencia masculina de esa Institución. A raíz
del cierre de Coriac, Roberto Garda fundó Hombres por la Equidad , AC donde desde hace dos
años se desempeña como su Director.
Indice
SECCION I
I. Objetivos generales................................................................................................. 7
II. Aspectos teóricos para las actividades de prevención............................................ 7
1.- La perspectiva de género...................................................................................... 7
2.- La construcción de la masculinidad........................................................................10
III. Principios para el trabajo con los temas de este manual........................................14
IV. Sugerencias para el trabajo con los temas de este manual.....................................17
SECCION II
I. Dinámicas de trabajo............................................................................................... 23
Dinámicas sobre género y violencia familiar
Dinámica 1: Nuestras reglas con perspectiva de género....................................... 23
Dinámica 2: La escucha y el poder......................................................................... 24
Dinámica 3: El poder y el castigo........................................................................... 26
Dinámica 4: Las identidades de género................................................................. 29
Dinámica 5: La identidad femenina........................................................................ 31
Dinámica 6: La violencia familiar............................................................................ 32
Dinámica 7: La escucha en la atención a mujeres que viven maltrato................... 34
Dinámicas sobre masculinidad
Dinámica 8: Temas que les preocupan a los hombres........................................... 36
Dinámica 9: La paternidad..................................................................................... 38
Dinámica 10: Los grupos de los hombres jóvenes................................................. 39
Dinámica 11: La sexualidad masculina....................................................................41
Dinámica 12: El trabajo doméstico........................................................................ 43
Dinámica 13: Los Sentimientos y la Violencia Masculina........................................ 45
Dinámica 14: Los servicios y la violencia masculina............................................... 46
Dinámica 15: Las formas de no compromiso........................................................ 48
Dinámicas sobre el trabajo con hombres y las posibilidades del cambio
Dinámica 16: Identiicando oportunidades y peligros en el trabajo
con hombres.......................................................................................................... 49
Dinámica 17: Las posibilidades de cambio en los hombres................................... 51
II. Bibliografía.............................................................................................................. 54
Anexos
Anexo I Presentación 1 de violencia de género.......................................................... 55
Anexo II Lectura de identidad femenina..................................................................... 56
Anexo III Lectura sobre violencia familiar................................................................... 57
Anexo IV Lectura para apoyar a una mujer que vive maltrato................................... 60
Anexo V Lectura sobre grupos de relexión de mujeres............................................ 62
Anexo VI Temas silenciados por los hombres.............................................................63
Anexo VII Presentación 2 de paternidad.....................................................................65
Anexo VIII Presentación 3 de hombres jóvenes y violencia de género...................... 66
Anexo IX Lectura sobre sexualidad masculina............................................................67
Anexo X Presentación 4 de violencia masculina......................................................... 70
Anexo XI Lectura sobre grupos de relexión para hombres...................................... 71
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En la primera sección te ofrecemos los objetivos tanto generales como especíicos del manual, así como los aspectos teóricos que sustentan el trabajo del mismo;
en general, te brindamos las ideas básicas sobre la perspectiva de género y la violencia de género. Así mismo, cómo las personas a través de las actividades de sensibilización pueden aprender a cambiar sus roles tradicionales de género. En la misma
sección te compartimos relexiones en torno a la construcción de la masculinidad en
diversas etapas de la vida de los hombres, y cómo ello deriva en la violencia masculina en la relación de pareja.
En esta primera parte también te brindamos relexiones en torno a los principios
de este manual, también te ofrecemos sugerencias para que puedas mejorar tus
actividades de prevención. Los principios que te ofrecemos son el educativo, el de la
no violencia y el comunitario. Con ellos se pretende ofrecer una guía que te permita
delimitar el trabajo en la comunidad dentro de un ambiente seguro con claridad
metodológica. Con relación a las sugerencias, te proponemos estar atenta/o a tus
experiencias en torno a la violencia, a tu actualización profesional sobre los temas de
género para mantener un trato diferenciado tanto a mujeres como a hombres en los
talleres; todo ello con la idea de que puedas ofrecer una facilitación que reconozca
las diferencias de género de las y los asistentes, con la idea de que al hacerlo puedas
modelar en el taller experiencias de relexión y contención en torno a la violencia
de género.
En la segunda parte encontrarás dinámicas que te orientarán para trabajar los
temas que aborda este manual. Te ofrecemos dinámicas cuyo objetivo es identiicar
el abuso de poder en la sociedad, y cómo el lenguaje que usamos de forma cotidiana
está inluenciado por esas estructuras. Posteriormente, te brindamos técnicas para
relexionar sobre las dinámicas de género. En éstas, analizamos las características de
la identidad femenina y masculina, para posteriormente relexionar sobre la violencia
de género y familiar. Por último, analizamos la situación de la mujer que ha vivido
violencia, y cómo podemos apoyarla sin caer en actitudes de revictimización.
Finalmente, te ofrecemos información sobre el tema de la masculinidad y la violencia masculina. En este sentido, creemos que las dinámicas permiten ver este tema
desde la perspectiva de la construcción del conocimiento. Así mismo, veremos
INTRODUCCIÓN
Este manual surge de la cooperación que han establecido el Instituto Jalisciense de
las Mujeres y Hombres por la Equidad, AC con el apoyo del Instituto de Desarrollo
Social (Indesol). El presente material surge de la necesidad de ofrecer técnicas y
herramientas a las y los servidores públicos para que trabajen los temas de violencia familiar, masculinidad y violencia masculina desde la perspectiva de género. Tal
vez la mayor aportación de este material consiste en invitar a los/las funcionarios/as
públicos a ver esta perspectiva como una vivencia cotidiana que brinda trato diferenciado e inequitativo tanto a mujeres como a hombres. Al ver esta parte personal
de los roles de género, y traducirla en estrategias de sensibilización a los grupos, esperamos que los/las funcionarios/as puedan encontrar en estas páginas información
para que el trabajo pueda ser más solidario y cálido hacia las mujeres, y más crítico
y relexivo hacia los hombres.
temas especíicos como paternidad y sexualidad, entre otros, con el in de comprender la dinámica de esta construcción social.
En cada dinámica encontrarás sugerencias para adaptarlas a poblaciones diferentes. Por ejemplo, a mujeres y hombres jóvenes, a comunidades urbanas (barrios,
policías, vendedores ambulantes, habitantes de unidades habitacionales, etc.) o a poblaciones rurales (campesinos/as mestizos/as e indígenas, líderes comunitarios, jóvenes rurales, etc.). Así, a pesar de que variamos las técnicas y recursos para adaptarlas
al contexto, siempre mantendremos el mismo objetivo, que consiste en sensibilizar
a los participantes en cuanto a las relaciones y violencia de género
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Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
Por último, es importante señalar que estas técnicas son de sensibilización; de
ninguna manera son herramientas para intervenir con mujeres que han vivido violencia, o con hombres que ejercen maltrato. Para ello, te sugerimos canalizar a las
personas a las instituciones correspondientes.
En esta parte encontrarás la bibliografía que puedes consultar para profundizar
sobre las problemáticas de este Manual. Finalmente, está la sección de los Anexos
del Manual. Ahí viene información que apoya las técnicas usadas tanto en lecturas,
como en presentaciones como con lecturas complementarias a las actividades.
El objetivo de este manual es brindar herramientas para realizar trabajo comunitario con perspectiva de género sobre los temas de violencia de género e intrafamiliar, así como la construcción de la masculinidad.
De forma particular este manual tiene como objetivos:
• Ofrecer técnicas e ideas que permitan relexionar sobre la violencia social y
de género.
• Conocer aspectos generales de la violencia familiar.
• Relexionar sobre construcción social de la masculinidad.
• Conocer aspectos centrales de la violencia masculina.
• Explorar las posibilidades de cambio en los hombres.
• Ofrecer lineamientos generales que permitan adaptar las dinámicas en escuelas,
comunidades y zonas rurales.
II. Aspectos teóricos para las actividades de prevención
A continuación te ofrecemos los aspectos teóricos que apoyan las dinámicas que
desarrollarás en las actividades de prevención. Aunque aquí desarrollamos algunos
aspectos importantes, te sugerimos que consultes la bibliografía que te brindamos al
inal de este manual.
1. La perspectiva de género
Es importante reconocer que tanto mujeres como hombres hemos sido educadas/os de forma diferente en nuestra sociedad. Tradicionalmente, a los niños se les
educa para ser fuertes, duros y competitivos, entre otros rasgos. A las niñas se les
educa, entre otras características, para ser silenciosas, además de depender de otros
y servirles. Esto forma una identidad de género que se traduce en roles especíicos:
los hombres desempeñan actividades sociales como cargadores, matemáticos, soldados, policías, etc. en donde el uso de la fuerza, la racionalización y la agresividad
están implicadas; estos roles forman la identidad masculina. Por otro lado, los tradicionales roles de género asignados a las mujeres son el cuidado del hogar y de las
hijas e hijos; la reproducción de estereotipos tradicionales de belleza, la represión
del enojo, entre otros. En general, se espera que el rol femenino tenga un mayor
SECCIÓN I
I. Objetivos generales
manejo de los sentimientos para que se haga la responsable de la vida emocional de
la sociedad.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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Para el uso de este manual es importante que reconozcas tres aspectos de estas
identidades y roles de género. En primer lugar, es importante que observes que son
roles e identidades construidas socialmente; esto es, que son producto de interacciones sociales donde se construyen y retroalimentan las personas, y por tanto son
susceptibles de modiicarse y cambiarse. En segundo lugar, hay que reconocer que
tanto las identidades como los roles se relacionan jerárquicamente, donde lo masculino oprime o domina a lo femenino. Estas opresiones ocurren cotidianamente
cuando las personas intentan cambiar de rol, por ejemplo, cuando una mujer desea
desempeñar la actividad de taxista, de obrera o matemática: frecuentemente se dice
“que no sirve para eso”, que “no puede hacerlo”, que es “poco inteligente” o “dependiente”, y en general se activan mecanismos sociales que limitan y violentan a la
mujer. El resultado es que las actividades que dan más prestigio y poder se asignan a
los hombres, y las que dan más habilidad emocional y dependencia a las mujeres.
Un tercer elemento consiste en observar que las personas se resisten a la violencia que surge de la imposición de los roles de género. Esto se traduce en que, si
bien a una mujer socialmente se le limita para que haga actividades asignadas a los
hombres, frecuentemente las mujeres rechazan ese mensaje y ejercen esas actividades; no es gratuito que haya mujeres obreras, taxistas, matemáticas, etc. o que haya
hombres que asumen el trabajo doméstico como su responsabilidad, que participan
en el cuidado de las hijas e hijos y expresan sus sentimientos. Siendo así, si bien
existen roles de género, las personas se resisten y luchan por su derecho a ejercer la
actividad que desean, independientemente de que haya mujeres que sean señaladas
como “masculinas” o que existan hombres que sean señalados como “femeninos”.
De esta manera, siempre es importante señalar que las personas viven violencia
de género y se resisten de acuerdo a sus contextos y tiempos, así como las dinámicas
de poder de cada sociedad y comunidad. Usualmente quienes aceptan esas relaciones opresivas lo hacen porque a su vez viven esa opresión: las mujeres los “aceptan”
porque saben que de no hacerlo van a vivir más violencia; los hombres lo hacen
porque deienden los privilegios de género asignados a los roles masculinos. Cuando
observes que haya personas que aceptan la realidad de la violencia como “natural” y
desde una actitud de impotencia, informa a las personas sobre las consecuencias de
vivir estos roles y bríndales información sobre instituciones que pueden ayudarlas a
cambiar esa actitud. Con la información necesaria las personas gradualmente toman
decisiones de cambio de acuerdo a sus contextos. Al apoyar estas decisiones estamos contribuyendo a erradicar la violencia de género.
Es importante que reconozcamos que las relaciones de género a su vez se articulan con otras formas de violencia social. Así, también existe violencia de los ricos/
as sobre los/las pobres, o de los mestizos/as sobre los/las indígenas, o de los/las
adultas/os sobre las y los jóvenes, o de las personas capacitadas sobre las personas
con capacidades diferentes, de heterosexuales sobre gays y lesbianas, etc. Usualmente dos extremos de la violencia colocarían a una mujer con capacidad especial,
indígena, adolescente, homosexual, rural y pobre de un lado con un hombre con
todas sus capacidades, blanco, adulto, heterosexual, urbano y rico. En este extremo
vemos que la mujer no sólo vive violencia por ser mujer, además la vive porque es
indígena, adolescente, por su preferencia sexual y por tener capacidades especiales.
Así, reconoceremos que además de las diferencias de género existen otras formas
de opresión que se articulan con ellas. En las técnicas de este manual nos centraremos en explorar las inequidades surgidas por las diferencias de género; empero, es
importante que tengas claro que la sociedad se estructura en diversas jerarquías, así
como opresiones que la afectan.
Por otra parte, la perspectiva de género señala que las mujeres y los hombres
han aprendido determinadas ideas sobre su identidad y sus relaciones con el mismo/
distinto género, y actúan conforme estas ideas. Por ejemplo, la mujer que vive maltrato está viviendo un rol, en donde se le ha enseñado a sentir, actuar, y creer de
determinada manera. En general, ella ha aprendido que no puede ser una persona
valiosa, o se la enseñado que no puede ser una gran empresaria o luchadora social.
Así, ella aprende que no vale. De esa forma, su estado emocional, su salud, y sus
ideas sobre valía personal son una construcción social que ella ha asimilado. Lo mismo sucede con los varones: han asimilado creencias de fortaleza, dureza, supresión
de sus sentimientos, y así actúan. Por esto, su sentido de valía social es mayor que el
de las mujeres. Nuestro trabajo a través de los talleres de sensibilización consiste en
brindar nuevas ideas a las mujeres/hombres para que decidan procesos de cambio.
De esta manera, el cambio social también pasa por procesos de aprendizaje social
que están íntimamente relacionados con relaciones de poder.
¿Por qué el poder? Porque las mujeres aprenden que pueden hacer actividades
que les dan fortaleza, liderazgo, autonomía, etc.; y los hombres aprenden que pueden hacer actividades que les permitan reconocer su sensibilidad, su vulnerabilidad,
salir de los roles tradicionales de género. De esa forma, ambos géneros se dan cuenta que pueden hacer más cosas de las que se les han enseñado, implicando con ello
nuevas libertades, nuevos derechos y nuevas responsabilidades.
Así, las técnicas que brinda este manual expresan una nueva responsabilidad para
las personas en cuanto al ejercicio de sus derechos que tienen al cambiar los roles de
género, pues con esto estamos proponiendo un nuevo sentido de responsabilidad
en las personas: las mujeres que ejerzan su poder haciéndose responsables de su
nueva autonomía ejerciendo sus derechos, y los hombres deteniendo su violencia,
siendo solidarios con las mujeres al reconocer que los roles de género han cambiado
hacia la equidad.
Siguiendo esta línea, te proponemos que conceptualices la perspectiva de género
como una complejidad, donde las personas viven los roles tradicionales de género,
se resisten a ellos y por ende tienen la posibilidad de cambio. Además, el comprender que la violencia de género se articula con otras formas de violencia social por
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raza, clase, edad, etc. Al hacerlo daremos cuenta de la fuerza del cambio social que
estamos impulsando. Juntos valoraremos el esfuerzo de las mujeres por impulsar la
equidad de género, así como una vida sin violencia.
2. La construcción de la masculinidad
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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La masculinidad consiste en una serie de creencias sociales signiicativas a in de
que los hombres puedan reairmar su identidad. Estas creencias demandan prácticas
sociales a los hombres con el in de que se integren a los grupos de pares. Esto es,
los niños –a nivel simbólico– dejan de ser tales y pasan a “ser hombres”, o “entran
al mundo de los hombres”. De esa forma, los jóvenes comienzan a participar en las
actividades de los adultos, se les otorgan más privilegios y se les permiten hacer más
actividades que antes tenían prohibidas. Cada sociedad construye actos rituales de
paso donde los niños y jóvenes pasan a ser hombres; estos rituales tienen características culturales con base a las tradiciones, sin embargo, el mensaje social es el
mismo: los hombres comienzan a adquirir posiciones de poder dentro de los grupos
sociales a determinada edad, comenzando a recibir un entrenamiento relacionado
con su uso, y abuso. Así, las prácticas culturales son diferentes; pero sus resultados
en cuanto a la adquisición de más poder es el mismo. Por esto, cuando trabajamos
con los hombres desde sus contextos y la diversidad de sus prácticas hablamos de
masculinidades; no obstante, cuando hablamos de la adquisición de privilegios, el
ejercicio y abuso de poder, lo hacemos desde la masculinidad. En este manual te
brindaremos técnicas y sugerencias para trabajar con una y otra.
¿Cómo se construye la masculinidad? Consideramos que todos los hombres reciben y reproducen mensajes para reairmar su masculinidad desde la infancia hasta
la vejez. Si el lector es varón, lo invitamos a que recuerde aquellos mensajes que
sus padres o amigos les decían para que “actuara como hombre”. O si la lectora
es mujer, la invitamos a recordar qué cosas les decían otros hombres y adultos/as
en general, a sus hermanos, primos o amigos para que demostraran su hombría.
Así, encontraremos que en prácticamente todas las culturas existe este mandato
dirigido a los hombres: “debes ser viril, debes ser un hombre”, y la sociedad, más
especíicamente los grupos sociales con poder, demandan este comportamiento de
los varones.
¿Qué hacen los hombres en la infancia, en la juventud, en la adultez e incluso en la
vejez para demostrar que son hombres? Frecuentemente los hombres demuestran
dureza y fortaleza, además, comúnmente ejercen violencia hacia otros hombres y
hacia las mujeres. Así mismo, es frecuente que no demuestren sus sentimientos y
guarden silencio ante el rechazo de alguien. De hecho, en lugar de sentimientos,
los hombres expresan silencios. Eso es paradójico, pero el silencio dice mucho en
los hombres: nos habla de dolor, miedo, vulnerabilidad, entre otros, aunque sin
palabras, con la idea de que los demás interpreten ese silencio, y además de la posibilidad de que se cometan muchos errores al momento de interpretar. De esta
manera, el silencio no sólo expresa emociones en los hombres, también deviene en
un mecanismo de control personal y social.
Esto ocurre porque la no expresión de la experiencia emocional también es una
forma de control entre los mismos hombres: aquel que lo demuestra es castigado,
señalado como “poco hombre”, homosexual o “débil”, esto es, se encuentra señalado como “no-hombre”, como alguien “femenino”. En consecuencia, para un
hombre –y los demás que los observan– implica que sale del mundo del poder y sus
privilegios (pues sale de las redes sociales por donde circulan los vínculos que dan
poder).
Otro elemento común de los hombres es su desarrollo en el ámbito público: los
niños juegan en la calle fútbol, carritos, patineta, etc.; los adolescentes salen hasta
altas horas de la noche, compiten en carros en las calles, entre otras actividades que
pueden ser riesgosas, y los adultos trabajan todo el día en la en el taxi, la oicina, la
fábrica, etc. El estar tanto tiempo en el ámbito público permite a los hombres construir redes sociales que posteriormente les dan acceso al dinero y a las propiedades
(casa, carro, viajes, etc.). Por ello, los hombres vinculan su identidad con la adquisición de bienes. De hecho, desde el imaginario del varón, la mujer y los hijos/as son
propiedades que se suman a la lista de bienes que él adquiere. Esto explica mucho
sobre el porqué los hombres ejercen violencia contra la mujer cuando ella reclama
sus derechos. Desde una mirada tradicional, para muchos hombres las mujeres no
tienen derechos porque ellas son objetos de su propiedad, y desde su lógica un objeto no tiene derechos. Por ello, al trabajar con hombres hay que hacerles relexionar
sobre los derechos de las mujeres y la no propiedad sobre ellas.
Otro aspecto central en la socialización masculina es el rechazo a las mujeres,
y a todo aquello que se presenta como femenino. En la infancia llegan a compartir
con las niñas, pero lo más frecuente es que se alejen de ellas y jueguen entre niños.
