Informando
de ciencia
con ciencia
Coordinadores:
Bienvenido León • Carolina Moreno
Cintia Refojo • Gema Revuelta
Elena Sanz
Informando
de ciencia
con ciencia
Informando
de ciencia
con ciencia
Papel certificado por el Forest Stewardship Council®
Esta obra ha sido publicada gracias a la iniciativa e impulso de la Fundación Lilly.
Las opiniones expresadas en los contenidos son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos vista
de la Fundación Lilly y Penguin Random House Grupo Editorial.
Primera edición: abril 2023
© 2023, los autores
© 2023, por la presente edición:
Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona
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Printed in Spain – Impreso en España
ISBN: 978-84-19642-28-8
Depósito legal: B-8008-2023
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Publicación incluida en el programa editorial de la Secretaría General Técnica del Ministerio
de Ciencia e Innovación correspondiente al año 2023.
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Compuesto por Roser Colomer
Impreso en Gómez Aparicio, S. A.
Casarrubuelos (Madrid)
Cómo citar:
León, Bienvenido, Moreno, Carolina, Revuelta, Gema, Refojo, Cintia y Sanz, Elena (Coords) 2023.
Informando de ciencia con ciencia. Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
R280251
Índice
Índice
Autores y coordinadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
1 . La ciencia de informar
Bienvenido León y Gema Revuelta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
2 . El método del periodismo científico
Pampa García Molina y Carolina Moreno Castro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
3 . La comunicación de la ciencia en español
Antonio Calvo Roy, Bertha M . Gutiérrez Rodilla y Fernando A . Navarro . . . . . . . . . . . . . . . . 51
4 . Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
Lorena Fernández Álvarez y Jéssica Murillo Ávila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
5 . Periodismo científico responsable
Gonzalo Casino y Michele Catanzaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
6 . Comunicación institucional de la ciencia
F . Javier Alonso Flores y Elena Lázaro Real . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
7 . Cómo comunicar los riesgos: mucho más que números
María del Carmen Climént y Meritxell Martell . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
8 . La información científica en la comunicación ambiental: el caso del cambio
climático José María Montero Sandoval y Gemma Teso Alonso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
9 . Informar sobre salud
Sergio Ferrer y Carmen Peñafiel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
10 . También son ciencias: cómo informar sobre humanidades y ciencias sociales
Laura Chaparro y Elea Giménez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159
11 . Periodismo de datos
Ángela Bernardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173
12 . Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
Pere Buhigas y Arnau Gifreu Castells . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
13 . Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
Miguel Alcíbar y Heber Longás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
14 . Comunicación del futuro con la ciencia presente
Gema Revuelta y Elena Sanz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
Conceptos relevantes y galería de recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232
Autores
y coordinadores
Gonzalo Casino
Bertha M . Gutiérrez Rodilla
Responsable de Transferencia del Conocimiento
del Centro Cochrane Iberoamericano y profesor
de Periodismo Científico de la Universidad
Pompeu Fabra de Barcelona .
Catedrática de Historia de la Ciencia de la Facultad
de Medicina de la Universidad de Salamanca .
Michele Catanzaro
Doctor en física . Periodista freelance
(El Periódico, Nature, etc .) . Profesor asociado
de Periodismo Científico en la Universidad
Autónoma de Barcelona .
Coordinadores
Autores
Bienvenido León
Miguel Alcíbar
Catedrático de Comunicación y director del
Departamento de Periodismo de la Universidad
de Navarra .
Profesor titular de la Facultad de Comunicación
de la Universidad de Sevilla .
Elena Lázaro Real
Coordinadora de la Unidad de Cultura Científica
de la Universidad de Córdoba y presidenta de la
Asociación Española de Comunicación Científica.
Heber Longás
Infografista científico en fundamentium.com.
Laura Chaparro
Meritxell Martell
Responsable de Redacción del Science Media
Centre España .
Directora de Merience, consultoría estratégica
ambiental .
María del Carmen Climént
José María Montero Sandoval
Centro Winton para la Comunicación de Riesgo
y Evidencia de la Universidad de Cambridge .
Periodista ambiental . Director de los programas
Espacio protegido y Tierra y mar (Canal Sur
Televisión) .
Lorena Fernández Álvarez
Directora de Comunicación Digital de la
Universidad de Deusto .
Jéssica Murillo Ávila
Sergio Ferrer
Fernando A . Navarro
Periodista científico, editor de la sección
Ciencia + Tecnología de The Conversation
y colaborador del Science Media Centre España .
Traductor médico .
Cintia Refojo
Responsable de la Oficina de Información
Científica (UCC+i) del Vicerrectorado de
Comunicación y Cultura y del área de medios
de comunicación del Servicio de Comunicación
Institucional de la UC3M .
Jefa de la Unidad para el Avance de la
Comunicación Científica de la FECYT.
Ángela Bernardo
Coordinadora del Science Media Centre España .
Gema Revuelta
Redactora de sanidad y políticas públicas en la
Fundación Ciudadana Civio .
Arnau Gifreu Castells
Pere Buhigas
Profesor de la Universidad Autónoma de
Barcelona . Productor creativo en RTVC (Sistema
de Medios Públicos de Colombia) .
Catedrática de Periodismo de la Facultad de
Ciencias Sociales y de la Comunicación de la
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko
Unibertsitatea (UPV/EHU) . Vicepresidenta de
la Asociación Española de Investigación de la
Comunicación (AE-IC) e integrante de la Junta
Directiva del Colegio Vasco de Periodistas
y de la Asociación Vasca de Periodistas .
Elea Giménez
Gemma Teso Alonso
Investigadora del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC). Coordinadora
de la plataforma temática interdisciplinar
ES Ciencia .
Profesora de la Facultad de Ciencias de la
Información de la Universidad Complutense de
Madrid y coordinadora del Observatorio de la
Comunicación del Cambio Climático .
F . Javier Alonso Flores
Carolina Moreno Castro
Catedrática de Periodismo de la Universitat
de València .
Directora del Centro de Estudios de Ciencia,
Comunicación y Sociedad de la Universidad
Pompeu Fabra (UPF) y del Máster en
Comunicación Científica, Médica y Ambiental
de la UPF-BSM .
Subdirector de proyectos transmedia en Radio
Televisión Española . Profesor de la Universitat
Internacional de Catalunya .
Elena Sanz
Antonio Calvo Roy
Redactora jefa y editora de Medicina y Salud
de The Conversation España .
Periodista científico, director de Sostenibilidad
del Grupo Red Eléctrica .
Pampa García Molina
Periodista experta en igualdad .
Carmen Peñafiel
El periodismo, que no nació como ciencia,
pero que progresivamente ha ido incorporando elementos propios del método científico, tiene hoy la enorme responsabilidad
no solo de informarnos sobre ciencia, sino
también de prepararnos para ser ciudadanos más críticos, formándonos para que seamos capaces de diferenciar las creencias de
las pruebas, las opiniones de los hechos, las
especulaciones sensacionalistas de las noticias rigurosas y equilibradas. Además, debe
cumplir la importantísima función de enseñar a la sociedad a convivir con la incertidumbre, quizás el elemento más característico del pensamiento científico. Aunque la
incertidumbre genere una incómoda inseguridad, a cambio, fomenta la duda y el escepticismo, pilares que nos vacunan frente
al dogmatismo y sobre los que se sustentan
la tolerancia, la libertad y el progreso.
Prefacio
Nunca el periodismo científico había tenido una responsabilidad social tan importante como en el momento actual. La ciencia ha dejado de ser solo cosa de expertos.
El ritmo vertiginoso con que se suceden los
avances científicos y su impacto directo en
nuestras vidas han contribuido a aumentar
significativamente el interés de los ciudadanos por la ciencia, que en la pandemia ha
alcanzado su momento álgido. Dicho inte-
14
rés se ha visto reflejado en un mayor protagonismo de la ciencia en los medios de
comunicación, aunque tal cambio ha coincidido con la aparición de fenómenos como
la sobreinformación, la aparición continua
de noticias falsas, de bulos, y de esas teorías
conspiradoras y negacionistas que somos
tan proclives a creer y que las redes sociales
se encargan de propagar de manera tremendamente efectiva.
Informando de ciencia con ciencia
El presente volumen, una iniciativa de la
Fundación Lilly, que forma parte del proyecto Citas con la Ciencia, trata sobre la
ciencia de informar sobre ciencia, es decir,
sobre los métodos y peculiaridades del periodismo científico. Sus capítulos son el resultado del trabajo de un equipo compuesto
por investigadores en comunicación científica y profesionales del periodismo científico.
Agradecemos a los autores y a los coordinadores su esfuerzo para elaborar unos capítulos que presentan un enfoque eminentemente práctico y mantienen una estructura
uniforme. Cada capítulo se inicia con una
breve exposición sobre el marco teórico
del tema abordado. A continuación, las
secciones «Manos a la obra: de la ciencia
a la práctica» y «Casos prácticos» aportan
recomendaciones concretas y ejemplos que
complementan eficazmente la teoría. Por
último, se cierra con la sección de «Mensa-
Prefacio
jes clave», que sintetiza lo más relevante del
capítulo, y una lista de referencias bibliográficas cuidadosamente seleccionadas.
Queremos agradecer a las instituciones que
nos han acompañado a lo largo de este proyecto y con las que la Fundación Lilly comparte sensibilidades y objetivos: la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología
(FECYT), la Asociación Española de Comunicación Científica (AEC2) y The Conversation. Gracias a su apoyo decidido, que ha
permitido no solo publicar este libro, sino
también complementar el proyecto «Informando de ciencia con ciencia» con material
audiovisual adicional que lleva por título
«La ciencia de informar». Confiamos en
que esta iniciativa pueda contribuir a mejorar la calidad de la información científica
en España.
José Antonio Sacristán
Director de la Fundación Lilly
15
escribió Tanya Lewis, periodista científica
y editora de salud en Scientific American.
Siguiendo el símil de Lewis, si pilotar ese
avión resulta complejo para el periodismo
especializado, supone un auténtico reto
para las personas recién llegadas al periodismo o que habitualmente no tratan contenidos de ciencia.
Introducción
El ejercicio del periodismo científico es hoy
más necesario que nunca y, probablemente,
también más difícil. A medida que nos enfrentamos a problemas cada vez más complejos —en los que prima la incertidumbre
y la ciencia se entremezcla con lo social y lo
político— resulta cada vez más importante
que el público disponga de información científica clara, independiente y rigurosa. Pero
16
también, a medida que los entornos de información cambian y la competencia por captar
la atención del público aumenta, resulta más
complicado hacer llegar esta información de
forma confiable.
«Informar sobre la pandemia fue como construir un avión mientras lo pilotaba a velocidad de vértigo en medio de un huracán»,
Informando de ciencia con ciencia
En este contexto, la investigación en comunicación científica, que aborda, entre otras
cuestiones, cómo la audiencia recibe, interpreta y asimila los mensajes relacionados con
la ciencia, puede ofrecer un conocimiento
valioso para el periodismo científico. Por su
parte, el periodismo es una profesión que
se aprende con el oficio, por lo que la experiencia y los aprendizajes que provienen de
otros compañeros y editores resultan indispensables. Sin embargo, tradicionalmente
los vínculos entre la comunidad científica y
la profesional han sido limitados, en parte
porque las preocupaciones de ambos campos
han sido muy diferentes. Ante la crisis de los
medios y la precarización de la profesión, el
periodismo ha estado más preocupado por
cuestiones relacionadas con el oficio y el
modelo de negocio, mientras que la investigación lo ha estado por cómo la audiencia
recibe los productos periodísticos. En la actualidad, cuando el interés y la confianza en
los medios por parte del público disminuye
al tiempo que la ciencia ocupa cada vez un
papel más relevante en nuestras vidas y en
los titulares, esta alianza entre investigación y
práctica puede ser de gran importancia.
capítulos, especialistas de la investigación
en comunicación de la ciencia y periodistas científicos profesionales abordan cuestiones a las que quienes informan sobre
ciencia se enfrentan en el ejercicio de su
profesión: ¿cuáles son las particularidades
del periodismo especializado en ciencia?,
¿cómo comunicar un riesgo al público?, ¿de
qué manera incluir la perspectiva de género en la cobertura de noticias científicas?
Antes de adentrarse en algunas de las ideas
y recomendaciones que recoge esta publicación, nos permitimos compartir con el
lector un consejo que el periodista científico y ganador de un Pulitzer Ed Yong ofrece
a jóvenes periodistas que se inician en este
campo: «Sea cauteloso con todos los consejos que reciba, incluido este, y tenga en
cuenta que todos le hablan desde alguna
combinación de suerte y privilegio».
Cintia Refojo
Jefa de la Unidad para el Avance de
la Comunicación Científica de la FECYT
A través de la combinación de ambos campos, esta guía pretende ofrecer un recurso
útil para quienes se enfrentan a la compleja
tarea de informar sobre temas relacionados
con la ciencia. A lo largo de los distintos
Introducción
17
01
La ciencia de informar
Bienvenido León
y Gema Revuelta
18
Informando de ciencia con ciencia
La ciencia de informar
19
Marco teórico
El periodismo como ciencia
A lo largo de su historia, el periodismo ha sido
considerado fundamentalmente como una
actividad humanística que ha estado unida a
un concepto de noticia próximo al relato histórico (Weaver y McCombs, 1980). Por ese
motivo, la formación de los periodistas comenzó a impartirse en centros y facultades de
humanidades.
Resumen
Algunos autores han concebido el periodismo como una actividad próxima a la ciencia e incluso como una disciplina más de
las ciencias sociales. Desde el punto de vista
práctico, existen tanto similitudes como diferencias entre ambas actividades. Aunque
el método científico no es aplicable en su
totalidad al periodismo, sí puede aportar
puntos de vista y formas de trabajo que
ayuden a sistematizar y potenciar el rigor
20
de la información. Esta vertiente científica
es especialmente relevante en algunas disciplinas periodísticas como el periodismo de
precisión, el periodismo de datos o el periodismo asistido por ordenador. Además, la
ciencia puede aportar criterios, basados en
la investigación, sobre la eficacia de los contenidos periodísticos. Finalmente, la ciencia
puede aportar garantías sobre el valor de las
fuentes científicas.
Informando de ciencia con ciencia
A comienzos del siglo xx, algunos teóricos
abundaron en la idea de que el papel del
periodista debía ser distinto al del científico
social. El alemán Max Weber consideraba
que el periodista debía ser un activista político y un líder, mientras que el científico
debía ocuparse de la adquisición sistemática
de conocimiento a través de métodos empíricos (Hardt, 1979). Por su parte, el norteamericano Walter Lippmann argumentaba
que uno y otro debían cumplir dos funciones distintas, dado que el periodista, al contrario que el científico, no puede realizar
pruebas de veracidad en las que basar sus
juicios (Lippmann, 1922).
En la década de 1920 se crearon en Estados
Unidos programas de formación para periodistas que incluían ciencias sociales (por
ejemplo, ciencias políticas, sociología y psicología). Esta formación contribuyó a que el
periodismo diera un giro hacia la observación
del mundo y su registro, así como al análisis
sistemático de las observaciones (Weaver y
McCombs, 1980).
La ciencia de informar
Por la misma época, en Europa, el alemán
Otto Groth, discípulo de Weber, propuso
un nuevo paradigma: el periodismo como
«ciencia cultural independiente». Groth
planteó algunas bases conceptuales del
periodismo, formuladas como leyes que
trataban de otorgar al periodismo un estatuto científico. Por ejemplo: «Cuanto más
ampliamente se elija la universalidad de la
materia de un periódico, tanto más extensa
será la difusión del mismo»; o bien «Cuanta más actualidad quiera darse a la materia
de un periódico, tanto más frecuentemente
deberá ser publicado» (Faus, 1966).
Otros teóricos siguieron remarcando las diferencias entre el periodismo y las ciencias
sociales. Hacia mediados del siglo xx, el
norteamericano Robert Park defendió que
las noticias son un tipo de conocimiento
asistemático, intuitivo, próximo al sentido común, bien distinto del conocimiento científico, caracterizado por ser formal,
analítico y sistemático. Sin embargo, Park
también consideraba conveniente que el periodismo emplee métodos científicos, como
la búsqueda del conocimiento mediante
procesos rigurosos y sistemáticos. Anticipaba así el «periodismo de precisión» que se
haría popular décadas más tarde (Frazier y
Gaziano, 1979).
En la segunda mitad del siglo xx cobró
relevancia el denominado «periodismo de
21
investigación» que, en cierto sentido, acercó periodismo y ciencia, al proponer que
el periodista no debía limitarse a ser un
transmisor pasivo de noticias sino un buscador independiente de conocimiento. Esta
forma de entender la actividad periodística proponía que el verdadero periodismo
debía profundizar en los hechos y evitar el
conocimiento superficial y las opiniones
propias; una forma de aproximación a la
realidad propia de la ciencia.
En la década de 1970 adquirió un notable
desarrollo el llamado «periodismo de precisión», que proponía basar la información
periodística en el uso de métodos más sistemáticos de investigación (Meyer, 1973).
Por esos mismos años, las ciencias sociales
experimentaron cambios notables, gracias
al desarrollo de nuevas herramientas estadísticas basadas en la informática. De esta
forma, las ciencias sociales podían realizar con
mayor eficacia tareas que también se consideraban propias del periodismo: encontrar
hechos, inferir causas, señalar formas de
corregir problemas sociales y evaluar los
esfuerzos de dichas correcciones (Meyer,
1971, p. 15).
Desde este punto de vista, la diferencia entre periodistas y científicos ya no estaba tanto en su función, sino en el hecho de que los
primeros explicaban sus interpretaciones en
lenguaje comprensible, mientras que los
científicos utilizaban la jerga propia de cada
disciplina. Entre los métodos empleados por
el periodismo de precisión cobraron especial
importancia las encuestas, que algunos criticaron, al considerar que con ellas el periodista abandonaba su función tradicional de
recopilador de informaciones y pasaba a ser
un creador de noticias (Roper, 1980).
22
En las primeras décadas del siglo la proliferación de dispositivos y sensores digitales ha
impulsado la revolución del llamado big data,
que acerca aún más el periodismo a la ciencia.
La existencia de grandes cantidades de datos
sobre muchos aspectos de la vida ha impulsado nuevas técnicas para procesar y comunicar
la información. Entre ellas, destacan las herramientas de visualización, que permiten interpretar y presentar los datos de forma atractiva
y comprensible, así como los datos de recepción, que permiten afinar los contenidos y
formatos de las informaciones.
El desarrollo de las distintas corrientes periodísticas ha puesto de manifiesto que existen
notables similitudes entre periodismo y ciencia, en cuanto a intereses, funciones y perspectivas. Sin embargo, también existen diferencias notables, como que el periodismo suele
centrarse en hechos concretos, mientras que la
ciencia trata de alcanzar conclusiones generales que puedan aportar predicciones (Weaver
y McCombs, 1980). Pero más allá de estos
planteamientos teóricos, ¿hasta qué punto es
posible aplicar, en la práctica, el método científico al periodismo? La tabla 1 sintetiza algunas semejanzas y diferencias entre los procesos
seguidos por las dos actividades.
Tabla 1 . Semejanzas y diferencias entre el proceso científico y el periodístico
SEMEJANZAS
DIFERENCIAS
Punto de partida
y finalidad
» La curiosidad permite plantear pre-
» Mientras que la finalidad del pro-
Documentación
» Para aportar algo nuevo, es nece-
» La documentación científica es ex-
guntas basadas en la observación
de la realidad.
sario conocer lo publicado hasta el
momento. Ambos realizan esta tarea tratando de evitar (hasta donde
es posible) los propios sesgos cognitivos.
Hipótesis
» La documentación periodística no
suele ser exhaustiva y contempla
otras fuentes, además de las publicaciones científicas.
» Los científicos formulan sus hipó-
» Algunos son comunes: recogida de
» Otros son específicos de las cien-
datos, encuestas, entrevistas, observación participante, etc.
» Tanto los científicos como los pe-
riodistas deben seguir procesos ordenados y rigurosos en la recogida
y conservación de datos.
Experimentos
haustiva, sistemática y centrada en
publicaciones científicas.
» En ambos casos se formulan hipó-
tesis basadas en la investigación
previa, que en ocasiones han de ser
reformuladas.
Métodos
ceso periodístico es, generalmente,
describir la realidad, la ciencia puede
tener también otras funciones (p. ej.,
desarrollar intervenciones para solucionar problemas).
tesis de manera explícita, mientras
que los periodistas no siempre lo
hacen.
cias sociales o poco habituales en
el periodismo (p. ej., análisis de
contenido, grupos de discusión,
etc.).
» Los procesos seguidos por los cien-
tíficos suelen ajustarse de forma
más rígida a los patrones de estudios anteriores.
» Los experimentos son un instru-
mento poderoso para poner a prueba las hipótesis en la investigación
científica, mientras que no son propios del trabajo periodístico.
Informando de ciencia con ciencia
La ciencia de informar
23
Análisis
de resultados
Estructura
del artículo
» En
ambos casos, los resultados
obtenidos a través de los distintos
métodos deben ser analizados para
que adquieran significado.
» El análisis es más sistemático y
» Tanto el artículo científico como el
» El artículo científico mantiene seccio-
periodístico comienzan con un resumen (abstract en un caso, lead
—entradilla—, en otro). Los dos
suelen terminar con una conclusión.
» Algunos consideran que tanto cientíConstrucción
del relato
Escritura
ficos como periodistas son, en última
instancia, contadores de historias basadas en el mundo real.
» Algunos artículos periodísticos tie-
nen forma de historias (protagonista, objetivo, conflicto, resolución).
Los artículos científicos no utilizan
esta estructura.
» El texto científico utiliza términos téc-
» Tanto la ciencia como el periodismo
» El trabajo científico se desarrolla en
intentan abordar temas actuales.
Publicación
nes fijas (introducción, metodología,
resultados, discusión, conclusiones).
La conclusión, que a menudo es lo
más relevante del trabajo científico,
no se explica hasta el final. El artículo periodístico tiene una estructura variable y flexible. En muchas
ocasiones, al principio se avanza lo
más relevante de la noticia (qué ha
sucedido, qué se ha descubierto) y
luego ya se dan más detalles: cuándo, cómo, dónde, etc.
» Ambos tratan de ser sencillos, claros y precisos.
Actualidad
completo en la investigación científica.
» Una investigación que no se publica no existe a los ojos de la comunidad científica. Del mismo modo,
un trabajo periodístico que no llega
a ver la luz tampoco existe. La publicación es condición necesaria en
ambos procesos.
nicos y jerga específica de cada campo,
el periodístico no.
periodos de tiempo más largos que
el periodístico.
» Las publicaciones científicas pasan
por el filtro de la revisión de los colegas. El texto periodístico es revisado dentro de la propia empresa o
se publica sin revisión.
Fuente: Elaboración propia.
24
Informando de ciencia con ciencia
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
El trabajo de los periodistas no se desarrolla precisamente en un laboratorio, con
condiciones asépticas y controladas, sino
que comúnmente tiene lugar en un clima
marcado por los imprevistos y las prisas.
A menudo el profesional del periodismo
debe improvisar, tomar decisiones en un
breve lapso de tiempo a medida que el contexto varía (por ejemplo, cuando se produce
una noticia inesperada). Muchas veces, esas
decisiones son más intuitivas que razonadas,
dado que el nivel de incertidumbre puede ser
alto y la información disponible escasa.
Por otra parte, la calidad de la documentación y las fuentes con las que trabaja el periodista es muy dispar. Por este motivo, otro
reto con el que se enfrenta es poner orden
en todo esto: distinguir entre las fuentes
de buena o mala calidad, analizar cientos de
datos en el menor tiempo posible, reconocer
patrones ocultos tras estos datos, etc.
Por si fuera poco, sus receptores (lectores,
espectadores, oyentes) tampoco constituyen un público homogéneo, por lo que
constantemente el periodista deberá tratar
de imaginarse quiénes son las personas que
constituyen su público, qué conocen previamente y cómo hacer para despertar su
interés y ganar su confianza.
Aunque aún falta mucho por hacer, la
ciencia puede ayudar al periodista a ges-
La ciencia de informar
tionar algunos de estos retos. En concreto,
nos vamos a centrar en tres elementos o
instrumentos que merece la pena que conozca cualquier persona que se dedique a
informar:
» Periodismo de precisión,
periodismo de investigación
asistido por ordenador
y periodismo de datos
Estas maneras de interpretar el periodismo
toman como punto de partida el periodismo de investigación. Este, a su vez, surge
como herramienta para explicar fenómenos complejos que ya no pueden ser simplemente narrados a partir de la observación y la consulta de las fuentes, sino que
precisan de la aplicación de metodologías
propias de la ciencia (Sylwester, 2001).
Entre ellas destacan, sobre todo, el análisis
sistemático y la investigación documental
de contenidos, pero también otros instrumentos propios de las ciencias sociales. A
partir de los años setenta del siglo pasado,
se incorporan además soluciones tecnológicas (informática, bases de datos, análisis
estadístico, encuestas, etc.). Durante el
siglo xxi surgen nuevas modalidades a las
que el calificativo «asistidas por ordenador»
se les queda muy corto (es el caso, sobre
todo, del periodismo de datos o big data
journalism). Todas estas maneras de interpretar el periodismo dan lugar a algunos
25
productos vanguardistas de gran calidad,
ya que aportan un alcance más amplio y
de mayor profundidad de la información.
Además, las tecnologías actuales permiten
nuevos y atractivos formatos para visualizar
los datos, muchas veces más interactivos.
Por todo ello, encontramos ejemplos de
este tipo de periodismo en prácticamente
todos los grandes premios periodísticos
y también en bases de datos que recogen
buenas prácticas profesionales. Recomendamos, entre otros, los sitios web del Investigative Reporters & Editors Awards
(https://www.ire.org/awards/ire-awards),
el Poynter Institut (www.poynter.org) o el
del Premio Pulitzer (www.pulitzer.org).
» Qué funciona y qué no funciona
Entre los años 2012 y 2021, la National
Academy of Science (NAS) norteamericana convocó una serie de coloquios bajo el
nombre de «Science of Science Communication» con el objetivo de reflexionar
acerca de qué sabía la ciencia actualmente sobre la comunicación científica y qué
retos quedaban aún por explorar. En los
artículos derivados de estos coloquios se
muestran evidencias empíricas y análisis
de casos desde distintas disciplinas científicas (Fischhoff, 2013; The National Academies of Sciences Engineering and Medicine, 2017). Vemos, por ejemplo, cómo
la psicología puede ayudar a comprender
cómo mostrar la información con mayor
claridad, cómo transmitir la incertidumbre
y cuándo las emociones respaldan (o nublan) la comprensión. La sociología ayuda
a entender cómo se forman y disuelven las
redes interpersonales, cómo la información
y la confianza viajan dentro de las redes, y
cuándo las multitudes son sabias o tontas.
La ciencia de informar
Los científicos de la comunicación han
aportado luz acerca de cómo fluyen los
mensajes a través de diversos canales de comunicación, cómo los interpretan las partes interesadas y cómo esos procesos afectan
a las creencias, las actitudes y los comportamientos sobre la ciencia y los científicos.
Los coloquios de la National Academy of
Science tienen la ventaja de dar una visión
estructurada y panorámica de la investigación en este campo; sin embargo, la investigación sobre la cuestión «qué funciona y
qué no funciona» es actualmente muy rica
y nos puede ser de mucha utilidad. En la
sección «Casos prácticos» explicamos un
interesante ejemplo en el que mediante la
experimentación se llega a obtener evidencia empírica acerca de qué es lo que funciona mejor en los vídeos científicos.
» La revisión por pares:
una ayuda para la selección
de noticias
Uno de los elementos que distingue a la
comunidad científica respecto a cualquier
otro campo profesional capaz de generar información es que para determinar si
una investigación tiene calidad suficiente como para ser publicada en una revista
científica se debe someter a un proceso de
evaluación por parte de personas externas
con conocimientos expertos sobre el tema
(proceso de evaluación por pares o peer
review) (Revuelta, 2010). Esta evaluación
experta, aunque no es perfecta, evita en
gran medida la publicación de datos erróneos e investigaciones de mala calidad. Por
tanto, es una gran ayuda para el periodista
que quiere seleccionar buena información
científica y buenas fuentes (De Semir y Revuelta, 2017, pp. 38-47). ¿Cómo saber si
27
una investigación ha sido revisada o no? Las
revistas científicas con revisión por pares
están indexadas o catalogadas en bases de
datos reconocidas como JCR (Journal Citations Report), Scimago o Scopus. Desde los
años ochenta del siglo pasado, las revistas
científicas disponen, además, de comunicados de prensa (press releases) y plataformas
para comunicarse con los periodistas (por
ejemplo, Eurekalert.org). Es importante
considerar que la revista puede tener mucha
influencia en la selección de las noticias, a
veces demasiada influencia (De Semir et al.,
1998).
«El periodista deberá tratar
de imaginarse quiénes
son las personas que
constituyen su público,
qué conocen previamente
y cómo hacer para despertar
su interés y ganar su
confianza» .
Casos prácticos
» CASO 1
Periodismo de datos en «El consumo de
medicamentos para la ansiedad registró
en 2020 la cifra más alta de la última década», Civio, 30 de abril de 2021. (Investigación y datos: María Álvarez del Vayo, Ángela Bernardo, Carmen Torrecillas, Olalla
Tuñas y Eva Belmonte). Esta pieza periodística constituye un excelente ejemplo de periodismo de datos. Se trata de un trabajo de
investigación de Civio en el que se analiza
el consumo de medicamentos para la ansiedad y la depresión y cómo la pandemia ha
influido en su evolución. Calificamos a este
reportaje como periodismo de datos por el
hecho de que la investigación de bases de
datos e informes de distintas fuentes permite al equipo que firma este trabajo encontrar
información en los datos que no sería visible
a simple vista. Una parte distintiva de este
tipo de piezas es el esfuerzo en la visualización de los datos. El artículo forma parte
de la European Data Journalism Network
(EdjNet) y se publica bajo una licencia
CC BY-SA 4.0, por lo que es fácilmente
reutilizable. (Para mayor información sobre
periodismo de datos, consultar el capítulo 11).
» CASO 2
Qué funciona mejor en la recepción de los
vídeos científicos. En el estudio de Davis y
otros (2020), los investigadores produjeron
dos vídeos idénticos sobre el cambio climá-
La ciencia de informar
tico para probar los diferentes efectos que
podría tener presentar la misma información
en formato de infoentretenimiento o de narración expositiva. Aleatoriamente, se presentó una versión de infoentretenimiento o una
versión expositiva del vídeo a un total de 870
participantes de la encuesta (419 en inglés y
451 en español). El resultado del experimento fue que la narración expositiva gustó y se
creyó más, y esto se mantuvo independientemente del idioma, la edad, el sexo o los hábitos de visualización en línea. Sin embargo,
la versión de infoentretenimiento gustó más
a los espectadores sin educación universitaria
y, además, los espectadores pudieron recordar
mejor la información. Los resultados sugieren
que el contenido generado por el usuario con
narraciones de estilo de infoentretenimiento
en realidad puede ser bueno para aumentar la
comprensión pública de la ciencia.
» CASO 3
Prepublicaciones frente a revisión por pares: el valor periodístico en pandemia. La
pandemia por covid-19 ha supuesto un reto
para la comunicación pública de información científica, ya que los investigadores han
dado a conocer sus trabajos a medida que los
tenían mediante las llamadas prepublicaciones (preprints), que son versiones de la investigación que aún no han sido revisadas por
pares (no han pasado por el proceso de peer
review). Estos artículos suelen estar ubicados
en repositorios de acceso abierto (tales como
MedR o BioR) y tienen la finalidad
29
de compartir lo que se va investigando con
el resto de la comunidad científica para acelerar el conocimiento. Hasta la pandemia de
covid-19 los periodistas no daban credibilidad
a las prepublicaciones por su falta de validación. De hecho, en el abecé del periodismo
científico se enseñaba a esperar a que un artículo estuviese revisado y publicado antes
de anunciarlo públicamente. Lógicamente,
en circunstancias excepcionales, dar visibilidad a este tipo de investigaciones puede ser
una decisión válida. De hecho, gran parte
de la información científica que se ha dado
a conocer en estos más de dos años desde el
inicio de la pandemia no había pasado por
una revisión por pares. El problema es que
muchas de estas investigaciones no superaron nunca la revisión experta ni llegaron a
ser publicadas en revistas científicas. Durante los primeros meses de la pandemia, algu--
nos artículos no revisados que pretendían
tener pruebas que apoyaban teorías conspirativas fueron profusamente cubiertos por
medios de comunicación y tomados como
referentes por grupos negacionistas en redes
sociales. Un ejemplo de esta problemática
lo econtramos en una prepublicación que
pretendía proporcionar indicios que hacían
sospechar que el virus del SARS-CoV-2 causante de la covid-19 había sido sintetizado
artificialmente. Aunque el artículo fue retirado del repositorio en apenas unos días, ya
había aparecido en múltiples medios de comunicación y en redes sociales (Yan, 2020).*
Por lo tanto, si por circunstancias excepcionales se decide dar visibilidad pública a investigaciones que se encuentran en formato
de prepublicación, es esencial que se explique claramente que son informaciones provisionales que aún no han sido validadas.
* Puedes leer más sobre el ejemplo en el artículo
«Coronavirus Tests Science's Needs for Speed Limits»,
de The New York Times.
https://nyti.ms/3kLLE9C
Mensajes clave
» La ciencia y el periodismo son prácticas con muchos puntos en común, pero también
grandes diferencias. En este capítulo hemos resumido las distintas visiones que a lo largo
de la historia diversos autores han ofrecido acerca de las relaciones entre el periodismo y
la ciencia. Al margen de que algunos autores hayan afirmado que el ejercicio periodístico
es verdaderamente una ciencia social, en estas páginas nos hemos centrado principalmente en el papel que la ciencia y la tecnología pueden tener para ayudar al periodista a
afrontar algunos de los grandes retos que le presenta el desempeño de su profesión.
30
Informando de ciencia con ciencia
La ciencia de informar
31
Referencias
» Davis, Lloyd S., León, Bienvenido, Bourk, Michael J. y Finkler, Wiebke (2020).
Transformation of the media landscape: Infotainment versus expository narrations
for communicating science in online videos. Public Understanding of Science, 29(7),
688-701. https://doi.org/10.1177/0963662520945136
» De Semir, Vladimir, Ribas, Cristina y Revuelta, Gema (1998). Press releases of
science journal articles and subsequent newspaper stories on the same topic. Journal of the American Medical Association, 280(3).
https://doi.org/10.1001/jama.280.3.294
» De Semir, Vladimir y Revuelta, Gema (2017). Periodistas científicos. Corresponsales
en el mundo de la investigación y el conocimiento. Barcelona: Editorial UOC.
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de Navarra.
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tril (ed.), Polling on the Issues. Cabin John, Maryland: Seven Locks Press.
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nicating science effectively: A research agenda. Communicating Science Effectively: A
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» Lippmann, Walter (1922). Public Opinion. Nueva York: The Free Press.
32
Informando de ciencia con ciencia
La ciencia de informar
33
02
El método del
periodismo científico
Pampa García Molina
y Carolina Moreno Castro
34
Informando de ciencia con ciencia
La ciencia de informar
35
Marco teórico
La transformación
del periodismo científico
y de la comunicación
Resumen
En este capítulo abordaremos el método y
los estándares que se implementan para el
diseño y producción de piezas periodísticas sobre contenido científico de calidad y
servicio. Para poder escribir con rigor sobre
ciencia es importante saber cómo funcionan
la ciencia y el método científico, distinguir
los puntos de vista y las opiniones personales de las fuentes de información de aquellas
que están basadas en la evidencia científica.
Además, examinaremos el valor de las pro-
36
pias fuentes de información, los conflictos
de interés del personal de investigación, la
verificación y la validación de los datos a
los que se tiene acceso para la redacción de
la noticia, y el problema que puede generar la mala ciencia. Para ello, tendremos en
cuenta los hallazgos publicados a través de
las prepublicaciones como fuentes de información, así como los repositorios colectivos
como nuevas formas de diseminación de la
investigación científica y la ciencia abierta.
Informando de ciencia con ciencia
A principios de los años ochenta del siglo xx,
Calvo Hernando (1984) reflexionaba sobre
el sentido anfibológico del término periodismo científico, que dependiendo del contexto en el que fuera utilizado podría inducir a error. Por ejemplo, se podía identificar
como la ciencia que estudiaba el periodismo como disciplina, o como los aspectos
científicos del periodismo, algo que ya se ha
abordado en el capítulo 1 de este libro. Sin
embargo, la cultura del periodismo científico (Nelkin, 1987) comenzaba a tener visibilidad, a través de las principales asociaciones y organismos internacionales en los que
se había acordado que el periodismo científico sería la especialización periodística que
se encargaría de informar y diseminar contenidos sobre ciencia y tecnología.
Calvo Hernando también teorizaba sobre
la relación entre el método científico y la
comunicación. Afirmaba que la naturaleza
de los sistemas de comunicación resultaba
vital para la ciencia y estaba en el propio corazón del método científico. «No hay ciencia sin comunicación». Por ello, la calidad
de la información científica que se difunda
desde los medios de comunicación y desde
las instituciones públicas desempeñará una
El método del periodismo científico
función esencial en la sociedad y posibilitará la participación ciudadana en los debates
(consensos y disensos) y, en su caso, sobre
aquellas decisiones, planes e intervenciones
científicas que afecten a la configuración actual y futura de nuestra sociedad y repercutan en ella (Aranes y Landa, 2002).
Teniendo en cuenta la transformación de la
comunicación (De Moragas, 2022) a lo largo de las últimas décadas, incluyendo la inteligencia artificial y el uso de macrodatos,
así como los cambios que se han producido
recientemente con la espectacular propagación de la desinformación a través de todos
los canales, debido a la pandemia mundial
por coronavirus, abordaremos este capítulo comparando los mejores estándares y
métodos implementados que ya han sido
validados para el desarrollo del periodismo
científico con método.
Objetivos del capítulo
» Revisar las fases de la producción de una
noticia científica.
» Examinar los estándares, modelos y mé-
todos para la producción de noticias
científicas.
37
» Proponer estrategias y guías para revisar
los diferentes pasos del proceso de producción de una noticia científica.
La trazabilidad de la noticia científica:
pasos, fases y validación
Al igual que se utiliza un sistema para valorar la calidad de los resultados de un ensayo
clínico, también sería más que razonable
aplicar un método para valorar la calidad de
los contenidos científicos (Moreno Tarín,
2019). En síntesis, se trataría de hallar los
elementos clave para desarrollar el periodismo científico y mostrar cuál sería el mejor
método para validar los contenidos periodísticos de calidad que se publican en los
medios de comunicación (Bedía, 2022). En
todo relato periodístico siempre es problemático el uso de los datos y de los estadísticos, pero en el caso de la ciencia, los errores
sobre cifras, datos o procesos pueden conducir a que la noticia científica se convierta
en falta de rigor, paupérrima comprensión,
o que directamente se transforme en una
noticia falsa, incierta o inconclusa (Posetti y
Bontcheva, 2020). Existe la posibilidad de
que desde los propios medios de comunicación se cuente con material falso, no contrastado o procedente de fuentes dudosas.
Por ello, Vanderslott (2020) anunciaba una
serie de claves desde el principio de la pandemia de la covid-19, cuando comenzaron
a propagarse las noticias falsas de manera
desmesurada a través de la esfera digital. Así
que proponía los siguientes puntos: a) tener
muy claras las fuentes de información (casi
siempre cuestionarlas hasta comprobar su
veracidad); b) en relación con los logotipos
institucionales, buscarlos y asegurarse de
que los que se han recibido son idénticos a
los que están en la página web oficial; c) estar muy atentos a si el documento contiene
faltas de ortografía o gramaticales; d) vigilar
que no se cuele nada a través de las cuentas
de las redes sociales ficticias; e) huir de aquellas informaciones que promueven en exceso compartir los contenidos; y, finalmente,
f ) utilizar sitios oficiales de verificación.*
En resumen, se trata de aplicar un método
de calidad, estandarizado, en sus diferentes
fases de trabajo, que será la clave del éxito periodístico, de la honestidad profesional y de
la transparencia científica. El problema que
abordamos en este capítulo es esencial en el
periodismo de información general, pero particularmente crucial en el periodismo científico, ya que no se puede hablar de ciencia desde un trabajo apresurado, rápido e irreflexivo,
sino desde un trabajo realizado a partir de un
método estandarizado que permitirá que la
noticia final tenga una gran calidad periodística. El periodismo científico cuenta con una
gran ventaja, dado que los resultados que se
publican no son fugaces, ni siquiera se obtuvieron el día anterior, sino que forman parte
del proceso de investigación, que dura años y
que requiere el esfuerzo de muchos recursos
económicos y capital humano.
* Te recomendamos escuchar el episodio «Desmontando
bulos en ciencia y en su comunicación», del pódcast
La ciencia de informar.
https://lnkd.in/dqZhXQWf
Decálogos y protocolos publicados
Desde el inicio de la pandemia de la
covid-19, el reto de informar sobre lo que
estaba sucediendo con rigor fue muy importante y, por ello, más allá de los estándares
de calidad periodística, había que centrar el
objeto del debate en la información científica. La Unesco publicó en 2020 un decálogo sobre los pasos que hay que seguir
a la hora de publicar una noticia científica
[véase la tabla 1]. Cada punto de los que se
señalan podría ser objeto de una importante reflexión para la profesión periodística.
