Hijo de ladrn
Manuel Rojas
 Objetivo de la clase:
  -Contextualizar la obra literaria Hijo de ladrn.
   -Analizar aspectos temticos, tcnicos y
  simblicos de la novela de Manuel Rojas.
Sin duda una de las novelas ms relevantes de la
historia literaria chilena es Hijo de ladrn (1951)
de Manuel Rojas (Premio Nacional de Literatura
1957), perteneciente a la tetraloga del personaje
Aniceto Hevia, junto a Mejor que el vino (1958),
Sombras contra el muro (1964) y La oscura vida
radiante (1971). Por el hecho de ser Rojas un
escritor pre-boom latinoamericano, su figura no
se ha visto favorecida por el vigor que merece
tener.
Mejor que el vino (1958)
          A Aniceto Hevia, protagonista de su
         tetraloga, lo encontramos por primera
         vez en Hijo de ladrn y lo hallamos
         ahora cuando acaba de despertar en un
         camarote de tercera. Es un hombre de
         25 aos, inexperto en el amor, que se
         ha convertido en apuntador de una
         compaa de teatro. En esta novela
         acompaamos a Aniceto en su
         aprendizaje     amoroso,    recorriendo
         vvidamente el mundo prostibulario y
         de cmicos errantes que Rojas supo
         narrar magistralmente en su prosa
         sosegada y limpia, realista, cruda y
         penetrante,       develndonos      una
         existencia profundamente humana.
Sombras contra el muro (1964)
           La novela parte cuando Aniceto, se encuentra
           trabajando como ayudante de un pintor
           anarquista espaol, quien en su fuero ms ntimo
           pensaba que el esperanto deba ser el idioma que
           unificara al mundo. Esperanto est idioma
           internacional.
           De ah en adelante, una serie de sucesos
           significativos irn estructurando y construyendo
           el bagaje de experiencias del cual se nutrir el
           protagonista.      Todo    su    deambular,      su
           vagabundaje, resulta ser tan similar como el de
           aquel que lleg a ser un paradigma para aquellos
           anarquistas de comienzos del siglo veinte,
           Mximo Gorki. La procesin de Aniceto es un
           camino de aprendizaje, se podra decir que de
           humanizacin, ya que ante l, se presentan dos
           caminos y aquello resulta ser la constante de la
           novela, la moral que el protagonista deber hacer
           parte de s para diferenciar, optar y as poder ser
           un hombre ntegro.
La oscura vida radiante (1971)
              En esta novela, la ltima de una
               tetraloga, nos encontramos con un
               Aniceto maduro, aunque muy joven
               todava. Arrojado al camino de la
               sobrevivencia, se las ha ingeniado para
               convertirse    en      un    incansable
               caminante que vive llegando y
               partiendo de cada lugar. Luego de
               mltiples experiencias e infinitas
               conversaciones con sus compaeros
               de viaje, termina por consolidarse su
               formacin autodidacta: se hace
               presente entonces el joven anarquista,
               nmada del bajo pueblo, que se
               enorgullece de lograr, al fin, un oficio
               que parece llenar sus expectativas.
  Abolir las clases y amar los oficios
                         Por Jorge Guerra
 La noche del 25 de abril de 1912 Manuel Rojas inici una caminata
  desde Mendoza con la intencin de quedarse en Las Leas,
  estacin del ferrocarril trasandino ubicada en la Cordillera a unos
  3.400 metros de altura. Lo acompaan Laureano Carvajal y Luis
  Toledo, dos anarquistas chilenos, miembros de la Sociedad de
  Resistencia de Oficios Varios, que volvan a Chile. Cubriendo
  algunos tramos escondidos en vagones de carga y otros a pie,
  llegan, la tarde del 27 de abril, a un campamento de faena
  levantado entre Puente del Inca y Las Cuevas. Ah Rojas se
  reencuentra con Laguna, a quien haba conocido poco tiempo
  atrs trabajando como pen del ferrocarril. Carvajal lo convence
  de que sigan hasta Chile y al grupo se suma Laguna, que
  finalmente llega con Rojas a Santiago, habiendo tomado el tren en
  Los Andes. Los anarquistas se quedaran en esta ciudad
  cordillerana.
