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Mateo 2017. 3

El documento es una introducción al Evangelio de San Mateo, destacando su importancia como el primer evangelio en la Biblia y su enfoque en una comunidad cristiana de origen judío. Se menciona que Mateo utiliza fuentes como el Evangelio de Marcos y una fuente común con Lucas, y se caracteriza por su valor catequético, la agrupación de enseñanzas de Jesús y un uso frecuente del Antiguo Testamento. Además, se exploran aspectos teológicos sobre la identidad de Jesús, presentándolo como el Mesías, el Hijo de Dios y el nuevo Moisés.

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Mateo 2017. 3

El documento es una introducción al Evangelio de San Mateo, destacando su importancia como el primer evangelio en la Biblia y su enfoque en una comunidad cristiana de origen judío. Se menciona que Mateo utiliza fuentes como el Evangelio de Marcos y una fuente común con Lucas, y se caracteriza por su valor catequético, la agrupación de enseñanzas de Jesús y un uso frecuente del Antiguo Testamento. Además, se exploran aspectos teológicos sobre la identidad de Jesús, presentándolo como el Mesías, el Hijo de Dios y el nuevo Moisés.

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1

P. Antonio Vidales CMF

LECTURA ORANTE DEL


EVANGELIO DE SAN MATEO

Tarija 2017
2

Tema 1º
INTRODUCCIÓN
AL EVANGELIO
DE SAN MATEO

Oración:
Espíritu Santo, tú que has sido enviado a nuestros corazones por el Padre y el Hijo para conducirnos
a la verdad plena y al amor perfecto, danos un conocimiento profundo de Dios y de su Palabra para
que nos unamos a El de todo corazón. Tú que en nuestro interior das testimonio de que somos hijos
de Dios, ayúdanos a vivir como hijos suyos. Tú que haces de nosotros una sola familia, ayúdanos a
vivir como hermanos. ¡Amén!

El evangelio de Mateo ocupa siempre el primer lugar en las listas de los evangelios y en las
ediciones de la Biblia. Ha sido llamado “el gran evangelio”, pues expone de forma más extensa
que los otros la enseñanza de Jesús. Está dirigido a cristianos que provienen del judaísmo, se
sienten “hijos de Abrahán” y han sido instruidos en la Ley de Moisés.

1. ¿Quién escribió este evangelio? ¿Dónde y cuándo lo escribió?

No sabemos quién fue el autor del evangelio de Mt. Es una obra anónima. En el siglo II (año 130) el
obispo Papías se lo atribuye al apóstol Mateo. Lo más probable es que el autor de este libro fuera un
cristiano de origen judío discípulo de los apóstoles que conocía bien el Antiguo Testamento y que
eligió como pseudónimo el nombre del apóstol Mateo.

Tampoco se conoce con seguridad en qué lugar se escribió. Lo más probable es que se escribiera
en Antioquía de Siria. Allí se asentó una de las primeras comunidades cristianas (Hch 11,19-30) en la
que pronto se mezclaron judíos y paganos. Sabemos que Pedro desempeñó un papel importante en
Antioquía (Gal 2,11-14) y este hecho coincide con el especial relieve que Mateo le da Pedro en su
evangelio. Es también un indicio el hecho de que sea S. Ignacio, obispo de Antioquía (martirizado el
año 107 d.C.) el primero que cita este evangelio.

Mt está escrito en un griego superior al de Mc. En cuanto a la fecha, podemos decir con bastante
probabilidad que el evangelio de Mt fue escrito entre los años 80 y 90 d.C.
3

2. Fuentes que utilizó para escribirlo

Mateo compuso su relato utilizando las tres fuentes siguientes:

a) El evangelio de Marcos, escrito 10 o 15 años antes. De los 1.068 versículos que tiene el
evangelio de Mt, más de la mitad (600) coinciden con los de Mc y se supone que los tomó de
él, aunque los reelabora.
b) Una fuente que tiene en común con Lucas, llamada fuente Q. 240 versículos son comunes
con Lc y pueden proceder de una fuente común a los dos evangelios.
c) Una fuente propia. El resto, 288 versículos no tienen paralelo en los demás evangelios;
provienen de las fuentes propias de Mt, que no conocieron ni Mc ni Lc, por ejemplo, sus
relatos de la infancia de Jesús, la aparición del Resucitado en Galilea y el mandato que dio a
los discípulos de evangelizar y bautizar (28,16-20).

3. Principales características del evangelio de Mt.

Vamos a señalar algunas características del evangelio de Mateo que lo distinguen de los otros tres
evangelios.

1ª. Su gran valor catequético

Desde la antigüedad el evangelio de Mt ha mantenido el primer puesto: ha sido el más comentado


por los Santos Padres y el más usado en la liturgia, en la predicación, en la catequesis y en las obras
de arte religioso. No tiene la fuerza narrativa de Mc ni el sentido exquisitamente humano y social de
Lc ni la profundidad teológica de Jn. ¿A qué se debe, entonces, el haber ocupado el primer puesto en
la Iglesia, sobre todo en la teología, la predicación y la liturgia? Se debe, ante todo, a su gran valor
catequético. Todo él es una catequesis acerca de Jesucristo y de su enseñanza muy bien elaborada,
completa, clara y ordenada.

Mt presta especial atención a la doctrina. Hace un contraste entre Jesús y los escribas, maestros
del judaísmo. Jesús es un maestro muy superior a ellos.

Mateo ha sido llamado el escriba o rabino cristiano. Con ello se quiere decir que, en buena parte,
Mateo o la escuela que representa, instituyó el mismo tipo de estudio del evangelio que los
escribas hacían con respecto a la Ley.

2ª. La agrupación de las enseñanzas de Jesús en discursos

Mt se caracteriza porque ha ordenado el material acerca de Jesús desde un punto de vista temático,
sin tener en cuenta el momento en el que se produjeron los hechos. Mt agrupa en cinco grandes
discursos puestos en boca de Jesús las principales enseñanzas del Maestro: el sermón del monte
(cap.5-6), el discurso misional (10-12), el discurso de las parábolas (13), el de la disciplina
4

comunitaria (18) y el gran discurso escatológico (24-25). Aún fuera de estos discursos, Mt tiende a
agrupar por temas los elementos que son semejantes entre sí.

3ª. El recurso constante al Antiguo Testamento

Mt recurre con mucha más frecuencia a las Escrituras que los otros evangelios. Hay en su evangelio
41 citas expresas del A.T. y otros 89 pasajes inspirados en él. Entre las citas hay 11 que se llaman
"citas de cumplimiento" porque se introducen con la frase: "para que se cumpliera lo que dijo... o lo
que está escrito". La idea del cumplimiento en Mt no es el cumplimiento de una predicción, sino el
desarrollo de una realidad hasta alcanzar su plenitud prevista. Estas citas tienen un sentido
cristológico, porque Mt pretende demostrar que Jesús "realiza" de palabra y obra lo que habían
anunciado los profetas. Sin embargo, la realización va más allá de lo anunciado y aparece como una
superación de lo previsto por los profetas. Esto no quiere decir que los profetas cuando lo dijeron
estuvieran pensando en Jesús de Nazaret. Es Mt quien lo refiere a Jesús para asegurar que él
superó las esperanzas del Antiguo Testamento.

4. La comunidad de Mt

El evangelio de Mt, como los demás, nació en el seno de una comunidad cristiana concreta y, por lo
mismo, refleja la situación y los problemas de dicha comunidad. Precisamente el evangelio trata de
responder a esos problemas. Estas cuatro son las principales características de la comunidad de
Mateo, que se transparentan mirando su evangelio al trasluz:

1ª. Es una comunidad de origen judío

Es evidente que el evangelio de Mt se gestó y se escribió en y para una comunidad integrada


mayoritariamente por judíos convertidos al cristianismo. Por lo mismo, se trata de una comunidad
para la que cuentan mucho el Antiguo Testamento y las tradiciones judías. Por eso, como hemos
dicho, Mateo indica que las profecías del Antiguo Testamento se cumplen en Jesús. Presenta a
Jesús como el nuevo Moisés y como el intérprete autorizado que lleva a plenitud la Ley de Moisés
centrándola en la práctica del amor (5,17)

Otro signo de que la comunidad de Mt es de origen judío es el hecho de que sus miembros se
muestran fieles a las tres prácticas fundamentales de la religión judía: la oración, el ayuno y la
limosna. Pero las practican con más autenticidad que los fariseos: "en secreto" y sin ostentación,
como les aconsejó el Maestro (6, 2-18).

La comunidad de Mateo cree y experimenta que Cristo Resucitado está presente en medio de sus
asambleas: “Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy allí, en medio de ellos” (18,20)
igual que sus antepasados creían que Dios estaba presente en el templo de Jerusalén y en sus
reuniones de oración.

2ª. Una comunidad que se opone al judaísmo oficial


5

El distanciamiento progresivo entre la comunidad cristiana y el judaísmo se aceleró por la evolución


de cada uno de ellos. El judaísmo oficial fariseo rechazó a los cristianos considerándolos una secta
herética. Después de la destrucción de Jerusalén, los judíos a las peticiones de su oración matinal
añadieron una más: "¡Que los nazarenos... perezcan al instante!". Los cristianos, por su parte, fueron
descubriendo que la vivencia de su fe, en muchos aspectos, exigía la ruptura con el judaísmo. En
ningún evangelio resaltan tanto como en el de Mt las denuncias y reproches dirigidos a escribas y
fariseos y la dureza de sus palabras. Seguramente había en la comunidad judaizantes pertinaces en
imponer la ley judía a los cristianos provenientes del paganismo. En los reproches contra escribas y
fariseos que hay en Mt no se descubre ni espíritu de venganza ni incitación a la violencia, sino de
rechazo de las ideas y posturas delos adversarios, no de sus personas. Jesús predica el amor a los
enemigos, también a los de origen judío (5, 44-47; 5,12).

3ª. Una comunidad que se abre a los paganos


En el evangelio de Mt se nota el aliento de una iglesia naciente que se abre a los paganos. Toda la
comunidad se preocupa de ellos y los acoge entre sus miembros. Por eso resalta que fueron a adorar
a Jesús unos paganos extranjeros, los magos venidos de oriente (2,1-12). Son invitados al banquete
del Reino "todos los que encuentren" (22,9), "todas las naciones del universo "(22,14). Afirma que
"muchos vendrán de oriente y de occidente"(8,11) para ocupar el lugar de los hijos del Reino. Antes
de ascender a los cielos, Jesús envía a los discípulos a las cuatro partes del mundo para "hacer
discípulos suyos de todas las naciones"(28,19)

4ª. Una comunidad bien organizada


En el trasfondo del evangelio de Mt se adivina una comunidad ya bastante organizada en la que
Pedro ocupa un lugar destacado y con él los Doce (16,13-19). Es el único evangelio que recoge la
frase de Jesús a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi Iglesia”. (16, 16, 18) Según
este evangelio, los sacramentos formaban ya parte de esta organización de la iglesia primitiva. De la
lectura de Mt se trasluce que en su comunidad existía el bautismo administrado con una fórmula
trinitaria: “bautícenlos, consagrándolos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo” (28,19) Existía también la
Eucaristía, instituida por Jesús en la última cena (26,26-30) y era la parte más importante de la
reunión semanal de la comunidad (14, 13-21; 15,32-39) Este evangelio alude también a un
procedimiento de reconciliación para recuperar al hermano extraviado (18,15-17). La oración es
esencial en la comunidad (6,5-15; 21,22)

5. Teología de Mt

Con respecto a la teología de Mt nos vamos a fijar únicamente en dos temas: ¿Quién es Jesús?
¿Qué es la Iglesia?

5.1. Cristología: ¿quién es Jesús para Mt?

Mt resalta en la figura de Jesús una serie de rasgos, que se reflejan en los títulos que se le dan y que
enumeramos a continuación.
6

1) Jesús es el Mesías
La intención teológica capital de Mt es demostrar que Jesús es el Mesías anunciado en el A.T. Los
judíos deberían haberlo reconocido, pero no lo reconocieron; la mesianidad de Jesús destaca
sobre un fondo de incredulidad y hostilidad de los judíos. Él es el Mesías, pero no el mesías rey
que esperaba el pueblo, sino el Mesías humilde, amigo de los pobres, porque es uno de ellos; el
Mesías doliente, como el Siervo de Yahvé del que habla el Segundo Isaías. El reino viene con
Jesús, pero no es el reino sociopolítico, un imperio universal judío. El reino se realiza a través de
la libre sumisión filial y gozosa a la voluntad soberana de Dios.

2) Jesús es el Hijo de Dios


Este es el título más querido para Mt y el que mejor refleja la identidad más profunda de Jesús. Ya al
comienzo de la vida pública de Jesús, en su bautismo, Mt, copiando a Mc, pone en boca Dios Padre
la frase "este es mi Hijo amado" (3,17), frase que repite en la transfiguración (17,5) Cuando Jesús
pregunta a los discípulos quién piensan que es él, Pedro, en nombre de todos, responde como en
Mc: "Tú eres el Mesías” pero Mt añade: “el Hijo de Dios vivo" (Mt 16,16). En esta respuesta vemos
que al título de Hijo de Dios va unido el de Mesías. La comunidad de Mt estaba convencida de que
Jesús era el Mesías que habían esperado durante siglos, el descendiente de Abrahán y el Hijo de
David.

3) Jesús es el nuevo Moisés


Moisés fue el liberador y organizador del pueblo de Israel. Por medio de él Yhavé dio al pueblo la ley
que lo mantuvo unido durante muchos siglos. Jesús es el nuevo Moisés que reúne un nuevo pueblo
de Dios y le da una nueva ley, la ley del amor, proclamada ante todo en el sermón de la montaña
(cap.5-6) También Moisés recibió la ley en una montaña.

4) Jesús es el Hijo del Hombre


Este título está relacionado con el sufrimiento de Jesús. Mateo ve cumplida en Jesús la profecía de
Is. cap. 42 y 53 sobre el siervo sufriente que carga con nuestras enfermedades y nuestros pecados y
derrama su sangre para lavarlos (Mt 12,18; 8,17; 26,28). Mateo ve en Jesús al Hijo del Hombre
anunciado por Daniel, esa figura misteriosa que personifica a los justos perseguidos (Mt 19,28; 24,30;
26,64).

5) Jesús es Señor y perfeccionador de la Ley


Jesús es el profeta de la nueva Ley. El discurso de la montaña ofrece una de las claves más
importantes para acoger la novedad de nuestra fe. Ya no tenemos que vivir de la Ley de Moisés,
sino del evangelio de Jesús proclamado en la montaña, que es el nuevo Sinaí.

Mateo dice cuál es la posición de Jesús frente a la Ley, base del judaísmo. Esta posición se
expresa diciendo Jesús “No piensen que he venido a abolir la Ley. No viene para abolir, sino para
cumplir” (Mt 5, 17) Cumplir la ley significa llevarla a plenitud por el amor. Jesús es señor de la Ley;
no la anula, del mismo modo que la edad adulta no anula la niñez, pero el yugo de su reino
suprime el yugo de la Ley de Moisés vuelta insoportable por la multiplicación de leyes y la
7

imposición de tradiciones. Jesús reduce todos los mandamientos de la Ley al mandamiento del
amor.

La controversia de Jesús con los fariseos no es una controversia entre Jesús y la Ley. Jesús
rechaza de plano la tesis farisea de que la Ley en su totalidad incluía “las tradiciones de los
mayores”. Estas tradiciones habían convertido la ley en una carga insoportable. Los fariseos
habían reducido la unión del hombre con Dios a un conjunto de observancias externas y rutinarias
cuidadosamente fijadas, haciendo así de la justicia o del ser agradables a Dios un resultado del
esfuerzo humano.

6) Jesús es el Resucitado y el Señor de la comunidad


Destruido el templo, donde los judíos decían que estaba vivamente la presencia de Dios, Jesús, el
Hijo amado del Dios Padre es la nueva presencia de Dios en este mundo. Mt desde el principio
presenta a Jesús como el Emanuel o Dios-con-nosotros anunciado por Isaías y cierra su evangelio
asegurando que será Emanuel, que estará con los suyos hasta el fin del mundo (28,20) En Mt
Jesús aparece como Señor de la comunidad, Señor de la Iglesia. Con la certeza de esta presencia
en medio de ella, la comunidad se fortalece y lleva a cabo su misión.

5.2. Eclesiología: ¿Qué es la Iglesia para Mt?

Tres aspectos resaltan en la visión de la Iglesia que nos ofrece este evangelio: La Iglesia es el nuevo
Israel (el nuevo pueblo de Dios), es la comunidad de seguidores de Jesús y es una comunidad que
vive para anunciar y extender el Reino de Dios. Digamos unas palabras más sobre cada uno de
estos tres aspectos.

1) La Iglesia es el nuevo Israel. Jesús anunció el Reino de Dios a los israelitas y los invitó a
unirse para formar el nuevo pueblo de Dios, una nueva sociedad que viviera conforme a la ley
y los valores del Reino de Dios que él predicaba, es decir, conforme al amor, la solidaridad, la
justicia, la paz y la verdad. Los israelitas rechazaron a Jesús y su proyecto. Entonces se
dirigió a todos, ya no sólo a los israelitas, para realizar su proyecto: la Iglesia. Este proceso
está muy bien expresado en la parábola de los viñadores: “Por eso a ustedes se les quitará el
Reino de Dios y se entregará a un pueblo que produzca sus frutos” (Mt 21,43) Con estas
palabras, Mt cuenta algo que ya había sucedido cuando escribía su evangelio.

2) La Iglesia es la comunidad de los discípulos, convocados por Jesús durante su vida terrena
y de los convocados por sus seguidores a lo largo de los siglos conforme al mandato que les
dejó: “Hagan discípulos de todos los pueblos” (Mt 28,19). En esta comunidad resaltan estas
dos características:
a) Una relación íntima y profunda con Jesús: creen en él, confían en él, se adhieren
profundamente a su persona. Él es el centro de la comunidad antes y después de su
resurrección.
b) Una relación fraterna entre los discípulos. Al revés de lo que ocurre en la sociedad, las
relaciones entre ellos no deben estar caracterizadas por la competencia y el afán de
8

ser primeros, sino por el deseo y la práctica de ser últimos y servidores de los demás
(20,26)

3) La Iglesia es una comunidad misionera. Cuando Jesús envía por vez primera a los Doce a
predicar, les dice: "vayan y anuncien que el Reino de Dios está cerca"(10,7). Jesús vino para
anunciar e introducir en el mundo el Reino de Dios y el modo de vida que este Reino exige.
Esa misma tarea encomendó a sus discípulos, a su Iglesia (cf Mt 28, 19-20) que, si no es
misionera, no es su Iglesia.