Tabla 1 . Pasos que hay que seguir para publicar una noticia científica, según la clasificación de la Unesco
1.
Una noticia científica debe estar, inexorablemente, basada en datos y no en opiniones de personas.
2.
En ciencia no siempre es válido citar las dos posturas de un asunto. La versión correcta siempre es
aquella que está respaldada por la evidencia empírica.
3.
La información científica no es un dogma. Es dinámica. Los resultados pueden cambiar si surgen nuevas
técnicas de estudio o nuevos datos.
4.
Recurrir siempre a fuentes especializadas independientes, respaldadas por instituciones o méritos
técnico-profesionales. Consultar estas fuentes cuando no entendemos la evidencia disponible.
5.
En situaciones de emergencia, como es la crisis de la covid-19, se multiplican las investigaciones en
tiempo récord y, muchas de ellas, se divulgan sin haber pasado antes por la etapa de revisión formal.
Prepublicaciones: estudios que se difunden en repositorios de acceso abierto para el análisis de la
comunidad investigadora antes de haber pasado el proceso de revisión por pares.
6. Evitar que la carrera por ser el primero en tener la primicia lleve al medio a publicar artículos extraordinarios
que generen falsas expectativas en la población.
7.
Hacerse preguntas claves cuando se publica sobre tratamientos: qué clase de investigaciones se han
hecho con ese fármaco, en cuánta gente y qué nivel de evidencia tuvo.
8.
No aterrorizar, pero tampoco soslayar riesgos latentes. Por ejemplo, en el tema de drogas no probadas.
9.
Un texto periodístico sobre ciencia no puede, tampoco, quedarse solo con la parte racional. La información
debe transmitirse en un marco amigable para el lector. Debe seducirlo. Atraparlo. Permitirle descodificar el
mensaje con facilidad.
10.
Involucrar historias de vida. Esa es la parte subjetiva clave entre tanta objetividad.
11.
Selección de testimonios: ¿personas enfermas o recuperadas? ¿Ambas? Manejar la falsa esperanza,
porque si se muestran casos de éxito solamente, mientras que la mayoría muere, puede ser irresponsable
con la audiencia a la que se informa (y viceversa). Jamás estigmatizar.
12. Comunicar lo que se sabe y también lo que no se sabe. Se debe ser imperioso con el concepto de incertidumbre.
Fuente: Julie Posetti y Kalina Bontcheva (2020).
38
Informando de ciencia con ciencia
El método del periodismo científico
39
A partir de aquí, como suele ocurrir con
los decálogos y con las guías de buenas
prácticas, otros autores fueron añadiendo,
sintetizando, interpretando y diseñando
su propia guía de buenas prácticas. En la
tabla 2, Patricia Fernández de Lis, directora de «Materia», la sección de ciencia
del diario El País, adapta los diferentes códigos de buenas prácticas periodísticas y
crea su propio estándar a partir de estudios
previos. Para esta profesional, hay una serie de claves imprescindibles para que la
noticia científica pueda pasar un control
de calidad.
Tabla 2 . Control de calidad de las noticias científicas,
según Fernández de Lis
40
1.
Comprensible para todos los públicos.
2.
Honesta: si no sabemos algo, lo tenemos
que decir.
3.
Al menos tres fuentes de información.
4.
Crítica y analítica: si faltan datos a los que
no podemos acceder, hay que explicarlo.
5.
Interesante: despertar el interés del público
es esencial, sobre todo cuando se está
contando cómo vamos descubriendo el
mundo que nos rodea.
6.
Rigurosa (que no precisa): es decir, se puede
y debe incluir la incertidumbre, mostrando
fuentes confiables y representativas.
7.
Buscar expertos de verdad: en el mundo,
los científicos sí son autoridad. La gente
va a creer que lo que estás usando es una
fuente correcta, pero no siempre lo es.
8.
Evitar el falso equilibrio de fuentes entre
cualificadas y no cualificadas.
9.
Evitar rumores y desinformación.
10.
Ojo con las cifras oficiales: siempre que se
pueda, obtener propias.
11.
No ocultar dudas.
12.
Huir de titulares contundentes y dogmáticos.
Fuente: Patricia Fernández de Lis (2021).
La OMS (Organización Mundial de la Salud)
también ha diseñado infografías dirigidas
a periodistas, así como recursos específicos
para poder llevar a cabo la actividad profesional con el mayor rigor posible (https://
www.paho.org/es/recursos-para-periodistas).
Estos materiales se han puesto a disposición
de los profesionales de todo el mundo a través de los portales institucionales y tienen un
gran valor para garantizar la calidad de la información que circula por la esfera pública.
A partir de estas recomendaciones, veamos
los elementos claves para trabajar una noticia
científica.
Informando de ciencia con ciencia
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
Trabajar el periodismo
de ciencia con método
Antes de empezar a desgranar el método
del periodismo de ciencia, conviene recordar una obviedad: el periodismo de ciencia
es, en primer lugar, periodismo. Se trata de
un oficio que se aprende haciéndolo, y aún
mejor si se trabaja cerca de buenos editores
con experiencia dispuestos a compartir lo
que saben. Se aprende buscando y seleccionando las informaciones que deben llegar
al público general; y estudiando cada tema
para tratarlo con el enfoque, las fuentes y
los formatos más adecuados.
Por tanto, una guía como la de Angler
(2020) podrá ayudar a orientarse en este
camino, pero no podrá contener todas las
respuestas a la infinidad de casuísticas diferentes, imprevisibles e incluso aún no imaginadas que se presentan en este oficio.
La principal función del periodismo es informativa y por eso el periodismo de ciencia
se ocupa de dar noticias y contar lo que sucede en el mundo de la ciencia. Pero el periodismo, incluido el de ciencia, tiene otras
funciones, como la de vigilancia del poder,
la crítica, la opinión experta y la de divulgar
conocimientos.
En el caso del periodismo de ciencia, la función divulgativa tiene más peso que, por
ejemplo, en el periodismo político, porque
nuestra materia de trabajo es especialmente
compleja y generar información comprensible sobre ella exige la explicación de ciertos conocimientos que no se pueden presuponer en el gran público. Pero los periodistas
no son divulgadores, son periodistas. Se divulga como efecto colateral inevitable. Se
divulgan conocimientos para hacer mejor el
oficio, que es informar. Aclarado esto, en el siguiente apartado se explican las claves prácticas sobre cómo se trabaja en periodismo
de ciencia.*
* Te recomendamos escuchar el episodio «Informar y
formar de ciencia», del pódcast La ciencia de informar.
https://spoti.fi/3F9wfXY
42
Informando de ciencia con ciencia
¿De qué depende que escribamos
o no sobre un tema?
En teoría, es sencillo. Hay dos factores determinantes: su relevancia científica y su
interés social. Por ejemplo, se escribe sobre
la demostración de un teorema porque es
importante, aunque resulte complicado
transmitirle su relevancia a la audiencia (en
ocasiones, este tipo de temas se comunican
bien a través de emoción y fascinación). Se
escribe sobre timos crecepelos sin base científica porque afectan a muchas personas,
aunque no sea un asunto de gran relevancia
científica. A veces será complicado tomar
esta decisión. Durante la pandemia, una de
las cosas más difíciles fue descartar temas,
decidir lo que no se debía difundir porque
no tenía la evidencia suficiente o estaba
movido por intereses alejados de la salud
pública, pero iba a despertar tal interés social que podía ser una irresponsabilidad. En
otras ocasiones, un resultado de una investigación preclínica puede ser valioso en su
ámbito, pero no serlo en absoluto para el
público general y, sin embargo, confundirlo
con extrapolaciones peligrosas. (Para mayor
información sobre periodismo científico responsable, consultar el capítulo 5).
Pero, además, en la realidad cotidiana, que
un periodista escriba o no sobre un tema
de ciencia depende de más factores. Algunos están relacionados con el trabajo de los
gabinetes de comunicación: disponer de la
nota de prensa clara y embargada días antes, tener acceso a los artículos, poder hablar con los investigadores, tener buenas
imágenes, etc. Otros factores tienen que ver
con la importancia que se le dé en el medio
a la ciencia, con contar con una agenda de
fuentes que ayuden a valorar el alcance de
El método del periodismo científico
la información, tener los medios, el tiempo
y los recursos necesarios, etc.
¿Cuáles son nuestras fuentes
de información?
El sistema de embargos de las publicaciones científicas, por el que las revistas y centros de investigación facilitan a los periodistas la información sobre los estudios antes
de que estos se publiquen (a través del envío de
notas de prensa o de su publicación en portales como EurekAlert!), es de gran ayuda para
analizar esa información con tiempo, contrastarla con fuentes independientes y elaborar recursos que potencien la calidad de los
contenidos periodísticos. (Para mayor información sobre el método del periodismo científico, consultar el capítulo 1). Sin embargo, este
sistema de embargos no debería convertirse
en el único proveedor de informaciones para
los periodistas de ciencia, tal y como recoge
Santos-Herceg (2020) en su obra. Asumir
que sí lo es implica aceptar que sean las editoriales científicas las que marquen por completo la agenda informativa en ciencia (por
supuesto, la marcan, porque son las que publican los estudios, pero no deberíamos dejar
toda la capacidad de selección en sus manos).
Se puede mantener una sección de ciencia
solo con los embargos: los lunes PNAS y
subcabeceras de Nature, los martes Nature
Communications, los miércoles Nature, los
jueves Science, los viernes Science Advances y
algún Cell; y en medio, JAMA, BMJ, The
Lancet... Limitarse a ese calendario implica
también dejar de buscar historias propias
(que es lo que un periodista debería desear) y
contar todos lo mismo a la misma hora (la
del final del embargo), tal y como afirmaban
De Semir, Rivas y Revuelta (1998).
43
Los periodistas no son fanes de la ciencia.
Es habitual que a un periodista de ciencia le
guste la ciencia, pero no son sus animadores. El trabajo no es contar sus bondades,
sino informar sobre todo lo que sucede en
la ciencia que tenga interés para el público. Un buen periodismo científico debe ser
crítico, investigar e informar sobre conflictos de interés no declarados, corrupciones,
abusos, malas prácticas y exageraciones en la
comunicación de resultados (Angler, 2020).
» «¡Has cometido un error!». Es frecuente
Los periodistas no son colaboradores de los
científicos. Para hacer bien el trabajo es fundamental la distancia con las fuentes. Por
supuesto, hay científicos con los que habrá
sintonía; pero en el ejercicio de la profesión,
no son amigos, sino periodistas y fuentes.
Tener cuidado con los congresos y prepublicaciones y, en general, con resultados que
no hayan sido aún revisados por pares. Esto no
significa que no haya que contarlos por norma. Muchos sí habrá que contarlos, pero
siempre contrastando con fuentes independientes. Tampoco significa que una revisión
por pares garantice la fiabilidad del estudio,
vemos constantemente artículos que se acaban retractando (Fraser et al., 2021).
Siempre habrá ciertas tensiones con las
fuentes. Periodistas y científicos emplean
lenguajes distintos, estructuras narrativas
casi opuestas, y se pueden tener intereses
distintos.
Todo esto es perfectamente normal y también lo es que existan tensiones, que se
deben gestionar caso por caso para crear
una relación de mutua confianza (Leidecker-Sandmann, Attar y Lehmkuhl, 2021).
Algunas de las más típicas son las siguientes:
» «¿Me pasas el artículo antes de publicarlo?».
Es una condición que una fuente no puede
exigir. De hecho, un artículo no debería
salir de la redacción antes de ser publicado
en su medio. Sí tiene sentido que el periodista se asegure de no haber cometido
errores y proponga a la fuente una revisión de algunos detalles técnicos, pero
una fuente no edita un artículo; lo edita
un profesional de la información.
44
que el periodista cometa errores de bulto
y en esos casos, siempre que sea posible,
se deben corregir y señalar las correcciones con una nota.
» «Tu titular es impreciso». Sí. Los titulares
no suelen contener un 100 % de precisión
porque para eso están la entradilla y el cuerpo del contenido. La función del titular,
que sí debe ser siempre riguroso, es atraer
e informar, no ofrecer todos los detalles.
Dejar claro desde el principio el sujeto de
estudio. Señalar si el estudio es en ratones o
en células ya en el titular. Pasan muchos años
hasta saber si un ensayo se hará en humanos y,
de los que pasan a ensayo clínico, muchos no
salen bien (Hackam y Redelmeier, 2006).
Olvidar las servidumbres. El periodista
científico escribe para el público, no para
complacer a su fuente, el científico o especialista. Revisar los conflictos de interés.
Intentar seducir, pero no forzar el titular para lograr más clics. La credibilidad,
que se gana a costa de buen trabajo y tiempo, se puede perder con un mal titular o con
un enfoque inadecuado. Es lícito y necesario
simplificar, embellecer, jugar con el lenguaje,
emplear metáforas, provocar... pero no mentir.
Informando de ciencia con ciencia
Casos prácticos
» CASO 1
Núria Jar. «Las científicas del coronavirus, retratos sonoros de una pandemia».
Agencia SINC, 10 de diciembre de 2020.
Este pódcast es un ejemplo excelente de
cómo trabajar con método el periodismo
científico de calidad. Durante el capítulo,
se ha explicado el exceso de noticias que
derivan de las publicaciones científicas.
Sin embargo, este pódcast es una idea original de la periodista Núria Jar, que contó
con fondos de emergencia para periodistas
de la National Geographic Society. En el
pódcast narra en seis episodios, que están disponibles gratuitamente a través de
Ivoox y Spotify, cómo las investigadoras
españolas buscaban soluciones para minimizar la crisis sanitaria global provocada
por el coronavirus SARS-CoV-2. Para la
elaboración de esta audioserie, llevó a cabo
una excelente tarea de selección de fuentes
expertas en campos tan diversos como la
virología, las matemáticas, la bioingeniería, la nanotecnología, la salud global y la
gestión pública. Asimismo, es muy destacable, durante el trabajo de preparación
del pódcast, el interesante trabajo documental e histórico previo que lleva a cabo
para conectar lo que estaba sucediendo en
la actualidad con hechos del pasado. Sin
duda, uno de los elementos de gran valor
para este pódcast es la selección de los testimonios de las investigadoras, que contaron en primera persona, en conversaciones
con la periodista científica, su esfuerzo por
El método del periodismo científico
encontrar nuevas terapias, diagnósticos y
vacunas contra la covid-19. Este trabajo
fue galardonado con el premio Prisma de
Bronce al mejor trabajo en radio publicado durante 2020.
» Prácticas inspiradoras
Como práctica inspiradora presentamos
tres reglas fundamentales a la hora de construir una buena historia de ciencia:
Pensar en el público al que nos dirigimos. Las personas para las que trabaja un
periodista de ciencia no se van a examinar.
Leen tuits y ven vídeos distraídamente en el
metro o esperando en un bar. Es una pena
que no podamos obligarlas a prestarnos
atención, pero es así. El reto del periodista
consiste, precisamente, en captar esa atención, el bien más codiciado por las empresas de marketing (Radford, 2011).
45
Cuanto más exhaustivo, menos claro. Quien
se empeñe en contar todos los detalles aburrirá y abrumará. La claridad es esencial
cuando informamos sobre ciencia porque es
compleja y muchas personas no sabrán sobre
el tema del que están informándose. Incluso
pueden no sentir interés. El público tiene derecho a no detenerse en la ciencia si le aburre,
le abruma o siente que no la entiende, pero
el periodista no tiene derecho a ahuyentarlo:
su trabajo es despertar ese interés.
Responsabilidad al escoger la ciencia que
llega al gran público. No somos intérpretes de la comunidad científica que traducen
sus complejos resultados a un lenguaje que
el público pueda comprender. Somos selec-
cionadores de información. Nuestro oficio
consiste, en gran parte, en seleccionar la información sobre ciencia que el público debería conocer, contrastarla y elaborar contenidos periodísticos sobre ella (Olson, 2021).
«El periodismo, incluido
el de ciencia, tiene otras
funciones, como la de
vigilancia del poder, la crítica,
la opinión experta y la de
divulgar conocimientos» .
Mensajes clave
» Escoger bien las fuentes expertas. No to-
das las voces que forman parte de una
historia deben tener el mismo peso, algunas sencillamente no son fuentes fiables,
aunque participen en una discusión. Por
ejemplo, si elaboramos un reportaje sobre los estudios que muestran la falta de
evidencia científica de los tratamientos
homeopáticos, en nuestra pieza no debemos situar a un homeópata frente a los
científicos que han realizado esos estudios como si sus testimonios tuvieran el
mismo peso, porque no sería equilibrado. Además, hay que tener en cuenta que
muchas veces la mejor fuente es la que se
atreve a reconocer que «de eso» no sabe.
» Distinguir el tipo de publicación científica: artículos, informes, cartas, opiniones,
comentarios... El contenido deberá ser
tratado de acuerdo con el género de la
publicación científica.
» Distinguir el tipo de estudio: experimental, observacional, metaanálisis, revisado
o no por pares... (es decir, si ha pasado
por el proceso de revisión formal por
otros miembros de la comunidad científica que llevan a cabo las revistas antes
de publicar un artículo con resultados de
investigación). Para hacer un buen periodismo de ciencia es fundamental conocer los tipos de estudios que existen y
saber qué grado de evidencia se puede
extraer de cada uno.
El método del periodismo científico
» Aprender a leer un artículo. No es nece-
»
»
»
»
»
»
»
»
sario estudiarlo como si fuéramos a exponerlo en un congreso porque no somos
especialistas en esa materia. Para leer un
artículo suele bastar con seguir un orden
de lectura de sus partes: resumen, discusión, resultados, introducción, métodos
(Science Media Centre España, 2022).
Informar del riesgo absoluto para no generar alarmas innecesarias. El riesgo relativo no basta. (Para mayor información sobre
periodismo científico responsable, consultar
el capítulo 5, y para mayor información
sobre riesgos, consultar el capítulo 7).
Estar alerta ante las exageraciones de los
intermediarios y de los propios investigadores. Contrastar con los artículos originales.
Contextualizar tu historia. Un estudio
es una frase anecdótica en medio de una
conversación. Lo que interesa es la conversación completa.
No confundir correlación con causalidad
(Adams et al., 2019).
No hacer extrapolaciones imposibles.
Considerar las limitaciones del estudio.
No reproducir las notas de prensa sin ojo
crítico (Bratton et al., 2019).
Cuestionar cuando se afirma que el estudio es «revolucionario» o se ha logrado algo «por primera vez». Pocas veces es
realmente así.
47
Referencias
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Informando de ciencia con ciencia
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El método del periodismo científico
49
03
La comunicación
de la ciencia en español
Antonio Calvo Roy,
Bertha M . Gutiérrez Rodilla
y Fernando A . Navarro
Marco teórico
La comunicación de la ciencia
entre la norma y el uso
Resumen
La lengua es el principal instrumento de trabajo de los periodistas, así que hay que aprender a usarla correctamente y hay que cuidarla.
Por eso los periodistas deben extremar su rigor
en el uso adecuado del idioma, lo que implica
dudar y, por tanto, consultar diccionarios,
manuales y toda fuente fiable y rápida que
permita mejorar el texto. Frente a la prisa
habitual y frente a la comodidad de no traducir o mal traducir palabras venidas del
inglés, es preferible parar, reflexionar y consultar. Para ello, es útil disponer de un boti-
quín de urgencia dotado de aperos ortográficos, ortotipográficos, léxicos, gramaticales,
de redacción y estilo capaces de ayudarnos
a pulir los textos hasta dejarlos impecables,
hasta que cada palabra sea la palabra exacta,
el producto de la intelijencia juanramoniana.1 En este capítulo ofrecemos algunas de
esas herramientas, de uso sencillo y rápido,
destinadas a conseguir que los lectores o los
oyentes entiendan de qué estamos hablando, aunque hablemos de conceptos científico-técnicos abstrusos.
1. «¡Intelijencia, dame / el nombre esacto de las cosas! / Que mi palabra sea / la cosa misma, / creada por mi alma
nuevamente. / Que por mí vayan todos / los que no las conocen, a las cosas; / que por mí vayan todos / los que ya
las olvidan, a las cosas; / que por mí vayan todos / los mismos que las aman, a las cosas... / ¡Intelijencia, dame / el
nombre esacto, y tuyo, / y suyo, y mío, de las cosas!» (Jiménez, 1918).
52
Informando de ciencia con ciencia
El estudio pormenorizado de la lengua, su
pasado y su presente, tal vez sea cosa de lingüistas; o de filólogos. Pero el idioma, en
cuanto que instrumento de comunicación,
es asunto de todos los que nos valemos de
él para transmitir conocimientos, noticias,
opiniones y hasta sentimientos. Nos pertenece a todos. Por eso es tan importante
que lo cuidemos. Una buena manera de
hacerlo es teniendo presente la norma, algo
así como el conjunto de criterios —establecidos históricamente y compartidos por la
comunidad de hablantes— que determinan
el modo de hablar y escribir correctamente.2 Frente a ella está el uso, la actuación
lingüística concreta de los hablantes, de
cada hablante, en un determinado contexto
espacial y temporal. Un uso ligado al concepto de variación, pues las lenguas no son
inmutables, sino que presentan oscilaciones
continuas, determinadas por los usos diversos de los hablantes. Esa variación permite,
por ejemplo, incorporar préstamos desde
otros idiomas. Algo que, cuando se trata del
lenguaje científico, solo deberíamos hacer si
para ellos no existe un equivalente previo
en la lengua de llegada; de lo contrario, estaríamos fomentando la sinonimia termino-
lógica, que atenta contra la precisión que
debe buscar a toda costa dicho lenguaje y
traería consigo, además, problemas conceptuales. Permite asimismo la variación crear
palabras con que nombrar los nuevos conceptos que van surgiendo, como sucede de
continuo en el ámbito de la ciencia. Esta
creación de palabras o neonimia debe ajustarse a los principios que rigen la correcta
formación de palabras en nuestro idioma.
2. Para lenguas tan extendidas como el español, esa norma no siempre coincide en su totalidad para todos los países
donde se habla, lo que hace necesario buscar una norma panhispánica que pueda abarcar a todos, algo no exento
de dificultades. Véase al respecto Fajardo Aguirre (2011).
La comunicación de la ciencia en español
53
Visto lo anterior, si queremos conjugar el
amor a ese idioma con la celeridad en su
uso a la que nos aboca la vida —no siempre
tranquila, sino en la que, entre otras cosas,
suceden catástrofes, guerras y pandemias
que exigen adaptaciones rápidas, también
lingüísticas—, tendremos que pertrechar-
nos de aperos que nos ayuden a mantener
un difícil equilibrio: sin alejarnos demasiado de la norma, afrontar esos nuevos
problemas y realidades que acompañan de
modo habitual a la ciencia, adaptando convenientemente nuestro discurso.3
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
Contar a nuestros contemporáneos cómo es
el mundo en el que vivimos, con los datos
de la actualidad, dentro del contexto que
lo haga comprensible y respaldado por las
fuentes adecuadas: esa es la tarea de los periodistas científicos; y el lenguaje, su principal instrumento para lograrlo. Contar
el mundo que nos rodea es importante, e
importante también —si vamos a contarlo
en español— hacerlo en buen español. Tres
pasos pueden ayudar a lograrlo:
Redacción apresurada, pero precisa
y clara
La atención de los lectores es uno de los
bienes más preciados y escasos que existen.
Toda noticia periodística, además de veraz —que se da por descontado—, debe ser
también concisa y estar cargada de sentido;
esto es, estar escrita de forma precisa y clara,
de modo que un lector de cultura media sea
capaz de comprenderla en la primera lectura.
En palabras de Luka Brajnović (1966), «Al
tratarse del lenguaje periodístico, la ambigüedad debe ser superada y, sin dejar de ser
relativamente culto, debe ser claro y muy
comprensible. [...] El lenguaje periodístico debe ser comprendido sin esfuerzo por
cualquier lector u oyente y, al mismo tiempo, tan cuidado y preciso que al culto no
le parezca una vulgaridad ni al vulgo una
acumulación de tecnicismos y frases complicadas». Solo falta añadir las recomenda-
3. La pandemia coronavírica constituye un caso palmario de tal adaptación urgente y de las consecuencias lingüísticas de un hecho que altera en un instante, de modo sorpresivo y colosal, nuestra existencia. De los muchos escritos
relativos al lenguaje a que ha dado lugar, véase Gutiérrez Rodilla (2020), que no solo se hace eco de algunos de
esos escritos, sino que reflexiona también sobre cómo podrían haberse evitado algunos anglicismos recurriendo
a palabras netamente españolas.
54
Informando de ciencia con ciencia
ciones del prólogo del Quijote para que la
obra consiga que «leyendo vuestra historia,
el melancólico se mueva a risa, el risueño la
acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de la invención, el grave no la
desprecie, ni el prudente deje de alabarla».
no espera. Y en esa lucha, por desgracia, la
atención a la lengua no suele ser una prioridad.
Y eso los periodistas han de hacerlo a toda
prisa. La prisa, ya se sabe, es connatural al
periodismo; hay dos tipos de periodistas:
los que escriben rápido y los que no son
periodistas. En periodismo científico, la
redacción no es nunca sosegada, sino apresurada. La presión del cierre viene de antiguo, pero si antes los momentos de presión
variaban según el medio —a las horas en
punto los boletines de radio, al final de la
tarde los periódicos, en todo momento las
agencias—, la competencia actual, el todos contra todos, hace que el cierre sea hoy
una lotta continua porque la página web
Menos frecuente de lo que debería, el sentido de la duda es un rasgo distintivo del
buen periodista: pensar que uno pueda estar equivocado; sospechar que haya algún
modo de decir mejor lo que se desea expresar; reflexionar, según se escribe, sobre lo
que se escribe y sobre cómo se escribe.
Resolución de dudas lingüísticas
Las dudas acerca del lenguaje pueden ser
muchas y variadas (ortográficas y ortotipográficas, léxicas, gramaticales, de redacción o estilo...; véase la tabla 1), y es crucial
aprender a resolverlas de modo rápido, cabal y eficaz.
El trato con las fuentes, los expertos, que es
fundamental en todas las formas de periodismo, cobra una importancia excepcional en
el caso del periodismo científico, donde con
frecuencia se ha de escribir sobre cuestiones
complejas cuyos intríngulis el periodista no
domina. Y si al periodista se le escapa la enjundia del asunto, las palabras que lo definen
aún más. Nos encontramos con un colectivo
—el de los científicos, los expertos en cada
campo— que suele trabajar en inglés y que,
por tanto, rara vez se ha enfrentado a la necesidad de usar ese término en español. Por
costumbre o por comodidad —que vienen a
ser un poco lo mismo—, los expertos suelen
emplear ese término nuevo en inglés, el idioma en el que se ha inventado, que lo define
con precisión y en el que se usa regularmente
y con seguridad. De modo que, siendo excelentes fuentes para la noticia científica, no
suelen serlo para trasladarla al español. Constituyen una puerta de entrada habitual de calcos y préstamos de otros idiomas.
Hemos de tener en cuenta, además, como
señaló el lexicógrafo, filólogo y lingüista
Manuel Seco (2015), que «la fortuna de los
préstamos depende muy principalmente del
ambiente en que se producen [...]. Un gran
contingente de ellos penetra por la puerta
del lenguaje técnico y científico. En este
campo, si la palabra extranjera no se sustituye tempranamente por una española, lo más
probable es que sea adoptada de manera definitiva por todas las personas pertenecientes
a esta actividad o especialidad». Es el caso,
por ejemplo, de términos como bit y byte,
que ya hemos incorporado.
Acuciado por la prisa, el periodista necesita,
para resolver sus dudas, quien las conteste
muy rápido, casi en el instante mismo en
56
que se presentan. En Twitter, @RAEinforma
y @Fundeu son dos cuentas habitualmente
fiables para la rápida resolución de dudas
en relación con el uso del lenguaje. En la
tabla 2, no obstante, ofrecemos un botiquín
más completo de primeros auxilios lingüísticos. Por mucha que sea la prisa, el periodista científico hará bien en irse acostumbrando, ante cualquier duda lingüística, no
solo a resolverla sobre la marcha colocando
una tirita, sino a profundizar en el manejo
de todas las posibilidades que nos ofrece la
lengua española para acuñar tecnicismos y
neologismos; para expresar de forma sencilla, precisa y clara todo concepto científico
o tecnológico, hasta el más novedoso. El periodista científico es, ante todo, un profesional de la lengua y como tal debe formarse.
Revisión (y revisión y revisión)
¿Terminada ya la primera redacción (veraz,
concisa, precisa y clara) y resueltas todas las
dudas lingüísticas? No enviemos nunca a publicar un texto, no lo demos jamás por concluido, sin haberlo leído antes entero —de la
primera a la última palabra— al menos una
vez. A ser posible, en papel; porque no se detectan igual las erratas, e incluso los errores,
en la pantalla que en el papel. Hay que leer lo
que el texto dice, no lo que creemos que dice.
El periodista científico escribe siempre acelerado, apurado, espoleado por la prisa, con
plazo de entrega inminente. Pero por poco
que sea el tiempo disponible, hay que contar con una lectura de revisión para podar,
pulir, afinar, mejorar o sacar brillo al texto.
Si el tiempo y las circunstancias lo permiten,
incluso, también con una revisión externa:
cuatro ojos ven más que dos; siempre.
Informando de ciencia con ciencia
Casos prácticos
El lenguaje científico y la corrección sociopolítica. Lo políticamente correcto, que
ha ido inundando muchas parcelas de nuestra vida [véase la figura 1], llegó ya hace un
tiempo también hasta el lenguaje científico.
Si el lenguaje puede influir en las representaciones mentales de la realidad, argumentan
sus defensores, es importante procurar usarlo de modo que ayude a reducir la estigmatización de algunos colectivos —en especial,
los más vulnerables— y evite que se perpetúen los estereotipos distorsionadores.
Obviamente, no todas las situaciones son
iguales, pues pasar de denominaciones convertidas en insultos, como imbécil, idiota,
subnormal o mongólico, a otras como discapacitado supone un avance importante y
necesario en la consideración social de las
personas así denominadas. Que lo siguiente
sea arrumbar discapacitado para sustituirlo
por con capacidades diferentes o con capacidades especiales ya empieza a ser más discutible para algunos; sobre todo, porque,
sin duda, esta denominación se sustituirá
en breve por otra distinta, supuestamente
mejor y así sucesivamente.
Así, no es de ahora, por ejemplo, el intentar
no estigmatizar a los enfermos de lepra llamándolos leprosos (no importa que de esta
forma no se curen, algo que podría conseguirse con relativa facilidad, si realmente se
quisiera hacer); también los diabéticos han
dejado de serlo para convertirse en «personas que viven con diabetes» (¿con quién vivirán los cardiópatas?); por su parte, quienes
tratan de suicidarse «protagonizan intentos
de autolisis» o «desarrollan gestos autoagresivos» (lo cual, a sus familiares, probablemente no les deja mucho más tranquilos).
Los lingüistas no terminan de ponerse de
acuerdo en este espinoso asunto. Que existen usos lingüísticos estigmatizantes es un
hecho, pero ¿es el lenguaje un reflejo de la
sociedad (en cuyo caso, para acabar con
el estigma, lo primero sería transformar
la sociedad y esperar que, acto seguido, el
lenguaje se transformara también de modo
natural) o es un factor determinante que
moldea la sociedad (en cuyo caso resulta
muy difícil transformar la sociedad si antes
no cambiamos el lenguaje)? Trabajos como
los de Hauser y Schwarz (2020), Kelly
» CASO 1
Figura 1 . Tira cómica de Joaquín S . Lavado «Quino»
© Sucesores de Joaquín S. Lavado, «Quino», Todo Mafalda, Lumen.
y otros (2010), Pérez Hernández (2022),
Volkow y otros (2021) aportan perspectivas
estimulantes e ilustrativas sobre asuntos de
tanta trascendencia como la influencia del
lenguaje en el pensamiento, las repercusiones de los usos lingüísticos en la asistencia
sanitaria recibida por distintos colectivos
o el riesgo de llevar las batallas culturales
y políticas al ámbito del lenguaje científico.
» CASO 2
Hay lenguaje más allá del diccionario.
El 7 de febrero de 2022, en plena pandemia
de covid-19, el farmacólogo clínico Joan-Ramon Laporte, uno de los mayores expertos
mundiales en vacunovigilancia, afirmó, en
declaración oficial ante la comisión de investigación del Congreso de los Diputados
sobre la campaña de vacunación anticovídica
en España: «El diccionario de la RAE define
vacuna como “preparado de antígenos que,
aplicado a un organismo, provoca en él una
respuesta de defensa”. Según eso, las de Pfizer y Moderna no son verdaderas vacunas».
Es un error frecuente pensar que el mundo
en su infinitud debe ajustarse a los estrechos
límites de un diccionario. Más bien es al revés: los diccionarios tratan de recoger y describir los avances científicos y tecnológicos,
por lo que van siempre a remolque de estos.
Edward Jenner introdujo la vacuna antivariólica en 1798, pero esa acepción de vacuna
no llegó al diccionario de la RAE hasta 1803.
En 1881, Louis Pasteur amplió el uso del término vacuna para abarcar también la inoculación de otras bacterias o virus atenuados o
inactivados, pero esta nueva acepción no llegó al diccionario de la RAE hasta 1914. En
los años noventa del siglo xx, la tecnología de
La comunicación de la ciencia en español
los ácidos nucleicos recombinantes supuso un
nuevo cambio de paradigma en vacunología.
Desde entonces, llamamos vacuna no solo
a los preparados antigénicos, sino también a
cualquier producto biológico (un ARNm,
por ejemplo) administrado a una persona u
otro animal con el fin de inmunizarlos; esto
es, de inducir en ellos una respuesta inmunitaria adaptativa específica (y no solo de
«hacerlos inmunes», que es como sigue definiendo la RAE aún inmunizar). ¿Que la RAE
tiene anticuadas sus definiciones de vacuna e
inmunizar? Cierto, sí, pero es su diccionario
el que tendrá que adaptarse, y no las vacunas
de Pfizer y de Moderna a él.
En 2002, los coronavirus fueron noticia de
portada en todo el mundo por la epidemia de
síndrome respiratorio agudo grave; en 2012
volvieron a serlo por la epidemia de síndrome
respiratorio de Oriente Medio; y en el álbum
Astérix en Italia, publicado en 2017, uno de
los personajes usa el apodo «Coronavirus».
Pero en marzo de 2020, cuando la OMS
declaró la pandemia de covid-19, la palabra
coronavirus no figuraba aún en el diccionario
de la RAE. Entró por fin (junto con términos
como nescafé, rayos UVA, tirolina y videollamada) en noviembre de ese año. Todavía hoy
(otoño de 2022), siguen fuera del diccionario
académico voces como antivacunas, batamanta, ciberataque, conguitos, conspiranoico,
hidroalcohólico, legitimizar, macadamia, panetone y teletrabajar. Pero eso no quiere decir,
por supuesto, que no existan los antivacunas
ni las conspiranoias; ni que usar esas palabras
sea incorrecto. El diccionario de la RAE contiene unas 94.000 entradas, cuando solo el
lenguaje especializado de la medicina debe de
rondar el medio millón de unidades léxicas;
no digamos ya todo el lenguaje científico y
tecnológico en su conjunto.
59
Mensajes clave
» El idioma es tu instrumento básico de trabajo: ámalo, cuídalo, no lo des por sabido.
» No creas que lo sabes todo. Duda, consulta manuales, diccionarios y bases terminológicas.
» Con frecuencia tus fuentes estarán en inglés, así que piensa bien cómo puedes decir eso mismo
escribiendo en buen español.
» El lenguaje contribuye a eliminar las imágenes estereotipadas y distorsionadas de la realidad
—que es importante en relación con los colectivos vulnerables—, pero los eufemismos por sí
solos no solucionan los problemas; a menudo, solo los ocultan.
» Procura no fomentar la sinonimia terminológica introduciendo extranjerismos cuando ya existe un equivalente en español. Y sé cuidadoso con la neonimia, la creación de nuevos términos
para designar nuevos conceptos, que debe hacerse de acuerdo con las reglas de nuestra lengua.
60
Tabla 2 . Botiquín de primeros auxilios lingüísticos
TENGO UN PROBLEMA CONCRETO QUE QUIERO RESOLVER
TIPO DE PROBLEMA
¿DÓNDE PUEDO ENCONTRAR LA SOLUCIÓN?
» Busco una respuesta rápida
• Fundéu: @Fundeu y Página de
•
Tabla 1 . Algunas dudas lingüísticas de los periodistas científicos españoles
En la primavera de 2022, una apresurada encuesta en
la lista de correo de la Asociación Española de Comunicación Científica («¿Cuáles han sido las palabras que
más problemas os han dado al transcribirlas al español
para un reportaje, noticia o lo que sea?») no arrojó resultados concluyentes. No aparecieron lo que podríamos llamar errores históricos o problemas repetidos;
quizá porque los periodistas están a la última.
Más que grandes temas o grandes preocupaciones, la
encuesta refleja detalles, palabras o falsos amigos,
casos concretos:
• el término que marcó los años de pandemia 20202022 carece de género gramatical y acentuación
evidentes en español, quizá como reflejo de los
tiempos líquidos: sigue sin estar del todo claro si
debemos decir y escribir «el cóvid» o «la covid»;
• el inglés rare diseases, ¿corresponde a enfermedades raras o más bien minoritarias?;
• Ingenuity, helicóptero enviado por la NASA a Marte: mal traducido a menudo como Ingenuidad en
lugar de Ingenio;
• to discuss (traducido por discutir en vez de comentar o debatir);
• en el contexto de la física solar, llamarada se usa a
menudo como traducción literal de flare, cuando lo
correcto es fulguración;
Puedes acceder a todos los hipervínculos del botiquín
de primeros auxilios lingüísticos en la versión digital de
este libro, disponible en la biblioteca de la Fundación Lilly:
https://www.fundacionlilly.com/bibliotecadisponible
• ¿es correcto o no usar espícula para la proteína es-
picular de un virus?;
• en español, ¿debemos decir ondas gravitacionales
o gravitatorias?;
• el término inglés evidence suele traducirse por evidencia, cuando debería ser prueba, indicio o dato;
• ciencia ficción es un término ya asentado, pero en
realidad science-fiction debería ser ficción científica,
fantasía científica o narrativa futurista.
No apareció la sigla por excelencia del siglo xx, ADN,
aún escrita DNA, en español, por algunos recalcitrantes. Tampoco el uso de la sigla OGM, un claro ejemplo
de cómo usamos, sabiéndolo o no, el lenguaje como
algo más que palabras al azar. Esta sigla, que designa
los organismos en cuyo genoma se ha intervenido,
responde a dos palabras claras y una dudosa. La O y
la G están claras y son comunes para todos los usuarios, pero la M es variable: ¿se trata de organismos
genéticamente mejorados, manipulados o modificados? No es irrelevante usar un adjetivo u otro, pues
la carga semántica de cada uno de ellos —el primero
positivo, el segundo negativo, y más o menos neutro
el tercero— dará un cariz u otro al texto que se está
escribiendo. Los periodistas deben ser conscientes
de la carga que cada uno de ellos implica.
Informando de ciencia con ciencia
Gramática, ortografía
u ortotipografía
general
•
recomendaciones, dudas y consultas
RAE: @RAE #DudaRAE,
Diccionario de la lengua española y
Diccionario panhispánico de dudas
José Martínez de Sousa: Manual de
estilo de la lengua española (MELE)
» Busco profundizar
• Wikilengua: Wikilengua del español
• RAE: Ortografía de la lengua española
•
•
Ortotipografía
científica
y Nueva gramática de la lengua
española
José Martínez de Sousa: Ortografía
y ortotipografía del español actual
y Diccionario de usos y dudas
del español actual (DUDEA)
Manuel Seco: Nuevo diccionario
de dudas y dificultades de la lengua
española
• Javier Bezos: TeXnia (ortotipografía, maquetación y composición de textos técnicos
•
y científicos) y Tipografía y notaciones científicas
Gonzalo Claros: Cómo traducir textos científicos en español
• Tengo dudas con el significado de una palabra inglesa:
Inglés > español1
•
•
Diccionario general inglés-español 2
Tengo dudas con el significado de una frase o un párrafo en inglés:
DeepL Traductor 3
Tengo dudas con la traducción de términos científicos en inglés:
Fernando A. Navarro: Diccionario de dudas y dificultades de traducción
del inglés médico
1. En el periodismo científico actual, el inglés suele ser la lengua extranjera de partida. Ante la posibilidad de tener que
traducir desde otras lenguas, puede ser útil tener a mano una base multilingüe de terminología científico-técnica: IATE de la
Unión Europea, con más de 8 millones de términos en 25 lenguas.
2. Son muchos los buenos diccionarios generales inglés>español que pueden consultarse gratis en línea; a modo de ejemplo,
siguen cinco de los más usados: Universidad de Granada: Lexis English<>Spanish Dictionary; Reverso: inglés-español; Collins:
Diccionario inglés-español; WordReference: Diccionario inglés-español, español-inglés; Linguee: Diccionario inglés-español.
