LECCIONES DEL EVANGELIO DE
JESUCRISTO
LECCIÓN 1 — LA RESTAURACIÓN DEL EVANGELIO
DE JESUCRISTO
Dios se presenta a nosotros como nuestro amoroso Padre Celestial, tal como
se afirma en Romanos 8:16, donde se nos enseña que "El Espíritu mismo da
testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios." Esta relación filial
no solo implica un amor profundo, sino también una responsabilidad que
tenemos como Sus hijos. En Moisés 1:39, se menciona que Su obra y Su gloria
son "llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre", lo que enfatiza
Su deseo de que todos sus hijos regresen a Su presencia.
EL ROL DE LOS PROFETAS EN LA REVELACIÓN DEL EVANGELIO
A lo largo de la historia, Dios ha elegido a profetas para que sean Sus
portavoces y reveladores de Su Evangelio. Como nos dice Amós 3:7, "Porque
no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los
profetas." Esta declaración resalta la importancia de los profetas en la
comunicación divina. Además, en Efesios 4:11-14, se nos enseña que Cristo
estableció apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para
perfeccionar a los santos y para edificar el cuerpo de Cristo. Esto establece un
orden divino que nos guía para que no seamos "movedores por doquiera de
todo viento de doctrina".
EL MINISTERIO TERRENAL DE JESUCRISTO
La vida y ministerio de Jesucristo es fundamental para entender la
restauración del Evangelio. En Juan 3:16-17, se nos recuerda que "Dios amó
tanto al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Esta oferta de salvación está
intrínsecamente vinculada a Su Expiación, que según 2 Nefi 2:6-8, fue
necesaria para que los seres humanos pudieran ser redimidos. Cristo no solo
llevó a cabo la Expiación para pagar el precio del pecado, sino que también
brindó un ejemplo perfecto de cómo vivir conforme a los mandamientos de
Dios.
LA APOSTASÍA
La historia del mundo ha sido marcada por períodos de luz y oscuridad
espiritual. El concepto de apostasía se ilustra en Amós 8:11-12, donde se
profetiza un tiempo en que "habrá hambre de oír las palabras de Jehová."
También en 2 Tesalonicenses 2:1-3, se nos advierte acerca de una "apostasía"
que desvía a la gente de la verdad, mostrando que incluso en tiempos de
desvío, la luz del evangelio puede ser restaurada.
LA RESTAURACIÓN DEL EVANGELIO
La restauración del Evangelio de Jesucristo tuvo un papel crítico en la historia
de la salvación. A través del profeta José Smith, se cumplió la promesa de
restaurar la verdad. En Santiago 1:5-6, se nos instruye buscar la sabiduría de
Dios con fe, un principio que guió a José en su búsqueda de respuestas. En
José Smith—Historia 1:16-17, se describe su experiencia de recibir la Primera
Visión, donde se le dio la dirección divina para restaurar el evangelio perdido.
EL LIBRO DE MORMÓN COMO OTRO TESTAMENTO DE JESUCRISTO
El Libro de Mormón es conocido como "otro testamento de Jesucristo" y su
autenticidad se respalda en Ezequiel 37:15-17, donde se profetiza sobre dos
libros que se unirán. Moroni 10:3-5 invita a los lectores a orar para conocer la
verdad sobre este libro, enfatizando su papel en la restauración del evangelio.
La importancia de la oración y la revelación personal se culmina en el
testimonio del Espíritu Santo. Como se menciona en Juan 14:26, "el
Consolador, el Espíritu Santo, os enseñará todas las cosas, y os recordará todo
lo que yo os he dicho." La búsqueda sincera de la verdad a través de la
oración nos guía hacia la restauración y comprensión del evangelio.
LECCIÓN 2 — EL PLAN DE SALVACIÓN
El Plan de Salvación es una enseñanza central del Evangelio que abarca desde
nuestra existencia antes de esta vida hasta nuestra vida eterna después de la
muerte. Este plan, cuidadosamente diseñado por nuestro amoroso Padre
Celestial, destaca el propósito divino de nuestra existencia y el camino hacia
la salvación a través de Jesucristo.
