[go: up one dir, main page]

Academia.eduAcademia.edu
"TÚ, SUDACA..." Las dimensiones histórico-geográficas, sociopolíticas y culturales alrededor del significado de ser inmigrante extranjero (y argentino) en España. Graffiti en un muro de la parte de atrás del Mercat de la Boqueria, sobre la c/Jerusalem (Ciutat Vella, Barcelona). 1 Gracias a la vida, que me regaló a Danae. 2 “En lugar de apasionarse con la xenofobia, el Viejo Antonio tomaba del mundo entero todo lo dable por bueno, sin importar la tierra que lo pariera. Al referirse a personas buenas de otras naciones, el Viejo Antonio usaba el término “internacionales”, y el vocablo “extranjeros” sólo lo usaba para los ajenos al corazón, no importaba que fueran de su mismo color, lengua y raza. "A veces hasta en una misma sangre hay extranjeros", decía el Viejo Antonio para explicarme la absurda necedad de los pasaportes”. (el Sup) 3 Índice: INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................................. 5 I. LA ANTROPOLOGÍA Y LOS PROCESOS MIGRATORIOS ..................................................................... 9 1. Acerca de la metodología y la epistemología de la investigación etnográfica. El antropólogo como interlocutor, traductor y actor-autor................................................................................................................ 9 2. Una perspectiva holística (histórica, sociocultural, transnacional y transdisciplinaria) para el abordaje de los procesos migratorios. .............................................................................................................................. 16 II. LAS MIGRACIONES ACTUALES EN EL SISTEMA MUNDIAL COMO CONSECUENCIA DE LA GLOBALIZACIÓN. ........................................................................................................................................ 19 1. Globalización, Unión Europea y flujos de mano de obra. ........................................................................ 19 2. La transición española a la globalización neoliberal: de país de emigración a país de inmigración. Variables del "pull". ..................................................................................................................................... 23 3. La Argentina de fin de siglo: factores del "push". Mercado de trabajo, concentración de la riqueza y distribución de la pobreza............................................................................................................................. 25 III. CONDICIONES GENERALES DE INSERCIÓN SOCIOLABORAL DE LOS INMIGRANTES EN ESPAÑA: ESPAÑA PERIFERIA DE EUROPA............................................................................................. 28 1. Políticas de extranjería y políticas de integración. ................................................................................... 28 2. Ley de Extranjería española: “Regular” o “Ilegal”. .................................................................................. 31 3. Integración/exclusión social. .................................................................................................................... 34 4. Inmigración y economía sumergida.......................................................................................................... 37 5. La vinculación entre las condiciones de vida y de trabajo y la salud/enfermedad.................................... 40 IV. LA CRIMINALIZACIÓN DE LA INMIGRACIÓN: ................................................................................ 51 acerca del "problema" de la inmigración en España... o cómo convertir un fenómeno histórico-social humano en "problema" ................................................................................................................................................... 51 1. Estado, hegemonía y control social en las sociedades europeas actuales. ................................................ 57 2. La construcción de un "nuevo enemigo a combatir": la figura del inmigrante "ilegal". ........................... 62 3. El papel de los medios de comunicación en la criminalización de la inmigración. .................................. 66 4. Discriminación, miedo y racismo. ............................................................................................................ 70 4.1. Hechos de violencia xenófoba en España: de los discursos a la acción directa, pura causalidad. ..... 73 V. APROXIMACIÓN AL CASO DE LOS NUEVOS MIGRANTES ARGENTINOS EN BARCELONA. . 78 1. "Al llegar a Barcelona lo primero que se ve..." ........................................................................................ 78 2. El problema de la vivienda. ...................................................................................................................... 82 3. La accesibilidad y la atención en los servicios sanitarios. ........................................................................ 84 4. El proceso migratorio senegalés a Barcelona: una exploración comparativa sobre su especificidad para contrastar el caso de los nuevos migrantes argentinos. ................................................................................ 89 5. Perfil sociodemográfico de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona. ............................................ 93 6. La inserción de los migrantes argentinos en el mercado de trabajo local. Análisis de trayectorias migratorias. ................................................................................................................................................... 99 6. 1. La "doble ciudadanía" como vehículo "seguro" y "eficaz" de inserción/integración. .................... 100 6. 2. Tácticas y estrategias de los "sin papeles" argentinos frente a los obstáculos de la ley de extranjería. ................................................................................................................................................................ 101 6. 3. Migrantes de "primera". ................................................................................................................. 105 7. Factores socioculturales en la sociedad de destino. Percepciones, representaciones, valoraciones y prácticas comparadas. ................................................................................................................................. 106 7. 1. Indagaciones en torno a "ser joven" en la sociedad de destino. ...................................................... 111 VI. REFLEXIONES FINALES. ..................................................................................................................... 118 VII. BIBLIOGRAFÍA. ................................................................................................................................... 121 4 INTRODUCCIÓN Principio, continuación, final... la circularidad de la historia... Cinco siglos atrás, invasores españoles desembarcaban en América hambrientos de oro... un siglo atrás, regresaban, en su mayoría en condición de campesinos, en barcos, buscando tierra, comida y trabajo. En efecto, entre 1870 y 1914 América Latina recibió una gran cantidad de emigrantes europeos que huían de la sobrepoblación, el hambre y las guerras que azotaban al viejo continente. En Argentina fueron unos cinco millones ochocientos mil los migrantes que llegaron durante el período referido1, principalmente europeos -italianos (47 %) y españoles (32 %)-, embarcados desde los puertos de Génova, Nápoles, Vigo, La Coruña y Canarias (Gerchunoff y Llach, 1998; Wolf y Patriarca, 1991). Venían a “hacer la América”. “América se convierte, en esencia, en una garantía absoluta, una ocasión de ascenso social, la única opción al alcance para la regeneración económica y social, con la expectativa de una abundancia ´posible`”. (Rosoli, 1991: 14) Migrar a la Argentina era más usual para un español que ir a cualquiera otra región de Europa. Incluso, para un gallego por ejemplo, era hasta más cercano, en términos de su imaginario, que ir a otras regiones de España como Andalucía. Entre 1860 y 1930, más de la mitad de los dos millones de españoles que llegaron a la Argentina - unos cuatro millones y medio a América (Yañez Gallardo, 1989)- provenían principalmente de Galicia (La Coruña, Ourense, Pontevedra y Lugo) y luego de Asturias. El resto llegó de León (Zamora y Salamanca), Canarias, Andalucía (Granada, Málaga, Almería) y Cataluña (Barcelona2). Esta última, además, fue el puerto de salida de los migrantes oriundos de Aragón y el País Vasco. 3 (Wolf y Patriarca, ob. cit.: 40) Posteriormente, entre 1936 y la década de 1950, muchos italianos y españoles arribaron a Argentina escapando del fascismo italiano y la dictadura franquista. Al respecto, un dato histórico a tener en cuenta: para el mismo año, 1950, el Centro Gallego de Buenos Aires Tomo estas fechas y los datos cuantitativos de Vangelista (1997: 80). Toda América recibió inmigrantes por esos tiempos (en mayor número, Estados Unidos); pero ningún país del continente acogió a tantos como la Argentina en relación a su población local. El incremento demográfico experimentado por el país ha sido notable: en 1825, la población argentina se reducía a 630.000 personas; en 1850 era de 1.200.000; cincuenta años después, en 1900, había trepado a 4.743.000; y en 1930 alcanzaba los 11.896.000 habitantes (Fuente: Vangelista, ob. cit.). Por lo tanto, el dicho aquel de que "los argentinos descendemos de los barcos" tiene una parte de verdad histórica con el hecho migratorio europeo; así como otra parte de verdad negada, con el genocidio de los pueblos indígenas, primeros habitantes de estas tierras, perpetrado por la clase dirigente de la época con Roca a la cabeza. 2 La emigración proveniente de la provincia de Barcelona representó entre 60 y 75% de los catalanes que fueron a la Argentina durante el período referido. (Yañez Gallardo, ob. cit.: 485) 3 Según el censo nacional de 1914, una décima parte de los habitantes de la República Argentina (829.701 sobre un total de 7.885.980) y 35% de los residentes extranjeros había nacido en España. Asimismo, para ese año la población española de Buenos Aires (306.000 individuos), sobrepasaba a la de cualquier ciudad peninsular con la excepción de Madrid y Barcelona; aunque el colectivo inmigrante más numeroso de la capital era el italiano, que para esa fecha representaba 41% de la población extranjera. Por otro lado, el peso demográfico del colectivo inmigrante español se reflejaba en distintos ámbitos como el económico. Así, por ejemplo, ya en 1909, 22% de los comercios existentes en la ciudad de Buenos Aires estaban en manos de españoles, aunque la proporción se elevaba al doble en los siguientes rubros: mercerías, almacenes, bazares, bares y cafés, hoteles y librerías, entre otros. (Fernández y Moya, eds., 1999: 9-10) 1 5 contaba con doscientos mil socios, esto es, más personas que las que habitaban las principales ciudades gallegas como La Coruña, Santiago o Vigo. Por eso se decía que "la ciudad gallega con más habitantes era Buenos Aires". Hace ya casi treinta años, algunos argentinos (los que pudieron) cruzaron el charco escapando del terror de otra dictadura, más genocida y sanguinaria aún. Lo cierto es que en aproximadamente un siglo de distancia, la situación a ambos lados del Atlántico ha cambiado: los nietos o bisnietos de aquellos primeros migrantes, en mucha menor proporción, eso sí, vuelven a Europa, pero en aviones. Como primera observación a realizar "al vuelo", vale destacar que, a diferencia de la gran inmigración europea a la Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX, en la cual bajo el axioma "gobernar es poblar" los sucesivos gobiernos argentinos cumplieron la meta de una "Argentina para los europeos"4, el proceso migratorio de sudamericanos a la Europa del nuevo milenio se ha venido desarrollando en un contexto sociopolítico adverso para la integración de estos inmigrantes, en el marco de un continente que refuerza día a día sus alambradas jurídicas y reales. (De Lucas, 1996; Stoop, 1999) Focalizando en el caso específico de España-Argentina/Argentina-España, puede decirse que hoy el vínculo histórico está motivado por los hambres desiguales que genera la globalización neoliberal5: los españoles "redescubren" Argentina como turistas, investigadores y/o voluntarios en organizaciones no gubernamentales y fundaciones de acción social-caritativa; o bajo el amparo de las empresas multinacionales, instaladas para saquear las materias primas y lo que queda del sistema; los argentinos que pueden van a España, más que a “hacer la Europa”, a “probar suerte”, “a ver qué pasa”... ¿Quiénes son esos migrantes en términos de grupos/clases/individuos? ¿Por qué se van? ¿Eligen irse, o se ven empujados a migrar? (expectativas, causas, factores) ¿Qué hacen, de qué trabajan, cómo viven en la sociedad de destino? En el transcurso de este ensayo intentaremos ir abordando estos interrogantes. En términos generales, me propongo en él realizar una indagación sobre algunas de las dimensiones históricas, sociopolíticas y culturales que interactúan en torno al significado En la primera Constitución Nacional argentina (1853) se resalta en dos artículos la apertura inmigratoria del país: Art. 20: “Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión, poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; navegar los ríos y costas; ejercer libremente su culto, testar y casarse conforme a las leyes”; Art. 24: “El gobierno fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes". (Gerchunoff y Llach, 1998: 20). Además de las facilidades para la disponibilidad de tierras, a partir de la segunda mitad de la década de 1880 el gobierno argentino llegó a desarrollar incluso una política de subsidio de pasajes en barco como estímulo a la inmigración europea. (Yañez Gallardo, 1989: 489) 5 La globalización constituye la etapa actual del desarrollo capitalista mundial, que en lo económico implica la expansión del mercado, la hegemonía del capital financiero sobre el productivo y una guerra entre las doscientas empresas transnacionales más poderosas del planeta por conquistar nuevos mercados y territorios. La ideología que sustenta este proceso es el neoliberalismo, el cual intenta impregnar de manera global y uniforme todas las esferas de la vida social, política y cultural de las sociedades actuales. (Subcomandante insurgente Marcos, 1996). Es la globalización del poderío hegemónico de Estados Unidos como gran potencia bélica, financiera, cultural y comunicacional. 4 6 general de ser "inmigrante extranjero" en el contexto español actual, particularizando en el análisis de caso de los nuevos migrantes argentinos que residen en Barcelona. Con esto pretendo realizar un aporte crítico6 al conocimiento y tratamiento del fenómeno actual de la inmigración en España, destacando el desafío metodológico-conceptual que ha supuesto abordar el análisis de un fenómeno local complejo -tratado por ciertos discursos como “problema” (social, cultural, religioso, etc.)-, siendo un investigador extranjero, no perteneciente a esa sociedad. Es importante remarcar que no existen hasta el momento trabajos de investigación realizados desde una perspectiva cualitativa sobre el tema del que se trata. Entre otras razones, por el hecho de que el fenómeno de estudio que se aborda en este ensayo tiene un carácter nuevo, actual y emergente, con importantes alcances y complejas connotaciones históricas, políticas y socioculturales, sobre todo para Argentina. Al mismo tiempo, se pretende destacar en el planteamiento algunas variables relativas a la especificidad que tiene el fenómeno de la nueva migración argentina dentro del contexto referido. De modo que, desde el punto de vista del conocimiento, lo anterior lo convierte en un interesante y a la vez necesario desafío. De modo que, el objetivo principal de este ensayo realizado desde la disciplina antropológica, dentro del campo temático de las migraciones, es contribuir al conocimiento de un fenómeno concreto: el de la nueva migración de argentinos a Barcelona. En cuanto al contenido del libro, vale apuntar que el mismo constituye una recopilación, selección y reestructuración de dos investigaciones realizadas entre septiembre de 2000 y septiembre de 2004. La primera de ellas, una tesis doctoral sobre salud e inmigración en España (véase Goldberg, 2004a). La otra, un estudio sobre la nueva migración argentina a ese mismo país, aunque recortando el universo de observación a la ciudad de Barcelona. (Goldberg, 2003; 2004b) El capítulo I está referido al marco teórico-epistemológico-metodológico adoptado en esta investigación. Se trata de una aproximación de corte cualitativo cuyo método fundante es el etnográfico, dentro del cual se describe en qué consiste la propuesta de un abordaje holístico de los procesos migratorios. En el capítulo II se abordan las migraciones actuales en el sistema mundial como consecuencia de la globalización, analizando los flujos de mano de obra sur-norte y su impacto en los países de la Unión Europea (UE), con especial énfasis en el caso argentino. En el capítulo III se procede al intento de interpretar empírica y conceptualmente el significado general de ser inmigrante en España. Para ello, se adopta como punto de partida el hecho de que la inmigración extranjera es un fenómeno relativamente nuevo en su historia, si se compara con otros países de la UE. En función de lo anterior, se analizan las condiciones generales de inserción sociolaboral de los inmigrantes, determinando los principales elementos que componen la política de extranjería española y diferenciándola de las políticas de integración, con las respectivas repercusiones en la situación de exclusión social en la que se encuentran algunos inmigrantes. Se destaca fundamentalmente La validez del concepto de crítica que tomo es la que le asigna Feinmann (1998): como conocimiento, desde la perspectiva kantiana, de los alcances y los límites del problema o concepto a criticar, de sus fundamentos y supuestos. Es decir que no implica per se una actitud valorativa. Pero también se propone el sentido que le da Marx, de desenmascaramiento (de las apariencias fetichizadas) que supone un necesario distanciamiento de lo dado, una "objetivación" crítica por parte del sujeto. 6 7 la correspondencia existente entre el fenómeno de la inmigración extranjera y el ámbito de la economía sumergida. Este ámbito, donde se insertan buena parte de los trabajadores inmigrantes, está caracterizado por la precariedad y la siniestralidad laboral. Sumado a lo anterior, en algunos sectores de la agricultura los inmigrantes trabajan en condiciones de absoluta ilegalidad, sin papeles ni contrato de trabajo, todo lo cual favorece su explotación. El capítulo IV tiene como objeto la indagación alrededor de una serie de factores que interactúan en el contexto de la sociedad española, y que coadyuvan a la construcción de la figura del inmigrante “ilegal” y al proceso de criminalización de la inmigración. En el mismo, determinadas censuras sociales y ciertas estigmatizaciones se producen, se reproducen, circulan y se consumen a través de canales institucionales formales e informales, destacando entre ellos a los medios de comunicación. Seguidamente y como consecuencia de esto último, se ahonda en los problemas de discriminación, racismo y xenofobia surgidos contra inmigrantes en España, reconociendo e intentando dar cuenta de las causas que llevan a que estos se produzcan en algunos contextos, con mayor intensidad y frecuencia que en otros. En el capítulo V se incorpora al análisis la parte estrictamente etnográfica mediante los testimonios recogidos en las entrevistas, el análisis de las distintas trayectorias migratorias y las observaciones de campo realizadas con migrantes, autóctonos y otros actores. Asimismo, se presenta el perfil sociodemográfico de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona y se analiza la incidencia de los factores socioculturales en la sociedad de destino, así como representaciones y percepciones sociales comparadas entre los autóctonos y los migrantes argentinos en función de su impacto en los procesos de integración e inserción laboral. Por último, y a modo de consideraciones finales, se presentan una serie de formulaciones, interrogantes y reflexiones surgidas durante el transcurso y al final de este ensayo. Se adjunta la bibliografía. 8 I. LA ANTROPOLOGÍA Y LOS PROCESOS MIGRATORIOS 1. Acerca de la metodología y la epistemología de la investigación etnográfica. El antropólogo como interlocutor, traductor y actor-autor. “La superstición científica conlleva ilusiones tan ridículas y concepciones tan infantiles que hasta la superstición religiosa acaba ennoblecida”. (Antonio Gramsci) Ante todo, deseo dejar en claro mi postura frente al conocimiento científico como un tipo de conocimiento, una forma específica entre las tantas que han existido y existen en la humanidad. La memoria colectiva de un pueblo es una fuente importantísima de conocimiento, al igual que la tradición oral transmitida de generación en generación.7 Los ancianos son fuentes vitales de conocimientos, y mi abuelo, a sus 92 años, es un hombre sabio. Viajar también es conocer, las experiencias otorgan conocimiento, vivir es conocer y aprender. Del mismo modo, considerar a la ciencia como un producto social, y por tanto, como una interacción entre la cultura dominante, la excentricidad individual y las construcciones empíricas, supone que el conocimiento científico no constituya un sistema de conocimiento autónomo, que pueda auto-originarse. El saber científico se construye sobre el mundo de significados y representaciones que produce la práctica originada por la vida sociocultural humana. (Gould, 1994) Dentro del plano del conocimiento científico, distintas dicotomías han sido planteadas en diferentes niveles de discusión, que tienen que ver a su vez con formas distintas de concebir la realidad y el mundo (aspectos paradigmáticos); a los modos de acceder a ésta y al carácter del conocimiento en relación con la práctica (aspectos epistemológicos); a las maneras de analizar lo social, sus ejes determinantes y subsidiarios (aspectos teóricos); a las estrategias, tácticas e instrumentos que resultan idóneos para indagar en la vida social humana (aspectos metodológicos y técnico-instrumentales); y también a la reflexión sobre el papel del conocimiento de lo social en términos de la asunción de una postura frente a los problemas de las sociedades y/o grupos humanos que se estudian (aspectos ético-ideológicos). (Denman y Haro, comps., 2000) El repertorio de ejemplos es vasto y variado: desde las dicotomías cuantitativo/cualitativo o empirismo/racionalismo8, hasta las de naturaleza/cultura, sujeto/objeto, observador/observado, "Todos los pueblos tienen historias que contar. Historias del pasado, incluso del más lejano [...] las historias son reales, basadas en la observación o en el relato directo ofrecido por otro. La sutil observación del inventario de los sucesos y encuentros cotidianos, combinada con el conocimiento mutuo e inmemorial, constituye el llamado cotilleo de los pueblos [...] La función de este cotilleo, que de hecho es historia inmediata, oral, cotidiana, es permitir que todo el pueblo se defina. La vida de un pueblo, como algo diferente de sus atributos físicos y geográficos, es la suma de todas las relaciones sociales y personales que existen en él más las relaciones sociales y económicas -normalmente opresivas- que lo vinculan al resto del mundo [...] El retrato que cada pueblo hace de sí mismo no está construido con piedras, sino con palabras, habladas y recordadas: con opiniones, historias, relatos de testigos presenciales, leyendas, comentarios y rumores [...] Todas las historias y todos los comentarios que las palabras habladas desencadenan, que no hacen sino probar que tales historias han sido presenciadas, contribuyen al retrato y confirman la existencia del pueblo". (Berger, 2001: 27-28-29-30) 8 Vale apuntar que, al sujeto, el apriorismo lo configura reduciéndolo a un mero sujeto intelectivo, mientras que el empirismo hace lo propio a un puro sujeto observante. Y aquí es, justamente, donde se asemejan 7 9 cuerpo/espíritu, mente/materia, etc.; todas ellas han constituido uno de los supuestos básicos de la racionalidad científica occidental de la modernidad. Lo anterior, debido a que el dualismo cartesiano y la lógica aristotélica han impregnado toda la filosofía de la civilización judeocristiana occidental. El pensamiento científico, como producto de la misma, no está exento de este tipo de dualidades, presentadas en ocasiones como opciones terminantes, opuestas, irreconciliables. Y, en lo personal, tiendo a desconfiar de ellas porque creo que toda opción terminante es falsa y esconde una trampa.9 Resumidamente, aquellos que adscriben a esta racionalidad, dominada por el paradigma positivista (sean de derecha o de izquierda), comparten una visión de la realidad como aprehensible, compuesta por hechos atómicos que pueden entenderse aislada o fragmentadamente, independientemente de su devenir histórico y su carácter cultural, puesto que obedecen a leyes inmutables. Sólo admiten como científicos y verdaderos (lo que es lo mismo), hechos o fenómenos estrictamente fácticos y empíricamente demostrables mediante un único método científico válido de carácter experimental. Uno de los supuestos centrales de este paradigma, también conocido como "newtoniano", es que existe una realidad objetiva "externa", que a su vez es independiente de la percepción humana y puede ser aprehendida por medio de la aplicación correcta (léase además "rigurosa") del método científico (entiéndase el hipotético-deductivo). Desde esta visión, por lo tanto, la ciencia consiste, de hecho, en un conjunto de métodos que rigurosamente aplicados proveen una visión "objetiva" de la "realidad". Y así, en consonancia con una "realidad objetiva universal", la práctica científica se concibe como neutral y exenta de valoraciones, juicios y prejuicios. A nivel muy general, la imposición de este paradigma como el único, verdadero y factible implica aceptar, como base para explicar la naturaleza, el principio de causalidad: los fenómenos del universo y los sucesos de la vida se relacionan en una conexión de causa a efecto. Esta hipótesis descansa en una noción secuencial, lineal, ilimitada, en la que predomina el concepto de tiempo (Racionero, 2000: 64); y que difiere de la concepción cíclica del universo, el tiempo y la naturaleza que poseen las culturas orientales, las tradicionales negroafricanas o las indígenas del continente americano:10 estas dos vertientes aparentemente contrapuestas: en la negación de considerar como objeto de estudio al sujeto histórico/protagónico. 9 Dicotomías más banales también se presentan en el ámbito del sentido común argentino: "peronista/radical"; "gallina/bostero"*, etc., son probablemente frecuentes para nuestros oídos, denotando una cerrazón mental cuadradamente pronunciada y un horizonte conceptual bastante estrecho y limitado. *Hace el autor referencia a, en la jerga futbolística, los simpatizantes de los clubes River Plate y Boca Juniors. (N. del E.) 10 Racionero (2000: 85-86) compara el mito de la creación oriental en la cultura hindú con la génesis de la creación bíblica occidental. Mientras que para esta última se trata de un acto singular e irrepetible, la creación, que establece el mundo de una vez por todas, dando origen a un tiempo lineal, para la primera se trata de una creación que se repite periódicamente, dando lugar al tiempo cíclico del eterno retorno. Las culturas indígenas americanas también conciben el tiempo cíclicamente como consta en el calendario de los soles entre los mayas y los aztecas, de la misma forma en que perciben lo que para ellos es obvio, parte fundamental de su existencia y la de sus antepasados, de su cultura, de sus vidas, del cosmos: que la naturaleza está llena de fuerzas vivas (plantas, árboles, piedras, ríos, montañas, etc.). con las cuales comparten el medio natural en armonía y con las que se pueden comunicar. 10 "[...] Quienes tienen una visión del tiempo unidireccional no admiten la idea del tiempo cíclico: les da vértigo moral, pues toda su moralidad se basa en la relación causa-efecto. Quienes tienen una visión cíclica del tiempo no tienen gran inconveniente en aceptar la convención del tiempo histórico, que no es sino la huella de la rueda que gira.” (Berger, 2001: 340) De modo que una cosmovisión alternativa dentro de la investigación social, como la que se propone en este trabajo, supone la posibilidad de abordar los fenómenos históricos, sociopolíticos y culturales desde un enfoque holístico que contemple la vida y su complejidad, y la realidad como un proceso, asumiendo un pensamiento relacional por analogía. Y, al mismo tiempo, implica otorgarle un papel fundamental a los sujetos, recuperando sus saberes y sus prácticas, sus valoraciones, sus puntos de vista; en suma, sus subjetividades. Fue Hegel quien, desde la filosofía, aplicó la idea de tesis-antítesis-síntesis buscando un paralelismo occidental al taoísmo chino, dialéctica donde el yin se transforma en yang, la noche en día, etc., es decir, dos conceptos opuestos que no son mutuamente excluyentes. La síntesis en Hegel, la metamorfosis en el Tao, el cambio, deviene de la transformación de esos opuestos: “El día y la noche son dos estados análogos de una misma cosa, que es la trayectoria de la tierra alrededor del sol” (Racionero, 2000: 72). Por lo tanto, es así como el cambio es eterno y la realidad un proceso. La continuidad en el cambio está implícita en la idea de proceso. La naturaleza es una unidad de proceso en diversidad de estructuras, con diferentes ritmos y vibraciones. Dicho de otro modo: se asume aquí que la naturaleza y sus diversas formas de vida se encuentran en constante transformación. El hecho de que en algunas formaciones socioculturales humanas se intenten imponer preceptos del tipo "es para siempre" o "el fin de la historia" muestra la existencia de diferentes concepciones sobre las categorías de tiempo y espacio (además de ir en contra de la inexorable mutabilidad de las cosas). Para las ideologías funcionalistas-organicistas, por ejemplo, un sistema está en equilibrio por la función que ocupa cada una de las partes que lo compone. El todo es la sumatoria de las partes. "Equilibrio" significa “orden”, un orden homogeneizante. Nótese lo diametralmente opuesto que resulta la noción de “armonía” en las diferentes filosofías orientales (Tao chino, Zen japonés o hindú). Para éstas últimas el universo está compuesto por un conjunto de partes que se corresponden y armonizan unas con otras, como las diversas notas de un acorde musical. Existe, por tanto, una armonía en la diversidad, un estado de unificación en lo diverso, donde todo está ligado con todo y los opuestos interactúan, se mueven pero sin conflicto, en unidad, en un orden estructural.11 Por su parte, en las etnografías12 fundamentadas en paradigmas alternativos, críticos de los enfoques positivistas, la calidad de los hechos sociales y el mostrar su heterogeneidad y su Todas las cosas rechazan lo que les es distinto y siguen lo que es igual (de su misma especie). El paralelismo de esta perspectiva en Oriente se encuentra en el pensamiento chino, de carácter intuitivoasociativo (analógico), en el cual los conceptos se colocan unos al lado de otros en una estructura. De esta manera, la idea de "correspondencia" adquiere gran importancia, reemplazando a la de "causalidad" (que rige, desde Newton en adelante, el método científico occidental). Por consiguiente, puede afirmarse que en la inferencia analógica o, según la denominación de Peirce "abductiva", no se llega como conclusión lógica a un "resultado" como en la inferencia deductiva, ni a una "regla" como en la inferencia inductiva. Se arriba, por el contrario, a un "caso". (Samaja, 1993) 12 “El estudio de caso es lo que otros autores designan con el término más frecuentemente usado de etnografía, y con este término se insistirá en el estudio detallado de la vida y actividades de un grupo 11 11 lógica relacional, expresadas en palabras, imágenes, narraciones y observaciones, resulta trascendental. Para estos paradigmas alternativos, la realidad social es un constructo13 y no algo natural o lógicamente dado. Por lo tanto, se admiten otras formas de organización de la sociedad (y, por ende, otras maneras de concebir el mundo y de vivir la vida). La realidad tiene una naturaleza holística imposible de captarse de forma fragmentada, incluso cuando la suma de las partes puedan explicar el todo. Dichas perspectivas, a nivel epistemológico (es decir, el tipo de relación existente entre el investigador y la realidad que aborda) deberían partir -entre otras cosas- del hecho de admitir el papel de lo ideológico y el lugar de la subjetividad en el proceso de investigación14. En otras palabras: concebir a la ciencia como producto social y al investigador como un sujeto inserto en una determinada cultura. En consecuencia, si se adopta como axioma el hecho de que la ciencia como producto social nunca está exenta de valores y prejuicios, nos encontramos con que en el mismo acto de conocer existe de por sí un interés por transformar, por lo que todos asumimos una postura, un rol ético-político-humano frente a la realidad que estudiamos y las personas con las cuales interactuamos. Las perspectivas cualitativas, en general, no establecen a priori primacías ni determinismos, por ejemplo el de la causa sobre el efecto, sino que se manejan con nociones como las de relación, interacción, retroalimentación, patrones o redes de causalidad, procesos, etc. Al mismo tiempo, el enfoque cualitativo, más que obsesionarse por verificar hipótesis, comprobar teorías y establecer leyes generales se ocupa de ir descubriéndolas en el proceso continuo que implica una investigación, desde el mismo planteamiento del problema (carácter emergente de las mismas). Asimismo, corresponde al campo de lo cualitativo el particularizar y profundizar en el conocimiento de realidades complejas o poco conocidas, como las de los sujetos inmigrantes en el contexto de la sociedad de destino. Desde esta perspectiva, desmitificar y develar hechos sociales poco evidentes o subyacentes tiende a cuestionar desde un principio el orden instituido. Interrogar a una persona o estudiar un conjunto sociocultural específico desde su particularidad y visión subjetiva, en vez de suponerla homogénea y generalizable, es contribuir a la resistencia contra el afán uniformador de la cultura neoliberal dominante. Del mismo modo, se asume el principio de servir (y no de servirse) y dar voz a quienes la tienen pero no se los escucha, actuando así como vehículo, puente, engranaje de determinado basándose en observaciones de primera mano sobre la manera de actuar, de expresarse e incluso de sentir de los miembros de ese grupo.” (Martínez Veiga, 1997: 10) 13 El construccionismo parte del reconocimiento de que todo conjunto social “construye” representaciones y prácticas respecto de objetos, situaciones, fenómenos, procesos, etc.; que en función de las primeras los sujetos se relacionan con éstos (objetos, procesos, etc.); y que sujeto-grupo se constituye como tal a partir de la relación de interacción con otros sujetos-grupos en la utilización de estos saberes. El punto de vista anterior implica reconocer no sólo la construccionalidad de los saberes, sino la modificación a la que están sujetos los mismos, al igual que poner el énfasis en la articulación existente entre los saberes y las prácticas de los sujetos. 14 "En la idea burguesa de ciencia [...] el distanciamiento del individuo respecto de la comunidad se considera una virtud [...] El científico ideal sería un observador ubicado en la luna, desde donde sería capaz de analizar la sociedad con verdadera objetividad [...] Según esta manera de pensar, ciencia y objetividad se consideran sinónimos [...] La objetividad significa suprimir todo lo posible nuestra subjetividad.” (Holloway, 2002: 98) 12 comunicación y conocimiento de otras realidades distintas. Es decir que se adopta aquello que De Martino, el padre de la antropología italiana, denominaba el “deber teórico de comprensión” y el “deber social de transformación” que tiene el antropólogo. Porque, en definitiva, el conocimiento nos compromete con la realidad que nos muestra. Lo anterior resulta relevante si se tiene en cuenta que desde el Poder, el neoliberalismo nos manda que lo que vale es lo que puede ser contabilizado en una hoja electrónica que contenga índices respetables de ganancia. Todo lo demás es prescindible, sobre todo si ese todo afecta la ganancia. Parece bastante claro: hoy en día, para el Poder, un antropólogo debe ser primeramente o un consumidor opulento o un productor eficiente. De lo contrario, será expulsado del mercado (en el mejor de los casos, porque nuestra historia muestra la manera en que la rebeldía es perseguida y castigada). Claro que siempre están aquellos que recibiendo migajas del poder (sirviéndole directamente o creyéndose inconscientemente neutrales) construyen apologías ridículas con, eso sí, un andamiaje teórico tan complejo que consiguen disfrazar la estupidez y el servilismo como "inteligencia" y "objetividad". En este sentido es que creo que adaptar la antropología a los nuevos desafíos y contextos, volverla conocimiento útil para una mejor convivencia multicultural, para un mundo mejor, más justo y humano (es decir, nuevo) es, entre otras cosas, darle un rol crítico, social y transformador al conocimiento. Uno de los puntos de partida fundamentales será, entonces, reconocer que uno, como sujeto, es un ser común y corriente, con una determinada biografía histórica en la vida antes de ser observador/indagador/investigador/científico. En este sentido, personalmente soy conciente -y me hago cargo- de que no persigo ser un científico "positivo". No creo que para intentar "comprender" se deba perseguir la "objetividad" si eso implica dejar de lado los sentimientos y "purgar" las percepciones. "Interpretar" supone que no exista una sola "verdad". Todo libro "se escribe desde lo personal y decirlo, tornarlo explícito, transparente, es un acto de honestidad". (Feinmann, 1998: 287) Teniendo en cuenta esto último, entonces, cabe perfectamente la posibilidad de que el/la lector/a se pregunte, en este caso, cuál es la relación del autor con el lugar y la gente sobre los que escribe. Diré, entonces, que, para quien esto escribe, el acto de escribir ha sido un intento de aproximarme a la experiencia sobre la que ha escrito15; del mismo modo, se espera que el acto de leer este libro se haga desde una perspectiva parecida. En ese sentido, vale mencionar que, además de los pasajes del texto estrictamente antropológico16, la escritura de este libro se ha convertido, desde sus inicios, en un intento por dar significado a la experiencia de seis años de residir en Barcelona, Cataluña, España, continente europeo, planeta tierra. Por lo que muchas de las páginas que componen este ensayo forman parte del conjunto de miradas, impresiones, puntos de vista, reflexiones, experiencias y sensaciones que se fueron produciendo en mi persona a medida que “La experiencia es indivisible y continua [...] se repliega sobre sí misma, se remite a su pasado y a su futuro mediante los referentes de la esperanza y miedo [...] y está continuamente comparando lo parecido y lo diferente, lo pequeño y lo grande, lo cercano y lo distante. Así, el acto de aproximarse a un momento dado de la experiencia implica cercanía y capacidad de distanciamiento”. (Berger, 2001: 23-24) 16 La mirada "antropológica" está sesgada por un pensamiento crítico de la realidad, y una serie de técnicas de aproximación, aprehensión y descripción de la misma, fundamentalmente en términos socioculturales. 15 13 transcurrían los días y los paisajes, las personas y los suelos, los aires y los cielos... En estos seis años me pude haber puesto anteojos negros, ver más claro o más oscuro, más nítido o más nublado, sentirme más feliz o desdichado, todo lo cual, de una u otra manera -estoy convencido- ha repercutido en el contenido, la forma y la intensidad de la escritura de estas páginas. Sin embargo, uno nunca deja de ser uno mismo; y esto es, probablemente, lo que determina la mirada. Quiero decir, todo depende del cristal con que se mire: ellos son la mente y el corazón. De modo que mi posición como autor de este trabajo está marcada, desde el inicio, por una particularidad: aunque me he encontrado inserto durante un periodo en la sociedad/cultura catalana-española-europea, no pertenezco a la misma sino que provengo de otra. En esto, para buena parte de los autóctonos (y teniendo en cuenta las leyes migratorias vigentes) he sido un "extranjero" al igual que otras personas inmigrantes; puntualmente "sudaca" y no "moro", por ejemplo. En una estancia de estas características, el contexto, el medio, la sociedad, la cultura, los valores, las normas, el modelo, es distinto; y uno, en mayor o menor medida pero siempre, un "extranjero", un "diferente" en su seno. J. P. Sartre, en su Crítica de la razón dialéctica (1963: 7), afirmaba: "La única teoría del conocimiento que puede ser válida hoy en día es la que se funda sobre esta verdad de la microfísica: el experimentador forma parte del sistema experimental". En este sentido, para ejemplificarlo, ningún inmigrante extranjero que estudie la inmigración en España (el experimentador) puede no ser atrapado por el sistema experimental. Es así que no he podido estudiar esta sociedad como un objeto exterior a mí, ya que he estado inserto en ella por lo que, de alguna manera, ha sido parte constituyente de mi subjetividad, de mi existencia en seis años (toda una vida). Además, en el caso del estudio de la inmigración, soy parte del problema y por eso me atañe en su totalidad. Pero, paralelamente, todo ello supuso desde un comienzo asumir la necesidad del ejercicio metodológico del distanciamiento del problema estudiado. Desde el punto de vista metodológico, mi experiencia como investigador in situ, como parte del hecho de haber vivido en Barcelona, me ha permitido obtener información de calidad aplicando técnicas cualitativas propias de la metodología etnográfica como la participación con observación desde una perspectiva emic, por ejemplo- que de otra manera hubiera resultado imposible de lograr. La crítica, de esta forma, la realizo como parte de mi objeto, con el cual formo una sola totalidad problemática: no puedo no-ser parte de ella y, a la vez, es esta pertenencia la que me permite comprenderla. Se remarca asimismo la importancia de aproximarse al conocimiento del modo de vida de los sujetos de estudio a partir del contraste que pueda ofrecer su propia explicación de la misma (punto de vista emic), en el contexto de su particular visión del mundo, y lo que el investigador pueda observar y experimentar en su interacción con ellos. Esto resulta indispensable de por sí en cualquier investigación social; y más aún si se trata de seres humanos "etiquetados", "estereotipados" o "estigmatizados" desde el Estado y sus instituciones como grupo específico, tal como analizaremos más adelante. A través de distintas técnicas y procedimientos -entre los que se destacan la observación participante y las entrevistas en profundidad aplicando la técnica de historias de vida17 (para el Al utilizar historias o trayectorias de vida como estrategias de investigación, uno de los objetivos que se persigue es el de analizar la manera en que un sujeto mantiene y/o modifica su identidad en el proceso 17 14 caso, "trayectorias migratorias")-, un estudio etnográfico puede abordar los procesos migratorios internacionales contemporáneos desde un enfoque dinámico que intenta recuperar las representaciones y las prácticas, los saberes y las experiencias, resignificados por los sujetos a partir de sus historias de vida, de su identidad sociocultural y de sus condiciones de existencia en la sociedad receptora. Desde una perspectiva de análisis sociocultural del fenómeno es importante rescatar los hábitos, pautas de comportamiento, actitudes, costumbres y rasgos de la cultura y la sociedad de origen que se mantienen, son resignificados o se transforman y modifican entre los migrantes, y que determinarán en cierta forma el grado de adaptación, integración o exclusión en el contexto sociocultural de la sociedad de destino. Martínez Veiga (1997: 12) se refiere a ello cuando afirma que en el caso del estudio de la inmigración es fundamental escuchar la diversidad de interpretaciones que, tanto los inmigrantes como los autóctonos o nativos, llevan a cabo. En opinión del autor, esto permite confrontarlas con las prácticas de los actores sociales en un contexto determinado, otorgando a la observación participante así una seguridad y anclaje particulares en el abordaje de los fenómenos empíricos. Por último, como investigador extranjero en España, abordo la problemática de los desplazamientos de población con su carga de vivencia cotidiana, la cual, en reiteradas ocasiones, el discurso eurocéntrico obvia por completo. Estoy en condiciones de afirmar, por lo tanto, que desde el punto de vista metodológico, la situación descrita me ha posicionado de alguna manera como "etnógrafo total": hubo momentos en los que "hacer Antropología" resultó prácticamente algo así como vivir las 24 horas. de migración, abordando la relación entre sujeto e identidad, la cual incluye la esfera del espacio privado. La reconstrucción de las trayectorias de vida de los actores resulta eficaz para recabar información sobre la realidad del grupo analizado, resultando un recurso idóneo por la información que otorgan del pasado, y, sobre todo, por la importancia de éste en el análisis de la realidad de los sujetos de estudio en la sociedad de destino. 15 2. Una perspectiva holística (histórica, sociocultural, transnacional transdisciplinaria) para el abordaje de los procesos migratorios. y Emigración: “Conjunto de habitantes de un país que trasladan su domicilio a otro debido principalmente a motivos económicos, políticos y religiosos.” Emigrar: “1. Abandonar su propio país con ánimo de establecerse en otro extranjero. 