6. Esquema del evangelio de Mt

0. Prólogo (1,1-2,23) La infancia de Jesús.


1. Libro primero: proclamación del Reino (3, 1-7,29)
2. Libro segundo: Ministerio en Galilea (8, 1 – 11,1)
3. Libro tercero. Controversias y parábolas (11, 2-13-52)
4. Libro cuarto. Formación de los discípulos (13, 53-18, 35)
5. Libro quinto. Judea y Jerusalén. Acontecimientos en Jerusalén (18, 1-25, 46)
6. Relato de la pasión (26, 1-27,66)
7. Relato de la resurrección (28, 1-20)

PARA LA REUNION DE GRUPO

1. Leer y comentar los textos de Mt que nos indican qué sacramentos se practicaban en su
comunidad (punto 4, 4ª)

2. Para el diálogo:
1) ¿Por qué el evangelio de Mt cita tantas veces el A. Testamento?
2) ¿Cuántas parábolas hay en Mt 13? ¿Las dijo Jesús todas seguidas?
3) ¿Cuáles son los títulos principales que Mt da a Jesús?
4) ¿Qué características principales tiene la comunidad de Mt? ¿Cómo las descubrimos?

* Terminar con una oración espontánea y un canto.


9

2
LA INFANCIA DE JESÚS
(Mt 2, 1- 2, 23)
Oración
Ven, Espíritu de amor, derriba las barreras que nos dividen, enciende en nosotros el fuego de tu
amor. Ven Espíritu de paz, une lo que está dividido, reúne lo que está disperso, los distantes, los
incompatibles, con la fuerza de tu cohesión. Ven Espíritu de Dios, presente e invisible, fuerte y suave,
desconcertante y tonificante, danos la limpieza del testimonio y sugiere a nuestro espíritu la oración
agradable al Padre. Amén.
I. INTRODUCCIÓN

Llama mucho la atención el contraste tan fuerte que hay entre los cuatro evangelios con respecto a la
infancia de Jesús. En efecto, Mc y Jn no se interesan por esta etapa de su vida y ni siquiera la
mencionan. Ambos evangelios comienzan presentando a Jesús ya adulto, dedicado a predicar de la
Buena Nueva del Reino. En cambio, Mt y Lc cuentan la infancia de Jesús, pero lo hacen de un modo
10

tan diferente que dan la impresión de hablar de dos personajes distintos. El cuadro siguiente recoge
algunas de esas diferencias.

Los acontecimientos Según Mateo Según Lucas


José y María antes del BELEN, ciudad de David, porque NAZARET, aldea insignificante de la
nacimiento de Jesús viven en: el Mesías desciende de él. periferia del país.
Dios anuncia la encarnación de JOSE, porque son los varones los MARIA. Lc es el que más resalta la
su Hijo a: que aseguran la línea revalorización que hace Jesús de las
genealógica. mujeres.
Los primeros que visitan a LOS MAGOS, personas LOS PASTORES, gente muy pobre y
Jesús son: importantes y excluidos por ser excluida del templo.
extranjeros.
Lo encuentran en: Los magos, en su CASA Los pastores en una GRUTA
Después del nacimiento de EGIPTO a los dos años NAZARET a los 40 días
Jesús, se va con sus padres a:

1. ¿Cómo explicar las diferencias?

1.1. ¿Por qué sólo dos evangelios se interesan por la infancia de Jesús?

Este interés se pude explicar desde el hecho más importante del acontecimiento Jesucristo, en el que
se manifiesta plenamente quién es Él. Me refiero a su muerte y resurrección. En efecto, el
acontecimiento más importante para las comunidades cristianas en las que se fueron formando los
relatos evangélicos fue la Resurrección de Jesús. La experiencia de que el crucificado resucitó y
estaba en medio de ellos es lo que reunió de nuevo a los Apóstoles y lo que dio origen a todas las
comunidades cristianas. Por eso lo primero que predicaron los apóstoles y lo primero que se escribió
de los evangelios, no fue la infancia de Jesús, sino su pasión, muerte y Resurrección. Ese era el
acontecimiento que los había reunido, había cambiado su vida y había dado origen a la Iglesia.

Los primeros cristianos se interesaron más por la vida pública, la pasión, muerte y resurrección del
Señor, que por los primeros años de su vida. Sólo más tarde las comunidades comenzaron a
interesarse por el origen humano de Jesús y sólo dos evangelistas, Mt y Lc, ofrecen en sus
evangelios algunos datos sobre la infancia de Jesús, que, más que históricos, son de carácter
teológico y lo que pretenden decir es quién es Jesús. Son teología narrativa o, dicho de otro modo,
teología en forma de historia. El comentario bíblico san Jerónimo dice: “La imaginación teológica y el
simbolismo desempeñan un amplio papel en la composición de los relatos de la infancia”.

Esta es una de las razones por las que el evangelio que primero se escribió (Mc) no cuenta nada de
la infancia de Jesús. No era importante para la vida de su comunidad. Lo importante, como dice
Pablo en su discurso en Antioquía de Siria, era que “Dios lo resucitó de la muerte… y todo el que
crea será perdonado de todo lo que no pudo perdonar la ley de Moisés” (Hch 13.30.39) Tampoco
11

era importante para la comunidad en la que nació el último de los evangelios (Jn), escrito a finales del
s.I d.C. Las comunidades de Jn estaban preocupadas por el origen divino de Jesús, más que por su
origen humano. Para Juan está claro que el Hijo de Dios hecho carne viene de Dios, porque, como
dice en el prólogo de su evangelio, ya antes de su nacimiento era Dios y estaba en Dios.

1.2. ¿Por qué las diferencias entre los dos relatos de la infancia de Jesús?

Mt y Lc cuentan la infancia de Jesús, no porque les interesen mucho los hechos históricos de la
misma, sino porque, a través de sus narraciones, nos pueden decir quién fue Jesús. Cada
evangelista y cada comunidad tienen una visión distinta del Jesús adulto y por eso componen el
relato de la infancia de manera distinta. Imaginan la infancia de Jesús desde lo que fue cuando era
adulto. Cada evangelista resalta en el Jesús niño lo que confirma la visión o imagen que él y su
comunidad tienen de Jesucristo. Su trabajo es algo así como poner rasgos y dimensiones infantiles a
la fotografía de un adulto, tratando de adivinar cómo sería de niño.

Así, para Mt, Jesús es el Nuevo Moisés, enviado por Dios a liberar de la esclavitud a la humanidad,
para constituir un nuevo pueblo de Dios y darle una ley muy superior a la de Moisés: la ley del amor
mutuo. Porque Jesús es el nuevo Moisés, Mateo habla de un nuevo Faraón (Herodes) que lo quiere
matar y habla también de una ida y una venida de Egipto, como la de Moisés. La señal para
descubrir al Mesías en el relato de Mt es una estrella brillante. Con ello destaca que Jesús era un
gran personaje: el Mesías. En Núm 24,17 se llama al Mesías "hijo de la estrella".

Mateo, en la narración de la infancia de Jesús resalta que es luz de las naciones de todos los pueblos
representados por los magos. Lo importante de esos personajes es que son extranjeros y no todo lo
que la religiosidad popular les ha ido añadiendo haciéndolos reyes, dándoles número, color y
nombre: Melchor, Gaspar y Baltasar, desidentificándolos por el afán de construir su carnet de
identidad.

Para Lc y su comunidad Jesús es el Nuevo Elías, el gran profeta esperado por el pueblo, defensor,
como lo fue Elías, de los pobres y marginados; y defensor también de la pureza de la fe en Dios. Por
eso Lc dice que Jesús nació marginado, fuera de la ciudad, en una cueva y los primeros que fueron a
su encuentro, no eran grandes personajes, sino unos humildes pastores. La señal que los ángeles
dan a los pastores para identificar al Mesías no es una estrella brillante, sino su pobreza:
"encontrarán un niño envuelto en pañales y puesto en un pesebre"(Lc.2, 12).

Posiblemente el procedimiento de los evangelistas y sus comunidades para narrar la infancia de


Jesús no fue como el de los historiadores que buscan las fuentes y los documentos que las avalen,
que seguramente no existían, sino al revés, partieron del conocimiento que tenían de Jesús a partir
de su resurrección en la que se reveló plenamente quién era él. Y a esa luz contemplaron y
entendieron su vida pública, su predicación, pasión y muerte. Ante ese retrato, como se acaba de
indicar, probablemente lo que hicieron fue achicarle los rasgos de adulto y hacérselos infantiles en la
lógica siguiente: si de adulto fue así, ya lo sería de niño.
12

3. El mensaje del relato de la infancia de Jesús según S. Mateo

Como dijimos anteriormente, Mateo quiere demostrar que Jesús es el nuevo Moisés y pretende
justificar los cambios de la Ley de Moisés que Jesús propone en el sermón de la montaña (cap. 5 al
7). El texto bíblico que Mt tiene de fondo y que le sirve como falsilla o guion para redactar la infancia e
Jesús son los dos primeros capítulos del Éxodo: un rey celoso y violento, unos niños masacrados,
etc.

¿Cuál es el mensaje que nos quiere transmitir este relato de Mt? Nos describe algunos rasgos de
quién es Jesús. Entre otros, podemos resaltar los dos siguientes, ya anteriormente señalados:

a) Jesús es el nuevo Moisés, que viene a crear un nuevo pueblo de Dios y a darle una nueva
Ley: la de las bienaventuranzas o, si queremos decirlo más sintéticamente, la ley del amor a
Dios y al prójimo.

b) Jesús es el Mesías que viene a ofrecer la salvación a todas las naciones. Según la
mentalidad judía, el verdadero Dios se había revelado sólo a Israel, todos los demás pueblos
y naciones estaban sumergidos en las tinieblas de la ignorancia acerca de Dios y del pecado.
Pero con el nacimiento de Jesús ha comenzado a brillar una luz que quiere romper las
tinieblas de la ignorancia y del pecado y llama a todos los pueblos a creer en él. Jesús es la
luz de las naciones de la que hablaba Is 49,6 y lo proclamó el anciano Simeón según la
versión de Lucas: “Luz para alumbrar a los paganos” (Lc 2,32). La estrella que guía a los
magos es como un reverbero en el firmamento del Salvador nacido en Belén. Esta estrella
(Jesús) es rechazada y perseguida por el pueblo judío, representado en el relato por Herodes,
y es aceptada por pueblos paganos, representados por los magos.

c) Jesús es el Hijo de Dios y es Dios como el Padre, por eso los magos "postrándose, lo
adoraron"(Mt 2,11). Este es el título dado a Jesús más querido para Mt: Hijo Dios (ver Mt
3,17; 17, 5)

Esas son algunas de las verdades que Mt quiere transmitir a su comunidad, que era una comunidad
de cristianos que comenzó siendo sólo de judíos convertidos y poco a poco se abrió a los paganos.

La persona que, al leer este relato, se quede sólo con lo anecdótico o tome los detalles y los
símbolos como historia y se pregunte qué asteroide brillante cruzó sobre Belén en esas fechas,
quiénes eran los magos, si eran astrólogos o no y cuántos eran, no capta el verdadero mensaje, que
es una invitación a cada uno de nosotros a creer en Jesús y a ofrecerle, como presente, toda nuestra
vida, luchando por la causa por la que Jesús vino al mundo: hacer una sociedad de iguales en la que
todos vivamos como hijos de Dios y como hermanos entre nosotros.

II. COMENTARIO AL TEXTO


13

La narración de la infancia de Jesús según el evangelio de Mt comprende los dos primeros


capítulos y se puede dividir en estos cuatro puntos.

1) Genealogía de Jesús (1, 1-17)


2) Nacimiento (1, 18-25)
3) Visita de los magos de Oriente (2, 1-12)
4) La ida y el regreso de Egipto (2, 13-23)

1. La genealogía de Jesús (1, 1-17)


Las genealogías que hay en Lc y Mateo no son paralelas ni coincidentes. Baste como ejemplo
decir que Lucas comienza con Adán y Mt con Abrahán o que según Mt el abuelo paterno de Jesús
se llamaba Jacob y según Lucas Elí.

Mt hace tres grupos de antepasados, cada uno de 14 generaciones. Esta es una división artificial.
Mientras que cubre el larguísimo tiempo que va de Abrahán a David de más de 800 años con sólo
14 generaciones, los otros dos tramos de solo 500 años los cubre con 14 generaciones cada uno
de ellos. Naturalmente el nº 14 es simbólico, ya que es múltiplo de 7, el número simbólico por
excelencia.

La intención de Mateo al comenzar su evangelio con esta genealogía es dar a conocer la ilustre
ascendencia de Jesús que se remonta a David y Abrahán, presentándolo así como un personaje
muy honorable a los ojos de sus contemporáneos. El primer versículo resume las intenciones de
Mt: asegurar que en Jesús se cumplen las promesas hechas a Abrahán (Gn 12, 3) y a David (2
Sam 7, 1-7) y demostrar que Jesús es el Mesías (1, 1.16) y en él se cumple de la historia de la
salvación que se inició con las promesas a Abrahán. Con ello nos dice que el Hijo de Dios no sólo
se hizo verdaderamente hombre, sino también verdaderamente judío, llegando a ser la cumbre del
auténtico judío.

Un detalle significativo es que en esta lista de antepasados de Jesús sólo se mencionan cuatro
mujeres como esposas de cuatro de los antepasados. Las cuatro son extranjeras y tres de ellas de
mala reputación: Tamar que procedió con engaño para tener un hijo de su suegro mediante una
unión incestuosa (Gn 38, 1-30) Rajab la prostituta de Jericó que protegió a los espías israelitas y
fue admitida en la comunidad israelita (Jos 2, 1-21; Rut era una extranjera de Moab que ingresó
en la comunidad de Israel por su casamiento con el judío Boz (Rut 1-4) y Betsabé, mujer de Urías
y cómplice de David en su adulterio (2 Sam 11-12) Mt quiere mostrar a su comunidad, ya dsesde
el principio, que también los paganos tienen un lugar en los planes de Dios.

2. El nacimiento de Jesús (1, 18-25)


Este párrafo de Mt explica cómo Jesús, nacido de manera misteriosa de María, forma parte del
linaje de David y de Abrán a través de José, que lo adopta como hijo.
14

En el momento de la concepción de Jesús, María y José sólo tenían un compromiso matrimonial


estable, pero aún no convivían. Si durante el año que transcurría desde el compromiso hasta que
el novio se llevaba a la casa paterna a la novia, violando las costumbres, engendraban un hijo era
considerado legítimo.

El Dt 22, 23-27 consideraba la infidelidad de la prometida una ofensa semejante a la infidelidad de


la esposa. José, al conocer que María estaba embarazada sin intervención suya, decide no
denunciarla, pues ella habría sido juzgada como adúltera y podía ser apedreada. Un ángel le
anuncia a José el origen del embarazo de María. En este anuncio encontramos una presentación
de Jesús bastante completa:
- Se anuncia su origen divino: viene del Espíritu Santo.
- Se anuncia su misión mediante el nombre que se le da: Jesua = Dios salva.
- El Mesías que va a nacer estará siempre en medio de su pueblo (Mt 18, 20;28, 20) Eso
significa Emanuel, Dios con nosotros)
La figura de José es muy importante en este relato. El ángel se dirige a él como hijo de David (v
20) para pedirle que reciba a María y al niño poniéndole un nombre. La imposición del nombre es
el rito a través del cual José recibe a Jesús como hijo. Jesús entra en la descendencia d David y
de Abrahán gracias a la actitud obediente de José, que, actuando de esta forma aparece no sólo
como modelo de judío fiel a la ley, sino como modelo de cristiano obediente a la voluntad de Dios

3. Los magos de oriente (2, 1-12)

3.1. Tenía que nacer en Belén


Mt insiste en que Jesús nació en Belén de Judá (2, 1.5-7) Para entender esta insistencia, conviene
saber que en la cultura en la que vivían él y los destinatarios de su evangelio, el lugar de origen
definía en cierto modo a las personas. Los pueblos y ciudades, como las familias, eran
depositarios del honor acumulado por sus habitantes ilustres en el pasado, y esta herencia pasaba
a los nacidos de ellos. Al asegurar que Jesús nació en Belén, la patria de David, Mt indica que
Jesús hereda el honor acumulado en la familia de David, no sólo porque es descendiente suyo,
sino porque ha nacido en su mismo pueblo. Belén era, además el lugar en el que, según las
escrituras debía nacer el Mesías (Miq 5, 1.3; 2Sam 5.2) Lo reconoce también Jn: “¿Acaso el
Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que vendrá de la descendencia de David y de
Belén? “(Jn 7, 42)

La afirmación de que Jesús nació en Belén es ante todo un dato teológico, no un dato histórico, y
lo que pretende asegurar no es dónde nació Jesús, sino que él es el Mesías, pues el Mesías sería
descendiente de David, y esto era cierto, aunque Jesús no hubiera nacido físicamente en Belén.

3.2. La estrella
15

Según la creencia popular el nacimiento de un personaje importante iba unido a la aparición de


una nueva estrella en el firmamento. También la tradición judía anunciaba al Mesías como la
estrella que surge de Jacob (Num 24, 17) En definitiva, la estrella es símbolo de Jesús, la luz que
vino al mundo para iluminar a todas las naciones. Pierden el tiempo los astrólogos que investigan
qué satélite o cuerpo celeste pudo cruzar los cielos de Belén en esas fechas, porque no se trata
de un elemento cósmico, sino de un símbolo.

3.3. Los magos de oriente


El relato de los magos, al igual que la genealogía de Jesús, afirma que éste es el rey Mesías. Los
magos buscan un rey, y Herodes consulta los expertos religiosos del judaísmo para indicarles
donde podrán hallarlo. No hay duda alguna al respecto; no es en Jerusalén, sino en Belén, donde
deben buscarlo.

Según las profecías del Antiguo Testamento, los pueblos paganos habrían de rendir homenaje al
Mesías (Is 49, 23; 60, 6) El relato de los magos contribuye a presentar a Jesús como el Mesías
enviado a Israel. No olvidemos que Mateo se dirige a los cristianos de su comunidad y quiere
darles argumentos para rebatir a quienes negaban que Jesús era el Mesías.

Mateo indica ya aquí dos actitudes que luego se repiten a lo largo de su evangelio: su pueblo
rechaza a Jesús, pero los magos de oriente, que son paganos, lo adoran. El rechazo de Jesús por
parte de Herodes y de Jerusalén anticipa el rechazo que sufrió por parte de su pueblo y el que
vivió la comunidad cristiana, rechazada por el judaísmo; por su parte la acogida de los magos
anuncia la apertura del evangelio a los paganos y su entrada en la comunidad cristiana.

