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La Imagen Justa Cine Argentino y Politica 1980-200

El libro 'La imagen justa' de Ana Amado examina la relación entre cine y política en Argentina entre 1980 y 2007, analizando cómo las manifestaciones cinematográficas reflejan y afectan la realidad social y política del país. A través de una serie de ejemplos y un enfoque teórico que integra la epistemología feminista y los estudios de género, Amado plantea la importancia de la ética y la estética en la representación del pasado y la memoria colectiva. La obra se destaca por su contribución al análisis crítico de la imagen y el cine en un contexto de lucha y resistencia social.

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La Imagen Justa Cine Argentino y Politica 1980-200

El libro 'La imagen justa' de Ana Amado examina la relación entre cine y política en Argentina entre 1980 y 2007, analizando cómo las manifestaciones cinematográficas reflejan y afectan la realidad social y política del país. A través de una serie de ejemplos y un enfoque teórico que integra la epistemología feminista y los estudios de género, Amado plantea la importancia de la ética y la estética en la representación del pasado y la memoria colectiva. La obra se destaca por su contribución al análisis crítico de la imagen y el cine en un contexto de lucha y resistencia social.

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de la elaboración del pa- AMADO, Ana.

efervescencia revolucio- construcción de una


sado, a partir de la obra de La imagen justa. Cine naria en el que se asimila politicidad que, de modo
la artista plástica Claudia argentino y política praxis cinematográfica directo o indirecto, alude
Contreras. (1980-2007), Buenos Ai- con acción política estra- a esa realidad, con for-
De minifaldas, res, Colihue, 2009, 252 tégica, cobra sentido un mas de intervención que
militancia y revolucio- págs. vínculo específico entre componen y descompo-
nes… resulta un recomen- cine y política –con un nen la realidad por me-
dable material para quien En este trabajo, Ana tipo de películas que dio de una invención
desee adentrarse en el Amado se propone deli- deviene vía privilegiada poética. En ese sentido,
campo de estudio de los mitar las manifestaciones para la agitación ideológi- argumenta que si bien los
años 70, sin caer en de la relación entre cine y ca– al que se alude bajo la criterios estéticos de la
fragmentaciones artificio- política con algunos ejem- categoría cine político. A relación entre el cine y la
sas y respetando los múl- plos significativos de la distancia de ese mundo política se han transfor-
tiples y desordenados ri- producción fílmica argen- políticamente polarizado mado claramente desde
betes en los que se enre- tina entre 1980 y 2007. de los años 60 y 70 –en los el cine político al de hoy,
daron las historias de mu- Según señala la autora, esta que ancla la doble refe- sus principios éticos per-
chas y muchos. Asimismo, propuesta consiste en rencia del título–, Amado manecen diseminados en
es importante y estimu- pensar los vínculos entre se plantea ¿cómo conce- imágenes y narrativas de
lante –por sus consecuen- cine y política en una di- bir lo político en tiempos categoría todavía impre-
cias teórico-políticas– la mensión que enlaza ética de normalidad despoliti- cisa para nombrar, por
advertencia de las com- y estética, en el sentido zadora de las sociedades ejemplo, la renovación de
piladoras respecto de que iluminado por el primer de mercado y sus nuevas los modos de compromi-
este volumen no preten- tramo del título, en su mitologías?. Esta es una so del cine con lo social,
de ser ni “una historia total doble referencia a la frase cuestión central con la que con sus momentos críti-
ni una contra-historia fe- del cineasta Jean Luc- se abre La imagen justa, y cos, con el peso del due-
menina”, sino un aporte a Godard: “no [es] una ima- hacia la que apunta –a lo, con el deber del testi-
la problematización y gen justa, sino justo una modo de intervención crí- monio, con la responsa-
complejización de los re- imagen” (incluida en un tica en discusión con los bilidad de la memoria.
latos históricos desde las cartel del filme Viento del debates globales del pre- En el capítulo I, la
herramientas teórico- Este, realizado con el gru- sente y sus derivaciones interrelación entre forma
metodológicas que brin- po Dziga Vertov, en locales– una tesis contun- y política es formulada
dan la epistemología fe- 1969); y a la del poeta dente que sostiene el es- como problema en un
minista y los estudios de guerrillero Francisco tatuto político del cine ar- marco teórico cultural más
género. “Paco” Urondo: “Yo empu- gentino de las últimas tres amplio, en diálogo con
ñé las armas porque bus- décadas al que el libro se algunas posiciones, discu-
Catalina Trebisacce co la palabra justa” (dicha aboca. En este punto, la siones y manifiestos que
en 1975, un año antes de autora afirma que, con gé- marcaron el pensamiento
su muerte a manos milita- neros y procedimientos contemporáneo sobre la
res). Ambas expresiones diversos, la producción cuestión (desde Walter
tienen por contexto una fílmica de nuestro país se Benjamin y las vanguar-
época cultural abiertamen- mostró permeable a los dias estéticas, hasta colec-
te politizada, en la que las movimientos de la reali- tivos fílmicos de los años
búsquedas estéticas y artís- dad y sus ciclos históricos. 60 y 70, como el ya men-
ticas constituían una apues- Esta afirmación no supo- cionado Dziga Vertov, en
ta política de por sí. ne un vínculo obligatorio Francia o el Grupo Cine
En ese momento de entre cine y realidad polí- Liberación, en el ámbito
gran compromiso social y tica y/o social, sino la local).