2. Ausentarse temporalmente del propio país para hacer en otro determinadas faenas.” Emigrante: “El que se traslada de su propio país a otro, generalmente con el fin de trabajar en él.” (Diccionario Enciclopédico Planeta, 1999) Partiendo del hecho general de que los movimientos migratorios no responden a una realidad lógico-empírica, y por lo tanto, son difícilmente predecibles y prevenibles -mucho menos cuantificables- (Kaplan, 1996); y teniendo en cuenta la complejidad analítica que suponen las migraciones como fenómenos histórico-socioculturales, nos encontramos ante "la carencia de una teoría general de las migraciones capaz de abarcar las múltiples facetas que presentan". (Recolons, 2001: 681) No obstante, si se tienen en cuenta tanto la multiplicidad como la complejidad de factores que intenten explicar ¿por qué la gente migra? (para el caso del que se trata, porqué migran personas a España -y, más concretamente, porqué migran los argentinos), de modo general se puede ver cómo, en todo proceso migratorio, se dio siempre, en mayor o menor medida, un movimiento centrípeto o de atracción (el pull) y otro centrífugo o de expulsión (el push), de un sitio a otro. El modelo del push and pull ha sido planteado por Ravenstein (1885) y aún tiene vigencia en un mundo globalizado, quizá más como factor interactuante que como modelo en sí. Lo cierto es que, por lo menos desde el desarrollo del sistema capitalista mundial y la consecuente división internacional del trabajo en adelante, es posible reconocer algunos patrones generales presentes en las diversas dinámicas de los procesos migratorios de los dos últimos siglos. Los ejemplos históricos abundan y son variados en cuanto a fenómenos que los originaron, causas que los encendieron y factores que los determinaron. En términos generales, guerras, epidemias, desastres naturales, crisis económicas, conflictos étnicopolíticos, etc., de un lado (push); paz, bienestar, trabajo, etc. del otro (pull). Tomemos cuatro ejemplos de procesos migratorios en la historia de los dos últimos siglos:  Migrantes europeos durante la segunda mitad del siglo XIX hacia Estados Unidos.  Migrantes europeos (en su mayoría italianos y españoles) de principios del siglo XX hacia Argentina.  Migrantes de países limítrofes (Bolivia, Paraguay, etc.) hacia la Argentina de la convertibilidad de los años noventa.  Migrantes latinoamericanos desde finales del siglo XX en adelante hacia España e Italia. En estos cuatro procesos, es posible identificar: 16  La necesidad de mano de obra para cubrir la demanda del mercado de trabajo local y producir una baja en los salarios reales.  En algunos de estos casos, además, la necesidad de aumentar la población por parte del país receptor de la inmigración.  Problemas y conflictos socioculturales, laborales, religiosos, morales, etc.  Mecanismos de culpabilización hacia los “otros” sobre males internos (“chivo expiatorio”).  Procesos de estigmatización y, con frecuencia, de criminalización y exclusión. En general, en la historia de los movimientos migratorios humanos, como ya he mencionado, fundamentalmente desde los inicios del capitalismo en adelante, los países receptores desde los cuales proviene el movimiento centrípeto o de atracción (el pull) que de alguna manera "llama" a la inmigración necesitan, en mayor o menor medida, de mano de obra o fuerza de trabajo para algunas de las ramas productivas de sus economías. La reconstrucción europea de la posguerra que atrajo africanos y asiáticos de las ex colonias; el desarrollo económico de los países europeos más industrializados que atrajo a trabajadores españoles; la expansión de la economía estadounidense en la que participaron trabajadores de todas partes del planeta; la agricultura española del siglo XXI... Paralelamente, muchos de esos casos muestran también la necesidad por parte de los países receptores de esa mano de obra de aumentar su población, ya sea total o económicamente activa. La Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX, y, un siglo más tarde, los dos países europeos con las tasas de natalidad más bajas del planeta (Italia y España), constituyen ejemplos históricos de lo referido. En función de lo anterior, entonces, es que las políticas de control/integración (leyes de extranjería y residencia, planes de integración, etc.) se confeccionen en cada caso a la medida de los requerimientos específicos de cada sociedad, en contextos históricos-sociopolíticos particulares. Retomando los ejemplos apuntados más arriba, entrelazados en distintos tiempos y espacios: la Ley de Residencia de 1902 en Argentina, mediante la cual se expulsaba a los extranjeros (en su mayoría italianos y españoles) sospechosos de actividades "ilegales"; y la actualmente en vigencia Ley de Extranjería española del 23/01/01 por la que se está expulsando a los inmigrantes catalogados como "ilegales" (africanos, asiáticos, latinoamericanos, etc.). Por último, vale señalar que, salvo los casos en que las personas emigran por motivos referidos a cuestiones netamente personales (algunos de los cuales aparecerán en este trabajo), en la mayoría de los movimientos migratorios de los que se trata el emigrar no constituye casi nunca una elección voluntaria, autónoma e independiente de las condiciones de existencia en las que se vive en el país de origen. Es decir, en general las personas no emigran de un lugar porque realmente lo desean. Por el contrario, como mencioné más arriba, lo que mayoritariamente se da es una situación concreta de "push" complementada con un sitio donde entra a jugar el "pull". En lo que respecta al planteamiento teórico-metodológico-conceptual para abordar las nuevas migraciones a España, es importante tener en cuenta, como primera cuestión, que se trata de un fenómeno histórico-sociocultural humano (las migraciones internacionales) que 17 adquiere manifestaciones concretas en la era contemporánea de la globalización. Lo anterior implicará necesariamente un permanente ejercicio de análisis dialéctico: particularizar el tipo de migración que se trata con la especificidad de los diferentes contextos -histórico, geográfico, global, social, político y cultural-, tanto de origen como de destino, en los que se desarrolla el fenómeno. Incorporar al análisis holístico variables demográficas, espaciales, culturales, sociales, económicas, políticas e ideológicas permite identificar, describir e interpretar algunos de los elementos fundamentales de los procesos migratorios, a saber: las condiciones de existencia que determinan el contexto sociopolítico y, enmarcadas en ellas, las relaciones y estrategias de adaptación generadas por los sujetos, tanto en la sociedad de origen como en la de destino; los actores sociales que participan en las diferentes etapas del proceso; etc. Por otro lado, los movimientos poblacionales presentes en los procesos migratorios actuales se conciben dentro de una estructura dinámica conformadora de un "espacio migratorio". Se trata de un espacio "extenso, continuo y complejo, que trasciende fronteras formales, sean éstas políticas, geográficas, lingüísticas, coloniales, religiosas o residenciales" (Kaplan, coord., 1996: 1). Siguiendo a Parramón (1996: 19), el término de "campo migratorio" refiere a esta estructuración del espacio, concebido como un "sistema espacial organizado en torno a los flujos migratorios, y en el que se establecen vínculos complejos entre los polos", configurándose de esta manera una forma de espacio relacional. La perspectiva transnacionalista de las migraciones sostenida por estos autores concibe a la migración transcontinental o transnacional constituida como una institución en sí misma, donde los determinantes individuales y los factores de tipo estructural se entremezclan con elementos de orden individual-familiar-comunitario. De esta manera, el conocimiento antropológico de los diferentes procesos permite conocer las características comunes y las condiciones más generales, de manera que el énfasis en alguno de sus aspectos no suponga desprenderlo de los contextos en los que se producen y desenvuelven. (Kaplan, ob. cit.). De ahí que la acción de comprender, aquí, signifique analizar el fenómeno desde su complejidad sin extraerlo de su contexto histórico-social. 18 II. LAS MIGRACIONES ACTUALES EN EL SISTEMA MUNDIAL COMO CONSECUENCIA DE LA GLOBALIZACIÓN. 1. Globalización, Unión Europea y flujos de mano de obra. “Señor, no te pido que me des, sino que me pongas donde hay...” (plegaria de un migrante clandestino mexicano hacia Estados Unidos) "Bajo la influencia estadounidense -escribe Chomsky (2000: 49)- la Europa de la posguerra se reconstruyó de un modo determinado (Plan Marshall), un modo que no era exactamente el que quería la resistencia antifascista, aunque los colaboradores de los nazis se sintieron generalmente satisfechos". Este plan creó el marco propicio para las inversiones de capital privado estadounidense en Europa, favoreciendo a los "europeos ricos" y a los banqueros neoyorquinos. En el mismo sentido, los casos de Alemania y Japón, derrotados en la Segunda Guerra Mundial, son claros en cuanto al carácter de la ayuda financiera estadounidense para reconstruir las economías de sus países: ambos constituían defensas estratégicas contra el avance del comunismo. A partir de la hegemonía yanqui post-Segunda Guerra Mundial, se crean el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), instituciones cuyos principales accionistas, no casualmente, son precisamente estos tres países. Desde la llamada "crisis del petróleo" de 1973 y hasta el inicio de la década de 1990, la Europa de la posguerra atraviesa por una fase de recesión tras la aplicación del Plan Marshall de reconstrucción económica. Dentro de Europa, la globalización logró borrar las fronteras entre estados rivales, enemigos entre sí desde hace mucho tiempo, obligándolos a converger y plantearse la unión política. El proceso de "unificación" política que se produjo en Europa en los últimos cincuenta años es económico y, en su etapa actual, está hegemonizado por el neoliberalismo. Es a partir de la aprobación del "Acta Única Europea" (1986) que la "European Round Table of Industrialists" (ERT), creada en 1983 y formada por las principales compañías multinacionales europeas (Fiat, Shell, Nestlé, etc.), comienza a dictar los principales lineamientos estructurales de Europa en función de sus intereses y a través de políticas tecnocráticas neoliberales. De lo que en esencia se trata, por tanto, es de la desregulación y unificación de los mercados (sobre todo financieros) en un mercado único que facilite la circulación de dinero y mercancías. En este marco, se conciben a las migraciones internacionales actuales como consecuencia del proceso globalizador. El "nuevo orden mundial" organiza el flujo de fuerza de trabajo, especializado y no, hacia donde lo necesita. Muchas de las políticas internacionales para los distintos países, en los últimos años (incluyendo como parte de esas "políticas" guerras y conflictos étnico-regionales, hiperinflación, altos índices de desocupación, dolarización de las economías, etc.) se ajustan a este análisis. Desde el punto de vista estrictamente económico, entonces, el fenómeno nos remite al proceso de reacomodo de la fuerza de trabajo en el nuevo mercado mundial del trabajo globalizado. Se trata de una nueva forma de acumulación flexible del capital, en un contexto post-fordista, en el cual los mercados de empleo estarían cada vez más determinados por los flujos migratorios y estos, a su vez, estarían determinados por la demanda de mano de obra de los países receptores. 19 Al respecto, Sassen (2001) sostiene que cuando se aborda la cuestión de las migraciones internacionales es fundamental tener en cuenta sus causas estructurales, vinculando los hechos migratorios con las políticas que los provocan, desde la mundialización de la economía al surgimiento de regímenes jurídicos transnacionales que conciernen a los derechos humanos, pasando por la construcción de entidades supranacionales como la Unión Europea. En este sentido, acuerdos como el Tratado de Libre Comercio (TLC) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) tienden a dejar en manos de los Estados nacionales solamente el control de los movimientos de población "problemática", o sea, no calificada, clandestina, de refugiados, desplazados, etc. Tanto para Estados Unidos de Norteamérica como para Europa, se trata en realidad de absorber la mano de obra necesaria por el tiempo necesario y de aprovechar la presión a la baja que ésta genera sobre los salarios internos, sin disponer la verdadera integración de los inmigrantes y, sobre todo, sin considerar, ante la presión migratoria, el papel de la economía global en el fenómeno. Tenemos así que es sobre todo a principios de la década de 1990 cuando se constata globalmente un aumento de los movimientos migratorios, fundamentalmente desde los países periféricos hacia los países centrales18. La situación estructural de muchos países periféricos está caracterizada fundamentalmente por la desigualdad en la distribución de la renta, una mayoría de la población joven, buena parte de la población económicamente activa sin empleo o subempleada y otro alto porcentaje de la población con las necesidades básicas insatisfechas. El flujo de trabajadores migrantes que llegan a Europa proviene de países donde la situación económica y sociolaboral se vuelve cada vez más insostenible, como consecuencia de las políticas de las instituciones financieras internacionales, que contribuyen al empobrecimiento de las tres cuartas partes de los habitantes del planeta, a la destrucción del medio ambiente mundial y a la constante violación de los derechos humanos.19 Considero válida y vigente la distinción conceptual en la que se establece una dicotomía entre países “industrializados-desarrollados-centrales”, por un lado, y países “no industrializados-en vías de desarrolloperiféricos”, por el otro. En cambio, no creo idónea la clasificación que frecuentemente se hace entre países “ricos” y países “pobres”. Tomemos los casos de Argentina o Brasil, países ambos ricos en recursos naturales variados (mucho más ricos que Suiza o Austria, por ejemplo), pero cuyo usufructo se realiza a través de las elites de poder locales en función de intereses foráneos, ya sea de otros países como de empresas multinacionales, debido al carácter dependiente o neocolonial de sus gobiernos. En este sentido, y en contraposición a las nuevas metáforas pregonadas desde el discurso neoliberal hegemónico, se rescatan categorías analíticas que mantienen vigentes García Canclini y otros, como las de primer/tercer mundo, centro/periferia, etc. (Goldberg y Pedone, 1999) 19 Acuerdo con Feinmann (ob. cit.) en que la pobreza, la marginación y los excluidos en extremo no constituyen un "desborde" del sistema, sino un efecto asumido y calculado lógicamente por aquellos que desde el Poder hacen funcionar el sistema para concentrar sus riquezas a niveles compulsivos, nunca antes alcanzados en la historia: “La pobreza de nuestro siglo es incomparable con ninguna otra. No es, como lo fuera alguna vez, el resultado natural de la escasez, sino de un conjunto de prioridades impuestas por los ricos al resto del mundo” (Berger, 1997: 278). Las 365 personas más ricas del mundo acumulan más que la renta anual de 40 % de la población mundial. La globalización constituye, así, el programa de los multimillonarios para el planeta. Globalizadores versus globalizados en el Tercer Mundo equivale a la polarización cada vez mayor entre un pequeño grupo de familias de negocios muy ricas y centenares de millones de trabajadores precarizados, desocupados, marginados y excluidos. 18 20 La llamada "modernización rural" que exigen los mercados financieros internacionales para los países del denominado "Tercer Mundo"20 afecta con gran impacto las relaciones sociales y económicas tradicionales (familiares, comunitarias, cooperativas, etc.). Como en una guerra, esto provoca un éxodo masivo del campo a las ciudades. Al ir desapareciendo los mercados locales y regionales, los pequeños y medianos productores se ven a sí mismos sin protección y sin posibilidad alguna de competir con las empresas transnacionales21. Las empresas quiebran y los trabajadores quedan sin empleo. Mientras tanto, en las zonas urbanas se satura el mercado de trabajo y predomina la distribución desigual del ingreso, todo lo cual determina una situación crítica que ofrece un marco propicio para buscar mejores condiciones de vida en países más desarrollados. (Goldberg y Pedone, 2000) Entre los factores que impulsan los movimientos migratorios (el push), como el de norteafricanos y latinoamericanos a España, podemos encontrar: la proximidad geográfica y las relaciones coloniales o lazos históricos previos; los contactos frecuentes; el conocimiento del idioma y de las redes sociales que funcionan desde hace tiempo en varios países europeos. Sin embargo, estas características que son evidentes desde siempre en los movimientos de población, en el contexto de la globalización se han incentivado debido a la información constante por parte de los medios de comunicación masivos, el abaratamiento de los medios de transporte y el funcionamiento cada vez más dinámico de las mafias de tráfico ilegal de inmigrantes. Martínez Veiga (1997: 229) agrega una variable importante que, sumada a las que se mencionaron, es necesario tener en cuenta para abordar casos como el de los nuevos migrantes argentinos referido en este trabajo: la correlación existente entre inversiones españolas en determinados países con altas tasas de emigración hacia el país inversor, tal como sucede con Marruecos y algunos países de América Latina (Colombia, Chile, México, Argentina, Ecuador, etc.). Para este autor, la inversión extranjera en los países emisores de mano de obra actuaría como un acicate para la emigración.22 No me refiero aquí a la expresión “Tercer Mundo” frecuentemente utilizada en los países centrales, la cual se asocia con una gran región, a menudo presentada como homogénea, caracterizada por la pobreza estructural y el subdesarrollo económico, político, social y cultural. Sobre la expresión “Tercer Mundo” y la heterogeneidad cultural de los continentes, países y regiones que lo conforman, véase Appadurai (1988); Spivak and Guha (1998). 21 Las empresas transnacionales constituyen uno de los principales actores de los procesos migratorios internacionales en la actual era de la globalización. Debido al rol que cumplen en la internacionalización de la producción suplantan a los pequeños productores locales, lo cual coarta las perspectivas de supervivencia de estos en las economías tradicionales, generando una mano de obra móvil. Paralelamente, los gobiernos de los principales países receptores de esa migración, mediante sus operaciones militares provocan desplazamientos de población y flujos de refugiados y migrantes, a lo que deben agregarse los planes de ajuste impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), todo lo cual obliga a millones de personas a encarar la emigración como estrategia de supervivencia. (Sassen, 2001: 22-23). 22 España es uno de los países que más intereses económicos posee en Argentina, al igual que en Chile y en México, a través de la compra de empresas públicas privatizadas en sectores estratégicos de la economía de nuestros países. No es casualidad que a partir de concesiones como la de Telefónica (1990) y otras empresas de capital español en Argentina, pueda ubicarse el "boom" de crecimiento económico de España, generado justamente con las superganancias que se obtienen en la "colonia". En ese sentido, esta suerte (o mala suerte) de nueva política "virreinal" puede constatarse en la fuerte presencia del Banco Santander Central Hispano (BSCH) y el Banco Bilbao Viscaya (BBV) en el sistema financiero; Telefónica en comunicaciones; Repsol (que compró la ex argentina YPF), Endessa e Iberola en explotación, generación y distribución de energía; Iberia primero y Marsans después (Aerolíneas Argentinas), Indra o Aguas de 20 21 2. La transición española a la globalización neoliberal: de país de emigración a país de inmigración. Variables del "pull". Es importante subrayar el hecho de que la inmigración constituye un fenómeno relativamente reciente en España, que ha vivido en los últimos veinte años el progresivo cambio de status de "país de emigración" a "país de tránsito" y, luego, a "país de asentamiento". De esta manera, desde mediados de 1980, pero sobre todo a partir de 1990, la situación ha cambiado: España se ha convertido en un país de inmigración.23 Entre los factores que explican la transformación de España en un país de inmigración, además de la importancia que actualmente adquiere su ubicación geopolítica, se encuentra el proceso de internacionalización de la economía y de crecimiento económico experimentado a partir de su incorporación a la Unión Europea (1986). Esto ha situado a España -en base a determinados indicadores macroestructurales- como uno de los países hispano-parlantes de mayor nivel de consumo del mundo, y al mismo tiempo dentro de procesos de migraciones internacionales, aunque estos se produzcan en menor medida en comparación con otros países europeos más industrializados.24 De todos los factores explicativos interactuantes, quizás sean las consideraciones de tipo demográfico de las más trascendentales. Estas sugieren que a los países europeos les resulta imprescindible no sólo mantener sino aumentar considerablemente los flujos de las migraciones extranjeras (el "pull"), fundamentalmente por dos razones: 1) para mantener los niveles actuales de prestaciones sociales básicas ligadas a la existencia del Estado del Bienestar (en proceso de retracción); y 2) teniendo en cuenta sobre todo el envejecimiento de la población europea. Relacionado con lo anterior, en un informe de la división de población de la ONU (United Nations, 2000) se advertía a los países miembros de la UE que necesitarían unos setenta millones de trabajadores inmigrantes durante los próximos cincuenta años para mantener su crecimiento demográfico; y cuarenta y cuatro millones hasta 2050 para mantener el crecimiento económico y proteger las pensiones. Para tener una aproximación empírica de la cuestión referida, y en base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2003 España poseía la tasa de natalidad más baja de la UE, después de Italia: 1,26 hijos por mujer en edad fértil, siendo la media de la UE de 1,53. Un dato por demás significativo, si se tienen en cuenta dos aspectos. Primeramente, el hecho de que sólo 20 años antes, cuando aún recibía ayuda económica de los organismos financieros internacionales por su categoría de país "en vías de desarrollo", España era el segundo país con mayor tasa de natalidad del continente: 2,2 frente al 1,8 de Europa. En segundo lugar, que en 2003 esta tasa aumentó debido al nacimiento de niños de madres extranjeras, los cuales constituyeron el 10% del total. En efecto, a nivel estrictamente Barcelona, para mencionar algunos casos. Tiembla la Bolsa de Buenos Aires, tiemblan las de Chile y de México... y tiembla entonces la de Madrid. 23 No obstante, resulta indispensable aclarar que hasta noviembre de 2003 el saldo migratorio seguía siendo favorable a España, con alrededor de dos millones de emigrantes españoles en el extranjero, frente a poco más del millón y medio de inmigrantes contabilizados por el Ministerio del Interior español. Recién después de esa fecha, la administración reconoció que por primera vez en su historia España tenía más inmigrantes que emigrantes. 24 Vale recordar el hecho de que hasta 1982, España todavía recibe ayuda de los organismos financieros internacionales en su carácter de “país en vías de desarrollo”. 22 empírico, salvo en los barrios de Barcelona donde reside la mayor parte de los inmigrantes, se ven muy pocos niños jugando en las calles y plazas o en otros espacios públicos. No hay niños (y no se puede vivir en un mundo, en un lugar sin niños).25 Por último, según datos del Eurostat (2003), de los 1,9 millones de personas que aumentaron la población de la UE en 2003, 1,68 millones fueron extranjeros. Vale decir que, sin ellos, la población europea sólo se hubiera incrementado en 220.000 habitantes. La mayoría de estos inmigrantes se instaló en España (594.300 personas, la cifra más elevada de la UE, lo que supone 35,3% del total). Como puede verse, España es el país que contribuye actualmente con más inmigración neta en la UE, a la vez que los inmigrantes contabilizados representan solamente 6% de la población. En consecuencia, es importante remarcar el hecho de que hoy día España cumple con el perfil que caracteriza a las dinámicas demográficas actuales de la población europea occidental: aumento de la esperanza de vida al nacer; recepción de movimientos migratorios internacionales; descenso de la natalidad y envejecimiento de la población nativa. 26 25 La cuestión es que el hijo, el niño, resulta “caro”; por lo tanto, hay que trabajar mucho (padre y madre) porque lo importante es ganar para consumir (sumado el dinero no ganado que ya está gastado en plazos, cuotas, etc.). El niño tiene que ir a la guardería, necesita ropa, juguetes, todo nuevo, de marca y a la moda, está el canguro (la “baby sitter”)... “Criar a un hijo cuesta entre 4.800 y 10.200 euros al año; y desde que nace hasta que cumple 18 años, entre 108.000 y 180.000 euros. La ayuda que recibe una familia española es de 24,25 euros al mes por el primer hijo, si se tiene una renta inferior a 7.436 euros. España es el país de la UE que destina menos dinero a la protección de la familia, un 0,4 % del PIB frente al 2,3 % de media de la UE.” (Fuente: Magazine de La Vanguardia, 3/3/02, p. 65-69) 26 Del otro lado, Argentina cuenta con una tasa global de fecundidad por mujer de 2,4 hijos; 27,7% de la población total es menor de 15 años; y sólo 9,6% tiene 65 años o más. (Fuente: Indicadores básicos. Argentina 2004. Buenos Aires: Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación y OPS) 23 3. La Argentina de fin de siglo: factores del "push". Mercado de trabajo, concentración de la riqueza y distribución de la pobreza. Referirse en este trabajo en términos de "nuevos migrantes argentinos en Barcelona" supone asimismo identificar los procesos migratorios anteriores de argentinos a Barcelona/España/Europa. En ese sentido, a grandes rasgos es posible distinguir tres etapas en los movimientos migratorios de argentinos a Barcelona/España/Europa: 1) 1976-1983 (dictadura militar); 2) 1989-1992 ("hiperinflación alfonsinista-menemismo temprano"; 3) diciembre de 2001 hasta nuestros días (quiebre del sistema financiero, devaluación del peso, corralito, cacerolazos, profundización de la pobreza y la desocupación hasta niveles nunca alcanzados antes en la historia de nuestro país, con la consecuente extensión de la delincuencia y el aumento de la violencia en los delitos callejeros). Dentro de esta última etapa se encuentran los sujetos de estudio de esta investigación: argentinos y argentinas provenientes de las principales ciudades del país (Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Mar del Plata, La Plata, etc.) que han arribado masivamente a distintas ciudades de España (Barcelona, Madrid, Valencia, etc.) luego de la crisis de diciembre de 2001; principalmente durante todo el año 2002, y en menor medida en 2003. Según datos de la Dirección Nacional de Migraciones, hasta marzo de 2003 se habían ido del país, sin regresar, alrededor de 260.000 personas (sólo en 2002 se fueron 90.000). Para Lelio Mármora, director de la Maestría en Políticas de Migraciones Internacionales de la UBA, y en la actualidad también del INDEC, el proceso migratorio del que se trata se convirtió en un fenómeno sociocultural determinado tanto por la crisis y la situación económica, como por la frustración en las expectativas de un sector joven de la población, que creció y se formó en la Argentina de la década de 1990. (Fuente: Página 12, abril 2003, edición digital) Esta apreciación es fundamental, ya que, de alguna manera, sugiere cuáles son los rasgos principales del conjunto social protagonista del proceso migratorio, así como las motivaciones centrales para haber emigrado. Una muestra potencial de esos jóvenes que crecieron y se formaron en la década de 1990 aparece en el estudio realizado por Cacopardo (1992), enfocado en aquellos de origen italiano, que la autora designa "italoargentinos". Para esas fechas, y situada en el contexto de los inicios de la década de 1990 en Argentina, Cacopardo (ob. cit.: 494) planteaba: "[...] las personas jóvenes aparecen como la subpoblación más expuesta a una posible emigración [...] En la medida que la etapa de capacitación, ya sea por la vía de la educación o por la experiencia laboral, no garantiza una inserción en el mercado de trabajo que permita acceder a un adecuado nivel de vida, los jóvenes son llevados a cuestionar su permanencia en esta sociedad". Y concluía: "En la medida que las expectativas no se satisfagan y los jóvenes que han apostado a una carrera, a un perfeccionamiento profesional y técnico, continúen sin poder ubicarse, sin encontrar gratificaciones laborales y económicas, sin sentir que se premia el esfuerzo personal, es probable que retomen sus latentes proyectos de emigración, y que en forma empírica y alejada de toda fantasía, desarrollen las estrategias necesarias para efectivizarlos." 24 Describiendo y analizando aspectos de la pasada década, puede decirse que el impresionante crecimiento de los indicadores de desempleo y pobreza son la expresión más visible del nuevo patrón distributivo desigual y excluyente instaurado en ella, a partir de la estricta imposición de las políticas derivadas del "Consenso de Washington"27. Al finalizar la década y el siglo, la Argentina ha pasado de conformar una sociedad con cierto grado de homogeneidad y estructuras de ingreso más equitativas, a otra donde predominan la desigualdad y la regresividad en la distribución del ingreso y la riqueza. (Lo Vuolo, 2003) Todos los estudios disponibles, aun con discrepancias de enfoque, coinciden en destacar que a partir de 1993 se registró un proceso de acelerado deterioro de la situación ocupacional en el país. Dentro de las tremendas secuelas socioeconómicas de la llamada "Convertibilidad", tal vez la más sobresaliente haya sido la estampida de la desocupación: en 1991, los “desocupados abiertos” eran setecientos mil personas; mientras que en 2001 habían escalado a dos millones y medio, lo cual equivale a una tasa de crecimiento promedio anual cercana a 14%. A estas cifras hay que sumar el llamado "desempleo oculto", esto es, las personas que dejan de ofrecer su trabajo en el mercado por estar desesperanzadas de conseguirlo: al final de 2001, en este grupo se registraban casi trescientos cuarenta y cinco mil personas que constituían 2,5% de la PEA total. (Lo Vuolo, ob. cit.). Al mismo tiempo, la Convertibilidad dejó un país con una distribución del ingreso más desigual que la heredada del período previo de la hiperinflación. La tendencia regresiva en la distribución del ingreso provocó un fuerte crecimiento de los indicadores de pobreza por nivel de ingreso. Tomando como referencia al Gran Buenos Aires, la Convertibilidad dejó como herencia un porcentaje de personas pobres por ingresos que escaló desde 21,5% en 1991 hasta 35,4% de la población total en 2001. Con la maxidevaluación, en el año 2002, este indicador saltó a 54,3%. (Lo Vuolo, ob. cit.) Digamos que el salto en picada consistió en el pasaje desde una pobreza delimitada hacia otra extendida entre la población, misma que luego desembocó en miseria. Y la miseria equivale a hambre. 28 Es importante destacar que si bien resulta imposible sustraer a los sujetos de estudio de esta investigación del contexto general descrito, al mismo tiempo se debe hacer referencia al sector socioeconómico-ocupacional del cual no todos, pero sí en su mayoría, provienen: clase media/media-alta urbana con un trabajo calificado mal remunerado o sin experiencia laboral previa (sostenimiento económico de los padres). No obstante esto, puede decirse que, de alguna manera, la nueva "oleada" de argentinos que se fueron desde finales de 2001 en adelante, representaría una parte de la muestra de los La expresión "Consenso de Washington" refiere a las políticas impuestas en los países del Tercer Mundo, derivadas de los organismos de crédito multilaterales con sede en dicha ciudad. 28 Tan es así que hasta el Banco Mundial, en un estudio titulado “Hambre en Argentina”, concluyó que durante 2002, año posterior a la devaluación de 2001, uno de cada cinco hogares que sufrieron hambre en el país fueron "familias de clase media baja"; y que 17,8 % de los hogares argentinos convivió con el hambre tras la crisis. Por primera vez el organismo reconoce la existencia de una fuerte relación entre la pobreza y el hambre, destacándose que "en la Argentina el hambre es fundamentalmente un problema de falta de ingresos”. Esta situación -siempre según el documento- es la que habría llevado a una porción de familias de clase media baja a precipitarse transitoriamente en la pobreza, no pudiendo cubrir sus necesidades alimentarias más elementales. (Fuente: Página 12, 7/9/04, edición digital). 27 25 sobrevivientes29 del huracán neoliberal que castigó al país durante poco más de una década. Sobrevivientes de esa "tensión dialéctica del carajo entre globalizados y globalizadores", como la designaba Manuel Vázquez Montalbán. Por el momento, sobre estos nuevos migrantes, en una primera aproximación podría decirse que, a diferencia de los sujetos de la primera etapa identificada (dictadura militar: 1976-1983), se trata de una migración cuya motivación principal es la individual-económica-profesional. En este marco, España e Italia, los principales países emisores de migrantes a la Argentina de principios del siglo XX, reciben a la joven y relativamente calificada migración argentina (fundamentalmente España y, en menor medida, Italia) tras sólo dos o tres generaciones y como dice mi viejo- "encima sin haber invertido ni un centavo". 1era generación: 1870-1917 Migración campo y ciudad campocampo- Campesinos europeos hacia el campo argentino (y, en menor medida, hacia ciudades en crecimiento como Buenos Aires) 2da generación: 1917-1940 Migración CampoCiudad Hijos argentinos de inmigrantes europeos campesinos hacia ciudades como proletarios y clase media profesional Ciudadanos argentinos desde las principales ciudades hacia ciudades europeas Migración CiudadCiudad 3ra generación: fines del siglo XX y principios del XXI 29 Adopto el sentido de la palabra "sobreviviente" (superviviente) en base a los dos significados que le asigna Berger (2001: 336): "[...] denota a alguien que ha vivido y superado trances muy duros; y también denota a la persona que ha seguido viviendo cuando otras han desaparecido o perecido". 26 III. CONDICIONES GENERALES DE INSERCIÓN SOCIOLABORAL DE LOS INMIGRANTES EN ESPAÑA: ESPAÑA PERIFERIA DE EUROPA. ¿Con qué tipo de país se encuentran los migrantes al llegar? ¿Cuáles son las condiciones migratorias, de integración, de convivencia, laborales, de vivienda en las que se insertan? ¿Qué tipo de elementos interactúan en el contexto español actual para que un fenómeno histórico-sociocultural humano como las migraciones, pueda llegar a convertirse en un "problema" en términos de la percepción social de la población autóctona (los españoles)? ¿Es lo mismo ser inmigrante marroquí que argentino? 1. Políticas de extranjería y políticas de integración. “Trabajador inmigrante es la nueva profesión, al que agarran sin papeles lo fletan en un avión [...] Volver no tiene sentido (tampoco vivir allí). El que se fue no es tan vivo, el que se fue no es tan gil. Por eso si alguien se borra, ¿qué le podemos decir?: no te olvides de nosotros, y que seas muy feliz...” (Jaime Roos, 1997: “Los olímpicos”. Repertorio) Como punto de partida, se puede precisar que, a grandes rasgos, la política migratoria de los gobiernos neofranquista de Aznar, primero, y de Zapatero después, han reconocido tres tipos de extranjeros en territorio español: los turistas (llamados "guiris"), preferentemente norteeuropeos, estadounidenses y japoneses; los inmigrantes "regulares"; y los inmigrantes clasificados como "ilegales" o "clandestinos". El único denominador común entre ellos es que todos contribuyen con sus riquezas al producto bruto interno del Estado: los primeros gastando el dinero; los otros dos, generándolo con su trabajo. Por lo tanto, vale una primera observación a tener en cuenta: en España, todo inmigrante es concebido y tratado como extranjero; pero no todo extranjero es tratado como inmigrante.30 Además de los turistas, otros dos extranjeros "bienvenidos" en España son Sofía que es griega y es reina, y Johan Muehlegg, esquiador. Para tener una idea de, no sólo la absurda necedad de los pasaportes, sino también de lo ridículo del caso, "Juanito Muelas" (como popularmente se lo conocía y admiraba en España antes de su expulsión de los juegos olímpicos de invierno de Salt Lake City, USA, en febrero de 2002, por doping) nació en Alemania y se nacionalizó español en 1999, fijando su residencia y representando a la "federación de ski de Murcia", lugar donde sólo estuvo una vez en su vida y donde, a propósito, no hay nieve sino plantaciones de alcauciles. 30 27 Me referiré en este texto, fundamentalmente, a los inmigrantes extranjeros etiquetados en toda la UE como “extracomunitarios”: latinoamericanos, africanos y asiáticos; a las personas provenientes de diversos países del llamado "Tercer Mundo" que arriban a España/continente europeo en busca de trabajo para enviar dinero a sus familias, que migran con estas, que vienen "a probar suerte" o "a ver qué pasa". Respecto de ellos, distintos estudios realizados muestran que, a diferencia de los migrantes españoles e italianos que arribaron al continente americano a principios del siglo pasado, y con excepción de algunos africanos que cruzan el estrecho de Gibraltar en pateras, estos nuevos migrantes no son los más pobres en sus sociedades de origen. Es decir que, en términos generales, sólo emigran los que pueden.31 Un siglo antes, en el contexto de la Argentina de la inmigración de masas europeas, el Estado Nación se iba consolidando con el aumento de una población de ciudadanos extranjeros, en contraposición a los "bárbaros" habitantes originarios de estas tierras. Uno de los "problemas" con los que tropezó el proyecto migratorio ideado por la elite dirigente de la época fue que los inmigrantes siguieron vinculados a sus grupos étnicos de pertenencia, e identificados con su lengua y cultura de origen. Desde la perspectiva del proyecto de país sustentado por importantes dirigentes como Sarmiento, por ejemplo, lo anterior constituía una negación a la integración nacional. El inmigrante, al mantener su extranjería, y al negar su integración, hace fracasar el proyecto inmigratorio. (Jmelnizky, 2003: 34) Otro de los problemas consistió en que, en vez de haber arribado al país los inmigrantes "deseados" por la elite política -anglosajones "civilizados" provenientes del norte de Europa- el aluvión llegó en su mayoría del sur del continente (campesinos latinos, principalmente italianos y españoles), constituyendo un perfil de inmigrante alejado del tipo ideal imaginado por dirigentes como Alberdi y Sarmiento. (Jmelnizky, ob. cit.: 37) Pero retomando el contexto español actual, hasta aquí la situación (el problema) podría plantearse de la siguiente manera: de acuerdo a lo expuesto, en España se necesita fuerza de trabajo: productores de mercancías, jornaleros del campo, mercenarios en las fuerzas armadas profesionales, etc. Se produce una demanda importante de trabajadores, cuya oferta en otros países es igual o más grande. ¿Cómo atraer y simultáneamente controlar, cuantitativa y cualitativamente, la necesaria proletarización de los inmigrantes extranjeros? ¿Cómo convertirlos en una mercancía -la mercancía fuerza de trabajo-, en meros productores de mercancías y además en consumidores, reduciéndolos a una función estrictamente económica? Una vez más en la historia, el capital necesitará de la mano visible del Estado para controlar la oferta/demanda del mercado laboral. En términos de los intereses de los grupos de poder hegemónico, un Estado eficiente (o lo que queda de él tras el huracán neoliberal) debería racionalizar equilibradamente estos flujos de mano de obra. Desde esta perspectiva, se pueden distinguir al menos dos tipos de mecanismos de respuestas políticas formales promovidas desde el Estado, enfocadas en los aspectos cuantitativos y cualitativos del "problema" migratorio en cuestión. Mientras que las políticas de extranjería atenderían más al primer aspecto (disposiciones sobre requerimientos: cuántos extranjeros se necesitan para cada ámbito, cuántos dejar entrar de Esto es más patente aún en el caso de algunos colectivos de migrantes como el de los jóvenes argentinos, tal se apuntó más arriba. 31 28 forma regular, etc.), las políticas de integración constituirían esfuerzos de la administración en lo cualitativo (qué tipo de proletarios extranjeros se pretende incorporar a la sociedad receptora y con qué status sociopolítico, valores, derechos, obligaciones, etc.). Atravesando estas políticas, se encuentran aquellas prácticas de control social que denomino "informales", ejecutadas a través de los medios de comunicación españoles o mediante determinadas posturas y acciones de corte racista-xenófobo, entre otras. La inclusión de este tercer tipo de prácticas tiene que ver con un supuesto fundamental: las políticas migratorias se conciben, se construyen y se sostienen o modifican, entre otros factores, de acuerdo a la percepción social y al grado de influencia que los diferentes sectores ejercen sobre el Estado. Lo importante de todo lo expuesto radica en la complejidad que supone analizar el problema de estudio en el conflictivo contexto donde se desarrollan las relaciones interculturales. 29 2. Ley de Extranjería española: “Regular” o “Ilegal”. En el supermercado del neoliberalismo mundial, la "libertad de circulación" se limita a los capitales y bienes, quedando excluidas las personas. Legislaciones y normas quedan plasmadas en leyes de extranjería con el objeto de regular los desplazamientos de población en función de las necesidades de los mercados de trabajo. Precisamente, respecto de lo anterior, el gobierno español ha impulsado bajo su presidencia en la UE (enero-junio de 2002) la adopción de medidas en común destinadas a endurecer la concesión de visados y reducir al máximo la entrada de inmigrantes "extracomunitarios". Asimismo, durante el referido período, los gobiernos de Italia, Austria e Inglaterra se sumaron a la ofensiva "antiinmigración" mediante reformas a sus respectivas leyes de extranjería. Desde una perspectiva de análisis histórica-comparativa, bien puede plantearse una especie de "involución" de las leyes de Extranjería en España: ley 7/1985; ley 4/2000; y reforma de la ley 4/2000 (ley 8/2000), la actual Ley de Extranjería que entró en vigor el 23 de enero de 2001. En 1985, siete años después de la entrada en vigor de la nueva Constitución, España era, mucho más que actualmente, un país de emigración que de inmigración32. Sin embargo, desde diferentes puntos de vista el poder político no consideraba a la ley orgánica de 1985 como un instrumento adecuado para conseguir la entrada de inmigrantes, otorgar estabilidad a mayor número de personas, ni frenar la entrada de más inmigrantes de los deseados; era una ley desfasada, hecho que se había evidenciado pocos años después de su implantación, a la par de la acelerada transformación socioeconómica del país que deja los principios y la aplicabilidad de la ley perimidos. Así, la aprobación de una nueva Ley de Extranjería, tras quince años de vigencia de la ley de 1985, era una necesidad de Estado. En este sentido, la Ley Orgánica 4/2000, del 11 de enero, sobre los derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, aprobada en el parlamento, fue rechazada por el entonces gobierno español de Aznar desde un principio. Este rechazo se debió, en parte, al hecho de que la ley trataba de avanzar en el respeto de la seguridad jurídica de los extranjeros que pretendían establecerse en España. Para ejemplificarlo, tenemos que en el capítulo I de derechos y libertades de la Ley Orgánica 4/2000, capítulo no sólo declarativo sino con contenido jurídico, se reconocían uno por uno, de manera expresa, para todos los extranjeros que se hallen en España, independientemente de su situación administrativa (incluso en situación "irregular"), un conjunto de derechos que ya el en el plano jurisprudencial se venían reconociendo, pero cuya efectiva aplicación requería su plasmación legal. Son los derechos de asociación, de reunión, de libre sindicación, de educación, a la seguridad social, a la asistencia sanitaria, a la tutela judicial efectiva con asistencia jurídica gratuita. Se trata de un conjunto de derechos, que pese a su carácter de derechos fundamentales reconocidos constitucionalmente, el gobierno limita específicamente, conforme a la reforma de la Ley de Extranjería (ley 8/2000), sólo a los extranjeros que se encuentran "legalmente" en el país. En definitiva, la situación actual, tras la reforma, es muy semejante a la de la ley de 1985, tan criticada por los abusos a los que condujo. Según el Colectivo Ioé-UGT (2001: 59), las políticas basadas en la restricción de la inmigración y el endurecimiento de las medidas de entrada y requisitos de regularización, Destaca el hecho que en la Constitución de 1978 se consagrara en el art. 48 la obligación del Estado de velar “especialmente por la salvaguarda de los derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno”. 32 30 se traduce en un aumento de los inmigrantes clandestinos que tiende a provocar segmentos diferenciados del mercado de trabajo español determinados por la precariedad. Al igual que la ley de 1965 en la por entonces "República Federal de Alemania", la Ley de Extranjería vigente en territorio español se asemeja más a una reglamentación para el reclutamiento de mano de obra que una disposición enmarcada en una política de inmigración. De este modo, actualmente España, como en ese entonces Alemania (donde muchos de los trabajadores de por entonces eran emigrantes españoles), representa un régimen laboral y político respecto de los trabajadores extranjeros que intenta convertirlos en meros productores de mercancías, reduciendo a las personas a una función estrictamente económica: "Como hemos visto en el caso de los marroquíes en España y de otros colectivos -afirma Martínez Veiga (1997: 239)- [...] existe un prejuicio por parte de personas y agencias [...] de considerar a los inmigrantes como una especie de mercancía a merced de la opresión estatal y de los empleadores." En opinión de Martínez Fresneda (2001: 25), la privación de derechos de la ley, "[...] unida a la amenaza de expulsión fulminante del territorio español, comportan un panorama de futuro para la inmigración clandestina que la aproxima bastante a las condiciones de esclavitud [...] creándose bolsas de población completamente marginal que para sobrevivir tendrá que padecer las peores condiciones." Esto es lo que sucede con los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) en España (“Centri di Detenzione Temporanea per Immigrati”, en Italia), creados por la Ley Orgánica 7/1985. Su distribución geográfica es totalmente aleatoria, existiendo actualmente en España seis centros (en realidad, seis son los que se han dado a conocer a la opinión pública): Madrid, Málaga, Barcelona, Valencia, Murcia y Las Palmas de Canaria. Debido al incumplimiento del mandato reglamentario, no existen criterios homogéneos de funcionamiento de estos centros, sino que quedan librados al arbitrio de cada director. El desplazamiento de los internos se hace independientemente de los lugares donde han sido detenidos y de donde tienen su red de allegados. La visita del abogado a su cliente, en horarios más limitados que en una cárcel, se hace siempre bajo el control visual de la policía. Sólo se admiten visitas de unos minutos y los vis a vis no existen. El plazo máximo de 40 días que establece la ley para tramitar la expulsión se agota con frecuencia, y hay inmigrantes de quienes no se ha podido determinar la nacionalidad o cuyos países de origen no los reconocen como ciudadanos (tal el caso de muchos ciudadanos de países africanos subsaharianos) y que han sufrido internamientos sucesivos, situación que está legalmente prohibida. También respecto de la “ilegalidad” que impera en estos centros, en su Informe de 2000, el Defensor del Pueblo afirmaba que los mismos no reunían las condiciones exigidas de habitabilidad, calificando de “grave” la situación de los centros ubicados en Madrid y Barcelona. Por otro lado, en la antigua terminal del aeropuerto de Fuerteventura, Canarias, ha nacido en el transcurso de 2001 un nuevo “centro de internamiento” no oficializado por el gobierno español pero que, como el resto de los centros, comparte el hecho de no reunir las mínimas condiciones de habitabilidad, higiene, seguridad y legalidad33, lo que sumado a El País (17/12/01, p. 23) informaba que medio millar de inmigrantes africanos llegados en pateras permanecían desde hacía 30 días encerrados en la sala de llegadas de dicha terminal sin ventilación, agua 33 31 las denuncias sobre torturas, comporta graves violaciones a los derechos humanos de las personas detenidas (Amnistía Internacional, 2002).34 caliente, ni luz natural, a la vez que se advertía del riesgo de un foco epidémico debido a las condiciones de hacinamiento. A causa de la deficiente alimentación y las condiciones infrahumanas de existencia, buena parte de los aproximadamente quinientos inmigrantes que se encontraban en el recinto cerrado padecían distintos problemas de salud (migrañas, trastornos digestivos, tuberculosis, HIV-Sida, sarna, enfermedades venéreas, etc.). Para ampliar sobre los CIE en España, se puede consultar S.O.S. Racismo (1998) y Stoop (1999). 