Pensemos en juegos para ellas/ ellos: comúnmente están diferenciados, y si bien
llega a existir interacción entre ambos, el mensaje social es que deben estar separados. En la adolescencia la relación de los hombres con las jóvenes es ambivalente,
pues si bien llegan a relacionarse con las mujeres en un plan equitativo de afecto, de
solidaridad y de sincera amistad; también llegan a ejercer violencia: celos, golpizas o
exclusión de actividades “por ser mujeres” e incluso la violación. Así, los hombres jóvenes son contradictorios en relación con las mujeres; por momentos son violentos
y en otros momentos son amigos solidarios. Hay jóvenes que son más violentos que
solidarios, y viceversa. la idea es reconocer que todos los jóvenes tienen el potencial
para realizar ambos actos, y si se inclinan por uno u otro aspecto se debe no sólo a la
elección que hacen, sino que también tienden a relejar las enseñanzas signiicativas
que han vivido contexto social, cultural, así como la dinámica familiar en la que han
vivido.
Esta es la misma relación de los hombres adultos con las mujeres. Por una parte, se busca mantener una relación estable, que si bien se puede iniciar de forma
amorosa, con el tiempo llega a ser funcional para los hombres. Esto signiica que las
relaciones de amor y afecto hacia la pareja llegan a subordinarse a la lógica del mundo del trabajo masculino. Ella pasa a ser una persona útil para los hombres: termina
atendiéndolo, comprendiéndolo, y cubriendo las necesidades de la casa y los hijos/as
(relejando también el sentido de propiedad de él sobre ella). Esto no sólo justiica
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que él ocupe el lugar público y del trabajo, sino que además, la familia se convierta
en la motivación para permanecer en ese mundo.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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En consecuencia, la sexualidad masculina no puede explicarse sin haber relexionado el mundo del trabajo. Si los hombres conciben que la casa sea el espacio de
la mujer, en donde ellos proveen y viven una vida sexual cuando más regular; es el
ámbito público donde ellos pueden expresar su sensualidad y su sexualidad de forma
más amplia, y en donde pueden realizar aquello que no se permiten en el hogar. Esto
lleva a una doble concepción de las mujeres: habrá mujeres buenas y bien portadas,
y otras sensuales y con las cuales se tiene placer. Usualmente, la sexualidad de los
hombres con las mujeres se muestra ambivalente porque las clasiican en este doble
estándar. Y de trasfondo hay un gran desconocimiento no sólo sobre las mujeres,
sino además sobre la sexualidad en general. Por esto, en este manual proponemos
que los hombres no conciban a las mujeres como cuerpos o como propiedad, sino
que convivan con ellas reconociendo que son personas con derechos, y con las cuales pueden establecer relaciones íntimas de amistad, solidaridad, amor y sexualidad
de forma equitativa, respetando la negativa a ella a tener otro tipo de relaciones, y
sin violencia.
Lo mismo ocurre en la relación con los homosexuales. Podrá haber hombres
heterosexuales que no les interese la amistad de ellos, y los que convivan y se relacionen sin mayor problema. No obstante, puede ocurrir que de acuerdo a las
circunstancias tales como la presión del grupo de los pares, la cultura y el momento
personal por el que esté pasando el hombre heterosexual, tenga la posibilidad de
violentar a los hombres homosexuales. Ello ocurre cuando hay hombres homofóbicos que dominan grupos de hombres: algunos podrán no tener problemas con
los homosexuales, pero ante la presencia de éstos, el grupo de hombres reacciona
como uno, y se les rechaza varones. Sin embargo, hay que reconocer que en general
hay aún una gran homofobia hacia los homosexuales que generan no sólo rechazo,
sino crímenes y violencia en general. Esa sigue siendo la realidad más común.
Como podemos observar, la violencia de los hombres surge desde la infancia y se
acrecienta hasta la vida adulta. Si bien hay violencia en el noviazgo, aparece de forma
más sistemática cuando las relaciones de pareja se traducen en uniones estables y
de largo plazo (matrimonios o uniones libres). A veces se da desde el principio debido a que él ha cambiado drásticamente y comienza a ejercer formas de violencia
inmediatamente en la relación de pareja. Sin embargo, existen relaciones donde el
cambio en los hombres es gradual, y termina por ocurrir al buscar imponerse en las
decisiones más cotidianas de la vida en familia. Así, surge el conlicto más tarde que
temprano. Y en relaciones con violencia el conlicto se resuelve de forma violenta.
Con este cambio, las mujeres van aprendiendo que cada derecho debe ser ganado cotidianamente confrontando no sólo a él, sino a la cultura que ha asimilado en
los patrones de la masculinidad. Por esa cultura tan invisible y omnipresente en los
hombres, el reclamo de ella “no es comprensible”, o “no es entendible”. Ello ocurre
porque él considera que “él le da todo” y/o que él “hace todo por ella y la familia”.
Así, dos cosmovisiones del mundo chocan en las relaciones de pareja: la visión de
ella, que surge de la experiencia del no privilegio, del maltrato social y la exclusión;
contra la experiencia de él fundada en el acceso al poder, al dinero, y justiicada “por
la familia”.
El cuestionamiento de las mujeres no desencadena la violencia. La violencia es
decidida por los hombres cuando consideran que el cuestionamiento de ella “es
demasiado” o “ha pasado ciertos límites”. Los hombres señalan que “ella es la violenta” porque ella es la que altera “el orden y la paz”. Así, en su lógica, los hombres
se ven tentados a “reponer el orden” y a “tranquilizarla”. No ven que su privilegio
se sustenta en el malestar de ella, en la sumisión y enfermedad física o emocional de
ella. No ven la relación, no se ven a sí mismos: la ven a ella.
Así, en un conlicto los hombres generan una mirada y una escucha limitada y parcial, mirada y escucha que se centran en aquellas cosas que más les molestan de ella
y aquello que ellos perciben como amenazante y opuesto. Llegado a determinado
punto del conlicto, los hombres deciden violentarla a través de un acto de violencia.
Así, Juan pasa de la mirada hiriente a la cachetada, Raúl de la amenaza a la golpiza,
etc. Ningún hombre usa inmediatamente la violencia: frecuentemente es un recurso
que se ve como “ultima opción” cuando ella ha salido –según los criterios de él– de
su control, de lo permisible y de los límites que él marca.
Así, los hombres usan las violencias más diversas: cachetadas, golpes, tortura psicológica, descaliicaciones a su aspecto o trabajo, menosprecio a su aporte económico, violación, restricción del dinero, y una lista ininita de maltratos que van en
aumento si no hay una intervención externa interviene. Habrá hombres que se regulen, que sólo usen la violencia emocional; habrá otros que usen un tipo de violencia
o algunas formas de ella; habrá otros que la incrementen desde formas moderadas
hasta torturas y el asesinato. La decisión de cada forma de violencia es prácticamente impredecible: habrá quienes decidan que ante reclamos muy intensos de ella usar
sólo el silencio como respuesta. Otros darán una respuesta desproporcionada de
golpes y violación.
Frecuentemente, quien conoce mejor las reacciones del hombre violento son las
mujeres que son parejas de estos hombres. De hecho, por eso los mismos hombres
le dicen a ella: “si ya sabías cómo era yo…”, o “ya ves, te dije que te lo estabas buscando…”, etc. Frecuentemente esa airmación implica que ella debe saber “desde
siempre” que él siempre pudo haber recurrido a la violencia, pero que no lo hacía
por ser un hombre “paciente, decente y considerado”. Como ella debió saber eso,
él mismo no se mira como responsable de su acto violento. Así, desde la mirada
masculina y desde una lógica del poder, los papeles están invertidos: ella fue violentada porque ella lo provocó, porque ella ya sabía lo que se estaba buscando. Por
tanto si ella “ya lo sabía”, ella es la responsable.
Paradójicamente, muchos hombres que ejercen violencia no se conciben a sí mismos como violentos. El “ya sabías” implica “yo no sabía” o “yo no veía” de lo que
él mismo es capaz de hacer. Así, ante actos de mucho daño hacia ella, los hombres
cambian de discurso: “yo no sabía que le doliera tanto”, “yo no sabía que le podía
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Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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hacer eso”, entre otras airmaciones. El discurso de los hombres violentos, una vez
pasado el acto de violencia es el de la no responsabilidad y el del no saber. Es el
discurso del no poder. Es increíble ver cómo el poder se encubre incluso en el no
poder para mantener su dominación. De hecho, hay instituciones que al escuchar
ese discurso victimizan al hombre que ejerce violencia: “Señora, mire al señor, le
está ofreciendo disculpas, pobrecito, se siente mal…” o “Lo que ustedes tienen
es un problema de comunicación. Señora, usted no fue clara con el señor. El no
sabía…”. Así, algunas trabajadoras/es sociales, medicas/os, psicólogos/as, abogadas/
os de algunas instituciones terminan reduciendo el problema de la violencia a un
problema de comunicación: “Todo es cuestión de comunicarse, de hablar”. Estas
intervenciones que maltratan a la mujer reproducen las inequidades de género haciéndolas invisibles, y focalizan en ella el problema: “Ella es la que se enoja”, “ella es
la que reclama”, “ella es la que no está en paz” o “ella es la que destruye la familia”.
Y por otra parte, invisibilizan la responsabilidad de él: “Él no hace nada”, “él sólo le
pegó poquito”, “él sólo trabaja” y “él sólo se preocupa por la familia”. Siendo así,
el sistema social se activa para desarticular los reclamos de ella y su lucha por sus
derechos.
III. Principios para el trabajo con los temas de este manual
A continuación te ofrecemos los principios que permitirán orientar tu trabajo con
las mujeres y hombres que asistan a las actividades de sensibilización. Por principios
entenderemos las ideas que guiarán nuestro trabajo independientemente de las circunstancias en las que se desarrolle. Estas nos dan claridad ante diversas interpretaciones o situaciones que pueden surgir de forma imprevista en las actividades de
prevención.
El principio humanista y educativo.- Es importante reconocer que las personas
hacen, dicen, y piensan determinadas ideas gracias a la información que la sociedad
les brinda y a las experiencias que viven en sus interacciones cotidianas. Las ideas
son transmitidas desde temprana edad en la familia, la escuela, la Iglesia, por el Estado, entre otras instituciones. En estas ideas se ofrecen mensajes sobre lo que una
persona debería de pensar y sentir en torno a determinados temas y experiencias.
Sin embargo, esta relación entre las instituciones y la persona no es lineal, ya que las
personas relexionan y generan sus propias ideas, así como sus decisiones. A veces
deciden continuar los mandatos que las instituciones les dictan, pero no siempre. De
esta forma, todas y todos aprendemos de la sociedad, no obstante, además construimos ideas, propuestas y tomamos decisiones personales que transforman los mandatos sociales. Siendo así, la sociedad y las personas terminamos retroalimentándonos, por lo que ambos terminamos construyendo la realidad. Es en este sentido que
las técnicas de este manual se fundamentan en la perspectiva del constructivismo
social que señala que la sociedad no es algo dado, sino que sus instituciones, normas,
tradiciones, son producto de la interacción social que día a día tienen las personas.
Es importante que las y los facilitadoras/es de los talleres partan de esta idea, en el
sentido de que la realidad siempre se está construyendo.
Por otro lado, partiendo de ideas humanistas, se reconoce que la persona siempre
desea mejorar, pero que sólo lo hace hasta que encuentra la información signiicativa
que le orienta y le permite decidir una nueva forma de actuar. Así, desde esta perspectiva, todas las personas desean mejorar si tienen la información y las condiciones
para hacerlo, y esa mejora es un proceso de cambio personal que cada quien realiza
de acuerdo a sus circunstancias y posibilidades; esto es, nadie cambia a nadie, pero
podemos facilitar los procesos de cambio de las personas mediante información y la
interacción educativa. Las actividades que brindamos en este manual no pretenden
imponer a las personas ideas, más bien, ofrecen un espacio para relexionar sobre
las relaciones de género entre mujeres y hombres. Con ello establecemos una constante invitación para que las personas relexionen sobre su condición de género, y
cómo esta característica afecta a su vida.
El principio de la no violencia.- Es muy importante que quienes laboren con este
manual mantengan el siguiente principio: nunca se justiicará un acto de violencia
ni en las dinámicas de trabajo, ni en las relaciones de las personas que asisten a los
grupos. Así mismo, se apoyará en la medida de lo posible el que una mujer salga del
ciclo de violencia, y el que un hombre reconozca y detenga su violencia. Empero,
para ello hay que tener varios aspectos claros: i) es importante diferenciar violencia
de agresión y agresividad. Esto es, esta última es la capacidad humana de salir adelante en la vida: al levantarse y desayunar, al preparar la ropa y solicitar trabajo, o
cuando se termina esa actividad que tanto me gusta y termino con un sentimiento de
satisfacción. Todo ello es agresividad, y es sobre todo una energía vital que expresa
la vida en movimientos y al alcanzar metas y logros. A su vez, esto se relaciona con
el bienestar emocional, pues está fundamentado en actividades que gustan, agradan
y hacen sentir viva a la gente. Por otro lado, la agresión es aquella respuesta que
da una persona que tiene menos poder –y se encuentra en una situación de
vulnerabilidad– con relación a otra que tiene más poder –y se encuentra en una
situación de superioridad–. Quien ejerce un acto de agresión lo hace porque siente
que se le está violentando; comúnmente es un acto de resistencia al maltrato. Es
una forma de decir “deja de molestar”, “déjame en paz”, “no me molestes”, etc.
Es una forma inadecuada, porque genera daño, pero a veces las personas que viven
violencia tienen que recurrir a ella para romper el ciclo de maltrato. Esta es la forma
de reaccionar de las mujeres, de los y las adolescentes, o de niños y niñas.
Quien ejerce la agresión tiene una situación emocional debilitada, llega a tener
problemas de salud física y descuido en su arreglo personal –pero no siempre–, y
socialmente se encuentra aislada. Frecuentemente estas personas reconocen rápidamente el daño que generan, y sienten culpa y malestar por hacerlo. De hecho, la
sociedad comúnmente las llama “violentas” sin ver que en realidad ellas y ellos están
recibiendo violencia. Por ello se genera algo que se llama victimización secundaria.
Por otro lado, por violencia entenderemos aquellos actos que tienen como inalidad controlar a la otra persona, generando en ella un daño a corto o largo plazo.
Quien ejerce la violencia culpabiliza a la persona que recibe la violencia señalando
que “algo hizo” para ganárselo. La violencia puede ser física, emocional, económica,
sexual o verbal, y siempre va a tener un mensaje y un in: el mensaje es “aquí mando
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yo” o “quien decide aquí soy yo”, y el in es el control de los actos y/o el cuerpo
de la otra persona. Esto es: que las demás y los demás “hagan las cosas como yo
quiero”, “cuando yo quiero” y “como yo quiero”. La violencia masculina contra la
mujer daña su cuerpo, su salud y su bienestar físico y emocional, pero el objetivo de
los hombres no es generar daño, más bien buscan controlar y mantener un estado
de dominación.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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En la misma medida se siente mal el que recurre al uso de la agresión como quien
recurre a la violencia. La no violencia implica que las personas reconozcan sus sentimientos de malestar en el momento del conlicto, y que decidan llorar, salirse de la
situación, expresar su dolor, etc. con el in de relexionar sobre cómo y porqué se
llegó a esa situación, así como es que se pueden encontrar soluciones sin agredir y
violentar a nadie. De esta manera, se busca una nueva forma de reaccionar ante un
conlicto. La agresividad nos sirve para construir la voluntad de salir de la situación
de conlicto, y la relexión funciona para construir un momento de intimidad con el
propósito de generar ideas que aclaren la situación emocional que se está viviendo,
así como las alternativas posibles que permitan un cambio.
La no violencia también signiica un uso responsable del poder, e implica una actitud de auto-observación donde me asegure no abusar de mi poder frente al grupo
cuando realice talleres. Y no sólo eso, además, la no violencia implica que tengo la
habilidad de usar mi poder para facilitar el empoderamiento de las mujeres, y en el
caso de los hombres facilitar en ellos una actitud crítica sobre el abuso de su poder.
Con base en esta facilitación las mujeres pueden asumir la responsabilidad de alejarse del hombre que violenta, de pedir apoyo ante un maltrato, de hacer alianzas
con otras mujeres y en general de su bienestar material, físico y espiritual. Así mismo, al implementar la no violencia con hombres podemos facilitar que ellos asuman
responsabilidades en el trabajo doméstico, que se retiren y salgan de su casa antes
de maltratar a su pareja, y respetar –e incluso apoyar– las demandas sociales de las
mujeres y los grupos desfavorecidos
El principio comunitario.- El trabajo en la comunidad implica llevar las actividades
que sensibilizan sobre las relaciones de género a espacios relativamente abiertos.
Para su realización es adecuado desarrollar un diagnóstico comunitario a través de
cuestionarios o entrevistas con las personas de la misma comunidad o mediante la
acción participativa. La idea del diagnóstico es tener una mínima información sobre
la comunidad con la que vas a trabajar, y de esa forma puedas adaptar tus dinámicas
y mejorar el impacto de las actividades.
Otro aspecto importante es que siempre asistas a la comunidad acompañado/a
de personas que tengan autoridad para el público con el cual vas a trabajar, y de
preferencia, que se mantengan a tu lado durante el transcurso de las actividades. Al
hacerlo, reconoces que abordas temas y experiencias que pueden ser muy sensibles
para la gente. La igura de autoridad puede apoyarte también ante alguna eventualidad. Por otro lado, el principio comunitario reconoce que hay que tener capacidad
de adaptabilidad, pues las condiciones de trabajo comunitario suelen desarrollarse al
campo abierto, en la cancha de fútbol, en salones de clase con mínimas condiciones,
etc., o puede ocurrir que no lleguen asistentes y/o que el taller empezó unas horas
más tarde.,o que la gente viene cansada porque acaba de salir de trabajar, o de plano
se tienen que ir las personas porque los hijos/as saldrán ese día temprano de la
escuela. Los motivos que obligan a cambiar una agenda son múltiples, y es importante
tener lexibilidad sin perder tus objetivos.
Por otro lado, consideramos importante transmitir la idea a las y los asistentes de
que siempre es importante revisar más sobre los temas que se dan, esto es, que vivan
que el proceso de aprendizaje es constante y que puede continuar desde la lectura
personal, pasando por la organización de nuevas charlas o talleres, hasta la asistencia
a las instalaciones de las Instituciones de donde es el personal que la brinda. Por
ende, sugerimos que siempre se vea el trabajo comunitario como incompleto, en
donde una adecuada sensibilización no es sólo aquella que permite la relexión sobre
la propia experiencia y los temas dados, sino que además es menester desarrollar
conciencia ciudadana sobre los problemas de la inequidad de género.
Por todo lo anterior es importante dejar la inquietud en las y los asistentes sobre
la importancia de organizarse por los derechos humanos de las mujeres, y sobre
todo por el ejercicio de la ciudadanía. Por ello, te sugerimos que comentes que, si
bien las Instituciones impulsan este trabajo en la comunidad, esas mismas Instituciones son producto de leyes y mandatos que impulsaron grupos de mujeres a nivel
mundial y nacional desde hace décadas. Esto es, que las y los asistentes comprendan
que la sensibilización sobre el género es parte de un movimiento social, donde ellas
y ellos están incluidas/os. De esta manera colocas los talleres, las pláticas, etc. en
una perspectiva histórica y la alejas de la concepción de ser una actividad más de
sensibilización.
Finalmente, es muy importante que en la intervención comunitaria evalúes el trabajo que desempeñaste. Para ello te sugerimos llevar siempre hojas o preguntas que
impliquen una retroalimentación. Recuerda construir indicadores con escalas que te
dirán lo que la gente aprendió en tu taller, y lo que piensa de los temas vistos en tu
trabajo. Revisa las respuestas, tomando en cuenta que has dado tu mejor esfuerzo,
reconociendo tus puntos débiles y aquello que tienes que reforzar. Recuerda: tu
trabajo es pionero: la perspectiva de género es nueva para la gran mayoría de la
sociedad y enfrenta muchos obstáculos y resistencias. La retroalimentación no es
un relejo exclusivo de tu trabajo, sino también del largo camino que tenemos por
recorrer.
