Politeia
ISSN: 0303-9757
politeia@mail.com
Universidad Central de Venezuela
Venezuela
Bustamante, Ana Marleny
Comparación de políticas ambientales en la Unión Europea, Comunidad Andina y Mercosur
Politeia, vol. 34, núm. 47, julio-diciembre, 2011, pp. 33-54
Universidad Central de Venezuela
Caracas, Venezuela
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=170024212002
Cómo citar el artículo
Número completo
Más información del artículo
Página de la revista en redalyc.org
Sistema de Información Científica
Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Revista Politeia, N° 47, vol. 34. iNstituto de estudios Políticos, ucv, 2011:33-54
Comparación de políticas ambientales
en la Unión Europea, Comunidad
Andina y Mercosur*
Comparing Environmental Policies
in the European Union, the Andean
Community and Mercosur
Ana Marleny Bustamante**
PhD, Profesora Titular adscrita al Centro de Estudios de Fronteras e Integración
Universidad de Los Andes, Venezuela
Resumen
Abstract
El presente trabajo compara las políticas ambientales de la Unión Europea (UE), la Comunidad
Andina (CAN) y el Mercosur. El propósito es
encontrar elementos comunes y contrastantes que
descubran tendencias generalizables a toda experiencia de integración, así como los especíicos
de cada contexto o situación. De la comparación
se detecta que el ambiente no formó parte de los
objetivos iniciales de la UE o la CAN, debido a
que para el momento de su creación, el ambiente
no era preocupación generalizada en el mundo;
situación que sí ocurre al crearse el Mercosur, por
lo que forma parte de los objetivos del Mercosur.
También se descubren diferencias en los intereses
y objetivos que se proponen los países miembro
This article is a comparison of environmental policies among the European Union (EU), the Andean
Community (CAN in Spanish), and Mercosur. The
purpose of this research is to ind common and contrasting elements that unveil generalizable trends to
any integration experience, as well as those speciic
elements pertaining to each context or situation.
This comparison reveals that the environment was
not part of the initial objectives of either the EU
or the CAN, because at the time of their creation,
the environment was not a generalized concern
around the world. Unlike these two organizations,
Mercosur set up environmental objectives when it
was created, because the environment did play a
role at the time of its foundation. Also, differences
* Agradezco al CDCHTA de la Universidad de Los Andes por el apoyo inanciero para la realización de la
investigación titulada: Instituciones, políticas de desarrollo regional y de ambiente en la Unión Europea,
Comunidad Andina y Mercado Común del Sur. Una comparación, que aparece bajo el código: NUTAH-294-09-09-B
** Correo electrónico: apernia5@hotmail.com, apernia@ula.ve
Recibido: 14-10-2011
Aprobado: 18-02-2012
Politeia 47
33
Politeia 47
34
ANA MARLENY BUSTAMANTE
respecto al ambiente en cada experiencia de integración regional. La relación entre ambiente y
comercio evidencia las visiones contrastantes sobre
el equilibrio necesario entre expansión comercial y
protección ambiental y las posturas según grados de
desarrollo de los países. Finalmente, se presentan
los contrastes que descubren aspectos signiicativos,
como el nivel de desarrollo de los países miembro y
los recelos respecto a las cesiones de soberanía.
in interests and objectives about the environment are
also visible in every regional integration experience.
The connection between the environment and trade
shows contrasting views on the necessary balance
between trade expansion and environmental protection, as well as opinions arising from the degree
of development of the countries. Finally, I present
the contrasts that account for meaningful aspects as
the level of development of the member States and
distrust on the grounds of sovereignty.
Palabras clave
Key words
Ambiente; Unión Europea; Comunidad Andina;
Mercosur
The environment; European Union; Andean Community; Mercosur
IntRodUCCIón
La Unión Europea (UE), la Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común
del Sur (Mercosur, también conocido como Mercosul por su nombre en portugués)
son las experiencias de integración que más expectativas han generado al momento
de su creación y son al mismo tiempo las que más han avanzado en su consolidación, a pesar de las disparidades evidentes en sus logros. Ello es particularmente
visible al revisar las instituciones y las políticas de desarrollo dirigidas a disminuir
las desigualdades entre países y regiones, por solo mencionar dos de las políticas
más visibles y constantes, pues son objetivos básicos de los acuerdos.
El ambiente no formó parte de los objetivos iniciales de la Unión Europea
(UE) ni de la Comunidad Andina (CAN). El ambiente, como se verá en detalle
en la parte II, como asunto de inquietud por el futuro de la tierra o del desarrollo
sostenible, se empezó a incorporar como temática y política común de la integración regional, muy tímidamente, durante los años setenta del siglo xx y cobró
mayor fuerza en los noventa. Se convirtió en preocupación generalizada a partir
de la aceptación del papel y responsabilidad colectiva en las causas y soluciones
al calentamiento global, así como de la noción de que el medio ambiente no tiene
fronteras. Por ello, se asume que los escenarios para tratar y atender esta temática
sean las organizaciones internacionales, y las organizaciones de integración son
algunas de ellas. Allí se crean decisiones comunes aplicables a los países miembro,
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
especialmente en lo relativo a normas, al comercio de bienes y servicios, políticas
sociales y de infraestructura que afectan directa e indirectamente el ambiente.
En ese contexto de creciente conciencia ambiental se crea el Mercosur en 1991
y, lógicamente, se incluye explícitamente “la preservación del medio ambiente”
en los considerandos del Tratado de la Asunción y en su artículo 1 se señala el
“compromiso de las partes para armonizar las legislaciones vigentes” en los países
miembro (Mercosur, 2008).
El interés por revisar las políticas ambientales en estas tres experiencias de
integración es explorar cómo este tema, relativamente reciente pero cada vez más
importante, es incluido en los textos comunes para luego convertirlo en acciones,
planes y programas comunes de cada órgano de integración. También interesa
conocer las similitudes y contrastes entre ellas para explorar si dichas políticas y
acciones son productos regionales o subregionales, según el caso, o forman parte
de una estrategia global y mundial, habida cuenta que por su naturaleza global no
puede obviarse de los debates en los órganos de decisión multilaterales, regionales
o bilaterales, pues, para muchos, la suerte futura del planeta es responsabilidad
compartida.
El presente trabajo consta de tres partes principales. En la primera se presenta la evolución de las políticas ambientales en el mundo, incluyendo la relación
entre ambiente y comercio. La segunda revisa las políticas ambientales de la UE,
CAN y Mercosur, y en la tercera se discuten los hallazgos más relevantes con la
propuesta comparativa entre experiencias de integración con grados de desarrollo
tan disímiles como la propuesta.
EvolUCIón dE lAs PolítICAs AMbIEntAlEs
Las políticas ambientales empezaron a ser discutidas en los años setenta del
siglo xx, casi a la par que la Declaración de Estocolmo de 1972, producto de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano.