34 Las constantes violaciones a los derechos humanos en este verdadero “campo de concentración”, motivaron denuncias y testimonios recogidos por el Informe 2001 de Human Rights Watch (El País, 25/2/02, p. 25). En el caso de la tortura, considerada como un mecanismo de control político y social, como técnica de despersonalización, degradación y desacralización del sujeto destinada a construir el “horror” (Taussig, 1978), tenemos que en 1997 la ONU denunció que la práctica de la tortura en el estado Español era algo habitual; mientras que, por otro lado, a raíz del Informe 1999 de la Asociación Contra la Tortura, el cual fue censurado por la Policía Nacional española en Internet a través de la Agencia de Protección de Datos (amparándose en la Ley Orgánica del 13 de diciembre de 1999), Amnistía Internacional ha denunciado que la tortura es sistemática en los departamentos de aislamiento de las prisiones españolas. La misma entidad afirma que se ha producido un importante incremento en las denuncias de torturas y malos tratos a inmigrantes extranjeros o miembros de minorías étnicas “a manos de agentes del orden”. El informe titulado “España: crisis de identidad. Tortura y malos tratos con motivos racistas a manos de agentes del Estado”, recoge 321 testimonios y denuncias de agresiones de este tipo a lo largo de los últimos siete años, todas las cuales han quedado impunes, y desmiente explícitamente el informe presentado en enero de 2002 por el gobierno español ante el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas. (Fuente: El País, edición digital, 17/4/02) Por último, tenemos que en abril de 2001 el comisario de San Nicolás (Provincia de Buenos Aires), José Aurelio Ferrari, miembro de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, hizo pública una explícita defensa de la tortura, tan vigente y habitual en Argentina como en otros tantos países del mundo, como la “madre de todas las investigaciones”, citando para ello como ejemplo al Estado español. Sus palabras fueron las que se reproducen a continuación: “En España [al sospechoso] lo cuelgan de un caño y le tiran de las bolas [los cojones] hasta que diga dónde puso el arma, dónde el cuerpo”. (Fuente: Verbitsky, H.: “Picana y mano dura”, Página 12 edición digital, 12/8/01, Buenos Aires). ¿A qué fuerza de seguridad del estado Español se referirá concretamente? ¿A la Policía Nacional? ¿A la Guardia Civil? ¿A las policías autonómicas? ¿A todas ellas, en general? Del mismo modo... ¿A qué tipo de “sospechoso” se le aplica este método? ¿Al sospechoso de ser “delincuente inmigrante-ilegal”? ¿Al sospechoso de ser “delincuente terrorista vasco”? ¿Al sospechoso e ser “delincuente okupa”? ¿A todo ellos o a alguno en particular? 32 Sintéticamente, vale decir que la negación de derechos y muchas de las prerrogativas explicitadas en esta Ley de Extranjería, además de violar los artículos 22, 23, 24 y 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, y de la misma Constitución española, recuerdan un tanto las leyes de Nüremberg (16 de marzo de 1935) por las cuales quedaban suspendidos los derechos civiles para todos los judíos en territorio alemán. 3. Integración/exclusión social. “El pueblo catalán proclama como valores superiores de su vida colectiva la libertad, la justicia y la igualdad, y manifiesta su voluntad de avanzar por una vía de progreso que asegure una calidad de vida digna para quienes viven, residen y trabajan en Cataluña”. (Estatuto de Autonomía de Cataluña, Preámbulo) Tenemos entonces que el proceso migratorio internacional analizado se ha venido desarrollando en un contexto sociopolítico adverso para la integración de estos inmigrantes, en el marco de una Europa que refuerza día a día sus alambradas jurídicas y reales. (De Lucas, 1996; Stolke, 1994; Stoop, 1999). Los factores de tipo político que interactúan en el control de las migraciones -a través del tratado de Schengen- corresponden a una perspectiva de contención de cariz represivo, como queda en evidencia, entre otras cosas, a partir del fortalecimiento del accionar y la autoridad policial en la regulación migratoria de los países europeos. Se trata de “una política coherente con toda una línea de orientaciones, reglamentaciones y acciones que se han ido desarrollando 33 en las democracias europeas desde mediados de los setenta y que, planteadas en la disyuntiva libertad-seguridad35, han optado por primar ésta en detrimento de la primera.” (Romaní, 1999: 126). De la misma manera que en la pugna “trabajador extracomunitario como productor de mercancías-sujeto de derecho” prima la primera. (Martínez Veiga, 1997: 236) Entre los supuestos que subyacen a la política migratoria del gobierno español se encuentra aquel por el cual los inmigrantes extranjeros se convierten en "ciudadanos" al pisar suelo europeo. Esta conocida lógica de "ciudadanizar" al "buen salvaje" consiste fundamentalmente en su incorporación al sistema como fuerza de trabajo (antes que como sujeto de derecho) y en su capacidad de introyección obediente de los valores y normas dominantes en esta sociedad, proceso que frecuentemente se equipara con "integración"36. De eso dependerá que se le concedan o no los derechos que se requieren para integrar una sociedad distinta. Atxotegui (2000: 96) se refiere a ello cuando opina: "[...] tenemos tendencia a una visión exotizante y prejuiciada del mundo de los inmigrantes, prejuicios que sirven como coartada social a la explotación del que es considerado inferior". Uno de los obstáculos legales en el proceso de integración de los inmigrantes “extracomunitarios” se vincula con la política española de extranjería, por medio de la cual los hijos de los inmigrantes nacidos en territorio español no son españoles por la ley del ius sanguinis. Nótese al respecto que, a diferencia del gran contingente de españoles que emigraron a distintos países del continente americano a principios del siglo XX, muchos de los cuales habiendo desembarcado en condición de trabajadores agrícolas o proletariado urbano pudieron concretar mediante su trabajo la movilidad social ascendente de sus hijos futuros estudiantes universitarios, profesionales y miembros de la clase política, como lo demuestra el caso de Argentina-, por el contrario, buena parte de los hijos de los inmigrados en España seguirán estando en una situación de inferioridad en relación al mercado de trabajo local. Socialmente igual o peor que los niveles en los que trabajan y las condiciones en las que sobreviven hoy sus padres. La realidad es que al inmigrante en España se lo considera sólo como trabajador, esto es, en su dimensión estrictamente económica, como una mercancía: la mercancía fuerza de trabajo. Las mismas características que los hacen deseables como trabajadores, los vuelven indeseables como parte de la sociedad receptora. Este es el sesgo que domina las políticas migratorias españolas desde 1985 hasta la actualidad, tanto en lo que respecta a leyes de extranjería como a planes de integración. Y, en parte, ha sido el marco en el que se ha desarrollado el proceso de inclusión/exclusión social de los colectivos migrantes en su heterogeneidad, sobre todo en el caso particular de los africanos. ¿Es posible acaso 35 El Estado, en el neoliberalismo, tiende a contraerse al “mínimo indispensable”. Proceso en el que se despoja de todo hasta quedar con su prenda mínima indispensable que tiende a maximizar y complejizar cada vez más: la fuerza represiva para el control social. Su nuevo rol es el de convertirse en aparato de “seguridad” de las megaempresas transnacionales. La preeminencia del poder que detentan las transnacionales para alcanzar la concreción del proyecto globalizador presupone una incapacidad de los estados para generar políticas nacionales. En este contexto, queda implícita la idea de que los estados sólo deben limitarse a formular estrategias para insertarse dentro de las reglas de juego de la globalización (Subcomandante insurgente Marcos, 1996) 36 El antropólogo Mikel Azurmendi ha sido uno de los principales ideólogos oficialistas de esta postura durante los gobiernos de Aznar. Fundador de la plataforma antiterrorista “Basta Ya” y ex presidente del Foro de la Inmigración, órgano de consulta del Ejecutivo, ha confesado públicamente ser enemigo del multiculturalismo por considerarlo “gangrena de la sociedad”. (Fuente: El País, 26/2/02, edición digital) 34 imaginar -como sucede por ejemplo en Francia- a un africano como agente de la Guardia Civil o presentando el telediario de Televisión Española? ¿Cuánto tiene que ver esto con lo relativamente nuevo del fenómeno inmigratorio y cuánto con una política específica de integración? Considero el planteamiento de más arriba como un punto de partida fundamental al momento de abordar la cuestión alrededor de la ciudadanía (y los derechos que supone) y la inmigración37. Por otro lado, los conceptos de integración social/exclusión social resultan claves dentro del marco teórico para el estudio de las migraciones, ya que las consecuencias y procesos que estos acarrean se relacionan expresamente con una dicotomía que define condiciones desiguales en contextos desiguales, lo que a su vez generará el grado desigual de acceso y disfrute de los bienes y recursos. (Kaplan, 2002: 4) Partiendo de lo anterior, en primer término se puede establecer una diferencia entre los conceptos de explotado y excluido; el explotado le es sustancial, necesario, indispensable al sistema: es por su explotación que el sistema funciona. El excluido, por el contrario, es un innecesario, un prescindible: "Cuando se habla de exclusión, el referente no es sólo la falta de acceso a bienes y servicios que sirven para satisfacer las necesidades básicas y que sería la base que subyace al concepto de pobreza, sino que también se trata de la justicia, de los derechos sociales y todos los derechos de la ciudadanía. Por lo tanto, hablar de exclusión implica referirse a aquellos que están fuera del mercado de trabajo, de los derechos sociales e incluso de la cultura." (Martínez Veiga, 1997: 281). Focalizando en el caso del que se trata, desde el punto de vista de la composición de la población, la sociedad española es diversa o heterogénea en lo cultural38, en lo religioso, en lo ideológico, en lo sexual, etc., más allá de que en cada ámbito exista una forma hegemónica, dominante sobre las demás, que en general es la de los grupos de poder y el Estado y sus instituciones. No obstante es, como toda sociedad capitalista de mercado, dual en lo sociopolítico: está formada por excluidos e integrados al sistema. Lo anterior implica que en la sociedad de la que se trata existen personas nativas que sufren la explotación, la opresión, las desigualdades y la exclusión, producto de un mismo sistema. Pero sin lugar a dudas, los que constituyen el grupo subalterno con más grado de marginación y de exclusión sociopolítica y cultural son los inmigrantes llamados "extracomunitarios" (léase "tercermundistas"; es decir, "extra europeos/estadounidenses"). Sobre todo aquellos inmigrantes sin papeles ("irregulares" o "clandestinos") que trabajan en la economía sumergida. 37 Así como en relación a la ciudadanía, según la Constitución Española, el sistema político vigente en todo el Estado es la Monarquía Parlamentaria (art. 1), garantizado por las Fuerzas Armadas (art. 8), cuyo mando supremo corresponde al Rey (art. 62). Por lo tanto, la sustancia del poder reside no en la lógica del derecho de los ciudadanos, sino en la de la institución imperante que los convierte automáticamente en súbditos. 38 Entre todos los estados miembros de la UE, España es el que posee la mayor variabilidad étnicocultural en su interior. 35 Dicho de otro modo: no es tanto que los inmigrantes sean pobres e "ilegales"... sino que, en la "Europa del Euro", y particularmente en España, los pobres e "ilegales" son los inmigrantes. 36 4. Inmigración y economía sumergida. Como primera cuestión cabe señalar que de entrada, por disposición legal, los extranjeros no tenemos un acceso directo al trabajo como los españoles, sino que necesitamos un permiso de trabajo otorgado por las autoridades. Por este motivo, es importante tener en cuenta que un alto porcentaje de inmigrantes trabaja sin ese permiso exigido, en “negro”, dentro del ámbito de la economía informal o sumergida, donde predominan la precariedad laboral y una explotación mayor por parte de los empleadores locales. Dichas condiciones de precariedad laboral juegan un papel destacado en las dificultades alrededor del proceso de integración de los inmigrantes en la sociedad española. Es decir que, el acceso de los inmigrantes al mercado de trabajo español no está determinado exclusivamente por factores económicos. A veces, las medidas burocrático-administrativas (como la nueva reforma laboral, las disposiciones de la Ley de Extranjería, los problemas para obtener un contrato de trabajo y su posterior renovación, etc.) son más limitantes que la propia calificación de los trabajadores. El fenómeno migratorio en los países del sur europeo está enmarcado en el contexto de un mercado de trabajo segmentado y precarizado, en el marco de una economía sumergida (informal) extensa, en cuyo ámbito se inserta la mayor parte de los inmigrantes que llegan al continente. En la UE habría alrededor de veinte millones de trabajadores extranjeros sin contrato, lo que equivale a 13% de la población económicamente activa y representa 90% de los inmigrantes no regularizados (Eurostat, 2001); es decir, aquellas personas que realizan trabajos no declarados por los empleadores, en condiciones de explotación (en algunos casos, casi de esclavitud), las mismas que no aceptan los trabajadores nativos de cada país. Al igual que en el resto de estos países, la demanda de trabajadores extranjeros en España comienza a concentrarse hacia puestos de trabajo bastante precarizados, sea porque se trata de sectores tradicionales que requieren de drásticas reducciones de costes para continuar funcionando, o debido a que son sectores productivos que requieren de una amplia demanda de mano de obra. Pero... ¿es lo mismo ser trabajador inmigrante en España que en otros países de la UE? Y dentro de España, ¿son las mismas las condiciones en Barcelona que en Almería? En relación a lo anterior, es importante mencionar que, entre todos los países integrantes de la UE, España es el que registra los índices de desocupación (paro), siniestralidad laboral y temporalidad más elevados. Desocupación: en agosto de 2001 la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) español mostraba que la tasa de desempleo era 13%, la más alta de la UE. Siniestralidad laboral: los datos sobre siniestralidad proporcionadas por el Eurostat (2001), muestran que cinco trabajadores sufren cada día accidentes laborales en España, lo que la ubicaba, seguida de Grecia y Portugal, como el país de la UE con mayor tasa de accidentes laborales. Para tener una idea del impacto del fenómeno sobre la salud-enfermedad de las personas que trabajan en España, tenemos que sólo en los últimos cinco años la siniestralidad aumentó 52%. En efecto, las estadísticas sobre muertes por accidentes de trabajo en territorio español son escalofriantes: en el transcurso del año 2002 murieron 37 1.104 trabajadores en sus puestos de trabajo. Al interior del Estado, Cataluña se ubicaba durante como la comunidad autónoma con más accidentes laborales mortales, fundamentalmente en el sector de la construcción: de enero a octubre de ese año se produjeron 134 accidentes laborales mortales. (Fuentes: INE, Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; Departament de Treball de la Generalitat de Catalunya) Tenemos entonces que, en términos generales, las condiciones crecientes de precarización laboral que impone la globalización neoliberal repercuten de forma negativa en la salud de los trabajadores de las distintas ramas productivas. Si a esto le agregamos la variable migratoria, no es difícil imaginar los riesgos y las consecuencias que tiene la situación descrita para la salud de los trabajadores migrantes, quienes en su mayoría trabajan en el ámbito de la economía “informal”, “sumergida” o “irregular” realizando las labores que los trabajadores autóctonos no desean realizar, justamente debido a las condiciones del trabajo y las características (los riesgos) del mismo. La correlatividad entre economía sumergida e inmigración como elemento distintivo del actual mercado laboral español, ha sido abordada en estudios elaborados por los dos sindicatos con más poder en España (UGT, 1993; Comisiones Obreras, 1993; 1998), en los que se estimaba que 40% de los inmigrantes "extracomunitarios" trabajaba en el sector sumergido de la economía. Por otro lado, el Colectivo IOE (1992) cifraba en 60% la cantidad de inmigrantes trabajando de manera "irregular" en España, en su mayoría también provenientes de países del "Tercer Mundo". Estos datos son coherentes con el peso que tiene la economía sumergida española: para finales del año 2000, la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea señaló que la misma representaba 22% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, situándose a la cabeza de Europa (cuya media oscila entre 14 y 20%) después de Grecia, con 30%. Cuatro años después, un informe de la OCDE realizado en 2005 señalaba a España como uno de los paraísos europeos del “euro negro”. Según dicho informe, la economía sumergida en este país había trepado hasta representar 23,4% del PIB, cifras superadas sólo por Italia (27,8%) y Grecia (29%). En lo que respecta a uno de los principales agentes económicos en relación con el mercado de trabajo, los empresarios, en países como España e Italia se produce una situación que favorece la contratación de trabajadores inmigrantes en negro: las altas cargas sociales que deben pagarle al Estado por cada trabajador que blanquean.39 Vale destacar el de la agricultura, además de la construcción, el servicio doméstico40 y el comercio informal de venta ambulante41, como el ámbito donde cada vez, en mayor medida, el mercado de trabajo español incorpora mano de obra inmigrante. En Italia, por ejemplo, esa cifra es prácticamente proporcional al salario que se le paga al trabajador; o sea, los empleadores pagan en total dos salarios, hecho que deriva en una permanente actitud -en algunos casos movida por la necesidad- de eludir el trabajo formal y no declarar a algunos de los trabajadores. En muchos casos, incluso prefieren arriesgarse a una multa porque les sigue saliendo a cuenta. 40 La fuerte incorporación de mujeres inmigrantes en el servicio doméstico, tanto en España como en Italia, tiene que ver, entre otros factores, con el fenómeno arriba referido del envejecimiento de la población de estos países. Muchas de estas mujeres son requeridas para el cuidado y la asistencia de ancianos. 41 Tomando como fuente al Ministerio del Interior español (2000), 27% de los inmigrantes “sin papeles” en España se dedica a la venta ambulante y el comercio informal. 39 38 Blanco (2000) calculaba en aproximadamente cien mil los trabajadores necesarios para cubrir la demanda agrícola en toda España. Ante la ascendente negativa de los trabajadores españoles para realizar determinadas tareas agrícolas y la creciente preferencia de los agricultores autóctonos por la mano de obra inmigrante, las autoridades toleran cierta irregularidad de inmigrantes. Esto porque resulta una manera de que haya siempre una bolsa de mano de obra barata dispuesta a trabajar (el ejército de reserva de Marx) sin exigir las mínimas condiciones de legalidad.42 La situación descrita se da concretamente en una de las zonas productivas más importantes de España, el Poniente almeriense (Comunidad de Andalucía, provincia de Almería)43, la misma en la que en 1999 se desataron los ataques racistas-xenófobos contra inmigrantes en El Ejido, hecho que abordaremos más adelante. Las superexplotación de la fuerza de trabajo inmigrante en condiciones sumergidas y de ilegalidad, supone, entre otras cosas, que en 90% de los casos no se cumpla el Convenio Provincial del Campo (30 euros el jornal: el más bajo de Almería que, a su vez, es el más bajo de España) porque no hay contratos ni papeles, sino que la contratación es 80% de carácter estrictamente verbal (Martínez Veiga, 2001: 129). En función de lo anterior, entonces, llegado el caso, no se tomaría a trabajadores españoles en los invernaderos, ya que podrían exigir sus derechos (humanos y como trabajadores). Aquí aparece claramente refutado uno de los principales argumentos contenidos en ciertos discursos pro-xenófobos sobre la competencia por los puestos de trabajo entre trabajadores nativos y extranjeros. En realidad, la competencia se da más que nada entre los mismos trabajadores inmigrantes, todos los cuales realizan los trabajos con más bajos salarios y peores condiciones como el de los invernaderos del Poniente almeriense. En el caso de Francia, por ejemplo, a buena parte de los trabajadores inmigrantes no regularizados que consiguen trabajo, les tocan los empleos denominados "3D": demanding, dangerous, dirty (difíciles, peligrosos, sucios), para los cuales, en términos de condiciones de trabajo, salario y disponibilidad, los empresarios franceses no desean a trabajadores autóctonos porque los consideran "demasiado exigentes", prefiriendo a los "métèques". Este último término designa despectivamente al extranjero y proviene del griego antiguo "métoikos" (extranjero radicado en Atenas). 43 En el Poniente almeriense casi la totalidad de la población inmigrada extranjera trabaja como peón en los invernaderos de El Ejido, Roquetas de Mar, etc. A las elevadísimas temperaturas en las que se trabaja en los cultivos intensivos bajo los plásticos de los invernaderos, se le suma la falta de medidas de seguridad en los centros de trabajo y la casi nula formación de los trabajadores en cuestiones de salud laboral. Estas condiciones suponen serios riesgos para la salud de los trabajadores inmigrantes, favoreciendo el desarrollo de determinadas patologías (problemas dermatológicos, respiratorios, digestivos y neurológicos), fundamentalmente relacionadas con la utilización y la elevada exposición a sustancias tóxicas como plaguicidas, herbicidas y fungicidas. 42 39 5. La vinculación entre las condiciones de vida y de trabajo y la salud/enfermedad. ¿De qué enferman y mueren los españoles? ¿Y los inmigrantes en sus países de origen? Y aquellos que emigran... ¿de qué enferman y mueren en España? Las tres principales causas de mortalidad en España son las enfermedades cardiovasculares, el cáncer de pulmón44 y los accidentes de tránsito. Pero hay españoles que también mueren de otras enfermedades, como algunas de las mil personas que se infectaron de hepatitis C durante la última década en distintos centros asistenciales del Estado a causa de las deficientes medidas de higiene (Fuente: Kalegorria, diciembre 2001, p. 45). Por otro lado, según revela el Atlas de Mortalidad (1985-1997), ésta es 20 % más alta en el sur de la península debido a las condiciones de existencia imperantes por debajo de la media española. (Fuente: Metro, 12/12/01, p. 19) En las sociedades europeas post-industriales, la enfermedad -no la salud- es un fenómeno cada vez más costoso. Esta tendencia se incrementa fundamentalmente en la “industria de la salud” –no en los recursos humanos- y en el sector privado45; en el rubro asistencial y no en el preventivo. Las políticas de prevención son cada vez más reducidas en comparación con las asistenciales. Dicho proceso se da en un contexto en el cual pueden corroborarse importantes cambios en los perfiles epidemiológicos de las poblaciones de los países postindustrializados, y no sólo en cuanto a las enfermedades sino también respecto de los padecimientos. Es así que las enfermedades crónico-degenerativas se pueden detectar cada vez más tempranamente, con lo cual la enfermedad (“el padecer normalizado”) acompañará al individuo durante toda su vida y será parte de su normalidad cotidiana. Del otro lado, las “violencias” (accidentes, homicidios, suicidios, etc.) constituyen las principales causas de muertes en varones en edad productiva en muchos países del Tercer Respecto al hábito de fumar entre los españoles (el 36 % de la población, según datos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo), la Sociedad Española de Neumonología y Cirugía Torácica (SEPAR) afirma que el tabaquismo produjo durante 2000 la cifra de 53.000 muertes prematuras, lo que supone un 15 % más que en 1999 y la cifra más alta de la UE, junto con Grecia. Asimismo, sostiene que las principales causas de muerte en fumadores hombres de más de 35 años son el cáncer oral y de faringe (27,5 %) y el cáncer de pulmón (22,4 %). Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que durante 2000 en España, el 24 % de las muertes que se produjeron tuvieron que ver con el consumo de tabaco, país en el que el 80 % de los jóvenes reconoce haber fumado alguna vez antes de los 18 años, mientras que el 50 % lo hace regularmente. (Fuente: El País, 25/9/01). Por último, un estudio de la Sociedad Madrileña de Neumonología y Cirugía Toráxica revela que el 10, 7 % de los casos de cáncer de pulmón detectados en España hasta abril de 2002 se produjeron en mujeres, lo que representa un aumento del 6 % respecto a 1992. (Fuente: Metro, 19/4/02, p. 11) 45 La cooperación de la medicina con el capital sigue siendo una constante. En una economía basada más en el consumo que en la producción, el papel del médico resulta vital como generador de consumo farmacéutico. El negocio mundial de los medicamentos mueve anualmente 200.000 millones de dólares, a lo que hay que añadir que se trata de uno de los sectores con un mayor margen de beneficios y con una demanda menos condicionada a los ciclos económicos. Al respecto, un artículo publicado en la revista de la Asociación Médica Norteamericana señala que en Estados Unidos 9 de cada 10 médicos reciben dinero de los laboratorios, y que ello “podría” llegar a influir en los lineamientos de su práctica (Clarín, edición digital, 8/2/02). Para el caso de España, el “soborno” a través de comisiones de parte de los laboratorios farmacéuticos a los médicos por recetar sus productos –práctica prohibida por la Ley del Medicamento de 1990- explicaría parcialmente la escasa utilización del medicamento genérico (un 3 %) por parte de éstos. (Fuente: Kalegorria, diciembre 2001, p. 48-49) 44 40 Mundo (Menéndez, 1998: 55) –y, como veremos a continuación, en algunos europeos también-. El fenómeno no es nuevo ni reciente sino que forma parte de la historia social, política y cultural de los continentes americano, africano y asiático desde los respectivos procesos colonizadores en adelante. El hambre, por ejemplo, como parte de la violencia estructural ha sido endémico en buena parte de los países periféricos. Del mismo modo, la principal causa de la catástrofe demográfica de estos países fue la expansión de enfermedades infecto-contagiosas, muchas de las cuales, como en el caso de algunas regiones del continente africano, siguen dominando los perfiles epidemiológicos de la población.46 Analizaremos aquí dos de las principales causas de muertes por “violencias sociales” en España, para posteriormente abordar los principales padecimientos de los sujetos inmigrantes relacionados con sus condiciones de vida y de trabajo en la sociedad de destino. 1. Las muertes por accidentes de tránsito. “[…] los muertos de tráfico, los muertos de autopista. Las sociedades industriales admiten el coste de muertos por la utilización del automóvil, pero no el de los muertos atribuidos a la locura política, religiosa o sexual. Hay muertes permitidas y muertes prohibidas. La cultura urbana genera un escenario para la violencia regida por leyes que distinguen entre violencia buena y violencia mala.” (Vázquez, Montalbán, ob. cit., pp. 50) Desde 1999 que los muertos por accidentes de tránsito en España no bajan de cuatro mil al año. La tasa de mortalidad por esta causa es de las más altas de la UE. Durante 2003, 4.032 personas murieron de forma violenta de esta manera. (Fuente: Dirección General de Tránsito, citado en El Periódico, 3/1/2004). Entre las causas adjudicadas a este fenómeno se encuentran las siguientes: imprudencia al circular, falta de conocimiento de las normas de tránsito, poca habilidad para conducir, exceso de velocidad, etc. Un estudio realizado por el RACC (Real Automóvil Club de Catalunya) a nivel estatal consideró que unos 3.750.000 de españoles son “conductores de alto riesgo”, los que sumados a los “poco conscientes” y los “poco prudentes” alcanzan casi diez millones de los 22,5 que hay en España. (Fuente: Qué!, 27/10/05). Por el lado de las propias valoraciones de los sujetos, ante la pregunta de ¿Por qué creen ustedes que hay tantos accidentes de tránsito?, una de las respuestas fue la que se expone a continuación: “Porque no hay respeto por la vida de uno mismo ni por la de los demás. Yo no considero que las causas de los accidentes sean, ni el alcohol ni las drogas. Porque si tú sabes cómo bebes, y tú sabes cómo te drogas, no tiene porqué haber un accidente de coche. Es falta de respecto y da mucho miedo, porque tú puedes estar conduciendo perfectamente pero sabes que en cualquier momento otra persona está jugando con tu vida, en todo momento cuando estás en la carretera. Y no hay conciencia de que un coche puede ser un arma más para matar… el rollo es ya que conducir es violento, es agresivo... Correr, la situación del riesgo, ¡es que así eres más ´valiente`, eres más El UNICEF (1996) calculaba que cada hora morían mil niños a causa de enfermedades que pueden evitarse e incluso curarse fácilmente, y casi el doble de mujeres moría o sufrían graves incapacidades durante el embarazo o el parto debido a la falta de asistencia. El mismo organismo estimaba que asegurar el acceso universal a servicios sociales básicos requeriría una cuarta parte de los gastos militares anuales de los “países en vías de desarrollo”, alrededor del 10 % de los gastos militares estadounidenses. Por su parte la FAO denunciaba que seis millones de niños morían cada año en el mundo sólo a causa de la desnutrición. (Fuente: El País, 16/10/02 46 41 `hombre´! Es cierto que los hombres conducen más agresivamente que las mujeres... que te enseñan, porque así te las das de `hombre´, de`macho´... es el tipo de sociedad que te han vendido y es lo que vives y lo que ves.” (Jordi, joven catalán de 26 años) 2. La violencia doméstica o de género. "[...] pero ahora es difícil saber si arrastra los pies debido a la presión de la vejiga o para recordarle a su esposa, mucho más joven que él, que, aunque su vejez resulte patética, su autoridad sigue siendo inexorable." (Berger, 2001: 17-18) Asumiendo que las sociedades contemporáneas (y no sólo), en su mayoría se apoyan en una filosofía y una práctica de carácter machista-patriarcal, es oportuno observar la forma en que el fenómeno se manifiesta de diferentes maneras según el contexto y la cultura donde se desarrolla (al igual que el capitalismo: no es igual -pero es el mismo- el que existe en Sudáfrica que el de Suecia). Tenemos así que el prototipo de “macho ibérico español” posee unos rasgos determinados que lo diferencian, por ejemplo, del “dandi italiano” o del argentino. En Cataluña, donde existe un relativo movimiento feminista entre las mujeres, principalmente entre los sectores okupas, la sensación que me quedó después de haber interactuado en ese medio durante tres de los seis años que viví en Barcelona (incluso después de haber conocido otras feministas okupas del continente europeo), es que tienden más a materializar una suerte de disputa con el sexo opuesto pero, paradójicamente, acentuando en ellas algunos rasgos masculinos en detrimento de la afirmación de su feminidad. Es decir que se plantea en términos de confrontación o enfrentamiento más que de lograr la "igualdad en la diferencia". En relación a esto último, recuerdo uno de los primeros días que llegué a Barcelona y leí en una esquina de la calle de La Cera, barrio Raval, escrito sobre una pared: "¿Piropos?... ¡cerdo, te vamos a matar!..." Días después, escuché las cosas que dos autóctonos le gritaban a una mujer (nada más lejos que un piropo de verdad) y comencé a entender este tipo de reacciones de parte de las mujeres. Por otro lado, vale señalar que también existe un feminismo europeo más formalizado e institucional. Para estas mujeres, "igualdad" es tener el mismo número de escaños en el Parlamento que los hombres. Pero sumerjámonos directamente en el tema central de este apartado: el de la violencia de género. Se trata de una de las primeras causas de muerte de mujeres en España. Así de contundente. Tanto, que Amnistía Internacional denunció que en este país no se garantiza la seguridad de la mujer. (Fuente: El Mundo, 5/3/2004, edición digital) En efecto, sólo en los últimos años fueron asesinadas 233 mujeres: 54 en 2001; 51 en 2002; 66 en 2003 y 63 hasta el 28/11/04. (Fuentes: Observatorio español contra la violencia de género). El tema recién comienza a tratarse en los medios (¿cuántas muertes fueron necesarias?, ¿cuánto cuesta un minuto en televisión?) por su repercusión en la opinión pública española, a la par que el "problema" de la inmigración y la violencia skinhead-neonazi. ¿Tienen alguna correlación con estos indicadores de la realidad las representaciones y prácticas de los sujetos? 42 Para tener algunos antecedentes que nos permitan aproximarnos un poco más en el abordaje del fenómeno, vale apuntar que ya en 2001 un estudio elaborado por la Universidad Complutense de Madrid alertaba que 61 % de los jóvenes españoles de entre 14 y 18 años encuestados pensaba que para tener una buena relación de pareja era deseable que la mujer fuese "sumisa". Asimismo, a uno de cada cuatro jóvenes de la misma franja etaria le parecía "muy bien" que la mujer cobre menos que el hombre por hacer el mismo trabajo. A su vez, doce de cada cien se mostraron de acuerdo con la siguiente afirmación: "cuando una mujer es agredida por su marido algo habrá hecho"47 (lo cual se relaciona con el alto índice de violencia doméstica o de género que se registra en España). Por último, el estudio citado mostraba que 60 % de los adolescentes encuestados aseguraba que "los hombres no deben llorar" (Juan José Millás: "Vida sexual y sana", El País, 3/8/01, contratapa). Sin embargo este panorama no es exclusivo de España (lo que ocurre en España es que todo se exacerba "a lo bestia"48). Sin ir más lejos, un estudio realizado por la Comisión Europea en los 15 países de la UE indicaba que 46 % de los ciudadanos europeos (de quienes, desde Sarmiento en adelante, nos inculcaron que eran "civilizados") consideraba que la violencia doméstica se debe a "la actitud provocativa de la mujer" (Fuente: El País, 25/9/01, edición digital). Lo anterior, también tiene su correlato en los hechos: una de cada cinco mujeres europeas ha sufrido la violencia doméstica (Fuente: El País, 18/2/02, p. 26). Por otra parte, ¿cuáles son los principales padecimientos relacionados con las condiciones de vida y de trabajo de los inmigrantes en la sociedad de destino? “Como todo acontecimiento de la vida (life event), la migración es una situación de cambio que no sólo da lugar a ganancias y beneficios, sino que también comporta toda una serie de tensiones y pérdidas a las que se denomina duelo [...] Los riesgos para la salud o para la integridad física no tan sólo comportan enfermedades o lesiones, sino también la puesta en marcha de procesos de duelo por lo que se ha perdido [...] prácticamente todo lo que rodea a la persona que emigra cambia: desde aspectos tan básicos como la alimentación o las relaciones familiares y sociales, hasta el clima, la lengua, la cultura, el status [...] Cuando la vivienda no dispone de las condiciones higiénicas adecuadas (o no hay siquiera vivienda), cuando se pasa frío, o cuando la alimentación es insuficiente o inadecuada, etc., todo ello puede dar lugar a enfermedades [...] A esto se ha de añadir el alto índice de accidentes laborales y enfermedades ligadas a las situaciones de irregularidad legal y explotación en la que trabajan muchos inmigrantes." (Atxotegui, 2000: 83-84-99) En base a la definición de salud propuesta por Weinstein (1989) como el conjunto integrado de capacidades biopsicosociales de un individuo o de un colectivo, capacidades cuyo desarrollo depende del conjunto de acciones específicas sobre la salud -programas médicos, ¿Les suena la frase? Seguro que a muchos nos recuerda al terrorismo de estado en Argentina durante la última (esperemos) dictadura militar. Se usaba esa y otra parecida: "Por algo será...". Kohan (2002: 97), traduce lo anterior construyendo una metáfora del "machismo nacional": "de un modo bastante argentino, el marido resuelve que la culpa la tiene la mujer". 48 Ejemplos tratados: 1) España no es el único país de la UE donde se producen accidentes laborales mortales: pero es el que detenta la tasa más elevada; 2) Idem con la desocupación; 3) España no es el único país del mundo donde se come cerdo: ¡pero cómo se come!; 4) España no fue el único país europeo gobernado por un partido neofascista en la década de 1990: pero es que el PP y Aznar... ¡son demasiado! 47 43 educacionales, culturales, sociales, recreativos o políticos- y de las condiciones históricas, socioeconómicas y culturales, se puede plantear que en las sociedades que componen la “Europa del Euro” actual, son los inmigrantes “extracomunitarios” sin papeles y sus familias quienes tienen menores posibilidades de desarrollar sus capacidades de salud: “Tras una revisión de los escasos estudios realizados en España sobre la situación sanitaria de los inmigrantes puede afirmarse que no existen perfiles de morbilidad marcadamente diferenciados respecto a la población autóctona; contra lo que algunos prejuicios pueden sugerir, la incidencia de enfermedades importadas (malaria, paludismo, etc.) es mínima. En cambio, gran parte de las consultas de la inmigración económica procedentes de países del sur están originadas por las condiciones de trabajo (heridas y golpes en la construcción, efecto de plaguicidas en labores agrícolas, etc.), de vida (alimentación y condiciones de vivienda inadecuadas) y de marco social de convivencia (enfermedades de transmisión sexual entre colectivos compuestos mayoritariamente por varones, que recurren a los servicios de prostitutas sin observar medidas profilácticas). Según Ugalde (1997), los patrones de morbilidad de esta población refleja, más que sus niveles de salud antes de emigrar, los problemas sociales que han de afrontar en su supervivencia cotidiana, que generan problemas de salud mental (estrés, miedo, ansiedad, etc.) y diversas predisposiciones psicosomáticas.” (Colectivo Ioé, 1999: 164) Si bien en diversos autores encontramos planteada la relación salud/enfermedad/condiciones de vida/reproducción social (Laurell, 1986; Franco Agudelo, 1986 y otros), E. Menéndez (1990; 1992; 1994) es quien aporta la definición de un concepto que se ajusta mejor al análisis que se propone. Para este autor, el proceso de salud/enfermedad/atención constituye un universal que opera estructuralmente en toda sociedad, y en todos los conjuntos sociales que la integran. La enfermedad, los padecimientos, los daños a la salud, son parte de un proceso social dentro del cual se establece colectivamente la subjetividad. Esto es, el sujeto, ya desde su nacimiento, se constituye e instituye a partir del mencionado proceso. Del mismo modo, autores que han contribuido al desarrollo de una epidemiología críticadialéctica latinoamericana (Almeida Filho, 1992; Breilh, 2003 y otros) reconocen la importancia de los factores socioculturales en el momento de abordar la salud/enfermedad como objeto-campo: “[...] La salud y la enfermedad envuelven una compleja interacción entre los aspectos físicos, psicológicos, sociales y ambientales de la condición humana y de atribución de significados [...] Salud y enfermedad son fenómenos clínicos y sociológicos vividos culturalmente [...], importan tanto por sus efectos en el cuerpo como por sus repercusiones en el imaginario: ambos son reales en sus consecuencias.” (De Souza Minayo, 1997: 12-13) La Antropología de la Medicina aborda el proceso de salud/enfermedad/atención dominantemente en el nivel microsociológico. Pero el enfoque relacional aquí adoptado implica abarcar las dimensiones políticas, culturales, ideológicas, sociales y psicológicas en el análisis, reconociendo que todo acto humano, como lo es el proceso de salud/enfermedad/atención, opera dentro de un marco de relaciones sociales que constituyen a los conjuntos sociales, más allá de la valoración de las mismas: “[...] colocar a los conjuntos sociales, a los sujetos sociales enfermos (y no enfermos: a la epidemiología sociocultural le interesa también la salud) dentro de la estructura social, 44 económico-política y cultural en la cual contraen las enfermedades, padecimientos y desgracias, los tratan, se curan, mueren […].” (Menéndez, 1990: 34) Podría decirse asimismo que la perspectiva de la Antropología de la Medicina aplicada como en este caso a los procesos migratorios, "[...] permite una cierta capacidad explicativa, al detectar una lógica que permite relacionar dichos procesos con las manifestaciones de morbimortalidad que presentan estas poblaciones." (Romaní, 2002: 501) Luego de esta breve introducción teórica-conceptual, analicemos dos casos concretos sobre la vinculación entre salud/enfermedad y condiciones de vida/de trabajo de los inmigrantes en España. 