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Rhe MX 202505

El documento aborda la importancia del amor y la confianza en Dios, enfatizando que la ceguedad del alma se manifiesta en la falta de amor y confianza en su misericordia. Se destaca la misión del sacerdocio como un llamado a ser otro Cristo y la necesidad de reconocer las mercedes divinas como motivos para amar y confiar en Dios. Además, se menciona la relevancia del latín en la Iglesia y la interpretación de la longevidad de los patriarcas en la Biblia.
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Rhe MX 202505

El documento aborda la importancia del amor y la confianza en Dios, enfatizando que la ceguedad del alma se manifiesta en la falta de amor y confianza en su misericordia. Se destaca la misión del sacerdocio como un llamado a ser otro Cristo y la necesidad de reconocer las mercedes divinas como motivos para amar y confiar en Dios. Además, se menciona la relevancia del latín en la Iglesia y la interpretación de la longevidad de los patriarcas en la Biblia.
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N.

° 262 - Mayo 2025

El sacerdocio:
la misión de ser otro Cristo
Nunca dudemos de su amor

E n dos cosas nos conviene mucho estu- allí pido yo al Padre ofreciéndole al Hijo, de
diar, si no queremos ofender a Nues- allí pago yo lo que debo, y me sobra. Y aun-
tro Señor: una es en amar su bondad, otra en que mis dolores son muchos, allí hallo ma-
confiar de su misericordia. Grandísima es yor remedio y causa de alegría que en mí de
la ceguedad del ánima que a tan tristeza.
buen Señor no ama, y grande ¡Oh amoroso Dios y todo
es la flaqueza de quien en amor, y cuán grande bofe-
tanta muchedumbre de tada te da quien de to-
misericordia no con- do corazón no confía
fía. Y así como las en ti! Si con haber-
mercedes que nos ha nos tú hecho tantas
hecho nos deben in- mercedes, y lo que
Reproducción

citar a amarle (pues más es, con haber


que son hechas con por nosotros muer-
el amor que Dios to, aún no confia-
nos tiene, el cual pi- mos de ti, ¡no sé qué
de amor), así nos de- diga, sino que somos
ben esforzar a confiar, peores que brutos! […]
pues que quien nos ha da- ¡Oh Dios mío y miseri-
do lo pasado y metido en su cordia mía! ¡Plegue a ti que
carrera y nos dará el acabar no permitas que, después de
San Juan de Ávila
en ella. tantos millares de benefi-
Y lo mismo debemos sacar de la Pasión cios, ande nuestro corazón en dudas y pre-
de Nuestro Señor, al cual debemos amar, guntas si nos amas o no, si nos has de sal-
pues Él fue el que murió por nuestro amor, y var o no! Más claros son tus testigos, los cua-
confianza, pues que sus merecimientos son les son las cosas que en nuestro corazón has
nuestros. Váyase, pues, a lejos toda duda, to- obrado, que el sol de mediodía, que dan tes-
da flaqueza de corazón y toda desconfianza; timonio que nos quieres bien, y esperanza
pues cuanta es la virtud de su Pasión, tantos que nos has de salvar.
son nuestros merecimientos, pues que ella
es nuestra, que Él nos la dio. Allí presumo y SAN JUAN DE ÁVILA. Carta 54. In: Obras
confío yo, y allí hago burla de mis enemigos, Completas. Madrid: BAC, 1952, t. i, pp. 523-524.
Sumario
u Preguntan los lectores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
. . 4

Año XXIII, nº 262, Mayo 2025 u Editorial


Sacerdote: todo y nada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
. . 5

u La voz de los Papas


Director Responsable Mediador entre Dios y los hombres. . . . . . . . . . . . 
. . 6
Edición internacional:

Santiago Vieto
Mario Luiz Valerio Kühl u La liturgia dominical
Director edición México: Pedro, el verdadero pastor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 
. . 8
José Antonio Gonçalves Domínguez ¿Ovejas o polvo de los pies?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Consejo de redacción: Vacíos de sí mismos, llenos de Dios. . . . . . . . . . .
. . 10
Itinerario de una llamada
Severiano Antonio de Oliveira; ¿Cómo alcanzar la felicidad?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 12 al sacerdocio
Silvia Gabriela Panez;
Marcos Aurelio Chacaliaza C. u Tesoros de Mons. João
Total entrega a la Santa Iglesia. . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 12
Publicado por:
Heralds of the Gospel Foundation u Tema del mes – Sacerdocio
P.O. Box 42359 San Juan María Vianney, modelo de los
Houston, TX 77242 sacerdotes – «¡Después de Dios,
United States of America
el sacerdote lo es todo!». . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 16
Phone: 281-676-8526
E-mail: hgmag@heraldsusa.org El sacerdocio, antes y después de Cristo. . . . . . . . 20

Dario Iallorenzi
www.heraldsusa.org
u Un profeta para nuestros días
Virgin of Fatima Association Entre la vulnerabilidad humana
P. O. Box 698 y la fuerza divina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 24
Nobleton, ON  L0G 1N0 El secreto del párroco
Canadá u Enseñanzas bíblicas 16 con más éxito
Phone: 1-800-674-3410 La purificación del altar por Judas Macabeo –
www.virginfatima.org En función del altar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 28
E-mail: vfa@virginfatima.org
Canadian Publications Mail, u Santo Tomás enseña
Sales Agreement No. 40035333 La misa de un mal sacerdote,
¿tiene algún valor? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 31
México
Publicado en México por Futuro y Vida AC u Historia, maestra de la vida
Santiago Vieto

Av. Parque Vía Reforma # 1950


P. Walter Joseph Ciszek, SJ – Abandono
Lomas de Chapultepec
Alc. Miguel Hidalgo completo a la voluntad divina . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 32
C.P. 11000 - Ciudad de México
u ¿Qué dice el catecismo?
Tel: 552591.9161
E-mail: respuestas@heraldosmexico.org ¿Somos todos sacerdotes? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 35
¿El valor de la misa depende
31 de quién la celebra?
u Vidas de Santos
San Juan Houghton – Por la Santa Iglesia,
Impreso mensualmente en
Litográfica Ingramex, S.A. de C.V. estoy dispuesto a sufrir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 36
Centeno 162 - 1 , Col. Granjas Esmeralda,
u Doña Lucilia
C.P. 09810 - Ciudad de México
Sus últimos actos de piedad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 40

Esta impresión consta de 1000 ejemplares u Heraldos en el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


. . 42
© 2025 Todos los derechos reservados. Se u Espiritualidad católica
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siempre que se acredite la fuente y se envíe una Como la palmera, ¡florecerán!. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
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responsabilidad por lo expresado en los artículos

u ¿Sabías… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
y notas es estrictamente de sus autores.
u Tendencias y mentalidades Lecciones de la palmera
Para suscribirse, póngase en contacto Moral…, ¿manipulada?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . 50 46 para tu vida espiritual
con cualquiera de las direcciones
indicadas anteriormente.
u Preguntan los lectores U

Envíe las preguntas para el P. Ricardo al correo


preguntanloslectores@heraldos.org

õ P. Ricardo José Basso, EP


¿Qué importancia tiene el latín para la Iglesia?
Iglesia?
Willian Silva Torres – Coronel Fabriciano (Brasil)
Según una bella expresión del magisterio pontificio, Código de Derecho Canónigo tienen su versión oficial en la
la lengua latina es «como el aurea vestes de la sabiduría lengua latina. Y fue en esta lengua que grandes lumbreras de
misma»; presenta «un estilo conciso, diverso, armonioso, la Iglesia —como San Ambrosio, San Agustín y Santo To-
lleno de majestad y dignidad, que contribuye de una ma- más de Aquino— iluminaron los siglos con sus enseñanzas.
nera singular a la claridad y a la solemnidad» (SAN JUAN Además, el latín es un valioso instrumento para la uni-
XXIII. Veterum Sapientia). dad de la Iglesia, como afirmó Pío XI: «La Iglesia, como
La vastedad y estructura del Imperio romano, cuyo idio- que estrecha contra sí con un solo abrazo a todas las na-
ma oficial era el latín, facilitaron la expansión de la verdad ciones, como que vivirá hasta la consumación de los siglos,
enseñada por Nuestro Señor Jesucristo, a pesar de las duras […] requiere una lengua que por su naturaleza sea universal,
persecuciones promovidas por los césares. Aunque el he- inmutable y no corriente» (Officiorum omnium). En 2012, el
breo y el griego conservaran un papel importante en la San- papa Benedicto XVI creó la Pontificia Academia de Latini-
ta Iglesia, el latín se revestía cada vez más de oficialidad, dad con el objetivo de promover un mayor conocimiento de
porque en Roma se hallaba la cátedra de Pedro, el infalible la lengua latina «tanto en el ámbito eclesial como en el más
vicario de Cristo. Así pues, podemos decir que esa lengua amplio mundo de la cultura» (Latina lingua, n.º 4).
fue la que el propio Hombre-Dios eligió para su Esposa Se puede afirmar sin recelo que el latín es tan importante
Mística a través de medios providenciales. para la Santa Iglesia como nuestra lengua materna, es decir,
Los cantos gregorianos elevan al Cielo sus sublimes me- a través del latín la Esposa de Cristo formula con más clari-
lodías en latín. Los documentos pontificios, el catecismo y el dad, belleza y esplendor su doctrina salvífica.

Dice el Génesis que los patriarcas, hasta Noé, ¡vivieron muchos siglos!
¿Cómo interpretar esto?
esto?
Taffarel Bezerra Lopes – Vía correo electrónico
Ante todo, debemos cuidarnos de la mentalidad pragmá- longevidad de los grandes personajes prediluvianos simboli-
tica, con tintes de ateísmo, que afirma o insinúa que es mito zaba la bendición divina que flotaba sobre ellos, transmitida
o mera leyenda todo lo que excede el intelecto humano. Im- de generación en generación hasta Noé. Siguiendo la misma
buidos de esa mentalidad, los autores racionalistas niegan lógica, a medida que los hombre se apartaban de las vías de
unánimemente la interpretación literal de los textos bíblicos la virtud, por el pecado, la bendición se retiraba progresiva-
relativos a la edad de los primeros patriarcas. mente, y, en consecuencia, su tiempo de vida disminuía.
Sin embargo, comentaristas de gran peso, como San Jeró- En resumen: ¿qué interpretación debemos aceptar? La Santa
nimo (cf. Liber Hebraicarum quæstionum en Geassim, c. 5-6) Iglesia nunca se ha pronunciado de manera solemne y definitiva
en el siglo v y San Juan Bosco (cf. Historia Sagrada. Primera sobre la necesidad de la interpretación literal de ese pasaje de las
época, c. 4) en el siglo xix, asumen la interpretación literal tanto Escrituras. Pero nada impidió que los patriarcas hayan vivido
de la longevidad de hombres como Adán o Matusalén, como siglos, porque «para Dios nada hay imposible» (Lc 1, 37).
del pasaje en el que Dios determina que la vida humana no pasa- Por encima de todo, nuestra preocupación debe ser otra:
ría —salvo raras excepciones— de los 120 años (cf. Gén 6, 3). ¿cómo me estoy preparando para la vida eterna, en com-
No obstante, existe también una interpretación simbólica paración con la cual mil años son sólo un abrir y cerrar de
y moral, que armoniza con lo literal, aceptada por la mayo- ojos? Que la Santísima Virgen nos ayude siempre a seguir
ría de los comentaristas. En el Antiguo Testamento, la larga el camino de las bendiciones de Dios, las cuales nos darán
vida significaba una especial predilección de Dios. Así, la fuerzas en esta vida y alegría sin fin en la otra.

 Sumario 4      H e r aldos del E vangelio


Editorial

Sacerdote: todo y nada


E n los últimos años se ha hablado mucho de una «crisis sacerdotal». Sin em-
bargo, contrariamente a las apariencias, no ha empezado ahora; su ignición
se produjo con un apóstol: Judas Iscariote. Tras él, una erupción de traidores
—Arrio, Nestorio, Hus y una larga caterva— intentaron incrustarse en la Roca de
Pedro, sin éxito.
Siguieron las revoluciones. La Revolución protestante, mediante el libre examen
y la destrucción de la jerarquía, proclamaba básicamente que «todos» son sacerdo-
tes. La Revolución francesa, con su anticlericalismo, se erigió como una especie
de sacerdotisa, cuyas semidiosas serían la «razón» y la «libertad», entre otras. La
Revolución comunista, en cambio, degradó la figura sacerdotal a través de la lucha
de clases, de modo que los clérigos tendrían que identificarse con su propia realidad
de acción: serían sacerdotes-obreros, sacerdotes-indígenas, etc.
En los últimos años se ha acentuado la mencionada disminución de vocaciones,
junto con lo que se ha denominado «clericalismo». La enorme demanda de sacerdo-
tes en todos los rincones es innegable. No obstante, más que sacerdotes, la sociedad
necesita buenos sacerdotes. El mundo puede sobrevivir con algunos profesionales
mediocres, pero no puede hacerlo con presbíteros mediocres.
La razón es que participar del sacerdocio del Señor no se trata de una vocación
cualquiera, porque es Cristo quien llama —vocat— al candidato a ser otro Él mismo
—alter Christus—; no se trata de una misión cualquiera, porque es Cristo mismo
quien actúa en el que la recibe. Por eso, ser sacerdote no es una profesión ni una fun-
N.° 262 -
Mayo 202
5
ción, sino sencillamente ser Cristo.
Santo Tomás de Aquino (cf. Suma Teológica. III, q. 63, a. 3) comenta que el ca-
rácter impreso por la ordenación es Cristo mismo —ipse Christus. El sacerdote es
Cristo, sólo que por participación. Así, en virtud de la ordenación sigue siendo sa-
cerdote en toda circunstancia, y no sólo cuando sirve como causa instrumental para
administrar los sacramentos, ocasión en la que actúa más propiamente en la persona
de Cristo —in persona Christi.
En todo lo que hace el presbítero, es Cristo quien lo realiza en él: su vida misma es
rdocio: Cristo (cf. Flp 1, 21). Ni siquiera el pecado puede borrar ese carácter, aunque pueda
El sace o
ser o tro Crist
la m isión de ser manchado por malas acciones, lo que constituye, en rigor, un pecado de sacrilegio.
También cabe subrayar que el Sumo y Eterno Sacerdote no fundó simplemente
una nueva religión, sino una nueva forma de vida (cf. Hch 5, 20). No había que actuar
Monseñor João ya como los fariseos (cf. Mt 23, 2-3) o como los paganos (cf. Mt 6, 7), sino como
Scognamiglio cristianos, en su plenitud.
Clá Dias, EP, En esta perspectiva, el Concilio de Trento señaló: «No hay cosa que vaya dispo-
celebrando misa niendo con más constancia los fieles a la piedad y culto divino, que la vida y ejemplo
en la basílica de de los que se han dedicado a los sagrados ministerios» (Sesión XXII. Decreto sobre
Nuestra Señora la Reforma, c. 1).
del Rosario, Así, los gestos, las palabras y las actitudes de un ministro consagrado deben re-
el 14/3/2010 flejarse en los de Cristo. El fundador de los heraldos, Mons. João, solía preguntarse
Foto: Sergio Miyazaki
en diferentes circunstancias: «¿Qué haría el Señor en esta situación?». Pues bien, ésa
debe ser la pregunta constante de un sacerdote en sus acciones.
San Juan María Vianney, cuyo centenario de canonización celebramos este mes,
dijo: «El sacerdote lo es todo». No obstante, también es «nada», porque su ministerio
será tanto más fecundo cuanto más haga crecer a Jesucristo y menguar él mismo
(cf. Jn 3, 30). El sacerdote es todo cuando dice «esto es mi cuerpo»; es nada cuando
se arrodilla humildemente después de la consagración de las especies eucarísticas.

Mayo 2025      5 Sumario 


u La voz de los Papas U

Mediador entre Dios


y los hombres
La Iglesia necesita sacerdotes santos. El sacerdote debe reproducir
en su alma todo cuanto ocurre sobre el altar. Como Jesucristo se
inmola a sí mismo, también su ministro debe inmolarse con Él.

constituido en bien de Representante de prosperidad, […] en todos los peligros


los hombres cerca de Cristo resucitado públicos y privados, acude con gran
las cosas de Dios El sacerdote representa a Cristo. confianza a la oración del sacerdote.
El género humano ha experimen- ¿Qué quiere decir «representar» a al- A ella piden remedios los desgraciados
tado siempre la necesidad de tener sa- guien? En el lenguaje común general- de toda especie; a ella se recurre para
cerdotes, es decir, hombres que por la mente quiere decir recibir una delega- implorar el socorro divino en todas las
misión oficial que se les daba, fuesen ción de una persona para estar presente vicisitudes de este mundanal destierro.
medianeros entre Dios y los hombres, en su lugar, para hablar y actuar en su Verdaderamente, el sacerdote está in-
y consagrados de lleno a esta media- lugar, porque aquel que es representado terpuesto entre Dios y el humano linaje:
ción, hiciesen de ella la ocupación de está ausente de la acción concreta. Nos los beneficios que de allá nos vienen, él
toda su vida. […] preguntamos: ¿El sacerdote representa los trae, mientras lleva nuestras oracio-
El sacerdote, según la magnífica al Señor de la misma forma? La res- nes allá, apaciguando al Señor irritado.
definición que de él da el mismo Pablo, puesta es no, porque en la Iglesia Cristo
no está nunca ausente; la Iglesia es su Fragmentos de PÍO XI.
es, sí, un hombre tomado de entre los
cuerpo vivo y la cabeza de la Iglesia es Ad catholici sacerdotii, 20/12/1935.
hombres, pero constituido en bien de
los hombres cerca de las cosas de Dios Él, presente y operante en ella. […]
Por lo tanto, el sacerdote que actúa
Debe conocer y enseñar
(cf. Heb 5, 1), su misión no tiene por ob- la verdadera doctrina…
jeto las cosas humanas y transitorias, in persona Christi Capitis y en repre-
por altas e importantes que parezcan, sentación del Señor, no actúa nunca en El sacerdote debe tener pleno cono-
sino las cosas divinas y eternas; cosas nombre de un ausente, sino en la per- cimiento de la doctrina de la fe y de la
que por ignorancia pueden ser objeto sona misma de Cristo resucitado, que moral católica; debe saber enseñarla a
de desprecio y de burla, y hasta pueden se hace presente con su acción real- los fieles, y darles la razón de los dog-
a veces ser combatidas con malicia y mente eficaz. mas, de las leyes y del culto de la Igle-
furor diabólico, como una triste expe- sia, cuyo ministro es; debe disipar las ti-
Fragmentos de BENEDICTO XVI. nieblas de la ignorancia, que, a pesar de
riencia lo ha demostrado muchas ve- Audiencia general, 14/4/2010.
ces y lo sigue demostrando, pero que los progresos de la ciencia profana, en-
ocupan siempre el primer lugar en las vuelven a tantas inteligencias de nues-
interpuesto entre
aspiraciones individuales y sociales de tros días en materia de religión. […]
Dios y los hombres Al alma moderna, que con ansia bus-
la humanidad, de esta humanidad que
irresistiblemente siente en sí cómo ha ¿Quién puede decir los castigos que ca la verdad, ha de saber demostrársela
sido creada para Dios y que no puede la oración sacerdotal aparta de la huma- con una serena franqueza; a los vacilan-
descansar sino en Él. nidad prevaricadora y los grandes be- tes, agitados por la duda, ha de infundir
neficios que le procura y obtiene? […] aliento y confianza, guiándolos con
Fragmentos de PÍO XI. El cristiano, por su parte, si bien con imperturbable firmeza al puerto seguro
Ad catholici sacerdotii, 20/12/1935. harta frecuencia se olvida de Dios en la de la fe, que sea abrazada con un pleno

 Sumario 6      H e r aldos del E vangelio


conocimiento y con una firme ad- nales con demasía, para así poder
hesión; a los embates del error, pro- seguir, más fácil y más libremente,
tervo y obstinado, ha de saber hacer al divino Maestro. […]
resistencia valiente y vigorosa, a la Sí, mis amados hijos, estad muy
par que serena y bien fundada. vigilantes, porque vuestra casti-
dad ha de enfrentarse con tantos
Fragmentos de PÍO XI. peligros, así por la plena ruina de
Ad catholici sacerdotii, la moralidad pública, como por los
20/12/1935. atractivos de los vicios, que hoy con
tanta facilidad os asedian, ya final-
… y no ideas propias mente por aquella excesiva libertad
El sacerdote no enseña ideas de relaciones entre personas de dis-
propias, una filosofía que él mismo tinto sexo, tan corriente en la actua-
se ha inventado, encontrado, o que lidad, y que a veces llega audaz a
João Paulo Rodrigues

le gusta; el sacerdote no habla por querer penetrar aun en el ejercicio


sí mismo, no habla para sí mismo, del ministerio sagrado. «Vigilad y
para crearse admiradores o un par- orad» (Mc 14, 38), acordándoos de
tido propio; no dice cosas propias, que vuestras manos tocan las cosas
invenciones propias, sino que, en la más santas; acordaos asimismo de
confusión de todas las filosofías, Sólo tras haber llegado a ser uno que estáis consagrados a Dios, y de
el sacerdote enseña en nombre de con Cristo, el sacerdote llevará que sólo a Él habéis de servir.
Cristo presente, propone la verdad a los hombres la vida y la luz de Dios
que es Cristo mismo, su palabra, su Fragmentos de PÍO XII.
Misa en la basílica de Nuestra Señora Menti nostræ, 23/9/1950.
modo de vivir y de ir adelante. del Rosario - Caieiras (Brasil)

Fragmento de BENEDICTO XVI. falso celo, descuidase la santificación


El alma de un sacerdote
Audiencia general, 14/4/2010. propia por engolfarse todo en las ocupa-
debe tener
continuidad con el altar
ciones exteriores, por buenas que sean,
Nada hace sufrir más del ministerio sacerdotal. Procediendo Necesario es, por lo tanto, que el sa-
a la Iglesia que los
así, no sólo pondría en peligro su propia cerdote procure reproducir en su alma
pecados de sus pastores
salvación eterna, […] pero se expondría todo cuanto sobre el altar ocurre. Como
A este respecto, ¿cómo olvidar que también a perder, si no la gracia divina, Jesucristo se inmola a sí mismo, también
nada hace sufrir más a la Iglesia, Cuer- al menos, sí, aquella unción del Espíri- su ministro debe inmolarse con Él; como
po de Cristo, que los pecados de sus tu Santo que da tan admirable fuerza y Jesús expía los pecados de los hombres,
pastores, sobre todo de aquellos que se eficacia al apostolado exterior. así él, siguiendo el arduo camino de la
convierten en «ladrones de las ovejas» ascética cristiana, debe trabajar por la
(cf. Jn 10, 1), ya sea porque las desvían Fragmentos de PÍO XI. propia y por la ajena purificación. […]
con sus doctrinas privadas, ya sea por- Ad catholici sacerdotii, 20/12/1935. Y sólo entonces, cuando hayamos
que las atan con lazos de pecado y de llegado a ser como una sola cosa con
muerte? […] «Vigilad y orad» Cristo, mediante su inmolación y la
La Iglesia necesita sacerdotes santos; nuestra, y cuando hayamos unido
ministros que ayuden a los fieles a ex- El sacerdote no deberá confiar en nuestra voz a la del coro de los habitan-
perimentar el amor misericordioso del sus propias fuerzas, ni complacerse tes de la celestial Jerusalén, […] forta-
Señor y sean sus testigos convencidos. con desorden en sus propias dotes, ni lecidos con la virtud del Salvador será
andar buscando el juicio y alabanza cuando, desde la altura de la santidad,
Fragmento de BENEDICTO XVI. de los hombres, ni aspirar ambicioso a que hayamos conseguido, podremos
Homilía, 19/6/2009. las más altas dignidades, sino imitar a bajar seguramente y sin peligro, para
Cristo, que no vino «para ser servido llevar a todos los hombres la luz sobre-
Peligro de descuidar sino para servir» (Mt 20, 28); niégue- natural de Dios y la vida sobrenatural.
la santificación propia
se, pues, a sí mismo, según el mandato
Sería gravísimo y peligrosísimo ye- del Evangelio (cf. Mt 16, 24), y no se Fragmentos de PÍO XII.
rro si el sacerdote, dejándose llevar de apegue en su ánimo a las cosas terre- Menti nostræ, 23/9/1950.