Siendo la Cumbre de Estocolmo la primera conferencia mundial al respecto,
se convierte en el referente a partir del cual se articularán los esfuerzos subsiguientes, incluyendo los de las instituciones de integración. La conferencia propone 24
principios básicos que permitan conjugar el desarrollo humano y la preservación
Politeia 47
35
Politeia 47
36
ANA MARLENY BUSTAMANTE
del medio ambiente. Los principios más destacados son: la obligación de proteger
y mejorar el medio ambiente para las generaciones futuras; la preservación de los
recursos naturales de la Tierra mediante una adecuada planiicación u ordenación;
el mantenimiento, restauración o mejora de la capacidad de la Tierra para producir
recursos renovables; planiicar el desarrollo económico atribuyendo importancia a
la conservación de la naturaleza; propender al desarrollo económico y social que
mejore las condiciones de vida de la población (desarrollo sustentable); transferencia considerable de asistencia inanciera y tecnológica que complemente los
esfuerzos internos de los países en desarrollo; tener en cuenta los factores económicos y los procesos ecológicos; llegar a un acuerdo entre los Estados y las organizaciones internacionales para hacer frente a los costos económicos que pudieran
resultar de la aplicación de medidas ambientales. Los Estados deberían adoptar un
enfoque integrado y coordinado de la planiicación de su desarrollo, coniar a las
instituciones nacionales competentes la tarea de planiicar, administrar o controlar
la utilización de los recursos ambientales de los Estados con el in de mejorar la
calidad del medio, utilizar la ciencia y la tecnología para estudiar, evitar y combatir
los riesgos que amenazan el ambiente, emprender una labor de educación ambiental
y de difusión de masas para transmitir sentido de responsabilidad en la protección
y mejoramiento del medio. Los Estados tienen el derecho soberano de explotar sus
propios recursos en aplicación de su propia política ambiental y la obligación de
asegurar que las actividades que se lleven a cabo dentro de su jurisdicción o bajo
su control no perjudiquen al medio de otros Estados o de zonas situadas fuera de
toda jurisdicción nacional. Igualmente, tienen la potestad de desarrollar derecho
internacional en lo que se reiere a la responsabilidad y a la indemnización a las
víctimas de la contaminación y otros daños ambientales que las actividades realizadas dentro de la jurisdicción o bajo el control de tales Estados causen en zonas
situadas fuera de su jurisdicción (Declaración de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, 1972).
Sin embargo, la obligación de proteger y mejorar el medio ambiente para las
generaciones presentes y futuras, al igual que la necesidad de elevar las condiciones económicas y sociales de los países en desarrollo o la elaboración de un plan
integrado y coordinado de políticas ambientales de los Estados a nivel mundial, se
ven dosiicadas o reducidas, tal como se señala en el párrafo anterior, a la conianza
en las instituciones nacionales competentes para planiicar, administrar o controlar
la utilización de los recursos ambientales y al derecho soberano de los Estados de
explotar sus recursos, situación particularmente difícil en un momento en que las
soberanías nacionales se acercaban bastante a la idea de poder nacional absoluto.
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
Entre 1979 y 2004 se realiza una serie de conferencias mundiales sobre el
clima, llamando a los gobiernos a prever y prevenir posibles alteraciones del clima
causadas por la actividad humana; se proponen planes de acción entre cientíicos y
políticos para combatir el cambio climático, se declara un conjunto de principios
en los que se deinían los derechos civiles y las obligaciones de los Estados para
avanzar en el desarrollo sustentable, se hace énfasis en la necesidad de emprender
más acciones contra el cambio climático, y se trabaja en la idea de convertir en
texto jurídico los acuerdos técnicos relacionados con la inanciación para prevenir el cambio climático e, incluso, los países industrializados se comprometieron
voluntariamente a reducir en 20% las emisiones de CO2 para 2005. En 1997, en
Kyoto, los países industrializados se comprometen a lograr objetivos más irmes
y detallados, así como fechas para su cumplimiento: los países irmantes deben
reducir en conjunto 5,2% las emisiones que potencian el efecto invernadero entre
2008 y 2012. El protocolo de Kyoto entró inalmente en vigor en 2005. No obstante los avances y las concesiones hacia una soberanía nacional más asociativa o
compartida, el poder de los Estados más poderosos continúa siendo una limitante
importante. Así, la renuencia de Estados Unidos para ratiicar el Protocolo de Kyoto
y de Rusia y otros países industrializados para reducir las emisiones empezó a restar
fuerza a las cumbres de cambio climático y a los compromisos de reducción de
emisiones de CO2 (cumbres internacionales sobre el Cambio Climático, 2010) y
hasta 2010 los avances mundiales para obtener cambios en favor de la conservación de la naturaleza, para detener o disminuir los efectos negativos del cambio
climático y para promover el desarrollo sostenible –especialmente en los países
de menor desarrollo relativo– han entrado en conlicto con la responsabilidad de
asumir los costos del deterioro ambiental.
Aunado a lo anterior, se observa el desencuentro entre las políticas mundiales
sobre ambiente y las agencias que se ocupan del comercio y las inanzas (Organización Mundial del Comercio, Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional), a las cuales se les atribuye mayor peso en la puesta en práctica de políticas
ambientales, debido a que tienen mayor poder para evitar, ignorar o promover
cambios al momento de aprobar recursos inancieros para los países. Es por ello
que se señala que el marco de políticas mundiales sobre el ambiente es inadecuado,
en el sentido de que los organismos creados con el propósito principal medioambiental tienen escasa autoridad operativa y pocos recursos inancieros. Es el caso
del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), con sede
en Nairobi, cuya organización es pequeña, y del Foro Mundial de Medio Ambiente, con reuniones ordinarias y poco peso político. Pero, a pesar de lo anterior, la
Politeia 47
37
Politeia 47
38
ANA MARLENY BUSTAMANTE
elaboración de políticas ambientales internacionales “tiene lugar en el contexto
de más de 100 acuerdos multilaterales mundiales y 140 regionales diversos y
especíicos” (Hermann, 2006) como protección del mar, protección del clima, la
capa de ozono, protección de las especies y muchos otros. Así, siendo el marco de
las políticas medioambientales mundiales insuiciente para fortalecer la puesta en
práctica de políticas medioambientales, las instituciones comerciales y inancieras
lo han asumido con mayor rigor.