IV. Sugerencias para el trabajo con los temas de este manual
El trabajar con el tema de violencia es muy delicado, y lo es más cuando se llega
a abordar aquella violencia que es cometida por personas cercanas, y que dicen que
quieren y aman. Esto es, cuando se aborda la violencia que se ejerce en el ámbito familiar, particularmente la de los papás con los hijos/as y la del marido hacia la mujer.
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Por esto, en este manual deseamos compartirte diversas sugerencias para trabajar
de forma responsable el tema de género y violencia de género:
• Es importante que hayas revisado y tomado en cuenta el marco teórico que señalamos arriba, y te sugerimos que lo hagas no sólo a nivel de conceptos e ideas,
sino a nivel personal y en el manejo de las experiencias de las y los asistentes. Si
bien es importante que aclaremos que nunca estaremos listas o listos para manejar la experiencia de las y los demás, es importante tener antecedentes personales
de relexión en espacios terapéuticos y llevar a los talleres teléfonos, direcciones,
así como información para canalizar a las personas que puedan entrar en crisis.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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• Recuerda que a lo largo de las dinámicas estarás trabajando con dinámicas sociales. Esto signiica recordar al grupo que están analizando la estructura social que
sustenta la opresión de género, y la violencia masculina en particular. Algunas personas estarán viviendo realidades muy parecidas a los resultados de las dinámicas,
pero otras personas señalarán que “su caso es distinto”. Hay que recordar que
se está analizando la estructura y el mensaje social, que en los casos de mujeres
maltratadas y de hombres violentos sí han vivido esa opresión de forma directa.
Ello no excluye que haya otras experiencias diferentes que podemos escuchar
y reconocer sin perder de vista el objetivo de relexionar sobre la violencia de
género.
• Te sugerimos tener siempre presente tu propio proceso personal. Esto es, consideramos que siempre hay que mantener una asistencia regular a espacios terapéuticos con psicólogas o psicólogos (o terapeutas debidamente certiicadas/os).
En estos espacios podrás relexionar sobre tus experiencias en torno al malestar
que nos genera la violencia de género. Pero te preguntarás ¿Qué relación hay
entre asistir a espacios terapéuticos, y el que brindes actividades se sensibilización sobre género? En primer lugar, este manual parte de que nadie se encuentra
libre de la violencia de género: a veces como hombres que ejercemos violencia o
mujeres que maltratan a otras mujeres o niños/as, y en otras ocasiones como mujeres que la reciben, o como hombres que reciben violencia de otros hombres.
Reconocer esta realidad implica hacer visible tu propia experiencia de violencia, y
la relexión personal en espacios educativos o terapéuticos te brindará fortaleza
emocional para orientar de forma adecuada a las personas que sensibilices. Así
mismo, es necesario tomar en cuenta que tu trabajo terapéutico te permite el
vivir el malestar del otro/a como tuyo, brindándote más empatía con las personas,
mejorando tu proceso de enseñanza-aprendizaje.
• Otra característica que sugerimos tener como reproductora o reproductor de
este manual es la que se reiere a la preparación académica, particularmente en
los temas de género, violencia familiar y masculinidad. Como el tema de la violencia está en constante evolución, así como los análisis de género, es importante
tener una formación teórica no sólo sobre los temas básicos de la violencia de género, familiar y la masculinidad; sino también sobre análisis y propuestas recientes
en torno al género, así podrás problematizar nuevas ideas con los usuarios/as, y
con ello enriquecer la información de este manual. En este sentido, es importante
tener presente la perspectiva del manual, que te ofrece técnicas e ideas sobre
los temas mencionados; sin embargo, el enriquecimiento más amplio lo darás tú
como reproductor con tu experiencia.
• ¿A qué nos referimos cuando decimos que es importante que tengas una formación académica sobre género y masculinidades? En primer lugar, hay que reconocer que los estudios de género surgen del movimiento feminista, y que a partir
de este movimiento de cambio social comienza un proceso de relexión de las
mujeres sobre su condición y sus problemáticas especíicas. Posteriormente, este
conocimiento comienza a institucionalizarse en universidades, instituciones públicas, centros de investigación, organizaciones civiles, entre otros. No obstante, es
importante señalar que este nuevo saber aún no ha recibido suiciente reconocimiento de parte del mundo académico, relejándose –por ejemplo– en su poca
inclusión en los principales currículos de las profesiones. De esta forma, posiblemente en tu profesión como Psicología, Derecho, Trabajo Social, Medicina o
Sociología –entre otras– no hayas tomado materias sobre perspectiva de género,
y menos aún que no se haya analizado el saber de tu profesión desde la mirada de
género. Así, es importante que reconozcamos que el conocimiento que llegamos
a adquirir relega la mirada de género. Con ello, de forma “invisible” naturalizamos
creencias y lenguajes masculinos dentro del taller. La perspectiva de género nos
visibiliza estas actitudes y nos permite relexionar para evitarlas.
• En cuanto a las mujeres con las que vas a trabajar siempre ten presente:
a. Que comúnmente ellas generarán discursos donde se culpan y responsabilizan
de los malestares que viven, sin ver los contextos sociales y las estructuras de
poder. Entonces, ofréceles información que las desculpabilice, que les informe
sobre la condición social de la mujer y donde se traduzca su malestar y dolor,
en relexión sobre su condición personal y social.
b. También toma en cuenta que ellas se sienten de esa porque así se les ha educado. Recuérdales que los hombres son los responsables de la violencia, y que
ellas lo son de su seguridad y bienestar.
c. Es frecuente que surjan comentarios sobre la violencia de ella, y que tiendan a
minimizar la violencia masculina. Sugiere a las mujeres que hagan un pacto entre ellas: que se juzguen menos, que se critiquen menos, que hagan un esfuerzo con ser empáticas con ellas y entre ellas, lejos de la mutua culpabilización
y más cercanas a la comprensión y solución de sus problemas. También, que
parte de sus problemas no es su violencia, sino la situación de maltrato en que
las somete la violencia que los hombres ejercen hacia ellas.
d. Es frecuente que las mujeres tengan experiencias de mucho dolor y/o enojo,
pues se identiican con temas y experiencias que surgen en el taller. Agradece
que compartan su experiencia, y escúchalas sin juicios. Puedes darles información sobre lugares en donde puedan relexionar de forma más profunda sus
experiencias de malestar. A aquellas personas que quieren darles sugerencias o
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juicios, siempre señálales que pueden comentar si es que hablan de experiencias
personales en donde ellas o ellos hayan encontrado soluciones que pueden ser
un ejemplo para la mujer que compartió su experiencia.
e. Te sugerimos hablarles a las mujeres del proceso de empoderamiento, de sus
derechos y de la posibilidad real de salir y vivir una vida sin violencia. Esto te
permitirá salir pasar de una relexión del dolor, la culpa y el malestar por vivir
violencia, a otra de posibilidades y empoderamiento. De esa forma vas
compartiendo con las mujeres nuevas posibilidades ante la violencia.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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• En cuanto a los hombres te sugerimos que tengas en cuenta los siguientes
aspectos.
a. Es importante que siempre estés acompañada/o de representantes de autoridades que puedan inluir sobre los asistentes, pues puedes correr situaciones
de riesgo si los hombres se enojan o molestan por los temas del curso. Por
ejemplo, el personal directivo del reclusorio en el que te encuentras, maestros
o maestras de la escuela, líderes de la comunidad, etc.
b. Hay hombres que rechazarán abiertamente lo que vas a exponer, de hecho,
pueden confrontar el tema y a tu persona. Con ellos te sugerimos que estés
atenta o atento a la dimensión de su respuesta. Pueden ser uno o algunos
hombres que sólo desaprueban con gestos o con risas escondidas tus comentarios, o pueden ser la mayoría que abiertamente se burlan de ti y el tema, e
incluso posiblemente te amenacen. Te sugerimos que no te enganches con sus
comentarios o actitudes: recuerda que es importante que mantengas la tranquilidad y serenidad. Respira, escucha el comentario y señala “gracias, abordaremos más adelante lo que usted comenta…” (o algo por el estilo). O, si es
necesario, da un tiempo fuera con cualquier excusa, y evalúa el grado de riesgo
en el que estás. Pregúntate “¿Son viables las actividades de sensibilización en
este momento? ¿Está en riesgo mi seguridad y vida?” Si hay condiciones, continúa; si no, pide apoyo al personal que te acompaña y señálale tu apreciación.
Comenta que la actividad no puede seguir en ese momento o que se reprogramará. Recuerda que tú eres la experta/o y que puedes decidir continuar o no
si consideras que tu vida o tu seguridad pueden correr peligro.
c. Empero, también pueden haber hombres que guarden silencio y no digan nada
sobre su violencia. Te sugerimos estar atentos a ellos, a sus miradas, actitudes
y posiciones corporales. A veces son hombres muy enojados que preieren no
participar porque el tema los confronta muy fuerte, o pueden ser hombres que
están muy relexivos y no saben –o les da vergüenza– comentar sus experiencias. Cualquier posibilidad es posible, y es importante escucharla cuando se da
el momento.
d. Hay hombres que maniiestan preocupaciones muy personales con relación a
los temas tratados. Como a las mujeres, es importante escucharlos, validar su
experiencia e invitarlos a espacios de relexión institucionales para profundizar
su experiencia.
e. Finalmente, con relación a los hombres te sugerimos ni hacer grandes los
comentarios, ni minimizarlos; simplemente, darle el mismo respeto que a
cualquier persona cuando expresa sus problemas y preocupaciones reales. Te
comentamos esto porque se llega a dar el caso en que las o los facilitadoras/
es ampliican lo que dicen los hombres, maximizándolo y opacando lo que han
dicho 6 mujeres por lo que dijo un hombre, o puede darse el caso contrario:
facilitadores/as que rechazan lo que él dijo, interpretándolo y buscando dobles
mensajes donde a veces no los hay. Así, en la práctica se cierran las posibilidades
de diálogos entre los géneros. Dependiendo del caso del hombre, le puedes
ofrecer información y orientación, o le puedes comentar que su preocupación
es muy válida, pero que la forma en la que lo está diciendo suena muy amenazante. Así validas la preocupación, pero pones límites a formas amenazantes.
• Estás dinámicas han sido desarrolladas en diversos ámbitos, pero frecuentemente
se han aplicado con personas que tienen experiencias en intervención comunitaria con temas de género, y/o con profesionistas que previenen y atienden la
violencia familiar. Esto es, son grupos con un peril determinado. La idea de este
manual es poder compartir estas dinámicas con el mayor público posible. Además
de los grupos de profesionistas, hemos pensado en tres espacios comunitarios
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I. Dinámicas de trabajo
A continuación te presentamos las dinámicas a ser implementadas en este manual. Pueden ser usadas en el orden en que te las presentamos, o puedes usar alguna
para reforzar un proceso de sensibilización que estas desarrollando.
◊ Dinámica 1: Nuestras reglas con perspectiva de género
a) Objetivo.
• Que las y los asistentes establezcan reglas de trabajo con base en la perspectiva
de género.
b) Recursos.
• Papelógrafos, masking tape y plumones.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 1 hora aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se señala a las y los asistentes que es importante tener reglas y acuerdos claros que nos permitan trabajar en ambiente seguro, respetuoso, y libre de
violencia.
• Se hacen dos grupos, uno de mujeres y uno de hombres. Se le indica a cada
grupo que escriba lo que se vale en el grupo, y lo que no, para desarrollar un
trabajo respetuoso.
• Se relexiona en plenaria y se saca una hoja única con lo que se permite y lo
que no.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• Usualmente por ser una de las primeras dinámicas hay varias coincidencias en
ambas hojas. Ambos hablan de comunicación, de respeto, de escucha, etc.
SECCIÓN II
diferentes: la escuela, la comunidad urbana o rural, y el trabajo con policías. En la
medida de lo posible algunas de estas dinámicas pueden ser adaptadas, pero otras
no. En cada caso así lo señalaremos.
• A veces las mujeres hablan de temas relacionados con los sentimientos o de
respeto de la experiencia personal. Los hombres usualmente no mencionan
este aspecto, más bien hablan de “respetar las reglas” o de “pedir palabras”.
• Se sugiere resaltar las diferencias y coincidencias, y hacer breves relexiones
sobre las relaciones de género. Se sugiere no confrontar en esta dinámica, sino
más bien usar una visión más práctica sobre lo que es útil y lo que no lo es para
el trabajo grupal.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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• En la escuela. Con alumnas y alumnos se recomienda hacerlo en forma festiva
y como juego. Nos ha funcionado que primero las mujeres ijen las reglas, y
los hombres escuches, después al revés: ellas escuchan y los hombres señalan
lo que consideran importante. Se relexiona brevemente haciendo énfasis en
diferencias y similitudes, destacando los aspectos útiles. Con maestras/os se
sugiere desarrollarla tal cual se describe párrafos arriba.
• En la comunidad urbana y rural. En ambos lugares se puede seguir sin mayor
problema la dinámica como se presenta.
• Otras alternativas. Se puede hacer una lista simple sobre lo que ayuda y no,
para el adecuado funcionamiento del grupo, sobre todo cuando no hay mucho
tiempo.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se sugiere tomar en cuenta los aspectos de ambos grupos que ayuden a tener
reglas respetuosas y adecuadas.
• No se sugiere confrontar a los hombres desde un principio, o sobrevalorar sus
comentarios. Hay que trabajar esta etapa desde una mirada más pragmática.
◊ Dinámica 2: La escucha y el poder
a) Objetivo.
• Que los asistentes se presenten y conozcan, y relexionen sobre las estructuras
del poder y la violencia.
b) Recursos.
• Ninguno.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 1:30 min. aproximadamente.
d) Procedimientos.
• Se señala a los asistentes que platiquen entre ellos para presentarse y conocerse, así como para compartir sus expectativas del taller. Para ello, se indica que
elijan una pareja, de preferencia a alguien que no conozcan, y que platiquen
unos quince minutos. Una vez que ha pasado el tiempo se indica que se ha terminado, y se indica que cada quien presentará a la persona con la que platicó.
• Se hace la relexión en plenaria.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Es importante relexionar sobre aquello que elegimos para presentarnos; a
veces se eligen aspectos relacionados con el género, pues las mujeres hablan
de los hijos/as y la familia, y los hombres del trabajo y su vida laboral; b) A cada
narrativa corresponden palabras, y las palabras que elegimos para presentarnos están inscritas en relaciones de poder; así, las palabras representan las relaciones de poder que vivimos; c) frecuentemente no se habla de aspectos de la
vida privada, particularmente aquellos relacionados con la violencia de género;
d) hay historias que no son platicadas, las historias de violencia frecuentemente no silenciadas; e) para que las historias de violencia sean escuchadas, hay
que generar narrativas que permitan su expresión, y una escucha de parte de
quien pregunta; f) la escucha también forma parte de las relaciones de poder,
a veces nos hablan y no escuchamos, y a veces escuchamos de forma selectiva.
Esa elección representa relaciones sociales. g) Tanto la escucha como el habla
representan relaciones de poder, y comúnmente son limitadas por “miradas y
escuchas en bloque”, la mirada en bloque representa una forma de ver selectiva donde el objetivo es el control. h) se escuchan las expectativas de las y los
asistentes.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Las alumnas y alumnos usualmente ya se conocen, o tienen amigos o amigas con quienes han convivido por lo menos durante el año escolar.
Entonces se sugiere poner una dinámica no de presentación, sino de
integración.
• En la comunidad urbana y rural. A pesar de que mucha gente se conoce ya sea
en la comunidad, o en el barrio o Unidad habitacional, en ambos lugares siempre hay personas nuevas por conocer. Se puede seguir sin mayor problema la
dinámica como se presenta.
• Otras alternativas. No se contempla alguna en particular.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
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• Se sugiere animar a las y los asistentes a buscar personas que no conozcan (de
otras instituciones, barrios o grupos sociales) y de preferencia que sean parejas
mixtas. Así mismo, se sugiere no perder de vista que es una dinámica de presentación en la cual ya se relejan relaciones sociales de poder.
• No se sugiere tomarla sólo como una dinámica de presentación.
◊ Dinámica 3: El poder y el castigo1
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a) Objetivo.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
• Que las y los asistentes relexionen sobre las relaciones de poder en la sociedad y las formas de castigo.
b) Recursos.
• Ninguno.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 1:30 min. aproximadamente.
d) Procedimientos.
• Se solicitan voluntarios para dos grupos; el primero se formará con 6 personas
y será mixto. Se les pide que salgan del salón y se les acompaña ubicándolos en
un lugar alejado. Se regresa con el primer grupo y se le dice que ellos organizarán una actividad, la que sea pero que dure un rato. Por ejemplo, un juego,
una representación de teatro, un baile, etc.
• Se regresa y se solicita otro grupo de 5 personas mixto, y se le saca del salón
llevándolo a otro espacio alejado y del grupo primero, es importante que no
se vean estos dos grupos. Se va con el segundo grupo, y se les indica que su
instrucción es intervenir las actividades del primer grupo. A la pregunta de
“¿Cómo?” Se les indica que como lo tengan que hacer, pero que intervengan
sus actividades cuando el instructor lo indique.
• Finalmente se va con el tercer grupo y se les indica que ello “observen y hagan
lo que tengan que hacer”. Se deja que el primer grupo se organice, y que ejercite su actividad.
• Después de un rato pasa al salón –donde está el tercer grupo– y se deja que
organicen sus actividades durante un rato. Mientras realizan su actividad, se
pide al grupo número dos que se acerque a la puerta para que entre.
1. Esta dinámica se basa en: Saucedo Irma (et. al.), Violencia doméstica. Modelos de Intervención en Unidades de
Salud. Volumen 2. Capacitación para coordinadoras de grupos de relexión, Colmex-SSA-BID, México, 2002.
• Una vez que el otro grupo se encuentra “encarrilado” haciendo su actividad,
se le permite entrar al segundo grupo. Se hace un caos porque empieza el
bloqueo de actividades. Se observan formas de violencia y resistencia. Formas
de maltrato.
• La gente mira a la facilitador/a esperando que haga algo, pero no hace nada. Se
deja que suba el nivel del conlicto y de resistencia, hay gente del primer grupo
que se resiste y se reagrupa, y otra que “manda todo al diablo”. Una vez que se
ha subido mucho el nivel de conlicto se detiene todo y se invita a plenaria.
• En plenaria se le pregunta al primer grupo cómo se sintió. Se le pide que indique cuál era su mandato, qué hizo, y cómo se sintió. Uno por uno se le va preguntando al grupo del primer grupo. Se hace énfasis en lo que hizo, si ejercicio
o no violencia, si se resistió y cómo, y si alcanzó su objetivo que era realizar una
actividad frente al resto del grupo. Lo mismo se hace con el segundo y tercer
grupo. “¿Si sentían tan mal porqué continuaron haciendo el ejercicio?” Se abre
el debate, y no se da ninguna respuesta del facilitador.
• Se aborda al segundo grupo: cuál era su mandato, qué hizo, y cómo se sintió.
Se escucha y se hace énfasis entre lo que se siente y lo que se hace. Al inal
se pregunta lo mismo “¿Si sentían tan mal por qué continuaron haciendo el
ejercicio?” Se vuelve a abrir el debate en el sentido de que era su mandato y
que tenían que hacerlo. Se pregunta quién les dio esa orden, y se señala que el
facilitador/a. Éste pregunta “¿Qué tengo yo que no tengan ustedes?” y se señala
que “Tú sabes más…” y se dice “Entonces el saber da poder”.