3. La traducción automática es útil solo para una primera aproximación; si buscamos traducciones de calidad, lo ideal es recurrir a un traductor o traductora profesional. Lo mismo cabe decir, por supuesto, en relación con otros servicios lingüísticos
profesionales: posedición, corrección de textos, maquetación de textos, interpretación, peritaje lingüístico.
TIPO DE PROBLEMA
¿DÓNDE PUEDO ENCONTRAR LA SOLUCIÓN?
• Léxico general de la lengua española
•
•
Léxico
•
RAE: Diccionario de la lengua española ; María Moliner: Diccionario de uso
del español; Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos: Diccionario del español
actual
Variantes diatópicas del español
Asale: Diccionario de americanismos
Diccionarios especializados4
[Medicina] Real Academia Nacional de Medicina: Diccionario de términos médicos
[Ingenierías] Real Academia de Ingeniería: Diccionario español de ingeniería
[Biografías históricas] Real Academia de la Historia: Diccionario biográfico español
[Botánica] Pío Font Quer: Diccionario de botánica
[Energía] Ángel Martín Municio y Antonio Colino Martínez: Diccionario de la energía
Recursos terminológicos especializados en línea
Laura Munoa: Árbol de Cos
QUIERO APRENDER A RESOLVER POR MI CUENTA DUDAS FUTURAS
CAMPO DEL SABER
NIVEL PRINCIPIANTE
• Antonio Calvo Roy: «Comunicación
Periodismo
científico
•
Lenguaje científico
Redacción científica
Traducción científica
de la ciencia hoy: una visión personal
y un decálogo añadido»
AECC: Periodismo científico en
España, una especialidad con pasado,
presente y futuro
NIVEL AVANZADO
• AECC: Documentos de interés para
periodistas científicos y Herramientas
y otros recursos para periodistas
científicos
• Bertha Gutiérrez Rodilla:
• Bertha Gutiérrez Rodilla:
• Universidad de San Buenaventura:
• Robert A. Day: Cómo escribir y publicar
•
• Daniel Cassany: La cocina de la escritura
• Howard Becker: Manual de escritura
El lenguaje de las ciencias
«La redacción científica y el artículo
científico» [vídeo: 8 min]
Alberto Bustos: «Cinco claves para
redactar mejor tus textos» [vídeo: 8 min]
La ciencia empieza en la palabra
trabajos científicos
para científicos sociales
• Archivo completo de Panace@: Revista de Medicina, Lenguaje y Traducción
(2000-2022)
A modo de guinda, con un guiño
Clave de colores: Recurso gratuito de acceso abierto
Recurso gratuito con registro previo / Recurso de pago
: Decálogo del escritor, de Augusto Monterroso
Fuente: Elaboración propia.
4. Se ofrecen solo cinco ejemplos a modo de muestra. Para otras disciplinas (astronomía, bioética, biología, bioquímica, biotecnología, botánica, ciencias agropecuarias, ciencias marinas, ecología, estadística, genética, farmacia, física,
geología, informática, matemáticas, microbiología, nanotecnología, paleontología, psicología, química, zoología, etc.),
pídase consejo a un experto en el ámbito correspondiente.
62
Informando de ciencia con ciencia
Referencias
» Brajnović, Luka (1966). El lenguaje de las ciencias. Pamplona: Salvat.
» Fajardo Aguirre, Alejandro (2011). La norma lingüística del español desde una
perspectiva lexicográfica: norma nacional versus norma panhispánica. Normas: Revista de Estudios Lingüísticos Hispánicos, 1(1), 53-70.
» Gutiérrez Rodilla, Bertha M. (2020). El lenguaje, entre los efectos de la pandemia.
En Ricardo Campos, Enrique Perdiguero-Gil y Eduardo Bueno (eds.), Cuarenta
historias para una cuarentena. Reflexiones históricas sobre epidemias y salud global
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https://sehmepidemiassaludglobal.wordpress.com/2020/07/06/lenguaje-entre
-efectos-pandemia-gutierrez
» Hauser, David J. y Schwarz, Norbert (2020). The war on prevention II: Battle me-
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» Laporte Roselló, Joan-Ramon (7 de febrero 2022). Intervención ante la Comisión
de investigación relativa a la gestión de las vacunas y la campaña de vacunación
contra la covid-19 en España. Madrid: Congreso de los Diputados.
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» Pérez Hernández, Lorena (16 de septiembre de 2022). El lenguaje, espejo de des-
igualdades y mecanismo de evolución social [Charla grabada en vídeo]. Naukas
Bilbao.
https://www.eitb.eus/es/divulgacion/naukas/videos/detalle/8957816/video-lorena-perez-hernandez-el-lenguaje-espejo-de-desigualdades-y-mecanismo-de-evolucion-social
» Seco, Manuel (11 de septiembre de 2015). Las palabras [Discurso de recepción del
XXIX Premio Internacional Menéndez Pelayo]. Santander: Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). www.rae.es/sites/default/files/las_palabras.pdf
» Volkow, Nora D., Gordon, Joshua A. y Koob, George F. (2021). Choosing appro-
priate language to reduce the stigma around mental illness and substance use disorders. Neuropsychopharmacology, 46, 2230-2232.
tance-related terms influence perceptions of treatment need? An empirical investigation with two commonly used terms. Journal of Drug Issues, 40 (4), 805-818.
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Informando de ciencia con ciencia
La comunicación de la ciencia en español
65
04
Perspectiva de género
en la comunicación
de la ciencia
Lorena Fernández Álvarez
y Jéssica Murillo Ávila
Marco teórico
La perspectiva de género
en la comunicación científica
¿Qué es la perspectiva de género?
Es una categoría analítica que permite detectar las desigualdades y las relaciones de poder
entre mujeres y hombres. Aplicarla en la comunicación científica supone analizar, señalar y explicar cómo las afectan de modo distinto los hechos, avances y descubrimientos
científicos sobre los que se informa, así como
visibilizar la realidad específica de las mujeres, destacando sus aportaciones y logros lejos de los roles y estereotipos de género.
Resumen
Con la comunicación se construye realidad, se incide en los esquemas de percepción colectiva de la ciencia por parte de la
ciudadanía y es un poderoso instrumento
de cambio. Para que esta labor haga que la
sociedad la perciba como un tema interesante y prioritario que la ayude a entender
el mundo que la rodea, traduciendo en
comprensible lo que resulta complicado, es
importante tener en cuenta qué se nombra,
cuánto y cómo se hace. De la misma manera, a quién no y por qué.
Como se indica en el informe «Comunicación inclusiva» (Secretaría General del
Consejo, 2018), la utilización de un lengua-
68
Contexto normativo de la perspectiva
de género en la ciencia
je inclusivo y de imágenes que favorezca la
diversidad y la igualdad puede contribuir
decisivamente a evitar la perpetuación de
sesgos discriminatorios, trascender a los roles y los estereotipos de género y visibilizar
a las mujeres como protagonistas en todas
las secciones y no solo en las consideradas
«blandas» (sociedad, cultura-espectáculo y
gente-mundo). Una apuesta por dar a conocer cómo la ciencia incide en sus vidas,
cuáles han sido y son sus aportaciones, sus
luchas y sus demandas, representándolas así
en todas las dimensiones y de modo más
ajustado a la realidad. Para lograr este objetivo es imprescindible introducir la perspectiva de género en la comunicación científica.
Informando de ciencia con ciencia
La Ley 17/2022, de 5 de septiembre, por la
que se modifica la Ley 14/2011 de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, en su
artículo 2, apartado n, establece entre sus
objetivos generales «promover la inclusión
de la perspectiva de género como categoría
transversal en la ciencia, la tecnología y la
innovación, así como una presencia equilibrada de mujeres y hombres en todos los
ámbitos del Sistema Español de Ciencia,
Tecnología e Innovación». Asimismo, dedica el artículo 4 bis a destacar la importancia
de aplicar la transversalidad de género a este
ámbito y el artículo 4 a sugerir una serie
de medidas para lograr la igualdad efectiva.
Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
En lo que respecta a la información de la
ciencia, el artículo 11 estipula que «el Sistema de Información sobre Ciencia, Tecnología e Innovación promoverá la recogida,
tratamiento y difusión de los datos desagregados por sexo, e incluirá información e
indicadores específicos para el seguimiento
del impacto de género de la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación y
de sus planes de desarrollo, sirviendo como
fuente para la elaboración de, entre otros,
los informes de impacto de género a los que
se refiere el artículo 6.2». Por último, en su
disposición adicional decimotercera insiste
en implantar adecuadamente la perspectiva
de género en la investigación científica.
Por su parte, en 2012 la Comisión Europea,
en su comunicación sobre el Espacio Europeo de Investigación, aborda como cuarta
prioridad alcanzar la igualdad de género y
la inclusión de la perspectiva de género en
los contenidos de la investigación, mediante el fomento de la diversidad de género
para promover la excelencia científica. Es el
mismo objetivo que implantó la Declaración de Roma sobre «Investigación e innovación responsable en Europa» (Consejo de
la Unión Europea, 21/11/2014).
Además, la ONU, a través de la Agenda 2030
(París, 25 de septiembre de 2015), definió,
69
en su quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible, la igualdad de género. Entre otras
metas, insta a «asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad
de oportunidades de liderazgo a todos los
niveles decisorios en la vida política, económica y pública».
El refuerzo mediático de la
desigualdad de género en las ciencias
Las formas dominantes de comunicación
científica eluden la aplicación de esta perspectiva de género, ya que apenas visibilizan
los problemas e investigaciones que afectan
a las mujeres y los trabajos liderados por
ellas. Indican qué tipos de conocimiento,
qué prácticas y qué personas son más importantes y, como resultado, reflejan y reproducen las desigualdades estructurales
(Dawson, 2019).
Disfrazada de neutral, a veces la comunicación utiliza el punto de vista masculino
como universal y referente a la hora de elaborar la información. El modelo estándar
es el de hombre blanco, cisgénero, hetero,
de mediana edad y sin discapacidades, salvo
en contadas excepciones que refleja la realidad de las mujeres en piezas secundarias
o sueltos. Un análisis lingüístico de la Universidad de Nueva York (Bailey et al., 2022)
que estudió el texto de casi tres mil millones
de páginas webs (630.000 millones de pa-
labras) muestra que palabras como persona
o gente se asocian con términos que designan a un hombre (hombre, él) con mayor
frecuencia que las palabras femeninas. Esta
práctica contribuye a reforzar la idea de que
la realidad de los hombres es universal y lo
que les sucede a las mujeres es algo anecdótico e irrelevante.
El problema de estos sesgos de género en la
información científica es que no solo afectan a las investigadoras, sino a toda la ciudadanía, ya que alteran la interpretación de
los resultados, lo que cuesta dinero y vidas.
Ello supone que se prive a la sociedad de
los puntos de vista y avances de más de la
mitad de la población.
Introducir la perspectiva de género en la comunicación científica aporta un valor añadido ya que, además de mostrar la realidad
completa, ayuda a romper la brecha de género en STEM (science, technology, engineering and mathematics) y a generar referentes.
Un estudio realizado entre 11.500 niñas de
toda Europa (Trotman, 2017) establece una
clara conexión entre la visibilidad de las mujeres científicas y el interés de las niñas por
esas disciplinas. Para acabar con la escasa
vocación entre las jóvenes, tal y como explica el informe «Mujeres e Innovación 2022»
publicado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, es clave que se vean reflejadas en
los temas que la ciencia aborda para convertirla en algo interesante también para ellas.*
* Te recomendamos escuchar el episodio «La perspectiva
de género en las fuentes y en la investigación», del pódcast
La ciencia de informar.
spoti.fi/3F9wfXY
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Informando de ciencia con ciencia
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
Pautas para comunicar de un
modo no sexista introduciendo
la perspectiva de género
La elaboración de una pieza informativa se
desarrolla en tres fases:
» Planificación y documentación
» Redacción
» Revisión de lo escrito
A continuación, se presentan diferentes pautas para comunicar de un modo no sexista
introduciendo la perspectiva de género en
cada una de estas fases:
Planificación y documentación
La planificación es el proceso que se lleva
a cabo antes de elaborar la información
periodística. Supone plantearse sobre qué
tema se va a desarrollar y qué enfoque se va
a dar a la pieza. En muchas ocasiones esta
planificación no tiene en cuenta la visibilidad de las mujeres y reproduce el patrón
androcéntrico. Por ende, se ocultan sus
realidades, se ignoran sus necesidades, se
minusvaloran sus trabajos y se ocultan sus
logros previos.
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La planificación que se elabora tomando en
cuenta la perspectiva de género como eje transversal de todo el proceso periodístico considera
la realidad de las mujeres y los hombres e incide en las posibles diferencias y desigualdades.
Para ello es importante un trabajo previo de
documentación, a través de referencias, informes, estudios o de la consulta a especialistas
que puedan orientar sobre la materia.
desigualdades entre mujeres y hombres con
relación al objeto de estudio y cómo han operado los roles y los estereotipos de género en
la investigación, indicando su posible origen. Ello permite documentar la magnitud
de las desigualdades y facilitar el diagnóstico de los factores que provocan la discriminación en la investigación sobre la que se está
informando, facilitando posibles soluciones
y aportando un valor añadido.
que podían aterrizar el avión sin morir, pero
con un matiz que aparece de manera explícita en el artículo: «el exceso de confianza está
asociado al género». Veamos ahora el tratamiento hecho en dos noticias de ese mismo
estudio, en el que cambia sustancialmente la
información que se traslada dependiendo de
si se ha tenido en cuenta o no esa variable.
A continuación, se muestra un ejemplo. En
una investigación (Jordan et al., 2022) se reclutó a un grupo de mujeres y hombres. A la
mitad se les mostró un vídeo de una persona
que aterrizaba un avión y a la otra ningún
vídeo. Las que vieron el vídeo eran más propensas que las que no lo habían visto a pensar
» Pauta 1. Lo esencial de indicar si se
han desagregado los datos por sexo
Fuente: www.newscientist.com.
Cuando aparezcan datos numéricos, estos
se desagregarán por sexo para visibilizar las
diferencias y desigualdades entre mujeres y
hombres. El sexo será la variable de análisis
cuantitativa y el género la variable cualitativa,
la que explicará el hecho de esa desigualdad.
En el caso de que no se encuentren diferencias o el estudio no haya hecho esta distinción,
también se señalará. Por lo tanto, quienes
crean las noticias referentes a tales investigaciones deben visibilizar esos datos desagregados por sexo, así como analizar la existencia de
Informando de ciencia con ciencia
Fuente: dailymail.co.uk.
Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
73
» Pauta 2. Documentación
complementaria
» https://cientificasinnovadoras.fecyt.es
» Pauta 3. En busca de las fuentes
Dentro de ese trabajo de documentación se
encuentra la búsqueda de fuentes. A la hora
de contar con mujeres, se debe incidir en
que sean protagonistas y expertas, ya que
esto contribuirá a visibilizar la realidad en
su totalidad.
Además de buscar información sobre la propia investigación científica que ocupa la noticia, se recomienda examinar documentación
complementaria para analizar si, previamente, a lo largo de la historia, alguna mujer ha realizado alguna aportación especial y
reseñar los roles, estereotipos y dificultades
con los que pudo encontrarse. Para este fin,
existen páginas web que ayudan en el proceso, como, por ejemplo:
» https://www.womenteck.org
» https://mujeresconciencia.com
También hay que tener en consideración
el sesgo ya existente en el mundo científico para tratar de compensarlo, donde
los hombres citan sus propios artículos un
56 % más que las mujeres en promedio, según un análisis (King et al., 2017) de 1,5
millones de estudios publicados entre 1779
y 2011. Además, a ellas las relegan con más
facilidad a la sección de agradecimientos,
aunque su contribución haya sido importante para la investigación y sean merecedoras de aparecer como autoras (Dung et
al., 2019). A esto se suma que los hombres
tienden a utilizar términos más elogiosos
al presentar los resultados de sus propias
investigaciones que sus colegas mujeres,
independientemente de la importancia o
novedad de tales hallazgos (Lerchenmueller et al., 2019).
En esta tarea pueden ayudar recursos como
agendas de expertas que se pueden encontrar en portales como los que aparecen en
la tabla 1.
Asimismo, debe existir paridad entre las
fuentes protagonizadas por mujeres y por
hombres. Por norma general, los hombres
suelen ser consultados como voces expertas y
las mujeres como voces ordinarias. Por ejemplo, si se está redactando una noticia sobre
celiaquía y se va a contar con seis personas
como fuente (tres hombres y tres mujeres),
existe paridad. Sin embargo, si esas mujeres están en su rol de madres con niños con
celiaquía y los hombres son médicos e investigadores, no existe calidad en esa paridad.
Tabla 1 . Portales con agendas de mujeres expertas
» https://elpais.com/especiales/2018/
mujeres-de-la-ciencia
» https://www.csic.es/es/el-csic/ciencia-en-
igualdad/mujeres-y-ciencia/cientificaspioneras
PÁGINA WEB
https://agendadexpertes.es
http://www.asociacionprensa.org/censo-deexpertas
https://cientificas.amit-es.org
FUNCIONAMIENTO
» Ofrece contacto de expertas en un amplio abanico de disciplinas académicas y campos profesionales.
» La Asociación de Prensa de Sevilla presenta en su
web un censo de expertas.
» La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas tiene una base de datos en la que se pueden
buscar voces expertas por área de conocimiento.
Fuente: Elaboración propia.
74
Informando de ciencia con ciencia
Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
75
Además del rol que cumple cada fuente, hay
que controlar el tiempo que se dedica a cada
una, qué se le pregunta y cómo se la presenta. Para ello, hay que evitar toda asimetría
en el tratamiento dado a los dos sexos (por
ejemplo, designar a los hombres con el apellido y a las mujeres con el nombre o usar el
tratamiento de «doctor» solo con ellos). Un
estudio (Atir y Ferguson, 2018) muestra que,
cuando se habla de científicos y expertos
masculinos, es más probable que se usen sus
apellidos y al hacer referencia a científicas y
expertas, su nombre de pila. El simple hecho
de que nos refiramos a las personas por sus
apellidos llevó a considerarlas un 14 % más
merecedoras de un premio profesional. Los
títulos profesionales también pueden influir
en la percepción de la experiencia y la autoridad de la persona a la que se hace referencia.
Una investigación de 321 presentaciones de
ponentes en el ámbito médico (Files et al.,
2017) descubrió que, cuando las mujeres hacían las presentaciones, casi siempre utilizaban el título de «doctor» (en el 95 % de los
médicos y en el 97,8 % de las médicas). Sin
embargo, los médicos varones presentaban a
otros médicos varones como «doctor» en el
72,4 % de los casos, pero solo en el 49,2 % de
las veces cuando presentaban a las mujeres.
Tabla 2 . Presentaciones de ponentes en el ámbito médico
PORCENTAJE DE MUJERES PRESENTADAS
CON EL TÍTULO DE «DOCTOR
97,8 %
Por mujeres
49,2 %
Por hombres
PORCENTAJE DE HOMBRES PRESENTADOS
CON EL TÍTULO DE «DOCTOR
95 %
Por mujeres
72,4 %
Por hombres
Fuente: Files et al., 2017.
76
También se aconseja cambiar la perspectiva
sobre cómo funciona el trabajo en la ciencia, ya que muchas veces se acude a quienes
lideran los estudios e investigaciones para
que sean la única fuente de la noticia. Al
existir un techo de cristal en la ciencia, al
final se termina recurriendo a más hombres
que mujeres. Además, se debe plasmar que
la ciencia es mayoritariamente un trabajo
colectivo. Por eso no es recomendable dar
visibilidad únicamente a la persona que encabeza los proyectos, sino que debe darse al
equipo en su conjunto, en el que las mujeres están y tienen mucho que decir.
Del mismo modo, hay que recoger las investigaciones lideradas por mujeres, ya que
suelen ser diferentes cuando quien está detrás es un hombre o una mujer. Esto tiene
que ver con que las realidades que viven son
distintas y piensan en temas que hasta ahora no estaban visibles en la ciencia.
Redacción
Tabla 3 . Alternativas al uso sexista del lenguaje
PAUTAS
» Uso de perífrasis y expresiones compuestas
» Los interesados en participar en el estudio cientí-
» Utilización de cargos e instituciones para repre-
» Los directores del laboratorio: La dirección del
» Omisión de pronombres y determinantes
» Los representantes de la organización científica:
» Recursos gráficos: barras, arrobas y guiones
» Solo para formularios y nunca para un texto
» Lenguaje directo
» Los que quieran participar en el experimento
» Formas no personales del verbo
» Es imprescindible que los científicos cuiden su
» Evitar el término hombre como sinónimo de per-
» El hombre comenzó a cultivar la tierra: La huma-
» Desdoblamiento
» Como recurso limitado y sin abusar. Por ejemplo:
» Sustituir: todos, nosotros, algunos, unos… por
» Cada uno tiene sus manías: Cada persona tiene
» Feminizar profesiones y cargos
» La médico: La médica
» Uso de sustantivos epicenos, colectivos y comu-
» Por ejemplo: humanidad, personas, comunidad
» Uso de quien, quienes o, en algunos casos, imper-
» Por ejemplo: «quienes investigan» en lugar de
sentar personas
sona o ser humano
» Pauta 1. Lo que no se nombra no existe
Para redactar la información hay que vigilar que el lenguaje no invisibilice a las
mujeres ni reproduzca estereotipos. En este
sentido, la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de
marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en el artículo 14, apartado
11, establece las bases de un lenguaje inclusivo: «La implantación de un lenguaje
no sexista en el ámbito administrativo y
su fomento en la totalidad de relaciones sociales, culturales y artísticas». Aunque solo
se refiere a las Administraciones públicas,
supone un ejemplo que seguir en la comunicación científica. Para ello, existen algunas alternativas:
Informando de ciencia con ciencia
EJEMPLOS
otras expresiones
nes en cuanto al género
sonales, gerundios
Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
fico: Las personas interesadas en participar en el
estudio científico
laboratorio
Representantes de la organización científica
tendrán recompensas: Si decides participar en el
experimento, tendrás recompensa
vista: Es imprescindible cuidar la vista
nidad comenzó a cultivar la tierra
científicas y científicos
sus manías
científica, equipos de investigación, personal investigador, ciudadanía, voces expertas…
«los investigadores»
77
» Algunas profesiones se perciben como excluyen-
» Por ejemplo: «el personal de enfermería» en lugar
» Utilización de construcciones impersonales
»
tes de uno de los dos sexos y, en estos casos, es
preferible utilizar términos que incluyan a ambos
sexos
» No referirse a las mujeres como colectivo
» Hablar de mujeres en plural y no singular para recoger la diversidad existente (no hay una única
manera de ser mujer)
de «las enfermeras»
Por ejemplo: «Es de sobra conocido que este estudio plantea cuestiones en las que hay que reflexionar» en lugar de «todos sabemos que este
estudio plantea cuestiones en las que hay que
reflexionar»
» Las mujeres no son un colectivo. Son más de la
mitad de la población. Están en todos los colectivos
Las elecciones del uso de los encuadres tienen un significado en el modo de representar. Pilar Aguilar (2004), investigadora y
crítica de cine, afirma que es una constante
en la representación de las mujeres que el
cuerpo aparezca troceado y cosificado a través de primeros planos invasivos.
Asimismo, los juegos de luces y colores que
se emplean en las imágenes también pueden caer en sesgos sexistas. Por ejemplo,
asignar los colores cálidos y alegres con las
imágenes de mujeres y los colores oscuros,
que connotan seriedad, con los hombres
(Universidad de Jaén, 2012).
Otro elemento clave son los espacios en los
que enmarcamos a las personas. A las mujeres se las suele ubicar en lugares cerrados
y domésticos (casas, espacios de cuidados).
Es importante que se muevan también en el
espacio público.
Ejemplo 1 . Diferencias entre una imagen igualitaria y una estereotipada
MAL
» Por ejemplo: «Las mujeres en la ciencia» y no «la
mujer en la ciencia»
Fuente: Elaboración propia.
» Pauta 2. Cuidado con las imágenes
Una vez redactada la información, si se decide complementarla con imágenes o infografías, estas deben mostrar la diversidad de
mujeres y hombres, intentando que no contribuyan a perpetuar la discriminación de
las mujeres. Para ello, se debe representar
de modo paritario y equilibrado a mujeres
y hombres, evitando con ello tomar como
modelo único y universal a la figura masculina.
Del mismo modo, cuando se escenifique a
un grupo mixto, hay que evitar situar a las
mujeres en segundo plano y con poca visibilidad, promover que ellas desempeñen un papel activo y evitar que aparezcan por separado
(las mujeres a un lado y los hombres a otro).
78
Además de detectar si las imágenes son estereotipadas o transmiten roles de género,
es fundamental atender a otros detalles que
pueden pasar más desapercibidos como el
tipo de plano, el encuadre, las luces, los colores y los espacios [véase el ejemplo 1].
BIEN
En el caso de los planos, si se realiza un plano contrapicado (desde abajo) la persona a
la que se está enfocando aparecerá como una
persona importante y poderosa. Sin embargo, si el plano es picado (desde arriba), se
reducirá su importancia. Es habitual que las
mujeres sean tomadas con ángulo picado, lo
que las disminuye, mientras que los varones
son tomados con planos contrapicados, lo
que les imprime importancia (Universidad
de Jaén, 2012). Una imagen igualitaria no
debe caer en este tipo de sesgo sexista.
Informando de ciencia con ciencia
Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
79
«Una vez redactada
la información, si se decide
complementarla con
imágenes o infografías,
estas deben mostrar
la diversidad de mujeres
y hombres, intentando
que no contribuyan a
perpetuar la discriminación
de las mujeres . Para ello,
se debe representar de
modo paritario y equilibrado
a mujeres y hombres» .
Revisión de lo escrito
A modo de resumen, se puede seguir la siguiente lista de comprobación:
» Pauta 1. La regla de la inversión
» ¿Se diferencia en los resultados de investigación el impacto que tiene en mujeres y hom-
Una vez se diseña la pieza informativa, es
muy recomendable revisarla en su conjunto
para evitar posibles sesgos de género que se
hayan podido pasar por alto. Para ayudar
en esta tarea existe la regla de la inversión
(Fundación ONCE, 2019), que consiste en
sustituir a los hombres por las mujeres. Por
ejemplo, si se aplica la regla a la frase «el
estudio fue realizado por una mujer científica», indica claramente que la expresión
es sexista, ya que nunca se diría: «el estudio
fue realizado por un hombre científico», la
correcta sería «el estudio fue realizado por
una científica».
» Pauta 2. Formación
» Pauta 3. Los recursos sonoros
En el caso de que se utilicen recursos sonoros, voz en off y música, también es importante estar pendiente de algunos detalles.
Por ejemplo, a la voz en off se la denomina la voz de la experiencia, y en la mayoría
de las ocasiones es masculina. Sin embargo,
las informaciones audiovisuales pueden ser
complementadas tanto por voces femeninas
como masculinas. Por su parte, la música
también puede transmitir estereotipos, ya
que involucra y envuelve en la narración:
cuando se quiere expresar algo triste, la melodía es pausada; si es alegre, suele ser más
animada. Por ello, hay que analizar si se asocian las melodías tranquilas y pausadas a las
mujeres, y la música épica y de acción con
80
Mensajes clave
los hombres porque, de ser así, se estarían
reproduciendo los roles y los estereotipos
(MacDonald et al., 2002).
Por último, para introducir la perspectiva de
género de modo transversal, se recomienda
la formación en sensibilización en igualdad
entre mujeres y hombres, porque, si no se
presta atención a las desigualdades, estas
pasan desapercibidas al tenerlas interiorizadas y se reproducen sistemáticamente.
Informando de ciencia con ciencia
»
»
»
»
»
»
»
»
bres? Muestra cómo afecta a unas y a otros y por qué razón se produce esto. Si no se han
desagregado los datos por sexo en la investigación, también hay que contarlo.
Apunta el listado de fuentes que deberías consultar para preparar tu pieza. Analízalo:
¿Hay paridad? ¿Qué roles desempeñan las mujeres que vas a consultar? ¿Son fuentes primarias o secundarias? ¿Se les da el mismo tiempo? ¿Y un tratamiento simétrico (usando
apellidos, indicando si cuentan con un doctorado, etc.)?
Investiga si alguna mujer ha hecho alguna aportación con anterioridad al tema indicado
y, de ser así, visibilízala.
¿Se muestra la composición, el liderazgo y los resultados de los equipos de investigación? ¿Se representa el trabajo colectivo que hay detrás de la ciencia sin caer en personalismos?
Ten a mano una guía de lenguaje no sexista para buscar equivalencias y alternativas.
Cuida las imágenes y los enfoques. ¿Cuántas mujeres y hombres hay en la imagen? ¿En
qué parte de la pantalla aparecen? ¿Cómo se enfoca? ¿Qué porcentaje de la pantalla ocupan? ¿Cómo aparecen y qué hacen? ¿Cómo visten? ¿Con qué colores?
En el caso de tener recursos sonoros: ¿Quién lleva la voz en off? ¿Existe música? ¿Qué
insinúa?
Revisa el conjunto de la información y evita incoherencias. Aplica la regla de la inversión
si tienes alguna duda.
¡Fórmate! En cuanto te pongas las gafas de género, verás el mundo más completo.
Todo esto permitirá valorar del mismo modo los descubrimientos protagonizados por mujeres y por hombres a la hora de considerarlos noticiables y emplear similares recursos técnicos y estéticos para su elaboración. Como diría la científica de la computación Alexandra
Elbakyan, la ciencia prospera cuando se gritan los descubrimientos al mundo, y, en ese
mundo, toda la sociedad tiene derecho a disfrutar de la comunicación científica y a protagonizarla (The Verge, 2018).
Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
81
Referencias
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Perspectiva de género en la comunicación de la ciencia
83
05
Periodismo científico
responsable
Gonzalo Casino
y Michele Catanzaro
Marco teórico
La transmisión de información científica
es responsable si se hace con competencia
y como servicio público, para favorecer el
debate democrático. Por el contrario, no
es responsable si está sesgada por la mercadotecnia, la propaganda, la ideología, el
activismo o los intereses personales o grupales. Estos sesgos difunden en la sociedad
información tergiversada, que enturbia el
debate y dificulta tomar decisiones basadas
en evidencias.
Resumen
Transmitir de manera responsable la información científica es esencial para el debate
democrático de una sociedad y la toma de
decisiones basada en evidencias. El periodismo debe ser el principal impulsor y garante
de la información científica responsable. La
información sesgada por la propaganda y la
ideología es su peor enemigo y tiene efectos
nefastos en la sociedad en su conjunto.
En el marco teórico de este capítulo, presentamos unos criterios que identifican la
manera de operar del periodismo científico
responsable. En el apartado aplicado, pro-
86
ponemos una manera de llevar a la práctica
estos criterios: un conjunto de preguntas y
cautelas que pueden servir de lista de comprobación a la hora de abordar de forma
responsable la información periodística.
Finalmente, presentamos tres casos de información sesgada, que se podrían haber
evitado de haber aplicado los criterios anteriores. Las herramientas que proponemos,
desarrolladas en un marco periodístico, se
pueden extender a la comunicación científica en general, cuando se pretenda llevarla
a cabo bajo criterios de responsabilidad.
Informando de ciencia con ciencia
El periodismo debe ser impulsor y garante
de la información científica responsable.
Cuando incumple esta función, incurre en
una falta que perjudica a la ciudadanía. La
principal consecuencia del periodismo irresponsable es la exageración en cualquiera de
sus múltiples formas (incompletitud, datos
parciales, distorsiones, mensajes espectaculares, etc.). La información exagerada puede
aportar algún beneficio a quien la difunde,
ya sean periodistas o científicos (Fanelli,
2013), pero solo aporta perjuicios al público: alarmas innecesarias, esperanzas desmedidas, descreimiento en la ciencia, etc.
La responsabilidad implica competencia
profesional y una cierta actitud. Para ejercer un periodismo científico responsable,
hay que tener en primer lugar un conocimiento claro de lo que es la ciencia: sus
métodos, los tipos de estudios e investigaciones, cómo funcionan las publicaciones,
la presentación numérica de los resultados,
las limitaciones, los intereses profesionales y
otros factores que favorecen la mala ciencia;
Periodismo científico responsable
pero también una mirada desprejuiciada y
un compromiso con los hechos y la certeza
científica.
Desgraciadamente, no todos los profesionales han adquirido las competencias que
exige el periodismo científico responsable y
una parte significativa de la prensa es víctima de la propaganda. Una forma sutil
de condicionar la agenda periodística, por
ejemplo, es la creación de premios periodísticos sobre temas específicos. Asimismo, las
notas de prensa, aunque ciertamente facilitan la difusión de la actualidad científica,
condicionan la selección de temas publicados en los medios. Desde hace décadas
se sabe que la gran mayoría de las noticias
sobre nuevas investigaciones se asocian con
notas de prensa (De Semir et al., 1998;
Casino, 2015). También se ha constatado
que buena parte de estas notas de prensa
contiene información sesgada o exagerada,
incluso si vienen de revistas científicas (Woloshin y Schwartz, 2002) y centros universitarios (Woloshin et al., 2009).
¿Qué empuja a la ciencia a la exageración
y a la propaganda? Hay múltiples factores,
desde la ambición personal hasta la lucha
por los recursos, pasando por la ideología.
Aunque tradicionalmente se ha atribuido a
los periodistas la responsabilidad exclusiva
de las exageraciones en la prensa, ahora se
empieza a conocer que una parte significativa de las exageraciones y distorsiones de las
noticias viene inducida por los productores
de ciencia (Sumner et al., 2014).
87
¿Por qué el periodismo es vulnerable a la
propaganda? Hay diversos factores que inciden en ello. Las múltiples crisis globales
que han afectado al sector en los últimos
años; la crisis en el modelo de negocio inducida por la aparición de internet; la crisis
de vocación de servicio público, coincidente con la progresiva financierización de los
medios y su conversión en corporaciones; y,
en el caso del periodismo científico en particular, la histórica confusión de su papel
con el de la divulgación (Brumfiel, 2009).
Esta situación dibuja un escenario de información científica irresponsable, dominado
por la mercadotecnia, la propaganda y la
ideología. Pero también hay otro escenario
posible: el de un periodismo responsable,
comprometido con el debate informado y
democrático (Nieto-Galán, 2011).
¿Qué criterios definen el periodismo responsable? A continuación, presentamos una
lista que identifica algunos de los principales
(Catanzaro, 2016):
»
»
»
»
»
» Se centra en temas relevantes para su
público, no solo para sus fuentes. Explora las conexiones de la ciencia con cuestiones de interés social, político, ético,
económico, medioambiental, etc.
» Lleva a cabo un trabajo investigativo:
revela hechos inéditos, nuevas evidencias,
historias y datos desconocidos, ausentes del dominio público o circunscritos
a círculos pequeños; desentraña asuntos
enrevesados y complejos.
» Tiene agenda propia; no reproduce de
forma automática la agenda de instituciones y revistas científicas; aborda temas, noticias e historias de cosecha propia, derivadas de sus propias preguntas,
88
»
»
»
descubrimientos, investigaciones y análisis de hechos y datos.
Cuando aborda asuntos ya presentes en
la esfera pública, lo hace con un enfoque
crítico, propio y original, aportando información nueva, combinando múltiples
informaciones (por ejemplo, cotejando
diversas publicaciones científicas) o explicando el tema a través de una historia
original.
Contrasta la información con múltiples
fuentes competentes, independientes
entre ellas y con diversidad de perspectivas. Evita las fuentes con sesgos o conflictos de interés, o los explicita, si son inevitables. No recurre a un enfrentamiento
automático y artificial de opiniones, especialmente si son de distinta calidad.
Contrasta la información con datos,
informes, documentos y evidencias pertinentes, fiables y contrastadas.
Prioriza: no presenta una acumulación
de hechos, sino que identifica los asuntos
importantes y los aclara.
Explica los antecedentes y explora las
posibles consecuencias de cada tema o
noticia. Sigue la evolución de los temas y
de las noticias.
Explicita los límites: diferencia claramente
los hechos contrastados de los que quedan
pendientes de investigación, que permanecen como interrogantes o que deben ser
abordados en el futuro.
Aborda también el contexto material de la
investigación científica y no ignora los mecanismos sociales de su funcionamiento.
Ofrece una visión clara y desmitificada
de lo que es el conocimiento científico,
siempre provisional y aproximado, con
un cierto grado de incertidumbre.
Informando de ciencia con ciencia
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
de causa-efecto. Así, si hay correlación
entre dos variables A y B, puede que A
cause B, que B cause A, que otro factor
C esté en juego.
Características del estudio
¿Cómo llevar a la práctica estos criterios? Eso
requiere una actitud desprejuiciada y de servicio público, junto con una gran variedad
de conocimientos y capacidades. En lo que
sigue, nos vamos a centrar solo en un aspecto, que sin embargo es esencial: las preguntas. Presentamos un conjunto no exhaustivo
de preguntas, acompañadas de una serie de
comentarios y cautelas, que pueden servir
de lista de comprobación para evaluar la relevancia y el interés de la investigación científica. Estas preguntas también pueden servir
para planteárselas a las fuentes y para responderlas en las piezas periodísticas (Schwitzer,
2004; Casino, 2013; Casino y Fernández,
2015; Proyecto ENJOI).
Estado de la investigación
» ¿En qué estadio se halla la investigación?
La consistencia de la investigación y sus
resultados es diferente en cada estadio:
proyecto, protocolo, prepublicación, comunicación en congreso, publicación en
una revista revisada por pares, etc.
» ¿Se trata de resultados preliminares?
Los resultados de investigaciones con
animales no son extrapolables a la salud
humana. Los resultados presentados en
congresos son preliminares.
» Si la investigación está publicada, ¿en
qué revista se ha publicado?
Las revistas científicas tienen una calidad
variable. En general los mejores artículos
90
se publican en las revistas de mayor calidad (las incluidas en el primer cuartil de
las bases de datos de referencias bibliográficas y citas de la Web of Science y
Scopus).
» Si se trata de un ensayo clínico, ¿en qué
fase se encuentra?
Cada fase sucesiva incluye más participantes y aporta más información. La fase
III es la primera en la que se comparan
dos tratamientos.
Tipo de estudio
» ¿Es un estudio exploratorio, descripti-
vo, correlacional o explicativo?
No basta con decir «según un estudio»:
los estudios científicos son muy diferentes en sus diseños y objetivos. Los estudios exploratorios buscan unos primeros
datos; los correlacionales relacionan dos
o más variables, y los explicativos buscan
explicaciones y causas.
» ¿Es un estudio primario o secundario?
Los estudios primarios responden una
pregunta específica de investigación; los
secundarios (revisiones sistemáticas, etc.)
sintetizan los estudios que han respondido la misma pregunta.
» ¿Es un estudio observacional o experimental?
Los estudios observacionales establecen
asociaciones y exploran causas; los estudios experimentales confirman relaciones
Informando de ciencia con ciencia
» ¿El estudio incluye un grupo de control?
Si no se compara un tratamiento con otra
cosa, ya sea no hacer nada, un tratamiento ficticio (placebo) u otro tratamiento,
es imposible saber qué pasaría sin el tratamiento y es imposible también atribuir el
efecto observado al tratamiento. El grupo
control debe estar formado idealmente
por personas iguales en todo (cuando sus
componentes se seleccionan al azar) excepto en que no reciben el tratamiento.
» ¿La muestra empleada está obtenida al
azar o está sesgada? ¿A qué población
representa?
Si la muestra no se ha obtenido al azar,
los resultados son mucho menos fiables.
También es importante conocer las características de la población estudiada,
para saber hasta qué punto sus resultados
son extrapolables.
» ¿Cuánto tiempo duró el estudio?
La duración del estudio debe ser suficiente para observar los efectos que solo
aparecen a medio y largo plazo.
Qué se ha estudiado
» ¿Cuál es exactamente la pregunta de
investigación?
En los estudios de salud, las preguntas
de investigación o PICO especifican la
población, las intervenciones, las comparaciones y los outcomes o desenlaces (beneficios y daños de la intervención) que
se han estudiado.
Periodismo científico responsable
» ¿Qué se ha medido exactamente? ¿Con
qué se podría confundir?
Es necesario aclarar también con qué se
podría confundir y de qué forma se podría malinterpretar el resultado.
» ¿Qué importancia tienen los outcomes
o desenlaces medidos?
En los estudios de salud, no tiene la misma importancia medir el tamaño de un
tumor canceroso que la mortalidad de
ese tumor, o el nivel de colesterol que el
número de infartos (en estos ejemplos
el tamaño y el nivel de colesterol son desenlaces indirectos y menos importantes).
Resultados y confianza
» ¿Cuál es la magnitud del efecto? ¿Cuál
es el beneficio o daño relativo, y cuál el
absoluto?
En estudios sobre intervenciones de salud, es importante prestar atención no
solo a los riesgos relativos, sino también
a los absolutos, que informan sobre la
magnitud del efecto de un tratamiento.
Por ejemplo, un aumento de riesgo relativo del 50 %, muy llamativo, puede
corresponder a un aumento del riesgo
absoluto del 2 %, mucho más modesto.
» ¿Son los resultados estadísticamente
significativos? ¿Qué intervalo de confianza tienen?
Es importante entender qué quiere decir
«significativo» (significación estadística)
y no usar esta palabra de forma confusa. En general, el intervalo de confianza
aporta más información: no solo si los resultados son compatibles con el azar, sino
también la precisión de los resultados.
