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8 Fray Luis A de Mattos OSA

El IX Simposio del Pensamiento de San Agustín en Lima, Perú, se centra en la recepción del Sínodo en la realidad de América Latina y el Caribe, destacando la importancia de la sinodalidad en la Iglesia. Fray Luiz Augusto de Mattos OSA enfatiza la necesidad de un compromiso con la justicia social y ecológica, superando el clericalismo y promoviendo una Iglesia como Pueblo de Dios. Se aboga por una espiritualidad sinodal que fomente la inclusión y el diálogo interreligioso, enfrentando los desafíos contemporáneos de desigualdad y exclusión.
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8 Fray Luis A de Mattos OSA

El IX Simposio del Pensamiento de San Agustín en Lima, Perú, se centra en la recepción del Sínodo en la realidad de América Latina y el Caribe, destacando la importancia de la sinodalidad en la Iglesia. Fray Luiz Augusto de Mattos OSA enfatiza la necesidad de un compromiso con la justicia social y ecológica, superando el clericalismo y promoviendo una Iglesia como Pueblo de Dios. Se aboga por una espiritualidad sinodal que fomente la inclusión y el diálogo interreligioso, enfrentando los desafíos contemporáneos de desigualdad y exclusión.
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IX SIMPOSIO del PENSAMIENTO de SAN AGUSTIN desde AMÉRICA LATINA y EL CARIBE

CASA DE ESPIRITUALIDAD SAN JOSÉ DE CLUNY, LIMA PERU


POR UNA RECEPCION DEL SINODO EN LA REALIDAD CONTINENTAL
PADRE FREI LUIZ AUGUSTO DE MATTOS OSA
MAYO 15 2025

Padre Fray José Ignacio Busta OSA: Con la Ponencia “Por una recepción del Sínodo en la
Realidad continental” nos acompañará en este tema Fray Luiz Augusto de Matos, religioso
agustino y presbítero de la provincia Nuestra Señora de la Consolación de Brasil. Fue vicario
regional del Vicariato de la Consolación, del entonces vicariato, por dos mandatos, y fue
secretario general de OALA entre los años 2002 y 2006. Posee una licenciatura en estudios
sociales y geografía por la Pontificia Universidad Católica de Minas Gerais, licenciatura en
teología por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, una maestría en teología
dogmática por la Facultad de Teología de Nuestra Señora de la Asunción y una maestría en
teología por el Centro Universitario Asunción. Es también doctor en teología moral por la
Facultad de Teología de Nuestra Señora de la Asunción. Y también posee otro doctorado en
educación por la Universidad San Francisco. Fue profesor de teología moral y de bioética por
más de 30, inclusive me dicen 40 años, en diversas universidades e institutos religiosos en Brasil.
Fue asesor de la Conferencia de Religiosos de Brasil y también asesor de diócesis y
congregaciones religiosas. Acompaña actualmente movimientos sociales a nivel nacional en
Brasil. Actualmente trabaja como asistente religioso en la Escola Social Santagostinho en
Braganza Paulista y también como psicoterapeuta en la misma ciudad. Recibamos a nuestro
hermano con un fraterno aplauso.

Padre Fray Luiz Augusto De Mattos OSA: Buenos días para todos y todas. Espero que nos ocurra
un milagro en Pentecostés, que todos puedan comprender la lengua portuñol.
Por eso, está disponible aquí la lengua, para que puedan acompañar mi exposición. Primero,
quiero agradecer la oportunidad de estar en el simposio. Agradecer a todos de manera directa,
indirecta, por favorecer mi presencia en este simposio.
Segundo, después de ponencias tan brillantes como la de mi hermano Monseñor Edinson Farfán,
OSA la hermana de ayer, los historiadores Mauricio, Luiz Antonio, Sabino, Aridio. Yo me
preguntaba, ¿y ahora? ¿Qué voy a hablar? Después de ponencias tan brillantes y ¡ya!, yo pensaba,
ya no hay más nada que hablar. Pero voy a intentar algo. A presentar, diría, una exposición que
sea un poco, diría, una síntesis, como pienso que debería ser nuestro compromiso en
Latinoamérica y Caribe, a partir del sínodo. Y quiero hablar, diría, primero con esperanza, mucha
esperanza, y también con lucidez crítica. Por eso, vamos al trabajo.
