"TÚ, SUDACA..."
Las dimensiones histórico-geográficas, sociopolíticas y culturales alrededor del
significado de ser inmigrante extranjero (y argentino) en España.
Graffiti en un muro de la parte de atrás del Mercat de la Boqueria, sobre la c/Jerusalem (Ciutat Vella, Barcelona).
1
Gracias a la vida, que me regaló a Danae.
2
“En lugar de apasionarse con la xenofobia, el Viejo Antonio tomaba del mundo entero todo lo dable
por bueno, sin importar la tierra que lo pariera. Al referirse a personas buenas de otras naciones, el
Viejo Antonio usaba el término “internacionales”, y el vocablo “extranjeros” sólo lo usaba para los
ajenos al corazón, no importaba que fueran de su mismo color, lengua y raza. "A veces hasta en una
misma sangre hay extranjeros", decía el Viejo Antonio para explicarme la absurda necedad de los
pasaportes”. (el Sup)
3
Índice:
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................................. 5
I. LA ANTROPOLOGÍA Y LOS PROCESOS MIGRATORIOS ..................................................................... 9
1. Acerca de la metodología y la epistemología de la investigación etnográfica. El antropólogo como
interlocutor, traductor y actor-autor................................................................................................................ 9
2. Una perspectiva holística (histórica, sociocultural, transnacional y transdisciplinaria) para el abordaje de
los procesos migratorios. .............................................................................................................................. 16
II. LAS MIGRACIONES ACTUALES EN EL SISTEMA MUNDIAL COMO CONSECUENCIA DE LA
GLOBALIZACIÓN. ........................................................................................................................................ 19
1. Globalización, Unión Europea y flujos de mano de obra. ........................................................................ 19
2. La transición española a la globalización neoliberal: de país de emigración a país de inmigración.
Variables del "pull". ..................................................................................................................................... 23
3. La Argentina de fin de siglo: factores del "push". Mercado de trabajo, concentración de la riqueza y
distribución de la pobreza............................................................................................................................. 25
III. CONDICIONES GENERALES DE INSERCIÓN SOCIOLABORAL DE LOS INMIGRANTES EN
ESPAÑA: ESPAÑA PERIFERIA DE EUROPA............................................................................................. 28
1. Políticas de extranjería y políticas de integración. ................................................................................... 28
2. Ley de Extranjería española: “Regular” o “Ilegal”. .................................................................................. 31
3. Integración/exclusión social. .................................................................................................................... 34
4. Inmigración y economía sumergida.......................................................................................................... 37
5. La vinculación entre las condiciones de vida y de trabajo y la salud/enfermedad.................................... 40
IV. LA CRIMINALIZACIÓN DE LA INMIGRACIÓN: ................................................................................ 51
acerca del "problema" de la inmigración en España... o cómo convertir un fenómeno histórico-social humano
en "problema" ................................................................................................................................................... 51
1. Estado, hegemonía y control social en las sociedades europeas actuales. ................................................ 57
2. La construcción de un "nuevo enemigo a combatir": la figura del inmigrante "ilegal". ........................... 62
3. El papel de los medios de comunicación en la criminalización de la inmigración. .................................. 66
4. Discriminación, miedo y racismo. ............................................................................................................ 70
4.1. Hechos de violencia xenófoba en España: de los discursos a la acción directa, pura causalidad. ..... 73
V. APROXIMACIÓN AL CASO DE LOS NUEVOS MIGRANTES ARGENTINOS EN BARCELONA. . 78
1. "Al llegar a Barcelona lo primero que se ve..." ........................................................................................ 78
2. El problema de la vivienda. ...................................................................................................................... 82
3. La accesibilidad y la atención en los servicios sanitarios. ........................................................................ 84
4. El proceso migratorio senegalés a Barcelona: una exploración comparativa sobre su especificidad para
contrastar el caso de los nuevos migrantes argentinos. ................................................................................ 89
5. Perfil sociodemográfico de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona. ............................................ 93
6. La inserción de los migrantes argentinos en el mercado de trabajo local. Análisis de trayectorias
migratorias. ................................................................................................................................................... 99
6. 1. La "doble ciudadanía" como vehículo "seguro" y "eficaz" de inserción/integración. .................... 100
6. 2. Tácticas y estrategias de los "sin papeles" argentinos frente a los obstáculos de la ley de extranjería.
................................................................................................................................................................ 101
6. 3. Migrantes de "primera". ................................................................................................................. 105
7. Factores socioculturales en la sociedad de destino. Percepciones, representaciones, valoraciones y
prácticas comparadas. ................................................................................................................................. 106
7. 1. Indagaciones en torno a "ser joven" en la sociedad de destino. ...................................................... 111
VI. REFLEXIONES FINALES. ..................................................................................................................... 118
VII. BIBLIOGRAFÍA. ................................................................................................................................... 121
4
INTRODUCCIÓN
Principio, continuación, final... la circularidad de la historia...
Cinco siglos atrás, invasores españoles desembarcaban en América hambrientos de oro... un
siglo atrás, regresaban, en su mayoría en condición de campesinos, en barcos, buscando tierra,
comida y trabajo. En efecto, entre 1870 y 1914 América Latina recibió una gran cantidad de
emigrantes europeos que huían de la sobrepoblación, el hambre y las guerras que azotaban al
viejo continente. En Argentina fueron unos cinco millones ochocientos mil los migrantes que
llegaron durante el período referido1, principalmente europeos -italianos (47 %) y españoles
(32 %)-, embarcados desde los puertos de Génova, Nápoles, Vigo, La Coruña y Canarias
(Gerchunoff y Llach, 1998; Wolf y Patriarca, 1991). Venían a “hacer la América”.
“América se convierte, en esencia, en una garantía absoluta, una ocasión de ascenso social,
la única opción al alcance para la regeneración económica y social, con la expectativa de
una abundancia ´posible`”. (Rosoli, 1991: 14)
Migrar a la Argentina era más usual para un español que ir a cualquiera otra región de
Europa. Incluso, para un gallego por ejemplo, era hasta más cercano, en términos de su
imaginario, que ir a otras regiones de España como Andalucía.
Entre 1860 y 1930, más de la mitad de los dos millones de españoles que llegaron a la
Argentina - unos cuatro millones y medio a América (Yañez Gallardo, 1989)- provenían
principalmente de Galicia (La Coruña, Ourense, Pontevedra y Lugo) y luego de Asturias. El
resto llegó de León (Zamora y Salamanca), Canarias, Andalucía (Granada, Málaga,
Almería) y Cataluña (Barcelona2). Esta última, además, fue el puerto de salida de los
migrantes oriundos de Aragón y el País Vasco. 3 (Wolf y Patriarca, ob. cit.: 40)
Posteriormente, entre 1936 y la década de 1950, muchos italianos y españoles arribaron a
Argentina escapando del fascismo italiano y la dictadura franquista. Al respecto, un dato
histórico a tener en cuenta: para el mismo año, 1950, el Centro Gallego de Buenos Aires
Tomo estas fechas y los datos cuantitativos de Vangelista (1997: 80). Toda América recibió
inmigrantes por esos tiempos (en mayor número, Estados Unidos); pero ningún país del continente acogió a
tantos como la Argentina en relación a su población local. El incremento demográfico experimentado por el
país ha sido notable: en 1825, la población argentina se reducía a 630.000 personas; en 1850 era de 1.200.000;
cincuenta años después, en 1900, había trepado a 4.743.000; y en 1930 alcanzaba los 11.896.000 habitantes
(Fuente: Vangelista, ob. cit.). Por lo tanto, el dicho aquel de que "los argentinos descendemos de los barcos"
tiene una parte de verdad histórica con el hecho migratorio europeo; así como otra parte de verdad negada,
con el genocidio de los pueblos indígenas, primeros habitantes de estas tierras, perpetrado por la clase
dirigente de la época con Roca a la cabeza.
2
La emigración proveniente de la provincia de Barcelona representó entre 60 y 75% de los catalanes
que fueron a la Argentina durante el período referido. (Yañez Gallardo, ob. cit.: 485)
3
Según el censo nacional de 1914, una décima parte de los habitantes de la República Argentina
(829.701 sobre un total de 7.885.980) y 35% de los residentes extranjeros había nacido en España. Asimismo,
para ese año la población española de Buenos Aires (306.000 individuos), sobrepasaba a la de cualquier
ciudad peninsular con la excepción de Madrid y Barcelona; aunque el colectivo inmigrante más numeroso de
la capital era el italiano, que para esa fecha representaba 41% de la población extranjera. Por otro lado, el
peso demográfico del colectivo inmigrante español se reflejaba en distintos ámbitos como el económico. Así,
por ejemplo, ya en 1909, 22% de los comercios existentes en la ciudad de Buenos Aires estaban en manos de
españoles, aunque la proporción se elevaba al doble en los siguientes rubros: mercerías, almacenes, bazares,
bares y cafés, hoteles y librerías, entre otros. (Fernández y Moya, eds., 1999: 9-10)
1
5
contaba con doscientos mil socios, esto es, más personas que las que habitaban las principales
ciudades gallegas como La Coruña, Santiago o Vigo. Por eso se decía que "la ciudad gallega
con más habitantes era Buenos Aires".
Hace ya casi treinta años, algunos argentinos (los que pudieron) cruzaron el charco escapando
del terror de otra dictadura, más genocida y sanguinaria aún.
Lo cierto es que en aproximadamente un siglo de distancia, la situación a ambos lados del
Atlántico ha cambiado: los nietos o bisnietos de aquellos primeros migrantes, en mucha menor
proporción, eso sí, vuelven a Europa, pero en aviones.
Como primera observación a realizar "al vuelo", vale destacar que, a diferencia de la gran
inmigración europea a la Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX, en la cual bajo
el axioma "gobernar es poblar" los sucesivos gobiernos argentinos cumplieron la meta de una
"Argentina para los europeos"4, el proceso migratorio de sudamericanos a la Europa del nuevo
milenio se ha venido desarrollando en un contexto sociopolítico adverso para la integración de
estos inmigrantes, en el marco de un continente que refuerza día a día sus alambradas jurídicas
y reales. (De Lucas, 1996; Stoop, 1999)
Focalizando en el caso específico de España-Argentina/Argentina-España, puede decirse que
hoy el vínculo histórico está motivado por los hambres desiguales que genera la globalización
neoliberal5: los españoles "redescubren" Argentina como turistas, investigadores y/o
voluntarios en organizaciones no gubernamentales y fundaciones de acción social-caritativa; o
bajo el amparo de las empresas multinacionales, instaladas para saquear las materias primas y
lo que queda del sistema; los argentinos que pueden van a España, más que a “hacer la
Europa”, a “probar suerte”, “a ver qué pasa”...
¿Quiénes son esos migrantes en términos de grupos/clases/individuos?
¿Por qué se van? ¿Eligen irse, o se ven empujados a migrar? (expectativas, causas, factores)
¿Qué hacen, de qué trabajan, cómo viven en la sociedad de destino?
En el transcurso de este ensayo intentaremos ir abordando estos interrogantes.
En términos generales, me propongo en él realizar una indagación sobre algunas de las
dimensiones históricas, sociopolíticas y culturales que interactúan en torno al significado
En la primera Constitución Nacional argentina (1853) se resalta en dos artículos la apertura
inmigratoria del país: Art. 20: “Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos
civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión, poseer bienes raíces, comprarlos y
enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto, testar y casarse conforme a las leyes”; Art.
24: “El gobierno fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto
alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las
industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes". (Gerchunoff y Llach, 1998: 20). Además de las
facilidades para la disponibilidad de tierras, a partir de la segunda mitad de la década de 1880 el gobierno
argentino llegó a desarrollar incluso una política de subsidio de pasajes en barco como estímulo a la
inmigración europea. (Yañez Gallardo, 1989: 489)
5
La globalización constituye la etapa actual del desarrollo capitalista mundial, que en lo económico
implica la expansión del mercado, la hegemonía del capital financiero sobre el productivo y una guerra entre
las doscientas empresas transnacionales más poderosas del planeta por conquistar nuevos mercados y
territorios. La ideología que sustenta este proceso es el neoliberalismo, el cual intenta impregnar de manera
global y uniforme todas las esferas de la vida social, política y cultural de las sociedades actuales.
(Subcomandante insurgente Marcos, 1996). Es la globalización del poderío hegemónico de Estados Unidos
como gran potencia bélica, financiera, cultural y comunicacional.
4
6
general de ser "inmigrante extranjero" en el contexto español actual, particularizando en el
análisis de caso de los nuevos migrantes argentinos que residen en Barcelona.
Con esto pretendo realizar un aporte crítico6 al conocimiento y tratamiento del fenómeno
actual de la inmigración en España, destacando el desafío metodológico-conceptual que ha
supuesto abordar el análisis de un fenómeno local complejo -tratado por ciertos discursos
como “problema” (social, cultural, religioso, etc.)-, siendo un investigador extranjero, no
perteneciente a esa sociedad.
Es importante remarcar que no existen hasta el momento trabajos de investigación realizados
desde una perspectiva cualitativa sobre el tema del que se trata. Entre otras razones, por el
hecho de que el fenómeno de estudio que se aborda en este ensayo tiene un carácter nuevo,
actual y emergente, con importantes alcances y complejas connotaciones históricas, políticas y
socioculturales, sobre todo para Argentina. Al mismo tiempo, se pretende destacar en el
planteamiento algunas variables relativas a la especificidad que tiene el fenómeno de la nueva
migración argentina dentro del contexto referido. De modo que, desde el punto de vista del
conocimiento, lo anterior lo convierte en un interesante y a la vez necesario desafío.
De modo que, el objetivo principal de este ensayo realizado desde la disciplina
antropológica, dentro del campo temático de las migraciones, es contribuir al conocimiento
de un fenómeno concreto: el de la nueva migración de argentinos a Barcelona.
En cuanto al contenido del libro, vale apuntar que el mismo constituye una recopilación,
selección y reestructuración de dos investigaciones realizadas entre septiembre de 2000 y
septiembre de 2004. La primera de ellas, una tesis doctoral sobre salud e inmigración en
España (véase Goldberg, 2004a). La otra, un estudio sobre la nueva migración argentina a
ese mismo país, aunque recortando el universo de observación a la ciudad de Barcelona.
(Goldberg, 2003; 2004b)
El capítulo I está referido al marco teórico-epistemológico-metodológico adoptado en esta
investigación. Se trata de una aproximación de corte cualitativo cuyo método fundante es el
etnográfico, dentro del cual se describe en qué consiste la propuesta de un abordaje
holístico de los procesos migratorios.
En el capítulo II se abordan las migraciones actuales en el sistema mundial como
consecuencia de la globalización, analizando los flujos de mano de obra sur-norte y su
impacto en los países de la Unión Europea (UE), con especial énfasis en el caso argentino.
En el capítulo III se procede al intento de interpretar empírica y conceptualmente el
significado general de ser inmigrante en España. Para ello, se adopta como punto de partida
el hecho de que la inmigración extranjera es un fenómeno relativamente nuevo en su
historia, si se compara con otros países de la UE. En función de lo anterior, se analizan las
condiciones generales de inserción sociolaboral de los inmigrantes, determinando los
principales elementos que componen la política de extranjería española y diferenciándola
de las políticas de integración, con las respectivas repercusiones en la situación de
exclusión social en la que se encuentran algunos inmigrantes. Se destaca fundamentalmente
La validez del concepto de crítica que tomo es la que le asigna Feinmann (1998): como
conocimiento, desde la perspectiva kantiana, de los alcances y los límites del problema o concepto a criticar,
de sus fundamentos y supuestos. Es decir que no implica per se una actitud valorativa. Pero también se
propone el sentido que le da Marx, de desenmascaramiento (de las apariencias fetichizadas) que supone un
necesario distanciamiento de lo dado, una "objetivación" crítica por parte del sujeto.
6
7
la correspondencia existente entre el fenómeno de la inmigración extranjera y el ámbito de
la economía sumergida. Este ámbito, donde se insertan buena parte de los trabajadores
inmigrantes, está caracterizado por la precariedad y la siniestralidad laboral. Sumado a lo
anterior, en algunos sectores de la agricultura los inmigrantes trabajan en condiciones de
absoluta ilegalidad, sin papeles ni contrato de trabajo, todo lo cual favorece su explotación.
El capítulo IV tiene como objeto la indagación alrededor de una serie de factores que
interactúan en el contexto de la sociedad española, y que coadyuvan a la construcción de la
figura del inmigrante “ilegal” y al proceso de criminalización de la inmigración. En el
mismo, determinadas censuras sociales y ciertas estigmatizaciones se producen, se
reproducen, circulan y se consumen a través de canales institucionales formales e
informales, destacando entre ellos a los medios de comunicación. Seguidamente y como
consecuencia de esto último, se ahonda en los problemas de discriminación, racismo y
xenofobia surgidos contra inmigrantes en España, reconociendo e intentando dar cuenta de
las causas que llevan a que estos se produzcan en algunos contextos, con mayor intensidad
y frecuencia que en otros.
En el capítulo V se incorpora al análisis la parte estrictamente etnográfica mediante los
testimonios recogidos en las entrevistas, el análisis de las distintas trayectorias migratorias
y las observaciones de campo realizadas con migrantes, autóctonos y otros actores.
Asimismo, se presenta el perfil sociodemográfico de los nuevos migrantes argentinos en
Barcelona y se analiza la incidencia de los factores socioculturales en la sociedad de
destino, así como representaciones y percepciones sociales comparadas entre los autóctonos
y los migrantes argentinos en función de su impacto en los procesos de integración e
inserción laboral.
Por último, y a modo de consideraciones finales, se presentan una serie de formulaciones,
interrogantes y reflexiones surgidas durante el transcurso y al final de este ensayo. Se
adjunta la bibliografía.
8
I. LA ANTROPOLOGÍA Y LOS PROCESOS MIGRATORIOS
1. Acerca de la metodología y la epistemología de la investigación etnográfica. El
antropólogo como interlocutor, traductor y actor-autor.
“La superstición científica conlleva ilusiones tan ridículas y concepciones tan infantiles que
hasta la superstición religiosa acaba ennoblecida”. (Antonio Gramsci)
Ante todo, deseo dejar en claro mi postura frente al conocimiento científico como un tipo
de conocimiento, una forma específica entre las tantas que han existido y existen en la
humanidad. La memoria colectiva de un pueblo es una fuente importantísima de
conocimiento, al igual que la tradición oral transmitida de generación en generación.7 Los
ancianos son fuentes vitales de conocimientos, y mi abuelo, a sus 92 años, es un hombre
sabio. Viajar también es conocer, las experiencias otorgan conocimiento, vivir es conocer y
aprender.
Del mismo modo, considerar a la ciencia como un producto social, y por tanto, como una
interacción entre la cultura dominante, la excentricidad individual y las construcciones
empíricas, supone que el conocimiento científico no constituya un sistema de conocimiento
autónomo, que pueda auto-originarse. El saber científico se construye sobre el mundo de
significados y representaciones que produce la práctica originada por la vida sociocultural
humana. (Gould, 1994)
Dentro del plano del conocimiento científico, distintas dicotomías han sido planteadas en
diferentes niveles de discusión, que tienen que ver a su vez con formas distintas de concebir la
realidad y el mundo (aspectos paradigmáticos); a los modos de acceder a ésta y al carácter del
conocimiento en relación con la práctica (aspectos epistemológicos); a las maneras de analizar
lo social, sus ejes determinantes y subsidiarios (aspectos teóricos); a las estrategias, tácticas e
instrumentos que resultan idóneos para indagar en la vida social humana (aspectos
metodológicos y técnico-instrumentales); y también a la reflexión sobre el papel del
conocimiento de lo social en términos de la asunción de una postura frente a los problemas de
las sociedades y/o grupos humanos que se estudian (aspectos ético-ideológicos). (Denman y
Haro, comps., 2000)
El repertorio de ejemplos es vasto y variado: desde las dicotomías cuantitativo/cualitativo o
empirismo/racionalismo8, hasta las de naturaleza/cultura, sujeto/objeto, observador/observado,
"Todos los pueblos tienen historias que contar. Historias del pasado, incluso del más lejano [...] las
historias son reales, basadas en la observación o en el relato directo ofrecido por otro. La sutil observación del
inventario de los sucesos y encuentros cotidianos, combinada con el conocimiento mutuo e inmemorial,
constituye el llamado cotilleo de los pueblos [...] La función de este cotilleo, que de hecho es historia
inmediata, oral, cotidiana, es permitir que todo el pueblo se defina. La vida de un pueblo, como algo diferente
de sus atributos físicos y geográficos, es la suma de todas las relaciones sociales y personales que existen en
él más las relaciones sociales y económicas -normalmente opresivas- que lo vinculan al resto del mundo [...]
El retrato que cada pueblo hace de sí mismo no está construido con piedras, sino con palabras, habladas y
recordadas: con opiniones, historias, relatos de testigos presenciales, leyendas, comentarios y rumores [...]
Todas las historias y todos los comentarios que las palabras habladas desencadenan, que no hacen sino probar
que tales historias han sido presenciadas, contribuyen al retrato y confirman la existencia del pueblo".
(Berger, 2001: 27-28-29-30)
8
Vale apuntar que, al sujeto, el apriorismo lo configura reduciéndolo a un mero sujeto intelectivo,
mientras que el empirismo hace lo propio a un puro sujeto observante. Y aquí es, justamente, donde se asemejan
7
9
cuerpo/espíritu, mente/materia, etc.; todas ellas han constituido uno de los supuestos básicos
de la racionalidad científica occidental de la modernidad.
Lo anterior, debido a que el dualismo cartesiano y la lógica aristotélica han impregnado toda la
filosofía de la civilización judeocristiana occidental. El pensamiento científico, como producto
de la misma, no está exento de este tipo de dualidades, presentadas en ocasiones como
opciones terminantes, opuestas, irreconciliables. Y, en lo personal, tiendo a desconfiar de ellas
porque creo que toda opción terminante es falsa y esconde una trampa.9
Resumidamente, aquellos que adscriben a esta racionalidad, dominada por el paradigma
positivista (sean de derecha o de izquierda), comparten una visión de la realidad como
aprehensible, compuesta por hechos atómicos que pueden entenderse aislada o
fragmentadamente, independientemente de su devenir histórico y su carácter cultural, puesto
que obedecen a leyes inmutables. Sólo admiten como científicos y verdaderos (lo que es lo
mismo), hechos o fenómenos estrictamente fácticos y empíricamente demostrables mediante
un único método científico válido de carácter experimental.
Uno de los supuestos centrales de este paradigma, también conocido como "newtoniano", es
que existe una realidad objetiva "externa", que a su vez es independiente de la percepción
humana y puede ser aprehendida por medio de la aplicación correcta (léase además "rigurosa")
del método científico (entiéndase el hipotético-deductivo). Desde esta visión, por lo tanto, la
ciencia consiste, de hecho, en un conjunto de métodos que rigurosamente aplicados proveen
una visión "objetiva" de la "realidad". Y así, en consonancia con una "realidad objetiva
universal", la práctica científica se concibe como neutral y exenta de valoraciones, juicios y
prejuicios.
A nivel muy general, la imposición de este paradigma como el único, verdadero y factible
implica aceptar, como base para explicar la naturaleza, el principio de causalidad: los
fenómenos del universo y los sucesos de la vida se relacionan en una conexión de causa a
efecto. Esta hipótesis descansa en una noción secuencial, lineal, ilimitada, en la que predomina
el concepto de tiempo (Racionero, 2000: 64); y que difiere de la concepción cíclica del
universo, el tiempo y la naturaleza que poseen las culturas orientales, las tradicionales
negroafricanas o las indígenas del continente americano:10
estas dos vertientes aparentemente contrapuestas: en la negación de considerar como objeto de estudio al sujeto
histórico/protagónico.
9
Dicotomías más banales también se presentan en el ámbito del sentido común argentino:
"peronista/radical"; "gallina/bostero"*, etc., son probablemente frecuentes para nuestros oídos, denotando una
cerrazón mental cuadradamente pronunciada y un horizonte conceptual bastante estrecho y limitado.
*Hace el autor referencia a, en la jerga futbolística, los simpatizantes de los clubes River Plate y Boca
Juniors. (N. del E.)
10
Racionero (2000: 85-86) compara el mito de la creación oriental en la cultura hindú con la génesis
de la creación bíblica occidental. Mientras que para esta última se trata de un acto singular e irrepetible, la
creación, que establece el mundo de una vez por todas, dando origen a un tiempo lineal, para la primera se
trata de una creación que se repite periódicamente, dando lugar al tiempo cíclico del eterno retorno. Las
culturas indígenas americanas también conciben el tiempo cíclicamente como consta en el calendario de los
soles entre los mayas y los aztecas, de la misma forma en que perciben lo que para ellos es obvio, parte
fundamental de su existencia y la de sus antepasados, de su cultura, de sus vidas, del cosmos: que la
naturaleza está llena de fuerzas vivas (plantas, árboles, piedras, ríos, montañas, etc.). con las cuales comparten
el medio natural en armonía y con las que se pueden comunicar.
10
"[...] Quienes tienen una visión del tiempo unidireccional no admiten la idea del tiempo
cíclico: les da vértigo moral, pues toda su moralidad se basa en la relación causa-efecto.
Quienes tienen una visión cíclica del tiempo no tienen gran inconveniente en aceptar la
convención del tiempo histórico, que no es sino la huella de la rueda que gira.” (Berger,
2001: 340)
De modo que una cosmovisión alternativa dentro de la investigación social, como la que se
propone en este trabajo, supone la posibilidad de abordar los fenómenos históricos,
sociopolíticos y culturales desde un enfoque holístico que contemple la vida y su complejidad,
y la realidad como un proceso, asumiendo un pensamiento relacional por analogía. Y, al
mismo tiempo, implica otorgarle un papel fundamental a los sujetos, recuperando sus saberes
y sus prácticas, sus valoraciones, sus puntos de vista; en suma, sus subjetividades.
Fue Hegel quien, desde la filosofía, aplicó la idea de tesis-antítesis-síntesis buscando un
paralelismo occidental al taoísmo chino, dialéctica donde el yin se transforma en yang, la
noche en día, etc., es decir, dos conceptos opuestos que no son mutuamente excluyentes. La
síntesis en Hegel, la metamorfosis en el Tao, el cambio, deviene de la transformación de esos
opuestos: “El día y la noche son dos estados análogos de una misma cosa, que es la trayectoria
de la tierra alrededor del sol” (Racionero, 2000: 72). Por lo tanto, es así como el cambio es
eterno y la realidad un proceso. La continuidad en el cambio está implícita en la idea de
proceso. La naturaleza es una unidad de proceso en diversidad de estructuras, con diferentes
ritmos y vibraciones. Dicho de otro modo: se asume aquí que la naturaleza y sus diversas
formas de vida se encuentran en constante transformación. El hecho de que en algunas
formaciones socioculturales humanas se intenten imponer preceptos del tipo "es para siempre"
o "el fin de la historia" muestra la existencia de diferentes concepciones sobre las categorías de
tiempo y espacio (además de ir en contra de la inexorable mutabilidad de las cosas).
Para las ideologías funcionalistas-organicistas, por ejemplo, un sistema está en equilibrio por
la función que ocupa cada una de las partes que lo compone. El todo es la sumatoria de las
partes. "Equilibrio" significa “orden”, un orden homogeneizante. Nótese lo diametralmente
opuesto que resulta la noción de “armonía” en las diferentes filosofías orientales (Tao chino,
Zen japonés o hindú). Para éstas últimas el universo está compuesto por un conjunto de partes
que se corresponden y armonizan unas con otras, como las diversas notas de un acorde
musical. Existe, por tanto, una armonía en la diversidad, un estado de unificación en lo
diverso, donde todo está ligado con todo y los opuestos interactúan, se mueven pero sin
conflicto, en unidad, en un orden estructural.11
Por su parte, en las etnografías12 fundamentadas en paradigmas alternativos, críticos de los
enfoques positivistas, la calidad de los hechos sociales y el mostrar su heterogeneidad y su
Todas las cosas rechazan lo que les es distinto y siguen lo que es igual (de su misma especie). El
paralelismo de esta perspectiva en Oriente se encuentra en el pensamiento chino, de carácter intuitivoasociativo (analógico), en el cual los conceptos se colocan unos al lado de otros en una estructura. De esta
manera, la idea de "correspondencia" adquiere gran importancia, reemplazando a la de "causalidad" (que rige,
desde Newton en adelante, el método científico occidental). Por consiguiente, puede afirmarse que en la
inferencia analógica o, según la denominación de Peirce "abductiva", no se llega como conclusión lógica a un
"resultado" como en la inferencia deductiva, ni a una "regla" como en la inferencia inductiva. Se arriba, por el
contrario, a un "caso". (Samaja, 1993)
12
“El estudio de caso es lo que otros autores designan con el término más frecuentemente usado de
etnografía, y con este término se insistirá en el estudio detallado de la vida y actividades de un grupo
11
11
lógica relacional, expresadas en palabras, imágenes, narraciones y observaciones, resulta
trascendental. Para estos paradigmas alternativos, la realidad social es un constructo13 y no
algo natural o lógicamente dado. Por lo tanto, se admiten otras formas de organización de la
sociedad (y, por ende, otras maneras de concebir el mundo y de vivir la vida). La realidad
tiene una naturaleza holística imposible de captarse de forma fragmentada, incluso cuando la
suma de las partes puedan explicar el todo.
Dichas perspectivas, a nivel epistemológico (es decir, el tipo de relación existente entre el
investigador y la realidad que aborda) deberían partir -entre otras cosas- del hecho de
admitir el papel de lo ideológico y el lugar de la subjetividad en el proceso de
investigación14. En otras palabras: concebir a la ciencia como producto social y al
investigador como un sujeto inserto en una determinada cultura.
En consecuencia, si se adopta como axioma el hecho de que la ciencia como producto
social nunca está exenta de valores y prejuicios, nos encontramos con que en el mismo acto
de conocer existe de por sí un interés por transformar, por lo que todos asumimos una
postura, un rol ético-político-humano frente a la realidad que estudiamos y las personas con
las cuales interactuamos.
Las perspectivas cualitativas, en general, no establecen a priori primacías ni determinismos,
por ejemplo el de la causa sobre el efecto, sino que se manejan con nociones como las de
relación, interacción, retroalimentación, patrones o redes de causalidad, procesos, etc. Al
mismo tiempo, el enfoque cualitativo, más que obsesionarse por verificar hipótesis,
comprobar teorías y establecer leyes generales se ocupa de ir descubriéndolas en el proceso
continuo que implica una investigación, desde el mismo planteamiento del problema
(carácter emergente de las mismas).
Asimismo, corresponde al campo de lo cualitativo el particularizar y profundizar en el
conocimiento de realidades complejas o poco conocidas, como las de los sujetos
inmigrantes en el contexto de la sociedad de destino. Desde esta perspectiva, desmitificar y
develar hechos sociales poco evidentes o subyacentes tiende a cuestionar desde un principio
el orden instituido. Interrogar a una persona o estudiar un conjunto sociocultural específico
desde su particularidad y visión subjetiva, en vez de suponerla homogénea y generalizable,
es contribuir a la resistencia contra el afán uniformador de la cultura neoliberal dominante.
Del mismo modo, se asume el principio de servir (y no de servirse) y dar voz a quienes la
tienen pero no se los escucha, actuando así como vehículo, puente, engranaje de
determinado basándose en observaciones de primera mano sobre la manera de actuar, de expresarse e incluso
de sentir de los miembros de ese grupo.” (Martínez Veiga, 1997: 10)
13
El construccionismo parte del reconocimiento de que todo conjunto social “construye”
representaciones y prácticas respecto de objetos, situaciones, fenómenos, procesos, etc.; que en función de las
primeras los sujetos se relacionan con éstos (objetos, procesos, etc.); y que sujeto-grupo se constituye como
tal a partir de la relación de interacción con otros sujetos-grupos en la utilización de estos saberes. El punto de
vista anterior implica reconocer no sólo la construccionalidad de los saberes, sino la modificación a la que
están sujetos los mismos, al igual que poner el énfasis en la articulación existente entre los saberes y las
prácticas de los sujetos.
14
"En la idea burguesa de ciencia [...] el distanciamiento del individuo respecto de la comunidad se
considera una virtud [...] El científico ideal sería un observador ubicado en la luna, desde donde sería capaz de
analizar la sociedad con verdadera objetividad [...] Según esta manera de pensar, ciencia y objetividad se
consideran sinónimos [...] La objetividad significa suprimir todo lo posible nuestra subjetividad.” (Holloway,
2002: 98)
12
comunicación y conocimiento de otras realidades distintas. Es decir que se adopta aquello
que De Martino, el padre de la antropología italiana, denominaba el “deber teórico de
comprensión” y el “deber social de transformación” que tiene el antropólogo. Porque, en
definitiva, el conocimiento nos compromete con la realidad que nos muestra.
Lo anterior resulta relevante si se tiene en cuenta que desde el Poder, el neoliberalismo nos
manda que lo que vale es lo que puede ser contabilizado en una hoja electrónica que
contenga índices respetables de ganancia. Todo lo demás es prescindible, sobre todo si ese
todo afecta la ganancia. Parece bastante claro: hoy en día, para el Poder, un antropólogo
debe ser primeramente o un consumidor opulento o un productor eficiente. De lo contrario,
será expulsado del mercado (en el mejor de los casos, porque nuestra historia muestra la
manera en que la rebeldía es perseguida y castigada). Claro que siempre están aquellos que
recibiendo migajas del poder (sirviéndole directamente o creyéndose inconscientemente
neutrales) construyen apologías ridículas con, eso sí, un andamiaje teórico tan complejo que
consiguen disfrazar la estupidez y el servilismo como "inteligencia" y "objetividad". En
este sentido es que creo que adaptar la antropología a los nuevos desafíos y contextos,
volverla conocimiento útil para una mejor convivencia multicultural, para un mundo mejor,
más justo y humano (es decir, nuevo) es, entre otras cosas, darle un rol crítico, social y
transformador al conocimiento.
Uno de los puntos de partida fundamentales será, entonces, reconocer que uno, como
sujeto, es un ser común y corriente, con una determinada biografía histórica en la vida antes
de ser observador/indagador/investigador/científico. En este sentido, personalmente soy
conciente -y me hago cargo- de que no persigo ser un científico "positivo". No creo que
para intentar "comprender" se deba perseguir la "objetividad" si eso implica dejar de lado
los sentimientos y "purgar" las percepciones. "Interpretar" supone que no exista una sola
"verdad".
Todo libro "se escribe desde lo personal y decirlo, tornarlo explícito, transparente, es un acto
de honestidad". (Feinmann, 1998: 287)
Teniendo en cuenta esto último, entonces, cabe perfectamente la posibilidad de que el/la
lector/a se pregunte, en este caso, cuál es la relación del autor con el lugar y la gente sobre los
que escribe. Diré, entonces, que, para quien esto escribe, el acto de escribir ha sido un intento
de aproximarme a la experiencia sobre la que ha escrito15; del mismo modo, se espera que el
acto de leer este libro se haga desde una perspectiva parecida.
En ese sentido, vale mencionar que, además de los pasajes del texto estrictamente
antropológico16, la escritura de este libro se ha convertido, desde sus inicios, en un intento por
dar significado a la experiencia de seis años de residir en Barcelona, Cataluña, España,
continente europeo, planeta tierra. Por lo que muchas de las páginas que componen este
ensayo forman parte del conjunto de miradas, impresiones, puntos de vista, reflexiones,
experiencias y sensaciones que se fueron produciendo en mi persona a medida que
“La experiencia es indivisible y continua [...] se repliega sobre sí misma, se remite a su pasado y a
su futuro mediante los referentes de la esperanza y miedo [...] y está continuamente comparando lo parecido y
lo diferente, lo pequeño y lo grande, lo cercano y lo distante. Así, el acto de aproximarse a un momento dado
de la experiencia implica cercanía y capacidad de distanciamiento”. (Berger, 2001: 23-24)
16
La mirada "antropológica" está sesgada por un pensamiento crítico de la realidad, y una serie de
técnicas de aproximación, aprehensión y descripción de la misma, fundamentalmente en términos
socioculturales.
15
13
transcurrían los días y los paisajes, las personas y los suelos, los aires y los cielos... En estos
seis años me pude haber puesto anteojos negros, ver más claro o más oscuro, más nítido o más
nublado, sentirme más feliz o desdichado, todo lo cual, de una u otra manera -estoy
convencido- ha repercutido en el contenido, la forma y la intensidad de la escritura de estas
páginas. Sin embargo, uno nunca deja de ser uno mismo; y esto es, probablemente, lo que
determina la mirada. Quiero decir, todo depende del cristal con que se mire: ellos son la mente
y el corazón.
De modo que mi posición como autor de este trabajo está marcada, desde el inicio, por una
particularidad: aunque me he encontrado inserto durante un periodo en la sociedad/cultura
catalana-española-europea, no pertenezco a la misma sino que provengo de otra. En esto, para
buena parte de los autóctonos (y teniendo en cuenta las leyes migratorias vigentes) he sido un
"extranjero" al igual que otras personas inmigrantes; puntualmente "sudaca" y no "moro", por
ejemplo. En una estancia de estas características, el contexto, el medio, la sociedad, la cultura,
los valores, las normas, el modelo, es distinto; y uno, en mayor o menor medida pero siempre,
un "extranjero", un "diferente" en su seno.
J. P. Sartre, en su Crítica de la razón dialéctica (1963: 7), afirmaba: "La única teoría del
conocimiento que puede ser válida hoy en día es la que se funda sobre esta verdad de la
microfísica: el experimentador forma parte del sistema experimental". En este sentido, para
ejemplificarlo, ningún inmigrante extranjero que estudie la inmigración en España (el
experimentador) puede no ser atrapado por el sistema experimental.
Es así que no he podido estudiar esta sociedad como un objeto exterior a mí, ya que he estado
inserto en ella por lo que, de alguna manera, ha sido parte constituyente de mi subjetividad, de
mi existencia en seis años (toda una vida). Además, en el caso del estudio de la inmigración,
soy parte del problema y por eso me atañe en su totalidad. Pero, paralelamente, todo ello
supuso desde un comienzo asumir la necesidad del ejercicio metodológico del distanciamiento
del problema estudiado.
Desde el punto de vista metodológico, mi experiencia como investigador in situ, como parte
del hecho de haber vivido en Barcelona, me ha permitido obtener información de calidad aplicando técnicas cualitativas propias de la metodología etnográfica como la participación
con observación desde una perspectiva emic, por ejemplo- que de otra manera hubiera
resultado imposible de lograr. La crítica, de esta forma, la realizo como parte de mi objeto, con
el cual formo una sola totalidad problemática: no puedo no-ser parte de ella y, a la vez, es esta
pertenencia la que me permite comprenderla.
Se remarca asimismo la importancia de aproximarse al conocimiento del modo de vida de los
sujetos de estudio a partir del contraste que pueda ofrecer su propia explicación de la misma
(punto de vista emic), en el contexto de su particular visión del mundo, y lo que el investigador
pueda observar y experimentar en su interacción con ellos. Esto resulta indispensable de por sí
en cualquier investigación social; y más aún si se trata de seres humanos "etiquetados",
"estereotipados" o "estigmatizados" desde el Estado y sus instituciones como grupo específico,
tal como analizaremos más adelante.
A través de distintas técnicas y procedimientos -entre los que se destacan la observación
participante y las entrevistas en profundidad aplicando la técnica de historias de vida17 (para el
Al utilizar historias o trayectorias de vida como estrategias de investigación, uno de los objetivos
que se persigue es el de analizar la manera en que un sujeto mantiene y/o modifica su identidad en el proceso
17
14
caso, "trayectorias migratorias")-, un estudio etnográfico puede abordar los procesos
migratorios internacionales contemporáneos desde un enfoque dinámico que intenta recuperar
las representaciones y las prácticas, los saberes y las experiencias, resignificados por los
sujetos a partir de sus historias de vida, de su identidad sociocultural y de sus condiciones de
existencia en la sociedad receptora. Desde una perspectiva de análisis sociocultural del
fenómeno es importante rescatar los hábitos, pautas de comportamiento, actitudes, costumbres
y rasgos de la cultura y la sociedad de origen que se mantienen, son resignificados o se
transforman y modifican entre los migrantes, y que determinarán en cierta forma el grado de
adaptación, integración o exclusión en el contexto sociocultural de la sociedad de destino.
Martínez Veiga (1997: 12) se refiere a ello cuando afirma que en el caso del estudio de la
inmigración es fundamental escuchar la diversidad de interpretaciones que, tanto los
inmigrantes como los autóctonos o nativos, llevan a cabo. En opinión del autor, esto
permite confrontarlas con las prácticas de los actores sociales en un contexto determinado,
otorgando a la observación participante así una seguridad y anclaje particulares en el
abordaje de los fenómenos empíricos.
Por último, como investigador extranjero en España, abordo la problemática de los
desplazamientos de población con su carga de vivencia cotidiana, la cual, en reiteradas
ocasiones, el discurso eurocéntrico obvia por completo.
Estoy en condiciones de afirmar, por lo tanto, que desde el punto de vista metodológico, la
situación descrita me ha posicionado de alguna manera como "etnógrafo total": hubo
momentos en los que "hacer Antropología" resultó prácticamente algo así como vivir las 24
horas.
de migración, abordando la relación entre sujeto e identidad, la cual incluye la esfera del espacio privado. La
reconstrucción de las trayectorias de vida de los actores resulta eficaz para recabar información sobre la
realidad del grupo analizado, resultando un recurso idóneo por la información que otorgan del pasado, y,
sobre todo, por la importancia de éste en el análisis de la realidad de los sujetos de estudio en la sociedad de
destino.
15
2.
Una perspectiva holística (histórica, sociocultural, transnacional
transdisciplinaria) para el abordaje de los procesos migratorios.
y
Emigración: “Conjunto de habitantes de un país que trasladan su domicilio a otro debido
principalmente a motivos económicos, políticos y religiosos.”
Emigrar: “1. Abandonar su propio país con ánimo de establecerse en otro extranjero. 2. Ausentarse
temporalmente del propio país para hacer en otro determinadas faenas.”
Emigrante: “El que se traslada de su propio país a otro, generalmente con el fin de trabajar en él.”
(Diccionario Enciclopédico Planeta, 1999)
Partiendo del hecho general de que los movimientos migratorios no responden a una realidad
lógico-empírica, y por lo tanto, son difícilmente predecibles y prevenibles -mucho menos
cuantificables- (Kaplan, 1996); y teniendo en cuenta la complejidad analítica que suponen las
migraciones como fenómenos histórico-socioculturales, nos encontramos ante "la carencia de
una teoría general de las migraciones capaz de abarcar las múltiples facetas que presentan".
(Recolons, 2001: 681)
No obstante, si se tienen en cuenta tanto la multiplicidad como la complejidad de factores que
intenten explicar ¿por qué la gente migra? (para el caso del que se trata, porqué migran
personas a España -y, más concretamente, porqué migran los argentinos), de modo general se
puede ver cómo, en todo proceso migratorio, se dio siempre, en mayor o menor medida, un
movimiento centrípeto o de atracción (el pull) y otro centrífugo o de expulsión (el push), de un
sitio a otro. El modelo del push and pull ha sido planteado por Ravenstein (1885) y aún tiene
vigencia en un mundo globalizado, quizá más como factor interactuante que como modelo en
sí.