» ¿Qué confianza o grado de certeza
ofrecen los resultados?
Los resultados de estudios observacionales ofrecen en principio menos confianza
91
que los de estudios experimentales. Los
resultados de muestras pequeñas son menos fiables y no suelen informar de efectos muy poco frecuentes.
» Si hay comparativos (el primero, el mayor, etc.), ¿son del todo ciertos?
Por ejemplo: el primero, el mayor, el más
rápido, el más antiguo, etc.
Interpretación de los resultados
» ¿Cuáles son las limitaciones y cautelas
que hay que considerar? ¿Existen conflictos de interés?
Hay que tener en cuenta quién financia
la investigación y otros posibles conflictos de interés y sesgos. También se debe
identificar qué queda por comprobar o
investigar y qué preguntas permanecen
abiertas.
» ¿Cuál es la evidencia (pruebas o resultados) y cuál la interpretación? ¿Hay
interpretaciones alternativas? ¿Qué queda por entender?
» ¿Cuándo se deben usar expresiones
que indican certidumbre (X hace Y) y
cuándo cierta incertidumbre (X puede
o podría hacer Y)?
En principio, solo los estudios experimentales ofrecen un grado de certeza alto
y es posible concluir que X hace Y.
» Si hay una aplicación, ¿qué efectividad
tiene?
Hay que identificar los beneficios y los
daños. Cuidado con el verbo curar.
» ¿La aplicación se puede considerar segura (o peligrosa) desde un punto de
vista del sentido común?
Por ejemplo, para aplicaciones que se
muestran seguras durante décadas, aunque estadísticamente nunca se podrán
considerar al 100 % seguras.
» ¿Cómo se comparan los beneficios y
daños con los de las alternativas existentes?
» ¿Es realista que la aplicación llegue al
mercado y cuándo?
Implicaciones
» ¿Hay recomendaciones para el público
general que se puedan deducir (o deducir incorrectamente) de los resultados?
» ¿Hasta qué punto afecta la investigación a nuestro público? ¿La población
estudiada es similar a la nuestra?
» ¿Cuáles son las claves importantes para
que el público pueda sacar sus propias
conclusiones?
» Caso 1
«El hospital Cayo Sempronio halla una
molécula capaz de detener las metástasis
del cáncer de mama». El hospital Cayo
Sempronio ha demostrado que una molécula puede detener las metástasis del cáncer
de mama, pero solo en células y en ratones.
La nota de prensa del hospital no destaca
esta limitación en el titular. La palabra «ratones» aparece solo hacia el final del texto.
Buena parte de la prensa reproduce acríticamente la nota. Pocos medios destacan que
todo ello se ha demostrado solo en ratones:
solo una pequeña fracción de los fármacos
eficaces en animales demuestra eficacia en
humanos. Centenares de pacientes llaman
al hospital Cayo Sempronio, con la esperanza de que esa molécula pueda curarlos.
Ese daño se podría haber evitado si la prensa hubiera constatado en qué estado se encuentra la investigación.
» Caso 2
«La barriga cervecera es mala para tu cerebro». Un estudio observacional (Debette
et al., 2010) mostraba que la grasa abdominal se asociaba con el tamaño del cerebro de
adultos sanos. El estudio simplemente ponía de relieve esta asociación, pero tuvo un
gran impacto mediático y algunos mensajes
que se publicaron en la prensa traspasaron
peligrosamente esta línea. «La grasa de la
barriga encoje el cerebro con el tiempo»,
tituló un periódico, usando un verbo (enco-
Consenso
» ¿Los métodos usados son aceptados
o cuestionados por otros científicos?
¿Qué dicen de ellos las fuentes independientes?
» ¿La investigación encaja con la evidencia
establecida o la contradice?
» ¿Cuál es la reputación de las personas e
instituciones responsables de la investigación y de su institución?
92
Casos prácticos
Aplicaciones
Informando de ciencia con ciencia
Periodismo científico responsable
ger) que indica un efecto perjudicial. Otro
fue todavía más explícito: «La barriga cervecera es mala para tu cerebro». El artículo
científico solo analizaba datos de un famoso
estudio epidemiológico (la cohorte de Framingham), pero algunas interpretaciones
periodísticas no tuvieron presente que un
estudio observacional no permite establecer
relaciones de causa-efecto. Otro medio erró
el tiro también al titular «La barriga cervecera, asociada con la enfermedad de Alzheimer». No se equivocó del todo, porque esta
asociación ya había sido comprobada hacía
años, pero el mensaje del estudio del que
informaba no era ese. Los resultados de los
estudios observacionales pueden ser muy
mediáticos, pero no permiten establecer
asociaciones de causa-efecto ni, en consecuencia, difundirlos utilizando verbos que
impliquen algún tipo de efecto beneficioso
o perjudicial.
» Caso 3
«Una invasión acabó con los hombres
de la península ibérica hace cuatro milenios». Un investigador de ADN antiguo
presenta resultados sin publicar en una
charla. Habla de un pueblo que llegó a la
península ibérica hace unos milenios. Hasta hace 4.500 años, los genes de este pueblo son escasos en la península. Pero hace
4.000 años, el 100 % de los hombres ibéricos tienen esos genes. El investigador dice
que los hombres de ese pueblo tuvieron acceso preferente a las mujeres y que debió
93
haber un conflicto que desplazó a los hombres locales. Algunos medios reproducen
esa narrativa, lo que enfurece a numerosos
arqueólogos y genetistas. Cuando se publica el informe se ve que el estudio se basa
en el ADN de 271 individuos enterrados
a lo largo de ocho milenios en la península
ibérica. En la época señalada no hay evidencia arqueológica alguna de guerras. Hay
interpretaciones alternativas, como una estratificación social muy fuerte que influyera
en el éxito reproductivo. El caso manifiesta
la importancia de tratar con cuidado los
resultados preliminares, diferenciar las evidencias de las interpretaciones y consultar
a fuentes competentes con diversos puntos
de vista.
«La información exagerada
puede aportar algún
beneficio a quien la difunde,
ya sean periodistas o
científicos, pero solo aporta
perjuicios al público: alarmas
innecesarias, esperanzas
desmedidas, descreimiento
en la ciencia, etc .» .
Mensajes clave
» La información científica responsable es esencial para la toma de decisiones basada en
evidencias.
» El periodismo debe ser impulsor y garante de la información científica responsable.
» El periodismo científico responsable reúne un conjunto de criterios que lo convierten en
una actividad profesional esencial para el debate democrático.
» Para abordar una información de forma responsable, quienes ejercen el periodismo deben plantear unas preguntas que permitan evaluar la relevancia y la calidad de la evidencia científica.
Aplicar
esos criterios y esas preguntas ayuda a evitar muchos de los sesgos que distorsio»
nan la información científica.
» La mayoría de estas herramientas se pueden aplicar también a la comunicación científica
en general.
94
Informando de ciencia con ciencia
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Periodismo científico responsable
97
06
Comunicación
institucional de
la ciencia
F . Javier Alonso Flores
y Elena Lázaro Real
Marco teórico
Introducción a la comunicación
institucional de la ciencia
Profesionalización de la comunicación
científica institucional
La comunicación científica institucional es
aquella que realizan las instituciones científicas, públicas y privadas, a través de sus
servicios especializados de comunicación y
con relación al conocimiento generado por
sus equipos de investigación. Se trata, pues,
de una información elaborada a partir de
fuentes propias y difundida con diferentes
objetivos y motivaciones que van desde el
legítimo interés por dar a conocer su trabajo científico hasta la obligación legal de difusión científica que tienen los organismos
públicos de investigación.
Resumen
Lo que no se cuenta no existe, dice la máxima periodística. En el caso de la comunicación institucional de la ciencia resulta fundamental contar con personas profesionales
que conozcan las principales herramientas y
canales donde difundir los contenidos, pero
que también sepan dónde encontrar las noticias, los riesgos y beneficios que presentan
las campañas de comunicación para el personal investigador y que, además, tengan en
cuenta las particularidades de las entidades.
100
En este contexto, disponer de un plan estratégico de comunicación ayuda a desarrollar este trabajo, que comprende áreas tan
diversas como la selección y producción de
contenidos, su difusión a nivel nacional e
internacional, la provisión de fuentes expertas para los medios de comunicación o la
formación de portavoces, por ejemplo. En
este capítulo planteamos una revisión sintética y somera de lo que la ciencia indica
sobre algunos de estos aspectos.
Informando de ciencia con ciencia
En este sentido, el marco legislativo internacional y estatal es tajante. El derecho
a la ciencia, consignado en el artículo 67
de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, y el derecho a la cultura, recogido tanto por la Carta Europea de Derechos y Libertades como por la propia
Constitución española, obligan al Estado
y, por tanto, a todas las instituciones que
lo conforman (incluidas las universidades
y centros públicos de investigación) a trabajar por hacer partícipe a la ciudadanía
del conocimiento científico. Ese marco ha
sido además desarrollado en la Ley de la
Comunicación institucional de la ciencia
Ciencia y, concretamente, en su artículo
38, en el que queda aún mejor planteada
la profesionalización de la comunicación
social de la ciencia realizada desde las instituciones.
Esa profesionalización ha llevado a las empresas privadas y a las instituciones públicas a crear servicios especializados que
desempeñan la tarea de comunicar ciencia
de acuerdo a un modelo en el que hibridan técnicas y herramientas propias de la
comunicación corporativa y del periodismo
científico. De hecho, la comunicación de
la ciencia no tuvo su origen en las universidades ni en los laboratorios, sino en las
organizaciones corporativas como General
Electric y AT&T, que buscaban controlar y
sacar provecho de las investigaciones desarrolladas (Lewenstein, 1986). De esta forma, la comunicación pública de la ciencia
y la tecnología no siempre se realizó con el
objetivo de hacer que la información fuera
gratuita y de acceso abierto, sino que tuvo
un interés más bien empresarial.
En el caso de los organismos públicos de investigación, universidades y otras instituciones relacionadas con la ciencia, los servicios
especializados en comunicación científica
han contado además con un modelo propio conocido como Unidades de Cultura
101
«La comunicación
pública de la ciencia
y la tecnología no
siempre se realizó con
el objetivo de hacer que
la información fuera
gratuita y de acceso
abierto, sino que tuvo
un interés más bien
empresarial» .
Científica y de la Innovación (UCC+i), impulsadas por la Fundación Española para la
Ciencia y la Tecnología (FECYT) a partir de
2007 en el contexto del Año de la Ciencia
para crear entidades capaces de fomentar el
interés por la ciencia y la cultura científica
de la sociedad a través de diversas actividades de transmisión del conocimiento (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, 2021) como la comunicación, la
divulgación, la formación y la investigación.
En todo caso, en esta guía nos centramos
exclusivamente en su labor informativa.
Dichas estructuras surgieron para responder a la necesidad de difundir lo que ocurría en materia científica y tecnológica dentro de las instituciones, teniendo en cuenta
que entre su público interno se encuentra
el personal investigador, que es al mismo
tiempo generador y fuente para divulgar
la información científica (Roca Marín,
2017).
102
Beneficios y riesgos de la comunicación
científica institucional
Según un estudio realizado en universidades españolas (Alonso-Flores et al., 2018),
la gran mayoría del personal investigador
(casi un 85 %) que ha participado en la
elaboración de noticias científicas de sus
instituciones a través de los gabinetes de
comunicación o de sus UCC+i no ha percibido ningún perjuicio después de dar a
conocer a los medios de comunicación sus
temas de investigación, mientras que dos de
cada tres investigadores (65,4 %) percibieron algún tipo de beneficio. En concreto,
casi la mitad (46,5 %) adujo que gracias a
ello la investigación había sido más conocida por sus colegas en España, mientras
que a uno de cada cuatro (27,2 %) les solicitaron que impartieran conferencias sobre
el tema y uno de cada cinco (20,9 %) fue
contactado por empresas interesadas en la
línea de investigación, lo que puede mejorar las sinergias con el entorno industrial y
empresarial. El principal efecto contrario a
sus intereses, presente en uno de cada diez
encuestados (8,1 %), fue que se tergiversó o
interpretó de forma errónea lo publicado en
los medios de comunicación. Sin embargo,
la valoración general sobre los periodistas
fue positiva, dado que el 68,6 % del personal investigador pensaba que los periodistas
habían informado bien o muy bien y proporcionaron una valoración notable de su
trabajo (un 7,7 sobre 10).
Otro de los principales perjuicios indicados
habitualmente por el personal investigador
que participa en piezas publicadas en los
medios de comunicación es una posible penalización profesional entre sus pares. Uno
de los casos paradigmáticos de este fenóme-
Informando de ciencia con ciencia
no fue Carl Sagan, que sufrió el menosprecio de sus colegas astrofísicos según crecía
su popularidad como divulgador científico.
De hecho, se rumoreaba que se negó su pertenencia a la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos porque puso demasiado énfasis en su carrera pública (Shugart
y Racaniello, 2015). En esta línea, además,
otros autores consideran que la divulgación
sería algo accesorio o incluso contraproducente, como en el denominado índice Kardashian, una propuesta de medida satírica
que trata de evidenciar que los científicos
que son valorados como líderes en sus campos por su popularidad en redes sociales no
son precisamente los que más citas académicas tienen (Hall, 2014).
Sin embargo, otros trabajos apuntan en
dirección contraria, como un estudio de la
Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos) que aporta la primera evidencia empírica de que las actividades de
diseminación, como las interacciones con
los reporteros y ser mencionado en Twitter,
pueden ayudar a la carrera del investigador
mediante la promoción de su impacto científico (Liang et al., 2014). En este sentido,
otros autores (Lamb et al., 2018) han señalado que los investigadores pueden incrementar la exposición de su investigación
mediante la utilización de las redes sociales
y, a su vez, mejorar el desempeño académico según las métricas tradicionales de la actividad investigadora.
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
De la elaboración a
la difusión de contenidos
La elaboración de contenidos de información científica realizada desde las instituciones exige el manejo y dominio de una
serie de fuentes, herramientas, formatos y
lenguajes. Repasamos a continuación las
imprescindibles.
Fuentes internas para la información
científica institucional
» Bases de datos de publicaciones cien-
tíficas (Scopus, WoS, PubMed, Google
Scholar, etc.): en ellas se pueden localizar
los trabajos de mayor impacto realizados
por los equipos científicos de la institución. Su manejo puede ayudar a la identificación de trabajos interesantes, toda vez
que no siempre los equipos de investigación están atentos a informar de sus resultados. En este sentido, conviene tomar en
cuenta criterios de impacto académico,
pero también criterios noticiosos. De hecho, un estudio reciente indica que el alto
nivel de citas de un trabajo en bases de
datos académicas no se corresponde con
los criterios que siguen los medios de comunicación para seleccionar contenidos
(Alonso-Flores et al., 2020).
» Proyectos de investigación: la participación en proyectos regionales, estatales e
104
internacionales ofrece material interesante para la generación de contenidos informativos en todas las fases del proyecto
(planteamiento, metodologías, desarrollo y resultados obtenidos). La Guía del
Programa Horizonte Europa (European
Commission, 2022) resalta los rasgos de
una buena comunicación de proyectos,
como la existencia de una planificación
estratégica, la identificación de objetivos
claros, de mensajes relevantes, así como
la elección de diferentes públicos objetivos y la adecuación de canales a estos, por
ejemplo. Otros estudios han identificado
las principales dificultades en la comunicación de los proyectos de investigación
europeos: por un lado, un problema de
alcance, que hace que no se logre comunicar a todos los destinatarios previstos
porque se realizan más esfuerzos en obtener impacto dentro de la comunidad
científica y, por otro lado, una falta de
profesionalización, al ser una tarea desarrollada por parte del personal del equipo
de investigación en lugar de por comunicadores (Gertrudix et al., 2020).
» Patentes: las innovaciones patentadas
nacional e internacionalmente por los
servicios de transferencia pueden ser
una fuente de noticias científicas. Además, hay otros temas relacionados con el
Informando de ciencia con ciencia
ámbito de la innovación que pueden resultar interesantes para la publicación de
noticias, como la creación de empresas
de base tecnológica y empresas derivadas y empresas emergentes relacionadas
con investigaciones científicas, así como
acuerdos con empresas para la realización de estudios, como puede ocurrir
con los contratos artículo 83 (en referencia al artículo de la Ley Orgánica de
Universidades, que regula la relación de
estas con el sector empresarial). En todos
estos casos resulta imprescindible contar
con el asesoramiento del personal técnico especializado para saber qué datos
pueden ser o no publicados por cuestiones de confidencialidad y de propiedad
intelectual.
Herramientas para la información
científica institucional
» Notas de prensa informativas: conviene
redactar estos contenidos huyendo del
lenguaje propio del marketing o de la
comunicación de marca. Es importante
adoptar el estilo del periodismo científico, buscar titulares atractivos, pero huir
del sensacionalismo, de estrategias de
clickbait (ciberanzuelo) y de exageraciones (Sumner et al., 2014). En general, la
comunidad científica es crítica con la cobertura mediática, pero valora positivamente su trato con los periodistas y cree
que estas interacciones son importantes
tanto para la alfabetización científica como
para su promoción personal (Besley y Nisbet, 2013).
» Guías de personas expertas. Las institu-
ciones científicas son a menudo requeridas
para la provisión de fuentes por periodistas
de los medios de comunicación. El personal investigador puede actuar como voz
experta en aquellos asuntos de actualidad
que exigen una explicación adecuada del
contexto. Poner a disposición de los profesionales de los medios de comunicación
una guía de personas expertas en diferentes
áreas de conocimiento junto con sus datos de contacto es «una herramienta que
adquiere una gran importancia para los
periodistas en una época caracterizada por
la inmediatez a la hora de contactar con
fuentes fiables» (De Vicente Domínguez y
Sierra Sánchez, 2020). Además, hay algunas plataformas que pueden ayudar a amplificar la voz de determinados expertos,
como es el caso del Science Media Centre
España (https://sciencemediacentre.es) en
el ámbito público o The Conversation España (https://theconversation.com/es) en
el ámbito privado, por citar dos ejemplos.
» Contenidos audiovisuales. La elaboración de vídeos informativos, fotografías
en alta resolución en álbumes multimedia
y notas de audio o pódcast son recursos
utilizados por algunos servicios de comunicación científica para reforzar su presencia en los medios de comunicación de masas, redes sociales y en sus canales propios
de difusión. Incluir una comunicación
científica en vídeo resulta más eficaz que
enviar tan solo un comunicado de prensa
a la hora de promover una mejor comprensión del mensaje y generar un mayor
interés en el contenido, según ciertos estudios experimentales (Putorti et al., 2020).*
* Te recomendamos escuchar el episodio «Cómo informar
de ciencia en redes sociales», del pódcast La ciencia de
informar.
spoti.fi/3J3knsO
Comunicación institucional de la ciencia
105
Canales:
» Envíos masivos (mailings): contar con
una adecuada agenda de medios de comunicación y periodistas especializados
resulta imprescindible para garantizar el
éxito de la difusión de contenidos informativos. No es necesario enviar todas las
notas de prensa generadas a todas las direcciones, porque segmentar a la prensa
en función de su especialización e intereses es una buena estrategia para evitar
acabar en la bandeja de «correo basura».
» Webs corporativas y redes sociales: internet y el desarrollo de los social media
permiten a las instituciones comunicar
su ciencia elaborada como contenido escrito o audiovisual sin la mediación de
los medios de comunicación de masas.
De hecho, en ciertas ocasiones la propia
entidad se puede convertir en una suerte
de medio de comunicación, como ocurre, por ejemplo, con la NASA en Estados Unidos (Elías, 2009).
» Agencias de noticias científicas: los
contenidos generados por los servicios
de comunicación científica institucional pueden ser distribuidos utilizando
los servicios de agencias de información
científica como la Agencia SINC y DiCYT, portales de difusión de contenidos científicos regionales (Asociación
RUVID, Fundación Descubre, Fundación Séneca, Notiweb de madri+d, etc.)
y agregadores internacionales privados
como AlphaGalileo y EurekAlert!.
Casos prácticos
» Caso 1
Formación para la comunicación. La Universidad de Granada organiza cursos específicos para enseñar a su personal investigador a enfrentarse a entrevistas en prensa
escrita, radio y televisión. Consisten en talleres prácticos en los que, mediante escenificaciones, se coloca a la comunidad investigadora ante situaciones reales y cotidianas
en los medios de comunicación. De esta
manera, los entrenan para saber responder
con mensajes claros, concretos y concisos
tal y como requiere el ejercicio del periodismo, además de aprender algunas claves
sobre el funcionamiento de los medios de
comunicación. La formación en este tipo
de habilidades y competencias es una de las
recomendaciones para incrementar la calidad en la comunicación científica, según
algunos autores (Mannino et al., 2021).*
» Caso 2
Guía de expertas. (Para mayor información
sobre la perspectiva de género en la comunicación científica, consultar el capítulo 4).
La Asociación de Mujeres Investigadoras
y Tecnólogas (AMIT) ha creado una guía
de mujeres expertas que incluye los datos de
contacto de expertas en diferentes áreas
de conocimiento. La guía está abierta a investigadoras y tecnólogas de instituciones
públicas y privadas y actualmente cuenta
con más de 3.600 expertas que se pueden
buscar por campos, palabras clave y por
áreas de investigación en la siguiente página
web: https://cientificas.amit-es.org/. (Para
mayor información sobre periodismo científico responsable, consultar el capítulo 5).
» Caso 3
¿Cómo alcanzar medios de comunicación
internacionales? Cada vez un mayor número de instituciones emplean canales de difusión adecuados para llegar más allá de nuestras
fronteras, como Alphagalileo Ltd. (www.alphagalileo.org), una compañía que ofrece un
servicio de noticias científicas que trata de
promover la investigación en los medios
de comunicación del mundo, y EurekAlert!
(www.eurekalert.org), una plataforma de la
Asociación Estadounidense para el Avance
de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) para la distribución de comunicados de
noticias para periodistas y para el público.
La Universidad Carlos III de Madrid es una
* Te recomendamos escuchar el episodio «Claves para
entrevistar a un(a) científico(a)», del pódcast La ciencia
de informar.
lnkd.in/dqZhXQWf
Comunicación institucional de la ciencia
107
de las entidades españolas que utiliza ambas
plataformas y destaca por publicar sus noticias en cuatro idiomas: castellano, inglés,
francés y chino (que tienen un total de unos
3.278 millones de hablantes). Gracias a ello,
consigue que sus noticias científicas tengan
impacto en un amplio abanico de países de
los cinco continentes.
» Caso 4
¿Cómo identificar contenidos de calidad dentro de tu institución? Uno de los
grandes riesgos de la comunicación científica
institucional es caer en la autocomplacencia
y el autobombo, generando informaciones
que no cumplan con los requisitos mínimos
exigibles a cualquier contenido que aspire
a convertirse en noticia: ser actual, ser relevante y tener interés social. Para evitar este
riesgo e introducir algún tipo de objetividad
en el proceso de identificación de contenidos
científicos de interés, la Universidad de Córdoba creó en 2015 un sistema propio basado
en la combinación de criterios científicos y
periodísticos. El proceso implica a la Unidad de Bibliometría de la institución, que
mensualmente localiza todos los artículos
publicados por el personal investigador de
la universidad. Los cinco trabajos de mayor
impacto en cada una de las macroáreas de
conocimiento son evaluados por una comisión de personas expertas que puntúa asimismo los trabajos en función de su relevancia y
novedad científica. Con esa evaluación y una
vez valorada la actualidad de los temas abordados, el equipo de redacción de la Unidad
de Cultura Científica selecciona los cuatro
mejores artículos, que son utilizados como
fuente para la elaboración de una nota de
prensa y una pieza informativa audiovisual.
Mensajes clave
» La planificación estratégica de la comunicación institucional resulta vital y la herra-
mienta que permite organizarla es el plan estratégico de comunicación. Parece algo
básico, pero un porcentaje alto de algunas instituciones científicas carece de él (Simancas-González y García-López, 2017).
» La información científica atañe a todas las áreas de conocimiento, por lo que a la hora de
seleccionar contenidos conviene hacer un esfuerzo por localizar y preparar noticias
de investigaciones de áreas de conocimiento diversas, desde las ciencias «puras» a las
ciencias sociales y jurídicas, pasando por las ingenierías, la medicina o las artes y humanidades. Y todo ello sin olvidar la «i» de la innovación.
» A la hora de buscar contenidos para posibles noticias de I+D+i se recomienda utilizar
toda la variedad de fuentes internas señaladas y no restringirse a una única base de
datos, por ejemplo.
» La actualización periódica (al menos una vez al año) de los canales de difusión resulta
recomendable, dados los cambios en las plantillas de los medios, el surgimiento de
nuevos generadores y prescriptores de contenidos, así como el nacimiento de posibles
redes sociales.
Referencias
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Moreno-Castro, Carolina (2020). Contribución de la comunicación institucional
de la investigación a su impacto y visibilidad. Caso de la Universidad Carlos III de
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» Alonso-Flores, Francisco J., Serrano-López, Antonio E., Moreno-Castro, Carolina
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» Elías, Carlos (2009). La «cultura convergente» y la filosofía Web 2.0 en la reformu-
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» FECYT (2021). Libro Blanco de las Unidades de Cultura Científica y de la Innova-
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Ciencia e Innovación. e-NIPO:831210363. https://www.fecyt.es/es/publicacion/
libro-blanco-de-las-unidades-de-cultura-cientifica-y-de-la-innovacion-ucci-0
» Gertrudix, Manuel, Rajas, Mario, Gertrudis-Casado, María del Carmen y Gálvez-
de-la-Cuesta, María del Carmen (2020). Gestión de la comunicación científica
de los proyectos de investigación en H2020. Funciones, modelos y estrategias. El
Profesional de la Información, 29(4).
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110
Informando de ciencia con ciencia
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contextualización histórica: estudio de caso y propuesta de un modelo de divulgación
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http://hdl.handle.net/10201/54519
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Christos A., Davies, Aimée, Ogden, Jack, Whelan, Leanne, Hughes, Bethan, Dalton, Bethan, Boy, Fred y Chambers, Christofer D. (2014). The association between
exaggeration in health-related science news and academic press releases: retrospective observational study. British Medical Journal, 349, g7015.
Comunicación institucional de la ciencia
111
07
Cómo comunicar
los riesgos: mucho más
que números
María del Carmen Climént
y Meritxell Martell
Marco teórico
Percepción del riesgo
Es popularmente conocido que las personas
solemos percibir más riesgo al viajar en avión
que al caminar por la calle o conducir un coche, aunque la probabilidad de morir es miles
de veces mayor en estos dos últimos escenarios; esto nos ejemplifica que el riesgo que
percibimos tiene que ver con lo que sentimos
y no exclusivamente con una medición estadística. Además, existen riesgos que no se
pueden estimar estadísticamente, sino que
se refieren a «peligros» potencialmente dañinos.
Cualitativamente, el riesgo se evalúa con base
en algunos parámetros individuales o socialmente admitidos, mayormente subjetivos
(Fischhoff, 1994). Por este motivo, el riesgo
«percibido» o subjetivo no suele coincidir
con el riesgo «objetivo» o el resultado de una
evaluación técnica científica (Slovic, 1999).
Resumen
En la construcción de indicadores sobre el
riesgo percibido influyen factores psicológicos, sociales, culturales y políticos (Slovic,
1999). Paul Slovic, psicólogo e investigador
de la comunicación de riesgo, desarrolló
una técnica psicométrica con la que mapea
los riesgos percibidos teniendo en cuenta la
naturaleza multidimensional del riesgo, y
sostiene que las personas tendemos a sentir
más riesgo si se cumplen una serie de características [véase la tabla 1]. Por otro lado,
se considera un riesgo desconocido aquel
que no es observable, del cual se tiene poco
conocimiento científico, es novedoso y sus
efectos no son inmediatos.
La naturaleza multidimensional en la que
percibimos los riesgos hace que el contexto
de cada riesgo sea fundamental para entender la reacción del público.
Tabla 1 . Riesgos percibidos según la naturaleza multidimensional del riesgo
A la hora de comunicar un riesgo, el profesional del periodismo debe tomar una serie
de decisiones para dar una información veraz y clara, puesto que la forma en la que
comunicamos los riesgos puede influir en
lo que las personas comprenden, sienten y
las decisiones que toman. Mejorar la comunicación de riesgos es crucial para promover
decisiones más libres e informadas.
En este capítulo exploraremos, primero, el
concepto de riesgo desde la perspectiva psicosocial y estadística; en segundo lugar, veremos estrategias para asegurar que los riesgos
114
se comuniquen de manera precisa, contextualizada y comprensible.
¿Qué es el riesgo? El riesgo es un concepto
complejo. Desde una perspectiva cuantitativa, el riesgo se entiende como la probabilidad de que cierto suceso ocurra, en este
caso veríamos el riesgo como un número o
una estimación estadística. Pero el riesgo no
es solo un número, puesto que, desde una
perspectiva cualitativa, el riesgo genera un
sentimiento que depende de interpretaciones individuales y, por lo tanto, puede variar de persona a persona.
Informando de ciencia con ciencia
Según Slovic (1987) y siguiendo la teoría de la percepción del riesgo de Covello (2009), la percepción del riesgo
es mayor, por ejemplo, si:
•
•
•
•
•
•
•
•
la fuente del riesgo es por causas humanas o fallos tecnológicos en contrapartida a riesgos naturales
la fuente de riesgo es incontrolable
se percibe como un riesgo al que se está expuesto de forma involuntaria
no se percibe ningún beneficio como contrapartida en el balance coste-beneficio
los efectos potenciales son irreversibles; afectan a futuras generaciones
no se tiene confianza en las instituciones encargadas de gestionar este riesgo
el riesgo tiene carácter catastrófico, es decir, que pueda causar muerte colectiva
las víctimas potenciales son identificables y la persona expuesta se puede sentir cercana a ellas
Fuente: Elaboración propia.
Cómo comunicar los riesgos: mucho más que números
115
Desde una perspectiva cualitativa, el riesgo
también se ha descrito como la suma del
peligro y la ira o la indignación (outrage en
inglés) experimentada por las personas. La
relación que exista entre el nivel de peligro
y el grado de indignación influirá en la estrategia de comunicación, en la que los medios de comunicación son clave para calmar
la ira o para estimular la acción individual o
colectiva (Sandman et al., 1998). Esta sección se enfoca en cómo comunicar riesgos
considerando diferentes niveles de peligro
y de indignación, pero no trata la comunicación de crisis, en la que ambos son muy
elevados. En este caso, reconocer las incertidumbres, mostrar humildad y empatía y lograr la participación activa de la población
son algunas de las propuestas de acción. Las
diferencias entre comunicación de riesgo
y comunicación de crisis se tratan ampliamente en Heath y O'Hair (2009).
Sandman (1994) reconoce que la cobertura periodística de riesgos no está relacionada de forma general con la objetividad del
riesgo sino con los aspectos más subjetivos,
tales como el miedo, el enojo y la asignación de culpas. De ahí la importancia de
comunicar teniendo en cuenta el contexto
y priorizando los mensajes que interesan a
la audiencia, sin descuidar la información
imprescindible para evitar confusiones o
malentendidos [véase el gráfico 1].
cia, establecer espacios para la escucha activa con el fin de comprender los factores que
han llevado a este grado de indignación.
Reconocer lo que se ha hecho mal, pedir
perdón y dar crédito al público para calmar
su enfado permitirán generar confianza.
116
El escenario ideal sería aquel en el que el peligro y la indignación se sitúan en un nivel
medio, en el que el público puede llegar a
estar interesado y atento y no está demasiado alienado. Este escenario permite involucrar a los diferentes grupos en un diálogo,
en el que los periodistas pueden tener un
rol fundamental para presentar y explicar la
evidencia sobre el peligro.
» Caso práctico 1
En Alemania, el grado de oposición de la
población a la energía nuclear es muy elevado. Después del accidente de Fukushima
Daiichi en Japón en 2011, la población
alemana estaba aún más en contra de las
centrales nucleares. El Gobierno tomó la
iniciativa de establecer una comisión de
ética formada por especialistas en temas
de ética, tecnología y riesgos, consumidores
y medio ambiente. De forma consciente,
no se invitó a los representantes de ecologistas y de la industria nuclear para evitar posturas fuertemente ideológicas. La comisión
de ética aconsejó el abandono total de la
energía nuclear y el Gobierno decidió cerrar
las centrales nucleares unos meses después
del accidente (Schreurs, 2014).
Figura 1 . Proceso de toma de decisiones
¿Cómo comunicar cuando el peligro es
bajo pero el público está muy indignado?
En este caso, el objetivo de la comunicación
debería ser reducir la furia y, en consecuen-
de radón en su hogar y en las oficinas, y, en
caso necesario, los puedan reducir a niveles
aceptables.
Figura 2 . Comisión de ética
Fuente: La Vanguardia, 2011.
Informando de ciencia con ciencia
Fuente: El Periódico, 2011.
¿Cómo comunicar cuando el peligro es
elevado pero el público es apático y no
tiene interés?
En ocasiones, conseguir que la población
preste atención a un riesgo real es complicado y la comunicación debería ir orientada
a hacer un llamamiento al público a actuar,
indicando la existencia del peligro y las razones por las cuales existe el riesgo y cómo
se debería evitar.
Gráfico 1 . Estrategias de comunicación según el nivel de
peligro y de furia
INDIGNACIÓN
Consideraciones para comunicar
riesgos cualitativos
Gestión
de la
indignación
Comunicación
de crisis
Fomento
de la
prevención
PELIGRO
Fuente: Sandman y otros (1998).
» Caso práctico 2
El riesgo como un número
El radón es un gas radiactivo, inodoro e incoloro que se produce de manera natural y
se puede encontrar en altas concentraciones
en espacios interiores, como las viviendas y
los lugares de trabajo. Es una de las principales causas de cáncer de pulmón. Periodistas y medios de comunicación son clave
en la comunicación de los riesgos (Moreno,
2009) y pueden ayudar a estimular la acción
individual o colectiva para que la ciudadanía y las empresas comprueben los niveles
Además de estudiar las formas en que las personas percibimos los riesgos en función de
factores psicológicos y sociales, también es
importante comprender los riesgos desde su
naturaleza estadística y saberlos comunicar.
Cómo comunicar los riesgos: mucho más que números
Muchos de los riesgos que se presentan en
los medios de comunicación se refieren a estimaciones estadísticas que provienen de la
investigación, lo cual es particularmente común en el contexto de la salud. Por ejemplo,
117
el riesgo de desarrollar efectos secundarios
graves asociado a recibir cierta vacuna o el
incremento en el riesgo de suicidio asociado a la depresión se refieren a estimaciones
estadísticas. Es crucial que los comunicadores de ciencia sepan interpretar estas cifras y
comunicarlas.
Consideraciones para comunicar
riesgos cuantitativos
A la hora de comunicar un riesgo, los siguientes seis pasos pueden ayudar a traducir las cifras reportadas en el artículo de investigación a una forma mucho más clara y
fácil de entender.
1. Especificar de qué riesgo hablamos
y qué grupo de personas está afectado
por ese riesgo
Cuando comunicamos un riesgo, siempre
debemos especificar de qué riesgo estamos
hablando, por ejemplo, en el caso de daños
asociados a la covid-19, tendríamos que especificar si hablamos de riesgo de contagio,
de morir por covid-19 o del riesgo de hospitalización.
Al especificar el grupo de personas afectado por un riesgo, lo primero que se debe
aclarar es si la investigación se hizo en humanos o en otra especie, como ratones, y
en caso de «humanos», debe especificarse
el grupo de personas al que nos referimos
(personas hospitalizadas, población total,
hombres, mujeres, personas mayores de 60
años, etc.).
En el siguiente ejemplo no está claro a qué
riesgo se refiere el periodista.
118
» Los investigadores encuentran por qué
las personas con diabetes corren más riesgo por coronavirus
El «riesgo por coronavirus» es ambiguo
porque puede significar riesgo de contraerlo, riesgo de complicaciones, riesgo de enfermar gravemente si se contrae, riesgo de
morir si se contrae, o riesgo de contraerlo
y morir.
En los siguientes ejemplos no queda claro
qué grupo de personas está afectado.
» El uso de antibióticos en la infancia po-
dría aumentar el riesgo de obesidad
Con este encabezado podríamos asumir
que todos los infantes, desde el nacimiento
hasta la etapa previa a la adolescencia, son
los afectados. Sin embargo, el incremento
en el riesgo se encontró exclusivamente en
infantes menores de 6 meses. Por tanto, esta
edad debería estar especificada.
» Obesidad y covid-19: por qué las perso-
nas con sobrepeso tienen más riesgo de
enfermar gravemente
En este caso falta aclarar que el incremento en el riesgo de enfermar gravemente
sería entre las personas con sobrepeso ya
infectadas, ya que, sin esa especificación,
queda implícito que una persona con sobrepeso tiene más riesgo de contraerlo y
luego desarrollarlo gravemente, lo cual no
es correcto.
2. Especificar el periodo de tiempo
en el que el riesgo estimado ocurre
Es muy importante especificar el periodo
de tiempo en el que el riesgo estimado
ocurre.
Informando de ciencia con ciencia
Por ejemplo, las pastillas anticonceptivas se
han asociado con un caso adicional de tromboembolismo venoso por cada 7.000 usuarias al año; o el tratamiento diario con estrógenos y progestágenos durante 5 años está
relacionado con un caso adicional de cáncer
de mama por cada 50 usuarias.
3. Poner el riesgo en contexto. Además
del riesgo relativo, presentar los
riesgos absolutos sin y con exposición
al factor de riesgo
Los números no tienen sentido por sí solos:
todo es cuestión de contexto, de comparar
unos con otros, para que cada persona juzgue adecuadamente por sí misma si el riesgo es grande o pequeño. Para ello, además
del riesgo relativo, se deberían presentar los
riesgos absolutos sin y con exposición al
factor de riesgo.
» Riesgo relativo
Con frecuencia cometemos el error de comunicar solo los riesgos relativos, como
en los siguientes ejemplos: «Las pastillas
anticonceptivas duplican el riesgo de
tromboembolismo venoso», «La variante
del coronavirus que se propaga por el
mundo es 58 % más letal», «La terapia
de reemplazo hormonal para la menopausia se asocia con un incremento de
un tercio del riesgo de desarrollar cáncer
de mama». Duplican, 58 % más e
incremento de un tercio son riesgos relativos.
Los riesgos relativos dan cierto contexto, ya que indican cuánto más grande
o más pequeño es un número respecto
a otro, pero no son números absolutos.
Por tanto, no proporcionan ninguna información sobre la probabilidad real de
que se produzca un suceso. Para enten-
Cómo comunicar los riesgos: mucho más que números
der un riesgo relativo, es necesario responder a la simple pregunta: ¿el doble
de qué, el 58 % más de qué, un tercio de
qué? Al fin y al cabo, el doble de un número pequeño sigue siendo un número
pequeño.
Una de las razones por las que los riesgos
relativos se utilizan comúnmente es que
muchos estudios académicos utilizan métodos matemáticos que producen uno de
los tres tipos principales de riesgos relativos: risk ratio (RR), hazard ratio (HR) y
odds ratio (OR). Cada uno de ellos se calcula de forma ligeramente diferente, pero
lo que se necesita saber es que todos representan una comparación entre dos grupos.
[Véase el cuadro 1].
Cuadro 1 . Tipos de riesgos relativos
Risk ratio (RR):
Un riesgo es la probabilidad de que se produzca un
resultado en un grupo (por ejemplo, el número de
participantes que sufren un infarto sobre el número total de participantes).
Un RR es el riesgo en el grupo experimental (expuesto al factor de riesgo) dividido entre el riesgo
en el grupo control o de referencia. Un RR superior
a 1 significa que el resultado fue más común en el
grupo experimental que en el grupo de referencia,
y un RR inferior a 1 significa que fue menos común.
Hazard ratio (HR):
Un hazard es la proporción en la que se produce
algún resultado de interés durante un periodo de
tiempo determinado (por ejemplo, ataques cardíacos o diagnósticos de cáncer por año).
Un HR es el hazard en un grupo experimental dividido entre el hazard en el grupo control o de referencia. Un HR superior a 1 significa que el resultado
de interés ha ocurrido en mayor proporción en el
grupo experimental que en el grupo de referencia,
y un HR menor a 1 significa que ha ocurrido en una
proporción menor.
119
Odds ratio (OR):
Los odds para un determinado resultado son el número de veces que dicho resultado ocurrió dividido
entre el número de veces que no ocurrió (por ejemplo, el número de personas que sufrieron ataques
cardíacos sobre el número de personas que no los
sufrieron).
Un OR es el cociente de dos odds: los odds en
el grupo experimental dividido entre los odds en el
grupo control o de referencia. Un OR superior a
1 significa que el resultado de interés (ataques
cardíacos o diagnósticos de cáncer) fue más frecuente en el grupo experimental y un OR inferior a
1 significa que fue menos frecuente.
Los RR, HR y OR suelen aparecer en el resumen
de un artículo o en la sección de resultados. Suelen
tener el siguiente aspecto: «RR 3.6», «HR 3.6» u
«OR 3.6» respectivamente.
Fuente: Winton Centre for Risk and Evidence Communication,
Universidad de Cambridge, <realrisk.wintoncentre.uk>.