Por una recepción del sínodo en la realidad continental. El periodo de 2021-2024 tuvo lugar el
proceso sinodal, y concluyó con la segunda sesión, del 12 al 27 de octubre del 24. El sínodo tuvo
como objetivos desencadenar, favorecer, posibilitar un proceso de una iglesia en estado
permanente de sinodalidad, porque la sinodalidad es constitutiva de la iglesia, o al menos
debería ser. La iglesia es por naturaleza sinodal. Al mismo tiempo, el sínodo de la sinodalidad
también se preocupó por la apuesta en marcha de una cultura eclesial laical, porque entendía
que el bautismo es la fuente de todos los ministerios, a través de los cuales se dinamiza un pueblo
en la corresponsabilidad de todos los bautizados. Esto se encuentra en el documento final del
sínodo en el número 21-22. El sínodo también ha favorecido la reanudación del proceso de
recepción de la eclesiología del Concilio Vaticano II, sobre todo ante una evolución eclesial que
se ha venido produciendo hasta la llegada del Papa Francisco.

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Esto es muy importante, tener muy claro la importancia del síndrome, porque la iglesia en
Latinoamérica pasaba por un momento, diría, de retroceso, cuanto diría a un sector de la iglesia,
no toda la iglesia del continente. Un sector de la iglesia pasaba por, como se diría, retroceder a
una doctrina preconciliar. Todavía este movimiento sigue. En algunos movimientos, en algunas
parroquias, en algunos países más que otros, movimientos dentro de la iglesia que quieren, diría,
seguir con la doctrina preconciliar. Por eso la importancia, diría, del sínodo de la sinodalidad.
Por eso hay una cita aquí, que es muy importante, este artículo del Padre José Ignacio Faus, JHS,
“El Meollo de la evolución eclesial”. Está en la cita 3. Muy importante leer este artículo de Faus.
A partir de estos objetivos, es importante, es imprescindible, reflexionar y tratar de hacer posible
una OALA que esté en sintonía con el camino sinodal; entre los temas que deben interpelar a los
agustinos del continente latinoamericano y caribeño, creo, que lo podemos destacar algunos
tales como, primero, asumir la profecía social que está aquí, el documento número 16, 153,
documento final, que exige un estilo de vida cristiana frente al mundo atravesado por la
desigualdad social, la destrucción de la naturaleza, que es muy serio, las organizaciones
neofascistas nazis, la violencia, los regímenes autoritarios que amenazan la democracia, la
concentración de poder que excluye a los pobres, a los marginados, las minorías y la tierra,
nuestra casa común. Ese está en el número 48.
Segundo, vivir una estructura religiosa de comunión, participación y misión. Si la sinodalidad es
un caminar juntos, la orden del continente debe asegurar un discernimiento y una toma de
decisiones que apunten una acción evangelizadora a partir de los grandes desafíos y de los signos
de los tiempos. Siempre me pregunto, ¿qué signos de los tiempos tenemos en nuestra
conciencia? ¿Qué entendemos hoy en día por signos de los tiempos? ¿Qué signos de los tiempos
podemos destacar? ¿Dónde están los signos de los tiempos? Preferencialmente la relación con el
mundo de los pobres excluidos, documento final 19.