Lo cierto es que, por lo menos desde el desarrollo del sistema capitalista mundial y la
consecuente división internacional del trabajo en adelante, es posible reconocer algunos
patrones generales presentes en las diversas dinámicas de los procesos migratorios de los dos
últimos siglos. Los ejemplos históricos abundan y son variados en cuanto a fenómenos que los
originaron, causas que los encendieron y factores que los determinaron. En términos
generales, guerras, epidemias, desastres naturales, crisis económicas, conflictos étnicopolíticos, etc., de un lado (push); paz, bienestar, trabajo, etc. del otro (pull).
Tomemos cuatro ejemplos de procesos migratorios en la historia de los dos últimos siglos:
Migrantes europeos durante la segunda mitad del siglo XIX hacia Estados Unidos.
Migrantes europeos (en su mayoría italianos y españoles) de principios del siglo XX
hacia Argentina.
Migrantes de países limítrofes (Bolivia, Paraguay, etc.) hacia la Argentina de la
convertibilidad de los años noventa.
Migrantes latinoamericanos desde finales del siglo XX en adelante hacia España e
Italia.
En estos cuatro procesos, es posible identificar:
16
La necesidad de mano de obra para cubrir la demanda del mercado de trabajo local y
producir una baja en los salarios reales.
En algunos de estos casos, además, la necesidad de aumentar la población por parte del
país receptor de la inmigración.
Problemas y conflictos socioculturales, laborales, religiosos, morales, etc.
Mecanismos de culpabilización hacia los “otros” sobre males internos (“chivo
expiatorio”).
Procesos de estigmatización y, con frecuencia, de criminalización y exclusión.
En general, en la historia de los movimientos migratorios humanos, como ya he mencionado,
fundamentalmente desde los inicios del capitalismo en adelante, los países receptores desde
los cuales proviene el movimiento centrípeto o de atracción (el pull) que de alguna manera
"llama" a la inmigración necesitan, en mayor o menor medida, de mano de obra o fuerza de
trabajo para algunas de las ramas productivas de sus economías. La reconstrucción europea de
la posguerra que atrajo africanos y asiáticos de las ex colonias; el desarrollo económico de los
países europeos más industrializados que atrajo a trabajadores españoles; la expansión de la
economía estadounidense en la que participaron trabajadores de todas partes del planeta; la
agricultura española del siglo XXI...
Paralelamente, muchos de esos casos muestran también la necesidad por parte de los países
receptores de esa mano de obra de aumentar su población, ya sea total o económicamente
activa. La Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX, y, un siglo más tarde, los dos
países europeos con las tasas de natalidad más bajas del planeta (Italia y España), constituyen
ejemplos históricos de lo referido.
En función de lo anterior, entonces, es que las políticas de control/integración (leyes de
extranjería y residencia, planes de integración, etc.) se confeccionen en cada caso a la medida
de los requerimientos específicos de cada sociedad, en contextos históricos-sociopolíticos
particulares. Retomando los ejemplos apuntados más arriba, entrelazados en distintos tiempos
y espacios: la Ley de Residencia de 1902 en Argentina, mediante la cual se expulsaba a los
extranjeros (en su mayoría italianos y españoles) sospechosos de actividades "ilegales"; y la
actualmente en vigencia Ley de Extranjería española del 23/01/01 por la que se está
expulsando a los inmigrantes catalogados como "ilegales" (africanos, asiáticos,
latinoamericanos, etc.).
Por último, vale señalar que, salvo los casos en que las personas emigran por motivos
referidos a cuestiones netamente personales (algunos de los cuales aparecerán en este
trabajo), en la mayoría de los movimientos migratorios de los que se trata el emigrar no
constituye casi nunca una elección voluntaria, autónoma e independiente de las condiciones
de existencia en las que se vive en el país de origen. Es decir, en general las personas no
emigran de un lugar porque realmente lo desean. Por el contrario, como mencioné más
arriba, lo que mayoritariamente se da es una situación concreta de "push" complementada
con un sitio donde entra a jugar el "pull".
En lo que respecta al planteamiento teórico-metodológico-conceptual para abordar las
nuevas migraciones a España, es importante tener en cuenta, como primera cuestión, que se
trata de un fenómeno histórico-sociocultural humano (las migraciones internacionales) que
17
adquiere manifestaciones concretas en la era contemporánea de la globalización. Lo
anterior implicará necesariamente un permanente ejercicio de análisis dialéctico:
particularizar el tipo de migración que se trata con la especificidad de los diferentes
contextos -histórico, geográfico, global, social, político y cultural-, tanto de origen como de
destino, en los que se desarrolla el fenómeno.
Incorporar al análisis holístico variables demográficas, espaciales, culturales, sociales,
económicas, políticas e ideológicas permite identificar, describir e interpretar algunos de los
elementos fundamentales de los procesos migratorios, a saber: las condiciones de existencia
que determinan el contexto sociopolítico y, enmarcadas en ellas, las relaciones y estrategias de
adaptación generadas por los sujetos, tanto en la sociedad de origen como en la de destino; los
actores sociales que participan en las diferentes etapas del proceso; etc.
Por otro lado, los movimientos poblacionales presentes en los procesos migratorios actuales
se conciben dentro de una estructura dinámica conformadora de un "espacio migratorio".
Se trata de un espacio "extenso, continuo y complejo, que trasciende fronteras formales,
sean éstas políticas, geográficas, lingüísticas, coloniales, religiosas o residenciales"
(Kaplan, coord., 1996: 1). Siguiendo a Parramón (1996: 19), el término de "campo
migratorio" refiere a esta estructuración del espacio, concebido como un "sistema espacial
organizado en torno a los flujos migratorios, y en el que se establecen vínculos complejos
entre los polos", configurándose de esta manera una forma de espacio relacional. La
perspectiva transnacionalista de las migraciones sostenida por estos autores concibe a la
migración transcontinental o transnacional constituida como una institución en sí misma,
donde los determinantes individuales y los factores de tipo estructural se entremezclan con
elementos de orden individual-familiar-comunitario.
De esta manera, el conocimiento antropológico de los diferentes procesos permite conocer las
características comunes y las condiciones más generales, de manera que el énfasis en alguno
de sus aspectos no suponga desprenderlo de los contextos en los que se producen y
desenvuelven. (Kaplan, ob. cit.). De ahí que la acción de comprender, aquí, signifique analizar
el fenómeno desde su complejidad sin extraerlo de su contexto histórico-social.
18
II. LAS MIGRACIONES ACTUALES EN EL SISTEMA MUNDIAL COMO
CONSECUENCIA DE LA GLOBALIZACIÓN.
1. Globalización, Unión Europea y flujos de mano de obra.
“Señor, no te pido que me des, sino que me pongas donde hay...” (plegaria de un migrante
clandestino mexicano hacia Estados Unidos)
"Bajo la influencia estadounidense -escribe Chomsky (2000: 49)- la Europa de la posguerra
se reconstruyó de un modo determinado (Plan Marshall), un modo que no era exactamente
el que quería la resistencia antifascista, aunque los colaboradores de los nazis se sintieron
generalmente satisfechos". Este plan creó el marco propicio para las inversiones de capital
privado estadounidense en Europa, favoreciendo a los "europeos ricos" y a los banqueros
neoyorquinos. En el mismo sentido, los casos de Alemania y Japón, derrotados en la
Segunda Guerra Mundial, son claros en cuanto al carácter de la ayuda financiera
estadounidense para reconstruir las economías de sus países: ambos constituían defensas
estratégicas contra el avance del comunismo. A partir de la hegemonía yanqui post-Segunda
Guerra Mundial, se crean el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM),
instituciones cuyos principales accionistas, no casualmente, son precisamente estos tres países.
Desde la llamada "crisis del petróleo" de 1973 y hasta el inicio de la década de 1990, la
Europa de la posguerra atraviesa por una fase de recesión tras la aplicación del Plan
Marshall de reconstrucción económica.
Dentro de Europa, la globalización logró borrar las fronteras entre estados rivales,
enemigos entre sí desde hace mucho tiempo, obligándolos a converger y plantearse la unión
política. El proceso de "unificación" política que se produjo en Europa en los últimos
cincuenta años es económico y, en su etapa actual, está hegemonizado por el
neoliberalismo. Es a partir de la aprobación del "Acta Única Europea" (1986) que la
"European Round Table of Industrialists" (ERT), creada en 1983 y formada por las
principales compañías multinacionales europeas (Fiat, Shell, Nestlé, etc.), comienza a
dictar los principales lineamientos estructurales de Europa en función de sus intereses y a
través de políticas tecnocráticas neoliberales. De lo que en esencia se trata, por tanto, es de
la desregulación y unificación de los mercados (sobre todo financieros) en un mercado
único que facilite la circulación de dinero y mercancías.
En este marco, se conciben a las migraciones internacionales actuales como consecuencia
del proceso globalizador. El "nuevo orden mundial" organiza el flujo de fuerza de trabajo,
especializado y no, hacia donde lo necesita. Muchas de las políticas internacionales para los
distintos países, en los últimos años (incluyendo como parte de esas "políticas" guerras y
conflictos étnico-regionales, hiperinflación, altos índices de desocupación, dolarización de
las economías, etc.) se ajustan a este análisis.
Desde el punto de vista estrictamente económico, entonces, el fenómeno nos remite al
proceso de reacomodo de la fuerza de trabajo en el nuevo mercado mundial del trabajo
globalizado. Se trata de una nueva forma de acumulación flexible del capital, en un
contexto post-fordista, en el cual los mercados de empleo estarían cada vez más
determinados por los flujos migratorios y estos, a su vez, estarían determinados por la
demanda de mano de obra de los países receptores.
19
Al respecto, Sassen (2001) sostiene que cuando se aborda la cuestión de las migraciones
internacionales es fundamental tener en cuenta sus causas estructurales, vinculando los
hechos migratorios con las políticas que los provocan, desde la mundialización de la
economía al surgimiento de regímenes jurídicos transnacionales que conciernen a los
derechos humanos, pasando por la construcción de entidades supranacionales como la
Unión Europea. En este sentido, acuerdos como el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la
Organización Mundial de Comercio (OMC) tienden a dejar en manos de los Estados
nacionales solamente el control de los movimientos de población "problemática", o sea, no
calificada, clandestina, de refugiados, desplazados, etc. Tanto para Estados Unidos de
Norteamérica como para Europa, se trata en realidad de absorber la mano de obra necesaria
por el tiempo necesario y de aprovechar la presión a la baja que ésta genera sobre los
salarios internos, sin disponer la verdadera integración de los inmigrantes y, sobre todo, sin
considerar, ante la presión migratoria, el papel de la economía global en el fenómeno.
Tenemos así que es sobre todo a principios de la década de 1990 cuando se constata
globalmente un aumento de los movimientos migratorios, fundamentalmente desde los
países periféricos hacia los países centrales18. La situación estructural de muchos países
periféricos está caracterizada fundamentalmente por la desigualdad en la distribución de la
renta, una mayoría de la población joven, buena parte de la población económicamente
activa sin empleo o subempleada y otro alto porcentaje de la población con las necesidades
básicas insatisfechas.
El flujo de trabajadores migrantes que llegan a Europa proviene de países donde la
situación económica y sociolaboral se vuelve cada vez más insostenible, como
consecuencia de las políticas de las instituciones financieras internacionales, que
contribuyen al empobrecimiento de las tres cuartas partes de los habitantes del planeta, a la
destrucción del medio ambiente mundial y a la constante violación de los derechos
humanos.19
Considero válida y vigente la distinción conceptual en la que se establece una dicotomía entre países
“industrializados-desarrollados-centrales”, por un lado, y países “no industrializados-en vías de desarrolloperiféricos”, por el otro. En cambio, no creo idónea la clasificación que frecuentemente se hace entre países
“ricos” y países “pobres”. Tomemos los casos de Argentina o Brasil, países ambos ricos en recursos naturales
variados (mucho más ricos que Suiza o Austria, por ejemplo), pero cuyo usufructo se realiza a través de las
elites de poder locales en función de intereses foráneos, ya sea de otros países como de empresas
multinacionales, debido al carácter dependiente o neocolonial de sus gobiernos. En este sentido, y en
contraposición a las nuevas metáforas pregonadas desde el discurso neoliberal hegemónico, se rescatan
categorías analíticas que mantienen vigentes García Canclini y otros, como las de primer/tercer mundo,
centro/periferia, etc. (Goldberg y Pedone, 1999)
19
Acuerdo con Feinmann (ob. cit.) en que la pobreza, la marginación y los excluidos en extremo no
constituyen un "desborde" del sistema, sino un efecto asumido y calculado lógicamente por aquellos que
desde el Poder hacen funcionar el sistema para concentrar sus riquezas a niveles compulsivos, nunca antes
alcanzados en la historia: “La pobreza de nuestro siglo es incomparable con ninguna otra. No es, como lo
fuera alguna vez, el resultado natural de la escasez, sino de un conjunto de prioridades impuestas por los ricos
al resto del mundo” (Berger, 1997: 278). Las 365 personas más ricas del mundo acumulan más que la renta
anual de 40 % de la población mundial. La globalización constituye, así, el programa de los multimillonarios
para el planeta. Globalizadores versus globalizados en el Tercer Mundo equivale a la polarización cada vez
mayor entre un pequeño grupo de familias de negocios muy ricas y centenares de millones de trabajadores
precarizados, desocupados, marginados y excluidos.
18
20
La llamada "modernización rural" que exigen los mercados financieros internacionales para
los países del denominado "Tercer Mundo"20 afecta con gran impacto las relaciones
sociales y económicas tradicionales (familiares, comunitarias, cooperativas, etc.). Como en
una guerra, esto provoca un éxodo masivo del campo a las ciudades. Al ir desapareciendo
los mercados locales y regionales, los pequeños y medianos productores se ven a sí mismos
sin protección y sin posibilidad alguna de competir con las empresas transnacionales21. Las
empresas quiebran y los trabajadores quedan sin empleo. Mientras tanto, en las zonas
urbanas se satura el mercado de trabajo y predomina la distribución desigual del ingreso,
todo lo cual determina una situación crítica que ofrece un marco propicio para buscar
mejores condiciones de vida en países más desarrollados. (Goldberg y Pedone, 2000)
Entre los factores que impulsan los movimientos migratorios (el push), como el de
norteafricanos y latinoamericanos a España, podemos encontrar: la proximidad geográfica
y las relaciones coloniales o lazos históricos previos; los contactos frecuentes; el
conocimiento del idioma y de las redes sociales que funcionan desde hace tiempo en varios
países europeos. Sin embargo, estas características que son evidentes desde siempre en los
movimientos de población, en el contexto de la globalización se han incentivado debido a
la información constante por parte de los medios de comunicación masivos, el
abaratamiento de los medios de transporte y el funcionamiento cada vez más dinámico de
las mafias de tráfico ilegal de inmigrantes.
Martínez Veiga (1997: 229) agrega una variable importante que, sumada a las que se
mencionaron, es necesario tener en cuenta para abordar casos como el de los nuevos
migrantes argentinos referido en este trabajo: la correlación existente entre inversiones
españolas en determinados países con altas tasas de emigración hacia el país inversor, tal
como sucede con Marruecos y algunos países de América Latina (Colombia, Chile,
México, Argentina, Ecuador, etc.). Para este autor, la inversión extranjera en los países
emisores de mano de obra actuaría como un acicate para la emigración.22
No me refiero aquí a la expresión “Tercer Mundo” frecuentemente utilizada en los países centrales,
la cual se asocia con una gran región, a menudo presentada como homogénea, caracterizada por la pobreza
estructural y el subdesarrollo económico, político, social y cultural. Sobre la expresión “Tercer Mundo” y la
heterogeneidad cultural de los continentes, países y regiones que lo conforman, véase Appadurai (1988);
Spivak and Guha (1998).
21
Las empresas transnacionales constituyen uno de los principales actores de los procesos migratorios
internacionales en la actual era de la globalización. Debido al rol que cumplen en la internacionalización de la
producción suplantan a los pequeños productores locales, lo cual coarta las perspectivas de supervivencia de
estos en las economías tradicionales, generando una mano de obra móvil. Paralelamente, los gobiernos de los
principales países receptores de esa migración, mediante sus operaciones militares provocan desplazamientos
de población y flujos de refugiados y migrantes, a lo que deben agregarse los planes de ajuste impuestos por
el Fondo Monetario Internacional (FMI), todo lo cual obliga a millones de personas a encarar la emigración
como estrategia de supervivencia. (Sassen, 2001: 22-23).
22
España es uno de los países que más intereses económicos posee en Argentina, al igual que en Chile
y en México, a través de la compra de empresas públicas privatizadas en sectores estratégicos de la economía
de nuestros países. No es casualidad que a partir de concesiones como la de Telefónica (1990) y otras
empresas de capital español en Argentina, pueda ubicarse el "boom" de crecimiento económico de España,
generado justamente con las superganancias que se obtienen en la "colonia". En ese sentido, esta suerte (o
mala suerte) de nueva política "virreinal" puede constatarse en la fuerte presencia del Banco Santander
Central Hispano (BSCH) y el Banco Bilbao Viscaya (BBV) en el sistema financiero; Telefónica en
comunicaciones; Repsol (que compró la ex argentina YPF), Endessa e Iberola en explotación, generación y
distribución de energía; Iberia primero y Marsans después (Aerolíneas Argentinas), Indra o Aguas de
20
21
2. La transición española a la globalización neoliberal: de país de emigración a país de
inmigración. Variables del "pull".
Es importante subrayar el hecho de que la inmigración constituye un fenómeno
relativamente reciente en España, que ha vivido en los últimos veinte años el progresivo
cambio de status de "país de emigración" a "país de tránsito" y, luego, a "país de
asentamiento". De esta manera, desde mediados de 1980, pero sobre todo a partir de 1990,
la situación ha cambiado: España se ha convertido en un país de inmigración.23
Entre los factores que explican la transformación de España en un país de inmigración,
además de la importancia que actualmente adquiere su ubicación geopolítica, se encuentra
el proceso de internacionalización de la economía y de crecimiento económico
experimentado a partir de su incorporación a la Unión Europea (1986). Esto ha situado a
España -en base a determinados indicadores macroestructurales- como uno de los países
hispano-parlantes de mayor nivel de consumo del mundo, y al mismo tiempo dentro de
procesos de migraciones internacionales, aunque estos se produzcan en menor medida en
comparación con otros países europeos más industrializados.24
De todos los factores explicativos interactuantes, quizás sean las consideraciones de tipo
demográfico de las más trascendentales. Estas sugieren que a los países europeos les resulta
imprescindible no sólo mantener sino aumentar considerablemente los flujos de las
migraciones extranjeras (el "pull"), fundamentalmente por dos razones: 1) para mantener
los niveles actuales de prestaciones sociales básicas ligadas a la existencia del Estado del
Bienestar (en proceso de retracción); y 2) teniendo en cuenta sobre todo el envejecimiento
de la población europea.
Relacionado con lo anterior, en un informe de la división de población de la ONU (United
Nations, 2000) se advertía a los países miembros de la UE que necesitarían unos setenta
millones de trabajadores inmigrantes durante los próximos cincuenta años para mantener su
crecimiento demográfico; y cuarenta y cuatro millones hasta 2050 para mantener el
crecimiento económico y proteger las pensiones.
Para tener una aproximación empírica de la cuestión referida, y en base a datos del Instituto
Nacional de Estadística (INE), en 2003 España poseía la tasa de natalidad más baja de la
UE, después de Italia: 1,26 hijos por mujer en edad fértil, siendo la media de la UE de 1,53.
Un dato por demás significativo, si se tienen en cuenta dos aspectos. Primeramente, el
hecho de que sólo 20 años antes, cuando aún recibía ayuda económica de los organismos
financieros internacionales por su categoría de país "en vías de desarrollo", España era el
segundo país con mayor tasa de natalidad del continente: 2,2 frente al 1,8 de Europa. En
segundo lugar, que en 2003 esta tasa aumentó debido al nacimiento de niños de madres
extranjeras, los cuales constituyeron el 10% del total. En efecto, a nivel estrictamente
Barcelona, para mencionar algunos casos. Tiembla la Bolsa de Buenos Aires, tiemblan las de Chile y de
México... y tiembla entonces la de Madrid.
23
No obstante, resulta indispensable aclarar que hasta noviembre de 2003 el saldo migratorio seguía
siendo favorable a España, con alrededor de dos millones de emigrantes españoles en el extranjero, frente a
poco más del millón y medio de inmigrantes contabilizados por el Ministerio del Interior español. Recién
después de esa fecha, la administración reconoció que por primera vez en su historia España tenía más
inmigrantes que emigrantes.
24
Vale recordar el hecho de que hasta 1982, España todavía recibe ayuda de los organismos
financieros internacionales en su carácter de “país en vías de desarrollo”.
22
empírico, salvo en los barrios de Barcelona donde reside la mayor parte de los inmigrantes,
se ven muy pocos niños jugando en las calles y plazas o en otros espacios públicos. No hay
niños (y no se puede vivir en un mundo, en un lugar sin niños).25
Por último, según datos del Eurostat (2003), de los 1,9 millones de personas que
aumentaron la población de la UE en 2003, 1,68 millones fueron extranjeros. Vale decir
que, sin ellos, la población europea sólo se hubiera incrementado en 220.000 habitantes. La
mayoría de estos inmigrantes se instaló en España (594.300 personas, la cifra más elevada
de la UE, lo que supone 35,3% del total). Como puede verse, España es el país que
contribuye actualmente con más inmigración neta en la UE, a la vez que los inmigrantes
contabilizados representan solamente 6% de la población.
En consecuencia, es importante remarcar el hecho de que hoy día España cumple con el
perfil que caracteriza a las dinámicas demográficas actuales de la población europea
occidental: aumento de la esperanza de vida al nacer; recepción de movimientos
migratorios internacionales; descenso de la natalidad y envejecimiento de la población
nativa. 26
25
La cuestión es que el hijo, el niño, resulta “caro”; por lo tanto, hay que trabajar mucho (padre y madre)
porque lo importante es ganar para consumir (sumado el dinero no ganado que ya está gastado en plazos, cuotas,
etc.). El niño tiene que ir a la guardería, necesita ropa, juguetes, todo nuevo, de marca y a la moda, está el canguro
(la “baby sitter”)...
“Criar a un hijo cuesta entre 4.800 y 10.200 euros al año; y desde que nace hasta que cumple 18
años, entre 108.000 y 180.000 euros. La ayuda que recibe una familia española es de 24,25 euros al mes por el
primer hijo, si se tiene una renta inferior a 7.436 euros. España es el país de la UE que destina menos dinero a
la protección de la familia, un 0,4 % del PIB frente al 2,3 % de media de la UE.” (Fuente: Magazine de La
Vanguardia, 3/3/02, p. 65-69)
26
Del otro lado, Argentina cuenta con una tasa global de fecundidad por mujer de 2,4 hijos; 27,7% de
la población total es menor de 15 años; y sólo 9,6% tiene 65 años o más. (Fuente: Indicadores básicos.
Argentina 2004. Buenos Aires: Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación y OPS)
23
3. La Argentina de fin de siglo: factores del "push". Mercado de trabajo,
concentración de la riqueza y distribución de la pobreza.
Referirse en este trabajo en términos de "nuevos migrantes argentinos en Barcelona" supone
asimismo identificar los procesos migratorios anteriores de argentinos a
Barcelona/España/Europa.
En ese sentido, a grandes rasgos es posible distinguir tres etapas en los movimientos
migratorios de argentinos a Barcelona/España/Europa:
1) 1976-1983 (dictadura militar);
2) 1989-1992 ("hiperinflación alfonsinista-menemismo temprano";
3) diciembre de 2001 hasta nuestros días (quiebre del sistema financiero, devaluación del
peso, corralito, cacerolazos, profundización de la pobreza y la desocupación hasta niveles
nunca alcanzados antes en la historia de nuestro país, con la consecuente extensión de la
delincuencia y el aumento de la violencia en los delitos callejeros).
Dentro de esta última etapa se encuentran los sujetos de estudio de esta investigación:
argentinos y argentinas provenientes de las principales ciudades del país (Buenos Aires,
Córdoba, Rosario, Mendoza, Mar del Plata, La Plata, etc.) que han arribado masivamente a
distintas ciudades de España (Barcelona, Madrid, Valencia, etc.) luego de la crisis de
diciembre de 2001; principalmente durante todo el año 2002, y en menor medida en 2003.
Según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, hasta marzo de 2003 se habían ido del
país, sin regresar, alrededor de 260.000 personas (sólo en 2002 se fueron 90.000). Para Lelio
Mármora, director de la Maestría en Políticas de Migraciones Internacionales de la UBA, y en
la actualidad también del INDEC, el proceso migratorio del que se trata se convirtió en un
fenómeno sociocultural determinado tanto por la crisis y la situación económica, como
por la frustración en las expectativas de un sector joven de la población, que creció y se
formó en la Argentina de la década de 1990. (Fuente: Página 12, abril 2003, edición digital)
Esta apreciación es fundamental, ya que, de alguna manera, sugiere cuáles son los rasgos
principales del conjunto social protagonista del proceso migratorio, así como las motivaciones
centrales para haber emigrado.
Una muestra potencial de esos jóvenes que crecieron y se formaron en la década de 1990
aparece en el estudio realizado por Cacopardo (1992), enfocado en aquellos de origen italiano,
que la autora designa "italoargentinos". Para esas fechas, y situada en el contexto de los inicios
de la década de 1990 en Argentina, Cacopardo (ob. cit.: 494) planteaba:
"[...] las personas jóvenes aparecen como la subpoblación más expuesta a una posible
emigración [...] En la medida que la etapa de capacitación, ya sea por la vía de la educación o
por la experiencia laboral, no garantiza una inserción en el mercado de trabajo que permita
acceder a un adecuado nivel de vida, los jóvenes son llevados a cuestionar su permanencia en
esta sociedad". Y concluía: "En la medida que las expectativas no se satisfagan y los jóvenes
que han apostado a una carrera, a un perfeccionamiento profesional y técnico, continúen sin
poder ubicarse, sin encontrar gratificaciones laborales y económicas, sin sentir que se premia
el esfuerzo personal, es probable que retomen sus latentes proyectos de emigración, y que en
forma empírica y alejada de toda fantasía, desarrollen las estrategias necesarias para
efectivizarlos."
24
Describiendo y analizando aspectos de la pasada década, puede decirse que el impresionante
crecimiento de los indicadores de desempleo y pobreza son la expresión más visible del nuevo
patrón distributivo desigual y excluyente instaurado en ella, a partir de la estricta imposición
de las políticas derivadas del "Consenso de Washington"27. Al finalizar la década y el siglo, la
Argentina ha pasado de conformar una sociedad con cierto grado de homogeneidad y
estructuras de ingreso más equitativas, a otra donde predominan la desigualdad y la
regresividad en la distribución del ingreso y la riqueza. (Lo Vuolo, 2003)
Todos los estudios disponibles, aun con discrepancias de enfoque, coinciden en destacar que a
partir de 1993 se registró un proceso de acelerado deterioro de la situación ocupacional en el
país. Dentro de las tremendas secuelas socioeconómicas de la llamada "Convertibilidad", tal
vez la más sobresaliente haya sido la estampida de la desocupación: en 1991, los
“desocupados abiertos” eran setecientos mil personas; mientras que en 2001 habían escalado a
dos millones y medio, lo cual equivale a una tasa de crecimiento promedio anual cercana a
14%. A estas cifras hay que sumar el llamado "desempleo oculto", esto es, las personas que
dejan de ofrecer su trabajo en el mercado por estar desesperanzadas de conseguirlo: al final de
2001, en este grupo se registraban casi trescientos cuarenta y cinco mil personas que
constituían 2,5% de la PEA total. (Lo Vuolo, ob. cit.).
Al mismo tiempo, la Convertibilidad dejó un país con una distribución del ingreso más
desigual que la heredada del período previo de la hiperinflación. La tendencia regresiva en la
distribución del ingreso provocó un fuerte crecimiento de los indicadores de pobreza por nivel
de ingreso. Tomando como referencia al Gran Buenos Aires, la Convertibilidad dejó como
herencia un porcentaje de personas pobres por ingresos que escaló desde 21,5% en 1991 hasta
35,4% de la población total en 2001. Con la maxidevaluación, en el año 2002, este indicador
saltó a 54,3%. (Lo Vuolo, ob. cit.) Digamos que el salto en picada consistió en el pasaje desde
una pobreza delimitada hacia otra extendida entre la población, misma que luego desembocó
en miseria. Y la miseria equivale a hambre. 28
Es importante destacar que si bien resulta imposible sustraer a los sujetos de estudio de esta
investigación del contexto general descrito, al mismo tiempo se debe hacer referencia al sector
socioeconómico-ocupacional del cual no todos, pero sí en su mayoría, provienen: clase
media/media-alta urbana con un trabajo calificado mal remunerado o sin experiencia laboral
previa (sostenimiento económico de los padres).
No obstante esto, puede decirse que, de alguna manera, la nueva "oleada" de argentinos que se
fueron desde finales de 2001 en adelante, representaría una parte de la muestra de los
La expresión "Consenso de Washington" refiere a las políticas impuestas en los países del Tercer
Mundo, derivadas de los organismos de crédito multilaterales con sede en dicha ciudad.
28
Tan es así que hasta el Banco Mundial, en un estudio titulado “Hambre en Argentina”, concluyó que
durante 2002, año posterior a la devaluación de 2001, uno de cada cinco hogares que sufrieron hambre en el
país fueron "familias de clase media baja"; y que 17,8 % de los hogares argentinos convivió con el hambre
tras la crisis. Por primera vez el organismo reconoce la existencia de una fuerte relación entre la pobreza y el
hambre, destacándose que "en la Argentina el hambre es fundamentalmente un problema de falta de
ingresos”. Esta situación -siempre según el documento- es la que habría llevado a una porción de familias de
clase media baja a precipitarse transitoriamente en la pobreza, no pudiendo cubrir sus necesidades
alimentarias más elementales. (Fuente: Página 12, 7/9/04, edición digital).
27
25
sobrevivientes29 del huracán neoliberal que castigó al país durante poco más de una década.
Sobrevivientes de esa "tensión dialéctica del carajo entre globalizados y globalizadores", como
la designaba Manuel Vázquez Montalbán.
Por el momento, sobre estos nuevos migrantes, en una primera aproximación podría decirse
que, a diferencia de los sujetos de la primera etapa identificada (dictadura militar: 1976-1983),
se trata de una migración cuya motivación principal es la individual-económica-profesional.
En este marco, España e Italia, los principales países emisores de migrantes a la Argentina de
principios del siglo XX, reciben a la joven y relativamente calificada migración argentina
(fundamentalmente España y, en menor medida, Italia) tras sólo dos o tres generaciones y como dice mi viejo- "encima sin haber invertido ni un centavo".
1era
generación:
1870-1917
Migración
campo
y
ciudad
campocampo-
Campesinos europeos hacia el
campo argentino (y, en menor
medida, hacia ciudades en
crecimiento como Buenos Aires)
2da
generación:
1917-1940
Migración
CampoCiudad
Hijos
argentinos
de
inmigrantes
europeos
campesinos hacia ciudades
como proletarios y clase
media profesional
Ciudadanos
argentinos
desde
las
principales
ciudades hacia ciudades
europeas
Migración CiudadCiudad
3ra generación:
fines del siglo
XX y principios
del XXI
29
Adopto el sentido de la palabra "sobreviviente" (superviviente) en base a los dos significados que le
asigna Berger (2001: 336): "[...] denota a alguien que ha vivido y superado trances muy duros; y también
denota a la persona que ha seguido viviendo cuando otras han desaparecido o perecido".
26
III. CONDICIONES GENERALES DE INSERCIÓN SOCIOLABORAL DE LOS
INMIGRANTES EN ESPAÑA: ESPAÑA PERIFERIA DE EUROPA.
¿Con qué tipo de país se encuentran los migrantes al llegar? ¿Cuáles son las condiciones
migratorias, de integración, de convivencia, laborales, de vivienda en las que se insertan?
¿Qué tipo de elementos interactúan en el contexto español actual para que un fenómeno
histórico-sociocultural humano como las migraciones, pueda llegar a convertirse en un
"problema" en términos de la percepción social de la población autóctona (los españoles)?
¿Es lo mismo ser inmigrante marroquí que argentino?
1. Políticas de extranjería y políticas de integración.
“Trabajador inmigrante es la nueva profesión, al que agarran sin papeles lo fletan en un avión [...]
Volver no tiene sentido (tampoco vivir allí). El que se fue no es tan vivo, el que se fue no es tan gil. Por
eso si alguien se borra, ¿qué le podemos decir?: no te olvides de nosotros, y que seas muy feliz...”
(Jaime Roos, 1997: “Los olímpicos”. Repertorio)
Como punto de partida, se puede precisar que, a grandes rasgos, la política migratoria de los
gobiernos neofranquista de Aznar, primero, y de Zapatero después, han reconocido tres tipos
de extranjeros en territorio español: los turistas (llamados "guiris"), preferentemente norteeuropeos, estadounidenses y japoneses; los inmigrantes "regulares"; y los inmigrantes
clasificados como "ilegales" o "clandestinos". El único denominador común entre ellos es que
todos contribuyen con sus riquezas al producto bruto interno del Estado: los primeros gastando
el dinero; los otros dos, generándolo con su trabajo. Por lo tanto, vale una primera observación
a tener en cuenta: en España, todo inmigrante es concebido y tratado como extranjero;
pero no todo extranjero es tratado como inmigrante.30
Además de los turistas, otros dos extranjeros "bienvenidos" en España son Sofía que es griega y es
reina, y Johan Muehlegg, esquiador. Para tener una idea de, no sólo la absurda necedad de los pasaportes, sino
también de lo ridículo del caso, "Juanito Muelas" (como popularmente se lo conocía y admiraba en España
antes de su expulsión de los juegos olímpicos de invierno de Salt Lake City, USA, en febrero de 2002, por
doping) nació en Alemania y se nacionalizó español en 1999, fijando su residencia y representando a la
"federación de ski de Murcia", lugar donde sólo estuvo una vez en su vida y donde, a propósito, no hay nieve
sino plantaciones de alcauciles.
30
27
Me referiré en este texto, fundamentalmente, a los inmigrantes extranjeros etiquetados en toda
la UE como “extracomunitarios”: latinoamericanos, africanos y asiáticos; a las personas
provenientes de diversos países del llamado "Tercer Mundo" que arriban a España/continente
europeo en busca de trabajo para enviar dinero a sus familias, que migran con estas, que
vienen "a probar suerte" o "a ver qué pasa". Respecto de ellos, distintos estudios realizados
muestran que, a diferencia de los migrantes españoles e italianos que arribaron al continente
americano a principios del siglo pasado, y con excepción de algunos africanos que cruzan el
estrecho de Gibraltar en pateras, estos nuevos migrantes no son los más pobres en sus
sociedades de origen. Es decir que, en términos generales, sólo emigran los que pueden.31
Un siglo antes, en el contexto de la Argentina de la inmigración de masas europeas, el
Estado Nación se iba consolidando con el aumento de una población de ciudadanos
extranjeros, en contraposición a los "bárbaros" habitantes originarios de estas tierras. Uno
de los "problemas" con los que tropezó el proyecto migratorio ideado por la elite dirigente
de la época fue que los inmigrantes siguieron vinculados a sus grupos étnicos de
pertenencia, e identificados con su lengua y cultura de origen. Desde la perspectiva del
proyecto de país sustentado por importantes dirigentes como Sarmiento, por ejemplo, lo
anterior constituía una negación a la integración nacional. El inmigrante, al mantener su
extranjería, y al negar su integración, hace fracasar el proyecto inmigratorio. (Jmelnizky,
2003: 34)
Otro de los problemas consistió en que, en vez de haber arribado al país los inmigrantes
"deseados" por la elite política -anglosajones "civilizados" provenientes del norte de
Europa- el aluvión llegó en su mayoría del sur del continente (campesinos latinos,
principalmente italianos y españoles), constituyendo un perfil de inmigrante alejado del tipo
ideal imaginado por dirigentes como Alberdi y Sarmiento. (Jmelnizky, ob. cit.: 37)
Pero retomando el contexto español actual, hasta aquí la situación (el problema) podría
plantearse de la siguiente manera: de acuerdo a lo expuesto, en España se necesita fuerza de
trabajo: productores de mercancías, jornaleros del campo, mercenarios en las fuerzas
armadas profesionales, etc. Se produce una demanda importante de trabajadores, cuya
oferta en otros países es igual o más grande. ¿Cómo atraer y simultáneamente controlar,
cuantitativa y cualitativamente, la necesaria proletarización de los inmigrantes extranjeros?
¿Cómo convertirlos en una mercancía -la mercancía fuerza de trabajo-, en meros
productores de mercancías y además en consumidores, reduciéndolos a una función
estrictamente económica?
Una vez más en la historia, el capital necesitará de la mano visible del Estado para controlar
la oferta/demanda del mercado laboral. En términos de los intereses de los grupos de poder
hegemónico, un Estado eficiente (o lo que queda de él tras el huracán neoliberal) debería
racionalizar equilibradamente estos flujos de mano de obra.
Desde esta perspectiva, se pueden distinguir al menos dos tipos de mecanismos de
respuestas políticas formales promovidas desde el Estado, enfocadas en los aspectos
cuantitativos y cualitativos del "problema" migratorio en cuestión. Mientras que las
políticas de extranjería atenderían más al primer aspecto (disposiciones sobre
requerimientos: cuántos extranjeros se necesitan para cada ámbito, cuántos dejar entrar de
Esto es más patente aún en el caso de algunos colectivos de migrantes como el de los jóvenes
argentinos, tal se apuntó más arriba.
31
28
forma regular, etc.), las políticas de integración constituirían esfuerzos de la administración
en lo cualitativo (qué tipo de proletarios extranjeros se pretende incorporar a la sociedad
receptora y con qué status sociopolítico, valores, derechos, obligaciones, etc.).
Atravesando estas políticas, se encuentran aquellas prácticas de control social que
denomino "informales", ejecutadas a través de los medios de comunicación españoles o
mediante determinadas posturas y acciones de corte racista-xenófobo, entre otras.
La inclusión de este tercer tipo de prácticas tiene que ver con un supuesto fundamental: las
políticas migratorias se conciben, se construyen y se sostienen o modifican, entre otros
factores, de acuerdo a la percepción social y al grado de influencia que los diferentes
sectores ejercen sobre el Estado.
Lo importante de todo lo expuesto radica en la complejidad que supone analizar el
problema de estudio en el conflictivo contexto donde se desarrollan las relaciones
interculturales.
29
2. Ley de Extranjería española: “Regular” o “Ilegal”.
En el supermercado del neoliberalismo mundial, la "libertad de circulación" se limita a los
capitales y bienes, quedando excluidas las personas. Legislaciones y normas quedan
plasmadas en leyes de extranjería con el objeto de regular los desplazamientos de población
en función de las necesidades de los mercados de trabajo. Precisamente, respecto de lo
anterior, el gobierno español ha impulsado bajo su presidencia en la UE (enero-junio de
2002) la adopción de medidas en común destinadas a endurecer la concesión de visados y
reducir al máximo la entrada de inmigrantes "extracomunitarios". Asimismo, durante el
referido período, los gobiernos de Italia, Austria e Inglaterra se sumaron a la ofensiva "antiinmigración" mediante reformas a sus respectivas leyes de extranjería.
Desde una perspectiva de análisis histórica-comparativa, bien puede plantearse una especie
de "involución" de las leyes de Extranjería en España: ley 7/1985; ley 4/2000; y reforma de
la ley 4/2000 (ley 8/2000), la actual Ley de Extranjería que entró en vigor el 23 de enero de
2001. En 1985, siete años después de la entrada en vigor de la nueva Constitución, España
era, mucho más que actualmente, un país de emigración que de inmigración32. Sin
embargo, desde diferentes puntos de vista el poder político no consideraba a la ley orgánica
de 1985 como un instrumento adecuado para conseguir la entrada de inmigrantes, otorgar
estabilidad a mayor número de personas, ni frenar la entrada de más inmigrantes de los
deseados; era una ley desfasada, hecho que se había evidenciado pocos años después de su
implantación, a la par de la acelerada transformación socioeconómica del país que deja los
principios y la aplicabilidad de la ley perimidos. Así, la aprobación de una nueva Ley de
Extranjería, tras quince años de vigencia de la ley de 1985, era una necesidad de Estado.
En este sentido, la Ley Orgánica 4/2000, del 11 de enero, sobre los derechos y libertades
de los extranjeros en España y su integración social, aprobada en el parlamento, fue
rechazada por el entonces gobierno español de Aznar desde un principio. Este rechazo se
debió, en parte, al hecho de que la ley trataba de avanzar en el respeto de la seguridad
jurídica de los extranjeros que pretendían establecerse en España. Para ejemplificarlo,
tenemos que en el capítulo I de derechos y libertades de la Ley Orgánica 4/2000, capítulo
no sólo declarativo sino con contenido jurídico, se reconocían uno por uno, de manera
expresa, para todos los extranjeros que se hallen en España, independientemente de su
situación administrativa (incluso en situación "irregular"), un conjunto de derechos que ya
el en el plano jurisprudencial se venían reconociendo, pero cuya efectiva aplicación
requería su plasmación legal. Son los derechos de asociación, de reunión, de libre
sindicación, de educación, a la seguridad social, a la asistencia sanitaria, a la tutela judicial
efectiva con asistencia jurídica gratuita. Se trata de un conjunto de derechos, que pese a su
carácter de derechos fundamentales reconocidos constitucionalmente, el gobierno limita
específicamente, conforme a la reforma de la Ley de Extranjería (ley 8/2000), sólo a los
extranjeros que se encuentran "legalmente" en el país. En definitiva, la situación actual, tras
la reforma, es muy semejante a la de la ley de 1985, tan criticada por los abusos a los que
condujo.
Según el Colectivo Ioé-UGT (2001: 59), las políticas basadas en la restricción de la
inmigración y el endurecimiento de las medidas de entrada y requisitos de regularización,
Destaca el hecho que en la Constitución de 1978 se consagrara en el art. 48 la obligación del Estado
de velar “especialmente por la salvaguarda de los derechos económicos y sociales de los trabajadores
españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno”.
32
30
se traduce en un aumento de los inmigrantes clandestinos que tiende a provocar segmentos
diferenciados del mercado de trabajo español determinados por la precariedad.
Al igual que la ley de 1965 en la por entonces "República Federal de Alemania", la Ley de
Extranjería vigente en territorio español se asemeja más a una reglamentación para el
reclutamiento de mano de obra que una disposición enmarcada en una política de
inmigración. De este modo, actualmente España, como en ese entonces Alemania (donde
muchos de los trabajadores de por entonces eran emigrantes españoles), representa un
régimen laboral y político respecto de los trabajadores extranjeros que intenta convertirlos
en meros productores de mercancías, reduciendo a las personas a una función estrictamente
económica:
"Como hemos visto en el caso de los marroquíes en España y de otros colectivos -afirma
Martínez Veiga (1997: 239)- [...] existe un prejuicio por parte de personas y agencias [...]
de considerar a los inmigrantes como una especie de mercancía a merced de la opresión
estatal y de los empleadores."