1. Cualquier persona que haya caminado por las calles del distrito de Ciutat Vella (Ciudad Vieja) de Barcelona, fundamentalmente por el barrio de Raval, puede inferir al menos tres cuestiones: primero, exceptuando la zona de Raval alto, la mayoría de la población que lo habita es de origen inmigrante (aproximadamente 45 %); segundo, buena parte de los pisos que estos habitan no se encuentran en condiciones de habitabilidad y saneamiento dignas, sino más bien de hacinamiento; y tercero, las pequeñas calles del corazón del barrio constituyen potenciales focos infecciosos debido a la concentración de basura y suciedad que las caracteriza. Ante semejante estado de cosas, la incidencia de la tuberculosis, una de las llamadas enfermedades de la pobreza, va en aumento: Como puede observarse en el gráfico que se presenta a continuación, el porcentaje de casos de tuberculosis aumentó significativamente en inmigrantes a partir de 2000. Porcentaje de incidencia de tuberculosis en inmigrantes. Barcelona (1998-2001) 0,25 22,0% 22,6% 0,2 14,5% 0,15 10,0% 0,1 0,05 0 1998 1999 2000 oct 2001 Fuente: Institut Municipal de Salut Pública, 2001. La Salut a Barcelona. Ajuntament de Barcelona. Es importante asimismo señalar que España se sitúa a la cabeza de la UE en tasas de mortalidad por tuberculosis. En Cataluña se producen 30 casos de tuberculosis cada 45 100.000 habitantes, mientras que de cada tres inmigrantes que mueren uno es por tuberculosis. Por su parte, y tal como se refleja en el cuadro que se presenta a continuación, en Barcelona la tasa es de 37,5 casos por 100.000 habitantes, pero en el distrito de Ciutat Vella la misma se eleva a 174 casos, cifra comparable a la de muchos países del “Tercer Mundo”.49 (Fuente: Instituto Municipal de la Salut) Tasas diferenciales de incidencia de tuberculosis por 100.000 habitantes. Ciudad de Barcelona y distrito de Ciutat Vella 174 180 160 140 120 100 80 37,5 60 40 20 0 Barcelona distrito de Ciutat Vella Fuente: Institut Municipal de Salut Pública, ob.cit. Según recomendaciones del Instituto Municipal de Salut Pública (IMSP), más que asociar tuberculosis con inmigración (del mismo modo que se relaciona esta última con delincuencia) el fenómeno remite sobre todo a las condiciones de pobreza y marginación en las que los inmigrantes viven. Es baja la probabilidad de que una persona que habita en Sarriá, uno de los barrios más ricos, ubicado en la parte alta de la ciudad, contraiga la enfermedad. La tuberculosis ataca a organismos con defensas deficitarias y mal alimentados. Por lo tanto, no se trata solamente de una enfermedad “importada” por los inmigrantes, sino que mayoritariamente se la contrae aquí, en contextos urbanos con un status de vida de “Cuarto Mundo”, en los cuales existen altos grados de patrones de exposición para las personas que los habitan (en su mayoría inmigrantes): “En este barrio [por Raval] hay una incidencia de la tuberculosis muy alta, que no tiene nada que ver con el resto de Barcelona. Tenemos mucho cuidado con los inmigrantes porque viven en unas casas con muy malas condiciones, de hacinamiento, además no comen bien, la alimentación no es la correcta, es decir que las condiciones de vida que Para tener una aproximación comparativa tenemos que en Argentina durante 2003 se produjeron un total de 12.258 casos de tuberculosis, de los cuales la mitad correspondían solamente a la ciudad y a la Provincia de Buenos Aires. (Fuente: Ministerio de Salud y Ambiente y OPS, ob. cit.) 49 46 tienen potencian el desarrollo de la enfermedad.” (Montse Salgado, médica del CAP de Drassanes) 2. A partir de la trayectoria migratoria de Notcher, un fula50 senegalés que actualmente reside en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona, lugar donde lo entrevisté en sesiones múltiples durante septiembre-noviembre de 2001, es posible acercarnos a algunos de los aspectos más relevantes sobre la relación entre las condiciones de vida y de trabajo y la situación de salud de los inmigrantes “extracomunitarios” en España. Desde un abordaje histórico-estructural que permita relacionar variables materiales contextuales con las experiencias, percepciones y representaciones de los propios sujetos, resulta idóneo centrarse en el ámbito específico de la salud laboral, reconociendo las condiciones de vida y las características del proceso de trabajo como determinantes en el desgaste de la salud, como fuentes de enfermedades y como agentes importantes de influencia en el cuadro de morbilidad de los trabajadores (Laurell, 1987, 1993, coord.). Considerar la salud laboral como relación social desde una perspectiva holística-relacional abarca varios aspectos. Como parte del análisis de la forma en que las condiciones de vida y de trabajo se expresan en los procesos de salud/enfermedad/atención de los trabajadores inmigrantes, resulta necesario enfocar la relación trabajo-salud desde la dimensión política. En el caso abordado, el del espacio social del Poniente almeriense, es preciso dar cuenta de la situación en la que los inmigrantes realizan el trabajo en los invernaderos, esto es, sin las mínimas condiciones de legalidad migratoria-contractual, como una especie de masa informal excluida de la ciudadanía. En este sentido, los relatos de Notcher, sumados a una serie de estudios realizados sobre esta problemática, me han posibilitado aproximarme a una indagación en torno al ámbito de la salud laboral de los inmigrantes en España como relación social, de acuerdo a la variable de "riesgo para la salud", desde una perspectiva de totalidad aplicada a los siguientes indicadores generales: el escenario productivo agroindustrial del Poniente almeriense (condiciones de vida insalubres); los factores de riesgo laboral en los invernaderos (condiciones de trabajo); y las condiciones particulares de acceso de los trabajadores inmigrantes a la atención sanitaria. Mediante un enfoque holístico-relacional se analiza, en el contexto histórico-social del que se trata, la forma en que este conjunto de factores transforman la situación en un proceso destructivo/deteriorante de carácter permanente en la salud/enfermedad de las personas. En relación al caso tratado, el del Poniente almeriense, a las condiciones de esfuerzo físico en las que se realiza el trabajo y a las altas temperaturas que se intensifican bajo el plástico que recubre los invernaderos, hay que agregarle un factor que según distintos estudios (Servicio Andaluz de Salud, 1992; CITE, 1992; Parrón et. al., 1992; Asociación para la Prevención de Accidentes, 1999) produce daños, en muchos casos irreparables, en la salud de los trabajadores: el uso de plaguicidas, pesticidas, fertilizantes y otros productos fitosanitarios, sin las medidas adecuadas exigidas por las normas de seguridad. Según las Los peul son una etnia originaria de Senegambia, región natural formada por los dos países que le dan su nombre (Senegal y Gambia). La misma coincide también con un área etnolingüística, en la que comparten orígenes históricos y culturales los pueblos nómadas peul, fula y tukolor, así como los antiguos imperios “medievales” de Malí (los mandingas) y de Ghana (los saraholes). Conviven además wolof (la etnia mayoritaria de Senegal), djolas, akus, manjakos, bambaras, y pueblos pescadores serer. (Kaplan, 1998) 50 47 recomendaciones sobre la aplicación de pesticidas, venenos químicos que se utilizan para matar plantas (herbicidas), hongos (fungicidas) e insectos (insecticidas), deben utilizarse los siguientes medios de protección personal: guantes de goma, botas de goma, gorra, gafas de protección, ropa que no deje al descubierto partes del cuerpo y mascarilla respiratoria con filtro químico. (Asociación para la Prevención de Accidentes, ob. cit.: 31) Vale subrayar que la exposición a sustancias tóxicas por parte de los trabajadores en los invernaderos, lejos de constituir una relación de externalidad eventual, constituye un elemento inherente a los patrones de exposición permanentes en el modo de vida y de trabajo descritos. Por lo tanto, más que de “exposición” podría hablarse de “imposición”. Lo mismo sucede respecto a la intoxicación: el objeto de estudio “proceso de intoxicación por sustancias tóxicas en los invernaderos del Poniente almeriense”, requiere -como se ha tratado más arriba- de una comprensión integral del conjunto de factores interactuantes en un contexto sociopolítico particular, todo lo cual determina el proceso analizado. La exposición a dosis bajas de intoxicación por estas sustancias, prolongada en el tiempo, puede no llegar a provocar efectos ostensibles inmediatos en la persona, pero en cambio genera un proceso fisiopatológico que puede ir destruyendo algunos órganos vitales (hígado, riñones, médula ósea, glándulas endocrinas y gónadas, etc.), así como producir una fuerte neurotoxicidad que deteriore el sistema nervioso a largo plazo o actuar como promotores o detonantes de cáncer. (Breilh, ob. cit.: 255) (El destacado es mío.) Además, existen otros factores que potencian los problemas de salud de los trabajadores en el contexto descrito: la deficiente alimentación e ingestión de líquidos y la carencia de agua en muchas de sus viviendas que impide un cotidiano y completo aseo corporal. Siguiendo la misma línea de análisis sobre la relación entre salud/enfermedad y condiciones de vida, y como parte de la relación de hegemonía y subordinación que se produce en la zona del Poniente almeriense, vale apuntar que los dueños de los invernaderos son al mismo tiempo propietarios de las viviendas (llamados "cortijos") que alquilan a los trabajadores inmigrantes, los cuales en su mayoría están situadas cercanos a los campos donde se trabaja. Los dueños de los invernaderos alquilan a los trabajadores estas edificaciones precarias, además de, en muchos casos, utilizarlas también como depósitos de abonos, fertilizantes, pesticidas y otros instrumentos del trabajo agrícola, a pesar de que todas las recomendaciones de seguridad en la agricultura apuntan a que los pesticidas, plaguicidas y otros productos fitosanitarios deben almacenarse en recintos con buena ventilación, destinados exclusivamente a ese fin. Paralelamente, Martínez Veiga (ob. cit.: 151) señala que la carencia de facilidades para el baño (desde ya, no existe el agua caliente) representa un grave problema para estos trabajadores en tanto que los efectos nocivos de los insecticidas, pesticidas y herbicidas se producen por su absorción a través de la piel. Dichos efectos se reducen con el lavado y se acentúan sin él. Por lo tanto, es fácil inferir los probables problemas de salud para los habitantes de los cortijos, derivados de la situación descrita. Por otra parte, en un estudio realizado por CITE (1992: 7), se evidenciaba que 75% de estas viviendas carecían de agua corriente; 70% de servicio higiénico; 15% de gas; 79% de electricidad; y 95% de calefacción y refrigeración. Seis años más tarde, en 1998, el “Informe sobre la situación de los/las inmigrantes en Almería” elaborado por la ONG Almería Acoge y los sindicatos CCOO y UGT, cifraba en 55% las viviendas sin agua 48 corriente; 57% sin baño y 31% sin electricidad. Por su parte, el Defensor del Pueblo Andaluz sostuvo en su informe 2000 que entre 60 y 80% de estos alojamientos son “infraviviendas”. Tras haber trabajado y vivido durante dos años en el Poniente almeriense, en términos generales Notcher considera que él ha tenido suerte, sobre todo si se compara a sí mismo con otros de sus compañeros: “Nunca tuve enfermedades o cosas más serias durante esos dos años en Almería, pero los otros senegaleses con los que yo vivía siempre, cada día, tenían un mal. Yo conocí mucha gente ahí en Almería que se tuvo que operar de hernia discal. Mucha gente. Y ninguno puede trabajar más. Uno está aquí viviendo conmigo, en Barcelona, otro está en Soria, otro en Almería pero no trabaja, vende en la calle. Uno tuvo cáncer de garganta, y no fumaba. Al principio él pensaba que era un mal, un dolor que se le pasaría. Fue muchas veces al hospital más grande de Almería para que lo vieran pero nadie nunca lo atendió porque no tenía papeles. Un día, desesperado, pudo hablar con un médico y le explicó sinceramente todo lo que le pasaba y lo que necesitaba. El médico lo revisó y le dijo: ´Tú seguro que estás muy enfermo. Voy a mandarte a Almería`. En Almería le dijeron que tenía un cáncer, un cáncer de garganta. Cuando regresó a su casa de vuelta todavía no sabía bien lo que era un cáncer. Fue preguntando poco a poco y le fueron explicando. Y le agarró el pánico. Quería volver a Senegal para morir allí. Los médicos le aconsejaron que se quedara aquí porque se cura mejor que allí. El se fue a Senegal por dos meses y regresó. Un día, mi amigo me explicó lo que hacía en el invernadero. Eran muchos polvos insecticidas que se mezclaban para ponerlos sobre las plantas con las manos, sin guantes ni protección en la boca. Esto es lo peor que había en Almería. Yo lo he hecho sólo dos veces con mi jefe y luego le dije que esto ya no lo tocaba más. Cada vez que lo hice me puse mal de la garganta por lo menos una semana. Estos polvos insecticidas le han hecho el cáncer a este amigo, porque él era el único que lo hacía en el invernadero donde estaba trabajando, y porque se lo dijeron los médicos. Lo que uno pasa ahí, realmente, no es fácil de contar y de que lo entiendas si no lo vives, si no lo sientes. Almería te deja su firma, una marca para toda la vida”. (Notcher) (El destacado es mío.) El proceso de trabajo en el Poniente almeriense, como eje fundamental del modo de vida de los trabajadores inmigrantes en un escenario particular, constituye un proceso destructivo/deteriorante que determina sus procesos de salud/enfermedad/atención en la sociedad de destino. En este sentido, se ha enfatizado en la necesidad de un abordaje integrador, desde una perspectiva holístico-relacional, que tenga en cuenta el análisis de la salud laboral como relación social, y en el que se incluyen también factores históricos, geográficos, ecológicos y culturales como parte del estudio del proceso de salud/enfermedad de los trabajadores. El que la existencia de un conjunto social específico (los inmigrantes extranjeros del Poniente almeriense) se desenvuelva en contacto directo y permanente con sustancias tóxicas y contaminantes en la unidad de producción (el invernadero), está determinado por las condiciones laborales y sociopolíticas del contexto, que los sitúa en una posición de subalternidad caracterizada por una situación de exclusión social y política y de marginación. Es decir que los procesos destructivos/deteriorantes que afectan la salud/enfermedad de los trabajadores aparecen como inseparables -volviéndolos aún más vulnerables- de los factores contextuales. 49 Ser inmigrante no es una enfermedad. Pero ser trabajador inmigrante en el contexto sociopolítico actual de España supone también enfermar. Enfermar durante el trayecto migratorio y como consecuencia de las condiciones de vida y de trabajo en el país de destino. Enfermar en una cultura y una sociedad distinta a la propia de origen. Enfermar y estar lejos de su tierra, de su familia, de los seres queridos, angustiado, sin afectos y sin recursos. Enfermar y que el mal no pueda atenderse por la restricción de una ley. Enfermar y no poder comunicárselo al médico. Enfermar y que el médico no comprenda al “enfermo”, no interprete su padecimiento, malestar o dolencia como parte de un fenómeno sociocultural humano. 50 IV. LA CRIMINALIZACIÓN DE LA INMIGRACIÓN: acerca del "problema" de la inmigración en España... o cómo convertir un fenómeno histórico-social humano en "problema" “Empezó una discusión general. Lo extraño es que la posibilidad de que yo fuese un Dinosaurio no se tenía en cuenta; la culpa que se me achacaba era la de ser Diferente, un Extranjero y por lo tanto Sospechoso; y el punto debatido era en qué medida mi presencia aumentaba el peligro de una vuelta eventual de los Dinosaurios”. (Italo Calvino, 1994: Memoria del mundo y otras cosmicómicas. Madrid: Siruela. p. 76) La cuestión de la integración de "otros" ("extranjeros", "extraños", "forasteros", etc.) al espacio territorial, sociocultural y político del "nosotros" (en este caso los "autóctonos", "nativos", en suma, el "ser nacional español") concebido como un "organismo" societal con un ordenamiento moral, jurídico, religioso y estructural particular, puede asimismo abordarse desde la traspolación de la metáfora de "la casa tomada" (extraída del cuento Casa Tomada de Julio Cortázar, 1951) y que, a grandes rasgos, para el caso del que se trata, supone lo siguiente: los sectores de poder triunfantes que emergieron de la guerra civil (1936-1939) en España (militares, jerarquía eclesiástica, grandes latifundistas del campo, clase política dirigente franquista, etc.) se asumieron como lo "Uno". Lo Uno fue anteriormente, desde entonces y hasta la actualidad, lo esencial, lo primero, lo indivisible y lo bueno para España. Lo Uno se propuso el exterminio de los "Otros" para su objetivo de control, dominio y exclusión (en ningún caso su inclusión, incorporación o integración). Lo Uno, con distintos disfraces y una serie de matices (dictadura o monarquía) fue siempre lo Uno: el Poder. Los otros tuvieron en la historia de España diversas encarnaciones: fueron los moros, las brujas, los judíos en la baja Edad Media; los gitanos y los indios americanos después. Los anarquistas, “el enemigo rojo invasor”, los republicanos, los liberales, los independentistas catalanes y vascos, etc. durante el siglo XX y los nuevos migrantes extranjeros "ilegales" de hoy, quienes aparecen como los más recientes otros que amenazan con aquello de “tomar la casa” (o, en el caso de los "moros", de retomarla). Según Feinmann (ob. cit.: 24, 31) el señalamiento del otro absoluto, del enemigo, del Mal, apunta al sujeto en el que se visualiza el elemento negativo, en el que se condensan todas las desgracias de la Nación (el "chivo expiatorio"). Ante esto, es necesario organizar la violencia contra un "mal que se propaga", contra los infiltrados que subvierten los valores de la sociedad, que atentan contra una pureza esencial: de la raza, de la identidad, de la tradición... porque se los ve como parásitos, se los asume como peligrosa escoria para el Uno. De esa forma considerarán siempre los fascismos al diferente: y todo fascismo se siente dueño de la patria y de su tradición. Cree que el Otro, siempre, viene a arrebatarle el presente y es, asimismo, la negación del pasado. A manera de aproximación comparativa, se puede trazar un paralelismo con Argentina, aunque reconociendo siempre la especificidad inherente al contexto histórico y sociopolítico de cada país. Así puede verse cómo el genocidio de los pueblos indígenas primero, y de gauchos después, a diferencia del western yanqui, no se implementaron con un criterio de colonización, de incorporación de tierras y fuerza de trabajo a una economía capitalista. Sólo se trató de 51 exterminar a todo aquel que se opusiera -o fuese diferente- a las ambiciones de hegemonía y dominación de las oligarquías de Buenos Aires. No se perseguía construir un país y que los otros se convirtieran así en los efectos colaterales del "progreso y el desarrollo" (todavía hoy nos preguntamos: ¿cuál?); sino directamente, lo que buscaban era exterminar a un enemigo y poseer fortunas y tierras improductivas (los grandes terratenientes y sus latifundios).51 (Feinmann, ob. cit.: 224). Ese fue el criterio "civilizador" de la elite: aplicar la higiene social, realizando la "necesaria limpieza" étnico-cultural, a través del exterminio, el aislamiento o el destierro de los "otros": indígenas, gauchos, anarquistas, inmigrantes, multitudes, etc. Según la simplificadora interpretación militar-organicista de la historia de nuestro país, "dos fuerzas chocaron en la formación de la argentina: una caótica, irregular, desordenada (la de las montoneras); otra sistemática, regular, planificada (la del ejército)". (Kohan, 2002: 38). Considerar a la sociedad dividida en dos bandos es pensarla desde la guerra. Para los sectores sociales y las personas que los componen que han adherido a este pensamiento, la victoria será siempre "de los argentinos" (léase "los argentinos bien nacidos" o "los buenos argentinos"). Vale recordar que la racionalidad de esta frase, que se remonta a la época de unitarios y federales52, pasando por las dicotomías "civilización/barbarie" y "nacional/extranjero", estará presente en la historia de nuestro país en lo sucesivo, llegando hasta nuestros días. Uno de sus más fieles representantes fue Roca, militar genocida de pueblos indígenas desdoblado a político... sí, el de los billetes de 100 pesos, el que, siendo presidente en 1900, firmó el decreto por medio del cual se eliminaban las estrofas del himno nacional argentino consideradas ofensivas para los españoles, por aquellos tiempos convertidos en la segunda colectividad de inmigrantes y con creciente poder acumulado. Roca, el representante, encontró la manera de ir moldeando un interés común con los que serían los grupos oligárquicos del interior. Desde el primer día como nuevo presidente, tuvo claro que la violencia legitimada en el Estado era la única manera de sostener el proyecto que sustentaba. De esta manera lo expresaba: “Necesitamos paz duradera, orden estable y libertad permanente; y a este respecto lo declaro bien alto desde éste elevado asiento para que me oiga toda la República entera (…) en cualquier punto del territorio donde se levante un brazo fratricida, o en que estalle un movimiento subversivo contra una autoridad constituida, allí estará todo el poder de la Nación para reprimirlo”. (Botana, 1977: 35) Feinmann (ob. cit.: 46) plantea que los violentos siempre encuentran la legitimación de su violencia negando la humanidad del agredido, negándole al Otro su condición de ser humano. Desde el "piojoso judío" a "el tumor subversivo" (hasta el "moro de mierda" en el caso español), nunca el que padece violencia es considerado por su verdugo como perteneciente a la condición humana. Desde una perspectiva similar, por ejemplo, puede analizarse cómo el movimiento sindical de principios del siglo XX en Argentina no era más que un factor de desorden y perturbación La elite argentina consideraba a los indígenas como una “raza moribunda” y “bárbara”. El proyecto inmigratorio de construcción étnica de la Nación no les reservaba ningún lugar. Aquellos que sobrevivieron al genocidio, terminaron confinados en el espacio de las misiones, de las reservas. Su cultura fue congelada en el museo; sus rostros fueron fijados sobre la placa fotográfica y catalogados. Fueron los misioneros quienes celebraron este rito fúnebre. La Patagonia, tierra mítica, se vació de sus habitantes autóctonos. (Scarzanella, 1999: 12) 52 "En nuestro país ganaron los unitarios, y no importa que digamos república federal [...] Quilmes es Quilmes, pero por encima de Quilmes está La Plata, y por encima de La Plata, está la Capital". (Kohan, ob.cit.: 108). 51 52 para la elite dirigente, promovido por agitadores extranjeros que repetían aquí sin fundamentos una propaganda surgida en realidades muy diferentes a la nuestra y que utilizaban las huelgas como gimnasia revolucionaria. Se trataba entonces, fundamentalmente, de un problema de policía. Por lo tanto, había que controlar la inmigración y expulsar del país a aquellos que minaban su seguridad y bienestar (los inmigrantes "indeseables").53 (Del Campo, 1989: 240) Ese fue justamente el objetivo de las leyes de Residencia (1902) y Defensa Social (1910). La primera de ellas, según palabras del por entonces presidente Roca, buscaba "excluir del territorio nacional a los extranjeros que sólo traen a él el propósito de perturbación o conmoción social y los de no contribuir a ninguno de los fines de la comunidad civilizada". La segunda de las leyes, por su parte, prohibía la entrada al país y decretaba la expulsión de anarquistas, negaba el asociacionismo libertario y endurecía las penas por delitos tipificados como de terrorismo. (Scarzanella, 1999: 98-99) Resultó que la imagen del inmigrante en la sociedad argentina fue transformándose desde los inicios de la política pro-inmigratoria (1853) en adelante. Uno de los trabajos citados más arriba, el de Scarzanella (1999), analiza de forma notable las dimensiones de ese proceso: "De la simpatía por los extranjeros, juzgados más trabajadores, ahorradores y cultos que los nativos, se pasa a la desconfianza. Las virtudes se transforman en defectos: los recién llegados pasan a ser ávidos, materialistas, introductores de ideas peligrosas [...] El caos ciudadano se imputaba a los inmigrantes. Era fácil identificar para cada uno de los problemas a un protagonista extranjero: judíos (o rusos) para la prostitución, españoles e italianos para el homicidio y la violencia política, uruguayos (orientales) para el alcoholismo y las peleas". (Scarzanella, ob. cit.: 9-10) Tal como queda reflejado en el párrafo de arriba, se utiliza como argumento "antiinmigrante" fundamental, sostenido desde la antropología criminal lombrosiana, la vinculación -con su correspondiente estereotipación clasificatoria- entre inmigración y aumento de la criminalidad y la delincuencia.54 De esta forma, la elite oligárquica porteña y la clase dirigente evaluaban durante la primera década del siglo XX la presencia de una inmigración indeseada, "enferma" y "peligrosa", misma que podía llegar a comprometer lo que ellos consideraban la conformación de una "sana y robusta raza argentina” (el "ser nacional"; el "buen argentino", etc.). Esta misma perspectiva racista fue consolidándose en un sector de la sociedad argentina y proyectándose en el tiempo hasta nuestros días. Vemos así como, por ejemplo, en la Es notable la forma en que la elite parlamentaria de aquella época utilizaba el método hipotético deductivo, fundante del positivismo hegemónico, para construir la alteridad ("lo extranjero") como negación ("los nadie"), y así excluirla en contraposición a "lo nacional". Wolfsun (2003: 169) lo ejemplifica: Los terroristas, por definición, no son argentinos; Los terroristas (léase extranjeros) son nadie; Los terroristas (léase extranjeros) están fuera de la ley. 54 Según las estadísticas recopiladas por Lombroso, Ferri y Colajandi, entre otros representantes de esta corriente de pensamiento positivista, la “raza latina” resultaba altamente predispuesta al homicidio. Los italianos, en particular, ostentaban la triste primacía de 13,4 homicidios cada cien mil habitantes, contra tres de los otros países europeos. Uno de los discípulos de Lombroso de este lado del charco, el profesor Moyano Gacitúa, docente de Derecho Penal de la Universidad de Córdoba, sostuvo al respecto en 1905: "La ciencia nos enseña, pues, que junto con el carácter emprendedor, inteligente, desprendido, inventivo y artístico de los italianos, viene el residuo de su alta criminalidad en la sangre". (Scarzanella, ob. cit: 35) 53 53 segunda década del siglo XX existió la Liga Patriótica Argentina, organización políticoparamilitar formada por jóvenes representantes de la oligarquía patricia criolla: familias tradicionales, de raíz hispánica-colonial y católica (fundamentos de la nacionalidad), vinculadas a los poderes militares (mismos que, a través del ejercicio de la violencia, deben asegurar la continuidad de la tradición). El golpe de Uriburu de 1930 contra Yrigoyen, como ascenso de este sector al Poder del Estado, no sólo inauguró la modalidad golpista en nuestro país sino también su conceptualización y la de todos los golpes posteriores. En este sentido, para Uriburu y la ideología que representaba, la Nación venía formándose desde los muy hispánicos y católicos tiempos de la Colonia. Yrigoyen, por el contrario, presidente depuesto, representaba "la chusma inmigrante (europea), dominada por ideas anarquistas y ateas". (Feinmann, ob. cit.: 31). De esta forma, un conflicto social y político es transformado en un problema moral y biológico: la "chusma" inmigrante, las "multitudes argentinas", representaban un quiste doloroso en el cuerpo social. El extranjero, considerado el "afuera de la cultura", era inscripto como una subjetividad constituida en el polo de la alienación y la delincuencia (Ferrás, 2003: 139): "En una sociedad en la que debido al papel hegemónico del discurso de los intelectuales positivistas y de los médicos higienistas, se apelaba constantemente para su descripción y/o análisis a la metáfora del organismo, el conflicto social no podía dejar de ser leído de acuerdo con parámetros de la enfermedad." (Ferrás, ob. cit.: 144) Posteriormente, durante el desarrollismo peronista (1945-1955), el ascenso, la proletarización y el protagonismo de la clase trabajadora potenció el racismo inherente a la oligarquía argentina. El fenómeno de industrialización durante esta etapa generó grandes migraciones internas de trabajadores del campo a las ciudades más importantes (Buenos Aires, Córdoba, Rosario), a quienes se los empezó a llamar, despectivamente, “cabecitas negras”. Veinte años después, la alianza golpista que usurpó los poderes del Estado, integrada por oligarquía-imperialismo yanqui-iglesia-militares etiquetaba como “rojos”, “zurdos”, “comunistas”, “subversivos”, “terroristas” a todo aquel diferente. Diferente en cuanto a ideología, pensamiento, estética, anhelos, gustos... y como los diferentes eran muchos y amenazaban el status quo, se los combatió aplicando el terrorismo de estado y produciendo un genocidio. De esta forma, "subversivo" fue todo lo que atentara contra el "estilo de vida argentino" o contra el "ser nacional" como absolutos indefinibles. Por eso, "subversión" podía ser cualquier cosa.55 El golpe militar de Videla, Massera y (la) Cia., utilizó contra los "malos argentinos" esta lógica, fundamentos y valores en el discurso, aunque con un cinismo en los métodos y acciones nunca antes conocidos, que despojó las atrocidades cometidas de toda racionalidad posible. En relación a lo anterior, Feinmann (ob. cit.: 98) subraya que una de las características del terrorismo de estado es la a-tipificación del delito: nadie sabe qué habrá de convertirlo en culpable. Nadie sabe los motivos de la culpa o la inocencia, ya que estos motivos no están tipificados. Y no lo están porque el Estado terrorista los reserva para su exclusivo arbitrio. Serán culpables -o potencialmente culpables- los que el Estado decida que lo son y por las razones que el Estado decida. 55 54 Pasaron otros veinte años para que el racismo y la discriminación en Argentina se trasladen, esta vez bajo el manto y la legitimación del sistema político democrático, contra los inmigrantes de los países limítrofes más pobres: Bolivia (“bolitas”), Perú (“perucas”), Paraguay (“paraguas”), continuando vigentes –y muy extendidos- hasta nuestros días, como uno de los “males” (es decir, chivos expiatorios) que siguen “provocando” el profundo deterioro de la situación socioeconómica y política argentina. Retomando el caso de España, el Colectivo Ioé-UGT (2001: 149) sostiene que: "[...] la historia de los dos últimos siglos podría abordarse como resultado de la tensión existente entre los esfuerzos desarrollados por uniformar el mundo normativo y de valores de la población, y las resistencias a esa homogeneización [...] El resultado es que se lleva a cabo una política de asimilación a la cultura dominante. Como venía ocurriendo con muchas minorías y movimientos de resistencia del propio país, [...] el rodillo de las normas y criterios establecidos homogéneamente por el Estado (a través del sistema educativo, los medios de comunicación, el trato de favor a la confesión religiosa mayoritaria, las pautas familiares propias, etc.) tiene por efecto discriminar las culturas diferentes". Sin ir más lejos, desde su asentamiento en la península ibérica (siglo XV) el pueblo gitano ha sido discriminado, marginado y perseguido a partir de su diferencia. Del mismo modo, se reconoce aquí que una parte de los catalanes, así como de vascos, y en menor medida, gallegos y canarios, consideran sus respectivas “casas tomadas” por el “Uno español monárquico”. Del otro lado, es interesante detenerse también en el fenómeno de racismo y tratamiento despectivo del que fueron objeto muchos trabajadores migrantes internos, sobre todo de Andalucía y Extremadura (los llamados "charnegos") hacia algunas regiones de Cataluña, fundamentalmente durante la década de 1970. En ese contexto, aquello bien pudo interpretarse como un intento de "españolización" por parte del gobierno franquista sobre esta minoría cultural dentro del Estado español. En este sentido, actualmente podría pensarse, a su vez, a los distintos colectivos de inmigrantes extranjeros como minorías culturales dentro de Cataluña. 55 Graffiti en un muro de la c/Vistalegre, barrio Raval, Ciutat Vella, Barcelona Un último apunte al respecto: cuando las diferencias dentro de un Estado, como el español, por ejemplo, su variabilidad cultural y étnica, se presentan por el poder central como un intento de "división nacional", de balcanización (como se ha hecho con los vascos sobre todo, y en menor medida, con los catalanes, gallegos y canarios), se está aplicando la metodología de "gobernabilidad" que subyace a la teoría del enemigo interno: la unidad, la libertad, la juricidad y la paz social se ven amenazadas; justificación suficiente para la represión. La incomprensión absoluta constituye el rechazo integral de las razones y verdades del Otro. Y la violencia, llevada a su extremo en la guerra (frontal, declarada o de baja intensidad), consiste en la conceptualización del Otro, del diferente, como enemigo. (Feinmann, ob. cit.: 203, 244) 56 1. Estado, hegemonía y control social en las sociedades europeas actuales. El Control Social Activo (Mellosi, 1992) característico de las democracias burguesas europeas post-Segunda Guerra Mundial está basado en un mayor desarrollo de la “comunicación” (característica intrínseca y necesaria de un sistema democrático). El control social, entonces, produce comportamientos en vez de prohibirlos. El panóptico impulsado desde una estrategia central, explotó en partículas que abarcaron los diferentes niveles de la estructura social, asumiendo distintas formas y en diferentes grados. Las instituciones panópticas cedieron espacio a la administración cotidiana de la población en su conjunto. De esta manera, así como la cotidianidad de los sujetos es el campo de acción microscópico del control social, la subjetividad de los mismos es la materia prima a moldear. La obra de Foucault, particularmente en Vigilar y Castigar (1986), centra la atención en el aspecto proactivo del poder, es decir, no en la capacidad de inhibir las conductas y los comportamientos, sino en la de generar motivaciones para la identidad y la acción, entre otras cosas. Las motivaciones positivas son instrumentos de poder potencialmente mucho más vigorosos que las amenazas (las sanciones negativas). Por un lado, nuestros deseos, nuestras elecciones morales, la identificación con ciertas imágenes, son formas mediante las cuales se nos intenta controlar. Por otro lado, y para asegurar la obediencia y la subordinación, es necesario introducir en el tejido social un conjunto de dependencias, contradicciones y alarmas que provoquen el deseo de las leyes, la justicia y la presencia de la autoridad. (Trinidad, 1993) La hegemonía, en el sentido que le asignó Gramsci56, al contrario de la simple coerción de arriba hacia abajo, busca legitimar la explotación, las desigualdades, las injusticias. Partiendo de esta premisa, es posible reconocer una lógica de las estrategias dirigidas a hegemonizar las condiciones de percepción social sobre determinados fenómenos sociales. La hegemonía no es sólo que unos manden, sino, además, y sobre todo, que el resto se esfuerce por obedecerlos. De esta manera, el éxito del sistema normativo será alcanzado cuando la opinión pública resulte lo suficientemente fuerte como para condenar y castigar moralmente. O también, como se verá más adelante a partir de ciertas agresiones racistasxenófobas sucedidas, incluso físicamente por sí misma. En ese sentido, es posible comprobar la manera en que las formas de moralidad, los códigos de derecho y los conceptos ideológicos constituyen poderosas fuerzas en la historia de la humanidad que definen las diferentes formas y grados de opresión. Por eso, a pesar de ciertas creencias que nos inculcaron desde siempre en la historia de nuestro país sobre las bondades del "Primer Mundo Civilizado", luego de vivir seis años en él, he comprendido que hasta el significado del concepto de "libertad" es relativo (por no decir que todo lo es desde Einstein en adelante). Quiero decir que también en estas sociedades, cuando el castigo simbólico no Gramsci (1984) le asignó una importancia fundamental al concepto de hegemonía, en el sentido de que permite recuperar el análisis sobre los procesos ideológicos poniendo el énfasis en el consenso como construido a partir de complejos mecanismos mentales (conscientes y no conscientes), relacionados interdependientemente con los procesos socioeconómicos y políticos. 56 57 alcanza para ejercer el control social, en momentos en que la hegemonía se ve cuestionada, el Poder no duda en utilizar la fuerza.57 Entre los elementos para afianzar la hegemonía se encuentran las censuras sociales. Sumner (1994) plantea que las mismas tienen un carácter claramente moral y político, y puesto que simbólicamente representan la corrección y el mérito frente a la equivocación y el peligro, son a la vez una justificación para las actuaciones represivas contra el infractor y un intento de educarlo en los hábitos o formas de vida deseadas (podría decirse también: en un determinado "estilo de vida"). El hecho de estar frecuentemente vinculadas a principios morales les concede un potencial político en relación a la lucha por la hegemonía: el deseo de permanencia, la seguridad, el miedo a lo cambiante, la búsqueda de fijezas y absolutos, el consumismo, el individualismo, la competencia, entre otros elementos, forman parte de un estilo de vida podría decirse- dominante por estos tiempos de la globalización neoliberal postmoderna entre buena parte de los ciudadanos europeos, en este caso, españoles. El estilo de vida de los gitanos, los musulmanes, los africanos, pero también del vagabundo, la prostituta, el bohemio, etc., son mal vistos por distintas causas, motivos y razones, pero todas ellas por tratarse de estilos de vida diferentes. "Gitano", "moro", "sudaca", "negro", etc. en el contexto español actual, representan censuras sociales que tienen el potencial de movilizar a las fuerzas del orden; orden y moral contra determinados sectores de la población.58 Para Sumner (ob. cit.), si bien a menudo las censuras son presentadas en términos legales, técnicos o universales como meras descripciones, constituyen en realidad calificaciones valorativas sobre lo que esencialmente es un conflicto político-moral. La función general de la censura, de esta forma, es dotar de significado, denunciar y regular: se distingue lo desviado, lo patológico, lo peligroso y lo delictivo de "lo normal y lo bueno" (lo hegemónico). De esta manera, se etiqueta y se estigmatiza.59 Un ejemplo de ello fue la muerte de Carlo Giuliani, joven italiano de 23 años asesinado por el disparo de un carabinieri durante las manifestaciones contrarias a la cumbre de julio-2001 del G8 en Génova. El policía le disparó directamente a la cabeza y Carlo cayó fulminado. Acto seguido (por si las moscas), le pasaron por encima con el jeep policial al cuerpo muerto. Años más tarde, la justicia italiana declaró al asesino inocente, alegando que había actuado "en defensa propia". 58 De la misma forma, en la Argentina de la inmigración masiva, en los albores del siglo XX, se utilizó una denominación imprecisa respecto a los grupos étnicos: rusos, turcos, napolitanos o, en general, gringos, fue el indicador de un prejuicio que igualaba a los individuos diversos, clasificándolos en categorías vagas y sospechosas, en censuras sociales. En el caso de los italianos, por ejemplo, el estigma se basaba en una predisposición biológica y racial a la deshonestidad y la violencia. (Scarzanella, ob. cit.: 10, 37) 59 Entre los instrumentos que la tecnología digital ha incorporado a las técnicas de control social en las sociedades “desarrolladas” se encuentran las cámaras de video, cada vez más presentes en el paisaje urbano de las ciudades. Las mismas tienen una utilidad que va desde la vigilancia del tránsito hasta la vigilancia de espacios públicos donde interactúan personas consideradas potencialmente “conflictivas”. Para ejemplificarlo, tenemos el caso de la propuesta hecha por la Asociación de Vecinos del barrio Gótico de Barcelona que sugirió al Ayuntamiento “la instalación de videocámaras de seguridad en 26 calles del barrio”, siguiendo el ejemplo de las ya instaladas desde hace un año en la calle Escudellers y en la plaza George Orwell (¡paradojas de la vida!: el futuro llegó hace rato...), con el objetivo de “prevenir robos y actos de vandalismo” (Barcelona y m@s, 14/01/02, p. 8). Nótese que la propuesta proviene directamente de una entidad vecinal-ciudadana, por lo que éstas asume así, de alguna manera, el papel de policía. 57 58 Asimismo, para comprender las censuras sociales es necesario hacer referencia a las formaciones ideológicas, relaciones sociales y medios humanos que las apoyan y constituyen; los fenómenos que interpretan y dotan de significados; y la coyuntura histórica en la que son aplicadas. En la coyuntura histórica mundial actual -la globalización-, el Estado de Bienestar viene siendo transformado por las políticas neoliberales en una suerte de "Estado de Malestar" "La tendencia del capital a subordinar cada aspecto de la vida con creciente intensidad es la esencia del neoliberalismo. El neoliberalismo es el intento de resolver la crisis a partir de la acentuación y el reordenamiento de la subordinación. La separación de sujeto y objeto (la deshumanización del sujeto) se lleva hacia nuevos extremos [...] La mercantilización de las tierras, la mercantilización creciente del cuidado de la salud y la educación, la extensión del concepto de propiedad hasta incluir el software y los genes, la reducción de asistencia social en aquellos países donde existía, el incremento del estrés en el trabajo: todas estas son medidas que intentan extender y potenciar la subordinación [...] por medio del dinero." (Holloway, 2002: 290) Del mismo modo, el Subcomandante insurgente Marcos (2003: 4-5) plantea: “El proyecto de la globalización neoliberal es hacer del planeta una nueva Torre de Babel. Homogéneo en su forma de pensar, en su cultura, en su patrón. Hegemonizada por quien tiene no la razón sino la fuerza. En la moderna Torre de Babel una sociedad se dice superior si conquista a otras, no si tiene más adelantos científicos, culturales, artísticos, mejores condiciones de vida, mejor convivencia. Miles de años después del surgimiento de la palabra, y con ella, de la razón argumentada, la fuerza vuelve a ocupar el lugar decisivo y decisorio. En la historia de la consolidación del poder, la convivencia humana se convirtió en coexistencia. Y ésta en guerra”. La economía de mercado triunfante en el fin de milenio ha generado marginalidad y violencia. Un Mundo de desmesurada exclusión, de desmesurada injusticia. Y la injusticia es violencia. Es un orden violento: un orden de hambre, guerras y muerte. El mercado se "autorregula" no en expansión, sino en concentración. La concentración del mercado deja el poder en manos de pocos y poderosos sujetos económicos (o empresas) que condicionan decisivamente al poder político. Hay una exclusión económica (el mercado no es para todos, se regula en el sentido de la injusticia social) y una dictadura política: el poder se concentra en las empresas, quienes gobiernan a su arbitrio desde la cabeza de la pirámide en que la "autorregulación" del mercado las ha colocado. (Feinmann, ob. cit.: 14-18) El proceso de retracción del Estado de Bienestar produce, además, una crisis de legitimidad que conduce al poder político, "sometido al poder económico, capaz de desestructurarse con sólo un mediano movimiento de capitales y temeroso de la ira y el chantaje del mercado" (Feinmann, ibid), a buscar una nueva fuente de legitimación que justifique su existencia ante la comunidad: "la seguridad ciudadana".60 Al interior de los estados, la El Estado, en el neoliberalismo, tiende a contraerse al "mínimo indispensable". Proceso en el que se despoja de todo hasta quedar con su prenda mínima indispensable que tiende a maximizar y complejizar cada vez más: la fuerza represiva para el control social. Su nuevo rol es el de convertirse en aparato de "seguridad" de las megaempresas transnacionales. La preeminencia del poder que detentan las transnacionales para alcanzar la concreción del proyecto globalizador presupone una incapacidad de los estados para generar políticas nacionales. En este contexto, queda implícita la idea de que los estados sólo deben limitarse a 60 59 seguridad se presenta como un tema bélico en el combate a una "criminalidad" reducida a los delitos callejeros y contra la propiedad. En el plano externo, sobre todo después del 11 de septiembre de 2001, desde Estados Unidos se ha pretendido instalar en los estados de occidente un discurso maniqueo que pretende estigmatizar toda expresión de inconformidad interna y externa como una forma de terrorismo.61 Tal como sostiene Breilh (2003: 28), “[...] el sistema ha demolido los derechos principales y se sostiene fundamentalmente a base del miedo, el terrorismo institucionalizado en la guerra, y la expansión de los mecanismos de control cultural y hegemonía; fenómenos que pasan a constituirse en procesos rectores de la vida y su reproducción y que por tanto adquieren un estatuto epidemiológico”. Por otro lado, una consideración válida en relación a lo planteado más arriba es la de Mellosi (ob. cit.), para quien desde el Estado se va impulsando un sistema normativo a partir del cual los sujetos actúan según pautas, normas y valores, adquiriendo, de esta forma, el status jurídico-social de ciudadanos. Del otro lado, quienes transgreden la normativa, son sancionados moral y "civilmente", resultando por ello marginados o excluidos del sistema. Cabe señalar aquí que, en las raíces de esta moralidad de culpa y responsabilidad -valores internalizados a través de la educación y la socialización- se hallan la violencia y el castigo (este último, como técnica más eficaz para lograr que las personas recuerden sus "obligaciones" y "deberes"). Los inmigrantes son ciudadanos desde su país de origen, y no como cierto pensamiento eurocéntrico-paternalista sostiene, se convierten en “ciudadanos” al pisar Europa. Del mismo modo, la tendencia homogeneizadora que habla del “colectivo inmigrante” en lugar de los colectivos de inmigrantes en plural, que reduce los valores en las respuestas obtenidas a un único valor medio en sus fuentes, es la correspondencia a la idea eurocéntrica dominante en las instituciones y buena parte del imaginario social sobre concebir, por ejemplo, a África o a Sudamérica como bloques homogéneos. Resulta interesante el aporte de Terrades (1999), quien propone distinguir entre identificación e identidad. En la formación de los Estados modernos, y en todos sus desarrollos político-administrativos ulteriores, la identificación de los individuos como ciudadanos ha sido siempre un eje central: sin un lugar fijo de residencia, un carnet de identidad, un número de la Seguridad Social, etc. no hay ciudadanía que valga. Como elemento para tener en cuenta, nótese que en el plano material y simbólico se va conformando una dicotomía sustancial en el abordaje de la situación de las personas inmigradas en España: ciudadanos integrados vs. "ilegales" excluidos: formular estrategias para insertarse dentro de las reglas de juego de la globalización. (Subcomandante insurgente Marcos, 1996) 61 Se vuelve aquí interesante plantear la definición que hace Feinmann (ob. cit.: 125) del "Mal irracional" conservador. Para este autor, el mismo descansa en un odio que surge de las concepciones fundamentalistas de la existencia. De esta manera, el Mal, en su expresión fundamentalista se expresa en los hombres que actúan en nombre de Dios o como si fueran él, creyéndose Dios, asumiendo el total arbitrio, decisión, poder y derecho sobre la existencia de los Otros, asumiéndose como lo único, lo verdadero, lo "bueno". Qué mejor ejemplo de esta especie que el espécimen Bush, asesino serial hacia adentro (mientras fue Gobernador de Texas, estado que detenta la mayor cantidad de ejecuciones de la pena capital) y, ya siendo presidente de Estados Unidos, genocida hacia afuera, en su cruzada contra todo lo que se categoriza como terrorismo y llegue a cuestionar "su" orden mundial del "Bien". Porque el Poder calificará como "el Mal" a todo aquello que tienda a cuestionarlo, ya que se asume como incuestionable, único y verdadero. 60 "El Estado identifica a las personas, las define, las clasifica. Un Estado es inconcebible sin la definición de ciudadanos y la simultánea exclusión de los no-ciudadanos." (Holloway, 2002: 115) La categoría de inmigrante, sospechado y criminalizado, aparece así como figura opuesta a la de ciudadano, refiriéndose a aquel no perteneciente y excluido de la comunidad nacional (y europea). El sistema de inclusión/exclusión es propio del status de ciudadanía pero no tiene un carácter lógico sino histórico: "Cada régimen político proyecta en una cierta definición de la ciudadanía la distribución de poderes que lo caracteriza (Aristóteles) [...] delimitando jurídicamente o cuasi jurídicamente un cierto tipo de hombre, un cierto modelo de derechos y deberes, cristalizando a nivel del individuo las relaciones sociales constitutivas de una sociedad." (Balibar, 1992: 100) En este movimiento de definición y exclusión, los definidos como "ciudadanos" quedan incluidos; una parte de los inmigrantes extranjeros, clasificados como "ilegales", son excluidos. En cuanto a la identidad, ésta se refiere mucho más a la experiencia y la voluntad de los actores sociales que no tiene porqué coincidir, aunque pueda hacerlo, con la cultura estatal hegemónica ofrecida como modelo de identificación a los ciudadanos. Es decir que la ciudadanía no constituye una identidad, sino "la diferencia entre las identidades". (Villavicencio, 2003: 19) En la nueva sociedad de recepción los migrantes se insertan en un espacio relacional compuesto no sólo por aquellos que provienen de su mismo lugar de origen, sino que en ese ámbito se redefinen los contenidos de "nosotros" y los términos con los "otros". La identidad no es solamente una invención simbólica dada, inamovible, estática, sino, sobre todo, una relación social concreta construida en un proceso (Atxotegui, 2000: 98). En este sentido, el espacio relacional de interacciones y la identidad intentan reproducirse en el nuevo tejido social, pero en ese proceso pueden redefinirse ambos. Por eso, desde la perspectiva planteada, es importante tener en cuenta que se considera a los sujetos inmigrantes, ante todo como "agentes de cambio": de su propia identidad, de su entorno inmediato (país de origen), y del contexto de la sociedad receptora. En lo que sigue a continuación, analizaremos desde el enfoque propuesto los elementos por medio de los cuales los inmigrantes extranjeros, preferentemente africanos, como grupo específico, son concebidos (por ende, tratados) por una parte de la sociedad española como seres humanos "etiquetados", "estereotipados" o "estigmatizados", lo que puede conducir a una criminalización de los mismos. Este hecho, de una u otra forma, marca su existencia cotidiana en la sociedad de destino en sus múltiples dimensiones y determinaciones: como pasajeros, inquilinos, vecinos, trabajadores, pacientes, alumnos, pareja, hombre/mujer. De esta forma, los inmigrantes "ilegales" en España serán sometidos a un proceso de criminalización y, paralelamente, de exclusión de los derechos de ciudadanía. 