4. La ida a Egipto. El nuevo éxodo (2, 13-23)


El relato se desarrolla en un doble clima: por un lado, la persecución contra Jesús, y por otro, la
constante presencia de Dios, que se sirve del ángel y de los sueños para avisar a José, que sigue
siendo el protagonista de esta historia, el representante de la dinastía davídica que lleva a cabo el
plan salvador de Dios.
Algunos detalles de este pasaje recuerdan los comienzos de la vida de Moisés, como la matanza
de los inocentes (Ex 1, 15-16) La huida de Moisés porque el Faraón quería acabar con él y su
regreso cuando habían muerto los que querían matarlo (Ex 3, 14) A través de estas referencias,
Jesús aparece como el nuevo Moisés, que enseñará una nueva ley a un nuevo pueblo de Dios y
lo guará hacia una nueva y definitiva liberación.
La advertencia hecha a José en un sueño lleva a la sagrada Familia a Nazaret. De este modo, Mt
explica cómo Jesús, aunque había nacido en Belén, se crio en Galilea y fue conocido como galileo.
Según Lucas ya antes de ir a Belén residían en Nazaret.
El trágico episodio de los inocentes no se menciona en ningún otro escrito bíblico o profano. Esto
suscita graves problemas sobre el carácter histórico del hecho. Semejante brutalidad que está en
harmonía con el carácter de Herodes, tal como el historiador judío Josefo lo ha descrito. Pero
16

seguramente más que un dato histórico, es un apunte teológico para indicar, una vez más, que Jesús
es el nuevo Moisés.

III. RFEFLEXIÓN
1. Partir de la realidad actual

1) ¿Aceptan los cristianos el realismo de la encarnación del Hijo de Dios, es decir, el hecho de
que se despojó de su divinidad para ser realmente igual en todo a nosotros?
2) ¿Aceptan que durante su infancia tuvo que crecer física, mental y psicológicamente como
cualquier criatura?
3) Jesús de Nazaret es verdaderamente un ser humano y un ser divino ¿de cuál de las dos
realidades solemos despojarlo cuando pensamos en él o nos relacionamos con él?
4) En una sociedad como la nuestra en la que tantas personas desconocen a Jesucristo, ¿dónde
reverbera hoy la estrella de Belén, es decir, ¿cuáles son las estrellas, es decir, las señales
que los atraen al encuentro con Jesucristo atrayentes que anuncian a los alejados la
presencia de Dios en medio de la humanidad?

2. Interpretación del texto

1) El relato del nacimiento e infancia de Jesús ¿hay que tomarlo con un relato histórico o
teológico?
2) ¿Qué personajes aparecen en el relato y cómo reaccionan ante el nacimiento de Jesús?
3) ¿Qué nos dice este relato acerca de quién es Jesús?
4) ¿Cuál es la característica más significativa según Mt de los magos que visitan a Jesús?

3. Meditación y aplicación a nuestra vida

1) ¿Qué luces se han encendido en nuestro camino a lo largo de la vida y nos han llevado al
encuentro de Cristo?
2) Nuestra comunidad y cada uno de nosotros tendríamos que ser "luz sobre el monte" (Mt
5,14), estrella luminosa que invita a los alejados a venir al encuentro de Jesús. ¿Por qué
nuestra luz tiene tan escasa fuerza convocatoria?
4. Nuestra respuesta al mensaje

1) Compartir las luces recibidas durante el encuentro.


2) ¿Qué compromisos concretos despierta en nosotros la lectura del relato de la infancia de
Jesús?
3) Terminar con oraciones espontáneas.
17

3
3
LAS TENTACIONES
DE JESÚS
(Mt 4, 1-25)
I. INTRODUCCIÓN
No hemos visto el capítulo 3 de Mt, que habla de Juan Bautista y del bautismo de Jesús, porque los
hemos comentado en la lectura orante de Mc (tema 2) y de Lc (Tema 7) Ahora nos vamos a centrar
en el capítulo 4, que comprende cuatro puntos:
1) Las tentaciones o pruebas de Jesús en el desierto (Mt 4, 1-11)
2) El comienzo de la proclamación del Reino de Dios (4, 12-17) comentado ya en Mc y Lc
3) La vocación de los primeros discípulos (4, 18-22) que veremos en el tema siguiente
4) Los primeros pasos de la actividad evangelizadora de Jesús (4, 22-25) que se pueden ver en
los comentarios de los textos paralelos de Mc y Lc

Mateo compone este relato de las tentaciones partiendo del texto paralelo de Marcos (Mc 1, 12-
13) que es mucho más breve. Mt lo amplia con un diálogo en el que Jesús rebate las
insinuaciones de Satanás, a base de citas y referencias del Antiguo Testamento. En el trasfondo
del relato están las tentaciones o pruebas que el pueblo de Dios sufrió en el desierto. Es un relato
muy elaborado literaria y teológicamente. La introducción nos sitúa en el contexto adecuado: el
Espíritu de Dios es quien guía a Jesús; lo lleva al desierto, que en el Antiguo Testamento es el
lugar donde el pueblo de Israel experimentó a la vez las pruebas y la asistencia de Dios.

1. Tres tentaciones con un mismo objetivo

1.1. Las tentaciones

Este relato es una composición literaria para resaltar en forma dramática el tipo de Mesías que es
Jesús. No es el mesías del poder, sino de los pobres, de los que ni tienen ni pueden ni cuentan.

Como se dice en el versículo que precede a este relato, Jesús acaba de ser proclamado Hijo de
Dios en la escena de su bautismo (Mt 3, 17) y, como tal, va a comenzar el nuevo Éxodo en el
18

desierto y la formación de un nuevo pueblo de Dios. La tarea será dura y dolorosa. Sin embargo,
antes de contarnos paso a paso el itinerario que le conducirá a la muerte, el evangelista presenta,
como un pórtico grandioso, la confrontación de Jesús con el enemigo, el diablo, que personifica la
tentación. El combate con él será constante a lo largo del camino, pero Jesús lo vencerá. Las
tentaciones sufridas por Jesús están en relación directa con su vocación de Mesías, vocación que no
se puede desligar del ambiente histórico, socio-político, religioso y económico de la época de Jesús
ni de las expectativas, los sueños y las esperanzas mesiánicas que venían madurando de tiempo
atrás en Israel, así como el tipo de mesías que llenaría esas esperanzas.

1.2. El objetivo de las tres tentaciones: apartar a Jesús del camino trazado por Dios

Las tres tentaciones, aunque se refieren a aspectos distintos (el afán de riqueza, de gloria y de
poder político) tienen un mismo objetivo: desviar a Jesús de su vocación como Hijo obediente de
Dios. Las tres comienza con la misma expresión en forma de desafío: “Si eres Hijo de Dios…”.
Con estas palabras insidiosas el tentador le pide a Jesús que se aproveche de su condición de
Hijo de Dios para conseguir poder y gloria, para que Dios se ponga a su disposición y al servicio
de sus intereses. Hay aquí dos maneras de entender lo que significa ser Hijo de Dios. Para el
tentador equivale a tener poder y gloria; para Jesús, ser Hijo de Dios significa cumplir
obedientemente la voluntad del Padre, realizando el plan de salvación que Dios ha trazado. Dios
no lo envió para morir como víctima expiatoria, sino para anunciar y extender el Reino de Dios, es
decir, para crear un mundo nuevo, en el que todos seamos, nos sintamos y vivamos hijos de Dios
y hermanos entre nosotros; un mundo en el que a todos se les reconozca la misma dignidad; un
mundo en el que no haya diferencias humillantes, en el que no haya opresores y oprimidos,
señores y esclavos: en resumen, una familia de iguales.

Para crear ese mundo nuevo, Jesús, siguiendo el proyecto de Dios, tomó el camino de los de
abajo, los excluidos, los pobres, los humillados, los despreciados. Él no quiere ser señor, sino
servidor y, por ello, rechaza la tentación del poder en todas sus formas. El diablo invita a Jesús a
abandonar el camino de los pobres para hacer realidad el Reino de Dios y la salvación de la
humanidad, y le insinúa tomar el camino del poder.

Esta gran confrontación entre el proyecto del Padre, personificado por Jesús, y el anti-proyecto del
rival, viene escenificado en tres episodios de creciente dramatismo que se desarrollan en el
escenario tradicional de la prueba para los hebreos: el desierto.

En cada episodio hay una proposición tentadora del diablo: el milagro fácil e injustificable (convertir
las piedras en pan), el espectáculo gratuito de efecto rápido y asegurado (arrojarse desde lo alto del
templo) y, sobre todo, de poder político universal, si se somete a las reglas de juego de Satanás,
pretendido soberano del mundo. Cada tentación del rival Jesús la rechaza con una cita bíblica que
expresa la voluntad de Dios y con ella reafirma el compromiso de vivir solamente de la voluntad y de
la Palabra de Dios. Las respuestas de Jesús definen el verdadero carácter de su misión y están
tomadas de Dt 8, 3; 6,16.13)
19

En esta lucha con el adversario, se confrontan también dos tipos del Mesías: el Mesías rey davídico,
fundado en el poder, en el prestigio, en las soluciones fáciles y rápidas, y el Mesías Siervo sufriente
de Yahvé, que es perseguido y masacrado por solidarizarse con los pobres y excluidos.

A partir de la llegada del Reinado de Dios es posible llevar a cabo una vida en que la obediencia a
Dios nos conduzca a una relación de comunión con los demás. La desobediencia al designio de Dios
se ha hecho patente en el mundo creando relaciones opresoras en el triple orden de lo económico (el
pan), lo político (los reinos de la tierra) y lo religioso (el templo). Sólo el rechazo de las tentaciones
hace posible un orden humano que destruya esas relaciones opresoras.

Jesús no cree que ni la acumulación de riquezas, ni la búsqueda del prestigio ni el logro del poder
puedan ser caminos para extender el Reino de Dios, sino el despojo de todo eso, porque el Reino
de Dios es un Reino de fraternidad, de igualdad, de justicia y de paz (ver Rom 14, 17).

Venciendo la prueba a la que le somete el tentador, Jesús aparece como el auténtico Hijo de Dios,
que no ha sucumbido allí donde sucumbió Israel. Las tres tentaciones recuerdan otros tantos
momentos de prueba en el camino de Israel por el desierto: la petición del pan (Ex 16), la del agua
(Ex 17) y el culto a los ídolos (Ex 32). Jesús ha salido victorioso de la prueba a la que sucumbió
Israel rebelándose contra Dios por la falta de pan y de agua y por la tardanza de Moisés en bajar
del Sinaí que les llevó a construir un ídolo.

II. COMENTARIO AL TEXTO

1. Primera tentación (4, 1-4)

Jesús pasa en el desierto cuarenta días, que resumen los 40 años que duró el camino de Israel
por el desierto y son también eco de los 40 días del ayuno de Moisés sobre el monte Sinaí (Ex 24,
18) y de Elías en el desierto (1Re 19, 8). Igual que para ellos, los 40 días de desierto sirven de
preparación para la gran misión que Jesús va a iniciar. Podemos ver también en ello una
comparación para indicar que Jesús, como organizador del nuevo pueblo de Dios, es superior al
organizador del antiguo pueblo de Dios (Moisés) y es también superior al mayor de los profetas,
que era Elías. En la escena de la transfiguración Jesús aparecerá en medio de Moisés y Elías
para resaltar esa superioridad.
Esta primera tentación tiene doble filo: por un lado, es una invitación a acumular riquezas y a vivir
para ellas, y, por otro es una invitación a utilizar el poder de hacer milagros para solucionar las
necesidades materiales ordinarias. La respuesta (Dt 8, 3) no niega que las necesidades ordinarias
deban remedirse por medios ordinarios, sino que subordina las necesidades físicas fundamentales
a la palabra de Dios.

2. Segunda tentación (4, 4-7)


20

La segunda tentación es una invitación a acumular gloria, asombro, prestigio y aplauso. Jesús no
necesita realizar ese tipo de espectáculos para probar que es el Hijo de Dios y realizar su misión.
Que es el Hijo, lo demostrará con su vida y especialmente con su muerte y resurrección.

3. Tercera tentación (4, 8-11)

La tercera tentación es una invitación a acumular poder político y a emplearlo para cumplir los
fines de la misión de Mesías. La respuesta de Jesús a esta tentación sobrepasa en dureza a sus
anteriores respuestas y va precedida de una expresión de repulsa: ¡Aléjate, Satanás! La cita de Dt
6, 13 sitúa el mesianismo político al mismo nivel que la adoración de los ídolos.

* * *
Estas son las mismas tentaciones que hemos seguido teniendo a lo largo de la historia todos los
seguidores de Jesús. Pero ya no necesitamos diablo, están en el medioambiente y las respiramos
con naturalidad:
a) La sociedad nos impulsa a buscar el dinero, el poder económico y político y el prestigio,
como criterios de valer.
b) Nos encanta el poder, todos queremos ser importantes y mandar. Qué poco se nota, a
veces, que somos seguidores de quien dijo: yo no he venido a ser servido sino a servir. Y
nos enseñó a vencer esa tentación diciendo: el que de ustedes quiera ser el primero que se
haga el último el servidor de todos. En nuestra sociedad tan competitiva, ¡qué extraño es
encontrar personas que busquen ser últimos!

Por supuesto que hay otras muchas tentaciones, por ejemplo, el campo de la ética sexual en el
que se ha pasado del rigorismo a un gran relajamiento, en el tema del alcohol o de la droga, y no
digamos nada en el de la corrupción, que es una verdadera pandemia universal. Lo grave es que
muchos ya no las ven como tentaciones, sino como oportunidades que hay que aprovechar; lo
malo es haber perdido el sentido de lo que está bien o lo que está mal.

REFLEXIÓN

Oración. Señor, “no nos dejes caer en la tentación. Somos seres débiles, expuestos a toda clase
de peligros y riesgos que pueden arruinar nuestra vida, alejándonos para siempre de tu Reino. El
misterio del mal nos amenaza. No nos dejes caer en la tentación de rechazarte. No nos dejes caer
derrotados en la prueba final. Que en medio de la tentación podamos contar con tu ayuda
poderosa. Amén

1. Mirada a la realidad
1) Mirando al ámbito mundial, nacional, local, laboral y familiar ¿dónde y cómo se manifiestan
hoy día el afán de acumular poder económico, político y de prestigio?
21

2) ¿Sufre estas tres tentaciones hoy día la Iglesia como institución y se


deja vencer por ellas algunas veces?
3) Entre los que nos decimos católicos, ¿nos dejamos llevar más por el
afán de acumular que por el de compartir?
4) ¿Quién es hoy día el principal tentador?

2. Mirada al texto
1) ¿Qué significa el hecho de que Jesús se deje conducir por el Espíritu al desierto?
2) ¿Cuál es el objetivo de las tentaciones que sufre Jesús?
3) ¿Se pueden resumir en una sola las tres tentaciones de Jesús? ¿En cuál?
4) ¿Cuál es la misión de la que el diablo quiere apartar a Jesús?
5) ¿Qué significa el que Jesús rechace cada una de las tentaciones citando un texto bíblico?

3. Meditación
1) ¿Qué es lo que más nos impide acoger, vivir y extender el Reino de Dios, que es la misión
que Jesús nos ha confiado?
2) ¿Cuáles son las tentaciones que más nos alejan de la vida cristiana y de nuestra misión?
3) ¿Buscamos en nuestras acciones la gloria, el honor, la exhibición y el lucimiento?
4) ¿Nos duele mucho todo lo que pueda deteriorar nuestra buena imagen?
5) Tomamos todos en serio la invitación de Jesús: el que quiera ser el primero que se haga el
último y el servidor de todos.
6) ¿Nos duele ser últimos?
7) Viendo cómo Jesús resiste las tentaciones ¿Qué medios hemos de tomar para resistirlas
también nosotros?
4. Compromiso
1) Hacer algún compromiso concreto para vencer las tentaciones que sufrimos
2) Terminar con la oración del padrenuestro acentuando la petición de no nos dejes caer en la tentación”.

4
VOCACIÓN DE LOS CUATRO PRIMEROS DISCÍPULOS Y
ACCIÓN MISIONERA EN GALILEA
Lectura de Mt 4,17-25

Oración: Señor Jesús, danos la gracia de creer en ti y de seguirte en la verdad de las obras y de
22

los días de nuestro caminar, para confesarte con los labios y con
el corazón como el Señor de nuestra vida. Haz que sepamos ser
testigos creíbles de ti, con humildad y dulzura, con la fuerza
contagiosa e irradiante del amor. Amén.

1. Introducción

Muchos católicos creen que nuestra religión es muy complicada y


no saben decir en pocas palabras en qué consiste el ser cristiano.
Y, sin embargo, ni es difícil ni hacen falta muchas palabras para
decirlo. Bastan estas tres: seguir a Jesús. Así comenzó a formarse
el grupo de Jesús: él iba invitando a seguirle. Para aclararlo un
poco más, sería suficiente decir que:
El primer paso para seguir a Jesús es descubrirlo, admirarlo y
dejarse conquistar por Él.
El segundo paso es creer que resucitó y vive y nos acompaña siempre, adherirse de todo corazón a
su persona y mantener una relación de profunda amistad con Él.
El tercer paso es tratar de vivir como Él vivió, teniendo sus mismos sentimientos, actitudes y hacer las
mismas obras que él hizo.

Como vemos, no es difícil decir en qué consiste ser cristiano. Lo difícil es vivir como cristiano. Jesús
mismo se dio cuenta de lo difícil que le resultaba a algunos que querían entrar en su grupo de
seguidores y, cuando les presentó las exigencias del seguimiento, se echaron atrás, como el joven
rico (Mt 19,16-22) Otros respondieron con gran prontitud, como vamos a ver en el texto evangelio
sobre el que vamos a reflexionar hoy.

2. Comentario al texto

2.1. La vocación de los cuatro primeros discípulos (Leer Mt 4, 17-22)

Mateo toma este relato de Marcos y lo retoca un poco. Lucas lo reelabora con más amplitud. El relato
de Juan sobre el llamamiento de los primeros discípulos es completamente distinto, incluso en cuanto
a los discípulos que fueron llamados en primer lugar.

Un dato importante en la narración de Mt y Mc es que los cuatro llamados siguieron a Jesús


inmediatamente, aunque no le conocían; dejaron las redes, dejaron sus familias y se hicieron
discípulos. Lucas retrasa este relato en la vida de Jesús para ponerlo cuando ya Jesús era conocido.
Eso es más lógico que el seguir a un desconocido. Los cuatro formarán parte del grupo de los Doce y
tres de ellos (Pedro, Santiago y Juan) integran un trío de íntimos de Jesús que fue testigo de
acontecimientos no presenciados por los demás discípulos ( Mt 17, 1; 26, 37; Mc 5, 37)
23

Jesús no quiere vivir su vida ni desarrollar su misión en solitario. Por eso lo primero que hace al
comenzar su vida pública es crear en torno a Él una comunidad de discípulos y seguidores suyos,
como se nos cuenta en Mt 4,17-22; Mc 1,14; Lc 5,10-11; Jn 1,35. Después, a lo largo de su vida,
continuó llamando a muchos hombres y mujeres para que lo siguieran.
Él ha venido a anunciar y extender el Reino de Dios, que es como una familia y comienza por crear
su nueva familia, mostrando así hecho realidad lo que anuncia.