Tercero, seguir promoviendo una eclesiología en la que la Iglesia sea entendida como Pueblo de
Dios. El número de 15 a 18 del documento final. Aquí está. Superando el clericalismo. Aquí se ha
hablado de esto. Es una cuestión, diría, muy seria. Este problema del clericalismo, cuando, diría,
los sacerdotes, diría, consagrados y consagradas, se consideran, diría, poderosos y excluyen,
diría, los pequeños, los laicos y laicas de las comunidades, las parroquias. ¿Cómo superar este
clericalismo, que no es fácil? Por eso es posible, diría, hablar de una verdadera sinodalidad, si no
superamos esta manera de ser, diría, de poder autoritario, dominador, que excluye. Después
tener, diría, este eclesiocentrismo, que es muy serio también, y un cristianismo de sesgos, de
trazos, preconciliar. ¿Cómo superar eso para que podamos estar asumiendo o comprometiendo
con la sinodalidad? Dar testimonio de diálogo y servicio con los diversos sectores de la sociedad.
Vivir, diría, una postura inculturada. Una pastoral inculturada e inserida, insertada, donde se
vive el protagonismo de una misión para la fraternidad universal, y la interacción con culturas,
religiones, etnias, identidades, afectivos, sexuales, sin discriminar, sometiendo al diferente, al
otro y al nuevo.
¿Cómo tenemos dificultad? ¿Posemos, diría, de mucho preconcepto con lo diferente? Como ayer
hablaba la hermana de afros, descendientes, ¿con otras identidades afectivas, sexuales, tenemos
dificultades? Al menos nosotros varones somos muy machistas, somos machistas. ¿Y cómo
también nosotros discriminamos a las mujeres? Sobre todo, a las laicas, que frecuentan nuestras
parroquias. Eso es muy serio.
Y después nosotros hablamos de Sínodo de la sinodalidad. Hay una distancia muy grande entre
la prédica y la práctica. Lo que soñamos y que practicamos, es una distancia que nos asusta. Creo
que nosotros debemos tener vergüenza de ciertas prácticas que aún siguen sucediendo en
algunas experiencias. Algunas experiencias. Muy serio sería esta mentalidad patriarcal, sexista,
hetero centrada. Eso acabamos, diría, sometiendo a algunos a un poder que discrimina. Por eso
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la OALA tendrá que trabajar o seguir trabajando, porque también tenemos experiencias bonitas.
Seguir trabajando por una vivencia de la Iglesia como pueblo de Dios que supere la estructura
patriarcal, piramidal, jerárquica, propia de un modelo de Iglesia de la cristiandad.
Aquí los historiadores hablaban mucho del patronato, que vive el binomio clero y laicos. Y donde
los laicos son clericalizados. La mujer en muchas situaciones no tiene poder de decisión. Son
disminuidas, sin poder de voz. ¿Y cómo hablar de sinodalidad? Todos juntos. ¿Juntos cómo? Así,
discriminando. No es posible la sinodalidad. Ayer Mario hablaba, diría, mucho de la profundidad.
Es un poco su pesimismo, y yo concuerdo en parte.
Cuarto. Testimoniar una vida consagrada al servicio del reino de Dios, y que, en consecuencia,
testimonia un modo de ser y un modo de actuar como compromiso con la vida, los seres vivos y
la casa común. Documento final 23. Tener conocimiento y la conciencia de que la vida de la
inmensa mayoría de las personas clama justicia por la justicia social. Y la tierra clama, grita, por
justicia ecológica y sostenibilidad digna. Eso es muy serio. La tierra, el planeta, clama, grita por
justicia ecológica. Y como nosotros, como humanidad, civilización, vivimos, diría, conectados con
todo lo que existe, no se puede desconsiderar un compromiso de estar, diría, en defensa de la
tierra, de todos los seres vivos, sino que sinodalidad, sinodalidad, no pasará de un concepto, de
un tema, nada más, y no de un compromiso. Eso es muy serio. Vivir la sinodalidad desde el
comunismo, como nosotros dialogamos con otras iglesias, religiones, no es fácil. Pero, ¿qué
iniciativa podemos, como OALA, asumir? El otro punto es diálogo interreligioso. Vivir una
espiritualidad sinodal, ¿qué espiritualidad sinodal? ¿Cómo será esto? Una espiritualidad que nos
lleva a asumir, diría, la fraternidad, una” fraternura” con ternura, con amor, hermanos y
hermanas que se aman, que se quieren bien, respeto, sin pre concepto.