61 2. La construcción de un "nuevo enemigo a combatir": la figura del inmigrante "ilegal". “Hay una larga tradición urbana de chivos expiatorios: las persecuciones y agresiones contra judíos, negros, árabes, gitanos, sudacas o `xarnegos´ permiten que los frustrados y agresivos ciudadanos empiecen a repartir golpes contra minorías débiles y sin respuesta.” (Manuel Vázquez Montalbán, El delantero centro fue asesinado al atardecer, 1997, Barcelona: Planeta, pp. 50) En el caso de los procesos migratorios, "ciertas estigmatizaciones se desencadenan a partir de aquellas situaciones que permiten presentar al otro como un rival peligroso en la lucha por los recursos básicos limitados de los que dispone el grupo (a nivel económico, de administración pública, etc.) y para la preservación de la propia identidad; en definitiva, como una cortina de humo (o ´chivo expiatorio`) para desviar las responsabilidades de muchos de los males de una sociedad hacia el exterior". (Romaní, 1999: 120) El elemento heterogéneo y diverso implícito en la inmigración convierte "lo extraño", “lo diferente” en análogo a "lo peligroso". En el contexto español actual, la construcción de la figura del "inmigrante ilegal" como estereotipo de "delincuente", tiene por objeto situarlo en el centro de las preocupaciones y el temor ciudadano, criminalizarlo como forma dominante de percepción social del fenómeno. De esta manera, la inmigración plantea determinados conflictos sociopolíticos, laborales, culturales, morales, religiosos, etc. en la sociedad receptora, que pueden ser interpretados por algunos sectores como una especie de "ataque al cuerpo social, al equilibrio y al orden de la sociedad". Lo diferente, lo extraño, se presenta así como lo inesperado, y a lo inesperado se le opone el miedo. 62 Veamos un ejemplo de lo referido. Ciutat Vella, distrito donde se concentra la mayoría de la población inmigrante de la ciudad, tenía en 1999 el “índice de victimización” más alto de Barcelona (19,3%). Sin embargo, esta percepción social estuvo determinada más por una manipulación informativa para relacionar inmigrantes con delincuencia, y aumentar así la cantidad de efectivos policiales, que por los datos de la realidad, tal como aparece reflejado en el gráfico de más abajo. Esta conceptualización del extranjero como "factor de riesgo" está basado en el modelo de la bacteriología, el cual constituye el fundamento científico que consolida y legitima la definición de la desviación como enfermedad, a expensas de su categorización como pecado o delito. El “riesgo” como categoría epidemiológico-social aplicada a un determinado “grupo de riesgo”, como construcción sociocultural y política, conlleva a una estigmatización de determinadas conductas y comportamientos, sostenida desde los discursos hegemónicos del poder basados en el “cuerpo social” que hay que preservar frente a los “agentes extraños”. 62 62 Delitos e intervenciones según barrios de Barcelona. 1999 16.000 14.029 14.000 12.000 10.000 7.438 6.848 8.000 4.944 Delitos contabilizados Intervenciones realizadas por la guardia urbana 6.000 4.000 2.000 Ciutat Vella Exaimple Fuentes: Jefatura Superior de la Policía Nacional en Barcelona; Departamento de Organización y Sistemas de Información de la Guardia Urbana de Barcelona.1999. En ese marco se expresaba Pep García, presidente de la Asociación de Vecinos de Raval (Ciutat Vella, Barcelona), alertando que “la inmigración masiva amenaza la paz del barrio, por lo que vecinos planean acciones contra el fuerte aumento de inmigrantes” (Fuente: El País, 15/11/01, edición digital). Tiempo después, en marzo de 2002, la “inseguridad ciudadana” aparecía como “el problema que más preocupaba a los catalanes” (14%), seguida de la “inmigración” (12,2%)63. Para Martínez Veiga (2001: 137), esta ideología no responde a la realidad, sino que contribuye a la reacción defensiva (con todas las fuerzas) a fin de preservar la identidad. Viví cinco años en el centro histórico o casco antiguo de Barcelona, concretamente en el distrito de Ciutat Vella (donde poco más de 40 % de la población es inmigrante), y solía moverme por distintos rincones de los barrios de Raval, Gótico, Barceloneta y Ribera-Parc de la Ciutadella. He conocido y reconocido algunas de las caras frecuentes de argelinos -no marroquíes- que "laburan" los barrios, robándole (carteras, cámaras de vídeo digitales, cámaras de fotos, etc.) a los turistas. Sin ir más lejos, a mí, en cinco años, me robaron cuatro bicicletas distintas (en Buenos Aires una sola en 25 años), rompiéndoles la cadenapitón en cada caso, seguramente con una pinza-tijera de las grandes, industriales. Ahora bien, eso no puede llevar a nadie que posea un mínimo de sentido común, salvo que esté A tono con el pulso electoral de aquel momento, desde el poder se insistía con la misma línea de criminalización. En Cataluña, el Conseller de Justicia del Govern de la Generalitat pronosticó un aumento global de la población reclusa por efecto de la inmigración “ilegal”, mientras que el candidato de CIU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, hizo lo propio demostrando su preocupación por el hecho de que “90% de los nuevos presos de las cárceles de Cataluña sean inmigrantes”. (El Periódico, 23/3/02, “Catalunya”, p. 44) 63 63 buscando un propósito claro (he aquí la hipótesis que desarrollo en este punto) a inducir que todos los inmigrantes son delincuentes o que los inmigrantes marroquíes (porque los españoles suelen meter a todos los magrebíes en la misma bolsa: argelinos, marroquíes, tunecinos, etc.) son todos delincuentes. Lo que ocurre es que hay gente que tiene mucho y otra que no tiene, como en cualquier sociedad de clases (lo triste es que nos roben a los que tenemos pero poco, y no a los que más tienen). En cualquier caso, los ciudadanos de Barcelona tendrían que saber -y agradecer- que aún no conviven con los niveles de violencia y delincuencia que existen en las principales urbes de América Latina (¡qué hablar de las estadounidenses, entonces!), donde se ha creado una espeluznante paranoia alrededor de la seguridad. En ese sentido, Buenos Aires constituye un ejemplo de cómo el modelo neoliberal impuesto por el FMI y el Banco Mundial, e implementado por los agentes locales que les sirven (el Estado, los sucesivos gobiernos de turno, los medios de difusión, las multinacionales, las fuerzas de seguridad, los órganos de justicia, etc.) pueden llegar a transformar una ciudad “segura” en una jungla cada vez más peligrosa. Una observación más al respecto: si hubiese voluntad y decisión desde el Poder, las fuerzas de seguridad españolas (con o sin el “imperio de la ley”, tal como sucedió con los GAL durante el gobierno socialista de Felipe González) acabarían sin mayores inconvenientes con este tipo de delincuencia, que nada tiene que ver, por ejemplo, con el de las organizaciones mafiosas, delictivas y criminales enquistadas en el mundo financiero, productivo, comercial, gubernamental, empresarial, de tráfico de armas/personas/órganos/drogas/etc.… Si se permite que estos pequeños delitos sean reincidentes es porque al Poder le conviene manipular el fenómeno frente a la opinión pública, para que ésta sea la que pida “mano dura” y más poder a la policía. Del otro lado, un fenómeno paralelo y en aumento, la violencia skinhead-neonazi, provoca altos niveles de inseguridad entre sectores de la población de Barcelona y nadie se pronuncia ni toma medidas severas al respecto. ¿Por qué será? A lo anterior habría que agregarle otro factor nada desdeñable: el crecimiento de las empresas privadas de seguridad, que aumentaron su facturación en España 45 % en los últimos cinco años (El País, 25/2/02, p. 17). Según Tijeras (2000), tres de las más importantes de estas empresas (Prosegur, Protecsa y Prosesa) tendrían entre sus principales accionistas a destacados miembros del PP; entre ellos el ex ministro del Interior del gobierno de Aznar, Jaime Mayor Oreja y Rodolfo Martín Villa, presidente de Endessa y ex ministro del Interior de la dictadura franquista (Fuentes: Ardi Beltza, 2000, nro. 1, p. 44 y El País, 27/2/02, p. 21). Ojalá nunca se instaure socialmente aquello mencionado por León Gieco, de “ajusticiar” a un “ilegal” sin documentos y “perdonar” a aquel que tiene “licencia” para matar. Según Wagman (2002), en España se está produciendo "una utilización irresponsable y demagógica de los datos, llegando incluso a la pura falsificación de los mismos para sus propios fines". Lo anterior incluye tanto a las distintas administraciones como a los cuerpos de seguridad del Estado, los políticos, los medios de comunicación y la opinión pública en general. El autor se pregunta si una de las mayores fuentes de inseguridad pudiera ser no tanto la existencia de delitos, sino la extendida alarma creada en torno a ella debido al interés o a la ignorancia. Y concluye: "se trata de que vengan inmigrantes que trabajen barato y duro, pero hay que tenerlos achantados y temerosos. Y para que no se les vea 64 como víctimas de la explotación, los prejuicios y la discriminación, qué mejor que crear la percepción social de que son conflictivos, irrespetuosos y peligrosos…" 65 3. El papel de los medios de comunicación en la criminalización de la inmigración. ¿Es posible que todos los de la caja tonta se hayan vuelto idiotas? ¿O verdaderamente la televisión es una idiotez? (Mastroianni, M., 1999: Sí, ya me acuerdo... Barcelona: Ediciones B) El Control Social Activo, característico de las democracias burguesas europeas postsegunda guerra mundial, está basado en un mayor desarrollo de la "comunicación", elemento intrínseco y necesario de un sistema democrático (Mellosi, 1992). En la era de la globalización, las sociedades son fundamentalmente sociedades mediáticas. Los media son el gran espejo, no de lo que una sociedad es, sino de lo que debe aparentar ser. Plena de tautologías y evidencias, la sociedad mediática es avara en razones y argumentos. Aquí, repetir es demostrar, y lo que se repite son las imágenes (la "dictadura de la imagen", la "empiria virtual"). Estamos en la "era visual", donde el centro de gravedad de las informaciones se ha desplazado de lo escrito a lo visual, de lo diferido a lo directo, del signo a la imagen: "La imagen se ha devaluado en un vértigo que, con frecuencia, no comunica nada [...] se impone sobre la palabra (y su valor) y suplanta al concepto, a la idea". (Feinmann, ob. cit.: 11) Por lo tanto, es "real" lo que se nos muestra y "verdadero" lo que vemos. Lo visual no está hecho para ser visto, sino para dar "conocimiento". Un "mar de conocimientos" de un centímetro de profundidad. El mundo ha devenido en una mera representación multimedia que suprime al mundo exterior, sólo posible de conocerse si es vista. Las informaciones se nos presentan en la evidencia de su inmediatez. El tiempo, transformado en rapidez (el tiempo no para), como conceptualización de nuestro presente histórico. El pasado, como sustancia de que el tiempo está hecho (por eso es que éste se vuelve pasado enseguida), tal como reflexionó alguna vez Borges. La velocidad de la información crea la emoción y la diluye al mismo tiempo. Se puede estar viendo por televisión el asesinato de civiles (hombres, mujeres, niños y ancianos) a manos de militares estadounidenses en Irak, sobrecogidos por una crueldad que no durará mucho. La imagen cambiará de inmediato y en la pantalla aparecerá un comercial o un desfile de modas, el resumen deportivo o el anuncio de la boda del príncipe de Asturias, heredero de la Corona de España... y el horror de la guerra, o el naufragio de una patera en el estrecho que causó la muerte de todos los inmigrantes que viajaban en ella, quedará atrás. Y aquí aparece el rol de los medios de comunicación, no sólo como instrumentos del control social, sino, en el caso del proceso migratorio analizado, como un importante factor del "push", creando, recreando y reproduciendo una imagen ideal del "paraíso europeo primermundista". De esta manera, puede verse cómo los medios de comunicación cumplen el papel de "fabricar consenso" a través de modernas técnicas de propaganda. En ese sentido, Chomsky (2000: 15) señala: "La propaganda es a una democracia lo que la porra es a un Estado totalitario". Y, en general, el público receptor en las democracias neoliberales de occidente (en Estados Unidos como en ningún otro lugar, tal como irónicamente revelan Los Simpson) es algo así como un "rebaño desconcertado": espectadores apáticos, pasivos, obedientes... 66 Trazando un paralelismo con el ámbito de la política electoral, Ramoneda se refiere a los electores-consumidores españoles como "ciudadanos Nif", designando así a los "contribuyentes sin mayores preocupaciones ideológicas que velan por su bolsillo por encima de todas las cosas". (Fuente: El País, 14/3/2000, edición digital). En la misma línea, Feinmann (ob. cit: 50) propone una manera "realista y descarnada de caracterizar nuestro presente histórico". Para este autor, no hay crítica (no hay conciencia de la opresión), sino que el hombre vive en un torrente fáctico que anula su individualidad, que lo vuelve un ser reflejo, repetitivo, sumergido, a-crítico. De modo que, la ausencia de la actitud crítica de los sujetos es una de las características esenciales de la sociedad post-moderna-industrial actual. En la actualidad, el sujeto es constituido en exterioridad desde los medios de comunicación manipulados por el Poder. En este marco, los medios de comunicación aparecen como omnipresentes con su poder constituyente. En España, de forma notoria durante el período 2000-2001 y aumentando considerablemente en 2002-2003, se ha presentado en los distintos medios de comunicación masiva una avalancha de información relativa al "incremento de la inmigración" y al "aumento de la delincuencia" de manera relacionada, como parte de la construcción de la percepción social del fenómeno.64 Entre los aspectos de la representación de la inmigración en la TV. española65, puede considerarse el hecho de que se suelen presentar estereotipos negativos, paternalistas y discriminatorios basados en descripciones rápidas y eficaces que responden a un determinado mito de la "identidad europea" (cristiana, "democrática", etc.) para definir lo desconocido, extraño, ajeno de "los otros", cuya identidad es generalmente desconocida y por ello temida. Desde una perspectiva de análisis sociocultural, lo anterior se plasma en una forma que presenta al "otro" como enemigo económico, político, social y cultural; así particularmente a los musulmanes. En este caso, más que una discriminación basada en la raza, el acento estaría puesto en una especie de irreductibilidad de las diferencias socioculturales de origen y, sobre todo, en las condiciones de vida de los colectivos de inmigrantes en España. Todo ello enfatizando en la variable "ilegal" (que en definitiva no es más que un tecnicismo) hasta llegar casi a normalizarla ante la opinión pública. Este tipo de discursos que relacionan inmigración con delincuencia, en algunos casos se apoyan en una especie de lógica mecanicista que cala en el sentido común español, y que podría resumirse de la siguiente manera: si hay más inmigrantes que trabajos, quiere decir que hay inmigrantes que no pueden tener uno; y por lo tanto, para sobrevivir tienen que delinquir. Por el lado de la prensa escrita, Wagman (2002) señala que delito-inmigración (delincuente-inmigrante "ilegal") constituyen motivo de gran preocupación social, por lo que un tratamiento de tipo alarmista, simplista o superficial como el que realizan los Del mismo modo, con frecuencia la díada “delincuencia-inmigración” se presenta en los noticieros antes de las noticias sobre el “terrorismo vasco”. Y, como consta en la realidad española, no casualmente. 65 De la televisión se ha dicho ya demasiado, de modo que no me extenderé más que con dos metáforas: 1) "La televisión ha hecho maravillas por mi cultura. En cuanto alguien enciende la televisión, voy a la biblioteca y me leo un buen libro". (Groucho Marx); y 2) "Mientras la vida se va, ay! Mientras la vida pasa, sin darte cuenta ahí estás con tu cara de colgado. Tu ángel guardián (la TV.) es, de todos, el más tonto que hay. ¿Cuánto tiempo más vas a estar esclavizado así, refugiado en tu soledad? Con tu tortura de T.V... ¡siempre así!". (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, 1996, "La Dicha no es una cosa alegre", Luzbelito. Buenos Aires: Del Cielito Records). 64 67 medios españoles, puede tener efectos muy negativos para el conjunto de la sociedad. Uno de ellos es el aumento de las medidas de control social de corte represivo; el otro, la criminalización de la inmigración. “Más de la mitad de los delincuentes detenidos en España son extranjeros”, tituló La Razón (15/2/02, p. 24). En el artículo se afirmaba que estos detenidos “aumentaron su número en un 53% respecto del año 2000, mientras que la inmigración en general aumentó cerca del 24% en ese periodo: dos cifras que ponen de relieve que muchos de los inmigrantes que llegan a nuestro país no lo hacen con buenas intenciones”. Hay que despertar el miedo a los "enemigos". En los años treinta Hitler despertó en el “rebaño desconcertado” alemán el miedo a los judíos y a los gitanos, y fue el principio del fin. Durante la década de 1970, la dictadura militar argentina utilizó un mecanismo semejante respecto a los "subversivos". Actualmente en España, se intenta hacer lo propio, con otras herramientas acordes al momento, hacia adentro con los inmigrantes “ilegales”; y hacia afuera, con el "terrorismo islámico". Sucede que el Poder precisa que el miedo "simbólico" se convierta en miedo "real"66. En tal sentido, muchas de las prácticas de los medios de comunicación alimentan miedos y odios entre las personas, contribuyendo a la lógica del control social. 66 Recordando el lúcido análisis de Marilyn Manson, entrevistado por Michael Moore en Bowling for Columbine, acerca de los dos pilares en los que descansa el modelo yanqui (y su imposición globalizante al resto del mundo): miedo y consumo. 68 Por el lado de los sujetos inmigrantes, ante el riesgo de ser expulsados -aquellos que se encuentran en situación "irregular"-, no tienen en general otra opción real e inmediata que renunciar a dar a conocer sus condiciones de vida, la explotación a la que los someten los empleadores y, como se ha descrito, los actos discriminatorios y en muchos casos de corte racista-xenófobo de los que son objeto. De "intrusos" pasan a ser "delincuentes" debido a que, además de colarse "ilegalmente" en el territorio nacional, se los presenta como que vienen a “usurpar” los bienes escasos de la sociedad (trabajo, sanidad, educación, etc.); y al mismo tiempo constituyen "factores de riesgo" que pueden llegar a trastocar los valores, tradiciones y moral dominantes ("democracia", cristianismo, etc.). Una vez colocada en la agenda de "seguridad", la inmigración se ha presentado en España inevitablemente ligada al terrorismo, la delincuencia, el crimen organizado, las mafias o el tráfico de drogas. De esta manera, la inmigración como fenómeno histórico-social, se encuentra íntimamente relacionada con el proceso y las situaciones descritas, por medio de las cuales, en las diferentes esferas de la sociedad, se ponen en práctica una infinidad de mecanismos de exclusión, estigmatización, marginación de individuos que por causa de su "otredad" se transforman en "chivos expiatorios". Hasta aquí puede verse la manera en que un fenómeno como la inmigración, relativamente nuevo y todavía numéricamente minoritario en España, puede ir construyéndose (política, social y culturalmente) hasta convertirlo en "problema". 69 4. Discriminación, miedo y racismo. “Del hombre es esperar –respondió Ezequiel-, y del hombre justo, esperar con fe; del injusto, con temor”. (Italo Calvino: El vizconde demediado. Barcelona: Siruela, p. 91) - Oye, Pepe... ¿Para tí qué es más importante, la ignorancia o la indiferencia? - ¡Coño, ni lo sé, ni me importa! (Chiste popular argentino de gallegos) Se dice que la discriminación y el racismo son hijos del miedo y la ignorancia. El surgimiento de la xenofobia contra los inmigrantes en España es también consecuencia de la falta de memoria histórica, además de las causas de índole socioeconómica, cultural y política. Basta recordar que, sin contar la invasión al continente americano y el período colonial67, sólo entre 1840 y 1924 llegaron a América cuatro millones y medio de españoles huyendo de la miseria y el hambre que azotaba buena parte del viejo continente; o que a finales del siglo XIX, más de 150.000 españoles procedentes de Andalucía y Levante emigraron con destino a diferentes regiones del Magreb, principalmente a la zona de Orán (Argelia). Asimismo, en el período comprendido entre los años 1950 y 1975, unos dos millones de españoles emigraron a los países más industrializados de Europa, sobre todo a Francia, Bélgica, Alemania, Gran Bretaña y Suiza, escapando de la dictadura franquista y debido a las pocas posibilidades de mejorar su calidad de vida en ese entonces. Incluso hoy en día, como mencioné más arriba, se calcula que dos millones de españoles viven en el extranjero. Por otro lado, resulta indispensable explicitar que, al igual que lo que sucede en cualquier sociedad, en la que se trata existen distintas visiones y concepciones alrededor de la inmigración y los inmigrantes: las hay hostiles, más positivas, más negativas, paternalistas, idealizadas, etc. Es importante reconocer cada una de ellas y a qué tipo de intereses responden. Entre las paternalistas, podemos encontrar las de los partidos políticos de “izquierda” y “centroizquierda” y las de muchas ONGs (SOS Racismo, Cruz Roja, etc.) que se pueden graficar con la metáfora del “buen salvaje”, inversamente proporcional a la del “mal salvaje”. Respecto de las visiones idealizadas, también se encuentran en algunas ONGs o asociaciones como “Papeles para todos” y colectivos de solidaridad con los inmigrantes. Para ciertas personas de las que conforman dichas entidades los inmigrantes serían, por un lado, “víctimas de la sociedad española” (lo cual, en buena medida y en algunos casos es cierto); y por otro lado, “luchadores”, “solidarios”, etc. Mi opinión al respecto es que, teniendo en cuenta las distintas motivaciones, razones y causas por las que un individuo se va de su país (muchas de las cuales recogí en el transcurso del trabajo de campo realizado), cualquier intento de homogeneización generalizadora en este sentido cae en un reduccionismo simplificador que no aporta a un mejor conocimiento, interpretación y explicación del fenómeno, sino más bien coadyuvan a su planteamiento como “problema”. Es extensa y variada la bibliografía que existe sobre el periodo colonial español y sus dominios en el Virreinato del Río de la Plata. Acerca de esta etapa histórica, coincido con la interpretación de Feinmann (ob. cit.: 164) acerca del significado de la Revolución de Mayo de 1810, por medio de la cual pasamos de ser globalizados por España a serlo por Inglaterra y Francia, primero, y por Estados Unidos después. Fue el pasaje de una órbita de dominación arcaica a una órbita de dominación progresiva, de una situación colonial a una neocolonial, de un tipo de globalización a otra manteniendo el encuadre de desequilibrio entre los términos; siempre a favor de la metrópoli, claro está. 67 70 No obstante, sumado a los factores ya analizados como obstáculos para el proceso de adaptación/integración de los migrantes extranjeros al contexto general de la sociedad española, no se pueden dejar de subrayar al mismo tiempo las concepciones y prácticas racistas-xenófobas que propician conflictos socio-raciales violentos, algunos de los cuales empiezan a darse a conocer. Desde el asesinato de la inmigrante dominicana Lucrecia Pérez Matos, de 32 años de edad y madre de una niña de siete, perpetrado el 13 de noviembre de 1992 por los disparos de bala efectuados por uno de los cuatro españoles atacantes pertenecientes a la organización nazi fascista Bases Autónomas, y capitaneados por un guardia civil, varios son los sucesos de violencia racista xenófoba que con mayor frecuencia se repiten en territorio español. Para Sánchez Soler (1998: 38), este crimen tuvo dos singularidades que pusieron a España a la cabeza del racismo en Europa: el protagonismo de un guardia civil en actividad con su pistola reglamentaria como arma criminal, y el método de comando. Asimismo, por primera vez se conjugaba el crimen racista xenófobo neonazi. La sentencia del juicio interpretó que los agresores habían decidido claramente “escarmentar a los negros”. Por lo tanto, vale mencionar que, más que tratarse de anécdotas aisladas, a estas alturas puede hablarse de una realidad estructural que impregna a toda España y a buena parte del continente europeo. En efecto, si acordamos que el racismo cumple la función de categorizar, colocar y discriminar a ciertos grupos religiosos, étnicos o sociales; y, al mismo tiempo, constituye un discurso que justifica, sostiene y legitima ciertas prácticas orientadas a mantener una forma preponderante de poder político, económico y social (Baker, 1981; Balibar y Wallerstein, 1991; Foucault, 1992), es factible establecer vinculaciones con realidades políticas locales y regionales. Además de brindar un detallado panorama acerca de las vinculaciones entre grupos skinheads-neonazis y partidos de la extrema derecha europea en general, y española en particular, Sánchez Soler (ob. cit.: 12) identifica tres condiciones centrales que, en su opinión, resultan favorables en el contexto europeo actual para la irrupción de un racismo neofascista. En primer lugar, el alejamiento de la experiencia histórica del fascismo y el nazismo difumina sus contornos; los testigos mueren y el rostro criminal se pierde en la memoria mientras surgen “historiadores revisionistas” que niegan el holocausto nazi. Segundo, el pesimismo de las clases medias y obrera urbanas sometidas a una crisis económica y de valores que les hace renegar de la sociedad democrática. En tercer lugar, el fascismo puede ser un reclamo para los excluidos nativos de esta sociedad, cada vez más numerosos, mientras se deterioran las instituciones democráticas con problemas de mal funcionamiento y corrupción. Estas tres condiciones darían pie al surgimiento de un nacionalismo xenófobo y racista que culpa a “los otros” (inmigrantes extranjeros, miembros de otras culturas, etnias o nacionalidades) de sus propios problemas. Sin ir más lejos, téngase en cuenta que en los últimos quince años la derecha fascista europea, en teoría derrotada tras la Segunda Guerra Mundial, se ha apropiado de la teología neoliberal (resultado: el fascismo neoliberal), insistiendo en sus campañas electorales alrededor de temas de seguridad pública y empleo, alertando contra la "amenaza" de los inmigrantes (Subcomandante Insurgente Marcos, ob. cit.). El resultado obtenido por Le Pen en las presidenciales francesas de abril 2002 es tan sólo una de las muestras del fenómeno referido, que también se ha manifestado en la Italia de Berlusconi-Fini-Bossi, en 71 Dinamarca, en Holanda, en Suiza y, como no, en los años de la España neofranquista de Aznar, para nombrar sólo algunos casos. Todos ellos han insistido una y otra vez en clasificar, de cara a la sociedad, las respectivas migraciones que se dan en los distintos países como un "problema social", categorizando a los inmigrantes a partir de su diferencia y defendiendo una especie de "paneuropeísmo etnicista". En opinión de Feinmann (ob. cit.: 288), la derecha suele tratar el problema de la inmigración partiendo de un supuesto: la culpa es de los países emisores de mano de obra, cuyas economías generan desempleo, como característica "natural" del libre mercado. Los inmigrantes, por lo tanto, vendrían a entorpecer el mismo: sobran, molestan en sus países, es decir, que sin ellos, el sistema "funcionaría mejor". Es importante destacar que los dirigentes de los grupos skinheads-neonazis y sus miembros más activos pertenecen a las clases media y alta, es decir que provienen de familias perfectamente integradas en las sociedades europeas. Sin embargo, en su acción de captación se han extendidos a barrios periféricos y a sectores golpeados por la crisis económica y la precarización laboral, como en el caso español. (Sánchez Soler, ob. cit.) Asimismo, es preciso recordar que a lo largo de la historia movimientos migratorios y minorías étnicas en Europa han sido objeto del racismo y de la discriminación, de los mismos estereotipos criminales, así como culpadas de problemas de higiene, salud, contagio y contaminación cultural, como lo demuestra el caso de los gitanos en España desde su asentamiento en la península (siglo XV) en adelante, para mencionar uno de los ejemplos existentes. Pero en España hay políticos que incluso van más allá, y apoyan sus argumentos en la ciencia. Tal es el caso del falangista Juan Antonio Aguilar, quien sigue una línea conceptual de tipo genetista para referirse al "problema" de la inmigración, por culpa de la cual "los países europeos ven en peligro su identidad cultural y étnica". Para este individuo, "la presión migratoria se hace ya insoportable y no hay posibilidades de detenerla. La selección natural se ha detenido: el probable incremento de los defectos y deficiencias genéticos plantea una seria amenaza para el futuro".68 (Citado en Sánchez Soler, ob. cit.: 154) La corriente científica que sostiene este pensamiento es el “neodarwinismo conservador” (también denominado “sociobiología”) que concibe al gen como la unidad de evolución. La sociobiología reafirma la noción de “supervivencia del más apto”, no dejándole lugar a la determinancia de las relaciones genéticoambientales. De esta manera, para los sociobiólogos las posibles “interacciones” entre los individuos de una población y de las poblaciones de una especie entre sí no son otra cosa que los “comportamientos sociales”, los cuales, desde su postura, son gobernados por genes que han sido seleccionados a lo largo de la evolución, al igual que todos los otros genes que rigen los caracteres biológicos. Las teorías sociobiológicas pretenden implicar así a la selección natural y el éxito reproductivo (la eficacia biológica) en la explicación de los fenómenos socioculturales. De esta manera, ayudando o perjudicando a otras personas, un individuo no haría más que obedecer a un instinto altruista determinado por su clave genética. 68 72 4.1. Hechos de violencia xenófoba en España: de los discursos a la acción directa, pura causalidad. Desde el punto de vista de la legalidad vigente en España según la Ley Orgánica 4/2000, manteniéndose en esencia tras la reforma, existe un apartado que hace referencia a las medidas antidiscriminatorias, con dos artículos que contienen varios supuestos que representan discriminación, esto es, vulneración de un precepto constitucional del artículo 14: “A los efectos de esta ley, representa discriminación todo acto que, directa o indirectamente, conlleve una distinción, exclusión, restricción o preferencia contra un extranjero basada en la raza, el color, la ascendencia o el origen nacional o étnico, las convicciones y prácticas religiosas y que tenga como fin o efecto destruir o limitar el reconocimiento o el ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en el campo político, económico, social o cultural” (Artículo 21, 1). El artículo se complementa con el subsiguiente, el cual ejemplifica puntualmente cuáles serían los actos de discriminación. Por ejemplo, los efectuados por la autoridad o funcionario, por acción u omisión, que realice cualquier acto discriminatorio o que imponga ilegítimamente condiciones que restrinjan el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación, o que impidan el ejercicio de la actividad económica. Estos derechos adquieren importancia frente a las actuaciones básicamente de particulares, como alquileres de vivienda, acceso a bares, restaurantes, etc. Sin embargo, como generalmente suele ocurrir, en los hechos la realidad se presenta distinta: 1. A principios de 1999 en Premiá de Mar, una ciudad al norte de Barcelona (Maresme), acudieron a una marcha contra inmigrantes cerca de 100 skinheads provenientes de varias ciudades españolas y alemanas, convocados desde páginas neonazis de Internet. Al respecto, vale apuntar que entre las numerosas webs nazis que navegan por el ciberespacio, Nuevo Orden es la primera revista española de Internet, disparada hace dos años desde Stormfront White Nacionalist (Frente de tormenta Nacionalista Blanco), servidor no casualmente situado en Florida, Estados Unidos. Desde allí, los ciberfascistas españoles profetizan: “Es hora de que los neofascistas españoles reclamemos nuestro lugar en la Net, y en la Historia. [...] Es hora de devolver su grandeza a España y de reintegrarla a su lugar dentro de la Europa Blanca”. Asimismo se encargan de realizar acciones de sabotaje en la red contra las webs gays, anarquistas, antirracistas, etc., y conectan su página con varios links de otras organizaciones nazi fascistas del mundo. (Sánchez Soler, ob. cit: 100) 2. No ha sido ni mucho menos el único, pero sí el episodio racista más sonado de España: en febrero de 199969 en El Ejido, provincia de Almería, y como consecuencia del presunto asesinato de una mujer a manos de un "marroquí bajo tratamiento psiquiátrico", se desató una ola de violencia xenófoba descontrolada, aunque al parecer, no absolutamente Cabe recordar que ya en 1997, para ser más preciso, el 11 de diciembre de ese año, se produjo un grave ataque racista en El Ejido contra dos inmigrantes marroquíes: Bou Baker Garami, de 28 años, y Brahim Hicham, de 27, fueron secuestrados, golpeados y torturados durante dos días por tres habitantes del pueblo. Hubo muchos testigos del hecho, también vecinos del pueblo, pero ninguno reaccionó para ayudarlos o dar el aviso a la policía (Sánchez Soler, ob. cit.: 238). Por lo tanto, los sucesos posteriores de El Ejido, en 1999, tenían antecedentes como para que las autoridades tomaran medidas preventivas, pero no sucedió tal cosa, más bien, se dejó hacer. 69 73 espontánea, contra los inmigrantes en su mayoría originarios de Marruecos. Cosas del tipo: "Frente a la invasión: deportación"; "Inmigrante, ayúdanos a luchar contra el racismo. Vuelve a tu país", se podían leer en las paredes del pueblo por esos días. Uno de los actos más simbólicos que se cometieron en el marco de este ataque fue el saqueo de la mezquita situada en las Lomas de la Mezquita, momento en el cual un grupo de jóvenes ingresó violentamente al lugar de culto destrozando todo lo que había en su interior, profanando el Corán y posteriormente orinando sobre él. Todo ello al grito de "vamos a hacer la revolución contra los moros". (Martínez Veiga, 2001: 199) En medio de semejante panorama, buena parte de los inmigrantes marroquíes de la región huyeron atemorizados ante las amenazas y ataques al mejor estilo ku-kux-klan de que fueron objeto: "un grupo de unos veinte jóvenes armados con bates de béisbol, barras de hierro y palos persiguió a los inmigrantes corriendo por el centro de las calles en medio de los aplausos y ovaciones de miles de personas". (La Voz de Almería, 7/2/2000, citado en Martínez Veiga, ob. cit.: 114). "Algunos se adentran en las montañas, donde mantienen guardias toda la noche por temor a que lleguen los grupos ultranacionalistas que van con escopetas y palos", explicaba Mohamed Beyuki, de la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), refiriéndose a la verdadera caza de brujas contra "el moro" iniciada aquel domingo de febrero. Las autoridades locales, los empleadores de los invernaderos donde trabajan los inmigrantes y los propios vecinos de El Ejido confluyeron en relacionar en todo momento "inmigrante ilegal" con "delincuente". Para Martínez Veiga (ob. cit.), se impuso entre la población nativa local el miedo a unas personas desconocidas, anónimas y sin documentos (los inmigrantes "ilegales"), producto de la situación de segregación espacial y exclusión en la que se encuentran y que hace de estos últimos, no personas, sino algo que se desconoce absolutamente, una masa de la que se tiene miedo.70 Según se supo con posterioridad, la policía actuó de manera tardía y pasiva, práctica inversamente proporcional a las reiteradas cargas policiales que se dan contra inmigrantes marroquíes en Almería. Hay un cuento que circula para graficar la situación referida: “Un nativo de El Ejido lee en un periódico local el siguiente titular: Alud mata 100 personas, y comenta indignado: -¡Coño, tío... estos moros asesinos de mierda!”. 70 74 3. En nombre de “la cultura nacional española”, siempre contrarios al mestizaje, y para resolver el “problema” de la inmigración, Democracia Nacional, un partido inscrito con el número 593 en el Ministerio del Interior, el 25 de mayo de 1995, proponía en su programa, textualmente lo siguiente: “[...] la aplicación rigurosa de la Ley de Extranjería, la persecución legal de quienes empleen mano de obra extranjera en condiciones de ilegalidad, el fortalecimiento del ius sanguinis como criterio de nacionalidad, prohibir los derechos políticos a residentes de nacionalidad extranjera, facilitar las repatriaciones colaborando con los países de origen...” (Sánchez Soler, ob. cit.: 202). ¿Cualquier semejanza con la actual Ley de Extranjería es pura casualidad? El jueves 2 de agosto de 2001 Democracia Nacional organizó una concentración “antiinmigrante” en Las Pedroñeras (Cuenca, Castilla La Mancha), un pueblo con una importante presencia de inmigrantes extranjeros que trabajan en la recogida del ajo71, bajo el lema “Los españoles primero ¡Alto a la invasión!”. Consultados sobre los fines de la convocatoria, los dirigentes del partido sostuvieron que la “invasión de inmigrantes aumenta la delincuencia y amenaza con terminar con los derechos de los trabajadores españoles”. Si de algo vale, al menos en un sentido interpretativo de la historia, es preciso recordar que en España el desprecio y los prejuicios contra los "moros" adquiere dimensiones particulares que hay que tener en cuenta, sobre todo porque algunas siguen vigentes entre grupos de la población española. Al respecto, el Colectivo Ioé-UGT (2001: 159) afirma que "[...] en España el fenómeno racista tiene raíces históricas profundas ya que desde la antigüedad la península ibérica fue lugar de cruce, de confrontación y también de convivencia entre el sur de Europa y el norte de África". Por un lado, los prejuicios contra los "moros" se encuentran en relación con el dominio islámico sobre la península y las cruzadas de la iglesia católica para la reconquista. Por otro lado, las campañas militares de los albores del siglo XX y la utilización de mercenarios De los dos mil inmigrantes que según cálculos del ayuntamiento local residían en el pueblo, setecientos trabajaban en la cosecha del ajo. De esos, aproximadamente unos doscientos magrebíes -muchos de ellos sin papeles- vivían en un campamento improvisado formado por 30 chabolas hechas de palos de madera y bolsas de plástico. El jornal pactado entre empresarios y trabajadores era de 34 euros por cada 20 cajas de ajos recogidos pero, como aseveraba Ahmed, un trabajador marroquí, lo que les pagaban no llegaba a los 24 euros (El País, 3/8/01, p.14). 71 75 marroquíes en las tropas franquistas durante la Guerra Civil española. Sobre esto, sospecho que muchos españoles, principalmente andaluces, más que nada por la proximidad histórica y geográfica, de vez en cuando despiertan aterrados de una pesadilla en la que un trasatlántico de bandera marroquí con un millón de "moros" desembarca en las costas peninsulares. Centrándonos en algunos datos, una encuesta de febrero de 2001 elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) arrojaba lo siguiente: 42 % de los españoles cree que hay demasiados extranjeros, mientras que 27 % confesó que le preocuparía que su hija se casara con un marroquí. En relación a esto último, hay que tener en cuenta que para el imaginario social de buena parte de los españoles, los argentinos, por ejemplo, aparecemos como más "cercanos", aceptados o próximos física, histórica y culturalmente que los "moros" (a quienes no se distingue entre marroquíes y argelinos, al igual que no se reconocen las diferencias y variedades entre las distintas regiones y etnias al interior de esos países). Este hecho deja entrever los prejuicios existentes, además de la ignorancia y el desconocimiento y una negación flagrante de la realidad, ya que es sabido por la historia que los españoles tienen muchas más mezclas, es decir, semejanzas genéticas y culturales con los "moros" -que estuvieron ocho siglos y treinta años instalados en la península ibérica-, que con los argentinos. Un último elemento que se puede apreciar actualmente alrededor del racismo, encubriendo ciertos discursos, es el apuntado por Pincus y Ehrlich (1999: 3-4) cuando afirman que mucha gente piensa que la discriminación contra las minorías ya no constituye ningún problema, lo cual forma parte de la cultura de la negación. Para estos autores, esta última es una de las fuerzas sociales que contribuyen al mantenimiento del sistema de prejuicios, discriminación y conflicto. Y, como todos los sistemas culturales, la cultura de la negación se transmite a través de las familias, los amigos, los vecinos, los maestros, etc., a la vez que se autoriza y mantiene por medio de las autoridades gubernamentales, la iglesia y los medios de difusión. El 27 de enero de 2002 los matones que oficiaban de porteros en una discoteca del Maremagnum, situada en el Port Vell de Barcelona, impidieron de madrugada la entrada al recinto a Wilson Pacheco, inmigrante ecuatoriano de 26 años de edad. Ante la demanda de explicación por parte de éste último, lo apalearon duramente y acto seguido lo arrojaron al mar. El asesinato del ecuatoriano demuestra que la discriminación y el racismo forman parte de la realidad cotidiana de una ciudad tan promocionadamente "multicultural", "cívica" y "tolerante" (sobre todo en términos oficiales de mercado) como Barcelona. En la manifestación de homenaje al asesinado, la Asociación de Ecuatorianos de Cataluña señaló en un manifiesto: "La muerte de Wilson es fruto de muchas cobardías. De la cobardía de los que lo mataron. De la cobardía de los que vieron cómo lo mataban. De la cobardía de toda la sociedad". (Fuente: El País, 3/2/02, "Cataluña", p. 1). El silencio (verdadero crimen de lesa humanidad), la vista corta, esconder la cabeza como el avestruz, el consentimiento, la indiferencia, no saber, saber y callar, no querer saber, y, por ende, cierta complicidad de una buena parte de la población europea (en este caso de la española) en torno a la situación de los inmigrantes, constituyen factores codeterminantes 76 de la realidad a la que me refiero, misma que a su vez se refleja en los datos que arrojan, por ejemplo, los siguientes estudios: - Según el Informe Anual del Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia (2000), entidad que, paradójicamente, tiene su sede en la Austria de Haider, 33% de los europeos se consideraban “muy” o “más bien” racistas. - En estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en diciembre de 2000, revelaba que 38,5% de los españoles era “poco tolerante” con los extranjeros no comunitarios, lo que, sumado a 10,1% de los “nada tolerante”, representaba una muestra de lo potencialmente racista y xenófoba que puede ser la población española. - Según datos del Informe de Juventud en España 2000, elaborado por el Instituto de la Juventud, 30% de los jóvenes españoles considera que la inmigración, a la larga, “perjudica a la raza”, mientras que 24% cree que tiene efectos negativos en “la moral y las costumbres españolas”. - Cuando se cumplía un año de la aplicación de la Ley de Extranjería del 23 de enero de 2001, el CIS revelaba que la intolerancia de los españoles había crecido contra las costumbres de los extranjeros inmigrados. Según este mismo sondeo, 53,5% era “poco” o “nada” tolerante, lo cual supuso un preocupante aumento de cinco puntos respecto a la encuesta llevada a cabo en diciembre de 2000. 77 V. APROXIMACIÓN AL CASO DE LOS NUEVOS MIGRANTES ARGENTINOS EN BARCELONA. 1. "Al llegar a Barcelona lo primero que se ve..." "Se me hace que es en la única ciudad, en el más amplio sentido de totalidad del concepto, de las que conocí en el continente, en la que viviría un tiempo mayor que el de uno, dos o tres meses; o sea, que trascienda el marco físico-temporal de un viaje de estas características." Esta frase está transcrita íntegramente del cuaderno de bitácora de un viaje que realicé entre los meses de julio de 1997 y febrero de 1998 por el continente europeo. El 8 de octubre de 1998 -y me acuerdo perfectamente porque en esa fecha se conmemora el asesinato del Che y también porque es el cumpleaños de mi amigo Manolo- aterricé en Barcelona con "la excusa" de hacer estudios de postgrado (una Maestría en Antropología de la Medicina y un Doctorado en Antropología Social y Cultural). A continuación, entonces, van algunos pasajes del diario de campo de seis años de existir en Barcelona. Esta descripción "densa" (en sentido estricto) del medio histórico-geográficosociocultural (o universo de observación) en el que se inscribe este ensayo, está realizada mediante la técnica etnográfica de participación con observación y análisis crítico. Y sin buscar convertirse en una especie de "oda" a Barcelona, intenta dejar constancia de que se trata de un lugar especial: factor nada despreciable al momento de indagar motivos, razones y causas por las que muchos argentinos han elegido durante 2002-2003 este sitio como preferencial para instalarse en su condición de inmigrantes en España. ***** “Dice que ya no entiende nada. Que esta ciudad no es lo que era, que aquí ha pasado algo y que no sabe explicarlo. Que antes esto era como un pueblo lleno de putas y chulos y chorizos, pero ahora está lleno de canallas de acero inoxidable […] probablemente conectados con una central de datos de canallas de acero inoxidable mediante sutiles hilos cibernéticos hechos de una nada llena de crueldad.” (Manuel Vázquez Montalbán: “El delantero centro fue asesinado al atardecer”, 1997, Barcelona: Planeta, pp. 156) Barcelona no es la de los tiempos republicanos72, ni la de algunos años atrás de "bohemia vida nocturna", tal como llegaban las noticias al otro lado del "charco". A pesar de estar cada vez Toda la historia (la previa, con la experiencia de las comunas anarquistas en Cataluña y otras regiones del Estado español; y la posterior, con los crímenes de la dictadura franquista) de la Guerra Civil española (1936-1939) constituye una referencia casi obligada para algunos sectores del pensamiento político y la lucha social en Argentina, al igual que en otros países de América Latina, como Uruguay y México. Basta tener en cuenta el hecho de que hombres como Rafael Alberti (para nombrar sólo un caso entre tantos) se exiliaron en Argentina. Pero, por otro lado, también está presente la época de principios del siglo XX en Argentina, en la que el anarquismo, como modo inconmensurable de ver el mundo que contiene pautas y metas para la acción humana, encuentra aprobación por parte de los sectores populares, sobre todo de trabajadores inmigrantes (italianos y españoles, principalmente) que veían en sus prácticas senderos viables para revertir la situación de marginación total en la que se encontraban, producto del régimen fraudulento y restrictivo que impuso la oligarquía dominante argentina. 