Jesús toma la iniciativa. El se adelanta; él es quien llama y hace a uno discípulo, pero requiere la
respuesta del llamado. A los que llama Jesús los enviará después a evangelizar, a difundir su
mensaje, a anunciar el Reino de Dios. Este envío lo anticipa ya en el momento de llamarlos usando
una imagen tomada del oficio que desempeñaban: "Los haré pescadores de hombres" (Mt 4,19) para
que traigan más gente a la red, es decir, a la comunidad de Jesús, porque a Jesús hay que seguirlo
siempre en comunidad. No le gustan los francotiradores que hacen su propia batalla porque eso es
contrario a la esencia del mensaje de Jesús centrado todo él en la construcción de una familia de
hijos de Dios y de hermanos entre sí, a la que llamó el Reino de Dios.

El seguimiento de Jesús es la exigencia mayor y más englobante que plantea a los que creen en él.
Cuando Pedro, movido por la curiosidad acerca del futuro del Discípulo Amado, le pregunta que va a
ser de ese discípulo, Jesús, ya resucitado, le dice que no pierda el tiempo en esas pesquisas y que
se atenga a lo fundamental: "Tú sígueme"(Jn 21,22).

Volviendo al texto elegido, vemos que la forma en que Jesús empieza a constituir el grupo de sus
discípulos es muy deferente de la que utilizaban los maestros judíos: no son los discípulos los que
piden entrar a formar parte del grupo como ocurría con los maestros judíos, sino que es Jesús quien
los llama a seguirle. El atractivo de su llamada es irresistible y les hace capaces de renunciar a su
trabajo para seguirle.

Más adelante, cuando Mt hable de la elección de los Doce (10, 1-4) quedará claro que Jesús tenía
dos clases de discípulos igualmente fieles: los que dejaban casa y trabajo para acompañarle
permanentemente, cuyo núcleo principal son los Doce, y los que le siguen con la misma fidelidad y a
la vez continúan en sus casas y en sus responsabilidades familiares y laborales, como Lázaro, Marta
y María. Seguramente estos eran los más numerosos. Eso ocurre también hoy día: unos somos
invitados a dejar casa, familia y profesión para seguirle y otros están llamados a seguirle en medio de
todas las responsabilidades familiares, laborales y sociales. Y eso no significa que sean discípulos de
segunda categoría. Simplemente, tienen una modalidad distinta de seguimiento de Jesús.

2.2. Sumario de la acción misionera en Galilea (Leer Mt 4, 23-25)

En estos versículos Mt ofrece un resumen de las actividades de Jesús en Galilea como misionero del
Reino y cuenta cómo su fama se extendió también por las regiones vecinas, incluso fuera de
Palestina, de donde venía a encontrarse con él multitudes. Los discípulos son testigos de la acción
misionera de Jesús, que ellos tendrán que continuar en el futuro.
24

Este primer sumario de la actividad de Jesús es un apretado resumen de lo que el evangelista va a


narrar en los capítulos siguientes. Según Mc y Mt, en la vida de Jesús intervienen tres grupos de
personas: los discípulos, los adversarios y la multitud. Después de haber presentado a los discípulos
que lo han dejado todo para seguir a Jesús, Mateo presenta en estos versículos a la gente, a la
multitud, que será menos constante que los discípulos, incluso, muchos, cuando lleguen las
dificultades abandonarán a Jesús (Mt 27, 15-26)

3. Seguir a Jesús hoy.

Como hemos visto, el evangelio nos muestra que el seguimiento de Jesús es una respuesta libre a
una llamada gratuita hecha por El. Jesús es quien toma la iniciativa, quien sale al encuentro.

Estamos llamados a seguir al Cristo histórico, es decir a Jesús tal y como vivió en su vida terrena. Sin
embargo, ese Jesús hoy sólo existe como resucitado. Lo que significa que tiene para nosotros un
modo de presencia distinto del que tenía para sus primeros discípulos. Como resucitado entra en
nuestra vida para dinamizarla con la fuerza de su Espíritu.

Precisamente por esto, el seguimiento hoy no es una imitación externa de Cristo y no consiste en
fijarnos en lo que El hizo para repetirlo con el esfuerzo generoso de nuestra voluntad. Cristo ya no es
para nosotros un modelo externo. Él resucitó y vive en nosotros y es, dentro de nosotros, principio de
vida y de acción. El seguimiento es una progresiva unión con El. De esa unión brota una nueva vida.
San Pablo lo experimentó de una manera tan clara que escribió: "ya no vivo yo, es Cristo quien vive
en mi" (Gal 2,20).

El seguimiento consiste en dejarse poseer y conducir por Cristo. No consiste en copiar lo que Él hizo
ni en tratar de pensar y sentir como El; es mucho más: hacer nuestros sus propios sentimientos, que
los llevamos dentro, porque lo llevamos a El. Esos sentimientos se resumen en una fidelidad
inquebrantable a Dios, como Padre, y una disponibilidad absoluta al servicio de los hijos de Dios,
especialmente de los más "pequeños".

De ahí surge en nosotros un estilo de vida que no copia lo que Cristo hizo ni siquiera lo que Cristo
haría hoy, sino que vive y hace suyo lo que Cristo hace realmente hoy en nosotros y por medio de
nosotros, que somos su nueva humanidad, sus manos acogedoras, sus ojos llenos de ternura, sus
pies incansables en busca de la oveja perdida y sus labios para anunciar la Buena Nueva del Reino.

Seguir a Cristo implica también asumir y proseguir su misión de anunciar, vivir, mostrar y abrir
caminos al Reino de Dios. Y, si asumimos su estilo de vida y su misión, indudablemente vamos a
correr también su misma suerte de incomprensión, rechazo y persecución. Lo menos que hacen
algunos es pensar que estamos locos. También a Jesucristo lo tomaron por loco, incluso sus propios
familiares (cf Mc 3,21).
25

¡Tarea difícil el seguir a Jesús! Nada de eso podemos alcanzar con nuestras solas fuerzas. Pero
contamos con una fuerza superior. Cristo mismo y el Espíritu Santo que El nos ha dado. Como Pablo
también nosotros podemos decir: "todo lo puedo en quien me conforta" (Flp 4,13). Por eso, como
hemos dicho anteriormente, ser cristiano es seguir a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo.

4. Meditación

Oración
Jesús, no tienes manos. Tienes sólo nuestras manos para construir un mundo donde habite la
justicia.
Jesús, no tienes pies. Tienes sólo nuestros pies para poner en marcha la libertad y el amor.
Jesús, no tienes labios. Tienes sólo nuestros labios para anunciar por el mundo la buena noticia a los
pobres.
Jesús, no tienes medios. Tienes sólo nuestra acción para lograr que todos los hombres y mujeres
seamos hermanos.
Jesús, nosotros somos tu Evangelio, el único Evangelio que la gente puede leer, si nuestras vidas
son obras y palabras eficaces.

1. Mirada a la realidad actual

a) ¿Son muchos los cristianos que han descubierto que lo esencial de su religión es seguir a
Jesucristo?
b) ¿Es Cristo realmente el centro de la fe de los católicos?
c) ¿Lo es para nosotros?
d) ¿Sigue pensando la gente que el seguimiento de Jesucristo es sólo para los religiosos y
sacerdotes?

2. Mirada al texto

a) A la hora de formar la comunidad de seguidores de Jesús, ¿quién toma la iniciativa?


b) ¿Qué dejaron los primeros discípulos para seguir a Jesús?
c) Todos tuvieron que dejar casa, familia y trabajo para seguirle?

3. Meditación

Jesús no excluye a nadie de su seguimiento. Ya en vida, además de los apóstoles, "le seguía un
inmenso gentío"(Mt 4,25). El nos ha llamado también a cada uno de nosotros.
a) ¿Cuándo hemos sentido de manera especial esa llamada?
b) ¿Hemos respondido con la prontitud y la generosidad de los primeros discípulos?
26

c) ¿Qué tendríamos que dejar y a qué seguridades tendríamos que renunciar para seguirle con
radicalidad?
d) ¿Qué implica seguir a Jesús hoy en nuestro medio?
e) ¿Es él nuestra ley de vida? ¿Hasta qué punto podemos decir como san Pablo: “ya no vivo yo,
es Cristo quien vive en mí?”

4. Compromiso

a) Hacer un compromiso concreto para cumplir mejor las exigencias del seguimiento de
Jesús.
b) Oración: Jesús, llena mi alma de tu espíritu y de tu vida. Penetra todo mi ser y toma
posesión de él de tal manera que mi vida no sea en adelante sino una irradiación de la
tuya. Quédate en mi corazón con una unión tan íntima, que quienes tengan contacto
conmigo puedan sentir en mí tu presencia, y que al mirarme olviden que yo existo, y no
piensen sino en Ti. Quédate conmigo. Así podré convertirme en luz para todos. Déjame
predicar tu nombre con palabras o sin ellas.

Tema 5
LAS BIENAVENTURANZAS
COMO PROYECTO DE VIDA
Lectura de Mt 5,1-12

Oración: Mira, Padre de bondad, a esta comunidad reunida en tu nombre para compartir la
fraternidad y dialogar en la verdad, concédele descubrir con mayor claridad las exigencias del
Evangelio para ser luz del mundo y sal de la tierra. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

I. INTRODUCCION

1. El sermón de la montaña (Mt 5,1-7,29)


27

Generalmente la expresión "el sermón de la montaña" o "el discurso del monte", para muchos se
reduce a las Bienaventuranzas por la gran importancia que tienen. Pero éstas son sólo 10 versículos
del capítulo 5 de Mt (3-12) mientras el discurso del monte comprende todo el capítulo 5 y los dos
capítulos siguientes.

En este discurso, además de las Bienaventuranzas, y como desarrollo de las mismas, Mateo incluye
las siguientes enseñanzas:

- Los cristianos han de ser testigos del Reino, "sal y luz de la tierra" (Mt 5,13-16)
- Perfeccionamiento de la Ley de Moisés por el amor a Dios y a todos los seres humanos,
incluso a los extranjeros y enemigos (Mt 5, 17-48)
- Perfeccionamiento de las prácticas religiosas judías del ayuno, la limosna y la oración. El
padrenuestro como modelo de toda oración. (Mt 6,1- 18)
- La nueva ética cristiana: no hacerse tesoros en la tierra, andar en la luz, la confianza en Dios,
comprensión del hermano - "la viga y la pelusa" -, el respeto a las cosas santas (Mt 6,19-7,12)
- Conclusión: dar frutos de buenas obras, construir la casa de la propia vida cristiana sobre roca
y no sobre arena (Mt 7,13-29)

El sermón de la montaña no es toda la nueva Ley. Se trata de una colección de las palabras que se
recordaban de Jesús, adaptadas y aclaradas cuando es necesario para el grupo que recibía la
instrucción. No es un código completo de la ética cristiana. Hay muchas otras orientaciones de la
moral cristiana que no se mencionan en este sermón. La revolución moral cristiana consistió en una
reorientación de los valores. Este hecho queda expresado en unas frases sencillas, la mayoría de las
cuales son invitaciones a amar. El sermón de la montaña es una formulación de los principios que
Mateo o sus fuentes consideraban lo bastante fundamentales como para recogerlos y poner en el
lugar significativo de introducción al relato de las parábolas y las obras de Jesús (Comentario de san
Jerónimo).

2. Las bienaventuranzas

Dentro del discurso del monte las bienaventuranzas tienen especial relieve. Sobre estos 10
versículos de Mt y los 10 de Lucas se han escrito gran cantidad de artículos y libros. Es clásico el
comentario de Dupont en tres volúmenes. La excepcional importancia de este texto se fundamenta
en estos cuatro pilares:

- En él está resumido el proyecto o plan de Dios sobre la humanidad: el Reino de Dios.


- Estos versículos reflejan el modo de vida que llevó Jesús.
- Son, junto con el Padrenuestro, el mejor resumen del Evangelio y
- Son parte muy importante de la Ley Fundamental del nuevo pueblo de Dios, la carta magna
del Reino que han de tomar como norma de vida todos los seguidores de Jesús de todos los
tiempos.

2.1. Contraste entre la versión de Mt y la de Lc


28

Hay dos versiones de las bienaventuranzas: la de Lucas y la de Mateo. Entre ellas hay diferencias
bastante significativas, que saltan a la vista en el recuadro siguiente.
MATEO LUCAS
1 Felices los pobres de espíritu, porque el reino de los cielos Felices los pobres, porque el reino de Dios les pertenece.
les pertenece.
2 Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los que ahora lloran, porque reirán.
3 Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra.
4 Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque Felices los que ahora pasan hambre, porque serán saciados.
serán saciados.
5 Felices los misericordiosos, porque serán tratados con
misericordia
6 Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
7 Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán
hijos de Dios.
8 Felices los perseguidos por causa del bien, porque el Felices cuando los hombres los odien, los excluyan, los
Reino de los cielos les pertenece. insulten y desprecien su nombre a causa del Hijo del
Hombre.

Veamos algunas de las diferencias entre ambas versiones de las bienaventuranzas

a) El momento en que Jesús anunció las bienaventuranzas. Seguramente fueron dicha<s en


lugares y ocasiones distintas. Los evangelistas las coleccionan y las ponen en boca de Jesús
como dichas totas seguidas y en un mismo día
- Mateo coloca el texto de las bienaventuranzas al comienzo de la vida pública de Jesús para
destacar su carácter programático. En efecto, las bienaventuranzas son el programa de vida
de Jesús y de todos sus seguidores.
- Para Lucas, en cambio, Jesús presenta su programa al comienzo de su vida pública en la
sinagoga de Nazaret, declarando: "El Espíritu del Señor está sobre mí. Él me ha ungido para
traer Buenas Nuevas a los pobres..."(Lc 4,18). Las bienaventuranzas las coloca dos capítulos
más atrás y vienen a confirmar su misión de anunciar la Buena Nueva del Reino a los pobres.

b) El lugar para Mateo es un monte, para Lucas la llanura. Sin embargo, sabemos que se trata
de un procedimiento literario y que, por tanto, Jesús no pronunció un largo sermón del que
alguien tomara nota, sino que Mt agrupó en un sólo discurso las enseñanzas fundamentales
de Jesús en cuanto al modo de vida de quienes entran en la dinámica del Reino. Sabemos
también que al hablar del lugar el lugar no pretenden comunicarnos una noticia geográfica,
sino un mensaje teológico acerca de Jesús. Como para Mt Jesús es el nuevo Moisés y
Moisés subió al monte Sinaí para recibir la Ley de Dios, también Jesús sube a un monte para
proclamar la nueva Ley del nuevo pueblo de Dios.

Lucas, en cambio, atento siempre a destacar la plena inserción de Jesús entre la gente
sencilla del pueblo - recordemos su nacimiento en Belén y sus primeros visitantes, los
pastores – dice que Jesús proclamó las Bienaventuranzas en el llano y rodeado de una gran
multitud de gente del pueblo, especialmente de los pobres, los enfermos e impedidos.
29

d) El número. Lucas pone en boca de Jesús sólo 4 bienaventuranzas y otras cuatro desdichas o
malaventuranzas. Estas últimas no figuran en Mateo, quien en cambio trae 9
bienaventuranzas. Como la 9ª es sólo una explicitación de la 8ª, se suele hablar siempre de
"las ocho bienaventuranzas".

e) El enfoque. En Mateo las bienaventuranzas tienen un enfoque espiritual y ético; son un


programa de vida destinado a orientar el comportamiento de los cristianos. Mateo habla de las
actitudes del seguidor de Jesús; los que tienen esas actitudes o virtudes son llamados
dichosos.

En Lucas las bienaventuranzas tienen un carácter más social. Más que programa de vida,
son anuncio de un acontecimiento de liberación de situaciones de pobreza, hambre,
sufrimiento y persecución. Jesús declara bienaventurados a quienes viven en esas
situaciones, no porque vivan en ellas ni por sus buenas actitudes, sino porque van a ser
liberados. Y Dios los va a liberar, no porque ellos sean buenos (por sus actitudes), sino
porque Él es bueno, porque es un rey justo y no puede permitir en su Reino esas injusticias.
El carácter social que tienen las bienaventuranzas en Lucas adquiere aún más relieve por las
cuatro desdichas que pone después de las bienaventuranzas.

Así la frase con que comienzan los dos evangelios: “bienaventurados los pobres”, en Lucas
se refiere a los que son pobres social y económicamente, a los carentes, marginados y
excluidos. Las bienaventuranzas de Lucas son una declaración de que Dios los ama y
quiere sacarlos de su postración.

Mateo añade una palabra con la que da otro sentido a esta bienaventuranza:
“Bienaventurados los pobres de espíritu” o en el espíritu. De ese modo, Mt no se refiere a
una carencia económica, sino a una virtud; no se refiere a la liberación de los que carecen
de bienes, sino a una actitud profunda del alma y a un modo de ser y vivir.

En consecuencia, para Lucas, los pobres serán bienaventurados cuando dejen de ser pobres y para
Mateo cuando lleguen a ser pobres.

2.2. Las bienaventuranzas forman parte de ley fundamental del Reino de Dios

Las bienaventuranzas, que son la carta magna del Reino de Dios, son también una guía
imprescindible para seguir a Jesús. Los principales destinatarios de estas enseñanzas de Jesús
son los discípulos, en los cuales debemos ver no sólo los discípulos del Jesús histórico, sino
también a los miembros de la comunidad cristiana a quienes Mateo dirige su evangelio.

Las bienaventuranzas son la ley fundamental del seguimiento de Cristo y, por tanto, de toda forma de
vida cristiana. Sabemos que la ley fundamental de la vida cristiana no puede ser otra que Cristo
mismo y su seguimiento. Pero las bienaventuranzas son el retrato de Cristo y la síntesis de todo su
evangelio. Además, son "evangelio", es decir, no son únicamente anuncio, invitación o propuesta,
30

sino que son también don, gracia, acontecimiento, acción de Dios en nosotros, y por eso son
Evangelio, es decir una buena noticia que acontece en nosotros. Quien acoge y vive las
bienaventuranzas se ha encontrado con un tesoro que cambia su vida, y eso es acontecimiento y
buena noticiase ha encontrado con la Buena Noticia que le hace feliz; se ha encontrado con Cristo
mismo, retratado en las bienaventuranzas.
El sermón del monte se abre con una declaración solemne, en la que el reino de los cielos
anunciado por Jesús aparece como buena noticia para los pobres: “Porque el reino de los cielos
les pertenece” (5, 3) Esta solemne declaración constituye la obertura del discurso, en la que se
propone el estilo de vida que se hace presente con la llegada del Reino.