Los riesgos relativos siempre deben ir
acompañados de los riesgos absolutos en
cada grupo que estamos comparando.
» Riesgo absoluto
Un riesgo absoluto es una probabilidad
o la posibilidad de que un suceso ocurra.
Casi siempre nos interesa comunicar dos
riesgos absolutos:
• Riesgo absoluto en el grupo no ex-
puesto (o grupo «control») o «riesgo
basal». Por ejemplo, la proporción de
personas que se espera que desarrollen demencia entre las personas sin
diabetes.
• Riesgo absoluto en el grupo expuesto
(o grupo «experimental»). Por ejemplo, la proporción de personas que se
espera que desarrollen demencia entre
las personas con diabetes.
120
» Caso práctico 3
¿De dónde sacar los números?
El siguiente ejemplo contrasta la comunicación de un mismo mensaje usando riesgos
relativos frente a riesgos absolutos.
Si el artículo científico no informa sobre los
riesgos absolutos, se debería:
IBUPROFENO Y RIESGO DE PARO CARDIACO
Un estudio publicado en el BMJ, la revista de la British Medical Association, encontró que el ibuprofeno estaba asociado a un incremento del 31 % del
riesgo de paro cardíaco en los 30 días siguientes
y fue noticia en varios medios de comunicación
(ejemplo 2 en los medios españoles). La razón por
la que este mensaje se comunicó tan mal fue porque solo comunicaron el riesgo relativo.
Cómo se comunicó el mensaje con riesgos
relativos
» «El ibuprofeno se asocia con un in-
cremento del 31 % del riesgo de paro
cardíaco».
» El «incremento del 31 %» es un riesgo
relativo. La magnitud de este riesgo no
está clara si no se responde a la simple
pregunta: ¿un 31 % de incremento de
qué?
¿Cómo debería haberse comunicado
el mensaje con riesgos absolutos?
» La probabilidad de sufrir un paro
cardíaco en primera instancia, esto es
que NO TOMAN ibuprofeno, es de
1 por cada 10.000.
» Por lo tanto, tras un «incremento de un
31 %» en las personas que TOMAN
ibuprofeno, el riesgo aumenta a 1,3
por cada 10.000 (el 31 % de 1 es 0,3).
Los investigadores y los medios de comunicación
deberían haber dado el riesgo absoluto de paro
cardíaco tomando y no tomando ibuprofeno. De
este modo, la gente podría decidir si para ellos ese
aumento del riesgo es importante o no.
Informando de ciencia con ciencia
1. Conseguir el riesgo basal, puesto que es
la base para el resto de la información.
Para ello:
» Buscar el riesgo basal en el artículo cien-
tífico. Prácticamente nunca se menciona explícitamente, así que se busca: la
proporción de casos esperados en el grupo sin exposición al factor de riesgo o
tratamiento (ej., porcentaje de mujeres
que se espera que desarrolle cáncer de
mama entre aquellas sin terapia de reemplazo hormonal).
» Si no hay información del riesgo basal,
se puede contactar con los autores o
autoras y preguntarles directamente.
» Si las opciones anteriores no dan
buenos resultados, hay que usar una
fuente oficial como referencia. No es
lo ideal, pero dejar un riesgo relativo
sin explicación no aporta nada sobre
la magnitud real del riesgo.
2. Ubicar el riesgo relativo reportado en for-
ma de odds ratio (OR), hazard ratio (HR)
o risk ratio (RR). Suele aparecer en el resumen del artículo y en los resultados.
3. Usar el riesgo basal y el riesgo relativo para calcular el riesgo absoluto en el
grupo expuesto al factor de riesgo o tratamiento. Una alternativa para facilitar
este paso es usar la herramienta RealRisk
(realrisk.wintoncentre.uk).
Si queremos que el público sea capaz de
comparar dos números, estos deben estar en
el mismo formato. Es muy difícil comparar
«1 de cada 30» con «1 de cada 90». ¿Cuál es
más grande? Los estudios demuestran que,
de forma sistemática, muchas personas no
distinguen fácilmente que el riesgo con el
número mayor es en realidad el menor. Para
ello, se recomienda:
» Usar frecuencias esperadas con el mis-
mo denominador, por ejemplo, 3 de 50
frente a 4 de 50 (nunca 6 de 100 frente
a 4 de 50) (Yagamashi, 1997). El uso
de frecuencias ayuda a convertir una
probabilidad —en la que a la gente le
resulta difícil pensar— en un resultado
más sólido, familiar y que se puede visualizar.
» Vigilar los porcentajes, ya que son especialmente difíciles de entender cuando
son inferiores al 1 %. Si aparece un punto
decimal, es mejor utilizar otro formato,
como las frecuencias esperadas (o presentar el porcentaje acompañado de las
frecuencias esperadas).
» Nunca reemplazar los números por palabras. Decir que un riesgo es «alto»,
«bajo», «raro», «común», «muy probable», «improbable», etc., es ambiguo y
cada persona le atribuye un valor diferente (Knapp et al., 2004).
4. Considerar el formato
El formato en el que se presentan los números también puede afectar a cómo son
percibidos los riesgos por las personas.
Cómo comunicar los riesgos: mucho más que números
121
Considerar que los diferentes formatos para
expresar un riesgo hacen que este suene más
alto o más bajo para las personas:
¿Cómo calificaría el riesgo si le dijeran que
su probabilidad de morir de covid-19 si se
contagia es...? [véase el gráfico 2].
Gráfico 2 . La percepción del riesgo por las personas cambia dependiendo del formato usado . Con porcentajes,
la gente mostró una percepción de riesgo menor, mientras que el formato 1 en x incrementó drásticamente la
percepción de riesgo
5 en 100
1 en 20
12 %
20 en 100
1 en 8
20 %
1 en 5
Riesgo muy bajo
La comunicación de riesgos no comienza
resolviendo cómo comunicar ciertas cifras,
sino aclarando cuál es la pregunta para la
que la audiencia quiere respuestas y responder con información equilibrada.
Cuando hablamos de riesgo en el contexto de la salud, por ejemplo, el uso de tratamientos o intervenciones médicas, casi
122
Cuando las personas recibimos información necesitamos saber qué grado de certeza tiene para saber qué relevancia darle.
Explicar las incertidumbres se refiere a ser
transparentes tanto con la precisión de los
números como con la calidad de la evidencia que los respalda.
» Incertidumbre sobre la precisión de los
números
Cuando se analizan los datos, normalmente se obtiene un rango en el que es
probable que se sitúe el riesgo encontrado. En la mayoría de los cálculos estadísticos, los riesgos relativos y absolutos
no son números fijos, sino que son un
rango que varía entre un valor mínimo
Gráfico 3 . Gráfica desarrollada por el Winton Centre para sopesar los posibles beneficios y daños de la vacuna contra
la covid-19 de AstraZeneca
Sopesar los beneficios y daños potenciales de la vacuna contra la covid-19 de AstraZeneca
Beneficios potenciales
Fuente: Freeman y otros (2021).
5. Presentar la información de forma
equilibrada, para que las personas
puedan sopesar los posibles beneficios
y los posibles daños por sí mismas
6. Explicar las incertidumbres
Para analizar si merecía o no la pena seguir vacunando con AstraZeneca, era necesario presentar la magnitud del beneficio y la magnitud del daño asociado a la
vacuna. El gráfico siguiente es un ejemplo
de cómo explicar ambas perspectivas [véase el gráfico 3].
Riesgo muy alto
5%
12 en 100
de desarrollar determinados tipos de tromboembolismo venoso. En respuesta a este
hallazgo, algunos medios publicaron informaciones sobre las muertes asociadas a la
administración de la vacuna, mientras que
otros publicaron informaciones sobre cuántas vidas se habían salvado gracias a la vacuna. En términos de dar información equilibrada, comunicar solo el beneficio o solo el
daño es igualmente equivocado.
siempre hay dos caras de la historia: la probabilidad de beneficio y la probabilidad de
daño. Presentar la información equilibrada
significa contar estos dos lados de la historia
para que la gente pueda sopesar la información y tomar sus propias decisiones.
» Caso práctico 4
Caso AstraZeneca: un claro ejemplo de la
importancia de la información equilibrada.
La vacuna para la covid-19 de AstraZeneca se asoció a un incremento en el riesgo
Informando de ciencia con ciencia
Para 100.000 personas
con bajo riesgo de exposición*
Admisiones en UCI por covid-19
evitadas cada 16 semanas:
Daños potenciales
Pacientes con trombosis
relacionadas con la vacuna
Grupo de edad
0,8
20-29
1,1
2,7
30-39
0,8
5,7
40-49
0,5
10,5
50-59
0,4
14,1
60-69
0,2
* Según incidencias de 2 por 10.000 (aproximadamente en R. U. en marzo).
Fuente: Winton Centre for Risk and Evidence Communication, University of Cambridge. Datos de reportes del Reino Unido.
Cómo comunicar los riesgos: mucho más que números
123
y un valor máximo esperado. Una estrategia básica para explicar este tipo de
incertidumbre de «precisión» es informar
del rango dentro del cual podría variar
el riesgo encontrado. Este rango puede
denominarse «intervalo de confianza»,
«intervalo de incertidumbre» o «margen
de error». Puede ser estrecho o amplio;
cuanto más amplio sea el intervalo, mayor será la incertidumbre.
» Incertidumbre sobre la calidad de la
evidencia que respalda los números
¿Tenemos evidencia proveniente de muchos estudios, que suman miles de personas, que estiman que el porcentaje de
personas que podrían beneficiarse de un
tratamiento está entre el 27 % y el 33 %?
¿O tenemos un único estudio, pequeño y
mal diseñado, en el que 3 de las 10 personas obtuvieron un beneficio? ¿Cómo
comunicar las dos situaciones de forma
diferente?
Aparte de la incertidumbre directa sobre
un número, también puede haber incertidumbre sobre la evidencia que generó
esa cifra. Los estudios sugieren que, si no
se advierte a la gente de que la calidad de
la evidencia es baja, las personas asumen
que la calidad de la información es alta
y la tendrán más en cuenta en su toma
de decisiones. Por lo tanto, al comunicar
riesgos es importante ayudar a la audiencia a entender cuándo la información
está basada en evidencia de baja calidad
y, por lo tanto, dicha información podría
cambiar (Schneider et al., 2021).
Mensajes clave
Al comunicar riesgos cualitativos:
» Decide el objetivo de la comunicación en función no solo del nivel de peligro, sino también
del grado de indignación. El objetivo puede ser calmar la ira o estimular la acción, individual o
colectiva, para disminuir la exposición al riesgo.
» Al comunicar riesgos que provienen de estimaciones estadísticas (comúnmente presentes en
artículos científicos):
1. Especifica de qué riesgo hablas, a qué grupo de personas afecta y el periodo de tiempo en el
que el riesgo estimado ocurre.
2. Pon el riesgo en contexto. Además del riesgo relativo, presenta los riesgos absolutos sin y con
exposición al factor de riesgo.
3. Elige el formato de los números cuidadosamente.
4. Comunica tanto los beneficios potenciales como los daños potenciales para que las personas
puedan sopesar la información.
5. Explica las incertidumbres de todo tipo.
124
Informando de ciencia con ciencia
Referencias
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(2021). Communicating personalized risks from COVID-19: guidelines from an empirical study. https://royalsocietypublishing.org/doi/epdf/10.1098/rsos.201721
» Heath, Robert L. y O'Hair, Dan (eds.) (2009). Handbook of risk and crisis commu-
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» Sandman, Peter (1994). Mass Media and Environmental Risk: Seven Principles.
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» Sandman, Peter, Weinstein, Neil y Hallman, William (1998). Communication to
Reduce Risk Underestimation and Overestimation. Risk Decision and Policy, 3(2),
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» Schneider, Claudia R., Freeman, Alexandra L. J., Spiegelhalter, David y Van der
Linden, Sander (2021). The effects of quality of evidence communication on perception of public health information about COVID-19: Two randomised controlled trials. Plos One, 16(11), e0259048.
DOI: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0259048
126
Informando de ciencia con ciencia
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» Slovic, Paul (1987). Perception of risk. Science, 236, 280-285.
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Risk-Assessment Battlefield. Risk Analysis, 19(4), 689-701.
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24.14%: Implications for Risk Communication.
http://www.ky.hum.titech.ac.jp/kimihiko/articles/yamagishi(1997)_acp.pdf
Ejemplos y recursos mencionados:
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arrest. https://doi.org/10.1136/bmj.j1358
» Redacción Médica (2017), Cuidado con el ibuprofeno: su abuso aumenta un tercio
el riesgo de infarto.
https://www.redaccionmedica.com/secciones/cardiologia/cuidado-con-el-ibuprofeno-su-abuso-aumenta-un-tercio-el-riesgo-de-infarto-5507
» ACV (2017), Antiinflamatorios como el ibuprofeno aumentan el riesgo de sufrir
un infarto.
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-03-16/ibuprofeno-ataque-corazon-antiinflamatorio-riesgo-enfermedad_1349531/
» BMJ (2021), Arterial events, venous thromboembolism, thrombocytopenia, and
bleeding after vaccination with Oxford-AstraZeneca ChAdOx1-S in Denmark
and Norway: population based cohort study.
https://doi.org/10.1136/bmj.n1114
» Real Risk, realrisk.wintoncentre.uk
Cómo comunicar los riesgos: mucho más que números
127
08
La información científica
en la comunicación
ambiental: el caso
del cambio climático
José María Montero Sandoval
y Gemma Teso Alonso
Marco teórico
La comunicación social de la crisis
ambiental y climática
En la década de los años ochenta del siglo
pasado los científicos se erigieron como
fuente de información sobre el cambio climático. La comparecencia de James Hansen en el Congreso norteamericano (1988)
para explicar las amenazas ligadas al cambio
climático convirtió este fenómeno en un
asunto político y provocó su entrada en la
agenda electoral norteamericana (Carvalho,
2009), circunstancia que sirvió para consolidar el periodismo ambiental como especialidad que informa y sensibiliza al mismo
tiempo, haciendo referencia a los riesgos y
amenazas que señala la ciencia, y a los discursos públicos que provienen fundamentalmente de gobiernos y organizaciones
ecologistas (Cox, 2010; Hansen, 2011).
Resumen
La comunicación del cambio climático cobra pleno sentido cuando alcanza y conecta
con ciudadanos de toda condición, proceso que necesita de un nuevo lenguaje, un
discurso actualizado y plural, riguroso e
inclusivo. La transición ecológica requiere
una estrategia de comunicación creativa
130
y de precisión, basada en un discurso de
proximidad que sitúa el problema en nuestra vida cotidiana, adaptada a las nuevas
herramientas de comunicación, al contexto
ecosocial y a las características e intereses de
las diferentes audiencias.
Informando de ciencia con ciencia
Ese mismo año, 1988, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) y la Organización Meteorológica
Mundial (OMM) crearon el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC),
pero hay que esperar hasta 1992 para que se
celebre un acontecimiento internacional con
gran cobertura mediática a escala global: la
Cumbre de la Tierra, convocada por Naciones
Unidas y celebrada en Río de Janeiro.
A medida que la crisis ambiental y climática cobraba relevancia e interactuaba con las
agendas política y mediática, comenzaron a
surgir nuevos actores en la comunicación del
cambio climático que negaban el mensaje de
la ciencia en defensa de los intereses de ciertos
grupos de presión o lobbies norteamericanos
(Trumbo, 1996). El estudio de este complejo
fenómeno en Estados Unidos certifica la existencia de un influyente negacionismo ligado
a la industria de los combustibles fósiles que
rechaza el origen antropogénico del cambio
climático (Almirón y Moreno, 2022).
Tras la puesta en marcha de la Convención
Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), las cumbres del
clima, también denominadas COP (conferencias de las partes), se convirtieron en los
eventos de la agenda internacional que disparaban la presencia del cambio climático
en los medios generalistas. Los políticos fueron convirtiéndose progresivamente en una
referencia decisiva en los relatos informativos
del cambio climático. Destacó por su trascendencia la Cumbre de Kioto (1997), en la
que se negoció el protocolo del mismo nombre que fue sustituido, en 2015 (COP21),
por el vigente Acuerdo de París. Estos acuerdos tratan de organizar la respuesta internacional ante esta amenaza y en torno a ellos se
articula un intenso debate político, social y
económico, que termina por trasladarse a los
medios de comunicación.
La comunicación de la crisis climática
en España
Los resultados de los principales estudios
sobre la comunicación social del cambio
climático en España confirmaron las in-
La información científica en la comunicación ambiental: el caso del cambio climático
131
teracciones macro descritas por Boykoff y
Boykoff (2007) y coincidieron en señalar la
escasa presencia del cambio climático en los
medios españoles (Erviti, 2013; De Lara,
2013; Gaitán y Piñuel, 2013; León y Erviti,
2015; Lopera, 2013; Lozano, 2013; Mercado, 2010; Piñuel et al. 2012, y Teso et al.,
2018). En 2018, el escenario de irrelevancia
mediática comenzó a cambiar rápidamente
y la presencia del cambio climático en los
medios fue creciendo paulatinamente.
La celebración de la Cumbre del Clima
Madrid - Chile en 2019 se tradujo en una
cobertura mediática sin precedentes en España (Fernández-Reyes y Teso, 2019). Ese
mismo año, el diario británico The Guardian comenzó a sustituir el término climate change por climate crisis o por climate
emergency y en noviembre el Parlamento
Europeo declaró el estado de emergencia
climática. Poco después, en enero de 2020,
el Consejo de Ministros aprobó la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España.
La cobertura de la emergencia climática
cayó abruptamente en 2020 a causa de la
pandemia, para recuperarse lentamente a lo
largo de 2021 conectando la crisis ambiental con la crisis sanitaria. El informe del Observatorio de la Comunicación del Cambio
Climático del año 2021 constató un incremento de la presencia del cambio climático
en todos los soportes y medios, de manera
que el cambio climático se ha convertido en
una referencia informativa diaria, especialmente en algunos medios locales y regionales. El periodismo especializado ha cobrado
protagonismo como fuente de información
en los medios y en las redes sociales, a la
vez que se incrementa la comunicación de
132
«Los contenidos
audiovisuales emitidos
por los medios continúan
siendo la principal fuente de
información sobre el cambio
climático para la ciudadanía» .
la transición ecológica y de sus beneficios.
La ética se ha introducido en el relato de
esta emergencia y se ha comenzado a apelar
a la justicia climática (Teso et al., 2021). En
el año 2022, el escenario bélico en Ucrania, la escasez de combustible en Europa, la
escalada inflacionista y la crisis económica
ofrecen un contexto que condiciona la comunicación del cambio climático, y reabre
nuevos debates sobre el uso de la energía
en un escenario complejo desde el punto de
vista social y ambiental.
La comunicación social del cambio
climático y sus efectos en la opinión
pública
Los resultados del estudio transnacional
Digital News Report 2022 confirman que
los contenidos audiovisuales emitidos por los
medios continúan siendo la principal fuente de información sobre el cambio climático para la ciudadanía, también para las personas jóvenes, si bien este colectivo recurre
con frecuencia a las fuentes en línea para
acceder a información alternativa y seguir a
activistas y personajes famosos, que se convierten así en nuevos comunicadores en las
redes sociales.
Informando de ciencia con ciencia
El Eurobarómetro publicado en julio de
2021 indica que los ciudadanos europeos
consideran que el cambio climático es el
mayor problema que enfrenta la humanidad. En línea con estos datos, la Encuesta
de percepción social de la ciencia, realizada
por la Fundación Española para la Ciencia
y la Tecnología (FECYT) en 2020, señala
que el 92 % de los ciudadanos españoles
estima que el cambio climático es un problema grave y el 66,9 % que los problemas
del medio ambiente se deben, sobre todo,
al elevado nivel de consumo. El estudio
La sociedad española ante el cambio climático (Meira et al., 2021) ofrece los resultados de un análisis longitudinal que revela
cómo la población española ha evoluciona-
do incrementando su nivel de conciencia y
conocimiento sobre el cambio climático
y los riesgos que comporta, a la vez que se
muestra mayoritariamente de acuerdo con
las medidas para combatir los impactos,
algo que también corrobora el barómetro
del Centro de Investigaciones Sociológicas
realizado en septiembre de 2022. Por otra
parte, el estudio de Fernández-Reyes y Heras (2022) concluye que en España no se
aprecian grandes diferencias en cuanto a la
percepción social del cambio climático en
función de los distintos posicionamientos
político-ideológicos, de manera que la unanimidad o los puntos de acuerdo son muy
superiores a las diferencias (Fernández-Reyes y Heras, 2022, p. 12).
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
La elección de los temas
Los acontecimientos relacionados con el
cambio climático que tradicionalmente se
han tornado referencia informativa han
sido los eventos políticos (como las cumbres del clima), los desastres naturales, sucesos catastróficos, la acción ecologista de
denuncia o sensibilización, la presentación
de nuevos estudios o informes científicos,
la agenda política institucional en relación
con proyectos y actuaciones para combatir
el cambio climático y, en menor medida,
los impactos en la biodiversidad o en la salud (Teso et al., 2018).
Considerando que un hecho es noticia por
su propio valor informativo y por su trascendencia, podremos considerar que existen
diferentes criterios de noticiabilidad que prevalecen en el caso de las informaciones relacionadas con el cambio climático: actualidad,
novedad, utilidad para la audiencia o vínculo
con nuestros receptores, proximidad, magnitud, comprensión, credibilidad de las fuentes y consecuencias. En esta primera elección
resulta muy valiosa una agenda propia, que
será la que nos permita escapar de esos temas
que se revisten de actualidad de manera forzada, los sucesos vacíos, las noticias con una
intención oculta, el greenwashing (lavado
verde de la imagen corporativa), la información convocada o los falsos debates magnificados por las redes sociales.
134
Se trata de aplicar criterios que permitan
fijar objetivos orientados a una comunicación efectiva que facilite no solo comprender el fenómeno (causas, consecuencias,
actores e impactos), sino también encontrar respuestas para acomodar el comportamiento de acuerdo con las estrategias de
adaptación y mitigación que se establecen
para los diferentes territorios y áreas de actividad profesional o personal.
Fuentes informativas
En lo que se refiere al cambio climático las
fuentes de información confiables son aquellas que tienen como referencia los datos
proporcionados por la ciencia, ya sean organismos nacionales, como la Agencia Estatal
de Meteorología, o internacionales, como el
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. Encontramos también fuentes científicas en instituciones gubernamentales, fundaciones o centros de investigación públicos
o privados y organizaciones no gubernamentales. Las agencias de noticias y los medios de
comunicación (generalistas o especializados)
de reconocida trayectoria y solvencia son también fuentes confiables, así como blogs y las
cuentas en redes sociales de comunicadores
con una trayectoria igualmente fiable.
Teniendo en cuenta la naturaleza de estas
fuentes, es necesario que el comunicador
Informando de ciencia con ciencia
tenga formación y tiempo para el análisis
de los documentos científicos y para interactuar con las fuentes, así como recursos
para un uso preciso del lenguaje. La correcta interpretación de las fuentes científicas requiere un esfuerzo en la formación
metodológica por parte de los periodistas
y una apuesta más decidida por parte de
las empresas de comunicación para disponer de profesionales especializados en estas
materias.
Si admitimos que el periodismo de proximidad es el más valioso a la hora de interpretar el cambio climático, habremos de
reconocer que las fuentes deben ser igualmente cercanas para que aumente la pertinencia del mensaje y su comprensión.
Existen de diferente naturaleza (científicas,
ONG, políticas, ciudadanas, etc.), pero habrá que determinar cuáles son más útiles
pensando primero en la escala en la que trabajan, sin despreciar el rigor, la fiabilidad,
la disponibilidad y, sobre todo, la capacidad
para adaptar su discurso, y los recursos vinculados a este, a las necesidades del comunicador y su audiencia.
Una información comprensible
La complejidad de algunas de estas informaciones agradece un tratamiento en el que
se pueda contar con imágenes, infografías,
animaciones o gráficos, sin olvidar que la
función debe estar siempre por encima de
la forma. Las imágenes tienen gran impacto
en la audiencia (Smith y Joffe, 2012) y des-
empeñan un rol importante en la comunicación del cambio climático, por lo que hay
que tener en cuenta, entre otras consideraciones, cuáles son las imágenes que reciben
una respuesta emocional más positiva y las
que invitan a la acción climática (Chapman
et al., 2016).
En lo que se refiere a la comprensión del
mensaje de la ciencia, merece especial mención el concepto de incertidumbre,1 que, en
algunos casos, debería incorporarse al mensaje para así revelar las dudas razonables que
a veces se tienen en torno a la naturaleza
del problema, consecuencias y mejores soluciones. Esta cautela nunca debe conducir
a una mala interpretación de dicha incertidumbre, que la convierta en una falta de
consenso que invita a la inacción, ya que
los informes periódicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático hace
tiempo que certifican la solidez y el consenso de los argumentos científicos sobre el
origen del cambio climático.
Por más que la preocupación por nuestro
futuro como especie lo mueva a tomar partido, el comunicador nunca debería ser militante en el ejercicio de su trabajo, porque esa
toma de partido lo alejaría de una posición
en la que interpretar, con ecuanimidad, todos los puntos de vista. Los comunicadores
no se deben a sus fuentes sino a sus receptores, y estos necesitan conocer, sin juicios
previos, todos los puntos de vista, todas las
aproximaciones y todas las incertidumbres.
Este respeto a las diferentes perspectivas no
supone caer en el error de la «falsa simetría»
1. «La incertidumbre científica es una medida cuantitativa de la variabilidad de los datos. En otras palabras, la incertidumbre en la ciencia se refiere a la idea de que todos los datos tienen una gama de valores supuestos y no un
valor puntual preciso» (Carpi y Egger, 2008).
La información científica en la comunicación ambiental: el caso del cambio climático
135
(Boykoff y Boykoff, 2004), por el que una
aportación científica rigurosa se presenta
junto con una opinión indocumentada, lo
que transmite a la audiencia la idea de que
ambas posturas son simétricas e igualmente
válidas, y provoca un falso y peligroso debate entre conocimiento y opinión.
Narrativa de la crisis climática
La comunicación efectiva sobre la realidad
y la importancia del cambio climático se ha
identificado como un elemento crucial de
los esfuerzos para generar un compromiso
amplio frente al cambio climático y a sus
posibles soluciones (Bernstein y Hoffmann,
2019). Por esta razón, la comunicación
social del cambio climático debe tener en
consideración múltiples factores, entre ellos
la estrategia narrativa.
En primer lugar, conviene superar el paradigma que contempla al ser humano y a
la sociedad como elementos separados del
medio ambiente (O´Brien et al., 2010). El
cambio climático se ha comunicado frecuentemente como una amenaza para el medio
ambiente, percibido como un espacio imaginario separado del ser humano, sin tener en
consideración que los seres humanos somos
una especie más y que somos seres ecodependientes, es decir, que necesitamos unos «servicios ecosistémicos» que solo la naturaleza
puede proporcionarnos. El cambio climático
ha demostrado tener un impacto en la salud,
en la economía y, en general, en nuestras
condiciones de vida, particularmente frágiles
en el caso de los más desfavorecidos.
La inacción frente al cambio climático se
atribuye en algunos casos a ciertos errores
136
de comprensión generalizados o al rechazo
a la palabra de la ciencia (Hornsey et al.,
2018). Este rechazo a la evidencia científica
se produce especialmente en aquellos países donde el debate social sobre el cambio
climático se encuentra más polarizado. Por
esta razón, en cuanto al contenido de la comunicación, Heras (2022) propone narrativas potencialmente útiles para aglutinar
y facilitar las respuestas sociales de ciudadanos con distintas sensibilidades políticas.
Estas seis narrativas pueden resumirse en las
siguientes frases: «yo tampoco lo vi venir»,
«estamos en el mismo barco», «no tenemos
fórmulas mágicas», «las excusas nos anclan
a la inacción», «la inacción tiene consecuencias» y «las emociones nos unen» (Fernández-Reyes y Heras, 2022, p. 29).
En la actual situación de emergencia climática, la ciudadanía necesita conocer cómo es
el camino que tenemos que recorrer juntos
y cuál es el destino final. Bradley y otros
(2014) concluyeron que participar en las
medidas para mitigar el cambio climático
reduce la relación entre la percepción del
riesgo y la ecoangustia. Por lo tanto, es fundamental comunicar las medidas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las medidas de adaptación
a unas condiciones climáticas cambiantes y
los beneficios que nos va a comportar todo
ello. Cobran especial relevancia las soluciones basadas en la naturaleza y en la conservación de los ecosistemas naturales como
principal medida de mitigación y adaptación, y la relativización del tecnooptimismo
como mensaje tranquilizador que inhibe o
enmascara la necesidad de estas soluciones.
Por otra parte, la correspondiente atribución de responsabilidades a los ciudadanos
a la hora de actuar debe ir acompañada con
Informando de ciencia con ciencia
la puesta en marcha de esas medidas por las
empresas, las Administraciones y las instituciones responsables.
Siguiendo con el tratamiento narrativo, encontramos estudios sobre los efectos que las
distintas estructuras narrativas pueden ejercer tanto en el recuerdo como en la comprensión de la información televisiva (Lang,
1989; López, 2001), para concluir que la
estructura correspondiente al paradigma
del relato clásico (planteamiento, desarrollo
y desenlace) es capaz de establecer de forma
más efectiva las relaciones de causa y efecto
y mejorar la comprensión del mensaje por
los espectadores (López, 2001). Por otra
parte, el denominado storytelling aplica estrategias propias de la narrativa de ficción a
la construcción de relatos informativos sobre ciencia o cambio climático (personificación del conflicto, protagonistas versus antagonistas, acción dramática, etcétera). Esta
estrategia ha demostrado ser valiosa para la
comunicación de la ciencia (Finkler y Leon,
2019), ya que permite captar la atención,
incrementar la empatía con los protagonistas, hacer comprensible un fenómeno complejo e interpelar a la audiencia.
La función social del periodismo
ambiental
La comunicación social del cambio climático selecciona y transfiere información a
la sociedad sobre aquello que considera de
interés para la opinión pública en relación
con la crisis climática. Los problemas y las
soluciones se presentan conforme a unos
marcos de referencia y los mensajes contienen una serie de valores que se transmiten a
la ciudadanía. A pesar de la discusión acadé-
138
mica sobre el grado de abstracción de estos
valores y cómo medirlos, la investigación de
las ciencias sociales pone de manifiesto la
existencia de ciertos grupos de valores que
constituyen indicadores sobre el grado de
compromiso personal a la hora de actuar
frente al cambio climático, como son los
valores altruistas, frente a otros que frenan
o retardan la acción climática, como la discrepancia y la polarización política (Corner
et al., 2014). Los medios de comunicación
social tienen una gran responsabilidad a la
hora de transmitir unos valores u otros a
la ciudadanía para favorecer el compromiso
con la acción climática.
El complejo ecosistema comunicativo en
el que estamos inmersos permite a la ciudadanía acceder a múltiples fuentes de información de forma inmediata, si bien encontramos que, especialmente en las redes
sociales, las conversaciones sobre cambio
climático contribuyen con frecuencia a la
desinformación (León et al., 2021), entendiendo como desinformación la comunicación de datos falsos o imprecisos, ofrecer
interpretaciones erróneas o practicar alguna
de las distintas formas de escepticismo o de
negacionismo existentes (Treen et al., 2020,
en León et al., 2021). Para referirse a la desinformación, instituciones como la Comisión Europea y la Unesco evitan emplear el
término fake news por su falta de precisión y
optan por referirse a «desórdenes informativos» (Ireton y Posetti, 2018), que clasifican
en tres categorías: desinformación o información falsa; información errónea, y mala
información cuando se trata de una información verdadera que no debería ser publicada porque proviene de un ámbito privado o restringido (Ireton y Posetti, 2018, en
Salaverría et al., 2020, p. 4). Para combatir
Informando de ciencia con ciencia
los «desórdenes informativos» en relación
con la crisis climática y con las soluciones
propuestas, se requieren periodistas formados que detecten y combatan los diferentes
tipos de falsedades, errores y malas prácticas, para contribuir con sus publicaciones a
crear una opinión pública bien informada,
y evitar así confusiones recurrentes.
Otro riesgo que ofrecen las redes sociales es
un efecto conocido como «filtro burbuja»
(Parisier, 2012). La utilización de los datos
que proporcionamos sobre nosotros mismos y los datos que proporciona el rastro
de nuestra navegación se emplean para seguir nuestro comportamiento y la posterior
recomendación algorítmica, de manera que
la información que se nos ofrece guarda
relación con la información que buscamos
y compartimos. Se crea entonces el efecto
burbuja porque solo vemos lo que comparten nuestros contactos y lo que nos recomiendan las redes. Estar atrapados en esta
burbuja dificulta que el mensaje de la ciencia alcance a toda la ciudadanía.
A pesar de lo anterior, las redes sociales
también tienen aspectos positivos para la
comunicación del cambio climático que
son apreciados especialmente por las personas jóvenes. El ejercicio de un periodismo
responsable, en los medios y en las redes
sociales, se basa en unos principios que no
precisan ser reinventados en función del soporte: las buenas prácticas valen lo mismo
en un documental de televisión que en un
tuit. Atender al contexto, primar la proximidad y la precisión, alimentar la credibilidad
basada en el rigor, la independencia, la diversidad y la ética, apostar por la profundidad, interactuar con nuestras audiencias
para conocer sus intereses y estar atentos
siempre a la educación y la empatía. Estos
son algunos de los valores a los que jamás
debe renunciar un comunicador confundido por el negocio, las audiencias o el morbo
mediático. (Para mayor información sobre
periodismo científico responsable, consulta el
capítulo 5).
Decálogos, recomendaciones
y manuales
Dada la complejidad y transversalidad de la
crisis climática, los investigadores sociales de
la comunicación, junto con los científicos
de otras disciplinas y los propios profesionales de la información, han realizado intensos
esfuerzos para elaborar propuestas concretas
que permitan mejorar la comunicación del
cambio climático y facilitar así el trabajo en
distintos contextos y soportes. Estas propuestas han tomado forma de recomendaciones, decálogos, principios o guías.
» «Decálogo-Guía para la comunicación
del cambio climático en un contexto de
transición ecológica ante la emergencia
climática» (2018), versión actualizada
del «Decálogo de recomendaciones para
comunicar el cambio climático en los
medios», Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático (ECODES y
Grupo MDCS - UCM).
» «Cómo informar sobre fenómenos meteorológicos extremos y cambio climático. Manual para periodistas», World
Weather Attribution, ORG.
» «Decálogo de buenas prácticas para comunicar el cambio climático en redes
sociales» (2021), Seminario Clima en
Redes, Universidad de Navarra.
» «Recomendaciones para la cobertura
periodística desde un enfoque de salud.
La información científica en la comunicación ambiental: el caso del cambio climático
139
Mensajes clave
Periodismo y cambio climático» (2020),
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» «Climate Visuals: Seven principles for
visual climate change communication»
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» Trabaja sobre una agenda propia y trata
Prácticas inspiradoras
» Medios escritos generalistas que cuen-
»
»
»
»
tan con secciones específicas de medio
ambiente (Natural, La Vanguardia) o de
cambio climático (Clima y Medio Ambiente, El País).
Programas de información ambiental en
radio y en televisión sobre cambio climático:
• Cambio climático de Canal Sur Radio
• El bosque habitado de Radio Nacional
de España
• Reserva natural de Radio Nacional de
España
• El escarabajo verde de Televisión Española (desde 1997)
• Espacio protegido de Canal Sur Televisión (desde 1998)
• Desafío ártico, nuevo formato de Canal Sur Televisión (2022)
Revistas especializadas que exploran nuevas narrativas: Ballena Blanca
Medios digitales especializados en noticias, investigación y análisis: Climática
Nuevos formatos que buscan llegar a
nuevos públicos como la serie Porvenir
(Movistar+), un híbrido de ficción y divulgación sobre cambio climático.
140
» La experiencia transmedia Un telediario
del futuro, que simula un futuro utópico frente a uno distópico en función de
nuestra respuesta hoy a la crisis climática.
» Representaciones escénicas comprometidas con la emergencia climática: Antropoceno (Thaddeus Phillips), Contra natura,
Pulmones, La realidad, Mi mundo limpio
o Los hijos.
» Obras cinematográficas que escapan al
comercial género de catástrofes para poner el foco sobre personajes reales a los
que afecta la crisis climática:
• Thank You For The Rain, Julia Dahr y
Kisilu Musya (2017)
• The spirit of The Ganga, Natashja Rathore (2022)
• Spanish Olive Grove, Francisco Javier
Fernández Bordonada (2021)
» Experiencias de educomunicación llevadas a cabo como proyectos de innovación
educativa en España y en Europa:
• Jóvenes frente al Cambio Climático
(2012)
• The Climate Puppets, cut the ropes,
proyecto Youngsters I.Doc Makers
(Unión Europea, 2017).
Informando de ciencia con ciencia
»
»
»
»
de captar la atención de tu audiencia mediante la relevancia social, la actualidad
y la trascendencia del tema que les presentas. ¿Cuál es tu público? ¿Dónde está?
¿Qué le motiva?
El periodismo de proximidad es particularmente valioso, ya que usa ejemplos
situados en nuestro territorio cotidiano,
fuentes que trabajan en ese mismo escenario y un lenguaje más comprensible.
Busca fuentes fiables y analiza con calma
la información que te facilitan. Maneja
con buen criterio la conexión con tu audiencia, el contexto y las características
del soporte.
Si bien la naturaleza sufre los efectos del
cambio climático, a la audiencia le preocupa especialmente su impacto en la especie humana, lo que no implica despreciar el valor de la biodiversidad y las
soluciones basadas en la naturaleza.
Debe evitarse la polarización y el pesimismo, haciendo referencia a las soluciones, a la cooperación, a las buenas prácticas y a los beneficios que tiene pasar a la
acción.
» El interés mediático no debería desarrollar-
se de manera compulsiva o sensacionalista
y destacar, por ejemplo, los fenómenos
meteorológicos extremos. Es mala estrategia cuando lo que se trata es de explicar
un proceso, con sus causas, consecuencias
y actores, y no un suceso que termina conduciendo a la angustia o la indiferencia.
» Separar información de opinión resulta
imprescindible para evitar la trampa de
la «falsa simetría», donde las afirmaciones
científicas tratan de rebatirse aportando
juicios sin fundamento.
La
ansiedad informativa, entendida como
»
una urgencia injustificada a la hora de
elaborar y transmitir la información, es
un veneno que destruye el objetivo más
preciado: la comprensión.
» El periodismo ambiental debe ejercer
una labor fiscalizadora a la hora de preguntar a los responsables por las medidas
de mitigación y adaptación al cambio
climático, y ayudar a establecer una clara
distinción entre el nivel de responsabilidad a escala ciudadana y el que corresponde a los gobiernos, empresas y todo
tipo de instituciones.
La información científica en la comunicación ambiental: el caso del cambio climático
141
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144
Informando de ciencia con ciencia
La información científica en la comunicación ambiental: el caso del cambio climático
145
09
Informar
sobre salud
Sergio Ferrer
y Carmen Peñafiel
Marco teórico
La importancia que tiene la
información de salud en
los medios de comunicación
«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades», así
consta en el preámbulo de la Constitución
de la Organización Mundial de la Salud
(Nueva York, 1946). De manera que la información en salud está caracterizada por el
bienestar, la prevención y el tratamiento de
las enfermedades, y cualquier otra decisión
relacionada con la salud y el cuidado de la
salud de las personas, incluyendo la información necesaria para tomar decisiones sobre productos y servicios médicos.
Resumen
El periodismo siempre requiere de ética
y responsabilidad por parte de quienes lo
ejercen, y el periodismo de ciencia no es una
excepción. Sin embargo, el periodismo de
salud es un campo especialmente delicado
dentro de la profesión: una comunicación
alarmista, sensacionalista o poco rigurosa
de otras áreas de la ciencia puede hacer que
el lector no entienda el bosón de Higgs o,
como mucho, crea que un meteorito puede
impactar contra la Tierra. En el caso de la
salud existe el peligro de crear confusión,
148
alarma, falsas esperanzas y sobreexpectativas
en temas tan delicados y personales como
el cáncer y el alzhéimer, o de importancia
para la salud pública como la pandemia de
covid-19. Así, una de las tareas más importantes y difíciles del periodista científico en
contextos de urgencia consiste, paradójicamente, en no publicar. En otras palabras,
en decidir qué informaciones, prepublicaciones, estudios, informes, notas de prensa
y hasta debates merecen llegar a la opinión
pública y cuáles no.
Informando de ciencia con ciencia
Los medios de comunicación desempeñan
un papel trascendental en la construcción
de la realidad, según explica la teoría del establecimiento de la agenda que hoy toma
gran relevancia. Los medios cuando seleccionan la información más relevante del día
están determinando su interés informativo
e influyen en la opinión pública, de modo
que la agenda mediática pasa a ser la agenda
social (McCombs, 2006, p. 25). También
influyen en la construcción social de la realidad cotidiana, ya que de sus orientaciones
últimas dependerá la imagen de la realidad
que conocerá el público (Dader, 1990). Los
medios de comunicación, por tanto, ade-
Informar sobre salud
más de mantener informados a los ciudadanos pueden llegar a modificar conductas,
actitudes o comportamientos (Cacciatore et
al., 2012; Hinnant et al., 2012; Catalán y
Peñafiel, 2019). En el caso de la información de salud ofrecen contenidos de utilidad aportando recomendaciones, consejos,
sugerencias hechas por especialistas que
contribuyen a prevenir algunas dolencias,
mejorar la calidad de vida, algo que se puede encuadrar en el llamado periodismo de
servicio y tienen la responsabilidad de mantener debidamente informada a la población sobre la prevención de enfermedades
(Mejia et al., 2020).