• Se abre lo mismo con los compañeros del tercer grupo, se explora su mandato,
lo que hicieron y lo que sintieron. También se exploran malestares.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) El saber siempre da poder, y las personas seguimos y obedecemos a quienes
consideramos que saben. Con ello se le da poder; b) el poder circula. Primero
lo tenía el primer grupo, después llega el segundo e intenta quitárselo, a veces
unos tienen más control que otros, entonces el poder se mueve y luye. Hay
violencia cuando el poder no luye; c) Se castiga a quienes no cumplen los
mandatos de los grupos, y el castigo puede ser inlingido por el mismo grupo o
por grupos externos. d) la violencia siempre tiene un mensaje disciplinario: se
castiga para disciplinar lo que los cuerpos hacen sientes y piensan. e) La violencia recurre al castigo para lograr el control sobre los demás; particularmente,
se busca castigar los cuerpos. f) el castigo disciplina los cuerpos y con ello se
crean sociedades. g) el malestar que sintieron los grupos, y la desorientación
que sienten las y los asistentes es muy similar a la que viven las mujeres que viven maltrato, pues ocurren eventos que no sólo no esperaba, sino que además
le hacen daño.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
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Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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• En la escuela. Los alumnos y alumnas pueden llegar a sentirse muy maltratadas/
os con esta dinámica, pues usualmente las y los muchachos no miden límites y
hay contactos fuertes. Se sugiere la siguiente dinámica para relexionar sobre
el poder y el castigo con las y los adolescentes: hacer equipos de no más de 6
personas –de preferencias mixtos–. Repartir 2 papelógrafos por equipo y señalarles que comenten cuáles son las reglas que solicita la sociedad para convivir,
y escribirlas en una hoja de papelógrafo. Después de que varios equipos hayan
avanzado, se les señala que escriban en el otro papelógrafo las consecuencias
de romper esas reglas. Se relexiona en plenaria quién pone las reglas, y quién
castiga. Usualmente las y los jóvenes maniiestan mucho malestar con las reglas
y los castigos que las y los adultos/as les imponen a ellas y ellos. Para mantener
un adecuado nivel de relexión es importante hacerles ver dos cosas: i) las
reglas son importantes porque organizan la convivencia entre las personas; ii)
nada justiica que al romper una regla se ejerza violencia, y siempre se debe
buscar otra alternativa.
Con las y los maestros se puede profundizar en las reglas y castigos que se
implementan en las escuelas hacia las y los alumnos. Es común que surjan experiencias de malestar y enojo porque ellas y ellos a su vez viven maltrato de
parte de otras autoridades escolares. Es importante recuperar esa expresión
de malestar y sugerir que así como ellas y ellos se sienten con las autoridades
escolares, las y los estudiantes se sienten con ellas y ellos. Con base en esto, se
lleva la relexión a la búsqueda de alternativas a la violencia.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede usar sin mayor problema. Sin embargo,
en la comunidad rural se señalarán las diferencias que hay con el medio urbano,
y las implicaciones de la emigración para los hogares de la comunidad. Hay que
reconocer que el saber y el poder se concentra en el área urbana, y que ello
ija reglas y castigos para las comunidades rurales. Por ejemplo: el hecho de
que los productos del campo se compren a bajo precio para el alimento de las
grandes urbes, o de que las grandes ciudades consumen la mayoría del agua del
campo, o de que hombres y mujeres tengan que emigrar a las ciudades porque
las oportunidades de educación y trabajo en el campo son muy limitadas, etc.
Así se reconoce que hay una violencia cultural, económica y social.
• Otras alternativas. No se contempla alguna en particular.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se sugiere que el primer grupo logre tomar el control de la situación en el momento en que ingresa con el tercer grupo. Así mismo, se sugiere que los grupos interaccionen un rato para que vivan el momento de conlicto y malestar.
• No se sugiere que se meta al segundo grupo inmediatamente a intervenir
la acción.
◊ Dinámica 4: Las identidades de género
a) Objetivo.
• Que las y los asistentes relexionen sobre las diferencias de género femenino
y masculino.
b) Recursos.
• Papelógrafos, plumones y masking tape.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2 hrs. aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se separan hombres y mujeres. Usualmente a los segundos se les pide que vayan a otro espacio fuera del salón de trabajo. Se pide a las asistentes que en un
papelógrafo escriban las ventajas de ser mujer de forma libre, sin poner orden
y como lluvia de ideas. Se sale del salón y se va con los hombres, se les indica
que hagan una lista y escriban cuáles son las ventajas de ser hombre. Se les da
a ambos grupos un papelógrafo y plumones con masking tape.
• Usualmente los hombres son muy metódicos y las mujeres muy dispersas; los
primeros cuidan mucho lo que escriben, en tanto que las segundas escriben
más sin preocuparse lo que digan las demás. Una vez que se ha llenado el
papelógrafo (comúnmente primero son las mujeres) se agradece, y se retira
el papelógrafo de la pared. Se pone con el texto hacia abajo, y se pide que la
gente se siente, y que poco a poco cierre los ojos. Una vez que todas tienen
los ojos cerrados, se solicita lo siguiente: “Imaginen que están en un lugar muy
cómodo, por ejemplo en su cama, y que ese día es in de semana. Por ejemplo: “hoy es domingo en la mañana, van despertando… y no tienen nada qué
hacer” Se hacen expresiones de ir despertando, se bosteza, se dice “Que rico,
hoy es domingo… y no tengo nada que hacer…” se dicen estas frases para
que las asistentes se ubiquen en ese día. Una vez que el grupo se ve ubicado
en ese día y hora, se le indica que se toquen el cabello, notando que lo tienen
más corto. También se indica que se pasen la mano por el rostro, percibiendo
que tienen vello en las mejillas!! Se indica que se pasen las manos por los senos,
29
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
30
sintiendo que ya no tienen o están muy disminuidos, además de sentir vellos!!
En este punto la gente comienza a reírse. Se indica que se toquen las caderas
y que sientan que están más delgadas, así como sus piernas, que ahora tienen
vellos. Finalmente, se indica que se pasen la mano por la entrepierna, y que
sientan que tienen pene y testículos!!! (esto se hace entonando el tono de voz
con sorpresa, con risa, y en forma alegre, pero dando seriedad. Así mismo, se
hace de forma pausada, dejando que la gente se imagine cada cambio en su
cuerpo). Finalmente se pide que se imaginen que corren al baño, se ven en el
espejo y que se ven como hombres!! Se indica “Por favor compañeras, ahora
hagan una lista indicando cuáles son las ventajas de ser hombres… pero que
hagan como hombres”. Se deja plumón y papelógrafo, y se les habla “Recuerden
que son hombres”.
• Se va con los hombres y se indica que dejen la lista hasta donde van. Se señala
que se pongan cómodos en su lugar y que se relajen. Poco a poco se les ubica
en domingo y en su cama, descansando. Al igual que con las mujeres, después
de un rato se les indica que se toquen el cabello, y que lo sienten más largo que
antes, que se toquen la barbilla y las mejillas y que tienen la piel más suave. Se
señala que tocan sus pechos y no tienen vellos, y tienen senos. Que se toquen
sus caderas, y son más amplias que antes, y inalmente, que se toquen la entrepierna y tienen vagina!! Se solicita que abran los ojos, y se les dice: “bueno
compañeros, ustedes son mujeres. Les solicito que hagan una lista indicando
cuáles son las ventajas de ser mujer” Se deja un papelógrafo, y que hagan
una lista.
• Una vez que terminan los grupos se va a plenaria. Se sugiere iniciar la relexión
con las láminas que hicieron primero, y después las segundas. Usualmente la
discusión se centra mucho en las primeras, y las segundas son complementarias.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) En las láminas de mujeres usualmente surgen dos mensajes: las mujeres
se ven bellas, bonitas, cariñosas y emocionales; comúnmente valoran mucho
la imagen de ser mamá y la vida familiar, tolerantes al dolor, etc. Por otro
lado, hablan de ser trabajadoras, fuertes, inteligentes, “mas que los hombres”,
exitosas, etc. De esta forma, se forman dos mensajes: por una parte hay un
mensaje tradicional que las ubica en los roles tradicionales de género, y por
otro son mujeres que actúan una nueva autonomía. Así muchas veces se tienen
ideas tradicionales, pero se actúan nuevas formas de ser independientes en la
sociedad. b) Por otro lado, los hombres se ven duros, fuertes, independientes,
sin sentimientos y líderes. Se ven inieles, responsables, y con oportunidades
en el trabajo. En general, algunos grupos de hombres llegan a mencionar la
palabra poder. Se indica que los hombres no presentan isuras en aquello que
ven como ventaja: ser padre no se ve como ventaja, hacer quehacer no se ve
como ventaja, lo mismo con llorar, ser débil, vulnerables, etc. c) La lámina hecha por las mujeres como hombres comúnmente deja ver que ellas conocen
muy bien a los hombres: ven muchos defectos en ellos, pero también virtudes.
Se habla del enojo de las mujeres por las inequidades, y de que quien vive opresión frecuentemente conoce mucho de quien oprime para sobrevivir. d) Con
relación a lo que los hombres escribieron como mujeres se nota usualmente
éstos conocen poco a las mujeres; llega a haber palabras groseras sobre ellas:
“son lojas” “mantenidas”, etc. Se deja ver que los hombres describen mucho
“lo que ellos creen” que son privilegios para las mujeres y frecuentemente no
es lo que las mujeres sienten, hacen o son.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Ninguna en particular tanto con jóvenes como con maestros/as.
• En la comunidad urbana y rural. Ninguna en particular tanto con jóvenes como
con maestros/as.
• Otras alternativas. Para esta dinámica se puede usar la Presentación Número 1
sobre Violencia de Género (Anexo I).
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se sugiere llevar al grupo con amabilidad en el momento del cambio del sexo,
pues algunas personas se ven confrontadas. El buen humor, el trato amable
ayudan mucho a que las personas se imaginen en otro cuerpo.
• No se sugiere no llegar hasta el cambio de sexo, pues si no es así, la dinámica
quedaría muy sencilla, pero menos interesante.
◊ Dinámica 5: La identidad femenina
a) Objetivo.
• Relexionar sobre la identidad de las mujeres, particularmente en cómo se
construye para otros y no para sí misma
b) Recursos.
• Lectura de Identidad Femenina.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 1:30 hrs. aproximadamente.
d) Procedimientos.
2. Esta lectura es sacada de: Saucedo Irma (et. al.), Violencia doméstica. Modelos de Intervención en Unidades de
Salud. Volumen 2. Capacitación para coordinadoras de grupos de relexión, Colmex-SSA-BID, México, 2002.
31
• Se saca una copia de la Lectura de Identidad Femenina2 (Anexo II) y se lee
en plenaria. Se sugiere que una persona diferente lea un párrafo en voz alta.
Cuando concluye se pasa a otra.
• Al terminar de leer se puede preguntar al grupo si desean que se lea de nuevo,
para captar el mensaje de la lectura. Si se señala que sí, se repite la lectura.
• Se hacen parejas, y se solicita que se relexione sobre qué quiere decir la lectura
sobre la identidad femenina.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
32
d) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Usualmente las mujeres son educadas para ser para otros y no para ellas
mismas; b) es frecuente que esa educación haga a las mujeres invisibles a ellas
mismas, y que sus metas y planes sean con otros, o en función de otros; c)
el proceso de empoderamiento de las mujeres implica verse a sí mismas y
reconocer planes, aspiraciones y suelos individuales; d) es frecuente que surja
culpa cuando una mujer piensa en sí misma, y ello implica relexionar sobre las
formas de control que la sociedad internaliza en las personas; e) es importante
resaltar el proceso de malestar emocional o físico que tienen las mujeres cuando son exclusivamente para otros/as y se anulan como personas: depresiones,
miedos, mal humor, somatizaciones, etc.; f) a veces se habla de los hombres
y la idealización que se presenta en la lectura de ellos. Es importante recalcar
cómo al idealizar la mujer no sólo se hace invisible a ella misma, sino también
a ellos. g) Es importante reconocer que la educación de ser para otros es una
educación que beneicia al género masculino porque obtiene a mujeres que le
sirven tanto en la esfera pública (en el trabajo), como en la privada (a través del
trabajo doméstico).
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Se puede aplicar igual con estudiantes que con maestros/as.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede dar por igual a ambos grupos.
• Otras alternativas. No se contempla alguna en particular.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se sugiere es hacer la lectura pausada y crear un ambiente relexivo en donde
la lectura adquiera su dimensión emocional adecuada.
• No se sugiere repetir más de una vez la lectura, pues las personas se cansan,
ya que es extensa.
◊ Dinámica 6: La violencia familiar
a) Objetivo.
• Que las y los asistentes conozcan aspectos generales de la violencia familiar
desde una perspectiva de género.
b) Recursos.
• Ninguno.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2:30 hrs. aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se solicita que las y los asistentes hagan desde días antes la lectura de Jorge
Corsi3 (Anexo III) sobre violencia familiar.
• Se hacen 5 o 6 equipos, y se distribuyen los temas de la lectura cuidando que
cada equipo desarrolle de forma equitativa una o dos secciones del texto. En
caso de que no se haya leído, se pide que se revise ahí mismo.
• Se indica a cada equipo que hay que hacer un resumen en papelógrafo de la
sección de la lectura que les tocó, y que se va a exponer frente al grupo. Para
esta actividad se solicita que elijan quién va a presentar. Se da tiempo (frecuentemente la gente lee ahí mismo). Una vez que se termina se pasa a exponer
equipo por equipo.
• Cuando todo se ha relexionado se va el grupo a plenaria, y se aclaran dudas o
profundizan temas.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Es importante diferenciar bien entre agresividad, agresión y violencia, y relacionarlo con la resistencia (agresión en este contexto); b) relexionar a nivel
más personal sobre los mitos de la violencia familiar, y cómo los reproducimos
en la vida cotidiana; c) retomar los niveles microsistémico, exosistémico y macrosistémico, señalando que cada persona debe elegir en dónde quiere contribuir para detener la violencia de género desde lo personal, en las decisiones
que cada quien toma de forma cotidiana, hasta trabajar en este tema.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Se puede aplicar igual con estudiantes que con maestros/as.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede dar por igual a ambos grupos.
3. Corsi Jorge, Violencia Familiar, España, Paidós, 1998. Capítulo sobre el modelo ecológico.
33
• Otras alternativas. Para esta dinámica se puede usar el resumen de la lectura de
Jorge Corsi que se incluye en este manual.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se recomienda que la reproductora o reproductor haya leído con anterioridad
esta lectura para aclarar dudas. Así mismo, se sugiere que se clariiquen aspectos centrales de la lectura: en donde se habla de agresividad, agresión y violencia,
y que se aclaren puntos que ya no están muy actualizados de la lectura como el
concepto de “violencia cruzada”.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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• No se recomienda continuar con las presentaciones grupales si el grupo, al
terminar sus resúmenes se encuentra muy cansado. Se sugiere continuar en la
siguiente sesión o después de un receso largo como la hora de la comida.
◊ Dinámica 7: La escucha en la atención a mujeres que viven maltrato
a) Objetivo.
• Que las y los asistentes relexionen sobre la importancia de la escucha empatica
hacia las mujeres que viven violencia familiar.
b) Recursos.
• Ninguno. Se desarrolla en 1:30 hrs. aproximadamente.
c) Tiempos.
• Se desarrolla en 1:30 hrs. aproximadamente.
d) Procedimientos.
• Se solicita que las y los asistentes se enumeren del uno al dos.
• Se solicita a los números uno que salgan del salón. A los dos se les indica que
coloquen una silla en frente de ellos/ellas. Se les pide que entrarán personas
que les contarán mentiras muy fuertes, y que por favor no escuchen, descaliiquen o minimicen lo que les dirán.
• Se va con el equipo dos. Se le indica que inventen una historia de violencia en
la cual ellas o ellos viven una situación de maltrato. Se solicita que cada persona tenga una historia individual y distinta. Se pone un ejemplo: “Cuando iba
saliendo de mi trabajo, me siguieron unas personas, y entonces…” Se señala
que incluso pueden llevar algunos elementos verdaderos, pero que elijan experiencias que no sean muy importantes a nivel personal.
• Una ves que todos las y los miembros/as del equipo dos ha ubicado sus historias se les pide que pasen, y que se sienten con quien gusten. Cuando todas/os
tienen pareja, se da la indicación de comenzar.
• Usualmente el equipo uno ignora y descaliica a quienes van del equipo dos. Y
el dos se muestra molesto y herido. Se deja un tiempo que luya la dinámica,
hasta que se suspende. Se pide a los integrantes del equipo uno que salgan.
• Se sale con el equipo uno, y se le da la misma indicación que antes al equipo
dos: que inventen una historia de maltrato entre icticia y real, y que la contarán
a la misma persona con la que trabajaron hace rato.
• Se le indica al equipo que se quedo adentro que escuche con atención lo que
platicarán las personas que entren. Se les pide que escuchen de forma empática y atenta, sin dar sugerencias. Que se vale preguntar para aclarar y profundizar
en lo ocurrido.
• Se da indicaciones para que entre el equipo uno, y se indica que inicien. Cuando
se ha profundizado en la escucha se suspende la dinámica y se va a plenaria.
• En plenaria se exploran dos momentos: el primer momento, en que no se escuchó; y el segundo momento en que se ejercitó la escucha.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Es importante destacar que la no escucha siempre se traduce en revictimización, e implica minimizar la experiencia de la otra persona, culparla de
lo ocurrido, cuestionar o dudar su dicho, o justiicar la actuación del hombre
violento (ver dinámica de violencia masculina); b) algunas personas ante la no
escucha se quedan también en silencio, y otras pelean por que se les escuche
y reclaman, las primeras usualmente están más sumergidas en experiencias de
violencia, y las segundas tienen más capacidad para salir; c) se relexiona cómo
sienten las mujeres cuando han vivido maltrato, y no han sido escuchadas no
solo por su pareja o familiares, amigas/os o vecinos/as, sino por instituciones
que debieran de atender su problemática; d) el escuchar nunca es una actitud
pasiva, siempre se hace preguntando y aclarando dudas, y en determinados
momentos exponiendo experiencias personales que ejempliiquen formas de
enfrentar el maltrato; e) Se destaca la importancia de las palabras de aliento,
de la escucha corporal y la mirada hacia quien expresa su malestar, pues se
escucha con todo el cuerpo.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Se realiza la misma dinámica, pero la relexión frecuentemente
se desarrolla por los problemas con las y los adultos/as. en cómo ellas y ellos
no se sienten escuchadas/os. En este sentido es importante señalarles: i) que la
adolescencia se caracteriza por ser una edad de riesgos, y que es importante
35
buscar dialogar con personas especialistas sobre los problemas que tienen. Así
se atenderá a tiempo situaciones de depresión, alcoholismo, etc. ; ii) a veces
madres o padres no se dan tiempo para escuchar a las hijas e hijos, y ello se
debe tanto a estress laboral como a la creencia de que es más importante
proveer bienes materiales que afectos y tiempos. Hay que señalar que es importante hacer saber a madres y padres que la comunicación, el afecto y el
acercamiento también es importante. iii) Se comenta que es importante no
reproducir entre jóvenes esa falta de comunicación, que si bien ellas y ellos no
podrán brindar soluciones deinitivas, sí pueden dar una escucha que ayuda, y
se pueden dar sugerencias que llegan a apoyar.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
36
Con relación a las maestras y maestros es importante relexionar sobre la presencia o ausencia de escucha hacia las y los estudiantes, pues frecuentemente
pueden dar ideas o sugerencias importantes para que las y los jóvenes puedan
estar apoyados. Sin embargo, frecuentemente con las y los maestros/as surge
la inquietud de falta de capacitación o de información. Incluso, es frecuente que
ellas y ellos comenten el maltrato laboral de que son objeto por las autoridades
escolares.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede dar por igual a ambos grupos.
• Otras alternativas. Para esta dinámica se puede usar el resumen de la lectura
“Para apoyar a una mujer que vive maltrato” que se incluye en este manual en
el Anexo IV.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• A veces llegan a haber asistentes a los talleres que no desean llevar a cabo la
primera parte de la dinámica, sobre todo la de no escuchar. Se sugiere que se
comente al grupo que es importante relexionar que ello ocurre cotidianamente en la experiencia de las mujeres, y que por eso es importante reproducir esa
forma de maltrato, pues es importante analizarlo. Así mismo, es importante
señalar a las y los asistentes que no tomen en forma personal la dinámica, que
hubo una instrucción de parte del reproductor donde se solicitaba no escuchar, con el in de desactivar malestares o malentendidos.