Políticas ambientales y comercio
En lo relativo al comercio y ambiente, a partir de la década de los noventa del
siglo xx se hace énfasis en que el desmantelamiento de las fronteras económicas
refuerza la necesidad de atender al ambiente, especialmente en lo relativo a la
cooperación para atender los problemas ambientales globales que demandan el
control más allá de las fronteras de los países individuales, pues las prácticas de
producción en muchos casos afectan el ambiente, deterioran la calidad de vida y
diicultan el desarrollo sostenible. Los logros más relevantes, al incluir la economía, se encuentran en “la adopción de los principios de precaución y de que ‘el
que contamina paga’, así como la consagración del derecho de los ciudadanos a
disfrutar de un medio ambiente sano y a participar en las decisiones que afectan
al ambiente” (Gabaldón y Rodríguez Becerra, 2002); todos ellos vinculados con
la concepción de desarrollo sostenible (ambiente y desarrollo), la institucionalidad
y la conciencia ciudadana.
El observar que los problemas ambientales son el relejo de la actitud de las
personas hacia la economía y el medio ambiente, permitió el surgimiento de la
economía ambiental, la cual se propone estudiar “los impactos de la economía
sobre el medio ambiente, la importancia del medio ambiente para la economía y
la manera apropiada de regular la actividad económica con miras a alcanzar las
metas de conservación ambiental, de crecimiento económico y otras metas sociales…” (Kolstad, 2000; Caraballo y Mendieta, 2008:23). Con la economía ambiental
se incorpora la valoración económica y política de los problemas ambientales y se
separa de la investigación de biólogos o químicos.
Así, los organismos de inanciamiento internacional, como el Banco Mundial,
incorporan la valoración económica en el estímulo y inanciamiento de proyectos
amigables con el ambiente, como el gas natural y energía geotérmica, como fuentes
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
de energía. El Fondo Monetario Internacional destina recursos para estudios que
analizan los esfuerzos ambientales de los países; la Agencia de Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional (Usaid) ha incorporado objetivos ambientales, y la
Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD) ha incluido
una política ambiental y social y se ha centrado en temas como calentamiento
global, pérdida de la biodiversidad, contaminación de fuentes de agua y agentes
químicos tóxicos (Anderson y Grewell, 2000). De la misma forma, varias oicinas
de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud han dado cada vez
mayor prioridad al tema del ambiente.
El marco general para el comercio internacional es la Organización Mundial
del Comercio (OMC), institución creada en 1994 para dar sistematicidad y carácter
multilateral a los resultados de las rondas de negociación del Acuerdo General
sobre Comercio y Tarifas (GATT), el cual está dirigido a reducir los obstáculos
al comercio internacional, asegurar condiciones de igualdad y estimular el crecimiento y el desarrollo. Los acuerdos vigentes corresponden a la Ronda Uruguay
–mientras que actualmente se negocia la Ronda Doha iniciada en 2001– y para la
OMC el desarrollo sustentable y la protección y preservación del medio ambiente
son objetivos prioritarios, a pesar de que hasta el año 2001 el medio ambiente o los
asuntos ambientales no formaban parte expresa de las negociaciones. Hasta entonces el ambiente se encontraba subsumido en las regulaciones sobre los productos
que afectan la salud, la calidad de vida y el ambiente de los países importadores,
las cuales podían ser aplicables siempre que esas regulaciones sean iguales a las
aplicadas a los productos nacionales, pues para la OMC el principio de no discriminación (Introducción al comercio y el medio ambiente en la OMC, 2011) es
básico para la transparencia comercial. A partir de 2001 la OMC creó un Comité
de Comercio y Medio Ambiente, el cual, conjuntamente con el de Obstáculos
Técnicos al Comercio, contribuye a compartir información y crear regulaciones y
medidas que buscan el equilibrio entre libre comercio y protección ambiental. De
esta manera se viene incorporando progresivamente la agenda ambiental en los
debates, negociaciones y acuerdos para ir desdibujando la separación o especiicidad entre los distintos temas de las relaciones internacionales.
Evolución de las políticas ambientales en las experiencias de integración
Las políticas ambientales empezaron a ser incorporadas en las organizaciones
de integración regional a partir de los años setenta, casi a la par que la Declaración
Politeia 47
39
Politeia 47
40
ANA MARLENY BUSTAMANTE
de Estocolmo de 1972, producto de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente Humano. Tal como se señala más abajo, la política ambiental de
la UE se empezó a incorporar en 1972 cuando en la Cumbre de París se adoptó el
primer Programa de Medio Ambiente para el período 1973-1976 (Fortoul, 2003).
La incorporación de las políticas ambientales en los organismos de integración
regional evolucionó muy lentamente y a pesar de que en los años ochenta del siglo
xx se empezó a mencionar el desarrollo sostenible y el ambiente como aspectos
que deberían acatar y respetar los Estados, se incluye en la letra de los tratados a
partir de los años noventa del mismo siglo. En este escenario, en América Latina y
el Caribe se empieza a incorporar en el Mercado Común Centroamericano, la CAN
y el Mercosur. Aparece en la CAN en 1996, en el Protocolo de Trujillo, la “preservación del ambiente” como uno de los objetivos de la CAN (2003) y se incorpora
en el tratado fundacional del Mercosur en 1991 (Mercosur, 2008).
El desmantelamiento de las fronteras económicas refuerza la necesidad de
atender al ambiente colectivamente. Las relaciones internacionales y las relaciones
entre países, especialmente en el área comercial, han facilitado la progresiva inclusión de la temática ambiental en la normatividad de los acuerdos de integración
regional. Ahora bien, debido a que los principios de protección y preservación
ambiental se derivan de compromisos globales de las cumbres relacionadas con
el ambiente y el cambio climático, de los organismos inancieros multilaterales
y de la OMC, el asunto es ver la medida en que los países miembro de organismos
de integración incluyen estos tópicos, al igual que los de desarrollo sostenible. Resulta signiicativo revisar la forma que toman los mismos en cada experiencia de
integración regional, así como la puesta en práctica de políticas comunes respecto
al medio ambiente.
PolítICAs AMbIEntAlEs dE lA UE, CAn y MERCosUR
En la Unión Europea (UE)
En la UE, a diferencia de las provisiones institucionales y las políticas comercial, agrícola y de transporte, que fueron las únicas que pueden describirse como
“comunes” y originarias, las políticas de ambiente no estaban incluidas en el Tratado de Roma de 1957. El tratado no hacía mención directa o indirecta al ambiente
y solo apareció como preocupación comunitaria en la primera mitad de los años
setenta del siglo xx con la formulación de programas de Política Ambiental (PA)
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
y el desarrollo de legislación ambiental. De este modo, en la Cumbre de París de
julio de 1972 se reconoció que debía concedérsele una especial atención al medio
ambiente y se adoptó el primer Programa de Medio Ambiente para el período
1973-1976 (Fortoul, 2003).