En opinión de Martínez Fresneda (2001: 25), la privación de derechos de la ley, "[...] unida
a la amenaza de expulsión fulminante del territorio español, comportan un panorama de
futuro para la inmigración clandestina que la aproxima bastante a las condiciones de
esclavitud [...] creándose bolsas de población completamente marginal que para sobrevivir
tendrá que padecer las peores condiciones."
Esto es lo que sucede con los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) en España
(“Centri di Detenzione Temporanea per Immigrati”, en Italia), creados por la Ley Orgánica
7/1985. Su distribución geográfica es totalmente aleatoria, existiendo actualmente en
España seis centros (en realidad, seis son los que se han dado a conocer a la opinión
pública): Madrid, Málaga, Barcelona, Valencia, Murcia y Las Palmas de Canaria. Debido al
incumplimiento del mandato reglamentario, no existen criterios homogéneos de
funcionamiento de estos centros, sino que quedan librados al arbitrio de cada director. El
desplazamiento de los internos se hace independientemente de los lugares donde han sido
detenidos y de donde tienen su red de allegados. La visita del abogado a su cliente, en
horarios más limitados que en una cárcel, se hace siempre bajo el control visual de la
policía. Sólo se admiten visitas de unos minutos y los vis a vis no existen. El plazo máximo
de 40 días que establece la ley para tramitar la expulsión se agota con frecuencia, y hay
inmigrantes de quienes no se ha podido determinar la nacionalidad o cuyos países de origen
no los reconocen como ciudadanos (tal el caso de muchos ciudadanos de países africanos
subsaharianos) y que han sufrido internamientos sucesivos, situación que está legalmente
prohibida.
También respecto de la “ilegalidad” que impera en estos centros, en su Informe de 2000, el
Defensor del Pueblo afirmaba que los mismos no reunían las condiciones exigidas de
habitabilidad, calificando de “grave” la situación de los centros ubicados en Madrid y
Barcelona. Por otro lado, en la antigua terminal del aeropuerto de Fuerteventura, Canarias,
ha nacido en el transcurso de 2001 un nuevo “centro de internamiento” no oficializado por
el gobierno español pero que, como el resto de los centros, comparte el hecho de no reunir
las mínimas condiciones de habitabilidad, higiene, seguridad y legalidad33, lo que sumado a
El País (17/12/01, p. 23) informaba que medio millar de inmigrantes africanos llegados en pateras
permanecían desde hacía 30 días encerrados en la sala de llegadas de dicha terminal sin ventilación, agua
33
31
las denuncias sobre torturas, comporta graves violaciones a los derechos humanos de las
personas detenidas (Amnistía Internacional, 2002).34
caliente, ni luz natural, a la vez que se advertía del riesgo de un foco epidémico debido a las condiciones de
hacinamiento. A causa de la deficiente alimentación y las condiciones infrahumanas de existencia, buena
parte de los aproximadamente quinientos inmigrantes que se encontraban en el recinto cerrado padecían
distintos problemas de salud (migrañas, trastornos digestivos, tuberculosis, HIV-Sida, sarna, enfermedades
venéreas, etc.). Para ampliar sobre los CIE en España, se puede consultar S.O.S. Racismo (1998) y Stoop
(1999).
34
Las constantes violaciones a los derechos humanos en este verdadero “campo de concentración”,
motivaron denuncias y testimonios recogidos por el Informe 2001 de Human Rights Watch (El País, 25/2/02,
p. 25). En el caso de la tortura, considerada como un mecanismo de control político y social, como técnica de
despersonalización, degradación y desacralización del sujeto destinada a construir el “horror” (Taussig, 1978),
tenemos que en 1997 la ONU denunció que la práctica de la tortura en el estado Español era algo habitual;
mientras que, por otro lado, a raíz del Informe 1999 de la Asociación Contra la Tortura, el cual fue censurado
por la Policía Nacional española en Internet a través de la Agencia de Protección de Datos (amparándose en la
Ley Orgánica del 13 de diciembre de 1999), Amnistía Internacional ha denunciado que la tortura es
sistemática en los departamentos de aislamiento de las prisiones españolas. La misma entidad afirma que se
ha producido un importante incremento en las denuncias de torturas y malos tratos a inmigrantes extranjeros o
miembros de minorías étnicas “a manos de agentes del orden”. El informe titulado “España: crisis de
identidad. Tortura y malos tratos con motivos racistas a manos de agentes del Estado”, recoge 321 testimonios
y denuncias de agresiones de este tipo a lo largo de los últimos siete años, todas las cuales han quedado
impunes, y desmiente explícitamente el informe presentado en enero de 2002 por el gobierno español ante el
Comité contra la Tortura de Naciones Unidas. (Fuente: El País, edición digital, 17/4/02)
Por último, tenemos que en abril de 2001 el comisario de San Nicolás (Provincia de Buenos Aires),
José Aurelio Ferrari, miembro de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, hizo pública una explícita
defensa de la tortura, tan vigente y habitual en Argentina como en otros tantos países del mundo, como la
“madre de todas las investigaciones”, citando para ello como ejemplo al Estado español. Sus palabras fueron
las que se reproducen a continuación: “En España [al sospechoso] lo cuelgan de un caño y le tiran de las bolas
[los cojones] hasta que diga dónde puso el arma, dónde el cuerpo”. (Fuente: Verbitsky, H.: “Picana y mano
dura”, Página 12 edición digital, 12/8/01, Buenos Aires). ¿A qué fuerza de seguridad del estado Español se
referirá concretamente? ¿A la Policía Nacional? ¿A la Guardia Civil? ¿A las policías autonómicas? ¿A todas
ellas, en general? Del mismo modo... ¿A qué tipo de “sospechoso” se le aplica este método? ¿Al sospechoso
de ser “delincuente inmigrante-ilegal”? ¿Al sospechoso de ser “delincuente terrorista vasco”? ¿Al sospechoso
e ser “delincuente okupa”? ¿A todo ellos o a alguno en particular?
32
Sintéticamente, vale decir que la negación de derechos y muchas de las prerrogativas
explicitadas en esta Ley de Extranjería, además de violar los artículos 22, 23, 24 y 25 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, y de la misma Constitución
española, recuerdan un tanto las leyes de Nüremberg (16 de marzo de 1935) por las cuales
quedaban suspendidos los derechos civiles para todos los judíos en territorio alemán.
3. Integración/exclusión social.
“El pueblo catalán proclama como valores superiores de su vida colectiva la libertad, la
justicia y la igualdad, y manifiesta su voluntad de avanzar por una vía de progreso que
asegure una calidad de vida digna para quienes viven, residen y trabajan en Cataluña”.
(Estatuto de Autonomía de Cataluña, Preámbulo)
Tenemos entonces que el proceso migratorio internacional analizado se ha venido
desarrollando en un contexto sociopolítico adverso para la integración de estos inmigrantes, en
el marco de una Europa que refuerza día a día sus alambradas jurídicas y reales. (De Lucas,
1996; Stolke, 1994; Stoop, 1999).
Los factores de tipo político que interactúan en el control de las migraciones -a través del
tratado de Schengen- corresponden a una perspectiva de contención de cariz represivo, como
queda en evidencia, entre otras cosas, a partir del fortalecimiento del accionar y la autoridad
policial en la regulación migratoria de los países europeos. Se trata de “una política coherente
con toda una línea de orientaciones, reglamentaciones y acciones que se han ido desarrollando
33
en las democracias europeas desde mediados de los setenta y que, planteadas en la disyuntiva
libertad-seguridad35, han optado por primar ésta en detrimento de la primera.” (Romaní, 1999:
126). De la misma manera que en la pugna “trabajador extracomunitario como productor de
mercancías-sujeto de derecho” prima la primera. (Martínez Veiga, 1997: 236)
Entre los supuestos que subyacen a la política migratoria del gobierno español se encuentra
aquel por el cual los inmigrantes extranjeros se convierten en "ciudadanos" al pisar suelo
europeo. Esta conocida lógica de "ciudadanizar" al "buen salvaje" consiste fundamentalmente
en su incorporación al sistema como fuerza de trabajo (antes que como sujeto de derecho) y en
su capacidad de introyección obediente de los valores y normas dominantes en esta sociedad,
proceso que frecuentemente se equipara con "integración"36. De eso dependerá que se le
concedan o no los derechos que se requieren para integrar una sociedad distinta. Atxotegui
(2000: 96) se refiere a ello cuando opina: "[...] tenemos tendencia a una visión exotizante y
prejuiciada del mundo de los inmigrantes, prejuicios que sirven como coartada social a la
explotación del que es considerado inferior".
Uno de los obstáculos legales en el proceso de integración de los inmigrantes
“extracomunitarios” se vincula con la política española de extranjería, por medio de la cual
los hijos de los inmigrantes nacidos en territorio español no son españoles por la ley del ius
sanguinis. Nótese al respecto que, a diferencia del gran contingente de españoles que
emigraron a distintos países del continente americano a principios del siglo XX, muchos de
los cuales habiendo desembarcado en condición de trabajadores agrícolas o proletariado
urbano pudieron concretar mediante su trabajo la movilidad social ascendente de sus hijos futuros estudiantes universitarios, profesionales y miembros de la clase política, como lo
demuestra el caso de Argentina-, por el contrario, buena parte de los hijos de los
inmigrados en España seguirán estando en una situación de inferioridad en relación al
mercado de trabajo local. Socialmente igual o peor que los niveles en los que trabajan y las
condiciones en las que sobreviven hoy sus padres.
La realidad es que al inmigrante en España se lo considera sólo como trabajador, esto es, en
su dimensión estrictamente económica, como una mercancía: la mercancía fuerza de
trabajo. Las mismas características que los hacen deseables como trabajadores, los vuelven
indeseables como parte de la sociedad receptora. Este es el sesgo que domina las políticas
migratorias españolas desde 1985 hasta la actualidad, tanto en lo que respecta a leyes de
extranjería como a planes de integración. Y, en parte, ha sido el marco en el que se ha
desarrollado el proceso de inclusión/exclusión social de los colectivos migrantes en su
heterogeneidad, sobre todo en el caso particular de los africanos. ¿Es posible acaso
35
El Estado, en el neoliberalismo, tiende a contraerse al “mínimo indispensable”. Proceso en el que se
despoja de todo hasta quedar con su prenda mínima indispensable que tiende a maximizar y complejizar cada
vez más: la fuerza represiva para el control social. Su nuevo rol es el de convertirse en aparato de “seguridad”
de las megaempresas transnacionales. La preeminencia del poder que detentan las transnacionales para
alcanzar la concreción del proyecto globalizador presupone una incapacidad de los estados para generar
políticas nacionales. En este contexto, queda implícita la idea de que los estados sólo deben limitarse a
formular estrategias para insertarse dentro de las reglas de juego de la globalización (Subcomandante
insurgente Marcos, 1996)
36
El antropólogo Mikel Azurmendi ha sido uno de los principales ideólogos oficialistas de esta postura
durante los gobiernos de Aznar. Fundador de la plataforma antiterrorista “Basta Ya” y ex presidente del Foro
de la Inmigración, órgano de consulta del Ejecutivo, ha confesado públicamente ser enemigo del
multiculturalismo por considerarlo “gangrena de la sociedad”. (Fuente: El País, 26/2/02, edición digital)
34
imaginar -como sucede por ejemplo en Francia- a un africano como agente de la Guardia
Civil o presentando el telediario de Televisión Española? ¿Cuánto tiene que ver esto con lo
relativamente nuevo del fenómeno inmigratorio y cuánto con una política específica de
integración?
Considero el planteamiento de más arriba como un punto de partida fundamental al
momento de abordar la cuestión alrededor de la ciudadanía (y los derechos que supone) y la
inmigración37.
Por otro lado, los conceptos de integración social/exclusión social resultan claves dentro del
marco teórico para el estudio de las migraciones, ya que las consecuencias y procesos que
estos acarrean se relacionan expresamente con una dicotomía que define condiciones
desiguales en contextos desiguales, lo que a su vez generará el grado desigual de acceso y
disfrute de los bienes y recursos. (Kaplan, 2002: 4)
Partiendo de lo anterior, en primer término se puede establecer una diferencia entre los
conceptos de explotado y excluido; el explotado le es sustancial, necesario, indispensable al
sistema: es por su explotación que el sistema funciona. El excluido, por el contrario, es un
innecesario, un prescindible:
"Cuando se habla de exclusión, el referente no es sólo la falta de acceso a bienes y servicios
que sirven para satisfacer las necesidades básicas y que sería la base que subyace al
concepto de pobreza, sino que también se trata de la justicia, de los derechos sociales y
todos los derechos de la ciudadanía. Por lo tanto, hablar de exclusión implica referirse a
aquellos que están fuera del mercado de trabajo, de los derechos sociales e incluso de la
cultura." (Martínez Veiga, 1997: 281).
Focalizando en el caso del que se trata, desde el punto de vista de la composición de la
población, la sociedad española es diversa o heterogénea en lo cultural38, en lo religioso, en
lo ideológico, en lo sexual, etc., más allá de que en cada ámbito exista una forma
hegemónica, dominante sobre las demás, que en general es la de los grupos de poder y el
Estado y sus instituciones. No obstante es, como toda sociedad capitalista de mercado, dual
en lo sociopolítico: está formada por excluidos e integrados al sistema. Lo anterior implica
que en la sociedad de la que se trata existen personas nativas que sufren la explotación, la
opresión, las desigualdades y la exclusión, producto de un mismo sistema. Pero sin lugar a
dudas, los que constituyen el grupo subalterno con más grado de marginación y de
exclusión sociopolítica y cultural son los inmigrantes llamados "extracomunitarios" (léase
"tercermundistas"; es decir, "extra europeos/estadounidenses"). Sobre todo aquellos
inmigrantes sin papeles ("irregulares" o "clandestinos") que trabajan en la economía
sumergida.
37
Así como en relación a la ciudadanía, según la Constitución Española, el sistema político vigente en
todo el Estado es la Monarquía Parlamentaria (art. 1), garantizado por las Fuerzas Armadas (art. 8), cuyo
mando supremo corresponde al Rey (art. 62). Por lo tanto, la sustancia del poder reside no en la lógica del
derecho de los ciudadanos, sino en la de la institución imperante que los convierte automáticamente en
súbditos.
38
Entre todos los estados miembros de la UE, España es el que posee la mayor variabilidad étnicocultural en su interior.
35
Dicho de otro modo: no es tanto que los inmigrantes sean pobres e "ilegales"... sino que, en
la "Europa del Euro", y particularmente en España, los pobres e "ilegales" son los
inmigrantes.
36
4. Inmigración y economía sumergida.
Como primera cuestión cabe señalar que de entrada, por disposición legal, los extranjeros
no tenemos un acceso directo al trabajo como los españoles, sino que necesitamos un
permiso de trabajo otorgado por las autoridades. Por este motivo, es importante tener en
cuenta que un alto porcentaje de inmigrantes trabaja sin ese permiso exigido, en “negro”,
dentro del ámbito de la economía informal o sumergida, donde predominan la precariedad
laboral y una explotación mayor por parte de los empleadores locales. Dichas condiciones
de precariedad laboral juegan un papel destacado en las dificultades alrededor del proceso
de integración de los inmigrantes en la sociedad española. Es decir que, el acceso de los
inmigrantes al mercado de trabajo español no está determinado exclusivamente por factores
económicos. A veces, las medidas burocrático-administrativas (como la nueva reforma
laboral, las disposiciones de la Ley de Extranjería, los problemas para obtener un contrato
de trabajo y su posterior renovación, etc.) son más limitantes que la propia calificación de
los trabajadores.
El fenómeno migratorio en los países del sur europeo está enmarcado en el contexto de un
mercado de trabajo segmentado y precarizado, en el marco de una economía sumergida
(informal) extensa, en cuyo ámbito se inserta la mayor parte de los inmigrantes que llegan
al continente.
En la UE habría alrededor de veinte millones de trabajadores extranjeros sin contrato, lo
que equivale a 13% de la población económicamente activa y representa 90% de los
inmigrantes no regularizados (Eurostat, 2001); es decir, aquellas personas que realizan
trabajos no declarados por los empleadores, en condiciones de explotación (en algunos
casos, casi de esclavitud), las mismas que no aceptan los trabajadores nativos de cada país.
Al igual que en el resto de estos países, la demanda de trabajadores extranjeros en España
comienza a concentrarse hacia puestos de trabajo bastante precarizados, sea porque se trata
de sectores tradicionales que requieren de drásticas reducciones de costes para continuar
funcionando, o debido a que son sectores productivos que requieren de una amplia
demanda de mano de obra.
Pero... ¿es lo mismo ser trabajador inmigrante en España que en otros países de la UE? Y
dentro de España, ¿son las mismas las condiciones en Barcelona que en Almería?
En relación a lo anterior, es importante mencionar que, entre todos los países integrantes de
la UE, España es el que registra los índices de desocupación (paro), siniestralidad laboral y
temporalidad más elevados.
Desocupación: en agosto de 2001 la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el
Instituto Nacional de Estadística (INE) español mostraba que la tasa de desempleo era 13%,
la más alta de la UE.
Siniestralidad laboral: los datos sobre siniestralidad proporcionadas por el Eurostat (2001),
muestran que cinco trabajadores sufren cada día accidentes laborales en España, lo que la
ubicaba, seguida de Grecia y Portugal, como el país de la UE con mayor tasa de accidentes
laborales. Para tener una idea del impacto del fenómeno sobre la salud-enfermedad de las
personas que trabajan en España, tenemos que sólo en los últimos cinco años la
siniestralidad aumentó 52%. En efecto, las estadísticas sobre muertes por accidentes de
trabajo en territorio español son escalofriantes: en el transcurso del año 2002 murieron
37
1.104 trabajadores en sus puestos de trabajo. Al interior del Estado, Cataluña se ubicaba
durante como la comunidad autónoma con más accidentes laborales mortales,
fundamentalmente en el sector de la construcción: de enero a octubre de ese año se
produjeron 134 accidentes laborales mortales. (Fuentes: INE, Instituto Nacional de
Seguridad e Higiene en el Trabajo. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; Departament
de Treball de la Generalitat de Catalunya)
Tenemos entonces que, en términos generales, las condiciones crecientes de precarización
laboral que impone la globalización neoliberal repercuten de forma negativa en la salud de
los trabajadores de las distintas ramas productivas. Si a esto le agregamos la variable
migratoria, no es difícil imaginar los riesgos y las consecuencias que tiene la situación
descrita para la salud de los trabajadores migrantes, quienes en su mayoría trabajan en el
ámbito de la economía “informal”, “sumergida” o “irregular” realizando las labores que los
trabajadores autóctonos no desean realizar, justamente debido a las condiciones del trabajo
y las características (los riesgos) del mismo.
La correlatividad entre economía sumergida e inmigración como elemento distintivo del
actual mercado laboral español, ha sido abordada en estudios elaborados por los dos
sindicatos con más poder en España (UGT, 1993; Comisiones Obreras, 1993; 1998), en los
que se estimaba que 40% de los inmigrantes "extracomunitarios" trabajaba en el sector
sumergido de la economía. Por otro lado, el Colectivo IOE (1992) cifraba en 60% la
cantidad de inmigrantes trabajando de manera "irregular" en España, en su mayoría
también provenientes de países del "Tercer Mundo".
Estos datos son coherentes con el peso que tiene la economía sumergida española: para
finales del año 2000, la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión
Europea señaló que la misma representaba 22% del Producto Interno Bruto (PIB) del país,
situándose a la cabeza de Europa (cuya media oscila entre 14 y 20%) después de Grecia,
con 30%. Cuatro años después, un informe de la OCDE realizado en 2005 señalaba a
España como uno de los paraísos europeos del “euro negro”. Según dicho informe, la
economía sumergida en este país había trepado hasta representar 23,4% del PIB, cifras
superadas sólo por Italia (27,8%) y Grecia (29%).
En lo que respecta a uno de los principales agentes económicos en relación con el mercado
de trabajo, los empresarios, en países como España e Italia se produce una situación que
favorece la contratación de trabajadores inmigrantes en negro: las altas cargas sociales que
deben pagarle al Estado por cada trabajador que blanquean.39
Vale destacar el de la agricultura, además de la construcción, el servicio doméstico40 y el
comercio informal de venta ambulante41, como el ámbito donde cada vez, en mayor
medida, el mercado de trabajo español incorpora mano de obra inmigrante.
En Italia, por ejemplo, esa cifra es prácticamente proporcional al salario que se le paga al trabajador;
o sea, los empleadores pagan en total dos salarios, hecho que deriva en una permanente actitud -en algunos
casos movida por la necesidad- de eludir el trabajo formal y no declarar a algunos de los trabajadores. En
muchos casos, incluso prefieren arriesgarse a una multa porque les sigue saliendo a cuenta.
40
La fuerte incorporación de mujeres inmigrantes en el servicio doméstico, tanto en España como en
Italia, tiene que ver, entre otros factores, con el fenómeno arriba referido del envejecimiento de la población
de estos países. Muchas de estas mujeres son requeridas para el cuidado y la asistencia de ancianos.
41
Tomando como fuente al Ministerio del Interior español (2000), 27% de los inmigrantes “sin
papeles” en España se dedica a la venta ambulante y el comercio informal.
39
38
Blanco (2000) calculaba en aproximadamente cien mil los trabajadores necesarios para
cubrir la demanda agrícola en toda España. Ante la ascendente negativa de los trabajadores
españoles para realizar determinadas tareas agrícolas y la creciente preferencia de los
agricultores autóctonos por la mano de obra inmigrante, las autoridades toleran cierta
irregularidad de inmigrantes. Esto porque resulta una manera de que haya siempre una
bolsa de mano de obra barata dispuesta a trabajar (el ejército de reserva de Marx) sin exigir
las mínimas condiciones de legalidad.42
La situación descrita se da concretamente en una de las zonas productivas más importantes
de España, el Poniente almeriense (Comunidad de Andalucía, provincia de Almería)43, la
misma en la que en 1999 se desataron los ataques racistas-xenófobos contra inmigrantes en
El Ejido, hecho que abordaremos más adelante.
Las superexplotación de la fuerza de trabajo inmigrante en condiciones sumergidas y de
ilegalidad, supone, entre otras cosas, que en 90% de los casos no se cumpla el Convenio
Provincial del Campo (30 euros el jornal: el más bajo de Almería que, a su vez, es el más
bajo de España) porque no hay contratos ni papeles, sino que la contratación es 80% de
carácter estrictamente verbal (Martínez Veiga, 2001: 129). En función de lo anterior,
entonces, llegado el caso, no se tomaría a trabajadores españoles en los invernaderos, ya
que podrían exigir sus derechos (humanos y como trabajadores).
Aquí aparece claramente refutado uno de los principales argumentos contenidos en ciertos
discursos pro-xenófobos sobre la competencia por los puestos de trabajo entre trabajadores
nativos y extranjeros. En realidad, la competencia se da más que nada entre los mismos
trabajadores inmigrantes, todos los cuales realizan los trabajos con más bajos salarios y
peores condiciones como el de los invernaderos del Poniente almeriense.
En el caso de Francia, por ejemplo, a buena parte de los trabajadores inmigrantes no regularizados
que consiguen trabajo, les tocan los empleos denominados "3D": demanding, dangerous, dirty (difíciles,
peligrosos, sucios), para los cuales, en términos de condiciones de trabajo, salario y disponibilidad, los
empresarios franceses no desean a trabajadores autóctonos porque los consideran "demasiado exigentes",
prefiriendo a los "métèques". Este último término designa despectivamente al extranjero y proviene del griego
antiguo "métoikos" (extranjero radicado en Atenas).
43
En el Poniente almeriense casi la totalidad de la población inmigrada extranjera trabaja como peón
en los invernaderos de El Ejido, Roquetas de Mar, etc. A las elevadísimas temperaturas en las que se trabaja
en los cultivos intensivos bajo los plásticos de los invernaderos, se le suma la falta de medidas de seguridad
en los centros de trabajo y la casi nula formación de los trabajadores en cuestiones de salud laboral. Estas
condiciones suponen serios riesgos para la salud de los trabajadores inmigrantes, favoreciendo el desarrollo de
determinadas patologías (problemas dermatológicos, respiratorios, digestivos y neurológicos),
fundamentalmente relacionadas con la utilización y la elevada exposición a sustancias tóxicas como
plaguicidas, herbicidas y fungicidas.
42
39
5. La vinculación entre las condiciones de vida y de trabajo y la salud/enfermedad.
¿De qué enferman y mueren los españoles? ¿Y los inmigrantes en sus países de origen? Y
aquellos que emigran... ¿de qué enferman y mueren en España?
Las tres principales causas de mortalidad en España son las enfermedades cardiovasculares,
el cáncer de pulmón44 y los accidentes de tránsito. Pero hay españoles que también mueren
de otras enfermedades, como algunas de las mil personas que se infectaron de hepatitis C
durante la última década en distintos centros asistenciales del Estado a causa de las
deficientes medidas de higiene (Fuente: Kalegorria, diciembre 2001, p. 45). Por otro lado,
según revela el Atlas de Mortalidad (1985-1997), ésta es 20 % más alta en el sur de la
península debido a las condiciones de existencia imperantes por debajo de la media
española. (Fuente: Metro, 12/12/01, p. 19)
En las sociedades europeas post-industriales, la enfermedad -no la salud- es un fenómeno
cada vez más costoso.
Esta tendencia se incrementa fundamentalmente en la “industria de la salud” –no en los
recursos humanos- y en el sector privado45; en el rubro asistencial y no en el preventivo.
Las políticas de prevención son cada vez más reducidas en comparación con las
asistenciales. Dicho proceso se da en un contexto en el cual pueden corroborarse
importantes cambios en los perfiles epidemiológicos de las poblaciones de los países postindustrializados, y no sólo en cuanto a las enfermedades sino también respecto de los
padecimientos. Es así que las enfermedades crónico-degenerativas se pueden detectar cada
vez más tempranamente, con lo cual la enfermedad (“el padecer normalizado”) acompañará
al individuo durante toda su vida y será parte de su normalidad cotidiana.
Del otro lado, las “violencias” (accidentes, homicidios, suicidios, etc.) constituyen las
principales causas de muertes en varones en edad productiva en muchos países del Tercer
Respecto al hábito de fumar entre los españoles (el 36 % de la población, según datos del Comité
Nacional para la Prevención del Tabaquismo), la Sociedad Española de Neumonología y Cirugía Torácica
(SEPAR) afirma que el tabaquismo produjo durante 2000 la cifra de 53.000 muertes prematuras, lo que
supone un 15 % más que en 1999 y la cifra más alta de la UE, junto con Grecia. Asimismo, sostiene que las
principales causas de muerte en fumadores hombres de más de 35 años son el cáncer oral y de faringe (27,5
%) y el cáncer de pulmón (22,4 %). Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que
durante 2000 en España, el 24 % de las muertes que se produjeron tuvieron que ver con el consumo de tabaco,
país en el que el 80 % de los jóvenes reconoce haber fumado alguna vez antes de los 18 años, mientras que el
50 % lo hace regularmente. (Fuente: El País, 25/9/01). Por último, un estudio de la Sociedad Madrileña de
Neumonología y Cirugía Toráxica revela que el 10, 7 % de los casos de cáncer de pulmón detectados en
España hasta abril de 2002 se produjeron en mujeres, lo que representa un aumento del 6 % respecto a 1992.
(Fuente: Metro, 19/4/02, p. 11)
45
La cooperación de la medicina con el capital sigue siendo una constante. En una economía basada
más en el consumo que en la producción, el papel del médico resulta vital como generador de consumo
farmacéutico. El negocio mundial de los medicamentos mueve anualmente 200.000 millones de dólares, a lo
que hay que añadir que se trata de uno de los sectores con un mayor margen de beneficios y con una demanda
menos condicionada a los ciclos económicos. Al respecto, un artículo publicado en la revista de la Asociación
Médica Norteamericana señala que en Estados Unidos 9 de cada 10 médicos reciben dinero de los
laboratorios, y que ello “podría” llegar a influir en los lineamientos de su práctica (Clarín, edición digital,
8/2/02). Para el caso de España, el “soborno” a través de comisiones de parte de los laboratorios
farmacéuticos a los médicos por recetar sus productos –práctica prohibida por la Ley del Medicamento de
1990- explicaría parcialmente la escasa utilización del medicamento genérico (un 3 %) por parte de éstos.
(Fuente: Kalegorria, diciembre 2001, p. 48-49)
44
40
Mundo (Menéndez, 1998: 55) –y, como veremos a continuación, en algunos europeos
también-. El fenómeno no es nuevo ni reciente sino que forma parte de la historia social,
política y cultural de los continentes americano, africano y asiático desde los respectivos
procesos colonizadores en adelante. El hambre, por ejemplo, como parte de la violencia
estructural ha sido endémico en buena parte de los países periféricos. Del mismo modo, la
principal causa de la catástrofe demográfica de estos países fue la expansión de
enfermedades infecto-contagiosas, muchas de las cuales, como en el caso de algunas
regiones del continente africano, siguen dominando los perfiles epidemiológicos de la
población.46
Analizaremos aquí dos de las principales causas de muertes por “violencias sociales” en
España, para posteriormente abordar los principales padecimientos de los sujetos
inmigrantes relacionados con sus condiciones de vida y de trabajo en la sociedad de
destino.
1. Las muertes por accidentes de tránsito.
“[…] los muertos de tráfico, los muertos de autopista. Las sociedades industriales admiten el coste
de muertos por la utilización del automóvil, pero no el de los muertos atribuidos a la locura política,
religiosa o sexual. Hay muertes permitidas y muertes prohibidas. La cultura urbana genera un
escenario para la violencia regida por leyes que distinguen entre violencia buena y violencia mala.”
(Vázquez, Montalbán, ob. cit., pp. 50)
Desde 1999 que los muertos por accidentes de tránsito en España no bajan de cuatro mil al
año. La tasa de mortalidad por esta causa es de las más altas de la UE. Durante 2003, 4.032
personas murieron de forma violenta de esta manera. (Fuente: Dirección General de
Tránsito, citado en El Periódico, 3/1/2004). Entre las causas adjudicadas a este fenómeno
se encuentran las siguientes: imprudencia al circular, falta de conocimiento de las normas
de tránsito, poca habilidad para conducir, exceso de velocidad, etc. Un estudio realizado
por el RACC (Real Automóvil Club de Catalunya) a nivel estatal consideró que unos
3.750.000 de españoles son “conductores de alto riesgo”, los que sumados a los “poco
conscientes” y los “poco prudentes” alcanzan casi diez millones de los 22,5 que hay en
España. (Fuente: Qué!, 27/10/05).
Por el lado de las propias valoraciones de los sujetos, ante la pregunta de ¿Por qué creen
ustedes que hay tantos accidentes de tránsito?, una de las respuestas fue la que se expone a
continuación:
“Porque no hay respeto por la vida de uno mismo ni por la de los demás. Yo no considero que las
causas de los accidentes sean, ni el alcohol ni las drogas. Porque si tú sabes cómo bebes, y tú sabes
cómo te drogas, no tiene porqué haber un accidente de coche. Es falta de respecto y da mucho
miedo, porque tú puedes estar conduciendo perfectamente pero sabes que en cualquier momento
otra persona está jugando con tu vida, en todo momento cuando estás en la carretera. Y no hay
conciencia de que un coche puede ser un arma más para matar… el rollo es ya que conducir es
violento, es agresivo... Correr, la situación del riesgo, ¡es que así eres más ´valiente`, eres más
El UNICEF (1996) calculaba que cada hora morían mil niños a causa de enfermedades que pueden
evitarse e incluso curarse fácilmente, y casi el doble de mujeres moría o sufrían graves incapacidades durante
el embarazo o el parto debido a la falta de asistencia. El mismo organismo estimaba que asegurar el acceso
universal a servicios sociales básicos requeriría una cuarta parte de los gastos militares anuales de los “países
en vías de desarrollo”, alrededor del 10 % de los gastos militares estadounidenses. Por su parte la FAO
denunciaba que seis millones de niños morían cada año en el mundo sólo a causa de la desnutrición. (Fuente:
El País, 16/10/02
46
41
`hombre´! Es cierto que los hombres conducen más agresivamente que las mujeres... que te
enseñan, porque así te las das de `hombre´, de`macho´... es el tipo de sociedad que te han vendido y
es lo que vives y lo que ves.” (Jordi, joven catalán de 26 años)
2. La violencia doméstica o de género.
"[...] pero ahora es difícil saber si arrastra los pies debido a la presión de la vejiga o para recordarle
a su esposa, mucho más joven que él, que, aunque su vejez resulte patética, su autoridad sigue
siendo inexorable." (Berger, 2001: 17-18)
Asumiendo que las sociedades contemporáneas (y no sólo), en su mayoría se apoyan en una
filosofía y una práctica de carácter machista-patriarcal, es oportuno observar la forma en
que el fenómeno se manifiesta de diferentes maneras según el contexto y la cultura donde
se desarrolla (al igual que el capitalismo: no es igual -pero es el mismo- el que existe en
Sudáfrica que el de Suecia).
Tenemos así que el prototipo de “macho ibérico español” posee unos rasgos determinados
que lo diferencian, por ejemplo, del “dandi italiano” o del argentino. En Cataluña, donde
existe un relativo movimiento feminista entre las mujeres, principalmente entre los sectores
okupas, la sensación que me quedó después de haber interactuado en ese medio durante tres
de los seis años que viví en Barcelona (incluso después de haber conocido otras feministas
okupas del continente europeo), es que tienden más a materializar una suerte de disputa con
el sexo opuesto pero, paradójicamente, acentuando en ellas algunos rasgos masculinos en
detrimento de la afirmación de su feminidad. Es decir que se plantea en términos de
confrontación o enfrentamiento más que de lograr la "igualdad en la diferencia".
En relación a esto último, recuerdo uno de los primeros días que llegué a Barcelona y leí en
una esquina de la calle de La Cera, barrio Raval, escrito sobre una pared: "¿Piropos?...
¡cerdo, te vamos a matar!..." Días después, escuché las cosas que dos autóctonos le gritaban
a una mujer (nada más lejos que un piropo de verdad) y comencé a entender este tipo de
reacciones de parte de las mujeres. Por otro lado, vale señalar que también existe un
feminismo europeo más formalizado e institucional. Para estas mujeres, "igualdad" es tener
el mismo número de escaños en el Parlamento que los hombres.
Pero sumerjámonos directamente en el tema central de este apartado: el de la violencia de
género.
Se trata de una de las primeras causas de muerte de mujeres en España. Así de contundente.
Tanto, que Amnistía Internacional denunció que en este país no se garantiza la seguridad de
la mujer. (Fuente: El Mundo, 5/3/2004, edición digital)
En efecto, sólo en los últimos años fueron asesinadas 233 mujeres: 54 en 2001; 51 en 2002;
66 en 2003 y 63 hasta el 28/11/04. (Fuentes: Observatorio español contra la violencia de
género).
El tema recién comienza a tratarse en los medios (¿cuántas muertes fueron necesarias?,
¿cuánto cuesta un minuto en televisión?) por su repercusión en la opinión pública española,
a la par que el "problema" de la inmigración y la violencia skinhead-neonazi.
¿Tienen alguna correlación con estos indicadores de la realidad las representaciones y
prácticas de los sujetos?
42
Para tener algunos antecedentes que nos permitan aproximarnos un poco más en el abordaje
del fenómeno, vale apuntar que ya en 2001 un estudio elaborado por la Universidad
Complutense de Madrid alertaba que 61 % de los jóvenes españoles de entre 14 y 18 años
encuestados pensaba que para tener una buena relación de pareja era deseable que la mujer
fuese "sumisa". Asimismo, a uno de cada cuatro jóvenes de la misma franja etaria le
parecía "muy bien" que la mujer cobre menos que el hombre por hacer el mismo trabajo. A
su vez, doce de cada cien se mostraron de acuerdo con la siguiente afirmación: "cuando una
mujer es agredida por su marido algo habrá hecho"47 (lo cual se relaciona con el alto índice
de violencia doméstica o de género que se registra en España).
Por último, el estudio citado mostraba que 60 % de los adolescentes encuestados aseguraba
que "los hombres no deben llorar" (Juan José Millás: "Vida sexual y sana", El País, 3/8/01,
contratapa).
Sin embargo este panorama no es exclusivo de España (lo que ocurre en España es que todo
se exacerba "a lo bestia"48). Sin ir más lejos, un estudio realizado por la Comisión Europea
en los 15 países de la UE indicaba que 46 % de los ciudadanos europeos (de quienes, desde
Sarmiento en adelante, nos inculcaron que eran "civilizados") consideraba que la violencia
doméstica se debe a "la actitud provocativa de la mujer" (Fuente: El País, 25/9/01, edición
digital). Lo anterior, también tiene su correlato en los hechos: una de cada cinco mujeres
europeas ha sufrido la violencia doméstica (Fuente: El País, 18/2/02, p. 26).
Por otra parte, ¿cuáles son los principales padecimientos relacionados con las condiciones
de vida y de trabajo de los inmigrantes en la sociedad de destino?
“Como todo acontecimiento de la vida (life event), la migración es una situación de cambio
que no sólo da lugar a ganancias y beneficios, sino que también comporta toda una serie de
tensiones y pérdidas a las que se denomina duelo [...] Los riesgos para la salud o para la
integridad física no tan sólo comportan enfermedades o lesiones, sino también la puesta en
marcha de procesos de duelo por lo que se ha perdido [...] prácticamente todo lo que rodea
a la persona que emigra cambia: desde aspectos tan básicos como la alimentación o las
relaciones familiares y sociales, hasta el clima, la lengua, la cultura, el status [...] Cuando la
vivienda no dispone de las condiciones higiénicas adecuadas (o no hay siquiera vivienda),
cuando se pasa frío, o cuando la alimentación es insuficiente o inadecuada, etc., todo ello
puede dar lugar a enfermedades [...] A esto se ha de añadir el alto índice de accidentes
laborales y enfermedades ligadas a las situaciones de irregularidad legal y explotación en la
que trabajan muchos inmigrantes." (Atxotegui, 2000: 83-84-99)
En base a la definición de salud propuesta por Weinstein (1989) como el conjunto integrado
de capacidades biopsicosociales de un individuo o de un colectivo, capacidades cuyo
desarrollo depende del conjunto de acciones específicas sobre la salud -programas médicos,
¿Les suena la frase? Seguro que a muchos nos recuerda al terrorismo de estado en Argentina durante
la última (esperemos) dictadura militar. Se usaba esa y otra parecida: "Por algo será...". Kohan (2002: 97),
traduce lo anterior construyendo una metáfora del "machismo nacional": "de un modo bastante argentino, el
marido resuelve que la culpa la tiene la mujer".
48
Ejemplos tratados: 1) España no es el único país de la UE donde se producen accidentes laborales
mortales: pero es el que detenta la tasa más elevada; 2) Idem con la desocupación; 3) España no es el único
país del mundo donde se come cerdo: ¡pero cómo se come!; 4) España no fue el único país europeo
gobernado por un partido neofascista en la década de 1990: pero es que el PP y Aznar... ¡son demasiado!
47
43
educacionales, culturales, sociales, recreativos o políticos- y de las condiciones históricas,
socioeconómicas y culturales, se puede plantear que en las sociedades que componen la
“Europa del Euro” actual, son los inmigrantes “extracomunitarios” sin papeles y sus
familias quienes tienen menores posibilidades de desarrollar sus capacidades de salud:
“Tras una revisión de los escasos estudios realizados en España sobre la situación sanitaria
de los inmigrantes puede afirmarse que no existen perfiles de morbilidad marcadamente
diferenciados respecto a la población autóctona; contra lo que algunos prejuicios pueden
sugerir, la incidencia de enfermedades importadas (malaria, paludismo, etc.) es mínima. En
cambio, gran parte de las consultas de la inmigración económica procedentes de países del
sur están originadas por las condiciones de trabajo (heridas y golpes en la construcción,
efecto de plaguicidas en labores agrícolas, etc.), de vida (alimentación y condiciones de
vivienda inadecuadas) y de marco social de convivencia (enfermedades de transmisión
sexual entre colectivos compuestos mayoritariamente por varones, que recurren a los
servicios de prostitutas sin observar medidas profilácticas). Según Ugalde (1997), los
patrones de morbilidad de esta población refleja, más que sus niveles de salud antes de
emigrar, los problemas sociales que han de afrontar en su supervivencia cotidiana, que
generan problemas de salud mental (estrés, miedo, ansiedad, etc.) y diversas
predisposiciones psicosomáticas.” (Colectivo Ioé, 1999: 164)
Si
bien
en
diversos
autores
encontramos
planteada
la
relación
salud/enfermedad/condiciones de vida/reproducción social (Laurell, 1986; Franco Agudelo,
1986 y otros), E. Menéndez (1990; 1992; 1994) es quien aporta la definición de un
concepto que se ajusta mejor al análisis que se propone. Para este autor, el proceso de
salud/enfermedad/atención constituye un universal que opera estructuralmente en toda
sociedad, y en todos los conjuntos sociales que la integran. La enfermedad, los
padecimientos, los daños a la salud, son parte de un proceso social dentro del cual se
establece colectivamente la subjetividad. Esto es, el sujeto, ya desde su nacimiento, se
constituye e instituye a partir del mencionado proceso.
Del mismo modo, autores que han contribuido al desarrollo de una epidemiología críticadialéctica latinoamericana (Almeida Filho, 1992; Breilh, 2003 y otros) reconocen la
importancia de los factores socioculturales en el momento de abordar la salud/enfermedad
como objeto-campo:
“[...] La salud y la enfermedad envuelven una compleja interacción entre los aspectos
físicos, psicológicos, sociales y ambientales de la condición humana y de atribución de
significados [...] Salud y enfermedad son fenómenos clínicos y sociológicos vividos
culturalmente [...], importan tanto por sus efectos en el cuerpo como por sus repercusiones
en el imaginario: ambos son reales en sus consecuencias.” (De Souza Minayo, 1997: 12-13)
La Antropología de la Medicina aborda el proceso de salud/enfermedad/atención
dominantemente en el nivel microsociológico. Pero el enfoque relacional aquí adoptado
implica abarcar las dimensiones políticas, culturales, ideológicas, sociales y psicológicas en
el análisis, reconociendo que todo acto humano, como lo es el proceso de
salud/enfermedad/atención, opera dentro de un marco de relaciones sociales que
constituyen a los conjuntos sociales, más allá de la valoración de las mismas:
“[...] colocar a los conjuntos sociales, a los sujetos sociales enfermos (y no enfermos: a la
epidemiología sociocultural le interesa también la salud) dentro de la estructura social,
44
económico-política y cultural en la cual contraen las enfermedades, padecimientos y
desgracias, los tratan, se curan, mueren […].” (Menéndez, 1990: 34)
Podría decirse asimismo que la perspectiva de la Antropología de la Medicina aplicada como
en este caso a los procesos migratorios, "[...] permite una cierta capacidad explicativa, al
detectar una lógica que permite relacionar dichos procesos con las manifestaciones de
morbimortalidad que presentan estas poblaciones." (Romaní, 2002: 501)
Luego de esta breve introducción teórica-conceptual, analicemos dos casos concretos sobre
la vinculación entre salud/enfermedad y condiciones de vida/de trabajo de los inmigrantes
en España.