• No se recomienda detener la dinámica inmediatamente en el momento en que
las personas no son escuchadas. Es importante dejar tiempo para ver cómo reaccionan cuando ello no ocurre, de esa forma podrás relexionar sobre formas
de resistencia.
Dinámicas sobre masculinidad
◊ Dinámica 8: Temas que les preocupan a los hombres
a) Objetivo.
• Relexionar sobre algunos temas que son de interés para los hombres, pero
que frecuentemente no son platicados en los espacios para hombres.
b) Recursos.
• Tener copia o a disposición la sección de temas silenciados por los hombres
(Anexo VI).
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2 hrs. aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se lee uno de los temas de la sección “Temas que preocupan a los hombres,
pero que son silenciados”.
• Se hacen grupos de no más de cuatro personas sobre las experiencias en torno
al tema.
• A las mujeres se les pide que hablen sobre experiencias con los hombres, mientras que a los hombres se les solicita que hablen sobre experiencias personales.
A ambos grupos se les sugiere platicar sobre experiencias que no resulten molestas, sino que busquen experiencias que puedan compartir.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Hay temas que preocupan a los hombres pero que no son de ámbito público. Hay que relexionar por qué los hombres no hablan sobre estos temas;
b) Los temas que los hombres silencian están relacionados con situaciones de
vulnerabilidad, y el silencio es parte de una estructura social masculina que
quiere evitar que los hombres se vean como initos y vulnerables. c) Se sugiere
que cuando se vaya comenzando con el grupo y no exista mucha conianza, se
aborden temas como salud, trabajo o paternidad. De acuerdo a la conianza
con el grupo, se pueden abordar temas como sexualidad o violencia. Es importante llegar a estos temas con un grupo donde la conianza se haya construido
gradualmente.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Frecuentemente las y los jóvenes tienen mucho qué decir sobre
estos temas. Aquí, es importante explorar las experiencias, dudas y certezas
37
de las y los jóvenes. Sobre los maestros/as se puede aplicar esta dinámica sin
problema alguno.
• En la comunidad urbana y rural. Es importante reconocer las realidades y diicultades que frecuentemente encuentran los hombres para ejercer su paternidad
de forma plena; para tener un trabajo totalmente satisfactorio, o para hablar
de su sexualidad, pues tanto la realidad de precariedad económica, así como la
cultura, afectan a los hombres de forma adversa. A esto se suma que en las
zonas rurales o comunitarias hay mucha vigilancia, y frecuentemente los hombres no hablan de estos temas por el “que dirán”.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
38
Asimismo, en la comunidad urbana frecuentemente el problema es la falta de
tiempo, o el estrés de la ciudad y las condiciones de urbanidad y las “distancias”.
Es importante señalar a los hombres de zonas urbanas que al disponer de más
tiempo para platicar y relexionar sobre estos temas no sólo pueden mejorar
la calidad de sus relaciones de pareja, sino que además pueden mejorar
su salud.
• Otras alternativas. Se puede analizar un tema, o varios temas, pero hay que
fomentar que todas y todos los y las participantes de los grupos participen.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se sugiere que cuando se vaya comenzando con el grupo y no exista mucha
conianza se aborden temas como salud, trabajo o paternidad; de acuerdo a la
conianza con el grupo se pueden abordar temas como sexualidad o violencia.
Así mismo, es importante llegar a estos temas con un grupo donde la conianza
se haya construido gradualmente.
• No se sugiere abrir experiencias donde se vincule violencia y paternidad o
sexualidad. Más bien se sugiere que se aborden los temas desde la cuestión de
dudas y experiencias.
◊ Dinámica 9: La paternidad
a) Objetivo.
• Relexionar sobre el ejercicio de la paternidad.
b) Recursos.
• Hojas de papel blancas y lápices o plumas.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2 horas aproximadamente.
d) Procedimiento.
• De forma individual, y en un cuaderno u hoja blanca se escriben relexiones
con base a la siguiente pregunta: “¿Cómo son los papás de mi comunidad, qué
es lo dicen, y qué es lo que hacen?
• En parejas relexionar: Los hombres: “¿Cómo soy yo como papá o cómo me
gustaría ser?” Las mujeres “¿Cómo es mi pareja como papá o cómo me gustaría
que fuera?”
• Se hace plenaria y se relexiona que ganan los hombres con la paternidad, y que
pierden con ella.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Los hombres frecuentemente ejercen muchos actos de paternidad, pero no
la consideran con valor. Esto es, le brindan más valor a otras actividades como
el trabajo; b) Existe una paternidad vista con un ejercicio autoritario del poder
que daña a los hijos e hijas, y que no toma en cuenta sus gustos y opiniones; c)
Existe una paternidad ausente donde los hombres no asumen ninguna responsabilidad sobre los hijos/as y los maltratan a través del abandono; d) Hay padres
que expresan sus sentimientos y afectos a los hijos e hijas, y que están al tanto
de ellos y ellas; e) A veces todos los hombres jugamos todos estos roles, pero
algunos se centran más en un tipo de paternidad que en otra; f) Frecuentemente es doloroso hablar de la igura del padre, pero es importante pues ellos son
los principales formadores de la masculinidad que vivimos. Cambiar la paternidad es modiicar de forma muy profunda la construcción de la masculinidad.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Las y los jóvenes pueden abordar diversos aspectos: i) cómo ven
a sus papás, y la opinión que tienen de ellos; ii) Si alguno de ellos son padres
adolescentes, o si ellas tienen parejas en esa situación. En ambos casos se puede dar la situación de abrirse experiencias de malestar, por ello hay que estar
atentos/as a validar la experiencia de dolor que se puede vivir con el padre debido a experiencias de violencia. Se sugiere terminar la dinámica relexionando
sobre alternativas de una paternidad más equitativa y sin violencia.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede aplicar la dinámica sin mucho problema a mujeres y hombres de ambas zonas.
• Otras alternativas. Para esta dinámica se puede usar la presentación en sobre
la paternidad (Anexo VII) y la lectura del Anexo VI sobre los temas silenciados
por los hombres.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
39
• Se sugiere que se hable del papá en dos sentidos: la experiencia de ser hijos/
as, y las experiencias que se tiene con padres (mujeres), y como padres (hombres). Ser muy cuidadosos con experiencias de malestar que se abran.
• No forzar la apertura de experiencias con el padre que pueden resultar dolorosas. Respetar lo que cada persona quiere y puede contar.
◊ Dinámica 10: Los grupos de los hombres jóvenes
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a) Objetivo.
• Relexionar sobre los grupos de los hombres jóvenes y los riesgos que viven.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
b) Recursos.
• Hojas de rotafolio, masking tape y plumones.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2 horas aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se hacen equipos de por lo menos 4 personas. En cada equipo se reparten
hojas de rotafolio y plumones y se les pide dividir en dos la hoja.
• En cada equipo se relexionará sobre lo que hacen los hombres jóvenes de la
propia comunidad. Los resultados de la relexión se escriben en el lado derecho del rotafolio.
• Una vez que se ha hecho lo anterior, se relexiona sobre los riesgos que corren
los jóvenes con esas actividades que realizan.
• En grupo pequeño se relexiona ¿Qué relación tienen estos actos con las creencias de ser hombre de los muchachos?
• Se hace plenaria y se relexiona sobre la juventud y la masculinidad.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• Los hombres jóvenes tienen rituales en los grupos que les hacen demostrar su
masculinidad.
• Estos rituales están relacionados con demostraciones de poder, dolor e identidad juvenil. ¿Se podría ser hombre joven sin demostrar este poder?
• Hay hombres jóvenes que se resisten a estos rituales, y que buscan otra forma
de relacionarse.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Las y los jóvenes pueden abordar diversos aspectos: i) cómo ven
a sus papás, y la opinión que tienen de ellos; ii) Si alguno de ellos son padres
adolescentes, o si ellas tienen parejas en esa situación. En ambos casos se
puede dar la situación de abrirse experiencias de malestar; por ello, hay que estar atentos/as a validar la experiencia de dolor que se puede vivir con el padre
debido a experiencias de violencia. Se sugiere terminar la dinámica relexionando
sobre alternativas de una paternidad más equitativa y sin violencia.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede aplicar la dinámica sin problema a
mujeres y hombres de ambas zonas, pero sugiriendo la relexión sobre las y los
jóvenes de la comunidad o el barrio.
• Otras alternativas. Si hay mujeres y hombres jóvenes en el grupo se sugiere
escuchar lo que dicen a los y las adultas y cómo ellos viven su experiencia de
ser joven. Además se sugiere usar la presentación en sobre la masculinidad y
los jóvenes (Anexo VIII).
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Frecuentemente las y los asistentes adultos empatizan poco con las y los jóvenes. Se sugiere buscar recordar experiencias personales cuando se tenía esa
edad.
• Se sugiere no culpabilizar a los jóvenes, y reproducir un discurso que los mira
como criminales o enfermos por el hecho de ser jóvenes.
◊ Dinámica 11: La sexualidad masculina
a) Objetivo.
• Relexionar sobre algunas problemáticas de la sexualidad masculina.
b) Recursos.
• Vasos de unicel, pedazos de hojas blancas cortados en cuadros de 2 cm. X 2
cm., masking tape y plumones.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2:30 hrs. aproximadamente.
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d) Procedimiento.
• Se deben de tener preparados vasos con diversos temas sobre sexualidad masculina escritos en los pedazos de papel doblados. En cada vaso se ponen hasta
cinco temas. Los temas sugeridos son: disfunción eréctil, sensualidad, orgasmo,
tamaño del pene, inidelidad, violencia sexual y educación sexual.
• Se indica al grupo que se platicará sobre sexualidad masculina. Se forman grupos de hasta 5 cinco personas, de preferencia mixto. Se reparte en cada grupo
un vaso de unicel.
42
• Se indica al grupo que se sacará un papel al azar, y que todas y todos los
usuarios en ronda comentarán sus opiniones sobre el tema que se señala.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
• Se repite la ronda hasta que se agotan los temas o el tiempo se termina.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
a) Frecuentemente los hombres tienen poca información sobre sexualidad. Esta
información proviene de material pornográico o de comentarios de amigos que
tampoco están debidamente informados; b) Los hombres tienen una sexualidad muy
centrada en la erección y en la penetración, por ello hay mucha preocupación por el
tamaño del pene o la erección. Ello hace que sobre-genitalicen su ejercicio sexual;
c) la violencia sexual en diversas formas: violación, acoso sexual, inidelidad, etc. es
muy frecuente entre los hombres, y no se pide ayuda; d) los hombres exploran poco
su sensualidad y su erotismo.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Frecuentemente las y los jóvenes están ávidos en cuanto a saber
y conocer sobre sexualidad. Dependiendo de la edad de las y los jóvenes sugerimos abordar problemáticas más cercanas relacionadas con su experiencia.
Por ejemplo, los temas pueden ser convertidos en preguntas: ¿Cómo se le
hablan a las chavas para ser su pareja?, ¿He ejercido celos, si, no, a veces y por
qué?, ¿Cómo me siento cuando me cortan?, ¿Qué conozco sobre los anticonceptivos o el condón?, ¿Dónde he obtenido información sobre sexualidad y qué
he aprendido? ¿Cuáles son las infecciones de transmisión sexual? ¿He ejercido
violencia sexual?. Al igual que con los adultos, es importante llegar informado
sobre estas problemáticas para poder orientar nuestro trabajo. Con las y los
maestros se puede usar sin problema la dinámica.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede aplicar la dinámica sin problema a
mujeres y hombres de ambas zonas, pero se sugiere ser cauteloso con la sensibilidad del grupo, pues en determinadas zonas rurales y urbanas no hay mucha
tradición de hablar sobre el ejercicio de la sexualidad, sobre todo si en el grupo
hay parientes o amigos/as cercanos. Entonces se sugiere abordar temas de
una forma menos directa e individual, y hablar de la comunidad. Por ejemplo:
“Cómo se habla de sexualidad en la comunidad? ¿Qué temas son los permitidos
en la comunidad cuando se habla de sexualidad? ¿Qué temas son silenciados
cuando se habla de sexualidad en la comunidad? ¿Cómo ejercen su sexualidad
los hombres en la comunidad? ¿Existen infecciones de transmisión sexual en la
comunidad? Sin embargo, si son personas que ya han trabajado con la comunidad se sugiere explorar la dinámica tal cual se presenta arriba.
• Otras alternativas. Se sugiere implementar esta dinámica cuando el grupo ya
tiene un mayor grado de integración, pues el tema de sexualidad en general
aún es muy silenciado en la sociedad, y más en comunidades rurales. al inal de
la dinámica vivencial se puede revisar la lectura sobre sexualidad masculina de
Ivonne Szasz (Anexo IX) y la lectura del anexo VIII sobre temas silenciados por
los hombres.
f) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se sugiere mucha sensibilidad en el grado de apertura del grupo para abordar
el tema de sexualidad. Si hay apertura se puede implementar esta dinámica con
sus diversas variantes, si no la hay se sugiere implementar otras dinámicas que
permitan reforzar la conianza para después volver a este tema.
• No se sugiere imponer la dinámica ni alguno de los temas. Los grupos, a su
paso, explorarán sus intereses.
Dinámicas sobre violencia masculina
◊ Dinámica 12: El trabajo doméstico
a) Objetivo.
• Relexionar sobre la participación de los hombres en el trabajo doméstico.
b) Recursos.
• Hojas de papel blancas y lápices o plumas.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 1:30 min horas aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se reparten hojas, y se dividen en dos columnas con lápiz o pluma, o simplemente doblando la hoja.
43
• En una columna se escriben todas las actividades que hacen en el trabajo
doméstico durante la semana.
• Una vez que se haya acabado el punto anterior, que en otra hoja escriban las
actividades que hace su pareja sobre trabajo doméstico en la semana.
• Del otro lado de la hoja contestarán dos preguntas: a) ¿Están distribuidas las
tareas del trabajo doméstico de forma justa y equitativa? b) Si responde que sí
a la anterior pregunta cuestionarse ¿Qué puedo hacer para que continúe así?; si
contesta que no, preguntarse: ¿Qué puedo hacer para que lo sea?
44
• En plenaria se relexionan las respuestas a las instrucciones y preguntas.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Frecuentemente los hombres ayudan en el hogar, pero raramente lo visualizan como una responsabilidad. Hay que informar a los hombres qué es una
responsabilidad, y deben abrirse tiempo para asumir actividades del hogar; b)
El trabajo de las mujeres en el hogar es muy desvalorizado y no es reconocido;
es importante no sólo participar, sino también reconocer y valorar el trabajo
de las mujeres en su hogar; c) Hay actividades que los hombres sí hacen, y
otras que no. Y hay actividades que aunque no nos agraden aún así se tienen
que hacer; d) El trabajo doméstico es visto como un espacio tradicional de la
mujer. Para que los hombres comiencen a participar en él deben ser muy cuidadosos, y escuchar a la pareja. Frecuentemente mientras la pareja se siente
más reconocida en otro espacio como en un trabajo asalariado en una fábrica,
oicina, etc. entonces ya tienen mayor disposición –y necesidad– de que los
hombres asuman su responsabilidad en el trabajo doméstico; y e) Hay que
relexionar sobre la participación en el trabajo doméstico de los hijos e hijas.
Frecuentemente se les asignan más roles a las hijas que a los hijos, y ello reproduce las inequidades de género, y la violencia hacia las mujeres. Para evitar
esto, es bueno compartir a ambos las responsabilidades del trabajo doméstico.
f) Es central indicar que la inequitativa distribución del trabajo doméstico es
violencia económica hacia la pareja, pues se hace uso del trabajo de ella, y su
bienestar.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Esta dinámica se puede adaptar a las y los jóvenes revisando su
participación en el trabajo doméstico. Se puede trabajar como se indica en la
dinámica o haciendo dos grupos, uno de mujeres y uno de hombre donde se
platique sobre el trabajo doméstico que se hace. Después se juntan los grupos
en plenaria y se relexiona sobre el tema. Frecuentemente surge la obligación
a las mujeres para que asuman este trabajo, y la no responsabilidad de los
varones jóvenes. Se puede cerrar la dinámica haciendo una lista para tener un
trabajo más equitativo en la casa.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede aplicar la dinámica sin problema a mujeres y hombres de ambas zonas. Sin embargo, con relación a las zonas rurales,
es importante retomar los usos y costumbres culturales de la comunidad.
• Otras alternativas. Ninguna en particular.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Invitar a una honesta relexión sobre el trabajo doméstico que se hace en casa,
sobre todo a los varones, pues usualmente tienen poca participación y se
pueden confrontar.
• Ninguna sugerencia en particular.
◊ Dinámica 13: Los Sentimientos y la Violencia Masculina
a) Objetivo.
• Relexionar sobre las formas de violencia masculina hacia la pareja.
b) Recursos.
• Hojas de papel blancas y lápices o plumas.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2 horas aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Para los hombres: En una hoja trazar tres columnas con lápiz o pluma. A continuación: a) En la primera columna escribir tres conlictos fuertes con la pareja
(da un tiempo para que lo haga el grupo); b) En la segunda columna escribir
cómo se siente al tener ese conlicto con ella y c) Finalmente que escriba lo que
hace cuando tiene el conlicto con la pareja.
• Para las mujeres: En una hoja trazar tres columnas con lápiz o pluma. A continuación: a) En la primera columna tres conlictos fuertes que haya tenido con
alguna mujer u otros hijos e hijas (da un tiempo para que lo haga el grupo); b)
En la segunda columna escribir cómo se siente al tener ese conlicto con ella
45
o ellas/os, y c) Finalmente escribir lo que hace cuando tiene el conlicto con la
pareja.
• Se analiza la experiencia de mujeres y hombres en parejas, y posteriormente
en plenaria.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
46
• a) La violencia masculina es esa decisión de transformar la experiencia emocional de dolor y malestar en actos que buscan suprimir la experiencia emocional
del otro/a y controlarla para que haga lo que se le ordena; b) Si tenemos un
conlicto, y nos sentimos mal o enojados, o con tristeza y transformamos ese
sentimiento en violencia hacia la otra persona, entonces estamos ejerciendo
violencia masculina, independientemente de que quien realice el acto sea mujer u hombre; y c) La violencia masculina se da de hombres a mujeres, y de
hombres a otros hombres que son considerados “diferentes” o con menor
jerarquía. También se da de mujeres a contra otras mujeres, y contra niños/as,
ancianos, discapacitados, etc. De esta forma la violencia masculina siempre se
da en forma de cascada.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Las y los jóvenes pueden manifestar que no tienen pareja, o que
no han tenido. Entonces se les puede sugerir trabajar la dinámica con algún
amigo/a importante para ellas y ellos. Para los maestros/as no hay ningún comentario en particular.
• En la comunidad urbana y rural. En caso de que haya personas en ambas comunidades que no sepan leer o escribir, se puede hacer en pareja. Se sugiere
primero la elección de un conlicto con la pareja, después procesar los tres
momentos: características del conlicto, experiencia emocional y lo que se hizo
con el sentimiento. Después se puede compartir en plenaria.
• Otras alternativas. Se puede llenar las columnas de otra forma, por ejemplo:
cómo me siento ante un conlicto, y escribir lo que siento, y posteriormente
analizar si traduzco ese sentimiento en formas de maltrato y control. Es muy
importante relacionar las experiencias emocionales con los actos de violencia.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Invitar a abrir conlictos que desean compartir, y recordar que no tienen por
qué abrir experiencias muy dolorosas o que no hayan procesado de forma adecuada. Así, ambos, mujeres y hombres, evitarán maltratarse con experiencias
que no han procesado. También se sugiere tener siempre listo material para
canalizar.
• Se sugiere no ignorar personas que abran mucho su malestar. Es importante
brindar contención y escucha, y en caso necesario canalización.
◊ Dinámica 14: Los servicios y la violencia masculina
a) Objetivo.
• Relexionar sobre los servicios hacia las mujeres.
b) Recursos.