La PA nutrió su autoridad legal inicial de los artículos 100 y 235 del Tratado
de Fusión o Tratado de Bruselas, que da origen al nombre Comunidad Económica
Europea (CEE/CE) (Nugent, 1992:270). El artículo 100 permitía ijar todo tipo
de características técnicas a cualquier producto a través de directivas y el artículo
235 señala que “Cuando una acción de la Comunidad resulte necesaria para lograr
el funcionamiento del mercado común, uno de los objetivos de la Comunidad,
sin que el presente Tratado haya previsto los poderes de acción necesarios, el
Consejo (…) adoptará las disposiciones pertinentes”. Ello permitió armonizar
y homologar los primeros programas que condujeron a una política ambiental
europea más adelante.
El Acta Única Europea subsanó tal vacío constitucional con tres artículos –130
(r)-(t) del título VII sobre Medio Ambiente. No obstante, el Acta no convino para
la PA la incorporación del sistema de codecisión entre el Parlamento y el Consejo. Esta fue dejada a los gobiernos en lo referente a la negociación y la actuación
ambiental como “política comunitaria”. El artículo 130 (r), literal 2, destaca las
acciones en las que la Comunidad participará; basándolas en los principios de:
quien contamina paga, prevención y corrección, preferentemente en la fuente misma
de los ataques del medio ambiente. Establece además que será un componente de
las demás políticas. En el numeral 4 reairma el principio de subsidiaridad, pues
destaca que actuará solo en la medida en que los objetivos puedan conseguirse en
mejores condiciones en el plano comunitario. El artículo 130 (s) muestra la base
legal operacional: prevé que las decisiones del Consejo sean tomadas por unanimidad después de consultar al Parlamento y el Comité Económico y Social. Solo
el Consejo decidirá los temas o asuntos que pueden tomarse por mayoría caliicada
(Comunidad Europea, 1986).
El Tratado de Maastricht, y más adelante el tratado de Niza de 2001, incorporan
deinitivamente al medio ambiente como una política comunitaria en sus artículos
2 y 6, así como en el título XIX sobre Medio Ambiente, con tres artículos –174
al 176– que en esencia no cambian lo dispuesto el Acta Única. Sí hacen cambios
procedimentales en el proceso de toma de decisiones al incluir al Comité de las
Regiones como órgano consultivo, pero no cambian el dominio del Consejo en
Politeia 47
41
Politeia 47
42
ANA MARLENY BUSTAMANTE
él. En resumen, inicialmente los programas tomaron la forma de resoluciones del
Consejo que no eran jurídicamente vinculantes y eran consideradas indicadoras o
sugerencias; y a partir del Acta Única Europea se elaboran y aprueban decisiones
sobre medio ambiente en el Consejo, a pesar de que el procedimiento para tomarlas
y de actuación siga siendo altamente intergubernamental.
En cuanto a la evolución de los programas, la CE aprobó el Primer Programa
de Acción Ambiental en 1973 (Fortoul, 2003), y continuó aprobándolos quinquenalmente hasta 1992, cuando se amplían los plazos. En total, se han aprobado
seis programas, a saber: 1977, 1983, 1987, 1992, 2002, 2010. A medida que los
programas van avanzando y logrando objetivos, se reinan y ajustan las áreas de
atención prioritaria. Así, el quinto programa se dedicó a la reducción de los niveles
de contaminación, la aplicación de una normativa ambiental común que beneicie a
todos los ciudadanos de la UE y la integración de la dimensión ambiental en todas
las políticas de la Comisión. El actual programa cambia las cinco áreas estratégicas de 1993 (industria, energía, transporte, agricultura y turismo) por cuatro áreas
de atención prioritaria, a saber: cambio climático, naturaleza y biodiversidad, el
ambiente y la salud, y el manejo de los recursos naturales y desperdicios (Europa
2008; Nugent, 1992). En la misma orientación van las medidas asumidas. Se
han ido depurando, enriqueciendo e incorporando nuevas medidas. Se iniciaron
con la negociación de la pureza del agua para ser utilizada con ines especíicos;
continuaron con contaminación atmosférica, contaminación sónica, vida salvaje,
prevención de la contaminación y en la actualidad cuentan con normas y políticas
para: calidad de aire, agua, desechos químicos, accidentes ambientales y protección
civil, contaminación transfronteriza y países vecinos, salud, industria y tecnología,
uso de tierra, contaminación por ruido, químicos peligrosos, biotecnología, cambio
climático, economía ambiental, temas internacionales, biodiversidad, desarrollo
sustentable, contaminación de suelo, contaminación por desechos (Albán, 2007).
Sin embargo, Duina (2003) destaca que los asuntos ambientales en los cuales la
UE tiene mayor inluencia son básicamente el agua y el aire, mientras que tiene
una inluencia selectiva en los animales y bosques y no tiene inluencia alguna en
los demás asuntos, especialmente la tierra.
La diversidad de temas y el detalle con que se negocian las decisiones y
resoluciones, evidente en el texto de las mismas, muestra las diferencias en las
concepciones y en las políticas ambientales de los Estados miembro, lo cual genera
diicultades para alcanzar consensos. Debe conciliar entre los recursos disponibles
para hacer cambios importantes en los sistemas productivos de los países miembro
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
y la compatibilidad de la PA con las otras políticas y el objetivo central de crecimiento económico de la Unión. Por ejemplo, en el caso de la pureza del agua, que
fue uno de los primeros programas comunitarios, se presentaron distintos puntos
de vista; la mayoría de los miembros consideraba que la forma de controlar la pureza del agua era controlando los desechos que se envían al agua y estableciendo
unos estándares de emisiones, mientras que el Reino Unido buscaba un objetivo
cualitativo y partía de deinir qué era realmente agua. El resultado inal fue un
compromiso que elaboró equivalencias entre los dos y métodos de medición para
los dos (Nicoll y Salmon, 1990:202).
El compromiso de Lisboa del año 2000 logró unir lo social, ambiental y económico en la UE. El Consejo Europeo en Lisboa realizó un plan de 10 años para
hacer de la Unión una economía más competitiva, incluyendo la PA en las normativas y políticas para agricultura, empleo, desarrollo, energía, empresas, pesca,
investigación, transporte, economía y asuntos inancieros. Así, por ejemplo, en la
agricultura se han acordado los pagos agroecológicos sobre el nivel de referencia y
la “buena práctica agrícola” aplicados en niveles suicientes de escala e intensidad
y dirigidos a un nivel apropiado de manejo, al mismo tiempo que elimina subsidios
a actividades o cultivos ambientalmente insostenibles.
No obstante lo anterior, el sexto programa ambiental es el más estratégico que
se conoce, porque conlleva la participación activa y la responsabilidad de todos los
sectores sociales para adoptar soluciones innovadores, viables y sostenibles a
los problemas del medio ambiente.