Mayo 2025      7 Sumario 


u La liturgia dominical U

III Domingo de Pascua

Pedro, el verdadero pastor

õ P. Ignacio Montojo Magro, EP

A
l meditar sobre la tercera aparición del Re- son para la persona del guía de las almas actitudes
sucitado narrada en el Evangelio de este o palabras dudosas que pudieran generar confu-
domingo (Jn 21, 1-19), destaca, por su com- sión entre los fieles. El amor debe ser proclama-
portamiento ante el Señor, la figura de San Pedro. do a la luz del día, de manera definida. Y si hubo
En pocas Con su característico temperamento fogoso, Si- errores que escandalizaron procede una retracta-
món es el primero que salta al agua para encontrar- ción también pública.
líneas, el se con el divino Maestro, que los espera en la playa; La oportunidad de estas actitudes es subraya-
es el que corre a la red para llevarle los peces que Él da por el divino Pastor cuando, confirmando tres
Evangelio ha pedido; es el que repara, con tres actos de amor, veces a Pedro en el oficio de apacentar el rebaño,
esboza, en la la defección ocurrida en la noche de la Pasión
(cf. Jn 18, 15.25-27); es, finalmente, el pastor con-
usa las expresiones: «Apacienta mis corderos» y
«Pastorea mis ovejas» (Jn 21, 15-16). Cada miem-
persona de firmado en el cuidado del rebaño y que sellará su bro del Cuerpo Místico de Cristo pertenece al Se-
primado mediante el martirio profetizado por Jesús. ñor. El Papa es su representante, pero no el dueño
San Pedro, las Cada uno de esos momentos de la sencilla pero del redil; es su vicario, pero tendrá que rendir se-
característi- sublime narración revela, incluso en el contexto veras cuentas de su propia administración.
anterior a Pentecostés, algunas de las característi- Ahora bien, ¿cómo podemos discernir en los
cas del pastor cas del verdadero pastor de almas. pastores su grado de fidelidad? La primera lec-
Cuando el primer Papa se lan- tura (Hch 5, 27b-32.40b-41) muestra a San Pedro
tal como za al agua y nada hacia «el Se- transformado por el Paráclito y reconociendo en
ñor» (Jn 21, 7), nos muestra que sí su acción: «Testigos de esto somos nosotros y
lo quiere hemos de afrontar cualquier el Espíritu Santo» (Hch 5, 32). Y la señal de que
el Señor obstáculo para estar junto al realmente lo posee es su obediencia a la misión
Redentor, incluso —¡o ante divina de predicar el Evangelio, aunque ello su-
todo!— si todavía no somos ponga enfrentarse al mundo entero. Éste —con
perfectos. sus falsos profetas, que enseñan el error— trata
Al apresurarse a sacar la de silenciar la verdad y persigue a quienes poseen
red de la barca para coger el sello del don de Dios.
algunos peces, como Je- Más. El pastor, cuando es auténtico, debe lle-
sús le había pedido, ma- var su entrega hasta el extremo, portando consigo
nifiesta que el pastor, el cayado de la cruz. Dispuesto a trasponer los lí-
aun teniendo la misión mites del heroísmo, tiene siempre ante sí la pers-
de gobernar el rebaño, pectiva de dar su propia vida por las ovejas me-
debe estar siempre en diante el martirio, si —¡qué gloria!— Dios así lo
actitud de servicio tanto a determina. En este sentido, ¡qué testimonio daría
Archivo Revista

las ovejas como al supre- el primer Papa de no ser un mercenario, sino un


mo Dueño de éstas. verdadero discípulo del Señor del rebaño, como
En el momento en que profetiza Jesús en el Evangelio de este domingo!
repara en su triple negación Recemos para que Dios nos envíe pastores
San Pedro - Iglesia dedicada ante los demás Apóstoles, según su corazón y nos dé la acuidad evangélica
a él en Lisieux (Francia) evidencia lo inaceptable que para discernir los verdaderos de los falsos.

 Sumario 8      H e r aldos del E vangelio


IV Domingo de Pascua

¿Ovejas o polvo de los pies?

õ P. Hernán Luis Cosp Bareiro, EP

A unque estamos rodeados de un mundo cada


vez más caótico, la Providencia no cesa
de manifestar su luz a los hombres y a las
naciones, como se desprende de la primera lectu-
ra de este domingo (Hch 13, 14. 43-52). San Pablo
los conoce y ellos le siguen (cf. Jn 10, 27). A éstos
les ofrece la prenda de la vida eterna, pues nadie
los arrebatará de sus manos divinas (cf. Jn 10, 28).
Y en la segunda lectura Dios promete que «acam-
pará entre ellos» (Ap 7, 15).
y San Bernabé son enviados a predicar a pueblos No obstante, los que lo rechazan, son conside-
distantes el acontecimiento más grande de la his- rados indignos de la vida eterna (cf. Hch 13, 46)
toria: la Encarnación, Vida, Pasión y Resurrección y reciben un signo de maldición por parte de los
de Nuestro Señor Jesucristo, hechos que no podían representantes de Dios: «Éstos sacudieron el polvo La luz para
pasar desapercibidos ya que Dios «quiere que to- de los pies contra ellos» (Hch 13, 51).
dos los hombres se salven y lleguen al conocimien- Aprovechemos esta oportunidad para reflexio- encontrar
to de la verdad» (1 Tim 2, 4). nar en cuál de las dos categorías encajamos ante la
Engañados por la confusión reinante, muchas luz: ¿somos «ovejas» o «polvo de los pies»? la verdad
veces somos inducidos a creer que esa luz puede La oveja frecuenta los sacramentos de la euca- nunca nos
manifestarse de diferentes maneras. Sin embargo, ristía y de la penitencia, pone en práctica los con-
el lugar por excelencia y exclusivo donde brilla es sejos oídos en un buen sermón, se aleja de las oca- falta… Ante
la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, lám- siones próximas de pecado, no da escándalo —que
para que el divino Maestro encendió para que nun- es un mal en esencia o en apariencia, y puede llevar la invitación
ca se apagara. a alguien a pecar— y reza con asiduidad y fervor.
En efecto, el Señor fundó su Iglesia para que a Ante tales exigencias, muchos relativistas po-
de seguirla,
través de los tiempos se perpetuara la obra salvífica drían objetar: «Yo no robo y nunca he matado a na- ¿qué camino
que inició en el holocausto supremo de la cruz. Y die», creyendo que esto les exime de cumplir las de-
quiso, desde el primer instante, que esta salvación más prescripciones del decálogo. Sin embargo, basta tomaremos?
se extendiera a «todas las naciones, razas, pueblos con despreciar cualquier mandamiento para recha-
y lenguas» (Ap 7, 9). zar la luz, ya que no es posible practicar establemen-
Las distintas lecturas de la liturgia de hoy nos en- te uno de ellos mientras se pisotean los demás…
señan que, ante esa luz, sólo existen dos reacciones: Si desprecio la vida eterna y la condición de ove-
seguirla, como hicieron los fieles que escucharon y ja, significa que estoy muy avanzado en un proceso
se unieron a San Pablo y a San Bernabé; o rechazar- de rechazo a Dios y que mi desprecio, en realidad,
la, como aquellos que, llenos de envidia, promovie- me llevará a ser despreciado por Él como polvo que
ron la persecución contra el Apóstol, es decir, contra se ha pegado a sus divinos pies.
la verdadera Iglesia que estaba naciendo.
En el Evangelio, el Señor llama a los primeros
«ovejas», porque escuchan su voz; el Buen Pastor
kamchatka/ Freepik

Sumario 
V Domingo de Pascua

Vacíos de sí mismos,
llenos de Dios
õ P. Marcelo Javier Pérez Wheelock, EP

Para cumplir
L a Iglesia, desde sus orígenes, aprendió de la-
bios del divino Maestro a formular la súplica
contenida en el padrenuestro: «Venga a noso-
tros tu Reino» (Mt 6, 10). San Juan, en el pasaje del
(13, 7). Y el Señor nos da el ejemplo máximo de ello
en su Pasión, cuando se entregó por nosotros en la
cruz. Por eso el Apóstol de las gentes y San Berna-
bé advierten en la primera lectura de este domingo:
Apocalipsis que la liturgia presenta este domingo, vis- «Hay que pasar por muchas tribulaciones para en-
plenamente lumbra la plenitud de ese Reino cuando declara que trar en el Reino de Dios» (Hch 14, 22b). Se refieren
vio «un Cielo nuevo y una tierra nueva […], la nueva a los sufrimientos que nacen como fruto de la ver-
la nueva ley Jerusalén que descendía del Cielo» (Ap 21, 1-2), don- dadera caridad, imitando así el amor de Jesucristo.
del amor, de habrá una convivencia ininterrumpida con el Al- Ahora bien, para poseer plenamente ese amor
tísimo, pues será «la morada de Dios entre los hom- de Dios en nosotros, es necesario adoptar una acti-
se requiere bres. Dios morará entre ellos» (Ap 21, 3). tud radical: vaciarse de sí mismo. El Evangelio del
A lo largo de su vida pública, el Señor anunció día nos ofrece un detalle importante al respecto:
de nosotros la llegada de ese Reino y confirmó sus palabras «Cuando [Judas] salió, dijo Jesús: “Ahora es glori-
con innumerables milagros. El Evangelio de este ficado el Hijo del hombre”» (Jn 13, 31).
una actitud domingo nos muestra el cuidado y el cariño que, Comentando esta frase, San Agustín afirma:
radical: que al cabo de tres años, Jesús tuvo para con sus Após- «Salió Judas y ha sido glorificado Jesús; salió el
toles cuando, a punto de iniciar su viacrucis, les hijo de la perdición y ha sido glorificado el Hijo
nos vaciemos muestra el medio por el cual su Reino debía ins- del hombre. […] Al salir el no limpio, se quedaron
taurarse en la tierra, dándoles «un mandamiento todos los limpios y permanecieron con su Limpia-
de nosotros nuevo: que os améis unos a otros» (Jn 13, 34a). dor».1 Esta «limpieza» que tuvo lugar en el ámbito
mismos Aunque la antigua ley ya ordenaba el amor al
prójimo, la novedad de este precepto radica en el
colectivo de los Apóstoles debe producirse indivi-
dualmente en cada uno de nosotros. Por eso el obis-
modo de practicarlo. Mientras Moisés enseñaba a po de Hipona aconseja: «Tienes que llenarte del
amar al prójimo «como a sí mismo» (cf. Lev 19, 18), bien, derrama el mal. Imagínate que Dios quiere
en la nueva ley del amor Jesús indica: «Como yo os llenarte de miel; si estás lleno de vinagre, ¿dónde
he amado» (Jn 13, 34b). Por tanto, se trata de amar depositas la miel? Hay que derramar el contenido
al prójimo de la misma manera que Dios le ama. del vaso; hay que limpiar el vaso mismo; hay que
San Pablo, en la Primera Epístola a los Corintios, limpiarlo, aunque sea con fatiga, a fuerza de frotar,
describe de modo muy elocuente el para hacerlo apto para determinada realidad».2
amor cristiano: debe ser ante todo Esforcémonos, pues, por arrancar de nosotros
sufrido, porque «todo lo excu- todo egoísmo, orgullo y raíz de iniquidad, para vi-
Reproducción

sa, todo lo cree, todo lo vir con perfección el precepto del amor y hacer así
espera, todo lo soporta» que el Señor habite entre nosotros. «Dios es amor,
y quien permanece en el amor permanece en Dios
Detalle de y Dios en él» (1 Jn 4, 16).
«Las bodas de Caná»,
de Hieronymus 1
San Agustín. In Ioannis Evangelium. Tractatus lxiii,
Francken III
n.º 2.
2
San Agustín. In Epistolam Ioannis ad Parthos. Tracta-
tus iv, n.º 6.

 Sumario
VI Domingo de Pascua

¿Cómo alcanzar la felicidad?

õ P. Leandro César Ribeiro, EP

S i tuviéramos que definir a Dios con una sola ¿Ha habido algún hombre más amado por
palabra, sin duda sería amor. «Dios es amor» Dios que Nuestro Señor Jesucristo en su natura-
(1 Jn 4, 8), nos enseña el apóstol San Juan. leza humana? ¿Y cuál fue el mayor regalo que le
El amor forma parte de la esencia divina, el amor hizo el Padre? La cruz. ¿Ha habido alguna mujer
impulsa la convivencia entre las tres personas de más amada por Dios que la elegida por Él como
la Santísima Trinidad, el amor llevó al Creador a Madre, María Santísima? ¿Y cuál fue el regalo
realizar su obra; en resumen, es el amor del Todo- que le hizo el Padre? Acompañar
poderoso el que gobierna la historia. Dios todo lo la muerte atroz de su divino Hijo,
hace en función de su infinito amor y sin amor no sufriendo con Él y mezclando sus
hace nada. propias lágrimas con su pre-
Ese amor de Dios es uno de los aspectos ciosísima sangre. Y lo mis-
que más está presente en el Evangelio del mo ocurre con el resto de la
sexto domingo de Pascua (Jn 14, 23-29). humanidad. En el
El Señor declara: «El que me ama guar- Ahora bien, cuando una
dará mi palabra, y mi Padre lo amará, persona pierde esa visión sobrena- sufrimiento
y vendremos a él y haremos morada tural del sufrimiento y comienza aceptado con
en él» (Jn 14, 23). Es una afirmación a juzgar los acontecimientos con
osada, porque Jesús afirma que ojos materialistas, por tanto, fuera amor reside el
Dios habitará no sólo con, sino en de la perspectiva de Dios, la reali-
el interior de quien lo ama. Y, por dad que le rodea acaba perdiendo secreto para
si fuera poco, promete enviar a los su sentido, todo parece inexpli- alcanzar la
Apóstoles el propio Espíritu Santo, cable y los reveses se presentan
amor sustancial que une al Padre y al como auténticas tragedias. felicidad en
Hijo. ¿Puede haber mayor prueba de su El mundo de hoy, lamentable-
esta tierra y
Pdpics (CC by-sa 3.0)

amor para con los hombres? mente, ignora cada vez más el
Desgraciadamente, solemos enten- amor de Dios y, en consecuen-
der de manera equivocada ese amor, cia, procura la felicidad en una
la gloria en
creyendo que la prueba del afecto de vida libre de sufrimiento. La la eternidad
Dios por nosotros consiste en que Él nos búsqueda constante de placeres
dé todo lo que necesitemos, nos ofrezca y comodidades se ha convertido
todo tipo de felicidad, atienda nuestros en la tónica de la sociedad con-
mínimos caprichos. Pero la verdad es temporánea. El hombre olvida que
todo lo contrario. Cuanto más nos ama cuanto más se huye del sufrimiento,
el Señor, más sufrimientos nos envía. más se sufre.
Si nos proporcionara una vida en la El secreto para alcanzar la feli-
que sólo hubiera alegrías, perdería- cidad consiste en aceptar nuestras
mos innumerables ocasiones de cruces de cada día. Al obrar así,
ganar méritos con vistas al Cie- demostramos el amor que le te-
lo y rara vez nos acordaríamos nemos a Dios y le retribuimos su
de mirar hacia lo alto. Sagrado Corazón de Jesús amor por nosotros.

Mayo 2025      11 Sumario 


u Tesoros de Mons. João U

Total entrega a la Santa Iglesia


El próximo mes se cumplirán veinte años de la ordenación sacerdotal
de Mons. João, llamamiento iniciado en los primeros vagidos de la
conciencia y que lo atrajo cada vez más, hasta que fue arrebatado por
el fuerte anhelo de consumirse como hostia al servicio de Jesús, para
la santificación de las almas.
õ Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP

S uele decirse en teología que «la


gracia no suprime la naturale-
za, sino que la perfecciona».1 En
miradas, la disposición del pelo en su
frente, o la falta de él, los tipos de nariz,
los labios gruesos, finos o medianos, la
mayoría mujeres, todas arrodilladas y
con velos negros, como era costumbre
en aquel tiempo, y algunos hombres.
efecto, hay un fenómeno curioso en barbilla, las manos, la manera de andar, Entré justo cuando el canto del Tantum
los campos natural y sobrenatural: en me entretenía enormemente. ergo estaba terminando, estableciéndo-
general, el ser humano es creado por El análisis era incansable y me dio se un silencio absoluto en el recinto. El
Dios con una serie de aptitudes que un sentido psicológico muy agudo, sacerdote se dirigía a dar la bendición
constituyen una forma ya pronta para creando en mi alma un hábito que tal con el Santísimo Sacramento.
recibir la gracia que Él mismo dará vez incluso ya preexistía como gemelo Caí de rodillas y pensé: «No voy
más tarde, de modo que el alma esté de la sindéresis de la inteligencia y de a agachar la cabeza como los demás,
predispuesta a caminar en la dirección la voluntad. Eran los movimientos ini- porque quiero ver qué pasa aquí».
designada por la Providencia. ciales de una fuerte inclinación natural El sacerdote levantó la custodia
En el caso concreto de mi vocación —puesta por la Providencia con vistas y trazó una enorme cruz, solemne y
sacerdotal, hay que considerar dos pe- al sacerdocio— para conocer el fondo pausada; las campanillas empezaron a
ríodos: uno implícito, en el que la lla- de las almas, a fin de auxiliarlas en sus sonar y todos se santiguaron. Mantuve
mada existía pero estaba latente; y lue- carencias y necesidades. mis ojos fijos en el Santísimo Sacra-
go el momento en que se hizo explícita. mento. Como todavía era un niño, no
La fase implícita comenzó con los
Admiración por la Iglesia me habían hablado nada de la Eucaris-
primeros destellos de mi conciencia. Católica y sus ministros tía. No sabía qué era un ostensorio, ni
Al ser hijo único, permanecía aislado, A la par de esto, me tocó una época entendía muy bien qué era un sacerdo-
observando y filosofando… Me atraía en la que las ceremonias litúrgicas aún te, pero sentí una fortísima consolación
mucho la hermosa armonía que exis- se celebraban con mucho esplendor, de interior y concluí que allí estaba el cen-
te entre las estrellas del cielo, hasta el modo que mis primeras admiraciones tro del universo, el Rey de reyes y Señor
punto de pasar horas y horas por la no- fueron para con la Iglesia. de señores, ¡Dios!
che, mientras todos dormían, contem- Recuerdo perfectamente que, cuan- Ese deseo de Dios era tan real y pro-
plándolas. Por otra parte, me llamaban do tenía 5 años, un pariente mío me lle- fundo que más tarde, cuando fui a es-
mucho la atención las características vó de la mano a la capilla de Nuestra Se- tudiar al colegio y me preparaba para
fisonómicas y temperamentales de las ñora de los Dolores, de los padres Sier- la primera comunión, me apasioné por
personas que me rodeaban. Saber cómo vos de María —situada más o menos a las clases de Religión. Los profesores,
son los demás, sus tendencias y propen- unas cuatro manzanas de mi casa—, en que las impartían con mucho esmero,
siones, sus gustos y apetencias, lo que el barrio de Ipiranga, de São Paulo. eran los mismos padres servitas, y yo
piensan o cómo reaccionan, y corre- Era casi de noche, en torno a las siete los tenía por santos, pues me parecía
lacionar eso con su timbre de voz, sus y media, y la capilla estaba llenísima; la que todo clérigo debía ser perfecto.

 Sumario 12      H e r aldos del E vangelio


Contaban historias de santos y hechos No obstante, tantas decepciones empeño de amparar a mis compañeros:
sobrenaturales que me encantaban y sirvieron de estímulo para lanzarme me arrebataba el celo por todos mis
me hacían bien, hasta el punto de que con mayor intensidad en busca del me- amigos, en el sentido de servirles de
tales principios y enseñanzas seguían jor equilibrio entre criaturas y Crea- apoyo para emprender el camino de la
resonando en mi interior desde la ma- dor. Tenía la idea de la necesidad de virtud, rumbo a la perfección. Deseaba
ñana hasta la noche, porque para mí resistir al relativismo y un gran deseo ardientemente revertir de algún modo
eran vida. de descubrir una forma de perfección la armonía sideral, contemplada en mis
moral que fuera lo opuesto a eso y que largas noches de insomnio, a la con-
Amargas y dramáticas decepciones venciera al mal. Una certeza interior vivencia social, añadiendo una nota
Sin embargo, la madurez, los as- me decía que existía alguien —junto al más: la armonía del hombre con Dios
pectos graves, consecuentes y serios cual había otros, no muchos— que era mismo, la cual constituía una verdade-
de la vida se cruzaron en mi existencia enteramente bueno y en quien podía ra atención única y principal en mi día
poco antes del atardecer de la infancia. confiar. a día. De ahí mi sueño de fundar una
Cuando me topé con los efectos del asociación honesta, recta, directa, para
pecado original en el proceso humano, relacionar a los jóvenes con Dios. Era,
el trauma resultante fue amargo, dra- de hecho, el soplo del Espíritu Santo
mático y muy decepcionante… Sobre que me entusiasmaba por el servicio
todo cuando, a causa de mi sentido a los demás, dentro de los sagrados
psicológico, percibí que ciertos muros de la Santa Iglesia.
personajes de ese clero que tanto
admiraba no correspondían en-
El encuentro con un
teramente al patrón de santidad varón de Dios
que les había atribuido, sino Unos años después, asistí a
que se dejaban arrastrar por el una charla sobre el protestan-
relativismo de aquel tiempo, tismo y las desviaciones de la
incluso en cuestiones mo- vida y mentalidad de Lutero.
rales… Me daba cuenta de En una concatenación lógica,
la insuficiencia religiosa de el orador demostró que todas
esas personas, y de su conse- las herejías surgen de la tergi-
cuente incapacidad para resol- versación de la verdad. Con el
ver los problemas del mundo. auxilio de la gracia, comprendí
Eran como un fruto cuya bonita la solidez de la Iglesia y la uni-
cáscara engañaba, pero que esta- cidad de la fe católica en relación
ba mustio por dentro. con los otros cultos. Recuerdo que
Por esa misma época, unos pri- pensé: «¿Para qué quiero fundar
mos mayores, que lamentablemente una sociedad? La verdadera sociedad
Re
pr

habían perdido la fe, mantenían con- es la Santa Iglesia Católica Apostólica


od
uc
ci

migo discusiones que me destrozaban, Romana, fundada por Nuestro Señor


ón

defendiendo la inexistencia del Infier- Jesucristo. A ella tengo que entregar-


no y que todas las personas solo se Antes incluso de abandonar la me por completo».
infancia, el pequeño João sentía el
movían por interés. Salí de aquella exposición con una
deseo de amparar a sus amigos,
Yo era al mismo tiempo idealista y a fin de conducirlos por las convicción tan grande de la integridad
radical. Y cuando la polémica tropeza- vías de la virtud de la religión católica, y con tal entu-
ba en ese punto, sacudía a mi sentido João en 1948 siasmo por la piedad y por la virtud,
de inocencia: ¿cómo podía reinar la que decidí cambiar de vida: al día si-
ley del interés sobre la faz de la tierra? De modo que le rezaba a la Virgen guiente me levanté temprano, fui a la
¡No era posible! Tenía que haber gente para que me encontrara con esa perso- iglesia, hice una confesión general y
que se entregara por amor a los demás, na, porque quería seguirla y formar un ayudé en la misa. Luego recé todo el
para hacer el bien. Si eliminaran el grupo para hacer el bien. rosario, y nunca más dejé mis oracio-
idealismo del mundo, éste se desinte- Así pues, incluso antes de abando- nes y la comunión diarias.
graría; de lo contrario, no tendría ga- nar la infancia, cuando la juventud sólo En esa atmósfera, el 7 de julio de
nas de vivir… despuntaba, se hacía explícito en mí el 1956, fue donde conocí a un varón de