72 78 más adaptada por el Poder a los cánones de la Unión Europea (dicen que, sobre todo, desde las Olimpíadas de 1992 en adelante)73, y de estar convirtiéndose progresivamente -de forma acelerada a partir de la asunción del Euro- en una ciudad cuasi inaccesible para el que no tenga dinero, Barcelona, en sí, es una ciudad bellísima, agradable, abierta, poco hostil, hecha a escala humana como ninguna. Estas características, sumadas a algunas razones, variables y motivos que se abordarán más adelante (además de las estadísticas, claro está), hacen de Barcelona un sitio que particularmente -y como pocos en Europa- atrae a la migración argentina.74 Se trata de una ciudad en la que, a diferencia por ejemplo de Ámsterdam, no se ven tantas bicicletas por las calles; y eso que es topográficamente muy pedaleable. Personalmente, en estos seis años no me bajé de ellas, utilizándolas en todo momento y para ir a todos lados. Prácticamente, la cuestión se convirtió en un vicio ("sano", dirán), a tal punto que las veces que volví a Buenos Aires padecía síndrome de abstinencia, llegando verdaderamente a extrañarlo. Esto por razones obvias: andar en bicicleta por el centro de Buenos Aires es tan peligroso como ser inmigrante sin papeles en España y trabajar en la construcción. Es de destacar el hecho de que la contaminación ambiental (mar, tierra y aire) no sobresalga como principal problema de la ciudad, tal como sucede con muchas otras urbes. Del mismo modo, estar cerca de la montaña y tener la playa a diez minutos del centro, más allá de la calidad de la arena (si se puede llamar así) y la pureza de las aguas (no es el Caribe, claro está) es un "lujo" para una ciudad europea. Considero a Barcelona como una ciudad cosmopolita, sobre todo por la grata -y porqué no esperanzadora: "todas las culturas para todos"- sensación de que la habitan cada vez más gentes de distintas partes del planeta. Y aunque la influencia de las diferentes culturas, concepciones y formas de ver el mundo se va impregnando lentamente en algunos sectores de esta sociedad, hay algunos interesantes espacios de fuerte comunión entre todas ellas. Un ritual al que me refiero es el de los domingos en el Parque de la Ciutadella, donde el Caribe, el Río de la Plata, las costas del Pacífico, México y Centroamérica se mezclan con lo norteafricano, lo negroafricano, lo asiático, lo oriental, lo catalán y lo hispano. Músicas, bailes, palabras, movimientos, figuras, sonidos, comidas, gentes, colores, aromas variados, todos medios de entendimiento humano que le dan al sitio un encanto particular, difícil incluso de rastrear de igual manera en algún otro rincón de la geografía europea. En lo que se refiere a las variables económicas, tenemos que Cataluña, junto a Madrid y País Vasco, son las comunidades autónomas de mayor nivel de renta y gasto por habitante de todo el Estado español, según el último "Informe de coyuntura económica" publicado por Caixa Catalunya, referido al año 2000. (Fuente: El Mundo, 4/8/04, edición digital). Por otra parte, el informe “European Cities Monitor”, elaborado por una consultora internacional, ubica desde 2003 a Barcelona como la mejor ciudad europea en “calidad de “Esta ciudad será el escaparate de Cataluña y de España en mil novecientos noventa y dos y está en juego una imagen publicitaria en el gran mercado universal de la imagen.” (Vázquez Montalbán, ob. cit.: 101). A partir de ese momento con la llegada al poder del PSOE, cuyo alcalde fue P. Maragall, actual presidente de la Generaliat de Catalunya, se aplicó el modelo urbanístico basado en: viviendas, parque público de cemento y zona de servicios con guardería, centro cívico y local para la tercera edad incluido, todo lo cual impera en los distintos barrios de la ciudad. 74 No solamente a la actual, sino que incluyo a las otras dos anteriores (dictadura militar e hiperinflación alfonsinista-menemismo temprano). 73 79 vida”, ganando posiciones cada año en el ranking continental de mejores ciudades “para hacer negocios”. En otras palabras, digamos que sobre todo en Barcelona, como capital de Cataluña, la demanda de trabajo no ha superado aún la oferta; las condiciones y los salarios son mejores que en otros lugares; se produce excedente; se consume; y se redistribuye de manera relativa.75 Por otra parte, creo que Barcelona presenta un "buen y prolijo aspecto" a los ojos de los turistas, principalmente japoneses, estadounidenses y norte europeos (anglosajones, arios y nórdicos: los guiris76, que aportan millones de euros por año a la economía española). Distinta es la reflexión que surge mientras se recorre la calle de San Ramón, en el barrio Chino, inundado de prostitutas autóctonas y extranjeras, "camellos" (dillers), "yonkis" (heroinómanos) y bares oscuros. En éste, como en otros barrios cada vez más habitados por inmigrantes, los edificios y sus interiores se caen a pedazos, y se encuentran los mayores casos de incidencia de tuberculosis. Dentro de la "ciudad vieja" (el casco antiguo), la excepción es el Borne, perímetro barrial donde habité los últimos tres años, en el que, como parte del mismo contexto situacional, se fue produciendo una transformación fetichista-postmoderna reflejada en el estilo de las galerías de arte, bares y tiendas comerciales absolutamente "for export". Tan es así, que algunos antiguos vecinos del barrio cuelgan pancartas desde sus balcones con leyendas del tipo: "Detrás de una fachada pintada, una finca en ruinas"; o "Barcelona posat guapa per fora, tambe per dintre" ("Barcelona, ponte guapa por fuera [campaña del Ayuntamiento local para la rehabilitación de pisos antiguos del casco viejo], también por dentro") Y ya que ha entrado en escena el catalán, la lengua oficial de Cataluña, me ha dado la sensación muchas veces de que se utiliza como elemento diferenciador-segregador, llegando a ser un obstáculo retrógrado y no un canal de comunicación humana, un puente, "un instrumento al servicio del intercambio de conocimientos, sentimientos, ideas, etc.", como la designa Atxotegui (2000: 91), que es justamente para lo que debiera existir. Esto ocurre principalmente entre ciertos sectores de la burguesía catalana, la cual, desde el Poder, mantiene el discurso nacionalista de que Cataluña no puede seguir manteniendo con "su" trabajo y la riqueza que genera al resto de España, es decir, a regiones más pobres como Andalucía, por ejemplo. Argumento en parte falso porque, como se ha intentado mostrar en este ensayo, la riqueza la genera en buena medida el trabajo que realizan los inmigrantes. Este y otro tipo de posturas han llevado a que en algunas regiones de España a los catalanes se los llame "peseteros" (por la antigua y ya extinta peseta) o "polacos", designaciones que se refieren a una estigmatización mediante la cual se los identifica con un manejo miserable-amarrete-avaro-tacaño con el dinero. Incluso esto tiene cierta relación con la gran presencia de judíos en la región, teniendo en cuenta el hecho histórico de que durante la caza de brujas inquisitoria de la Edad Media se persiguió a moros y judíos, muchos de estos últimos cambiando sus apellidos y refugiándose en Cataluña. Cierta vez mi amigo Manolo, gallego que vive desde pequeño en Barcelona y habla un perfecto catalán (pero sigue siendo -y muy- gallego), me hizo una certera interpretación-definición sobre Cataluña y los catalanes. Dijo textualmente: "En Cataluña la riqueza no se comparte. Se reparte..." 76 Para tener una idea de la importancia económica que ha alcanzado el turismo como industria, tenemos que se calcula que llegan a España 50 millones de guiris al año, los extranjeros "bienvenidos" que en Barcelona fue donde más dinero gastaron durante 2001 (15,85 % del total gastado en toda España). 75 80 Lo cierto es que Barcelona me dio muchas cosas lindas -el amor y una hija entre ellas- en estos seis años de vivirla. Así que le estaré eternamente agradecido. 81 2. El problema de la vivienda. “Hay que comprar terrenos y comprar a los que pueden recalificar terrenos. Éste ha sido el negocio fundamental de esta ciudad desde que derribaron las murallas.” (Manuel Vázquez Montalbán, ob. cit. pp. 82) En primer lugar, resulta fundamental remarcar que los elementos que caracterizan las condiciones de acceso a la vivienda de los colectivos inmigrantes se enmarcan dentro del contexto de la problemática general de la vivienda en España, agravado por algunas de las dimensiones tratadas alrededor del fenómeno de la inmigración como “problema” (capítulo III). La posibilidad de acceder a una vivienda digna a un precio accesible por parte de los grupos no privilegiados de la población en una ciudad como Barcelona, al igual que en Madrid, se vuelve cada vez más difícil. Entre los factores que determinan esta situación se encuentran el fuerte aumento de la demanda y la escasez de la oferta, los altos precios del mercado inmobiliario y la enorme especulación de los propietarios. Como lo demuestra el siguiente cuadro, a partir de 2000 y en adelante los precios de los alquileres comenzaron a aumentar en mayor proporción que en años anteriores. Si a ello se le suma que los inmigrantes constituyen el sector subalterno con menor poder adquisitivo, más excluido y marginado socialmente y con una condición laboral y jurídica particular, la situación general para ellos empeora. Algunas de las variables descritas anteriormente han sido analizadas a nivel estatal por Martínez Veiga (1999); mientras que Morera (1998) ha abordado el problema en relación a los colectivos musulmanes (fundamentalmente comerciantes marroquíes y paquistaníes) del distrito de Ciutat Vella. Por su parte, Cáritas, a partir del trabajo que desarrolla en España, ha resaltado la transformación sufrida en el perfil de los “sin techo”, el cual no responde ya al estereotipo del hombre solitario mayor de 40 años, sino que cada vez más corresponde a mujeres jóvenes e inmigrantes sin contrato de trabajo. Según esta organización, en España habría en la actualidad unas 48.000 chabolas y otras 37.000 casas en estado ruinoso. Además, dos millones y medio de personas vivirían en hogares con serios problemas de humedad que pueden afectar la salud. Un elemento significativo a tener en cuenta en el caso de la vivienda es el paralelismo existente con las condiciones de trabajo descritas más arriba: los inmigrantes habitan las viviendas en los barrios que la población autóctona ya no utiliza o ha abandonado, como ocurre con los puestos de trabajo precarizados dentro de la economía sumergida. Por lo tanto, al igual que con el trabajo, en general no existe una marcada competencia por la vivienda entre autóctonos e inmigrantes extranjeros. Más bien lo que se produce es un fenómeno de progresiva y relativa “guetización” de algunas comunidades o barrios. Este patrón, cada vez más recurrente en algunas ciudades de España -ya desde hace tiempo instalado en otros países de Europa- se suele presentar al producirse una rebaja de los alquileres en determinados barrios donde se agrupan a vivir los inmigrantes y de donde se marchan los autóctonos. Resultado: las condiciones de vivienda decaen y el barrio queda estigmatizado. “Las imágenes y estereotipos socioculturales contribuyen a generar espacios sociales diferenciados para los distintos colectivos inmigrantes.” (Colectivo Ioé-UGT, 2001: 56). El fenómeno referido se manifiesta desde los abusos en los precios de alquiler y las insalubres 82 condiciones sanitarias y de habitabilidad de los pisos, hasta la estigmatización ya no sólo de las personas que componen el colectivo inmigrado que se concentra en el barrio, sino de algunos pisos, determinadas calles o del barrio entero. Este es el caso de algunos sectores de los barrios que conforman el distrito de Ciutat Vella, como Raval y Parc de la Ciutadella, donde habitan mayoritariamente los sujetos de este estudio. En función de lo expuesto y de acuerdo con Massey y Denton (1993), puede decirse que uno de los indicadores más claros de la situación de los trabajadores inmigrantes quizás sea la vivienda. Asimismo, se trata de uno de los ámbitos en los que se ejerce de manera muy directa la discriminación y opera la segregación residencial. Es usual la práctica discriminatoria-segregadora de impedir el acceso a una vivienda en determinados distritos por parte del propietario a una familia de inmigrantes, incluso en el caso de que ésta posea el dinero para pagar el alquiler de la misma: “Las agencias inmobiliarias (e incluso algunos particulares) suelen tener una actitud negativa ante los extranjeros, por lo que se recomienda ir acompañado por un amigo que resida aquí para informarse de las ofertas.” (Observatori DESC, 2003: 36). Ciertamente, no ha resultado difícil constatar los abusos y negativas discriminatorias a las que fueron sometidos muchos inmigrantes en Barcelona, sobre todo africanos. En el caso de los abusos, también existen intermediarios usureros (tanto autóctonos como de los propios colectivos de inmigrantes) que se aprovechan de la desesperación y la urgencia, y el desconocimiento y la falta de información de muchos inmigrantes. A esto hay que sumarle que en ciertos sectores de la sociedad local está instalada la idea de que las condiciones de pobreza y de vivienda son parte intrínseca de la cultura de origen del inmigrante, lo cual es más o menos parecido a decir que “son pobres porque quieren”, o “porque está en su naturaleza”, como escuché en alguna ocasión. Algo parecido sucede con la proyección que muchas veces realizan los autóctonos sobre la higiene/salubridad de los inmigrantes en términos de “peligrosidad social”; o al momento de adjudicarles supuestos problemas de salud por causa de sus modos de vida, de acuerdo al argumento etnocéntrico por el cual se trata de un problema de “costumbres” (esto es, de “diferencias culturales irreductibles”). 83 3. La accesibilidad y la atención en los servicios sanitarios. El capítulo III de la Constitución española regula los principios rectores de la política social y económica. Los artículos 13, 41 y 43 reconocen la universalidad del derecho a la protección de la salud, pero la Constitución no tutela la salud pública. Esto quiere decir que, aún reconociendo la universalidad del derecho a la protección de la salud, las leyes españolas distinguen entre la asistencia sanitaria pública y la prestación sanitaria gratuita o la prestación de la seguridad social. Respecto a la Ley de Extranjería actualmente en vigor, reconoce el derecho humano universal y constitucional español a la asistencia sanitaria sólo a aquellos extranjeros que se encuentren en situación regular. No obstante esto, los menores de 18 años, las mujeres embarazadas (durante el embarazo, parto y posparto), y cualquier persona en caso de urgencia, tienen derecho a recibir asistencia médica aún no teniendo papeles de ningún tipo. (Observatori DESC, 2003: 38) En Cataluña, comunidad autónoma que posee plenas competencias en materia sanitaria, dentro de las áreas básicas de salud (ABS) son los Centros de Asistencia Primaria (CAP) los encargados de la atención sanitaria, junto con los hospitales en casos de urgencia. Para ser atendido es necesario tener la tarjeta sanitaria, la cual se solicita en el CAP más cercano al domicilio, previa presentación del certificado de empadronamiento. Aún así, la realidad presenta otro tipo de obstáculos: en su Informe 2001, el Defensor del Pueblo se explayó sobre el colapso de los ambulatorios en España, que creaban listas de espera de hasta dos años. Es necesario apuntar asimismo que ni a nivel estatal ni autonómico de la salud pública existe mención explícita sobre la atención a inmigrantes extranjeros. En el caso de Cataluña, por ejemplo, el Mapa Sanitario (Departament de Sanitat i Assistencia Social, 1980), Libro Blanco de la salud pública catalana que marcó las líneas de acción de las últimas dos décadas, no se encuentra ninguna referencia a la inmigración. Incluso entre las prioridades de los Planes de Salud Pública de Catalunya 1993-1995 y 1996-1999 (Departament de Sanitat i Seguretat Social, 1993 y 1996) no se contempla el fenómeno de la inmigración desde una perspectiva integral, ni se adopta una postura clara sobre el derecho de los inmigrantes a la asistencia sanitaria, sino una serie de criterios mínimos para su abordaje entre los médicos: problemas de comunicación de orden lingüístico y enfermedades importadas (Diputació de Barcelona, 1997: 574). Pequeñas menciones, aunque laterales, sobre la población inmigrante pueden encontrarse en el Informe SEPSAS 2000 (Alvarez Dardet y Peiró, 2000). En el caso de los centros de salud ubicados en áreas donde se concentran poblaciones de inmigrantes, se ha intentado reorientar los programas de atención para dar respuestas a sus necesidades y problemas específicos (Organ Tècnic del Pla interdepartamental d’inmigració, 1997). Lo anterior, partiendo del hecho que son “las condiciones de vida precarias más que las enfermedades importadas, la causa principal de los problemas sanitarios más graves de algunos sectores de inmigrantes”. (Diputació de Barcelona, 1997: 555). A continuación, se presenta un breve repaso por tres de los principales centros de atención de población inmigrada ubicados en la ciudad de Barcelona: 1) El Servei Catalá de la Salut (SCS) posee una institución particular en relación a la atención de los inmigrantes en el corazón de Ciutat Vella: la Unidad de Enfermedades Tropicales e Importadas, también conocido como Centro de Medicina Tropical de 84 Drassanes. Fue creado en 1985 y está especializado en enfermedades importadas (tropicales) y transmisibles (HIV-Sida, hepatitis, tuberculosis, etc.). En este sentido, el tratamiento contra la malaria, enfermedad que algunas personas originarias de África portan desde sus países de origen, constituye un campo importante de acción; al igual que el tratamiento preventivo, como vacunaciones, para viajeros con destino a países del Tercer Mundo. En el centro se intenta un intercambio entre los agentes de salud (senegaleses, paquistaníes, del Pacífico de Asia, de Latinoamérica y magrebíes) y los profesionales sanitarios, por un lado; y entre los primeros y la población de atención, por el otro, organizándose fuera del centro charlas y actividades grupales con el objetivo de capacitarlos y formarlos en cuestiones de salud. 2) El Hospital del Mar (Barceloneta, Ciutat Vella). Donde alguna vez funcionó el viejo Hospital Municipal de Barcelona para Enfermedades Infecciosas, se emplaza este hospital restaurado a partir de la transformación que se operó en la ciudad ante el evento de los Juegos Olímpicos de 1992. Desde 1970 la institución está asociada con la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), albergando bajo su techo al Instituto Municipal de Investigaciones Médicas y los cursos de las Maestrías en Medicina Tropical y Geografía Médica (UAB). La población que acude al hospital comprende principalmente a la que habita en el distrito de Ciutat Vella: autóctonos, entre los que se encuentran muchas personas de la etnia gitana, e inmigrantes. En el caso del servicio de pediatría, por ejemplo, para finales de 2001 los niños hijos de inmigrantes ingresados al hospital superaban 50% de los casos, los cuales sumados a los niños de etnia gitana alcanzaban 60%. En lo que se refiere a perfiles epidemiológicos, los niños hijos de inmigrados en esta sociedad se enferman de lo mismo que los autóctonos (problemas infecciosos, accidentes y traumatismos, etc.). Pero hay 3% de enfermedades “importadas” que el director del servicio clasifica como “genéticas, ligadas a los hábitos y costumbres de las poblaciones inmigradas en origen y las que aparecen en la sociedad de acogida”. En este sentido, y ligado a las condiciones de vida en esta sociedad, la tuberculosis aparece como la única enfermedad algo más prevalente entre los niños hijos de inmigrantes en relación a los autóctonos (Institut Municipal de Salut Publica, 1999). Por este y otros motivos, el servicio de Pediatría no cuenta con una unidad especial de atención a los inmigrantes. 3) El Hospital Clínic (distrito Eixample). Tiene status de Hospital Universitario y en su interior funciona la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona (UB). Aunque posee una Unidad Hospitalaria para Enfermedades Tropicales no se atiende la cantidad de población inmigrante como sucede en el centro de Medicina Tropical de Drassanes. Al igual que este último, parte de su personal médico-sanitario ha tenido experiencia de participación en países africanos mediante campañas de solidaridad y cooperación a través de proyectos de ONGs europeas; y se les otorga asesoramiento, asistencia y tratamiento a los viajeros que visitarán estos países, como a los que volvieron de los mismos. Durante 1999 la población extranjera atendida en el Hospital Clínic alcanzó un total de 5.260 personas, lo que equivalía a una media de 438 personas por mes, y significó un aumento de 1,7% más de extranjeros atendidos respecto de 1998. Del total de atendidos en 1999, la 85 distribución por continente fue la siguiente: europeos 31%; latinoamericanos 23,2%; africanos 8,8% (principalmente marroquíes); y asiáticos (filipinos, chinos y paquistaníes) 7,8%. Más allá de las condiciones generales de acceso que son buenas para los residentes, y en términos de la atención de los problemas de salud de los inmigrantes, vale decir, de los aspectos cualitativos, en general se ha podido verificar un desconocimiento de parte del personal sanitario español sobre el diagnóstico y tratamiento de dos tipos de padecimientos que pueden llegar a ser frecuentes entre las personas inmigrantes que acuden al sistema sanitario: por un lado, los denominados por la Antropología de la Medicina Cultural Bound Syndroms (“síndromes culturalmente delimitados”, no exclusivos del campo “tradicional”); y, por otro lado, los tipos de padecimientos de origen, también llamados “enfermedades importadas”.77 Uno de los elementos a destacar en torno a esta cuestión es que los estudiantes de medicina españoles ven muchas de estas enfermedades en los libros (sólo ideal o teóricamente) y no en los cuerpos de las personas que atienden. Este fenómeno se produce en los países del occidente post-industrializado, con perfiles epidemiológicos donde predominan las enfermedades crónico-degenerativas. Desde mi punto de vista, aquí aparecería otro factor para explicar porqué algunos médicos españoles jóvenes no saben diagnosticar y tratar enfermedades de tipo infectocontagiosas o respiratorias prevalentes en los países del “Tercer Mundo”, desde donde llegan los nuevos migrantes que se convierten día tras día en la población de atención. En pediatría, por ejemplo, padecimientos como el raquitismo, para mencionar solo alguno, probablemente un médico español joven no las haya visto ni tratado nunca, y ahora algunas de ellas comienzan a aparecer entre los hijos de inmigrantes que atienden. Entre los aspectos relevantes a subrayar en torno a este problema se encuentra la escasa formación universitaria que reciben los estudiantes de medicina, futuros médicos, en el campo de los llamados “factores culturales” y su determinación en la salud/enfermedad/atención de las personas, así como, específicamente, en el ámbito teórico-práctico de la salud y la inmigración. Algunas voces, aunque todavía minoritarias, comienzan a alzarse desde los profesionales de la salud españoles. Oscar Valtueña Borque, doctor en medicina y vicepresidente de la ONG Puericultores sin Fronteras, se refería a ello en una entrevista (El País, 24/2/2000, p. 30) en términos del escaso interés formativo sanitario que despierta el tema en España y proponiendo el imprescindible estudio de las necesidades sanitarias de los inmigrantes para poder aplicarlas en la atención de su salud. Desde una perspectiva similar, López Abuin (2002: 492) sostiene: “El personal sociosanitario debe estar preparado y disponer de los conocimientos oportunos para el abordaje del inmigrante por las especiales características que en él y en su entorno confluyen. Es un paciente que cada vez demandará más de nuestra atención: si hace años era muy rara en nuestro Estado esta demanda, hoy día existen comunidades autónomas en España en las que ya hasta un 20% de las prestaciones realizadas en los centros de salud son realizadas a los inmigrantes.” En relación a la “importación de enfermedades”, vale subrayar, no obstante, que se produce una mayor incidencia de estas en el caso de los españoles que viajan al África, por ejemplo, que las “importadas” por los colectivos migrantes provenientes del África Subsahariana, como la malaria. (López Abuin, 2002: 496) 77 86 Situados en Barcelona, la realidad descrita se refleja sobre todo en el distrito de Ciutat Vella, donde se concentra la mayoría de la población inmigrante de la ciudad; y dentro del mismo, en el barrio Raval. En el CAP (Centro de Atención Primaria) de Drassanes, por ejemplo, casi 40% de la población atendida es inmigrante: la mitad es originaria de Indostán (Paquistán, India y Bangladesh); la otra parte importante son sudamericanos (Ecuador, Perú, Argentina, República Dominicana, Colombia); y un pequeño porcentaje son filipinos, magrebíes, chinos y de Europa del Este. Montse Salgado, 32 años, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del CAP de Drassanes, que hizo durante dos años su especialidad allí como residente y que, en el momento de entrevistarla (septiembre de 2003) hacía dos años que ejercía como médica en uno de los consultorios de la 6 ta. planta, ha corroborado la falta de consideración de los factores culturales en la formación de los médicos españoles: “Para atender a población inmigrante no se está formando. A nivel académico no existe nada de esto: se tratan grandes patologías que, luego, cuando llegas aquí, no ves. Nadie te lo enseña, lo aprendes aquí, con la experiencia, con las demandas de los pacientes. Vas compartiendo e intercambiando experiencias con tus compañeros de trabajo y aprendiendo. Claro, que con la población autóctona de aquí también atendemos muchas veces problemas que son físicos pero esconden detrás una patología social, una problemática familiar... por eso creo que nos iría muy bien una formación de cursos de Antropología, nos interesaría mucho. Creo que la Antropología nos serviría para entender un poco mejor a los pacientes.” (Montse Salgado, médica del CAP de Drassanes) Su compañera de trabajo en el CAP, Soledad Nadal, también doctora en igual especialidad, opina en la misma línea: “Creo que en determinados aspectos hay algo de ´barrera cultural` . Lo notas sobre todo a la hora de explicar cosas o a la hora de problemas que tienen determinadas personas y que tú al principio no los entiendes: te explican lo que les pasa y tú dices: -¡pero porqué esto les supone un problema!-, que para ti no lo sería pero para la otra persona sí por su cultura, sus tradiciones...Yo he aprendido mucho a base de experiencia porque hay problemas que se van repitiendo y al principio no lo entiendes, pero después ya sabes cómo abordarlos, compartes la información con tus compañeros y se va entendiendo mejor. Creo que si estas cosas se explicaran desde nuestra formación, nos ayudaría mucho en nuestro trabajo, no tendríamos la necesidad de despabilarnos tan rápido y sería una herramienta muy importante porque en atención primaria abordamos a la gente desde un aspecto muy completo, intentamos hacer abordaje bio-psico-social.” (Soledad Nadal, médica del CAP de Drassanes) Por su parte, en un tono algo más crítico y de denuncia, Mariano Sánchez Bayle, presidente de la Federación de Asociaciones por la Defensa de la Sanidad Pública de España (FADSP), considera lo siguiente: “La universidad no está formando a los profesionales para que respondan ni a la expectativas de la población ni menos a las necesidades sociales. La universidad forma una elite profesional enfocada hacia diagnósticos raros, terapéuticas espectaculares y se dirige 87 poco hacia las causas de las enfermedades que muchas veces están relacionadas con problemas socioeconómicos.”78 Al respecto, y sobre todo en los centros de atención con mayor concentración de población inmigrante, los principales padecimientos por los cuales los usuarios acuden a consulta están relacionados con las condiciones de vida y de trabajo; es decir, por causas de índole socioeconómica, potenciadas por la situación de “duelo migratorio”: “Se trata de una población joven que ha venido fundamentalmente a trabajar a este país; por eso, los problemas que más tienen y por los cuales vienen suelen ser consecuencia de la sobrecarga en el trabajo, dolores musculares, etc. También problemas de somatización, secundarios a toda la problemática social que tienen: angustia, ansiedad, estrés... Les preocupa mucho cualquier cosa que les afecte, sobre todo en el trabajo: no estoy comiendo bien, no estoy durmiendo bien, dolores lumbares, musculares, insomnio. Muchas veces no saben explicar bien lo que les pasa pero tú sabes que no se encuentran bien y por eso han venido a consulta.” (Montse Salgado, médica del CAP de Drassanes) “La mayoría viene para que les resuelvas un problema en concreto de salud; suelen ser gente joven, que no tienen grandes enfermedades: vienen a consulta desde un resfriado hasta un problema en la piel... patologías bastante frecuentes. También a veces vienen a pedir un chequeo, una revisión. En términos generales, no hay muchas diferencias con la población autóctona que atendemos aquí: hay tuberculosis, hay también parasitosis intestinales en extranjeros que provienen de áreas rurales, etc. Creo que las enfermedades de los inmigrantes están ligadas al lugar donde vivían y a las condiciones en las que viven aquí, en condiciones de hacinamiento y con problemas importantes. A lo mejor en una casa viven diez personas y en una misma cama duermen por turnos, es decir, que no pueden mantener una higiene correcta. Hay casos que te encuentras que tienen accidentes laborales y vienen aquí en vez de ir a la mutua porque muchos no saben que existe, o bien van a la mutua y resulta que no están asegurados; también hay mucha gente que trabaja sin contrato... Entonces, además de atenderlos en el problema médico, debes darles información sobre cómo funcionan las cosas, asesorarles un poco en este sentido. También hay mucha somatización en los inmigrantes: ansiedad, trastornos psicológicos, aunque también encontramos esto en la población autóctona. Cuando te separas de tu familia, de tu tierra, pues es normal que tu estado de ánimos baje un poco y estés más vulnerable a los dolores, a los problemas físicos, a las molestias. Yo siempre les digo: cuando el corazón está triste, el cuerpo también duele más.” (Soledad Nadal, médica del CAP de Drassanes) 78 Entrevista publicada en De Verdad, año XXIII, Nro. 4, p. 8. 88 4. El proceso migratorio senegalés a Barcelona: una exploración comparativa sobre su especificidad para contrastar el caso de los nuevos migrantes argentinos. ¿Qué utilidad analítica tiene en este trabajo presentar brevemente el caso de los migrantes senegaleses en Barcelona? Se trata de un proceso migratorio muy diferente al de los argentinos en cuanto a rasgos y características, tanto en lo que se refiere a la situación de partida, es decir, en origen, como a la organización social del proyecto migratorio, la red de relaciones y vínculos entre los actores, la inserción en el mercado de trabajo local, etc., pero que se desarrolla en el mismo contexto de la sociedad de destino. En base al Ministerio del Interior español, hasta enero de 2003 los residentes senegaleses en España sumaban 14.765 personas, de las cuales 4.694 se encontraban en Cataluña donde constituían el segundo colectivo inmigrante más numeroso del África subsahariana, detrás del gambiano. Al interior de Cataluña, más de la mitad de los senegaleses se concentraba en la provincia de Barcelona. Es a partir de 1990 que comienza a constatarse una relativa presencia de senegaleses en España, fenómeno que se refleja asimismo, por ejemplo, en el cine. La primera película del cine español referida al nuevo fenómeno de la inmigración africana ha sido “Las cartas de Alou”, de Montxo Armendáriz. La obra relata la historia de Alou, un joven senegalés que llega a España de tránsito hacia Europa del Norte, y en el interregno trabaja en el ámbito de la economía sumergida, combinando la recogida de fruta con la venta ambulante para sobrevivir. Una española se enamora de él y están un tiempo juntos, pero el protagonista debe continuar inexorablemente con su trayecto. Del contenido de esta película vale destacar dos aspectos significativos: 1) si bien puede ubicarse a los primeros migrantes senegaleses que llegan a territorio español a mediados de la década de 1980 (la mayoría en tránsito), es fundamentalmente a partir de 1990 que progresivamente comienzan a instalarse en algunas regiones de España; y 2) casi siempre dentro del ámbito de la economía sumergida, los migrantes senegaleses han combinado el comercio de venta ambulante urbano en los períodos de mayor venta con el trabajo en la agricultura en los períodos de recolección, como medios principales de subsistencia. En base a las entrevistas realizadas para la investigación de mi tesis doctoral (véase Goldberg, 2004), puede decirse que los senegaleses conciben la emigración como un proyecto que a partir del momento en que se inicia supone estudiar, planificar y evaluar los objetivos, las ventajas, las probabilidades y las factibilidades que la decisión acarrea. Lo anterior, supone, entre otras cosas, una relación dinámica de contacto e información con familiares/amigos en destino. Antes de iniciar sus desplazamientos, contactan con anticipación a algún familiar instalado en el país receptor, que tendrá el conocimiento previo de la llegada del otro. Consideran un elemento indispensable de la cadena migratoria el hecho de llegar a un lugar y conocer a alguien de confianza, cercano, que los entienda, que asuma como un deber, un compromiso, orientarlos, ayudarlos, asesorarlos, guiarlos en los primeros momentos. Una vez definido esto, lo principal para ellos es llegar al continente europeo; y casi mayoritariamente, el medio para hacerlo es por avión. Por lo tanto, organizan la movilidad en función de las condiciones que se presentan en cada momento, en cada país. Estas condiciones van desde la posibilidad de otorgamiento de la visa en origen, pasando por las 89 de control fronterizo en el continente europeo y las oportunidades de venta, hasta la concesión de permisos de trabajo y/o residencia. Sobre lo expuesto vale destacar, además, dos elementos: en primer lugar, el papel que cumplen las redes de información para dar pistas y señales sobre los lugares de entrada más o menos accesibles en los aeropuertos de las ciudades europeas; y, en segundo lugar, que en algunos casos ese tipo de información está vinculada a una red de gente organizada, que en ocasiones se confunde en Europa con una “mafia de tráfico ilegal”. Las estrategias de movilidad de los senegaleses, los llamados flujos sur-norte, se basan en una migración de carácter fundamentalmente masculino e implican un desplazamiento transcontinental (a Europa y USA, preferentemente). Suponen una inversión económica familiar de envergadura para la unidad doméstica que suele incluir a la familia extensa, como parte del proyecto migratorio. Este último persigue en lo inmediato la diversificación económica y la mejora del status socioeconómico local del grupo. A largo plazo, se busca el desarrollo de la comunidad en términos de infraestructura y servicios, hecho que se relaciona con las acciones y proyectos de cooperación que puedan poner en práctica personas emigradas originarias de un mismo pueblo que residen en un sitio común.79 De esta manera, la migración se concibe dentro de una estrategia de movilidad socioeconómica y es percibida como una inversión que realiza todo el grupo doméstico con un claro efecto multiplicador, en la que se favorece la migración de nuevos parientes y se van fortaleciendo las redes en destino. La familia “selecciona” a los varones que potencialmente pueden ofrecer mayores posibilidades de garantizar el éxito del proyecto migratorio. En general, se trata de los hijos de una autoridad política, religiosa, económica o sanitaria del pueblo. Por otro lado, los enfermos no están en condiciones físicas para realizar un desplazamiento (y las travesías en tiempo y distancia que muchas de ellas suponen) largo, complejo, solitario e incierto. Por ende, aquellos que marchan son jóvenes, fuertes, sanos, valientes, más hábiles, con mejor preparación y más desenvueltos. Atxotegui (2000: 99) concuerda con lo anterior cuando destaca que debido al conjunto de dificultades y riesgos que supone el emigrar, tienden a efectivizarlo las personas más fuertes y capaces. Fortaleza y capacidad no sólo físicas, sino sobre todo psicológicas, son las que se requieren para resistir y abrirse paso por sobre condiciones extremadamente difíciles. Sumado a esto, como se mencionó más arriba, en el caso de los hombres senegaleses se trata de aquellos nacidos en un sustrato de cierto poder en el seno de su comunidad. En la misma línea de análisis se ubica Recolons (2001: 685), al resaltar no solamente la selección por factores económicos, sino las condiciones de fortaleza relacionadas con la edad y “las condiciones anímicas de empuje y aguante para soportar la dureza de las dificultades inherentes al hecho de migrar”. Las redes y cadenas migratorias de los senegaleses se organizan, estructuran y funcionan de acuerdo a un proceso ascendente que va de la familia nuclear a la familia extensa, y de ahí a la Esto queda reflejado entre los objetivos perseguidos por algunas asociaciones senegalesas en el extranjero: “[...] la capacitación de los inmigrantes en la dinámica de la cooperación al desarrollo sostenible en el país de origen”. (Fuente: Documento final de las Jornadas Estatales de Asociaciones Senegalesas del estado Español. Palma de Mallorca, 26, 27 y 28 de mayo de 2000. Federación de Asociaciones de Inmigrantes Senegaleses del estado Español). 79 90 comunidad. Es decir, las redes son de base parental, étnica y geográfica. Se trata de un proyecto en el que se produce una inversión de parte de la economía familiar/comunal, ya que los que logren instalarse en destino asumen la responsabilidad para con su gente de origen: enviar remesas, buscarle trabajo a los que vendrán, proporcionarles a su llegada una cama, dinero y, en el caso de los senegaleses en Barcelona, también la mercadería necesaria para que empiecen a trabajar en la venta ambulante.80 De modo general, puede decirse que el proceso migratorio de los senegaleses constituye, por un lado, un recurso para generar ingresos (propios pero fundamentalmente dirigidos a la familia/pueblo); y por otro lado, es percibido como una vía eficaz para lograr una legitimidad y un status social determinado, tanto en la sociedad de origen como en la de destino. El emigrado se percibe en origen como un exitoso, un referente social: hacerse hombre, tener dinero, mujer e hijos… “En África, venir a Europa significa un suceso. Volver a África, hacer una casa muy grande y bonita, casarse con una chica guapa... entonces piensan que has triunfado. Una madre africana que ve todo eso le dice a su hijo: mira, has visto al tío, viene de España y tiene mucho dinero. Hay que ir a España... El chico dice que no tiene dinero para irse y la madre le dice: mira, yo voy a vender la casa para que te vayas. Hay muchas familias que lo han hecho: venden sus casas o un terreno o algo importante para que el hijo pueda emigrar.” (Kai, migrante senegalés de Barcelona) A partir de la segunda mitad de la década de 1990, Italia y España han sido los destinos europeos preferenciales de los migrantes senegaleses; además de Dakar, provenientes fundamentalmente de las ciudades de Touba y Djourbel (región de Baol) y de Louga (región de Djambour), y también de Siné (región de Kaolack). En la ciudad de Touba, las casas de filmación son un negocio activo. En ellas, mujeres senegalesas se hacen filmar en cintas de video que llegarán hasta las manos de jóvenes migrantes modou-modou en estos países europeos. Estos tal vez se casen con una o más de ellas cuando vuelvan “de visita” a Senegal: “Se suele decir que si te nace una hija, ojalá se case con un modou-modou. Y si te nace un hijo, ojalá que termine hablando italiano…” (Namse, migrante senegalés de Barcelona) El prestigio se manifiesta no sólo en términos materiales, sino sobre todo sociales y simbólicos, ya que un emigrante exitoso es aquel que mantiene la responsabilidad moral de redistribuir su riqueza, manteniendo financieramente a su familia, su comunidad y sus redes de amigos: “Como nosotros tenemos un sentido de la familia que es muy amplio, siempre tenemos que hacer algo para la familia. Siempre. Y tienes miedo de no poder hacerlo, porque sabes lo que ganas y que no alcanza. Pero lo poco que ganamos lo compartimos con la familia.” (Kai) Es preciso señalar que una buena parte de las redes y cadenas migratorias de los migrantes senegaleses se organizan a partir de la cofradía musulmana Murid, la cual constituye un sector muy fuerte en el ámbito del comercio en todo el país (fundamentalmente en Touba, la ciudad “santa” de los murids) y a nivel transnacional, siendo importante el dinamismo que posee en el ámbito de la economía sumergida en algunos de los países donde los senegaleses emigran. Adaptada a la globalización, esta cofradía estaría ocupando al mismo tiempo el rol de un Estado en permanente extinción, a la vez que se apropia de, y redistribuye, las ganancias generadas por el trabajo de los emigrantes senegaleses en el extranjero, como antes en el seno de las unidades domésticas de producción. 80 91 Como ha sucedido en casi todos los países donde han emigrado, en su mayoría los migrantes senegaleses de Barcelona se dedican a trabajar en actividades relacionadas con el comercio: venta ambulante, pequeñas tiendas de bazar con productos africanos y restaurantes típicos, siempre en la zona del centro histórico de la ciudad (fundamentalmente en el distrito de Ciutat Vella), espacio donde conviven un gran número de colectivos de inmigrantes, principalmente africanos y latinoamericanos. Los que se dedican a la venta ambulante y poseen su situación migratoria regularizada, suelen estar una temporada en Barcelona y otra en la costa, preferentemente de verano hasta Navidades (el período de más ventas), para luego marcharse nuevamente a Senegal por un tiempo no menor a cuatro meses a estar con sus familias y después regresar. También se dan casos en los que algunos hombres se instalan con sus familias pero no se trata de un tipo de inmigración frecuente hasta el momento. 92 5. Perfil sociodemográfico de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona. En base a datos del Ministerio del Interior español, hasta enero de 2004 residían en España en condición "regular" 43.347 ciudadanos argentinos (2,6% del total de residentes extranjeros); mientras que el mismo organismo calculaba extraoficialmente en ciento diez mil los que se encontraban de forma "irregular", situación que convertía al argentino en uno de los colectivos de inmigrantes con mayor número de "sin papeles" en España. Tal como puede observarse en el cuadro que se presenta a continuación, la mayor tasa de crecimiento porcentual experimentada por el colectivo de migrantes argentinos en Barcelona se produce durante todo el año 2002 (llegando a 109,3 en enero de 2003). Este dato coincide con las cifras proporcionadas por el Ministerio del Interior para el conjunto de España, organismo que contabilizó 128.312 entradas de ciudadanos argentinos durante ese año, y tan sólo 18.742 salidas. En otras palabras, durante 2002 se quedaron en España 85, 3% de los argentinos que entraron. Desde un punto de vista metodológico, vamos a repasar algunos datos cuantitativos sobre Barcelona como unidad de observación amplia, y del distrito de Ciutat Vella como unidad de observación específica. En primer término, resulta más que relevante el hecho de que Barcelona sea la ciudad europea en la que hay más argentinos residiendo: unos diez mil son los argentinos empadronados (es decir, contabilizados por la administración) en Barcelona, y más de cincuenta mil -en función de distintos cálculos- los que se encuentran viviendo en condición "irregular". Es decir que, en Barcelona, se concentraba la mitad de los argentinos "sin papeles" que había en España y, al mismo tiempo, la quinta parte de los argentinos que, según la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina, dejaron el país desde que estalló la crisis de diciembre de 2001. Lo anterior, sin contabilizar el importante número de argentinos que tiene la doble ciudadanía, quienes figuran para la administración residiendo fundamentalmente como ciudadanos italianos y españoles.81 En segundo lugar, a su vez, tal como permite ver el gráfico detallado a continuación, hasta enero de 2003 la población extranjera contabilizada en Barcelona (163.046 personas) representaba 10,7% del total de la ciudad, mientras que en el distrito de Ciutat Vella 34, 7% de la población estaba compuesta por residentes extranjeros. Datos empíricamente corroborables mediante distintos procedimientos, algunos incluso del plano cotidiano como caminar por la Rambla y escuchar hablar argentino; poner un aviso de alquiler de habitación y que 35 % de los que llamen sean argentinos; llamar por teléfono al Consulado Argentino en Barcelona para pedir un turno, para hacer un trámite, y que lo otorguen recién para dos meses después... 