En cuanto a la política exterior de medio ambiente, la UE viene negociando
y evaluando los posibles impactos ambientales, sociales y económicos de un
acuerdo comercial y en este sentido los acuerdos comerciales con Chile y México
incorporan el tema de la sustentabilidad ambiental (Albán, 2007). En este sentido,
hay articulación con los lineamientos de la OMC, los organismos multilaterales y
los foros mundiales sobre el ambiente.
En la Comunidad Andina
En la CAN, la temática ambiental tampoco formaba parte de los objetivos, mecanismos y/o acciones del Acuerdo de 1969. El actual Acuerdo, luego de los protocolos
de Trujillo de 1996 y de Sucre 1997, incluye en el punto “d” del artículo 3 sobre
Politeia 47
43
Politeia 47
44
ANA MARLENY BUSTAMANTE
mecanismos complementarios, programas y acciones de cooperación económica
y social que se espera deban aprobarse de manera concertada entre los países para
alcanzar los objetivos del Acuerdo. El artículo menciona que deben aprobarse
“acciones para el aprovechamiento y conservación de los recursos naturales y del
medio ambiente”, por lo que se vincula al ambiente con el desarrollo sustentable.
Esta es la única mención del tema en el texto (CAN, 2003).
En una década (1997-2007) los desarrollos en PA son magros y se centran
en recomendaciones y sugerencias de acciones a los gobiernos nacionales, por
lo que no puede considerarse una política con características comunitarias. Esta
situación es visible a pesar de que, según lo señalado por Allan Wagner, secretario
general de la CAN en 2004, al asumir el cargo, la CAN posee 25% de la biodiversidad mundial y 20% de las aguas dulces del planeta (visita del Secretario, 15
de enero de 2004). Para Wagner, estos son indicadores de la riqueza y diversidad
ambiental y propone que el ambiente deba convertirse en un tema estratégico de
la integración andina.
Los órganos creados para atender los temas ambientales dentro de la Comisión han sido: el Comité Andino de Recursos Genéticos en 1996 con el objetivo
de apoyar en el seguimiento sobre el régimen común para el acceso a los recursos
genéticos; el Comité Andino de Autoridades Ambientales (CAAAM), en 1998,
para asesorar y apoyar en materias relativas a la política comunitaria sobre medio
ambiente, así como en su seguimiento y aprobación; el Consejo de Ministros de
Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Comunidad Andina, creado en
2004 para deinir, armonizar, coordinar y aprobar las políticas comunitarias en el
campo del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Los comités y el Consejo
están constituidos por los ministros o las autoridades nacionales responsables del
medio ambiente en cada país miembro, por lo que son intergubernamentales.
A pesar de lo reciente de estos órganos formales, hay legislación andina sobre el ambiente desde la década de los ochenta del siglo xx. La normativa andina
parte de decisiones sobre temas o aspectos muy especíicos para ir ampliándose
hacia temas más globales. La primera decisión data de 1983 (Decisión 182) con la
creación del Sistema Andino “José Celestino Mutis” sobre agricultura, seguridad
alimentaria y conservación del ambiente, con énfasis en los dos primeros. Diez
años después se aprueba un régimen común de protección de los derechos de obtentores de variedades vegetales (Decisión 345). El régimen común sobre acceso
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
a los recursos genéticos (Decisión 391) se aprueba en 1996 y se convierte en un
ejemplo de esfuerzos para buscar soluciones compartidas a temas especíicos;
de la misma forma, el registro y control de plaguicidas químicos de uso agrícola
(Decisión 436) en 1998. La primera decisión que apuntaba hacia una perspectiva
global sobre el medio ambiente se produjo en 2002 con la estrategia regional de
biodiversidad para los países del trópico andino (Decisión 523), que estableció las
bases para elaborar un plan de acción y proyectos conjuntos.
La estrategia regional de biodiversidad dio origen a la Agenda Ambiental Andina 2006-2010, que según se señala en la página de Internet de la CAN, contiene
acciones que buscan agregar “valor a los esfuerzos nacionales y contribuyen a
fortalecer las capacidades de las países miembros en materia de medio ambiente
y desarrollo sostenible” (CAN, 2008). Ello refuerza el carácter intergubernamental
de las acciones en torno al medio ambiente y también el inicio de la cooperación
medioambiental, pues la misma se espera guíe las acciones del Consejo de Ministros de Medio Ambiente. Los ejes temáticos de agenda son: biodiversidad, cambio
climático, recursos hídricos; mientras que los ejes transversales son: fortalecimiento
de capacidades en comercio, medio ambiente, desarrollo sostenible, producción
y consumo sostenible. En cada eje temático se implementan programas con el
apoyo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), Conservación Internacional (CI) y el Consorcio para el Desarrollo
Sostenible de la Región Andina (Codesan), además de los recursos propios de los
países y de los que se obtienen de los convenios con terceros países.
Una coincidencia con la UE es la incorporación del tema medioambiental en
las negociaciones comerciales, haciéndose copartícipes de las medidas adoptadas en
el seno del Comité del Medio Ambiente de la Organización Mundial del Comercio
(OMC) y del ejemplo ofrecido por el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN), los acuerdos multilaterales del Medio Ambiente (Amumas), entre
otros (Albán, 2007). La diferencia estriba en que la UE lo hace desde la visión de
los estándares ambientales en países desarrollados y los países de la CAN tienen
reticencia a asumir compromisos o medidas que impliquen un costo adicional a la
producción o que afecten negativamente los planes de crecimiento económico que
algunos países adelantan, por lo que preieren aceptar formalmente disposiciones
de la OMC y en menor grado lo acordado en las negociaciones con la UE u otros
países desarrollados (Hochstetler, 2003). Por el contrario, el medio ambiente se
Politeia 47
45
Politeia 47
46
ANA MARLENY BUSTAMANTE
torna un recurso vinculado al desarrollo sustentable, al cual se le une el temor a la
pérdida de recursos genéticos por una explotación no controlada o sin el debido
registro nacional.
La obligatoriedad de la incorporación del ambiente en las negociaciones
comerciales con terceros países o con sus socios andinos es vista como un costo
o barrera adicional al comercio y pocos países están en la capacidad o tienen la
disposición para acatarla. En síntesis, el tema de la protección ambiental es difícil
y los proyectos en ejecución son más el resultado de negociaciones y compromisos inancieros con instituciones multilaterales, como se mostró más arriba, que
producto de políticas comunitarias o de los países actuando individualmente. Por
ejemplo, en un estudio presentado por la consultora del BID para el Mercosur y
Chile, en la Reunión Subregional de la CAN sobre Medio Ambiente en 2004, destaca que Bolivia, Colombia y Venezuela eran los países que contaban con menos
estudios ambientales en Latinoamérica (Borregaard, 2004).