Mayo 2025      13 Sumario 


Dios, Plinio Corrêa de Oliveira, que demás, había tenido siempre desde el Porque el Señor siempre me mostraba
iluminó mis caminos, le confirió bri- uso de razón. más sensiblemente su poder en la eu-
llo a mi entendimiento y robustez es- caristía, como diciendo: «Aquí estoy
table a las decisiones tomadas al co-
Un «fíat lux» claro como un sol en mi divinidad, para atender las peti-
mienzo de mis tiernos años juveniles, El fallecimiento del Dr. Plinio, ciones que me hagan». Por lo tanto, re-
convocándome a la plena integridad en 1995, me hizo constatar mi pobre paración, santidad, gracias, desarrollo,
de hijo de la Santa Iglesia, a su ser- contingencia. Recuerdo claramente todo esto era imposible sin el Santísi-
vicio y en beneficio de mis hermanos haber comprobado con alegría cómo mo Sacramento.
en la fe. crecía la obra que él dejó; sin embar- En un cierto momento se dio un fíat
A partir de mi encuentro con ese go, esta perspectiva conllevaba una lux, claro como un sol: necesitamos
varón, un volcán de admiración por la secuencia de aprensiones y preocu- tener una rama sacerdotal en los heral-
Iglesia estalló en mi interior, restable- paciones de diversa índole: ¿Cómo dos. Y entonces me fue fácil discernir
ciendo toda la cadena de «flashes» que obtener más gracias? ¿Cómo reparar el llamamiento de Dios para recorrer
yo había tenido desde niño: la primera completamente las faltas cometidas el camino sacerdotal, iniciado en los
adoración al Santísimo Sacramento, en la institución, ahora y en el futuro? primeros vagidos de mi conciencia.
las impresiones de la primera comu- ¿Cómo puedo prestar asistencia reli- No era sólo la sensación penetrante
nión y la primera confesión, la recep- giosa a tantas personas que me han de mi condición de humana criatura y
ción de la confirmación, el encanto por sido confiadas? el deseo de reparar mis debilidades lo
las clases de catecismo y la idea de la No tardé mucho en percatarme has- que me llevaba a esos fuertes anhelos.
existencia de un mundo sobrenatural ta qué punto dependía sustancialmente Era una misteriosa inquietud que me
más allá de los propios sentidos… del auxilio sobrenatural: el mejor me- invitaba a más y más, arrebatando mi
Ante mi horizonte, pues, se abrían dio de santificar esta obra era la misa. interior.
las puertas a una trayectoria La mejor manera de unirme
dedicada al apostolado, y me a Dios, conociéndolo y amán-
resolví a abandonarlo todo y a dolo con mayor fervor y, así,
todos para servir mejor a Dios servir a la Santa Iglesia y a la
bajo la sabiduría y el consejo sociedad con perfección, sería
del Dr. Plinio. hacerme sacerdote. Quería po-
De ahí en adelante, todo der celebrar misa por aquellas
lo que ocurrió me condujo al intenciones que bullían con in-
sacerdocio: la orientación de tensidad en mi corazón; quería
miles de jóvenes de distintas ser consumido como una hos-
naciones por las vías de la vir- tia al servicio de Jesús y en el
tud, la formación de éstos en empeño de santificar a todos.
conjunto, la inauguración de Lo que más me llevaba a abra-
métodos nuevos de evangeli- zar ese estado era, sobre todo,
zación. A unos los arranqué el deseo de ser vehículo del
de las garras del demonio, a Señor para absolver a quienes
otros perdoné, fortalecí y sal- encontrara en busca del perdón
vé, a otros, además, los atraje divino.
y animé a buscar la perfec-
ción, empleando lo mejor de
Embajadores de Dios
mis fuerzas y cualidades en ante los hombres
Teresita Morazzani

el auxilio a los necesitados Finalmente, el 15 de junio de


espirituales, en una verdadera 2005 recibí el sacramento del
«preocupación por todas las orden, culminando así la cami-
iglesias» (2 Cor 11, 28). nata de entrega total a la causa
En el fondo, se trataba de Consciente de que la obra fundada por el Dr. Plinio de la Santa Iglesia. Con delicias
una función a la manera sacer- dependía de un auxilio sobrenatural, Mons. João de alma penetré en la conside-
dotal, ejercida como laico y no discernió con más claridad la necesidad de fundar ración de las obligaciones, sa-
explicitada, pero que, dada mi una rama sacerdotal crificios y virtudes que impreg-
voluntad de hacer el bien a los Monseñor João en noviembre de 2004 nan la vida de un sacerdote.

 Sumario 14      H e r aldos del E vangelio


Fotos: Archivo Revista

Finalmente ordenado sacerdote, consideraba con


delicias de alma las obligaciones, sacrificios y
virtudes que impregnan la vida de un presbítero
En el destacado, Mons. João durante su ordenación sacerdotal,
el 15 de junio de 2005. De fondo, aspecto de la ceremonia

perfecto que desciende del Padre de Y si, por una parte, el sacerdote es
En efecto, quien entra en la vía sa- las luces (cf. Sant 1, 17). aquel que se considera mero instrumen-
cerdotal está llamado a imitar al Sumo Como eslabón de unión entre Dios to de Dios, dispuesto a todos los holo-
Sacerdote, aquel que, «siendo de con- y los hombres, existe una cierta pari- caustos y listo a aceptar las humillacio-
dición divina, no retuvo ávidamente el dad entre la vocación sacerdotal y la nes como aroma de incienso, por otra,
ser igual a Dios; al contrario, se des- del ángel. No sólo por la práctica de la la total fidelidad a su altísima vocación
pojó de sí mismo tomando la condi- virginidad jamás interrumpida debe le exige ser ejemplo para los demás en
ción de esclavo» (Flp 2, 6-7). Por eso, asemejarse a los espíritus puros, sino su apostolado, según las palabras del
desde el momento en que fue ungido por la obligación de transmitir a los Señor: «Vosotros sois la luz del mun-
y le fueron impuestas las manos del demás la Bondad y la Verdad que es do. […] Brille así vuestra luz ante los
obispo sobre su cabeza, según la tra- Dios: «La boca del sacerdote atesora hombres, para que vean vuestras buenas
dición apostólica, debe desaparecer, conocimiento, y a él se va en busca de obras y den gloria a vuestro Padre que
en un completo olvido de sí mismo y instrucción, pues es mensajero del Se- está en los Cielos» (Mt 5, 14.16).
abandono en las manos de Dios. En el ñor de los ejércitos» (Mal 2, 7).
confesionario, en el altar, al adminis- No obstante, los ministros de Dios Fragmentos de cartas
trar los demás sacramentos, su perso- tienen precedencia sobre los ángeles de los años 2004 y 2005,
na no importa, pues quien está allí es del Cielo, porque éstos pueden soco- y de exposiciones orales
Nuestro Señor Jesucristo. rrer y animar a las personas que cus- pronunciadas entre 1992 y 2009.
El sacerdote es sacado de en me- todian, así como expulsar a los demo-
dio de los hombres y elevado para nios que las rodean, pero no poseen
ser embajador de Dios ante ellos, y la facultad de romper las cadenas que 1
Cf. Santo Tomás de Aquino. Suma Teoló-
de ellos ante Dios. San Isidoro, en su atan a las almas al pecado, mediante el gica. I, q. 1, a. 8, ad 2.
obra Etimologías, nos da el origen de munus de absolver obrando in persona 2
San Isidoro de Sevilla. Etymologiarum.
la palabra sacerdote: «quasi sacrum Christi.3 L. vii, c. 12.
dans».2 Es decir, el que distribuye Por lo tanto, por debajo de la dig- 3
Cf. San Alfonso María de Ligorio. La
las cosas sagradas, presentando las nidad de María Santísima, Madre de dignidad y santidad sacerdotal. La sel-
oraciones del pueblo, que deben su- Dios —que participa de manera rela- va. Sevilla: Apostolado Mariano, 2000,
bir a los oídos divinos, e intercedien- tiva en el orden hipostático4— se en- pp. 15-16.
do para que sean infundidas en las cuentra la figura imponente, majes- 4
Cf. Royo Marín, op, Antonio. La Virgen
almas toda dádiva buena y todo don tuosa y sagrada del sacerdote. María. 2.ª ed. Madrid: BAC, 1997, p. 101.

Mayo 2025      15 Sumario 


u Tema del mes U

Sacerdocio – San Juan María Vianney, modelo de los sacerdotes

«¡Después de Dios,
el sacerdote lo es
todo!»
Si el fervor del rebaño depende del pastor,
¿cuál era, entonces, el secreto del más exitoso
Reinhardhauke (CC by-sa 3.0)

de los párrocos? He aquí lo que él mismo


responde: «Mi secreto es simple: dar todo y
no conservar nada».
õ Vinicius Niero Lima

E l pequeño Juan María Vian-


ney, con sólo 4 años, aún ju-
gaba cuando al otro lado del
mundo se publicaba una profecía so-
bre… San Juan María Vianney.
Y, de hecho, en la lejana Francia, la
Virgen demostraba que nunca miente.
Pastor, soldado y sacerdote
El 8 de mayo de 1786 nacía el cuarto
a los 20 ya había discernido que su vo-
cación pastoral trascendía con mucho
los rebaños y el cayado: sería en el altar
donde inmolaría al verdadero Cordero
y en el confesionario donde llevaría so-
En aquel año de 1790, el P. Manuel hijo de Mathieu y Marie Béluse. Bauti- bre sus hombros a la oveja herida.
Sousa Pereira, OFM, consignaba en la zado ese mismo día, recibía el nombre Para ello intentó aprender latín. Lo
ciudad de Quito (Ecuador) una revela- de Juan María. No era de noble linaje, intentó…, porque su capacidad no daba
ción que la Madre del Buen Suceso le según las palabras de Nuestra Señora; para mucho más. Sólo después de una
había hecho a la religiosa concepcio- todo lo contrario, la pobreza formaba peregrinación, en la que pidió superar
nista Mariana de Jesús Torres el 8 de parte de los sufrimientos cotidianos de su ignorancia, pudo hacer algunos pro-
diciembre de 1634: «Los sacerdotes esa familia de pastores de Dardilly. gresos. No obstante, éstos enseguida se
desde el siglo xx deberán amar con toda Siempre muy religioso, Juan María vieron truncados por su alistamiento en
su alma a San Juan María Vianney, un recibió la primera comunión a los 13 el ejército napoleónico, en 1809.
siervo mío, que la bondad divina prepa- años, una edad precoz para la época, y Disgustado al ver frustrado su em-
ra para hacer un regalo con él en esos si- peño por unirse a la milicia de Cristo
glos, dándoles un ejemplar modelo del y molesto por tener que luchar bajo
abnegado sacerdote. No será de familia San Juan María las órdenes de un usurpador en guerra
noble, para que el mundo sepa y entien- con el Papa, desertó con éxito de las
da que en el aprecio de Dios no hay otra Vianney, modelo falanges francesas y entonces llamó a
preferencia sino la virtud a fondo. Ese ejemplar de sacerdote la puerta del seminario mayor. De allí,
siervo mío, que como te dije, vendrá inicialmente, lo expulsaron, porque no
al mundo al finalizar el siglo xviii, me abnegado, fue un don lo consideraban apto para el sacerdo-
amará con todo su corazón».1 cio debido a su rara, por escasa, inte-
El redactor franciscano transcribiría la enviado por Dios a los ligencia. Sin embargo, tras mil y una
profecía sin verla hecha realidad. La fe, pruebas y dificultades fue ordenado
sin embargo, le decía que en algún lugar
hombres de su tiempo sacerdote el 13 de agosto de 1815.
la predicción se cumpliría. Después de y de los siglos futuros Casi tres años después, en febrero
todo, ya era «al finalizar el siglo xviii»… de 1818, lo destinaron al último de los

 Sumario 16      H e r aldos del E vangelio


pueblos de su diócesis: Ars, una aldea sitio en la fila para, de rodillas en el fenómeno demasiado sorprendente»,4
que albergaba unas doscientas cin- confesionario, pedir ayuda al «oído como para que no se convirtiera en el
cuenta almas. que escucha y no transmite la confi- monumento quizá más visitado de la
dencia más que a Dios», a la «boca que Francia de entonces.
El famoso monumento de Ars contesta, que guía, que consuela, que La enorme atracción que hizo de él el
A partir de entonces, ese silencioso ata y desata, [que] es, realmente, la centro gravitacional de toda una época,
rincón se convertiría en un gran centro boca de Dios. El párroco de Ars es ese la ejerció, pues, no tanto por sus labo-
de espiritualidad. oído y esa boca. Y él lo sabe».2 res apostólicas, su gestión parroquial, la
De hecho, en poco tiempo las mul- En realidad, ¡todos lo sabían! Por creación de grupos y pastorales, la ori-
titudes comenzarían a acudir presuro- eso, la espera para ser atendido en ginalidad de sus sermones o incluso los
sas. Recorrerían larguísimas distan- confesión se eterniza días y días. Pero encantos de la música, sino por la vida
cias para estar con el cura de Ars, para vale la pena, porque cuando los hom- interior que rebosaba de su alma.
oír sus consejos o por lo menos para bres, y especialmente los santos, coo-
recibir una mirada suya. Su presen- peran con la gracia de Dios, realizan
Sacerdote, es decir, ¡todo!
cia atrae, su amonestación conmueve verdaderos prodigios en las almas de La fascinación que despertaba San
los corazones inflexibles, su ejemplo aquellos con quienes conviven. Con Juan María no sólo provenía de la fra-
arrastra. La gente corre a reservar un razón, «un santo vivo es más buscado gancia irresistible de su santidad, sino
que un santo muerto».3 también de la conciencia plena, profun-
A pesar de su manera de ser sen- da y humilde que tenía de su vocación:
Ya párroco de Ars, cilla, de su voz enronquecida por el enseñar, gobernar y santificar a los de-
tiempo y de su apariencia física poco más, viviendo para ejercer la misión de
Juan María atraía atractiva, San Juan María Vianney, ser otro Cristo en cuanto sacerdote.
a las multitudes, gracias a su alma inocente, su pre- En la confesión, por ejemplo, «cada
sencia marcada por la virtud y su vez escucha en Dios y cada vez con-
que acudían para candidez en el trato con las personas, testa en Dios; con un gran temblor (no
atraía a almas de todo el mundo. «Un es más que su humilde ministro), pero
oír sus consejos o, párroco que no come nada, que no
duerme, que lo da todo, que reza
por lo menos, recibir como no se ha visto rezar nunca,
una mirada suya que celebra su misa como un ángel
y que embellece su iglesia, es un

Fotos: Reproducción

Fila para confesarse con San Juan María Vianney - Capilla de la Providencia, Ars-sur-Formans (Francia);
en el destacado, cartas de la ordenación sacerdotal del santo y de su nombramiento como párroco de Ars.
En la página anterior, el Santo Cura de Ars - Iglesia de San Germán, Saint-Germain-les-Belles (Francia)

Mayo 2025      17 Sumario 


con el don de todos sus recursos ínti- punto de identificarse totalmente con día dejar de adornar el alma de San Juan
mos y con la certidumbre de ser rea- su propio ministerio. Por eso, era ne- María. El párroco por excelencia se
provisionado por Dios».5 cesario que continuara la obra de la ponía bajo la mirada y el cariño de la
Esa compenetración le llevaba a te- Redención renovando de manera in- Señora del universo con la entrega y ve-
ner una gran veneración por el sacer- cruenta el sacrificio del Calvario, no neración de un niño en su regazo. Por
docio y a inculcar en sus feligreses un sólo en el altar, sino también en su eso decía con conocimiento de causa:
enorme respeto por los ministros de existencia cotidiana. Como San Juan «El Corazón de María es tan tierno con
Dios. Sus palabras de predicador son al pie de la cruz, junto a la Madre de nosotros que los corazones de todas las
demasiado expresivas como para que Dios, sufría con aquel que se inmola madres juntas no son más que un trozo
no las transcribamos: diariamente en la santa misa. de hielo a los pies del suyo».8
«Si no tuviéramos el sacramento Corona y aureola de todos los santos,
del orden, no tendríamos a Nuestro la devoción a la Santísima Virgen no po-
En el calvario de su ministerio
Señor. ¿Quién lo ha puesto allí, en ese Si bien es cierto que todo cristiano,
tabernáculo? El sacerdote. ¿Quién ha amparado por la Reina de los márti-
recibido vuestra alma a su entrada en res, debe seguir a Cristo en la escuela
la vida? El sacerdote. ¿Quién la ali- del sufrimiento, para un sacerdote
menta para darle la fuerza de rea- esta configuración se hace mu-
lizar su peregrinación? El sacer- cho más profunda, ya que debe
dote. ¿Quién la preparará para sufrir por sí y por aquellos que
comparecer ante Dios, lavan- le han sido confiados. De una
do esta alma, por última vez, forma sencilla pero conmo-
en la sangre de Jesucristo? vedora, ese punto esencial
El sacerdote, siempre el sa- del cristianismo también
cerdote. Y si esta alma mue- fue enseñado por el patrón
re [por el pecado], ¿quién la de los sacerdotes: «La cruz
resucitará? ¿Quién le devol- es la escalera del Cielo […].
verá la serenidad y la paz? El que no ama esa cruz qui-
De nuevo el sacerdote. […] zá podrá salvarse, pero con
El propio sacerdote no se dificultad: será una peque-
comprenderá a sí mismo sino ña estrella en el firmamen-
en el Cielo… […] ¡Después de to. Aquel que habrá sufrido
Dios, el sacerdote lo es todo!»6 y luchado por su Dios, brillará
Hu como un hermoso sol».9
Al pie de la cruz, con María go
La vida de San Juan María Vian-
G
ra
¿Cómo entender la grandeza de un do
s ney estuvo marcada de arriba abajo
varón a cuyas órdenes Dios desciende por los esplendores de ese sol en plena
del Cielo y las almas muertas resuci- San Juan María Vianney - Basílica dedicada
aurora, es decir, de la cruz en los más
tan? Lo incomprensible encerrado en a él en Ars-sur-Formans (Francia) diversos aspectos, tamaños y pesos:
esos supremos poderes tal vez fuera lo el confesionario, la correspondencia,
que más atraía a la multitud, pues el los desdichados, los importunos, las
P. Vianney nunca trivializó esos mo- El santo vivió como deudas, el mal humor de su vicario,
mentos sagrados entre todos. Todo lo las molestias del demonio, los dolo-
contrario, «estaba convencido de que consecuencia de la alta res físicos, los pinchazos del cilicio,
todo el fervor en la vida de un sacerdo- estima que tenía por la privación de alimento y de sueño, y
te dependía de la misa: “La causa de la también las dudas acerca de su voca-
relajación del sacerdote es que descui- el sacerdocio, hasta el ción de párroco y la conciencia de su
da la misa. Dios mío, ¡qué pena el sa- miseria; todo esto le pesaba a la vez.10
cerdote que celebra como si estuviese punto de identificarse El calvario de este párroco ejem-
haciendo algo ordinario!”».7 plar alcanzó tal extremo que empezó
El cura de Ars vivió como conse-
plenamente con su a ser un misterio hasta para la ciencia.
cuencia de la elevada consideración propio ministerio Incluso fue examinado por médicos,
que tenía por el sacerdocio, hasta el más de diez años antes de su muerte,

 Sumario 18      H e r aldos del E vangelio


que no se explicaban cómo
podía seguir vivo en medio
de una rutina tan agotadora y
repleta de sufrimiento.
Pero como para el cristia-
no la sangre derramada es se-
milla arrojada al campo, ¿qué
cosecha recibió como premio
el arquetipo de párroco?
«¡Ars ya no es Ars!»
Al atisbar su parroquia por
primera vez, San Juan María

Sergio Hollmann
comentó que en aquel mo-
mento había sólo un pequeño
número de personas —no
más de doscientas treinta—,
pero que llegaría el día en Cuerpo incorrupto de San Juan María Vianney - Basílica dedicada a él en Ars-sur-Formans (Francia)
que Ars no podría contener la
cantidad de peregrinos que acudirían to del más exitoso de los párrocos? He
allí. Al final de su vida, esta profecía aquí lo que él mismo responde: «Mi
se cumplió al pie de la letra.
La Señora del Buen secreto es simple: dar todo y no con-
«¡Ars ya no es Ars!»,11 predicaba el Suceso le indica servar nada».13
P. Vianney desde el ambón. Todo ha- Éste es el epílogo de la gran obra
bía cambiado: los fieles, la Iglesia, in- el camino a todo legada por San Juan María Vianney:
cluso la ciudad en su aspecto material. el secreto del éxito apostólico reside
¡Qué inmensa transformación llevó a
sacerdote fiel: imitar en una intensa vida sobrenatural. Los
cabo un sacerdote en uno de los pue- al Cura de Ars, corazones sólo pueden ser abrasados
blos más pequeños de Francia! por el fuego que habita en el sacerdote,
Con Cristo, con la gracia ministe- cuyo secreto residía las almas darán fruto sólo si son fecun-
rial recibida en la ordenación, con una dadas por la sangre de su agricultor, el
profunda y continua devoción a María en dar todo de sí redil tendrá verdes pastos únicamente
Santísima, con una vida santa, un sa- si su pastor sabe regarlo con el rocío
cerdote es capaz de realizar las obras una parroquia, pronto se verán flo- celestial de la gracia.
más extraordinarias, ya sea en la con- recer las buenas costumbres, la fre- He ahí el camino de todo sacerdote
versión de una parroquia, de un país cuencia de sacramentos y la oración fiel. Es el camino señalado por Nues-
entero o incluso de toda una sociedad. mental».12 tra Señora del Buen Suceso: «Los
Y así se entiende cómo «las buenas sacerdotes desde el siglo xx deberán
costumbres y la salvación de los pue-
El secreto de Vianney amar con toda su alma a San Juan Ma-
blos dependen de los buenos pastores. Ahora bien, si el fervor del rebaño ría Vianney». ¿Y qué significa esto
Si hay un buen sacerdote al frente de depende del pastor, ¿cuál era el secre- sino que deberán imitarlo?

1
Pereira, ofm, Manuel Sou- 4
Idem, pp. 47-48. dotal con ocasión del 150 ani- 11
Idem, p. 55.
sa. Vida admirable de la Ma- versario del «dies natalis» del
5
Idem, p. 75. 12
San Alfonso María de Li-
dre Mariana de Jesús Torres Santo Cura de Ars.
gorio, apud Chautard, ocso,
y Berriochoa. Quito: Jesús de
6
Monnin, Alfred. Esprit du 8
San Juan María Vianney. Jean-Baptiste. El alma de todo
la Misericordia, 2008, t. iii, Curé d’Ars. Dans ses catéchis-
Pensamentos escolhidos do apostolado. Sevilla: Apostola-
p. 129. mes, ses homélies et sa conver-
Cura d’Ars. Juiz de Fora: Lar do Mariano, 2000, p. 52.
sation. 6.ª ed. Paris: Ch. Dou-
2
Ghéon, Henri. El Santo Cura Católico, 1937, p. 37.
niol, 1868, pp. 117-120. 13
Nodet, apud Benedicto XVI,
de Ars. Buenos Aires: Difusión, 9
Ghéon, op. cit., pp. 91-92. op. cit.
1986, p. 75.
7
Benedicto XVI. Carta para la
convocación de un año sacer- 10
Cf. Idem, p. 143.
3
Idem, p. 71.