1. Cualquier persona que haya caminado por las calles del distrito de Ciutat Vella (Ciudad
Vieja) de Barcelona, fundamentalmente por el barrio de Raval, puede inferir al menos tres
cuestiones: primero, exceptuando la zona de Raval alto, la mayoría de la población que lo
habita es de origen inmigrante (aproximadamente 45 %); segundo, buena parte de los pisos
que estos habitan no se encuentran en condiciones de habitabilidad y saneamiento dignas,
sino más bien de hacinamiento; y tercero, las pequeñas calles del corazón del barrio
constituyen potenciales focos infecciosos debido a la concentración de basura y suciedad
que las caracteriza. Ante semejante estado de cosas, la incidencia de la tuberculosis, una de
las llamadas enfermedades de la pobreza, va en aumento:
Como puede observarse en el gráfico que se presenta a continuación, el porcentaje de casos
de tuberculosis aumentó significativamente en inmigrantes a partir de 2000.
Porcentaje de incidencia de tuberculosis en inmigrantes. Barcelona (1998-2001)
0,25
22,0%
22,6%
0,2
14,5%
0,15
10,0%
0,1
0,05
0
1998
1999
2000
oct 2001
Fuente: Institut Municipal de Salut Pública, 2001. La Salut a Barcelona. Ajuntament de Barcelona.
Es importante asimismo señalar que España se sitúa a la cabeza de la UE en tasas de
mortalidad por tuberculosis. En Cataluña se producen 30 casos de tuberculosis cada
45
100.000 habitantes, mientras que de cada tres inmigrantes que mueren uno es por
tuberculosis. Por su parte, y tal como se refleja en el cuadro que se presenta a continuación,
en Barcelona la tasa es de 37,5 casos por 100.000 habitantes, pero en el distrito de Ciutat
Vella la misma se eleva a 174 casos, cifra comparable a la de muchos países del “Tercer
Mundo”.49 (Fuente: Instituto Municipal de la Salut)
Tasas diferenciales de incidencia de tuberculosis por 100.000 habitantes. Ciudad de Barcelona y
distrito de Ciutat Vella
174
180
160
140
120
100
80
37,5
60
40
20
0
Barcelona
distrito de Ciutat Vella
Fuente: Institut Municipal de Salut Pública, ob.cit.
Según recomendaciones del Instituto Municipal de Salut Pública (IMSP), más que asociar
tuberculosis con inmigración (del mismo modo que se relaciona esta última con
delincuencia) el fenómeno remite sobre todo a las condiciones de pobreza y marginación en
las que los inmigrantes viven. Es baja la probabilidad de que una persona que habita en
Sarriá, uno de los barrios más ricos, ubicado en la parte alta de la ciudad, contraiga la
enfermedad. La tuberculosis ataca a organismos con defensas deficitarias y mal
alimentados. Por lo tanto, no se trata solamente de una enfermedad “importada” por los
inmigrantes, sino que mayoritariamente se la contrae aquí, en contextos urbanos con un
status de vida de “Cuarto Mundo”, en los cuales existen altos grados de patrones de
exposición para las personas que los habitan (en su mayoría inmigrantes):
“En este barrio [por Raval] hay una incidencia de la tuberculosis muy alta, que no tiene
nada que ver con el resto de Barcelona. Tenemos mucho cuidado con los inmigrantes
porque viven en unas casas con muy malas condiciones, de hacinamiento, además no
comen bien, la alimentación no es la correcta, es decir que las condiciones de vida que
Para tener una aproximación comparativa tenemos que en Argentina durante 2003 se produjeron un
total de 12.258 casos de tuberculosis, de los cuales la mitad correspondían solamente a la ciudad y a la
Provincia de Buenos Aires. (Fuente: Ministerio de Salud y Ambiente y OPS, ob. cit.)
49
46
tienen potencian el desarrollo de la enfermedad.” (Montse Salgado, médica del CAP de
Drassanes)
2. A partir de la trayectoria migratoria de Notcher, un fula50 senegalés que actualmente
reside en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona, lugar donde lo entrevisté en sesiones
múltiples durante septiembre-noviembre de 2001, es posible acercarnos a algunos de los
aspectos más relevantes sobre la relación entre las condiciones de vida y de trabajo y la
situación de salud de los inmigrantes “extracomunitarios” en España.
Desde un abordaje histórico-estructural que permita relacionar variables materiales
contextuales con las experiencias, percepciones y representaciones de los propios sujetos,
resulta idóneo centrarse en el ámbito específico de la salud laboral, reconociendo las
condiciones de vida y las características del proceso de trabajo como determinantes en el
desgaste de la salud, como fuentes de enfermedades y como agentes importantes de
influencia en el cuadro de morbilidad de los trabajadores (Laurell, 1987, 1993, coord.).
Considerar la salud laboral como relación social desde una perspectiva holística-relacional
abarca varios aspectos. Como parte del análisis de la forma en que las condiciones de vida
y de trabajo se expresan en los procesos de salud/enfermedad/atención de los trabajadores
inmigrantes, resulta necesario enfocar la relación trabajo-salud desde la dimensión política.
En el caso abordado, el del espacio social del Poniente almeriense, es preciso dar cuenta de
la situación en la que los inmigrantes realizan el trabajo en los invernaderos, esto es, sin las
mínimas condiciones de legalidad migratoria-contractual, como una especie de masa
informal excluida de la ciudadanía.
En este sentido, los relatos de Notcher, sumados a una serie de estudios realizados sobre
esta problemática, me han posibilitado aproximarme a una indagación en torno al ámbito de
la salud laboral de los inmigrantes en España como relación social, de acuerdo a la variable
de "riesgo para la salud", desde una perspectiva de totalidad aplicada a los siguientes
indicadores generales: el escenario productivo agroindustrial del Poniente almeriense
(condiciones de vida insalubres); los factores de riesgo laboral en los invernaderos
(condiciones de trabajo); y las condiciones particulares de acceso de los trabajadores
inmigrantes a la atención sanitaria. Mediante un enfoque holístico-relacional se analiza, en
el contexto histórico-social del que se trata, la forma en que este conjunto de factores
transforman la situación en un proceso destructivo/deteriorante de carácter permanente en
la salud/enfermedad de las personas.
En relación al caso tratado, el del Poniente almeriense, a las condiciones de esfuerzo físico
en las que se realiza el trabajo y a las altas temperaturas que se intensifican bajo el plástico
que recubre los invernaderos, hay que agregarle un factor que según distintos estudios
(Servicio Andaluz de Salud, 1992; CITE, 1992; Parrón et. al., 1992; Asociación para la
Prevención de Accidentes, 1999) produce daños, en muchos casos irreparables, en la salud
de los trabajadores: el uso de plaguicidas, pesticidas, fertilizantes y otros productos
fitosanitarios, sin las medidas adecuadas exigidas por las normas de seguridad. Según las
Los peul son una etnia originaria de Senegambia, región natural formada por los dos países que le
dan su nombre (Senegal y Gambia). La misma coincide también con un área etnolingüística, en la que
comparten orígenes históricos y culturales los pueblos nómadas peul, fula y tukolor, así como los antiguos
imperios “medievales” de Malí (los mandingas) y de Ghana (los saraholes). Conviven además wolof (la etnia
mayoritaria de Senegal), djolas, akus, manjakos, bambaras, y pueblos pescadores serer. (Kaplan, 1998)
50
47
recomendaciones sobre la aplicación de pesticidas, venenos químicos que se utilizan para
matar plantas (herbicidas), hongos (fungicidas) e insectos (insecticidas), deben utilizarse los
siguientes medios de protección personal: guantes de goma, botas de goma, gorra, gafas de
protección, ropa que no deje al descubierto partes del cuerpo y mascarilla respiratoria con
filtro químico. (Asociación para la Prevención de Accidentes, ob. cit.: 31)
Vale subrayar que la exposición a sustancias tóxicas por parte de los trabajadores en los
invernaderos, lejos de constituir una relación de externalidad eventual, constituye un
elemento inherente a los patrones de exposición permanentes en el modo de vida y de
trabajo descritos. Por lo tanto, más que de “exposición” podría hablarse de “imposición”.
Lo mismo sucede respecto a la intoxicación: el objeto de estudio “proceso de intoxicación
por sustancias tóxicas en los invernaderos del Poniente almeriense”, requiere -como se ha
tratado más arriba- de una comprensión integral del conjunto de factores interactuantes en
un contexto sociopolítico particular, todo lo cual determina el proceso analizado.
La exposición a dosis bajas de intoxicación por estas sustancias, prolongada en el tiempo,
puede no llegar a provocar efectos ostensibles inmediatos en la persona, pero en cambio
genera un proceso fisiopatológico que puede ir destruyendo algunos órganos vitales
(hígado, riñones, médula ósea, glándulas endocrinas y gónadas, etc.), así como producir una
fuerte neurotoxicidad que deteriore el sistema nervioso a largo plazo o actuar como
promotores o detonantes de cáncer. (Breilh, ob. cit.: 255) (El destacado es mío.)
Además, existen otros factores que potencian los problemas de salud de los trabajadores en
el contexto descrito: la deficiente alimentación e ingestión de líquidos y la carencia de agua
en muchas de sus viviendas que impide un cotidiano y completo aseo corporal.
Siguiendo la misma línea de análisis sobre la relación entre salud/enfermedad y condiciones
de vida, y como parte de la relación de hegemonía y subordinación que se produce en la
zona del Poniente almeriense, vale apuntar que los dueños de los invernaderos son al
mismo tiempo propietarios de las viviendas (llamados "cortijos") que alquilan a los
trabajadores inmigrantes, los cuales en su mayoría están situadas cercanos a los campos
donde se trabaja. Los dueños de los invernaderos alquilan a los trabajadores estas
edificaciones precarias, además de, en muchos casos, utilizarlas también como depósitos de
abonos, fertilizantes, pesticidas y otros instrumentos del trabajo agrícola, a pesar de que
todas las recomendaciones de seguridad en la agricultura apuntan a que los pesticidas,
plaguicidas y otros productos fitosanitarios deben almacenarse en recintos con buena
ventilación, destinados exclusivamente a ese fin. Paralelamente, Martínez Veiga (ob. cit.:
151) señala que la carencia de facilidades para el baño (desde ya, no existe el agua caliente)
representa un grave problema para estos trabajadores en tanto que los efectos nocivos de los
insecticidas, pesticidas y herbicidas se producen por su absorción a través de la piel. Dichos
efectos se reducen con el lavado y se acentúan sin él. Por lo tanto, es fácil inferir los
probables problemas de salud para los habitantes de los cortijos, derivados de la situación
descrita.
Por otra parte, en un estudio realizado por CITE (1992: 7), se evidenciaba que 75% de estas
viviendas carecían de agua corriente; 70% de servicio higiénico; 15% de gas; 79% de
electricidad; y 95% de calefacción y refrigeración. Seis años más tarde, en 1998, el
“Informe sobre la situación de los/las inmigrantes en Almería” elaborado por la ONG
Almería Acoge y los sindicatos CCOO y UGT, cifraba en 55% las viviendas sin agua
48
corriente; 57% sin baño y 31% sin electricidad. Por su parte, el Defensor del Pueblo
Andaluz sostuvo en su informe 2000 que entre 60 y 80% de estos alojamientos son
“infraviviendas”.
Tras haber trabajado y vivido durante dos años en el Poniente almeriense, en términos
generales Notcher considera que él ha tenido suerte, sobre todo si se compara a sí mismo
con otros de sus compañeros:
“Nunca tuve enfermedades o cosas más serias durante esos dos años en Almería, pero los
otros senegaleses con los que yo vivía siempre, cada día, tenían un mal. Yo conocí mucha
gente ahí en Almería que se tuvo que operar de hernia discal. Mucha gente. Y ninguno
puede trabajar más. Uno está aquí viviendo conmigo, en Barcelona, otro está en Soria,
otro en Almería pero no trabaja, vende en la calle. Uno tuvo cáncer de garganta, y no
fumaba. Al principio él pensaba que era un mal, un dolor que se le pasaría. Fue muchas
veces al hospital más grande de Almería para que lo vieran pero nadie nunca lo atendió
porque no tenía papeles. Un día, desesperado, pudo hablar con un médico y le explicó
sinceramente todo lo que le pasaba y lo que necesitaba. El médico lo revisó y le dijo: ´Tú
seguro que estás muy enfermo. Voy a mandarte a Almería`. En Almería le dijeron que tenía
un cáncer, un cáncer de garganta. Cuando regresó a su casa de vuelta todavía no sabía
bien lo que era un cáncer. Fue preguntando poco a poco y le fueron explicando. Y le
agarró el pánico. Quería volver a Senegal para morir allí. Los médicos le aconsejaron que
se quedara aquí porque se cura mejor que allí. El se fue a Senegal por dos meses y
regresó. Un día, mi amigo me explicó lo que hacía en el invernadero. Eran muchos polvos
insecticidas que se mezclaban para ponerlos sobre las plantas con las manos, sin guantes
ni protección en la boca. Esto es lo peor que había en Almería. Yo lo he hecho sólo dos
veces con mi jefe y luego le dije que esto ya no lo tocaba más. Cada vez que lo hice me
puse mal de la garganta por lo menos una semana. Estos polvos insecticidas le han hecho
el cáncer a este amigo, porque él era el único que lo hacía en el invernadero donde estaba
trabajando, y porque se lo dijeron los médicos. Lo que uno pasa ahí, realmente, no es fácil
de contar y de que lo entiendas si no lo vives, si no lo sientes. Almería te deja su firma,
una marca para toda la vida”. (Notcher) (El destacado es mío.)
El proceso de trabajo en el Poniente almeriense, como eje fundamental del modo de vida de
los trabajadores inmigrantes en un escenario particular, constituye un proceso
destructivo/deteriorante que determina sus procesos de salud/enfermedad/atención en la
sociedad de destino. En este sentido, se ha enfatizado en la necesidad de un abordaje
integrador, desde una perspectiva holístico-relacional, que tenga en cuenta el análisis de la
salud laboral como relación social, y en el que se incluyen también factores históricos,
geográficos, ecológicos y culturales como parte del estudio del proceso de
salud/enfermedad de los trabajadores.
El que la existencia de un conjunto social específico (los inmigrantes extranjeros del
Poniente almeriense) se desenvuelva en contacto directo y permanente con sustancias
tóxicas y contaminantes en la unidad de producción (el invernadero), está determinado por
las condiciones laborales y sociopolíticas del contexto, que los sitúa en una posición de
subalternidad caracterizada por una situación de exclusión social y política y de
marginación. Es decir que los procesos destructivos/deteriorantes que afectan la
salud/enfermedad de los trabajadores aparecen como inseparables -volviéndolos aún más
vulnerables- de los factores contextuales.
49
Ser inmigrante no es una enfermedad. Pero ser trabajador inmigrante en el contexto
sociopolítico actual de España supone también enfermar. Enfermar durante el trayecto
migratorio y como consecuencia de las condiciones de vida y de trabajo en el país de
destino. Enfermar en una cultura y una sociedad distinta a la propia de origen. Enfermar y
estar lejos de su tierra, de su familia, de los seres queridos, angustiado, sin afectos y sin
recursos. Enfermar y que el mal no pueda atenderse por la restricción de una ley. Enfermar
y no poder comunicárselo al médico. Enfermar y que el médico no comprenda al
“enfermo”, no interprete su padecimiento, malestar o dolencia como parte de un fenómeno
sociocultural humano.
50
IV. LA CRIMINALIZACIÓN DE LA INMIGRACIÓN:
acerca del "problema" de la inmigración en España... o cómo convertir un fenómeno
histórico-social humano en "problema"
“Empezó una discusión general. Lo extraño es que la posibilidad de que yo fuese un
Dinosaurio no se tenía en cuenta; la culpa que se me achacaba era la de ser Diferente, un Extranjero
y por lo tanto Sospechoso; y el punto debatido era en qué medida mi presencia aumentaba el peligro
de una vuelta eventual de los Dinosaurios”. (Italo Calvino, 1994: Memoria del mundo y otras
cosmicómicas. Madrid: Siruela. p. 76)
La cuestión de la integración de "otros" ("extranjeros", "extraños", "forasteros", etc.) al
espacio territorial, sociocultural y político del "nosotros" (en este caso los "autóctonos",
"nativos", en suma, el "ser nacional español") concebido como un "organismo" societal con
un ordenamiento moral, jurídico, religioso y estructural particular, puede asimismo
abordarse desde la traspolación de la metáfora de "la casa tomada" (extraída del cuento
Casa Tomada de Julio Cortázar, 1951) y que, a grandes rasgos, para el caso del que se trata,
supone lo siguiente: los sectores de poder triunfantes que emergieron de la guerra civil
(1936-1939) en España (militares, jerarquía eclesiástica, grandes latifundistas del campo,
clase política dirigente franquista, etc.) se asumieron como lo "Uno".
Lo Uno fue anteriormente, desde entonces y hasta la actualidad, lo esencial, lo primero, lo
indivisible y lo bueno para España. Lo Uno se propuso el exterminio de los "Otros" para su
objetivo de control, dominio y exclusión (en ningún caso su inclusión, incorporación o
integración). Lo Uno, con distintos disfraces y una serie de matices (dictadura o monarquía)
fue siempre lo Uno: el Poder. Los otros tuvieron en la historia de España diversas
encarnaciones: fueron los moros, las brujas, los judíos en la baja Edad Media; los gitanos y
los indios americanos después. Los anarquistas, “el enemigo rojo invasor”, los
republicanos, los liberales, los independentistas catalanes y vascos, etc. durante el siglo XX
y los nuevos migrantes extranjeros "ilegales" de hoy, quienes aparecen como los más
recientes otros que amenazan con aquello de “tomar la casa” (o, en el caso de los "moros",
de retomarla).
Según Feinmann (ob. cit.: 24, 31) el señalamiento del otro absoluto, del enemigo, del Mal,
apunta al sujeto en el que se visualiza el elemento negativo, en el que se condensan todas
las desgracias de la Nación (el "chivo expiatorio"). Ante esto, es necesario organizar la
violencia contra un "mal que se propaga", contra los infiltrados que subvierten los valores
de la sociedad, que atentan contra una pureza esencial: de la raza, de la identidad, de la
tradición... porque se los ve como parásitos, se los asume como peligrosa escoria para el
Uno. De esa forma considerarán siempre los fascismos al diferente: y todo fascismo se
siente dueño de la patria y de su tradición. Cree que el Otro, siempre, viene a arrebatarle el
presente y es, asimismo, la negación del pasado.
A manera de aproximación comparativa, se puede trazar un paralelismo con Argentina,
aunque reconociendo siempre la especificidad inherente al contexto histórico y sociopolítico
de cada país.
Así puede verse cómo el genocidio de los pueblos indígenas primero, y de gauchos después, a
diferencia del western yanqui, no se implementaron con un criterio de colonización, de
incorporación de tierras y fuerza de trabajo a una economía capitalista. Sólo se trató de
51
exterminar a todo aquel que se opusiera -o fuese diferente- a las ambiciones de hegemonía y
dominación de las oligarquías de Buenos Aires. No se perseguía construir un país y que los
otros se convirtieran así en los efectos colaterales del "progreso y el desarrollo" (todavía hoy
nos preguntamos: ¿cuál?); sino directamente, lo que buscaban era exterminar a un enemigo y
poseer fortunas y tierras improductivas (los grandes terratenientes y sus latifundios).51
(Feinmann, ob. cit.: 224). Ese fue el criterio "civilizador" de la elite: aplicar la higiene social,
realizando la "necesaria limpieza" étnico-cultural, a través del exterminio, el aislamiento o el
destierro de los "otros": indígenas, gauchos, anarquistas, inmigrantes, multitudes, etc.
Según la simplificadora interpretación militar-organicista de la historia de nuestro país, "dos
fuerzas chocaron en la formación de la argentina: una caótica, irregular, desordenada (la de las
montoneras); otra sistemática, regular, planificada (la del ejército)". (Kohan, 2002: 38).
Considerar a la sociedad dividida en dos bandos es pensarla desde la guerra. Para los sectores
sociales y las personas que los componen que han adherido a este pensamiento, la victoria será
siempre "de los argentinos" (léase "los argentinos bien nacidos" o "los buenos argentinos").
Vale recordar que la racionalidad de esta frase, que se remonta a la época de unitarios y
federales52, pasando por las dicotomías "civilización/barbarie" y "nacional/extranjero", estará
presente en la historia de nuestro país en lo sucesivo, llegando hasta nuestros días.
Uno de sus más fieles representantes fue Roca, militar genocida de pueblos indígenas
desdoblado a político... sí, el de los billetes de 100 pesos, el que, siendo presidente en 1900,
firmó el decreto por medio del cual se eliminaban las estrofas del himno nacional argentino
consideradas ofensivas para los españoles, por aquellos tiempos convertidos en la segunda
colectividad de inmigrantes y con creciente poder acumulado. Roca, el representante, encontró
la manera de ir moldeando un interés común con los que serían los grupos oligárquicos del
interior. Desde el primer día como nuevo presidente, tuvo claro que la violencia legitimada en
el Estado era la única manera de sostener el proyecto que sustentaba. De esta manera lo
expresaba: “Necesitamos paz duradera, orden estable y libertad permanente; y a este respecto
lo declaro bien alto desde éste elevado asiento para que me oiga toda la República entera (…)
en cualquier punto del territorio donde se levante un brazo fratricida, o en que estalle un
movimiento subversivo contra una autoridad constituida, allí estará todo el poder de la Nación
para reprimirlo”. (Botana, 1977: 35)
Feinmann (ob. cit.: 46) plantea que los violentos siempre encuentran la legitimación de su
violencia negando la humanidad del agredido, negándole al Otro su condición de ser humano.
Desde el "piojoso judío" a "el tumor subversivo" (hasta el "moro de mierda" en el caso
español), nunca el que padece violencia es considerado por su verdugo como perteneciente a
la condición humana.
Desde una perspectiva similar, por ejemplo, puede analizarse cómo el movimiento sindical de
principios del siglo XX en Argentina no era más que un factor de desorden y perturbación
La elite argentina consideraba a los indígenas como una “raza moribunda” y “bárbara”. El proyecto
inmigratorio de construcción étnica de la Nación no les reservaba ningún lugar. Aquellos que sobrevivieron al
genocidio, terminaron confinados en el espacio de las misiones, de las reservas. Su cultura fue congelada en el
museo; sus rostros fueron fijados sobre la placa fotográfica y catalogados. Fueron los misioneros quienes
celebraron este rito fúnebre. La Patagonia, tierra mítica, se vació de sus habitantes autóctonos. (Scarzanella,
1999: 12)
52
"En nuestro país ganaron los unitarios, y no importa que digamos república federal [...] Quilmes es
Quilmes, pero por encima de Quilmes está La Plata, y por encima de La Plata, está la Capital". (Kohan,
ob.cit.: 108).
51
52
para la elite dirigente, promovido por agitadores extranjeros que repetían aquí sin fundamentos
una propaganda surgida en realidades muy diferentes a la nuestra y que utilizaban las huelgas
como gimnasia revolucionaria. Se trataba entonces, fundamentalmente, de un problema de
policía. Por lo tanto, había que controlar la inmigración y expulsar del país a aquellos que
minaban su seguridad y bienestar (los inmigrantes "indeseables").53 (Del Campo, 1989: 240)
Ese fue justamente el objetivo de las leyes de Residencia (1902) y Defensa Social (1910).
La primera de ellas, según palabras del por entonces presidente Roca, buscaba "excluir del
territorio nacional a los extranjeros que sólo traen a él el propósito de perturbación o
conmoción social y los de no contribuir a ninguno de los fines de la comunidad civilizada".
La segunda de las leyes, por su parte, prohibía la entrada al país y decretaba la expulsión de
anarquistas, negaba el asociacionismo libertario y endurecía las penas por delitos
tipificados como de terrorismo. (Scarzanella, 1999: 98-99)
Resultó que la imagen del inmigrante en la sociedad argentina fue transformándose desde
los inicios de la política pro-inmigratoria (1853) en adelante. Uno de los trabajos citados
más arriba, el de Scarzanella (1999), analiza de forma notable las dimensiones de ese
proceso:
"De la simpatía por los extranjeros, juzgados más trabajadores, ahorradores y cultos que los
nativos, se pasa a la desconfianza. Las virtudes se transforman en defectos: los recién
llegados pasan a ser ávidos, materialistas, introductores de ideas peligrosas [...] El caos
ciudadano se imputaba a los inmigrantes. Era fácil identificar para cada uno de los
problemas a un protagonista extranjero: judíos (o rusos) para la prostitución, españoles e
italianos para el homicidio y la violencia política, uruguayos (orientales) para el
alcoholismo y las peleas". (Scarzanella, ob. cit.: 9-10)
Tal como queda reflejado en el párrafo de arriba, se utiliza como argumento "antiinmigrante" fundamental, sostenido desde la antropología criminal lombrosiana, la
vinculación -con su correspondiente estereotipación clasificatoria- entre inmigración y
aumento de la criminalidad y la delincuencia.54
De esta forma, la elite oligárquica porteña y la clase dirigente evaluaban durante la primera
década del siglo XX la presencia de una inmigración indeseada, "enferma" y "peligrosa",
misma que podía llegar a comprometer lo que ellos consideraban la conformación de una
"sana y robusta raza argentina” (el "ser nacional"; el "buen argentino", etc.).
Esta misma perspectiva racista fue consolidándose en un sector de la sociedad argentina y
proyectándose en el tiempo hasta nuestros días. Vemos así como, por ejemplo, en la
Es notable la forma en que la elite parlamentaria de aquella época utilizaba el método hipotético
deductivo, fundante del positivismo hegemónico, para construir la alteridad ("lo extranjero") como negación
("los nadie"), y así excluirla en contraposición a "lo nacional". Wolfsun (2003: 169) lo ejemplifica: Los
terroristas, por definición, no son argentinos; Los terroristas (léase extranjeros) son nadie; Los terroristas
(léase extranjeros) están fuera de la ley.
54
Según las estadísticas recopiladas por Lombroso, Ferri y Colajandi, entre otros representantes de
esta corriente de pensamiento positivista, la “raza latina” resultaba altamente predispuesta al homicidio. Los
italianos, en particular, ostentaban la triste primacía de 13,4 homicidios cada cien mil habitantes, contra tres
de los otros países europeos. Uno de los discípulos de Lombroso de este lado del charco, el profesor Moyano
Gacitúa, docente de Derecho Penal de la Universidad de Córdoba, sostuvo al respecto en 1905: "La ciencia
nos enseña, pues, que junto con el carácter emprendedor, inteligente, desprendido, inventivo y artístico de los
italianos, viene el residuo de su alta criminalidad en la sangre". (Scarzanella, ob. cit: 35)
53
53
segunda década del siglo XX existió la Liga Patriótica Argentina, organización políticoparamilitar formada por jóvenes representantes de la oligarquía patricia criolla: familias
tradicionales, de raíz hispánica-colonial y católica (fundamentos de la nacionalidad),
vinculadas a los poderes militares (mismos que, a través del ejercicio de la violencia, deben
asegurar la continuidad de la tradición).
El golpe de Uriburu de 1930 contra Yrigoyen, como ascenso de este sector al Poder del
Estado, no sólo inauguró la modalidad golpista en nuestro país sino también su
conceptualización y la de todos los golpes posteriores. En este sentido, para Uriburu y la
ideología que representaba, la Nación venía formándose desde los muy hispánicos y
católicos tiempos de la Colonia. Yrigoyen, por el contrario, presidente depuesto,
representaba "la chusma inmigrante (europea), dominada por ideas anarquistas y ateas".
(Feinmann, ob. cit.: 31).
De esta forma, un conflicto social y político es transformado en un problema moral y
biológico: la "chusma" inmigrante, las "multitudes argentinas", representaban un quiste
doloroso en el cuerpo social. El extranjero, considerado el "afuera de la cultura", era
inscripto como una subjetividad constituida en el polo de la alienación y la delincuencia
(Ferrás, 2003: 139):
"En una sociedad en la que debido al papel hegemónico del discurso de los intelectuales
positivistas y de los médicos higienistas, se apelaba constantemente para su descripción y/o
análisis a la metáfora del organismo, el conflicto social no podía dejar de ser leído de
acuerdo con parámetros de la enfermedad." (Ferrás, ob. cit.: 144)
Posteriormente, durante el desarrollismo peronista (1945-1955), el ascenso, la
proletarización y el protagonismo de la clase trabajadora potenció el racismo inherente a la
oligarquía argentina. El fenómeno de industrialización durante esta etapa generó grandes
migraciones internas de trabajadores del campo a las ciudades más importantes (Buenos
Aires, Córdoba, Rosario), a quienes se los empezó a llamar, despectivamente, “cabecitas
negras”.
Veinte años después, la alianza golpista que usurpó los poderes del Estado, integrada por
oligarquía-imperialismo yanqui-iglesia-militares etiquetaba como “rojos”, “zurdos”,
“comunistas”, “subversivos”, “terroristas” a todo aquel diferente. Diferente en cuanto a
ideología, pensamiento, estética, anhelos, gustos... y como los diferentes eran muchos y
amenazaban el status quo, se los combatió aplicando el terrorismo de estado y produciendo un
genocidio. De esta forma, "subversivo" fue todo lo que atentara contra el "estilo de vida
argentino" o contra el "ser nacional" como absolutos indefinibles. Por eso, "subversión" podía
ser cualquier cosa.55 El golpe militar de Videla, Massera y (la) Cia., utilizó contra los "malos
argentinos" esta lógica, fundamentos y valores en el discurso, aunque con un cinismo en los
métodos y acciones nunca antes conocidos, que despojó las atrocidades cometidas de toda
racionalidad posible.
En relación a lo anterior, Feinmann (ob. cit.: 98) subraya que una de las características del
terrorismo de estado es la a-tipificación del delito: nadie sabe qué habrá de convertirlo en culpable. Nadie
sabe los motivos de la culpa o la inocencia, ya que estos motivos no están tipificados. Y no lo están porque el
Estado terrorista los reserva para su exclusivo arbitrio. Serán culpables -o potencialmente culpables- los que
el Estado decida que lo son y por las razones que el Estado decida.
55
54
Pasaron otros veinte años para que el racismo y la discriminación en Argentina se trasladen,
esta vez bajo el manto y la legitimación del sistema político democrático, contra los
inmigrantes de los países limítrofes más pobres: Bolivia (“bolitas”), Perú (“perucas”),
Paraguay (“paraguas”), continuando vigentes –y muy extendidos- hasta nuestros días, como
uno de los “males” (es decir, chivos expiatorios) que siguen “provocando” el profundo
deterioro de la situación socioeconómica y política argentina.
Retomando el caso de España, el Colectivo Ioé-UGT (2001: 149) sostiene que: "[...] la
historia de los dos últimos siglos podría abordarse como resultado de la tensión existente
entre los esfuerzos desarrollados por uniformar el mundo normativo y de valores de la
población, y las resistencias a esa homogeneización [...] El resultado es que se lleva a cabo
una política de asimilación a la cultura dominante. Como venía ocurriendo con muchas
minorías y movimientos de resistencia del propio país, [...] el rodillo de las normas y
criterios establecidos homogéneamente por el Estado (a través del sistema educativo, los
medios de comunicación, el trato de favor a la confesión religiosa mayoritaria, las pautas
familiares propias, etc.) tiene por efecto discriminar las culturas diferentes".
Sin ir más lejos, desde su asentamiento en la península ibérica (siglo XV) el pueblo gitano
ha sido discriminado, marginado y perseguido a partir de su diferencia. Del mismo modo,
se reconoce aquí que una parte de los catalanes, así como de vascos, y en menor medida,
gallegos y canarios, consideran sus respectivas “casas tomadas” por el “Uno español
monárquico”. Del otro lado, es interesante detenerse también en el fenómeno de racismo y
tratamiento despectivo del que fueron objeto muchos trabajadores migrantes internos, sobre
todo de Andalucía y Extremadura (los llamados "charnegos") hacia algunas regiones de
Cataluña, fundamentalmente durante la década de 1970. En ese contexto, aquello bien pudo
interpretarse como un intento de "españolización" por parte del gobierno franquista sobre
esta minoría cultural dentro del Estado español. En este sentido, actualmente podría
pensarse, a su vez, a los distintos colectivos de inmigrantes extranjeros como minorías
culturales dentro de Cataluña.
55
Graffiti en un muro de la c/Vistalegre, barrio Raval, Ciutat Vella, Barcelona
Un último apunte al respecto: cuando las diferencias dentro de un Estado, como el español,
por ejemplo, su variabilidad cultural y étnica, se presentan por el poder central como un
intento de "división nacional", de balcanización (como se ha hecho con los vascos sobre
todo, y en menor medida, con los catalanes, gallegos y canarios), se está aplicando la
metodología de "gobernabilidad" que subyace a la teoría del enemigo interno: la unidad, la
libertad, la juricidad y la paz social se ven amenazadas; justificación suficiente para la
represión. La incomprensión absoluta constituye el rechazo integral de las razones y
verdades del Otro. Y la violencia, llevada a su extremo en la guerra (frontal, declarada o de
baja intensidad), consiste en la conceptualización del Otro, del diferente, como enemigo.
(Feinmann, ob. cit.: 203, 244)
56
1. Estado, hegemonía y control social en las sociedades europeas actuales.
El Control Social Activo (Mellosi, 1992) característico de las democracias burguesas europeas
post-Segunda Guerra Mundial está basado en un mayor desarrollo de la “comunicación”
(característica intrínseca y necesaria de un sistema democrático). El control social, entonces,
produce comportamientos en vez de prohibirlos. El panóptico impulsado desde una estrategia
central, explotó en partículas que abarcaron los diferentes niveles de la estructura social,
asumiendo distintas formas y en diferentes grados. Las instituciones panópticas cedieron
espacio a la administración cotidiana de la población en su conjunto. De esta manera, así como
la cotidianidad de los sujetos es el campo de acción microscópico del control social, la
subjetividad de los mismos es la materia prima a moldear.
La obra de Foucault, particularmente en Vigilar y Castigar (1986), centra la atención en el
aspecto proactivo del poder, es decir, no en la capacidad de inhibir las conductas y los
comportamientos, sino en la de generar motivaciones para la identidad y la acción, entre
otras cosas.
Las motivaciones positivas son instrumentos de poder potencialmente mucho más
vigorosos que las amenazas (las sanciones negativas). Por un lado, nuestros deseos,
nuestras elecciones morales, la identificación con ciertas imágenes, son formas mediante
las cuales se nos intenta controlar. Por otro lado, y para asegurar la obediencia y la
subordinación, es necesario introducir en el tejido social un conjunto de dependencias,
contradicciones y alarmas que provoquen el deseo de las leyes, la justicia y la presencia de
la autoridad. (Trinidad, 1993)
La hegemonía, en el sentido que le asignó Gramsci56, al contrario de la simple coerción de
arriba hacia abajo, busca legitimar la explotación, las desigualdades, las injusticias.
Partiendo de esta premisa, es posible reconocer una lógica de las estrategias dirigidas a
hegemonizar las condiciones de percepción social sobre determinados fenómenos sociales.
La hegemonía no es sólo que unos manden, sino, además, y sobre todo, que el resto se
esfuerce por obedecerlos. De esta manera, el éxito del sistema normativo será alcanzado
cuando la opinión pública resulte lo suficientemente fuerte como para condenar y castigar
moralmente. O también, como se verá más adelante a partir de ciertas agresiones racistasxenófobas sucedidas, incluso físicamente por sí misma.
En ese sentido, es posible comprobar la manera en que las formas de moralidad, los códigos
de derecho y los conceptos ideológicos constituyen poderosas fuerzas en la historia de la
humanidad que definen las diferentes formas y grados de opresión. Por eso, a pesar de ciertas
creencias que nos inculcaron desde siempre en la historia de nuestro país sobre las bondades
del "Primer Mundo Civilizado", luego de vivir seis años en él, he comprendido que hasta el
significado del concepto de "libertad" es relativo (por no decir que todo lo es desde Einstein en
adelante). Quiero decir que también en estas sociedades, cuando el castigo simbólico no
Gramsci (1984) le asignó una importancia fundamental al concepto de hegemonía, en el sentido de
que permite recuperar el análisis sobre los procesos ideológicos poniendo el énfasis en el consenso como
construido a partir de complejos mecanismos mentales (conscientes y no conscientes), relacionados
interdependientemente con los procesos socioeconómicos y políticos.
56
57
alcanza para ejercer el control social, en momentos en que la hegemonía se ve cuestionada, el
Poder no duda en utilizar la fuerza.57
Entre los elementos para afianzar la hegemonía se encuentran las censuras sociales. Sumner
(1994) plantea que las mismas tienen un carácter claramente moral y político, y puesto que
simbólicamente representan la corrección y el mérito frente a la equivocación y el peligro,
son a la vez una justificación para las actuaciones represivas contra el infractor y un intento
de educarlo en los hábitos o formas de vida deseadas (podría decirse también: en un
determinado "estilo de vida").
El hecho de estar frecuentemente vinculadas a principios morales les concede un potencial
político en relación a la lucha por la hegemonía: el deseo de permanencia, la seguridad, el
miedo a lo cambiante, la búsqueda de fijezas y absolutos, el consumismo, el
individualismo, la competencia, entre otros elementos, forman parte de un estilo de vida podría decirse- dominante por estos tiempos de la globalización neoliberal postmoderna
entre buena parte de los ciudadanos europeos, en este caso, españoles.
El estilo de vida de los gitanos, los musulmanes, los africanos, pero también del
vagabundo, la prostituta, el bohemio, etc., son mal vistos por distintas causas, motivos y
razones, pero todas ellas por tratarse de estilos de vida diferentes. "Gitano", "moro",
"sudaca", "negro", etc. en el contexto español actual, representan censuras sociales que
tienen el potencial de movilizar a las fuerzas del orden; orden y moral contra determinados
sectores de la población.58
Para Sumner (ob. cit.), si bien a menudo las censuras son presentadas en términos legales,
técnicos o universales como meras descripciones, constituyen en realidad calificaciones
valorativas sobre lo que esencialmente es un conflicto político-moral. La función general de
la censura, de esta forma, es dotar de significado, denunciar y regular: se distingue lo
desviado, lo patológico, lo peligroso y lo delictivo de "lo normal y lo bueno" (lo
hegemónico). De esta manera, se etiqueta y se estigmatiza.59
Un ejemplo de ello fue la muerte de Carlo Giuliani, joven italiano de 23 años asesinado por el
disparo de un carabinieri durante las manifestaciones contrarias a la cumbre de julio-2001 del G8 en Génova.
El policía le disparó directamente a la cabeza y Carlo cayó fulminado. Acto seguido (por si las moscas), le
pasaron por encima con el jeep policial al cuerpo muerto. Años más tarde, la justicia italiana declaró al
asesino inocente, alegando que había actuado "en defensa propia".
58
De la misma forma, en la Argentina de la inmigración masiva, en los albores del siglo XX, se utilizó
una denominación imprecisa respecto a los grupos étnicos: rusos, turcos, napolitanos o, en general, gringos,
fue el indicador de un prejuicio que igualaba a los individuos diversos, clasificándolos en categorías vagas y
sospechosas, en censuras sociales. En el caso de los italianos, por ejemplo, el estigma se basaba en una
predisposición biológica y racial a la deshonestidad y la violencia. (Scarzanella, ob. cit.: 10, 37)
59
Entre los instrumentos que la tecnología digital ha incorporado a las técnicas de control social en las
sociedades “desarrolladas” se encuentran las cámaras de video, cada vez más presentes en el paisaje urbano
de las ciudades. Las mismas tienen una utilidad que va desde la vigilancia del tránsito hasta la vigilancia de
espacios públicos donde interactúan personas consideradas potencialmente “conflictivas”. Para ejemplificarlo,
tenemos el caso de la propuesta hecha por la Asociación de Vecinos del barrio Gótico de Barcelona que
sugirió al Ayuntamiento “la instalación de videocámaras de seguridad en 26 calles del barrio”, siguiendo el
ejemplo de las ya instaladas desde hace un año en la calle Escudellers y en la plaza George Orwell (¡paradojas
de la vida!: el futuro llegó hace rato...), con el objetivo de “prevenir robos y actos de vandalismo” (Barcelona
y m@s, 14/01/02, p. 8). Nótese que la propuesta proviene directamente de una entidad vecinal-ciudadana, por
lo que éstas asume así, de alguna manera, el papel de policía.
57
58
Asimismo, para comprender las censuras sociales es necesario hacer referencia a las
formaciones ideológicas, relaciones sociales y medios humanos que las apoyan y
constituyen; los fenómenos que interpretan y dotan de significados; y la coyuntura histórica
en la que son aplicadas.
En la coyuntura histórica mundial actual -la globalización-, el Estado de Bienestar viene
siendo transformado por las políticas neoliberales en una suerte de "Estado de Malestar"
"La tendencia del capital a subordinar cada aspecto de la vida con creciente intensidad es la
esencia del neoliberalismo. El neoliberalismo es el intento de resolver la crisis a partir de la
acentuación y el reordenamiento de la subordinación. La separación de sujeto y objeto (la
deshumanización del sujeto) se lleva hacia nuevos extremos [...] La mercantilización de las
tierras, la mercantilización creciente del cuidado de la salud y la educación, la extensión del
concepto de propiedad hasta incluir el software y los genes, la reducción de asistencia
social en aquellos países donde existía, el incremento del estrés en el trabajo: todas estas
son medidas que intentan extender y potenciar la subordinación [...] por medio del dinero."
(Holloway, 2002: 290)
Del mismo modo, el Subcomandante insurgente Marcos (2003: 4-5) plantea: “El proyecto
de la globalización neoliberal es hacer del planeta una nueva Torre de Babel. Homogéneo
en su forma de pensar, en su cultura, en su patrón. Hegemonizada por quien tiene no la
razón sino la fuerza. En la moderna Torre de Babel una sociedad se dice superior si
conquista a otras, no si tiene más adelantos científicos, culturales, artísticos, mejores
condiciones de vida, mejor convivencia. Miles de años después del surgimiento de la
palabra, y con ella, de la razón argumentada, la fuerza vuelve a ocupar el lugar decisivo y
decisorio. En la historia de la consolidación del poder, la convivencia humana se convirtió
en coexistencia. Y ésta en guerra”.
La economía de mercado triunfante en el fin de milenio ha generado marginalidad y
violencia. Un Mundo de desmesurada exclusión, de desmesurada injusticia. Y la injusticia
es violencia. Es un orden violento: un orden de hambre, guerras y muerte. El mercado se
"autorregula" no en expansión, sino en concentración. La concentración del mercado deja el
poder en manos de pocos y poderosos sujetos económicos (o empresas) que condicionan
decisivamente al poder político. Hay una exclusión económica (el mercado no es para
todos, se regula en el sentido de la injusticia social) y una dictadura política: el poder se
concentra en las empresas, quienes gobiernan a su arbitrio desde la cabeza de la pirámide
en que la "autorregulación" del mercado las ha colocado. (Feinmann, ob. cit.: 14-18)
El proceso de retracción del Estado de Bienestar produce, además, una crisis de legitimidad
que conduce al poder político, "sometido al poder económico, capaz de desestructurarse
con sólo un mediano movimiento de capitales y temeroso de la ira y el chantaje del
mercado" (Feinmann, ibid), a buscar una nueva fuente de legitimación que justifique su
existencia ante la comunidad: "la seguridad ciudadana".60 Al interior de los estados, la
El Estado, en el neoliberalismo, tiende a contraerse al "mínimo indispensable". Proceso en el que se
despoja de todo hasta quedar con su prenda mínima indispensable que tiende a maximizar y complejizar cada
vez más: la fuerza represiva para el control social. Su nuevo rol es el de convertirse en aparato de "seguridad"
de las megaempresas transnacionales. La preeminencia del poder que detentan las transnacionales para
alcanzar la concreción del proyecto globalizador presupone una incapacidad de los estados para generar
políticas nacionales. En este contexto, queda implícita la idea de que los estados sólo deben limitarse a
60
59
seguridad se presenta como un tema bélico en el combate a una "criminalidad" reducida a
los delitos callejeros y contra la propiedad. En el plano externo, sobre todo después del 11
de septiembre de 2001, desde Estados Unidos se ha pretendido instalar en los estados de
occidente un discurso maniqueo que pretende estigmatizar toda expresión de inconformidad
interna y externa como una forma de terrorismo.61
Tal como sostiene Breilh (2003: 28), “[...] el sistema ha demolido los derechos principales
y se sostiene fundamentalmente a base del miedo, el terrorismo institucionalizado en la
guerra, y la expansión de los mecanismos de control cultural y hegemonía; fenómenos que
pasan a constituirse en procesos rectores de la vida y su reproducción y que por tanto
adquieren un estatuto epidemiológico”.
