EDUCACIÓN PARA LA SALUD
La Educación para la salud debe entenderse como una herramienta básica tanto para
la prevención de determinadas enfermedades como para su curación y/o
rehabilitación, y como un instrumento indiscutible de promoción de salud. Recoge
los principios de la Carta de Ottawa 1986 y otras conferencias de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), que incorporan la Educación para la Salud a la Promoción
de la Salud como una de sus estrategias básicas junto a la comunicación social y a
otras medidas políticas, técnicas, económicas, de acción social, etc.
Se toma en cuenta los diferentes enfoques y modelos de educación, salud y
educación para la salud que se han ido planteando en los últimos decenios y opta por
integrar algunos de ellos: en salud, enfoques biopsicosocial y de Desarrollo Personal
y Social y en educación, enfoques de pedagogía activa. Algunas de sus claves son las
siguientes:
▪ La Salud como derecho humano fundamental y como recurso para la vida
diaria, entendida y considerada en un sentido amplio, integral, biopsicosocial.
▪ Las condiciones de vida y los entornos en que la gente trabaja, estudia y vive,
los modelos y valores socioculturales, los estilos de vida, la biología, los
servicios relacionados con la salud, los recursos personales y redes sociales…
como condicionantes de la situación de salud de las personas, grupos y
comunidades.
▪ Las personas como protagonistas de su propia salud y de su propia vida. El
empoderamiento personal y social como proceso mediante el cual las
personas, grupos y comunidades adquieren mayor control sobre las
decisiones y acciones que afectan a su salud.
ANTECEDENTES
Desde 1948, fecha de su constitución, la OMS rompe con los conceptos de salud de
carácter negativo – ausencia de enfermedad – dominantes hasta entonces y define
la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”, incorporando
el sentido holístico, positivo y subjetivo de la salud.
Más adelante se van agregando perspectivas más dinámicas. Milton Terris, 1980,
plantea la salud – enfermedad como un continuum y modifica la definición
suprimiendo el término completo y añadiendo la capacidad de funcionamiento y
adaptación al medio.
En el contexto de la Promoción de Salud, se considera la salud como la capacidad de
desarrollar el propio potencial personal y responder de forma positiva a los retos del
ambiente (Glosario de Promoción de Salud, Don Nutbeam, 1985). Se entiende la salud
como un recurso para la vida, como un medio para llegar a un fin: llevar una vida
individual, social y económicamente productiva. Acentúa los recursos personales y
sociales, así como las aptitudes físicas. (Glosario de Términos de Promoción de Salud,
OMS, 1998).
La actual situación de salud se caracteriza por cambios profundos y rápidos:
▪ Cambios socio-demográficos: reducción de la natalidad, retraso del primer
hijo, reducción del tamaño familiar, aumento del nivel de estudios,
longevidad, envejecimiento de la población, incorporación de la mujer al
trabajo no doméstico, cambios de roles asociados al género, migraciones.
▪ Cambios en el patrón de morbi-mortalidad: constituyendo las causas de
muerte más frecuentes en la actualidad en occidente las enfermedades
cardiovasculares, cánceres, enfermedades respiratorias, accidentes.
▪ Factores asociados a estas causas de muerte relacionados con los diferentes
estilos de vida: tabaco, dieta rica en grasas, obesidad, sedentarismo, estrés,
alcohol, velocidad excesiva, conducción bajo los efectos del alcohol y no uso
de medidas de seguridad en la conducción.
Los problemas de salud vigentes son multicausales y complejos y requieren acciones
bien articuladas que combinen diferentes estrategias, métodos y técnicas. Necesitan
un abordaje con múltiples dimensiones: investigación, medio ambiental, clínica,
educativa, etc. La educación para la salud aborda la dimensión educativa y constituye
una de las herramienta primordiales a utilizar a distintos niveles (poblacional, grupal,
individual), en diferentes ámbitos (familia, escuela, centros de trabajo, servicios
sanitarios…), sola o combinada con otras estrategias, etc.
Por ejemplo, el abordaje de los cánceres requerirá el desarrollo de la salud
medioambiental o laboral para la prevención, identificación y control de
cancerígenos medio ambientales, la promoción de estilos de vida sana a nivel
poblacional, estructuras de salud pública y asistenciales de primer nivel y
hospitalarias, estrategias de cribado e identificación de casos, tecnología
diagnóstica, tratamientos eficaces, investigación, formación, protocolos, etc.
La educación para la salud en este campo, incluirá educación poblacional sobre
estilos de vida, consejo educativo para la prevención, una dimensión clínico –
educativa en el diagnóstico, ayuda a la toma de decisiones informada respecto a las
pruebas diagnósticas o a la elección del tratamiento, educación en la aceptación de
la enfermedad y respecto a las medidas de autocuidado, educación y apoyo a
pacientes terminales y sus familiares, etc.
En el Documento de la Unión internacional de educación y promoción de salud
(UIPHES) La evidencia de la eficacia de la promoción de salud 2000, se plantean como
desafíos más importantes: el envejecimiento, la salud mental, los grupos excluidos,
la enfermedad cardiaca, tabaco, alcohol y drogas, alimentación y lesiones y
accidentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la educación para la salud como:
“Actividades educativas diseñadas para ampliar el conocimiento de la población en
relación con la salud y desarrollar los valores, actitudes y habilidades personales que
promuevan salud”
“Diferentes formas de educación dirigidas a grupos, organizaciones y comunidades
enteras que pueden servir para concienciar a la gente sobre los determinantes
sociales, ambientales y económicos de la salud y la enfermedad y posibilitar la
acción social y la participación activa de las comunidades en procesos de cambio
social respecto a su salud”.