Mayo 2025      19 Sumario 


El sacerdocio,
antes y después de Cristo

Reproducción
Parecería imposible que hubiera mayor sublimidad que la del
sacerdote de la antigua ley: ser el puente entre lo finito y el Infinito,
entre el tiempo y el Eterno, entre lo miserable y la Misericordia. Pero
las manifestaciones de la dadivosidad divina siempre se superan…

õ João Pedro Serafim Freitas Pereira

U
na de las escenas más con- Eterno: el Señor mismo sería su here- iluminada por esta palabra de oro:
trastantes de la Biblia se dad (cf. Núm 18, 20). sacerdote. Sin embargo, para com-
convirtió en el telón de fondo De la intransigencia frente a la co- prender lo que se entendía por tal ofi-
de la institución del sacerdocio. Por un rrupción, se originaba el «clero» del cio, debemos volcarnos en su sentido
lado, Moisés, que había convivido con Señor. De hecho, esta palabra proce- profundo en los idiomas del Antiguo
Dios durante cuarenta días en el Sinaí, dente del griego —κλῆρος: kléros— Testamento, del Nuevo Testamento y
recibía las tablas de la ley; por otro, el significa herencia.1 Se trata de la parte de la Iglesia.
pueblo hebreo prevaricaba postrán- del pueblo que sólo tiene al Señor por En la Biblia hebrea, el término ko-
dose ante un becerro de oro. Al bajar heredad. Sólo…, como si este término hen es el que lo designa. Su etimología
de su retiro en el monte, el hombre pudiera preceder al nombre de aquel puede conducir a dos significados que,
de Dios constató la enorme infideli- que lo es todo. en parte, describen al levita: si nos re-
dad de los descendientes de Abrahán montamos al verbo kánu, encontramos
y, tomado de celo, decidió intervenir.
Las etimologías de «sacerdote» el sentido de inclinarse, prestar home-
«Se plantó a la puerta del campamen- Desde ese momento en adelante, la naje; si vamos a la raíz triliteral kwn,
to y exclamó: “¡A mí los del Señor!”» Sagrada Escritura estará aquí y allá el de estar de pie, pues solamente al
(Éx 32, 26). Los hijos de Leví se aglo- sacerdote se le otorga comparecer de
meraron a su alrededor para reparar la pie ante Yahvé.2
honra de Dios ultrajada. En el antiguo Israel, A su vez, la versión de los Setenta
El Señor de los ejércitos, que pro- —la primera traducción griega de la
tege a los que lo defienden y exalta a Dios eligió y consagró Biblia—, adoptó, para la traducción de
los que lo vengan, no dejaría de recom-
pensar tal fidelidad. En función de la
a los levitas para kohen, el término hiereus, que contie-
ne la idea de sagrado, de lo que per-
obediencia de los levitas, los eligió y que le sirvieran en tenece a Dios y no a los hombres. «El
consagró (cf. Núm 3, 12) para servirle hiereus es el que tiene la función de
en el Tabernáculo como mediadores el Tabernáculo y cumplir las ceremonias sagradas y es-
suyos ante el pueblo. Por eso, en el re- pecialmente el sacrificio considerado
parto de la tierra prometida no recibi-
fueran mediadores como un servicio público».3
rían ninguna porción entre sus herma- suyos ante el pueblo Ya en la lengua de la Iglesia, el la-
nos, ya que afortunadamente tenían al tín, se utiliza la palabra sacerdos, que

 Sumario 20      H e r aldos del E vangelio


evoca de nuevo el sentido de cosa sa- víctimas y cuando hace humear el in- sentante de Dios cerca de los hombres
grada. El verbo que entra en su com- cienso, presenta a Dios las oraciones en las dos primeras funciones, repre-
posición significa propiamente colo- y las peticiones de los fieles. Repre- sentante de los hombres cerca de Dios
car sobre cimientos o fundar; así pues, en la tercera, es en todo caso un inter-
el sacerdos tiene la misión de cumplir mediario».7
lo que es sagrado, confiriéndole una
base justa.4
Sublimación de lo sublime
Parecería imposible que hubiera
Consagrados y sagrados mayor sublimidad que la del sacer-
El sacerdocio en cuanto instituido dote de la antigua ley: ser el puente
por un mandato divino comenzó en la entre lo finito y el Infinito, entre el
persona de Aarón, hermano de Moisés, tiempo y el Eterno, entre el misera-
de la tribu de Leví. Hasta entonces, al ble y la Misericordia. No obstante,
parecer, las funciones llamadas sacer- Dios le reservaba a la humanidad un
dotales eran realizadas por los jefes de sacerdocio aún más elevado. Nuestro
cada familia, sin que hubiera una clase Señor Jesucristo vino a la tierra y de-
social específica dedicada a ellas.5 En claró abolido el antiguo régimen para
el libro del Éxodo leemos la expresa establecer uno nuevo (cf. Heb 10, 9).
orden del Señor a Moisés de consagrar El nuevo sacerdote también estaría en
una casta sacerdotal: «Haz que, de un pináculo más elevado.
entre los hijos de Israel, se acerque tu «Imagínate —exhorta San Juan
hermano Aarón y sus hijos […], para Crisóstomo—, que tienes ante los
que sean mis sacerdotes» (28, 1). ojos al profeta Elías; mira la ingente
Esta consagración conferida a Aa- muchedumbre que lo rodea, las víc-
rón y a su descendencia les otorgaba un timas sobre las piedras, la quietud y
Benjism89 (CC by-sa 4.0)

estado de santidad que los capacitaba a silencio absoluto de todos y sólo el


acercarse a Dios durante el culto. Has- profeta que ora; y, de pronto, el fuego
ta tal punto que, en el mundo hebreo, a que baja del cielo sobre el sacrificio.
los sacerdotes se les denominaba «san- Todo esto es admirable y nos llena de
tificados», personas que ya no pertene- estupor.
cían a lo profano sino a lo sagrado. El »Trasládate ahora de ahí y contem-
propio sumo sacerdote, según prescri- pla lo que entre nosotros se cumple y
bía la ley (cf. Éx 28, 36), debía llevar verás no sólo cosas maravillosas, sino
una placa de oro en la que estaba gra- algo que sobrepasa toda admiración.
bado: «Santificado para Yahvé». Aquí está en pie el sacerdote, no para
De este modo, en el antiguo Israel el hacer bajar fuego del cielo, sino para
Aarón - Iglesia de San Nicolás, Nérac
sacerdote era elegido primordialmente (Francia). En la página anterior, «Aarón en que descienda el Espíritu Santo, y
para el servicio del santuario, que con- el Tabernáculo», de Gérard Jollain prolonga largo rato su oración no para
sistía en ofrecer las víctimas sobre el que una llama desprendida de lo alto
altar, transmitir al pueblo los oráculos consuma las víctimas, sino para que
divinos, darle instrucción, enseñarle El sacerdote levita era descienda la gracia sobre el sacrificio
los preceptos de la ley.6 y, abrasando las almas de todos los
Raíz y fin de todos estos deberes, llamado «santificado», asistentes, las deje más brillantes que
la función principal del levita era ser porque pertenecía a lo plata acrisolada. […]
un mediador entre Dios y el pueblo: »Pues quien atentamente considere
«Cuando el sacerdote transmite un sagrado; sin embargo, qué cosa sea estar un hombre envuel-
oráculo, comunica una respuesta de to aún de carne y sangre y poder, no
Dios; cuando da una instrucción […] Dios les reservaba obstante, llegarse tan cerca de aquella
y más tarde cuando explica la ley, […] bienaventurada y purísima naturale-
transmite e interpreta una enseñan-
a los hombres un za; ese podrá comprender bien que
za que viene de Dios; cuando lleva sacerdocio más elevado tan grande sea el honor que la gracia
al altar la sangre y las carnes de las del Espíritu otorgó a los sacerdotes».8

Mayo 2025      21 Sumario 


¿Dónde está la fuente de esa exce- y encumbrado sobre el cielo. […] En los suyos […], los amó hasta el ex-
lencia de los nuevos levitas? En el Sa- efecto, la ley hace sumos sacerdotes tremo» (Jn 13, 1). Y para demostrar
cerdote eterno, que es al mismo tiem- a hombres llenos de debilidades. En su bienquerencia, instituyó en el
po la Víctima inmaculada y el Altar cambio, la palabra del juramento, ocaso de su vida dos grandes sacra-
del sacrificio, nuestro Señor y Salva- posterior a la ley, consagra al Hijo, mentos: la eucaristía, entregándose
dor, Jesucristo. perfecto para siempre (Heb 7, 26.28). en la cena —«Esto es mi cuerpo»
Palabras tan augustas sobre reali- (Lc 22, 19a)—; y el orden, conce-
Cristo Sacerdote y el dades tan superiores nos dejan mudos diendo a los Apóstoles el poder de
sacerdote de Cristo de admiración. Sin embargo, Santo prolongar la presencia sacramental
«Tal convenía que fuese nuestro Tomás de Aquino desafía el silencio del Maestro y sus actos sacerdota-
sumo sacerdote: santo, inocente, sin del estupor y canta las verdaderas les hasta el fin del mundo —«Haced
mancha, separado de los pecadores maravillas sobre el carácter fontal del esto en memoria mía» (Lc 22, 19b).
sacerdocio de Cristo, cuando comen- Desvelando esta grandeza, el cate-
ta la citada epístola a los hebreos. cismo afirma que «en el servicio ecle-
El Doctor Angélico9 explica que sial del ministro ordenado es Cristo
Jesús, en lo que concierne a la santi- mismo quien está presente a su Iglesia
dad, compendió perfectamente todas como Cabeza de su cuerpo, Pastor de
las condiciones exigidas al sacerdote: su rebaño, Sumo Sacerdote del sacri-
fue consagrado a Dios desde el prin- ficio redentor».10
cipio de su concepción; permaneció
sumamente inocente, ya que no co-
Santidad: ¡una exigencia!
metió pecado; se mantuvo sin man- Esta sublime doctrina revela, es
cha, aspecto bien simbolizado por el verdad, la altísima dignidad con la
cordero sin defecto de la antigua ley que Dios, nuestro Señor, ha colmado
(cf. Éx 12, 5); quedó separado de los a los sacerdotes. Pero al mismo tiem-
pecadores, pues, aunque había vivi- po, evidencia la inmensa responsa-
do entre ellos, nunca anduvo por los bilidad que los ministros ordenados
mismos caminos (cf. Sab 2, 15); por llevan sobre sus hombros.
último, «está sentado a la derecha de «Daos cuenta de lo que hacéis —
la Majestad en las alturas» (Heb 1, 3), clama la Santa Iglesia al sacerdote—
elevando consigo la naturaleza huma- e imitad lo que conmemoráis, de tal
na. Es, en suma, la fuente de todo sa- manera que, al celebrar el misterio
cerdocio, su cima, su finalidad. de la muerte y resurrección del Se-
De su sacerdocio quiso hacer ñor, os esforcéis por hacer morir en
partícipes a algunos elegidos. En vosotros el mal y procuréis caminar
efecto, «sabiendo Jesús que había en una vida nueva».11
llegado su hora de pasar de este Vivir una vida nueva. No se trata
mundo al Padre, habiendo amado a de una petición, sino de una exigen-
cia, una obligación de quien tiene las
manos ungidas para el ministerio. Es
«Tal convenía que fuese una imposición de su excelsa posi-
Eric Salas

ción de intermediario y la condición


nuestro sumo sacerdote: para que germinen sus labores: «La
santo, inocente, santidad de los presbíteros contribu-
ye poderosamente al cumplimiento
sin mancha, separado fructuoso del propio ministerio. […]
Dios prefiere, por ley ordinaria, ma-
de los pecadores nifestar sus maravillas por medio de
quienes, hechos más dóciles al impul-
y encumbrado so y guía del Espíritu Santo, por su
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús -
Basílica de Nuestra Señora de la sobre el cielo» íntima unión con Cristo y su santidad
Concepción, Madrid de vida, pueden decir con el apóstol:

 Sumario
“Ya no vivo yo, es Cristo quien vive La prefigura da paso a
en mí” (Gál 2, 20)».12 su realización
Al consagrar el cuerpo sacra- Largo ha sido el camino re-
mental del Señor, el sacerdote corrido en este artículo: desde
adquiere también un poder Moisés hasta nuestros días,
directo sobre el Cuerpo casi treinta y cinco siglos.
Místico de Cristo. Es su Pero la ventaja de hacer en
deber instruir, santificar y un corto espacio de tiem-
gobernar a los miembros po un gran viaje es la de
de la Iglesia. Tales obli- abarcar de un solo vista-
gaciones llevan consigo zo el inmenso desarrollo
que tienda siempre hacia histórico de la gracia sa-
la perfección espiritual, cerdotal.
hacia el extremo de la El pueblo elegido de la
unión con el Señor, hacia antigua alianza acudía a
la cumbre del Calvario. los levitas para que presen-
Dios, sin embargo, se taran a Yahvé sacrificios de
convierte en el omnipotente expiación por sus pecados.
Cireneo de sus ministros y dis- En el Nuevo y Eterno Testa-
pone de las gracias más excelen- Lean mento, no obstante, el ministro
dr
tes para auxiliarlos. La gracia santi- o
So ordenado tiene el poder de renovar
uz
ficante, por ejemplo, que el sacramen- a cada día el sumo, perfectísimo y prefi-
to del orden aumenta ex opere operato gurado sacrificio de la cruz.
en el presbítero, «es como el último to- Celebración de la santa misa en la casa En la sinagoga, los israelitas busca-
que que asemeja el alma a Cristo».13 La Lumen Prophetæ - Franco da Rocha (Brasil) ban a los hijos de Leví para escuchar
gracia sacramental, además, «implica los oráculos divinos. En la Iglesia, los
un aumento de todas aquellas virtudes sacerdotes de Cristo, con una palabra,
y aquellos dones que podríamos llamar Los sacerdotes de la obran los mayores milagros: resuci-
profesionales: los dones de la piedad tan, por medio del sacramento de la
y la virtud de la religión, para ofrecer nueva ley actúan reconciliación, a las almas muertas
dignamente el sacrificio; el don de la en la persona del por el pecado; transubstancian el pan
sabiduría, para instruir; la virtud de la y el vino en el Cuerpo, Sangre, Alma y
prudencia, para gobernar».14 Señor: no están Divinidad del Salvador.
Si es cierto, en este sentido, que la Los sacerdotes de la antigua ley
existencia del sacerdote fiel se ase- ante el Altísimo, comparecían de pie ante el Señor. Los
meja a un crisol continuo de santidad, pontífices de la nueva ley actúan in per-
también es verdad que con ello se
es el Altísimo quien sona Christi, en la divina persona del
hace digno de ser «ciborio vivo de la está en ellos Señor mismo. No están ante el Altísi-
divinidad».15 mo, es el Altísimo quien está en ellos.

1
Cf. Danker, Frederick Wi- 4
Cf. Idem, ibidem. n.os 4-5. In: Obras. Madrid: ros. Madrid: Libros Litúrgicos,
lliam. A Greek-English Lexi- BAC, 2011, t. iii, pp. 646-647. 2012, [s.p.].
con of the New Testament and
5
Cf. Colunga, op, Alberto;
Other Early Christian Literatu- García Cordero, op, Maximi- 9
Cf. Santo Tomás de Aqui- 12
Concilio Vaticano II.
re. 3.ª ed. Chicago: University liano. Biblia comentada. Pen- no. «Commento alla Lettera Presbyterorum ordinis, n.º 12.
of Chicago, 2000, p. 548. tateuco. Madrid: BAC, 1960, agli Ebrei», c. vii. In: Commen- 13
Cf. Piolanti, Antonio, apud
Cf. De Vaux, Roland. Institu- t. i, p. 663. to al Corpus Paulinum. Bolog-
2
Bartmann, Bernardo. Teologia
na: Studio Domenicano, 2008,
ciones del Antiguo Testamento. 6
Cf. De Vaux, op. cit., Dogmática. São Paulo: Pauli-
2.ª ed. Barcelona: Herder, 1976, t. vi, pp. 375-377.
pp. 453; 458. nas, 1964, t. iii, p. 381.
pp. 449-450. 10
CCE 1548.
7
Idem, p. 462. 14
Idem, ibidem.
3
Auneau, Joseph. El sacerdocio 11
Pontifical Romano. Rito
8
San Juan Crisóstomo. «Tra- 15
Idem, ibidem.
en la Biblia. Estella: Verbo Di- de la ordenación de presbíte-
tado sobre el sacerdocio». L. 3,
vino, 1990, p. 10.

Mayo 2025      23 Sumario 


u Un profeta para nuestros días U

Entre la vulnerabilidad humana


y la fuerza divina
Así como la luz de la llama corusca en la vela, así la
gracia divina se posa en las almas escogidas de los
sacerdotes, a pesar de la defectibilidad humana.
õ Plinio Corrêa de Oliveira

C uando todavía era un chiquillo


me daba cuenta, tal vez por dis-
cernimiento de los espíritus, de
algo muy elevado, muy hermoso, pero
bre más clerical del mundo y eso me
alegraba. Así, a fuerza de convivir con
sacerdotes, llegué a percibir que había
en ellos, en el buen sentido de la palabra,
ral de la palabra, mejor de lo que suelen
hacer el común de las personas.
Aspectos humanos reprobables
no sabía cómo expresarlo con pala- una especie de doble personalidad. Había, por ejemplo, un sacerdote
bras. Sólo más tarde, una vez que mi Una era el individuo humano; podía con el que, por necesidad de aposto-
espíritu había progresado, esa expli- ser un buen hombre, honesto, pero un lado, hice algunos viajes en coche a
citud tomó cuerpo. Notaba que había hombre como los demás. Luego exis- Río de Janeiro. Observaba en él ciertos
una distinción entre la Iglesia y sus tía otro elemento, vinculado a él como aspectos humanos que podían ser me-
miembros. ¿Por qué? la llama a la vela. Una no se confunde jores y otros, inmejorables. Se trata de
con la otra: la llama vive de la vela, y dos principios distintos que actuaban
Una como que doble personalidad la vela vive para la llama; sin embargo, en el sacerdote.
Sumamente respetuoso con el clero, una cosa es la llama y otra, la vela. En aquella época, los clérigos usa-
me decía a mí mismo que yo era el hom- Ese elemento, ese principio, esa ban un sombrero propio, totalmente
fuerza superior al clérigo como hombre redondo, generalmente de fieltro ne-
moldeaba sus actitudes, pensamientos gro y con ala también redonda. Nin-
y reflexiones, llevándolo a hacer todas gún sacerdote se atrevía a salir a la
Luis Varela

las cosas muy bien, en la acepción mo- calle sin sombrero, y nunca lo hacía
llevando un sombrero civil.
Cuando salimos de São Paulo y
Hay en el sacerdote empezamos a entrar en los suburbios,
de repente veo que saca de una cajita
una especie de doble una gorra, de esas de mecánico nortea-
personalidad: el mericano, una especie de gorro blan-
dengue de fieltro verde oscuro, y se lo
individuo humano y pone en la cabeza. Le pasó el sombrero
al chofer —que ya sabía dónde guar-
un elemento superior, darlo, lo cual significaba esconder-
lo—, mostrando una tendencia a di-
vinculado a él como simular el hecho de que era sacerdote.
la llama a la vela Me pareció inexplicable que un ecle-
siástico, considerado uno de los más

 Sumario 24      H e r aldos del E vangelio


respetables de São Paulo, manifestara
cierto deseo de no ser sacerdote. Estaría
tentado a dejar de serlo si pudiera. Esto
me causó una mala impresión.
En el primer viaje a Río de Janeiro
que hice con ese clérigo y otro congre-
gante mariano de la iglesia de Santa
Cecilia, nos avisó que tenía una reu-
nión agendada en un restaurante con

Leandro Souza
un sacerdote de otro estado de Brasil
y que podíamos asistir a la conversa-
ción. Nos presentó, nos saludamos y
nos sentamos. En seguida vino el ca-
marero, tomó los pedidos y se fue. En-
tonces el sacerdote le dijo:
—Fulano, oye, ¿te has enterado de
la última?
Y él le respondió muy interesado:
—No. ¿De qué se trata?
—Don Mengano de Tal —un obis-
po— le envió un mensaje a D. Zutano Ordenación sacerdotal en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, Caieiras (Brasil)
para decirle que no está de acuerdo
con D. Perengano… gos más jóvenes, y él era un hombre de
¡Un auténtico politiqueo!... No ha- más de 50 años—, lo saludaba amable-
bía quien lo siguiera. Sin embargo, él
Pese a los defectos de mente, le decía su nombre, le pregun-
estaba atentísimo. Me di cuenta de lo su propia naturaleza, taba cómo se llamaba. Todo ello hecho
mucho que ese sacerdote conocía todo con tanto respeto, gentileza y delicade-
ese politiqueo y lo devoraba con inte- el sacerdote brilla za que se percibía su consideración por
rés. Ése era el motivo del encuentro: el el sacerdocio.
otro sacerdote tenía más información,
de un modo especial
Dualidad de principios
así que iba a transmitírsela. cuando resplandece
El asunto duró desde el principio Se trataba de dos elementos dife-
hasta el final de la comida, sin que pu- la luz divina rentes, uno de los cuales provenía de
diéramos decir ni una palabra. Es com- cierto principio ajeno a su psicología.
prensible que al formar parte de la mesa que lo habita Si no fuera por una gracia, no actuaría
lo natural hubiera sido que nos pregun- así. Era como una lámpara que se en-
tara: «¿Qué estás estudiando? ¿Qué cur- En el comedor del hotel solían ha- ciende: una cosa es la lámpara apagada
so estás haciendo? ¿Cuántos años llevas ber grupos de personas con un sacer- y otra cuando está encendida.
como congregante mariano?». Pregun- dote. Normalmente se trataba de una Existía, pues, un principio, como
tas hechas con el objetivo de introducir boda realizada por la mañana o por la una bombilla que se encendía o se apa-
a una persona en la conversación. Nada. tarde, y el celebrante había sido invi- gaba, como una luz que lo habitaba,
Terminó la comida, nos levanta- tado a participar en la fiesta. Entonces pero que no era él, la cual le daba un
mos. ¡Qué alivio! comparecería presidiendo la mesa. Es- resplandor personal mucho mayor de
tas celebraciones eran una especie de lo habitual.
Consideración por la banquetes y tardaban mucho en termi- Una vez detuve el automóvil fren-
dignidad sacerdotal nar. Nuestra comida era sumaria y, por te a la casa de ese sacerdote, en cuyo
En sentido opuesto, durante el ca- tanto, la mayoría de las veces terminá- piso superior se encontraba el dormi-
mino tuvimos que entrar en otro ho- bamos antes. torio, el cual daba acceso al jardín y a
tel para comer, porque la carretera de Él, con toda reverencia, hacía la se- la calle. Había una celosía en lugar de
São Paulo-Río de Janeiro estaba muy ñal de la cruz y rezaba para concluir persiana, para que entrara el aire, de
mal en aquella época y el viaje duraba la comida, después iba a la mesa del modo que era posible ver el interior de
mucho tiempo. otro sacerdote —a menudo eran cléri- la habitación. Estaba vestido de sota-

Mayo 2025      25 Sumario 


na, muy correcto, preparando la cama En otras palabras, ese principio es sabía decir que era Dios, la gracia; no
para dormir. Dios, es la gracia divina dada a las al- tenía suficiente instrucción religiosa
Sin embargo, por la manera como mas, la cual influye, actúa y obra ma- para eso.
ponía orden, la «lámpara» se apaga- ravillas. En consecuencia, tuve un amor,
ba… Se paraba, meditaba cuál sería la Luego, amar ese principio era como a bien decir, total por la Iglesia Ca-
mejor posición para la manta, para la amar a una súper persona, que no era tólica, porque la conclusión a la que
almohada. Había mil y una pequeñas ninguno de aquellos sacerdotes. No llegué inmediatamente después era
comodidades que lo preocupaban mu- evidente: sólo la Iglesia tiene valor,
cho, y él mismo decidía cómo arreglar donde entra la savia de la Iglesia se
la cama, para meterse luego en ella, produce todo lo más excelente, más
como quien resuelve una ecuación de magnífico, más bello, justo, razo-
álgebra. nable; donde no entra, acaba sa-
Por otra parte, en esta actitud liendo la peor inmundicia.
se veía una inocencia de alma, Así pues, la solución para
la ausencia de pensamientos todo en el mundo es que ese
inconvenientes. Era un sa- elemento, esa alma de la
cerdote. Iglesia esté presente y que
Esto me llevaba a perci- se le facilite su acción de
bir una dualidad de princi- todas las maneras posi-
pios existentes en el mis- bles.
mo eclesiástico.
Anhelando la victoria
Amor total a la de la gracia
Santa Iglesia No notaba —porque
En consecuencia, sur- aplicaba tales racioci-
gió en mi mente una es- nios a los sacerdotes y
pecie de raciocinio que no a las monjas, y no a los
explicité enseguida, pero laicos— que el principio
que funcionó como si lo hu- por el cual percibía eso era
biera explicitado. el mismo que había en el sa-
Considerando al sacerdote cerdote y en todos los fieles.
A, B, C o X, veo que todos tie- Era la gracia, el divino Espí-
nen ese mismo principio actuan- ritu Santo que actuaba sobre la
do en ellos y haciendo que sus cua- Arch Iglesia, su templo, sobre mí y so-
iv
lidades estén siempre orientadas en la o Re bre aquellos imbuidos del impulso
vis
misma dirección, de modo que cuando ta católico, del instinto católico.
obedecen a esto surge una verdadera Sin embargo, reflexionaba sobre el
maravilla. No obstante, existen otros El Dr. Plinio en 1990 objetivo hacia el cual me encaminaba
puntos en los que se relajan, no obede- totalmente y mi único anhelo era la
cen, no hacen las cosas correctamente victoria de ese principio sobre todas
y dan lugar a algo insignificante. Amar ese principio las cosas malas que existen en el mun-
Por lo tanto, hay una dualidad. do. El resto no me interesaba.
Pero no es suficiente tal conclusión. es como amar a La Iglesia Católica enseña que la
Después de haber examinado y visto una súper persona: gracia de Dios es un don, una partici-
la presencia de esta dualidad, debo pación creada en su vida increada y,
reconocer que el principio existente la Santa Iglesia por tanto, vivimos de la vida de nues-
en cada uno de ellos es el mismo que tro Creador. Es ese impulso el que nos
actúa en los otros, distinto y superior a Católica, cuya savia lleva hacia eso.
su persona, una verdadera maravilla,
y que es el alma de la Iglesia Católica.
produce todo lo más
De ahí la admiración sin nombre ni lí- excelente y bello Fragmento de: Conferencia.
mite para con la Santa Iglesia. São Paulo, 31/12/1994.