Por otro lado, una consideración válida en relación a lo planteado más arriba es la de
Mellosi (ob. cit.), para quien desde el Estado se va impulsando un sistema normativo a
partir del cual los sujetos actúan según pautas, normas y valores, adquiriendo, de esta
forma, el status jurídico-social de ciudadanos. Del otro lado, quienes transgreden la
normativa, son sancionados moral y "civilmente", resultando por ello marginados o
excluidos del sistema. Cabe señalar aquí que, en las raíces de esta moralidad de culpa y
responsabilidad -valores internalizados a través de la educación y la socialización- se hallan
la violencia y el castigo (este último, como técnica más eficaz para lograr que las personas
recuerden sus "obligaciones" y "deberes").
Los inmigrantes son ciudadanos desde su país de origen, y no como cierto pensamiento
eurocéntrico-paternalista sostiene, se convierten en “ciudadanos” al pisar Europa. Del
mismo modo, la tendencia homogeneizadora que habla del “colectivo inmigrante” en lugar
de los colectivos de inmigrantes en plural, que reduce los valores en las respuestas
obtenidas a un único valor medio en sus fuentes, es la correspondencia a la idea
eurocéntrica dominante en las instituciones y buena parte del imaginario social sobre
concebir, por ejemplo, a África o a Sudamérica como bloques homogéneos.
Resulta interesante el aporte de Terrades (1999), quien propone distinguir entre
identificación e identidad. En la formación de los Estados modernos, y en todos sus
desarrollos político-administrativos ulteriores, la identificación de los individuos como
ciudadanos ha sido siempre un eje central: sin un lugar fijo de residencia, un carnet de
identidad, un número de la Seguridad Social, etc. no hay ciudadanía que valga. Como
elemento para tener en cuenta, nótese que en el plano material y simbólico se va
conformando una dicotomía sustancial en el abordaje de la situación de las personas
inmigradas en España: ciudadanos integrados vs. "ilegales" excluidos:
formular estrategias para insertarse dentro de las reglas de juego de la globalización. (Subcomandante
insurgente Marcos, 1996)
61
Se vuelve aquí interesante plantear la definición que hace Feinmann (ob. cit.: 125) del "Mal
irracional" conservador. Para este autor, el mismo descansa en un odio que surge de las concepciones
fundamentalistas de la existencia. De esta manera, el Mal, en su expresión fundamentalista se expresa en los
hombres que actúan en nombre de Dios o como si fueran él, creyéndose Dios, asumiendo el total arbitrio,
decisión, poder y derecho sobre la existencia de los Otros, asumiéndose como lo único, lo verdadero, lo
"bueno". Qué mejor ejemplo de esta especie que el espécimen Bush, asesino serial hacia adentro (mientras fue
Gobernador de Texas, estado que detenta la mayor cantidad de ejecuciones de la pena capital) y, ya siendo
presidente de Estados Unidos, genocida hacia afuera, en su cruzada contra todo lo que se categoriza como
terrorismo y llegue a cuestionar "su" orden mundial del "Bien". Porque el Poder calificará como "el Mal" a
todo aquello que tienda a cuestionarlo, ya que se asume como incuestionable, único y verdadero.
60
"El Estado identifica a las personas, las define, las clasifica. Un Estado es inconcebible sin
la definición de ciudadanos y la simultánea exclusión de los no-ciudadanos." (Holloway,
2002: 115)
La categoría de inmigrante, sospechado y criminalizado, aparece así como figura opuesta a
la de ciudadano, refiriéndose a aquel no perteneciente y excluido de la comunidad nacional
(y europea). El sistema de inclusión/exclusión es propio del status de ciudadanía pero no
tiene un carácter lógico sino histórico:
"Cada régimen político proyecta en una cierta definición de la ciudadanía la distribución de
poderes que lo caracteriza (Aristóteles) [...] delimitando jurídicamente o cuasi
jurídicamente un cierto tipo de hombre, un cierto modelo de derechos y deberes,
cristalizando a nivel del individuo las relaciones sociales constitutivas de una sociedad."
(Balibar, 1992: 100)
En este movimiento de definición y exclusión, los definidos como "ciudadanos" quedan
incluidos; una parte de los inmigrantes extranjeros, clasificados como "ilegales", son
excluidos.
En cuanto a la identidad, ésta se refiere mucho más a la experiencia y la voluntad de los
actores sociales que no tiene porqué coincidir, aunque pueda hacerlo, con la cultura estatal
hegemónica ofrecida como modelo de identificación a los ciudadanos. Es decir que la
ciudadanía no constituye una identidad, sino "la diferencia entre las identidades".
(Villavicencio, 2003: 19)
En la nueva sociedad de recepción los migrantes se insertan en un espacio relacional
compuesto no sólo por aquellos que provienen de su mismo lugar de origen, sino que en ese
ámbito se redefinen los contenidos de "nosotros" y los términos con los "otros". La
identidad no es solamente una invención simbólica dada, inamovible, estática, sino, sobre
todo, una relación social concreta construida en un proceso (Atxotegui, 2000: 98). En este
sentido, el espacio relacional de interacciones y la identidad intentan reproducirse en el
nuevo tejido social, pero en ese proceso pueden redefinirse ambos.
Por eso, desde la perspectiva planteada, es importante tener en cuenta que se considera a los
sujetos inmigrantes, ante todo como "agentes de cambio": de su propia identidad, de su
entorno inmediato (país de origen), y del contexto de la sociedad receptora.
En lo que sigue a continuación, analizaremos desde el enfoque propuesto los elementos por
medio de los cuales los inmigrantes extranjeros, preferentemente africanos, como grupo
específico, son concebidos (por ende, tratados) por una parte de la sociedad española como
seres humanos "etiquetados", "estereotipados" o "estigmatizados", lo que puede conducir a
una criminalización de los mismos. Este hecho, de una u otra forma, marca su existencia
cotidiana en la sociedad de destino en sus múltiples dimensiones y determinaciones: como
pasajeros, inquilinos, vecinos, trabajadores, pacientes, alumnos, pareja, hombre/mujer.
De esta forma, los inmigrantes "ilegales" en España serán sometidos a un proceso de
criminalización y, paralelamente, de exclusión de los derechos de ciudadanía.
61
2. La construcción de un "nuevo enemigo a combatir": la figura del inmigrante
"ilegal".
“Hay una larga tradición urbana de chivos expiatorios: las persecuciones y agresiones contra judíos,
negros, árabes, gitanos, sudacas o `xarnegos´ permiten que los frustrados y agresivos ciudadanos
empiecen a repartir golpes contra minorías débiles y sin respuesta.” (Manuel Vázquez Montalbán, El
delantero centro fue asesinado al atardecer, 1997, Barcelona: Planeta, pp. 50)
En el caso de los procesos migratorios, "ciertas estigmatizaciones se desencadenan a partir
de aquellas situaciones que permiten presentar al otro como un rival peligroso en la lucha
por los recursos básicos limitados de los que dispone el grupo (a nivel económico, de
administración pública, etc.) y para la preservación de la propia identidad; en definitiva,
como una cortina de humo (o ´chivo expiatorio`) para desviar las responsabilidades de
muchos de los males de una sociedad hacia el exterior". (Romaní, 1999: 120)
El elemento heterogéneo y diverso implícito en la inmigración convierte "lo extraño", “lo
diferente” en análogo a "lo peligroso". En el contexto español actual, la construcción de la
figura del "inmigrante ilegal" como estereotipo de "delincuente", tiene por objeto situarlo
en el centro de las preocupaciones y el temor ciudadano, criminalizarlo como forma
dominante de percepción social del fenómeno. De esta manera, la inmigración plantea
determinados conflictos sociopolíticos, laborales, culturales, morales, religiosos, etc. en la
sociedad receptora, que pueden ser interpretados por algunos sectores como una especie de
"ataque al cuerpo social, al equilibrio y al orden de la sociedad". Lo diferente, lo extraño, se
presenta así como lo inesperado, y a lo inesperado se le opone el miedo. 62
Veamos un ejemplo de lo referido. Ciutat Vella, distrito donde se concentra la mayoría de
la población inmigrante de la ciudad, tenía en 1999 el “índice de victimización” más alto de
Barcelona (19,3%). Sin embargo, esta percepción social estuvo determinada más por una
manipulación informativa para relacionar inmigrantes con delincuencia, y aumentar así la
cantidad de efectivos policiales, que por los datos de la realidad, tal como aparece reflejado
en el gráfico de más abajo.
Esta conceptualización del extranjero como "factor de riesgo" está basado en el modelo de la
bacteriología, el cual constituye el fundamento científico que consolida y legitima la definición de la
desviación como enfermedad, a expensas de su categorización como pecado o delito. El “riesgo” como
categoría epidemiológico-social aplicada a un determinado “grupo de riesgo”, como construcción
sociocultural y política, conlleva a una estigmatización de determinadas conductas y comportamientos,
sostenida desde los discursos hegemónicos del poder basados en el “cuerpo social” que hay que preservar
frente a los “agentes extraños”.
62
62
Delitos e intervenciones según barrios de Barcelona. 1999
16.000
14.029
14.000
12.000
10.000
7.438
6.848
8.000
4.944
Delitos contabilizados
Intervenciones realizadas por la guardia
urbana
6.000
4.000
2.000
Ciutat Vella
Exaimple
Fuentes: Jefatura Superior de la Policía Nacional en Barcelona; Departamento de Organización y Sistemas de
Información de la Guardia Urbana de Barcelona.1999.
En ese marco se expresaba Pep García, presidente de la Asociación de Vecinos de Raval
(Ciutat Vella, Barcelona), alertando que “la inmigración masiva amenaza la paz del barrio,
por lo que vecinos planean acciones contra el fuerte aumento de inmigrantes” (Fuente: El
País, 15/11/01, edición digital). Tiempo después, en marzo de 2002, la “inseguridad
ciudadana” aparecía como “el problema que más preocupaba a los catalanes” (14%),
seguida de la “inmigración” (12,2%)63.
Para Martínez Veiga (2001: 137), esta ideología no responde a la realidad, sino que
contribuye a la reacción defensiva (con todas las fuerzas) a fin de preservar la identidad.
Viví cinco años en el centro histórico o casco antiguo de Barcelona, concretamente en el
distrito de Ciutat Vella (donde poco más de 40 % de la población es inmigrante), y solía
moverme por distintos rincones de los barrios de Raval, Gótico, Barceloneta y Ribera-Parc
de la Ciutadella. He conocido y reconocido algunas de las caras frecuentes de argelinos -no
marroquíes- que "laburan" los barrios, robándole (carteras, cámaras de vídeo digitales,
cámaras de fotos, etc.) a los turistas. Sin ir más lejos, a mí, en cinco años, me robaron
cuatro bicicletas distintas (en Buenos Aires una sola en 25 años), rompiéndoles la cadenapitón en cada caso, seguramente con una pinza-tijera de las grandes, industriales. Ahora
bien, eso no puede llevar a nadie que posea un mínimo de sentido común, salvo que esté
A tono con el pulso electoral de aquel momento, desde el poder se insistía con la misma línea de
criminalización. En Cataluña, el Conseller de Justicia del Govern de la Generalitat pronosticó un aumento
global de la población reclusa por efecto de la inmigración “ilegal”, mientras que el candidato de CIU a la
presidencia de la Generalitat, Artur Mas, hizo lo propio demostrando su preocupación por el hecho de que
“90% de los nuevos presos de las cárceles de Cataluña sean inmigrantes”. (El Periódico, 23/3/02,
“Catalunya”, p. 44)
63
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buscando un propósito claro (he aquí la hipótesis que desarrollo en este punto) a inducir
que todos los inmigrantes son delincuentes o que los inmigrantes marroquíes (porque los
españoles suelen meter a todos los magrebíes en la misma bolsa: argelinos, marroquíes,
tunecinos, etc.) son todos delincuentes. Lo que ocurre es que hay gente que tiene mucho y
otra que no tiene, como en cualquier sociedad de clases (lo triste es que nos roben a los que
tenemos pero poco, y no a los que más tienen). En cualquier caso, los ciudadanos de
Barcelona tendrían que saber -y agradecer- que aún no conviven con los niveles de
violencia y delincuencia que existen en las principales urbes de América Latina (¡qué
hablar de las estadounidenses, entonces!), donde se ha creado una espeluznante paranoia
alrededor de la seguridad. En ese sentido, Buenos Aires constituye un ejemplo de cómo el
modelo neoliberal impuesto por el FMI y el Banco Mundial, e implementado por los
agentes locales que les sirven (el Estado, los sucesivos gobiernos de turno, los medios de
difusión, las multinacionales, las fuerzas de seguridad, los órganos de justicia, etc.) pueden
llegar a transformar una ciudad “segura” en una jungla cada vez más peligrosa. Una
observación más al respecto: si hubiese voluntad y decisión desde el Poder, las fuerzas de
seguridad españolas (con o sin el “imperio de la ley”, tal como sucedió con los GAL
durante el gobierno socialista de Felipe González) acabarían sin mayores inconvenientes
con este tipo de delincuencia, que nada tiene que ver, por ejemplo, con el de las
organizaciones mafiosas, delictivas y criminales enquistadas en el mundo financiero,
productivo,
comercial,
gubernamental,
empresarial,
de
tráfico
de
armas/personas/órganos/drogas/etc.… Si se permite que estos pequeños delitos sean
reincidentes es porque al Poder le conviene manipular el fenómeno frente a la opinión
pública, para que ésta sea la que pida “mano dura” y más poder a la policía.
Del otro lado, un fenómeno paralelo y en aumento, la violencia skinhead-neonazi, provoca
altos niveles de inseguridad entre sectores de la población de Barcelona y nadie se
pronuncia ni toma medidas severas al respecto. ¿Por qué será?
A lo anterior habría que agregarle otro factor nada desdeñable: el crecimiento de las
empresas privadas de seguridad, que aumentaron su facturación en España 45 % en los
últimos cinco años (El País, 25/2/02, p. 17). Según Tijeras (2000), tres de las más
importantes de estas empresas (Prosegur, Protecsa y Prosesa) tendrían entre sus
principales accionistas a destacados miembros del PP; entre ellos el ex ministro del Interior
del gobierno de Aznar, Jaime Mayor Oreja y Rodolfo Martín Villa, presidente de Endessa y
ex ministro del Interior de la dictadura franquista (Fuentes: Ardi Beltza, 2000, nro. 1, p. 44
y El País, 27/2/02, p. 21). Ojalá nunca se instaure socialmente aquello mencionado por
León Gieco, de “ajusticiar” a un “ilegal” sin documentos y “perdonar” a aquel que tiene
“licencia” para matar.
Según Wagman (2002), en España se está produciendo "una utilización irresponsable y
demagógica de los datos, llegando incluso a la pura falsificación de los mismos para sus
propios fines". Lo anterior incluye tanto a las distintas administraciones como a los cuerpos
de seguridad del Estado, los políticos, los medios de comunicación y la opinión pública en
general. El autor se pregunta si una de las mayores fuentes de inseguridad pudiera ser no
tanto la existencia de delitos, sino la extendida alarma creada en torno a ella debido al
interés o a la ignorancia. Y concluye: "se trata de que vengan inmigrantes que trabajen
barato y duro, pero hay que tenerlos achantados y temerosos. Y para que no se les vea
64
como víctimas de la explotación, los prejuicios y la discriminación, qué mejor que crear la
percepción social de que son conflictivos, irrespetuosos y peligrosos…"
65
3. El papel de los medios de comunicación en la criminalización de la inmigración.
¿Es posible que todos los de la caja tonta se hayan vuelto idiotas?
¿O verdaderamente la televisión es una idiotez? (Mastroianni, M., 1999: Sí, ya me acuerdo...
Barcelona: Ediciones B)
El Control Social Activo, característico de las democracias burguesas europeas postsegunda guerra mundial, está basado en un mayor desarrollo de la "comunicación",
elemento intrínseco y necesario de un sistema democrático (Mellosi, 1992).
En la era de la globalización, las sociedades son fundamentalmente sociedades mediáticas.
Los media son el gran espejo, no de lo que una sociedad es, sino de lo que debe aparentar
ser. Plena de tautologías y evidencias, la sociedad mediática es avara en razones y
argumentos. Aquí, repetir es demostrar, y lo que se repite son las imágenes (la "dictadura
de la imagen", la "empiria virtual"). Estamos en la "era visual", donde el centro de gravedad
de las informaciones se ha desplazado de lo escrito a lo visual, de lo diferido a lo directo,
del signo a la imagen:
"La imagen se ha devaluado en un vértigo que, con frecuencia, no comunica nada [...] se
impone sobre la palabra (y su valor) y suplanta al concepto, a la idea". (Feinmann, ob. cit.:
11) Por lo tanto, es "real" lo que se nos muestra y "verdadero" lo que vemos. Lo visual no
está hecho para ser visto, sino para dar "conocimiento". Un "mar de conocimientos" de un
centímetro de profundidad. El mundo ha devenido en una mera representación multimedia
que suprime al mundo exterior, sólo posible de conocerse si es vista. Las informaciones se
nos presentan en la evidencia de su inmediatez. El tiempo, transformado en rapidez (el
tiempo no para), como conceptualización de nuestro presente histórico. El pasado, como
sustancia de que el tiempo está hecho (por eso es que éste se vuelve pasado enseguida), tal
como reflexionó alguna vez Borges.
La velocidad de la información crea la emoción y la diluye al mismo tiempo. Se puede estar
viendo por televisión el asesinato de civiles (hombres, mujeres, niños y ancianos) a manos
de militares estadounidenses en Irak, sobrecogidos por una crueldad que no durará mucho.
La imagen cambiará de inmediato y en la pantalla aparecerá un comercial o un desfile de
modas, el resumen deportivo o el anuncio de la boda del príncipe de Asturias, heredero de
la Corona de España... y el horror de la guerra, o el naufragio de una patera en el estrecho
que causó la muerte de todos los inmigrantes que viajaban en ella, quedará atrás.
Y aquí aparece el rol de los medios de comunicación, no sólo como instrumentos del
control social, sino, en el caso del proceso migratorio analizado, como un importante factor
del "push", creando, recreando y reproduciendo una imagen ideal del "paraíso europeo
primermundista".
De esta manera, puede verse cómo los medios de comunicación cumplen el papel de
"fabricar consenso" a través de modernas técnicas de propaganda. En ese sentido, Chomsky
(2000: 15) señala: "La propaganda es a una democracia lo que la porra es a un Estado
totalitario". Y, en general, el público receptor en las democracias neoliberales de occidente
(en Estados Unidos como en ningún otro lugar, tal como irónicamente revelan Los
Simpson) es algo así como un "rebaño desconcertado": espectadores apáticos, pasivos,
obedientes...
66
Trazando un paralelismo con el ámbito de la política electoral, Ramoneda se refiere a los
electores-consumidores españoles como "ciudadanos Nif", designando así a los
"contribuyentes sin mayores preocupaciones ideológicas que velan por su bolsillo por
encima de todas las cosas". (Fuente: El País, 14/3/2000, edición digital). En la misma línea,
Feinmann (ob. cit: 50) propone una manera "realista y descarnada de caracterizar nuestro
presente histórico". Para este autor, no hay crítica (no hay conciencia de la opresión), sino
que el hombre vive en un torrente fáctico que anula su individualidad, que lo vuelve un ser
reflejo, repetitivo, sumergido, a-crítico. De modo que, la ausencia de la actitud crítica de los
sujetos es una de las características esenciales de la sociedad post-moderna-industrial
actual. En la actualidad, el sujeto es constituido en exterioridad desde los medios de
comunicación manipulados por el Poder. En este marco, los medios de comunicación
aparecen como omnipresentes con su poder constituyente.
En España, de forma notoria durante el período 2000-2001 y aumentando considerablemente
en 2002-2003, se ha presentado en los distintos medios de comunicación masiva una
avalancha de información relativa al "incremento de la inmigración" y al "aumento de la
delincuencia" de manera relacionada, como parte de la construcción de la percepción social
del fenómeno.64
Entre los aspectos de la representación de la inmigración en la TV. española65, puede
considerarse el hecho de que se suelen presentar estereotipos negativos, paternalistas y
discriminatorios basados en descripciones rápidas y eficaces que responden a un
determinado mito de la "identidad europea" (cristiana, "democrática", etc.) para definir lo
desconocido, extraño, ajeno de "los otros", cuya identidad es generalmente desconocida y
por ello temida. Desde una perspectiva de análisis sociocultural, lo anterior se plasma en
una forma que presenta al "otro" como enemigo económico, político, social y cultural; así
particularmente a los musulmanes. En este caso, más que una discriminación basada en la
raza, el acento estaría puesto en una especie de irreductibilidad de las diferencias
socioculturales de origen y, sobre todo, en las condiciones de vida de los colectivos de
inmigrantes en España. Todo ello enfatizando en la variable "ilegal" (que en definitiva no
es más que un tecnicismo) hasta llegar casi a normalizarla ante la opinión pública.
Este tipo de discursos que relacionan inmigración con delincuencia, en algunos casos se
apoyan en una especie de lógica mecanicista que cala en el sentido común español, y que
podría resumirse de la siguiente manera: si hay más inmigrantes que trabajos, quiere decir
que hay inmigrantes que no pueden tener uno; y por lo tanto, para sobrevivir tienen que
delinquir.
Por el lado de la prensa escrita, Wagman (2002) señala que delito-inmigración
(delincuente-inmigrante "ilegal") constituyen motivo de gran preocupación social, por lo
que un tratamiento de tipo alarmista, simplista o superficial como el que realizan los
Del mismo modo, con frecuencia la díada “delincuencia-inmigración” se presenta en los noticieros
antes de las noticias sobre el “terrorismo vasco”. Y, como consta en la realidad española, no casualmente.
65
De la televisión se ha dicho ya demasiado, de modo que no me extenderé más que con dos
metáforas: 1) "La televisión ha hecho maravillas por mi cultura. En cuanto alguien enciende la televisión, voy
a la biblioteca y me leo un buen libro". (Groucho Marx); y 2) "Mientras la vida se va, ay! Mientras la vida
pasa, sin darte cuenta ahí estás con tu cara de colgado. Tu ángel guardián (la TV.) es, de todos, el más tonto
que hay. ¿Cuánto tiempo más vas a estar esclavizado así, refugiado en tu soledad? Con tu tortura de T.V...
¡siempre así!". (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, 1996, "La Dicha no es una cosa alegre", Luzbelito.
Buenos Aires: Del Cielito Records).
64
67
medios españoles, puede tener efectos muy negativos para el conjunto de la sociedad. Uno
de ellos es el aumento de las medidas de control social de corte represivo; el otro, la
criminalización de la inmigración.
“Más de la mitad de los delincuentes detenidos en España son extranjeros”, tituló La Razón
(15/2/02, p. 24). En el artículo se afirmaba que estos detenidos “aumentaron su número en
un 53% respecto del año 2000, mientras que la inmigración en general aumentó cerca del
24% en ese periodo: dos cifras que ponen de relieve que muchos de los inmigrantes que
llegan a nuestro país no lo hacen con buenas intenciones”.
Hay que despertar el miedo a los "enemigos". En los años treinta Hitler despertó en el
“rebaño desconcertado” alemán el miedo a los judíos y a los gitanos, y fue el principio del
fin. Durante la década de 1970, la dictadura militar argentina utilizó un mecanismo
semejante respecto a los "subversivos". Actualmente en España, se intenta hacer lo propio,
con otras herramientas acordes al momento, hacia adentro con los inmigrantes “ilegales”; y
hacia afuera, con el "terrorismo islámico".
Sucede que el Poder precisa que el miedo "simbólico" se convierta en miedo "real"66. En tal
sentido, muchas de las prácticas de los medios de comunicación alimentan miedos y odios
entre las personas, contribuyendo a la lógica del control social.
66
Recordando el lúcido análisis de Marilyn Manson, entrevistado por Michael Moore en Bowling for
Columbine, acerca de los dos pilares en los que descansa el modelo yanqui (y su imposición globalizante al
resto del mundo): miedo y consumo.
68
Por el lado de los sujetos inmigrantes, ante el riesgo de ser expulsados -aquellos que se
encuentran en situación "irregular"-, no tienen en general otra opción real e inmediata que
renunciar a dar a conocer sus condiciones de vida, la explotación a la que los someten los
empleadores y, como se ha descrito, los actos discriminatorios y en muchos casos de corte
racista-xenófobo de los que son objeto. De "intrusos" pasan a ser "delincuentes" debido a
que, además de colarse "ilegalmente" en el territorio nacional, se los presenta como que
vienen a “usurpar” los bienes escasos de la sociedad (trabajo, sanidad, educación, etc.); y al
mismo tiempo constituyen "factores de riesgo" que pueden llegar a trastocar los valores,
tradiciones y moral dominantes ("democracia", cristianismo, etc.).
Una vez colocada en la agenda de "seguridad", la inmigración se ha presentado en España
inevitablemente ligada al terrorismo, la delincuencia, el crimen organizado, las mafias o el
tráfico de drogas. De esta manera, la inmigración como fenómeno histórico-social, se
encuentra íntimamente relacionada con el proceso y las situaciones descritas, por medio de
las cuales, en las diferentes esferas de la sociedad, se ponen en práctica una infinidad de
mecanismos de exclusión, estigmatización, marginación de individuos que por causa de su
"otredad" se transforman en "chivos expiatorios".
Hasta aquí puede verse la manera en que un fenómeno como la inmigración, relativamente
nuevo y todavía numéricamente minoritario en España, puede ir construyéndose (política,
social y culturalmente) hasta convertirlo en "problema".
69
4. Discriminación, miedo y racismo.
“Del hombre es esperar –respondió Ezequiel-, y del hombre justo, esperar con fe; del injusto, con
temor”. (Italo Calvino: El vizconde demediado. Barcelona: Siruela, p. 91)
- Oye, Pepe... ¿Para tí qué es más importante, la ignorancia o la indiferencia?
- ¡Coño, ni lo sé, ni me importa! (Chiste popular argentino de gallegos)
Se dice que la discriminación y el racismo son hijos del miedo y la ignorancia. El
surgimiento de la xenofobia contra los inmigrantes en España es también consecuencia de
la falta de memoria histórica, además de las causas de índole socioeconómica, cultural y
política. Basta recordar que, sin contar la invasión al continente americano y el período
colonial67, sólo entre 1840 y 1924 llegaron a América cuatro millones y medio de españoles
huyendo de la miseria y el hambre que azotaba buena parte del viejo continente; o que a
finales del siglo XIX, más de 150.000 españoles procedentes de Andalucía y Levante
emigraron con destino a diferentes regiones del Magreb, principalmente a la zona de Orán
(Argelia). Asimismo, en el período comprendido entre los años 1950 y 1975, unos dos
millones de españoles emigraron a los países más industrializados de Europa, sobre todo a
Francia, Bélgica, Alemania, Gran Bretaña y Suiza, escapando de la dictadura franquista y
debido a las pocas posibilidades de mejorar su calidad de vida en ese entonces. Incluso hoy
en día, como mencioné más arriba, se calcula que dos millones de españoles viven en el
extranjero.
Por otro lado, resulta indispensable explicitar que, al igual que lo que sucede en cualquier
sociedad, en la que se trata existen distintas visiones y concepciones alrededor de la
inmigración y los inmigrantes: las hay hostiles, más positivas, más negativas, paternalistas,
idealizadas, etc. Es importante reconocer cada una de ellas y a qué tipo de intereses
responden. Entre las paternalistas, podemos encontrar las de los partidos políticos de
“izquierda” y “centroizquierda” y las de muchas ONGs (SOS Racismo, Cruz Roja, etc.) que
se pueden graficar con la metáfora del “buen salvaje”, inversamente proporcional a la del
“mal salvaje”. Respecto de las visiones idealizadas, también se encuentran en algunas
ONGs o asociaciones como “Papeles para todos” y colectivos de solidaridad con los
inmigrantes. Para ciertas personas de las que conforman dichas entidades los inmigrantes
serían, por un lado, “víctimas de la sociedad española” (lo cual, en buena medida y en
algunos casos es cierto); y por otro lado, “luchadores”, “solidarios”, etc. Mi opinión al
respecto es que, teniendo en cuenta las distintas motivaciones, razones y causas por las que
un individuo se va de su país (muchas de las cuales recogí en el transcurso del trabajo de
campo realizado), cualquier intento de homogeneización generalizadora en este sentido cae
en un reduccionismo simplificador que no aporta a un mejor conocimiento, interpretación y
explicación del fenómeno, sino más bien coadyuvan a su planteamiento como “problema”.
Es extensa y variada la bibliografía que existe sobre el periodo colonial español y sus dominios en el
Virreinato del Río de la Plata. Acerca de esta etapa histórica, coincido con la interpretación de Feinmann (ob.
cit.: 164) acerca del significado de la Revolución de Mayo de 1810, por medio de la cual pasamos de ser
globalizados por España a serlo por Inglaterra y Francia, primero, y por Estados Unidos después. Fue el
pasaje de una órbita de dominación arcaica a una órbita de dominación progresiva, de una situación colonial a
una neocolonial, de un tipo de globalización a otra manteniendo el encuadre de desequilibrio entre los
términos; siempre a favor de la metrópoli, claro está.
67
70
No obstante, sumado a los factores ya analizados como obstáculos para el proceso de
adaptación/integración de los migrantes extranjeros al contexto general de la sociedad
española, no se pueden dejar de subrayar al mismo tiempo las concepciones y prácticas
racistas-xenófobas que propician conflictos socio-raciales violentos, algunos de los cuales
empiezan a darse a conocer. Desde el asesinato de la inmigrante dominicana Lucrecia Pérez
Matos, de 32 años de edad y madre de una niña de siete, perpetrado el 13 de noviembre de
1992 por los disparos de bala efectuados por uno de los cuatro españoles atacantes
pertenecientes a la organización nazi fascista Bases Autónomas, y capitaneados por un
guardia civil, varios son los sucesos de violencia racista xenófoba que con mayor
frecuencia se repiten en territorio español. Para Sánchez Soler (1998: 38), este crimen tuvo
dos singularidades que pusieron a España a la cabeza del racismo en Europa: el
protagonismo de un guardia civil en actividad con su pistola reglamentaria como arma
criminal, y el método de comando. Asimismo, por primera vez se conjugaba el crimen
racista xenófobo neonazi. La sentencia del juicio interpretó que los agresores habían
decidido claramente “escarmentar a los negros”.
Por lo tanto, vale mencionar que, más que tratarse de anécdotas aisladas, a estas alturas
puede hablarse de una realidad estructural que impregna a toda España y a buena parte del
continente europeo.
En efecto, si acordamos que el racismo cumple la función de categorizar, colocar y
discriminar a ciertos grupos religiosos, étnicos o sociales; y, al mismo tiempo, constituye
un discurso que justifica, sostiene y legitima ciertas prácticas orientadas a mantener una
forma preponderante de poder político, económico y social (Baker, 1981; Balibar y
Wallerstein, 1991; Foucault, 1992), es factible establecer vinculaciones con realidades
políticas locales y regionales.
Además de brindar un detallado panorama acerca de las vinculaciones entre grupos
skinheads-neonazis y partidos de la extrema derecha europea en general, y española en
particular, Sánchez Soler (ob. cit.: 12) identifica tres condiciones centrales que, en su
opinión, resultan favorables en el contexto europeo actual para la irrupción de un racismo
neofascista. En primer lugar, el alejamiento de la experiencia histórica del fascismo y el
nazismo difumina sus contornos; los testigos mueren y el rostro criminal se pierde en la
memoria mientras surgen “historiadores revisionistas” que niegan el holocausto nazi.
Segundo, el pesimismo de las clases medias y obrera urbanas sometidas a una crisis
económica y de valores que les hace renegar de la sociedad democrática. En tercer lugar, el
fascismo puede ser un reclamo para los excluidos nativos de esta sociedad, cada vez más
numerosos, mientras se deterioran las instituciones democráticas con problemas de mal
funcionamiento y corrupción. Estas tres condiciones darían pie al surgimiento de un
nacionalismo xenófobo y racista que culpa a “los otros” (inmigrantes extranjeros, miembros
de otras culturas, etnias o nacionalidades) de sus propios problemas.
Sin ir más lejos, téngase en cuenta que en los últimos quince años la derecha fascista
europea, en teoría derrotada tras la Segunda Guerra Mundial, se ha apropiado de la teología
neoliberal (resultado: el fascismo neoliberal), insistiendo en sus campañas electorales
alrededor de temas de seguridad pública y empleo, alertando contra la "amenaza" de los
inmigrantes (Subcomandante Insurgente Marcos, ob. cit.). El resultado obtenido por Le Pen
en las presidenciales francesas de abril 2002 es tan sólo una de las muestras del fenómeno
referido, que también se ha manifestado en la Italia de Berlusconi-Fini-Bossi, en
71
Dinamarca, en Holanda, en Suiza y, como no, en los años de la España neofranquista de
Aznar, para nombrar sólo algunos casos. Todos ellos han insistido una y otra vez en
clasificar, de cara a la sociedad, las respectivas migraciones que se dan en los distintos
países como un "problema social", categorizando a los inmigrantes a partir de su diferencia
y defendiendo una especie de "paneuropeísmo etnicista". En opinión de Feinmann (ob. cit.:
288), la derecha suele tratar el problema de la inmigración partiendo de un supuesto: la
culpa es de los países emisores de mano de obra, cuyas economías generan desempleo,
como característica "natural" del libre mercado. Los inmigrantes, por lo tanto, vendrían a
entorpecer el mismo: sobran, molestan en sus países, es decir, que sin ellos, el sistema
"funcionaría mejor".
Es importante destacar que los dirigentes de los grupos skinheads-neonazis y sus miembros
más activos pertenecen a las clases media y alta, es decir que provienen de familias
perfectamente integradas en las sociedades europeas. Sin embargo, en su acción de
captación se han extendidos a barrios periféricos y a sectores golpeados por la crisis
económica y la precarización laboral, como en el caso español. (Sánchez Soler, ob. cit.)
Asimismo, es preciso recordar que a lo largo de la historia movimientos migratorios y
minorías étnicas en Europa han sido objeto del racismo y de la discriminación, de los
mismos estereotipos criminales, así como culpadas de problemas de higiene, salud,
contagio y contaminación cultural, como lo demuestra el caso de los gitanos en España
desde su asentamiento en la península (siglo XV) en adelante, para mencionar uno de los
ejemplos existentes.
Pero en España hay políticos que incluso van más allá, y apoyan sus argumentos en la
ciencia. Tal es el caso del falangista Juan Antonio Aguilar, quien sigue una línea conceptual
de tipo genetista para referirse al "problema" de la inmigración, por culpa de la cual "los
países europeos ven en peligro su identidad cultural y étnica". Para este individuo, "la
presión migratoria se hace ya insoportable y no hay posibilidades de detenerla. La selección
natural se ha detenido: el probable incremento de los defectos y deficiencias genéticos
plantea una seria amenaza para el futuro".68 (Citado en Sánchez Soler, ob. cit.: 154)
La corriente científica que sostiene este pensamiento es el “neodarwinismo conservador” (también
denominado “sociobiología”) que concibe al gen como la unidad de evolución. La sociobiología reafirma la
noción de “supervivencia del más apto”, no dejándole lugar a la determinancia de las relaciones genéticoambientales. De esta manera, para los sociobiólogos las posibles “interacciones” entre los individuos de una
población y de las poblaciones de una especie entre sí no son otra cosa que los “comportamientos sociales”,
los cuales, desde su postura, son gobernados por genes que han sido seleccionados a lo largo de la evolución,
al igual que todos los otros genes que rigen los caracteres biológicos. Las teorías sociobiológicas pretenden
implicar así a la selección natural y el éxito reproductivo (la eficacia biológica) en la explicación de los
fenómenos socioculturales. De esta manera, ayudando o perjudicando a otras personas, un individuo no haría
más que obedecer a un instinto altruista determinado por su clave genética.
68
72
4.1. Hechos de violencia xenófoba en España: de los discursos a la acción directa, pura
causalidad.
Desde el punto de vista de la legalidad vigente en España según la Ley Orgánica 4/2000,
manteniéndose en esencia tras la reforma, existe un apartado que hace referencia a las
medidas antidiscriminatorias, con dos artículos que contienen varios supuestos que
representan discriminación, esto es, vulneración de un precepto constitucional del artículo
14:
“A los efectos de esta ley, representa discriminación todo acto que, directa o
indirectamente, conlleve una distinción, exclusión, restricción o preferencia contra un
extranjero basada en la raza, el color, la ascendencia o el origen nacional o étnico, las
convicciones y prácticas religiosas y que tenga como fin o efecto destruir o limitar el
reconocimiento o el ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales en el campo político, económico, social o cultural” (Artículo 21,
1). El artículo se complementa con el subsiguiente, el cual ejemplifica puntualmente cuáles
serían los actos de discriminación. Por ejemplo, los efectuados por la autoridad o
funcionario, por acción u omisión, que realice cualquier acto discriminatorio o que imponga
ilegítimamente condiciones que restrinjan el derecho al trabajo, a la vivienda, a la
educación, o que impidan el ejercicio de la actividad económica. Estos derechos adquieren
importancia frente a las actuaciones básicamente de particulares, como alquileres de
vivienda, acceso a bares, restaurantes, etc.
Sin embargo, como generalmente suele ocurrir, en los hechos la realidad se presenta
distinta:
1. A principios de 1999 en Premiá de Mar, una ciudad al norte de Barcelona (Maresme),
acudieron a una marcha contra inmigrantes cerca de 100 skinheads provenientes de varias
ciudades españolas y alemanas, convocados desde páginas neonazis de Internet. Al
respecto, vale apuntar que entre las numerosas webs nazis que navegan por el ciberespacio,
Nuevo Orden es la primera revista española de Internet, disparada hace dos años desde
Stormfront White Nacionalist (Frente de tormenta Nacionalista Blanco), servidor no
casualmente situado en Florida, Estados Unidos. Desde allí, los ciberfascistas españoles
profetizan: “Es hora de que los neofascistas españoles reclamemos nuestro lugar en la Net,
y en la Historia. [...] Es hora de devolver su grandeza a España y de reintegrarla a su lugar
dentro de la Europa Blanca”. Asimismo se encargan de realizar acciones de sabotaje en la
red contra las webs gays, anarquistas, antirracistas, etc., y conectan su página con varios
links de otras organizaciones nazi fascistas del mundo. (Sánchez Soler, ob. cit: 100)
2. No ha sido ni mucho menos el único, pero sí el episodio racista más sonado de España:
en febrero de 199969 en El Ejido, provincia de Almería, y como consecuencia del presunto
asesinato de una mujer a manos de un "marroquí bajo tratamiento psiquiátrico", se desató
una ola de violencia xenófoba descontrolada, aunque al parecer, no absolutamente
Cabe recordar que ya en 1997, para ser más preciso, el 11 de diciembre de ese año, se produjo un
grave ataque racista en El Ejido contra dos inmigrantes marroquíes: Bou Baker Garami, de 28 años, y Brahim
Hicham, de 27, fueron secuestrados, golpeados y torturados durante dos días por tres habitantes del pueblo.
Hubo muchos testigos del hecho, también vecinos del pueblo, pero ninguno reaccionó para ayudarlos o dar el
aviso a la policía (Sánchez Soler, ob. cit.: 238). Por lo tanto, los sucesos posteriores de El Ejido, en 1999,
tenían antecedentes como para que las autoridades tomaran medidas preventivas, pero no sucedió tal cosa,
más bien, se dejó hacer.
69
73
espontánea, contra los inmigrantes en su mayoría originarios de Marruecos. Cosas del tipo:
"Frente a la invasión: deportación"; "Inmigrante, ayúdanos a luchar contra el racismo.
Vuelve a tu país", se podían leer en las paredes del pueblo por esos días.
Uno de los actos más simbólicos que se cometieron en el marco de este ataque fue el
saqueo de la mezquita situada en las Lomas de la Mezquita, momento en el cual un grupo
de jóvenes ingresó violentamente al lugar de culto destrozando todo lo que había en su
interior, profanando el Corán y posteriormente orinando sobre él. Todo ello al grito de
"vamos a hacer la revolución contra los moros". (Martínez Veiga, 2001: 199) En medio de
semejante panorama, buena parte de los inmigrantes marroquíes de la región huyeron
atemorizados ante las amenazas y ataques al mejor estilo ku-kux-klan de que fueron objeto:
"un grupo de unos veinte jóvenes armados con bates de béisbol, barras de hierro y palos
persiguió a los inmigrantes corriendo por el centro de las calles en medio de los aplausos y
ovaciones de miles de personas". (La Voz de Almería, 7/2/2000, citado en Martínez Veiga,
ob. cit.: 114). "Algunos se adentran en las montañas, donde mantienen guardias toda la
noche por temor a que lleguen los grupos ultranacionalistas que van con escopetas y palos",
explicaba Mohamed Beyuki, de la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes
en España (ATIME), refiriéndose a la verdadera caza de brujas contra "el moro" iniciada
aquel domingo de febrero.
Las autoridades locales, los empleadores de los invernaderos donde trabajan los
inmigrantes y los propios vecinos de El Ejido confluyeron en relacionar en todo momento
"inmigrante ilegal" con "delincuente". Para Martínez Veiga (ob. cit.), se impuso entre la
población nativa local el miedo a unas personas desconocidas, anónimas y sin documentos
(los inmigrantes "ilegales"), producto de la situación de segregación espacial y exclusión en
la que se encuentran y que hace de estos últimos, no personas, sino algo que se desconoce
absolutamente, una masa de la que se tiene miedo.70
Según se supo con posterioridad, la policía actuó de manera tardía y pasiva, práctica
inversamente proporcional a las reiteradas cargas policiales que se dan contra inmigrantes
marroquíes en Almería.
Hay un cuento que circula para graficar la situación referida: “Un nativo de El Ejido lee en un
periódico local el siguiente titular: Alud mata 100 personas, y comenta indignado: -¡Coño, tío... estos moros
asesinos de mierda!”.