• Lectura de servicios de las parejas de Oswaldo Montoya. Papelógrafos y
plumones.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 1:30 horas aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se forman dos grupos. Al primero se le da una copia sobre lo que quieren los
hombres de sus relaciones de pareja. Al segundo grupo se le da una copia sobre lo que temen los hombres de sus relaciones de pareja. a ambos se les da
papelógrafos y plumones.
• Se hace la lectura colectiva, y se hace un resumen en papelógrafos en cada
equipo.
• En plenaria cada equipo presenta sus resultados, y se relexiona.
• Se hace la presentación sobre violencia masculina.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Al aprender ideas de superioridad sobre la mujer los hombres decidimos
pedir servicios a las mujeres. Los servicios surgen de necesidades legítimas que
tenemos los hombres, pero en lugar de satisfacerlas nosotros mismos, exigimos que las mujeres lo hagan. b) Los servicios son imposiciones cotidianas a las
mujeres donde las obligamos a hacer o decir algo que ellas no desean. Cuando
ella se niega, usamos la violencia para imponer nuestra voluntad. c) En la casa,
los hombres imponemos solicitudes cotidianas que terminan por doblegar la
voluntad de la mujer que subsumen una relación de servidumbre tanto en casa
como en el trabajo; d) Los servicios nos dan privilegios a los hombres, pero
crean costos y daño en las mujeres y en nosotros mismos. Para dejar de violentar y pedir servicios es importante hacer visible cómo afectan.
47
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Se puede relexionar con los jóvenes los servicios que les solicitan
a las mujeres, y con ellas los servicios que les solicitan sus novios, esposos, etc.
Señalar sobre todo que un servicio es algo que se acaba imponiendo, y usualmente es de los hombres a las mujeres. En caso de que se abra lo opuesto,
relexionar cómo ello puede ser en realidad una resistencia.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede aplicar la dinámica.
48
• Otras alternativas. Revisar la presentación sobre violencia masculina (Anexo X).
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Relexionar sobre todo con relación a experiencias de servicios de hombres a
mujeres. En caso de que surja alguna experiencia de mujer a hombre, relexionar si no se da en el contexto de resistencia. Centrar la discusión en la violencia
masculina.
• Ninguna en especial.
◊ Dinámica 15: Las formas de no compromiso
a) Objetivo.
• Reflexionar sobre las formas en la que los hombres hacen invisible su
violencia.
b) Recursos.
• Hojas de papelógrafos y plumones.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 1:30 min. aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se señala que hay diversas formas en que los hombres hacen invisible su violencia, que son formas de no compromiso a las cuales recurren de forma frecuente ante la evidencia de que han ejercido violencia. Se señala que hay varias
formas de hacer invisible la violencia, pero que se verán 5: culpar, negar, minimizar, buscar la alianza de otros hombres y el cinismo ante su violencia.
• Se hacen 5 grupos. A cada uno se les da un papelógrafo y se le asigna una forma de violencia y no compromiso. Una vez que todos los grupos tienen una
forma asignada, se les indica que escriban dichos, formas o actos en las que los
hombres culpan, niegan, minimizan, buscan alianzas o se vuelven cínicos ante
su violencia.
• Cuando cada grupo ya tiene una lista amplia, se le distribuye otro papelógrafo,
y se solicita que escriban una deinición de cada uno de los conceptos dados. Se
solicita que asignen una o un representante para presentar en plenaria.
• En plenaria se hacen las presentaciones.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Las formas de no compromiso son recursos de los hombres para dejar en
la otra u otro la responsabilidad de la propia violencia. Identiicar esas formas
pueden permitir a quien recibe la violencia el no asumir la responsabilidad del
agresor; b) Los hombres pueden usar varias de estas formas de forma indiscriminada, o algunos pueden preferir alguna, pero todas buscan negar el acto de
violencia; y c) hay que estar atentos/as si hay otras formas de no compromiso
sobre la violencia.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Se puede relexionar con los jóvenes las formas de no compromiso que usan hacia las mujeres jóvenes. En las y los maestros no hay problema.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede aplicar la dinámica.
• Otras alternativas.- Se puede relexionar en parejas sobre las formas de no
compromiso, y analizar que tan frecuentes son en mi relación de pareja. Lo
bueno de hacerlo así es que se hace una relexión más personal; lo malo es
que se pueden abrir experiencias de mucho malestar. Se sugiere el trabajo en
parejas para grupos con mucho trabajo y conianza.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Ninguna en especial.
• Ninguna en especial.
Dinámicas sobre el trabajo con hombres y las posibilidades
del cambio
◊ Dinámica
16: Identiicando oportunidades y problemas en el trabajo
con hombres
49
a) Objetivo.
• Relexionar sobre las oportunidades que brinda el trabajo con hombres para
la perspectiva de género, e identiicar los problemas que este trabajo puede
tener.
b) Recursos.
• Hojas de papelógrafos y plumones.
50
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2 hrs. aproximadamente.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
d) Procedimiento.
• Se indica al grupo que se relexionará sobre el trabajo con hombres, particularmente sobre la violencia masculina. Se numera al grupo del uno al dos. Al
equipo uno se le solicita que escriban en un papelógrafo no más de 10
argumentos que apoyen el trabajo con hombres, particularmente con el tema
de la violencia masculina. Al equipo dos se le solicita que escriba en otro papelógrafo no más de 10 argumentos en contra del trabajo con hombres, y en contra del trabajo con hombres violentos. Se deja que ambos equipos trabajen.
• Una vez que se han escrito se presentan en plenaria y se relexionan brevemente. No se profundiza mucho en los argumentos, pero se aclaran dudas y
se dan explicaciones.
• La instructora o instructor recoge lo papelógrafos y toma nota de los argumentos en pro y en contra. Solicita al grupo que se ponga de pie y forme una ila en
frente de ella o él. Se le indica al grupo que se leerá un argumento en pro del
trabajo con hombres, y que aquellos que estén de acuerdo se reunirán en un
grupo a su lado izquierdo, y los que estén en contra del argumento se reunirán
del lado derecho.
• Una vez que se han reunido en dos grupos se les indica que deben de generar
más argumentos para convencer a los miembros del otro equipo. Se señala
que cada equipo tendrá derecho a la palabra hasta 3 veces, pues hay más argumentos que discutir. Se da un tiempo para que cada equipo discuta sus argumentos, y se inicia el diálogo. Primero un equipo da todas sus explicaciones, y
después el otro. Al inal de una ronda se pregunta “¿alguien quiere cambiarse
de equipo?” a veces hay cambios, en otras ocasiones, no. Se vuelven a reunir en
equipo y generan nuevos argumentos, se da el diálogo y se vuelve a preguntar
si alguien se desea cambia. Se permite esta dinámica hasta que se considera al
tema agotado.
• Se vuelve a reunir la gente, y se señala que se leerá ahora un argumento en
contra del trabajo con hombres, repitiéndose la dinámica. Se permite la relexión, el diálogo y el debate. Se intentan explorar tantos argumentos en pro y
en contra como se pueda, aunque usualmente no se agotan.
• Se va a plenaria y se relexiona.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Hay motivos importantes por los cuales hay que trabajar con hombres, principalmente aquellos vinculados con la problemática de la violencia masculina y
el interés de algunos hombres para relexionar sobre los temas de la masculinidad; b) pero también hay peligros en el trabajo con hombres desde una perspectiva de la masculinidad: lo limitado de los recursos, el generar un movimiento neo-machista, etc.; c) Usualmente la gente cambia poco de opinión. Hay
que señalar que se genera una idelidad a los grupos más allá de los argumentos
y la relexión. Se señala que es muy válido cambiar de opinión, y circular en
entre varias opiniones. Al hacerlo se genera idelidad con las creencias de uno
mismo y no tanto con los grupos en pugna; d) se señala que el objetivo no es
jalar adeptos al bando, sino ejercitar la relexión, la escucha y la opinión libre de
violencia. Así se fortalece el diálogo crítico. Esto es parte de la ciudadanía.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. El trabajo con hombres tal vez no sea muy relevante en este
contexto, pero los tema de género y violencia familiar si. Por ello se puede usar
con temas relacionados con violencia de género. Por ejemplo, se puede hacer
una lista sobre características que las y los adultos dan a las y los jóvenes. Se
escribe: “que no son responsables”, “que no obedecen”, “que se portan mal”,
etc. Después se hace la ila y se lee una frase. Se indica a la izquierda los que
estén de acuerdo, y a la derecha los que no. Se da el debate y se relexiona, se
hace igual con varias frases. Esto puede repetirse con varios temas: lo que dicen los muchachos sobre las mujeres, y viceversa; lo que se piensa de la escuela
y la violencia que ocurre en ella; etc.
• En la comunidad urbana y rural. También se pueden debatir algunos problemas
importantes de la comunidad urbana o rural. Para ello, se sugiere seguir las
instrucciones del punto anterior, pero sugerimos explorar problemáticas relacionadas con las relaciones de género.
• Otras alternativas. Revisar la lectura sobre los grupos de relexión de hombres
en el Anexo XI.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• En espacios especializados que atienden la violencia de género es importante
realizar el debate sobre el trabajo con hombres, particularmente sobre violen-
51
cia masculina, pues es un tema que se ha ido ampliando en ámbitos del feminismo y usualmente se habla poco de él.
• Hay que evitar en las comunidades escolares, rurales o urbanas tocar temas
especialmente candentes o espinosos, que rebasan las actividades del taller,
pues se puede generar un debate que se salga del diálogo. Por ello se sugiere
debatir sobre temas relacionados con el taller sobre género, masculinidades y
violencia familiar o escolar.
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◊ Dinámica 17: Las posibilidades de cambio ante la violencia
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
a) Objetivo.
Relexionar sobre las posibilidades de cambio ante los conlictos que se viven
con violencia.
b) Recursos.
• Hojas de papel y plumas o lápices.
c) Tiempo.
• Se desarrolla en 2:30 min. aproximadamente.
d) Procedimiento.
• Se señala que se relexionará sobre los problemas que llegamos a enfrentar
los hombres y las posibilidades de responder de forma diferente. Se reparten
hojas blancas.
• Se solicita que las y los asistentes escriban un conlicto signiicativo que hayan
tenido. Se indica que incluso puede ser un conlicto que haya terminado en
violencia. Se les pide a mujeres y a hombres que exploren un conlicto con su
pareja. Se solicita que escriban cómo se inició el conlicto, cómo se desarrolló
y cómo terminó. Se da un tiempo.
• Una vez que lo han escrito se les solicita que lo analicen de forma relexiva, y
que hagan una lista donde identiiquen lo que hicieron para enfrentar el conlicto. Sus formas de violencia, y sus formas de resistencia. Una vez que terminan
se señala que hagan pareja con alguien con el cual tengan conianza, y que relexionen de qué se dan cuenta.
• Una vez que se relexionó se indica que vuelvan a trabajo individual, y que
escriban qué cosas diferentes pueden hacer para enfrentar ese conlicto. A los
hombres se les solicita que exploren actos nuevos, alejados de la violencia para
enfrentar ese conlicto. A las mujeres, se les invita a relexionar actos alejados
de procesos de victimización y de romper el ciclo de la violencia. Cuando lo
han escrito, se les pide que se reúnan nuevamente en pareja con la persona con
la cual se reunieron la primera vez.
• Cuando se termina la relexión por segunda ocasión en pareja, se realiza una
plenaria de todo el grupo, analizando los dos momentos de la dinámica.
e) Líneas de relexión de esta dinámica.
• a) Es importante identiicar las formas en las que reaccionamos ante un conlicto, principalmente cuando en éste reproducimos mujeres y hombres los roles
tradicionales de género: los hombres, la violencia y el machismo; las mujeres la
sumisión y la pasividad; b) es importante identiicar nuestras fortalezas ante los
conlictos, y ver hasta dónde somos capaces de reaccionar de forma diferente;
c) el identiicar los obstáculos para reaccionar diferente ante los conlictos nos
fortalece.
f) Alternativas comunitarias a los procedimientos.
• En la escuela. Este trabajo se puede hacer con jóvenes ante conlictos con pares
y la pareja. No se sugiere ante conlictos con la autoridad si no se tienen claros
las relaciones de jerarquía y poder. En ambos casos se sugiere mucho cuidado
al abordar los conlictos, y que se hagan estas dinámicas después de analizar
relaciones de género y el tema de violencia familiar e identidad en las y los jóvenes. En general, se sugiere cuando haya más conianza en el grupo. Sugerimos
los mismos cuidados con las y los maestros/as.
• En la comunidad urbana y rural. Se puede realizar este trabajo tomando en
cuenta que ya se deben de haber visto las relaciones de género, el tema de
violencia, y en general que exista más conianza en el grupo.
• Otras alternativas. Ninguna en particular.
g) Lo que se sugiere hacer, y lo que no se sugiere hacer.
• Se sugiere desarrollar esta dinámica cuando haya conianza con el grupo y
analizar los temas de género y violencia.
• No se sugiere hacer esta dinámica de primera vez, y cuando no haya un proceso grupal avanzado con el grupo.
53
II. Bibliografía
Aunque sabemos que hay mucha bibliografía sobre los temas tratados en este
manual, a continuación te sugerimos algunos textos que pensamos son de especial
importancia. Con ello buscamos que tengas información básica y actualizada para
mejorar tu trabajo en la erradicación de la violencia contra las mujeres:
Género y Feminismo:
• Varela Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B, Barcelona, 2005.
54
• Lamas Marta (comp.), El género. La construcción cultural de la diferencia sexual, PUEG-Porrua,
México, 2000.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
• Beltrán Elena y Mauieira Virginia (Eds.), Feminismos. Debates teóricos contemporáneos, Alianza
Editorial, Madrid, 2001.
• Kimmel Michael S., The gender society, Oxford University Press, New York, 2004.
Violencia de género y violencia familiar:
• Garland David, Castigo y sociedad moderna. Un estudios de teoría social, Siglo XXI, México, 1999.
• Das Veena (et. al), Violence and subjetivity, University of California Press, California, 2000.
• Corsi Jorge, Violencia Familiar, España, Paidós, 1998.
• Corsi Jorge (Comp.), Maltrato y abuso en el ámbito doméstico, Paidós, Buenos Aires, 2003.
• E. Sluzki, “Violencia familiar y violencia política. Implicaciones terapéuticas de un modelo general”
en Fried Schnitman, (Comp), Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad, Paidós, México, 1994.
• Torres Falcón Marta, La violencia en casa, Barcelona, Paidós, 2001.
Estudios sobre la Masculinidad y la Violencia Masculina:
• Clare Anthony, Hombres. La masculinidad en crisis, Taurus, Madrid, 2000.
• Montesinos Rafael, Las rutas de la masculinidad. Ensayos sobre el cambio cultural y el mundo moderno,
Gedisa, España, 2002.
• Kimmel Michael S., Jeff Hearn y Connel R.W., Handbook of studies on men and masculinities, SAGE,
California, 2005.
• Caséz Menache Daniel y Huerta Rojas Fernando, Hombres ante la misoginia: miradas múltiples,
UNAM-CIICH-Plaza y Valdés, México, 2005.
• Ferrándiz Francisco y Feixa Carles (Eds.), Jóvenes sin tregua. Culturas y políticas de la violencia,
Antrophos, 2005.
• Bowker Lee H. (Ed.), Masculinities and violence, SAGE, California, 1998.
Archivo en PowerPoint Presentación 1.ppt
La presentación aborda la violencia de género. Se brindan breves deiniciones de esta violencia y
se explica que está en diversos espacios sociales. Posteriormente se explica que la violencia de género
surge de la imposición a mujeres y hombres de los roles estereotipados de género. Se señala que el
resultado es que los hombres terminan aprendiendo a usar el poder social, y a identiicarse con él como
algo “masculino”. Por otro lado, a las mujeres se les educa para manejar y tener habilidades para las
relaciones emocionales, identiicándose lo femenino con ello.
Más adelante, se relexiona sobre cómo estos roles de género crean la identidad de género e inluyen en la elección sexual. Por identidad de género entenderemos las creencias e ideas que cada
quien tiene sobre lo que es ser mujer y hombre, y se ubican en el campo de la subjetividad, donde la
cultura deine la forma de deinirse cada quién. Por rol de género entenderemos los papeles sociales
que mujeres y hombres desempeñamos de forma más frecuente en la sociedad, y que reairman o no
nuestra identidad de género. Finalmente, la elección sexual es la decisión de cada persona sobre con
qué sexo ejerce su sexualidad, puede ser con el sexo contrario (heterosexualidad), o el mismo sexo
(homosexualidad) o con ambos (bisexualidad). La violencia surge cuando mujeres y hombres comienzan a tener conlictos, y por la misma educación de género ellos abusan del poder para solucionarlos, y
ellas a expresar sus emociones y buscar la comunicación. Así, ambos llegan con dos miradas diferentes
a solucionar el conlicto, y usualmente termina por imponerse la forma violenta, y por tanto lo masculino se impone a lo femenino.
Se señala que esta jerarquía se reproduce en los espacios sociales, donde la jerarquía masculino vs.
femenino también se reproduce en la calle, el trabajo, la casa y la escuela, entre otros espacios. De esa
forma surgen las violencias.
Sin embargo a cada violencia surge una resistencia, comentándose que las estrategias de la resistencia llegan a ser muy agresivas y pueden generar daño, pero no son violentas porque carecen del poder
y por ello no pueden abusar de él. Es importante comentar que tanto campesinos e indígenas, así como
mujeres, jóvenes y homosexuales, así como gente pobre se oponen a las diversas formas de opresión
que no son otra cosa mas que formas masculinas de ejercer el poder.
Se concluye señalando que los cuerpos de las personas son el objeto de castigo de la sociedad, que
los cuerpos son desarticulados con la violencia, y que los cuerpos que se resisten también acaban desgastados. Así, para salir de la violencia hay que crear una forma de actuar que no sea ni violenta ni que
sea resistencia. Que un primer paso para ello es salir de los roles tradicionales de género, y permitir
que las personas circulen entre los roles.
De esa forma, al circular las mujeres no podrán quedarse sólo en un rol que desea dejarlas en el manejo emocional y reproductivo de la sociedad, ni los hombres en otro rol donde se les quiere adjudicar
poder, control, trabajo y nula expresión de sus sentimientos. Al circular, las personas pueden buscar
qué desean en la vida y a tomar sus propias decisiones de forma responsable.
ANEXOS
Anexo I Presentación 1 de violencia de género.
Anexo II Lectura de identidad femenina4
ELLA Y LOS HOMBRES
Cuando ella tenía cinco años se enamoró de un hombre que se reía y la abrazaba muy, muy fuerte,
que la subía sobre sus hombros y le mostraba el mundo desde ahí arriba. Ella pensó que ese hombre
era como una montaña y que las montañas no se mueren nunca y que son el sitio más maravilloso del
mundo para mirar.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
56
Cuando ella tenía quince años se enamoró de un joven que tenía una frente muy, muy amplia y que
la tomaba de la mano para conducirla y le decía que el mundo estaba mal hecho y que había que cambiarlo. Ella pensó que ese joven era como una espada y que las espadas no mueren nunca y que son el
objeto más maravilloso del mundo para cambiar la vida.
Cuando ella tenía veinticinco años se enamoró de un hombre que tenía una voz muy, muy potente y
que le hablaba de lo mucho que sabía y que le decía que el mundo era un lugar para reproducir la savia
y la sabiduría. Ella pensó que ese hombre era como un mar y que los mares no se mueren nunca y que
son el medio más maravilloso del mundo para reproducir la vida.
Cuando ella tenía treinta y cinco años se enamoró de un hombre que tenía un brazo muy, muy
irme y que la empujaba casi, subiendo interminables escaleras y que le decía que el mundo era un lugar
que había que conquistar peldaño a peldaño. Ella pensó que ese hombre era como un viento y que los
vientos no se mueren nunca y que son el aire más maravilloso del mundo para respirar la vida.
Cuando ella tenía cuarenta y cinco se enamoró de un hombre que tenía un pecho muy, muy sólido y
que le ofrecía descansar allí su cabeza y le decía que el mundo era un lugar al que había que enfrentarse
con serenidad. Ella pensó que ese hombre era como una roca y que las rocas no se mueren nunca y
son la materia más maravillosa del mundo para resistir la vida.