Socializar la ciencia y la información
de salud
La ciencia en general y la información de salud en particular se deben socializar. Internet
y las redes sociales son una potente herramienta de difusión. Gracias a las nuevas tecnologías y al desarrollo de las redes sociales,
se quiere hacer partícipe a la sociedad para
que se involucre en el proceso científico y no
solo se divulgue la información de salud, sino
también se socialice, aunque las redes socia-
149
les también son espacios donde se producen
muchos desatinos, propios de una falta de
rigurosidad en la información que se ofrece.
Los y las periodistas que acuden a las plataformas digitales a buscar información, datos, testimonios tienen que ser conscientes
de que en el entorno digital es donde más
se propagan las noticias falsas, por eso estos profesionales de la información deben
ser capaces de filtrar, identificar y poner en
cuarentena esos nuevos contenidos o mensajes viciados o poco responsables. Es muy
importante la verificación y el contraste de
la información antes de publicar. Por otra
parte, las redes sociales aportan al periodismo rapidez e inmediatez.
La necesidad de un periodismo
especializado en salud
Se constata la necesidad de profesionales especializados en salud, que sean capaces de
buscar, leer, seleccionar, entender artículos
científicos publicados en revistas de prestigio
y de traducir la información (Viswanath et al.,
2008; Catalán y Peñafiel, 2019). Asimismo,
los periodistas especializados en salud desempeñan un papel determinante evitando la
difusión de noticias falsas al público (Lewis y
Cushion, 2017; Elías y Catalán, 2020; Nguyen y Catalán, 2020), también participan en
la selección de fuentes informativas y con ello
en la objetividad, veracidad y calidad de las
fuentes, por lo que resultan fundamentales a
la hora de dar una información fiable y comprensible (Stroobant et al., 2018).
De cualquier modo, debemos diferenciar
que la información científica y la divulgación científica son dos funciones distintas
150
«Gracias a las nuevas
tecnologías y al desarrollo de
las redes sociales, se quiere
hacer partícipe a la sociedad
para que se involucre en el
proceso científico y no solo
se divulgue la información
de salud, sino también se
socialice» .
(informativa y educativa) que los medios de
comunicación pueden contribuir a fusionar
a través de los fundamentos teóricos del periodismo especializado.
La Escuela Andaluza de Salud Pública en
2020 publicó una serie de pautas para una
información responsable (López et al., 2020):
a) Evitar un lenguaje sensacionalista
b) Seleccionar las imágenes que ilustran la
información
c) Evitar especular sobre posibles escenarios
d) Proporcionar al lector acciones específicas que pueda llevar a cabo
e) Indicar las fuentes oficiales de información
f) Consultar con expertos con relación a las
investigaciones que se consulten
g) Reflexionar sobre si dar cobertura a los
rumores
h) Contenido accesible y comprensible
i) Evitar un lenguaje despectivo
j) Llenar los vacíos de información proporcionando un periodismo de servicio
Informando de ciencia con ciencia
El principal reto de las periodistas y los periodistas que trabajan los temas de salud es
ayudar a la ciudadanía a formar su propio
criterio y a disponer de los datos relevantes,
bien seleccionados y ordenados; ofrecer una
información rigurosa, precisa y útil como
herramienta imprescindible para tomar decisiones en materia de salud.
Algunas de las funciones de estos profesionales son:
» Identificar temas y problemas relaciona-
dos con la salud teniendo en cuenta el
contexto social y la calidad de vida de
públicos específicos.
» Difundir crítica y ética.
» Responsabilizarse de la información con
una perspectiva integral e integradora.
» Investigar los datos relacionados con el
tema de la salud a través de la interrelación con fuentes válidas y fiables, que
representen los distintos puntos de vista
sobre el tema y posibiliten la recopilación
de datos contrastados referentes a investigaciones y avances científicos.
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
En la era de las redes sociales los problemas muchas veces empiezan cuando se traduce un estudio científico en un titular de
prensa atractivo y fácil de compartir. Así,
un trabajo con un encabezado tan técnico como «Complete Regression of Advanced Pancreatic Ductal Adenocarcinomas
upon Combined Inhibition of EGFR and
C-RAF» puede acabar en los medios como
si se hubiera logrado «la desaparición total
del cáncer de páncreas más agresivo» o como
si se hubiera hallado «un camino para curar
el cáncer de páncreas en cinco o diez años».
Esto, aunque el avance se haya obtenido en
ratones y, por lo tanto, su aplicación en seres
humanos todavía no sea clara ni inminente.
La realidad es que muchos lectores nunca
pasan del titular, que demasiado a menudo
es compartido en forma de pantallazo por
WhatsApp. Por eso, es buena idea evitar:
1) Dar la impresión de que se ha «cura-
do» una enfermedad (ya sea diciéndolo
directamente o sugiriendo la «desaparición total» de un cáncer o el «freno de su
avance»).
2) Utilizar un lenguaje propio de notas de
prensa. Es normal que universidades y
empresas recurran a palabras como revolución, pero el periodista de salud debe
saber que rara vez se produce un «hito»
de estas características, y que la lista de
«peros» suele ser considerable.
152
Por el contrario, se aconseja:
1) Especificar el sujeto del estudio ya en el ti-
tular: ¿hablamos de ratones?, ¿de células?,
¿son datos preliminares?, ¿o es un enorme
ensayo clínico con miles de pacientes?
2) En ocasiones es posible incorporar los
matices que pueda tener la investigación
desde el titular. En vez de «un fármaco
frena el alzhéimer» es mejor aclarar que
«un fármaco frena el alzhéimer, pero los
investigadores no tienen claro si será suficiente». Esto da al lector la idea, mucho
más realista, de que se ha logrado algo
importante pero que todavía queda camino por recorrer.
Ya tengo mi titular, ¿y ahora qué?
» No todos los artículos científicos
son estudios ni todos los estudios son
iguales
En las revistas científicas, como en los periódicos, existen distintos géneros. Algunos
son artículos de opinión, como los comentarios. Es importante diferenciar un metaanálisis de una carta en la que se sugiere una
hipótesis, para no caer en el error de meter
todo en el saco de «según un estudio».
Informando de ciencia con ciencia
» Las prepublicaciones están sin revisar,
pero eso no significa que lo revisado
sea infalible
Durante la pandemia de covid-19 muchos
artículos sin revisar llegaron a los medios
de forma precipitada, aunque luego nunca
fueran publicados en una revista científica. Escoger qué prepublicaciones merecen
atención mediática y cuáles no es difícil,
pero tener fuentes fiables que ayuden a evaluarlas siempre ayuda. Por otro lado, es importante entender que un estudio revisado
no supone una verdad revelada.
» Las soluciones mágicas no existen:
lo social es importante
Un investigador está muy enfocado en un
campo muy concreto del conocimiento.
Sin embargo, el periodista debe ser capaz de
ir más allá para tener una visión global
de la situación. Durante la pandemia de
covid-19 se vendieron soluciones como los
autotest, los filtros HEPA y las mascarillas.
Los periodistas de salud deben ser capaces
de ver más allá y transmitir al público los
matices y limitaciones que tienen estas tecnologías, siempre manteniendo los pies en
el suelo.
» Cada debate tiene su momento (o no)
Los medios tienen la capacidad de determinar qué temas llegan al debate público.
Llevar debates innecesarios, mal enfocados
o de forma prematura puede confundir y
desinformar. No publicar, en los tiempos del
ciberanzuelo (clickbait) y la insaciable locomotora que es internet, es siempre un reto.
En temas de salud es una prioridad absoluta.
» Que lo divertido no nos distraiga
de lo importante
Las curas milagrosas, bulos y conspiraciones
acaparan noticias de prensa y artículos escritos por verificadores de información. Sin embargo, estas noticias no deberían evitar que
se traten temas más importantes y relevantes
que explicar que la horchata no cura el cáncer. El biólogo Carl Bergstrom lo analizaba en
una entrevista: «Hay quien obtiene un placer
culpable al machacar a la homeopatía. Probablemente hay demasiado de eso a expensas de
análisis más sutiles en los que no estamos haciendo suficiente énfasis».
Informar sobre salud
En caso contrario se corre el riesgo de popularizar las llamadas «simplezas pandémicas», que se pueden resumir con frases tan
escuchadas como «si en España lleváramos
mascarilla como en Japón no habría habido pandemia». Estas favorecen la polarización de la sociedad y también el efecto
arrastre en las Administraciones públicas,
que se traduce en el contagio de medidas
tan ineficaces como el cierre de parques infantiles.
» Comunicar la incertidumbre para evitar
los bandazos
En un contexto de evidencias cambiantes es
importante cuidar el lenguaje y la forma de
comunicar una literatura científica que todavía no está asentada. Por ejemplo, evitando
expresiones como «ahora dicen» o dando a
entender que los cambios en la estrategia de
vacunación son fruto de los bandazos en lugar
de debidos a cambios en el contexto o a nuevas evidencias.
153
Casos prácticos
» Caso 1
A vueltas con la hidroxicloroquina. El
potencial de la hidroxicloroquina como
fármaco contra el coronavirus llegó a los
medios a través de prepublicaciones con
enormes limitaciones, y algunas llegaron a
ser acusadas de fraudulentas. Sin embargo,
el primer gran estudio que descartó su efectividad y alertó de sus riesgos resultó ser un
completo fraude, y las revistas en las que se
había publicado, The Lancet y NEJM, tuvieron que retractarse, a pesar de que había superado la revisión por pares. Fue un ensayo
clínico de calidad realizado a gran escala el
que logró zanjar la cuestión.
Sin embargo, en un punto de la pandemia en
el que se intentaba controlar la transmisión y
detectar el mayor número de infectados posible, esto alimentó a los negacionistas que
aseguraban entonces que las PCR no funcionaban y que la pandemia era un montaje.
» Caso 3
» Caso 2
¿Mascarillas sí o mascarillas no? Estos
son, en orden cronológico, algunos titulares
publicados al respecto solo en 2020: «Llevar
mascarilla por la calle no protege del coronavirus», «¿Y si nos equivocamos al no llevar
mascarilla?», «La paradoja de la mascarilla:
España lidera su uso y los rebrotes, ¿qué
ha salido mal?», «¿Nos estamos quitando la
mascarilla en los lugares equivocados?».
Tu PCR no debería ser positiva. El New
York Times publicó un artículo en 2020
en el que se señalaba que no todos los positivos por PCR lo eran en realidad: «Tu
prueba de coronavirus es positiva. Quizá
no debería serlo». El artículo analizaba algo
cierto: que este test es muy sensible y es
capaz de detectar partes diminutas del genoma del virus.
Los resultados podían escucharse en un informativo de Antena 3 emitido en 2021,
en el que se aseguraba que algunos investigadores decían que las mascarillas quirúrgicas que se habían usado hasta entonces
en realidad no servían y había que emplear en
su lugar las FFP2. «No se aclaran, cada día
dicen una cosa», decía un confundido viandante durante la pieza.
Fuente: New York Times, 2020.
154
Informando de ciencia con ciencia
Mensajes clave
» El periodismo de salud es un campo especialmente delicado dentro de la profesión perio-
dística.
» La comunicación alarmista, sensacionalista o poco rigurosa de otras áreas de la ciencia
puede hacer que el lector no entienda el bosón de Higgs o crea que un meteorito puede
impactar contra la Tierra. En el caso de la salud existe el peligro de generar confusión,
alarma, falsas esperanzas y sobreexpectativas en temas tan delicados y personales como
el cáncer y el alzhéimer, o de importancia para la salud pública como la pandemia de
covid-19.
» En un contexto del ciberanzuelo y del entretenimiento por encima de la información, no
publicar es siempre una opción.
» El periodista debe ser un filtro dentro del ruido, no un altavoz de desinformación y mala
ciencia.
Referencias
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156
Informando de ciencia con ciencia
Informar sobre salud
157
10
También son ciencias:
cómo informar
sobre humanidades
y ciencias sociales
Laura Chaparro
y Elea Giménez
Marco teórico
La comunicación de la ciencia y el periodismo científico se suelen asociar a las ciencias
experimentales, naturales o exactas, y las
humanidades y las ciencias sociales quedan
más en la sombra. Esto se observa en la propia lectura de la prensa, pero también está
descrito como fenómeno en la literatura
científica (Cassidy, 2008 y 2021). Humanistas y científicos sociales intervienen en
los medios, aunque sus investigaciones no
son objeto central de atención en las secciones de ciencia, sino en las de informaciones generales del ámbito social (Eizmendi y
Peña, 2021). Quizá la psicología, la economía o la historia sean la excepción (Cassidy,
2021; Weiss et al., 1988).
Resumen
Las humanidades y las ciencias sociales forman parte del sistema de investigación de
cada país, trabajan con metodologías propias y se relacionan con otras disciplinas
para construir nuevo conocimiento y resolver problemas. Sin embargo, a menudo no
reciben la misma consideración que el resto
de ciencias. Las noticias sobre investigación de estas áreas no tienen tanta presencia en las secciones de ciencia, sino que,
más bien, se incluyen en las de sociedad,
cultura u opinión. Conocer los centros de
investigación, incluir diversidad de fuentes
160
y considerarlas como parte de la solución
ante los retos globales son tres piezas fundamentales para los periodistas que estén trabajando con estas disciplinas. La Organización Mundial de la Salud y otros organismos
internacionales y nacionales las han considerado un elemento clave a la hora de tomar decisiones en la pandemia de covid-19.
También se observa el papel que desempeñan en los Libros Blancos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
que afrontan los desafíos científicos globales a medio plazo.
Informando de ciencia con ciencia
Las disciplinas humanísticas y sociales forman parte de los sistemas de ciencia de
cada país. Sus metodologías y fuentes son
diferentes en naturaleza a otras ciencias.
Conviene recordar que su objeto de estudio
—el ser humano y la sociedad— está mediado por el propio investigador que es, a la
vez, investigador e investigado. También es
importante subrayar que el conocimiento
generado en estas disciplinas no siempre es
monolítico, no hay una verdad única. Las
escuelas de pensamiento, las ideologías y
las propias metodologías pueden dar lugar
a diferentes interpretaciones y matices en
los puntos de partida y en los resultados de
investigación. Finalmente, hay que apuntar
que la interdisciplinariedad es la fórmula
para afrontar los problemas complejos a los
que nos enfrentamos como sociedad. A ese
objetivo contribuyen también las humanidades y las ciencias sociales.
Crear un espacio para estas disciplinas en
las secciones de ciencia, promover cultura científica sobre su propia idiosincrasia,
mostrar su trabajo conjunto con otras ciencias a la hora de resolver problemas complejos y evidenciar el impacto de la investigación en las humanidades y las ciencias
sociales en distintos ámbitos de la sociedad
son objetivo de este capítulo.
También son ciencias: cómo informar sobre humanidades y ciencias sociales
161
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
A continuación, resumimos las principales
recomendaciones para que los periodistas
puedan elaborar informaciones noticiosas,
rigurosas y atractivas sobre humanidades y
ciencias sociales, incluso en temas que, aparentemente, son estrictamente «científicos»
(es decir, de las ciencias experimentales, exactas o naturales, la tecnología o la medicina).
1. Identificar temas relevantes para in-
formar. Para ello, es útil hacer un seguimiento de centros de investigación,
universidades o instituciones académicas dedicadas a humanidades y ciencias
sociales —localizando sus redes sociales
y webs—, revisando líneas prioritarias
de los planes de investigación (en todos
los ámbitos y proyectos de investigación
concedidos en convocatorias competitivas como el European Research Council
u otras convocatorias de Horizon Europe
o el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación). También
resulta de gran ayuda para identificar temas noticiosos, recibir alertas de revistas
académicas o catálogos de editoriales que
publican lo más nuevo de la investigación
de las humanidades y las ciencias sociales,
así como seguir medios como la agencia
SINC o Science Media Centre España
e iniciativas de divulgación que acercan
las investigaciones nuevas a la sociedad,
como The Conversation, Ciencia para
llevar (CSIC) o Naukas. Acudiendo a las
fuentes que producen la investigación se
evita partir de una agenda de contenidos
ya marcada y se hace hueco a los enfoques
de la investigación en estas áreas.
2. Al abordar los retos globales de la sociedad, incorporar las propuestas o
soluciones que se dan desde el conjunto
de disciplinas científicas. Esto incluye a
las humanidades y las ciencias sociales.
3. En noticias del ámbito de las ciencias
(exactas, experimentales o naturales),
tecnología o medicina, buscar el enfoque de las humanidades y ciencias sociales en el artículo antes de escribirlo.
La base para cualquier periodista que esté
escribiendo una historia es que reflexione
unos segundos sobre si ese tema —vacunas, volcanes o viajes espaciales— tiene
también dimensiones humanas y sociales
que se estén tratando desde las distintas
disciplinas. O, si en un debate sobre memoria histórica, además de hablar con los
afectados, se ha contado también con la
visión de los antropólogos. Es importante tener en cuenta que las humanidades
y las ciencias sociales pueden ser parte de
la solución a los problemas abordados en
el artículo.
4. Incluir las piezas informativas sobre
humanidades y ciencias sociales en secciones de ciencia y no solo en sociedad
o cultura. Esta acción contribuirá a crear
cultura científica, a percibir las humanidades y las ciencias sociales como lo que
son, disciplinas científicas, con métodos
de investigación y contraste propios, integradas en los sistemas de investigación
de cualquier país y que están llamadas a
También son ciencias: cómo informar sobre humanidades y ciencias sociales
163
dar soluciones a los retos globales a los
que se enfrenta nuestra sociedad.
5. Documentarse con las investigaciones
publicadas. Cuantas más horas de documentación, búsqueda de datos, información y estudios científicos tenga un reportaje, mejor será el resultado final. En
el caso de las humanidades y las ciencias
sociales, las propias instituciones académicas identificadas para el primer punto
serán fuentes para llegar a los expertos,
las noticias o la producción científica relevante para preparar las noticias. También los sistemas de información científica (Google Académico, Dimensions,
Dialnet, JSTOR o Project MUSE) o tantos otros nacionales e internacionales servirán para buscar contenidos, métodos
y argumentos que ayuden a elaborar la
información periodística. Los catálogos
de las asociaciones de editoriales académicas (en España, por ejemplo, el de la
Unión de Editoriales Universitarias Españolas [UNE], o Unilibros en América
Latina), de los propios sellos editoriales
o sus cuentas en redes sociales ayudarán
a identificar títulos que apoyen las piezas
informativas. Pueden ser útiles también
fuentes como el portal EurekAlert!, dependiente de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias, o las
notas de prensa de la Comisión Europea
con relación a la investigación. Los autores y autoras de artículos o libros pueden
ser fuentes directas para las piezas informativas. Otra fuente de información
imprescindible son las publicaciones periódicas del Instituto Nacional de Estadística. Su calendario de previsiones facilita preparar los temas con tiempo. Para
conocer en detalle este tipo de fuentes
más generales, es útil consultar la página
105, en el capítulo «Comunicación institucional de la ciencia».
164
6. Localizar fuentes rigurosas y, a ser po-
sible, manejar varias. Aunque en las facultades de Periodismo se enseña que los
reportajes deben incluir, al menos, tres
fuentes «propias» —con las que el periodista haya contactado—, en el caso del
periodismo científico, tres resultan muchas veces insuficientes, sobre todo por
el enfoque interdisciplinar que requieren
algunos temas. El periodista debe velar
por mostrar las visiones y soluciones desde las distintas disciplinas científicas. Al
incorporar fuentes de las humanidades y
de las ciencias sociales, habrá que considerar la diversidad de interpretaciones
que pueda haber sobre un tema, pues, a
menudo, las escuelas de pensamiento, las
metodologías o las fuentes pueden llevar
a conclusiones diferentes. Por tanto, un
buen artículo periodístico deberá incluir
tantas fuentes como sea necesario para
que el artículo final sea riguroso, claro y
muestre también los disensos que se producen en la ciencia.
7. Incluir diversidad de ideologías, de
metodologías, de género, de procedencias y de ámbito (local, nacional o
internacional). Lo ideal en un artículo,
especialmente en los que puedan resultar
controvertidos, es incluir distintos puntos de vista, siempre que estén fundamentados. Eso incentiva el pensamiento
crítico de la ciudadanía y traslada una
imagen de la ciencia más realista, no monolítica y no siempre con consensos. El
periodista debe tener claro que, en las
humanidades y las ciencias sociales, muchas investigaciones se centran en lo local
y sus resultados interesan en ese ámbito
cercano, pero no debe perder el punto de
vista internacional, buscando estudios
de otros países que puedan ampliar la
información. El equilibrio de género
también es importante para visibilizar a
las mujeres expertas, ya que diferentes
Informando de ciencia con ciencia
estudios (Francescutti, 2018) han mostrado su escasa presencia mediática. El
periodista tendrá que reservar parte de
su tiempo para buscar tanto a científicos
como a científicas sociales. Algo similar
ocurre con las fuentes internacionales.
Aunque la primera opción cuando escribimos un artículo es acudir a expertos y
expertas locales y nacionales, añadir expertos internacionales enriquece y aporta
nuevas visiones al artículo final.
8. Añadir los enlaces o referencias a las
investigaciones mencionadas. En un
artículo (Resnick, 2016) publicado en
el medio estadounidense Vox, el redactor preguntó a un grupo de científicos
y científicas sociales qué hacían mal los
periodistas cuando trataban sus temas.
Uno de los motivos de queja era que los
periodistas no incluyeran enlaces a los estudios originales, con lo que se impedía
que los lectores pudieran acudir a la fuen-
te original para ampliar la información si
así lo deseaban. Si, además, esos enlaces
llevan a artículos o libros en abierto, que
no impliquen dificultades de acceso para
los lectores, mejor.
9. Mostrar el «lado práctico» de las humanidades y las ciencias sociales. Desde estas disciplinas se produce transferencia de información y conocimiento
con aplicaciones directas en la vida de las
personas. Algunas leyes se apoyan en resultados de investigación de la demografía o de la economía, por poner algunos
ejemplos y, de hecho, son citadas de algún
modo en sus preámbulos. También algunas actuaciones, decisiones o cambios
de rumbo de empresas, instituciones o
asociaciones tienen en cuenta resultados
de investigación. Incluso en el ámbito
judicial, algunos casos se resuelven por el
conocimiento experto de humanistas y
científicos sociales.
Casos prácticos
» CASO 1
Las humanidades y las ciencias sociales en
la toma de decisiones: el ejemplo de la pandemia. Una de las lecciones que podemos extraer de la pandemia de covid-19 y que nos
debería servir para afrontar futuros desafíos
globales es que la ciencia avanza más rápido
cuando existe cooperación entre las diferentes disciplinas científicas. El poco tiempo
que tardaron los equipos internacionales en
desarrollar las vacunas habría sido demasiado
si las medidas de confinamiento y distancia
social de la población no se hubieran cumplido y el SARS-CoV-2 hubiera continuado
expandiéndose sin control como antes de ser
detectado y habría sumado millones de muertes más a la triste lista de fallecidos.
que apelan al consenso social o a las normas
científicas tienden a ser persuasivos o que la
polarización política iba a dificultar el fin
de la pandemia.
humana que las personas se encierren en un
aislamiento rígido como forma de proteger
a las demás personas, y con frecuencia actúan de forma inconsciente y se convierten
en un peligro continuo para sí mismas y
para los demás [véase la figura 1].
(Ruggeri et al., 2022) analizó más de 700
artículos científicos de ciencias sociales sobre el comportamiento humano publicados durante la covid-19. Del marco de 19
afirmaciones realizadas al comienzo de la
pandemia, la mayoría se cumplió, es decir,
fueron confirmadas posteriormente por literatura científica. Entre estas previsiones
confirmadas destacan que había que preparar a la ciudadanía frente a la desinformación que iba a llegar, que los mensajes
Pero esta pandemia no es la única de la que
podemos extraer aprendizajes. Como recordaba una investigación publicada en la revista Nature Human Behaviour (Van Bavel
et al., 2020), hace más de 100 años la revista Science publicó un artículo sobre las
lecciones de la pandemia de gripe de 1918.
El trabajo exponía tres factores principales
que se interponían en el camino de la prevención: las personas no aprecian los riesgos
que corren; va en contra de la naturaleza
Figura 1 . Artículo sobre las lecciones de la pandemia de
gripe de 1918 en la revista Science
Figura 2 . Seis aspectos que tener en cuenta para mitigar el impacto de la pandemia
Teniendo esto en cuenta, los investigadores plantearon seis temas principales de las
ciencias sociales y del comportamiento que
los expertos en salud pública debían tener
presentes para mitigar el impacto de la pandemia: percepción de amenazas, liderazgo,
alineación de intereses individuales y colectivos, comunicación científica, contexto social
y estrés y afrontamiento [véase la figura 2].
Junto con los virólogos que estudiaban el virus para saber cómo evitar su contagio, fue
fundamental el trabajo de los médicos preventivistas, de los salubristas y de los epidemiólogos en esos meses de tensa espera en los que se
consiguió ganar tiempo al SARS-CoV-2 hasta que la ciencia logró desarrollar las vacunas.
Ese tiempo extra se consiguió también gracias
a los científicos sociales, imprescindibles para
saber cómo comunicar los riesgos del contagio, de qué forma conseguir una mayor
adherencia a las medidas de prevención o
cómo evaluar el impacto social, personal y
económico de determinadas acciones.
Tras dos años de pandemia, una investigación publicada en preprint –sin revisión
por pares– cuando se redactó este capítulo
166
Página de la revista Science del 30 de mayo de 1919
(vol. 49, n.º 1274, pp. 501-506).
Informando de ciencia con ciencia
Fuente: Nature Human Behaviour (Van Bavel et. al., 2020).
También son ciencias: cómo informar sobre humanidades y ciencias sociales
167
La Organización Mundial de la Salud lo
tuvo claro desde el principio y puso en
marcha el Grupo de Trabajo sobre Ética y
Covid-19, además de convocar al Grupo de
Trabajo sobre Ciencias Sociales (Pickersgill
y Smith, 2021). Del mismo modo, diferentes gobiernos nacionales incorporaron (en
mayor o menor medida) conocimientos de
humanidades y ciencias sociales en sus comités consultivos sobre la pandemia.
»
Centro de Estudios de Ciencia, Comunicación y Sociedad (CCS-UPF)
»
Instituto Cultura y Sociedad (ICS)
ASOCIACIONES Y COLEGIOS PROFESIONALES
No obstante, hay estudios científicos que
denuncian que la presencia de las ciencias sociales en esta toma de decisiones ha
sido insuficiente. Un trabajo publicado en
European Journal for Philosophy of Science
(Lohse y Canali, 2021) afirma que el diseño de políticas en Europa se ha asentado
en la biomedicina, especialmente la epidemiología, lo que ha dejado a las disciplinas
no biomédicas en un plano secundario. Las
asociaciones de científicos sociales de España también reivindicaron su espacio en la
gestión de la crisis (Salas, 2020).
»
Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT)
»
Federación Española de Sociología (FES)
»
Asociación de Antropología del Estado Español (ASAEE)
»
Consejo General de Economistas (CGE)
»
Sociedad Española de Pedagogía (SEP)
»
Sociedad Española de Lingüística (SEL)
»
Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE)
Fuente: Elaboración propia.
Mensajes clave
Tabla 1 . Selección de fuentes de información nacionales
CENTROS DE INVESTIGACIÓN
»
Institutos del CSIC relacionados con las humanidades y las ciencias sociales
»
Institut de Ciències Polítiques y Socials (ICPS)
»
Instituto Carlos III – Juan March (IC3JM)
»
Instituto de Políticas de Bienestar Social (Polibienestar-UVEG)
»
Universidades españolas
»
Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología (ECYT)
168
» Las humanidades y las ciencias sociales son disciplinas científicas integradas en el sistema de
»
»
»
»
»
Informando de ciencia con ciencia
ciencia, con métodos de investigación y contraste propios.
Estas disciplinas son una mina de informaciones de interés para periodistas y público.
Identificar los centros de investigación, estar al día de sus investigaciones y consultar las fuentes
que informan de las últimas investigaciones es clave para cualquier periodista.
Las noticias relacionadas con las humanidades y las ciencias sociales deberían formar parte de
las secciones de ciencia.
Estas disciplinas aportan soluciones ante los retos globales de la sociedad.
La pandemia de covid-19 ha demostrado su importancia en la toma de decisiones.
También son ciencias: cómo informar sobre humanidades y ciencias sociales
169
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170
Informando de ciencia con ciencia
También son ciencias: cómo informar sobre humanidades y ciencias sociales
171
11
Periodismo
de datos
Ángela Bernardo
Marco teórico
Si, en palabras de Manuel Chaves Nogales
(2012), el oficio del periodista consiste en
«andar y contar», no es menos cierto que,
históricamente, los datos se han utilizado
de forma habitual con un propósito informativo (Crucianelli, 2013). Así ocurre, por
ejemplo, en el caso del periodismo económico. Además, a lo largo de la historia es
posible encontrar en el ámbito internacional
diversos precedentes en los medios de comunicación donde los datos se emplearon para
dar a conocer y contextualizar información
de interés general y relevancia pública.
Resumen
En los últimos años, el periodismo de datos ha cobrado un especial interés al ofrecer
a los periodistas y a los medios de comunicación la posibilidad de cubrir temas de
interés informativo con un mayor nivel
de complejidad y alcance. Este capítulo
revisa los antecedentes históricos de esta
especialidad periodística, ofrece una definición acerca de esta disciplina y aborda
sus principales características. El objetivo es
distinguir el periodismo de datos de otras
especialidades afines, así como mostrar sus
fortalezas y limitaciones. El capítulo también explica la importancia de los datos
174
abiertos y de las solicitudes de acceso a la
información pública, dos elementos esenciales en este tipo de periodismo. Además,
los ejemplos citados como prácticas inspiradoras muestran cómo los grandes volúmenes de información y de datos pueden
ayudar a los periodistas a realizar coberturas
informativas más precisas y rigurosas y dar
un contexto más amplio a la audiencia. Por
último, el capítulo ofrece algunos consejos
prácticos para llevar a cabo un proyecto periodístico basado en datos y aborda algunos
problemas habituales en el ejercicio de esta
labor informativa.
Informando de ciencia con ciencia
Un ejemplo es la pieza que el diario The
Manchester Guardian (actual The Guardian)
publicó el 8 de mayo de 1821. Este artículo
utilizó un conjunto de datos sobre las ciudades de Mánchester y Salford (Reino Unido)
para mostrar cuántos estudiantes recibían
educación gratuita y cuántos se encontraban en una situación de pobreza (Datablog, 2011). A partir de los años cincuenta
del siglo pasado, varios medios de Estados
Unidos comenzaron a aplicar el análisis de
datos con un claro interés informativo, por
ejemplo, para predecir resultados electorales o explicar el estallido de disturbios sociales locales (Houston, 2021).
En esencia, el periodismo de datos consiste
en obtener, analizar y visualizar de forma
comprensible grandes volúmenes de información y de datos, que se convierten en la
materia prima de esta especialidad. Su objetivo es dar a conocer hechos noticiosos con
un mayor nivel de alcance y precisión. Con
Periodismo de datos
ese fin, la tecnología cobra un papel esencial para el desarrollo de cualquier proyecto
periodístico en este ámbito. Además, esta
disciplina se encuentra íntimamente relacionada con el periodismo de investigación
y el periodismo de precisión.
Las principales novedades que aporta el periodismo de datos son el método y la multidisciplinariedad. Esta labor informativa no
se ejerce únicamente mediante la observación y el contraste de los hechos con fuentes
especializadas, sino que los equipos trabajan
coordinadamente usando diversas herramientas para explotar los datos (Chaparro,
2014). Las unidades de datos suelen estar
formadas por personas con trayectorias y
perfiles muy diversos, que abarcan campos
como el periodismo, la informática, la estadística, el diseño y la visualización.
Los proyectos periodísticos en este ámbito,
como los que se citan en la tabla 1, requieren de mucho tiempo, paciencia y meticulosidad para extraer, tratar y mostrar los datos
de forma sencilla y comprensible. Es habitual
emplear Excel para tratar la información, usar
programas como Open Refine para limpiar
las bases de datos o Tabula para convertir documentos farragosos en PDF en conjuntos de
datos con los que poder trabajar. Asimismo,
las técnicas de web scraping sirven para extraer
grandes cantidades de información de la red.
La visualización de los datos puede llevarse a
cabo utilizando herramientas sencillas como
Datawrapper o mediante el uso de librerías
en JavaScript y plataformas como Observable.
175
Tabla 1 . Prácticas inspiradoras en periodismo de datos
FUENTE
TEMA
NOVEDAD
La Nación
Monitor legislativo
ambiental
El Correo / Colpisa
¿Se puede escuchar
una pandemia?
Mona Chalabi
Varios
The Pudding
Alergias alimentarias
» Visualización de la información en formato Nintendo
South China
Morning Post
Exploración espacial
» Visualización en formato cómic
» Los datos no son meras estadísticas, se obtienen a
partir de un análisis exhaustivo de los avances legislativos
» Transformación de los datos de la covid-19 en sonidos para acercar el impacto de la pandemia en las
UCI
» Difusión en Instagram de ilustraciones para visualizar datos sobre diferentes temas, incluyendo ciencia
y salud
8 bits
Fuente: Elaboración propia.
El uso de múltiples herramientas tecnológicas y el trabajo con grandes volúmenes
de información y de datos permiten contar nuevas historias. Además, el trabajo
multidisciplinar sirve para realizar coberturas informativas con un mayor nivel de
complejidad y rigurosidad y para aportar a
la audiencia un contexto más amplio. Un
ejemplo es el proyecto periodístico El indultómetro, que, en lugar de informar sobre la concesión puntual de un único indulto, aborda los más de diez mil perdones
otorgados desde 1996 por el Poder Ejecutivo (Fundación Ciudadana Civio, s. f.). Este
enfoque permite realizar análisis más detallados sobre la evolución de los indultos, los
tipos de delitos perdonados o las solicitudes
planteadas, entre otros fines.
Los datos, por tanto, encarnan la materia
prima de este trabajo informativo: pueden
176
aplicarse directamente como fuente, ser
utilizados como un medio para contar una
historia con interés periodístico o pueden
servir con ambos propósitos (Bradshaw,
2012). No obstante, al igual que ocurre con
otras fuentes periodísticas, los datos deben
ser tratados con cautela y escepticismo, y la
información que aportan debe contrastarse y verificarse. Además, siguiendo a Shirky (2012), los datos por sí solos no dicen
nada, sino que es preciso analizarlos y transformarlos en historias que puedan resultar
de interés para el público general.
En este contexto, los datos abiertos, que sin
duda entrañan un gran interés periodístico,
son aquellos datos disponibles en línea, procesables por ordenador, con licencia abierta, gratuitos y que pueden ser reutilizados.
En este último caso, la reutilización incluye
actividades como la extracción, la modifica-
Informando de ciencia con ciencia
ción, la reordenación, la combinación o la
difusión de la información obtenida (Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, s. f.), lo que resulta de gran
importancia para el trabajo informativo. Por
desgracia, este tipo de datos no son habituales en temas con interés periodístico.
Las fuentes públicas de datos abiertos, tanto internacionales, comunitarias y estatales
como regionales y locales, a menudo dan a
conocer conjuntos de datos (datasets) relacionados entre sí y agrupados para su potencial reutilización por terceros. Gracias a
estas colecciones de datos, cuando las hay, es
posible realizar un análisis exhaustivo acerca de la actividad de los poderes públicos
en diversas materias, como la contratación
pública, la justicia, el medio ambiente o el
acceso a la salud. Sin embargo, de manera
frecuente el nivel de transparencia y la rendición de cuentas de las Administraciones
públicas son exiguos.
Es aquí donde cobra una especial relevancia el derecho de acceso a la información
pública, que reconocen el artículo 105.b)
de la Constitución española y el artículo
12 de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre,
de transparencia, acceso a la información
pública y buen gobierno. Cualquier ciudadano, incluidos los periodistas, puede solicitar el acceso a la información pública, es
decir, a cualquier contenido o documento,
sin importar su formato o soporte, que tengan los sujetos obligados por ley (como las
Administraciones públicas) y que haya sido
elaborado en el ejercicio de sus funciones.
De esta manera, es posible pedir acceso a
conjuntos de datos y otro tipo de informaciones que no hayan sido publicados hasta el
momento. Este derecho solo puede ser limitado si su ejercicio supone un perjuicio para
la seguridad nacional, la defensa, los intereses económicos y comerciales o si representa
una vulneración de la debida protección de
datos personales, entre otras restricciones. El
derecho de acceso a la información pública,
por tanto, constituye un elemento esencial
en el ejercicio del periodismo de datos y del
periodismo de investigación.
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
La elaboración de cualquier proyecto basado en el periodismo de datos exige dar varios pasos importantes: la investigación preliminar del tema que se desee investigar, el
acceso a los datos, su análisis para identificar
patrones o tendencias, la visualización de la
información encontrada y la búsqueda de
un enfoque periodístico para dar a conocer
y contextualizar los hechos. Por tanto, existen tres etapas diferentes a la hora de realizar
un trabajo periodístico en este ámbito.
la Cooperación y el Desarrollo Económico
o la Organización Mundial de la Salud. En
el ámbito de la investigación y la salud, las
sociedades científicas a veces dan a conocer fuentes útiles de datos, como muestra el
Registro Español de Fertilidad que elabora
la Sociedad Española de Fertilidad. En ese
sentido, cabe destacar que las noticias sobre
temas sanitarios y sociales están basadas frecuentemente en datos procedentes de instituciones de investigación (Knight, 2015).
La primera fase consiste en una investigación previa, cuyo objetivo principal es
comprender el problema de forma preliminar a través de la documentación con informes oficiales o literatura científica, mediante la realización de entrevistas con personas
expertas y gracias al análisis de piezas periodísticas publicadas con anterioridad. El
fin es entender qué factores pueden jugar
un papel clave, cuál puede ser el objetivo de
la investigación y qué conjuntos de datos
e informaciones pueden resultar de interés.
Además, también es posible ejercer el derecho de acceso a la información para recabar
datos que no se encuentren disponibles públicamente. Pero, en demasiadas ocasiones, no existen datos disponibles del tema
que se trata. En ese caso, la única forma
de aportarlos es crearlos desde cero. Existen varias vías: la primera, convertir información en otros formatos en datos, como
por ejemplo textos oficiales, extrayendo la
información relevante (por ejemplo, con
los indultos o cartas de naturaleza que se
publican en el Boletín Oficial del Estado);
la segunda, creando bases de datos a mano
basadas en entrevistas a personas especializadas, por ejemplo, en temas relacionados
con el acceso a la reproducción asistida en
Europa (Belmonte et al., 2021) o recopilándolas de distintas fuentes.
El segundo paso es la búsqueda y el acceso a los datos. En este tipo de proyectos, es
habitual que los datos procedan de instituciones oficiales (Loosen et al., 2017). En ese
sentido, existen múltiples fuentes que pueden servir, como el Portal de Contratación
del Estado, las estadísticas que publican las
Administraciones, el Instituto Nacional de
Estadística, Eurostat, la Organización para
178
Durante esta segunda etapa, es imprescindible verificar los datos mediante un análi-
Informando de ciencia con ciencia
«Es importante ser
transparentes con el uso
de los datos y la metodología
seguida . Este requisito
puede ayudar a la difusión
y la reutilización de trabajos
periodísticos» .
sis exhaustivo de su metodología, un paso
imprescindible en el ejercicio del periodismo de datos (Knight, 2015). Por ejemplo,
los conjuntos de datos sobre profesionales
sanitarios que publica Eurostat no siempre
tienen en cuenta las mismas categorías dado
que pueden diferir entre los distintos países
europeos. Además, es esencial comprobar
la actualidad de los datos y su aplicación
práctica. Por ejemplo, si se analiza el acceso a la salud mental, un menor número de
camas psiquiátricas en los hospitales no necesariamente representa un peor indicador,
sino que puede mostrar un mayor despliegue de la atención comunitaria (Bernardo
et al., 2021). Ahí radica la importancia de
la investigación preliminar previa al acceso
y al análisis de las colecciones de datos.
escaneadas. Otro problema habitual, en relación con la interpretación de la información, es que los conjuntos de datos no estén
bien consolidados y contengan errores. Por
ello, es necesario hacer un exhaustivo trabajo de limpieza y verificación para asegurar
que la información sea correcta.
La última etapa consiste en la contextualización de los datos para transformarlos
en historias de interés periodístico. Un
mapa o una visualización de un conjunto de
datos, pese a su enorme importancia en este
trabajo, no constituyen per se un reportaje,
sino que es necesario consultar y entrevistar
a fuentes especializadas, reportear y encontrar un enfoque con interés general y relevancia pública. En ese sentido, los objetivos
de cualquier proyecto periodístico basado
en datos no difieren de los habituales del
oficio: es esencial garantizar la claridad, la
veracidad y la rigurosidad de la información
que va a ser publicada. Además, también es
importante ser transparentes con el uso de
los datos y la metodología seguida. Este requisito puede ayudar a la difusión y la reutilización de estos trabajos periodísticos, por
ejemplo, académicamente, y a la detección
de posibles errores.