En el Mercosur
El Mercosur, por su parte, incluyó la PA desde sus inicios en los considerandos del Tratado de Asunción (1991) que crea el mercado común. En el mismo se
expone el entendimiento de que una PA “debe ser alcanzado mediante el más eicaz
aprovechamiento de los recursos disponibles, la preservación del medio ambiente,
el mejoramiento de las interconexiones físicas…”, y el artículo 1 del Tratado, a
pesar de no hacer mención explícita al medio ambiente, señala “el compromiso
de las partes de armonizar las legislaciones en las áreas pertinentes”, por lo que
puede asumirse que el ambiente está incluido en los tratados constitutivos. Resulta
lógico que el tema del medio ambiente se incluya en el tratado constitutivo del
Mercosur, pues esta organización se crea en la década de los noventa del siglo xx
cuando este asunto ya cobraba relevancia global. Sin embargo, extrañamente, en
el texto del Tratado o de los protocolos adicionales no se hacen otras menciones
al ambiente (Mercosur, 2008).
La evolución de la política medioambiental parecía tener asidero irme porque, recién instituido el Mercosur, el GMC creó en 1992, mediante Resolución
Mercosur/GMC/Res N° 22/92, la Reunión Especializada del Medio Ambiente
(REMA), con el objetivo de “analizar la legislación vigente en los Estados Partes
y proponer acciones a emprender en las distintas áreas con el objeto de proteger
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
el Medio Ambiente” (artículo 1). En 1994 se aprueba una resolución con las directrices básicas de política ambiental con el cometido de propender a armonizar
la legislación ambiental en los países del Mercosur. A pesar de estos avances, se
empezaban a vislumbrar dudas respecto a la profundidad del compromiso medioambiental, pues en el mismo texto se destaca que la armonización “no implica
el establecimiento de una legislación única” (anexo de la Resolución Mercosur/
GMC/Res N° 10/94), (Mercosur, 2008).
El medio ambiente no tuvo grandes avances legislativos hasta 2001, cuando
se acordó crear el Acuerdo Marco sobre Medio Ambiente del Mercosur, en el cual
se reairma el compromiso de los Estados miembro con la Declaración de Río de
Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992 y se establece por objeto el
“desarrollo sustentable y la protección del medio ambiente, mediante la articulación
de las dimensiones económicas, sociales y ambientales”. No obstante lo anterior, el
Acuerdo resultó ser considerablemente menos expansivo de lo que fue la versión
de protocolo original de 1996 (Hochstetler, 2003).
El Acuerdo inal prevé la cooperación en diez puntos, entre los que se incluye
el cumplimiento de los acuerdos internacionales, que puedan incluir la adopción
de políticas comunes, el intercambio de información sobre posiciones nacionales
en los foros internacionales, el intercambio de información de leyes nacionales,
la armonización de las legislaciones nacionales, el incentivo de políticas e instrumentos nacionales, el incentivo de la investigación cientíica y el desarrollo de
tecnologías limpias, la promoción del uso de instrumentos económicos de apoyo
a la ejecución de políticas de desarrollo sustentable, el suministro de información
oportuna sobre desastres y emergencias ambientales y la promoción de la educación
ambiental (artículo 6). Las áreas temáticas del Acuerdo son: gestión sustentable de
los recursos naturales, calidad de vida y planeamiento ambiental, instrumentos de
política ambiental y actividades productivas ambientalmente sustentables. Y, a su
vez, cada área temática se subdivide en aspectos más especíicos, como agua, aire,
suelo, entre otros. Ello muestra la diversidad de temas y de resoluciones o acuerdos
en materia ambiental que se pueden alcanzar. Más recientemente, en 2007, en la
Cumbre de Ministros de Medio Ambiente se destacó la aprobación de medidas
comunes sobre calidad de aire, producción limpia, lucha contra la desertiicación,
cambio climático y protección de la capa de ozono para toda la región.
A pesar de ser un acuerdo altamente intergubernamental y de lo débil del compromiso colectivo, los países Mercosur tomados individualmente, especialmente
Politeia 47
47
Politeia 47
48
ANA MARLENY BUSTAMANTE
Brasil y Argentina, son conscientes de la importancia del medio ambiente como
necesidad de vida y desarrollo. Ejempliicación de esta conciencia se encuentra en
el trabajo de Borregaard (2004), quien destaca a Brasil, Argentina y Chile como
los países que cuentan con más cantidad de estudios ambientales.
Pero la cantidad de estudios no necesariamente conduce a una política medioambiental común del Mercosur o entre estos países. Tussie y Vázquez (2000) destacan lo conlictivo de la administración de los recursos naturales compartidos entre
los países del Mercosur y enfatizan que este es uno de los aspectos que ha retardado
la construcción de una política ambiental común. Citan los proyectos hidroeléctricos
como uno de los asuntos que mayor diicultad han causado en la relación entre los
países, pues estaban marcados por la rivalidad militar y geopolítica entre Brasil y
Argentina, característicamente visible en los años previos al Mercosur.
Un ejemplo reciente de la diicultad para alcanzar acuerdos o solucionar
controversias medioambientales lo evidencia la instalación de las papeleras en la
margen uruguaya del río Uruguay. Las papeleras han producido una controversia
política y legal entre Argentina y Uruguay, que afecta indirectamente la PA del
Mercosur. En 2005, Argentina decidió llevar la reclamación sobre la contaminación
del río a la Corte Internacional de Justicia en La Haya, alegando daños ambientales
que afectan además a las comunidades de la margen argentina. Este país basó su
reclamación en el Estatuto del Río Uruguay de 1975, ignorando totalmente los
mecanismos mercosurianos de solución de controversias. Uruguay, por su parte,
lleva el caso al sistema de solución de controversias del Mercosur, una situación
que si bien se deriva del ambiente, no era presentado como problemática ambiental,
pues Uruguay argumenta que las protestas en el límite internacional cortan la libre
circulación acordada en el Tratado de Asunción y discurren la controversia fuera
de la temática ambiental (Gajate, 2006).
De la misma forma, Tussie y Vázquez (2000) encuentran que, desde el establecimiento del Mercosur, los países han incorporado legislación nacional y
han aumentado la protección ambiental en cada uno de sus países, pero que tales
avances no están vinculados directamente a su membresía en el Mercosur, sino
más bien a su participación en otros compromisos medioambientales de carácter
multilateral.