 Sumario 26      H e r aldos del E vangelio


El sacrificio indispensable

N o cualquier persona puede desempeñar el


duro oficio de pescador de perlas. Las com-
plexiones fuertes son capaces de soportar la
apostolado, cuando podría utilizarse en perseguir el
dinero. Es el sacrificio de actitudes que se adoptan
para salvar almas, a costa de la reputación social, de
presión del agua y las agresiones de los pulpos, para las relaciones familiares o amistosas más queridas,
descender al fondo del océano y recoger allí la perla de las simpatías más preciadas.
blanquísima que buscan. Pero los organismos débiles Pero, sobre todo, ese sacrificio es el del alma que
se sienten asfixiados en cuanto se adentran un poco se purifica por la práctica de la virtud, que se inmo-
más en las verdes aguas del océano, y se ven forzados a la en el sufrimiento interior, que sube espontánea-
retroceder con las manos vacías, para respirar la brisa mente al altar de las pruebas espirituales más dolo-
amena y regresar a la presión tenue lejos de las cuales rosas, con aquella magnánima resolución con que
son incapaces de vivir. los primeros cristianos caminaban hacia el martirio.
Es lo que ocurre, también, en el mundo espiritual. Porque el mundo actual ha sido perdido por el pe-
Hay ciertas almas capaces de descender a las profun- cado, y sólo puede ser rescatado por la virtud. Pues
didades de los más serios pensamientos, adonde van de nada vale la más útil de las obras de apostolado a
a buscar la perla inestimable de la verdad. Otras, sin los ojos de Dios cuando el apóstol lleva en su alma
embargo, se sienten asfixiadas en cuanto las ideas se ese mismo espíritu del mundo, que combate con sus
vuelven un poco más densas, y retroceden inmedia- acciones.
tamente, con las manos vacías, a esa banalidad estéril
que es el único ambiente que logran soportar.
El sacerdocio, la vocación por
excelencia para el sacrificio
Sacrificio del alma que se purifica Esto es precisamente lo que el mundo no quiere
por la práctica de la virtud entender, y a esta incomprensión atribuyo el pequeño
El gran sentido de la vocación de esta generación número de vocaciones entre nosotros.
que actualmente ha alcanzado la juventud es el sa- La vocación sacerdotal es, por excelencia, la vo-
crificio. cación al sacrificio. En primer lugar, es toda la ambi-
O esta generación afronta la dureza de su vocación ción humana lo que se sacrifica, mediante la humil-
con la generosidad del martirio, o bien será inevita- dad voluntariamente abrazada, y que es inseparable
blemente devorada por las tormentas que las gene- del estado sacerdotal.
raciones anteriores han acumulado con sus errores, En segundo lugar, la santidad es lo que se tiene
y que están a punto de precipitarse sobre el mundo en cuenta. Y quien dice santidad, dice el sacrificio
contemporáneo. completo de toda la felicidad que el mundo puede dar,
Pero el sacrificio requerido no es el de sangre. No a través de su sistemática adulación de los sentidos,
es la muerte lo que la gracia le impone al joven de a través de su loca exaltación de la concupiscencia y
hoy como peligro supremo que debe afrontar, sino del orgullo de la vida.
su vida misma. Ya no es tiempo de que los creyentes Y en tercer lugar, el sacrificio supremo, en el que
atestigüen su fe mediante el testimonio sangriento el sacerdote ya no inmola a la justicia de Dios sólo
del martirio. Lo que la Iglesia les pide hoy a sus fieles su propia persona, sino al propio Hijo de Dios, hecho
es el testimonio de una vida ejemplar y el sacrificio hombre para rescatar los pecados del mundo.
generoso de toda nuestra personalidad a la gran causa
por la que es menester luchar. Extraído de: O Legionário.
Ese sacrificio es el sacrificio de los bienes tempo- São Paulo. Año ix. N.º 173.
rales. Es el sacrificio del tiempo que se emplea en el (9 jun, 1935); p. 5.

Mayo 2025      27 Sumario 


u Enseñanzas bíblicas U

La purificación del altar por Judas Macabeo

En función del altar

En tiempos especialmente revueltos, algunos fueron capaces


de desafiar a la muerte para defender el Templo y purificar el
altar. Y nosotros, teniendo siempre a nuestra disposición en las
iglesias al Santísimo Sacramento… ¿cómo actuamos?
õ P. Alex Barbosa de Brito, EP

E n su primera epístola, San


Juan afirma que «tres son los
que dan testimonio: el Espíri-
tu, el agua y la sangre» (5, 7-8). Y cada
Jesucristo y a la religión —aunque no
llegue a morir realmente— es necesa-
ria una gracia muy particular.
Sin embargo, un alma que no viva
de los holocaustos. El episodio, na-
rrado en el primer libro, tiene lugar
aproximadamente 175 años antes de

uno de ellos corresponde a una de las siempre en función de Dios y de la


tres maneras de entrar en el Cielo: por Iglesia, difícilmente, en el momento La persecución
el bautismo de deseo, fruto del Espí- de la amenaza, logrará responder a una
ritu Santo; por el bautismo de sangre, gracia tan insigne. Una ojeada a las pá- desatada por Antíoco,
que es el martirio; y por el modo ordi- ginas de la Sagrada Escritura nos ser- que llegó a profanar
nario, el bautismo de agua. virá de guía para meditar esta verdad.
De esos tres testimonios, el de la
Tiranía de Antíoco Epífanes
el Templo, llevó
sangre ocupa un lugar especial, pues
para que alguien venza su propio ins- Entre las innumerables hazañas a los Macabeos
tinto de conservación y desafíe a la contenidas en los dos libros de los Ma-
muerte por amor de Nuestro Señor cabeos, quizá ninguna nos cause tanta
a sublevarse
admiración como la purificación del contra el tirano
Templo y la reconstrucción del altar
CNG (CC by-sa 2.5)

Archivo Revista

Efigie de Antíoco IV Epífanes;


a la derecha, Judas Macabeo
comanda el ejército de Israel -
Grabado de Gustave Doré (editado)

 Sumario 28      H e r aldos del E vangelio


la venida de Nuestro Señor Modín, una ciudad situada a
Jesucristo al mundo. unos cuarenta kilómetros al
Sucedió que, muchos años noroeste de Jerusalén. Los
después de la muerte de Ale- emisarios del rey llegaron
jandro Magno, el rey Antío- allí con órdenes de obligar a
co IV Epífanes, apodado por los habitantes de la región a
el autor sagrado como «vás- sacrificar a los ídolos.
tago perverso» (1 Mac 1, 10), La insurrección de Ma-
invadió y conquistó Jerusa- tatías —quien, «enardecido
lén, acarreándole al pueblo de celo» y «dejándose llevar
hebreo, depositario de las por una justa indignación»
promesas divinas, días de (1 Mac 2, 24), mató con sus
gran persecución. Ahora propias manos tanto al emi-
bien, según las Escrituras, tal sario real como al primer
calamidad fue también con- judío de aquel lugar que qui-
secuencia de la infidelidad de so apostatar de la verdadera
los propios judíos, algunos religión— forma parte de las
de los cuales habían seduci- páginas que todo católico de-
do a sus correligionarios a bería leer en las Escrituras y
que adoptaran costumbres es el hito con el que comien-
paganas, alejándose de los za la lucha de los Macabeos
preceptos de la ley. en busca de la liberación de
Sería demasiado largo ex- su pueblo.
Archivo Revista

poner en este artículo todas Desterrados de sus aldeas,


las abominaciones come- refugiados en desiertos, orga-
tidas entonces. Baste decir nizados en bandos o incluso
que, como castigo, el Señor en ejércitos, la epopeya de
entregó en manos del mal- Matatías imparte justicia contra un judío apóstata - los hermanos Macabeos y
vado Antíoco el mayor orgu- Grabado de Gustave Doré (editado) su resistencia armada contra
llo de los judíos, signo de la la persecución de los impíos
alianza que Él mantenía con su pueblo: se vio coronada por el éxito. Respecto
el Templo de Jerusalén. Aquel puñado de a Judas, que asumió el mando de las
El tirano «entró con arrogancia en tropas de Israel después de la muerte de
el santuario, robó el altar de oro, el almas fieles venció Matatías, las Escrituras dicen:
candelabro y todos sus accesorios, la «Fue un león con sus hazañas, un
mesa de los panes presentados, las co- tanto a los enemigos cachorro que ruge por la presa. Ras-
pas para la libación, las fuentes y los treó y persiguió a los apóstatas, quemó
incensarios de oro, la cortina y las co-
internos como a los a los agitadores del pueblo. Por miedo
ronas. Y arrancó todo el decorado de peligros externos, a Judas, los apóstatas se acobardaron,
oro de la fachada del templo; se incau- los malhechores quedaron consterna-
tó también de la plata y el oro, la vajilla y reconquistó la dos; y por él se consiguió la liberación.
de valor y los tesoros escondidos que Hizo sufrir a muchos reyes, alegró a
encontró, y se lo llevó todo a su tierra, Ciudad Santa Jacob con sus hazañas, su recuerdo
después de verter mucha sangre y de será siempre bendito» (1 Mac 3, 4-7).
proferir fanfarronadas increíbles. Un nos, siendo la muerte el castigo por la Poco a poco, aquel puñado de almas
lamento por Israel se oyó en todo el desobediencia. Muchos cedieron, pero fieles venció tanto a los enemigos in-
país» (1 Mac 1, 21-25). algunos resistieron. Y aquí es donde en- ternos como a los peligros externos, y
Sin embargo, la persecución no se tran en escena Matatías y sus hijos. reconquistó Jerusalén, la Ciudad Santa.
detuvo ahí. Al igual que los otros pue-
blos sometidos al dominio de Antío-
La insurrección de las almas fieles Victoria y purificación del Templo
co, los judíos debían, por decreto real, Matatías era un sacerdote respeta- Tras la victoria definitiva sobre los
adoptar la religión idólatra de los paga- do de la familia de Joarib y residía en paganos, el texto sagrado dice que Ju-

Mayo 2025      29 Sumario 


¿Somos como Judas
Macabeo y los
Göteborgs Konstmuseum / Hossein Sehatlou (CC by 4.0)

suyos, que vivían


en torno al altar,
o como los que, por
egoísmo, profanaron
el Templo?

bandidos» (Mt 21, 13). Y a continua-


ción viene la escena de la expulsión,
tan conocida por todos.
Comparando esta escena evangéli-
«Jesús expulsa a los mercaderes del Templo», de Augusto Jernberg - ca con la narrada en el primer Libro de
Museo de Arte de Gotemburgo (Suecia)
los Macabeos, podríamos preguntar-
das y sus hermanos subieron al monte victoria, sino el ocuparse del Templo nos cuál de ellas tiene mayor similitud
Sion y allí «vieron el santuario desola- que había sido profanado. ¿Y eso por con nuestra realidad personal.
do, el altar profanado, las puertas que- qué? Porque sus vidas giraban en tor- Hoy, ¿cuántos lugares de culto a
madas, la maleza crecida en los atrios no a aquello que era el símbolo de su Dios tenemos a nuestra disposición?
como en un bosque o en un monte unión con Dios: el altar. ¿Con qué facilidad podemos entrar
cualquiera, y las dependencias derrui- Y hay aquí una valiosa lección en una iglesia para rezar? ¿Con qué
das» (1 Mac 4, 38). para nosotros. Antes habíamos hecho prodigalidad cumple el Salvador su
Profundamente consternados, se mención al testimonio de sangre, una promesa de estar con nosotros todos
dispusieron a purificar el Templo y a gracia insigne. Pues bien, la mejor los días hasta el final de los tiempos
volver a consagrarlo, eligiendo para ello manera de ser fieles en el momento (cf. Mt 28, 20), encerrándose paciente-
a «sacerdotes irreprochables, observan- en que ese testimonio se vuelva nece- mente en miles de sagrarios a lo lar-
tes de la ley» (1 Mac 4, 42). Reformaron sario —como hicieron los hermanos go y ancho de la tierra? Sin embargo,
todo el santuario, proporcionaron los Macabeos— es vivir ahora y en todo ¿cómo nos comportamos al respecto?
vasos sagrados y mobiliario para el cul- momento en función del altar. ¿Como Judas Macabeo y los suyos,
to, construyeron un nuevo altar de los que vivían al servicio del altar, o como
holocaustos y ofrecieron allí sacrificios.
Que nuestro corazón esté los judíos del tiempo de Nuestro Señor,
Las conmemoraciones de la dedica- siempre en Dios que decidieron despreciar el Templo y,
ción del altar se prolongaron durante Trasladémonos ahora a otro pasa- a menudo incluso mancillándolo, dedi-
ocho días y «en todo el pueblo reinó je de las Escrituras y analicemos la carse a su propio egoísmo?
una inmensa alegría» (1 Mac 4, 58). escena en la que Nuestro Señor Jesu- Es una pregunta dura, pero nece-
cristo, muchos años después, entra en saria. Porque existe en extremo una
Un símbolo de la unión con Dios ese mismo Templo restaurado por los profanación, y también el proceso que
Estos acontecimientos unieron tanto Macabeos (cf. Mc 11, 15-18; Mt 21, conduce a ella. Y el proceso empieza
a aquellos hombres y mujeres que, por 12-13; Lc 19, 45-46). ¿Y qué encuen- cuando nos olvidamos del altar y co-
inspiración divina, Judas decretó que tra allí? Gente intercambiando dinero, menzamos a vivir desconectados de él.
todos los años se celebrara la fecha de vendiendo y comprando mercancías Que estas consideraciones nos sir-
ese día, en memoria de la purificación diversas… En definitiva, personas que van para examinar nuestra conciencia
del Templo y de la reconstrucción del no viven en función del altar, sino de y formular el firme propósito de tener
altar. De este modo, sellaron su deseo sus propios egoísmos. A éstas, el Se- nuestros corazones siempre vueltos ha-
unánime de vivir en función del Señor. ñor las trata con severidad, diciendo: cia Dios, la Iglesia y la vida de la gra-
Es agradable ver que su primera «Mi casa será casa de oración, pero cia, seguros de que lo demás nos será
preocupación no fue la de celebrar la vosotros la habéis hecho una cueva de dado por añadidura (cf. Lc 12, 31).

 Sumario 30      H e r aldos del E vangelio


u Santo Tomás enseña U

La misa de un mal sacerdote,


¿tiene algún valor?

P odríamos traducir el título de


arriba con una formulación
más sencilla: ¿un buen cañón
funciona en manos de un mal soldado?
Pero ocurre que en la misa también
hay oraciones que el ministro eleva a
Dios por los fieles, vivos o difuntos. Y
su eficacia, sí, dependen del fervor y
tir a la misa de un buen sacerdote o a
la de uno malo no es tan indiferente
como un análisis superficial, aunque
basado en una sólida teología, podría
O bien: ¿de qué sirve un cañón si lo de la santidad de quien celebra. Según insinuar.
utilizan los enemigos? Sabemos que, el Aquinate, en este caso «no hay duda Queda el problema del «soldado
por muy inepto que sea el artillero, un de que la misa de un sacerdote mejor traidor»… ¿Puede un cañón apuntado
buen cañón no pierde su calidad, aun- es más fructuosa» (a. 6). En cuanto al contra su propio ejército ser eficiente-
que su precisión se vea mermada… Si, ministro infiel, se le aplican las pala- mente dañino para éste?
por un lado, esto es reconfortante, por bras de las Escrituras: «Hasta su ora- Como nadie más, el sacerdote malo
otro, se revela sumamente alarmante ción será aborrecible» (Prov 28, 9). es capaz de ofender al Hombre-Dios
ante la posibilidad de que esa eficacia Por lo tanto, si realmente queremos en la eucaristía. Solo él, ministro vá-
se vuelva contra el propio ejército a beneficiarnos de todos los frutos del lidamente ordenado, puede asumir ese
través de un traidor. santo sacrificio, la elección entre asis- nefario papel de verdugo de la divini-
Dejemos la metáfora y adentrémo- dad, obligando al Rey eterno a bajar
nos en el tema propuesto: ¿qué valor ió
n del Cielo para ser insultado, pisoteado
cc
tiene, si es que lo tiene, la misa cele- od
u y ultrajado.
pr
brada por un sacerdote infiel? Re No obstante, por paradójico que
En primer lugar, la evidencia con- parezca, debido al valor intrínseco
firma que todo lo que hace un sacer- del santo sacrificio, incluso una
dote virtuoso es mejor que lo que misa celebrada con el propósito
proviene de un ministro indigno. de ultrajar a Dios ¡lo glorifica!
Hay que saber si incluso la misa Santo Tomás explica por qué
obedece a tal constatación. el Señor permite que los ma-
Considerada en sí misma, los sacerdotes tengan el poder
enseña el Doctor Angélico, de consagrar: «Esto pone de
la misa tiene un valor intrín- relieve la excelencia de Cristo,
seco que es independiente de al que sirven, como a Dios ver-
la santidad del celebrante. Así dadero, no sólo las cosas buenas,
que, vista desde este aspecto, la sino también las malas, a las que
misa de un mal sacerdote no vale su providencia conduce a la propia
menos que la del bueno, pues «uno gloria» (a. 5). Sin embargo, no por
y otro consagran el mismo sacramen- ello el sacerdote sacrílego deja de ser
to» (Suma Teológica. III, q. 82, a. 6). reo de un pecado gravísimo.
Como el sacerdote actúa in perso- En resumen, el cañón, para retomar
na Christi, bien por las manos de un la metáfora inicial, será de excelente
La misa tiene un valor intrínseco,
santo, bien por las de un impío, la Pa- eficacia siempre que se le dispare, y
independientemente de quién la
sión del Señor siempre se renovará de celebre los objetivos primordiales se alcanza-
modo incruento en la santa misa, con rán siempre. Pero ¡cuántas otras mara-
Misa de San Gregorio Magno -
sus méritos infinitos, y el Padre celes- Museo del Convento de Santa Catalina, villas no podrá realizar si se le utiliza
tial será glorificado. Utrecht (Países Bajos) bien!…

Mayo 2025      31 Sumario 


u Historia, maestra de la vida U

P. Walter Joseph Ciszek, SJ

Abandono completo a la
voluntad divina
Durante los terribles sufrimientos en territorio ruso fue
cuando pudo realizar todo el apostolado que deseaba.
Eran los designios de Dios para él, que se cumplieron
como menos se lo esperaba.
õ Guilherme Thiago Motta

S abemos que el itinerario de la


vida humana no se compone sola-
mente, ni sobre todo, de alegrías
y de placeres, sino que a menudo se ve
misa en rito bizantino. Sin embargo,
después de su ordenación sacerdotal
en 1937, tuvo una de las mayores de-
cepciones de su vida: en aquel mo-
el Señor, habiendo consentido que su-
cediera todo eso, del pueblo sencillo y
humilde de Albertyn?
Ante aquella hecatombe, compren-
salpicado por sufrimientos indecibles mento era imposible enviar apóstoles dió una importante verdad: cuando vi-
y por situaciones desastrosas, que cho- a Rusia. De modo que lo destinaron a vimos la tranquila rutina de cada día,
can con sus propias aspiraciones… una misión de rito oriental a la enton- nos sentimos seguros y nos acomo-
¿Cómo conformarnos con la vo- ces ciudad polaca de Albertyn.1 damos en este mundo, buscando en él
luntad divina en tales circunstancias? Pese a las contrariedades con res- nuestro sustento físico y moral; y poco
La historia de un sacerdote polaco, el pecto del plan original, aún quedaban a poco nos olvidamos de que éste es
P. Walter Joseph Ciszek, SJ, nos ofrece esperanzas en el corazón del joven concedido por la Providencia divina.
un admirable testimonio espiritual al jesuita. «Ni siquiera entonces —afir- Como resultado, sólo nos acordamos
respecto. maría—, dudé de que era voluntad de de nuestro Padre celestial y lo busca-
Dios que algún día viviera en Rusia».2 mos en situaciones de crisis, «muchas
«Dios me quiere en Rusia» veces como niños quejumbrosos y
Originario de una familia polaca,
Las perplejidades de la vida protestones».3
Walter Ciszek nació en Estados Uni- El tiempo parecía transcurrir sin Ahora bien, Dios no es, ni puede
dos en 1904 y, a la edad de 24 años, mayores preocupaciones en Albertyn serlo, autor o causa del mal y del peca-
ingresó en la Compañía de Jesús. hasta septiembre de 1939, cuando es- do. Pero a menudo se vale de tragedias
Un año después de su entrada en la talló la Segunda Guerra Mundial. El para recordarle a nuestra naturaleza
orden, se enteró de una convocatoria ejército alemán tomó enseguida Var- caída su presencia y su amor por noso-
de Pío XI en la que se pedían volun- sovia y la Unión Soviética, que se ha- tros. Por eso hemos de concienciarnos
tarios para el Collegium Russicum de bía ido apoderando del este de Polonia, de que todo lo que nos sucede está, de
Roma, que estaba destinado a prepa- no tardó en llegar a la ciudad donde el hecho, permitido por la Providencia.
rar a jóvenes clérigos para el apostola- P. Ciszek desempeñaba su apostolado.
do en la tierra de los zares. Nada más De cara a la persecución y las tri-
¿Cómo discernir la
oír la solicitud del pontífice, sintió la bulaciones por las que pasaban los voluntad divina?
llamada de Dios en su interior y, tras fieles, incesantes preguntas invadían Una noche, fue al encuentro del
comunicarle a su superior tal anhelo y su pensamiento: ¿Cómo podía Dios P. Ciszek un gran amigo y antiguo
obtener su aquiescencia, partió hacia tolerar tales calamidades? ¿Por qué no compañero de clase, el P. Makar, para
la Ciudad Eterna. permitía al menos que su rebaño fue- hacerle una invitación. Pretendía ave-
Durante sus estudios en Roma, ra apacentado y consolado en medio riguar qué posibilidades había de ir a
Walter aprendió incluso a celebrar la de aquella desgracia? ¿Qué esperaba Rusia, dado que planeaban cancelar