70
74
3. En nombre de “la cultura nacional española”, siempre contrarios al mestizaje, y para
resolver el “problema” de la inmigración, Democracia Nacional, un partido inscrito con el
número 593 en el Ministerio del Interior, el 25 de mayo de 1995, proponía en su programa,
textualmente lo siguiente: “[...] la aplicación rigurosa de la Ley de Extranjería, la
persecución legal de quienes empleen mano de obra extranjera en condiciones de
ilegalidad, el fortalecimiento del ius sanguinis como criterio de nacionalidad, prohibir los
derechos políticos a residentes de nacionalidad extranjera, facilitar las repatriaciones
colaborando con los países de origen...” (Sánchez Soler, ob. cit.: 202). ¿Cualquier
semejanza con la actual Ley de Extranjería es pura casualidad?
El jueves 2 de agosto de 2001 Democracia Nacional organizó una concentración “antiinmigrante” en Las Pedroñeras (Cuenca, Castilla La Mancha), un pueblo con una
importante presencia de inmigrantes extranjeros que trabajan en la recogida del ajo71, bajo
el lema “Los españoles primero ¡Alto a la invasión!”. Consultados sobre los fines de la
convocatoria, los dirigentes del partido sostuvieron que la “invasión de inmigrantes
aumenta la delincuencia y amenaza con terminar con los derechos de los trabajadores
españoles”.
Si de algo vale, al menos en un sentido interpretativo de la historia, es preciso recordar que
en España el desprecio y los prejuicios contra los "moros" adquiere dimensiones
particulares que hay que tener en cuenta, sobre todo porque algunas siguen vigentes entre
grupos de la población española. Al respecto, el Colectivo Ioé-UGT (2001: 159) afirma que
"[...] en España el fenómeno racista tiene raíces históricas profundas ya que desde la
antigüedad la península ibérica fue lugar de cruce, de confrontación y también de
convivencia entre el sur de Europa y el norte de África".
Por un lado, los prejuicios contra los "moros" se encuentran en relación con el dominio
islámico sobre la península y las cruzadas de la iglesia católica para la reconquista. Por otro
lado, las campañas militares de los albores del siglo XX y la utilización de mercenarios
De los dos mil inmigrantes que según cálculos del ayuntamiento local residían en el pueblo,
setecientos trabajaban en la cosecha del ajo. De esos, aproximadamente unos doscientos magrebíes -muchos
de ellos sin papeles- vivían en un campamento improvisado formado por 30 chabolas hechas de palos de
madera y bolsas de plástico. El jornal pactado entre empresarios y trabajadores era de 34 euros por cada 20
cajas de ajos recogidos pero, como aseveraba Ahmed, un trabajador marroquí, lo que les pagaban no llegaba a
los 24 euros (El País, 3/8/01, p.14).
71
75
marroquíes en las tropas franquistas durante la Guerra Civil española. Sobre esto, sospecho
que muchos españoles, principalmente andaluces, más que nada por la proximidad histórica
y geográfica, de vez en cuando despiertan aterrados de una pesadilla en la que un
trasatlántico de bandera marroquí con un millón de "moros" desembarca en las costas
peninsulares.
Centrándonos en algunos datos, una encuesta de febrero de 2001 elaborada por el Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS) arrojaba lo siguiente: 42 % de los españoles cree que
hay demasiados extranjeros, mientras que 27 % confesó que le preocuparía que su hija se
casara con un marroquí. En relación a esto último, hay que tener en cuenta que para el
imaginario social de buena parte de los españoles, los argentinos, por ejemplo, aparecemos
como más "cercanos", aceptados o próximos física, histórica y culturalmente que los
"moros" (a quienes no se distingue entre marroquíes y argelinos, al igual que no se
reconocen las diferencias y variedades entre las distintas regiones y etnias al interior de
esos países). Este hecho deja entrever los prejuicios existentes, además de la ignorancia y el
desconocimiento y una negación flagrante de la realidad, ya que es sabido por la historia
que los españoles tienen muchas más mezclas, es decir, semejanzas genéticas y culturales
con los "moros" -que estuvieron ocho siglos y treinta años instalados en la península
ibérica-, que con los argentinos.
Un último elemento que se puede apreciar actualmente alrededor del racismo, encubriendo
ciertos discursos, es el apuntado por Pincus y Ehrlich (1999: 3-4) cuando afirman que
mucha gente piensa que la discriminación contra las minorías ya no constituye ningún
problema, lo cual forma parte de la cultura de la negación. Para estos autores, esta última es
una de las fuerzas sociales que contribuyen al mantenimiento del sistema de prejuicios,
discriminación y conflicto. Y, como todos los sistemas culturales, la cultura de la negación
se transmite a través de las familias, los amigos, los vecinos, los maestros, etc., a la vez que
se autoriza y mantiene por medio de las autoridades gubernamentales, la iglesia y los
medios de difusión.
El 27 de enero de 2002 los matones que oficiaban de porteros en una discoteca del
Maremagnum, situada en el Port Vell de Barcelona, impidieron de madrugada la entrada al
recinto a Wilson Pacheco, inmigrante ecuatoriano de 26 años de edad. Ante la demanda de
explicación por parte de éste último, lo apalearon duramente y acto seguido lo arrojaron al
mar.
El asesinato del ecuatoriano demuestra que la discriminación y el racismo forman parte de
la realidad cotidiana de una ciudad tan promocionadamente "multicultural", "cívica" y
"tolerante" (sobre todo en términos oficiales de mercado) como Barcelona. En la
manifestación de homenaje al asesinado, la Asociación de Ecuatorianos de Cataluña señaló
en un manifiesto: "La muerte de Wilson es fruto de muchas cobardías. De la cobardía de los
que lo mataron. De la cobardía de los que vieron cómo lo mataban. De la cobardía de toda
la sociedad". (Fuente: El País, 3/2/02, "Cataluña", p. 1).
El silencio (verdadero crimen de lesa humanidad), la vista corta, esconder la cabeza como
el avestruz, el consentimiento, la indiferencia, no saber, saber y callar, no querer saber, y,
por ende, cierta complicidad de una buena parte de la población europea (en este caso de la
española) en torno a la situación de los inmigrantes, constituyen factores codeterminantes
76
de la realidad a la que me refiero, misma que a su vez se refleja en los datos que arrojan,
por ejemplo, los siguientes estudios:
-
Según el Informe Anual del Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (2000),
entidad que, paradójicamente, tiene su sede en la Austria de Haider, 33% de los
europeos se consideraban “muy” o “más bien” racistas.
-
En estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en diciembre
de 2000, revelaba que 38,5% de los españoles era “poco tolerante” con los extranjeros
no comunitarios, lo que, sumado a 10,1% de los “nada tolerante”, representaba una
muestra de lo potencialmente racista y xenófoba que puede ser la población española.
-
Según datos del Informe de Juventud en España 2000, elaborado por el Instituto de la
Juventud, 30% de los jóvenes españoles considera que la inmigración, a la larga,
“perjudica a la raza”, mientras que 24% cree que tiene efectos negativos en “la moral y
las costumbres españolas”.
-
Cuando se cumplía un año de la aplicación de la Ley de Extranjería del 23 de enero de
2001, el CIS revelaba que la intolerancia de los españoles había crecido contra las
costumbres de los extranjeros inmigrados. Según este mismo sondeo, 53,5% era “poco”
o “nada” tolerante, lo cual supuso un preocupante aumento de cinco puntos respecto a
la encuesta llevada a cabo en diciembre de 2000.
77
V. APROXIMACIÓN AL CASO DE LOS NUEVOS MIGRANTES ARGENTINOS
EN BARCELONA.
1. "Al llegar a Barcelona lo primero que se ve..."
"Se me hace que es en la única ciudad, en el más amplio sentido de totalidad del concepto, de
las que conocí en el continente, en la que viviría un tiempo mayor que el de uno, dos o tres
meses; o sea, que trascienda el marco físico-temporal de un viaje de estas características."
Esta frase está transcrita íntegramente del cuaderno de bitácora de un viaje que realicé entre
los meses de julio de 1997 y febrero de 1998 por el continente europeo.
El 8 de octubre de 1998 -y me acuerdo perfectamente porque en esa fecha se conmemora el
asesinato del Che y también porque es el cumpleaños de mi amigo Manolo- aterricé en
Barcelona con "la excusa" de hacer estudios de postgrado (una Maestría en Antropología de la
Medicina y un Doctorado en Antropología Social y Cultural).
A continuación, entonces, van algunos pasajes del diario de campo de seis años de existir en
Barcelona. Esta descripción "densa" (en sentido estricto) del medio histórico-geográficosociocultural (o universo de observación) en el que se inscribe este ensayo, está realizada
mediante la técnica etnográfica de participación con observación y análisis crítico. Y sin
buscar convertirse en una especie de "oda" a Barcelona, intenta dejar constancia de que se trata
de un lugar especial: factor nada despreciable al momento de indagar motivos, razones y
causas por las que muchos argentinos han elegido durante 2002-2003 este sitio como
preferencial para instalarse en su condición de inmigrantes en España.
*****
“Dice que ya no entiende nada. Que esta ciudad no es lo que era, que aquí ha pasado algo y que no sabe
explicarlo. Que antes esto era como un pueblo lleno de putas y chulos y chorizos, pero ahora está lleno
de canallas de acero inoxidable […] probablemente conectados con una central de datos de canallas de
acero inoxidable mediante sutiles hilos cibernéticos hechos de una nada llena de crueldad.” (Manuel
Vázquez Montalbán: “El delantero centro fue asesinado al atardecer”, 1997, Barcelona: Planeta, pp.
156)
Barcelona no es la de los tiempos republicanos72, ni la de algunos años atrás de "bohemia vida
nocturna", tal como llegaban las noticias al otro lado del "charco". A pesar de estar cada vez
Toda la historia (la previa, con la experiencia de las comunas anarquistas en Cataluña y otras
regiones del Estado español; y la posterior, con los crímenes de la dictadura franquista) de la Guerra Civil
española (1936-1939) constituye una referencia casi obligada para algunos sectores del pensamiento político y
la lucha social en Argentina, al igual que en otros países de América Latina, como Uruguay y México. Basta
tener en cuenta el hecho de que hombres como Rafael Alberti (para nombrar sólo un caso entre tantos) se
exiliaron en Argentina. Pero, por otro lado, también está presente la época de principios del siglo XX en
Argentina, en la que el anarquismo, como modo inconmensurable de ver el mundo que contiene pautas y metas
para la acción humana, encuentra aprobación por parte de los sectores populares, sobre todo de trabajadores
inmigrantes (italianos y españoles, principalmente) que veían en sus prácticas senderos viables para revertir la
situación de marginación total en la que se encontraban, producto del régimen fraudulento y restrictivo que
impuso la oligarquía dominante argentina.
72
78
más adaptada por el Poder a los cánones de la Unión Europea (dicen que, sobre todo, desde las
Olimpíadas de 1992 en adelante)73, y de estar convirtiéndose progresivamente -de forma
acelerada a partir de la asunción del Euro- en una ciudad cuasi inaccesible para el que no tenga
dinero, Barcelona, en sí, es una ciudad bellísima, agradable, abierta, poco hostil, hecha a
escala humana como ninguna. Estas características, sumadas a algunas razones, variables y
motivos que se abordarán más adelante (además de las estadísticas, claro está), hacen de
Barcelona un sitio que particularmente -y como pocos en Europa- atrae a la migración
argentina.74
Se trata de una ciudad en la que, a diferencia por ejemplo de Ámsterdam, no se ven tantas
bicicletas por las calles; y eso que es topográficamente muy pedaleable. Personalmente, en
estos seis años no me bajé de ellas, utilizándolas en todo momento y para ir a todos lados.
Prácticamente, la cuestión se convirtió en un vicio ("sano", dirán), a tal punto que las veces
que volví a Buenos Aires padecía síndrome de abstinencia, llegando verdaderamente a
extrañarlo. Esto por razones obvias: andar en bicicleta por el centro de Buenos Aires es tan
peligroso como ser inmigrante sin papeles en España y trabajar en la construcción.
Es de destacar el hecho de que la contaminación ambiental (mar, tierra y aire) no sobresalga
como principal problema de la ciudad, tal como sucede con muchas otras urbes. Del mismo
modo, estar cerca de la montaña y tener la playa a diez minutos del centro, más allá de la
calidad de la arena (si se puede llamar así) y la pureza de las aguas (no es el Caribe, claro
está) es un "lujo" para una ciudad europea.
Considero a Barcelona como una ciudad cosmopolita, sobre todo por la grata -y porqué no
esperanzadora: "todas las culturas para todos"- sensación de que la habitan cada vez más
gentes de distintas partes del planeta. Y aunque la influencia de las diferentes culturas,
concepciones y formas de ver el mundo se va impregnando lentamente en algunos sectores
de esta sociedad, hay algunos interesantes espacios de fuerte comunión entre todas ellas.
Un ritual al que me refiero es el de los domingos en el Parque de la Ciutadella, donde el
Caribe, el Río de la Plata, las costas del Pacífico, México y Centroamérica se mezclan con
lo norteafricano, lo negroafricano, lo asiático, lo oriental, lo catalán y lo hispano. Músicas,
bailes, palabras, movimientos, figuras, sonidos, comidas, gentes, colores, aromas variados,
todos medios de entendimiento humano que le dan al sitio un encanto particular, difícil
incluso de rastrear de igual manera en algún otro rincón de la geografía europea.
En lo que se refiere a las variables económicas, tenemos que Cataluña, junto a Madrid y
País Vasco, son las comunidades autónomas de mayor nivel de renta y gasto por habitante
de todo el Estado español, según el último "Informe de coyuntura económica" publicado
por Caixa Catalunya, referido al año 2000. (Fuente: El Mundo, 4/8/04, edición digital). Por
otra parte, el informe “European Cities Monitor”, elaborado por una consultora
internacional, ubica desde 2003 a Barcelona como la mejor ciudad europea en “calidad de
“Esta ciudad será el escaparate de Cataluña y de España en mil novecientos noventa y dos y está en
juego una imagen publicitaria en el gran mercado universal de la imagen.” (Vázquez Montalbán, ob. cit.:
101). A partir de ese momento con la llegada al poder del PSOE, cuyo alcalde fue P. Maragall, actual
presidente de la Generaliat de Catalunya, se aplicó el modelo urbanístico basado en: viviendas, parque público
de cemento y zona de servicios con guardería, centro cívico y local para la tercera edad incluido, todo lo cual
impera en los distintos barrios de la ciudad.
74
No solamente a la actual, sino que incluyo a las otras dos anteriores (dictadura militar e
hiperinflación alfonsinista-menemismo temprano).
73
79
vida”, ganando posiciones cada año en el ranking continental de mejores ciudades “para
hacer negocios”. En otras palabras, digamos que sobre todo en Barcelona, como capital de
Cataluña, la demanda de trabajo no ha superado aún la oferta; las condiciones y los salarios
son mejores que en otros lugares; se produce excedente; se consume; y se redistribuye de
manera relativa.75
Por otra parte, creo que Barcelona presenta un "buen y prolijo aspecto" a los ojos de los
turistas, principalmente japoneses, estadounidenses y norte europeos (anglosajones, arios y
nórdicos: los guiris76, que aportan millones de euros por año a la economía española).
Distinta es la reflexión que surge mientras se recorre la calle de San Ramón, en el barrio
Chino, inundado de prostitutas autóctonas y extranjeras, "camellos" (dillers), "yonkis"
(heroinómanos) y bares oscuros. En éste, como en otros barrios cada vez más habitados por
inmigrantes, los edificios y sus interiores se caen a pedazos, y se encuentran los mayores
casos de incidencia de tuberculosis.
Dentro de la "ciudad vieja" (el casco antiguo), la excepción es el Borne, perímetro barrial
donde habité los últimos tres años, en el que, como parte del mismo contexto situacional, se
fue produciendo una transformación fetichista-postmoderna reflejada en el estilo de las
galerías de arte, bares y tiendas comerciales absolutamente "for export". Tan es así, que
algunos antiguos vecinos del barrio cuelgan pancartas desde sus balcones con leyendas del
tipo: "Detrás de una fachada pintada, una finca en ruinas"; o "Barcelona posat guapa per
fora, tambe per dintre" ("Barcelona, ponte guapa por fuera [campaña del Ayuntamiento
local para la rehabilitación de pisos antiguos del casco viejo], también por dentro")
Y ya que ha entrado en escena el catalán, la lengua oficial de Cataluña, me ha dado la
sensación muchas veces de que se utiliza como elemento diferenciador-segregador,
llegando a ser un obstáculo retrógrado y no un canal de comunicación humana, un puente,
"un instrumento al servicio del intercambio de conocimientos, sentimientos, ideas, etc.",
como la designa Atxotegui (2000: 91), que es justamente para lo que debiera existir. Esto
ocurre principalmente entre ciertos sectores de la burguesía catalana, la cual, desde el
Poder, mantiene el discurso nacionalista de que Cataluña no puede seguir manteniendo con
"su" trabajo y la riqueza que genera al resto de España, es decir, a regiones más pobres
como Andalucía, por ejemplo. Argumento en parte falso porque, como se ha intentado
mostrar en este ensayo, la riqueza la genera en buena medida el trabajo que realizan los
inmigrantes. Este y otro tipo de posturas han llevado a que en algunas regiones de España a
los catalanes se los llame "peseteros" (por la antigua y ya extinta peseta) o "polacos",
designaciones que se refieren a una estigmatización mediante la cual se los identifica con
un manejo miserable-amarrete-avaro-tacaño con el dinero. Incluso esto tiene cierta relación
con la gran presencia de judíos en la región, teniendo en cuenta el hecho histórico de que
durante la caza de brujas inquisitoria de la Edad Media se persiguió a moros y judíos,
muchos de estos últimos cambiando sus apellidos y refugiándose en Cataluña.
Cierta vez mi amigo Manolo, gallego que vive desde pequeño en Barcelona y habla un perfecto
catalán (pero sigue siendo -y muy- gallego), me hizo una certera interpretación-definición sobre Cataluña y
los catalanes. Dijo textualmente: "En Cataluña la riqueza no se comparte. Se reparte..."
76
Para tener una idea de la importancia económica que ha alcanzado el turismo como industria,
tenemos que se calcula que llegan a España 50 millones de guiris al año, los extranjeros "bienvenidos" que en
Barcelona fue donde más dinero gastaron durante 2001 (15,85 % del total gastado en toda España).
75
80
Lo cierto es que Barcelona me dio muchas cosas lindas -el amor y una hija entre ellas- en estos
seis años de vivirla. Así que le estaré eternamente agradecido.
81
2. El problema de la vivienda.
“Hay que comprar terrenos y comprar a los que pueden recalificar terrenos. Éste ha sido el negocio
fundamental de esta ciudad desde que derribaron las murallas.” (Manuel Vázquez Montalbán, ob.
cit. pp. 82)
En primer lugar, resulta fundamental remarcar que los elementos que caracterizan las
condiciones de acceso a la vivienda de los colectivos inmigrantes se enmarcan dentro del
contexto de la problemática general de la vivienda en España, agravado por algunas de las
dimensiones tratadas alrededor del fenómeno de la inmigración como “problema” (capítulo
III).
La posibilidad de acceder a una vivienda digna a un precio accesible por parte de los grupos
no privilegiados de la población en una ciudad como Barcelona, al igual que en Madrid, se
vuelve cada vez más difícil. Entre los factores que determinan esta situación se encuentran
el fuerte aumento de la demanda y la escasez de la oferta, los altos precios del mercado
inmobiliario y la enorme especulación de los propietarios. Como lo demuestra el siguiente
cuadro, a partir de 2000 y en adelante los precios de los alquileres comenzaron a aumentar
en mayor proporción que en años anteriores. Si a ello se le suma que los inmigrantes
constituyen el sector subalterno con menor poder adquisitivo, más excluido y marginado
socialmente y con una condición laboral y jurídica particular, la situación general para ellos
empeora.
Algunas de las variables descritas anteriormente han sido analizadas a nivel estatal por
Martínez Veiga (1999); mientras que Morera (1998) ha abordado el problema en relación a
los colectivos musulmanes (fundamentalmente comerciantes marroquíes y paquistaníes) del
distrito de Ciutat Vella. Por su parte, Cáritas, a partir del trabajo que desarrolla en España,
ha resaltado la transformación sufrida en el perfil de los “sin techo”, el cual no responde ya
al estereotipo del hombre solitario mayor de 40 años, sino que cada vez más corresponde a
mujeres jóvenes e inmigrantes sin contrato de trabajo. Según esta organización, en España
habría en la actualidad unas 48.000 chabolas y otras 37.000 casas en estado ruinoso.
Además, dos millones y medio de personas vivirían en hogares con serios problemas de
humedad que pueden afectar la salud.
Un elemento significativo a tener en cuenta en el caso de la vivienda es el paralelismo
existente con las condiciones de trabajo descritas más arriba: los inmigrantes habitan las
viviendas en los barrios que la población autóctona ya no utiliza o ha abandonado, como
ocurre con los puestos de trabajo precarizados dentro de la economía sumergida. Por lo
tanto, al igual que con el trabajo, en general no existe una marcada competencia por la
vivienda entre autóctonos e inmigrantes extranjeros. Más bien lo que se produce es un
fenómeno de progresiva y relativa “guetización” de algunas comunidades o barrios. Este
patrón, cada vez más recurrente en algunas ciudades de España -ya desde hace tiempo
instalado en otros países de Europa- se suele presentar al producirse una rebaja de los
alquileres en determinados barrios donde se agrupan a vivir los inmigrantes y de donde se
marchan los autóctonos. Resultado: las condiciones de vivienda decaen y el barrio queda
estigmatizado.
“Las imágenes y estereotipos socioculturales contribuyen a generar espacios sociales
diferenciados para los distintos colectivos inmigrantes.” (Colectivo Ioé-UGT, 2001: 56). El
fenómeno referido se manifiesta desde los abusos en los precios de alquiler y las insalubres
82
condiciones sanitarias y de habitabilidad de los pisos, hasta la estigmatización ya no sólo de
las personas que componen el colectivo inmigrado que se concentra en el barrio, sino de
algunos pisos, determinadas calles o del barrio entero. Este es el caso de algunos sectores
de los barrios que conforman el distrito de Ciutat Vella, como Raval y Parc de la
Ciutadella, donde habitan mayoritariamente los sujetos de este estudio.
En función de lo expuesto y de acuerdo con Massey y Denton (1993), puede decirse que
uno de los indicadores más claros de la situación de los trabajadores inmigrantes quizás sea
la vivienda. Asimismo, se trata de uno de los ámbitos en los que se ejerce de manera muy
directa la discriminación y opera la segregación residencial. Es usual la práctica
discriminatoria-segregadora de impedir el acceso a una vivienda en determinados distritos
por parte del propietario a una familia de inmigrantes, incluso en el caso de que ésta posea
el dinero para pagar el alquiler de la misma:
“Las agencias inmobiliarias (e incluso algunos particulares) suelen tener una actitud
negativa ante los extranjeros, por lo que se recomienda ir acompañado por un amigo que
resida aquí para informarse de las ofertas.” (Observatori DESC, 2003: 36). Ciertamente, no
ha resultado difícil constatar los abusos y negativas discriminatorias a las que fueron
sometidos muchos inmigrantes en Barcelona, sobre todo africanos. En el caso de los
abusos, también existen intermediarios usureros (tanto autóctonos como de los propios
colectivos de inmigrantes) que se aprovechan de la desesperación y la urgencia, y el
desconocimiento y la falta de información de muchos inmigrantes. A esto hay que sumarle
que en ciertos sectores de la sociedad local está instalada la idea de que las condiciones de
pobreza y de vivienda son parte intrínseca de la cultura de origen del inmigrante, lo cual es
más o menos parecido a decir que “son pobres porque quieren”, o “porque está en su
naturaleza”, como escuché en alguna ocasión. Algo parecido sucede con la proyección que
muchas veces realizan los autóctonos sobre la higiene/salubridad de los inmigrantes en
términos de “peligrosidad social”; o al momento de adjudicarles supuestos problemas de
salud por causa de sus modos de vida, de acuerdo al argumento etnocéntrico por el cual se
trata de un problema de “costumbres” (esto es, de “diferencias culturales irreductibles”).
83
3. La accesibilidad y la atención en los servicios sanitarios.
El capítulo III de la Constitución española regula los principios rectores de la política social
y económica. Los artículos 13, 41 y 43 reconocen la universalidad del derecho a la
protección de la salud, pero la Constitución no tutela la salud pública. Esto quiere decir que,
aún reconociendo la universalidad del derecho a la protección de la salud, las leyes
españolas distinguen entre la asistencia sanitaria pública y la prestación sanitaria gratuita o
la prestación de la seguridad social. Respecto a la Ley de Extranjería actualmente en vigor,
reconoce el derecho humano universal y constitucional español a la asistencia sanitaria sólo
a aquellos extranjeros que se encuentren en situación regular. No obstante esto, los menores
de 18 años, las mujeres embarazadas (durante el embarazo, parto y posparto), y cualquier
persona en caso de urgencia, tienen derecho a recibir asistencia médica aún no teniendo
papeles de ningún tipo. (Observatori DESC, 2003: 38)
En Cataluña, comunidad autónoma que posee plenas competencias en materia sanitaria,
dentro de las áreas básicas de salud (ABS) son los Centros de Asistencia Primaria (CAP)
los encargados de la atención sanitaria, junto con los hospitales en casos de urgencia. Para
ser atendido es necesario tener la tarjeta sanitaria, la cual se solicita en el CAP más cercano
al domicilio, previa presentación del certificado de empadronamiento. Aún así, la realidad
presenta otro tipo de obstáculos: en su Informe 2001, el Defensor del Pueblo se explayó
sobre el colapso de los ambulatorios en España, que creaban listas de espera de hasta dos
años.
Es necesario apuntar asimismo que ni a nivel estatal ni autonómico de la salud pública
existe mención explícita sobre la atención a inmigrantes extranjeros. En el caso de
Cataluña, por ejemplo, el Mapa Sanitario (Departament de Sanitat i Assistencia Social,
1980), Libro Blanco de la salud pública catalana que marcó las líneas de acción de las
últimas dos décadas, no se encuentra ninguna referencia a la inmigración. Incluso entre las
prioridades de los Planes de Salud Pública de Catalunya 1993-1995 y 1996-1999
(Departament de Sanitat i Seguretat Social, 1993 y 1996) no se contempla el fenómeno de
la inmigración desde una perspectiva integral, ni se adopta una postura clara sobre el
derecho de los inmigrantes a la asistencia sanitaria, sino una serie de criterios mínimos para
su abordaje entre los médicos: problemas de comunicación de orden lingüístico y
enfermedades importadas (Diputació de Barcelona, 1997: 574). Pequeñas menciones,
aunque laterales, sobre la población inmigrante pueden encontrarse en el Informe SEPSAS
2000 (Alvarez Dardet y Peiró, 2000). En el caso de los centros de salud ubicados en áreas
donde se concentran poblaciones de inmigrantes, se ha intentado reorientar los programas
de atención para dar respuestas a sus necesidades y problemas específicos (Organ Tècnic
del Pla interdepartamental d’inmigració, 1997). Lo anterior, partiendo del hecho que son
“las condiciones de vida precarias más que las enfermedades importadas, la causa principal
de los problemas sanitarios más graves de algunos sectores de inmigrantes”. (Diputació de
Barcelona, 1997: 555).
A continuación, se presenta un breve repaso por tres de los principales centros de atención
de población inmigrada ubicados en la ciudad de Barcelona:
1) El Servei Catalá de la Salut (SCS) posee una institución particular en relación a la
atención de los inmigrantes en el corazón de Ciutat Vella: la Unidad de Enfermedades
Tropicales e Importadas, también conocido como Centro de Medicina Tropical de
84
Drassanes. Fue creado en 1985 y está especializado en enfermedades importadas
(tropicales) y transmisibles (HIV-Sida, hepatitis, tuberculosis, etc.). En este sentido, el
tratamiento contra la malaria, enfermedad que algunas personas originarias de África portan
desde sus países de origen, constituye un campo importante de acción; al igual que el
tratamiento preventivo, como vacunaciones, para viajeros con destino a países del Tercer
Mundo.
En el centro se intenta un intercambio entre los agentes de salud (senegaleses, paquistaníes,
del Pacífico de Asia, de Latinoamérica y magrebíes) y los profesionales sanitarios, por un
lado; y entre los primeros y la población de atención, por el otro, organizándose fuera del
centro charlas y actividades grupales con el objetivo de capacitarlos y formarlos en cuestiones
de salud.
2) El Hospital del Mar (Barceloneta, Ciutat Vella). Donde alguna vez funcionó el viejo
Hospital Municipal de Barcelona para Enfermedades Infecciosas, se emplaza este hospital
restaurado a partir de la transformación que se operó en la ciudad ante el evento de los
Juegos Olímpicos de 1992. Desde 1970 la institución está asociada con la Universidad
Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), albergando bajo su
techo al Instituto Municipal de Investigaciones Médicas y los cursos de las Maestrías en
Medicina Tropical y Geografía Médica (UAB).
La población que acude al hospital comprende principalmente a la que habita en el distrito
de Ciutat Vella: autóctonos, entre los que se encuentran muchas personas de la etnia gitana,
e inmigrantes. En el caso del servicio de pediatría, por ejemplo, para finales de 2001 los
niños hijos de inmigrantes ingresados al hospital superaban 50% de los casos, los cuales
sumados a los niños de etnia gitana alcanzaban 60%. En lo que se refiere a perfiles
epidemiológicos, los niños hijos de inmigrados en esta sociedad se enferman de lo mismo
que los autóctonos (problemas infecciosos, accidentes y traumatismos, etc.). Pero hay 3%
de enfermedades “importadas” que el director del servicio clasifica como “genéticas,
ligadas a los hábitos y costumbres de las poblaciones inmigradas en origen y las que
aparecen en la sociedad de acogida”. En este sentido, y ligado a las condiciones de vida en
esta sociedad, la tuberculosis aparece como la única enfermedad algo más prevalente entre
los niños hijos de inmigrantes en relación a los autóctonos (Institut Municipal de Salut
Publica, 1999). Por este y otros motivos, el servicio de Pediatría no cuenta con una unidad
especial de atención a los inmigrantes.
3) El Hospital Clínic (distrito Eixample). Tiene status de Hospital Universitario y en su
interior funciona la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona (UB). Aunque
posee una Unidad Hospitalaria para Enfermedades Tropicales no se atiende la cantidad de
población inmigrante como sucede en el centro de Medicina Tropical de Drassanes. Al
igual que este último, parte de su personal médico-sanitario ha tenido experiencia de
participación en países africanos mediante campañas de solidaridad y cooperación a través
de proyectos de ONGs europeas; y se les otorga asesoramiento, asistencia y tratamiento a
los viajeros que visitarán estos países, como a los que volvieron de los mismos.
Durante 1999 la población extranjera atendida en el Hospital Clínic alcanzó un total de 5.260
personas, lo que equivalía a una media de 438 personas por mes, y significó un aumento de
1,7% más de extranjeros atendidos respecto de 1998. Del total de atendidos en 1999, la
85
distribución por continente fue la siguiente: europeos 31%; latinoamericanos 23,2%; africanos
8,8% (principalmente marroquíes); y asiáticos (filipinos, chinos y paquistaníes) 7,8%.
Más allá de las condiciones generales de acceso que son buenas para los residentes, y en
términos de la atención de los problemas de salud de los inmigrantes, vale decir, de los
aspectos cualitativos, en general se ha podido verificar un desconocimiento de parte del
personal sanitario español sobre el diagnóstico y tratamiento de dos tipos de padecimientos
que pueden llegar a ser frecuentes entre las personas inmigrantes que acuden al sistema
sanitario: por un lado, los denominados por la Antropología de la Medicina Cultural Bound
Syndroms (“síndromes culturalmente delimitados”, no exclusivos del campo “tradicional”);
y, por otro lado, los tipos de padecimientos de origen, también llamados “enfermedades
importadas”.77
Uno de los elementos a destacar en torno a esta cuestión es que los estudiantes de medicina
españoles ven muchas de estas enfermedades en los libros (sólo ideal o teóricamente) y no
en los cuerpos de las personas que atienden. Este fenómeno se produce en los países del
occidente post-industrializado, con perfiles epidemiológicos donde predominan las
enfermedades crónico-degenerativas. Desde mi punto de vista, aquí aparecería otro factor
para explicar porqué algunos médicos españoles jóvenes no saben diagnosticar y tratar
enfermedades de tipo infectocontagiosas o respiratorias prevalentes en los países del
“Tercer Mundo”, desde donde llegan los nuevos migrantes que se convierten día tras día en
la población de atención.
En pediatría, por ejemplo, padecimientos como el raquitismo, para mencionar solo alguno,
probablemente un médico español joven no las haya visto ni tratado nunca, y ahora algunas
de ellas comienzan a aparecer entre los hijos de inmigrantes que atienden.
Entre los aspectos relevantes a subrayar en torno a este problema se encuentra la escasa
formación universitaria que reciben los estudiantes de medicina, futuros médicos, en el
campo de los llamados “factores culturales” y su determinación en la
salud/enfermedad/atención de las personas, así como, específicamente, en el ámbito
teórico-práctico de la salud y la inmigración. Algunas voces, aunque todavía minoritarias,
comienzan a alzarse desde los profesionales de la salud españoles. Oscar Valtueña Borque,
doctor en medicina y vicepresidente de la ONG Puericultores sin Fronteras, se refería a ello
en una entrevista (El País, 24/2/2000, p. 30) en términos del escaso interés formativo
sanitario que despierta el tema en España y proponiendo el imprescindible estudio de las
necesidades sanitarias de los inmigrantes para poder aplicarlas en la atención de su salud.
Desde una perspectiva similar, López Abuin (2002: 492) sostiene:
“El personal sociosanitario debe estar preparado y disponer de los conocimientos oportunos
para el abordaje del inmigrante por las especiales características que en él y en su entorno
confluyen. Es un paciente que cada vez demandará más de nuestra atención: si hace años
era muy rara en nuestro Estado esta demanda, hoy día existen comunidades autónomas en
España en las que ya hasta un 20% de las prestaciones realizadas en los centros de salud
son realizadas a los inmigrantes.”
En relación a la “importación de enfermedades”, vale subrayar, no obstante, que se produce una
mayor incidencia de estas en el caso de los españoles que viajan al África, por ejemplo, que las “importadas”
por los colectivos migrantes provenientes del África Subsahariana, como la malaria. (López Abuin, 2002:
496)
77
86
Situados en Barcelona, la realidad descrita se refleja sobre todo en el distrito de Ciutat
Vella, donde se concentra la mayoría de la población inmigrante de la ciudad; y dentro del
mismo, en el barrio Raval. En el CAP (Centro de Atención Primaria) de Drassanes, por
ejemplo, casi 40% de la población atendida es inmigrante: la mitad es originaria de
Indostán (Paquistán, India y Bangladesh); la otra parte importante son sudamericanos
(Ecuador, Perú, Argentina, República Dominicana, Colombia); y un pequeño porcentaje
son filipinos, magrebíes, chinos y de Europa del Este.
Montse Salgado, 32 años, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del CAP de
Drassanes, que hizo durante dos años su especialidad allí como residente y que, en el
momento de entrevistarla (septiembre de 2003) hacía dos años que ejercía como médica en
uno de los consultorios de la 6 ta. planta, ha corroborado la falta de consideración de los
factores culturales en la formación de los médicos españoles:
“Para atender a población inmigrante no se está formando. A nivel académico no existe
nada de esto: se tratan grandes patologías que, luego, cuando llegas aquí, no ves. Nadie te
lo enseña, lo aprendes aquí, con la experiencia, con las demandas de los pacientes. Vas
compartiendo e intercambiando experiencias con tus compañeros de trabajo y
aprendiendo. Claro, que con la población autóctona de aquí también atendemos muchas
veces problemas que son físicos pero esconden detrás una patología social, una
problemática familiar... por eso creo que nos iría muy bien una formación de cursos de
Antropología, nos interesaría mucho. Creo que la Antropología nos serviría para entender
un poco mejor a los pacientes.” (Montse Salgado, médica del CAP de Drassanes)
Su compañera de trabajo en el CAP, Soledad Nadal, también doctora en igual especialidad,
opina en la misma línea:
“Creo que en determinados aspectos hay algo de ´barrera cultural` . Lo notas sobre todo a
la hora de explicar cosas o a la hora de problemas que tienen determinadas personas y que
tú al principio no los entiendes: te explican lo que les pasa y tú dices:
-¡pero porqué esto les supone un problema!-, que para ti no lo sería pero para la otra
persona sí por su cultura, sus tradiciones...Yo he aprendido mucho a base de experiencia
porque hay problemas que se van repitiendo y al principio no lo entiendes, pero después ya
sabes cómo abordarlos, compartes la información con tus compañeros y se va entendiendo
mejor. Creo que si estas cosas se explicaran desde nuestra formación, nos ayudaría mucho
en nuestro trabajo, no tendríamos la necesidad de despabilarnos tan rápido y sería una
herramienta muy importante porque en atención primaria abordamos a la gente desde un
aspecto muy completo, intentamos hacer abordaje bio-psico-social.” (Soledad Nadal,
médica del CAP de Drassanes)
Por su parte, en un tono algo más crítico y de denuncia, Mariano Sánchez Bayle, presidente
de la Federación de Asociaciones por la Defensa de la Sanidad Pública de España
(FADSP), considera lo siguiente:
“La universidad no está formando a los profesionales para que respondan ni a la
expectativas de la población ni menos a las necesidades sociales. La universidad forma una
elite profesional enfocada hacia diagnósticos raros, terapéuticas espectaculares y se dirige
87
poco hacia las causas de las enfermedades que muchas veces están relacionadas con
problemas socioeconómicos.”78
Al respecto, y sobre todo en los centros de atención con mayor concentración de población
inmigrante, los principales padecimientos por los cuales los usuarios acuden a consulta
están relacionados con las condiciones de vida y de trabajo; es decir, por causas de índole
socioeconómica, potenciadas por la situación de “duelo migratorio”:
“Se trata de una población joven que ha venido fundamentalmente a trabajar a este país;
por eso, los problemas que más tienen y por los cuales vienen suelen ser consecuencia de
la sobrecarga en el trabajo, dolores musculares, etc. También problemas de somatización,
secundarios a toda la problemática social que tienen: angustia, ansiedad, estrés... Les
preocupa mucho cualquier cosa que les afecte, sobre todo en el trabajo: no estoy comiendo
bien, no estoy durmiendo bien, dolores lumbares, musculares, insomnio. Muchas veces no
saben explicar bien lo que les pasa pero tú sabes que no se encuentran bien y por eso han
venido a consulta.” (Montse Salgado, médica del CAP de Drassanes)
“La mayoría viene para que les resuelvas un problema en concreto de salud; suelen ser
gente joven, que no tienen grandes enfermedades: vienen a consulta desde un resfriado
hasta un problema en la piel... patologías bastante frecuentes. También a veces vienen a
pedir un chequeo, una revisión. En términos generales, no hay muchas diferencias con la
población autóctona que atendemos aquí: hay tuberculosis, hay también parasitosis
intestinales en extranjeros que provienen de áreas rurales, etc. Creo que las enfermedades
de los inmigrantes están ligadas al lugar donde vivían y a las condiciones en las que viven
aquí, en condiciones de hacinamiento y con problemas importantes. A lo mejor en una casa
viven diez personas y en una misma cama duermen por turnos, es decir, que no pueden
mantener una higiene correcta. Hay casos que te encuentras que tienen accidentes
laborales y vienen aquí en vez de ir a la mutua porque muchos no saben que existe, o bien
van a la mutua y resulta que no están asegurados; también hay mucha gente que trabaja
sin contrato... Entonces, además de atenderlos en el problema médico, debes darles
información sobre cómo funcionan las cosas, asesorarles un poco en este sentido. También
hay mucha somatización en los inmigrantes: ansiedad, trastornos psicológicos, aunque
también encontramos esto en la población autóctona. Cuando te separas de tu familia, de
tu tierra, pues es normal que tu estado de ánimos baje un poco y estés más vulnerable a los
dolores, a los problemas físicos, a las molestias. Yo siempre les digo: cuando el corazón
está triste, el cuerpo también duele más.” (Soledad Nadal, médica del CAP de Drassanes)
78
Entrevista publicada en De Verdad, año XXIII, Nro. 4, p. 8.
88
4. El proceso migratorio senegalés a Barcelona: una exploración comparativa sobre su
especificidad para contrastar el caso de los nuevos migrantes argentinos.
¿Qué utilidad analítica tiene en este trabajo presentar brevemente el caso de los migrantes
senegaleses en Barcelona?
Se trata de un proceso migratorio muy diferente al de los argentinos en cuanto a rasgos y
características, tanto en lo que se refiere a la situación de partida, es decir, en origen, como
a la organización social del proyecto migratorio, la red de relaciones y vínculos entre los
actores, la inserción en el mercado de trabajo local, etc., pero que se desarrolla en el mismo
contexto de la sociedad de destino.
En base al Ministerio del Interior español, hasta enero de 2003 los residentes senegaleses en
España sumaban 14.765 personas, de las cuales 4.694 se encontraban en Cataluña donde
constituían el segundo colectivo inmigrante más numeroso del África subsahariana, detrás
del gambiano. Al interior de Cataluña, más de la mitad de los senegaleses se concentraba en
la provincia de Barcelona.
Es a partir de 1990 que comienza a constatarse una relativa presencia de senegaleses en
España, fenómeno que se refleja asimismo, por ejemplo, en el cine. La primera película del
cine español referida al nuevo fenómeno de la inmigración africana ha sido “Las cartas de
Alou”, de Montxo Armendáriz. La obra relata la historia de Alou, un joven senegalés que
llega a España de tránsito hacia Europa del Norte, y en el interregno trabaja en el ámbito de
la economía sumergida, combinando la recogida de fruta con la venta ambulante para
sobrevivir. Una española se enamora de él y están un tiempo juntos, pero el protagonista
debe continuar inexorablemente con su trayecto.
Del contenido de esta película vale destacar dos aspectos significativos: 1) si bien puede
ubicarse a los primeros migrantes senegaleses que llegan a territorio español a mediados de
la década de 1980 (la mayoría en tránsito), es fundamentalmente a partir de 1990 que
progresivamente comienzan a instalarse en algunas regiones de España; y 2) casi siempre
dentro del ámbito de la economía sumergida, los migrantes senegaleses han combinado el
comercio de venta ambulante urbano en los períodos de mayor venta con el trabajo en la
agricultura en los períodos de recolección, como medios principales de subsistencia.
En base a las entrevistas realizadas para la investigación de mi tesis doctoral (véase
Goldberg, 2004), puede decirse que los senegaleses conciben la emigración como un
proyecto que a partir del momento en que se inicia supone estudiar, planificar y evaluar los
objetivos, las ventajas, las probabilidades y las factibilidades que la decisión acarrea. Lo
anterior, supone, entre otras cosas, una relación dinámica de contacto e información con
familiares/amigos en destino. Antes de iniciar sus desplazamientos, contactan con
anticipación a algún familiar instalado en el país receptor, que tendrá el conocimiento
previo de la llegada del otro. Consideran un elemento indispensable de la cadena migratoria
el hecho de llegar a un lugar y conocer a alguien de confianza, cercano, que los entienda,
que asuma como un deber, un compromiso, orientarlos, ayudarlos, asesorarlos, guiarlos en
los primeros momentos.