¿Cómo vivenciar esta fraternidad, la solidaridad? Una verdadera, diría, comunión de vida, de
historia entre nosotros. Por eso, vivir la espiritualidad basada en la humildad, la paciencia, la
acogida, la disponibilidad para perdonar y ser perdonados, desde sus raíces en el contexto
eclesial y social asumir una creatividad misionera, está en el número 111, 118 del documento
final. Y una escucha auténtica. ¿Quiénes sufren exclusión y marginación, como ha hablado ayer
muy bien la hermana? Muy bien. ¿Cuántos sufren exclusión? ¿Son discriminados? Cultivando,
defendiendo y promoviendo estos pasos. ¿Es posible que los agustinos continúen viviendo la
misión del continente de forma viva, esperanzadora, profunda, verdadera, corresponsable y
profética, a partir de estos pasos? Todos. Esta es una manera de superar el vacío, la brecha, la
falta de relevancia de la civilización humana actual. Comentando sobre la misión en la actualidad,
dijo un teólogo brasileño, muy conocido en Latinoamérica por algunos, Brigentti, Agenor
Brigentti. Trabaja en Curitiba. ¿Y cómo se ha reducido al modo de hacer las cosas? La misión se
ha quedado sin suelo. Sin que se nos diga en qué mundo estamos. ¿Cuáles son los desafíos
actuales para la humanidad y para la acción de la Iglesia? ¿Cuáles son las causas de la pobreza o
de las migraciones? ¿De la crisis ecológica? ¿De las guerras, de la violencia urbana? Es como si
tuviéramos el Vaticano II sin Gaudium et Spes.
Salir al mundo, pero ¿a qué mundo salimos? ¿Y para hacer qué? ¿Qué mundo y para qué? Lo que
dice Gaudium et Spes , el sínodo de la sinodalidad solo lo insinúa. Por eso es importante, ¿no?
Esto, contextualizar, partir de una realidad muy concreta. Si no, hablamos de sinodalidad, pero
¿a partir de dónde, hablamos? ¿Para qué? La sinodalidad. Es una pregunta muy seria que
debemos llevar en cuenta cuando pensamos, diría, en una vida de sinodalidad.
Si en las últimas décadas la Iglesia ha retrocedido en su orientación al Concilio Vaticano II, en
algunos sectores de la Iglesia, que la ha llevado a vivir entre la insignificancia para las personas
y la irrelevancia para la sociedad, en algunos países. ¿Qué significancia, qué relevancia tenemos?
Con las comunidades cristianas, en definitiva, con quienes sufren o experimentan la orfandad
cultural, social, eclesial, para ellos es urgente y fundamental un proceso de conversión,
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documento número 5052, que aleje la vida religiosa del individualismo, elitismo,
aburguesamiento y autor referencialidad. Es muy serio hoy también enfrentar este problema del
individualismo, pues podemos, diría, como comunidad cristiana, como persona, podemos ser
muy elitistas y vivir, diría, en nuestro castillo, muy protegido contra las intemperies, las
violencias de la sociedad.
Podemos estar en nuestro castillo muy seguros y ver al pueblo vivir otra vida. ¿El desapego del
contexto sociocultural político? Una pregunta que siempre tengo para mí. Nosotros, como
cristianos y cristianas, ¿qué leemos? ¿Qué libros? Incluso hay un libro muy bueno, te lo
recomiendo. El Técnico Feudalismo. El Poder del Mundo Mediático. Microsoft, Apple, todo esto.
Vale la pena leer este griego, es un autor griego. Una sugerencia. Nosotros, como somos servos,
servos útiles para las empresas, como Apple y todo esto. Instagram, Tik Tok, todo esto. Muy
interesante esto, este libro. Es en la cotidianidad de la vida, en nuestro cotidiano y del mundo,
que es posible encontrar al Señor. El Mateo 25, 35. Desde la cotidianidad de la vida y del mundo,
no afuera. Es en la acción concreta de liberar a los cautivos, dar vista a los ciegos, de mover la
libertad a los oprimidos. Lucas 4, 18.