La mera existencia de fuentes estadísticas
no implica siempre un buen acceso a la información. Por ello, es recomendable contar con diversas bases de datos que sirvan
como apoyo. Además, a menudo hay barreras que dificultan la extracción de los datos,
por ejemplo, si los conjuntos no están disponibles en formatos CSV o Excel por tratarse de documentos en PDF con imágenes
Periodismo de datos
179
Casos prácticos
» CASO 1
» CASO 2
Dollars for Docs (ProPublica). El periodismo de datos puede dar luz a temas que
históricamente se han caracterizado por la
falta de transparencia y de atención mediática. Un ejemplo es Dollars for Docs: entre
2010 y 2019, la organización ProPublica
recopiló las transferencias económicas realizadas por empresas farmacéuticas a profesionales sanitarios en Estados Unidos. Este
trabajo de periodismo de datos demostró el
tiempo y la perseverancia necesarios para
difundir este tipo de vínculos financieros,
que pueden dar lugar a conflictos de intereses y a sesgos cuyo impacto puede resultar
negativo en la investigación biomédica y en
la práctica clínica.
The COVID Tracking Project (The Atlantic). La investigación periodística puede ayudar a mejorar la vigilancia y la rendición de
cuentas sobre la actividad de los poderes públicos. Este objetivo ha sido especialmente
valioso durante la pandemia de la covid-19.
En particular, esta iniciativa, impulsada por
el medio estadounidense The Atlantic, recopiló durante meses los principales datos diarios sobre las pruebas diagnósticas realizadas,
los casos de coronavirus, la atención hospitalaria o la campaña de vacunación para prevenir esta enfermedad infecciosa. Además,
los periodistas contaron con la colaboración
de centenares de voluntarios para recoger los
conjuntos de datos que todavía hoy pueden
descargarse de su página web.
Esta iniciativa recopiló y cotejó una gran
cantidad de información en diferentes formatos para dar lugar a una única base de
datos sobre más de 4.000 millones de dólares en transferencias económicas (Ornstein
y Grochowski Jones, 2015). A partir de ahí,
ProPublica elaboró múltiples piezas periodísticas sobre los conflictos de intereses en
la medicina.
Sin duda, un proyecto pionero en el ámbito de la salud, que después se hizo a escala
europea, por ejemplo, a través de Euros for
Docs, y en España, con los reportajes de
Civio sobre las transferencias de las empresas farmacéuticas a organizaciones y profesionales de carácter sanitario.
180
Este proyecto se puso en marcha inicialmente para recopilar datos diarios sobre
las pruebas para diagnosticar la infección
por coronavirus SARS-CoV-2 en cincuenta estados, cinco territorios y el distrito de
Columbia de Estados Unidos (The Covid
Tracking Project, s. f.). El motivo fue la falta de transparencia inicial en esta materia
de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Con el paso del tiempo, el esfuerzo para
obtener a diario información se concentró
también en otros temas, como la discriminación racial, la atención en residencias o
la asistencia en hospitales durante la pandemia. El proyecto recibió el Premio Sigma de
periodismo de datos.
Informando de ciencia con ciencia
» CASO 3
Medicamentalia (Civio). El trabajo periodístico también puede aportar información sobre las barreras sociales que limitan
el disfrute del progreso científico y de sus
beneficios. A través de tres iniciativas periodísticas diferentes, Medicamentalia usó
el análisis de datos para explicar las barreras en el acceso a la salud a nivel internacional. El primer proyecto, Medicamentalia Acceso, analizó las brechas globales para
acceder a 14 medicamentos esenciales en
61 países diferentes. Con ese fin, se elaboró una base de datos con más de 65.000
campos de información, a partir de la cual
se demostraron las grandes diferencias de
precios de los fármacos analizados, incluso en el caso de medicamentos genéricos
(Fundación Ciudadana Civio, s. f.). Teniendo en cuenta los diferentes salarios
en las regiones estudiadas, la investigación
periodística dio a conocer, por ejemplo,
que las personas que vivían en países en
desarrollo debían trabajar mucho más para
poder costearse el mismo tratamiento.
El segundo proyecto, Medicamentalia Vacunas, exploró la situación de la vacunación internacional, combinando el análisis
de datos con el trabajo de campo. En este
caso, se examinaron los niveles de inmunización frente a diversas enfermedades
y su prevalencia, así como las barreras de
acceso a diferentes vacunas en relación
con los precios y los problemas de desabastecimiento (Fundación Ciudadana Civio, s. f.). Por último, el tercer proyecto,
Medicamentalia Anticonceptivos, analizó
las brechas globales en el uso de medidas
anticonceptivas y la influencia de factores
políticos, religiosos o sociales que condicionaban su empleo en diferentes regiones
(Fundación Ciudadana Civio, s. f.). La
iniciativa Medicamentalia fue reconocida,
entre otros galardones, con el Premio de
periodismo iberoamericano de la Fundación Gabriel García Márquez.
Mensajes clave
» Es imprescindible entender el contexto antes de acceder e interpretar los datos.
» Los datos per se no dicen nada, el análisis periodístico es clave.
» No siempre existen datos accesibles. A veces se deben realizar solicitudes de acceso a la
información o elaborar bases propias.
» Es importante mantener el escepticismo con los datos. Para ello, hay que contrastar los
detalles, incluyendo la metodología.
» Es habitual que las bases de datos no estén consolidadas o contengan errores.
» La transparencia debe aplicarse al trabajo propio. Desglosar la metodología puede ayudar
a otras personas y genera confianza en la audiencia.
Periodismo de datos
181
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Periodismo de datos
183
12
Narrativa interactiva,
transmedia e inmersiva
al servicio de la ciencia
Pere Buhigas
y Arnau Gifreu Castells
Marco teórico
Diferentes maneras
de contar historias
A lo largo de la historia de las diferentes
civilizaciones, el ser humano ha usado varias formas de expresión narrativa para documentar y representar los fenómenos que
sucedían a su alrededor. Desde las imágenes más antiguas encontradas en las cuevas
rupestres hasta la narrativa automatizada y
algorítmica actual, ha transitado delante de
nuestra mirada humana un largo abanico
de opciones.
Resumen
El nuevo paradigma de la comunicación
actual se basa en la participación activa del
receptor en el proceso comunicativo. Esta
interacción entre los protagonistas que intervienen en la transmisión de información
desborda el modelo tradicional y, con el desarrollo de la tecnología digital, amplía enormemente las posibilidades narrativas al servicio
de la comunicación. En este capítulo, presentamos cuatro modos diferentes de contar historias a través del diseño y la aplicación de la narrativa audiovisual, interactiva,
transmedia e inmersiva. Cada una de estas
narrativas parte de una premisa específica
que resulta clave conocer y comprender para
poder elaborar de manera efectiva historias
y relatos al servicio de la ciencia. En la parte
186
ilustrativa citamos tres casos prácticos de
proyectos enfocados a la ciencia; uno centrado en la narrativa interactiva, «Información diaria para el seguimiento de la crisis
mundial de la covid-19»; otro en la transmedia, «La memoria del hombre invisible», y el
último en la inmersiva, «Tratamiento informativo del volcán de La Palma». Concluimos el capítulo con una serie de consejos
útiles que justifican que comunicar hoy en
día también implica relacionarse con diferentes técnicas, lógicas y mecánicas cuya utilidad debe ser responsablemente adecuada a
cada necesidad concreta. El conocimiento
de sus características y algunas de sus aplicaciones en el ámbito científico podría ser de
gran utilidad a periodistas y comunicadores.
Informando de ciencia con ciencia
Con la llegada e irrupción de internet y la
revolución digital, a finales del siglo xx se
empieza a experimentar con la forma de expresión multimedia interactiva. El audiovisual es ahora interactivo y exhibe una narrativa que en algún punto se detiene y no solo
requiere de la concentración mental de un
simple espectador pasivo, sino de la toma de
decisiones físicas de un usuario activo que
implican avanzar o estancarse en el progreso
de la historia. En este caso, más allá de una
interpretación cognitiva, esta narrativa dota
al usuario de «agencia» o capacidad de elección e intervención sobre el discurso.
La narrativa transmedia se empieza a denominar y considerar como tal a partir de 2003
gracias a las aportaciones seminales de Henry
Jenkins (2003), pero, si observamos sus
principios, las diferentes religiones y la publicidad la han utilizado como estrategia
narrativa desde hace varios siglos. Este tipo
de narrativa presenta una obra central (libros de Harry Potter de la escritora J. K.
Rowling) que se diversifica hacia otras plataformas (películas del joven mago, videojuego, web Pottermore, cartas, etc.) donde
la involucración de los usuarios es parte
clave para expandir el relato y se establece
un diálogo entre lo que propone la industria
(el «canon» establecido por las franquicias)
y el contenido generado por los usuarios (el
conjunto de seguidores proveniente de la
audiencia). Esta narrativa propone y expande un universo que pretende generar emociones en la audiencia. Para ello es necesario
recurrir a la difusión simultánea a través de
diversos medios, que pueden ser medios
de comunicación clásicos, redes sociales y
otros híbridos nacidos en el mundo digital.
El concepto de narrativa inmersiva se forjó en 1989, año en que el tecnólogo Jaron
Lanier acuñó el término, pero no fue hasta la segunda década del siglo xx cuando
la tecnología permitió su implementación
definitiva en varias áreas clave (salud, videojuegos, militar, etc.). Proveniente del latín
immersio, el término sugiere la acción de
introducir un sólido dentro de una sustancia líquida y se usa en diferentes contextos
como el lingüístico, el cultural o el mental.
De este modo, observamos que no se trata
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
187
de un concepto unido a lo digital, sino también a lo analógico: pocas cosas hay más inmersivas que leer un buen libro o disfrutar
de una película evocadora.
La narrativa inmersiva, actualmente denominada también como realidad extendida o
XR, es un concepto que describe todo el espectro de la realidad, desde lo virtual a lo físico, desde la realidad aumentada a la virtualidad aumentada (realidad mixta), la realidad
virtual y otras formas. Partiendo de la realidad física que percibimos a través de nuestros
sentidos y de nuestro cerebro sin mediación
aparente de la tecnología, nos adentramos en
realidades enriquecidas, expandidas o construidas completamente sintéticas gracias a la
tecnología, y llegamos en el otro extremo a
la realidad virtual: un mundo artificial inmersivo generado por ordenador como fiel
reproducción del mundo exterior, tridimensional, navegable e interactivo en tiempo
real, con una perspectiva subjetiva centrada
en el usuario (Sacristán, 2018).
Estos cuatro tipos de narrativa —unidos
a la avalancha de estímulos a la que estamos sometidos a diario—, si bien compiten entre sí por el concepto de economía
de la atención, tiempo que destinan los
usuarios a consumir información, no son
excluyentes, sino que coexisten, conviven y
se retroalimentan entre sí. Por ejemplo, los
proyectos transmedia contienen productos
audiovisuales, interactivos e inmersivos en
muchos casos.
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
Premisas clave para construir una
narrativa audiovisual, interactiva,
transmedia o inmersiva
En la misma línea que cuando formulamos
una hipótesis en el campo científico, las narrativas audiovisuales, interactivas, transmedia
e inmersivas también parten de una premisa
inicial. En materia audiovisual, por ejemplo,
la premisa revela qué nos cuenta un relato más
allá de lo aparente. En el caso de la narrativa
interactiva, la premisa se constituye como el
elemento clave que demuestra el encaje y la
pertinencia de la interactividad para informar
sobre ciencia, al formularnos la siguiente pregunta: ¿cómo podemos conseguir que nuestro
público viva o sienta esa premisa? Y es en este
momento cuando viramos del punto de vista
del autor a la audiencia, y pasamos de «ver» a
«experimentar», cambiar el foco del que explica al que recibe la información realizando un
viraje de 180 grados. En audiovisual aprendemos por visión y escucha, en interactividad
por acción, a través de la premisa.
La premisa en una estrategia transmedia
nos permite aproximarnos a un tema cientí-
fico desde diferentes ópticas y perspectivas.
Cada dimensión puede ser complementaria
y permite cuestionar la hipótesis de partida.
En proyectos inmersivos, la premisa se convierte en algo que el usuario debe hacer, y
solo al hacerlo experimenta eso en primera persona. Este «hacer» se relaciona con la
metáfora de estar dentro de algo, moviéndose e interactuando con un entorno inmersivo ya sea a través de vídeo, 3D u otras
tecnologías.*
Elementos y tipologías de las
diferentes narrativas audiovisuales
La construcción narrativa, en la ciencia, se
aproximaría a un tipo de contenido factual
o documental (aunque no de modo exclusivo) y el uso de datos al periodismo. Al tratarse de un ámbito científico, tiene mucho
sentido partir de datos sin filtro, crudos (información técnica especializada), para ofrecerlos procesados (conocimiento estructurado) al espectador o usuario a partir de la
narración de historias. Para transitar de
la teoría a la práctica, compartimos ahora un
* Te recomendamos escuchar el episodio «La ciencia en
formato audiovisual», del pódcast La ciencia de informar.
https://lnkd.in/dqZhXQWf
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
189
conjunto de tipologías de narrativa interactiva, transmedia e inmersiva que pueden ser
de utilidad a personas interesadas en llevarlo al terreno práctico.
Xavier Berenguer (1998 y 2004), MarieLaure Ryan (2001 y 2004) o Laura Ruggiero
(2021) han sido algunos autores y autoras
que han propuesto diferentes tipologías o
estructuras de narrativa interactiva en los últimos años. Recogiendo algunas de sus aportaciones, proponemos un conjunto sencillo
de tipologías aplicables en el ámbito de la
ciencia que aplicamos a modo de ejemplo a
un hipotético proyecto cuya temática principal es la alimentación saludable.
Tabla 1 . Tipologías de narrativa interactiva
ESTRUCTURA
INTERACTIVA
Jerárquica
Lineal
Circular
DESCRIPCIÓN
EJEMPLO
» Estructura en la que existe
» Página web con menú desplegable con diferen-
» Avance lineal tradicional de
» Desarrollo cronológico de la alimentación humana
» Estructura lineal o jerárqui-
» Aplicación móvil en la que cada día tenemos unos
una jerarquía en función de
algún tipo de patrón preestablecido.
la historia.
ca en forma de bucle en la
que siempre nos devolvemos al inicio estableciendo
un círculo.
» Historia con diferentes perEn espiral
sonajes que se entretejen
en forma de espiral.
» Texto
En red
190
con diferentes hipervínculos que nos llevan
a otros textos o webs (lexías).
tes pestañas, etc. Un ejemplo en este caso sería la
denominada «pirámide de alimentos» (Centro de
Formación Nacional para la Seguridad e Higiene Alimentaria, 2016).
https://www.manipulador-de-alimentos.es/blog/
piramide-de-los-alimentos/
(Tormo, s. f.).
hábitos saludables de alimentación que seguir desde que nos levantamos.
» Usa
Semántica
información del perfil social del usuario para
generar una historia a «su
medida», usando sus propios datos para alimentar
la historia.
» Una aplicación que pide acceso a los datos de las
redes sociales de los usuarios (acceder a fotos, geolocalización, audios, cámara, etc.) para analizar los
hábitos de alimentación de una persona.
Fuente: Elaboración propia.
La narrativa interactiva se acompaña algunas veces de una estrategia transmedia que
la expande y diversifica. Para desarrollar un
proyecto transmedia, la clave del éxito está
no solo en saber diseñar una experiencia
intensa, sino también en sentirse partícipe
de algo reservado a una comunidad, grupo de fans o de seguidores. De alguna manera, lo que vamos a hacer también es personalizar la aproximación al tema de que se
trate, facilitando la entrada a ese universo
narrativo imaginario por la puerta de acceso más atractiva o familiar para cada tipo
de persona que participa de la experiencia.
Cada formato debe proponer un contenido
específico, comprensible por sí mismo, independientemente de los demás. Cada producción debe responder a una narrativa
adaptada al medio por el que se va a distribuir y al consumidor que lo va a recibir en
ese espacio. Se trata, entonces, de establecer
relaciones únicas con el público, cuyo efecto
será también la fidelización. Como ejemplos, desglosamos algunos posibles elementos que conforman una experiencia transmedia siguiendo con la aplicación a la temática
concreta de la alimentación saludable.
Tabla 2 . Propuesta de despliegue transmedia en plataformas adaptadas a un proyecto de base científica sobre
alimentación saludable
FORMATO O DISPOSITIVO
» En el cuento «El poder del plato multicolor», la seño-
ra Tecla nos acompaña a descubrir la importancia de
una alimentación variada (Aliano, 2021).
https://www.unicef.org/uruguay/informes/el-poder-del-plato-multicolor
» Catálogo virtual de juegos educativos gratuitos so-
bre hábitos alimentarios que se seleccionan en función de parámetros como la temática deseada o la
edad de la persona (Cokitos, s. f.).
https://www.cokitos.com/tag/juegos-de-alimentos/
Informando de ciencia con ciencia
EJEMPLO
Programa de televisión. Distribución
en un canal lineal o en plataformas
de vídeo bajo demanda, a la carta
» Formato documental, reportaje o infoentretenimiento. Uso de
Videojuego.
Aplicación para móvil
» Creación de un personaje al que le suceden distintas cosas en
YouTube, Twitch
la realidad aumentada para entender el funcionamiento del
cuerpo humano.
función del tipo de alimentación que elija.
» Personajes que dan a conocer experiencias personales relacionadas con la nutrición. Proximidad, interacción, contenido
extra. Entrevistas para consumo directo o a la carta.
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
191
Instagram (Reels), TikTok
» Contenidos exclusivos y avances de nuevas publicaciones. Re-
cetas, curiosidades, noticias, recomendaciones para el día a día,
opiniones de invitados y expertos relacionadas con la nutrición.
» Interacción muy directa del público con el programa. A través
Twitter
de las etiquetas, la audiencia podrá ser partícipe en el programa y con #challenge permitirá crear un grupo, compromiso y
vínculo. Avances de contenido y opiniones posprograma.
» Mientras se esté emitiendo el programa en televisión, añadiCódigo QR y personaje infantil
remos un código QR en pantalla que permita desplegarse fácilmente desde cualquier dispositivo con cámara. Contenidos
pensados para los más pequeños como adivinanzas sobre alimentos, superpoderes de los personajes «garbanzo» y «lechuga». Este QR también se encontrará en la web.
» Adecuado para introducir contenidos sencillos en forma de
Cómic
Merchandising
Aplicación móvil
Página web
» Todo sobre la «marca», nuestro universo.
Exposición
Realidad
aumentada
Realidad
virtual
Realidad
mixta (MR)
Realidad
paralela
presentador y los invitados. Permite responder y verificar las
preguntas que se hace la audiencia sobre alimentación. «Cocinando mitos».
aportaciones del conjunto del proyecto. Incluye todas las dietas,
todas las propiedades de los alimentos y la mejor manera de
cocinarlos.
Realidad
alternativa (ARG)
DESCRIPCIÓN
EJEMPLO
» Tipo de realidad que incluye y com-
» Libro, película, etc.
» Entendida como si fueran pegatinas
» Aplicaciones como Aurasma, etc.
» Entorno sintético o de vídeo 360
» Aplicación de realidad virtual para gafas
» Término que da cabida a todo un es-
» Incluye la realidad aumentada, virtual, etc.
» Nueva realidad paralela que pode-
» Metaverso.
» Juegos que usan la realidad y sus
» Diseñar un juego con parte física que pre-
bina medios analógicos y digitales
2D (o capas) que se superponen a la
propia realidad
donde existe un diseño experiencial
pectro y combinación de elementos
de realidad aumentada y virtual
mos habitar a través de un universo
virtual que permite habitar el espacio y todo tipo de transacciones
mecanismos fuera de línea y en línea para plantear un juego en el que
los participantes son los protagonistas de una aventura al estilo de la
búsqueda del tesoro
Un libro o documental sobre alimentación
saludable.
Aplicación que nos acompaña durante el
proceso de dieta para lograr una alimentación saludable.
(ámbitos de la salud, ocio, militar, etc.).
Juego que nos permite recrear una visita al
supermercado para realizar una compra de
alimentos naturales y ecológicos.
Mezcla de elementos virtuales y aumentados cuando accedemos a un espacio para
comprar alimentos.
Comprar en establecimientos de alimentos
saludables que permitan a los visitantes del
metaverso realizar virtualmente sus compras.
» Punto de encuentro e información para los seguidores. Ex-
perimentación con realidad virtual y holográfica de todos los
contenidos. Interacción entre promotores y consumidores.
Fuente: Omega3 (Velilla y Siles, 2022) y elaboración propia.
192
Realidad
representada
cretos: hábitos nutricionales, calorías, etc.
» Formato ideal para disfrutar de un consumo reposado, con las
Libro
TIPOLOGÍA
DE REALIDAD
» Recopilación de información y contabilización de datos con» Camino de acceso fácil a todos los contenidos. Información general y científica de todo el universo. Estímulo a la participación.
Vía de contacto entre guionistas, participantes y público. Explicación de los objetivos 360º que se persiguen.
ra tabla con la enumeración, descripción y
ejemplificación de diferentes tipologías de
realidades en relación con la narrativa inmersiva, siguiendo con la misma temática
anterior.
Tabla 3 . Diferentes tipos de realidad en narrativa inmersiva
pequeñas historias en las que los alimentos y los niños sean
protagonistas. También se pueden realizar cómics para adultos con un contenido más elaborado.
» Necesario para profundizar y crear un debate activo entre el
Pódcast
Finalmente, alguna de las plataformas que
contiene el despliegue transmedia acostumbra a ser inmersiva, o la propia interactividad puede ir complementada de narrativa
inmersiva. Compartimos ahora una terce-
Informando de ciencia con ciencia
mie a los participantes que logren reunir
la cesta con alimentos más equilibrados y
saludables.
Fuente: Elaboración propia.
Como se observa después de analizar las tres
tablas propuestas en relación con la narrativa interactiva, transmedia e inmersiva, el
nivel de combinación y de riqueza narrativa
para aplicarlo a un ámbito como la ciencia
es prácticamente ilimitado.
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
193
Casos prácticos
Compartimos a continuación tres casos de
estudio prácticos. Cada uno hace referencia
a un tipo de narrativa explicada en la parte
teórica de este capítulo.
» CASO 1
Caso práctico de narrativa interactiva: «Información diaria para el seguimiento de
la crisis mundial de la covid-19» (El País).
Diversos periódicos del mundo ofrecen regularmente informaciones en formato interactivo. En España y de contenido científico,
encontramos ejemplos como el publicado en
El País en marzo de 2021. Se trata de una interesante página interactiva sobre el coronavirus SARS-CoV-2 y en concreto destinada a
poder seguir la evolución de la pandemia por
medio de los datos actualizados de tres varia-
bles: la movilidad, el ritmo de crecimiento del
virus —su incidencia a través del recuento de
datos notificados— y el nivel de riesgo [véase
la figura 1].
Mediante diferentes gráficos y tablas se puede elegir el acceso a los datos actualizados en
veinticuatro países con diversas opciones y
enlaces para ampliar la información y acceder
a las fuentes oficiales, según la elección del
usuario. Una de las herramientas utilizadas
para ofrecer esta información actualizada fue
el informe diario de movilidad de Google,
que detalla los movimientos de las personas
a pie. El mismo que también se usa para calcular el tiempo de recorrido en coche por
una ruta. Así el usuario va obteniendo la información que desea, eligiendo entre diversas posibilidades y niveles de información,
solo desplazando el puntero por la pantalla.
Figura 1 . «Información diaria para el seguimiento de la crisis mundial de la covid-19»
Fuente: El País.
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
195
» CASO 2
Caso práctico de narrativa transmedia:
La memoria del hombre invisible (Universidad de Antioquia). La comunicación
transmedia es útil al servicio de los avances
científicos, y también para la comprensión
de realidades complejas, un territorio en el
que la información, la comunicación y la
divulgación de la ciencia tienen un amplio
espacio para desarrollarse. En este ámbito
transmedia no se admite la improvisación
ni habitualmente la información en directo,
sino que exige una planificación y un desarrollo muy elaborados.
La iniciativa del Grupo de Neurociencias y del
Grupo de Neuropsicología y Conducta de la
Universidad de Antioquia de Colombia,
junto con la empresa audiovisual Máquina
Espía Ciencia Ficción, dio lugar al proyecto
La memoria del hombre invisible. Se trata de
un trabajo de comunicación científica que
persigue llegar a toda la comunidad que está
alrededor de las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer. El protagonista
transversal de todas las narrativas es Joaquín,
el hombre invisible, un personaje ficticio que
sufre la enfermedad [véase la figura 2].
El proyecto une el conocimiento científico
con el efecto emocional que provoca. Cada
comunidad vinculada a la enfermedad, familiares, niños, cuidadores, etc., recibe la
información necesaria para su grupo o categoría a través de distintos medios, con una
narrativa que tiene el mismo protagonista,
Joaquín, pero adaptada a cada circunstancia. Así, el cómic para niños explica qué es
la memoria y qué significa perder los recuerdos. Otros cómics más elaborados se
destinan al público joven sin síntomas de
la enfermedad, pero predispuestos genéticamente. En la serie de seis pódcast, personas
que han estado al cuidado de otras cuentan
cómo descubrieron los primeros síntomas
para aproximar la enfermedad a personas
que no saben del tema, unas cercanas al
enfermo y otras no. Un cuaderno impreso
y digital llamado Bitácora alberga el contenido científico actualizado y cuenta la historia completa de Joaquín y sus hermanos.
Aquí también encontramos una pizarra
para agregar historias personales, pegar fotos, etc. El proyecto transmedia se completa
con una web, infografías, juegos y vídeos de
científicos expertos en la enfermedad neurodegenerativa.
Figura 2 . «Botiquín para encontrar al hombre invisible» (Grupo Neuropsicología y Conducta y Grupo de Neurociencias
de la Universidad de Antioquia y Máquina Espía Ciencia Ficción)
Fuente: https://cuidarmecuidarte.org/proyecto-transmedia/
196
Informando de ciencia con ciencia
Figura 3 . Instituto Geológico y Minero de España del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IGME-CSIC),
«Geología y perímetro lava Copernicus y Cabildo La Palma», ArcGIS
Fuente: Web Scene de A. Prieto
(https://www.arcgis.com/home/webscene/viewer.html?webscene=89f0336da7474b499ea0f1e72a463a6).
» CASO 3
Caso práctico de narrativa inmersiva:
Tratamiento informativo del volcán de
La Palma (RTVE, RTVC). La erupción
volcánica de La Palma de 2021 se inició el
19 de septiembre en el paraje de Cabeza de
Vaca, en el municipio de El Paso, en la isla
de La Palma, perteneciente al archipiélago
atlántico de Canarias. Las imágenes facilitadas por el Instituto Geológico y Minero
de España (IGME) y el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC), obtenidas mediante cámaras terrestres y especialmente por drones, fueron tan espectaculares que propiciaron la utilización de
diferentes herramientas digitales para una
mejor información en los medios sobre el
suceso, las causas y su evolución y unieron
magistralmente el interés general con el hecho científico [véase la figura 3].
tradicional en forma de noticias, directos y
reportajes, pero combinada en esta ocasión
con realidad inmersiva. En RTVE.es, además de una cobertura diaria sobre el terreno, se ofreció una experiencia de realidad
aumentada para contar de manera inmersiva cómo fue la evolución de la erupción
volcánica. Los usuarios, con la experiencia
«El volcán de La Palma, en realidad aumentada», pudieron navegar por el conjunto del
volcán con sus móviles y tabletas insertando
una infografía en 3D de la isla a través de la
cámara de su dispositivo, y, entre otras opciones, hacer un seguimiento cronológico
de los seis momentos clave de la erupción.
Figura 4 . Código QR «El volcán de La Palma, en realidad
aumentada»
Radio Televisión Española (RTVE) y la cadena autonómica Radio Televisión Canaria (RTVC) ofrecieron una cobertura muy
completa y original usando la información
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
Fuente: Radio Televisión Española (RTVE), 2021.
197
Figura 5 . Programa Una hora menos con su presentador Victorio Pérez explicando la erupción del volcán de La Palma
Fuente: Fotogramas extraídos del programa Una hora menos (RTVC, 2021), YouTube.
Por su parte, la cadena pública del archipiélago canario, RTVC, utilizó la realidad
virtual para recrear el recorrido de la lava y
las consecuencias del contacto de la colada
volcánica con el mar, y explicó de forma
muy didáctica el choque térmico que se
puede producir cuando la lava alcanza el
agua. Todas estas imágenes fueron producidas digitalmente y usando realidad virtual gracias al equipo técnico del programa
Una hora menos (Ortega, 2021). [Véase la
figura 5].
Referencias
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www.unicef.org/uruguay/informes/el-poder-del-plato-multicolor
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del coronavirus en el mundo: así avanzan los contagios y las muertes día a día.
El País. https://elpais.com/especiales/coronavirus-covid-19/el-mapa-del-coronavirus-en-el-mundo/
» Arrojo, María-José (2015). Los contenidos transmedia y la renovación de formatos
periodísticos: la creatividad en el diseño de nuevas propuestas informativas. Palabra
clave, 1(3), 746-787. https://doi.o-rg/10.5294/pacla.2015.18.3.6
» Berenguer, Xavier (1998). Històries per ordinador. Serra d'Or. 463-464, 27-29.
Mensajes clave
» Berenguer, Xavier (2004). Una dècada d’interactius. Temes de Disseny, 21, 30-35.
» Centro de Formación Nacional para la Seguridad e Higiene Alimentaria (5 de
febrero de 2016). La Pirámide de Alimentos para una Alimentación Saludable.
https://www.manipulador-de-alimentos.es/blog/piramide-de-los-alimentos//
» Chomón-Serna, José María y Busto-Salinas, Lorena (2018). Ciencia y transmedia:
Para cerrar este breve capítulo, exponemos un resumen de los mensajes que debéis recordar si
consideráis utilizar la narrativa al servicio de la ciencia para su difusión, reflexión y divulgación:
» La ciencia necesita explicarse y divulgarse de manera sencilla, concisa y práctica.
» Los datos y resultados que ofrece la ciencia pueden no ser suficiente para causar interés y curiosidad a la audiencia, y por ello la narrativa, en cualquiera de sus variantes, puede ayudar a la
ciencia a efectos de divulgación y diseminación.
» Una historia cuenta con dos ingredientes esenciales: la narrativa y el formato. La narrativa responde a «qué» queremos contar y el formato a «cómo» lo vamos a contar.
» Existen diferentes mecanismos para contar historias al servicio de la ciencia: hay que saber
elegir bien el adjetivo (audiovisual, interactivo, transmedia o inmersivo) que acompañará al
sustantivo (la historia). El conocimiento de sus características y sus aplicaciones al ámbito científico son de gran utilidad para periodistas y comunicadores.
» Cada mecanismo contiene una premisa que bien desarrollada es la llave que nos abre las puertas de la narrativa y el mejor adjetivo que la acompañará.
» Cada caso del que se va a informar requiere la creación de un modelo propio, adecuado a la
temática y, en consonancia, con los objetivos de alcance que se propongan.
» Se pueden obtener buenos resultados con una rigurosa planificación, aunque los medios sean
limitados. Y es posible hacer ensayos con las técnicas descritas en el capítulo también con una
aplicación parcial de estas.
binomio para la divulgación científica. El caso de Atapuerca. El Profesional de la
Información, 27(4), 938-946. https://doi.org/10.3145/epi.2018.jul.22
» Cokitos. Juegos educativos (s. f.). Juegos de alimentos.
https://www.cokitos.com/tag/juegos-de-alimentos/
» Cuidarme Cuidarte (2022). Proyecto transmedia sobre la enfermedad de Alzheimer:
La memoria del hombre invisible. Grupo de Neurociencias de Antioquia.
https://cuidarmecuidarte.org/proyecto-transmedia/
» Gasol Foundation (2022). https://www.gasolfoundation.org/es/
» Grupo Neuropsicología y Conducta y Grupo de Neurociencias de Antioquia, Uni-
versidad de Antioquia, y Máquina Espía Ciencia Ficción (2022). Botiquín para
encontrar al hombre invisible. https://cuidarmecuidarte.org/proyecto-transmedia/
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
199
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dentro de un volcán. https://rtvc.es/realidad-aumentada-1-hora-menos/
200
Informando de ciencia con ciencia
Narrativa interactiva, transmedia e inmersiva al servicio de la ciencia
201
13
Hacer visible lo invisible:
infografía en el
periodismo científico
Miguel Alcíbar
y Heber Longás
Marco teórico
Introducción
La visualización de datos no es una práctica
nueva. Ya a finales del siglo xviii, el ingeniero
escocés William Playfair emplea distintos tipos de gráficos para representar datos numéricos. Más tarde, durante la guerra de Crimea
(1853-1856), la enfermera inglesa Florence
Nightingale elabora su hoy famoso diagrama polar con el que haya que los soldados
británicos mueren más por las malas condiciones higiénicas en los hospitales que en el
frente (Smiciklas, 2012). [Véase la figura 1].
Actualmente, uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta el comunicador
Resumen
La infografía, lejos de ser un elemento decorativo, es una valiosa herramienta de comunicación que combina palabras e imágenes
en grado variable de abstracción. Sirve para
presentar información compleja de forma
fácilmente comprensible, algo especialmente útil en la comunicación científica, y suele
ofrecer una gran cantidad y diversidad de
información en poco espacio. Permite contar los acontecimientos de forma rápida,
mostrando las relaciones entre las partes y
haciéndolos más memorables.
científico es seleccionar mensajes visuales
que le permitan conectar eficazmente con su
audiencia. Gracias a las técnicas de digitalización, la infografía se ha convertido en uno
de los recursos (audio)visuales más potentes para comunicar información científica,
tanto a legos como a expertos (Hornmoen,
2010). Con la infografía se representan entidades (virus, bacterias, órganos, artefactos,
etc.), procesos y eventos (circuitos moleculares, ciclos biológicos, fases secuenciales de un
fenómeno natural o de una hazaña técnica,
etc.) (Alcíbar, 2018; Uyan Dur, 2014), amén
de desempeñar un papel crucial como soporte
de la comprensión al ayudar a descubrir, sobre
la base de una gran cantidad de datos numé-
Figura 1 . Infografía creada por la enfermera Flores Nightingale a medidados del siglo XIX para representar las causas
de la mortalidad en el ejército británico durante la Guerra de Crimea
de infografía basada en el propósito primordial de la infografía: ya sea este representar
procesos, estructuras, comportamientos, o
facilitar el análisis de una gran cantidad de
datos. También se propone un flujo de trabajo óptimo para crear una infografía científica, dándole una estructura visual basada
siempre en los datos que deseamos comunicar. Por último, se ofrecen herramientas
útiles para que el profesional de la comunicación científica pueda diseñar sus propias
infografías.
En este capítulo se explica qué es una infografía y se propone una clasificación de tipos
204
Fuente: Smiciklas (2012).
Informando de ciencia con ciencia
Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
205
ricos, «conexiones, constantes, patrones no
evidentes a simple vista que, de no ser representados visualmente, permanecerían ajenos
al lector» (Cairo, 2008a, p. 29). Sin duda, la
buena comunicación debe apoyarse en una
buena ciencia, pero sin el vigor de las imágenes las expectativas para persuadir a una
amplia y heterogénea audiencia se reducen
significativamente.
Definición de infografía
La infografía, término español del acrónimo anglosajón infographics, que deriva de
la expresión information graphics, es una
robusta herramienta comunicativa muy útil
para explicar un asunto o para esclarecer
aspectos relevantes de este. Definirla con
precisión es una ardua tarea porque comprende diferentes tipos de medios (papel,
digital, audiovisual, etc.), formatos (estático, dinámico, interactivo) y temas (ciencia,
negocio, deporte, guerra, etc.). Es inviable
abordar en tan escasas páginas tal diversidad, por lo que nos ceñiremos a las infografías estáticas de asuntos científico-tecnológicos en la prensa. Según Cairo (2008a,
p. 21), «un infográfico (o infografía) es una
representación diagramática de datos», lo
cual implica que toda información presentada en forma de diagrama, es decir, de
«dibujo en el que se muestran las relaciones
entre las diferentes partes de un conjunto o
sistema» (RAE), es una infografía. Se trata,
pues, de un singular «arte funcional» que
combina palabras e imágenes, en grado variable de abstracción (Cairo, 2013).
Hay quienes creen erróneamente que el cometido de la infografía se reduce a simplificar y hacer visualmente atractivo el texto
206
escrito (Yanes Mesa, 2004), pero la infografía es mucho más que una simplificación visual. Al aunar armónicamente elementos narrativos, descriptivos y analíticos,
adquiere la suficiente entidad para explicar
los hechos por sí misma. Más allá de exponer de forma visual, simplificada y amena
un acontecimiento, la infografía lo explica
proveyendo al usuario de una información
estructurada narrativamente que combina
imagen y texto escrito (opcional), así como
valiosas herramientas para analizar los datos. Este producto comunicativo requiere
del esfuerzo interpretativo del receptor para
que emerja su sentido.
Definida de esta manera, la infografía puede funcionar como complemento de la
pieza periodística en la que va insertada y
proporcionar información adicional; o, lo
que es más habitual, como diseño visual
autónomo, más o menos complejo, que facilita explorar diferentes niveles de lectura
(Jarman et al., 2012).
Además, la autonomía de la infografía contribuye a incrementar la legibilidad del
mensaje cuando se inserta en un escrito
con tecnicismos, al contrarrestar los efectos
negativos de la jerga científica (Riggs et al.,
2022).
Como se verá en la parte práctica del capítulo, un diseño estético no tiene por qué
estar reñido con un contenido cognitivo
riguroso.
Infografía, un cajón de sastre
Aunque arriba hemos formulado una definición operativa de infografía, de las mu-
Informando de ciencia con ciencia
chas en competencia, no puede obviarse que
se trata de un concepto equívoco y difuso
(véase Cairo, 2008b). En gran parte, esto se
debe a la falta de acuerdo que existe sobre
qué es o no una infografía. Hay quien entiende que el término debe aplicarse tanto
a los gráficos aislados como a las megainfografías, grandes diseños visuales que pueden
ocupar una o más páginas de un periódico
(Gallardo, 2008; Lester, 2006). Pero, también están quienes piensan que las visualizaciones de datos no son verdaderas infografías
(Krum, 2014; Uyan Dur, 2014; Lankow et
al., 2012). Aunque el debate escapa de las
lindes de este capítulo, proponemos reservar
el término infografía solo para aquellos diseños que incorporen información compleja y
variada sobre cualquier asunto.
Así, la visualización sencilla de datos, como
puede ser un diagrama de barras, no es una
infografía propiamente dicha, sino más
bien un elemento más, en sinergia con
otros, que coadyuva a explicar la historia
dentro de la infografía. Sin embargo, la visualización compleja de datos va más allá
porque permite analizar grandes cantidades
de información cualitativa y cuantitativa, de
las cuales extraer nuevo conocimiento [véase el caso práctico 2]. Por tanto, la infografía como unidad discursiva integra varios
paquetes informativos (no necesariamente
presentes todos a la vez), constituidos por
elementos figurativos (ilustraciones, fotografías, dibujos, diagramas, mapas cualitativos, etc.) y no figurativos (visualizaciones
de datos, esto es, cuadros, tablas, mapas
cuantitativos y gráficos). Para Dick (2020),
la visualización de datos es «conocimiento sobre» variables correlacionadas, mientras que la infografía es «conocimiento de»
acontecimientos noticiosos.
«La infografía sirve para
presentar información
compleja de forma
fácilmente comprensible,
algo especialmente útil en
la comunicación científica» .
Propósitos de la infografía, un punto
de partida para su clasificación
Elaborar una tipología coherente y que, a la
vez, sea manejable y útil no es tarea fácil, a tenor de la controvertida noción de infografía.
Aunque su sentido último es ‘contar una
historia’, la infografía también tiene otros
propósitos más específicos. Así, ayuda a describir las partes de un sistema o las distintas
fases de un proceso. Y también se erige como
una potente herramienta de análisis en los
casos de gráficos complejos y abstractos que
representan información escrita y numérica. Los paquetes informativos que integran
la infografía permiten que el usuario visualice la evolución y ubicación de un fenómeno en el tiempo y en el espacio, considere la
composición de una estructura en sus partes
constituyentes, aprecie el comportamiento
de objetos e individuos, o realice comparaciones entre variables (véase Ivars-Nicolás,
2019). En definitiva, la infografía reproduce no tanto lo visible (que también), sino
que hace visible lo que no lo es.
Para el ámbito de la comunicación científica,
presentamos la siguiente clasificación, basada
en el propósito primordial de la infografía:
Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
207
Tabla 1 . Tipos de infografía según su propósito primordial
TIPO
DE INFOGRAFÍA
De proceso
1
2
3
PROPÓSITO
PRIMORDIAL
ELEMENTOS
PREDOMINANTES
ELEMENTOS
EJEMPLOS
COMPLEMENTARIOS REPRESENTATIVOS
Palabras que
designan fechas o
Explica procesos
lugares concretos o
desarrollados en el
números que señalan
espacio y el tiempo.
diferentes fases de
una secuencia.