Una vez definido esto, lo principal para ellos es llegar al continente europeo; y casi
mayoritariamente, el medio para hacerlo es por avión. Por lo tanto, organizan la movilidad
en función de las condiciones que se presentan en cada momento, en cada país. Estas
condiciones van desde la posibilidad de otorgamiento de la visa en origen, pasando por las
89
de control fronterizo en el continente europeo y las oportunidades de venta, hasta la
concesión de permisos de trabajo y/o residencia.
Sobre lo expuesto vale destacar, además, dos elementos: en primer lugar, el papel que
cumplen las redes de información para dar pistas y señales sobre los lugares de entrada más
o menos accesibles en los aeropuertos de las ciudades europeas; y, en segundo lugar, que en
algunos casos ese tipo de información está vinculada a una red de gente organizada, que en
ocasiones se confunde en Europa con una “mafia de tráfico ilegal”.
Las estrategias de movilidad de los senegaleses, los llamados flujos sur-norte, se basan en
una migración de carácter fundamentalmente masculino e implican un desplazamiento
transcontinental (a Europa y USA, preferentemente). Suponen una inversión económica
familiar de envergadura para la unidad doméstica que suele incluir a la familia extensa,
como parte del proyecto migratorio. Este último persigue en lo inmediato la diversificación
económica y la mejora del status socioeconómico local del grupo. A largo plazo, se busca
el desarrollo de la comunidad en términos de infraestructura y servicios, hecho que se
relaciona con las acciones y proyectos de cooperación que puedan poner en práctica
personas emigradas originarias de un mismo pueblo que residen en un sitio común.79
De esta manera, la migración se concibe dentro de una estrategia de movilidad
socioeconómica y es percibida como una inversión que realiza todo el grupo doméstico con
un claro efecto multiplicador, en la que se favorece la migración de nuevos parientes y se
van fortaleciendo las redes en destino.
La familia “selecciona” a los varones que potencialmente pueden ofrecer mayores
posibilidades de garantizar el éxito del proyecto migratorio. En general, se trata de los hijos
de una autoridad política, religiosa, económica o sanitaria del pueblo. Por otro lado, los
enfermos no están en condiciones físicas para realizar un desplazamiento (y las travesías en
tiempo y distancia que muchas de ellas suponen) largo, complejo, solitario e incierto. Por
ende, aquellos que marchan son jóvenes, fuertes, sanos, valientes, más hábiles, con mejor
preparación y más desenvueltos.
Atxotegui (2000: 99) concuerda con lo anterior cuando destaca que debido al conjunto de
dificultades y riesgos que supone el emigrar, tienden a efectivizarlo las personas más
fuertes y capaces. Fortaleza y capacidad no sólo físicas, sino sobre todo psicológicas, son
las que se requieren para resistir y abrirse paso por sobre condiciones extremadamente
difíciles. Sumado a esto, como se mencionó más arriba, en el caso de los hombres
senegaleses se trata de aquellos nacidos en un sustrato de cierto poder en el seno de su
comunidad. En la misma línea de análisis se ubica Recolons (2001: 685), al resaltar no
solamente la selección por factores económicos, sino las condiciones de fortaleza
relacionadas con la edad y “las condiciones anímicas de empuje y aguante para soportar la
dureza de las dificultades inherentes al hecho de migrar”.
Las redes y cadenas migratorias de los senegaleses se organizan, estructuran y funcionan de
acuerdo a un proceso ascendente que va de la familia nuclear a la familia extensa, y de ahí a la
Esto queda reflejado entre los objetivos perseguidos por algunas asociaciones senegalesas en el
extranjero: “[...] la capacitación de los inmigrantes en la dinámica de la cooperación al desarrollo sostenible
en el país de origen”. (Fuente: Documento final de las Jornadas Estatales de Asociaciones Senegalesas del
estado Español. Palma de Mallorca, 26, 27 y 28 de mayo de 2000. Federación de Asociaciones de
Inmigrantes Senegaleses del estado Español).
79
90
comunidad. Es decir, las redes son de base parental, étnica y geográfica. Se trata de un
proyecto en el que se produce una inversión de parte de la economía familiar/comunal, ya que
los que logren instalarse en destino asumen la responsabilidad para con su gente de origen:
enviar remesas, buscarle trabajo a los que vendrán, proporcionarles a su llegada una cama,
dinero y, en el caso de los senegaleses en Barcelona, también la mercadería necesaria para que
empiecen a trabajar en la venta ambulante.80
De modo general, puede decirse que el proceso migratorio de los senegaleses constituye,
por un lado, un recurso para generar ingresos (propios pero fundamentalmente dirigidos a la
familia/pueblo); y por otro lado, es percibido como una vía eficaz para lograr una
legitimidad y un status social determinado, tanto en la sociedad de origen como en la de
destino. El emigrado se percibe en origen como un exitoso, un referente social: hacerse
hombre, tener dinero, mujer e hijos…
“En África, venir a Europa significa un suceso. Volver a África, hacer una casa muy
grande y bonita, casarse con una chica guapa... entonces piensan que has triunfado. Una
madre africana que ve todo eso le dice a su hijo: mira, has visto al tío, viene de España y
tiene mucho dinero. Hay que ir a España... El chico dice que no tiene dinero para irse y la
madre le dice: mira, yo voy a vender la casa para que te vayas. Hay muchas familias que lo
han hecho: venden sus casas o un terreno o algo importante para que el hijo pueda
emigrar.” (Kai, migrante senegalés de Barcelona)
A partir de la segunda mitad de la década de 1990, Italia y España han sido los destinos
europeos preferenciales de los migrantes senegaleses; además de Dakar, provenientes
fundamentalmente de las ciudades de Touba y Djourbel (región de Baol) y de Louga
(región de Djambour), y también de Siné (región de Kaolack). En la ciudad de Touba, las
casas de filmación son un negocio activo. En ellas, mujeres senegalesas se hacen filmar en
cintas de video que llegarán hasta las manos de jóvenes migrantes modou-modou en estos
países europeos. Estos tal vez se casen con una o más de ellas cuando vuelvan “de visita” a
Senegal:
“Se suele decir que si te nace una hija, ojalá se case con un modou-modou. Y si te nace un
hijo, ojalá que termine hablando italiano…” (Namse, migrante senegalés de Barcelona)
El prestigio se manifiesta no sólo en términos materiales, sino sobre todo sociales y
simbólicos, ya que un emigrante exitoso es aquel que mantiene la responsabilidad moral de
redistribuir su riqueza, manteniendo financieramente a su familia, su comunidad y sus redes
de amigos:
“Como nosotros tenemos un sentido de la familia que es muy amplio, siempre tenemos que
hacer algo para la familia. Siempre. Y tienes miedo de no poder hacerlo, porque sabes lo que
ganas y que no alcanza. Pero lo poco que ganamos lo compartimos con la familia.” (Kai)
Es preciso señalar que una buena parte de las redes y cadenas migratorias de los migrantes
senegaleses se organizan a partir de la cofradía musulmana Murid, la cual constituye un sector muy fuerte en
el ámbito del comercio en todo el país (fundamentalmente en Touba, la ciudad “santa” de los murids) y a
nivel transnacional, siendo importante el dinamismo que posee en el ámbito de la economía sumergida en
algunos de los países donde los senegaleses emigran. Adaptada a la globalización, esta cofradía estaría
ocupando al mismo tiempo el rol de un Estado en permanente extinción, a la vez que se apropia de, y
redistribuye, las ganancias generadas por el trabajo de los emigrantes senegaleses en el extranjero, como antes
en el seno de las unidades domésticas de producción.
80
91
Como ha sucedido en casi todos los países donde han emigrado, en su mayoría los migrantes
senegaleses de Barcelona se dedican a trabajar en actividades relacionadas con el comercio:
venta ambulante, pequeñas tiendas de bazar con productos africanos y restaurantes típicos,
siempre en la zona del centro histórico de la ciudad (fundamentalmente en el distrito de Ciutat
Vella), espacio donde conviven un gran número de colectivos de inmigrantes, principalmente
africanos y latinoamericanos. Los que se dedican a la venta ambulante y poseen su situación
migratoria regularizada, suelen estar una temporada en Barcelona y otra en la costa,
preferentemente de verano hasta Navidades (el período de más ventas), para luego marcharse
nuevamente a Senegal por un tiempo no menor a cuatro meses a estar con sus familias y
después regresar. También se dan casos en los que algunos hombres se instalan con sus
familias pero no se trata de un tipo de inmigración frecuente hasta el momento.
92
5. Perfil sociodemográfico de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona.
En base a datos del Ministerio del Interior español, hasta enero de 2004 residían en España
en condición "regular" 43.347 ciudadanos argentinos (2,6% del total de residentes
extranjeros); mientras que el mismo organismo calculaba extraoficialmente en ciento diez
mil los que se encontraban de forma "irregular", situación que convertía al argentino en uno
de los colectivos de inmigrantes con mayor número de "sin papeles" en España.
Tal como puede observarse en el cuadro que se presenta a continuación, la mayor tasa de
crecimiento porcentual experimentada por el colectivo de migrantes argentinos en
Barcelona se produce durante todo el año 2002 (llegando a 109,3 en enero de 2003). Este
dato coincide con las cifras proporcionadas por el Ministerio del Interior para el conjunto
de España, organismo que contabilizó 128.312 entradas de ciudadanos argentinos durante
ese año, y tan sólo 18.742 salidas. En otras palabras, durante 2002 se quedaron en España
85, 3% de los argentinos que entraron.
Desde un punto de vista metodológico, vamos a repasar algunos datos cuantitativos sobre
Barcelona como unidad de observación amplia, y del distrito de Ciutat Vella como unidad
de observación específica. En primer término, resulta más que relevante el hecho de que
Barcelona sea la ciudad europea en la que hay más argentinos residiendo: unos diez mil son
los argentinos empadronados (es decir, contabilizados por la administración) en Barcelona,
y más de cincuenta mil -en función de distintos cálculos- los que se encuentran viviendo en
condición "irregular".
Es decir que, en Barcelona, se concentraba la mitad de los argentinos "sin papeles" que
había en España y, al mismo tiempo, la quinta parte de los argentinos que, según la
Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, dejaron el país desde que estalló la crisis
de diciembre de 2001. Lo anterior, sin contabilizar el importante número de argentinos que
tiene la doble ciudadanía, quienes figuran para la administración residiendo
fundamentalmente como ciudadanos italianos y españoles.81
En segundo lugar, a su vez, tal como permite ver el gráfico detallado a continuación, hasta
enero de 2003 la población extranjera contabilizada en Barcelona (163.046 personas)
representaba 10,7% del total de la ciudad, mientras que en el distrito de Ciutat Vella 34, 7%
de la población estaba compuesta por residentes extranjeros.
Datos empíricamente corroborables mediante distintos procedimientos, algunos incluso del plano
cotidiano como caminar por la Rambla y escuchar hablar argentino; poner un aviso de alquiler de habitación y
que 35 % de los que llamen sean argentinos; llamar por teléfono al Consulado Argentino en Barcelona para
pedir un turno, para hacer un trámite, y que lo otorguen recién para dos meses después...
81
93
Porcentaje de extranjeros sobre la población total residente en el distrito de Ciutat Vella y sus
barrios. Enero 2003
50%
45%
43,0%
40%
35%
34,7%
30,0%
30%
25,0%
25%
20,0%
20%
15%
10%
5%
0%
Ciutat Vella
Barceloneta
Parc
Gotic
Raval
Fuente: Departamento de Estadísticas. Ayuntamiento de Barcelona. Enero 2003.
Es decir que, en términos de los espacios de interacción de los nuevos migrantes argentinos,
entre ellos y respecto a personas pertenecientes a otros colectivos de inmigrantes y a los
autóctonos, se trata de uno de los principales contextos donde se producen las complejas
relaciones interculturales de la ciudad.
Por otra parte, según datos proporcionados por el Departamento de Estadísticas del
Ayuntamiento de Barcelona, 47% de los residentes argentinos en la ciudad tiene entre 25 y 39
años. Asimismo, de acuerdo a la misma fuente, casi 40% de los argentinos empadronados en
la ciudad posee estudios superiores, tal como figura en el próximo cuadro. Este hecho ubica al
colectivo de inmigrantes argentinos en Barcelona como el de más alto nivel de estudios entre
todos los colectivos de inmigrantes provenientes de países del "Tercer Mundo".
El fenómeno citado permite formular dos hipótesis a desarrollar en este trabajo: a) no son los
más pobres los que han emigrado de Argentina; y b) el argentino es el colectivo de
inmigrantes que presenta la mayor diversificación en cuanto a inserción en el mercado de
trabajo local respecto a los demás colectivos de inmigrantes del "Tercer Mundo": estudiantes,
profesores universitarios, artistas, profesionales, trabajadores por cuenta propia, comerciantes
y pequeños empresarios, empleados, entre otros.
Por último, e intentando establecer una vinculación con lo anterior, vale mencionar un estudio
realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, en noviembre de
2003, en el que se mostraba que para 73,5% de los españoles consultados los argentinos
constituían los ciudadanos extranjeros que despertaban mayor "simpatía", "proximidad",
"similitudes" y "preferencias" (valoraciones que más adelante contrastaremos con los
testimonios recogidos en el trabajo de campo), destacándose el "aprecio" y el "interés" que
despierta en ellos Argentina. En ese sentido, las noticias de lo que allí ocurre son las más
94
seguidas de Sudamérica; Argentina es, de todos los países iberoamericanos, el que consideran
"más similar" a España; "más amigo"; al que, llegado el caso, querrían ir a vivir; por el que
sienten "más simpatía"; y en el que invertirían.82 (Fuente: El País, 24/12/03, p. 20)
En suma, se pretende destacar en este planteamiento algunas variables relativas a la
especificidad que tiene el fenómeno de la nueva migración argentina dentro del contexto
referido.
Del otro lado del charco es posible reconocer distintos momentos, vinculados con diferentes
contextos históricos-sociopolíticos, en términos de simpatía/rechazo por parte de sectores de la sociedad
argentina respecto a la población española en Argentina. Así, prácticamente durante todo del siglo XIX se
produce un rechazo de "lo español", asociado con la herencia colonial y -en palabras de Sarmiento, un
ferviente hispanófobo- con el atraso y el feudalismo. (Moya, 1989: 504) No fue hasta finales del siglo XIX y
principios del XX que los españoles comienzan a simpatizarle a la elite criolla en contraposición a la masiva y
mal vista inmigración italiana, considerada cada día más “peligrosa y conflictiva”, sobre todo en materia
político-sindical en la ciudad de Buenos Aires. Es decir que las mismas características, reales o imaginarias,
de los españoles que los habían vuelto objetables para los liberales de mediados del siglo XIX, ahora los
volvían admirables. (Moya, ob. cit.: 514) Esta "reacción conservadora" de la elite fue convirtiéndose con el
tiempo en la ideología "nacional-católica-oligárquica", de raíz hispánica; la más retrógrada y fascista que ha
existido en Argentina.
82
95
Perfil sociodemográfico del colectivo migrante argentino residente en
Barcelona. Enero 2004
AÑOS
2002
2003
2004
Total Población argentina residente en BCN
4.547
9.516
11.437
Tasa de crecimiento porcentual*
81,6
109,3
20,2
-niños 0-14 años
9,7
9,8
9,4
-jóvenes 15-24 años
14,2
13,5
11,4
-adultos 25-39 años
47,9
54,2
55,6
-adultos 40-64 años
22,4
18,6
19,4
-mayores 65 años
5,9
4,0
4,2
Edad media
34
32
33
-hombres
51,6
51,0
50,9
-mujeres
48,4
49,0
49,1
-primarios
30,7
32,0
32,7
-secundarios
29,9
27,0
27,2
-superiores
37,5
39,3
38,5
-menos de 1 año
-
58,2
25,4
-de 1 a 5 años
-
35,2
69,1
-de 5 a 15 años
-
5,4
4,7
-más de 15 años
-
1,1
0,9
a. Edades
b. Sexo
c. Nivel de Estudios
d. Año de llegada a Barcelona
* Hasta diciembre de 2001 residían en Barcelona 2.504 argentinos
Fuente: Departamento de Estadística. Ayuntamiento de Barcelona.
Dentro del universo de población de estudio que se trata, y con el objeto de aproximarnos a
una descripción y poder así analizar en este trabajo algunos aspectos relativos al fenómeno de
la nueva migración de argentinos a Barcelona, he tomado una muestra de 32 personas. La
misma se detalla de la siguiente manera:
96
-
Sexo: 17 hombres, 15 mujeres.
-
Franja etárea: a) 15-24 años: 3 hombres, 2 mujeres; b) 25-39 años: 18 hombres, 17
mujeres; c) 40-64 años: 2 hombres.
-
Nivel de estudios: a) secundarios: 8 hombres, 5 mujeres; b) superiores: 10 hombres, 9
mujeres.
-
Año de llegada a Barcelona: a) menos de 1 año: 3; b) de 1 a 5 años: 24; c) de 5 a 15 años:
3; d) más de 15 años: 2.
-
Ciudad de procedencia: a) Buenos Aires 13; b) Córdoba 9; c) Rosario 4; d) Mar del Plata
2; e) Mendoza 2; f) La Plata 1; g) San Juan 1.
-
Ocupación/actividad laboral: a) Estudiantes 3; b) Pequeños empresarios: 2; c) Profesores
universitarios: 2; d) Artistas: 4; e) Profesionales autónomos: 8; f) Artesanos: 8; g)
Asalariados: 4; h) Desocupados: 1.
-
Situación administrativa/migratoria: 1) Residentes "regulares" 19; a) Con permiso de
trabajo y residencia en régimen "extracomunitario" 7; b) Con residencia en régimen
"comunitario" (doble ciudadanía de país de la UE y reagrupación familiar residente
"comunitario") 12. 2) Residentes "irregulares" (sin papeles) 12.
Como primer elemento, relacionado con los factores, motivos, causas y razones expresadas
por los migrantes argentinos entrevistados en la muestra detallada para emigrar, sobresalen los
factores de tipo económico-laboral por sobre los demás. Tal como puede observarse en el
gráfico siguiente, estos se encuentran en 46 % de las respuestas.
Factores, motivos, causas y razones principales expresadas por los nuevos migrantes argentinos
entrevistados en Barcelona para emigrar (en %)
Personales/individuales/
familiares
7%
Otros
8%
Económico-Laborales
46%
Socioculturales
31%
Políticas
8%
97
En segundo lugar, ante la pregunta ¿Por qué Barcelona?, es decir, cuáles fueron los tipos de
razones y causas expresadas por los nuevos migrantes argentinos entrevistados para elegir
instalarse en esa ciudad, el mayor porcentaje de respuestas se ubica en los factores de tipo
sociopolítico, fundamentalmente vinculados a la accesibilidad y el disfrute respecto a los
servicios del Estado y la seguridad social, mismos que, a su vez, identifican con el ejercicio de
los derechos y libertades ciudadanas que brinda Barcelona.
Cuadro sobre tipos de razones y causas expresadas por los nuevos migrantes argentinos
entrevistados para elegir instalarse en esa ciudad (en %)
Económico-Laborales
Relativa facilidad para conseguir un trabajo bien remunerado
Posibilidad de trabajar en la profesión/actividad propia
Capacidad de ahorro
Ciudad donde se produce excedente, hay dinero y consumo
Otros
26
15
9
10
40
Identificación con la sociedad y la cultura
Posibilidad de ascenso social y mejoramiento del status
Acceso a una vivienda de alquiler en buenas condiciones
Inserción en una sociedad plural y multicultural
Geografía urbana a escala humana
Belleza de la ciudad
Otros
3
7
12
33
21
14
10
Socioculturales
Políticas
Reconocimiento y goce de derechos de ciudadanía y libertades
individuales
Acceso y disfrute de los servicios sociales del Estado
Otros
Personales/Individuales/Familiares
Posibilidad de anonimato para reconstrucción de vida nueva
Conocimiento, relacionamiento e intercambio con personas de
distintos países y culturas
Parientes en la ciudad o en Cataluña
Otros
40
37
23
29
23
7
41
98
6. La inserción de los migrantes argentinos en el mercado de trabajo local. Análisis de
trayectorias migratorias.
Siguiendo una perspectiva cualitativa, y por medio de la aplicación de una serie de técnicas y
procedimientos del trabajo de campo -entre los que se destacan las entrevistas en profundidad
y los grupos de discusión- se presentan a continuación sólo algunas (por razones de espacio)
de las trayectorias migratorias constitutivas de la muestra tomada para este estudio, mismas
que permiten aproximarnos a los distintos aspectos relacionados con los procesos de
integración sociolaboral de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona.
En el gráfico que se presenta a continuación se exponen factores, motivos, causas y razones
económico-laborales principales expresadas por los nuevos migrantes argentinos
(pertenecientes a la muestra detallada) para emigrar de nuestro país. Entre ellos, se destacan
fundamentalmente dos por encima del resto: 1) el hecho de haber estado trabajando en
Argentina en una ocupación que no se correspondía con la calificación de la persona, por un
lado; y 2) que, además, y en muchos casos, en consecuencia, se tratase de un trabajo mal
remunerado. Estos dos factores, juntos, suman 77% de las respuestas.
Principales factores económico-laborales expresadas por los nuevos migrantes argentinos
entrevistados en Barcelona para emigrar (en%)
Poca capacidad de ahorro
13%
Otros
3%
Falta de trabajo
7%
Trabajo mal remunerado
36%
Trabajo no correspondiente a
calificación
41%
Por otro lado, vale subrayar un dato en relación al mercado de trabajo en destino: el último
Boletín de Estadísticas Laborales (BEL), difundido por el Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales de España en agosto de 2004, revela que Argentina es uno de los países
sudamericanos que mayor cantidad de mano de obra extranjera contabilizada (es decir,
regular) aporta al país. La lista es encabezada por Ecuador (146.299 inmigrantes); le siguen
Colombia (75.873), Perú (44.521) y Argentina (28.791).
En ese sentido, es importante apuntar que la situación jurídica-migratoria de los distintos
migrantes resulta trascendental desde el momento en que determina, paralelamente, una
inserción diferencial en el mercado de trabajo local y una limitación/potenciación concreta en
el proceso de adaptación/integración a la sociedad de destino. Todo lo cual impactará, de una
99
u otra forma, en el desarrollo de cada uno de los procesos migratorios individuales,
fundamentalmente en relación a las expectativas de partida.
6. 1. La "doble ciudadanía" como vehículo "seguro" y "eficaz" de inserción/integración.
Solamente con revisar el número de inmigrantes -en su mayoría provenientes del continente
europeo- que llegaron para residir en Argentina dentro del período que va de la mitad del siglo
XIX a 1930, resulta fácil inferir la cantidad de descendientes directos de estos que hubo en el
país.
Dentro del mosaico de colectividades inmigrantes en Argentina, la italiana ha sido la
preponderante, seguida de la española. Aquellos que no renunciaron a su nacionalidad para
adquirir la argentina, conservando sus papeles de origen (documento, pasaporte, acta de
nacimiento, etc.), permitieron que sus hijos y sus nietos nacidos y criados en el país obtengan
la denominada "doble ciudadanía". ¿Quién no recuerda durante 2001 y 2002 las grandes colas
de gente en los consulados italiano y español en Buenos Aires, pasando la noche en la calle
para conseguir a primera hora del día siguiente un número y poder iniciar el trámite de la
doble ciudadanía?
"Me acuerdo porque hacía un calor infernal. El 22 de diciembre, dos días después del
´quilombo´83, decidí que era el momento de presentar los papeles que me faltaban para
acelerar el trámite y sacarme la ciudadanía italiana por parte de mi abuelo. ¡Por suerte, no
tardaron mucho en salirme, porque a veces te tardan como un año y medio! Yo esperé sólo
unos meses hasta que me avisaron que estaban listos y, a la semana, el 26 de septiembre del
2002, estaba volando a Barcelona. Me vine para acá porque ya estaba un amigo desde hace
un año, laburando (él también tiene el pasaporte italiano), y me dijo que con papeles no era
muy difícil conseguir un trabajo bien pagado..." (Luis, 27 años, oriundo de Buenos Aires,
trabaja de vendedor en una empresa de telefonía móvil de Barcelona)
Al igual que lo que ocurre con muchos otros procesos migratorios de diversos colectivos,
nótese en el testimonio visto la presencia de las cadenas y redes migratorias en la transferencia
de información y apoyos materiales que familiares, amigos o paisanos ofrecen a los
potenciales migrantes para decidir, o eventualmente, concretar su viaje. Estos mecanismos
facilitan el proceso de salida y llegada, pueden financiar en parte el viaje, gestionar
documentación, empleo y conseguir vivienda. También son fuente de comunicación de los
cambios económicos, sociales y políticos que se producen en la sociedad receptora, que
pueden afectar a los potenciales migrantes. (Goldberg y Pedone, 2000).
En algunos casos, como el de Susana, diseñadora gráfica nacida en Buenos Aires hace 30
años, la decisión y posterior materialización de migrar a Barcelona -hace dos años- estuvo
determinada directamente por la presencia de familiares cercanos, además de la posesión del
pasaporte español:
"Cuando sentí que ya no se podía estar más en Argentina empecé a armar la cadena de
familiares gallegos por parte de mi vieja. Y resulta que una prima (que no conocía
Se refiere al estallido social del 20 de diciembre de 2001, que desembocó en la huída del entonces
presidente De la Rúa luego de una violenta represión policial contra los manifestantes que protestaban contra
el gobierno, sumada a los asesinatos de 34 personas en distintos lugares del país cometidos principalmente por
fuerzas policiales y parapoliciales.
83
100
personalmente) estaba estudiando en Barcelona; la llamé por teléfono y ella me dijo que me
viniera, y me ofreció una habitación en un piso de alquiler. Además, me contactó con gente
que trabajaba en diseño y a las dos semanas empecé a trabajar como diseñadora en una
empresa. Gano bien, no me quejo, pero a nivel laburo me gustaba más lo que hacía en Buenos
Aires..."
Estamos en condiciones de afirmar que la doble ciudadanía, es decir, el hecho de poseer la
ciudadanía de un país europeo, actualmente funciona como una ventaja determinante y
decisiva al momento de analizar los procesos de inserción laboral e integración social de los
nuevos migrantes argentinos en el contexto de la sociedad de destino.
6. 2. Tácticas y estrategias de los "sin papeles" argentinos frente a los obstáculos de la ley
de extranjería.
6. 2. 1. La "vía" del matrimonio.
Una encuesta de febrero de 2001 elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas
(CIS) arrojaba el siguiente dato: 27 % de los españoles encuestados confesó que le preocuparía
que su hija se casara con un marroquí (llamados despectivamente "moros"). Del lado opuesto,
basta con remitirse al estudio ya mencionado o bien observar la actitud de la población
autóctona marcadamente diferenciada respecto a los migrantes argentinos, para inferir que no
todos los inmigrantes son tratados de la misma manera. En efecto, para el imaginario social de
buena parte de los españoles, los argentinos aparecemos como más "cercanos", aceptados o
próximos física, histórica y culturalmente que los marroquíes. Dicha representación social se
relaciona con el vínculo histórico (entre "sobrevivir o morir en el intento") que une a España y
Argentina, a la vez que deja entrever los prejuicios existentes entre la población autóctona alimentados por una buena cuota de ignorancia, ambos elementos fundamentales para el
desarrollo del racismo y la xenofobia- contra los "moros".
En cualquier caso, con o sin el consentimiento de los padres del/la autóctono/a, la realidad
muestra que la vía del matrimonio constituye una de las principales estrategias de
regularización, integración e inserción en el mercado de trabajo local utilizada por los nuevos
migrantes argentinos en España.
En la muestra utilizada para este trabajo, los argentinos incluidos en este grupo en relación a
su situación administrativa-migratoria, se enmarcan dentro de los "regulares", en el ítem "con
residencia en régimen "comunitario". Nótese que de los 12 del total en régimen comunitario, 6
poseen la doble ciudadanía y los 6 restantes (5 hombres y una mujer) obtuvieron la
regularización a través de la "tarjeta comunitaria", por reagrupación familiar de residente
"comunitario" (léase matrimonio). Es decir que constituyen una cantidad apreciable en la
muestra y, sin ánimo de hacer una inducción, probablemente también entre el universo de la
población de estudio.
Dos casos, el de Beatriz por un lado, y el de Lucas por el otro, grafican algunas de las
características de la "vía" tratada.
Beatriz llegó a Barcelona en mayo de 2002 con la consigna de "ver que pasa", cansada de su
trabajo de seis horas diarias como secretaria de un consultorio odontológico en el centro de la
ciudad de Buenos Aires. Betty -como la llamaron desde pequeñita- consiguió trabajo en junio
por la temporada de verano, como camarera de un bar cercano a la playa de la Barceloneta, en
101
el cual el dueño del bar no le exigía "tener papeles". Le pagaba 6 euros la hora y ella hacía 4
horas por la tarde los días de semana; y 8 horas los fines de semana. Con lo que ganaba se
alquilaba una habitación en el barrio Gótico de Barcelona "y así iba tirando". A finales de
agosto le comunicaron que no iba a trabajar más allí, sin darle razón o explicación alguna, y a
partir de ese momento "todo fue una pesadilla de no poder encontrar trabajo porque no tenía
papeles. ¡No me quería volver a la Argentina! Estaba tan desesperada, que el Xavi, mi
compañero de piso, un día me ofreció que nos casemos así me daban los papeles. Al principio
me pareció extraño y desconfié, pero después lo consulté con una amiga y me dijo que no
significaba nada serio, que él lo hacía de onda para que me dieran los papeles". Así fue, se
casaron un mes después en un pueblo del Maresme, cercano a Barcelona; y luego, Beatriz
viajó a la Argentina con el pasaporte de su "marido" español para tramitar la documentación
correspondiente en el consulado de España en Buenos Aires. Desde su regreso y hasta hoy,
trabaja como camarera en una de las sucursales que posee una importante cadena de barcafeterías "estilo italiano" en Barcelona.
El otro caso, el de Lucas, tiene un poco más de poesía. Arquitecto cordobés, de 29 años, llegó
a Barcelona en octubre de 2002 para hacer un postgrado. Comenzó a hacer trabajitos "free
lance" para un estudio por los que le pagaban "en negro", y paralelamente se iba
desencantando con el programa del postgrado hasta que lo abandonó. Se puso de novio con
una arquitecta alemana de Berlín, a quien iba a visitar "cuando podía, más o menos cada dos
meses... si no, venía ella a verme a Barcelona". Al año de cumplirse su llegada se le venció la
tarjeta-permiso de estudiante84 y, al no estar en condiciones de renovarla, quedó en situación
"irregular": "No me quería ni mover de Barcelona por miedo a que me agarrara ´la cana´y me
expulsaran, ¡porque el asunto con esos ´culeados´ [cabrones] está cada vez más jodido!
Incluso tenía miedo, como paranoia, de salir a tomar algo a la noche por el centro... ¿mirá si
me paraban y me pedían documentos; qué hacía? Cuando le dije a Verena (mi novia) que no
me animaba a ir a verla por ese tema, ella me dijo por teléfono que no me preocupara, que
ella iba a venir a Barcelona a arreglar todo: nos empadronamos en el domicilio de una amiga
suya, ella se hizo residente y después de dos meses volvió para que nos casemos... por los
papeles, pero desde que volví de Argentina, que me fui a hacer los papeles, estamos en pareja,
los dos trabajando acá de arquitectos, y alquilando un piso juntos en Sagrada Familia".
6. 2. 2. Migraciones de tipo "golondrina" o de "temporada".
Una de las tácticas utilizadas por algunos jóvenes migrantes argentinos para eludir los
obstáculos de la ley de extranjería española es comprar un pasaje en avión por tres meses y
venir a Europa aprovechando el permiso de turista sin visado válido para todo el espacio
Schengen. El objetivo es juntar la mayor cantidad de dinero posible y regresar con euros al
Sobre todo durante el bienio 2002-2003, la administración española detectó un alto porcentaje de
estudiantes latinoamericanos, entre ellos una cantidad importante de argentinos, que una vez vencida la tarjeta
de estudiante tramitada en el país de origen se quedaban en condición "irregular" en territorio español. A raíz
de ello, en 2004, el gobierno del PSOE endurece la normativa para dificultar las condiciones de obtención del
mencionado permiso. Para tener una idea de lo referido, hoy día se les exige a los estudiantes argentinos que
se propongan hacer un postgrado en España por uno o dos años sin beca de estudios, entre otros requisitos, el
ingreso de 10.000 euros en una cuenta corriente de un banco español y una declaración notariada del
propietario o arrendatario del piso donde vivirá durante el período de estudios.
84
102
país, haciendo favorecer el tipo de cambio (1 euro equivale, aproximadamente, a 3,65 pesos
argentinos).
Lo anterior es frecuentemente practicado en particular por aquellos que se dedican a producir
y/o vender artesanías, bijouterie y otros productos afines de temporada. Y también por algunos
artistas de calle "a la gorra".
Vale señalar que este ámbito, el del comercio informal de venta ambulante, constituye uno de
los nichos del mercado laboral donde más se insertan en cantidad y variedad los migrantes
sudamericanos (tanto en carácter relativamente permanente como temporarios, con o sin
papeles).
La experiencia personal de haber ejercido la venta ambulante durante los años 2002-2003,
tanto en Barcelona como en Roma y Cerdeña (Italia), me ha permitido -además de subsistirrealizar registros de campo in situ, desde “adentro” y siendo “uno más”, aspectos todos
enriquecedores para esta investigación al momento de describir determinados hábitos,
actitudes y comportamientos específicos del colectivo de migrantes del que se trata; a la vez
que distintivos respecto de los otros colectivos.
Vendiendo en una playa de las afueras de Barcelona o en un mercadito improvisado en el
barrio de Trastevere (Roma), es posible encontrar hombres y mujeres provenientes de países
sudamericanos como Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay y Argentina.
En este sentido, la venta ambulante puede llegar a ser una alternativa más o menos permanente
de subsistencia para los migrantes de determinados colectivos en situación no regularizada.
Sin embargo, mientras que para algunos puede constituir un “enganche”, la puerta de entrada
al sistema, la primera inserción al mercado de trabajo local que mantienen hasta regularizar su
situación o conseguir un trabajo más estable; en otros casos, por el contrario, el comercio de
venta ambulante es una actividad habitual de subsistencia, formando parte de su estilo de vida,
ya sea en su nueva condición de migrantes o desde antes en el país de origen.
"Si pudiste hacer una buena temporada de verano [diciembre-enero-febrero en Argentina] y
juntaste la guita para el pasaje, conviene... Yo lo que hago es agarrar un pasaje abierto por
tres meses a Barcelona como turista; en Argentina es pleno invierno [junio-julio-agosto] y se
labura poco, en cambio ahí es pleno verano. Llevo mis cosas para vender y compro algunas
otras por mayor acá que puedan andar en la playa... En Barcelona no me quedo porque no te
dejan vender en ningún lado, así que arranco con un amigo que vive allá para las islas:
Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera..., hay mucho turismo europeo, se labura bien, en la
calle y pateando la playa. ¡Imaginate, con lo que junto en euros, recupero lo del pasaje y me
alcanza para vivir en pesos el resto del año en Argentina!" (Walter, 25 años, de Rosario, hace
tres años que viene y va de esa forma).
Tanto en Roma/Cerdeña, como en Barcelona, la “participación con observación” que
realicé me ha permitido comprobar que, las lenguas utilizadas por los vendedores
ambulantes de los distintos países para comunicarse en cada caso, es el italiano en el
primero y el español en el segundo. Asimismo, vale mencionar que el origen de los
vendedores ambulantes varía en cada contexto: mientras que en Barcelona sobresalen los
senegaleses, los paquistaníes, los chinos y los sudamericanos y, salvo en mercadillos, no se
da la presencia de autóctonos, en Roma/Cerdeña comprobé la presencia mayoritaria de
vendedores de distintos países sudamericanos; del continente asiático (Bangladesh, China y
Paquistán,); de Senegal e italianos.
103
Centrándonos concretamente en Barcelona, los vendedores ambulantes despliegan sus
mercaderías de venta fundamentalmente de mayo a septiembre, y luego en Navidades, siendo
estos los sitios principales donde se distribuyen: Villa Olímpica, Port Vell, Passeig Joan de
Borbó (Barceloneta), La Rambla, Plaza Catalunya (sobre la entrada principal de El Corte
Inglés, por un lado, y sobre el lateral del centro comercial El Triangle, por otro) y la
c/Portaferrisa.
En lo que se refiere a la división étnica del trabajo entre los distintos colectivos de migrantes,
en general ésta se define por la especialización. Por ejemplo, los senegaleses se caracterizan
por su relativo nomadismo y la permanente movilidad en su actividad respecto de otros
inmigrantes que trabajan en el comercio ambulante, a la vez que se consideran “expertos en la
venta de artesanías de madera”, aunque se los puede ver vendiendo distintos artículos.
Mientras que los paquistaníes se dedican a vender productos de temporada, los chinos ropa y,
en general, los sudamericanos bijouterie.
Cabe mencionar que en Barcelona la venta callejera está prohibida por normativa, aunque no
constituya un delito en sí. Es decir, no está penalizada como actividad pero sí algunos de los
productos de carácter “ilícito/ilegal” (drogas, CD’s piratas, etc.). De modo que los vendedores
ambulantes (a diferencia de lo que ocurre en Italia, todos inmigrantes extranjeros) están
expuestos a una doble acción represiva que incide en sus estrategias de adaptación: por un
lado, la falta de papeles, por otro, en muchos casos incluso con permisos de residencia en regla
y cotizando para la seguridad social, igualmente son perseguidos por la policía. El hecho de
ser detenidos puede provocar en su perjuicio desde multas de 150 euros y la incautación de la
mercadería, hasta órdenes de expulsión del país.
Por esta causa muchos de los inmigrantes artesanos, vendedores ambulantes o artistas de calle
que residen en Barcelona abandonan la ciudad, sobre todo durante el verano (junio-julioagosto), y se dirigen a las Islas Baleares, Canarias o el sur de Francia, Italia y Grecia para
"hacer la temporada" y luego regresar "a pasar el invierno".
Distinto es el caso de Luis, un mendocino de 36 años que dejó a su familia (esposa y dos hijos
pequeños) en Argentina hace dos años para venir a trabajar a Barcelona en una empresa de
"soluciones para el hogar" (electricidad, plomería [lampistería], pintura, etc.). A través de un
amigo de él, que estaba trabajando allí desde hace un tiempo, consiguió que la empresa le
hiciera los papeles y obtener así el permiso de trabajo. Se trata de un caso de migración
"golondrina" como medio de inversión económica familiar, el más frecuente entre los
migrantes de países del Tercer Mundo. En cuanto al objetivo de su proyecto migratorio, Luis
no tiene dudas:
"Prefiero ganar guita acá, sobrevivir sin darme muchos gustos, con lo justo, para poder
ahorrar lo más posible, siempre mandando algo de guita a mi familia, hasta que me canse o
extrañe demasiado y ahí pegar la vuelta pero con algo en el bolsillo. Así me construyo la casa
allá y por ahí, con suerte, me puedo comprar un terrenito para cultivar algo y después
venderlo. No sé cuánto más voy a aguantar acá, esto es muy distinto, la gente, todo.... Extraño
mucho a mis pibes [por los hijos], a mis amigos allá, pero bueno, como dicen acá: es lo que
hay."
104
6. 3. Migrantes de "primera".
Constituyen una minoría dentro del espectro del colectivo pero se hacen notar: los argentinos
que residen en Barcelona como pequeños propietarios de comercios (bares, tiendas de
distintos rubros: ropa, mayoristas y minoristas de bijouterie, comidas, etc.) o empresarios. Se
trata mayoritariamente de personas con edades comprendidas entre los 40 y los 64 años que
tenían dinero ahorrado en dólares en Argentina (no en el banco, afortunadamente para ellos...)
y con ese capital comenzaron a invertir en emprendimientos económicos. Algunos compraron
pisos para alquilar las habitaciones; otros, bares en mal estado, casi abandonados, para
restaurar y modernizar; los menos, adquirieron en Argentina franquicias de algunas marcas
importantes de jeans y ropa de moda o de helados, por ejemplo, en Argentina y abrieron un
local en el Borne.85
No exclusivamente, pero es probable escuchar de boca de algunos de ellos comentarios
racistas o despectivos contra personas pertenecientes a otros colectivos de migrantes en
Barcelona (sean "moros", "ecuatos", "perucas", etc.). Por estos y demás motivos es que
concentran el odio y la envidia de otros inmigrantes argentinos y sudamericanos,
representando, de alguna manera, el estereotipo del "ser nacional argentino", "europeo"86,
soberbio y egocéntrico, que tantos desencuentros nos produjo entre nosotros y respecto a
personas de otros países. Comúnmente, se trata de gente con un horizonte conceptual bastante
estrecho de "nuevo rico" que ganó y ahorró dinero durante la nefasta década menemista de
1990. Es posible que a muchos de los argentinos que vivimos en Barcelona nos haya tocado
alguna vez encontrarnos con alguien (un "compatriota") así. Ante esa situación, hay quien
huye, quien ríe irónicamente y quien se indigna (lamentablemente, también quien se
identifica...). Esta forma de "ser argentino" (así como la hay de "ser español") se relaciona,
fundamentalmente, con la hegemonía de la clase oligárquica "nacional" en el poder desde la
colonia en adelante, reproduciendo su moral y sus concepciones, mismas que supo imponer al
resto de la sociedad.
Según sus propias valoraciones, se marcharon de Argentina principalmente huyendo de la
"delincuencia" y "porque no se podía vivir más. ¡Salís a la calle y te `chorean´ [roban] a vos,
el auto, la casa... no podés tener tu negocio, si te roban todos los días!". Vinieron a vivir a
España/Barcelona porque "acá es más tranquilo, más seguro, podés tener tu negocio y ganar
buena `guita´ [dinero]. Además, viste como son `los gallegos´ [los españoles]... la gente acá
es más conformista, les falta ambición, son más lentos y eso te permite competir con más
posibilidades de lograr el éxito". (Diego, 43 años, de Buenos Aires, residente en Barcelona y
propietario de una empresa distribuidora de productos regionales argentinos en España).
Perímetro barrial del distrito de Ciutat Vella que está "más de moda" en la ciudad. En él se fue
produciendo una transformación fetichista-postmoderna reflejada en el estilo de las galerías de arte, bares y
tiendas comerciales absolutamente snob y "for export". Es frecuente encontrarse con argentinos en este barrio,
fundamentalmente con aquellos oriundos de la ciudad de Buenos Aires ("porteños") que trabajan en diseño y
publicidad, "artistas alternativos", camareros/as con piercings y el pelo teñido de color, disc-jockeys
(pinchadiscos) tecno, niñatas ("conchetas"/"nenas bien") patinando en sus rolers, llevando al lado a su perro
de raza, etc.
86
En contraposición a "lo indígena" y "lo negro" latinoamericano. Lo "europeo" sería, justamente, su
negación (fenotípica y sociocultural) y uno de los elementos diferenciadores "positivos" de "progreso" que
posee Argentina respecto a los demás países del continente. Para ampliar, véase nota 24.
85
105
7. Factores socioculturales en la sociedad de destino. Percepciones, representaciones,
valoraciones y prácticas comparadas.