Que la Orden agustiniana y la familia agustiniana podrá señalar su compromiso con el plan de
Dios y así seguir siendo una presencia viva, profunda, verdadera y profética de la palabra, del
compromiso con el Señor. ¿Está claro? ¿Comprende? Hoy está muy complicado todo esto.
Para vivir, vivir es muy complicado. Seguimos.
En una interpretación en recepción esperanzada del sínodo, se puede constatar que el resultado
del documento final da espacio para seguir avanzando según la tradición de la Iglesia, explicitada
en el documento de ahí. Como se ha comentado estos días, Medellín, Puebla, Santo Domingo,
Aparecida, Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, el sínodo para la región pan-
amazónica. En las conferencias episcopales del continente, no ha dejado de tener lugar la
recepción del Vaticano II, pero siempre es la luz del contexto latinoamericano y del Caribe de
pobreza, injusticia social, opresión, lugar de los pobres en la Iglesia, Iglesia inculturada y
liberadora. Es en esta tradición eclesial que OALA debe seguir trabajando.
Esto es muy importante. El documento final del sínodo sobre la sinodalidad es luz, aliento e
inspiración para seguir recorriendo e innovando nuestra presencia en la realidad continental. A
pesar de las dificultades actuales debido al avance del neo pentecostalismo, que es muy serio,
neo conservadorismo y del fundamentalismo en las iglesias cristianas, el avance político de una
extrema derecha retrógrada, autoritaria, neofascista, al poder de las redes sociales, por eso es
importante este libro, para hacer el juego a la política económica del capitalismo neoliberal, que
defiende un mercado libre, sobre todo libre de la intervención del Estado con programas
sociales, pensando aquí en los pobres, los últimos de la historia, esta situación innegablemente
preocupante y increíble de apoyo de un sector de claro, más joven y de muchos fieles de la iglesia.
Esto es muy serio, muy serio. Por eso, hay que seguir viviendo la terquedad, la obstinación
evangélica y la esperanza a pesar de la desesperanza. Vivir la esperanza a pesar de la
desesperanza. Vivir, diría, la esperanza de que podemos vencer. No se puede sucumbir al poder
de muerte de los ídolos que evangelizan la sociedad actual. ¿Cuántos ídolos? Ídolos. Vivimos una
verdadera idolatría. Es necesario e importante seguir cristianizando las comunidades
agustinianas desde el horizonte de una evangelización que aproveche el sínodo, aquí es un punto
importante, aproveche el sínodo como un punto de partida. Un punto de partida, no de legada.
Es muy distinto. Sin África, sin Asia, el sínodo es, diría, un punto de llegada para nosotros, un
punto de partida. Tenemos ya una tradición religiosa eclesial que debemos rescatar y seguir
avanzando.
Hay en Latinoamérica y el Caribe ya hay una tradición. Por eso el sínodo como punto de partida,
seguir adelante. Esto es importante para no caer en una doctrina preconciliar y seguir
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caminando, como habla, cuántas conquistas. En ese sentido que surge la necesidad de rescatar,
actualizar, impulsar algunos de los pasos consolidados del sínodo por ello, presentaremos
algunos pasos, algunos pasos, entre muchos otros, que nos parecen iluminadores y
fundamentales para que la orden agustiniana en el continente ayude en esta fase de recepción,
implementación y realización del sínodo y al mismo tiempo se convierta en una experiencia
sinodal. Algunos pasos.
Primero, la reafirmación de la opción por los pobres y de los pobres como anunciantes de la
salvación, además de ser considerados promotores o sujetos de la evangelización. Incluso aquí
hay un comentario, en la Conferencia de los obispos en nuestro país, han adulterado el texto. Un
punto, el punto 19, en lugar de colocar a los pobres como sujetos, y aquí está, aquí de Perú, está
correcto, la conferencia de Brasil ha colocado a los pobres no como sujetos, como destinatarios.