Un punto común a todas las experiencias revisadas es la escasa participación
formal o informal de la sociedad civil de cada experiencia de integración en el
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
tema medioambiental. Resalta este resultado debido a la importancia que han
adquirido organizaciones de Estados de tipo ambientalista como la Comisión de
Desarrollo Sostenible (CDS), Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUD) y Fondo Mundial para el Medio Ambiente, así como organizaciones no gubernamentales como: Acción Ecologista, Greenpeace, Amigos
de la Tierra y Ecologistas en Acción, entre otros que han alcanzado renombre
internacional. En el caso de la UE, Greenpeace se ha organizado como partido
político y cuenta con representación en el Parlamento europeo. Greenpeace optó
por utilizar este mecanismo formal, dando una aproximación política al tema
desde una perspectiva europea global, tanto en el seno de las instituciones de la
UE como en los países miembro, y no se comporta como una representación de
la sociedad civil netamente intra-UE. En la CAN o el Mercosur no se observa
participación de la sociedad civil organizada, alrededor del tema ambiental, que
propenda una política común, respetuosa del medio ambiente y del desarrollo sostenido en el marco de dichas organizaciones. La participación no gubernamental
entusiasta, propia de los años noventa, ha tendido a disminuir con el tiempo. En
el caso del Mercosur, la ECO Foundation ha sido la participante más consecuente
en el Grupo de Trabajo 6, pero en muchas ocasiones no puede participar siquiera
como observadora, pues las discusiones del grupo son cada vez más privadas o “a
puerta cerrada” (Tussie y Vázquez, 2000). Eco Foundation es la única fundación
medioambiental no gubernamental creada por iniciativa propia para acompañar
el proceso del Mercosur.
dIsCUsIón
A pesar de la diicultad de comparar tres experiencias de integración que se
encuentran en distintos estadios de desarrollo como órganos y/o países tomados
individualmente, la revisión encuentra elementos de comparación y de justiicación
en los términos más ampliamente posibles, en el sentido de que son acuerdos de
integración regional que se avanzan entre Estados soberanos. Los países de la
UE son altamente desarrollados, mientras que los de la CAN y el Mercosur lo
son menos comparativamente. Estos últimos, tradicionalmente, presentan mayor
inestabilidad económica y política y son Estados-nación más jóvenes que intentan
igualmente emprender la ruta de la integración regional y de protección ambiental
colectivamente. También son países con importantes reservas ambientales que
requieren manejos cuidadosos para evitar deterioros ambientales al mismo tiempo
que producen desarrollo.
Politeia 47
49
Politeia 47
50
ANA MARLENY BUSTAMANTE
El ambiente es una de las áreas más recientes dentro de las experiencias de
integración revisadas y de las que también exhiben desarrollos diferenciados. La
PA es la más intergubernamental de las políticas en los tres casos revisados (comparado con los avances institucionales o las políticas de desarrollo regional). La
UE ha avanzado de manera notoria, mientras que el Mercosur presenta mayores
recelos para comprometerse en una PA efectiva más allá de la letra de los acuerdos y la CAN presenta sus mayores logros en el ámbito legislativo. De la misma
forma, todas las experiencias parecen mostrar importantes compromisos con las
organizaciones internacionales globales que ijan pautas y normas a seguir, por
lo que no hay diferencias importantes o destacables que evidencien una mayor
responsabilidad comunitaria autónoma, subregional o nacionalmente.
Las diferencias se encuentran en las visiones de la PA de cada caso. La UE
ha avanzado y desarrollado una PA de competitividad ambiental, de protección
animal y forestal para evitar el aumento de los índices de contaminación en la
Unión, mientras que establece normas ambientales vinculadas al comercio con el
resto del mundo. Ello evidencia las diferencias sustanciales en las visiones de cada
país miembro, así como también su papel como formador de políticas ambientales
relacionadas con el comercio. La CAN se centra en la biodiversidad o protección
de los recursos genéticos y la situación alimentaria; el Mercosur, por su parte, lo
hace respecto al desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente. Con
ello, estas dos experiencias muestran una dualidad de posturas y realidades: se
preservan recursos importantes de biosfera que se teme perder con la incorporación de agentes externos, entre los que se incluyen los socios comunitarios, y al
mismo tiempo se evidencia la necesidad de explotar estos recursos para aumentar
los niveles y calidad de vida de sus habitantes, por lo que se encuentran en un
dilema de economía ambiental.
En la relación comercio y ambiente, la CAN y el Mercosur se vislumbran como
receptores de políticas y objeto de las normas ambientales de la UE y de organismos
mundiales y multilaterales, por lo que han avanzado muy poco en el establecimiento
de una plataforma ambiental común y original. La excepción la constituyen los
compromisos para solicitar recursos para estudios ambientales, inanciados por
organismos internacionales, como es el caso de la CAN visto arriba.
En el caso de las instituciones de integración que se examinan en este trabajo,
se han observado diferencias en la evolución, compromiso y actividades sobre el
medio ambiente. Pero al igual que en las instituciones y las demás políticas derivadas
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
en cada una de ellas para llevar a la práctica el objetivo de crear la Unión en el
caso de la UE y el mercado común en el caso de la CAN y Mercosur, el ambiente
también ilustra el debate entre los órganos de integración y los Estados miembro,
entre supranacionalidad e intergubernamentalismo (según propuesto por Ernst
Haas y Stanley Hoffman, respectivamente), o entre soberanía nacional y soberanía
combinada (Keohane, 2002), así como las limitaciones de los actores civiles para
participar activamente en el proceso de integración que adelantan sus países.
La evolución de la UE a lo largo de historia ha signiicado un constante debate
en torno a la soberanía y al papel del Estado-nación en la misma. Este debate ha
sido tan intenso que ha dividido a los académicos en defensores de la Unión y
de la desaparición del Estado-nación, y en defensores del Estado-nación y de la
percepción de la UE como una organización internacional como casos extremos.
Hay una posición intermedia que reconoce cesiones de soberanía y debilitamiento
del Estado en algunas áreas sin respaldar totalmente la creación de un nuevo ente
político derivado de la UE (pooled sovereignty). Este debate se traslada en menor
grado a las otras dos experiencias (CAN, Mercosur) como debate académico y
conceptual, pero se destaca que es del conocimiento y referencia en los países
miembro, por lo que muy probablemente los resultados que se observan en la
integración latinoamericana sean, en parte, resultado del recelo que tienen los
Estados miembro para comprometerse en situaciones que se consideren cesiones
de soberanía o de poder, habida cuenta de la necesidad de control y poder que
ostentan muchos gobiernos en la región. En resumen, las PA de las experiencias
de integración regional bajo estudio se encuentran en constante revisión y no se
puede airmar que estas políticas y prácticas sean comunes en todas ellas o que en
las mismas se hayan producido cesiones importantes de soberanía, pues, como se
revisó, predomina el intergubernamentalismo.
En deinitiva, se muestran evoluciones similares, recelos y diicultades para
alcanzar consensos entre países, especialmente en temas sensibles como lo es el ambiente (especialmente para los países del Mercosur). Las semejanzas y diferencias
encontradas ratiican el largo camino para crear comunidades de seguridad al estilo
propuesto por Karl Deutsch (1961) como producto de la integración regional.