 Sumario 32      H e r aldos del E vangelio


las misiones en Albertyn. Los soviéti- «Toma tu cruz y sígueme» niegue a sí mismo, tome su cruz cada
cos estaban contratando obreros para Todo parecía ir sobre ruedas… Sin día y me siga» (Lc 9, 23). Es necesario,
las fábricas comunistas, y su idea era la embargo, cuando llegaron a Rusia se pues, cumplir la voluntad del Señor,
de aprovechar la ocasión y alistarse en encontraron con una situación muy pero no falsamente, según nuestros
esos grupos. La euforia del P. Ciszek diferente a la que habían imaginado. criterios y nuestra imaginación.
era enorme. Después de todo, la mi- El alojamiento era precario, el trabajo,
sión que había soñado se dibujaba en arduo y el salario, mezquino. Pero todo
La oración: única solución
el horizonte. esto habría sido soportable si no se le El 22 de junio de 1941, Alemania le
No obstante, a la mañana siguiente hubiera sumado una realidad mucho declaró la guerra a Rusia. Esa misma
le asaltaron dudas que turbaban su es- más preocupante: en parte por miedo noche, la policía secreta se dirigió a los
píritu: «¿No estaría limitándome a se- al gobierno, en parte por tibieza, la barracones donde vivían los trabajado-
guir mis propios deseos, considerándo- gente que vivía allí no quería hablar de res del maderero para arrestarlos. En-
los la voluntad de Dios en mi vida?»,4 Dios ni de la religión, y mucho menos tre ellos se encontraban el P. Ciszek y
pensaba. Sobre todo, le atormentaba la les interesaba practicarla. sus dos amigos sacerdotes, todos ellos
idea de que estuviera abandonando a El plan de apostolado que tanto ha- declarados sospechosos de espionaje.
sus feligreses de Albertyn. Al fin y al bían anhelado llevar a cabo se desmo- El misionero experimentaría ahora
cabo, aunque la misión de rito oriental ronó en unos instantes. Sólo con gran innumerables dificultades: la escasez
se encontrara a punto de clausurarse, la dificultad podían celebrar la misa, y lo de alimentos, la repugnante inmundi-
parroquia latina se mantenía. hacían bosque adentro, porque estaba cia de la prisión, la sensación de des-
Su corazón vacilaba. Cuando se expresamente prohibido por el gobier- amparo. Pero lo peor estaba aún por
proponía quedarse en Polonia, se in- no. La decepción dio paso a la desilu- venir. Trasladado a la temida cárcel de
quietaba, a pesar de rezarle a Dios; sión, y ésta a un terrible desánimo. Lubianka, de Moscú, por ser conside-
cuando optaba por marcharse a Rusia, La acedia es uno de los peores males rado agente del Vaticano, el sacerdote
entonces se calmaba. En esos momen- que pueden aquejar a un alma, porque tuvo que soportar la reclusión en una
tos comprendió, de forma sensible, la lleva a desconfiar y alejarse de Dios. pequeña celda, donde debía pasar todo
una verdad consagrada en la espiri- El P. Ciszek lo explica bien: «Existe la el día de pie, sometido a una terrible
tualidad católica: «Que la voluntad de tentación de decir: “Esta vida no es lo soledad, a una estricta rutina y a cons-
Dios se puede discernir por los frutos que yo pensaba. No es lo que tenía pre- tantes interrogatorios.
espirituales que trae consigo; que la visto. Ni es, desde luego, lo que desea- El P. Ciszek confiesa que mantenía
paz del alma y la alegría del corazón ba. De haberlo sabido, jamás lo habría sentimientos de optimismo y autocon-
son dos de esas señales, siempre que elegido, jamás habría hecho esta pro- fianza, y que se enorgullecía de mante-
surjan de un total compromiso, de una mesa. Perdóname, Dios mío, pero no nerse firme ante sus interrogadores, pero
plena y exclusiva apertura a Dios, y no quiero cumplir mi palabra”».6 pronto reconoció que había fracasado
residan en los propios deseos».5 El sufrimiento se revela como signo en su intento de convencerlos de su ino-
Así que decidió partir sin más dila- distintivo de todo católico: «Si algu- cencia. En esa ocasión aprendió más que
ción. no quiere venir en pos de mí, que se nunca a volcar su alma en la oración.

Trasladado a la temida cárcel de Lubianka, tuvo


que soportar la reclusión en una pequeña celda,
sometido a una terrible soledad, a una estricta
rutina y a constantes interrogatorios
El P. Walter Ciszek como prisionero en Rusia
Fotos: Reproducción

Mayo 2025      33 Sumario 


De hecho, quien se pone siempre en su propia capacidad de superar, por

ón
en la presencia del Señor comprende sí solo, todos los males. De lo cual con-

ci
uc
od
que rezar es el único apoyo en todas cluía: «Con esa experiencia, Dios me

pr
Re
las circunstancias de la vida, pero estaba probando a mí, como oro en
especialmente en los momentos el crisol, para saber cuánto queda-
de crisis y de desaliento, porque ba de mí mismo después de todas
«si lográramos unirnos a Dios mis oraciones y de mis profesio-
en la oración, descubriríamos nes de fe en su voluntad».11
claramente su voluntad y solo
desearíamos conformar nues-
Cumplir la voluntad divina
tra voluntad a la suya».7 A pesar de su contribución
al gobierno ruso, su «libertad»
Humildad y tan anhelada aún estaba lejos
abandono en Dios de hacerse realidad. Tendría que
Aunque su confianza sobre- permanecer cuatro años más res-
natural todavía vacilaba: «Estaba pondiendo a interminables inte-
cansado de aquella prueba, cansa- rrogatorios en Lubianka, sometido
do de luchar y, sobre todo, cansado también a quince años de trabajos
de darle vueltas a todo en el silen- forzados en Siberia y otros tres de
cio de mi solitario encierro […]; ¿Cómo había logrado sobrevivir durante supuesta libertad en tierras rusas.
años en condiciones tan atroces?
cansado de las dudas, los temores Sin embargo, durante los te-
Era la pregunta que le hacían
y de una ansiedad y una tensión cuando volvió a su país
rribles sufrimientos en Siberia y
constantes».8 en libertad en territorio ruso fue
El P. Walter Ciszek el día que regresó
En un momento dado, se pre- a Estados Unidos cuando pudo realizar todo el apos-
sentó un hombre simpático, que le tolado que deseaba: volver a cele-
ofreció darle la libertad si cooperaba tan conmocionado que inmediatamen- brar la santa misa, confesar, bautizar,
con el gobierno soviético. Como el sa- te empezó a firmar una a una las hojas consolar a los enfermos y atender a
cerdote dudaba a menudo en su deci- que contenían las falsas acusaciones los moribundos. Eran los designios de
sión, el interrogador lo llamó un día y contra él. Dios para él, que se cumplieron como
le mostró unos documentos que debía Cuando terminó de signarlas, se menos se lo esperaba.
firmar. Para su sorpresa, las páginas dirigió a su habitación atormentado y ¿Cómo había logrado sobrevivir
contenían delitos que él jamás había tenso hasta el punto de sufrir espasmos. durante años en condiciones tan atro-
cometido. Se hallaba, pues, ante una Pero poco a poco se fue calmando y se ces? Ésta era la pregunta que le hacían
encrucijada: la muerte y la tortura si puso a rezar. ¿Por qué había actuado sus entrevistadores nada más regresar
se negaba a colaborar, o la tan espera- así? «La respuesta era una única pala- a Estados Unidos, el 12 de octubre de
da «libertad» si capitulaba rubricando bra: yo. Estaba avergonzado porque, en 1963. «La Divina Providencia», res-
esos papeles. mi fuero interno, sabía que había inten- pondía el P. Walter Ciszek. «En los
Entonces se acordó de la promesa tado hacer demasiado yo solo y había campos y en las cárceles vi a mi alre-
del Señor de que el divino Paráclito fracasado. […] Llevaba años dedicando dedor mucho sufrimiento; yo mismo
hablaría a través de los cristianos lle- mucho tiempo a la oración, había logra- estuve a punto de sucumbir a la deses-
vados a juicio. «Pedí al Espíritu San- do valorar y agradecer a Dios su provi- peración y, en las horas más oscuras,
to que me guiara… y nada»,9 dice el dencia y su protección sobre mí y sobre aprendí a acudir a Dios en busca de
P. Ciszek. El presentimiento de una todos los hombres, pero nunca me ha- consuelo y a confiar solo en Él».12
muerte inminente, la sensación del bía abandonado de verdad».10 Dios no pide lo imposible a nadie;
abandono divino, la desesperación y el Ése fue su principal error: había con- para cumplir su voluntad, Él solamen-
miedo ante el interrogador, lo dejaron fiado demasiado en sí mismo, creyendo te exige el abandono en sus manos.

1
Actual Slonim, situada en 4.ª ed. Madrid: Palabra, 2020, 5
Idem, p. 32. 9
Idem, p. 80.
Bielorrusia. p. 27. 6
Idem, p. 42. 10
Idem, p. 84.
2
Ciszek, SJ, Walter Joseph; 3
Idem, p. 22. 7
Idem, p. 73. 11
Idem, p. 87.
Flaherty, SJ, Daniel L. Ca- 4
Idem, p. 29.
minando por valles oscuros. 8
Idem, p. 78. 12
Idem, p. 11.

 Sumario 34      H e r aldos del E vangelio


u ¿Qué dice el catecismo? U

¿Somos todos sacerdotes?


Catecismo de la Iglesia Católica

§§ 1591-1592 La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal. Por el bautismo, todos los fieles
participan del sacerdocio de Cristo. Esta participación se llama «sacerdocio común de los
fieles». […] El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los
fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles.

S an Pedro afirma en su primera epís-


tola que los bautizados constituyen
«un linaje elegido, un sacerdocio
real» (2, 9). Este sacerdocio común a
dos hay también algunos hombres «es-
cogidos y consagrados por el sacra-
mento del orden, por el cual el Espíritu
Santo los hace aptos para actuar como
to infinitamente superior al que le era
ofrecido por el primer hombre inocen-
te en el paraíso terrenal».7

todos los fieles exige que nos consagre- representantes de Cristo-Cabeza».2


mos al servicio del Señor y de la Iglesia, El ofrecimiento de «dones y sacrifi-
1
Cf. Concilio Vaticano II. Lumen gen-
tium, n.º 10.
ya que nos hace aptos para «ofrecer sa- cios» hecho por el sacerdote de la Iglesia
crificios espirituales agradables a Dios Católica no es, por tanto, el resultado de
2
CCE 1142.
por medio de Jesucristo» (2, 5). Se tra- una delegación de los fieles. En la orde- 3
San Juan Crisóstomo. De sacerdotio.
ta, pues, de un compromiso de santidad nación sacerdotal recibe «un poder que L. iii, n.º 5: PG 48, 643.
personal y de apostolado, que anuncia al Dios no ha dado a los ángeles ni a los ar- 4
Cf. San Ambrosio. De pænitentæ. L. i, c. 8,
Señor mediante las buenas obras de una cángeles»,3 para ser intermediario entre n.º 34: PL 16, 476-477.
vida cristiana coherente, adornada con el Señor y su pueblo (cf. Heb 5, 1a). Se 5
San Juan Crisóstomo. De proditione iudæ.
sacrificios y fortalecida por la frecuenta- trata de un poder inmenso, según San Homilía I, n.º 6: PG 49, 380.
ción de los sacramentos.1 Ambrosio,4 porque el sacerdote hace en 6
CCE 1410.
Sin embargo, algunos concluyen nombre de Jesucristo todo lo que Él ha- 7
Garrigou-Lagrange, op, Réginald. El
erróneamente que es insignificante la cía en su vida terrena. Salvador y su amor por nosotros. Madrid:
diferencia entre ese «sacerdocio real» Ante todo, el sacerdote obra en la Rialp, 1977, p. 179.
al que hemos sido elevados por las santa misa la transubstanciación del
aguas regeneradoras y el sacerdocio pan y del vino en el cuerpo y la san-
ministerial de los presbíteros y obispos. gre de Cristo. Ningún hombre es capaz «Misa de San Martín de Tours» -
Museo Episcopal de Vic (España)
En el libro del Éxodo el pueblo ele- de realizar tan estupendo milagro: «El
gido es llamado «un reino de sacer- sacerdote, figura de Cristo, pronuncia
dotes y una nación santa» (19, 6). No esas palabras, pero su eficacia y su
obstante, entre ellos los miembros de gracia son de Dios»,5 explica San Juan
la tribu de Leví fueron elegidos sacer- Crisóstomo. Y el catecismo resume:
dotes en favor de los hombres, «para «Es Cristo mismo, sumo sacerdote y
ofrecer dones y sacrificios por los pe- eterno de la nueva alianza, quien, por
cados» (Heb 5, 1b). el ministerio de los sacerdotes, ofrece
De aquellos descendientes de Abra- el sacrificio eucarístico».6
hán según la carne, nosotros los cató- Así, como resultado de la multipli-
Francisco Lecaros

licos somos los verdaderos y únicos cación de las ordenaciones sacerdo-


continuadores fieles, como subraya tales, «en la más pobre iglesia de una
San Pablo: «Hijos de Abrahán son los aldea, en el momento en el que se ce-
de la fe» (Gál 3, 7). Y entre los bautiza- lebra la misa, se ofrece a Dios un cul-

Mayo 2025      35 Sumario 


u Vidas de Santos U

San Juan Houghton

Por la Santa Iglesia,


estoy dispuesto a sufrir
Para ese varón, derramar su sangre era
el precio para que de un cataclismo
rayara el amanecer de una resurrección.

Dario Iallorenzi
Hna. Elizabeth Verónica MacDonald 

«¡M
ira, Margaret!». Desde premacía. En efecto, la mayoría de los fuerzas satánicas que cerraron todos
una ventana enrejada miembros de las clases prominentes se los monasterios, profanaron sus insti-
de la Torre de Londres, habían hecho de la vista gorda frente a tuciones más sagradas y los consagra-
sir Tomás Moro llamaba a su hija para la herejía para salvar su propio pellejo. ron a la herejía por fuerza de la ley.
que contemplara la escena: cinco sa- Pero sabía muy bien que no serían
cerdotes —Juan Haile, párroco secu- sus razonamientos de abogado o de
Un santo surgido del anonimato
lar, Ricardo Reynolds, monje brigidino apologista los que convencerían a su Dice un viejo refrán: Cartusia sanc-
y renombrado teólogo, y tres priores hija ante la perspectiva del hachazo tos facit, sed non patefaci —La Cartuja
cartujos, Juan Houghton, Roberto del verdugo que pronto los separaría, hace santos, pero no los da a conocer.
Lawrence y Agustín Webster, atavia- sino el testimonio vivo de un amor Cuando en 1084, bajo inspiración di-
dos con el blanco hábito de su orden— más fuerte que la muerte: «¡Mira! ¿No vina, San Bruno fundó la Gran Cartuja
estaban siendo conducidos a Tyburn, el ves cómo esos benditos sacerdotes es- en los picos nevados cerca de Grenoble
infame cadalso a pocos kilómetros de tán yendo ahora tan alegremente a su (Francia), señaló a sus seguidores que el
distancia y destino final de aquellos que muerte como los novios a su boda?».1 servicio que la orden prestaba a la Santa
se atrevían a desafiar la voluntad real. En efecto, aquellos confesores de la Iglesia y a la sociedad se llevaría a cabo
Aquel 4 de mayo de 1535, por ne- fe, avanzando con paso firme y sem- en la soledad y el anonimato. Así pues,
garse a jurar el Acta de Supremacía blante luminoso para iniciar su pasión, Houghton podría haber pasado casi des-
por la que el monarca reinante, Enri- proclamaban que la Iglesia es inmortal apercibido para la posteridad si los pro-
que VIII, usurpaba el poder del Papa e indefectible y que la victoria está con tagonistas de lo que los historiadores no
para proclamarse cabeza de la Iglesia los que la defienden. dudan en llamar la «devastación»2 de In-
de Inglaterra —novedad cismática El líder indiscutible del conjunto —a glaterra no hubieran llamado a su puerta.
promulgada en todo el reino—, esos la manera de un padre— era dom Juan Nacido en Essex, de la pequeña
hombres, sometidos a una farsa de Houghton, de 48 años, prior de la cartu- nobleza, estudió Derecho en Cam-
juicio y condenados por alta traición, ja de la Salutación de la Santísima Ma- bridge. En torno a los 24 años fue or-
serían ahorcados y descuartizados. dre de Dios, erigida cerca de Londres. denado sacerdote secular; pero antes
Sin embargo, Tomás Moro no lla- Sería el primero de ese grupo en de cumplir los 30, la búsqueda de una
maba a Margaret para que asistiera a un sufrir el suplicio y, además, el primero entrega más radical lo llevó a la cartu-
espectáculo morboso. En ese momento, desde los tiempos paganos en morir en ja de Londres. En el momento en que
el ex canciller de Inglaterra, también Inglaterra por ser católico, convirtién- nuestra narración empieza, además de
encarcelado por haberse negado a se- dose en el protomártir de la Revolu- prior, era visitador de la provincia in-
pararse de la unidad de la Santa Igle- ción protestante en ese país y en digno glesa de su orden, es decir, la cabeza
sia, se enfrentaba a los argumentos de prototipo de cientos —si no miles— de nueve florecientes monasterios.
su hija que trataba de persuadirlo para de personas que dieron su vida entre Houghton solía decir que tenía án-
que jurara la mencionada Acta de Su- los años 1534 y 1680 en oposición a las geles a su cargo en lugar de hombres,

 Sumario 36      H e r aldos del E vangelio


muchos de los cuales eran jóvenes y de del mundo durante siglos. A lo largo de gre y destrucción dondequiera que en-
noble cuna. En ellos aún vibraba la con- mil años o más, reyes que profesaban el contrara resistencia.
vicción de que su tierra natal era espe- cristianismo de boquilla, habían roto sus La vida monástica se había arraiga-
cial propiedad de la Santísima Virgen, votos matrimoniales, y algunos murieron do allí profundamente. A mediados del
la «dote de María —dos Mariæ», título en sus pecados; no obstante, nunca un rey siglo xvi, uno de cada cincuenta hom-
que se remonta a la consagración de la había estado dispuesto a rasgar la túnica bres adultos había ingresado en la vida
nación por el rey Ricardo II en 1381. inconsútil de la Iglesia para convertir en religiosa, en los cerca de 900 monaste-
Veían en Houghton a otro Bruno: reina a una mujer de esa clase».4 rios diseminados por la verde campiña
celoso en cuanto a los oficios litúrgicos, El monarca eliminaba así el pre- inglesa. El objetivo de los comisionados
ejemplo en la ascesis, experto formador, cioso legado del papa San Gregorio reales era oficializar en el ámbito cleri-
sabio, amante de los libros. Personifica- Magno que, en el 596, había enviado cal el reconocimiento del nuevo estatus
ba la dignidad de su cargo, pero si algún cuarenta monjes a cristianizar a esa del rey, que acababa de deponer al Papa.
religioso se encontraba abatido lo busca- nación insular. Al nombrar al hereje El convento de los solitarios, a las
ba como amigo y hermano, diciéndole Tomás Cranmer como nuevo arzobis- afueras de la ciudad, era el eslabón en-
que había abandonado el priorato en su po de Canterbury, se iniciaba un expo- tre la sociedad y el Cielo, un foco de
celda. Un monje del monasterio así lo lio metódico del país, cuyos ingresos, influencia y de irradiación sobrenatu-
describe: «Era de baja estatura, de por- ral. Por su importancia, querían atra-
te elegante, de mirada reservada, de parlo para el cisma.
modales modestos, de palabras dulces,
casto de cuerpo, humilde de corazón,
Celestial anuncio
amable y querido por todos».3 A la casa de los cartujos no llegó
de boca en boca la noticia de que es-
«Los asuntos urgentes del rey» taba a punto de desatarse una tormen-
A su manera, los denominados ta, como se relata en los anales del
«comisionados reales» —Tomás monasterio: «Sucedió que, en el año
Cromwell y sus compinches— tam- del Señor de 1533, anticipándose a
bién lo querían. aquella borrascosa tempestad, un co-
El malvado soberano se encontra- meta se vio en el aire, extendiendo sus
ba en un embrollo, llamado eufemís- rayos clara y manifiestamente hasta
ticamente «asuntos urgentes del rey». nuestra casa. […] Algo inédito, nunca
Buscaba que Roma anulara su matri- visto en tiempos pasados. Ese mismo
monio con Catalina de Aragón —que año, nuestro venerable padre prior
no le había dado un heredero varón— [Houghton] salió de la iglesia después
Reproducción

para poder casarse con la escandalosa del segundo nocturno y, al entrar en


Ana Bolena. Sin embargo, como el el cementerio, vio en el aire un globo
matrimonio era válido, ni siquiera el como de sangre, de gran tamaño, y
Papa podía deshacerlo. aterrorizado al verlo, cayó al suelo».5
Pero había más. La gente amaba a Al divorcio de Enrique VIII le siguió No esperaría mucho para comprender
la virtuosa princesa que había dejado un cisma y un reguero de el significado del celestial anuncio.
sangre y destrucción allí donde
España para hacer de Inglaterra su En la primavera de 1534 los co-
encontrara resistencia
porvenir: fiel católica, protectora del misionados llegaron al convento,
«Enrique VIII y Catalina de Aragón ante
pueblo, patrona de las universidades, los legados papales», de Frank Salisbury -
emplazando al prior a que diera su
aplaudida siempre que salía a la calle y Palacio de Westminster, Londres. En la página consentimiento al nuevo «casamien-
especialmente apreciada entonces por anterior, San Juan Houghton - Abadía de to» del rey. Houghton declaró que no
Belmont, Hereford (Inglaterra)
su constancia en la desgracia. Aquella podía entender cómo el matrimonio
revuelta, como casi todas, no fue una re- naturalmente, iban a parar a las arcas con la reina Catalina, celebrado según
vuelta que hubiera surgido de la plebe. reales. Sin embargo, más que una rapi- los ritos de la Iglesia, podía ser anula-
Incitado por el orgullo y por la sensua- ña material, hubo un saqueo de la pro- do, respuesta que le costó un mes de
lidad, el rey se dedicó a derribar obstácu- pia alma de la nación. Proclamándose prisión, junto con el obispo Humphrey
los. «Nadie podía haber previsto, cuan- jefe de la Iglesia de Inglaterra, Enrique Middlemore, hoy beato.
do Enrique VIII conoció a Ana Bolena continuó imponiendo sus ultimátums Hubo gran alegría en el convento
en 1522, que estaba en juego el destino heréticos, dejando un reguero de san- cuando, después de negociaciones,