VIDA PREMORTAL
La vida premortal es el estado en el que existimos antes de nuestro
nacimiento en la tierra. En Jeremías 1:5, se nos dice: "Antes que te formase en
el vientre, te conocí". Este versículo subraya que cada uno de nosotros fue
conocido y tiene un propósito divino antes de nuestra llegada a la tierra.
Adicionalmente, en Abraham 3:22-26, se describe cómo los espíritus fueron
organizados y se les presentó la oportunidad de venir a la tierra para recibir
un cuerpo físico y experimentar una vida de crecimiento y aprendizaje.
LA CREACIÓN
El proceso de la Creación es fundamental para entender el propósito de
nuestra vida en la tierra. Según Génesis 1:26-31, Dios creó al hombre a Su
imagen, dotándolo de autoridad sobre la tierra. En Moisés 2, se describe en
detalle cómo Dios organizó la creación, culminando en la creación de Adán y
Eva, quienes fueron designados para poblar la tierra y cuidar de ella. Este
acto de Creación establece el contexto de nuestra existencia y nuestras
responsabilidades.
LA CAÍDA DE ADÁN Y EVA
La caída de Adán y Eva es un evento crucial en la narrativa del Plan de
Salvación. Conforme a 2 Nefi 2:22-25, se enseña que "no hubiera habido un
mundo", y por ende, no existiríamos, si no fuera por la transgresión de Adán y
Eva. Esta caída propició la muerte física y espiritual, pero también permitió
que la humanidad experimentara el libre albedrío y la posibilidad de
redención. En Génesis 3, se nos relata la elección de Adán y Eva y las
consecuencias de esa decisión, que se convierten en el punto de partida para
nuestra vida terrenal.
NUESTRA VIDA EN LA TIERRA
La vida en la tierra es un tiempo de prueba y aprendizaje, diseñado para que
elijamos seguir a Dios. Alma 34:32-34 nos recuerda que "este es el día para
prepararnos para la eternidad." En 2 Nefi 2:27, se explica que "los hombres
son libres según su albedrío," lo que significa que tenemos la capacidad de
elegir entre el bien y el mal. Durante este tiempo, los mandamientos y
principios divinos guían nuestras decisiones y nos ayudan a acercarnos a
nuestro Creador.
LA EXPIACIÓN DE JESUCRISTO
La Expiación de Jesucristo es el acto supremo de amor y sacrificio por el cual
el Salvador pagó por nuestros pecados y sufrió por nuestras aflicciones. Isaías
53:3-5 profetiza sobre Cristo, señalando que "por sus llagas fuimos nosotros
curados." Además, Alma 7:11-13 nos enseña que Él no solamente sufrió por
nuestros pecados, sino también por nuestras debilidades y enfermedades,
dándonos la oportunidad de arrepentirnos y obtener vida eterna.
EL MUNDO ESPIRITUAL
Después de la muerte, cada individuo entra al mundo espiritual. Alma
40:11-14 describe este estado como uno de espera, donde los espíritus son
recibidos de acuerdo con sus acciones en la vida terrenal. 1 Pedro 3:18-20
informa que Jesucristo predicó a las almas encarceladas durante esta etapa,
brindando oportunidades de escuchar Su mensaje incluso después de la
muerte.
LA RESURRECCIÓN, SALVACIÓN Y EXALTACIÓN
La resurrección es un don universal que se ofrece a todos. Como se enseña
en 1 Corintios 15:20-22, "así como en Adán todos mueren, también en Cristo
todos serán vivificados." La salvación, al recibir la gracia mediante la fe y las
obras, se describe a fondo en 2 Nefi 9:14-15. Finalmente, el juicio y los reinos
de gloria, según Juan 14:2-3, 1 Corintios 15:40-42 y Doctrina y Convenios 76,
nos alma que todos seremos juzgados y asignados a un reino según nuestras
acciones y elecciones en la tierra, lo que enfatiza la importancia de nuestra
vida aquí.
LECCIÓN 3 — EL EVANGELIO DE JESUCRISTO
El Evangelio de Jesucristo es el plan divino establecido por nuestro Padre
Celestial para la salvación y la exaltación de Sus hijos. Este plan se centra en la
vida, misión y expiación de Jesucristo, quien es la piedra angular de nuestra
fe.
