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Reporte de Cambiando Lo Incambiable

El documento presenta un enfoque de psicoterapia basado en la terapia breve centrada en soluciones, que se centra en la percepción del problema por parte del individuo y en las interacciones que lo rodean. Se argumenta que los intentos de solución del paciente pueden perpetuar el problema, y se propone un cambio mínimo pero estratégico para generar un efecto dominó en el tratamiento. Este modelo evita etiquetas diagnósticas limitantes y se enfoca en la descripción del comportamiento y el contexto, promoviendo la autonomía del paciente en la búsqueda de soluciones.

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Reporte de Cambiando Lo Incambiable

El documento presenta un enfoque de psicoterapia basado en la terapia breve centrada en soluciones, que se centra en la percepción del problema por parte del individuo y en las interacciones que lo rodean. Se argumenta que los intentos de solución del paciente pueden perpetuar el problema, y se propone un cambio mínimo pero estratégico para generar un efecto dominó en el tratamiento. Este modelo evita etiquetas diagnósticas limitantes y se enfoca en la descripción del comportamiento y el contexto, promoviendo la autonomía del paciente en la búsqueda de soluciones.

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Nombre: María Alejandra Núñez Bodden

Matrícula: Matrícula: 22-0992


Fecha: 12 de junio del 2023

Reporte Cambiando lo Incambiable

El texto ofrece una visión sobre cómo abordar un problema en psicoterapia según el
modelo de terapia breve centrada en soluciones basado en principios clave. En primer lugar, el
autor nos indica que, si no hay queja, no hay problema, es decir, que un problema solo existe si la
persona lo percibe como tal. No se basa en los conceptos de normalidad o anormalidad, sino en
la queja del individuo. Cada queja es válida, ya que cada individuo tiene su propia escala de
valores para determinar lo que es aceptable o inaceptable.
Otro concepto importante abordado en el primer capítulo es el de soluciones intentadas
como parte del problema. El texto propone que los problemas persisten debido a los intentos
repetidos y poco probable de resolver por parte del paciente. Menciona que la "solución
intentada" es a menudo contraproducente, manteniendo o incluso agravando el problema. En
lugar de luchar para superar el problema, se sugiere que la persona debería dejar de hacer lo que
hace para intentar resolverlo. Por ejemplo, en vez de que una madre realice grandes esfuerzos
discutiendo con su hija adolescente para que se bañe antes de irse a dormir, podría bajarse del
“ring” e indicarle que puede elegir no bañarse, pero no podrá ver la televisión con los demás
porque no está limpia. Esto producirá una respuesta diferente, puesto que son intentos diferentes
a los que se habían efectuado hasta el momento y permitirá a la adolescente elegir no seguir las
reglas, pero habiendo consecuencias por sus acciones.
En otro ámbito, la interacción entre las personas es fundamental para entender y tratar los
problemas. Se pone el énfasis en analizar la interacción en torno a la queja presentada a
diferencia de los modelos más tradicionales como el psicoanálisis que se centran en explicar las
conductas desde el pasado y las relaciones con las figuras parentales como parte del trauma que
produce la conducta. Es por esto, que dicho modelo busca evaluar primero la conducta
problemática antes de ponerle un nombre y después tratarla.
También, este modelo propone que un cambio mínimo pero estratégico puede generar un
efecto dominó, produciendo cambios adicionales que permiten que el tratamiento sea breve,
siendo 10 sesiones el máximo tiempo que se diseña para el tratamiento. Esto debido a que se
asume que las personas son los expertos de sus propias vidas y son los que poseen las
herramientas para solucionar sus problemas, por lo que el terapeuta es un vehículo que les ayuda
a darse cuenta de esto para que tomen el control de ellas.
Finalmente, uno de los conceptos tratados al final del primer capítulo es en lugar de
centrarse en diagnósticos, este enfoque propone entender los problemas en términos de una
descripción de la conducta del paciente y de los intentos para resolver la situación. Las etiquetas
diagnósticas a menudo se consideran limitantes y desalentadoras, mientras que una descripción
detallada de la conducta y el contexto puede ofrecer una visión más completa y útil.
El segundo capítulo se centra en confirmar la hipótesis de que la terapia breve es un
modelo útil para tratar trastornos como la depresión profunda a diferencia de lo que comúnmente
se hace que es derivar a un psiquiatra una vez el paciente muestra signos de empeoramiento. El
caso presentado se realizó en 10 sesiones, tal como lo indica las bases de la terapia breve y se
trabajó inicialmente con los que tenían la demanda, los familiares del paciente identificado.
La demanda era la depresión del esposo luego de haber sufrido un ataque al corazón,
dejar el trabajo y mudarse a San Francisco. Parecía preocuparle el dinero y quedarse sin recursos
por lo cara que era la cuidad. Los intentos de los familiares hasta ese momento habían sido
animarlo y hacerle ver que las cosas no estaban tan mal como lo pintaba, que, aunque eran bien
intencionados, generaba más preocupación en el hombre.
El terapeuta hizo un reencuadre sobre el problema, presentándolo como la falta de dinero
y el futuro incierto por la edad avanzada que tenía. Esto generó en la hija una resistencia al