81 93 Porcentaje de extranjeros sobre la población total residente en el distrito de Ciutat Vella y sus barrios. Enero 2003 50% 45% 43,0% 40% 35% 34,7% 30,0% 30% 25,0% 25% 20,0% 20% 15% 10% 5% 0% Ciutat Vella Barceloneta Parc Gotic Raval Fuente: Departamento de Estadísticas. Ayuntamiento de Barcelona. Enero 2003. Es decir que, en términos de los espacios de interacción de los nuevos migrantes argentinos, entre ellos y respecto a personas pertenecientes a otros colectivos de inmigrantes y a los autóctonos, se trata de uno de los principales contextos donde se producen las complejas relaciones interculturales de la ciudad. Por otra parte, según datos proporcionados por el Departamento de Estadísticas del Ayuntamiento de Barcelona, 47% de los residentes argentinos en la ciudad tiene entre 25 y 39 años. Asimismo, de acuerdo a la misma fuente, casi 40% de los argentinos empadronados en la ciudad posee estudios superiores, tal como figura en el próximo cuadro. Este hecho ubica al colectivo de inmigrantes argentinos en Barcelona como el de más alto nivel de estudios entre todos los colectivos de inmigrantes provenientes de países del "Tercer Mundo". El fenómeno citado permite formular dos hipótesis a desarrollar en este trabajo: a) no son los más pobres los que han emigrado de Argentina; y b) el argentino es el colectivo de inmigrantes que presenta la mayor diversificación en cuanto a inserción en el mercado de trabajo local respecto a los demás colectivos de inmigrantes del "Tercer Mundo": estudiantes, profesores universitarios, artistas, profesionales, trabajadores por cuenta propia, comerciantes y pequeños empresarios, empleados, entre otros. Por último, e intentando establecer una vinculación con lo anterior, vale mencionar un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, en noviembre de 2003, en el que se mostraba que para 73,5% de los españoles consultados los argentinos constituían los ciudadanos extranjeros que despertaban mayor "simpatía", "proximidad", "similitudes" y "preferencias" (valoraciones que más adelante contrastaremos con los testimonios recogidos en el trabajo de campo), destacándose el "aprecio" y el "interés" que despierta en ellos Argentina. En ese sentido, las noticias de lo que allí ocurre son las más 94 seguidas de Sudamérica; Argentina es, de todos los países iberoamericanos, el que consideran "más similar" a España; "más amigo"; al que, llegado el caso, querrían ir a vivir; por el que sienten "más simpatía"; y en el que invertirían.82 (Fuente: El País, 24/12/03, p. 20) En suma, se pretende destacar en este planteamiento algunas variables relativas a la especificidad que tiene el fenómeno de la nueva migración argentina dentro del contexto referido. Del otro lado del charco es posible reconocer distintos momentos, vinculados con diferentes contextos históricos-sociopolíticos, en términos de simpatía/rechazo por parte de sectores de la sociedad argentina respecto a la población española en Argentina. Así, prácticamente durante todo del siglo XIX se produce un rechazo de "lo español", asociado con la herencia colonial y -en palabras de Sarmiento, un ferviente hispanófobo- con el atraso y el feudalismo. (Moya, 1989: 504) No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX que los españoles comienzan a simpatizarle a la elite criolla en contraposición a la masiva y mal vista inmigración italiana, considerada cada día más “peligrosa y conflictiva”, sobre todo en materia político-sindical en la ciudad de Buenos Aires. Es decir que las mismas características, reales o imaginarias, de los españoles que los habían vuelto objetables para los liberales de mediados del siglo XIX, ahora los volvían admirables. (Moya, ob. cit.: 514) Esta "reacción conservadora" de la elite fue convirtiéndose con el tiempo en la ideología "nacional-católica-oligárquica", de raíz hispánica; la más retrógrada y fascista que ha existido en Argentina. 82 95 Perfil sociodemográfico del colectivo migrante argentino residente en Barcelona. Enero 2004 AÑOS 2002 2003 2004 Total Población argentina residente en BCN 4.547 9.516 11.437 Tasa de crecimiento porcentual* 81,6 109,3 20,2 -niños 0-14 años 9,7 9,8 9,4 -jóvenes 15-24 años 14,2 13,5 11,4 -adultos 25-39 años 47,9 54,2 55,6 -adultos 40-64 años 22,4 18,6 19,4 -mayores 65 años 5,9 4,0 4,2 Edad media 34 32 33 -hombres 51,6 51,0 50,9 -mujeres 48,4 49,0 49,1 -primarios 30,7 32,0 32,7 -secundarios 29,9 27,0 27,2 -superiores 37,5 39,3 38,5 -menos de 1 año - 58,2 25,4 -de 1 a 5 años - 35,2 69,1 -de 5 a 15 años - 5,4 4,7 -más de 15 años - 1,1 0,9 a. Edades b. Sexo c. Nivel de Estudios d. Año de llegada a Barcelona * Hasta diciembre de 2001 residían en Barcelona 2.504 argentinos Fuente: Departamento de Estadística. Ayuntamiento de Barcelona. Dentro del universo de población de estudio que se trata, y con el objeto de aproximarnos a una descripción y poder así analizar en este trabajo algunos aspectos relativos al fenómeno de la nueva migración de argentinos a Barcelona, he tomado una muestra de 32 personas. La misma se detalla de la siguiente manera: 96 - Sexo: 17 hombres, 15 mujeres. - Franja etárea: a) 15-24 años: 3 hombres, 2 mujeres; b) 25-39 años: 18 hombres, 17 mujeres; c) 40-64 años: 2 hombres. - Nivel de estudios: a) secundarios: 8 hombres, 5 mujeres; b) superiores: 10 hombres, 9 mujeres. - Año de llegada a Barcelona: a) menos de 1 año: 3; b) de 1 a 5 años: 24; c) de 5 a 15 años: 3; d) más de 15 años: 2. - Ciudad de procedencia: a) Buenos Aires 13; b) Córdoba 9; c) Rosario 4; d) Mar del Plata 2; e) Mendoza 2; f) La Plata 1; g) San Juan 1. - Ocupación/actividad laboral: a) Estudiantes 3; b) Pequeños empresarios: 2; c) Profesores universitarios: 2; d) Artistas: 4; e) Profesionales autónomos: 8; f) Artesanos: 8; g) Asalariados: 4; h) Desocupados: 1. - Situación administrativa/migratoria: 1) Residentes "regulares" 19; a) Con permiso de trabajo y residencia en régimen "extracomunitario" 7; b) Con residencia en régimen "comunitario" (doble ciudadanía de país de la UE y reagrupación familiar residente "comunitario") 12. 2) Residentes "irregulares" (sin papeles) 12. Como primer elemento, relacionado con los factores, motivos, causas y razones expresadas por los migrantes argentinos entrevistados en la muestra detallada para emigrar, sobresalen los factores de tipo económico-laboral por sobre los demás. Tal como puede observarse en el gráfico siguiente, estos se encuentran en 46 % de las respuestas. Factores, motivos, causas y razones principales expresadas por los nuevos migrantes argentinos entrevistados en Barcelona para emigrar (en %) Personales/individuales/ familiares 7% Otros 8% Económico-Laborales 46% Socioculturales 31% Políticas 8% 97 En segundo lugar, ante la pregunta ¿Por qué Barcelona?, es decir, cuáles fueron los tipos de razones y causas expresadas por los nuevos migrantes argentinos entrevistados para elegir instalarse en esa ciudad, el mayor porcentaje de respuestas se ubica en los factores de tipo sociopolítico, fundamentalmente vinculados a la accesibilidad y el disfrute respecto a los servicios del Estado y la seguridad social, mismos que, a su vez, identifican con el ejercicio de los derechos y libertades ciudadanas que brinda Barcelona. Cuadro sobre tipos de razones y causas expresadas por los nuevos migrantes argentinos entrevistados para elegir instalarse en esa ciudad (en %) Económico-Laborales Relativa facilidad para conseguir un trabajo bien remunerado Posibilidad de trabajar en la profesión/actividad propia Capacidad de ahorro Ciudad donde se produce excedente, hay dinero y consumo Otros 26 15 9 10 40 Identificación con la sociedad y la cultura Posibilidad de ascenso social y mejoramiento del status Acceso a una vivienda de alquiler en buenas condiciones Inserción en una sociedad plural y multicultural Geografía urbana a escala humana Belleza de la ciudad Otros 3 7 12 33 21 14 10 Socioculturales Políticas Reconocimiento y goce de derechos de ciudadanía y libertades individuales Acceso y disfrute de los servicios sociales del Estado Otros Personales/Individuales/Familiares Posibilidad de anonimato para reconstrucción de vida nueva Conocimiento, relacionamiento e intercambio con personas de distintos países y culturas Parientes en la ciudad o en Cataluña Otros 40 37 23 29 23 7 41 98 6. La inserción de los migrantes argentinos en el mercado de trabajo local. Análisis de trayectorias migratorias. Siguiendo una perspectiva cualitativa, y por medio de la aplicación de una serie de técnicas y procedimientos del trabajo de campo -entre los que se destacan las entrevistas en profundidad y los grupos de discusión- se presentan a continuación sólo algunas (por razones de espacio) de las trayectorias migratorias constitutivas de la muestra tomada para este estudio, mismas que permiten aproximarnos a los distintos aspectos relacionados con los procesos de integración sociolaboral de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona. En el gráfico que se presenta a continuación se exponen factores, motivos, causas y razones económico-laborales principales expresadas por los nuevos migrantes argentinos (pertenecientes a la muestra detallada) para emigrar de nuestro país. Entre ellos, se destacan fundamentalmente dos por encima del resto: 1) el hecho de haber estado trabajando en Argentina en una ocupación que no se correspondía con la calificación de la persona, por un lado; y 2) que, además, y en muchos casos, en consecuencia, se tratase de un trabajo mal remunerado. Estos dos factores, juntos, suman 77% de las respuestas. Principales factores económico-laborales expresadas por los nuevos migrantes argentinos entrevistados en Barcelona para emigrar (en%) Poca capacidad de ahorro 13% Otros 3% Falta de trabajo 7% Trabajo mal remunerado 36% Trabajo no correspondiente a calificación 41% Por otro lado, vale subrayar un dato en relación al mercado de trabajo en destino: el último Boletín de Estadísticas Laborales (BEL), difundido por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España en agosto de 2004, revela que Argentina es uno de los países sudamericanos que mayor cantidad de mano de obra extranjera contabilizada (es decir, regular) aporta al país. La lista es encabezada por Ecuador (146.299 inmigrantes); le siguen Colombia (75.873), Perú (44.521) y Argentina (28.791). En ese sentido, es importante apuntar que la situación jurídica-migratoria de los distintos migrantes resulta trascendental desde el momento en que determina, paralelamente, una inserción diferencial en el mercado de trabajo local y una limitación/potenciación concreta en el proceso de adaptación/integración a la sociedad de destino. Todo lo cual impactará, de una 99 u otra forma, en el desarrollo de cada uno de los procesos migratorios individuales, fundamentalmente en relación a las expectativas de partida. 6. 1. La "doble ciudadanía" como vehículo "seguro" y "eficaz" de inserción/integración. Solamente con revisar el número de inmigrantes -en su mayoría provenientes del continente europeo- que llegaron para residir en Argentina dentro del período que va de la mitad del siglo XIX a 1930, resulta fácil inferir la cantidad de descendientes directos de estos que hubo en el país. Dentro del mosaico de colectividades inmigrantes en Argentina, la italiana ha sido la preponderante, seguida de la española. Aquellos que no renunciaron a su nacionalidad para adquirir la argentina, conservando sus papeles de origen (documento, pasaporte, acta de nacimiento, etc.), permitieron que sus hijos y sus nietos nacidos y criados en el país obtengan la denominada "doble ciudadanía". ¿Quién no recuerda durante 2001 y 2002 las grandes colas de gente en los consulados italiano y español en Buenos Aires, pasando la noche en la calle para conseguir a primera hora del día siguiente un número y poder iniciar el trámite de la doble ciudadanía? "Me acuerdo porque hacía un calor infernal. El 22 de diciembre, dos días después del ´quilombo´83, decidí que era el momento de presentar los papeles que me faltaban para acelerar el trámite y sacarme la ciudadanía italiana por parte de mi abuelo. ¡Por suerte, no tardaron mucho en salirme, porque a veces te tardan como un año y medio! Yo esperé sólo unos meses hasta que me avisaron que estaban listos y, a la semana, el 26 de septiembre del 2002, estaba volando a Barcelona. Me vine para acá porque ya estaba un amigo desde hace un año, laburando (él también tiene el pasaporte italiano), y me dijo que con papeles no era muy difícil conseguir un trabajo bien pagado..." (Luis, 27 años, oriundo de Buenos Aires, trabaja de vendedor en una empresa de telefonía móvil de Barcelona) Al igual que lo que ocurre con muchos otros procesos migratorios de diversos colectivos, nótese en el testimonio visto la presencia de las cadenas y redes migratorias en la transferencia de información y apoyos materiales que familiares, amigos o paisanos ofrecen a los potenciales migrantes para decidir, o eventualmente, concretar su viaje. Estos mecanismos facilitan el proceso de salida y llegada, pueden financiar en parte el viaje, gestionar documentación, empleo y conseguir vivienda. También son fuente de comunicación de los cambios económicos, sociales y políticos que se producen en la sociedad receptora, que pueden afectar a los potenciales migrantes. (Goldberg y Pedone, 2000). En algunos casos, como el de Susana, diseñadora gráfica nacida en Buenos Aires hace 30 años, la decisión y posterior materialización de migrar a Barcelona -hace dos años- estuvo determinada directamente por la presencia de familiares cercanos, además de la posesión del pasaporte español: "Cuando sentí que ya no se podía estar más en Argentina empecé a armar la cadena de familiares gallegos por parte de mi vieja. Y resulta que una prima (que no conocía Se refiere al estallido social del 20 de diciembre de 2001, que desembocó en la huída del entonces presidente De la Rúa luego de una violenta represión policial contra los manifestantes que protestaban contra el gobierno, sumada a los asesinatos de 34 personas en distintos lugares del país cometidos principalmente por fuerzas policiales y parapoliciales. 83 100 personalmente) estaba estudiando en Barcelona; la llamé por teléfono y ella me dijo que me viniera, y me ofreció una habitación en un piso de alquiler. Además, me contactó con gente que trabajaba en diseño y a las dos semanas empecé a trabajar como diseñadora en una empresa. Gano bien, no me quejo, pero a nivel laburo me gustaba más lo que hacía en Buenos Aires..." Estamos en condiciones de afirmar que la doble ciudadanía, es decir, el hecho de poseer la ciudadanía de un país europeo, actualmente funciona como una ventaja determinante y decisiva al momento de analizar los procesos de inserción laboral e integración social de los nuevos migrantes argentinos en el contexto de la sociedad de destino. 6. 2. Tácticas y estrategias de los "sin papeles" argentinos frente a los obstáculos de la ley de extranjería. 6. 2. 1. La "vía" del matrimonio. Una encuesta de febrero de 2001 elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) arrojaba el siguiente dato: 27 % de los españoles encuestados confesó que le preocuparía que su hija se casara con un marroquí (llamados despectivamente "moros"). Del lado opuesto, basta con remitirse al estudio ya mencionado o bien observar la actitud de la población autóctona marcadamente diferenciada respecto a los migrantes argentinos, para inferir que no todos los inmigrantes son tratados de la misma manera. En efecto, para el imaginario social de buena parte de los españoles, los argentinos aparecemos como más "cercanos", aceptados o próximos física, histórica y culturalmente que los marroquíes. Dicha representación social se relaciona con el vínculo histórico (entre "sobrevivir o morir en el intento") que une a España y Argentina, a la vez que deja entrever los prejuicios existentes entre la población autóctona alimentados por una buena cuota de ignorancia, ambos elementos fundamentales para el desarrollo del racismo y la xenofobia- contra los "moros". En cualquier caso, con o sin el consentimiento de los padres del/la autóctono/a, la realidad muestra que la vía del matrimonio constituye una de las principales estrategias de regularización, integración e inserción en el mercado de trabajo local utilizada por los nuevos migrantes argentinos en España. En la muestra utilizada para este trabajo, los argentinos incluidos en este grupo en relación a su situación administrativa-migratoria, se enmarcan dentro de los "regulares", en el ítem "con residencia en régimen "comunitario". Nótese que de los 12 del total en régimen comunitario, 6 poseen la doble ciudadanía y los 6 restantes (5 hombres y una mujer) obtuvieron la regularización a través de la "tarjeta comunitaria", por reagrupación familiar de residente "comunitario" (léase matrimonio). Es decir que constituyen una cantidad apreciable en la muestra y, sin ánimo de hacer una inducción, probablemente también entre el universo de la población de estudio. Dos casos, el de Beatriz por un lado, y el de Lucas por el otro, grafican algunas de las características de la "vía" tratada. Beatriz llegó a Barcelona en mayo de 2002 con la consigna de "ver que pasa", cansada de su trabajo de seis horas diarias como secretaria de un consultorio odontológico en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Betty -como la llamaron desde pequeñita- consiguió trabajo en junio por la temporada de verano, como camarera de un bar cercano a la playa de la Barceloneta, en 101 el cual el dueño del bar no le exigía "tener papeles". Le pagaba 6 euros la hora y ella hacía 4 horas por la tarde los días de semana; y 8 horas los fines de semana. Con lo que ganaba se alquilaba una habitación en el barrio Gótico de Barcelona "y así iba tirando". A finales de agosto le comunicaron que no iba a trabajar más allí, sin darle razón o explicación alguna, y a partir de ese momento "todo fue una pesadilla de no poder encontrar trabajo porque no tenía papeles. ¡No me quería volver a la Argentina! Estaba tan desesperada, que el Xavi, mi compañero de piso, un día me ofreció que nos casemos así me daban los papeles. Al principio me pareció extraño y desconfié, pero después lo consulté con una amiga y me dijo que no significaba nada serio, que él lo hacía de onda para que me dieran los papeles". Así fue, se casaron un mes después en un pueblo del Maresme, cercano a Barcelona; y luego, Beatriz viajó a la Argentina con el pasaporte de su "marido" español para tramitar la documentación correspondiente en el consulado de España en Buenos Aires. Desde su regreso y hasta hoy, trabaja como camarera en una de las sucursales que posee una importante cadena de barcafeterías "estilo italiano" en Barcelona. El otro caso, el de Lucas, tiene un poco más de poesía. Arquitecto cordobés, de 29 años, llegó a Barcelona en octubre de 2002 para hacer un postgrado. Comenzó a hacer trabajitos "free lance" para un estudio por los que le pagaban "en negro", y paralelamente se iba desencantando con el programa del postgrado hasta que lo abandonó. Se puso de novio con una arquitecta alemana de Berlín, a quien iba a visitar "cuando podía, más o menos cada dos meses... si no, venía ella a verme a Barcelona". Al año de cumplirse su llegada se le venció la tarjeta-permiso de estudiante84 y, al no estar en condiciones de renovarla, quedó en situación "irregular": "No me quería ni mover de Barcelona por miedo a que me agarrara ´la cana´y me expulsaran, ¡porque el asunto con esos ´culeados´ [cabrones] está cada vez más jodido! Incluso tenía miedo, como paranoia, de salir a tomar algo a la noche por el centro... ¿mirá si me paraban y me pedían documentos; qué hacía? Cuando le dije a Verena (mi novia) que no me animaba a ir a verla por ese tema, ella me dijo por teléfono que no me preocupara, que ella iba a venir a Barcelona a arreglar todo: nos empadronamos en el domicilio de una amiga suya, ella se hizo residente y después de dos meses volvió para que nos casemos... por los papeles, pero desde que volví de Argentina, que me fui a hacer los papeles, estamos en pareja, los dos trabajando acá de arquitectos, y alquilando un piso juntos en Sagrada Familia". 6. 2. 2. Migraciones de tipo "golondrina" o de "temporada". Una de las tácticas utilizadas por algunos jóvenes migrantes argentinos para eludir los obstáculos de la ley de extranjería española es comprar un pasaje en avión por tres meses y venir a Europa aprovechando el permiso de turista sin visado válido para todo el espacio Schengen. El objetivo es juntar la mayor cantidad de dinero posible y regresar con euros al Sobre todo durante el bienio 2002-2003, la administración española detectó un alto porcentaje de estudiantes latinoamericanos, entre ellos una cantidad importante de argentinos, que una vez vencida la tarjeta de estudiante tramitada en el país de origen se quedaban en condición "irregular" en territorio español. A raíz de ello, en 2004, el gobierno del PSOE endurece la normativa para dificultar las condiciones de obtención del mencionado permiso. Para tener una idea de lo referido, hoy día se les exige a los estudiantes argentinos que se propongan hacer un postgrado en España por uno o dos años sin beca de estudios, entre otros requisitos, el ingreso de 10.000 euros en una cuenta corriente de un banco español y una declaración notariada del propietario o arrendatario del piso donde vivirá durante el período de estudios. 84 102 país, haciendo favorecer el tipo de cambio (1 euro equivale, aproximadamente, a 3,65 pesos argentinos). Lo anterior es frecuentemente practicado en particular por aquellos que se dedican a producir y/o vender artesanías, bijouterie y otros productos afines de temporada. Y también por algunos artistas de calle "a la gorra". Vale señalar que este ámbito, el del comercio informal de venta ambulante, constituye uno de los nichos del mercado laboral donde más se insertan en cantidad y variedad los migrantes sudamericanos (tanto en carácter relativamente permanente como temporarios, con o sin papeles). La experiencia personal de haber ejercido la venta ambulante durante los años 2002-2003, tanto en Barcelona como en Roma y Cerdeña (Italia), me ha permitido -además de subsistirrealizar registros de campo in situ, desde “adentro” y siendo “uno más”, aspectos todos enriquecedores para esta investigación al momento de describir determinados hábitos, actitudes y comportamientos específicos del colectivo de migrantes del que se trata; a la vez que distintivos respecto de los otros colectivos. Vendiendo en una playa de las afueras de Barcelona o en un mercadito improvisado en el barrio de Trastevere (Roma), es posible encontrar hombres y mujeres provenientes de países sudamericanos como Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay y Argentina. En este sentido, la venta ambulante puede llegar a ser una alternativa más o menos permanente de subsistencia para los migrantes de determinados colectivos en situación no regularizada. Sin embargo, mientras que para algunos puede constituir un “enganche”, la puerta de entrada al sistema, la primera inserción al mercado de trabajo local que mantienen hasta regularizar su situación o conseguir un trabajo más estable; en otros casos, por el contrario, el comercio de venta ambulante es una actividad habitual de subsistencia, formando parte de su estilo de vida, ya sea en su nueva condición de migrantes o desde antes en el país de origen. "Si pudiste hacer una buena temporada de verano [diciembre-enero-febrero en Argentina] y juntaste la guita para el pasaje, conviene... Yo lo que hago es agarrar un pasaje abierto por tres meses a Barcelona como turista; en Argentina es pleno invierno [junio-julio-agosto] y se labura poco, en cambio ahí es pleno verano. Llevo mis cosas para vender y compro algunas otras por mayor acá que puedan andar en la playa... En Barcelona no me quedo porque no te dejan vender en ningún lado, así que arranco con un amigo que vive allá para las islas: Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera..., hay mucho turismo europeo, se labura bien, en la calle y pateando la playa. ¡Imaginate, con lo que junto en euros, recupero lo del pasaje y me alcanza para vivir en pesos el resto del año en Argentina!" (Walter, 25 años, de Rosario, hace tres años que viene y va de esa forma). Tanto en Roma/Cerdeña, como en Barcelona, la “participación con observación” que realicé me ha permitido comprobar que, las lenguas utilizadas por los vendedores ambulantes de los distintos países para comunicarse en cada caso, es el italiano en el primero y el español en el segundo. Asimismo, vale mencionar que el origen de los vendedores ambulantes varía en cada contexto: mientras que en Barcelona sobresalen los senegaleses, los paquistaníes, los chinos y los sudamericanos y, salvo en mercadillos, no se da la presencia de autóctonos, en Roma/Cerdeña comprobé la presencia mayoritaria de vendedores de distintos países sudamericanos; del continente asiático (Bangladesh, China y Paquistán,); de Senegal e italianos. 103 Centrándonos concretamente en Barcelona, los vendedores ambulantes despliegan sus mercaderías de venta fundamentalmente de mayo a septiembre, y luego en Navidades, siendo estos los sitios principales donde se distribuyen: Villa Olímpica, Port Vell, Passeig Joan de Borbó (Barceloneta), La Rambla, Plaza Catalunya (sobre la entrada principal de El Corte Inglés, por un lado, y sobre el lateral del centro comercial El Triangle, por otro) y la c/Portaferrisa. En lo que se refiere a la división étnica del trabajo entre los distintos colectivos de migrantes, en general ésta se define por la especialización. Por ejemplo, los senegaleses se caracterizan por su relativo nomadismo y la permanente movilidad en su actividad respecto de otros inmigrantes que trabajan en el comercio ambulante, a la vez que se consideran “expertos en la venta de artesanías de madera”, aunque se los puede ver vendiendo distintos artículos. Mientras que los paquistaníes se dedican a vender productos de temporada, los chinos ropa y, en general, los sudamericanos bijouterie. Cabe mencionar que en Barcelona la venta callejera está prohibida por normativa, aunque no constituya un delito en sí. Es decir, no está penalizada como actividad pero sí algunos de los productos de carácter “ilícito/ilegal” (drogas, CD’s piratas, etc.). De modo que los vendedores ambulantes (a diferencia de lo que ocurre en Italia, todos inmigrantes extranjeros) están expuestos a una doble acción represiva que incide en sus estrategias de adaptación: por un lado, la falta de papeles, por otro, en muchos casos incluso con permisos de residencia en regla y cotizando para la seguridad social, igualmente son perseguidos por la policía. El hecho de ser detenidos puede provocar en su perjuicio desde multas de 150 euros y la incautación de la mercadería, hasta órdenes de expulsión del país. Por esta causa muchos de los inmigrantes artesanos, vendedores ambulantes o artistas de calle que residen en Barcelona abandonan la ciudad, sobre todo durante el verano (junio-julioagosto), y se dirigen a las Islas Baleares, Canarias o el sur de Francia, Italia y Grecia para "hacer la temporada" y luego regresar "a pasar el invierno". Distinto es el caso de Luis, un mendocino de 36 años que dejó a su familia (esposa y dos hijos pequeños) en Argentina hace dos años para venir a trabajar a Barcelona en una empresa de "soluciones para el hogar" (electricidad, plomería [lampistería], pintura, etc.). A través de un amigo de él, que estaba trabajando allí desde hace un tiempo, consiguió que la empresa le hiciera los papeles y obtener así el permiso de trabajo. Se trata de un caso de migración "golondrina" como medio de inversión económica familiar, el más frecuente entre los migrantes de países del Tercer Mundo. En cuanto al objetivo de su proyecto migratorio, Luis no tiene dudas: "Prefiero ganar guita acá, sobrevivir sin darme muchos gustos, con lo justo, para poder ahorrar lo más posible, siempre mandando algo de guita a mi familia, hasta que me canse o extrañe demasiado y ahí pegar la vuelta pero con algo en el bolsillo. Así me construyo la casa allá y por ahí, con suerte, me puedo comprar un terrenito para cultivar algo y después venderlo. No sé cuánto más voy a aguantar acá, esto es muy distinto, la gente, todo.... Extraño mucho a mis pibes [por los hijos], a mis amigos allá, pero bueno, como dicen acá: es lo que hay." 104 6. 3. Migrantes de "primera". Constituyen una minoría dentro del espectro del colectivo pero se hacen notar: los argentinos que residen en Barcelona como pequeños propietarios de comercios (bares, tiendas de distintos rubros: ropa, mayoristas y minoristas de bijouterie, comidas, etc.) o empresarios. Se trata mayoritariamente de personas con edades comprendidas entre los 40 y los 64 años que tenían dinero ahorrado en dólares en Argentina (no en el banco, afortunadamente para ellos...) y con ese capital comenzaron a invertir en emprendimientos económicos. Algunos compraron pisos para alquilar las habitaciones; otros, bares en mal estado, casi abandonados, para restaurar y modernizar; los menos, adquirieron en Argentina franquicias de algunas marcas importantes de jeans y ropa de moda o de helados, por ejemplo, en Argentina y abrieron un local en el Borne.85 No exclusivamente, pero es probable escuchar de boca de algunos de ellos comentarios racistas o despectivos contra personas pertenecientes a otros colectivos de migrantes en Barcelona (sean "moros", "ecuatos", "perucas", etc.). Por estos y demás motivos es que concentran el odio y la envidia de otros inmigrantes argentinos y sudamericanos, representando, de alguna manera, el estereotipo del "ser nacional argentino", "europeo"86, soberbio y egocéntrico, que tantos desencuentros nos produjo entre nosotros y respecto a personas de otros países. Comúnmente, se trata de gente con un horizonte conceptual bastante estrecho de "nuevo rico" que ganó y ahorró dinero durante la nefasta década menemista de 1990. Es posible que a muchos de los argentinos que vivimos en Barcelona nos haya tocado alguna vez encontrarnos con alguien (un "compatriota") así. Ante esa situación, hay quien huye, quien ríe irónicamente y quien se indigna (lamentablemente, también quien se identifica...). Esta forma de "ser argentino" (así como la hay de "ser español") se relaciona, fundamentalmente, con la hegemonía de la clase oligárquica "nacional" en el poder desde la colonia en adelante, reproduciendo su moral y sus concepciones, mismas que supo imponer al resto de la sociedad. Según sus propias valoraciones, se marcharon de Argentina principalmente huyendo de la "delincuencia" y "porque no se podía vivir más. ¡Salís a la calle y te `chorean´ [roban] a vos, el auto, la casa... no podés tener tu negocio, si te roban todos los días!". Vinieron a vivir a España/Barcelona porque "acá es más tranquilo, más seguro, podés tener tu negocio y ganar buena `guita´ [dinero]. Además, viste como son `los gallegos´ [los españoles]... la gente acá es más conformista, les falta ambición, son más lentos y eso te permite competir con más posibilidades de lograr el éxito". (Diego, 43 años, de Buenos Aires, residente en Barcelona y propietario de una empresa distribuidora de productos regionales argentinos en España). Perímetro barrial del distrito de Ciutat Vella que está "más de moda" en la ciudad. En él se fue produciendo una transformación fetichista-postmoderna reflejada en el estilo de las galerías de arte, bares y tiendas comerciales absolutamente snob y "for export". Es frecuente encontrarse con argentinos en este barrio, fundamentalmente con aquellos oriundos de la ciudad de Buenos Aires ("porteños") que trabajan en diseño y publicidad, "artistas alternativos", camareros/as con piercings y el pelo teñido de color, disc-jockeys (pinchadiscos) tecno, niñatas ("conchetas"/"nenas bien") patinando en sus rolers, llevando al lado a su perro de raza, etc. 86 En contraposición a "lo indígena" y "lo negro" latinoamericano. Lo "europeo" sería, justamente, su negación (fenotípica y sociocultural) y uno de los elementos diferenciadores "positivos" de "progreso" que posee Argentina respecto a los demás países del continente. Para ampliar, véase nota 24. 85 105 7. Factores socioculturales en la sociedad de destino. Percepciones, representaciones, valoraciones y prácticas comparadas. Al marcharse de su país, el emigrante deja atrás (aunque las lleve consigo en todo momento y a todo lugar) una serie de concepciones y actitudes sobre el mundo y acerca de como una persona debe comportarse ante él y los demás; en la sociedad receptora bastantes de esas concepciones y prácticas pueden resultar diferentes. (Atxotegui, 2000: 92) Por otro lado, y tal como sostiene Rosoli (1991: 4) en su análisis sobre la inmigración italiana en América, es necesario reconocer la importancia de los factores culturales en cada fase de la experiencia migratoria como proceso, operando en la creación y resignificación de expectativas y valores. En ese sentido, se presenta a continuación un gráfico sobre los factores socioculturales de expulsión (el push), presentes en los testimonios de los nuevos migrantes argentinos entrevistados en Barcelona, pertenecientes a la muestra de este estudio. La variedad de respuestas se reparte fundamentalmente en tres factores principales que influyeron en la decisión o el proyecto de emigrar del país: en primer término un marcado rechazo a la cultura por ellos clasificada como de "la picardía criolla" y "del amiguismo", que juzgan como característica de la idiosincrasia argentina; en segundo lugar, la acentuación de la violencia en los delitos callejeros, relacionada, a su vez con el tercer factor en orden de importancia: la profundización de la miseria y el aumento de las diferencias sociales, esto es, la creciente brecha entre ricos más ricos y pobres más pobres. Principales factores socioculturales expresados por los nuevos migrantes argentinos entrevistados en Barcelona para emigrar (en%) Acentuación de la violencia en delitos callejeros 24% Otros 10% Profundización de las miserias y la diferenciación social 23% Rechazo a la cultura de la "picardía criolla" y el amiguismo 26% Imposibilidad de mantener el status social 17% 106 Vale apuntar, asimismo, que las formas en las que los diferentes colectivos de inmigrantes perciben su propia realidad en el contexto de la sociedad receptora varía, tanto de un grupo a otro, como en el nivel intragrupal. Respecto a las percepciones generales, tanto si son de autóctonos sobre algún colectivo inmigrante en particular, o viceversa, pueden encontrarse valoraciones compartidas sin que esto implique un acto de inducción ni de generalización alguna. Más allá de determinados clichés que puedan ir instalándose en el sentido común de los distintos actores, el campo de las percepciones sobre los autóctonos (su sociedad, sus valores, sus códigos, etc.) forman parte de la perspectiva “emic” de los sujetos, el punto de vista de los actores (de ser inmigrantes –“sudacas”- en la sociedad española) que resultan determinantes y centrales en este ensayo. En lo que sigue, entonces, se propone una breve comparación de algunos de los aspectos referidos, incorporando a los testimonios recogidos las interpretaciones realizadas. En el caso de los argentinos que se insertan en Barcelona hay que destacar que, en su mayoría -como puntualicé al inicio- provienen de ciudades importantes, y que no son los más pobres en sus sociedades (más bien, podría decirse que de clase media para arriba), por lo que el espacio urbano del contexto barcelonés no produce en sí mismo una fascinación que le puede llegar a generar, por ejemplo, a un inmigrante marroquí originario de una zona rural. Sumado a lo anterior, al momento de analizar las interacciones socioculturales, es importante tener en cuenta el hecho histórico colonial y, sobre todo, el de la inmigración española a la Argentina y su influencia poblacional, más que cultural. Por último, vale subrayar nuevamente aspectos del estudio citado anteriormente, en el que se mostraba que los argentinos constituyen los ciudadanos extranjeros que despiertan mayor "simpatía", "proximidad", "similitudes" y "preferencias" por parte de los españoles (73,5%). Esto porque, tal como puede constatarse en algunas de las valoraciones que siguen, muchas veces las encuestas de opinión oficiales no se corresponden con otras situaciones y realidades cotidianas vividas por los sujetos. En cualquier caso, durante 2002-2003, como parte del trabajo de campo realizado, he podido recoger las siguientes opiniones sobre argentinos, provenientes de españoles de edades entre los 21 y los 35 años, en Barcelona, indistintamente si se trataba de catalanes o de personas oriundas de otras regiones del Estado español: - "son chulos [cancheros, compadritos]" (Antonio); - "¡tienen una soberbia que te cagas! Se creen que lo saben todo" (Miguel); - "no son de fiar" (Raquel); - "dan envidia como ligan [levantan] los tíos" (Marco); - "las argentinas son muy guapas, te envuelven" (Luis); - "viven quejándose de todo..." (Montse). Como no podía ser de otra manera, aparecen aquí reflejadas algunas de las virtudes y no todos los defectos que tenemos como argentinos. En referencia a la última observación de 107 una informante ("viven quejándose de todo..."), la considero muy oportuna, además de verdadera: es cierto que nos quejamos de todo y de todos, incluso de nosotros mismos y entre nosotros estando en Barcelona. Y las más de las veces arropada de soberbia. La contraparte, es decir, la visión que se tiene de los españoles, está construida históricamente desde el Virreinato del Río de la Plata en adelante, pasando por los dignos y laburantes "gallegos" inmigrantes de principios del siglo XX, hasta la actual interrelación que se produce en ciudades como Barcelona. En este sentido, he recogido las siguientes valoraciones de argentinos sobre los españoles en general: - "son conformistas" (Fede); - "les falta ambición" (Luz); - "son chatos; parecen cómodos en su mediocridad" (Flor); - "en general me parecen buena gente, pero un poco lentos..." (Sebastián) - "son re-brutos" (Marcela); - "muy vulgares con las mujeres; no las tratan bien" (Gastón). Respecto a los catalanes en particular, algunas de las opiniones sobre ellos fueron las siguientes: - "amargados" (Facu); - "amargos" (Fer); - "fríos" (Nati); - "formales" (Juan); - "frustrados" (Alicia); - "muy racionales y calculadores" (Pablo) - "no están acostumbrados o no saben compartir; no sé..." (Andrea). En relación a estas valoraciones, mi opinión es que, dentro de la variabilidad geográfica y lingüístico-cultural existente en España, el ciudadano medio catalán se asemeja más a un francés del sur que a un andaluz o a un gallego. Mi amigo Francesc, catalán oriundo de La Bisbal d’Ampurda (Girona), diría que “cla, si aixo es Catalunya nord, tiu...” ("claro, si eso es Catalunya norte, tío..."). En realidad, iría un poco más allá, quiero decir, más al norte, y con fines meramente analíticocomprensivos, se podría establecer una clasificación general comparativa, buscando las semejanzas y reconociendo las diferencias, entre la idiosincrasia y las "formas de ser" de los catalanes actuales y los suizos, por un lado; y de argentinos e italianos (sobre todo del sur, es decir, de Roma para abajo), por el otro. 108 Antes de hacerlo, se aclara que si bien no se está considerando para el caso una cultura catalana/suiza/argentina/italiana homogénea (ninguna lo es), sí se toma en cuenta un tipo “ideal” de personalidad, que implica a su vez un modelo general concreto de determinadas conductas reconocible entre la población. Al mismo tiempo, se reconoce algo esencial en los seres humanos: las personas no siempre actúan de acuerdo con sus costumbres, podemos llegar a ser muy imprevisibles (de otro modo, nada valdría la pena), y cada persona es un mundo. Catalanes/Suizos Argentinos/Italianos Fríos Calentones Amargados Vanidosos; egocéntricos; ególatras Reprimidos “Extra”-extravagantes Egoístas Soberbios Individualistas Engreídos; creídos; avivados Una primera observación sobre argentinos/italianos: de los colectivos de inmigrantes que se establecieron en Argentina, y reconociendo el proceso de mestizaje biológico-étnico-cultural que se produjo desde la segunda mitad del siglo XIX en adelante en nuestro país, la influencia de la cultura italiana (tomada como un todo pero reconociendo a su vez su variabilidad interna: piamonteses, friulanos, del sur, etc.) ha sido notablemente la más pronunciada. Lo anterior se traduce en distintos aspectos del acervo histórico-cultural argentino, con lo positivo y lo negativo que ello implica: en la cultura alimentaria, en la forma de vivenciar el fútbol, en la corrupción política, en el enquistamiento de las mafias en el Poder, en aquello de "la carne es débil", en la gestualización en el habla, etc. Del mismo modo, y tal como se puede comprobar estando en España e Italia, con una mayor identificación hacia "lo tano" respecto a "lo español", por ejemplo. Lo anterior se refleja también en aspectos de la idiosincrasia y la personalidad del argentino (sobre todo del porteño, pero -ojo- no exclusivamente): esa "picardía criolla" que puede ser usada para fines poco nobles, y que ciertamente critico y autocritico (por supuesto) en base al trabajo etnográfico realizado en Barcelona. Tanta correlación empírica tiene en la realidad todo lo expuesto, que es muy común que en Barcelona a argentinos e italianos se nos confunda. Sobre esto último, vienen a mi recuerdo las palabras del profesor italiano V. Ruggero, de la Universidad de Essex (Gran Bretaña): "Los argentinos son italianos que hablan castellano". En suma, en términos de impacto demográfico, tanto cuantitativo como cualitativo, los migrantes italianos han creado en Argentina una "Italia fuera de Italia", han creado un país. Y, como bien dijo en alguna ocasión mi hermano de la vida Gildo: "el problema es que somos más tanos que los tanos" (y, agregaría: sobre todo, napolitanos87). 87 Entre otras cosas, de ahí la identificación mutua entre Maradona y los napolitanos... 109 Segunda observación: no obstante la díada catalanes/suizos propuesta para realizar la comparación, de forma no arbitraria, es bueno subrayar asimismo que en el nivel de las interacciones sociales cotidianas, en Suiza existen cosas mucho peores -quiero decir, verdaderamente deshumanas- que en Cataluña, que sigue siendo latina y mediterránea. Aunque cada cual es feliz a su manera, en un punto es como si los uniera una misma forma de amargura, cierta solemnidad que en algunos casos llega a angustiar. De cualquier manera, creo que en Suiza es el clima, sobre todo, el que impregna la temperatura ambiente de las personas y hace mucho, pero mucho frío. Traigo a colación una anécdota que viví en Ginebra durante la primavera de 1999. O... “dícese de cuando la sociedad se convierte en su propia policía, como mecanismo más acabado del desarrollo del control social en las sociedades capitalistas occidentales”: Caminábamos con mi amigo Jean y su perrito, dando un pequeño paseo de conocimiento por la ciudad. Bella, por cierto. Las caras que percibí durante el recorrido me confirmaron la tendencia depresiva (en algunos casos suicida) de los suizos (y eso que estábamos en plena primavera; me imagino lo que debe ser en pleno invierno). Llegamos hasta un barcito para allí tomar un café y comer algo, tratándose de un menú barato para los desorbitantes precios suizos. Jean dejó a su perrito atado en la entrada de acceso al bar, y caminamos hasta las mesas; nos sentamos a una y fuimos a buscar la bandeja con el menú. Debimos haber tardado no más de cinco minutos cuando, al volver a la mesa, se nos aproximaron dos policías cuyo aspecto se asimilaba al de la guardia pretoriana. Uno le preguntó a Jean si el perrito “estacionado” en la puerta era suyo, a lo que él respondió que si, que efectivamente era suyo. El policía le pidió que lo acompañara. Jean volvió a los tres minutos (el tiempo suficiente para que su sopa se enfriara) y me relató lo sucedido: resulta que “alguien” (¿un conciudadano/compatriota/vecino/etc.?) dio el aviso a la policía de que otro “alguien” (Jean) había “estacionado” un perro en un sitio donde hay un cartel que dice “prohibido estacionar perros”. Laura, una estudiante de derecho de la Universidad de Ginebra, me definió el sistema normativo dominante de la siguiente manera: “En este país, lo que no es obligatorio está prohibido...” 110 7. 1. Indagaciones en torno a "ser joven" en la sociedad de destino. "[...] y los adolescentes toman pastillas de colores. Hartos de malvivir el siglo XX, morir de mal de amores..." (Joaquín Sabina, 1994: "Ganas de...", en Esta boca es mía.) "El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos..." (Luca Prodan) Quiero decir que fueron muchos los momentos, durante estos seis años, en los que tuve una misma sensación sobre la media de los jóvenes autóctonos, hombres y mujeres entre 18 y 30 años de los que se pueden ver al azar, cualquier día, caminando por la calle, en sus autos o en el metro. La sensación a la que me refiero es que, las más de las veces, me parecieron más viejos en espíritu que muchos de los viejitos y algunos no tan viejos que aún se emocionan rememorando otros tiempos que les tocó vivir. Seguro que distintos, más duros y difíciles en cuanto al contexto, la situación y las condiciones de vida, pero también más intensos y creativos que los actuales. Hoy en día, no se percibe una continuidad entre aquellos y estos tiempos tan poco propensos a las fantasías y los sueños. Parece como si la "transición" hubiera querido borrar esa parte de la memoria, preparando el terreno para estos tiempos donde la congruencia es un sarcasmo y la dignidad un malentendido. Un español, Gregorio Morán, pregunta y se pregunta en relación a ello, si acaso es fácil ser joven en una sociedad de adultos frustrados. Vale recordar que la transición española ha sido presentada frecuentemente, incluso de boca de muchos intelectuales que se autoadscriben en el campo "progresista", como el modelo "democrático" a seguir en los países de América Latina, históricamente asolados por sucesivas y sanguinarias dictaduras militares. Sobre esto me gustaría comentar un aspecto fundamental. Por "modelo idóneo y eficaz a seguir" se entiende la imposición del olvido, el gobierno de la desmemoria, el reino de la impunidad total para los culpables de los crímenes durante la dictadura franquista y el desprecio absoluto hacia los familiares de las víctimas. El "modelo" aplicado fue tenaz: cerrar la persiana y "aquí no ha pasado nada", "no se habla más del tema". Y, de golpe, cuando la escena apareció de nuevo, se trataba de algo así como el "Mundo Feliz" de Aldous Huxley.88 En este sentido, es que organizaciones de familiares de asesinados y desaparecidos por el franquismo (1939-1975), de ex-presos políticos y de la recuperación de la memoria histórica, que las hay, reconocen no tener cifras, paraderos, ni siquiera datos -mucho menos explicaciones de parte del Estado- sobre sus seres queridos. En eso, están peor que Argentina. Citaré un párrafo de Rodolfo Walsh (1995: 383) que puede ayudar a comprender el fenómeno al que me refiero: "Cuando en 1945 se desmoronó el nazismo y se abrieron las puertas de los campos de concentración [cosa que nunca sucedió en España tras la Guerra Civil y luego de la muerte de Franco] un sentimiento de horror sacudió a Europa. Los europeos tienen una singular capacidad para proyectar los propios demonios a lejanos escenarios. Muchos franceses creen que las atrocidades de Hitler son distintas de sus propios crímenes en Indochina y Argelia; M. Vázquez Montalbán (ob. cit. pp. 100), un intelectual sobreviviente activo y lúcido hasta el día en que lo encontró la muerte, escribió una extraordinaria definición del proceso referido “[…] le pareció distinguir restos antropológicos del progre de los años sesenta y setenta, siempre con pelos blancos en el bigote o en la barba y esa mirada de animales traicionados por la historia.” 