 Luego de despedirse de su compaero, Rojas se dirige
  a un conventillo de la misma calle Brasil, entre Andes y
  Mapocho, donde en una pieza viven dos anarquistas
  que ofician de peluqueros: Teodoro Brown Surez y
  Vctor Manuel Garrido Gutirrez. El local, ubicado en
  Andes N 2009, era conocido como la Peluquera del
  Pueblo. En l se daban cita simpatizantes anarquistas
  para discutir sus ideas y planificar estrategias de
  accin. El 8 de noviembre de 1913 fue allanado por la
  polica en busca de explosivos y material subversivo
  que pudiera proporcionar pistas sobre los autores de
  los atentados perpetrados por esos das. En esa
  ocasin fueron aprehendidos los dos peluqueros y otro
  libertario de nombre Voltaire Argandoa Molina.
  Manuel Rojas logra escabullirse, pero es capturado das
  despus, quedando dos das detenido.
 Continuaban as los vnculos del escritor con el mundo anarquista,
  con militantes de diversas posturas: desde individualistas hasta
  aquellos que promovan la accin directa y violenta contra las
  estructuras establecidas. El ideario crata, no sabemos si
  voluntariamente o producto del azar, form parte de la atmsfera
  de su infancia. Rojas pas parte importante de sus primeros aos
  en distintos barrios de Buenos Aires y Rosario, dos activos centros
  anarquistas de Argentina, y estuvo siempre en contacto con
  militantes revolucionarios. Su llegada a Chile prolong y afianz la
  relacin de ste con el ambiente libertario, cuando a sus diecisis
  aos comenz a colaborar, bajo el seudnimo de Tremalk Naik, con
  el peridico anarquista La Batalla. Diario que se caracteriz por
  mantener posiciones radicales, slidas e intransables. En el amplio y
  variado horizonte del pensamiento anarquista que distingue a esta
  corriente las primeras dcadas del siglo XX, legitimaron el uso de la
  violencia, no solo como recurso para el boicot y el sabotaje, sino
  tambin como forma de protesta y represalia hacia acciones del
  Estado que consideraban injustas.
 Revisando un temprano ensayo suyo titulado La
  creacin en el trabajo (1937), surgen pistas que nos
  ayudan a explicar el origen y la relacin de su solitario
  trabajo de escritor con este pensamiento libertario. En
  la primera parte de ese escrito el autor constata la
  prdida de la actitud creadora presente en el trabajo
  del obrero antes del advenimiento de la
  industrializacin capitalista, pasando a ser una
  annima pieza de la cadena productiva. Ejemplifica
  esto revisando la evolucin histrica del oficio de
  linotipista que Manuel Rojas lleg a conocer y dominar
  hacia fines de la segunda dcada del siglo pasado.
 Encarnndose en el joven Aniceto Hevia, en su novela
  Sombras contra el muro (1964), expone su propia idea del
  anarquismo, con rasgos de ingenuidad e incluso de humor:
  Aniceto tiene del anarquismo una idea casi potica: es
  un ideal, algo que uno quisiese que sucediera o existiera,
  un mundo en que todo fuese de todos, en que no existiese
  propiedad privada de la tierra ni de los bienes; por eso lo
  primero que hay que hacer cuando llegue la revolucin es
  quemar el Registro de Bienes Races; en que el amor sea
  libre, no limitado por leyes; sin polica, porque no ser
  necesaria; sin ejrcito porque no habr guerras;
  destruyendo la propiedad se acaban las guerras; sin
  iglesias, porque el amor entre los seres humanos habr ya
  efectivamente nacido y todos seremos uno.
