PREDICA: HIJOS Y SERVIDORES; LLAMADO Y ESCOGIDOS
Gálatas 4
Reina-Valera 1960
4 Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada
difiere del esclavo, aunque es señor de todo; 2 sino que está bajo tutores
y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. 3 Así también
nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los
rudimentos del mundo. 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo,
Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que
redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! 7 Así que ya
no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio
de Cristo.
Cuando somos inmaduros espiritualmente, no podemos recibir las bendiciones, ya que esas
mismas bendiciones nos pueden alejar de Dios y del propósito que él tiene para nuestras vidas, así
como nosotros no le damos a nuestro hijo de 14 años las llaves de nuestro vehículo, Dios tampoco
nos entrega las bendiciones porque simplemente no tenemos ni la madurez ni la responsabilidad
de manejarlas ni mucho menos mantenerlas. Entregarle a un niño de 14 años un vehículo es una
locura, porque seguramente no solo se perderá el carro por un choque o cualquier otro incidente,
sino que la vida del niño también estaría en riesgo.
Entonces en este versículo Dios nos llama niños, porque, aunque somos coherederos con Cristo,
no podemos disfrutar de todo lo que Dios tiene para nosotros porque sería perjudicial para
nosotros mismo. El tutor es nuestro Espíritu Santo, quien nos guía y nos direcciona.
Debemos entender, que las bendiciones materiales son añadiduras: carro, casa, vestido, comida,
zapatos, etc. y son resultado de la búsqueda del Reino de Dios. La verdadera bendición es tener a
Dios en nuestras Vidas, LA SALVACION DE NUESTRA ALMA, El Espíritu Santo llenando y
transformando nuestras vidas.
El afán y la ansiedad
(Lc. 12.22-31)
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o
qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida
más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del
cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre
celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de
vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y
por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo
crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su
gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y
mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros,
hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas
cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas
cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas os serán añadidas.
Por supuesto, no podemos irnos a los extremos, Dios sabe lo que necesitamos,
pero no podemos vivir como los demás, solo afanándonos por lo material,
cuando nuestra verdadera herencia es espiritual, ¿debemos trabajar? Pues si,
¿podemos tener casa, carro, comida en nuestra nevera, ? Si, pero nuestro
enfoque, nuestro centro, lo primordial en nuestra vida debe ser nuestra
relación y servicio a Dios. Todo lo demás, es una promesa, vendrá como
añadidura a nuestra vida.
¿Que es el reino de Dios? ¿Qué es la Justicia de Dios?
Romanos 14:17
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo.
( La predica de Justificacion es otra)
Llamados y Escogidos
Mateo 22:1-4 “Las Bodas del hijo del Rey” (leer)
El Rey: Dios Jehova
El hijo: Jesuscristo
La novia: La iglesia
El llamado es por fe
El llamado es para Salvación. Cuando eres llamado es para recibir
primeramente la salvación.
El llamado también es un privilegio. pero el llamamiento es gratis,
nosotros no hacemos nada para ser llamado.
El llamado tiene que ver con la salvación.
En el versículo 3 se puede apreciar como muchas veces invitamos a
personas a conocer a Cristo, lo invitamos a la iglesia, le damos palabra
para por medio de ella conocer al Señor y nos dicen: estoy ocupado,
estoy muy joven o muy mayor, yo soy esto o aquello, tengo que trabajar,
tengo que atender a mis hijos, esposo etc. Le dan escusas a Dios. Porque
el llamado es una invitación a conocerle, a entablar una relación con
Dios.
En el versículo 4 nos muestra a un Dios que, a pesar de todas esas
negativas, el sigue invitando a las personas a su mesa, es decir, sigue
llamando a las personas al arrepentimiento para cambiar y mejorar sus
vidas.
Ahora el ser “ESCOGIDO” conlleva un compromiso de nuestra parte. Lo
explicare con un ejemplo.
Cuando introducimos un currículo en una empresa, suena el teléfono y te
llaman para una entrevista (ESO ES EL LLAMADO), el llamado es para formar
parte del personal de la empresa, así como Dios nos llama a formar parte de su
familia y de su reino.