Cuando ella tenía cincuenta y cinco años se enamoró de un hombre que tenía unos ojos muy, muy
claros y que l invitaba a mirar lo que el veía y decía que le mundo era un enigma que había que descifrar. Ella pensó que ese hombre era como un libro y que los libros no se mueren nunca y que son la
fórmula más maravillosa del mundo para comprender la vida.
Cuando ella tenía sesenta y cinco años se enamoró de un hombre que tenía un oído muy, muy ino
y que la escuchaba con mucha atención y que le decía que el mundo era un lugar por el que había que
pasar para llegar a la verdadera vida. Ella pensó que se hombre era como una melodía y que las melodías no se mueren nunca y que son la música más maravillosa del mundo para sentir la vida.
Cuando ella tenía setenta y cinco años se enamoró d ruin hombre que tenía piernas muy ágiles y
que la impulsaba a caminar todavía y le decía que el mundo era un lugar que había que recorrer a paso
humano. Ella pensó que se hombre era como un camino y que los caminos no se mueren nunca y que
son el recurso más maravilloso del mundo para andar por la vida.
Cuando ella tenía ochenta y cinco años se enamoró de un hombre que tenía memoria muy rica y
que le decía que el mundo era un lugar en el que ella había estado y al que volverían. Ella pensó que
ese hombre era como un Dios y que los dioses no se mueren nunca y que son la idea más maravillosa
para dar sentido a la vida.
Cuando ella tenía noventa y cinco años conoció a un hombre que apenas veía, a penas oía, casi no
caminaba, tenía pocas fuerzas, rara vez hablaba, y no siempre que algo era gracioso se reía. Ese hombre
que no se parecía a una montaña ni a unja espada, que no era como el mar ni como el viento, que no le
recordaba a las rocas ni a los caminos, que nada decía que sonara como un libro o como una melodía;
ese hombre que era nada más que un hombre le preguntó quién era ella. “Y ELLA DESCUBRIO QUE
NO LO SABIA”.
4. Esta lectura aparece originalmente en: Saucedo Irma (et. al.), Violencia doméstica. Modelos de Intervención
en Unidades de Salud. Volumen 2. Capacitación para coordinadoras de grupos de relexión, Colmex-SSA-BID,
Anexo III Lectura sobre violencia familiar5
• El conlicto en la familia es un elemento constante.
El conlicto son “factores que se oponen entre sí” y expresan las diferencias de intereses y deseos
que surgen por las diferencias de género. El conlicto familiar no signiica automáticamente violencia
familiar: ésta es un recurso para enfrentar los conlictos en el hogar.
• La violencia no es igual a la agresividad. Ambos son actos que adquieren signiicados en la sociedad.
Un acto agresivo es innato y vence los obstáculos que se presentan. Un acto agresivo que hace daño
surge de una persona que percibe el medio como amenazante y tiende a reaccionar con ataques y
defensas.
Un acto violento maniiesta abuso de poder que surge del estatus y el desequilibrio de poder. Un
acto violento que hace daño expresa la dominación por medio del uso de la fuerza en una relación.
No se busca causar daño, pero su resultado es someter al otro/a.
Tipo de abuso
Poder ó fuerza
Tipo de daño
Físico
Emocional ó Psicológico
Sexual
Financiero
Social y ambiental
Físico
Psicológico
Físico/Psicológico
Económico
Psicológico/Físico
Físico/Emocional
Emocional
Emocional/Físico
Económico/Emocional
Emocional/Social/ Económico
Violencia familiar
Maltrato infantil
Violencia conyugal
Maltrato a ancianos
-Formas activas
-Formas pasivas
-Formas niños testigos
de violencia
-Maltrato hacia la mujer
-Violencia cruzada
-Maltrato hacia el
hombre
-Formas activas
-Formas activas
México, 2002.
57
• Mitos sobre la violencia familiar.
1. La familia es un lugar de armonía y equilibrio. El conlicto es extraño.
2. Los casos de violencia familiar son escasos: no representan un problema grave.
3. Las violencia familiar es producto de algún tipo de enfermedad mental.
4. La violencia familiar es un fenómeno que solo ocurre en las clases sociales con menos recursos.
5. El consumo de alcohol es la causa de las conductas violentas.
58
6. Si hay violencia, no puede haber amor en una familia.
7. A las mujeres que son maltratadas por sus compañeros les debe gustar, de lo contrario no se que-
darían en la relación.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
8. Las víctimas de maltrato se lo buscan: “algo hacen para provocarlo”.
9. El abuso sexual y las violaciones ocurren en lugares peligrosos y oscuros, y el atacante es un des-
conocido.
10. El maltrato emocional no es tan grave como la violencia física.
11. La conducta violenta es algo innato que pertenece a la esencia del ser humano.
• La violencia familiar es cíclico y con intensidad creciente.
Ciclicidad de la violencia familiar
Episodio agudo.
Explosión de la violencia
Acumulación de tensiones
Luna de miel
Intensidad creciente de
la violencia familiar
Violencia física
(Homicidio)
59
Diferencias de
• Hay diversos grados de intervención en la violencia familiar.
ños, ancianos; e ideas sobre la familia y los conlictos. Ideas acerca del poder y la obediencia.
1. A nivel macrosistema. Creencias culturales acerca de los roles de género de mujeres, hombres, ni-
2. A nivel exosistema. Se debe intervenir en las instituciones de salud, escuelas, etc. y cambiar la legisla-
ción para aumentar el apoyo institucional a víctimas de violencia. Evitar la victimización secundaria.
no violentas de no solucionar conlictos y desactivar el aislamiento, la baja autoestima y la violencia
masculina.
3. A nivel microsistema. Tener clara la historia personal de violencia familiar. Aprender nuevas formas
Anexo IV Lectura para apoyar a una mujer que vive maltrato6
Partimos de la base de que en nuestra sociedad, ninguna persona (sea mujer u hombre) está más
allá del problema de la violencia en contra de la mujer. Es posible que quien desempeñe la función
de facilitadora no haya tenido una experiencia especíica de violencia física en una relación cercana.
No obstante, como mujeres, todas hemos estado expuestas algún tipo de violencia durante nuestras
vidas y precisamente de aquí deriva nuestra capacidad para entendernos y ayudarnos mutuamente.
La actitud correcta de una facilitadora requiere, por tanto, estar con la mujer y no arriba de ella. Por
facilitar entendemos apoyar a una persona o grupo en un proceso que favorezca el fortalecimiento de
su integridad, tanto física como emocional. Para esto, la facilitadora tiene que ejercitarse en el uso de
las siguientes facultades.
60
FACILITAR = APOYAR = ACOMPAÑAR EN EL PROCESO
INTEGRIDAD = BIENESTAR
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
Para esto, la facilitadora tiene que ejercitarse en el uso de las siguientes facultades:
• Escuchar. Lo primero que necesita una mujer maltratada es ser escuchada. Contarle su historia a alguien es un paso decisivo, ya que signiica salir del aislamiento y estar dispuesta a compartir algo muy
doloroso e íntimo. Obviamente con solo hablar no se supera el problema, pero es como tender
un puente hacia el mundo de afuera. Cuando hablamos de “escuchar” nos referimos a dejar hablar
a alguien sin interrumpir (aunque es posible que la persona necesite exactamente eso) Escuchar
quiere decir oír activamente; quiere decir estar abierta y presente en el relato, como si con o sin
palabras pudiéramos participar en lo que está diciendo la otra persona.
• Empatizar. Es como entender, pero es más que entender, es entender con la cabeza, sino desde
adentro. Sin embargo, la empatía requiere la capacidad de estar en dos lugares a la vez. Es decir,
por un lado, poder ponerse en el lugar de la persona a quien estamos apoyando; por otro, no perder
nuestra propia perspectiva de la situación. Esto es importante, porque las mujeres tenemos una
fuerte tendencia a involucrarnos mucho en el problema de la otra, lo cual puede conducir a que nos
identiiquemos tanto con la mujer que no podamos ayudar. Empatizar implica poder estar con la
otra persona, sin abandonarnos ni perdernos a nosotras mismas.
• Relejar. Si podemos escuchar activamente y empalizar con la mujer, podremos también tener la suiciente claridad parar relejar el mensaje recibido, presentándolo de una manera diferente. Relejar
es devolverle a la mujer el contenido de su mensaje, organizándolo de una manera más clara. Esto
contribuye a esclarecer a la persona, a la vez que la hace sentirse comprendida. En primer lugar, el
relejo le otorga validez a la experiencia relatada; en segundo lugar, el relejo nunca es exactamente
igual, sino que aporta nuevas ideas. Relejar no solamente se reiere al discurso textual. Se pueden
relejar actitudes, sensaciones, sentimientos, posturas corporales, etc.
• Sugerir. Es diferente sugerir que “aconsejar”. Aconsejar implica que una sabe más lo que le conviene hacer a otra persona, que la persona en cuestión y suena a imposición. Sugerir, en cambio, tiene
que ver con presentar opciones. En nuestra sociedad, muchas mujeres viven como si no hubieran
opciones de vida diferentes, como si hubiera un solo camino, una única forma de vivir. El hecho de
que una mujer entienda que tiene opciones, que tiene derecho a escoger algo, es de pos si una gran
ayuda. Tener presente cuales son las opciones con las que podemos contar sirve para aclararnos
que es lo que queremos o lo que no queremos. Es posible que una mujer ya se haya planteado a
si misma las opciones que la facilitadora le puede sugerir . Sin embargo, el oírlas en boca de otra
persona las hace más reales.
• Cuidarse a si misma. Una persona que no sabe cuidarse a si misma, no puede ayudar a los demás.
Un trabajo tan agobiante como el de brindar apoyo a mujeres en situaciones de violencia, requiere
de la capacidad para estar en contacto con las propias necesidades y limites. Como facilitadoras
5. Corsi Jorge, Violencia Familiar, España, Paidós, 1998. Versión de Roberto Garda.
tenemos que aprender a aceptar que no somos responsables de las decisiones de la mujer con la
que trabajamos.
Existen límites claros para lo que una facilitadora puede hacer por otra persona. Es imprescindible
que quien desempeñe esta función conozca y asuma sus límites para no caer en el complejo de salvadora. Ayudar a una mujer maltratada implica encaminarla a encontrar los elementos que necesita para
salvarse a si misma. Sacriicarse por otra persona no conduce al cambio esperado, es decir a que la
persona tomas las riendas de su vida.
Por otro lado y dado que nuestro objetivo es que la mujer aprenda a cuidarse a si misma, la facilitadora tiene que servir de modelo a la mujer a quien apoya. Por lo tanto, es fundamental que la
facilitadora sepa pedir ayuda o apoyo cuando lo necesite, brindarse el tiempo libre que requiera, no
comprometerse a más de lo que puede humanamente dar y en general tener presentes sus propias
necesidades y sentimientos y darles la atención debida.
61
Anexo V Lectura sobre grupos de relexión de mujeres
Grupos de relexión de mujeres.- Tienen el principal objetivo de reconstruir la identidad de las
mujeres y detener el discurso crítico masculino que degrada y controla los cuerpos y capacidades de
ellas mujeres. Se fomenta el empoderamiento entendiendo por ello la recuperación de la propia autoestima personal, el involucramiento en la vida productiva de la sociedad y el aprendizaje de nuevas
capacidades para construir nuevos vínculos más nutrientes y satisfactorios. Inicia con el entrenamiento
en estrategias de detección de la violencia masculina y termina con el cambio en la auto percepción del
propio ser como mujer.
Características de la facilitadora de grupos de relexión de mujeres:
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
62
I.
Sabe escuchar de forma activa y desde los sentimientos y la alianza genérica entre mujeres (“entre
mujeres podemos apoyarnos”).
II.
Sabe ser empática entendiendo la experiencia de la otra apoyando, desde adentro y no desde la
cabeza (“las mujeres podemos comprendernos”).
III.
IV.
V.
VI.
Sabe relejar devolviendo el contenido del mensaje recibido de forma más clara y ordenada que
reconozca los esfuerzos de las mujeres y sus alternativas (“entre mujeres podemos informarnos”).
Sabe sugerir a las mujeres explorando junto con ella alternativas reales y viables a las situaciones de
violencia y maltrato (“entre mujeres podemos orientarnos”).
Tiene la experiencia del autocuidado y la autonomía que releja ante las mujeres y ejercita en la vida
cotidiana (“entre mujeres podemos cuidarnos y construir el poder”).
Ante las mujeres y en su vida se debe estar alejada de la victimización y la culpabilización, y más
cercana a la autonomía y autorrealización.
Lineamientos humanistas para trabajar con personas que tienen problemas de violencia familiar:
I.
Quien está asistiendo tiene un problema serio y signiicativo que lo mantiene confuso, abrumado y
en conlicto.
II.
Quien atiende es una persona coherente, uniicada, completa. Lo que hace y dice corresponde
exactamente con lo que está sintiendo.
III.
Tiene interés real y respetuoso hacia la otra persona, y lo expresa de forma cálida y reconociendo
la particularidad del otro/a.
IV.
Siente empatía hacia la experiencia de dolor del otro/a, entrando en su mundo y experiencia, pero
reconociendo que no es ése no su mundo y experiencia.
V.
Expresa la importancia, fomenta y expresa su deseo de que el o ella realicen un cambio y que la vida
es para crecer y crear, pero lo hace sin forzarlo e imponerlo.
VI.
Su experiencia y sentimientos son uno de los recursos para apoyar al otro/a.
Anexo VI Temas silenciados por los hombres7
Hemos comentado que al silenciar los hombres sus sentimientos generan malestares emocionales,
enfermedades, etc. que con frecuencia no son relexionados por ellos. Al hacerlo, posiblemente los
hombres comiencen a relexionar sobre nuevas problemáticas que la masculinidad tradicional no aborda. Veamos algunos aspectos de estos temas:
La salud de los hombres
Es poco frecuente que los hombres adultos asistan al médico y se revise su estado general de
salud. Así, enfermedades como diabetes, cáncer de próstata, enfermedades venéreas, enfermedades
del corazón, etc. comúnmente no son diagnosticadas a tiempo. Los hombres se cuidan poco por dos
motivos: en primer lugar, hay creencias muy enraizadas de fuerza y fortaleza masculinas, y es raro que
los hombres conciban que pueden enfermarse; también los hombres le tienen miedo a reconocer que
pueden enfermar y morir al ir al doctor, por ello preieren guardar silencio, pues puede resultar amenazante. Finalmente, los hombres de clases bajas y populares tienen limitaciones reales de recursos y
dinero para asistir al médico, y al contemplar los gastos de la casa simplemente no se contempla una
visita al médico en las prioridades.
Los espacios de esparcimiento y distracción masculina
Frecuentemente los hombres adultos no tienen espacios propios de distracción y relajación con
otros varones donde se permitan relexionar sobre una vida espiritual o emocional. Comúnmente sus
lugares de esparcimiento están relacionados con amigos en actividades deportivas o de competencia
donde el cigarro, la bebida y los tratos rudos son frecuentes. Estas actividades hacen daño si son los
únicos espacios donde los hombres se distraen fuera del trabajo y la familia. Por ello, sería adecuado
que los hombres los complementarán con otras actividades como talleres, pláticas, cursos, etc. donde
relexionen sobre la importancia del manejo emocional de las relaciones humanas. Con ello podrían
tanto enriquecer su vida personal como las relaciones con los demás.
El trabajo y el dinero
Una preocupación constante de los hombres es el dinero. De hecho, muchos varones trabajan
desde la infancia y tienen a largo plazo acceso al dinero. Hay varones que trabajan mucho, pero tienen
poco dinero, y hay varones que tienen muchas diicultades para trabajar y tienen más diicultades para
acceder al dinero. Por la importancia del dinero, muchos hombres ven la vida exclusivamente como
trabajo, y se olvidan de otras actividades de esparcimiento y/o de autocuidado. Así mismo, muchos
varones cuestionan frecuentemente a las mujeres en el trabajo y no valoran los esfuerzos de estas.
Su vida sexual y erótica
Frecuentemente los hombres preguntan mucho sobre sexualidad y comentan su falta de información sobre este tema. ¿Qué dicen los hombres cuando hablan de su sexualidad? En general, muchos
hombres señalan ejercicios de inidelidad fuera de la relación de pareja, sin una relexión del daño a la
relación de pareja. También reducen la relación sexual a la genitalidad (pene-vagina), y muchos no se
ven como personas que pueden erotizarse y erotizar a otras personas. Pero si lo ven lo vinculan con
relaciones extramaritales. También es frecuente escuchar los temores de los hombres sobre la falta
de erección y el tamaño del pene, y comúnmente tienen poca información y prácticas de autocuidado con relación a las infecciones de transmisión sexual (síilis, sida, gonorrea, etc.). De esta manera,
observamos en general que los hombres se informan poco sobre la sexualidad, y se preparan menos
para ejercitarla de forma más placentera y responsable. A veces esto ocurre porque la sexualidad se ve
6. Lectura de Pendidzik Susana, Manual de técnicas de apoyo para el trabajo con mujeres que viven maltrato,
63
como un acto de riesgo y poder donde hay que demostrar ser hombre, pero también porque frecuentemente los hombres no son educados para reconocer en sus cuerpos afectos, sentimientos y una vida
erótica más placentera. Así, muchos hombres hablan del deseo de sentir y desear a sus parejas, pero
pocos se preparan para ello.
La paternidad
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
64
Hay hombres que se entregan a la paternidad, y sienten gran cariño y afecto pos sus hijos/as. Desean
estar con ellos o ellas, los cuidan, los pasean, los apoyan con sus tareas, y están al tanto de ellos/as. Estos
hombres buscan tener diálogo con ellos/as y negociaciones cuando crecen y demandan nuevos tipos
de apoyo. Pero hay padres que maltratan de forma sistemática a sus hijos/as: los regañan, les pegan,
los insultan y tienen actitudes de fuerte demanda hacia ellos/as. Son padres que delegan a las parejas –u
otras iguras femeninas– el cuidado de sus hijos/as. Estos padres a veces son buenos proveedores, y en
otras ocasiones no. De hecho, podemos decir que todos los padres a veces son afectivos y solidarios
con sus hijos/as, pero cuando llegan a tener conlictos con ellos/as realizan actos de maltrato. Así, es
importante que cada hombre revise qué tanto afecto, atención y tiempo da a sus hijos/as. Pero sobre
todo que relexione sobre sus miedos a ser padre y sus limitaciones, pues algunos hombres desean
ejercer su paternidad, pero no saben cómo. Sugerimos que hay una vasta literatura a la cual se puede
acudir para aprender a cuidar a los hijos/as y podemos preguntarle a la pareja. Si bien es frecuente
que muchos hombres hayamos vivido –como hijos– una paternidad que a veces nos maltrataba, no
tenemos por qué repetir esa historia.
Pero de hecho el vínculo con el padre es difícil de abordar entre hombres. Comúnmente se pasa del
enojo por cosas que éste hizo (o dejó de hacer) y que terminaron dañando a los varones, a momentos
de aceptación y afecto. Sin embargo, comúnmente los hombres cuestionan poco al padre. De hecho,
hay hombres que ya adultos tienen mucho miedo a las iguras paternas, y las opiniones del padre, y
los dictados de éstos no son cuestionados o criticados a pesar de que el varón “hijo” ya es adulto. Así
con relación al padre, los hombres desean su aceptación, pero comúnmente éstos realizan juicios muy
fuertes que terminan por alejar a los hijos adultos. Esto lleva a silencios que llegan a durar años.
La vida emocional de los hombres
Para la mayoría de los hombres adultos la expresión pública de los sentimientos es difícil. En general, no expresan lo que sienten, que hablen de sus miedos, temores, de sus experiencias de dolor
y es aún más difícil que los varones lloren frente a los hijos/as o la pareja, o que pidan ayuda cuando
sienten que son sobrepasados por alguna situación. En general, los momentos de miedo e impotencia
son silenciados. Ello tiene consecuencias para los varones: sufren depresiones, hay infartos al corazón
por “aguantar” situaciones que no les agradan, racionalizan las relaciones con los demás, etc. Por esto,
sería conveniente que los hombres hablarán más desde el corazón cuando les da temor algo, y con ello
podrían tener mejor salud emocional.