Las bienaventuranzas de Mt se refieren a las actitudes necesarias para acoger el Reino de Dios,
que es la gran bienaventuranza, y para vivir las dos coordenadas del Reino, la filiación y la
fraternidad. Las bienaventuranzas se pueden considerar como la proclamación que establece en 8
puntos las condiciones para acceder y para permanecer en el Reino mesiánico.

Si en los diferentes ámbitos de la vida humana, la persona, la familia, el trabajo y la sociedad, se


viviera conforme a las bienaventuranzas, todo sería completamente diferente y se podría decir que
el Reino de Dios ha llegado.

Los gritos de alegría de Jesús por la llegada del Reino de Dios y la liberación que viene con él,
fueron interpretados en la comunidad de Mateo como orientaciones para la conversión y el cambio
de vida que exige dicho acontecimiento. En conjunto son un mensaje de esperanza y una palabra
de aliento, para descubrir la presencia del reino y anhelar su llegada definitiva.

3. División de las bienaventuranzas de Mt en dos grupos

a) Las cuatro primeras bienaventuranzas de Mt están relacionadas entre sí. Son una
declaración de la felicidad que poseen quienes se abren a la acción de Dios con una actitud
de acogida sincera. Se dirigen a los humildes a los pobres de corazón, a los pobres del
Señor, es decir a los que han puesto su confianza sólo en Él, esperando que Dios
manifieste su Reino y colme su esperanza. Este grupo de bienaventuranzas es un
magnífico comentario a la primera parte del padrenuestro, en el que los discípulos son
invitados a desear ante todo la venida del Reino y el cumplimiento de la voluntad de Dios.
Son una invitación a vivir la pobreza, la aflicción, el desprendimiento, el hambre y sed de
justicia como bienaventuranzas.

b) Las 4 bienaventuranzas del segundo grupo (5, 7-11) están más orientadas hacia el
comportamiento cristiano que conlleva la acogida del Reino. Mientras que en el primer
grupo se constatan situaciones, en este segundo se proponen actitudes que los discípulos
deben tener. Se les invita a ser misericordiosos, una actitud muy importante para vivir en
comunidad; a tener un corazón limpio, es decir, a vivir y actuar sin ninguna duplicidad ni
engaño; los discípulos deben trabajar también para construir la paz siendo instrumentos de
reconciliación entre los hermanos y con todas las personas. Finalmente, se les exhorta a
31

permanecer firmes en la persecución, sostenidos por la certeza de que el fruto de dicha


perseverancia será el anhelado Reinado de Dios.

Las bienaventuranzas, como el Reino, son don, pero también tarea humana, compromiso y
empeño por cambiar la realidad y hacer presente el reinado de Dios aquí y ahora; el compromiso
de misericordia y solidaridad, de empeño por llevar una vida honrada y limpia, de trabajo por la
paz y la reconciliación y de firmeza ante la persecución.

Jesús se sentía feliz olvidándose de sí mismo comprometiéndose en lograr para todos una vida
digna, sana y feliz. Y eso es lo que pide a los suyos con las bienaventuranzas, que sean felices
trabajando de manera fiel y paciente por un mundo más feliz para todos.

Para el diálogo

1) ¿Por qué Mt dice que Jesús proclamó las bienaventuranzas en la montaña y Lc dice que
en la llanura?
2) ¿Qué significa la palabra pobre en la primera bienaventuranza de Mt y qué significa en la
de Lc?
3) Decimos que las bienaventuranzas forman parte de la ley fundamental del Reino de Dios y,
por tanto, de la conducta cristiana. ¿Las conocen los cristianos? ¿Tiene importancia para
ellos? ¿Tratan de vivirlas?
4) ¿El cuadro de valores que recogen las bienaventuranzas es el que dirige la vida de los
cristianos o es otro?

II. COMENTARIO A LAS 8 BIENAVENTURANZAS

Las 8 bienaventuranzas constituyen el programa del reinado de Dios. Declaran felices a los pobres,
porque en ellos el reino de Dios se hace ya presente como don y como gracia en medio de nosotros.
Las bienaventuranzas no son un listado de leyes a cumplir, como las del Sinaí; son proclamación de
valores y virtudes que hay que practicar por amor; son una invitación a superarse constantemente en
el camino del seguimiento de Jesús.

1ª. “Felices los pobres de corazón, porque el Reino de los cielos les pertenece” (Mt 5, 3)

Con esta bienaventuranza Mateo se refiere a las clases pobres, que eran la mayor parte de la
población en el mundo greco-romano, no se refiere a los ricos que dicen estar espiritualmente
despegados de sus riquezas, pero no las comparten. Esos no entran en esta bienaventuranza.
Quien es pobre de corazón no puede vivir en la abundancia, mientras exista miseria, porque en tal
caso la abundancia de la que se siente libre no puede retenerse, hay que compartirla con quienes
padecen necesidad. La expresión “pobres de corazón” subraya la condición humilde de los
pobres; su pobreza les libra de tener la arrogancia y la seguridad en sí mismos, características del
32

rico. Se trata de una pobreza que reside en el corazón y es una disposición del ánimo, una
condición del espíritu que vuelve a las personas aptas para acoger y vivir el Reino de Dios.

La pobreza de corazón no se refiere sólo a los bienes materiales, sino también y ante todo a la propia
persona, al desprendimiento de sí mismo, a despojarse del ego que quiere gobernar nuestra vida. Se
trata de una pobreza existencial en la que uno se reconoce criatura limitada y débil. Este tipo de
pobreza implica, ante todo no endiosarse, como lo hicieron Adán y Eva, sino reconocerse criaturas de
Dios, pequeños, débiles y frágiles como una vasija de barro, símbolo mítico con que el Gn describe la
creación del ser humano. Ser pobre significa reconocer la grandeza de Dios y su bondad infinita,
ponerse confiadamente en sus manos, no confiar en las propias fuerzas ni en las riquezas, sino en
Dios, compartir los bienes, pocos o muchos, con los demás. Ese era el espíritu que tenían en el
Antiguo Testamento los pobres de Yhavé.

Esta idea de la pobreza es similar a la de la infancia espiritual que Jesús presenta como necesaria
para entrar en el Reino: “Si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos” (Mt 18, 3)
El ser pobres de corazón es la primera y fundamental disposición para poseer el Reino de Dios, es
decir, para que el Reino de Dios llegue hasta nuestro corazón y nos lleve a vivir como hijos de
Dios y como hermanos.
.
De algún modo, en esta bienaventuranza de la pobreza, están incluidas las demás actitudes
descritas en las bienaventuranzas. En efecto, quien tiene un espíritu de pobre:

- abre a Dios su alma afligida para recibir su consuelo,


- no es violento, sino manso y humilde,
- es misericordioso y perdona sin límites,
- es limpio de corazón porque en su interior (eso significa "corazón") no tiene
intenciones torcidas y porque vive y actúa sin doblez ni engaño.
- es pacífico y promueve la paz y la reconciliación entre los hermanos,
- trata de ser justo, es decir, de hacer la voluntad de Dios y ser agradable a sus ojos. No
se trata aquí de la justicia social, sino de ser justo ante Dios.
- finalmente es fiel y fuerte en la persecución.

2ª. Felices los afligidos, porque serán consolados (5, 4)

Esta bienaventuranza que declara felices a los afligidos o, según otras traducciones, a los que
lloran, probablemente se refiere a los que lloraban los males que sufría Israel por culpa de sus
pecados. Son bienaventurados los que lloran el mal y el pecado del mundo y también los propios
pecados.
Hoy serán bienaventurados los que sufren al contemplar las injusticias sociales y la corrupción, la
pobreza extrema y el hambre de muchos millones de personas, la esclavitud de los atrapados por
las drogas, el alcohol y otras dependencias y se comprometen en su liberación.
La consolación de los que lloran y están afligidos en Sión forma parte del programa de
“evangelización de los pobres, anunciado por Isaías (61, 1-3) El profeta habla de “vendar los
33

corazones destrozados” (61, 1) Su consuelo consistirá en que experimentarán la salvación que les
trae el Mesías.

3ª. Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra (5, 5)

Algunas traducciones, en lugar de “desposeídos”, dicen los “mansos” y colocan esta


bienaventuranza en relación con los sujetos de la primera bienaventuranza: los pobres de
corazón, los humildes y sencillos, incapaces de agresividad. En todo caso, si hablamos de
“desposeídos” hay que tomarlo ante todo en un sentido espiritual, como desposeídos de sí
mismos, de su orgullo, de su ego y de su egoísmo, actitudes que impiden radicalmente la entrada
en el Reino de Dios o la entrada del Reino de filiación y fraternidad en nuestra vida.
Los mansos son personas carentes de espíritu violento, pacientes, tolerantes, bondadosos,
afables y que tratan con cortesía y dulzura a las personas.
Como premio poseerán la tierra que anhelaba Israel, “la tierra sin males” y la convivencia feliz.
4ª. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados (5, 6)
El hambre y la sed de justicia en este texto no se refiere a la justa distribución de los bienes
materiales. Por supuesto que son también una exigencia del evangelio la justicia conmutativa y la
justicia social, pero aquí la justicia se refiere a llevar sino a un modo de vida que le hace a uno
agradable a Dios porque se ajusta a su voluntad y a su plan de salvación. Esta bienaventuranza
equivale a decir: “bienaventurados los que tienen hambre y sed de que se cumpla en ellos y en el
mundo el proyecto o voluntad de Dios”.
El premio consiste en obtener lo que desean: esa buena relación con Dios por la aceptación de su
voluntad.
5ª. “Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia” (5, 7)
La misericordia es, en el AT, un atributo de Yahvé, quien ya desde el principio se revela como
Dios de bondad y de misericordia (Ex 34, 6) Es también un calificativo de Cristo (He 2, 17) y lo ha
ser también de sus discípulos a quienes pide que “sean misericordiosos como es misericordioso
su Padre que está en los cielos (Lc 6, 36) Misericordia significa poner el corazón en el que sufre,
hacer propios sus sufrimientos, darle compasión, ternura y solidaridad y ofrecer el perdón a quien
lo necesita y lo desea. La misericordia implica dejarse impactar por la miseria del otro y ayudarle a
salir de ella. Jesús, que es el rostro de la misericordia divina, entregó su corazón especialmente a
los más olvidados, marginados y hasta excluidos de su tiempo: los niños, los pobres, los
enfermos, los pecadores, la mujer marginada y los extranjeros siempre despreciados y
rechazados en Israel.
Las obras de misericordia son muchas. Mateo destaca especialmente la limosna y el perdón. El
premio consiste en recibir compasión de Dios de los hermanos ara con nosotros.
34

6ª. “Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios” (5, 8)

La pureza de corazón de la que habla esta bienaventuranza se contrapone a la pureza ritual y


externa practicada por los israelitas que se lograba mediante las abluciones rituales y no llegaba al
corazón de las personas. Esta limpieza meramente ritual es un tema de controversia entre Jesús
y los fariseos. Mientras en el judaísmo se insistía mucho en la pureza exterior (Mt 15, 2) en el
Reino de Dios lo que cuenta es la pureza de corazón o interior, porque, como dijo Jesús, del
corazón provienen los malos pensamientos, los homicidios, adulterios, fornicaciones, hurtos,
falsos testimonios, blasfemias (Mt 15, 19) La pureza de corazón exige coherencia de vida,
honradez, diafanidad, sinceridad y transparencia. Su peor enemigo es la hipocresía.
La recompensa para los limpios de corazón es ver a Dios, que en el lenguaje bíblico significa
gozar de su presencia.

7ª. “Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios” (5, 9)

Esta bienaventuranza se refiere a los que son pacíficos y pacificadores, a los que aplacan las
querellas y reconcilian a las personas entre sí; son constructores paz, concordia y armonía entre
las personas.
La reconciliación es un ministerio cristiano frecuentemente recomendado en los evangelios (cf Mt
5, 23-27) En Israel, cuya historia fue frecuentemente perturbada por el flagelo de la guerra, la paz
era uno de los bienes más deseados. El concepto bíblico de la paz comprende mucho más que la
ausencia de guerras, de violencia, de enfrentamientos y tensiones, es todo el conjunto de lo que
nos puede hacer felices; es la síntesis de los bienes prometidos por Dios para los tiempos en que
llegara el Mesías. Trabajar por la paz (paz entre el hombre y Dios, paz entre los hombres) es
hacerse colaboradores de Dios e imitadores suyos.
Su recompensa consiste en ser llamados hijos de Dios. Como “hijos de Dios” en el AT, se aplica a
los israelitas, esto significa que los operadores de paz son auténticos miembros del nuevo pueblo
de Israel, del pueblo de Dios.
8ª. Felices los perseguidos por la causa del bien, porque el reino de los cielos les
pertenece” (5, 10)

Otros traducen “perseguidos por la causa de la justicia”, es decir, por mantenerse fieles a la
voluntad de Dios, obedecer a Él antes que a los hombres (Hch 5, 29) El Reino que es un
programa de justicia y de paz, no se abrirá camino en la humanidad sino en medio de luchas y
oposiciones de todo género. El problema de la persecución religiosa, sea colectiva o individual, es
un tema muy destacado en la literatura y en la experiencia del Antiguo Testamento. La respuesta
entonces era pedir la venganza divina contra los perseguidores. La enseñanza de Jesús en el
sermón de la montaña es totalmente contraria, pues exige perdonar, amar a los enemigos y orar
por los que nos persiguen, haciendo de esta respuesta una condición para la posesión del Reino y
de felicidad, por eso dice que, como recompensa “de ellos es el Reino de los cielos”.
35

Algunos quieren ve los versículos 11 y 12 la novena bienaventuranza, pero no lo es. En realidad,


se trata de una ampliación concreta de la octava.
II. REFLEXIÓN

Oración. LAS BIENAVENTURANZAS

Aquí estoy, Señor, desbordado con el sermón de la montaña; fascinado por tus retos, desconcertado
ante tus exigencias.
Aquí estoy, Señor, apasionado por tu sueño. Eres audaz, eres arriesgado en tu mensaje; eres un
imposible al corazón humano, sólo posible en tu Espíritu.
Yo quiero ser feliz y tener un corazón de pobre, quiero ser feliz desde lo pequeño, lo humilde, lo
sencillo; quiero ser feliz sin poderes que dominen a los demás; quiero ser feliz y hacer presente en mi
vida tu Reino.
Quiero ser dichoso y tener un corazón manso, capaz de aguante y dulzura, de firmeza y esperanza.
Yo quiero ser feliz y llorar con el que llora, con el que sufre y se siente oprimido. Yo quiero ser feliz y
tener hambre y sed de justicia.
Yo quiero ser feliz y ser de corazón misericordioso. Quiero ser compasivo y acoger al que está solo.
Quiero ser feliz y tener limpio el corazón; quiero ser sincero, transparente, verdadero; y quiero ver un
día tu rostro luminoso, Señor.
Yo quiero ser feliz y trabajar por la paz; quiero ayudar a que todos se perdonen como hermanos.
Quiero ser feliz, aunque sea perseguido a causa de la justicia; quiero ayudar a todos a defender sus
derechos; y quiero un día heredar el Reino de los cielos.
Yo quiero ser feliz, aunque me injurien, aunque me persigan y me ataquen con mentira por ser de los
tuyos y vivir el Evangelio.
Señor Jesús, Señor de las Bienaventuranzas, Señor del camino lleno de exigencias y de sueños,
abre mi corazón a lo imposible, a lo inalcanzable, y alienta mi empeño con tu Espíritu de Vida. Amén.

1. Partir de la realidad actual.

Estamos viviendo hoy, como en tiempos de Jesús, en una sociedad en la que casi todos buscan la
felicidad, no por el camino de las bienaventuranzas, sino por el camino de las malaventuranzas. La
sociedad considera dichosos a los que Jesús llamó desdichados: los ricos, los que gozan de todo tipo
de bienes, placeres y diversiones, los que tienen poder y saben aprovecharse de él, los aduladores
de los poderosos y los violentos que imponen su ley a los demás.

En las bienaventuranzas Jesús nos propone un modo de vida contracorriente:

- En medio de una sociedad en la que la gente camina buscando las riquezas y la acumulación
de bienes, Jesús propone a sus seguidores la pobreza y el compartir.
- En una sociedad marcada por la violencia, Jesús propone ser pacíficos y promotores de la
paz.
36

- En una sociedad en que reina el afán de poder y dominación de los demás, Jesús declara
felices a los mansos y humildes, que en lugar de dominar quieren servir.
- En una sociedad caracterizada por la búsqueda desaforada de uno mismo y de su propia
voluntad sin someterse a ninguna norma, Jesús propone buscar ante todo la justicia de Dios,
su voluntad, su Reino.
- En una sociedad en la que la corrupción tiene carta de ciudadanía y la honradez está
proscrita, Jesús nos pide ser limpios de corazón.

Alguien ha dicho con ironía que vivir según las bienaventuranzas “es ir de tonto por el mundo”. Las
bienaventuranzas no han perdido actualidad, constituyen para nosotros un inmenso desafío y un
riesgo, porque convierten a quien las vive en objeto de burla y del sarcasmo de los satisfechos de su
poder y su riqueza. Así de desafiante y así de difícil es el camino del Reino y de la verdadera
felicidad.

 Compartir experiencias personales sobre la realidad que acabamos de describir.

2. Lectura e interpretación del texto.

a) ¿El sermón de la montaña comprende sólo las bienaventuranzas?


b) Comparar la versión de Mateo y la de Lucas y señalar las diferencias.
c) ¿Qué significa que las bienaventuranzas forman parte de la Carta Magna del Reino?
d) ¿Qué significa la expresión "pobres de espíritu"?

3. Meditación.

Todos los cristianos estamos llamados a vivir según las bienaventuranzas. Repasar la lista de las
bienaventuranzas y preguntarse:

a) ¿Cómo se viven en nuestra comunidad las actitudes señaladas en las 8 bienaventuranzas?


¿En cuáles falla más?
b) Examinar en que aspectos de tu vida te apartas del espíritu y de la práctica de las
bienaventuranzas. Hacer un listado de ellos.

4. Compromiso.

a) Asumir algunos compromisos personales y comunitarios para ajustar nuestra vida a las
bienaventuranzas.
b) Terminar con la oración de san Francisco:

Señor, hazme instrumento de tu paz. Que donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa,
ponga perdón; donde haya discordia, ponga unión; donde haya error, ponga verdad; donde haya
desesperación, ponga esperanza; donde haya tristeza, ponga alegría.
37

Haz que busque consolar y no el ser consolado; compadecer y no el ser


compadecido; amar y no el ser amado. Porque es olvidándose de sí como
uno se encuentra; es perdonando como uno es perdonado; es dando
como uno recibe; es muriendo como uno resucita a la vida.
* * * * *

En los evangelios y en el Nuevo Testamento hay muchas otras


bienaventuranzas, por ejemplo, la de Jn: “Felices los que creen sin haber
visto” (Jn 20, 29) El libro del Apocalipsis recoge también una serie de
bienaventuranzas. También algunos cristianos se atreven a elaborar
listados de bienaventuranzas, como el que se recoge en el cuadro
siguiente.