Circulación del
carbono en la
Tierra, secuencia de
aterrizaje de una
sonda en Marte,
fases de la edición
genética, etc.
Explica estructuras,
objetos o formas
naturales o
artificiales.
Virus, células,
bacterias; planos de
edificios, objetos
astronómicos;
órganos internos,
piezas de una
máquina, etc.
De estructura
Palabras que
designan partes
constituyentes.
Figurativos
y no figurativos.
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
Creación de una infografía
Para ilustrar cómo se elabora una infografía
científica con éxito, usamos como ejemplo
ilustrativo «Las tres caras de la covid-19»,
de Heber Longás. Para ello, lo mejor es seguir los siguientes pasos:
1 . Información y mensaje
De comportamiento
Explica distintas
acciones sin que
exista un orden
temporal.
Prioriza el dibujo
realista frente a otros
tipos de imágenes.
Muestra gran
cantidad de datos
para su análisis
(macrodatos).
Visualización
compleja que
permite inferir
patrones, pautas
o regularidades, a
partir del examen de
sofisticados datos
cuantitativos y
cualitativos.
De análisis
Historia natural:
etología animal
y humana.
Suele aparecer de
forma autónoma
y en formato
interactivo.
Evolución de la
temperatura media
de la Tierra en
función de distintas
variables naturales
y humanas.
Fuente: Clasificación de Alcíbar (2023) con ilustraciones de Longás.
La megainfografía es una infografía que
suele combinar varios de los tipos anteriores, permite diferentes niveles de lectura y
una interpretación más holística de lo que
se cuenta en ella.
208
Informando de ciencia con ciencia
Existe la falsa creencia de que la infografía
consiste simplemente en «hacer dibujitos».
Sin embargo, se trata de una disciplina del
periodismo y, como tal, debe partir siempre
del contenido. «El primer paso es siempre definir los objetivos de la presentación, la historia que ha de contar» (Cairo, 2008a, p. 117).
En esta fase se decide el tema, se recopila,
selecciona y organiza la información, y, en
última instancia, se decide cuál será el mensaje principal que se debe transmitir.
La información recopilada debe ser rigurosa,
comprensible y pertinente. También debe
estar estrechamente interconectada: la información suelta e inconexa no suele ayudar a
crear una buena infografía científica. Debe
señalarse que el objetivo del infografista es
seleccionar lo esencial y eliminar lo superfluo para conseguir la mayor claridad, puesto que un exceso de información dificultará
la legibilidad del mensaje (Wong, 2012).
Por último, es conveniente destacar la necesidad de que el infografista entienda bien el
asunto que tiene entre manos. Si su conocimiento es deficiente, difícilmente podrá explicarse gráficamente y las lagunas cognitivas
serán muy evidentes en el resultado final.
En la infografía de la covid-19, Longás obtuvo la información pertinente tras consultar el libro Coronavirus ¿La última pandemia? y entrevistar a uno de sus autores, José
Alcamí. La selección del asunto nuclear
atendió a la inquietud ciudadana sobre el
impacto diferencial del coronavirus en las
personas: a algunas las mataba, mientras
que para otras era inofensivo. Longás y
Alcamí decidieron conjuntamente que la
infografía debía centrarse en el funcionamiento del sistema inmune en los casos en
los que la infección es asintomática, leve o
grave. Al ser muy útiles los datos numéricos para enriquecer informativamente una
infografía, se recopilaron los porcentajes de
infectados para las tres fases.
2 . Estructura y diseño
En este paso, el infografista tiene que meditar qué tipo de elementos infográficos va
a utilizar para que el mensaje se transmita adecuadamente. Para ello, se redactan
Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
209
los textos, se deciden las ilustraciones y las
representaciones gráficas, así como se organiza y diseña todo el conjunto. El planteamiento de la infografía está condicionado
por la información que se desea transmitir:
la forma debe seguir a la función (Wong,
2012).
Figura 2 . Bocetos de la infografía
Siempre que sea posible se recomienda ordenar el contenido en una secuencia narrativa
lógica que oriente al lector y lo sumerja en
la materia. El pensamiento narrativo está
en el origen de la comunicación humana y
ha mostrado su potencial para vehiculizar
contenidos conceptuales, por lo que una
infografía narrativa tiene mayor poder comunicativo (Dykes, 2020).
Figura 3 . «Las tres caras de la covid-19»
La estructura de la infografía sobre la covid-19 se planteó como una comparativa de
las tres formas de actuar del virus, con ilustraciones de sus consecuencias en las células
y en los diversos órganos del cuerpo [véase
la figura 2].
3 . Ilustración
Al realizar las ilustraciones estas no pueden
ser puramente decorativas, sino que deben
ayudar a transmitir la información con la
mayor claridad posible.
Aunque lo ideal es que el infografista elabore su propia ilustración, también puede
recurrir a bancos de ilustraciones (como
Freepik) o de iconos (The Noun Project),
disponibles en internet.
Fuente: Heber Longás.
210
En el ejemplo que nos ocupa, Longás realizó
una ilustración sencilla y con los colores simbólicos de un semáforo; tal elección guía la
lectura, ya que permite diferenciar entre los
tres tipos de infección: asintomático, verde;
leve, naranja; grave, rojo [véase la figura 3].
Cuando se usan códigos cromáticos, los colores presentan diferentes significados para el
lector, que pueden variar en función de la
particular combinación y del contexto en el
que se usan (Heller, 2008).
Informando de ciencia con ciencia
Fuente: Heber Longás en ReVIHsta, n.º 5, 2020, pp. 16-17.
4 . Adaptaciones
Figura 4 . Infografía impresa a doble página
Los públicos están fragmentados, por lo
que es recomendable adaptar la infografía a
múltiples formatos para su amplia difusión.
Cada adaptación tiene sus peculiaridades:
4.1. Infografías en medios impresos
Al disponer de bastante espacio, pueden
verse de un solo vistazo, lo cual permite
una lectura sosegada. Presentan un gran derroche visual y de diseño. Así, la infografía
sobre la covid-19 se pudo publicar en una
revista a doble página [véase la figura 4].
4.2. Infografías para redes sociales
Por limitaciones de tamaño, en redes sociales no se pueden compartir infografías
Fuente: Heber Longás.
muy grandes, solo pequeños detalles de la
infografía principal, datos sueltos y curiosidades. La infografía completa pierde legibilidad y, todo lo más, puede servir como
gancho para que la audiencia acceda a la
infografía completa en la web.
Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
211
Figura 5 . Fragmentación en detalles de la infografía original para su publicación en redes sociales
Conviene que la infografía sea revisada con
detenimiento no solo por el propio autor,
sino también por, al menos, un especialis-
ta en la materia tratada y por otra persona
ajena al proceso. Cada uno de los perfiles
ayuda a mejorar el proceso comunicativo.
Casos prácticos
» CASO 1
Fuente: Heber Longás.
Para su publicación en LinkedIn, Longás
dividió la infografía en varias páginas y desgranó una idea en cada una de ellas [véase la
figura 5]. De esta forma, se puede leer todo
el contenido en las pequeñas pantallas de
los móviles.
4.3. Infografías para webs
En la página web sí es posible mostrar la
infografía completa, tanto en formato estático como interactivo. Lo interactivo per se
no siempre es lo mejor, solo lo es cuando
aporta algún valor. Según el infografista del
New York Times, Gregor Aisch (2017), un
85 % de los usuarios no pulsan en los contenidos interactivos, por lo que es preferible
presentar los datos sin esconderlos detrás de
botones o desplegables.
Además, es imprescindible que la infografía
sea adaptable, es decir, que se adapte al tamaño de pantalla de los diferentes dispositivos, desde ordenadores hasta móviles.
212
4.4. Videográficos
Perseverar para explorar Marte. Megainfografía que combina una infografía de
proceso y otra de estructura para describir
y narrar el descenso del róver Perseverance
a la superficie marciana. La combinación
de imagen y palabra es muy efectiva para
explicar la secuencia temporal de una hazaña técnica y para describir las partes del
vehículo robotizado, que sería muy farragoso para el lector si solo se utilizara la
palabra (La Vanguardia, 14 de febrero de
2021).
Figura 6 . Infografía «Perseverance llega a Marte»
Para transformar una infografía en un videográfico se debe:
» Redactar un guion explicativo con la información lineal y, probablemente, algo
simplificada.
» Grabar una locución.
» Animar el contenido visual de forma
coordinada con el audio.
» Añadir subtítulos. Tanto para las personas sordas como para aquellas que quieran ver el vídeo en un lugar público o no
deseen activar el sonido.
5 . Edición y corrección
Aunque por motivos didácticos este paso
esté al final, el proceso de revisión, evaluación y corrección de la infografía es recursivo.
Fuente: La Vanguardia, 14 de febrero de 2021.
Informando de ciencia con ciencia
Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
213
» CASO 2
Figura 7 . Infografía «Life Expectancy at Birth»
Esperanza de vida al nacer. En esta infografía interactiva de análisis se relaciona la
«esperanza de vida al nacer» (life expectancy
at birth) con la «renta» (income) para cada
país, entre 1960 y 2015. Si el usuario señala con el punto en cualquiera de los puntos coloreados se despliega un cuadro con
la información del país en cuestión. Los
colores representan los países con renta
alta (verde), media-alta (azul), media-baja
(amarillo) y baja (naranja).
Herramientas para crear infografías:
» Guía «13 herramientas online para que tu ciencia se vea espectacular» (https://
Fuente: World Bank.
» CASO 3
La realidad de las macrogranjas. En este
ejemplo se explica el funcionamiento y el
impacto de las macrogranjas de cerdos,
combinando una infografía sobre la producción de cerdos con otra que muestra
Elementos
complementarios
la contaminación por purines (ambas de
proceso). Además, incorpora varios mapas
(infografías de análisis). La megainfografía
resultante ayuda a hacerse una idea cabal
de lo que suponen estas granjas para el medio ambiente y para el bienestar animal (El
País, 23 de enero de 2022).
fundamentium.com/informar-ciencia-visual/): elaborada por Longás. Detalla programas que facilitan la comunicación visual de la ciencia (Canva, BioRender, Infogram,
Genially, etc.).
» Adobe Illustrator (https://www.adobe.com/es/products/illustrator.html): se utiliza para
crear infografías profesionales. Muy completa, pero su aprendizaje no es fácil.
Mensajes clave
Figura 8 . Infografía «Las macrogranjas paso a paso»
» La infografía no es un elemento decorativo, sino una herramienta de comunicación.
» Al aunar imágenes y palabras, la infografía adquiere la entidad suficiente para transmitir
información científica compleja de forma autónoma.
Los
propósitos fundamentales de la infografía científica son representar procesos, estruc»
turas y comportamientos, así como facilitar el análisis de una gran cantidad de datos.
» Al crear una infografía, el primer paso es buscar la información y elegir la idea principal
que se desea transmitir.
» Siempre que sea posible se recomienda ordenar el contenido en una secuencia narrativa
lógica que oriente al lector y lo sumerja en la materia.
Fuente: El País,
23 de enero
de 2022.
214
Informando de ciencia con ciencia
Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
215
Referencias
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https://www.vis4.net/blog/2017/03/in-defense-of-interactive-graphics/#fn1
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Reading of the Images Associated with Science-Related News Reports: Establishing a knowledge, skills, and attitudes framework. International Journal of Science
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tipología de uso. Estudios sobre el Mensaje Periodístico, 25(1), 283-302.
216
Informando de ciencia con ciencia
Hacer visible lo invisible: la infografía en el periodismo científico
217
14
Explicar el futuro
con la ciencia presente
Gema Revuelta
y Elena Sanz
Marco teórico
Investigar e informar
sobre el futuro
Tendemos a pensar que el periodismo consiste en informar acerca de los hechos y
acontecimientos. No obstante, en muchas
ocasiones el profesional de la información
no se limita a relatar aquello que ya ha sucedido, sino que se ve en la obligación de
explicar lo que puede pasar en el futuro.
Informamos sobre el futuro cuando concurren dos circunstancias: 1) existen suficientes evidencias como para pensar que un determinado escenario de futuro es realmente
probable, y 2) estamos convencidos de que
conocer ese posible escenario es de verdadero interés para nuestra audiencia (por el
mero hecho de estar informada o porque
dicho conocimiento pueda ayudarle a tomar decisiones de importancia).
Resumen
El propósito de este capítulo es ayudar al
profesional del periodismo, sea cual sea su
especialidad, a informar sobre el futuro de
manera responsable, usando como fuente
los datos y las previsiones formuladas por la
ciencia, e intentando ser de la mayor utilidad posible para su audiencia. El documento analiza qué son los pronósticos y los escenarios de futuro, y cuáles son algunos de los
métodos utilizados en estudios del futuro.
Después de una revisión conceptual en la
que se remarca la necesidad de reconocer
la magnitud y la naturaleza de la incerti-
220
dumbre asociada a cualquier estudio sobre
el futuro, el capítulo se centra en el ejercicio
práctico. Se identifican cuáles son los aspectos fundamentales que tener en cuenta a la
hora de informar sobre lo que está por venir. Entre otros, se enfatiza la importancia
de no especular ni caer en la ciencia ficción,
así como de tener en cuenta el contexto y
realizar un seguimiento de la información.
Se analiza el papel de las nuevas herramientas como el big data y la inteligencia artificial. Finalmente, se presentan algunos
ejemplos de prácticas inspiradoras.
Informando de ciencia con ciencia
Un ejemplo simple que muestra la utilidad
de informar sobre el futuro lo encontramos
en las «previsiones del tiempo». El pronóstico meteorológico del que informan a diario los medios de comunicación nos ayuda
a tomar decisiones cotidianas, tales como si
cogemos un paraguas antes de salir a la calle.
Sin embargo, a veces tenemos que abordar el
futuro de cuestiones mucho más complejas
(el avance de una pandemia, el clima del planeta, la evolución de la demografía mundial,
etc.) y en plazos de tiempo mucho más largos (años, décadas o incluso siglos).
Explicar el futuro con la ciencia presente
Si no queremos caer en la mera especulación, a la hora de comunicar nuestra mejor
fuente será el conocimiento que aporta la
ciencia y las previsiones de futuro formuladas por la comunidad científica especializada. Dicho de otra manera, informar con
responsabilidad acerca del futuro (o de los
posibles futuros) implica acudir a la ciencia
presente.
El propósito de este capítulo es ayudar al
profesional del periodismo, sea cual sea su
especialidad, a informar sobre el futuro de
manera responsable, usando como fuente
de información los datos y las previsiones
formuladas por la ciencia e intentando ser de
la mayor utilidad posible para su audiencia.
Certeza, incertidumbre
y comunicación
Analizando los indicios o datos (presentes y
pasados) y ayudada de herramientas como la
estadística o la inteligencia artificial, la ciencia es capaz de detectar tendencias y formular pronósticos. Claro está que no siempre
lo consigue, pues a veces no se puede identificar tendencia alguna o simplemente se
concluye que lo que sucede se debe al azar
(como el resultado de una lotería). En estos
casos no podemos hablar propiamente de
221
pronóstico para referirnos al futuro, sino de
predicción o conjetura, palabras que casan
mal con la misión periodística.
Por riguroso y científico que sea, cualquier
pronóstico de futuro implica un margen de
incertidumbre. Lógicamente, la primera
fuente de incertidumbre se debe a que desconocemos qué sucederá entre el momento
(presente) en que se formula el pronóstico
y el momento al que se refiere (futuro).
Aparte de esa obviedad, en todas las fases
del proceso de formulación e interpretación
de un pronóstico se puede producir incertidumbre y, como comunicadores, debemos
conocer cuánta existe y cuál es su naturaleza
(Brashers, 2001).
Según su naturaleza, las causas más comunes de incertidumbre son las siguientes:
» Ningún instrumento de medición alcanza una exactitud del 100 % por preciso
que sea. Por lo tanto, nunca hay certeza
absoluta durante la medición de datos o
el registro de observaciones. Además, la
imprecisión en la medición será mayor
cuanto más complejas o ambiguas resulten las variables que se analizan. Por
ejemplo, será más fácil alcanzar un gran
nivel de precisión al determinar la concentración de una sustancia en un líquido
que al medir comportamientos humanos.
» Cuando intervienen los seres humanos
en la medición o en la interpretación de
los resultados, es imposible evitar cierta subjetividad. Por este motivo, buena
parte de la actividad que llevan a cabo
los investigadores consiste, precisamente,
en intentar reducir su efecto. Para ello
repiten mediciones, integran medidas de
anonimato y doble ciego, automatizan
procesos y ponen a prueba experimentos,
entre otras acciones.
222
» Otra causa de incertidumbre se produce
cuando los datos disponibles son inconsistentes. Es lo que ocurre cuando se usan
distintos parámetros al recabar datos o
cuando los registros no son fiables.
» La falta de información añade también
incertidumbre. Esto es común tanto
cuando se precisan datos muy antiguos
como cuando se analiza un fenómeno
muy nuevo. Por ejemplo, durante los
primeros meses de la pandemia por covid-19, existía poca información y, por lo
tanto, el margen de incertidumbre de las
previsiones de futuro era muy elevado.
» En general, cuanto mejor se conoce un fenómeno, más capaz es la ciencia de identificar la multiplicidad de variables de las
que depende. Sin embargo, no siempre
es posible medirlas todas y aquí tenemos
una causa frecuente de incertidumbre.
¿Y qué ocurre cuando la información llega
al receptor? Sorprendentemente, existe un
sesgo generalizado que consiste en que sobreestimamos la probabilidad de que nos
ocurran sucesos positivos y subestimamos la
incidencia de sucesos negativos. Es lo que
se conoce como «sesgo optimista» y explica
que nuestro cerebro acostumbre a ser irracionalmente positivo (Johnson y Fowler,
2011; Sharot, 2011). Además, se añade una
variabilidad individual que depende de las
vivencias de cada receptor y sus capacidades
cognitivas. A todo esto se suma que, en el
nivel de recepción, aparece otra incertidumbre ligada a la autopercepción de la propia
capacidad de respuesta ante la situación de
futuro que se nos presenta: ¿seremos capaces
de afrontarla y reaccionar? (Babrow, 1992).
Parece indiscutible, por tanto, que la incertidumbre se produce en todas las fases del
Informando de ciencia con ciencia
proceso de investigación y formulación de
pronósticos, incluyendo su interpretación.
Además, las causas de incertidumbre pueden estar interconectadas, con lo que se
multiplican o se suman entre sí.
La falta de certeza nos puede producir cierta desazón a la hora de informar a nuestro
público sobre el futuro. Pero si creemos que
hay razones suficientes para hacerlo, especialmente si con ello contribuimos a que
la sociedad disponga de herramientas para
tomar mejores decisiones, la incertidumbre
no debe paralizarnos. Lo importante es que
sepamos explicarla de manera transparente
y comprensible. Sin perder de vista que no
existe un único público, por lo que su interpretación puede variar de una persona a
otra.
Pronósticos y escenarios
Hasta ahora hemos estado hablando de tendencias y pronósticos, pero la ciencia también puede elaborar escenarios de futuro.
La diferencia entre un pronóstico y un escenario consiste en que, mientras el primero intenta describir cuál será el futuro más
probable —o plausible— a la vista de los
datos y sus tendencias, el segundo explora
cuáles son los distintos futuros posibles y se
plantea cuáles serían los más deseables.
La elaboración de escenarios nos permite imaginar la situación más optimista y
la más pesimista y nos ayuda a debatir, a
tomar decisiones y a idear planes (Chermack, 2016). Los escenarios de futuro son
un instrumento relativamente común en
economía y ciencias empresariales, pero
también se usan en el análisis de proble-
Explicar el futuro con la ciencia presente
mas complejos en los que es necesaria una
respuesta interdisciplinar, a veces incluso
global (por ejemplo, el cambio climático).
Un caso particular lo constituye el debate
acerca del desarrollo tecnológico, especialmente en el caso de las denominadas tecnologías emergentes como la nanotecnología,
la inteligencia artificial o la biología sintética. En todos estos casos, se espera que los
escenarios de futuro ayuden a la toma de
decisiones políticas y sociales.
Aunque con matices distintos según las diversas disciplinas, un escenario de futuro se
puede definir como «un pequeño conjunto
personalizado de sistemas conceptuales estructurados de contextos futuros plausibles,
a menudo presentados como descripciones
narrativas, fabricados para alguien y con un
propósito, generalmente para proporcionar
insumos para trabajos posteriores» (Ramirez et al., 2015). Mientras que algunos se
centran en analizar los futuros plausibles,
intentando reducir riesgos y así apartarse
del futuro más negativo, otros optan por
imaginar futuros alternativos deseables,
identificando qué pasos y acciones serían
necesarios para aproximarse a ellos (Inayatullah, 2012).
Estudios del futuro
En 1932, la BBC emitió el ensayo titulado Wanted: Professors of Foresight! [Se necesitan profesores o investigadores del futuro] (Wells, 1932). Si bien H. G. Wells es
conocido principalmente por ser autor de
ciencia ficción, también fue un destacado
científico empeñado en investigar el futuro
desde la perspectiva que le daba la ciencia y
el contexto de su tiempo. Con ello, imaginó
223
mundos imposibles, pero también describió desarrollos tecnológicos tan plausibles
que luego se han ido haciendo reales.
En la RAND Corporation, creada en 1948,
se desarrollaron muchas de las metodologías que se utilizan en la actualidad en los
estudios de futuro, tales como las simulaciones por computadora, la planificación
de escenarios y el método Delphi. Este
último surgió como una alternativa cuando
los datos y tendencias no eran suficientes
como para construir pronósticos o diseñar
escenarios de futuro. El método se basa en
las opiniones de expertos procedentes de
distintas disciplinas, y sigue un proceso
en el que se busca construir un consenso
teniendo en cuenta sus visiones de lo que
está por venir. Los propios creadores del
método Delphi fundaron en 1968 The
Institute for the Future, con claras vistas
a utilizar los estudios del futuro para planificar acciones encaminadas a enfrentarse
a cuestiones complejas, a menudo globales
(Anderson, s. f.).
Encontramos numerosos ejemplos del uso
de estudios del futuro que han tenido un
verdadero impacto. Un ejemplo de ello son
los reconocidos informes del Club de Roma.
Probablemente el informe que ha sido más
conocido es el titulado The Limits of Growth
(Meadows et al., 1972). Este documento
explica los resultados de un análisis de futuro coordinado hace cincuenta años por
la investigadora Donella H. Meadows. A
pesar de las críticas, The Limits ha tenido
una gran influencia en el ecologismo y en el
nacimiento de la ecología política.
publicado diversos informes y libros, como
Transforming the future: anticipation in the
21st century (Unesco, 2018). Más recientemente, el Foro Económico Mundial presentó el informe Technology Futures Report
2021: Projecting the possible. Navigating
what’s next, elaborado en colaboración con
Deloitte (World Economic Forum, 2021).
En la actualidad, hay numerosos investigadores dedicados a los estudios del futuro
y se han desarrollado métodos específicos
para este tipo de investigaciones tales como
el cono de futuros, el análisis de problemas emergentes o los más recientes futuros experienciales (XF). Además, tanto
las grandes corporaciones como las organizaciones internacionales más influyentes
consultan las conclusiones y recomendaciones de estos expertos a la hora de tomar
decisiones a largo plazo. El propio diseño
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es
un claro ejemplo de cómo la investigación
acerca de los futuros posibles, probables y
deseables puede ser utilizada en la planificación global.
Cuando nos sentamos a elaborar información científica sobre algo que aún no ha sucedido, puede resultar útil tener en cuenta
varios condicionantes:
» Pronóstico no es especulación. Uno
de los principales objetivos de informar
sobre el futuro es facilitar herramientas
a la sociedad y a los responsables políticos para que tomen mejores decisiones.
Debemos ser conscientes del impacto
que puede llegar a tener (para bien o
para mal) suministrar información relacionada con pronósticos y escenarios de
futuro. Informar sobre el futuro implica
una enorme responsabilidad, por lo que
conviene evitar caer en la especulación,
dejando claro a la audiencia que, aunque
se base en métodos científicos, el pronóstico no deja de ser eso, un pronóstico. Y
que siempre manejamos un cierto nivel
de incertidumbre (De Pérez y Van Aalst,
2021). Dicho de otro modo, por muy rigurosos que sean los cálculos, puede que
el pronóstico no se cumpla o que no resulte exactamente como auguran los expertos.
» Macrodatos e inteligencia artificial. Al
informar sobre el futuro, puede resultar interesante mencionar y describir la
tecnología empleada. Por ejemplo, podría formar parte de la pieza informativa
explicar cómo la capacidad de manejar
grandes volúmenes de datos (macrodatos), unida al desarrollo de algoritmos
de aprendizaje automático (inteligencia
Por su parte, la Unesco creó un departamento dedicado a analizar el futuro que ha
224
Manos a la obra:
de la ciencia a la práctica
Informando de ciencia con ciencia
Explicar el futuro con la ciencia presente
artificial), permite ir más allá del análisis
de los acontecimientos presentes.
» Antes de que existieran estas herramientas solíamos describir los hechos e intentar entender qué ha sucedido, cómo,
cuándo y dónde, incluso por qué, con
bastante precisión. Pero ahora también
es posible encontrar e inferir nuevas relaciones entre esos datos para poder perfilar comportamientos futuros y anticipar acontecimientos (Solino y Cabello,
2021).
» Una referencia interesante en este sentido
es la epidemiología computacional, que
ayuda a los científicos a recopilar e integrar grandes conjuntos de datos sobre
epidemias históricas con los que desarrollar modelos computacionales, los cuales
pueden utilizarse para ofrecer predicciones detalladas y precisas de la propagación de epidemias futuras. Pretende nada
más y nada menos que ofrecer predicciones precisas de futuros brotes víricos,
mejorar nuestra capacidad para controlar
su transmisión y facilitar una respuesta
oportuna y eficaz a la amenaza. Lo hace
combinando varias disciplinas como las
matemáticas, la estadística, las ciencias
de la computación y la epidemiología.
Y todas deben estar en la mente del periodista al elaborar la pieza informativa
(Colizza, 2020).
Explicar no solo las conclusiones sobre lo
que se espera que ocurra sino todo el proceso de búsqueda de respuestas ayuda a en-
225
tender mejor cómo funciona la ciencia y en
qué se sustentan las predicciones.
» La incertidumbre no nos debe paralizar. Que exista incertidumbre respecto
a lo que está por venir es absolutamente
inevitable. Pero eso no debería hacer que
nuestra audiencia se sienta impotente y
se paralice. Al final, las personas informadas deben tomar decisiones, elegir qué
camino toman para alcanzar el mejor de
los futuros posibles. Y solo se puede pasar a la acción si estamos convencidos de
que, entre todo el abanico de posibilidades, hay un escenario de futuro óptimo
que tiene al menos una oportunidad de
convertirse en «nuestro futuro presente»
(Beckert, 2022).
» A la hora de transmitir el mensaje, tan
malo es centrarse en los posibles peligros
como obviar las oportunidades que se
presentan si se toman las decisiones adecuadas y se emprenden las acciones necesarias. Pensemos, por ejemplo, en que
afrontamos una pandemia para la que se
están desarrollando vacunas a marchas
aceleradas. Antes de que esas vacunas sean
aprobadas, se puede hablar de ellas haciendo énfasis en que se desconoce a ciencia cierta si funcionarán y con qué eficacia
nos protegerán de un determinado virus o
bacteria; o bien, sin ocultar la incertidumbre, construir una narración en forma de
historia, aderezada con emociones, describiendo el mejor escenario posible, en el
contexto presente. No olvidemos que las
historias son la mejor manera que tiene el
cerebro de lidiar con la incertidumbre.
» Más allá de los números. Cuando hablamos de lo que podría suceder en el
futuro, mostrar las cifras no suele ser suficiente: hay que contextualizar el resultado también, explicar qué implicaciones
tienen los datos, para no dejar hueco a
interpretaciones erróneas.
226
«Al informar de ciencia
siempre resulta interesante
hacer un seguimiento de la
información, dado que no
hay verdades permanentes y
que la ciencia se corrige a sí
misma continuamente» .
Anabel Forte, autora del libro ¿Cómo sobrevivir a la incertidumbre? (Next Door Publishers, 2022), suele contar en sus charlas
un chiste que refleja muy bien cómo malinterpretar las probabilidades puede llevarnos
a tomar malas decisiones. Es el siguiente:
«Me han dicho que el 20 % de las personas
muere por fumar. ¿Por qué muere el 80 %
restante? ¿Por no fumar? Entonces voy a fumar». Puede que la anécdota le haya hecho
sonreír, pero pasa a diario y puede influir
en las decisiones que tomamos. Por eso, insistimos, comunicar el futuro es uno de los
ejercicios de mayor responsabilidad en periodismo: porque cómo lo reciba la audiencia puede cambiar drásticamente ese futuro.
Por norma general, es conveniente explicitar las variables que se han medido para determinar las tendencias y el margen de error
que ha tenido el cálculo de estas variables.
Si hay cierto debate dentro de la comunidad científica, o cierto grado de desacuerdo,
es importante reflejarlo. En el capítulo 7,
dedicado a la comunicación del riesgo, se
describen conceptos como riesgo absoluto
y riesgo relativo que pueden resultar útiles
también en el tema que nos ocupa.
Informando de ciencia con ciencia
» No escribimos ciencia ficción. La ciencia no pretende adivinar el futuro, y
el periodista tampoco. Informar sobre el
futuro no debería ser nunca un ejercicio
de ciencia ficción que deje rienda suelta
a la imaginación. El ejercicio responsable del periodismo implica informar
acerca de visiones de futuro basadas en
modelos consistentes desde un punto de
vista científico.
¿Pero qué pasa cuando hablamos de panoramas tecnológicos? Si la previsión en climatología nos parece compleja (ya que un
pequeño cambio al inicio puede hacer variar completamente lo que suceda), cuando
tratamos de estudiar el futuro de una tecnología emergente el nivel de imprevisibilidad es mucho mayor. La mayor parte de los
factores que pueden influir en el desarrollo
de una tecnología están basados en comportamientos humanos que tienen un alto
nivel de variación (consumo del producto,
inversión en investigación y sus resultados,
etc.). Además, en el camino hacia el desarrollo de una tecnología se pueden producir
fenómenos que alteran completamente la
tendencia, tales como la aparición de una
tecnología alternativa que tenga más éxito
en el mercado. A pesar de las dificultades, es
necesario estudiar los posibles escenarios de
futuro con fines de planificación, es decir,
con vistas a reducir los posibles impactos
negativos y aumentar los positivos. Encontramos un ejemplo de este tipo de estudios
en el Technology Futures Report 2021: Projecting the possible. Navigating what’s next,
elaborado por el Foro Económico Mundial
en colaboración con Deloitte (World Economic Forum, 2021).
el lector interpreta nuestra información.
No es lo mismo informar acerca de la
vacuna de la covid-19 en plena pandemia que una vez amainado el temporal.
Como tampoco es lo mismo hablar sobre cambio climático en plena ola de
calor que hacerlo en invierno. El grado
de afectación individual también cuenta:
informar de las perspectivas de cura del
cáncer a un paciente oncológico tiene
implicaciones distintas, porque es más
vulnerable a lo que está por venir.
Al informar de ciencia siempre resulta interesante hacer un seguimiento de la información, dado que no hay verdades permanentes y que la ciencia se corrige a sí misma
continuamente, como hemos mencionado
ya en capítulos anteriores. Pero en el caso
de la información sobre el futuro, ese seguimiento es aún más ineludible. Conviene revisar la información periódicamente con los
nuevos conocimientos que pueda aportar la
ciencia, o con nuevas variables y datos que
afinen los pronósticos.
» Contexto y seguimiento. Nunca hay
que perder de vista el contexto en el que
Explicar el futuro con la ciencia presente
227
Caso práctico
A principios de 2022, un equipo de científicos estadounidenses publicaba en Nature un
artículo en el que se esbozaban 100.000 escenarios de futuro posibles en relación con las
emisiones de gases de efecto invernadero y el
cambio climático (Moore et al., 2022). Lo innovador era que tenían en cuenta los factores
políticos y sociales, tanto a escala individual
como comunitaria, nacional y social.
Unos días después, El Confidencial se hacía
eco de este estudio en un artículo periodístico titulado «Científicos climáticos simulan 100.000 futuros diferentes: ¿cuál nos
tocará?» (Romero, 2022). Desde el propio
arranque ya refleja la importancia que tienen estos modelos en la toma de decisiones:
«¿Cambiarías algo del pasado si lo pudieses
ver en retrospectiva? Es probable que sí. ¿Y
si pudiéramos hacer lo mismo visualizando
las consecuencias del cambio climático que
tendrán lugar en este siglo y actuar en consecuencia?».
En el cuerpo del texto, explican la metodología, cómo los posibles caminos que se
nos presentan se dividieron en cinco grupos, con un calentamiento en 2100 «que
varió entre 1,8 y 3,6 grados centígrados por
encima del promedio de 1880-1910, pero
con una gran probabilidad de calentamiento entre 2 y 3 grados centígrados a finales
de siglo».
Otro artículo, publicado en Business Insider,
también coincidía en esta buena práctica
(Núñez-Torrón, 2022). «Los científicos alimentaron sus simulaciones por computadora de los niveles de calentamiento para final
de siglo con factores sociales, como la manera en la que la sociedad percibe el cambio
climático», escribe la autora. Y también: «la
conformidad social lo empeora, mientras
que una masa crítica exige alternativas y actuaciones políticas para paliar la situación».
subrayan cómo una respuesta acorde con
las recomendaciones de los expertos nos
conduciría a un desenlace positivo.
Sobre la percepción social, introducen un elemento importante: los sesgos a la hora de interpretar la información. Concretamente hay
referencias a un sesgo investigado por Moore
según el cual las personas «tienden a comparar las anomalías climáticas actuales con lo
que recuerdan en los últimos ocho años, en
lugar de atender a los datos históricos».
Otro elemento común es que los dos artículos recalcan que en el 30 % de los escenarios
las emisiones podrían mantenerse por debajo
de los 2 °C si concurren «mayores exigencias
sociales, una política climática más ambiciosa y tecnologías efectivas de reducción de
emisiones». Y apelan con insistencia a la responsabilidad de la audiencia con un mensaje
clave: «las actitudes sociales, las mejoras y
reducciones de costos de las tecnologías y la
capacidad de respuesta de nuestros sistemas
políticos son los impulsores más fuertes para
crear un punto de inflexión positivo contra
los tentáculos del cambio climático».
Ambos textos abordan la incertidumbre sin
complejos, la analizan y, lo que es más importante, conducen a una conclusión incompatible con la inacción. Porque, como
recomendábamos en párrafos anteriores,
Mensajes clave
» Informar sobre el futuro implica una enorme responsabilidad, por lo que conviene evitar caer
»
»
»
»
en la especulación. La ciencia, ayudada de herramientas como la estadística y métodos propios
de los denominados estudios del futuro, es capaz de detectar tendencias, formular pronósticos
y elaborar escenarios de futuro.
Por riguroso y científico que sea, cualquier pronóstico de futuro contiene un cierto margen
de incertidumbre. Cuando se describen situaciones de futuro debe explicarse la magnitud y
naturaleza de estas.
Al informar sobre futuros que dependen en gran parte de comportamientos humanos, el margen de variabilidad y error es siempre elevado. Más aún si el fenómeno es tan nuevo que falta
información, o si intervienen tantas variables que es imposible medirlas todas.
La ciencia no pretende adivinar el futuro, y el periodista científico tampoco. Informar sobre el
futuro nunca debería ser un ejercicio de ciencia ficción que deje rienda suelta a la imaginación.
Tan malo es centrarse únicamente en los posibles peligros como obviar las oportunidades que
se presentan si se toman las decisiones adecuadas y se emprenden las acciones necesarias. Es
importante que ese mensaje esté presente en los textos que informan sobre el futuro.
Explicar el futuro con la ciencia presente
229
Referencias
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https://www.clubofrome.org/publication/the-limits-to-growth/
230
Informando de ciencia con ciencia
Explicar el futuro con la ciencia presente
231
Capítulo 7 . Cómo comunicar los riesgos:
mucho más que números
»
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»
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»
Conceptos relevantes
Capítulo 1 . La ciencia de informar
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»
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»
Periodismo de investigación
Periodismo de precisión
Prepublicación (preprint)
Proceso científico
Proceso periodístico
Revisión por pares (peer review)
Capítulo 2. El método del periodismo científico
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»
»
»
»
»
»
Conflictos de interés
Control de calidad de noticias
Embargo
Fases de la producción de noticias
Fuentes de información
Método científico
Periodismo de ciencia
Prepublicación (preprint)
Validación de datos / Verificación
Capítulo 3 . La comunicación de la ciencia
en español
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»
»
Botiquín de auxilios lingüísticos
Lenguaje científico
Lenguaje periodístico
Neologismos
Neonimia
Norma de lenguaje
Capítulo 4 . Perspectiva de género en la
comunicación de la ciencia
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»
Brecha de género
Comunicación incluyente
Perspectiva de género
Regla de la inversión
Sesgos de género
Capítulo 5. Periodismo científico responsable
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»
»
»
»
»
Calidad de la evidencia científica
Estado de las investigaciones científicas
Intervalos de confianza
Outcomes
Periodismo responsable
Significación estadística
Tipo de estudios científicos
Capítulo 6 . Comunicación institucional
de la ciencia
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Canales de difusión
Fuentes internas
Gabinetes de comunicación
Herramientas de comunicación institucional
Plan estratégico de comunicación
Unidades de cultura científica y de la innovación (UCC+i)
Comunicación de riesgos
Intervalo de confianza
Percepción de riesgos
Riesgo basal
Riesgo relativo (risk ratio, hazard ratio,
odds ratio)
Capítulo 8. La información científica en la
comunicación ambiental: el caso del cambio
climático
»
»
»
»
»
»
»
»
»
»
Acuerdo de París
Comunicación sobre cambio climático
Ecoangustia
Ecodependencia
Falsa simetría o falso balance
Filtro burbuja
Greenwashing
Periodismo de proximidad
Storytelling
Tecnooptimismo
Capítulo 9. Informar sobre salud
» Clickbait
»
»
»
»
»
»
Divulgación científica vs. periodismo
Noticias falsas
Periodismo de salud
Sobreexpectativas
Teoría del establecimiento de agenda
Verificación
Capítulo 10. También son ciencias: cómo
informar sobre humanidades y ciencias sociales
» Comunicación en ciencias sociales y humanidades
» Fuentes nacionales e internacionales
» Interdisciplinariedad
» Retos sociales complejos
» Pluralidad
» Toma de decisiones
Capítulo 11 . Periodismo de datos
» Conjuntos de datos (datasets)
»
»
»
»
Derecho de acceso a información pública
Ley de Transparencia
Periodismo de datos
Web scraping
Capítulo 12 . Narrativa interactiva, transmedia
e inmersiva al servicio de la ciencia
» Comunicación audiovisual
» Comunicación inmersiva, realidad extendida o XR
» Comunicación interactiva
» Comunicación transmedia
» Economía de la atención
» Estrategia transmedia
» Realidad iberia
» Realidad virtual
Capítulo 13. Hacer visible lo invisible:
la infografía en el periodismo científico
» Banco de ilustraciones
» Infografía
» Tipos de infografía
» Visualización de datos
Capítulo 14 . Comunicación del futuro con
la ciencia presente
»
»
»
»
»
»
»
»
Análisis de problemas emergentes
Comunicación de la incertidumbre
Conos de futuros
Estudios de futuro
Futuros experienciales (XF)
Método Delphi
Panoramas tecnológicos
Sesgo optimista
Galería de recursos
» Serie pódcast La ciencia de informar . Conducida por la periodista Nùria Jar, en estas entrevistas se profundiza, de la mano de profesionales del periodismo y la comunicación, en temas como la desinformación
o los bulos, la información sobre ciencia en redes sociales, las claves para entrevistar a un científico o una
científica, la perspectiva de género en las fuentes y la comunicación de la ciencia en formato audiovisual.
Accede a la audioserie completa:
https://open.spotify.com show/6NWI3hT5lu29flsjDWBczi
» Píldoras informativas Informando de ciencia con ciencia . Entrevistas a los coordinadores y autores del
libro complementarias a sus capítulos .
Accede a la lista de reproducción:
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Informando de ciencia con ciencia quiere hacer hincapié en la necesidad de impulsar un ejercicio del periodismo científico eficaz y
riguroso, capaz de enfrentar los desafíos actuales de nuestra sociedad, conectando la práctica periodística con las investigaciones
existentes en torno a la comunicación de la ciencia. A lo largo de
los distintos capítulos, profesionales del periodismo científico e
investigadores en comunicación científica abordan algunas de las
cuestiones a las que los comunicadores de ciencia se enfrentan en
el ejercicio de su profesión: ¿cuáles son las particularidades del
periodismo especializado en ciencia?, ¿cómo comunicar un riesgo
al público?, ¿de qué manera incluir la perspectiva de género en
la cobertura de noticias científicas?, ¿cómo transmitir de manera
responsable esta información?, ¿debemos explicar las incertidumbres que rodean a la ciencia? Un manual original en el que los
autores llevan, de la teoría a la práctica, estrategias que contribuyen así a desarrollar una sociedad científicamente bien informada
y, por tanto, mejor formada.