La educación para la salud trata pues de responder de forma coherente a la evolución
de las necesidades en salud y de los fenómenos relacionados con la salud –
enfermedad que van ocurriendo en nuestra sociedad, priorizando los de mayor
relevancia y vulnerabilidad educativa, abordando distintas áreas de intervención con
diferentes poblaciones diana y, según ambas, desarrollándose en distintos ámbitos
con diversos tipos de intervención y complementándose con otras estrategias y
actuaciones.
ÁREAS DE INTERVENCIÓN
1. Problemas de salud: especialmente procesos crónicos, como diabetes, EPOC,
enfermedades cardiovasculares, esquizofrenia, artrosis, VIH/SIDA,
demencias… pero también procesos agudos o de media duración como
lumbalgias u otros problemas osteomusculares... o problemas como la
dependencia, la violencia o el maltrato.
2. Estilos de vida: relacionados con alimentación, lactancia, ejercicio físico,
sexualidad, manejo del estrés, sueño/reposo/actividad, salud dental,
exposición solar, tabaco, alcohol y otras sustancias, gestión y reducción de
riesgos y otros.
3. Transiciones vitales: el embarazo, la infancia y adolescencia, maternidad o
parentalidad, menopausia/madurez, envejecimiento, cuidar y emigrar.
Respecto a los ámbitos de la Educación para la Salud, se consideran los diferentes
espacios, estructuras y escenarios con posibilidades de educación intencional:
▪ Centros de educación formal (infantil, primaria, secundaria, postobligatoria,
de adultos…) y no formal (ocio y tiempo libre…)
▪ Servicios de salud (Atención Primaria de Salud, Centros de Atención a la Mujer,
Hospitales y otros Centros y Servicios de Atención Especializada…)
▪ Servicios municipales: Sociales, de Mujer, de Juventud, Socioculturales…
▪ Servicios de salud laboral: servicios y delegados o delegadas de prevención,
empresarios y empresarias, sindicatos…
▪ Instancias político – administrativas: Ayuntamientos, Gobierno y distintos
Departamentos, Parlamento…
▪ Entidades sociales, Organizaciones No Gubernamentales, Movimientos
Sociales…
▪ Canales de circulación cultural y estructuras sociales: Grupos familiares,
Medios de Comunicación Social, Grupos Primarios y Secundarios.
▪ Barrios, ciudades y pueblos… Trabajar eficazmente en Educación para la Salud
requiere contextos facilitadores tanto políticos como técnicos: apoyo
institucional y en la gestión, apoyo técnico (formación, materiales, asesorías…)
y económico.
TIPOS DE INTERVENCIÓN
Respecto a los tipos de intervención, diferenciamos cuatro tipos de intervención:
Consejo/información: Es una intervención breve que incluye información y
propuesta motivadora de cambio a usuarios y usuarias, aprovechando la oportunidad
de una consulta o encuentro profesional, a demanda o programado.
Educación individual: Serie organizada de consultas educativas programadas y
pactadas entre profesional y usuario en las que se trabajan las capacidades del
usuario o usuaria sobre un tema (la diabetes, la menopausia, la alimentación…) desde
una perspectiva más amplia.
Educación grupal o colectiva: Serie de sesiones programadas, dirigidas a un grupo de
pacientes, usuarios o colectivos, con la finalidad de mejorar sus capacidades para
abordar un determinado problema o temas de salud. También se incluyen
intervenciones dirigidas a colectivos de la comunidad para aumentar su conciencia
sobre factores sociales, políticos y ambientales que influyen en la salud.
Promoción de salud: Aborda las capacidades de las personas y también el entorno
social que les rodea e influye en el tema de salud de que se trate. Además de la
educación para la salud, incluye otros tipos de estrategias: Información y
comunicación a través de los medios de comunicación social, Acción social y Medidas
políticas, técnicas o económicas. Es una actividad de los ámbitos sanitario y social.
Colaboran los distintos servicios de la zona (centro de salud, servicios municipales y
educativos), entidades sociales, etc.
Los diferentes tipos de intervención pueden desarrollarse de forma separada:
recomendación sobre la prevención de caídas en la persona anciana, educación
individual en enfermedades pulmonares obstructivas crónicas –EPOC- o con
familiares de personas con enfermedades mentales, proyecto de escuela o
universidad promotora de salud o barrio o ciudad saludable, etc. Sin embargo,
muchos temas requieren abordajes multisectoriales, combinando distintos tipos de
intervenciones, que se dirijan tanto a las personas como al entorno.
La educación para la salud a veces concluye o conlleva acciones de Promoción de
Salud como la constitución de un grupo de autoayuda, creación de una comisión para
hablar del tema con el ayuntamiento, la realización de campañas o actividades
informativas en la prensa local, etc. Por ejemplo, en un centro de salud, la actuación
con cuidadoras de personas con déficit de autonomía en el domicilio puede
abordarse desde los diferentes tipos de intervención: Consejos e Informaciones
breves: sobre los cuidados a realizar (alimentación, aseo personal, movilización,
síntomas, ayudas técnicas…) o sobre cuidar y cuidarse (emociones y sentimientos,
tiempo para sí, compartir cuidados, cuidar la propia vida…), etc.
Educación individual, grupal o ambas (grupal con posterior seguimiento en consulta
individual). Puede ofertarse educación individual o grupal, que incluiría varias
consultas en el primer caso o un taller sobre cuidar y cuidarse en el segundo,
abordando con profundidad el tema: la experiencia personal de cuidar y la forma de
entenderla y afrontarla, cuidar, cuidarse.