optimismo del terapeuta, recalcando los síntomas y episodios que han afectado la salud de su
padre, ya que en ese momento se cuestionó su realidad. Por ello, parte del trabajo del psicólogo
es validar y reencuadrar hasta que la persona pueda ser capaz de buscar otra solución más
adecuada a la queja que presentan.
Parte del tratamiento fue brindarles un marco nuevo donde se les mostraba que papá
estaba triste porque llegó a California para complacer a mamá aun no queriendo, y ahora parece
no encontrar apoyo puesto a que mamá se esfuerza por mostrarle lo feliz que la hace estar en
California. La idea de esto es poder ayudar a la familia a encontrar nuevas formas de
comunicarse con él, empatizando con su dolor en vez de ser solo optimistas.
Las demás sesiones se concentraron en brindar herramientas a la familia para que Al
pudiera tomar decisiones por él mismo, en vez de animarlo como lo habían hecho hasta ese
momento. Es decir, en vez de decirle: Sí anda ve y toma el autobús cuando este pregunte si sería
una buena idea, deberían en cambio cuestionar si realmente está listo para hacerlo. Lo anterior
provoca un cambio, sobre todo cuando genere enojo por no mantener el ciclo homeostático usual
en las interacciones.
Es necesario que en este punto el terapeuta brinde ejemplos concretos de cómo proceder,
una vez haya visto que la persona acceda a seguir la táctica que se le propuso. También, el poder
mitigar la ansiedad de la esposa fue crucial para la mejoría de Al, ya que el sentirse intimidada
por la gravedad de la depresión de su esposo, provocaba interacciones disfuncionales entre
ambos. Por eso el equipo terapéutico procedió de manera lenta y con el apoyo de los demás
miembros familiares que pudieran apoyar a que Al se sintiera más comprendido, como también
pudiera ejercer su independencia.
En el tercer capítulo sobre paranoia, el principal concepto que el autor desafiaba era el de
hacer que el paciente entrara en “razón” para poder intervenir. Según esta premisa, si se intenta
que el paciente acepte que su idea es infundada, es lo mismo que si se discute. Es decir, no se
llegará a ninguna solución viable para el paciente y la mayor parte del tiempo de la sesión se irá
en estos encuentros de debates.
Como base entonces, no se discute con el paciente, sino que se acepta su creencia como
válida y se les hace preguntas hasta que no pueda sostener la incoherencia de su discurso. Por
ejemplo, en el caso de la mujer que decía que estaba enamorada de Fidel Castro, no se le refutó
esta idea, sino que le preguntaban cuántas veces se habían visto, cómo se comunicaban y cómo le
dejaba saber Fidel su amor por ella. La mujer respondía que solo le enviaba mensajes con sus
guardaespaldas a lo que el terapeuta respondía indignado que cómo iba a ser que Fidel no fuera
capaz de demostrarle su amor públicamente y que merecía algo mejor que eso. Al final, la mujer
no le dio mayor importancia a la creencia y mencionó el motivo real por el cual estaba en
consulta.
Otro ejemplo era el del hombre que preguntó por micrófonos en el consultorio, por lo que
el terapeuta procedió a buscar por todos lados el micrófono hasta que el paciente se cansara y
explicara la verdadera razón que lo traía a consulta. En síntesis, no se trata de simplificar el
problema, sino de abordar las soluciones intentadas ya que esto es lo que provoca los cambios
esperados.
En el capítulo de la anorexia se presenta un caso interesante de esta enfermedad delicada
y cómo explorar soluciones no intentadas para generar cambios duraderos. El terapeuta había
recibido a una familia preocupada por su hija que no comía, sin embargo, ella entendía que no
tenía problemas. Por eso, como uno de los principios de terapia breve es que si no hay demanda
no hay problema, se trabajó con la familia directamente. Como sus intentos fallidos habían sido
el hacerles saber su preocupación por su peso, pedirles que comieran al medio día con ella y
llevarle comida más nutritiva de la que ella pedía, el terapeuta les propuso que hicieran lo
contrario, ya que ella parecía ser una mujer que le gustaba obtener resultados por ella misma. La
familia entonces dejó de invitarla a comer al medio día pidiéndole que se quedara a trabajar y
cuando ella les pedía que les llevara algo, harían como si se les olvidara. Esto generó la primera
señal de cambio que es el enojo y empezó a asistir más a los almuerzos, como a comer cosas más
saludables para ella. Al final el cambio más importante lo generó su entorno más cercano,
cambiando las interacciones habituales por otras que sí dieran resultado.
Lo mismo se pudo notar en el siguiente capítulo sobre alcoholismo que, aunque Judy
presentaba la queja sobre la bebida, su esposo era quien ejercía un impacto más significativo en
el problema, escondiendo las bebidas y actuando como vigilante para que no caiga nuevamente.
La solución fue abandonar la actitud de perro guardián por parte del esposo y por consiguiente
Judy mejoró notablemente el consumo de bebida.
En conclusión, este modelo terapéutico centrado en soluciones busca escuchar la
demanda del paciente, explorar las soluciones intentadas, observar las interacciones y cómo estas
influyen en el problema. Esta descripción, proporciona una nueva forma de abordar los
problemas en psicoterapia y en lugar de centrarse en los diagnósticos y en la normalidad o
anormalidad, este modelo se enfoca en las quejas y los comportamientos no deseados en su
contexto específico.

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