“Ecce ego quia vocasti me”
La Vocación
Diócesis de Tepic
Modestia - Generosidad - Valentía
¿Qué es la Vocación?
• El concepto de vocación, que proviene del vocablo latino vocatĭo, refiere a la
tendencia de una persona hacia un oficio, una actividad o un cierto estado.
Servicio, por su parte, alude en su sentido más amplio al acto y la
consecuencia de servir: estar a disposición de alguien, ser útil para algo.
• La idea de vocación de servicio, de este modo, se vincula a la predisposición
de un individuo para satisfacer las necesidades de otro. Quienes tienen
vocación de servicio, por lo tanto, se inclinan a brindar colaboración o ayuda.
Tiene una finalidad… Y no es personal.
• Puede relacionarse la vocación de servicio con la solidaridad y el
accionar desinteresado.
• Al brindar un servicio solidario, la persona recibe una recompensa que se
puede calificar como interna o espiritual: la satisfacción de hacer aquello
que se cree correcto. No se busca, en cambio, satisfacer un interés
material u obtener otro tipo de rédito.
Algunos problemas…
• El egoísmo, la comodidad y la pereza son cuestiones que quedan de lado cuando un
ser humano pone en práctica su vocación de servicio.
• Supongamos que una mujer decide pasar su tiempo libre preparando comida y
sirviéndola a los vecinos carenciados de su barrio.
• Esta persona podría destinar ese tiempo a dormir, mirar la televisión o irse de compras,
pero prefiere inclinarse a su vocación de servicio para mejorar la vida de los demás.
Hablando de ética.
• Un profesional tiene que cumplir unas obligaciones laborales con la mayor eficacia posible y
a cambio recibe un salario. A partir de esta premisa general pueden darse, grosso modo, dos
planteamientos posibles:
• 1) el profesional intenta cumplir con su responsabilidad porque así lo establece el contrato y
porque, de lo contrario, tendría consecuencias negativas (por ejemplo, sería despedido).
• 2) el profesional intenta cumplir porque considera que es su obligación moral. En este último
caso, su motivación va más allá del salario que recibe o de unas cláusulas contractuales.
• El planteamiento ético en la vocación de servicio consiste en actuar no
porque alguien lo imponga desde fuera (por ejemplo, un jefe que da una
orden) sino porque uno mismo tiene el convencimiento moral que le
obliga a actuar de una determinada forma.
Hablando en Cristiano…
• Dios, que ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación
fundamental e innata de todo ser humano, porque el hombre fue creado a semejanza de
Dios, que es amor.
• Desde su nacimiento, cada persona está destinada a la bienaventuranza eterna, el Cielo.
Dios crea a cada uno con un propósito, una misión. Esa misión es lo que se conoce como
vocación.
Catecismo de la Iglesia Católica, 1604, 1703
• La vocación común de todos los discípulos de Cristo es vocación a la santidad y a la
misión de evangelizar el mundo.
• Dentro de esta vocación común, Dios invita a cada uno a recorrer la vida junto a Él por
un camino concreto. A algunos llama al sacerdocio ministerial, a otros a la vida religiosa,
y a otros, los laicos, los llama a encontrarle en la vida ordinaria, ya sea viviendo el
celibato o la vocación matrimonial.
Catecismo de la Iglesia Católica, 1716-1729, 1533
Meditemos
• «Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que
salieras del seno materno, te consagré»
Jeremías 1, 5
La Iglesia nos dice…
• Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones
de cada día, allí donde cada uno se encuentra.
• ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega.
• ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la
Iglesia.
• ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos.
• ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús.
• ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales”.
• Gaudete et Exultate, 14
Individual y Colectiva
• El mundo está dividido
• En el cielo Satanás y sus cohortes /// En la tierra El hombre pelea consigo mismo y con los
demás
• Dios invita a la comunión.
• “Este es el Plan que había proyectado en Cristo: hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la Tierra. "Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la
vocación con que fuisteis llamados“
• Efesios 1,9-10 ; 4:1-6
• La iglesia es la que proclama este mensaje de reconciliación y de unidad.