El objetivo de la comparación es comprender mejor el papel de los organismos
de integración regional en estos temas fundamentales para su evolución y desarrollo. Las similitudes, contrastes, contextos y las situaciones tienen la ventaja de
permitir observar lo común en todas las experiencias de integración, mientras que
Politeia 47
51
Politeia 47
52
ANA MARLENY BUSTAMANTE
al mismo tiempo permite detectar lo accesorio o especíico de cada situación y
contexto. Por una parte, hay espacio para explorar la posibilidad de generalización
del pensamiento teórico avanzado respecto a la experiencia europea y, por la otra,
hay oportunidades para revisar las opciones de las experiencias sudamericanas
ante el evidentemente superior desarrollo teórico de la integración europea (De
Lombaerde, Söderbaum, Van Langenhove y Baert, 2008).
REfEREnCIAs
ALBÁN, M.A. (2007). “Curso Unión Europea y sus políticas ambientales”, SGCAN, Lima, 28 de junio. Presentación de Power Point. Disponible: www.comunidadandina.org/ATRCII/taller/UE_politicasambientales.ppt
ANDERSON, T.L. y GREWELL, J.B. (2000). The greening of foreign policy.
PERC Policy Series PS-20. Bozeman, M.T.: PERC, December. Disponible: http://
www.perc.org/ps20pr.htm
BORREGAARD, N. (2004). “Evaluaciones ambientales o de sustentabilidad
de políticas o acuerdos comerciales”, BID, 18 de noviembre de 2004, Presentación de Power Point. Disponible: www.idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.
aspx?docnum=644293
CAN (2008). Portal oicial de la Comunidad Andina. Disponible: www.comunidadandina.org [consulta: 4 de mayo 2008]
CAN (2006). Portal Oicial de la Comunidad Andina. Normativa. Disponible:
www.comunidadanina.org/normativa [consulta: 12 marzo 2006].
CAN (2003). “Acuerdo de Integración Subregional Andino (Acuerdo de Cartagena)”, (Decisión 563 de 25 de junio de 2003). Disponible: http://intranet.comunidadandina.org/IDocumentos/c_Newdocs.asp?GruDoc=14 Documentos básicos.
CARABALLO, L.J. y MENDIETA L., J.C. (2008). Economía de la contaminación
ambiental. San Cristóbal-Venezuela: Fondo Editorial Simón Rodríguez.
COMUNIDAD EUROPEA (1986). Acta única Europea. Disponible: http://www.
google.co.ve/search?hl=es&q=Art%C3%ADculo+130++R+del+Acta+%C3%BA
nica+Europea&btnG=Buscar&meta
COMPARACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES EN LA UNIÓN EUROPEA, COMUNIDAD ANDINA Y MERCOSUR
Cumbres Internacionales sobre el Cambio Climático (2010). Disponible: http://
www.miliarium.com/monograias/kioto/cumbres_mundiales.htm
“Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
Humano” (1972). Estocolmo, 5 al 16 de junio. Disponible: http://www2.medioambiente.gov.ar/acuerdos/convenciones/estocolmo/estoc_declar.htm
DE LOMBAERDE, P., SÖDERBAUM, F., VAN LANGENHOVE, L. y BAERT, F.
(2008). “The problem of comparison in comparative regionalism”. Paper presented
in the 3rd GARNET Annual Conference, Bourdaux, 17-20 September.
DEUTSCH, K. (1961). “Security communities”, en Rosenau, J., Ed. International
politics and foreign policy. New York: Free Press of Glencoe, pp. 98-105.
DUINA, F. (2003). “National legislatures in common markets: Autonomy in the
European Union and Mercosur”, en Paul, G., Ikenberry, J. y Hall, J.A., eds. The
nation-State in question, T.V. Princeton University Press.
EUROPA (2008). “La toma de decisiones de la UE”. Disponible: http://www.
europarl.europa.eu/parliament/public.do?language=es [consulta: 2 de agosto].
FORTOUL F., L. (2003). “Políticas medioambientales y marcos legales”. Disponible: http://www.onsa.org.ve/documentos/pdf/pambiental/pmayml2003laff.pdf,
[consulta: 9 de septiembre de 2011].
GABALDÓN, A.J. y RODRÍGUEZ BECERRA, M. (2002). “Evolución de las
políticas e instuticiones ambientales. ¿Hay motivos para estar satisfechos?, en
E. Leff, E. Excurra, I. Pisanty y P. Romero Lancao, comps. La transición hacia
el desarrollo sustentable. Perspectivas de América Latina y el Caribe. México:
Instituto Nacional de Ecología.
GAJATE, R. (2006). Las controversias entre Argentina y Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia y ante el Sistema de Solución de Controversias del Mercosur,
Revista del Colegio de Abogados de La Plata, año XLVI, n° 67, pp. 281-295.
HERMANN, E.O. (2006). “Política ambiental mundial, fragmentada e ineicaz”,
Red del Tercer Mundo. Archivo. Disponible: http://www.redtercermundo.org.uy/
texto_completo.php?id=3060
Politeia 47
53
Politeia 47
54
ANA MARLENY BUSTAMANTE
HOCHSTETLER, K. (2003). “Fading green? Environmental Politics in the
Mercosur Free Trade Agreement”, Latin American Politics and Society, vol. 45,
issue 4, December. Disponible: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.15482456.2003.tb00256.x
“Introducción al comercio y el medio ambiente en la OMC” (2011, julio 27).
Organización Mundial de Comercio. Disponible: http://www.wto.org/spanish/
tratop_s/envir_s/envt_intro_s.htm, consulta: 27 de Julio de 2011
KEOHANE, R. (2002). “Ironies of sovereignty”: The European Union and the
United States”, Journal of Common Market Studies, vol. 40, n° 4.
KOLSTAD, C. (2000). Environmental economics. Oxford: Oxford University
Press.
MERCOSUR (2008). Portal oicial del Mercosur. Disponible: www.presidenciamercosur.org/quees.php?s=estructura y http://www.mercosur.int/msweb/portal%20intermediario/es/index.htm
NICOLL, W. y SALMON, T.C. (1990). Understanding the European communities.
Worcester, Gran Bretaña: Philip Allan.
NUGENT, N. (1992). The government and politics of the European Union, 3th
ed. London: Macmillan.
TUSSIE, D. y VÁZQUEZ, P. (2000), “Comercio y problemas ambientales en el
contexto del Mercosur”, en Araya, M. (ed.), Comercio y ambiente. Temas para
avanzar el diálogo. Buenos Aires, OEA. Disponible: http://www.dianatussie.com.
ar/docs/tussie_vazquez.pdf
Visita del Secretario General de la Comunidad Andina, señor Allan Wagner Tizón
(2004), “Integración para la globalización”. Discurso en la ceremonia oicial de
toma de posesión”, enero 15. Disponible: http://www.mre.gov.ve/Noticias/A2004/
Visita-SecretarioCAN/palabras.htm