224
16 (2010)
pp. 224-226
La segunda parte del pasado ligados al pero- documental testimonial y que subyacen en esta ter-
libro introduce los relatos nismo. abre la escena hacia “otras” ca condición de reminis-
del peronismo desde los En la tercera parte se voces que no se recono- cencia como continuo
años de la posdictadura indaga el vínculo entre cen en el tipo de “subal- trabajo de duelo, y cuyas
hasta el presente, con dos memoria y ficción fílmica, ternidad” característica simbolizaciones específi-
capítulos que abordan una a partir de ciertos autores según los abordajes hege- cas para hacer presente el
serie de autores que vin- y películas que recurren a mónicos de ese género pasado como catástrofe
culan su obra artística con la mirada en tanto cifra particular. revelan los fundamentos
su condición de intelec- testimonial de un pasado La sección siguiente mismos de la sociedad
tuales simpatizantes de donde la muerte avasalló aborda los relatos de los donde viven y actúan.
ese movimiento popular. sin dejar –literalmente– familiares de las víctimas En el capítulo VII, “Del
Así, en los filmes conside- restos. En El amor es una del genocidio de los 70 lado de los hijos”, se abor-
rados en esta sección, El mujer gorda (1988) y con dos capítulos que dan dan las poéticas que los
exilio de Gardel (1985), Buenos Aires viceversa cuenta de las estrategias descendientes de las víc-
Sur (1988), Los hijos de (1997), ambas de Alejan- de memoria desplegadas timas de la dictadura han
Fierro (1975, estrenado dro Agresti, Un muro de desde posiciones genera- utilizado en sus demandas
en medio de los dos títu- silencio (1992) de Lita cionales divergentes. En públicas de justicia y como
los anteriores) y Argenti- Stantic, El ausente (1988) el capítulo VI, “Del lado de ejercicio de rememora-
na latente (2007), todos de Rafael Filipelli y ¡Qué los padres”, proliferan dis- ción en un arco de pro-
de Fernando Solanas, vivan los crotos! (1991) cursos testimoniales que ducciones estéticas que
Perón, sinfonía de un de Ana Poliak, ese pasado operan una inversión de incluye el ensayo fotográ-
sentimiento (1996-9) de arrasado, que resiste su la dirección genealógica fico de Lucila Quieto, Ar-
Leonardo Favio y Pulqui. restitución en la represen- del vínculo entre padres e queología de la ausencia
Un instante en la patria tación, es configurado en hijos que Amado –partien- (2000-1), y un corpus de
de la felicidad (2007) de tanto reconstrucción de la do de la relectura de la documentales de corte
Alejandro Fernández memoria. En el caso de las figura de Antígona que autobiográfico cuyos títu-
Mouján y Daniel Santoro, ficciones de Agresti, hace Judith Butler y sus los centrales, M (2007) de
el peronismo funciona Stantic y Filipelli (capítulo observaciones a los análi- Nicolás Prividera, Los ru-
como referencia política IV), el pasado refiere, a sis canónicos de Hegel, bios (2003) de Albertina
fundamental y fuente de nivel temático, las conse- Lacan y la interpretación Carri y Papá Iván (2000)
iconografías y de mitos cuencias de la violencia feminista de Luce Iriga- de María Inés Roqué, son
heroicos y populares. El dictatorial; una etapa ray– rescata en su dimen- considerados a partir de
capítulo II se dedica al traumática que estos fil- sión política como un ges- una idea de lo genera-
análisis del pensamiento mes revisan, y sobre la to de interpelación al po- cional, en tanto instru-
mítico de Solanas en sus que se cuestionan con fi- der. En este punto, la au- mentos de afirmación de
ficciones de la posdicta- guraciones renovadoras, tora se distancia del es- la propia identidad de los
dura. El capítulo siguien- movilizando saberes a cepticismo que polariza huérfanos. Amado piensa
te se ocupa de las restan- partir de los dispositivos las discusiones contempo- estos documentales como
tes producciones docu- mediadores de la mirada y ráneas sobre la valoración obras autónomas que ape-
mentales, en las que Ama- también de la escucha, en de las prácticas que mo- lan a elecciones formales
do explora e identifica garantía de la distancia delan la escena pública de determinadas, para expo-
ciertas figuras del retor- necesaria para una re- la memoria desde posi- ner la dimensión personal
no (con temas, discursos flexión (auto)crítica, orien- ciones que, como la de de la pérdida, oponién-
e iconografías pretéritas), tada a repensar el pasado Hugo Vezzetti, por ejem- dose así a lecturas críticas
entendidas como estra- en su complejidad. Por su plo, en su reducción sos- –como las de Beatriz Sarlo
tegias de apropiación parte, el filme de Poliak layan […] la importancia y Martín Kohan sobre Los
crítica de los signos del (capítulo V) hace eje en el central de las estrategias rubios, por caso– que, al