LAS PEQUEÑAS BIENAVENTURANZAS

1. Felices los que se ríen de sí mismos, porque nunca acabará su diversión.


2. Felices los que no confunden un grano de arena con una montaña, pues se ahorrarán muchas
preocupaciones.
3. Felices los que saben descansar sin buscar excusas, porque están en el camino de la sabiduría. Felices
los que no se toman muy en serio, porque serán más estimados por los demás.
4. Felices serán si toman en serio las cosas pequeñas y afrontan con calma las grandes: llegarán muy lejos
en la vida.
5. Felices si aprecian una sonrisa y olvidan un mal gesto, pues caminarán por la vertiente feliz de la vida.
6. Felices si son comprensivos con los malos gestos de los demás; les tendrán por tontos, pero ése es el
precio del amor.
7. Felices los que piensen antes de obrar y oran antes de pensar, porque evitarán muchos errores.
8. Felices si reprimen su lengua y saben sonreír, aunque les contradigan y les molesten; porque el Evangelio
ha prendido en su corazón.
9. Y, sobre todo, felices, si reconocen, en todos al Señor; porque la luz de la verdad brilla en su vida y han
hallado la verdadera sabiduría.
(J. Folliet)

6
38

“USTEDES SON SAL DE LA TIERRA


Y LUZ DEL MUNDO” (Mt 5, 13-16)

Oración. QUÉDATE CONMIGO

Jesús, llena mi alma de tu espíritu y de tu vida. Penetra todo mi ser y toma posesión de él de tal
manera que mi vida no sea en adelante sino una irradiación de la tuya.
Quédate en mi corazón con una unión tan íntima, que quienes tengan contacto conmigo puedan
sentir en mí tu presencia, y que al mirarme olviden que yo existo, y no piensen sino en Ti.
Quédate conmigo. Así podré convertirme en luz para todos. Déjame predicar tu nombre con palabras
o sin ellas.
I. INTRODUCCIÓN

Este párrafo de Mt es como un apéndice de las bienaventuranzas y se dirige a los discípulos de


todos los tiempos y está especialmente relacionado con la bienaventuranza de los perseguidos,
que en medio de la persecución han de dar testimonio de su fe. La práctica de las
bienaventuranzas lleva consigo una forma de vida alternativa que necesariamente molesta a
algunos y despierta tensiones y hasta persecuciones. Este párrafo sirve también de puente y de
introducción al resto del sermón de la montaña en el que Jesús da instrucciones a los discípulos
acerca de cómo han de ser sal de la tierra y en luz del mundo y cuáles son las obras buenas que
invitan a los demás a glorificar a Dios.

A Jesús le gusta mucho utilizar imágenes y símbolos caseros para transmitir mensajes de hondo
calado. En este párrafo utiliza dos símbolos para expresar el ideal de vida de sus seguidores, lo
que él espera que lleguen a ser la sal y la luz.

II. COMENTARIO AL TEXTO

1. Ustedes son la sal de la tierra (Leer 5, 13)

Tomada en su sentido químico, la sal tiene dos propiedades principales: da sabor a los alimentos
y los preserva de la corrupción. Aquí, tomada en sentido simbólico, la sal simboliza la vida y las
buenas obras de los seguidores de Jesús que dan sabor al mundo, es decir, que los seguidores
39

de Jesús tenemos que ser como granos de sal en la masa de la humanidad que la hacen
agradable a Dios y la preservan de la corrupción.

Necesitamos redescubrir que la fe es sal que puede hacer de nosotros otra clase de personas
ayudándonos a vivir de manera nueva, regidos por el amor,
Estas palabras de Jesús son un llamamiento a mantenernos firmes frente a la idolatría del dinero y
a desarrollar la solidaridad; son una invitación a introducir compasión en una sociedad despiadada
que destruye la civilización de la solidaridad.

Nuestra vida y nuestras tendrían que ser un anticorruptivo en el corazón de la sociedad, pero, por
desgracia, muchos cristianos son tan corruptos como los demás. Son sal que ha perdido el sabor
y la resistencia a la corrupción y sólo sirve para tirarla fuera y que la gente la pise.

1. Ustedes son la luz del mundo (Leer Mt 5, 14-16)

La metáfora de la luz convierte en símbolo la única lámpara que se usaba en las casas de una
sola habitación de los campesinos de Palestina y simboliza el mensaje de Jesús reflejado en la
conducta diaria de sus seguidores. San Pablo dirá: “si un tiempo eran tinieblas, ahora son luz por
el Señor: vivan como hijos de la luz” (Ef 5, 8) La luz brilla solamente a través de las buenas obras.
¿Y cuáles son esas buenas obras? Las buenas obras de las que habla Jesús son todas las que
nacen del amor a Dios y a los demás, no las que nacen de corazones podridos de egoísmo. Sólo
podemos ser luz, irradiando el gozo de sentirá Dios como Padre entrañable y a nosotros como
hijos muy querido, irradiando la alegría de la fraternidad y siendo solidarios con los que no tienen
medios de vida, carecen salud o no tienen a nadie que se ocupe de ellos.

Las enseñanzas de Jesús que siguen a continuación en sermón del monte son las buenas obras
que el discípulo debe realizar.

3. Para la gloria de Dios

¿Por qué viendo nuestras buenas obras van a glorificar a Dios y no a nosotros? Porque es Dios
quien hace posible nuestras buenas obras y porque es la fe en él la que nos lleva a obrar así. Por
eso conducen a los que las ven, al encuentro con Dios. Donde hay amor allí está el Dios-Amor
haciéndolo posible. Nuestras buenas obras transparentan a Dios Padre y a Jesucristo y el Espíritu
que habitan en nosotros. Somos transparencia de la Trinidad. Lo dijo Jesús también orando para
que los discípulos sean uno, porque en esa unidad se descubre la presencia de Cristo como
enviado del Padre: “Que todos sean uno en nosotros para que el mundo crea que tú me enviaste”
(Jn 17, 21)

4. La ciudad en el alto.
40

“No puede ocultarse una ciudad construida sobre un monte” (5, 14) Probablemente esta frase
hace referencia al pueblo de Israel. En el AT se afirma que Israel es “luz de las gentes” (Is 42, 6).
Aquí se quiere indicar que esta prerrogativa del antiguo Israel pasa al nuevo pueblo de Dios.

La imagen de la ciudad situada en lo alto de un monte tal vez alude a l capítulos 60 de Isaías
donde se dice que Jerusalén recibirá la luz del Señor y será colocada en lo alto de un monte para
alumbrar y atraer a todos los pueblos.

Pero la luz no es sólo símbolo de las buenas obras, es símbolo, ante todo, de Jesucristo: “La luz
verdadera que ilumina a todo hombre estaba viniendo al mundo” (Jn 1,9). Cristo resucitado habita
en nosotros y tendríamos que transparentarlo en nuestras obras, pero muchas veces opacamos a
Cristo-Luz con las tinieblas de nuestras malas obras. Nosotros seremos luz en la medida en que
vivamos como él, que vivió siempre y enteramente para los demás anulando en su persona
cualquier asomo de ese egoísmo, que es la fuente de todas las malas obras.
En la imagen de la luz ve también el evangelista la misión universal de anunciar la Buena Nueva
encomendada a los que ya han sido iluminados por la luz de Cristo.

La Iglesia, como dice el Apocalipsis ha de ser la nueva Jerusalén deslumbrante y atrayente para
todos los pueblos. Pero, ¡qué lejos está de ello! Será luz de las naciones no por lo brillante de sus
litúrgicas, sino por sus buenas obras, por su preocupación por todos los que sufren o son
excluidos, como lo hizo Jesús, su maestro.

REFLEXIÓN

Oración. Señor, hazme buen amigo de todos; Haz que mi persona inspire confianza: a quien sufre y
se lamenta, a quien busca la luz lejos de ti, a quien quisiera comenzar hoy y no sabe cómo, a quien
quisiera confiarse y no se siente capaz.
Señor, que no pase junto a alguien con el rostro indiferente con el corazón cerrado, con el paso
apresurado.
Ayúdame a darme cuenta inmediatamente: de los que están cerca de mí, de los que están
preocupados y desorientados, de los que sufren sin manifestarlo, de los que se sienten aislados sin
quererlo.
Dame una sensibilidad que sea capaz de ir al encuentro de todos. Líbrame del egoísmo para que
pueda servirte, amarte y escucharte en cada hermano que pones en mi camino.

1. Mirada a la realidad

Vivimos en una sociedad profundamente infectada por la corrupción. Como dice Claudio Magris,
“vivimos la vida como una rapiña”. El Estado y sus gobernantes se preocupan de combatir la
corrupción económica, pero hay otras corrupciones que están en las raíces de la corrupción
económica. Hablemos de la corrupción de los valores en nuestra sociedad, la corrupción política,
económica, administrativa y de la corrupción de la justicia. En todos esos ámbitos de la realidad
¿tienen un comportamiento diferente los seguidores de Jesús de manera que sean sal y luz?
41

¿Ponemos los cristianos en la actual sociedad algo que dé


sabor a la vida, algo que purifique, sane y libere de la
descomposición espiritual del egoísmo brutal e insolidario?
¿Vivimos algo que puede iluminar a las gentes en estos tiempos
de incertidumbre, ofreciendo una esperanza y un horizonte
nuevo a quienes buscan salvación?
 Comentar y completar esta mirada a la realidad

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Jesús a sus discípulos?


1) ¿Qué simbolizan las dos propiedades principales de la sal
en este texto de Mt?
2) ¿Qué simboliza la luz en el texto que hemos leído?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Jesús hoy a nosotros a través de este texto?
1) ¿Transparentamos en la vida y en las obras a Cristo, luz del mundo, que nos habita?
2) ¿Cuándo y en qué tipo de comportamientos opacamos esa luz?
3) ¿Cedemos alguna vez a la corrupción?
4) En una sociedad en la que anda suelto el león del egoísmo ¿qué obras de solidaridad
hacemos llevados por el amor?
5) ¿Contemplando la sociedad podemos decir que nosotros y nuestras comunidades somos
personas y grupos de contraste porque nos comportamos de otra manera y vamos
contracorriente?
6) se ven obligado a decir todo lo contrario. Incluso familiares y conocidos nos dicen sencilla y
directamente: no sé para qué vas a la iglesia si te portas peor que otros que no van

4. Compromiso. ¿Qué le decimos a Dios?


1) ¿Qué sombras hay en mi vida que me comprometo a eliminar para ser luz?
2) ¿Qué luces he de encender en mi conducta?
3) Oraciones espontáneas

7
JESÚS PERFECCIONA
LA LEY JUDÍA
(Mt 5, 17-48)
42

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO, LAZO DE UNIÓN

Ven, Espíritu de amor, derriba las barreras que nos dividen, enciende en nosotros el fuego de tu
amor. Ven Espíritu de paz, une lo que está dividido, reúne lo que está disperso, los distantes, los
incompatibles, con la fuerza de tu cohesión.
Ven Espíritu de Dios, presente e invisible, fuerte y suave, desconcertante y tonificante, danos la
limpieza del testimonio y sugiere a nuestro espíritu la oración agradable al Padre. Amén.

INTRODUCCIÓN

Sabemos que los evangelios son la “historia de Jesús” leída a través de la historia de la
comunidad, porque esta comunidad recuerda los hechos y dichos de Jesús que pueden iluminar
cada momento histórico que ella vive. Seguramente este texto quiere iluminar la diferencia de
opiniones que existían en la comunidad de Mateo en cuanto a la interpretación y la observancia de
la ley de Moisés.

En este caso, la ley no son sólo los diez mandamientos de Moisés, sino a los cinco primeros libros
de la Biblia, llamados también pentateuco, que contenían un cúmulo de prescripciones. El núcleo
originario de la ley eran los 10 mandamientos del Sinaí, que fueron como la primera carta de
derechos humanos ordenada a lograr que el pueblo viviera en paz y comunión. Después los
dirigentes religiosos fueron añadiendo nuevos preceptos hasta llegar a 613, convirtiendo la ley,
como dijo Jesús, en un yugo insoportable o, como dijo san Pablo, en fuente de pecado, porque, en
algunos casos cumplir la ley sería hacer el mal.

Seguramente los primeros cristianos se preguntaban cómo habría que interpretar la ley, si estarían
obligados a cumplir todos sus preceptos o éstos habrían sido abolidos por Jesús; se preguntaban
si se debía imponer a los que venían del paganismo el yugo de la ley judía o si se les podía admitir
al bautismo sin imponérsela. La primera generación cristiana vivió de manera dramática este
dilema de la observancia o no de la ley de Moisés. Veamos como lo presenta Mt.

1. Postura de Jesús ante la ley (Leer Mt 5, 17-20)


Jesús proclama con fuerza que no ha venido a abolir la ley, sino a cumplirla porque refleja, aunque
de manera incompleta, la voluntad de Dios, y asegura que no dejará de cumplirse ni una coma de
la ley. Comprenderemos mejor esta afirmación si entendemos el verbo cumplir como completar,
afinar, profundizar y perfeccionar la ley.
43

La nueva ley que trae Jesús se inserta en la antigua, que sólo puede conservar su vigor si
revitaliza con la nueva. Jesús, partiendo del espíritu y del sentido originario de la Ley de Moisés,
que era el amor, el respeto a las personas y la solidaridad entre los miembros del pueblo de Israel,
piensa que la ley de leyes, que da vida y sentido a todas las demás y las declara válidas o nulas,
es el amor y el servicio a las personas.

Jesús dijo que había venido a anunciar y extender el Reino de Dios, cuya ley constitutiva es el
amor. Por eso cuando cualquier ley contradice las exigencias del Reino de Dios, especialmente la
fraternidad, Jesús se siente totalmente libre para desobedecerla, porque esa ley menor va contra
la ley fundamental del amor y la solidaridad. Jesús denuncia a los partidarios de las leyes de la
pureza legal acusándolos de que “dejando el mandamiento de Dios (que es el amor) se aferran a
las tradiciones de los hombres (Mc 7 8).
Para él, por ejemplo, la observancia del descanso sabático pierde su categoría de ley cuando es
necesario ayudar a una persona necesitada y su observancia lo impide. Por eso dijo: no es el
hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre, es decir, que el bien de la persona está
por encima de cualquier ley. Cualquier ley que lo impida pierde su validez por ser contraria a la
voluntad de Dios, que es la ley suprema. Y de esa ley suprema no hay que saltarse ni un punto ni
una coma. Jesús perfecciona la antigua ley radicalizando sus exigencias como se ve en los casos
que menciona Mt a continuación. Y lo dice contraponiendo lo que estaba escrito en la ley: “Se les
dijo… pero yo les digo”. No afirma que Dios dijo, sino “se les dijo”. De ese modo evita contraponer
las palabras de Dios y las de Jesús, porque no todo lo que hay en la Biblia es palabra de Dios.

Los Israelitas habían hecho un ídolo de la ley tomándola como la revelación plena y definitiva de Dios
y como la guía completa y segura de su conducta, cumpliéndola se aseguraban unas buenas
relaciones con Dios. Creían que así lograban la justicia ante Dios, es decir, serle agradables. Pero la
ley definitiva es la voluntad de Dios, que no siempre está bien expresada en las leyes y, a veces,
incluso le son contrarias.

2. Superación de la Ley de Israel en cuanto a las relaciones fraternas (Leer Mt 5, 21-24)

El primer ejemplo de perfeccionamiento de la ley mosaica se refiere a las relaciones fraternas.


Para Jesús, el precepto “no matarás” no se aplica sólo a la muerte física. Hay formas más sutiles
de matar, como el insulto, la descalificación… que van destruyendo, matando, poco a poco al
hermano.

Aquí la ira y el odio se ponen en el mismo plano que el homicidio. Jn dirá: “el que odia a su
hermano es homicida” (1Jn 3,15) El fuego de la gehenna significa el mayor castigo. En el valle de
la gehenna se sacrificaban niños, quemándolos, en honor del dios Moloc (2Re 23, 10) Por eso se
convirtió en símbolo del fuego del infierno. Mateo no pierde ocasión de exhortar sobre la
necesidad y la urgencia del perdón mutuo y de la reconciliación (18, 15-35)
44

Como se die en el texto de Mt, la reconciliación es una condición para participar en el culto; sin
ella no es posible la relación con Dios, porque no se puede vivir unido a Dios sin estar unido a los
hijos de Dios, a los hermanos. Por eso dice: “ve primero a reconciliarte con tu hermano y después
vuelve a llevar tu ofrenda”. Así resalta la primacía de las relaciones fraternas por encima del culto.

En los versículos 25 y 26 Jesús aconseja a los suyos buscar la reconciliación con los hermanos
ofendidos dentro de la comunidad y no acudir a los jueces para dirimir las diferencias. (Leerlos)

3. En cuanto al adulterio (5, 27-30)

El segundo ejemplo de perfeccionamiento de la ley se refiere a dos cuestiones relacionadas con


la vida conyugal que eran muy discutidas entre los maestros judíos y que lo fueron más tarde
entre los cristianos. También en este caso Jesús radicaliza las exigencias calificando de adulterio
el desear la mujer ajena, porque el adulterio empieza en el corazón: es allí donde se fraguan los
deseos que después se traducen en hechos.

Par atacar de raíz esos malos deseos, el evangelio utiliza unas expresiones hiperbólicas o
exageradas. No es el ojo o la mano física la que hay que cortar, sino lo malo que esos miembros
simbolizan. En la cultura mediterránea el ojo era el órgano a través del cual se manifestaban
algunos malos deseos, como la envidia y la avaricia. Por otro lado, la mujer era considerada
propiedad del varón, de modo que el deseo envidioso de poseer a la mujer ajena, era también un
atentado contra la propiedad. Por su parte, la mano era el órgano de la acción, a través del cual
podían llevarse a cabo esos deseos, que nacen del corazón. La invitación que se hace a los
discípulos es clara: hay que actuar en las raíces, en el corazón, allí donde se deciden la vida y las
acciones buenas o malas de las personas. Según el profeta Ezequiel, para cambiar la conducta de
los Israelitas, Dios promete darles un corazón nuevo.

4. En cuanto al divorcio (5, 31-32)

Se dijo: Quien repudie a su mujer que le dé acta de divorcio. Pero yo les digo que quien repudia a
su mujer —salvo en caso de concubinato— la induce a adulterio, y quien se case con una
divorciada comete adulterio.