88 111 ingleses que no han oído de Kenya se asustan de las persecuciones de Stalin; y algunos italianos están convencidos de que el fascismo nació en la Argentina." Yo agregaría: algunos españoles también (de Franco no se habla), y peor aún, algunos españoles están convencidos de ser la vanguardia en la lucha por los derechos humanos apoyando a Garzón en sus intentos por enjuiciar en España a Pinochet o a los militares genocidas de Argentina, mientras el mismo juez encarcela a jóvenes catalanes y vascos rebeldes (por más que los acuse y se los juzgue como “terroristas”...) Para referirse al contexto actual de España es necesaria una explicación histórica-sociocultural previa. A partir de los inicios de la década de 1990, tras su incorporación a la UE, momento en el cual -no casualmente- comienzan a llegar para instalarse distintos migrantes provenientes de países del "Tercer Mundo" (como se ha mencionado, fenómeno novedoso en un país históricamente de emigrantes), se constituye una amplia clase media en España que tiene una capacidad adquisitiva mayor para consumir89, inversamente proporcional al grado de conocimientos, calidad de información, acervo cultural y nivel educativo que posee (tal como sucede en muchos otros países europeos y en USA como en ninguno). Esta clase media se va homogeneizando cada vez más dentro de los parámetros uniformadores de la globalización neoliberal, hegemonizada por el modelo estadounidense (y su materialista estilo del "american way of life", la "cultura de la hamburguesa"), quedando -y surgiendo pocos- cada vez menos especímenes de una clase media intelectual, que reivindique la duda por sobre el desencanto (el estado espiritual del hombre postmoderno europeo). De nuevo acuerdo con Feinmann (ob. cit.), para quien la duda es la expresión de nuestra libertad, un estado de actividad, de inquietud, de reflexión, de búsqueda permanente (tal y como lo conoció España antes del genocidio franquista). El desencanto no: es la falta de ilusión; conduce al quietismo, al inmovilismo, a la frustración, a la inacción, a que las pocas ambiciones no vayan más allá de cambiar el auto cada cuatro años, ir al campo del Barça90 y después al Mc Donnald´s. Y la ausencia de la actitud crítica de distanciamiento es una de las características esenciales de la sociedad post-moderna-industrial actual. Hoy, el sujeto es constituido en exterioridad desde los medios de comunicación manipulados por el Poder; sometido acríticamente, con mediocre obediencia, a los nuevos dioses de la comunicación ("Dios es digital"91), el pensamiento único y el mercado. El mismo autor (Feinmann, ob. cit.: 273) define a la sociedad actual como aquella en la cual "el hombre vive en un torrente fáctico que anula su individualidad, que lo vuelve un ser reflejo, repetitivo, sumergido, a-crítico: la muerte del sujeto". El pensamiento neoconservador-neoliberal contemporáneo (aceptado por las "izquierdas" europeas) ha instaurado los nuevos dioses de la postmodernidad: el dinero, (en) un mundo-mercado globalizado, (con) la crisis del Estado nacional (la necesidad de su retracción) y El “bicho” del consumo ha “picado” con mucha fuerza a los españoles en los últimos años. Se compra a cualquier precio y se gasta más de los que se gana: “un tercio de de los españoles tiene dificultad para controlar sus compras […] el patrón de ocio de muchas adolescentes y jóvenes es ir de tiendas”. (Fuente: El País Semanal, 24/7/05) 90 Club de fútbol a quien M. Vázquez Montalbán designaba con la metáfora del “ejército simbólico no armado de la catalanidad […] Nuestro club es sant Jordi y el dragón el enemigo exterior: España para los más ambiciosos simbólicamente, el Real Madrid para los más concretos. ” (Vázquez Montalbán, ob. cit. pp. 92-94) 91 Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (1998) "Alien Duce", en Ultimo bondi a Finisterre. La Plata: P. Rey Discos. 89 112 (subsumidos por) la revolución comunicacional-digital (hegemonizada por la burguesía tecnológica, financiera y multinacional). En cuanto a valores hegemónicos, se trata de una sociedad en la que lo individual prima sobre lo colectivo, el individualismo sobre los lazos de fraternidad, cooperación y solidaridad entre los seres humanos; en la cual los “otros”, los diferentes y los que se resistan serán señalados, excluidos, marginados, perseguidos y castigados. Una sociedad en la que los valores y comportamientos de solidaridad-reciprocidad-cooperación-ayuda mutua, etc. se encuentran en una situación de subalternidad respecto de los hegemónicos nombrados más arriba, sugiere los siguientes interrogantes: ¿Qué significa “ser” en esta sociedad? ¿Cuál es la “razón de ser” en ella? ¿No será la sociedad la que está “enferma”? ¿De qué tipo de “salud” goza esta sociedad? ¿De la del “tener” es “ser”? ¿De la del “deber ser” es llegar a “tener” para poder “ser”? El desarrollo industrial logrado, el consumo generado, la tecnología inventada, el orden instaurado, el progreso material alcanzado en las sociedades capitalistas occidentales... ¿han constituido estímulos para -o bien traído- la felicidad, el deseo, el entusiasmo, la llama del amor, la emoción, las esperanzas, las ilusiones, la armonía a las personas que, en teoría, disfrutan de todos esos logros? El Che Guevara decía que enfermo está el mundo donde “tener” y “ser” significan lo mismo… Yo me pregunto: ¿es posible ser un sujeto “sano” en una sociedad “enferma”? Sobre todo en cuanto a valoraciones que refieren a los jóvenes autóctonos y a la manera en que se percibe la “nueva” sociedad, existen aspectos contenidos en algunos testimonios provenientes de jóvenes migrantes que valdría la pena reproducir y comentar. ¿Qué semejanzas y diferencias encuentran los nuevos migrantes argentinos a nivel sociopolítico entre la sociedad de origen y la de destino? ¿Y qué factores de tipo político han tenido mayor incidencia en ellos al momento de decidir marcharse del país, y de elegir instalarse en Barcelona? Tal como puede observarse en el gráfico siguiente, el primer factor en orden de importancia, expresado por los migrantes argentinos entrevistados en Barcelona, que ha interactuado como elemento del push, y que ha aparecido de manera recurrente en las percepciones que tienen los sujetos acerca del fenómeno, es la opinión de que la penalización del consumo de drogas (enfatizando en el cannabis) o la penalización de la interrupción voluntaria del embarazo (aborto) existentes en Argentina (y a diferencia de España) constituyen restricciones -y, en algunos casos, según testimonios, incluso flagrantes violaciones- a los derechos humanos e individuales de las personas. En segundo término, se ha destacado una fuerte oposición a la impunidad policial dominante en nuestro país, relacionada, a su vez, con el tercer factor subrayado: el rechazo a la clase política tradicional argentina (simbolizada en el "que se vayan todos" de diciembre de 2001), asociada a las mafias enquistadas en el Poder y a la corrupción como práctica de gobierno. 113 Principales razones políticas expresadas por los nuevos migrantes argentinos entrevistados en Barcelona para emigrar (en%) Otros 7% Falta de opciones de representatividad y cierre de espacios de representación 9% Rechazo a la clase política, las mafias y la corrupción 21% Impunidad policial 27% Restricción de derechos y libertades como la penalización del consumo de cannabis y otras drogas o la penalización del aborto 36% Por el lado del otro de los colectivos indagados, me refiero al caso particular de los migrantes senegaleses, a partir de la observación participante y de las entrevistas realizadas como parte del trabajo de campo, he podido identificar un mecanismo estructural de su estilo de vida en origen que impregna la organización social del proceso migratorio basado en cadenas y redes, operando en la coyuntura de la sociedad de destino y facilitando la adaptación al nuevo contexto. Me refiero a los lazos de solidaridad, cooperación y ayuda mutua, presentes de manera recurrente en las representaciones y prácticas de los sujetos de estudio para con sus compatriotas: “Los senegaleses cuando están fuera de Senegal se ayudan mucho... se ayudan mucho, y esto es un punto muy positivo, muy importante. Yo creo que hay una diferencia que existe entre los inmigrantes senegaleses y los demás. He encontrado otros inmigrantes, de otras nacionalidades, ¡que cuando te explican los problemas que han tenido entre ellos en sus casas! Nosotros tenemos suerte porque un senegalés siempre, siempre, quiere hacerte un favor, quiere ayudarte, alojarte, lo que necesites y puede hacer, para que te sientas mejor. Sobre todo si eres un senegalés. Un senegalés nunca deja dormir en la calle a otro compatriota suyo; sin saber de dónde viene, sólo sabiendo que es un senegalés. Fíjate sino aquí en Barcelona: hay muchos inmigrantes que duermen en la calle. No verás ningún senegalés entre ellos. Este es un punto muy positivo en la migración. Los inmigrantes senegaleses se ayudan mucho. Cuando alguien tiene un problema, los demás lo ayudan mucho.” (Lake, migrante senegalés de Barcelona) Esta clase de comportamientos entre los senegaleses, enmarcados –tal como he mencionado- en las redes familiares y sociales de apoyo que poseen, amortigua las consecuencias de lo que Atxotegui (2000: 88) designa como “duelo migratorio”, especialmente cuando alguno atraviesa situaciones de necesidad o enfermedad: 114 “A esta cultura yo no puedo acostumbrarme, integrarme, porque es una cultura individualista: cada uno a lo suyo. Socialmente no hay mejor que la cultura de cada uno. Si nosotros, los senegaleses, fuésemos así, muchos de los migrantes que vienen sufrirían”. (Bele, migrante senegalés de Barcelona) Otro de los aspectos que se pueden considerar es el de los modelos, valores o referentes sociales de desarrollo e identificación, que algunos jóvenes migrantes senegaleses equipararon con una cierta falta de ambición, una relativa tendencia al conformismo de parte de los jóvenes autóctonos: “Con todos los medios que tienen [o quizás por eso] para estudiar y las facilidades... les falta ambición.” (Teko, migrante senegalés de Barcelona) “Los jóvenes de 20 o 18 años ya no saben nada. Sólo lo que saben ellos es: tengo mi coche, tengo mi casa, tengo mi novia... sólo tienen eso.” (Namse, migrante senegalés de Barcelona) Joan Pallarés, científico social catalán, construyó una metáfora para ubicar el corte generacional que se da en la década de 1990 en España. Sostiene que, a diferencia de la década de 1980 -en la que los jóvenes se encontraban en la "cresta de la ola" de los movimientos sociales-, desde 1990 en adelante los jóvenes "van saltando de ola en ola, por la superficie, sin encontrar la esencia". Acuerdo con Pallarés cuando afirma que estos no están muy interesados en transformar o ser protagonistas de un cambio, sino que más bien se ven arrastrados por la corriente de una sociabilidad postmoderna donde predomina la forma sobre el contenido. La sociedad "postmoralista/postdeber", tal como designa Lipovetsky92; la de la felicidad narcisista con una "moral sin obligación ni sanción", donde imperan el individualismo, la liviandad y la sacralización del yo. Todo lo expuesto es importante en la medida que afecta el ámbito de las relaciones e interacciones entre jóvenes autóctonos entre sí, y entre ellos y los jóvenes migrantes, por ejemplo en el nivel de las relaciones de amistad, donde operan comportamientos, actitudes y conductas particulares. Resulta interesante asimismo incorporar al análisis factores tales como el lugar de la mujer y el hombre en el mercado de trabajo local93; el papel de la educación familiar, moral y religiosa fuertemente católicas; una tendencia a la represión que se percibe de parte de jóvenes de Lipovetsky, G. (1994) El crepúsculo del deber, la ética indolora de los nuevos tiempos democráticos. Barcelona: Anagrama. 93 Ser joven en España tampoco es fácil en términos de indicadores sociolaborales. Sin ir más lejos, cuatro de cada diez desocupados son jóvenes (unos novecientos mil) y más de la mitad trabaja con contrato temporal, es decir, en empleos precarios (Fuente: 20 minutos, 9/6/05). Asimismo, 67% de los jóvenes españoles de entre 18 y 29 años se ve obligado a vivir con sus padres debido a la falta de trabajo y al costo de alquiler y compra de las viviendas (Fuente: Informe juventud en España 2004, Instituto de la Juventud, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales). Respecto de la situación laboral de la mujer dentro de la UE tenemos que España posee la mayor tasa de desocupación ("paro" en España), tanto global (13,61 %) como femenino (19,76%): "El paro entre las españolas de 16 a 25 años es del 38 %. Sin trabajo, con pocos recursos económicos, una mujer joven no puede pagar una vivienda e independizarse. Resultado: suele vivir con sus padres hasta los 30 años". Asimismo, los sueldos de las mujeres son 24,59 % más bajos que los de los hombres, siendo muchos de ellos por empleos de tiempo parcial. (Fuente: Magazine de La Vanguardia, 3/3/02, p. 65-69) 92 115 ambos sexos; y otras variables que aparecieron al momento de recoger representaciones, puntos de vista y percepciones de jóvenes autóctonos (sobre todo de mujeres) alrededor del sexo y sus relaciones.94 El sociólogo Mario Gaviria, en su "Elogio de la impureza y el no trabajo" (La Vanguardia, 28/9/03, suplemento "En Portada", p. 4), afirma que en el "catolicismo desarrollista a la española casi todo es impuro y está prohibido, menos el trabajo". Según este autor, para poder dedicar toda la energía al trabajo no hay que dedicarla al sexo: en consecuencia, en España (y en otros países del occidente capitalista) las personas -a quienes denomina "mal orgasmados"reprimen la libido, fornican poco y tienen pocos hijos. 95 Frente a este panorama, Gaviria opina que “nos queda el derecho de evadirnos de vez en cuando. El cine, la fiesta, y a veces las drogas, no son más que un mecanismo que nos permite durante un rato dejar de ser nosotros mismos para que volvamos a trabajar más fuerte el lunes.” En relación a lo anterior, mi amigo Manolo, gallego pero de Galicia, porque como él bien afirma: “lo bueno de ser gallego es que puedes ser de cualquier lado” (pueblo históricamente emigrante si los hay en el planeta), me contaba que en las reuniones con compañeros de la oficina (es abogado y trabaja en una consultora internacional) se daba una constante: los hombres hablaban de fútbol y autos, y las mujeres de cirugía estética. El, como buen gallego fiestero, quería bailar pero se quedaba sólo, "salvo que en la reunión hubiera una andaluza". No hace falta vivir seis años para intuir una cierta frustración y bastante represión sexual en una parte de los catalanes. Recuerdo haber visto una bandera (pancarta) en el Camp Nou, durante el encuentro Barcelona-Osasuna (27/1/02), referida al escándalo mediático en el que se vieron involucrados algunos futbolistas del F. C. Barcelona al ser sorprendidos por unos paparazzi cuando se estaban "enfiestando" con varias mujeres en algún lugar de una noche madrileña. Repito: fue a la noche y no a la hora del partido o del entrenamiento. En la pancarta, colgada de una de las bandejas ("gradas") de la tribuna local, se alcanzaba a leer, textualmente: "menos follar [coger], más jugar". Imagen que representa todo un símbolo de la moral catalana oficial y de la idiosincrasia de los catalanes de la que habla Maradona (2000). Con "Seba", un argentino que vive en Barcelona desde hace tres años, bromeábamos al imaginar lo que "lo` muchacho" de "la 12" hubieran escrito en su lugar en la Bombonera: "jueguen como garchan". Respecto de la postmodernidad ya referida en los jóvenes autóctonos, vale mencionar que algunas de sus huellas pueden rastrearse, por ejemplo, en el extendido gusto de combinar Esta situación presente en las relaciones interpersonales tiene su manifestación en los padecimientos de las personas. Tenemos así que, por ejemplo, la depresión afecta a 10% de los españoles (cuatro millones de personas), mientras que una de cada cinco mujeres la sufre o la ha sufrido alguna vez. (Fuente: Qué!, 29/9/05, pp. 11) 95 Vemos así cómo en Gran Bretaña, por ejemplo, cuna universal del puritanismo capitalista, frente al aumento en la incidencia de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) entre los jóvenes, el Estado, en vez de fomentar políticas de educación, prevención y promoción de la salud, directamente recomienda y alienta la abstinencia sexual. (Fuente: Clarín, 26/11/04, p. 37) Dice Gaviria -y acuerdo totalmente por experiencia propia- que el único país que ha optado por amar mucho y trabajar poco es Cuba: "la gente se realiza fornicando"; por eso -y para eso- van a la isla tantos turistas italianos y españoles. Y concluye: "En Cuba han triunfado los aspectos de liberación sexual que en Europa fracasaron, derrotados por el consumismo y el trabajo". 94 116 música tecno con las denominadas “drogas de diseño”96 que tienen en Barcelona los jóvenes (y no sólo adolescentes). Se entra en un "boliche" y cada cual está en su "viaje interior", bailando sin tocarse con el/los otro/s, sin diálogos, miradas e intercambios, sin contactos ni juegos de seducción manifiestos, sin compartir. Este tipo de patrón de consumo, también como otra de las caras de la globalización, progresivamente se va instalando en algunos sectores de jóvenes de Buenos Aires, aunque aún no en forma masiva. Una buena muestra de la "onda" a la que me refiero puede buscarse en la edición de la B parade-Barcelona, del 15/9/01 en Plaza España-Mont Juic. El "b-colectivo" convocante resumió el evento, su estilo de vida, su forma de ver el mundo y su rol en esta sociedad, textualmente de la siguiente manera: “[...] también en esta zona del Mundo creemos que es posible movernos por cambiar algo de lo que vemos y no nos gusta. De perseguir una utopía sabiendo que no llegaremos nunca. Y vamos a celebrarlo, pero sin dejar de actuar. O siendo pasivos, pero sin molestar.” “Fin de la historia”, omnipresencia y omnipotencia del dinero, reemplazo de la política por la policía, el presente como “único futuro posible”, racionalización de la desigualdad social, justificación de la sobreexplotación de seres humanos y recursos naturales, racismo, intolerancia, guerra. No se pretende iluminar a nadie sobre los males de esta sociedad, sugiriendo que está tan enferma que no puede hacerlo por sí misma. Por el contrario, criticar la sociedad es también criticar nuestra propia actitud ante las situaciones que se producen. Y sumar un granito de arena al desafío de construir herramientas cotidianas saludables para la vida, en un escenario levantado al servicio de la muerte. No obstante, quisiera apuntar que como persona foránea me resulta evidente que los europeos mediterráneos (de Italia, Grecia, España, Francia) poseen una serie de rasgos geográficos e histórico-culturales generales compartidos, en la lengua, la comida, las artes, etc., (y otros tantos diferentes, claro está) que provienen de la civilización grecorromana, latina, y que es distinta a la de los europeos sajones, nórdicos o germanos. El interrogante que me ha quedado para el análisis es si, más allá de esas particularidades que perfectamente pueden llegar a constituirse en rasgos folclóricos pintorescos (“exóticos” para los guiris), esa Europa Mediterránea va camino a unificarse a nivel sociocultural porque el “euromodelo” se impone uniformemente para todos; o si determinadas diferencias históricas, culturales y también regionales particulares pueden llegar a actuar como fuerzas de resistencia en ese proceso, resignificándose, transformándose, manteniéndose. Salvando las distancias y las particularidades de cada continente, país, región, este modelo de sociedad “occidentoxicada” o “macdonalizada” se pretende imponer en buena parte del planeta. Con resistencias, eso sí. Datos arrojados por distintos estudios permiten ver que el número de menores en tratamiento por consumo de drogas en Barcelona se ha triplicado en los últimos tres años. En ese sentido, 10 % de los usuarios de los centros de desintoxicación son adolescentes que responden al siguiente perfil: hijo de padres a los que casi no ve, de clase media-alta y consumidor de distintas drogas simultáneamente. (El País, 16/10/01, suplemento "Cataluña", p. 1). Para el "problema" de las drogas en España, se recomienda el análisis de Romaní (1999). 96 117 VI. REFLEXIONES FINALES. Desde el punto de vista de los procesos migratorios actuales, se ha pretendido con este trabajo poner de relieve algunos de los factores, generales y específicos, que entran en juego en el momento de analizar las dimensiones alrededor del significado de ser inmigrante extranjero en el contexto español actual. Ser inmigrante hoy en España es ser un extranjero, un extraño, un elemento que dificulta la integración y el ejercicio de la ciudadanía. A través de un enfoque antropológico he intentado buscar desenmascarar algunos estereotipos construidos, desmitificar ciertas creencias e imágenes existentes sobre la realidad y la vida cotidiana en el llamado "Primer Mundo Europeo", desmedicalizar determinados comportamientos y estilos de vida sujetos a control social, e invitar al diálogo como espacio donde gobierne el valor de la palabra. Porque creo que una sociedad como la española, heterogénea, multicultural y que va camino al mestizaje, necesita asumir en su conjunto que el conocimiento del "otro" es indispensable para que se desarrolle una mejor convivencia basada en la justicia, el respeto y la dignidad humana. En el caso particular de los nuevos migrantes argentinos en Barcelona, y a modo de consideraciones generales finales, estamos en condiciones de afirmar lo siguiente: 1) Al igual que los migrantes españoles e italianos que arribaron al continente americano a principios del siglo pasado, sólo emigran los argentinos que pueden; pero a diferencia de aquellos, los nuevos migrantes argentinos que se instalan en Barcelona no son los más pobres en su sociedad de origen sino de clase media para arriba. 2) En lo que respecta a los motivos de orden económico-laboral, la mayoría de los argentinos que emigran no lo hacen por falta de trabajo en la sociedad de origen; por el contrario, el factor de más peso resulta ser la posibilidad de conseguir un trabajo, quizás de menor calificación, pero mejor remunerado, aprovechando sobre todo la diferencia del cambio favorable al Euro en relación al peso argentino. Todo lo cual les permite, por un lado aumentar notoriamente sus ingresos (aunque, al mismo tiempo, los gastos); y, por otro lado, tener la posibilidad de ahorrar dinero con vistas a un probable retorno en el corto plazo. En otras palabras, lo que se da es una maximización racional en términos costoriesgo/beneficios. 3) A diferencia de proyectos migratorios como el de africanos (senegaleses, marroquíes, etc.) y de otros países sudamericanos (ecuatorianos, peruanos, etc.) a Europa/España/Barcelona, cuya sustancia reside en la diversificación económica familiar, en las cuales, en muchos casos, la misma familia es la que selecciona a los potenciales migrantes de acuerdo a sus potencialidades e invierte bienes y capitales en ellos, quienes irán devolviéndolo mediante el envío constante de remesas y la incorporación de familiares a las redes y cadenas migratorias, por el contrario, buena parte de los procesos migratorios de los nuevos migrantes argentinos son de carácter estrictamente individual. Asimismo, es posible reconocer a partir de 2004 un cambio de tendencia que refleja una acentuada disminución de jóvenes argentinos que emigra al exterior, y concretamente hacia Barcelona. 118 Entre las posibles causas de esta tendencia decreciente de la tasa emigratoria pueden mencionarse al menos dos interactuando en un sentido dialéctico inversamente proporcional al push and pull. De un lado, la mejora relativa de la situación sociopolítica en la Argentina (o, al menos, una pausa en el empeoramiento vivido desde la última dictadura militar en adelante); del otro, en España, el endurecimiento de las leyes migratorias y los obstáculos para la contratación de trabajadores inmigrantes, el fortalecimiento del accionar policial represivo contra los "sin papeles" y una cierta saturación del mercado laboral en ámbitos donde hace pocos años aún había una amplia oferta para la elevada calificación de algunos jóvenes migrantes: "Parece increíble, pero yo desde hace un año estoy buscando trabajo como diseñadora gráfica, haciendo más o menos cinco entrevistas a la semana, y nada. Así que tengo que ir haciendo trabajitos para ir tirando. Hasta ahora, laburé haciendo encuestas, como promotora [azafata] en eventos y repartiendo publicidad. Antes eso no pasaba: yo trabajé en una empresa como diseñadora durante un año y medio; pero después no me quisieron renovar el contrato y nunca más conseguí trabajo de lo mío. Decí que como tengo papeles puedo trabajar de otra cosa, sino...". (Cristina, 28 años, diseñadora gráfica, de Buenos Aires). Existe un gran abanico de posibles explicaciones para interpretar que jóvenes como Cristina elijan quedarse en una ciudad como Barcelona, trabajando en cualquier otra cosa menos en lo suyo, sin pensar por el momento en volver a la Argentina. En este caso, el motivo principal es la diferencia salarial sujeta al tipo de cambio: aún trabajando como encuestadora (y teniendo resuelto por el momento el problema de la vivienda, claro está), Cristina gana casi cuatro veces más de lo que ganaría en Buenos Aires trabajando como diseñadora en un estudio. Esto le permite ahorrar algo de dinero en euros –“a pesar de que en Barcelona se gasta mucho sólo con vivir"- para poder disponer de ellos en caso de necesidad, o bien si decide en algún momento regresar a su país, "volver sin la frente marchita..." La variedad de respuestas abarca también el plano de lo individual y personal, ya no determinadas por motivos estrictamente ligados a lo socioeconómico-laboral. En ese sentido, Barcelona es una ciudad poco hostil y abierta a ese tipo de experiencias, sobre todo para los más jóvenes. Gastón, un rosarino de 24 años, llegó a fines de 2002 para "hacer la experiencia, nueva para mí, de vivir sólo, no con mi familia, independizarme económicamente, conocer gente nueva y distinta, viajar... después, andá a saber... puede pasar cualquier cosa, pero la idea es pegar la vuelta". Lo anterior representa una buena parte de las motivaciones para irse de Argentina, expresadas sobre todo por los más jóvenes. Y, en ese sentido, Barcelona es un lugar muy atractivo y aprovechable. De todas formas, tal y como figura en el gráfico siguiente, la "imposibilidad de desarrollo y realización personal/profesional" ha constituido el factor de mayor importancia para emigrar, entre aquellos de carácter personal/individual/familiar aparecidos en los testimonios de los migrantes argentinos entrevistados para este trabajo. 119 Principales motivos personales/familiares para emigrar expresados por los nuevos migrantes argentinos entrevistados en Barcelona (en%) Parientes en el extranjero 8% Otros 7% Experiencia de vida individual 28% Alejamiento/ruptura con la familia nuclear 19% Imposiblidad de desarrollo y realización personal y profesional 38% Por otro lado, un dato interesante para analizar es el que concierne a parejas de argentinos de entre 29 y 34 años de edad que vivieron algunos años en Barcelona por distintos motivos y razones (trabajo, estudio, estudio y trabajo, etc.) y que, o bien habiendo tenido un hijo recientemente, o a punto de tenerlo, deciden regresar a la Argentina. Me atrevería a decir que en esta franja etaria, y sobre todo en una situación como la descrita, se está produciendo la mayor tasa de retorno de migrantes argentinos en Barcelona. Un último aspecto a mencionar es el de aquellos argentinos que en Barcelona "encontraron su lugar en el mundo". En general se trata de migrantes mayoritariamente en situación administrativa "regular", ya sea con permiso de residencia y de trabajo o con doble ciudadanía europea, y con un trabajo estable y bien remunerado. Para ellos, no está contemplado por el momento el retorno. Viajan a Argentina como turistas (aprovechando las ventajas del tipo de cambio favorable) o para compartir las fiestas de Navidad y Año Nuevo con amigos y familiares. Algunos, en ciertos casos, también invierten el dinero en propiedades y microemprendimientos económicos a futuro. 120 VII. BIBLIOGRAFÍA. AJUNTAMENT DE BARCELONA (2000a) Observatori permanent de la immigració a Barcelona: dades de l’Hospital Clínic de Barcelona, novembre 2000. Comissionat de l’Alcaldia per a la defensa del Drets Civils. AJUNTAMENT DE BARCELONA (2000b) Pla de salut de la regió sanitària Barcelona ciutat: 1999-2001. Servei Català de la Salut. AJUNTAMENT DE BARCELONA (2001) La població estrangera de Barcelona, gener 2001. Departament d’Estadistica. AJUNTAMENT DE BARCELONA (2003) La població estrangera de Barcelona, gener 2003. Departament d’Estadistica. ALMEIDA FILHO, N. (1992) A Clínica e a Epidemiologia. Salvador: APCE-ABRASCO. ALONSO GONZÁLEZ, A. y VILLAMIL CABEZUDO, V. (2001) Efectos de la inmigración sobre el crecimiento del país receptor. Madrid: Universidad Complutense. Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. AMIN, S. (1999) El capitalismo en la era de la globalización. Barcelona: Paidós. AMNISTIA INTERNACIONAL (2002) España: crisis de identidad. Tortura y malos tratos con motivos racistas a manos de agentes del Estado. Madrid: AI. APPADURAI, A. (1988) “Introduction: Place and voice in anthropological theory”, en Cultural Anthropology, 3: 16-20. ARUJ, R. (2004) Por qué se van. Exclusión, frustración y migraciones. Buenos Aires: Prometeo Libros. ASOCIACIÓN PARA LA PREVENCIÓN DE ACCIDENTES (1999) Seguridad en la Agricultura. Zarautz: Itxaropena. ATXOTEGUI, J. (2000) “Los duelos de la migración: una aproximación psicopatológica y psicosocial”, en E. Perdiguero y J. M. Comelles (comps.): Medicina y Cultura. Barcelona: Bellaterra. BAKER, M. (1981) The New Racism. Londres: Junction Books. BALAGUER, M., BARREDA, M. y CUADROS, D. (1999) Els beneficis de la immigració estrangera a Catalunya. Barcelona: Dep. de Benestar Social, Generalitat de Catalunya. BALIBAR. E. (1992) Les frontières de la démocratie. París: La découverte. BALIBAR. E., y WALLERSTEIN, I. (1991) Raza, nación y clase. Madrid: Iepala. BERGER, J. (2001) Puerca tierra. Barcelona: Suma de Letras. BLANCO, C. (2000) Las migraciones contemporáneas. Madrid: Alianza. BOTANA, N. (1977) El Orden Conservador. Bs As: Hispanoamerica BREILH, J. (2003) Epidemiología crítica. Ciencia emancipadora e interculturalidad. Buenos Aires: Lugar. 121 CACOPARDO, M. C. (1992) "La emigración potencial de jóvenes italoargentinos", en Estudios Migratorios Latinoamericanos, 22: 453-495. CALVO BUEZAS, T. (1990ª) El racismo que viene. Madrid: Técnos. CITE-ALMERÍA (1992) “Situación sanitaria de los inmigrantes africanos en Almería”. Ponencia presentada en las Jornadas Euro-Latinoamericanas de debate sobre sanidad pública. COLECTIVO IOÉ (1992) Inmigrantes, trabajadores, ciudadanos. Una visión de las migraciones desde España. Valencia: Tirant lo Blanch. COLECTIVO IOÉ (1994) Discursos de los españoles sobre extranjeros. Paradojas de la alteridad. Madrid: CIS. COLECTIVO IOÉ-UGT (2001) ¡No quieren ser menos! Exploración sobre la discriminación laboral de los inmigrantes en España. Madrid: Comisión Ejecutiva Confederal de UGT. COMISIONES OBRERAS (1993) Migraciones: manifestación tangible de las diferencias Norte-Sur. Madrid: CCOO. COMISIONES OBRERAS (1998) Migraciones. Madrid: CCOO. Conferencia del Consejo Confederal sobre CHE GUEVARA, E. (1977) Discursos y Escritos. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales. CHOMSKY, N. (1992) Ilusiones necesarias. Control del pensamiento en las sociedades democráticas. Madrid: Libertarias-Prodhufi. CHOMSKY, N. (2000) Actos de agresión. Barcelona: Crítica. DE LUCAS, J. (1996) Puertas que se cierran. Barcelona: Icaria. DE SOUZA MINAYO, M. C. (1997) El desafío del conocimiento. Investigación cualitativa en salud. Buenos Aires: Lugar. DEL CAMPO, H. (1989) "Sindicatos, partidos obreros y estado en la Argentina preperonista", en W. Ansaldi y J. L. Moreno: Economía y Sociedad del Pensamiento Nacional. Buenos Aires: Cantaro. DENMAN, C. y HARO, J. comps. (2000) Por los rincones: antología de métodos cualitativos en la investigación social. Sonora: El Colegio de Sonora. DEPARTAMENT DE SANITAT I SEGURETAT SOCIAL (1993) Pla de Salut de Catalunya 1993-1995. Barcelona: Generalitat de Catalunya. DEPARTAMENT DE SANITAT I SEGURETAT SOCIAL (1996) Pla de Salut de Catalunya 1996-1998. Barcelona: Generalitat de Catalunya. DIERKSMEIER, G. (2001) Plaguicidas. Residuos, efectos y presencia en el medio. La Habana: Editorial Científico-Técnica. DIPUTACIO DE BARCELONA (1992) Informe sobre el treball social amb immigrants estrangers a la provincia de Barcelona. Área de Serveis Socials. 122 DIPUTACIO DE BARCELONA (1997) II Informe sobre la Inmigracio y el Treball Social a Catalunya. Area de Serveis Socials. EUROSTAT (2001) Push and pull factors of international migrations. Brussels: Statistics in Forms. FEINMANN, J. P. (1998) La sangre derramada. Ensayo sobre la violencia política. Buenos Aires: Ariel. FEIXA, C. (1998) De jóvenes, bandas y tribus. Antropología de la Juventud. Barcelona: Ariel. FERNANDEZ y MOYA (eds.) (1999) La inmigración española en la Argentina. Buenos Aires: Biblos. FERRÁS, G. (2003) "La figura del extranjero en el proyecto político-cultural de las elites", en S. Villavicencio (ed.): Los contornos de la ciudadanía. Nacionales y extranjeros en la Argentina del Centenario. Buenos Aires: Eudeba. FOUCAULT, M. (1980) Microfísica del poder. Buenos Aires: La Piqueta. FOUCAULT, M. (1986) Vigilar y castigar. México: Siglo XXI. FOUCAULT, M. (1992) Genealogía del racismo. De la guerra de razas al racismo de Estado. Madrid: La Piqueta. FRANCO AGUDELO, S. (1986) “La salud y el trabajo”, en Cuadernos Médico-Sociales, 35: 15-25. FUNDACIÓN LA CAIXA (2000) Anuario Social de España. Barcelona. GENERALITAT DE CATALUNYA (1999) Els beneficis de la inmigracio estrangera a Catalunya. Barcelona: Departament de Benestar Social. GENERALITAT DE CATALUNYA (2000) Pla Interdepartamental d’Inmigració. Departament de Benestar Social. GERCHUNOFF, P. Y LLACH, L. (1998) El ciclo de la ilusión y el desencanto. Un siglo de políticas económicas argentinas. Buenos Aires: Ariel/Planeta. GARCÍA CANCLINI, N. (1999) La Globalización imaginada. Barcelona: Paidós. GIMÉNEZ, C. (1996) “Proyectos de construcción nacional, política migratoria y transnacionalismo en España”, en A. Kaplan (coord.): Procesos migratorios y Relaciones Interétnicas. Zaragoza: VII Congreso de Antropología. GOFFMAN, E. (1980) Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires: Amorrortu. GOLDBERG, A. Y PEDONE, C. (1999) Reseña crítica: García Canclini, Néstor (1999), La globalización imaginada. Barcelona: Paidós, en Documents d’Análisi Geográfica, Nro. 37. Universidad Autónoma de Barcelona. GOLDBERG, A. y PEDONE, C. (2000) Cadenas y redes migratorias internacionales. Aproximación a un análisis comparativo de dos casos: senegaleses en Barcelona y ecuatorianos en Murcia. Tarragona: IV Congreso de CEALC. 123 GOLDBERG, A. (2003) "Inmigración, ciudadanía e identidades en el contexto español actual", comunicación presentada en el IX Encuentro-Debate América Latina ayer y hoy. Relaciones sociales e identidades en América. Departamento de Antropología Social e Historia de América y de África, Universidad de Barcelona, 26-28 de noviembre de 2003. GOLDBERG, A. (2004) Ser inmigrante no es una enfermedad. Inmigración, condiciones de vida y de trabajo. El proceso de salud/enfermedad/atención de los migrantes senegaleses en Barcelona. Tesis Doctoral en Antropología Social y Cultural. Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social, Universidad Rovira y Virgili. GOULD, S. J. (1994) El pulgar del panda. Barcelona: Drakontos-Crítica Grijalbo. GRAMSCI, A. (1981) Escritos Políticos (1917-1933). Madrid: Siglo XXI. GRAMSCI, A. (1984) Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno. Buenos Aires: Nueva Visión. GRAMSCI, A. (1998) Para la reforma moral e intelectual. Madrid: Los libros de la Catarata. GUHA, R. AND SPIVAK, G. (1998) Selected Subaltern Studies. New York: Oxford University Press. HEGEL, G. W. F. (1966) Fenomenología del Espíritu. México: FCE. HEGEL, G. W. F. (1993) Ciencia de la Lógica. Buenos Aires: Hachette. HOLLOWAY, J. et al. (1995) Globalización y Estados-nación. Buenos Aires: Homo Sapiens. HOLLOWAY, J. (2002) Cambiar el mundo sin tomar el poder. Buenos Aires: Herramienta. HORRIE, CH. (1994) ¿Qué es el Islam? Madrid: Alianza. IMBERT, G. (1992) Los escenarios de la violencia. Barcelona: Icaria. INSTITUTO DE LA JUVENTUD (2000) Informe de Juventud en España 2000. Madrid: Instituto de la Juventud. INSTITUT MUNICIPAL DE SALUT PUBLICA (1998-2000) La Salut a Barcelona. Ajuntament de Barcelona. INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO “IV Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo”, en Prevención, Trabajo y Salud, Nro. 8. JMELNIZKY, A. (2003) "Del proyecto inmigratorio argentino al modelo de absorción", en S. Villavicencio (ed.): Los contornos de la ciudadanía. Nacionales y extranjeros en la Argentina del Centenario. Buenos Aires: Eudeba. KAPLAN, A. (coord.) (1996) Procesos migratorios y relaciones interétnicas. Zaragoza: VII Congreso de Antropología Social, Instituto Aragonés de Antropología, Federación de Asociaciones de Antropología del Estado Español. KAPLAN, A. (2002) “Los procesos migratorios. Una motivación económica: Senegambianos en Cataluña”, en Barcelona, siglo XXI: Mosaico de Culturas. Barcelona: Museu Etnologic. 124 KOHAN, M. (2002) Dos veces junio. Buenos Aires: Sudamericana. LAURELL, A. C. (1986) “El estudio del proceso salud-enfermedad en América Latina”, en Cuadernos Médico-Sociales (37: 3-17). LAURELL, A. C. (1987) “Para el estudio de la salud en su relación con el proceso de producción”. México: UNAM (mimeo) LAURELL, A. C. (coord.) (1993) Para la investigación de la salud de los trabajadores. Washington: OPS. LÓPEZ ABUIN, J. M. (2002) “El médico de familia ante el abordaje sociosanitario del inmigrante”, en FMC, 9 (7): 492-497. LO VUOLO, R. (2003) Estrategia económica para la Argentina. Propuestas. Buenos Aires: Ciepp-Siglo XXI Editores Argentina-Fundación OSDE. MALGESINI, G. (1998) Cruzando fronteras. Migraciones en el sistema mundial. Barcelona: Icaria- Fundación Hogar del empleado. MARADONA, D. A. (2000) Yo soy El Diego de la gente. Buenos Aires: Planeta. MÁRMORA, L. (1997) Las políticas de migraciones internacionales. Madrid/Buenos Aires: OIM- Alianza Editorial. MARTÍNEZ FRESNEDA, G. (2001) “Tres leyes del siglo”, en Le Monde Diplomatique, Nro. 63: 25. MARTÍNEZ VEIGA, U. (1997) La integración social de los inmigrantes extranjeros en España. Madrid: Trotta. MARTÍNEZ VEIGA, U. (1999) Pobreza, Segregación y Exclusión Espacial. La Vivienda de los Inmigrantes Extranjeros en España. Barcelona: Icaria. MARTÍNEZ VEIGA, U. (2001) El Ejido. Discriminación, Exclusión Social y Racismo. Madrid: Libros de la Catarata. MARX, K. (1978) El Capital. México: Siglo XXI. MATEOS, A. Y MORAL, F. (2000) Europeos e inmigrantes. La Unión Europea y la inmigración extranjera desde la perspectiva de los jóvenes. Madrid: CIS. MELOSSI, D. (1992) El Estado del Control Social. México: Siglo XXI. MENÉNDEZ, E. (1990) Antropología Médica. Orientaciones, desigualdades y transacciones. México: CIESAS, Cuadernos de la Casa Chata, nro. 179. MENÉNDEZ, E. (1992) “Grupo doméstico y proceso salud/enfermedad/atención. Del “teoricismo” al movimiento continuo”, en Cuadernos Médico Sociales, 59: 3-18. MENÉNDEZ, E. (1994) “La enfermedad y la curación. ¿Qué es medicina tradicional?”, en Alteridades, 4; 7: 71-83. MENÉNDEZ, E. (1998): “Estilos de vida, riesgos y construcción social. Conceptos similares y significados diferentes”. Estudios Sociológicos, 46: 37-67. MILLS, W. (1979) La imaginación sociológica. México: FCE. 125 MINISTERIO DE ASUNTOS SOCIALES (1995) Plan Nacional para la Integración Social de los Inmigrantes. Madrid: Dirección General de Migraciones. MINISTERIO DE SALUD Y AMBIENTE DE LA NACIÓN y OPS (2004) Indicadores básicos. Argentina 2004. MONTAGU, A. (comp.) (1982) Proceso a la sociobiología. Buenos Aires: Tres Tiempos. MORERA, J. (1998) “Ciutat Vella, passat i present migratori”, en Barcelona Societat, 9: 84-90. MORERA, J. (1999) Musulmanes en Barcelona. Espacios y dinámicas comunitarias. Barcelona: CIDOB. MOYA, J. C. (1989) "Parientes y extraños: actitudes hacia los inmigrantes españoles en la Argentina en el siglo XIX y comienzos del siglo XX", en Estudios Migratorios Latinoamericanos, 13: 499-523. NASCIMBERE, M. C. (1988) Los italianos y la integración nacional. Historia evolutiva de la colectividad italiana en Argentina (1835-1965). Buenos Aires: Ediciones Selección Editorial. NOVICK, S. (2000) "Políticas migratorias en la Argentina", en Oteiza, E., Novick, S. y Aruj, R.: Inmigración y discriminación. Políticas y discursos. Buenos Aires: Prometeo Libros. OBSERVATORI DESC (2003) Guía para Inmigrantes. Barcelona: Regidoria de Drets Civils, Ajuntament de Barcelona. OBSERVATORIO EUROPEO DEL RACISMO Y LA XENOFOBIA (2000) Informe Anual. Viena: UE. ORGAN TÈCNIC DEL PLA INTERDEPARTAMENTAL D’INMIGRACIÓ (1997) Els plans comarcals d’integració dels imnigrants. Document de presentació. Barcelona: Generalitat de Catalunya. PALOMAR OVIEDO, F. (1994) Los invernaderos en la provincia de Almería. Almería: Instituto de Estudios Almerienses. PARRAMÓN, C. (1996) “Campo migratorio: un concepto útil para el análisis de las estrategias migratorias” en A. Kaplan: Procesos migratorios y Relaciones Interétnicas. Zaragoza: VII Congreso de Antropología. PARRÓN, T. et. al. (1992) Estudio de los riesgos ocasionados por el uso de plaguicidas en la zona del poniente almeriense. Sin pie de imprenta. PEIRCE, C. (1987) Obra Lógico-Semiótica. Madrid: Taurus Comunicación. PIAGET, J. (1976) La toma de consciencia. Madrid: Morata. PINCUS, F. y EHRILCH, H. (eds.) (1999) Race and Ethnic Conflict. Contending Views on Prejudice, Discrimination and Ethnoviolence. Boulder: Elsevier. PNUD (1997) Informe sobre desarrollo humano 1997. Madrid: Mundi-Prensa. 126 PUMARES, P. (1998) “¿Qué es la integración? Reflexiones sobre el Concepto de la Integración de los Inmigrantes”, en F. Checa: Africanos en la otra orilla. Trabajo, cultura e integración en la España Mediterránea. Barcelona: Icaria. RACIONERO, L. (2000) Oriente y Occidente. Barcelona: Anagrama. RAMONET, I. (1998) Tiranía de la comunicación. Barcelona: Debate. RAVENSTEIN (1885) “The laws of migration”, en Journal of the Royal Statistical Society, 48. RECOLONS, L. (2001) "La población inmigrante de origen extranjero y su impacto en las sociedades europeas", en Revista de Fomento Social, 56: 679-694. RHI SAUSI, J. L. y GARCÍA, M. A. (a cura di) (1992) Gli argentini in Italia. Una comunitá di immigrati nel paese degli avi. Bologna: Biblioteca Universale SynergonARCS. RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, J. L. (1997) La extrema derecha española en el siglo XX. Madrid: Alianza Universidad. ROMANÍ, O. (1996) “Antropología de la marginación. Una cierta incertidumbre”, en Prat y Martínez (eds). Ensayos de Antropología Cultural. Barcelona: Ariel, 303-318. ROMANÍ, O. (1999) Las drogas. Sueños y razones. Barcelona: Ariel. ROMANÍ, O. (2002) "La salud de los inmigrantes y la de la sociedad. Una visión desde la antropología", en Formación Médica Continuada en Atención Primaria; 9 (7): 498504.Barcelona, SEMFYC- Doyma, ISSN: 1134- 2072. ROSOLI, G. (1991) "Las imágenes de América en la emigración italiana de masas", en Estudios Migratorios Latinoamericanos, 17: 3-21. SAMAJA, J. (1987) Introducción a la Epistemología Dialéctica. Buenos Aires: Lugar. SAMAJA, J. (1993) Epistemología y Metodología. Buenos Aires: EUDEBA. SÁNCHEZ SOLER, M. (1998) Descenso a los Fascismos. Madrid: Grupo Zeta. SASSEN, S. (2001) “¿Por qué emigran de a millones?”, Le Monde Diplomatique, edición Cono Sur. Junio, 2001: 22-23. SCARZANELLA, E. (1999) Italiani Malagente. Immigrazione, criminalità, razzismo in Argentina, 1890-1940. Torino: Franco Agnelli. SERVICIO ANDALUZ DE SALUD (1992) Programa de formación en relación con el uso de plaguicidas y las prácticas agrícolas. Sevilla: Junta de Andalucía. Consejería de Salud. SOS RACISMO (1998) Informe anual 1999. Sobre el racismo en el Estado Español. Barcelona: Icaria. STOLKE, V. (1994) “Europa: nuevas fronteras, nuevas retóricas de exclusión”, en Varios Autores. Extranjeros en el Paraíso. Barcelona: Virus. STOOP, CH. (1999) Los “Otros”. La deportación de los “sin papeles” en Europa. Barcelona: Bellaterra. 127 SUBCOMANDANTE INSURGENTE MARCOS (1996) Siete piezas del rompecabezas mundial. México: Ediciones del FZLN. SUBCOMANDANTE INSURGENTE MARCOS (2003) “La nueva torre de Babel”, en Resumen Latinoamericano (65: 4-5). SUMNER, C. (1994) The Sociology of Deviance: an Obituary. Buckingham: Open University Press. TAUSSIG, M. (1987) Shamanism, colonialism and the wild man. A study in terror and healing. Chicago: The University of Chicago Press. TAUSSIG, M. (1996) Un gigante en convulsiones. Barcelona: Gedisa TERRADES, I. (1999) “Politica i identitat”. Conferencia dictada en Tarragona, Universitat Rovira i Virgili, 29-IX-99. TIJERAS, R. (2000) Lobbies. Cómo funcionan los grupos de presión españoles. Madrid: Temas. TRINIDAD, P. (1993) “La configuración histórica del sujeto delincuente”, en Revista Acacia, publicaciones UB. UGALDE, A. (1997) “Salud e inmigración económica del Tercer Mundo en España”, en O. Salas y A. Ugalde: Inmigración, salud y políticas sociales. Granada: Escuela Andaluza de Salud Pública, pp. 57-78. UGALDE, A. y ZWI, A., comps. (1995) Violencia, Estado y Salud en América Latina. México: Nueva Imagen. UGT (1993) UGT e inmigración: un programa sindical. Madrid: UGT. UNESCO (1997) Anuario estadístico. París: UNESCO. UNITED NATIONS (2000) Replacement Migration: Is it a Solution to Declining and Ageing population?. New York: UN. VANGELISTA, Ch. (1997) Dal vecchio al nuovo Continente. L´immigrazione in America Latina. Torino: Paravia scriptorium. VILLAVICENCIO, S. (ed.) (2003) Los contornos de la ciudadanía. Nacionales y extranjeros en la Argentina del Centenario. Buenos Aires: Eudeba. WAGMAN, D. (2002) “Estadística, Delito e Inmigrantes”, en edición digital y SOS Racismo: Informe Anual. WALSH, R. (1995) El violento oficio de escribir. Buenos Aires: Sudamericana. WEBER, M. (1970) Economía y Sociedad. México: FCE. WEINSTEIN, L. (1989, primera edición 1978) Salud y Autogestión. Montevideo: Nordan Comunidad. WILSON, E. (1976) Sociobiología: una nueva aproximación para comprender la base de la naturaleza humana. Barcelona: Omega. WOLF, E. y PATRIARCA, C. (1991) La gran inmigración. Buenos Aires: Sudamericana. 128 WOLFZUN, N. (2003) "El extranjero real, un híbrido entre tigre y planta", en S. Villavicencio (ed.): Los contornos de la ciudadanía. Nacionales y extranjeros en la Argentina del Centenario. Buenos Aires: Eudeba. YAÑEZ GALLARDO, C. (1989) "Argentina como país de destino. La emigración española entre 1860-1930", en Estudios Migratorios Latinoamericanos, 13: 467-497. 129