Al marcharse de su país, el emigrante deja atrás (aunque las lleve consigo en todo momento
y a todo lugar) una serie de concepciones y actitudes sobre el mundo y acerca de como una
persona debe comportarse ante él y los demás; en la sociedad receptora bastantes de esas
concepciones y prácticas pueden resultar diferentes. (Atxotegui, 2000: 92)
Por otro lado, y tal como sostiene Rosoli (1991: 4) en su análisis sobre la inmigración
italiana en América, es necesario reconocer la importancia de los factores culturales en cada
fase de la experiencia migratoria como proceso, operando en la creación y resignificación
de expectativas y valores.
En ese sentido, se presenta a continuación un gráfico sobre los factores socioculturales de
expulsión (el push), presentes en los testimonios de los nuevos migrantes argentinos
entrevistados en Barcelona, pertenecientes a la muestra de este estudio. La variedad de
respuestas se reparte fundamentalmente en tres factores principales que influyeron en la
decisión o el proyecto de emigrar del país: en primer término un marcado rechazo a la
cultura por ellos clasificada como de "la picardía criolla" y "del amiguismo", que juzgan
como característica de la idiosincrasia argentina; en segundo lugar, la acentuación de la
violencia en los delitos callejeros, relacionada, a su vez con el tercer factor en orden de
importancia: la profundización de la miseria y el aumento de las diferencias sociales, esto
es, la creciente brecha entre ricos más ricos y pobres más pobres.
Principales factores socioculturales expresados por los nuevos migrantes argentinos
entrevistados en Barcelona para emigrar (en%)
Acentuación de la violencia
en delitos callejeros
24%
Otros
10%
Profundización de las
miserias y la diferenciación
social
23%
Rechazo a la cultura de la
"picardía criolla" y el
amiguismo
26%
Imposibilidad de mantener el
status social
17%
106
Vale apuntar, asimismo, que las formas en las que los diferentes colectivos de inmigrantes
perciben su propia realidad en el contexto de la sociedad receptora varía, tanto de un grupo
a otro, como en el nivel intragrupal.
Respecto a las percepciones generales, tanto si son de autóctonos sobre algún colectivo
inmigrante en particular, o viceversa, pueden encontrarse valoraciones compartidas sin que
esto implique un acto de inducción ni de generalización alguna. Más allá de determinados
clichés que puedan ir instalándose en el sentido común de los distintos actores, el campo de
las percepciones sobre los autóctonos (su sociedad, sus valores, sus códigos, etc.) forman
parte de la perspectiva “emic” de los sujetos, el punto de vista de los actores (de ser
inmigrantes –“sudacas”- en la sociedad española) que resultan determinantes y centrales en
este ensayo.
En lo que sigue, entonces, se propone una breve comparación de algunos de los aspectos
referidos, incorporando a los testimonios recogidos las interpretaciones realizadas.
En el caso de los argentinos que se insertan en Barcelona hay que destacar que, en su
mayoría -como puntualicé al inicio- provienen de ciudades importantes, y que no son los
más pobres en sus sociedades (más bien, podría decirse que de clase media para arriba), por
lo que el espacio urbano del contexto barcelonés no produce en sí mismo una fascinación
que le puede llegar a generar, por ejemplo, a un inmigrante marroquí originario de una zona
rural.
Sumado a lo anterior, al momento de analizar las interacciones socioculturales, es
importante tener en cuenta el hecho histórico colonial y, sobre todo, el de la inmigración
española a la Argentina y su influencia poblacional, más que cultural.
Por último, vale subrayar nuevamente aspectos del estudio citado anteriormente, en el que
se mostraba que los argentinos constituyen los ciudadanos extranjeros que despiertan
mayor "simpatía", "proximidad", "similitudes" y "preferencias" por parte de los españoles
(73,5%). Esto porque, tal como puede constatarse en algunas de las valoraciones que
siguen, muchas veces las encuestas de opinión oficiales no se corresponden con otras
situaciones y realidades cotidianas vividas por los sujetos.
En cualquier caso, durante 2002-2003, como parte del trabajo de campo realizado, he
podido recoger las siguientes opiniones sobre argentinos, provenientes de españoles de
edades entre los 21 y los 35 años, en Barcelona, indistintamente si se trataba de catalanes o
de personas oriundas de otras regiones del Estado español:
-
"son chulos [cancheros, compadritos]" (Antonio);
-
"¡tienen una soberbia que te cagas! Se creen que lo saben todo" (Miguel);
-
"no son de fiar" (Raquel);
-
"dan envidia como ligan [levantan] los tíos" (Marco);
-
"las argentinas son muy guapas, te envuelven" (Luis);
-
"viven quejándose de todo..." (Montse).
Como no podía ser de otra manera, aparecen aquí reflejadas algunas de las virtudes y no
todos los defectos que tenemos como argentinos. En referencia a la última observación de
107
una informante ("viven quejándose de todo..."), la considero muy oportuna, además de
verdadera: es cierto que nos quejamos de todo y de todos, incluso de nosotros mismos y
entre nosotros estando en Barcelona. Y las más de las veces arropada de soberbia.
La contraparte, es decir, la visión que se tiene de los españoles, está construida
históricamente desde el Virreinato del Río de la Plata en adelante, pasando por los dignos y
laburantes "gallegos" inmigrantes de principios del siglo XX, hasta la actual interrelación
que se produce en ciudades como Barcelona.
En este sentido, he recogido las siguientes valoraciones de argentinos sobre los españoles
en general:
-
"son conformistas" (Fede);
-
"les falta ambición" (Luz);
-
"son chatos; parecen cómodos en su mediocridad" (Flor);
-
"en general me parecen buena gente, pero un poco lentos..." (Sebastián)
-
"son re-brutos" (Marcela);
-
"muy vulgares con las mujeres; no las tratan bien" (Gastón).
Respecto a los catalanes en particular, algunas de las opiniones sobre ellos fueron las
siguientes:
-
"amargados" (Facu);
-
"amargos" (Fer);
-
"fríos" (Nati);
-
"formales" (Juan);
-
"frustrados" (Alicia);
-
"muy racionales y calculadores" (Pablo)
-
"no están acostumbrados o no saben compartir; no sé..." (Andrea).
En relación a estas valoraciones, mi opinión es que, dentro de la variabilidad geográfica y
lingüístico-cultural existente en España, el ciudadano medio catalán se asemeja más a un
francés del sur que a un andaluz o a un gallego. Mi amigo Francesc, catalán oriundo de La
Bisbal d’Ampurda (Girona), diría que “cla, si aixo es Catalunya nord, tiu...” ("claro, si eso es
Catalunya norte, tío...").
En realidad, iría un poco más allá, quiero decir, más al norte, y con fines meramente analíticocomprensivos, se podría establecer una clasificación general comparativa, buscando las
semejanzas y reconociendo las diferencias, entre la idiosincrasia y las "formas de ser" de los
catalanes actuales y los suizos, por un lado; y de argentinos e italianos (sobre todo del sur, es
decir, de Roma para abajo), por el otro.
108
Antes de hacerlo, se aclara que si bien no se está considerando para el caso una cultura
catalana/suiza/argentina/italiana homogénea (ninguna lo es), sí se toma en cuenta un tipo
“ideal” de personalidad, que implica a su vez un modelo general concreto de determinadas
conductas reconocible entre la población. Al mismo tiempo, se reconoce algo esencial en
los seres humanos: las personas no siempre actúan de acuerdo con sus costumbres,
podemos llegar a ser muy imprevisibles (de otro modo, nada valdría la pena), y cada
persona es un mundo.
Catalanes/Suizos
Argentinos/Italianos
Fríos
Calentones
Amargados
Vanidosos; egocéntricos; ególatras
Reprimidos
“Extra”-extravagantes
Egoístas
Soberbios
Individualistas
Engreídos; creídos; avivados
Una primera observación sobre argentinos/italianos: de los colectivos de inmigrantes que se
establecieron en Argentina, y reconociendo el proceso de mestizaje biológico-étnico-cultural
que se produjo desde la segunda mitad del siglo XIX en adelante en nuestro país, la influencia
de la cultura italiana (tomada como un todo pero reconociendo a su vez su variabilidad
interna: piamonteses, friulanos, del sur, etc.) ha sido notablemente la más pronunciada. Lo
anterior se traduce en distintos aspectos del acervo histórico-cultural argentino, con lo positivo
y lo negativo que ello implica: en la cultura alimentaria, en la forma de vivenciar el fútbol, en
la corrupción política, en el enquistamiento de las mafias en el Poder, en aquello de "la carne
es débil", en la gestualización en el habla, etc. Del mismo modo, y tal como se puede
comprobar estando en España e Italia, con una mayor identificación hacia "lo tano" respecto a
"lo español", por ejemplo.
Lo anterior se refleja también en aspectos de la idiosincrasia y la personalidad del argentino
(sobre todo del porteño, pero -ojo- no exclusivamente): esa "picardía criolla" que puede ser
usada para fines poco nobles, y que ciertamente critico y autocritico (por supuesto) en base al
trabajo etnográfico realizado en Barcelona. Tanta correlación empírica tiene en la realidad
todo lo expuesto, que es muy común que en Barcelona a argentinos e italianos se nos
confunda. Sobre esto último, vienen a mi recuerdo las palabras del profesor italiano V.
Ruggero, de la Universidad de Essex (Gran Bretaña): "Los argentinos son italianos que hablan
castellano".
En suma, en términos de impacto demográfico, tanto cuantitativo como cualitativo, los
migrantes italianos han creado en Argentina una "Italia fuera de Italia", han creado un país. Y,
como bien dijo en alguna ocasión mi hermano de la vida Gildo: "el problema es que somos
más tanos que los tanos" (y, agregaría: sobre todo, napolitanos87).
87
Entre otras cosas, de ahí la identificación mutua entre Maradona y los napolitanos...
109
Segunda observación: no obstante la díada catalanes/suizos propuesta para realizar la
comparación, de forma no arbitraria, es bueno subrayar asimismo que en el nivel de las
interacciones sociales cotidianas, en Suiza existen cosas mucho peores -quiero decir,
verdaderamente deshumanas- que en Cataluña, que sigue siendo latina y mediterránea.
Aunque cada cual es feliz a su manera, en un punto es como si los uniera una misma forma de
amargura, cierta solemnidad que en algunos casos llega a angustiar. De cualquier manera, creo
que en Suiza es el clima, sobre todo, el que impregna la temperatura ambiente de las personas
y hace mucho, pero mucho frío.
Traigo a colación una anécdota que viví en Ginebra durante la primavera de 1999. O... “dícese
de cuando la sociedad se convierte en su propia policía, como mecanismo más acabado del
desarrollo del control social en las sociedades capitalistas occidentales”:
Caminábamos con mi amigo Jean y su perrito, dando un pequeño paseo de conocimiento por
la ciudad. Bella, por cierto. Las caras que percibí durante el recorrido me confirmaron la
tendencia depresiva (en algunos casos suicida) de los suizos (y eso que estábamos en plena
primavera; me imagino lo que debe ser en pleno invierno). Llegamos hasta un barcito para allí
tomar un café y comer algo, tratándose de un menú barato para los desorbitantes precios
suizos. Jean dejó a su perrito atado en la entrada de acceso al bar, y caminamos hasta las
mesas; nos sentamos a una y fuimos a buscar la bandeja con el menú. Debimos haber tardado
no más de cinco minutos cuando, al volver a la mesa, se nos aproximaron dos policías cuyo
aspecto se asimilaba al de la guardia pretoriana. Uno le preguntó a Jean si el perrito
“estacionado” en la puerta era suyo, a lo que él respondió que si, que efectivamente era suyo.
El policía le pidió que lo acompañara. Jean volvió a los tres minutos (el tiempo suficiente para
que su sopa se enfriara) y me relató lo sucedido: resulta que “alguien” (¿un
conciudadano/compatriota/vecino/etc.?) dio el aviso a la policía de que otro “alguien” (Jean)
había “estacionado” un perro en un sitio donde hay un cartel que dice “prohibido estacionar
perros”. Laura, una estudiante de derecho de la Universidad de Ginebra, me definió el sistema
normativo dominante de la siguiente manera: “En este país, lo que no es obligatorio está
prohibido...”
110
7. 1. Indagaciones en torno a "ser joven" en la sociedad de destino.
"[...] y los adolescentes toman pastillas de colores. Hartos de malvivir el siglo XX, morir de mal de
amores..." (Joaquín Sabina, 1994: "Ganas de...", en Esta boca es mía.)
"El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos..." (Luca Prodan)
Quiero decir que fueron muchos los momentos, durante estos seis años, en los que tuve una
misma sensación sobre la media de los jóvenes autóctonos, hombres y mujeres entre 18 y 30
años de los que se pueden ver al azar, cualquier día, caminando por la calle, en sus autos o en
el metro. La sensación a la que me refiero es que, las más de las veces, me parecieron más
viejos en espíritu que muchos de los viejitos y algunos no tan viejos que aún se emocionan
rememorando otros tiempos que les tocó vivir. Seguro que distintos, más duros y difíciles en
cuanto al contexto, la situación y las condiciones de vida, pero también más intensos y
creativos que los actuales.
Hoy en día, no se percibe una continuidad entre aquellos y estos tiempos tan poco propensos a
las fantasías y los sueños. Parece como si la "transición" hubiera querido borrar esa parte de la
memoria, preparando el terreno para estos tiempos donde la congruencia es un sarcasmo y la
dignidad un malentendido. Un español, Gregorio Morán, pregunta y se pregunta en relación a
ello, si acaso es fácil ser joven en una sociedad de adultos frustrados.
Vale recordar que la transición española ha sido presentada frecuentemente, incluso de
boca de muchos intelectuales que se autoadscriben en el campo "progresista", como el
modelo "democrático" a seguir en los países de América Latina, históricamente asolados
por sucesivas y sanguinarias dictaduras militares. Sobre esto me gustaría comentar un
aspecto fundamental. Por "modelo idóneo y eficaz a seguir" se entiende la imposición del
olvido, el gobierno de la desmemoria, el reino de la impunidad total para los culpables de
los crímenes durante la dictadura franquista y el desprecio absoluto hacia los familiares de
las víctimas. El "modelo" aplicado fue tenaz: cerrar la persiana y "aquí no ha pasado nada",
"no se habla más del tema". Y, de golpe, cuando la escena apareció de nuevo, se trataba de
algo así como el "Mundo Feliz" de Aldous Huxley.88 En este sentido, es que organizaciones
de familiares de asesinados y desaparecidos por el franquismo (1939-1975), de ex-presos
políticos y de la recuperación de la memoria histórica, que las hay, reconocen no tener
cifras, paraderos, ni siquiera datos -mucho menos explicaciones de parte del Estado- sobre
sus seres queridos. En eso, están peor que Argentina.
Citaré un párrafo de Rodolfo Walsh (1995: 383) que puede ayudar a comprender el fenómeno
al que me refiero:
"Cuando en 1945 se desmoronó el nazismo y se abrieron las puertas de los campos de
concentración [cosa que nunca sucedió en España tras la Guerra Civil y luego de la muerte de
Franco] un sentimiento de horror sacudió a Europa. Los europeos tienen una singular
capacidad para proyectar los propios demonios a lejanos escenarios. Muchos franceses creen
que las atrocidades de Hitler son distintas de sus propios crímenes en Indochina y Argelia;
M. Vázquez Montalbán (ob. cit. pp. 100), un intelectual sobreviviente activo y lúcido hasta el día en
que lo encontró la muerte, escribió una extraordinaria definición del proceso referido “[…] le pareció
distinguir restos antropológicos del progre de los años sesenta y setenta, siempre con pelos blancos en el
bigote o en la barba y esa mirada de animales traicionados por la historia.”
88
111
ingleses que no han oído de Kenya se asustan de las persecuciones de Stalin; y algunos
italianos están convencidos de que el fascismo nació en la Argentina." Yo agregaría: algunos
españoles también (de Franco no se habla), y peor aún, algunos españoles están convencidos
de ser la vanguardia en la lucha por los derechos humanos apoyando a Garzón en sus intentos
por enjuiciar en España a Pinochet o a los militares genocidas de Argentina, mientras el
mismo juez encarcela a jóvenes catalanes y vascos rebeldes (por más que los acuse y se los
juzgue como “terroristas”...)
Para referirse al contexto actual de España es necesaria una explicación histórica-sociocultural
previa. A partir de los inicios de la década de 1990, tras su incorporación a la UE, momento en
el cual -no casualmente- comienzan a llegar para instalarse distintos migrantes provenientes de
países del "Tercer Mundo" (como se ha mencionado, fenómeno novedoso en un país
históricamente de emigrantes), se constituye una amplia clase media en España que tiene una
capacidad adquisitiva mayor para consumir89, inversamente proporcional al grado de
conocimientos, calidad de información, acervo cultural y nivel educativo que posee (tal como
sucede en muchos otros países europeos y en USA como en ninguno).
Esta clase media se va homogeneizando cada vez más dentro de los parámetros uniformadores
de la globalización neoliberal, hegemonizada por el modelo estadounidense (y su materialista
estilo del "american way of life", la "cultura de la hamburguesa"), quedando -y surgiendo
pocos- cada vez menos especímenes de una clase media intelectual, que reivindique la duda
por sobre el desencanto (el estado espiritual del hombre postmoderno europeo).
De nuevo acuerdo con Feinmann (ob. cit.), para quien la duda es la expresión de nuestra
libertad, un estado de actividad, de inquietud, de reflexión, de búsqueda permanente (tal y
como lo conoció España antes del genocidio franquista). El desencanto no: es la falta de
ilusión; conduce al quietismo, al inmovilismo, a la frustración, a la inacción, a que las pocas
ambiciones no vayan más allá de cambiar el auto cada cuatro años, ir al campo del Barça90 y
después al Mc Donnald´s. Y la ausencia de la actitud crítica de distanciamiento es una de las
características esenciales de la sociedad post-moderna-industrial actual. Hoy, el sujeto es
constituido en exterioridad desde los medios de comunicación manipulados por el Poder;
sometido acríticamente, con mediocre obediencia, a los nuevos dioses de la comunicación
("Dios es digital"91), el pensamiento único y el mercado.
El mismo autor (Feinmann, ob. cit.: 273) define a la sociedad actual como aquella en la
cual "el hombre vive en un torrente fáctico que anula su individualidad, que lo vuelve un
ser reflejo, repetitivo, sumergido, a-crítico: la muerte del sujeto". El pensamiento
neoconservador-neoliberal contemporáneo (aceptado por las "izquierdas" europeas) ha
instaurado los nuevos dioses de la postmodernidad: el dinero, (en) un mundo-mercado
globalizado, (con) la crisis del Estado nacional (la necesidad de su retracción) y
El “bicho” del consumo ha “picado” con mucha fuerza a los españoles en los últimos años. Se
compra a cualquier precio y se gasta más de los que se gana: “un tercio de de los españoles tiene dificultad
para controlar sus compras […] el patrón de ocio de muchas adolescentes y jóvenes es ir de tiendas”. (Fuente:
El País Semanal, 24/7/05)
90
Club de fútbol a quien M. Vázquez Montalbán designaba con la metáfora del “ejército simbólico no
armado de la catalanidad […] Nuestro club es sant Jordi y el dragón el enemigo exterior: España para los más
ambiciosos simbólicamente, el Real Madrid para los más concretos. ” (Vázquez Montalbán, ob. cit. pp. 92-94)
91
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (1998) "Alien Duce", en Ultimo bondi a Finisterre. La
Plata: P. Rey Discos.
89
112
(subsumidos por) la revolución comunicacional-digital (hegemonizada por la burguesía
tecnológica, financiera y multinacional).
En cuanto a valores hegemónicos, se trata de una sociedad en la que lo individual prima
sobre lo colectivo, el individualismo sobre los lazos de fraternidad, cooperación y
solidaridad entre los seres humanos; en la cual los “otros”, los diferentes y los que se
resistan serán señalados, excluidos, marginados, perseguidos y castigados. Una sociedad en
la que los valores y comportamientos de solidaridad-reciprocidad-cooperación-ayuda
mutua, etc. se encuentran en una situación de subalternidad respecto de los hegemónicos
nombrados más arriba, sugiere los siguientes interrogantes:
¿Qué significa “ser” en esta sociedad? ¿Cuál es la “razón de ser” en ella? ¿No será la
sociedad la que está “enferma”? ¿De qué tipo de “salud” goza esta sociedad? ¿De la del
“tener” es “ser”? ¿De la del “deber ser” es llegar a “tener” para poder “ser”?
El desarrollo industrial logrado, el consumo generado, la tecnología inventada, el orden
instaurado, el progreso material alcanzado en las sociedades capitalistas occidentales... ¿han
constituido estímulos para -o bien traído- la felicidad, el deseo, el entusiasmo, la llama del
amor, la emoción, las esperanzas, las ilusiones, la armonía a las personas que, en teoría,
disfrutan de todos esos logros?
El Che Guevara decía que enfermo está el mundo donde “tener” y “ser” significan lo
mismo… Yo me pregunto: ¿es posible ser un sujeto “sano” en una sociedad “enferma”?
Sobre todo en cuanto a valoraciones que refieren a los jóvenes autóctonos y a la manera en
que se percibe la “nueva” sociedad, existen aspectos contenidos en algunos testimonios
provenientes de jóvenes migrantes que valdría la pena reproducir y comentar.
¿Qué semejanzas y diferencias encuentran los nuevos migrantes argentinos a nivel
sociopolítico entre la sociedad de origen y la de destino? ¿Y qué factores de tipo político han
tenido mayor incidencia en ellos al momento de decidir marcharse del país, y de elegir
instalarse en Barcelona?
Tal como puede observarse en el gráfico siguiente, el primer factor en orden de importancia,
expresado por los migrantes argentinos entrevistados en Barcelona, que ha interactuado como
elemento del push, y que ha aparecido de manera recurrente en las percepciones que tienen los
sujetos acerca del fenómeno, es la opinión de que la penalización del consumo de drogas
(enfatizando en el cannabis) o la penalización de la interrupción voluntaria del embarazo
(aborto) existentes en Argentina (y a diferencia de España) constituyen restricciones -y, en
algunos casos, según testimonios, incluso flagrantes violaciones- a los derechos humanos e
individuales de las personas. En segundo término, se ha destacado una fuerte oposición a la
impunidad policial dominante en nuestro país, relacionada, a su vez, con el tercer factor
subrayado: el rechazo a la clase política tradicional argentina (simbolizada en el "que se vayan
todos" de diciembre de 2001), asociada a las mafias enquistadas en el Poder y a la corrupción
como práctica de gobierno.
113
Principales razones políticas expresadas por los nuevos migrantes argentinos entrevistados en Barcelona para
emigrar (en%)
Otros
7%
Falta de opciones de
representatividad y cierre de
espacios de representación
9%
Rechazo a la clase política,
las mafias y la corrupción
21%
Impunidad policial
27%
Restricción de derechos y
libertades como la
penalización del consumo
de cannabis y otras drogas
o la penalización del aborto
36%
Por el lado del otro de los colectivos indagados, me refiero al caso particular de los
migrantes senegaleses, a partir de la observación participante y de las entrevistas realizadas
como parte del trabajo de campo, he podido identificar un mecanismo estructural de su
estilo de vida en origen que impregna la organización social del proceso migratorio basado
en cadenas y redes, operando en la coyuntura de la sociedad de destino y facilitando la
adaptación al nuevo contexto. Me refiero a los lazos de solidaridad, cooperación y ayuda
mutua, presentes de manera recurrente en las representaciones y prácticas de los sujetos de
estudio para con sus compatriotas:
“Los senegaleses cuando están fuera de Senegal se ayudan mucho... se ayudan mucho, y
esto es un punto muy positivo, muy importante. Yo creo que hay una diferencia que existe
entre los inmigrantes senegaleses y los demás. He encontrado otros inmigrantes, de otras
nacionalidades, ¡que cuando te explican los problemas que han tenido entre ellos en sus
casas! Nosotros tenemos suerte porque un senegalés siempre, siempre, quiere hacerte un
favor, quiere ayudarte, alojarte, lo que necesites y puede hacer, para que te sientas mejor.
Sobre todo si eres un senegalés. Un senegalés nunca deja dormir en la calle a otro
compatriota suyo; sin saber de dónde viene, sólo sabiendo que es un senegalés. Fíjate sino
aquí en Barcelona: hay muchos inmigrantes que duermen en la calle. No verás ningún
senegalés entre ellos. Este es un punto muy positivo en la migración. Los inmigrantes
senegaleses se ayudan mucho. Cuando alguien tiene un problema, los demás lo ayudan
mucho.” (Lake, migrante senegalés de Barcelona)
Esta clase de comportamientos entre los senegaleses, enmarcados –tal como he
mencionado- en las redes familiares y sociales de apoyo que poseen, amortigua las
consecuencias de lo que Atxotegui (2000: 88) designa como “duelo migratorio”,
especialmente cuando alguno atraviesa situaciones de necesidad o enfermedad:
114
“A esta cultura yo no puedo acostumbrarme, integrarme, porque es una cultura
individualista: cada uno a lo suyo. Socialmente no hay mejor que la cultura de cada uno.
Si nosotros, los senegaleses, fuésemos así, muchos de los migrantes que vienen sufrirían”.
(Bele, migrante senegalés de Barcelona)
Otro de los aspectos que se pueden considerar es el de los modelos, valores o referentes
sociales de desarrollo e identificación, que algunos jóvenes migrantes senegaleses
equipararon con una cierta falta de ambición, una relativa tendencia al conformismo de
parte de los jóvenes autóctonos:
“Con todos los medios que tienen [o quizás por eso] para estudiar y las facilidades... les
falta ambición.” (Teko, migrante senegalés de Barcelona)
“Los jóvenes de 20 o 18 años ya no saben nada. Sólo lo que saben ellos es: tengo mi coche,
tengo mi casa, tengo mi novia... sólo tienen eso.” (Namse, migrante senegalés de
Barcelona)
Joan Pallarés, científico social catalán, construyó una metáfora para ubicar el corte
generacional que se da en la década de 1990 en España. Sostiene que, a diferencia de la
década de 1980 -en la que los jóvenes se encontraban en la "cresta de la ola" de los
movimientos sociales-, desde 1990 en adelante los jóvenes "van saltando de ola en ola, por la
superficie, sin encontrar la esencia".
Acuerdo con Pallarés cuando afirma que estos no están muy interesados en transformar o ser
protagonistas de un cambio, sino que más bien se ven arrastrados por la corriente de una
sociabilidad postmoderna donde predomina la forma sobre el contenido. La sociedad
"postmoralista/postdeber", tal como designa Lipovetsky92; la de la felicidad narcisista con una
"moral sin obligación ni sanción", donde imperan el individualismo, la liviandad y la
sacralización del yo.
Todo lo expuesto es importante en la medida que afecta el ámbito de las relaciones e
interacciones entre jóvenes autóctonos entre sí, y entre ellos y los jóvenes migrantes, por
ejemplo en el nivel de las relaciones de amistad, donde operan comportamientos, actitudes y
conductas particulares.
Resulta interesante asimismo incorporar al análisis factores tales como el lugar de la mujer y el
hombre en el mercado de trabajo local93; el papel de la educación familiar, moral y religiosa
fuertemente católicas; una tendencia a la represión que se percibe de parte de jóvenes de
Lipovetsky, G. (1994) El crepúsculo del deber, la ética indolora de los nuevos tiempos
democráticos. Barcelona: Anagrama.
93
Ser joven en España tampoco es fácil en términos de indicadores sociolaborales. Sin ir más lejos,
cuatro de cada diez desocupados son jóvenes (unos novecientos mil) y más de la mitad trabaja con contrato
temporal, es decir, en empleos precarios (Fuente: 20 minutos, 9/6/05). Asimismo, 67% de los jóvenes
españoles de entre 18 y 29 años se ve obligado a vivir con sus padres debido a la falta de trabajo y al costo de
alquiler y compra de las viviendas (Fuente: Informe juventud en España 2004, Instituto de la Juventud,
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales). Respecto de la situación laboral de la mujer dentro de la UE
tenemos que España posee la mayor tasa de desocupación ("paro" en España), tanto global (13,61 %) como
femenino (19,76%): "El paro entre las españolas de 16 a 25 años es del 38 %. Sin trabajo, con pocos recursos
económicos, una mujer joven no puede pagar una vivienda e independizarse. Resultado: suele vivir con sus
padres hasta los 30 años". Asimismo, los sueldos de las mujeres son 24,59 % más bajos que los de los
hombres, siendo muchos de ellos por empleos de tiempo parcial. (Fuente: Magazine de La Vanguardia,
3/3/02, p. 65-69)
92
115
ambos sexos; y otras variables que aparecieron al momento de recoger representaciones,
puntos de vista y percepciones de jóvenes autóctonos (sobre todo de mujeres) alrededor del
sexo y sus relaciones.94
El sociólogo Mario Gaviria, en su "Elogio de la impureza y el no trabajo" (La Vanguardia,
28/9/03, suplemento "En Portada", p. 4), afirma que en el "catolicismo desarrollista a la
española casi todo es impuro y está prohibido, menos el trabajo". Según este autor, para poder
dedicar toda la energía al trabajo no hay que dedicarla al sexo: en consecuencia, en España (y
en otros países del occidente capitalista) las personas -a quienes denomina "mal orgasmados"reprimen la libido, fornican poco y tienen pocos hijos. 95 Frente a este panorama, Gaviria opina
que “nos queda el derecho de evadirnos de vez en cuando. El cine, la fiesta, y a veces las
drogas, no son más que un mecanismo que nos permite durante un rato dejar de ser nosotros
mismos para que volvamos a trabajar más fuerte el lunes.”
En relación a lo anterior, mi amigo Manolo, gallego pero de Galicia, porque como él bien
afirma: “lo bueno de ser gallego es que puedes ser de cualquier lado” (pueblo históricamente
emigrante si los hay en el planeta), me contaba que en las reuniones con compañeros de la
oficina (es abogado y trabaja en una consultora internacional) se daba una constante: los
hombres hablaban de fútbol y autos, y las mujeres de cirugía estética. El, como buen gallego
fiestero, quería bailar pero se quedaba sólo, "salvo que en la reunión hubiera una andaluza".
No hace falta vivir seis años para intuir una cierta frustración y bastante represión sexual en
una parte de los catalanes. Recuerdo haber visto una bandera (pancarta) en el Camp Nou,
durante el encuentro Barcelona-Osasuna (27/1/02), referida al escándalo mediático en el que
se vieron involucrados algunos futbolistas del F. C. Barcelona al ser sorprendidos por unos
paparazzi cuando se estaban "enfiestando" con varias mujeres en algún lugar de una noche
madrileña. Repito: fue a la noche y no a la hora del partido o del entrenamiento. En la
pancarta, colgada de una de las bandejas ("gradas") de la tribuna local, se alcanzaba a leer,
textualmente: "menos follar [coger], más jugar". Imagen que representa todo un símbolo de la
moral catalana oficial y de la idiosincrasia de los catalanes de la que habla Maradona (2000).
Con "Seba", un argentino que vive en Barcelona desde hace tres años, bromeábamos al
imaginar lo que "lo` muchacho" de "la 12" hubieran escrito en su lugar en la Bombonera:
"jueguen como garchan".
Respecto de la postmodernidad ya referida en los jóvenes autóctonos, vale mencionar que
algunas de sus huellas pueden rastrearse, por ejemplo, en el extendido gusto de combinar
Esta situación presente en las relaciones interpersonales tiene su manifestación en los padecimientos
de las personas. Tenemos así que, por ejemplo, la depresión afecta a 10% de los españoles (cuatro millones de
personas), mientras que una de cada cinco mujeres la sufre o la ha sufrido alguna vez. (Fuente: Qué!, 29/9/05,
pp. 11)
95
Vemos así cómo en Gran Bretaña, por ejemplo, cuna universal del puritanismo capitalista, frente al
aumento en la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) entre los jóvenes, el Estado, en vez
de fomentar políticas de educación, prevención y promoción de la salud, directamente recomienda y alienta la
abstinencia sexual. (Fuente: Clarín, 26/11/04, p. 37) Dice Gaviria -y acuerdo totalmente por experiencia
propia- que el único país que ha optado por amar mucho y trabajar poco es Cuba: "la gente se realiza
fornicando"; por eso -y para eso- van a la isla tantos turistas italianos y españoles. Y concluye: "En Cuba han
triunfado los aspectos de liberación sexual que en Europa fracasaron, derrotados por el consumismo y el
trabajo".
94
116
música tecno con las denominadas “drogas de diseño”96 que tienen en Barcelona los jóvenes
(y no sólo adolescentes). Se entra en un "boliche" y cada cual está en su "viaje interior",
bailando sin tocarse con el/los otro/s, sin diálogos, miradas e intercambios, sin contactos ni
juegos de seducción manifiestos, sin compartir. Este tipo de patrón de consumo, también
como otra de las caras de la globalización, progresivamente se va instalando en algunos
sectores de jóvenes de Buenos Aires, aunque aún no en forma masiva.
Una buena muestra de la "onda" a la que me refiero puede buscarse en la edición de la B
parade-Barcelona, del 15/9/01 en Plaza España-Mont Juic. El "b-colectivo" convocante
resumió el evento, su estilo de vida, su forma de ver el mundo y su rol en esta sociedad,
textualmente de la siguiente manera:
“[...] también en esta zona del Mundo creemos que es posible movernos por cambiar algo de
lo que vemos y no nos gusta. De perseguir una utopía sabiendo que no llegaremos nunca. Y
vamos a celebrarlo, pero sin dejar de actuar. O siendo pasivos, pero sin molestar.”
“Fin de la historia”, omnipresencia y omnipotencia del dinero, reemplazo de la política por
la policía, el presente como “único futuro posible”, racionalización de la desigualdad social,
justificación de la sobreexplotación de seres humanos y recursos naturales, racismo,
intolerancia, guerra.
No se pretende iluminar a nadie sobre los males de esta sociedad, sugiriendo que está tan
enferma que no puede hacerlo por sí misma. Por el contrario, criticar la sociedad es también
criticar nuestra propia actitud ante las situaciones que se producen. Y sumar un granito de
arena al desafío de construir herramientas cotidianas saludables para la vida, en un
escenario levantado al servicio de la muerte.
No obstante, quisiera apuntar que como persona foránea me resulta evidente que los europeos
mediterráneos (de Italia, Grecia, España, Francia) poseen una serie de rasgos geográficos e
histórico-culturales generales compartidos, en la lengua, la comida, las artes, etc., (y otros
tantos diferentes, claro está) que provienen de la civilización grecorromana, latina, y que es
distinta a la de los europeos sajones, nórdicos o germanos. El interrogante que me ha quedado
para el análisis es si, más allá de esas particularidades que perfectamente pueden llegar a
constituirse en rasgos folclóricos pintorescos (“exóticos” para los guiris), esa Europa
Mediterránea va camino a unificarse a nivel sociocultural porque el “euromodelo” se impone
uniformemente para todos; o si determinadas diferencias históricas, culturales y también
regionales particulares pueden llegar a actuar como fuerzas de resistencia en ese proceso,
resignificándose, transformándose, manteniéndose.
Salvando las distancias y las particularidades de cada continente, país, región, este modelo de
sociedad “occidentoxicada” o “macdonalizada” se pretende imponer en buena parte del
planeta. Con resistencias, eso sí.
Datos arrojados por distintos estudios permiten ver que el número de menores en tratamiento por
consumo de drogas en Barcelona se ha triplicado en los últimos tres años. En ese sentido, 10 % de los
usuarios de los centros de desintoxicación son adolescentes que responden al siguiente perfil: hijo de padres a
los que casi no ve, de clase media-alta y consumidor de distintas drogas simultáneamente. (El País, 16/10/01,
suplemento "Cataluña", p. 1). Para el "problema" de las drogas en España, se recomienda el análisis de
Romaní (1999).
96
117
VI. REFLEXIONES FINALES.
Desde el punto de vista de los procesos migratorios actuales, se ha pretendido con este trabajo
poner de relieve algunos de los factores, generales y específicos, que entran en juego en el
momento de analizar las dimensiones alrededor del significado de ser inmigrante extranjero en
el contexto español actual.
Ser inmigrante hoy en España es ser un extranjero, un extraño, un elemento que dificulta la
integración y el ejercicio de la ciudadanía.
A través de un enfoque antropológico he intentado buscar desenmascarar algunos estereotipos
construidos, desmitificar ciertas creencias e imágenes existentes sobre la realidad y la vida
cotidiana en el llamado "Primer Mundo Europeo", desmedicalizar determinados
comportamientos y estilos de vida sujetos a control social, e invitar al diálogo como espacio
donde gobierne el valor de la palabra. Porque creo que una sociedad como la española,
heterogénea, multicultural y que va camino al mestizaje, necesita asumir en su conjunto que el
conocimiento del "otro" es indispensable para que se desarrolle una mejor convivencia basada
en la justicia, el respeto y la dignidad humana.
En el caso particular de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona, y a modo de
consideraciones generales finales, estamos en condiciones de afirmar lo siguiente:
1) Al igual que los migrantes españoles e italianos que arribaron al continente americano a
principios del siglo pasado, sólo emigran los argentinos que pueden; pero a diferencia de
aquellos, los nuevos migrantes argentinos que se instalan en Barcelona no son los más
pobres en su sociedad de origen sino de clase media para arriba.
2) En lo que respecta a los motivos de orden económico-laboral, la mayoría de los argentinos
que emigran no lo hacen por falta de trabajo en la sociedad de origen; por el contrario, el
factor de más peso resulta ser la posibilidad de conseguir un trabajo, quizás de menor
calificación, pero mejor remunerado, aprovechando sobre todo la diferencia del cambio
favorable al Euro en relación al peso argentino. Todo lo cual les permite, por un lado
aumentar notoriamente sus ingresos (aunque, al mismo tiempo, los gastos); y, por otro
lado, tener la posibilidad de ahorrar dinero con vistas a un probable retorno en el corto
plazo. En otras palabras, lo que se da es una maximización racional en términos costoriesgo/beneficios.
3) A diferencia de proyectos migratorios como el de africanos (senegaleses, marroquíes, etc.)
y de otros países sudamericanos (ecuatorianos, peruanos, etc.) a Europa/España/Barcelona,
cuya sustancia reside en la diversificación económica familiar, en las cuales, en muchos
casos, la misma familia es la que selecciona a los potenciales migrantes de acuerdo a sus
potencialidades e invierte bienes y capitales en ellos, quienes irán devolviéndolo mediante
el envío constante de remesas y la incorporación de familiares a las redes y cadenas
migratorias, por el contrario, buena parte de los procesos migratorios de los nuevos
migrantes argentinos son de carácter estrictamente individual.
Asimismo, es posible reconocer a partir de 2004 un cambio de tendencia que refleja una
acentuada disminución de jóvenes argentinos que emigra al exterior, y concretamente hacia
Barcelona.
118
Entre las posibles causas de esta tendencia decreciente de la tasa emigratoria pueden
mencionarse al menos dos interactuando en un sentido dialéctico inversamente proporcional al
push and pull. De un lado, la mejora relativa de la situación sociopolítica en la Argentina (o, al
menos, una pausa en el empeoramiento vivido desde la última dictadura militar en adelante);
del otro, en España, el endurecimiento de las leyes migratorias y los obstáculos para la
contratación de trabajadores inmigrantes, el fortalecimiento del accionar policial represivo
contra los "sin papeles" y una cierta saturación del mercado laboral en ámbitos donde hace
pocos años aún había una amplia oferta para la elevada calificación de algunos jóvenes
migrantes:
"Parece increíble, pero yo desde hace un año estoy buscando trabajo como diseñadora
gráfica, haciendo más o menos cinco entrevistas a la semana, y nada. Así que tengo que ir
haciendo trabajitos para ir tirando. Hasta ahora, laburé haciendo encuestas, como promotora
[azafata] en eventos y repartiendo publicidad. Antes eso no pasaba: yo trabajé en una
empresa como diseñadora durante un año y medio; pero después no me quisieron renovar el
contrato y nunca más conseguí trabajo de lo mío. Decí que como tengo papeles puedo
trabajar de otra cosa, sino...". (Cristina, 28 años, diseñadora gráfica, de Buenos Aires).
Existe un gran abanico de posibles explicaciones para interpretar que jóvenes como Cristina
elijan quedarse en una ciudad como Barcelona, trabajando en cualquier otra cosa menos en lo
suyo, sin pensar por el momento en volver a la Argentina. En este caso, el motivo principal es
la diferencia salarial sujeta al tipo de cambio: aún trabajando como encuestadora (y teniendo
resuelto por el momento el problema de la vivienda, claro está), Cristina gana casi cuatro
veces más de lo que ganaría en Buenos Aires trabajando como diseñadora en un estudio. Esto
le permite ahorrar algo de dinero en euros –“a pesar de que en Barcelona se gasta mucho sólo
con vivir"- para poder disponer de ellos en caso de necesidad, o bien si decide en algún
momento regresar a su país, "volver sin la frente marchita..."
La variedad de respuestas abarca también el plano de lo individual y personal, ya no
determinadas por motivos estrictamente ligados a lo socioeconómico-laboral. En ese sentido,
Barcelona es una ciudad poco hostil y abierta a ese tipo de experiencias, sobre todo para los
más jóvenes. Gastón, un rosarino de 24 años, llegó a fines de 2002 para "hacer la experiencia,
nueva para mí, de vivir sólo, no con mi familia, independizarme económicamente, conocer
gente nueva y distinta, viajar... después, andá a saber... puede pasar cualquier cosa, pero la
idea es pegar la vuelta".
Lo anterior representa una buena parte de las motivaciones para irse de Argentina, expresadas
sobre todo por los más jóvenes. Y, en ese sentido, Barcelona es un lugar muy atractivo y
aprovechable.
De todas formas, tal y como figura en el gráfico siguiente, la "imposibilidad de desarrollo y
realización personal/profesional" ha constituido el factor de mayor importancia para emigrar,
entre aquellos de carácter personal/individual/familiar aparecidos en los testimonios de los
migrantes argentinos entrevistados para este trabajo.
119
Principales motivos personales/familiares para emigrar expresados por los nuevos migrantes argentinos entrevistados
en Barcelona (en%)
Parientes en el extranjero
8%
Otros
7%
Experiencia de vida
individual
28%
Alejamiento/ruptura con la
familia nuclear
19%
Imposiblidad de desarrollo y
realización personal y
profesional
38%
Por otro lado, un dato interesante para analizar es el que concierne a parejas de argentinos de
entre 29 y 34 años de edad que vivieron algunos años en Barcelona por distintos motivos y
razones (trabajo, estudio, estudio y trabajo, etc.) y que, o bien habiendo tenido un hijo
recientemente, o a punto de tenerlo, deciden regresar a la Argentina. Me atrevería a decir que
en esta franja etaria, y sobre todo en una situación como la descrita, se está produciendo la
mayor tasa de retorno de migrantes argentinos en Barcelona.
Un último aspecto a mencionar es el de aquellos argentinos que en Barcelona "encontraron
su lugar en el mundo". En general se trata de migrantes mayoritariamente en situación
administrativa "regular", ya sea con permiso de residencia y de trabajo o con doble
ciudadanía europea, y con un trabajo estable y bien remunerado. Para ellos, no está
contemplado por el momento el retorno. Viajan a Argentina como turistas (aprovechando
las ventajas del tipo de cambio favorable) o para compartir las fiestas de Navidad y Año
Nuevo con amigos y familiares. Algunos, en ciertos casos, también invierten el dinero en
propiedades y microemprendimientos económicos a futuro.
120
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