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privilegiar la posición de una concepción esceno- tórica. Por otra parte, ese BRAVO, María Celia, GIL
hijos de los “autores” de gráfica de este último jun- horizonte se amplifica con LOZANO, Fernanda y
estas películas, las valori- to con la directora Vivi un pensamiento que inte- PITA, Valeria (comps.).
zan por su función testi- Tellas, para su puesta de gra una perspectiva de Historias de luchas, re-
monial y les niegan la mi- La casa de Bernarda Alba género –con énfasis en las sistencia y representa-
rada estética que solicita (2002); y el cine, donde políticas y figuras de lo ciones. Mujeres en la
toda obra artística. permanecen echados y se familiar, las concepciones Argentina, siglos XIX y
La parte final de La desploman los cuerpos lán- de lo corporal, etc.– que XX, Editorial de la Univer-
imagen justa está dedica- guidos de los personajes no suele encontrar formu- sidad Nacional de Tucu-
da a la relación entre la de La ciénaga (2001) de laciones sólidas en el área mán, Tucumán, 2007.
caótica realidad de la Ar- Lucrecia Martel. Por últi- específica de los estudios
gentina, asociada a la crisis mo, en el filme de esta sobre cine argentino. El libro Historia de
económica e institucional realizadora salteña, Ama- Por último, las pelí- luchas, resistencias y re-
de 2001, y su representa- do explora la ecuación culas seleccionadas con- presentaciones. Mujeres
ción visual a través de una entre cuerpos, familia y forman un corpus que, aje- en la Argentina, siglos XIX
serie de ejemplos que, temporalidad figurada por no a las cómodas fórmulas y XX constituye un positi-
desde distintos campos una falta física de límites, autorales o a las cronolo- vo aporte a la historia de la
artísticos, aluden al clima de cuerpos que se mez- gías con pretensiones to- mujer. Se trata de una co-
social enrarecido. Alertas clan entre sí, y simbólica, a talizadoras, se configura en lección de 16 ensayos, que
a la nueva realidad del través de posiciones am- respuesta a una necesi- organizada en tres gran-
“país de la revuelta”, biguas dentro de una es- dad inherente al propio des apartados, aborda di-
miniseries televisivas tructura familiar en des- objeto: la exigencia de versos aspectos de la vida
como Okupas (2001) y composición. eticidad en la representa- de las mujeres en Argen-
Tumberos (2002), de Bru- Primer volumen de ción de un pasado traumá- tina: luchas, resistencias y
no Stagnaro y Adrián la colección “A oscuras”, tico y un presente conflic- representaciones, como
Caetano respectivamente, publicada por la editorial tivo. En su intento de ha- bien indica el título. Las
desplegaron sus visiones Colihue bajo la dirección cer hablar a dos épocas, luchas son de tipo diverso
sobre el mundo de los de Amado, La imagen jus- La imagen justa recoge e incluyen las luchas de
márgenes y la pobreza, ta contribuye al campo de una serie de miradas esté- las trabajadoras en las so-
aquel habitado por el otro los ensayos críticos sobre ticas cuya procedencia ciedades de beneficencia,
popular con el que co- la imagen y el cine, con un temporal se desdobla en pasando por sus reivindi-
mienzan a cruzarse, en su aporte que se destaca en el arco que enlaza a dos caciones en la importante
travesía, los recientemen- el ámbito local. En ese generaciones. Las expe- industria azucarera de
te desclasados. sentido, su análisis de las riencias de padres e hijos, Tucumán o en el espacio
Amado describe el obras –siempre atento a la forjadas en la historia que ferrocarrilero. Como en
estado de ánimo de en- especificidad del lengua- los une y la historia que los toda compilación, la cali-
tonces a partir del imagi- je fílmico y sus procedi- separa, encuentran en el dad y enfoque de los va-
nario del cansancio, el cual mientos– lleva a cabo una cine –en su movilización rios artículos son suma-
encuentra su correlato ico- lectura que ubica al objeto de puntos de vista y de mente diversos. Sin em-
nográfico en un objeto cinematográfico en un escucha– una posible vía bargo, lo más destacable
doméstico que circuló por horizonte más amplio que, de transmisión. de todos los artículos com-
múltiples producciones a través de ideas y refe- prendidos en esta sección,
estéticas: la cama, objeto rencias precisas, conecta Marcela Visconti es el hecho de sacar a la
estelar en el ámbito de la los filmes con la produc- luz las diversas estrate-
plástica, con propuestas ción estético-cultural de la gias mediante las cuales
de León Ferrari o Guiller- época, haciéndolos signi- las mujeres enfrentaron a
mo Kuitka; el teatro, en ficar en su dimensión his- los poderes estatales o pa-

226
16 (2010)
pp. 226-229

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