El segundo tema relacionado con la vida conyugal es el divorcio. Jesús corrige no sólo la
interpretación que las escuelas rabínicas habían dado a la ley de Moisés, sino las enseñanzas de
esa misma ley. La explicación puede encontrarse en Mt 19, 1-9 donde Jesús dice que Moisés
permitió a los hebreos separarse de sus mujeres debido a la dureza de su corazón, pero en el
designio del Creador, el hombre y la mujer que se unen deben permanecer unidos para siempre.
En estos versículos se habla de un caso en el que el divorcio era lícito: el caso de unión ilegítima.
Hay dos interpretaciones de esta frase:
45

a) Puede ser una concesión hacha a los cristianos de origen judío, para que el marido de una
mujer infiel pudiera casarse con otra, pues la infidelidad de la primera convertiría la unión
en ilegal;
b) puede referirse las uniones incestuosas por parentesco de las que habla Lv 18.

5. En cuanto al juramento (5, 33-37)

La necesidad de avalar la propia palabra con un juramento, a veces, supone ocultar una mentira o
también desconfianza del, prójimo. Sin embargo, la llegada del reino inaugura un clima de
sinceridad, que hace innecesario este aval del juramento. En este clima, el sí y el no de los labios
debe corresponder al sí y al no del corazón, eliminando toda mentira.

6. En cuanto a la venganza (5, 38-42)

Este párrafo se refiere a la ley del talión, que en su origen tuvo un sentido positivo y humanitario,
pues quería limitar los excesos en la venganza. Lamec, por ejemplo, juró vengarse setenta veces
siete y matar a quien le hiciera una simple herida Gn 4, 23-24. Aún con esta limitación, era
inadmisible para Jesús, que pide eliminar incluso los sentimientos de venganza, como aparece en
los tres casos que menciona: la bofetada, el robo y el acompañamiento del desorientado. La
bofetada era un gesto extremadamente humillante porque era el modo que utilizaban los señores
para castigar, humillar y tener sometidos a sus esclavos, pero Jesús pide a los suyos no
responder e incluso poner la otra mejilla para desarmar al ofensor. La misma actitud le pide a
quien le quiere robar el manto o le quiere obligar a mostrarle el camino y acompañarle un trecho.

7. En cuanto al perdón y amor a los enemigos (5, 43-48)

Pero lo más insólito que dijo Jesús es esto: amen a sus enemigos y rueguen por los que les
persiguen. ¡Si hasta los salmos pedían a Dios que castigara duramente a los enemigos de Israel!
¿Cómo ahora viene este aldeano galileo a decir que amemos a los enemigos?

El amor al enemigo es considerado por los especialistas como el exponente más diáfano del mensaje
cristiano.

Es cierto que en ninguna parte de la Ley se dice que hay que odiar a los enemigos, pero los judíos
entendían en sentido restrictivo el amor al prójimo, limitándolo sólo a los miembros del pueblo
elegido. Jesús exige amar a los enemigos. Esta es una de las enseñanzas más revolucionaras del
evangelio, sobre todo por la motivación que se da para explicar el alcance y la raíz del amor
cristiano, que nos puede reducir a los más cercanos: es un amor sin fronteras y sólo puede
entenderse como expresión del amor de Dios que es para todos. Los discípulos deben amar así,
porque así es como Dios ama. Este será su signo distintivo.
46

Las palabras finales: sean perfectos como lo es su Padre del cielo” resumen magníficamente las
seis antítesis y la motivación más radical de la nueva interpretación de la Ley de Moisés propuesta
por Jesús como norma de vida para el cristiano. Los discípulos deben vivir con la mirada puesta
en Dios, pues están llamados a manifestar en su vida la perfección de Dios, cuya expresión más
perfecta es el amor incondicional a todos.
La lección soberana de Jesús sobre el perdón y el amor a los enemigos nos la dio en la cruz
pidiendo por los que lo crucificaron.

A nosotros nos resulta casi imposible amar a los enemigos. ¿En qué consiste amar a los
enemigos? Ciertamente Jesús no es inhumano. Él no nos pide que olvidemos. Sólo pueden
olvidar los que no tienen memoria. Lo que nos pide es que no recordemos constantemente y con
rencor. Tampoco pide que los enemigos nos caigan bien y nos resulten simpáticos y agradables.
Lo que nos pide es perdonarlos, disculparlos y desearles lo mejor, por mal que nos caigan.
Mientras el enemigo sea enemigo y no cambie de actitud, podemos desearle lo mejor y pedir por
él, pero no nos puede caer bien.

“Cuando Jesús habla del amor al enemigo no está pensando en un sentimiento de afecto y cariño
hacia él, menos aún en una entrega apasionada, sino en una relación radicalmente humana, de
interés positivo por su persona. Este amor al enemigo parece casi imposible en el clima de
indignada crispación que se vive en ciertas situaciones. Sólo recordar las palabras evangélicas
resulta irritante. Y, sin embargo, es necesario hacerlo si queremos vernos libres de la
deshumanización que generan el odio y la venganza”1.

III. MEDITACIÓN
Oración
Padre, Tú has infundido en nosotros tu Amor, el Espíritu Santo, y tu propia capacidad de amar, para
que unidos a tu Espíritu de Amor podamos decirte, a una sola voz con Él, el nombre que más te
agrada: "Abbá", "Padre" (Rm 5,5; Gal 4,6).
Gracias, Padre, porque Tú, que eres Amor, nos has hecho también a nosotros amor. Te pedimos
perdón por haber sofocado tantas veces la presencia de tu Espíritu (2Ts 5,19), que es nuestra ley de
vida, y por haber anulado esa incomparable capacidad de amar que tú has depositado en lo más
profundo de nuestro ser.

1. Mirada a la realidad

1) ¿Existen cristianos hoy día que quien imponer la ley, al estilo de los fariseos, simplemente
porque “está mandado”, aunque lo mandado no sirva ya para lograr el objetivo para el que
nació la ley?
2) ¿Se da entre los cristianos la separación del culto a Dios y la reconciliación con el
hermano?

1
J.A. Pagola, El camino abierto por Jesús. 1 Mateo, p.70.
47

3) En el lenguaje habitual todos, incluso los políticos, llaman a los demás “hermanos”.
¿Somos realmente un país de hermanos o se da en gran medida el rechazo del otro, el
desprecio, la violencia o la explotación?
4) ¿Predomina entre los matrimonios que conocemos el sueño de unidad irrompible propuesto
por Jesús?
5) ¿Es frecuente entre los cristianos el perdón de los enemigos?
6) ¿Está en vigor todavía de algún modo la ley del talión?

2. Mirada al texto

1) ¿Hay en este texto de Mt alguna frase que te haya llamado especialmente la atención y por
qué?
2) ¿Qué significa la frase rotunda de Jesús afirmando que hay que cumplir la ley sin saltarse ni la
letra más pequeña? ¿Es una postura legalista?
3) ¿Incumple Jesús las leyes sagradas de los judíos cuando se las salta para ayudar a
necesitados y enfermos?
4) ¿Cómo interpretar expresiones tan macabras como “arráncate el ojo” o “córtate la mano”?
5) ¿Cómo interpretar la posibilidad de disolver el matrimonio en caso de adulterio?
6) ¿Por qué Jesús rechaza todo juramento

3. Meditación

1) ¿Qué actitudes tenemos ante las normas del evangelio y ante leyes de la Iglesia?
2) ¿Cómo no caer en los extremos del legalismo y el laxismo?
3) ¿Qué tipo de relaciones predominan en los matrimonios?
4) ¿En qué casos se podría buscar la declaración de nulidad?
5) ¿Tenemos algunas veces sentimientos de odio y de venganza?
6) ¿Qué implica amar a los enemigos?

4. Compromiso

1) Asumir algún compromiso para llevar a la práctica algunas de las exigencias planteadas por
Jesús a sus seguidores según este texto de Mt.
2) Terminar con la oración del padrenuestro pidiendo que venga el Reino a nosotros de
fraternidad y de perdón.
48

8
FUENTES DE LA ESPIRTUALIDAD
Mt 6,1-7. 16-17

ORACIÓN. ESPÍRITU DE AMOR


Te pedimos, Padre, que derrames sobre nosotros los tesoros de tu bondad; que tu Espíritu nos llene
de fuerza y de energía hasta lo más íntimo de nuestro ser; que Cristo habite, por medio de la fe, en el
centro de nuestra vida; que el amor nos sirva de cimiento y de raíz.
Seremos así capaces de entender, con todos los creyentes, cuán largo y ancho, cuán alto y profundo
es el amor de Cristo; tu amor, Padre. Un amor que desborda toda ciencia humana y nos colma de la
plenitud misma de tu ser.
Padre, tú has derramado en nuestros corazones tu amor, manifestado en Jesucristo, por medio de tu
Espíritu Santo; y nosotros, en comunión con tu Espíritu, con Jesús, nuestro hermano, te llamamos
con el corazón gozoso: ¡Padre!

INTRODUCCIÓN

El capítulo 6 del evangelio de Mt forma parte del sermón de la montaña y contiene varios temas: La
primera parte (6, 1-18) se refiere a las principales prácticas de la religión judía: la limosna, la oración y
49

el ayuno y a su réplica o modo cristiano de hacerlas (6, 1-18). El reto del capítulo se refiere de manea
más breve a los siguientes temas: El verdadero tesoro (6, 19-21), la luz y las tinieblas (6, 22-23), Dios
y el dinero (6, 24) y la confianza en Dios (6, 25-34)

Aquí vamos a leer sólo la primera parte. El resto del capítulo se puede ver comentado en el tema 18
de Lucas.

1. Jesús ante prácticas religiosas judías

Jesús era un buen judío. Su propósito nunca fue destruir la religión de su pueblo basada en la Ley
que Dios le dio por medio de Moisés en el Sinaí, sino perfeccionarla. El proyecto de Jesús era
renovar la religión conforme a lo que Dios quería del pueblo. Lo hemos visto en el tema anterior en el
que Jesús aseguraba: "No crean que yo vine a abolir la Ley o los profetas; no vine para abolir, sino
para cumplir" (Mt 5,17) Jesús tampoco venía a suprimir las prácticas religiosas de los judíos, sino a
purificarlas y a perfeccionarlas. Lo que ataca Jesús es el uso hipócrita y egoísta de esas prácticas y
lo hace con expresiones muy contrastantes.

Las principales prácticas religiosas de los judíos a nivel personal, es decir, exceptuando las grandes
peregrinaciones al Templo de Jerusalén y los sacrificios ofrecidos en el templo por medio de los
sacerdotes, eran estas tres: la limosna, la oración y el ayuno. Jesús critica a los escribas
(especialistas en la Biblia) y a los fariseos (especialistas en la oración, el ayuno y la observancia de la
Ley) porque han convertido esas prácticas en pura apariencia, en alarde orgulloso para despertar la
admiración de la gente y ganar prestigio. Sus prácticas religiosas estaban infectadas de hipocresía,
pues no influían para nada en su vida. Lo que decían no se correspondía con lo que hacían. Por eso
Jesús indica a la gente sencilla que no se comporten como los fariseos y los maestros de la ley: "No
los imiten, porque dicen y no hacen" (Mt 23,3)

Jesús corrige a los fariseos ante todo por el hecho de convertir estas prácticas en motivo de
ostentación y orgullo: "Todo lo hacen para para que los vean"(Mt 6,1) La expresión “ser visto”
corresponde a un término griego relacionado con el nombre del teatro. Eso es lo que hacen: teatro.
Ser alabados como santos es una recompensa suficiente para el que busca reconocimiento, porque
lo obtienen, y eso es todo lo que ganan.

2. Contraste entre las prácticas religiosas de los judíos y las que Jesús propone a sus
seguidores

Como hemos dicho, una característica global de las prácticas religiosas de los fariseos es la falsedad
y la hipocresía. En cambio, la característica principal de las prácticas religiosas de los seguidores de
Jesús ha de ser la honradez y la sinceridad ante Dios. El cuadro siguiente refleja el contraste entre
unas y otras prácticas.
50

Prácticas de los fariseos Propuesta de Jesús a los suyos


a) La limosna. Dan sus limosnas al a) La limosna. Jesús dice: Tú, en cambio,
son de trompeta para que los vean y cuando des limosna, procura que nadie se
alaben (Leer 6,2) entere, que tu mano izquierda sepa lo que da tu
derecha. (Leer 6, 3-4)
b) La oración. Les gusta orar de pie b) La oración. Jesús, en cambio, pide a los
en las sinagogas y en las esquinas suyos que oren a solas y en secreto, en diálogo
de las plazas para que los vean, y de amistad filial Dios, con mucha confianza y
multiplican las palabras y discursos pocas palabras, porque Dios no necesita ser
(Leer 6,5) informado (Leer 6,6-8)
Con el padrenuestro les enseña cómo han de
hablar con Dios (leer 6, 9-15)
c) El ayuno. Cuando ayunan ponen d) El ayuno. Jesús dice al cristiano: tú, cuando
un semblante triste para que la gente ayunes, muéstrate alegre, lávate la cara y
se entere y Jesús les pide que no perfúmate para la gente no se entere (Leer Mt
sean hipócritas, que no hagan teatro 6,17-18)
(Leer Mt 6,16)

El estribillo que sigue a las recomendaciones de Jesús sobre cada una de las tres prácticas religiosas
es el mismo: “Su Padre ve en lo secreto”. Tenemos que obrar, no ante los ojos de la gente, sino ante
la mirada de Dios. Tenemos que ser sinceros, rectos, honrados, veraces, humildes y auténticos ante
quien no cabe engaño, ante Dios. En resumen, Jesús invita a sus seguidores a vivir las prácticas
religiosas de cara a Dios y en conciencia, como respuesta al amor que Dios les tiene y sin buscar
otros intereses.

 El comentario y la reflexión sobre el padrenuestro se pueden ver en el tema 17 del evangelio de Lucas.

Las prácticas religiosas judías permanecen en el cristianismo, pero perfeccionadas por la ley
fundamental de la religión de Jesús: el amor a Dios y a los hermanos y porque las realizan movidos
por el Espíritu Santo que Dios les ha dado y es el motor de sus actos. La limosna y el ayuno quedan
elevados y asumidos en el amor y el servicio solidario a los pobres. De tal manera que la relación de
los seguidores de Jesús con los pobres y el compartir con ellos los bienes que tienen y aquellos de
los que se privan por el ayuno, forman parte de la espiritualidad cristiana porque las realizamos
movidos por el Espíritu.

Hay otros dos momentos o acciones muy importantes de la espiritualidad cristiana: la palabra de Dios
o enseñanza de los Apóstoles y la "fracción del pan", nombre que se daba entonces a la Eucaristía.
Lo dice el libro de los Hechos al describir la vida de la comunidad de Jerusalén: "Acudían
asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones"
(Hch 2,42)
51

Esos son momentos especiales en los que tenemos la experiencia de encontrarnos con Dios (el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo). Decimos que estos encuentros son fuentes de espiritualidad
porque impulsan, alimentan y sostienen nuestro compromiso de seguir a Jesús, de vivir como El, y de
gastar la vida como El al servicio de los demás.

REFLEXIÓN

ORACIÓN. Espíritu Santo, tú que has sido enviado a nuestros corazones por el Padre y el Hijo para
conducirnos a la verdad plena y al amor perfecto, danos un conocimiento profundo de Dios y de su
Palabra para que nos unamos a El de todo corazón. Tú que en nuestro interior das testimonio de que
somos hijos de Dios, ayúdanos a vivir como hijos suyos. Tú que haces de nosotros una sola familia,
ayúdanos a vivir como hermanos. ¡Amén!

1. Mirada a la realidad

¿Qué porcentaje de cristianos de nuestro entorno vive con regularidad e intensidad las prácticas de la
espiritualidad cristiana que hemos mencionado?

2. Mirada al texto (¿Qué les dijo Dios?)

a) ¿Hay alguna parte del texto de Mt que hemos leído que te haya llamado especialmente la
atención? ¿Por qué?
b) ¿Cuáles eran las principales prácticas religiosas de los judíos?
c) ¿Qué les reprocha Jesús a los fariseos en cuanto al modo de vivir estas prácticas?
d) ¿Cómo trataba de vivir la primera comunidad cristiana esas prácticas? ¿Qué novedades
introdujo en ellas?

3. Meditación del texto (¿Qué nos dice Dios?)

La lectura bíblica que hemos hecho nos invita examinar cómo vivimos las fuentes de nuestra
espiritualidad:
a) ¿Qué lugar ocupa en nuestra vida la Palabra de Dios? ¿Le dedicamos algún momento cada
día?
b) Igualmente ¿dedicamos cada día algún momento a la oración, a estar a solas con Dios, en
diálogo de amistad filial?
c) ¿Qué importancia tiene la Eucaristía en nuestra vida? ¿Se nos ha vuelto imprescindible o la
dejamos con facilidad?
d) El amor real y efectivo a los pobres y a todos los que sufren ¿se expresa en hechos concretos
de acogida, aprecio y ayuda, que son el ayuno que Dios quiere?

5. Compromiso. Llevar la Palabra a la vida. (¿Qué le digo a Dios?)


52

a) Hacer algún compromiso concreto para mejorar la vivencia de las cuatro fuentes de la
espiritualidad cristiana.
b) Terminar con oraciones espontáneas y con el padrenuestro.

Tema 9
EL CAPÍTULO 7 DE MATEO
MÁXIMAS DE VIDA CRISTINA
Mt 7,1-5

Oración: Te pedimos, Padre, que derrames sobre nosotros los tesoros de tu bondad; que tu Espíritu
nos llene de fuerza y de energía hasta lo más íntimo de nuestro ser; que Cristo habite, por medio de
la fe, en el centro de nuestra vida; que el amor nos sirva de cimiento y de raíz.
Seremos así capaces de entender, con todos los creyentes, cuán largo y ancho, cuán alto y profundo
es el amor de Cristo; tu amor, Padre. Un amor que desborda toda ciencia humana y nos colma de la
plenitud misma de tu ser.
Padre, tú has derramado en nuestros corazones tu amor, manifestado en Jesucristo, por medio de tu
Espíritu Santo; y nosotros, en comunión con tu Espíritu, con Jesús, nuestro hermano, te llamamos
con el corazón gozoso: ¡Padre!.

INTRODUCCION
1. El capítulo 7 de Mt

Este capítulo con el que Mt concluye el sermón de la montaña trata diversos temas de la vida de los
seguidores de Jesús y lo hace utilizando sobre todo dos géneros literarios muy queridos para él: las
sentencias y las parábolas o comparaciones. Evitando toda connotación judicial, podemos decir que
las sentencias son “máximas de vida”. Se trata de frases muy cortas, densas de contenido y muy
prácticas para la vida. En este caso las parábolas son muy breves: la de la pelusa y la viga, las dos
puertas de acceso al Reino de Dios, el árbol y sus frutos y las dos casas.