Mayo 2025      37 Sumario 


ambos fueron liberados. No obstante, El Espírito Santo, el Consolador ses un régimen de encarcelamiento, de
como buen capitán, Houghton se dedi- Al final del triduo, durante la misa atroz vigilancia y de nefastas propues-
có a preparar a sus subordinados. Al en honor del Espíritu Santo, «un susu- tas, se dieron cuenta de que no podrían
cabo de unos meses, tras haber regre- rro como de brisa ligera, que sonaba conquistar a esos hombres. Había que
sado dos veces al rey con las manos débilmente a los sentidos exteriores, eliminarlos. Fue entonces cuando, el
vacías, los comisionados volvieron al pero muy operante en el interior, fue 4 de mayo de 1535, el futuro mártir
monasterio con redobladas exigen- observado y escuchado por muchos Tomás Moro vio desde la ventana de
cias. La cuestión ahora no era sólo la con sus oídos corporales, y sentido la prisión la escena que lo conmovió:
«sucesión», sino la «supremacía», es y atraído por todos con los oídos del varones que, aunque atados, eran ver-
decir, el rechazo de la autoridad papal. corazón. Ante tan dulce modulación, daderamente libres.
Houghton temía por los suyos más el venerable prior, abrumado por la Amarrados a tablones de madera
que por sí mismo. Si eran dispersados, plenitud de la iluminación divina y y cruelmente arrastrados por caballos
¿perseverarían? Bajo coacciones, ¿re- deshecho en lágrimas, fue incapaz du- por las calles fangosas de Londres, el
sistirían? Encarcelados y torturados, rante mucho tiempo de proseguir con santo prior y sus compañeros llega-
¿serían fieles hasta la sangre? Reu- la misa. También el convento quedó ron a Tyburn con sus cuerpos magu-
niéndolos, les propuso un triduo: el atónito, oyendo la voz y sintiendo su llados pero con sus principios intactos.
primer día estaría dedicado a la con- maravillosa y dulce operación en el Houghton se dirigió a la multitud, entre
fesión sacramental; el segundo, a la re- corazón».8 la que se mezclaban miembros de la
conciliación mutua; en el tercer día se El hecho recordaba la promesa de corte real ansiosos por verlo renegar:
celebraría una misa al Espíritu Santo. Nuestro Señor Jesucristo antes de la «Nuestra Santa Madre, la Iglesia, ha
El segundo día, el prior les dijo: Pasión: «Yo le pediré al Padre que os decretado lo contrario de lo que el rey
«Mis queridísimos padres y herma- dé otro Paráclito» (Jn 14, 16). Estaban y el Parlamento decretaron y, por tan-
nos: todo lo que me veis hacer, os rue- preparados para la tormenta que pron- to, antes que desobedecer a la Iglesia,
go que lo hagáis también vosotros».6 to se desencadenaría. estoy dispuesto a sufrir».9
Entonces se levantó y, dirigiéndose En un gesto de perdón cristiano,
al más veterano de la casa, de rodillas
Una espléndida corona de gloria abrazó a su verdugo y le pidió permi-
imploró perdón por todas las faltas que Los secuaces del rey, después de so para terminar su oración, el salmo
en algún momento hubiera cometido imponerle al monasterio durante me- 31, que canta: In te, Domine, speravi,
contra él. Recíprocamente, el anciano non confundar in æternum. A con-
le pidió su perdón. Entre lágrimas, el tinuación lo ahorcaron y lo dejaron
prior hizo lo mismo con los demás caer aún vivo. Luego le abrieron
religiosos, hasta el último herma- el abdomen con un puñal y le
no lego. Así describe la escena arrancaron las entrañas, arro-
un testigo ocular: «Todos le jándolas al fuego. Mientras
siguieron, de igual modo, el sayón se preparaba para
uno tras otro, pidiendo per- sacarle el corazón, excla-
dón. ¡Oh, cuánto dolor! mó suavemente: «Buen
¡Qué profusión de lágri- Jesús, ¿qué harás con mi
mas! […] Desde aquel día, corazón?».10
cualquiera que contemplara Ese mismo día, los laca-
el semblante de nuestro san- yos de Cromwell regresaron
to padre —que nunca antes, 0) al monasterio de Houghton
2.
en ninguna circunstancia, ha- - sa para instar a la capitulación a
by
bía dado señales de cambio— (C
C los monjes, quienes se encon-
n
percibiría cuánto sufría».7 l m
o
traban tan tranquilos como si el
Sa
Era angustia por el estado ca- J o hn prior aún estuviera entre ellos.
taclísmico de la Santa Iglesia en Clavaron uno de los brazos del
Estando cerca el momento del martirio,
su amada tierra, la perspectiva de Houghton preparó a los suyos con un triduo,
mártir en la puerta del conven-
una muerte inminente y la incóg- a cuyo término se manifestó el Espíritu Santo to, una preciosa reliquia que los
nita de cómo la afrontarían todos. religiosos se apresuraron a re-
Misa al Espíritu Santo en la cartuja de la
En este conmovedor trance, le Salutación de la Santísima Madre de Dios - coger. En los dramáticos meses
fue concedida una gracia insigne. Convento de Tyburn, Londres que se siguieron, otros quince

 Sumario 38      H e r aldos del E vangelio


Francisco Lecaros
El martirio de San Juan Houghton y sus compañeros fue de naturaleza atroz. Pero al subir con serenidad al
cadalso, se reveló como parte del grupo de almas llamadas a sufrir para obtener la victoria de la Santa Iglesia
Martirio de los cartujos de Inglaterra - Cartuja de Valldemossa (España)

cartujos del mismo cenobio sufrieron descender, para doblegar la voluntad al prelado contar las dificultades su-
interrogatorios, prisión, torturas y el de Inglaterra».12 fridas por los católicos de la nación
martirio. A pesar de su actual desfiguración, anglicana, el Cura de Ars le dijo «con
Durante este período, un monje aún flota sobre Inglaterra «un perfu- una voz tan firme y segura como si es-
que había muerto por causas natura- me de ángeles que por allí han pasa- tuviera haciendo un acto de fe: “Mais,
les se le apareció a otro y le dijo: «Es- do»,13 decía el Prof. Plinio Corrêa de monseigneur, je crois que l’Église
toy bien, estoy en la gloria celestial, Oliveira. El sacrificio de una multitud d’Angleterre retournera à son ancien
[…] pero en una gloria mucho menor de hombres y mujeres de toda condi- splendeur [Pero, monseñor, creo que
e inferior que la de nuestros padres ción, que derramaron su sangre por la la Iglesia de Inglaterra volverá a su an-
que sufrieron, pues ellos gozan de fe durante la Revolución protestante, tiguo esplendor]”».14
gran gloria, coronados con la palma permanece como ofrenda de «aroma Tal punto de inflexión se producirá
del martirio. Y nuestro padre prior agradable» (Gén 8, 21). según la libre misericordia de Dios y
tiene una corona más espléndida que Hoy, junto al lugar del antiguo pa- de María Santísima, pero, por volun-
los demás».11 tíbulo de Tyburn, hay un convento de tad divina, sopesa la cooperación de
contemplativas benedictinas, cuya los justos. Hay almas llamadas a su-
¿Una futura resurrección vida de perpetua adoración eucarística frir de manera especial para obtener
para la fe? está dedicada a honrar a esos mártires las gracias necesarias para el cumpli-
Afirma un historiador: «El asesina- e impetrar la conversión del país. No miento del designio de Dios sobre la
to de Houghton fue de una naturaleza faltan palabras de santos que anuncian humanidad. Y San Juan Houghton se
singularmente atroz. Su historia es que eso sucederá, como las relatadas reveló como parte de ese grupo de al-
una viva demostración de los extremos por el arzobispo de Birmingham, Wi- mas sufridoras y confiantes en la vic-
a los que Enrique y Cromwell estaban lliam Bernard Ullathorne, a propósito toria final de la Santa Iglesia al subir
dispuestos a llegar, y de las profundi- de su visita a San Juan María Vianney serenamente al cadalso y abrazar a su
dades a las que estaban dispuestos a en 1854. Tras escuchar atentamente verdugo.

1
Cf. Hendricks, ocart, 3
Brennan, Malcolm. Martyrs London: Burns & Oates, 1890, 11
Chauncy, op. cit., p. 74.
Lawrence. The London Char- of the English Reformation. p. 44. 12
Meyer, op. cit., pp. 209-210.
terhouse. Its Monks and Its Saint Marys (KS): Angelus, 6
Idem, p. 50.
Martyrs. London: Kegan Paul 1996, p. 5.
13
Corrêa de Oliveira, Pli-
Trench, 1889, pp. 150-151.
7
Idem, pp. 50-51. nio. «Perfume de Anjos que
4
Walsh, William Thomas. Phi-
passaram…». In: Dr. Plinio.
2
Cobbett, William. A History lip II. Charlotte: TAN, 1987,
8
Idem, p. 51.
São Paulo. Año I. N.º 9 (dic,
of the Protestant Reformation p. 36. 9
Meyer, G. J. The Tudors. New 1998), p. 35.
in England and Ireland. 2.ª ed. York: Delacorte, 2010, p. 216.
5
Chauncy, ocart, Maurice. The
New York: Benziger Brothers,
14
Ullathorne, osb, William
History of the Sufferings of Ei- 10
Hendricks, op. cit., p. 154.
1905, p. 21. Bernard. Letters. London: Bur-
ghteen Carthusians in England.
ns & Oates, 1892, pp. 52-53.

Mayo 2025      39 Sumario 


u Doña Lucilia U

Sus últimos actos de piedad


Anacanhedo (CC by-sa 4.0)

Siempre devota del Sagrado Corazón de Jesús, la piedad de


Dña. Lucilia estaba interiormente vinculada a una iglesia
dedicada a Él, favorita entre sus devociones, de la que quiso
despedirse, al presentir que había llegado la hora de su
encuentro con Dios. õ Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP

P
ara romper la monotonía de un cercaban y alguna bonita florecilla se ble proporción entre la altura, la anchu-
día siempre igual al anterior, el inclinaba al alcance de su mano, la mi- ra y la longitud del hermoso edificio.
Dr. Plinio salía de vez en cuan- raba con agrado, aspiraba su perfume La luz de sus vitrales difunde ma-
do a pasear con su madre por la acera y hacía comentarios con su hijo. Éste tizados colores que lo llenan de una
de la calle Alagoas,1 donde vivían. Nun- asentía, pero encontraba mucho más penumbra acogedora. Y hay algo en él
ca la llevaba a la plaza Buenos Aires, hermosa el alma de su madre que la de balsámico, de un discreto y perfu-
por miedo a cruzar con ella la súper propia flor… mado aceite que impregna de grave-
transitada avenida Angélica. Tomaba, En el fondo, en sus comentarios dad y de afabilidad todo el ambiente, al
pues, en sentido opuesto a la menciona- minuciosos, coherentes, admirativos, mismo tiempo que le «susurra» al fiel:
da plaza, por una calle en aquel tiempo Dña. Lucilia se remitía implícitamente «Tú ya has sufrido, pero tendrás que
mucho menos frecuentada que hoy en al divino Creador de aquellas peque- sufrir todavía más. Sin embargo, aquí
día, donde todavía subsistían un gran ñas maravillas. encontrarás un lenitivo. ¡La vida es
número de bonitas casas con jardín. así! Pero entre las paredes de este edi-
Última visita a «su» iglesia del ficio encontrarás ayuda para sufrir».
Recuerdos de los últimos Sagrado Corazón de Jesús Esa iglesia, en efecto, comunica tam-
paseos a pie Hacía ya mucho tiempo que Dña. bién, y armónicamente, esperanzas de
Cuando el sol disminuía el rigor de Lucilia no visitaba la iglesia con la cual alivio, de ayuda, y de situaciones que
sus rayos, caminaban los dos, muy des- sentía una enorme consonancia, esce- justifiquen la cristiana alegría.
pacito, entreteniéndose con un poco de nario de tantos coloquios con Nuestro De la penumbra emergen imágenes
conversación. A Dña. Lucilia le encan- Señor, y a la cual se refería como «mi» de rostro serio y ameno, cuya mirada
taba apreciar las flores de los sucesivos iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.2 socorre y protege.
jardines por los cuales pasaba, conside- Un día, el Dr. Plinio le propuso ir a ese En la parte delantera de la nave late-
rando siempre el aspecto superior de lo santuario para rezar todo el tiempo ral, en el lado de Evangelio, se encuen-
que fuese digno de admiración. Era la que quisiese. Ella aceptó de inmediato tra la conmovedora imagen del Co-
delicadeza de una rosa, o el vivo color esa agradable invitación. razón de Jesús: sacral, digna, serena,
de otra, o el fruncido de los pétalos de La intimidad indeciblemente res- compasiva, pero entristecida, en vista
un clavel, o el suave perfume exhalado petuosa de Dña. Lucilia con su divino de la ingratitud de los hombres.
por ellas. De ese modo, considerando Maestro adquiría un colorido propio En la nave lateral opuesta, del lado
las innumerables minucias de la vida cuando cruzaba aquel sagrado umbral. de la Epístola, la blanquísima imagen
cotidiana, mantenía su mirada siempre De hecho, el ambiente sacralmente se- de María, Auxilio de los cristianos
puesta en lo alto. rio del interior de ese templo es muy —triunfante, virginal, pura, leve, bon-
Si la vegetación de los jardines propicio a la meditación y a la re- dadosa, también compasiva— parece
asomaba a través de las rejas que los flexión, a lo que contribuye la agrada- rebosante de la sobrenatural armonía

 Sumario 40      H e r aldos del E vangelio


interior del alma excelsa de la Virgen su hijo afrontase victoriosamente las con el Sagrado Corazón de Jesús, que
Madre de Dios. luchas de perseverancia y santificación, le hacía manifestar a los demás la in-
Así, en esa iglesia, verdadero cofre así como las pugnas ideológicas contra mensidad del amor de Nuestro Señor,
de bendiciones, se diría que la gracia los enemigos de la Iglesia. como si dijese: «Fíjate bien cómo no
es como una llovizna, como una finí- Tras saludar con la mirada a otras faltan razones para confiar en Él. Pide,
sima neblina que se difunde, rociando imágenes, a los vitrales que teñían con porque serás atendido; las puertas de
las almas… su luz colorida las columnas del lado la misericordia están abiertas para ti».
izquierdo y al imponente órgano del A imitación del Sagrado Corazón
Una recogida peregrinación fondo, Dña. Lucilia, con el alma llena, de Jesús atravesado por la lanza de
Cuando Dña. Lucilia llegó allí se retiró, apoyada del brazo de su que- Longinos, Dña. Lucilia sabía, con
acompañada de su hijo, recorrió en ridísimo hijo. firme y compasivo afecto, insinuarle
recogida peregrinación los distintos Fue una visita de despedida y de a un infractor la gravedad de su mala
altares, aunque desplazándose con di- preparación para la eternidad. Cuando conducta. De los labios de la ima-
ficultad. Rezó y rezó largamente. Se salieron, el sol estaba emitiendo sus gen parece salir esta amonestación:
percibía que de vez en cuando pedía últimos rayos dorados. Habían pasado «¡Mira lo que representa todo pecado!
perdón, pues se golpeaba el pecho con horas enteras… ¡Lo que hacen los hombres! ¡El mar de
discreción. Se detuvo particularmente pecados en el que la humanidad está
ante la imagen de María Auxiliadora.
En la atmósfera del precipitándose! ¿Tú formas parte de la
Después pasó a la otra nave, hacien- Sagrado Corazón cohorte de los que me ofenden?».
do una profunda venia ante el sagrario En el fondo de la bondad luciliana Se trataba de una bondad que no
del altar mayor, donde estaba el Santísi- encontramos una identidad de espíritu conducía al relajamiento moral, sino a
mo Sacramento, pues sus condiciones una suma compunción y a una perfec-
no le permitían arrodillarse, y se quedó cc

n ta compenetración. Bondad superior-
un largo tiempo a los pies de la imagen o du mente recta, virtuosa, propia del equi-
pr
Re
del Sagrado Corazón de Jesús. librio de un alma católica, apostólica
Allí estaba el punto central de la y romana.
vida interior de Dña. Lucilia. Su Doña Lucilia vivía intensa-
alma anhelaba encontrar en el di- mente dentro de esa atmósfera
vino Redentor la culminación de del Sagrado Corazón de Jesús,
su propio afecto, de tal forma traspasado de dolor por los
que si no lo conociese lo busca- pecados de los hombres y lle-
ría. Y habiéndolo encontrado, no del deseo de perdonarlos.
enseguida lo identificaría como Así como el buen discípulo se
aquel a quien buscaba. parece en algo al Maestro, en
En las largas meditaciones numerosas ocasiones se per-
de Dña. Lucilia ante la imagen cibía que ella interiormente
del Sagrado Corazón de Jesús, lamentaba, deploraba, sufría
que simboliza todo lo que su- y perdonaba, al unísono con el
frió en la Pasión a causa de los Sagrado Corazón de Jesús.
pecados de los hombres, iba mo-
delando su alma conforme a su di- Extraído,
vino Maestro. con adaptaciones, de:
Terminado su piadoso coloquio con Doña Lucilia. Città del
Nuestro Señor, Dña. Lucilia se dirigió Vaticano-Lima: LEV; Heraldos del
al grupo escultórico situado casi al fi- Evangelio, 2013, pp. 605-608.
nal de la nave lateral izquierda (en el Ella vivía en la atmósfera del
Sagrado Corazón de Jesús,
lado de la Epístola), que representa el
traspasado de dolor por los
encuentro del Niño Jesús en el Templo pecados de los hombres y lleno


entre los doctores de la ley. Desde hacía de deseo de perdonarlos 1


Una vía pública del barrio de Higienópolis,
casi cincuenta años, ante esa imagen de São Paulo.
Doña Lucilia unos años antes de su
del divino Infante, solía pedir con in- muerte. En la página anterior, Santuario
2
Santuario del Sagrado Corazón de Jesús, si-
sistencia gracias abundantes para que del Sagrado Corazón de Jesús, São Paulo tuado en el barrio de los Campos Elíseos.

Mayo 2025      41 Sumario 


u Heraldos en el mundo U

Retiros espirituales
C ooperadores de los Heraldos del Evangelio y fa-
milias amigas aprovecharon el puente de Carnaval
Las actividades se desarrollaron en Tocancipá (Co-
lombia), Buenos Aires y Ciudad de México, así como en
para participar en distintos retiros espirituales promo- las ciudades brasileñas de Mairiporã (São Paulo), Río
vidos por la institución y, así, prepararse mejor para la de Janeiro y Campos dos Goytacazes (Río de Janeiro);
Pascua. Eucaristías, charlas, períodos de meditación y Maringá y Piraquara (Paraná); Belo Horizonte, Juiz de
una amena convivencia fraterna marcaron esos días. Fora y Montes Claros (Minas Gerais).
Ronny Fisher

Jesse Arce
México Colombia

Pa
b
lo
Ve
la

María Fernanda Aguiar


Lucas Caldas

Campos dos Goytacazes Argentina Maringá


Alcidio Miranda

Willian Drobot
Mairiporã Piraquara
Paola de Araújo
Willian Drobot

Paulo Yang

Piraquara Río de Janeiro Belo Horizonte

 Sumario 42      H e r aldos del E vangelio


Lucas Caldas

Jesse Arce
Campos dos Goytacazes Colombia
Tatiane de Oliveira

Daniele Fiorindo
Montes Claros Juiz de Fora

Alc
idio
Mir
an
da

Ronny Fisher
Paulo Yang

Belo Horizonte Mairiporã México


Daniele Fiorindo

Willian Drobot
Juiz de Fora Piraquara
Maria Fernanda Aguiar

Pablo Vela
Jesse Arce

Colombia Maringá Argentina

Mayo 2025      43 Sumario 


Fotos: Joana Chaves

1 2 3

Willian Drobot
Ricardo Scheneider

Fabio Batista
4 5 6

Solemnidad de San José – En vísperas de esta gran solemnidad, los Heraldos del Evangelio participaron en la
procesión y misa en honor al Santo Patriarca en la catedral metropolitana de San José de Costa Rica (fotos 1 a 3). El
mismo día 19 de marzo, centenares de fieles pudieron consagrarse al esposo virginal de María en San Salvador y en
las ciudades brasileñas de Ponta Grossa (foto 4), Piraquara (foto 5) y Belo Horizonte (foto 6).
Re
pr
od
uc
ci
ón

François Boulay
Ronny Fischer

1 2 3

Consagración a la Virgen – En los meses de febrero y marzo, nuevos participantes del curso ofrecido por la
plataforma de formación de los Heraldos del Evangelio realizaron su consagración como esclavos del amor a
Jesús, por las manos de María, según el método de San Luis Grignion de Montfort. Las ceremonias tuvieron lugar
en la capilla de la Ascensión del Señor de Pachuca (foto 1) y en la parroquia de San José de Aguascalientes, en
México, así como en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe de Montreal, Canadá (foto 3), y en la parroquia de
Santo Domingo de Guzmán de Santiago, Chile (foto 2).

 Sumario 44      H e r aldos del E vangelio


Fotos: René García
Estados Unidos – En marzo, devotos de la Santísima Virgen de la ciudad de Key Biscayne (Florida), se
congregaron en la iglesia de Santa Inés para rendirle homenaje, que comenzó con la solemne coronación de la
imagen peregrina del Inmaculado Corazón de María.

Fotos: Xavier Jacob


1 2 3

Paraguay – Fieles de la catedral metropolitana de Concepción (fotos 1 y 2) y de la parroquia de Nuestra Señora de


Fátima, de la ciudad de Pedro Juan Caballero (foto 3), acudieron al encuentro de la Santísima Virgen para participar
de las benditas «Tardes con María», los días 8 y 9 de marzo, ocasión en la que, además de la coronación de la imagen
peregrina del Inmaculado Corazón de María y de la celebración de la santa misa, muchos pudieron consagrarse a Ella.

Fotos: Lucas Caldas

Brasil – El día 8 de marzo, más de quinientos devotos de la Santísima Virgen se reunieron en la casa de los
Heraldos del Evangelio de Campos dos Goytacazes (Río de Janeiro) para participar de una «Tarde con María», que
contó con la presencia del P. Ricardo José Basso, EP.

Mayo 2025      45 Sumario 


u Espiritualidad católica U

Como la palmera,
¡florecerán!

Gustavo Kralj
lifeforstock / Freepik

Las palmeras llenan huertos, calles, plazas y parques; engalanan


jardines, adornan casas, pueblan florestas… Para el ojo común,
no son más que plantas sin belleza. Sin embargo, nos ofrecen
profundas lecciones de vida espiritual.