• En la iglesia el hombre encuentra la satisfacción plena de su personalidad.
• En la iglesia encuentra amor.
• Dios nos llama a formar parte de su iglesia.
La Vocación es un proceso.
• “Dios nos llama a pertenecer a la Iglesia y, después de
madurar en su seno, nos concede una vocación
específica.”
• Mensaje del Santo Padre Francisco, para la 53 jornada mundial de
oración por las vocaciones.
Dice Benedicto XVI
• Vocación significa llamada. ¿Quién llama a participar en la promoción y el desarrollo humanos?
• Llama Dios, que interviene en toda vida que comienza.
• Nos llama a cada uno nuestro propio ser, hecho para el amor.
• Esta vocación a la promoción humana es también una “llamada de hombres libres a hombres
libres para asumir una responsabilidad común”.
Entonces viene la Respuesta.
• La encíclica Cáritas In Veritate señala tres condiciones principales:
• La libertad.
• La verdad.
• La caridad.
Libertad.
• En primer lugar, la libertad. Toda vocación “es una llamada que requiere una respuesta
libre y responsable”
• ¿Y quién debe responder? Tanto las personas –cada una–como los pueblos –los pueblos
hambrientos interpelan a los pueblos opulentos–.
• Dicho de otro modo, esta vocación exige, a la vez, una respuesta personal y una
respuesta de las estructuras e instituciones sociales –del Estado y de otros agentes
sociales– y eclesiales.
Verdad
• La respuesta exige que se respete la verdad. Ante todo, la verdad profunda del “ser” del
hombre. Y por eso se trata de “promover a todos los hombres y a todo el hombre”.
• A este propósito el Evangelio es un elemento fundamental, porque enseña a conocer y
respetar el valor incondicional de la persona humana.
• Cristo revela el hombre al propio hombre (cf GS 22), y, así, le muestra que su valor es
grande para Dios. Le muestra “el gran sí de Dios” a todos sus anhelos.
• De aquí deduce el Papa que sólo respondiendo a esta vocación el hombre puede ser feliz y
realizarse plenamente: “Precisamente porque Dios pronuncia el ‘sí’ más grande al hombre, el
hombre no puede dejar de abrirse a la vocación divina para realizar el propio desarrollo”..
• Así que esta vocación al desarrollo abarca tanto el plano natural como el
sobrenatural.
• De hecho, cuando Dios se eclipsa en el horizonte del hombre o de la
sociedad, se comienza a disipar nuestra capacidad de reconocer la
finalidad y el bien a que estamos llamados
Caridad
• Finalmente, “la visión del desarrollo como vocación comporta que su centro sea la
caridad”.
• Es muy de agradecer la clarividencia de la encíclica en este tema, siguiendo las ideas de
Pablo VI.
• Las causas del subdesarrollo –se dice– no son principalmente materiales, sino que
radican, primero, “en la voluntad que con frecuencia se desentiende de los deberes de la
solidaridad”.
• Después, en el pensamiento, que no siempre sabe orientar adecuadamente
a la voluntad (por eso se requiere configurar un “humanismo nuevo”).
• Y, sobre todo, la causa está en “la falta de fraternidad entre los hombres y
entre los pueblos”.
Concluyamos…
• Hay que tener en cuenta que esta vocación no nos la hemos dado a nosotros mismos, sino
que viene de Dios.
• Por eso, antes que nada, y continuamente, es preciso acoger a Dios en nuestra vida, dejarle
entrar libremente y seguirle con toda fidelidad y entusiasmo.
• Pues “sólo si pensamos que se nos ha llamado individualmente y como comunidad a formar
parte de la familia de Dios como hijos suyos, seremos capaces de forjar un pensamiento
nuevo y sacar nuevas energías al servicio de un humanismo íntegro y verdadero”.
Un consejo de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
“No caigas en esa enfermedad del carácter que tiene por
síntomas la falta de fijeza para todo, ligereza al obrar y en el
decir, el atolondramiento, la frivolidad, en una palabra.”
Camino 17