LA MISIÓN DIVINA DE JESUCRISTO
Según Juan 3:16-17, se establece que "Dios amó tanto al mundo, que ha dado
a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna." Esta escritura destaca el amor incondicional de Dios y la
misión redentora de Jesucristo. En 3 Nefi 27:13-16, se explicita que el
propósito de Su venida fue llevar luz y verdad, proporcionando un camino
claro hacia la salvación. La misión de Jesucristo abarca no solo su sacrificio
expiatorio, sino también sus enseñanzas y ejemplo de vida, que nos guían a
ser mejores discípulos.
LA FE EN JESUCRISTO
La fe es esencial para nuestra salvación. Hebreos 11:1 define la fe como "la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." Este
entendimiento profundo de la fe se complementa con 2 Nefi 25:23-26, que
enseña que "es por la gracia que somos salvos, después de hacer todo lo que
podamos." Así, la fe nos motiva a actuar y cumplir con los mandamientos,
dotándonos de la confianza necesaria para esperar en las promesas del
Señor.
EL ARREPENTIMIENTO
El arrepentimiento es un paso crucial en nuestro camino hacia la salvación.
Alma 42:29-31 enseña que el arrepentimiento es un cambio de corazón que
nos permite alejarnos de nuestras transgresiones. En Hechos 3:19, se nos
exhorta a "convertirnos y arrepentirnos" para que nuestros pecados sean
borrados. Este concepto resalta la importancia de una transformación
personal y renovada con Dios, lo que nos permite avanzar en nuestro
desarrollo espiritual.
EL SIGNIFICADO DEL BAUTISMO
El bautismo es nuestro primer convenio con Dios, simbolizando la limpieza de
nuestros pecados y la entrada al reino de los cielos. Juan 3:5 nos aclara que
"el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios."
Esto se refuerza en 2 Nefi 31:5-12, donde se menciona que el Salvador mismo
se bautizó para dar ejemplo a todos. El bautismo es, por lo tanto, un requisito
esencial para aquellos que desean seguir a Cristo y ser partícipes de Su
salvación.
EL DON DEL ESPÍRITU SANTO
Recibir el don del Espíritu Santo es una parte fundamental de nuestra jornada
de fe. Hechos 2:38 nos enseña que, después del bautismo, debemos recibir
este don para guiarnos en nuestras decisiones. 2 Nefi 31:13 refuerza que
aquel que se bautiza en nombre de Jesucristo recibe este regalo como un
consuelo y guía divina. El Espíritu Santo nos ayuda a discernir la verdad y nos
fortalece en momentos de debilidad.
PERSEVERAR HASTA EL FIN
La perseverancia es vital en nuestro camino espiritual. 2 Nefi 31:20 nos
recuerda que debemos "perseverar hasta el fin." Este principio se repite en
Mateo 24:13, donde se nos advierte que "el que persevere hasta el fin, este
será salvo." La perseverancia implica mantenernos firmes en la fe, continuar
haciendo lo correcto y confiar en las promesas del Señor a lo largo de nuestra
vida.
EL EVANGELIO DE JESUCRISTO Y EL BIENESTAR ESPIRITUAL
Finalmente, es fundamental reconocer cómo el evangelio de Jesucristo
bendice a todos los hijos de Dios. En 3 Nefi 27:20-21, se nos enseña que
podemos ser "salvos" a través de Su nombre, lo cual indica la universalidad de
Su mensaje. Además, Hechos 10:34-35 enfatiza que "en toda nación, el que le
teme y hace lo justo, le es acepto", lo que recalca que la salvación está
disponible para todos sin importar su pasado. Este amor inclusivo de Dios
nos invita a comprender que Su evangelio es verdaderamente un regalo
destinado a traer paz y redención a todos.
LECCIÓN 4 — LOS MANDAMIENTOS
Los mandamientos de Dios son guías divinas que nos permiten vivir de
acuerdo a Su voluntad y encontrar la felicidad en esta vida y en la eternidad. A
través de las Escrituras, se nos instruye en la importancia de la oración, el
estudio de las Escrituras y la obediencia a los mandamientos divinos.
LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN
La oración es un aspecto fundamental en la vida de un discípulo de Jesucristo.
En 2 Nefi 32:8-9, se nos recuerda que "no puede haber oración sin acción."
Esto indica que orar siempre es vital para comunicarnos con Dios y recibir Su
orientación. Asimismo, en Lucas 21:36, se nos exhorta a "velar y orar en todo
tiempo", lo cual refuerza la idea de que la oración es una práctica continua
necesaria para atravesar las dificultades de la vida.
ESTUDIO DE LAS ESCRITURAS
El estudio regular de las Escrituras es esencial para fortalecer nuestra fe y
comprender la voluntad de Dios. 2 Nefi 32:3 nos enseña que "los ángeles
hablan por el poder del Espíritu Santo en nuestra mente," lo que implica que
al estudiar la palabra de Dios, podemos recibir revelación personal. En Juan
5:39, se nos invita a escudriñar las Escrituras, ya que estas son las que dan
testimonio de Cristo y nos acercan a la verdad.
LOS DOS GRANDES MANDAMIENTOS
En Mateo 22:36-40, Jesúcristo enseña que los dos grandes mandamientos son
amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros
mismos. Esta enseñanza resume toda la ley y los profetas, indicando que todo
lo que hacemos debe estar centrado en el amor. La aplicación de estos
mandamientos es esencial para vivir el Evangelio de manera efectiva y para
desarrollar relaciones saludables y edificantes con los demás.
LA IMPORTANCIA DE SEGUIR AL PROFETA
La guía de los profetas en la actualidad es un principio clave en nuestra fe.
Amós 3:7 declara que "no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto
a sus siervos los profetas." Este versículo subraya la importancia de seguir las
revelaciones actuales. Del mismo modo, Doctrina y Convenios 1:38 nos
recuerda que "lo que Dios ordena por su profeta, es lo mismo que si Él mismo
lo hubiera ordenado." Así, adherirse a las enseñanzas del profeta viviente nos
mantiene en el camino correcto.
GUARDAR LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Una parte fundamental de la ley de Dios son los Diez Mandamientos, que se
encuentran en Éxodo 20:1-17. Estos mandamientos son principios eternos
que nos enseñan cómo vivir en armonía con Dios y con nuestros semejantes.
Al guardar estos mandamientos, nos comprometemos no solo a actuar
correctamente, sino también a desarrollar un carácter que refleje la luz de
Cristo en nuestras vidas.
LEY DE CASTIDAD
La ley de castidad es una enseñanza vital que nos ayuda a mantener
relaciones sanas y a respetarnos a nosotros mismos y a los demás. En 1
Corintios 6:18-20, se nos instruye a "huir de la fornicación" y a honrar nuestro
cuerpo como un templo del Espíritu Santo. De igual manera, Mosíah 13:22
reafirma que la castidad es un mandamiento del Señor, que nos conduce a
encontrar felicidad en la intimidad y la pureza.
LEY DEL DIEZMO
La ley del diezmo es otra enseñanza importante que nos ayuda a reconocer la
mano de Dios en nuestras vidas. En Malaquías 3:10, se nos instruye a traer
todos los diezmos a la alfolí de Dios, prometiendo que se abrirán las ventanas
del cielo. 3 Nefi 24:10 también habla sobre la bendición que recibimos por
cumplir con esta ley, lo que reitera la importancia de vivir con gratitud y
generosidad.
OBEDIENCIA A LA PALABRA DE SABIDURÍA
La Palabra de Sabiduría, mencionada en Doctrina y Convenios 89, es una guía
sobre cómo cuidar nuestro cuerpo y preservar nuestra salud. Esta revelación
nos aconseja evitar sustancias perjudiciales y nos exhorta a vivir de manera
saludable. Además, Éxodo 20:8-11 enfatiza la importancia de santificar el Día
de Reposo, un tiempo dado para descansar, reflexionar y acercarse a Dios,
siguiendo Su ejemplo de creación y descanso. Vivir estas enseñanzas no solo
nos beneficia espiritualmente, sino también físicamente, promoviendo un
estilo de vida equilibrado y saludable.