õ Hna. María Cecilia Lins Brandão Veas

C omo una fortaleza, se yergue


frondosa la palmera, desafian-
do cielos, vientos y tormentas.
ofreciendo los deliciosos y famosos
dátiles de Oriente, que se convirtieron
en uno de los productos básicos de su
empezó a ser representado sosteniendo
una rama de palma en sus manos, de
ahí la denominación que se ha manteni-
Nada parece detenerla en su ascen- agricultura, gastronomía y comercio. do en la Iglesia desde tiempos remotos:
sión, ningún factor natural puede de- Tales palmeras también se desarrolla- «Ha alcanzado la palma del martirio».
rribarla fácilmente. Símbolo del triun- ron en Egipto, en la llanura costera de
fo, de la prodigalidad, del alma recta, Palestina y en el valle del Jordán. Las
Del bautismo al Domingo de Ramos
constante, humilde, fuerte y vigilante, distintas culturas de la Antigüedad las El simbolismo de la palmera va más
es un verdadero monumento, levanta- adoptaron como símbolos de verdades allá de las casualidades y tradiciones
do no por el ingenio humano, sino por trascendentes: la fertilidad, la paz, el cuando es considerada a la luz de la
el divino Artífice. éxito, el Paraíso, la vida eterna. criatura más sublime, Nuestro Señor
A diferencia de otros árboles, su En la tradición romana, los gladia- Jesucristo, el Hombre-Dios. Curiosa-
tronco se alza indiviso, generalmente dores, atletas y guerreros victoriosos mente, marcó dos episodios relevantes
erecto y liso, rematado por hojas cuya eran condecorados con laureles y ra- en la vida del Redentor.
inclinación recuerda a los chorros de mas de palma. Poco a poco, la icono- Con lujo de detalles, Ana Catalina
agua de una fuente que se precipitan grafía clásica eligió la palmera como Emmerick2 describe la escena en la que
generosamente hacia abajo. Es sen- símbolo del triunfo, apareciendo fre- tuvo lugar el bautismo de Jesús. En el
cilla, sin adornos, salvo las cicatrices cuentemente estampada en lámparas momento de descender al río Jordán,
que las hojas viejas dejan en su estípi- de arcilla, blasones, banderas, sellos, se agarró con su mano izquierda a una
te, como bonitos anillos que la ador- alegorías, tumbas o medallas. esbelta palmera cargada de frutos que
nan. La palmera se presenta así como El papa San Dámaso, por ejemplo, se encontraba en la orilla, mientras su
una dama noble, esbelta, pura y gra- elogió a los mártires Proto y Jacinto mano derecha permanecía apoyada so-
ciosa. Se trata de una auténtica prin- con las siguientes palabras: Hic vic- bre su sacratísimo pecho. Fue entonces
cesa coronada. Su numerosa familia tor meruit palmam prior ille coronam cuando el Cordero Inocente e Inmacu-
y sus excepcionales propiedades dan —He aquí al vencedor que mereció la lado venció la culpa del viejo Adán, su-
lugar a algunas reflexiones. palma antes que la corona.1 En efecto, mergiéndola en las aguas bautismales.
los mártires son primero campeones en La victoria definitiva sobre el de-
«Hic victor meruit palmam» la lucha contra la carne y las potestades monio, autor del pecado, la consuma-
Desde tiempos inmemoriales, las de este mundo, para luego merecer de ría en la cruz. Antes de ser entregado
palmeras crecían en abundancia en Cristo la recompensa y reinar con Él a la muerte, Jesús entró en Jerusalén,
las regiones fértiles de Mesopotamia, eternamente. Así, su numeroso ejército donde fue aclamado por una numerosa

 Sumario 46      H e r aldos del E vangelio


multitud; unos alfombraban el camino vuestra perseverancia salvaréis vues-
con sus mantos, otros cortaban ramas tras almas» (Lc 21, 19).
de palma y las extendían por la calza- Constancia, he aquí una virtud
da (cf. Mt 21, 8-11). A pesar del abismo practicada en grado sumo por Ma-
de humillación al que pronto se vería ría Santísima. La piedad católica
sometido, el Redentor quiso marcar el la honra como «la palma de la
comienzo de su Pasión con un tono de paciencia» o la «palma cons-
triunfo, para garantizarles a sus discí- tante», en el oficio parvo de la

Reproducción
pulos la certeza de la Resurrección. Inmaculada Concepción. A
El Señor es, pues, el victor Rex con- Ella, más que a cualquier otra
tra el demonio, el pecado y la muerte. criatura, cabe el elogio del libro
Por eso los fieles cantan al unísono sagrado: «Crecí como palmera
con la Iglesia, en la secuencia de la de Engadí» (Eclo 24, 18). San
misa de Pascua: «Muerto el que es la Juan Eudes5 explica que tales ala-
Vida, triunfante se levanta». Y el Bea- banzas designan la fortaleza y la
to Fra Angélico deslizó hábilmente su paciencia que la Virgen demostró al
pincel sobre el lienzo, representando a ser sacudida por los vientos de las tri-
Cristo resucitado portando la bandera bulaciones, así como las notables vic-
y la rama de la victoria. torias que obtuvo contra los enemigos
de nuestra salvación. Imagen del alma recta, constante,
Una profunda lección de constancia
Como guerreros del Altísimo humilde, fuerte y vigilante, la palmera
Por otro lado, la palmera parece una es un monumento levantado por el
planta calculada para aguantar tormen- Las ramas de la palmera brotan des- divino Artífice y símbolo de su triunfo
tas. Su follaje disperso no retiene el agua de su interior como lanzas que, con el Detalle de «La Resurrección de Cristo»,
de lluvia y permite el paso del viento, lo tiempo, florecen en miles de pequeñas de Fra Angelico - Museo de San Marcos,
Florencia (Italia). En la página anterior,
que la hace ligera y resistente al mismo espadas…, ¡he ahí su follaje! La planta destacada, una palmera imperial
tiempo. De ahí que San Francisco de «demuestra su valor en que sus hojas
Sales3 viera en la constancia una de las son como espadas».6 De hecho, en un «¡Ven a habitar también en estas alturas!
propiedades de esa planta: no se rinde, vasto reino como el de las palmáceas, Aquí el aire es más puro, la vista más
no cae ni se abate, por muy grande que no podía faltar la representación de la completa y magnífica. Una vez fui igual
sea la carga que se le ponga; su tronco guerra. La palmera imperial, en parti- que tú; sube a lo alto, ven y sé igual o su-
no se arrastra por el suelo, sino que se cular, tiene una grandeza bélica, y de perior a mí. ¡Alabemos juntos a Dios!».
eleva sin miedo, atraído por las altu- su figura hay quien tejiera un casi for- Con esa grandeza mimosa la Divi-
ras. E incluso azotadas por el viento zoso elogio: «En una belleza esplén- na Providencia adorna a sus criaturas.
—reflexionaba una vez el Prof. Plinio dida que aterra, / pasas desatando un
Corrêa de Oliveira— las palmeras no aire de guerra».7
Fructificando bajo el
pierden su altiva apariencia: «Se incli- Hay palmeras que se asemejan a velo de la humildad
nan con elegancia, como una gran dama guerreros siempre en su puesto de «Aunque la palmera sea la princesa
haría una reverencia. Ofrecen resisten- guardia, vigilantes contra el adversa- de los árboles, es, sin embargo, la más
cia al viento, como diciendo: “¿Quieres rio, con la espada desenvainada, en la humilde, lo cual lo demuestra al es-
derribarme? ¡Me volveré más grácil!”».4 inalterable posición de presentar armas conder sus flores»8 en grandes envol-
Sorprendentemente, sus raíces no a su Creador, el Señor Dios de los ejér- turas, llamadas espatas. Este elemento
son profundas, sino que se extienden citos. Paradójicamente, estas mismas constituye una interesante estrategia:
en rayos a su alrededor. Es como si de ramas se inclinan con encanto, combi- conserva los frutos protegidos de la in-
la tierra sólo buscara un apoyo para su- nando combatividad con amabilidad, temperie, exponiéndolos sólo cuando
bir a las altas regiones, enseñando a los radicalidad con compasión. están maduros.
hombres que en este mundo no hay mo- Es un símbolo de la grandeza que De igual modo, «solamente la hu-
rada permanente; caminan como hués- debe caracterizar al alma virtuosa, ya mildad sabe con sencillez hacer en pú-
pedes y peregrinos lejos del Señor, ha- sea de un prelado, un rey, un padre de blico lo que debe aparecer y en secreto
cia la patria celestial (cf. Heb 11, 13.16), familia o un religioso, pues la alta digni- lo que debe permanecer oculto».9 Quien
recompensa que espera a quienes se dad que su estado les confiere, lejos de es verdaderamente humilde reconoce
mantengan fieles hasta el final: «Con repeler al pequeño, como que lo invita: sus propios talentos, los dones naturales

Mayo 2025      47 Sumario 


y sobrenaturales recibidos, pero no se dos mil seiscientas especies. Es una de Florecerán y se multiplicarán
jacta esperando ser visto y alabado por las plantas más valiosas para el hom- como la palmera
los hombres; sabe que no posee nada bre, ya que de ellas se puede aprove- Parece muy apropiado que en el
que no haya recibido (cf. 1 Cor 4, 7). char casi todo: raíces, tronco, palmito, formulario de la misa del Común de
«La palmera no deja ver sus flores hojas, racimos fructíferos… los Santos una de las opciones para la
hasta que el calor vehemente del sol Recordemos, por ejemplo, la nutri- antífona de entrada esté tomada del
hace que se abran sus vainas, fundas tiva y terapéutica agua de coco, utili- salmo: «El justo crecerá como una
o bolsas en donde están encerradas; zada por la medicina popular con pro- palmera, […] plantado en la casa del
después de lo cual muestra de repente bada eficacia, y la pulpa, con la que se Señor, crecerá en los atrios de nuestro
su fruto. Lo mismo hace el alma justa; elaboran dulces, helados, cremas, ge- Dios; en la vejez seguirá dando fruto y
pues conserva sus flores, es decir, sus latinas, zumos, vinos, licores… Otras estará lozano y frondoso» (91, 13-15).
virtudes, escondidas bajo el velo de la palmeras son valiosas por las semillas ¿Qué sería de la humanidad sin la
santísima humildad, hasta la muerte, de sus frutos, de las que se extraen existencia de los santos, que la ele-
en que el Señor las hace brotar y las aceites ricos en vitaminas y útiles in- van? Hubo un tiempo en que no se
deja aparecer al exterior, porque sus cluso para la industria. Las hojas son encontraba rincón alguno despojado
frutos no deben tardar en aparecer».10 usadas para cubrir las casas; las fibras, de la unción de un hombre probo o de
Es interesante señalar que las pal- en el arte de tejer sombreros, bolsos, una dama virtuosa; llenaban claus-
meras fertilizan allí donde son planta- cestas, cuerdas, redes, en fin, una in- tros, presbiterios, castillos y palacios,
das, adaptándose fácilmente al clima y finidad de artefactos. De su madera, casas, ciudades, países.
al suelo. Llenan el globo terrestre con ligera y fácil de trabajar, se fabrican Ahora bien, los santos no sólo
una admirable multiplicidad de más de miles de objetos y utensilios. marcaron las páginas de una pasada
y remota historia. Surgirán con tan-
to mayor esplendor cuanto más ne-
cesitado esté el mundo; y tal vez, en
alabanza de los que vendrán en los
últimos tiempos, un poeta del futuro
podría cantar: «Florecieron y se mul-
tiplicaron los justos por todo el orbe
de la tierra; rebasaron con mucho el
Reproducción

número de las palmeras, y en todas


sus propiedades las superaron».
Entonces se cumplirá el anuncio de
San Juan Evangelista recogido en el
Apocalipsis: «Vi una muchedumbre
inmensa, que nadie podría contar,
de todas las naciones, razas, pueblos
y lenguas, de pie delante del trono y
delante del Cordero, vestidos con ves-
Los justos florecerán y se multiplicarán sobre la tierra, llevarán la rama tiduras blancas y con palmas en sus
de la victoria y serán ellos mismos el trofeo del Dios victorioso manos» (7, 9). Llevarán la rama de la
Detalle de «La adoración del Cordero Místico», de Hubert van Eyck - victoria y serán ellos mismos el trofeo
Catedral de San Bavón, Gante (Bélgica) del Dios victorioso.

1
Josi, Enrico. «Palma». In: Pas- 3
Cf. San Francisco de Sales. te Mère de Dieu». In: Œuvres 8
San Francisco de Sales,
chini, Pio (Dir.). Enciclope- «Les vrays Entretiens spiri- Complètes. Vannes: Lafolye op. cit., p. 358.
dia Cattolica. Firenze: Sansoni, tuels». In : Œuvres. Annecy: Frères, 1907, t. v, p. 165. 9
Tissot, Joseph. La vida inte-
1952, t. ix, p. 650. J. Niérat, 1894, p. 365. 6
San Francisco de Sales, rior. 19.ª ed. Barcelona: Herder,
2
Beata Ana Catalina Emme-
4
Corrêa de Oliveira, Pli- op. cit., p. 365. 2003, pp. 425-426.
rick. Visiones y revelacio- nio. Conferencia. São Paulo, 7
Bilac, Olavo. «Palmeira im- 10
San Francisco de Sales,
nes completas. Buenos Aires: 12/10/1990.
perial». In: Obra reunida. op. cit., p. 359.
Guadalupe, 1952, t. ii, pp. 408, 5
Cf. San Juan Eudes. «L’enfan- São Paulo: Nova Aguilar, 1996,
412-413. ce admirable de la Très Sain- p. 279.

 Sumario 48      H e r aldos del E vangelio


u ¿Sabías… U

… que las «Misas gregorianas» son celebradas por los difuntos?


C uando muere un ser querido, a
menudo oímos el comentario: «Al
ribundo, para que se arrepintiera, y
determinó, como reparación pública
menos ya no sufrirá…». Sin embar- y para edificación de toda la comu-
go, esta expresión denota una visión nidad, que su cuerpo no fuera ente-
incompleta de las realidades sobrena- rrado en el cementerio del monaste-
turales. ¿No es cierto que el fallecido rio. Además, sobre su tumba debían
puede estar sufriendo dolores incom- ser pronunciadas las palabras de San
parablemente mayores en el Purgato- Pedro: «¡Vaya tu dinero contigo a la
rio y necesitar nuestra ayuda? perdición!» (Hch 8, 20).
Como madre extremosa, la San- Treinta días después de la muerte de
ta Iglesia siempre ha recomendado a Justo, San Gregorio tuvo compasión
sus hijos que apliquen los frutos de la del difunto y, pensando con gran dolor
santa misa por los difuntos. Así pues, en los suplicios que podría estar su-
desde tiempos remotos, los fieles han friendo, le ordenó al prior del monaste-
solicitado la celebración de eucaristías rio que celebrara diariamente el santo

Francisco Lecaros
en sufragio de las almas de los falle- sacrificio por el eterno descanso del
cidos, a fin de acelerar su liberación incumplidor. Al cabo de un mes, Justo
de las llamas purificadoras. Esta cos- se le apareció a su hermano y le reveló
tumbre se intensificó después de un que había sido liberado del Purgatorio
suceso ocurrido con el papa San Gre- gracias a la «Hostia salvadora».
gorio Magno (cf. Diálogos. L. iv, c. 57, La confianza en la eficacia del san-
n.os 8-17) en el siglo vi, que dio origen a to sacrificio dio origen a la tradición
El Purgatorio - Santuario de Nuestra
una práctica peculiar en la Iglesia, que de celebrar treinta misas consecutivas
Señora de La Salette (Francia)
perdura hasta nuestros días. por una persona fallecida. Aunque es-
Un monje llamado Justo, viendo oro entre sus pertenencias, algo ab- tas misas no tengan actualmente un
que se acercaba el final de sus días, solutamente prohibido por la regla. formulario propio, la costumbre conti-
le confió a su hermano, el médico que Al enterarse, San Gregorio mandó núa hasta hoy con el nombre de Misas
le asistía, que tenía tres monedas de que reprendieran severamente al mo- gregorianas.

… que el blasón de Portugal fue entregado por Jesucristo?


E ra la noche del 24 de julio de 1139.
Alfonso Henriques, que sería el
primer rey de Portugal, tenía frente a su
le deslumbró los ojos y pudo ver la figu-
ra de Jesús crucificado.
El «Fundador y Destructor de Impe-
Henriques diseñó el escudo de armas
de su pueblo según las órdenes del Se-
ñor: cinco escusones de azur puestos
campamento a cinco monarcas moros rios» —como Cristo se llamó en la vi- en cruz —en memoria de las cinco
con sus respectivos ejércitos. Mientras sión— se le apareció para anunciarle la llagas de Cristo y de los cinco reyes
suplicaba la ayuda divina, una fuerte luz victoria, no sólo en aquella batalla, sino moros derrotados—, conteniendo
también en todas las demás que el prín- cada uno cinco bezantes de plata que,
cipe libraría. Más aún: venía a fundar sumándolo todo, recuerdan las treinta
un reino que predicaría su Nombre en monedas de plata con las que Judas
regiones lejanas. Y a fin de marcar para vendió a Jesús.
Reproducción

siempre a la nueva nación, el Redentor Y así se perpetúa el símbolo de Por-


añadió: «Comprarás tus armas por el tugal, tan bien descrito por Camões en
precio con que compré al género hu- Os Lusíadas: «Vedle en vuestro escu-
mano, por aquel que fui comprado a los do, que presente / os muestra la victo-
judíos, y este reino será santificado». ria ya pasada, / en la que os lo dio por
Habiendo obtenido la imposible armas, y dejó / las que Él tomó para sí
Escudo de armas de Portugal victoria sobre sus enemigos, Alfonso en la cruz» (Canto I, 7).

Mayo 2025      49 Sumario 


u Tendencias y mentalidades U

Moral…, ¿manipulada?
Comportamientos corrientes, a los que a menudo no
les damos la más mínima importancia, pueden influir
profundamente en la formación de nuestra mentalidad…

õ P. Louis Goyard, EP

E n el mundo de ayer, nos acos-


tumbramos al hecho de que
los ordenadores lograron
imitar paulatinamente todo lo que po-
tros, como sociedad, quienes gestio-
namos la tecnología. Durante algún
tiempo, esa gestión estuvo en manos
de una «élite» de lunáticos que se co-
¿Chocó la taza del café contra el
ratón o en el panel táctil y ocurrió un
desastre? Ctrl + Z.
¿Pulsamos una tecla, ni siquiera sa-
seemos: copiaron nuestra lógica, ga- municaban en un lenguaje que sólo bemos cuál, y simplemente queremos
naron más memoria, multiplicaron su ellos entendían. Sin embargo, actual- «deshacer» lo que hicimos, sin impor-
capacidad de procesamiento en lugar mente nos encontramos a las puertas tarnos cómo? Ctrl + Z.
de nuestra inteligencia; adquirieron de que la tecnología, por medio de la A menudo el Ctrl + Z es nuestra
cámaras en lugar de ojos, micrófonos inteligencia artificial, adquiera su de- salvación. Siempre funciona. Nunca
en lugar de oídos, altavoces en lugar de sarrollo por sus propias «manos». —o casi nunca— hacemos algo que
boca… Podría decirse que el hombre Mientras esto ocurre, nuestra psico- no pueda deshacerse con ese simple
ha servido de modelo para muchos in- logía, un tanto obligatoriamente, aun- toque. Parece una máquina del tiempo,
ventos técnicos y que, a su vez, los téc- que a veces todavía insensiblemente, que nos permite volver a la seguridad
nicos también han buscado reproducir se va amoldando a la influencia que el del pasado, como si nunca hubiéramos
mediante la informática casi todas las universo digital ejerce sobre nosotros. tropezado con el susto del presente.
actividades humanas. Hasta tal punto nos condiciona —no Ctrl + Z es mágico; es casi un dios.
Poco a poco, la informática, que ini- sólo en nuestras acciones, sino incluso Sólo tiene un inconveniente: como
cialmente había sido un lujo esotérico en los misteriosos mecanismos de la tantas otras cosas, esas teclas prodi-
y carísimo, reservado a unos cuantos, psicología que rigen nuestra forma de giosas actúan sobre nuestra psicología.
se transformó en algo importante, lue- juzgar o reaccionar, es decir, nuestra La repetición tiende a crear hábitos.
go corriente y, finalmente, inseparable mentalidad— que el mundo real em- Por otro lado, cuando nuestro cere-
del proceder humano. Hoy ya no hace- pieza a resentirse. bro encuentra una solución, tiende a
mos nada sin ella y quizá ni siquiera Consideremos un punto, a modo de aplicarla a otros ámbitos, por analo-
sepamos vivir sin ella; se ha converti- ejemplo… gía. Hábitos y analogías, combinados,
do en una prolongación de nuestro ser. Siempre que cometemos un error acaban dando cierta connotación de
Llamado, al principio, «animal en el ordenador, instintivamente pro- absoluto, incluso inconscientemente, a
racional», el hombre ha sido conside- bamos arreglarlo presionando Ctrl + Z algunas soluciones muy utilizadas.
rado sucesivamente un «animal polí- (o Comando + Z), ¿verdad? Y aquí tenemos problemas. En
tico», un «animal libre»… y ahora es ¿Hemos borrado accidentalmente nuestra vida real —vivida en carne,
un «animal digital». Queda por ver si un párrafo de nuestro trabajo? Ctrl + Z. hueso y alma— no hay máquina del
todavía sigue siendo un animal. En ¿Sin querer estropeamos la imagen tiempo ni Ctrl + Z. Nuestras actos son
efecto, en esta «evolución» se ha pro- que estábamos retocando? Ctrl + Z. irremediables, definitivos. Un jarrón
ducido una inversión. ¿Invertimos la posición, alteramos roto se puede pegar, la leche derra-
A diferencia de lo que sucedía en el formato, cambiamos el color?… mada se puede reponer, un insulto se
épocas antiguas, ya no somos noso- Ctrl + Z. puede perdonar y reparar; pero el he-

 Sumario 50      H e r aldos del E vangelio


cho concreto no puede deshacerse ni en la vida moral. Podemos, sin duda, «no ocurrido»: si he matado a alguien,
anularse. esforzarnos por volver atrás en un mal éste no volverá a la vida.
A pesar de ello, el uso indiscrimi- camino emprendido, incluso pode- Así pues, el pecado existe, la virtud,
nado de los medios digitales parece es- mos superar por completo los efectos también; ambos están a nuestro alcan-
tar creando una «generación Ctrl + Z»: deletéreos de ese error; no obstante, ce, pero la decisión es sólo una, y puede
personas con una mentalidad defor- nunca cambiaremos la historia, que ser equivocada. Cada decisión, como
mada, cada vez más irresponsables. Se ha registrado aquella desviación que cada acto de libre voluntad, será juz-
exponen a riesgos absurdos —como hubiéramos querido evitar. El propio gada por Dios, que premiará la virtud
tomarse peligrosísimas selfis en luga- sacramento de la confesión perdona la y castigará el vicio. Y ante el augusto
res imposibles—, no miden las conse- culpa del pecado, pero no torna al acto juicio del Altísimo, no hay Ctrl + Z.
cuencias de sus actos, adoptan actitu-
des aberrantes, casi como si no tuvie-
ran instinto de conservación. Gastan,
roban, matan, se portan mal… y luego
se llevan un susto tremendo cuando se
encuentran ante las sanciones de la ley.
Y eso fue la inversión que ha habi-
do: primero modelamos la tecnología,
pero ahora estamos siendo modelados
por ella.
Ahora bien, así como el Ctrl + Z no

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existe en la vida real, menos aún existe

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Sumario 
La Visitación - Catedral de
Chartres (Francia)

Francisco Lecaros
Canal eficaz de la acción del Espíritu Santo

E n el episodio de la Visitación, podemos


contemplar a la Santísima Virgen desde
En el encuentro con Santa Isabel, se desco-
rre el velo en cuanto al papel de María en la
un ángulo poco conocido y amado, aunque de santificación de la Iglesia, al ser Ella como
capital importancia para comprender la mi- un solo espíritu con el divino Consolador, en
sión de nuestra Reina celestial: en cuanto Es- virtud del vínculo esponsalicio de naturaleza
posa mística del Espíritu Santo. Bajo este tí- mística que se estableció entre ambos a par-
tulo, Nuestra Señora brillará en los siglos fu- tir de la Anunciación.
turos por su capacidad de cambiar las almas
con una eficacia superior a toda expectativa. Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP

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