Anexo VII Presentación de paternidad.
Archivo en PowerPoint Presentación 2.ppt
La presentación muestra algunas relexiones sobre el ejercicio de la paternidad. Inicia señalando que
socialmente es difícil hablar sobre el padre, porque es una igura de mucha autoridad. Así mismo, se
señala que hay tres momentos de la paternidad. Momentos en los cuales los hombres fueron hijos, y en
donde pudieron recibir fuertes dosis de violencia y adaptarse al rol tradicional. O, por otro lado, resistir
ese maltrato, y salir fortalecido de él. En el segundo caso se requiere de la expresión de las emociones
y los afectos con los hijos. Se señala que eso permite tener hijos resilientes, los cuales han aprendido
desde la experiencia a sobrevivir.
Por otro lado, se habla de los roles tradicionales de ser padre. El rol de proveedor, el de ser padre
alcohólico o violento, etc. Se señala que muchos hombres sólo han aprendido eso, y que hay que hacerles llegar más información. Se señala que el costo de esta paternidad tradicional es el alejamiento de
las y los hijos en la vida adulta o desde pequeños. Así mismo, se señala que los hombres tienen muchas
dudas sobre cómo ser papá, y lo que está surgiendo ahorita son muchas prácticas que apenas se conceptualizan. Ello nos lleva a hablar de la las paternidades diversas de hombres solteros, de hombres
gays, de hombres separados, de abuelos con los nietos, etc. En este sentido es muy importante seguir
investigando. Finalmente se menciona que la paternidad en México tiene muchas características que
apenas comienzan a ser reconocidas.
65
Anexo VIII Presentación 3 de hombres jóvenes y violencia de género.
Archivo en PowerPoint Presentación 3ppt
En esta presentación desarrollamos algunas relexiones en torno a la masculinidad y los hombres
jóvenes. Se parte de la idea de que existe una mirada social muy negativa sobre ellos, vinculándolos
usualmente con situaciones de drogas, pleitos callejeros, narcotráico y delincuencia, así como con
abuso de mujeres y violaciones.
66
Se hace la relexión de que estas ideas que tienen los jóvenes son transmitidas por otros hombres
en su proceso de socialización. Esto es, que es con los amigos, los adultos como papá, maestros, otros
hombres de la calle o incluso hermanos quienes brindan estas ideas de que el riesgo, la dureza y la
violencia son parte de la masculinidad.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
Así mismo, se señala que usualmente los hombres jóvenes andan en pares, y ahí reproducen rituales
de rechazo a lo femenino y a las mujeres para reairmarse como varones.
El resultado de ello es que tenemos jóvenes en riesgo grave para ellos, otros hombres y las mujeres.
Pero es importante ver que si están en riesgo es porque aprendieron a ponerse en esa situación. Esto
es, si bien ellos tienen responsabilidades al decidir actuar de determinadas formas, también ellos son
producto de un proceso educativo.
Se relexiona sobre alternativas para los jóvenes: trabajar con la expresión no violenta de sus sentimientos, trabajar con los grupos de jóvenes y darles alternativas en actividades educativas en donde
ellos descubran que pueden no ejercer violencia.
Así se propone educar a los jóvenes en la resiliencia, esto es, brindarles actividades y afectos de
forma tal, que aunque vivan violencia puedan salir fortalecidos con una idea clara de no reproducirla.
Anexo IX Lectura sobre sexualidad masculina de Ivonne Szasz
Algunas relexiones sobre la sexualidad de los hombres a partir de los estudios de la masculinidad. Ivonne Szasz1
En años recientes, al privilegiar la perspectiva relacional, los estudios de género han propuesto
rescatar la óptica de la experiencia masculina para entender las relaciones hombre-mujer. En especial a
partir de los años ochenta surgieron corrientes que iniciaron el estudio sistemático de la construcción
social de la masculinidad y de las relaciones entre lo masculino y lo femenino. En este trabajo sintetizamos –con el riesgo de simpliicarlos– los planteamientos sobre la sexualidad de los varones que hacen
algunos autores de esta corriente del pensamiento feminista. Estos autores son G. Horowitz, M. Kaufman, M. Kimmel, M. Lamas y V. Seidler. En particular, en este trabajo se reseñan los planteamientos
de Horowitz y Kaufman sobre el tema.
Estos autores han propuesto la existencia de ciertas características de la masculinidad dominante: la
masculinidad de los hombres blancos, heterosexuales y de clase media de las sociedades occidentales
protestantes y modernas. Éstos se deinen básicamente por conductas que se separan de la feminidad,
que establecen distancia de lo emocional y afectivo –para que se pueda depender de ellos– y requieren
manifestar permanentemente su hombría ante otros hombres. En esta demostración, el desempeño
sexual es clave (Kimmel, 1992; Seidler, 1995).2
Hasta antes de los años ochenta, en los que se inició el desarrollo de los estudios de género, el
pensamiento feminista deinía la sexualidad masculina como agresiva, cosiicadora de las mujeres, dominadora y opresiva, considerando a éstas como víctimas y objetos de esta sexualidad masculina. Destacaba la presencia de un doble estándar de moral sexual, que estimula en los varones la actividad, la
diversidad de parejas y de experiencias, y la expresión pública de su iniciativa sexual, mientras exige a
las mujeres la conducta contraria (Horowitz y Kaufman, 1989).3
El desarrollo de los estudios de género, y en particular de los estudios de masculinidad, ha permitido
pensar que existe una permanente tensión y confusión en los varones entre sus deseos sexuales y los
imperativos de dominación, y que son las construcciones culturales de dominación masculina las que
generan fantasías y formas de conducta opresivas para las mujeres (Horowitz y Kaufman, 1989).
Estos autores señalan que aunque las deiniciones de masculinidad cambian constantemente de una
cultura a otra, en el tiempo y según clases, razas, etnias, preferencias sexuales y etapas en la trayectoria de vida, los hombres de diversas culturas tienen en común la necesidad de demostrar de manera
permanente su virilidad, y esto es particularmente intenso en aquellas sociedades en que la separación
del niño de la madre es psicológicamente dolorosa (Kimmel, 1992). De esta manera, lo que una cultura
deine como el comportamiento sexual apropiado para los varones, requiere ser usado para demostrar
su virilidad, independientemente de los deseos y preferencias de éstos, en una permanente tensión
entre el deseo de placer y el de poder.
Seidler se reiere a las tensiones entre los deseos de los varones y la construcción occidental de la
masculinidad, que se expresan en su sexualidad. Junto con la noción de la sexualidad como una “necesidad irresistible”, que es expresión de la “naturaleza animal” de los humanos, la modernidad occidental
protestante proclama el dualismo cartesiano entre mente y cuerpo e identiica la masculinidad con la
racionalidad, situando al cuerpo como una entidad separada, que necesita ser controlada por la mente,
entrenada y disciplinada (Seidler, 1995).
Este autor expresa que los varones insertos en esta masculinidad dominante crecen con la idea de
la sexualidad en términos de conquista y rendimiento, como una manera de probar su masculinidad
frente a los pares, y no en relación con sus deseos y emociones. De esta manera, los varones se sienten
acosados por el temor a la intimidad y al rechazo y tienden a separar la sexualidad del contacto y las
emociones (Seidler, 1995).
67
Según este autor, el aprendizaje del autocontrol racional de sus emociones y sentimientos, fuentes
de determinación y falta de libertad, aparece como necesario para alcanzar la autonomía e independencia que requiere el ser masculino. Puesto que la razón se sitúa en oposición a la naturaleza y la
sexualidad –entendida como los deseos, las fantasías, las atracciones– es concebida como parte de esa
naturaleza, la superioridad masculina se construye en parte a través del control de la sexualidad. En
esta construcción de la masculinidad, las mujeres son identiicadas con lo irracional –las emociones, la
sexualidad, la naturaleza– pero al mismo tiempo se les niega la autonomía de sus propios deseos sexuales. Siendo objeto del deseo masculino, provocadoras de su descontrol, responsables de la excitación
masculina (Seidler, 1995).
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
68
Airma Seidler que para demostrarse a sí mismos y a sus iguales que son hombres, los varones usan
el lenguaje para defender su imagen y no para expresar sus necesidades emocionales, resultando difícil
conciliar la forma en que necesitan comportarse con otros varones y la forma en que quieren ser en
una relación íntima con una mujer. Sienten que hablar de sexo es la manera más segura de matar sus
sentimientos, estando poco inclinados a hablar de sus necesidades y vulnerabilidades. La ruptura entre
sexo e intimidad y la relación externa y posesiva de la mente con el propio cuerpo convierte al sexo
en un asunto de rendimiento. La inestabilidad de la identidad masculina, la necesidad permanente de
demostrar y airmar que se es hombre, genera una presión interna hacia el tener relaciones sexuales
–independientemente de un reconocimiento íntimo de deseos–, transformando al rendimiento sexual
en una meta, un medio para demostrar y airmar masculinidades (Seidler, 1995).
Horowitz y Kaufman, por otro lado, proponen que la sexualidad masculina debe ser interpretada
en el contexto de una sociedad clasista que reprime la polisexualidad y sobrepone la masculinidad y
la feminidad al dualismo actividad/pasividad. Reiriéndose a las sociedades capitalistas, proponen que
independientemente de las diferencias culturales, de clase, étnicas y generacionales, la mayoría de
los hombres en estas sociedades tienen sentimientos confusos respecto de su sexualidad, sintiéndose
atrapados entre sus deseos sexuales y las necesidades de airmación de la masculinidad, que encierran
fantasías y formas de conducta agresivas y posesivas (Horowitz y Kaufman, 1989).
Apoyándose en el constructivismo social y el psicoanálisis, señalan a la sexualidad como un sistema
socialmente construido de conlicto y tensión interna. Expresan que una de las principales tensiones
presentes en la sexualidad masculina es la imposibilidad de abrigar simultáneamente deseos activos
y pasivos sin que esto genere conlicto y temor. Los autores sitúan esos temores en sociedades que
atribuyen un valor simbólico de actividad y poder a los genitales masculinos, y que fundan su sistema
cultural en la oposición de dualismos que se superponen (Horowitz y Kaufman, 1989; Lamas, 1998).4
Estos autores dicen que a la polaridad actividad/pasividad se sobrepone fálico/castrado, y es esta
superposición lo que da lugar a la masculinidad y la feminidad. Independientemente de las relaciones
entre las personas, es un conjunto de instituciones, de normas sobre la familia y el parentesco, toda
una cultura lo que enseña que ser hombre equivale a ser activo, agresivo, extrovertido, ambicioso,
independiente. Oposiciones binarias tales como sujeto/objeto, actividad/pasividad y nociones de causa
y efecto se sitúan en la estructura básica de las lenguas indoeuropeas de las sociedades modernas. En
ellas, la construcción social de la sexualidad reprime y suprime una amplia gama de placeres sexuales en
la medida que se interiorizan las divisiones básicas de esa sociedad: masculino versus femenino, activo
versus pasivo, sujeto versus objeto, normal versus anormal, clases dominantes versus clases dominadas, humano versus naturaleza (Horowitz y Kaufman, 1989; Lamas, 1998).
Una de esas superposiciones consiste en el proceso de cosiicación sexual o reducción de las mujeres a su cuerpo, como objetos del deseo sexual masculino, así como la concentración de lo sexual en
ciertas partes del cuerpo y la reducción del cuerpo de las mujeres a una de dos “funciones” posibles:
reproductiva o erótica (Horowitz y Kaufman, 1989).
Los autores reseñados señalan que mediante este proceso, la polisexualidad se reduce a la heterosexualidad como norma y a la sexualidad genital. La masculinidad –agresión y la feminidad– pasividad
se sobreponen a la división natural de los sexos. Para ser hombre se requiere dominar la naturaleza
(la sexualidad), las mujeres y la pasividad. Junto con la represión de la polisexualidad y la tendencia
inconsciente a que el cuerpo y partes del cuerpo representen a la persona objeto del deseo, fragmentando a esa persona en partes y procesos componentes, se agrega la deinición social de las mujeres en
relación con ciertos atributos físicos, que son objeto de deseo sexual. La concentración en ciertas actividades o partes del cuerpo se relaciona con experiencias que proporcionan simultáneamente alguna
forma de satisfacción sexual y formas de seguridad frente a la ansiedad y el miedo: la visión del cuerpo
de una mujer como un cuerpo carente de falo conirma que se es hombre (Horowitz y Kaufman,
1989).
Expresan que otra supresión consiste en la represión de la pasividad en los hombres, que conlleva la
represión de la ternura y la receptividad, así como la represión de la actividad sexual en las mujeres. “La
estructura de la masculinidad es inseparable de una feminidad proyectada, adorada, despreciada y temida que existe como su opuesto” (Horowitz y Kaufman, 1989, p 92). Si masculino es activo, femenino
tiene que ser pasivo. La masculinidad, como objetivo escurridizo e inalcanzable, se conirma teniendo
como relejo opuesto a una feminidad pasiva, dominada. Y la conirmación de la masculinidad, en una
sociedad basada en el género, conirma la hombría (Horowitz y Kaufman, 1989).
Para estos autores, el comportamiento sexual activo frente a mujeres sexualmente pasivas, así
como una atracción intensa y permanente hacia las mujeres, conirman esa hombría. El varón requiere
apropiarse del cuerpo de la mujer y también de su deseo y actividad. La búsqueda sexual no es solamente una búsqueda de placer, sino un intento de colmar ansiedades, de aumentar la autoestima, de
conirmar la masculinidad (Horowitz y Kaufman, 1989).
Esta breve revisión de algunos planteamientos de autores de la corriente feminista de los estudios
de la masculinidad señala interesantes dimensiones de la relación entre sexualidad y género que pueden
ser exploradas como líneas de investigación. Aunque se trata de relexiones generadas en contextos
sociales anglosajones e industrializados y se reieren a los segmentos dominantes de esas sociedades,
proponen relaciones que pueden ser exploradas empíricamente en un contexto heterogéneo, diverso
y desigual como México.
Referencias
1. Investigadora del Centro de Estudios Demográicos y de Desarrollo Urbano en El Colegio de Méxi-
co. Correo-e: iszasz@colmex.mx
2. M. Kimmel, “La producción teórica sobre la masculinidad: nuevos aportes”, Isis Internacional, Edi-
ciones de las mujeres, núm. 17, Santiago de Chile, 1992, pp. 129-138; Seidler, V., “Los hombres
heterosexuales y su vida emocional”, en Debate feminista, año 6, vol. 11, México, abril de 1995, pp.
78-111. Correo-e: michaelskimmel@compuserve.com
3. G. Horowitz, y M. Kaufman, “Sexualidad masculina: hacia una teoría de liberación”, en M. Kaufman,
Hombres: placer, poder y cambio, Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), República Dominicana, 1989, pp. 65-99. Correo-e: mkmk@sympatico.ca
4. Marta Lamas, “Sexualidad y género: la voluntad de saber feminista”, en I. Szasz y S. Lerner (comps.),
Sexualidades en México. Algunas aproximaciones desde la perspectiva de las ciencias sociales, México, El Colegio de México, 1998, pp. 49-67. Correo-e: gire@laneta.apc.org
Este artículo fue publicado en Salud Reproductiva y Sociedad (órgano informativo del programa
Salud Reproductiva y Sociedad de El Colegio de México), Año III, No. 8, 1999.
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Anexo X Presentación 4 de violencia masculina.
Archivo en PowerPoint Presentación 4.ppt
Esta presentación muestra la construcción de la masculinidad en diversas etapas de la vida de los
hombres, y cómo desde la infancia hasta la adultez van recibiendo una pedagogía relacionada con el
poder. En general es un resumen de cómo los hombres van asimilando los mensajes de control sobre
sus sentimientos y de rechazo a lo femenino.
Manual de Técnicas para la Sensibilización sobre Violencia de Género y Masculinidad en la Comunidad
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Si bien se reconoce que algunos hombres se resisten a este mandato, en general la mayoría de los
hombres contempla estos mensajes como los más signiicativos de su vida. Posteriormente se reconoce cómo, al vivir en pareja, los hombres traducen esa acumulación de poder en demanda de servicios
para sus parejas, en donde les piden atención, hijos, dinero, etc. que hace que gradualmente las relaciones de pareja vayan convirtiéndose en relaciones de violencia.
Finalmente se relexiona cómo cuando las mujeres rechazan este trato los hombres sienten malestar y dolor. De esa forma, usan la violencia no sólo para obligar que ella haga lo que él quiere, sino
además, para suprimir su propio malestar emocional. Así la violencia masculina es una síntesis de la
experiencia de poder y dolor de los hombres, en donde el cuestionamiento de la pareja se convierte
en una excusa en él para ejercer violencia.
Es importante aclarar que la violencia masculina no proviene del rechazo de ella, se debe a la educación que él recibió durante su proceso de socialización que aplica cuando ella se niega a reconocer la
autoridad con la que supuestamente él siente que tiene.
Anexo XI Lectura sobre grupos de relexión para hombres
Grupos de relexión de hombres
Son de dos tipos. Hay grupos de masculinidad que buscan relexionar sobre diversas preocupaciones de los hombres como los sentimientos, la paternidad, los amigos y amistades, el trabajo y la salud
sexual y reproductiva, etc. y los grupos de hombres enfocados exclusivamente a atender la violencia
masculina en el hogar. En ambos casos se ejerce una mirada crítica a los privilegios y al poder de los
hombres en la sociedad, y se exploran alternativas a las formas de control violentas con que los hombres
enfrentan el conlicto tanto con la pareja como entre hombres.
Características del facilitador de grupos de relexión de hombres:
I.
Sabe escuchar a los hombres desde los sentimientos y desde los afectos fomenta una nueva alianza
genérica entre hombres (“entre hombres puede haber querencia”)
II.
Sabe ser empático entendiendo la experiencia del otro desde adentro y no desde la cabeza (“los
hombres podemos entendernos”).
III.
IV.
V.
Sabe relejar devolviendo el contenido del mensaje recibido de forma más clara y con una actitud
crítica hacia las formas de control y dominación masculinas (“entre hombres podemos retroalimentarnos”).
Sabe confrontar y sugerir a los hombres explorando junto con ellos alternativas a la violencia graduales y que impliquen compromiso de largo plazo con la no violencia (“entre hombres podemos
tener diferencias”).
Tiene la experiencia del autocuidado y la autonomía que releja ante las hombres y ejercita en la vida
cotidiana (“entre hombres podemos cuidarnos y ejercer la crítica a nuestro poder”).
VI.
Ante los hombres muestra expresión de la propia experiencia y sentimientos. Cercano al autocuidado
y alejado de prácticas de control y dominio.
VII.
Deja de culpabilizar, coludirse, minimizar y negar el ejercicio de la violencia masculina y fomenta la
responsabilidad y la expresión de la propia responsabilidad.
VIII.
Fomenta la relexión sobre los vínculos como la pareja y los hijos/as, establece una crítica al lenguaje
y prácticas individualistas de los hombres.
Lineamientos humanistas para trabajar con personas que tienen problemas de violencia familiar:
I.
Quien está asistiendo tiene un problema serio y signiicativo que lo mantiene confuso, abrumado y
en conlicto.
II.
Quien atiende es una persona coherente, uniicada, completa. Lo que hace y dice corresponde
exactamente con lo que está sintiendo.
III.
Tiene interés real y respetuoso hacia la otra persona, y lo expresa de forma cálida y reconociendo
la particularidad del otro/a.
IV.
Siente empatía hacia la experiencia de dolor del otro/a, entrabado en su mundo y experiencia, pero
reconociendo que no es ése su mundo y experiencia.
V.
Expresa la importancia, fomenta y expresa su deseo de que el o ella realicen un cambio y que la vida
es para crecer y crear, pero lo hace sin forzarlo e imponerlo.
VI.
Su experiencia y sentimientos son uno de los recursos para apoyar al otro/a.
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México, Distrito Federal, a 27 de Diciembre del 2006.