 En este sentido, rescato tambin la reflexin
  de Gonzlez Vera en su libro Algunos, respecto
  de las variadas y mltiples ocupaciones que
  desempe Rojas desde muy temprana edad,
  particularmente sobre su escasa permanencia
  y constante mudanza en aquellos oficios:
 No cabra decir que los dejara por arribismo.
  Se convirti en anarquista siendo muy joven y
  stos ansan abolir las clases, y aman los
  oficios, sobre todo los manuales, porque
  pretenden organizar una sociedad en que solo
  haya trabajadores. Algo vago, indeciso, lo
  conduca a cambiar de tarea cada cierto
  tiempo.
                      La herida
                       Por Diamela Eltit
             La Nacin, Domingo 22 de enero de 2006
 Manuel Rojas, en su novela Hijo de ladrn
  (1951), pone en evidencia la importancia de
  las tcnicas literarias. De la misma manera
  que la pintura o el teatro o el cine se articulan
  desde sus tcnicas, Rojas construye un
  extenso escenario tcnico para organizar su
  superficie narrativa.
 Hijo de ladrn es ya una novela cannica. Su
  protagonista, Aniceto Hevia, acta como
  matriz al permitir el ingreso de distintos
  narradores que se autonomizan para
  establecer cada uno de los diferentes relatos
  encarnados en diversos personajes que
  transitan las condiciones que propuso el
  capitalismo industrial.
 La novela, en tanto sede de una pluralidad de
  voces, da cuenta de un imperativo deseo de
  libertad, encarnado en seres nmadas que se
  niegan a filiarse de manera estable a la industria
  y, en cambio, prefieren vagar por los espacios
  geogrficos, realizando tareas ocasionales que les
  permiten una mnima subsistencia pero, a la vez,
  les posibilitan el desplazamiento que se convierte
  en un mecanismo libertario. De algn modo, y a
  su manera, la novela parece incorporar ciertos
  presupuestos del pensamiento anarquista,
  fundado por Mijail Bakunin, que mantuvo una
  doble crtica: tanto al capitalismo como al Estado.
 Aniceto Hevia porta una historia y un doble
  estigma. Es hijo de ladrn y es hurfano de
  madre. La muerte de la madre marca el fin de
  la familia.
 La actividad ilegtima del padre lo pone en el
  horizonte de la delincuencia. De esa manera
  se abre un dilema conceptual que atraviesa la
  novela: el determinismo; es decir, la relacin
  lineal entre causa y efecto.
 En general, la novela realista se haba movido en
  ese horizonte, especialmente en su vertiente ms
  melodramtica; a tales causas, tales efectos. No
  obstante, esa relacin rgida es lo que pone en
  jaque Hijo de ladrn. Seala que ciertas causas,
  si bien son importantes y hasta decisivas, no
  traen necesariamente los mismos efectos.
  Aniceto Hevia sortea su destino carcelario (el del
  padre) en la medida que escucha
  verdaderamente a los otros, les da espacio y lugar
  y se dota as de experiencia para establecer lo
  que va a ser su propio destino social.
 De esa manera, Hijo de ladrn quebranta el
  fatalismo y con sus tcnicas precisas introduce
  un elemento que altera el flujo de la narracin
  cuando incluye, bajo la forma del fragmento,
  el discurso lrico. Este discurso acta como
  una tensin para dar cuenta de la subjetividad
  en la que se organiza el sujeto.
 Una serie de discursos poticos hablan incesantemente
  de la herida. Una herida simblica y squica que
  recuerda la forma en que Freud organiz la nocin de
  inconsciente. Es esa herida la que permanece rezagada
  pero activa. Est all parapetada en cada uno de los
  sujetos como huella dolorosa de su precoz
  enfrentamiento al mundo. Slo que en la novela de
  Manuel Rojas, esta herida alcanza una dimensin
  eminentemente social. En la herida que atraviesa la
  novela, su narrador adopta la segunda persona y,
  desde esa posicin, apela incluso al propio lector; a su
  herida, a su huella, a ese dolor que est agazapado,
  palpitante, aunque no impide el siempre complejo y
  alucinante acto de vivir.