Esto es una adulteración del texto. Yo comenté con el señor Farfán, el Monseñor dijo que va a
comentar con el PAPA, con el PAPA. No se puede adulterar el texto. Esto ha pasado con la
conferencia brasileña. Esto es muy serio, muy serio. Ya comenté con teólogos, ya comenté con
obispos, pero nada han hecho.
Segundo, implicarse y actuar en las comunidades eclesiales de base, el síndrome ha consolidado
como un modo de ser de la iglesia, un modo de ser de la iglesia.
Tercero, testimoniar en la iglesia como sacramento del reino, es decir, la iglesia como germen y
principio del reino en la tierra. Aquí están todos los puntos del documento final. Superar el
eclesiocentrismo, el retorno a la gran disciplina. Una iglesia autorreferencial. La iglesia
evangeliza haciendo realidad el reino de Dios en el mundo.
Cuarto, la iglesia como experiencia de ser pobre con los pobres. En Número 19, el pueblo pobre
como sujeto y no solamente como destinatario. Vivir una denuncia profética de las
desigualdades, de las tendencias autocráticas y dictatoriales, el desencanto con el
funcionamiento. De la democracia, de cómo se vive la democracia, del predomino del modelo del
mercado, de la vulnerabilidad de las personas, de la creación.
Seis, preocupación por la tierra, nuestra casa común y la ecología integral. La hermana ayer ya
ha hablado muy bien de esto.
Siete, un pueblo de discípulos misioneros. Está en Números 142, 144, entre otros.
Ocho, un compromiso con la doctrina social de la iglesia. El documento final menciona temas
como la paz, la justicia, el cuidado de nuestra casa común, el diálogo ecuménico, intercultural,
interreligioso, la defensa de la vida y los derechos de la persona, la dignidad del trabajo, una
economía justa y solidaria, la economía integral. Número 23, 65
Nueve, promover en la iglesia que sea toda ministerial. Toda ministerial. Esto es muy importante.
Y por ello necesitamos entender el bautismo como la fuente de todos los ministerios de la iglesia.
Se trata de una experiencia que favorece la interacción dialógica y cooperativa entre todos los
que pertenecen a la iglesia. Pueblo de Dios. Ahí está en tantos números en el documento final.
Cito 21, 22, 75, 77, 87, 89. Tantos números ahí. Buscar constantemente una iglesia sinodal, una
experiencia de iglesia que también se ha vivido en diversas regiones del continente. Experiencia
que fue abordada, por ejemplo, en la primera asamblea eclesial en América Latina y el Caribe.
Once, la cuestión de la transparencia y de la redención de cuentas. Para luchar contra los abusos
sexuales, los abusos de poder económicos, los abusos espirituales. El Sínodo obliga a crear una
cultura de la transparencia y la redención de cuentas y evaluar periódicamente las
organizaciones eclesiales.
Doce, el espacio digital entre la amenaza y la alianza respecto a la evangelización. Pues
conociendo la ambigüedad, está aquí el número 58, 113, 149. Sobre el mundo digital hay que
saber cómo evangelizar e interactuar responsablemente con los medios sociales. El trabajo de

5
organización y movilización se puede hacer desde el mundo digital. Ya no es posible prescindir
del mundo digital, ya.
Termino. A partir de estos pasos básicos y orientaciones que ofrece el documento final, la misión
tarea de y para la Orden en el continente latinoamericano y caribeño es asumir la misión esencial
de evangelizar. Documento número 32. Creo que estos pasos se remontan al Concilio Vaticano II
y retoman experiencias que la orden ya ha tenido en el continente, abriendo espacio a la
experiencia de la Sinodalidad. Finalmente, proporciona una reactualización y una apertura por
una parte de los agostinos al testimonio de caminar juntos en este tiempo eclesial y social muy
complicado, difícil, pero lleno de oportunidades para vivir la misionalidad por el reino. Muchas
gracias por su paciencia.

Padre Fray Jose Ignacio Busta OSA: Muchas gracias, hermano. Vamos a dejar todas las
preguntas o reacciones que tengamos a este tema para el siguiente momento, que va a ser la
mesa redonda.

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