Luego vas a la entrevista, y allí te dicen primeramente las obligaciones que
tienes en el puesto de trabajo. Te explican cómo debes vestirte, comportarte y
todas las responsabilidades dentro de la empresa. Ahora bien, cuando Dios nos
llama, creemos que solo con aceptar es suficiente, pues no, si queremos ser
escogidos, nuestras prioridades deben cambiar, nuestro comportamiento debe
cambiar, porque ahora formamos parte de un reino, es decir, el ser escogido
nos lleva aceptar las exigencias y las demandas de esa empresa para poder
permanecer en ella. Así mismo nosotros debemos comprometernos a cumplir
con las normas, leyes, estatutos y mandamientos para permanecer en el reino
de Dios.
Una vez que hemos aceptado, pues ahora si nos explican cuáles son los
beneficios de estar y permanecer en esa empresa, en nuestro caso, las
añadiduras. Y después del primer mes de trabajo, pues nos dan nuestro salario,
fruto de nuestro esfuerzo. Muchas veces también queremos ver las bendiciones
sin hacer absolutamente nada de nuestra parte para obtenerlas. Recuerda que
la salvación es gratuita, porque solo UNO la pudo pagar, pero ahora es de
nosotros la responsabilidad de mantenernos salvos.
¿Para qué hemos sido escogidos?
Como parte de un cuerpo, cada persona que llega a los pies de Cristo cumplirá
una función dentro del cuerpo de Cristo, un propósito, y ese propósito personal
solo lo llegaremos a descubrir EN LA INTIMIDAD CON DIOS.
CONCLUSIONES.
El llamado es para aceptar a Cristo como Señor y Salvador, pero muchas
veces nos quedamos con solo el Salvador, y descartamos al Señor,
porque queremos seguir viviendo y haciendo nuestra voluntad y no la
voluntad de Dios. Jesucristo tiene derecho legal sobre nosotros y sobre
nuestras vidas según los versículos:
o Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que
en él habitan. Salmo 24:1;
o Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada
en el cielo y en la tierra.
No dejemos morir lo que Dios nos ha entregado, la tarea, asignación u
comisión que ha depositado en nosotros, Él nos ha dado dones,
habilidades y talentos para desempeñar nuestro llamamiento y
mantenernos como escogidos en el reino de Dios. Cuando no
mostramos obediencia en el llamado, pues Dios llama a otro a ejercer la
labor que tu dejaste, pues el propósito de Dios no se detiene.
Debemos confirmar nuestro llamado con un buen desempeño en la
asignación que Dios nos entregó (el servicio).
El ser escogido depende de mí desempeño en Dios.
Los ministerios no los entrega hombres.
Mateo 22: 1-14 (versión TLA)
La fiesta de bodas
22 Una vez más, Jesús les puso un ejemplo a los sacerdotes, a los
líderes judíos y a los fariseos:
2
«En el reino de Dios pasa lo mismo que cuando un rey hizo una fiesta
para celebrar la boda de su hijo. 3 El rey envió a sus sirvientes para que
llamaran a los invitados a la fiesta. Pero los invitados no quisieron
ir. 4 Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: “La
comida ya está lista. He mandado preparar la carne de mis mejores
terneros. ¡Vengan a la fiesta!”
5
»Pero los invitados no hicieron caso, y cada uno se fue a hacer otras
cosas. Uno fue a ver sus terrenos, otro fue a atender su negocio, 6 y los
otros agarraron a los sirvientes del rey y los mataron a golpes.
7
»El rey se enojó mucho, y envió a sus soldados para que mataran a
esos invitados y quemaran la ciudad donde vivían. 8 Luego, el rey dijo a
sus sirvientes: “La fiesta de bodas está lista, y aquellos invitados no
merecían venir. 9 Vayan por las calles, e inviten a todos los que
encuentren para que vengan a la fiesta de bodas.”
10
»Los sirvientes fueron a las calles de la ciudad e invitaron a muchas
personas, unas malas y otras buenas; y así el salón de la fiesta se llenó
de invitados.
11
»Cuando el rey entró al salón para conocer a los invitados, vio a uno
que no estaba bien vestido para la fiesta, 12 y le dijo: “¡Oye, tú! ¿Cómo
hiciste para entrar, si no estás vestido para la fiesta?”
»Pero él no contestó nada. 13 Entonces el rey les ordenó a sus sirvientes:
“Átenlo de pies y manos, y échenlo afuera, a la oscuridad; allí la gente
llora y rechina de terror los dientes.”
14
»ESTO PASA PORQUE SON MUCHOS LOS INVITADOS A PARTICIPAR EN
EL REINO DE DIOS, PERO SON MUY POCOS AQUELLOS A LOS QUE DIOS
ACEPTA.»