Encontramos en este capítulo 9 temas. Para asimilar mejor las enseñanzas que contienen los vamos
a ver en dos partes. En la primera veremos los cuatro primeros. No juzgar al hermano (1-5), contra el
mal uso de las cosas santas (6), la oración y la plena confianza en Dios (7-11) y la regla de oro de las
relaciones fraternas (12) En la segunda parte veremos los cinco siguientes: Entrar por la puerta
53

estrecha (13-14), Los falsos profetas. Por sus frutos se les conoce (15-20), No engañarse a sí mismo
viviendo sólo de buenas palabras (21-23), los dos modos de construir una casa (24-27) y asombro y
admiración de la multitud por las enseñanzas de Jesús (28-29)

PRIMERA PARTE

1. No juzgar al hermano (1-5)

La repetición por tres veces de la palabra hermano en la parábola de la pelusa y la viga indica que
esta advertencia se refiere a las críticas y juicios que unos miembros de la comunidad hacen
sobre otros. En la comunidad de Mateo había diversos grupos y tendencias, que se criticaban
entre sí; el evangelista les recuerda que esta actitud no debe darse entre hermanos. Cada uno
debe fijarse primero en sí mismo para ver si no tiene y en mayor grado lo mismo que critica en el
otro. Al hablar así, Mateo puede estar pensando también en los escribas y fariseos tan despiertos
para criticar a los demás y tan orgullosos de la propia conducta.
Este tipo de sentencias se encuentran también en otras religiones. Cinco siglos antes de Cristo,
decía Confucio que la persona buena, cuando ve una cualidad en los demás, la imita y cuando ve
un defecto lo corrige en sí mismo.

Jesús invita a mirar a los demás con la compresión y el amor con que Dios los mira. Y, pensando
en el juicio de Dios, dice que Él los juzgará severamente si ellos han sido severos en sus juicios;
pero será compasivo si ellos lo han sido con los demás: “Del mismo modo que ustedes juzguen se
los juzgará” (1, 1)
Jesús nos pide no juzgar nunca a los demás. Ni tenemos derecho a hacerlo ni podemos ser
objetivos. Siempre nos faltan elementos de juicio y nos sobran prejuicios. Nos faltan elementos tan
importantes como conocer la conciencia y las intenciones de los demás. Y, a veces tenemos en
los ojos grandes prejuicios que nos ciegan o se convierten en prismas que agrandan los defectos
a la hora de mirar a los demás.
Si repasamos nuestra vida nos daremos cuenta de la cantidad de veces que nos hemos
equivocado en los juicios sobre las personas, juicios que, a veces, no tienen más fundamento que
las apariencias exteriores. Podríamos decir, usando una frase hecha que muchas veces “las
apariencias engañan”.

Esta renuncia a la criticar a las personas no anula el sentido crítico que hemos de tener siempre
frente a la realidad y a los colectivos de personas e instituciones. En eso nos da ejemplo Jesús. El
criticó duramente las prácticas de ciertos colectivos, como los escribas y los fariseos o
instituciones tan sagradas como el templo o el sábado, pero no a personas concretas de esos
grupos. Ni siquiera juzga y condena a quienes le están crucificando. Más bien los excusa.

2. Contra el mal uso de las cosas santas (6)


54

A esta sentencia se le han dado varias interpretaciones. Algunos piensan que se refiere no ofrecer
la Eucaristía a los que no tienen las disposiciones adecuadas o no la entienden ni la valoran. Otros
creen que lo más probable es que se refiera a las enseñanzas de Jesús resumidas en el Reino
anunciado por él. El mismo Jesús compara el Reino con una piedra preciosa (Mt 13, 45-46) Los
perros y los cerdos simbolizan a los paganos.
En este caso Jesús pide a sus discípulos no confiar sus enseñanzas y el Reino a quienes con toda
seguridad los van a rechazar. Algunos piensan que también se puede referir a grupos concretos
que, según Mt, se muestran menos acogedores del evangelio, como los escribas y los fariseos.

3. La oración y la plena confianza en Dios (7-11)

Estos versículos no son una invitación a la insistencia machacona en nuestras oraciones de


petición, porque eso no estaría muy de acuerdo con lo que Jesús dijo poco antes en Mt 6, 7:
“ustedes cuando recen no usen muchas palabras como lo paganos que piensan que por mucho
hablar serán escuchados”. Ustedes digan sólo: ¡Padre! Porque él ya sabe lo que ustedes
necesitan. Es decir, para orar lo único que hace falta es confiar en la bondad de Dios nuestro
Padre y abrirnos a sus dones. Para eso no hacen falta muchas palaras, sino mucho corazón y
mucha confianza en el Padre del cielo nos dará siempre lo mejor. A veces la mejor oración es
quedarse en silencio ante Dios sintiéndonos queridos por Él. Una poetisa de nuestro continente
oraba así ante Cristo crucificado: “Sólo te pido no pedirte nada”.
“Busquen y encontrarán”, dice Jesús. Lo que hay que buscar ante todo es el Reino de Dios y su
justicia, como se dice en ese mismo capítulo (Mt 6, 33), es decir, la voluntad de Dios. La impresión
de que a veces Dios es sordo a nuestras peticiones Jesús la despeja diciendo que eso sería como
colocar a Dios, que es Padre-Madre, a un nivel más bajo que los padres y madres de la tierra
quienes, aunque sean malos, saben dar cosas buenas a sus hijos.
Ciertamente, hay ocasiones en las que nos resulta difícil entender por qué Dios no nos concede
ciertas cosas buenas que le pedimos. Hay que aceptar que no podemos conocer los secretos de
Dios y tenemos que concluir diciendo: hay que dejar a Dios ser Dios, pero, por la palabra de
Jesús, creemos que siempre actúa como Padre amoroso con sus hijos, aunque, a veces, nos
parezca que no es así.
MEDITACIÓN

Oración. Espíritu Santo, tú que has sido enviado a nuestros corazones por el Padre y el Hijo para
conducirnos a la verdad plena y al amor perfecto, danos un conocimiento profundo de Dios y de su
Palabra para que nos unamos a El de todo corazón. Tú que en nuestro interior das testimonio de que
somos hijos de Dios, ayúdanos a vivir como hijos suyos. Tú que haces de nosotros una sola familia,
ayúdanos a vivir como hermanos. ¡Amén!

1. Mirada a la realidad

1) ¿Es frecuente la crítica mutua:


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a) entre los miembros de una misma comunidad cristiana


b) Entre los miembros de una misma familia
c) Entre los vecinos, compañeros de trabajo, etc.
2) ¿Qué defectos criticamos en los demás y los tenemos también nosotros?
3) ¿Qué cosas santas damos a “los perros”?
4) ¿Hay formas de orar que ponen más el acento en la repetición que en la confianza en Dios?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿Qué problemas de la comunidad de Mateo se reflejan en el texto?


2) ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de este texto bíblico y por qué?
3) ¿Qué significa la petición de Jesús “No echen las cosas santas a los perros”?
4) ¿Cómo entender la promesa de Jesús: “Quien pide recibe” cuando nos parece que Dios no
responde a nuestras peticiones?

3. Meditación del texto. ¿Qué nos dice Dios?

1) Recuerda en tu interior a qué personas críticas más y pregúntate por qué haces de juez con
ellas.
2) Cuando critico a una persona ¿pienso me miro primero a mí mismo para ver si no tengo yo
esos mismos fallos y aún mayores?
3) ¿Cómo trato y vivo las cosas santas? ¿Las atropello alguna vez?
4) ¿En mi oración me pongo en manos de Dios y le digo confiadamente: “hágase tu voluntad”?

4. Compromiso. ¿Qué le digo yo a Dios?

 Desafiados por el cúmulo de enseñanzas de Jesús que contiene el texto bíblico que hemos
meditado, hacer algún compromiso personal muy concreto para llevarlas a la práctica.
 Terminar con la oración del padrenuestro en círculo y con las manos unidas.

SEGUNDA PARTE
4. La regla de oro de la vida de las relaciones fraternas (12)

Esta sentencia, conocida con el nombre de la regla de oro de la relación entre las personas, tiene
paralelos tanto en el judaísmo como en otras literaturas. El rabino Hillel decía: “Lo que te
desagrada, no lo hagas al otro. Eso es toda la ley; el resto es comentario”. Jesús asegura que esta
sentencia resume la Ley y los profetas, es decir, todas las enseñanzas del Antiguo Testamento.
Él la perfeccionó y la volvió más exigente cuando dijo: “Les doy un mandamiento nuevo, que se
56

amen unos a otros como yo les he amado” (Jn13, 34), es decir, amen al hermano más que a sí
mismos. Si para todos nosotros ésta fuera realmente la norma que gobernara nuestra vida, el
mundo sería diferente, estaríamos realmente en el paraíso. Pero, hoy por hoy, más que en el
paraíso, estamos en el infierno de los egoísmos, porque exigimos y no damos.
5. Entrar por la puerta estrecha (13-14)

Este párrafo nos habla de dos puertas por las que podemos entrar y de dos caminos que
conducen a situaciones contrarias: la perdición y la vida. El camino que conduce a la vida, es
decir, al Reino de Dios, consiste en vivir como hijos de Dios y como hermanos entre nosotros; ese
camino nos lleva a la puerta que se abre a la comunidad del Reino. Ese camino y esa puerta son
estrechos y a veces dolorosos por las renuncias que exigen y las persecuciones despiertan.

La vida verdadera es la vida que se desarrollada según la dinámica del Reino y de sus valores de
amor, solidaridad, paz, justicia. En otras palabras, una vida como la de Jesús, una vida según las
exigencias evangélicas. Eso exige despojarse de muchas cosas que no son compaginables con la
vida cristiana. Por eso son pocos los que entran en esa dinámica, los que entran por esa puerta
estrecha; están demasiado inflados por su ego voraz y por malos hábitos y no viven conforme a la
regla de oro de la que nos hablaba la máxima anterior.

Si bien Mt tiene presentes a las comunidades a las que dirige su evangelio, las palabras de Jesús
se dirigen a sus seguidores de todos los tiempos, para quienes profesar una vida según los
valores del Evangelio es siempre ir contracorriente. En cambio, el dejarse llevar por la corriente es
un camino ancho que conduce a la perdición.

6. “Cuídense de los falsos profetas (15-20)

En la comunidad de Mt había profetas auténticamente cristianos y otros que se hacían pasar por
profetas sin serlo. La descripción que hace Mt de los falsos profetas en este párrafo es muy
expresiva: se presentan como mansos corderos, pero por dentro son lobos rapaces.

La clave para distinguir los falsos de los verdaderos profetas no es su doctrina sino sus obras. A
los árboles buenos, se les conoce por sus frutos, no por sus hojas. Y los frutos consisten en poner
en práctica la voluntad de Dios expresada en las enseñanzas de Jesús, en vivir conforme a los
valores del Reino de Dios. La prueba de autenticidad de los profetas o de los discípulos es su
vida.

Esta denuncia de los falsos profetas es aplicable también los falsos seguidores de Jesús.
Podemos ver aquí una denuncia de la falsedad, la doblez de vida y la hipocresía, disimuladas con
la frondosidad de las puras apariencias. El Señor espera frutos y le damos hojas como la higuera
de la parábola, que tanto le decepcionó (Mt21, 18)
57

¿A qué frutos se refiere el evangelio cuando dice que por ellos conoceremos a los verdaderos
profetas y a los auténticos seguidores de Jesús. Desde luego no se refiere a las buenas palabras
que tienen más de hojas que dé frutos. Se refiere a los frutos que ofreció Jesús mismo en su vida
y en su actuación. Él se entregó sin reservas a la solidaridad a favor de los últimos de la sociedad.
Lo vemos rodeado siempre de pobres, enfermos, disminuidos físicos y pecadores. Y, sobre todo,
lo vemos en permanente actitud de servicio a todos ellos. Ese tipo de frutos son los que nos
ayudan a distinguir los verdaderos de los falsos profetas, los verdaderos de los falsos seguidores
de Jesús y también nos ayudan a evaluarnos a nosotros mismos como seguidores y profetas.

7. No engañarse a sí mismos viviendo de puras palabras (21-23)

Sin duda este párrafo del evangelio de Mt. es un poco desconcertante, porque habla de unas
personas que dicen que han profetizado y han hecho milagros en nombre de Jesús y, sin
embargo, a la hora del juicio y de la verdad, él les dice que no las conoce y “apártense de mi
ustedes que hacen el mal”. ¿Cómo explicarlo? Seguramente han hecho en nombre de Jesús
cosas prodigiosas o fuera de lo normal, que entonces se consideraban milagrosas, pero sin ser
verdaderos seguidores de Jesús. Sabemos por otros textos de la Biblia que la fama de Jesús
como autor de milagros se extendió por todo el país y que había magos y curanderos que
invocaban su nombre al hacer sus conjuros, pero sin creer en él y sin aceptar el Reino Dios
anunciado por Él.

Invocar a Jesús reiteradamente no garantiza a nadie como verdadero discípulo; lo único que le
garantiza como discípulo es hacer la voluntad del Padre, es decir, acoger el Reino y vivir de
acuerdo a su dinámica y sus valores de filiación de fraternidad. la voluntad de Dios. En eso se
resumen la voluntad del Padre.

La voluntad de Dios se concreta en su proyecto acerca de la humanidad: el Reino. En otras


palabras, la voluntad de Dios es que todos vivamos como buenos hijos suyos y como buenos
hermanos entre nosotros, ya que todos somos hijos del mismo Padre Dios. El Reino en su esencia
no es otra cosa que su amor, ese amor que Él nos tiene y del que nadie nos puede apartar (Rm 8,
38-3), ni nosotros mismos, pues aunque le rechacemos, nos sigue amando y esperando nuestro
retorno. Por eso en este evangelio Jesús comienza diciendo que no nos salva el decir: “Señor,
Señor”, sino hacer la voluntad de Dios, el corresponder a su amor, realizando el proyecto divino de
vivir como hijos y como hermanos.

8. Dos maneras de hacer la casa (24-27)

La parábola o comparación con la que se cierra el sermón de la montaña es una invitación a poner
en práctica las enseñanzas de Jesús contenidas en dicho sermón y que han llevado a plenitud la
ley de Moisés.

Hay en este pasaje, como en los anteriores, una clara referencia al día del juicio, que se presenta
ante todo como un acto de discernimiento entre los que han recorrido el camino del discipulado y
58

los que fueron por un camino más fácil; entre los que se contentaron con invocar al Señor y
profetizar en su nombre, y los que se aplicaron a cumplir la voluntad de Dios; entre los que sólo
escucharon y quienes, además de escuchar, pusieron en práctica las enseñanzas de Jesús.
Mateo invita a su comunidad y a los cristianos de todos los tiempos a enraizar firmemente su vida
en la persona de Jesucristo por la adhesión de fe y de amor a él, aceptar sus enseñanzas y
traducirlas en las acciones concretas. No es suficiente con la ortodoxia; es necesario que la recta
doctrina se manifieste en la ortopraxis, es decir en el obrar rectamente.
Mt con esta parábola subraya algo que los cristianos hemos de recordar continuamente: ser
cristiano es “practicar” las palabras de Jesús, “hacer realidad” su evangelio. Si no se da esto,
nuestro cristianismo es “insensato”, carece de sentido.

Es importante que todos sepan que esto es lo primero que hay que cuidar en la comunidad
cristiana, sea la Iglesia, la parroquia o la pequeña comunidad cristiana: escuchar y poner en
práctica las palabras que viene de Jesús. No hay otra manera de construir una comunidad, una
Iglesia de seguidores y un mundo mejor.
9. Conclusión (28-29)

Jesús enseña con una autoridad diferente a la de los escribas. Ellos fundaban su enseñanza en la
tradición. El escriba cuidaba muy bien de repetir la doctrina tradicional, demostrando que su propio
comentario brotaba de la tradición. La palabra griega usada aquí para hablar de la autoridad
significa autoridad delegada, en este caso Jesús ensaña con la autoridad que le da el Padre,
delegación que no tienen los escribas. Jesús muestra a las claras esta delegación, y el pueblo se
asombra de la enseñanza de Jesús.
Otro significado de la expresión “enseñar con autoridad” es que Jesús vivía y cumplía lo que
enseñaba. Eso es lo que tiene autoridad, eso es lo que convence.

REFLEXIÓN

Oración. Espíritu Santo, tú que has sido enviado a nuestros corazones por el Padre y el Hijo para
conducirnos a la verdad plena y al amor perfecto, danos un conocimiento profundo de Dios y de su
Palabra para que nos unamos a El de todo corazón. Tú que en nuestro interior das testimonio de que
somos hijos de Dios, ayúdanos a vivir como hijos suyos. Tú que haces de nosotros una sola familia,
ayúdanos a vivir como hermanos. ¡Amén!

1. Mirada a la realidad

1) La “regla de oro” de algún modo es patrimonio de tos los pueblos y culturas ¿En qué medida
se lleva a la práctica?
2) ¿Quiénes son hoy los falsos profetas?
3) ¿Qué formas hay de engañarse a sí mismo en la relación con Dios y con Jesucristo?
59

4) ¿Podemos asegurar que la vida de la mayor parte de los


cristianos y de las comunidades está construida sobre la
roca firme que es Jesucristo?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de este texto


bíblico y por qué?
2) ¿Qué significan el camino y la puerta estrechos?
3) ¿Por qué Jesús a algunos que han hecho milagros en su
nombre dice que no los conoce?
4) ¿Qué simbolizan la casa sobre arena y la casa sobre roca?

3. Meditación del texto. ¿Qué nos dice Dios?

1) ¿Cómo cambiaría nuestra vida personal, familiar, laboral y social, si realmente tomáramos
como norma la regla de oro propuesta por Jesucristo?
2) Todos los cristianos hemos sido consagrados profetas ¿Cuándo actuamos como profetas?
3) ¿Las palabras de Jesús, su evangelio y su persona son la roca firme sobre la que está
construida mi vida cristiana?
4) ¿Es también la roca sobre la que está construida nuestra comunidad?

4. Compromiso. ¿Qué le digo yo a Dios?

1) Desafiados por el cúmulo de enseñanzas de Jesús que contiene el texto bíblico que hemos
meditado, hacer algún compromiso personal muy concreto para llevarlas a la práctica.
2) Terminar con la oración del padrenuestro en círculo y con las manos unidas.

Tema 10
EL REINO EN ACCIÓN.
MILAGROS Y DISCIPULADO
Capítulos 8 y 9 de Mt.

ORACIÓN
60

Señor, yo creo. ¡Aumenta mi fe! Tú conoces mi corazón. Tú ves el miedo que tengo de entregarme
por completo a ti. Tú sabes cómo el deseo de arreglármelas solo me hace huir de Ti demasiadas
veces. Y, sin embargo, creo. Ayúdame a anegar en Ti todos mis sueños, expectativas y proyectos, a
fiarme de Ti y no de mí.
Señor de mis miedos y de mis expectativas, de mi deseo y de mi esperanza, aumenta, te ruego, mi
fe.

INTRODUCCIÓN

1. Visión de conjunto de los capítulos 8 y 9 de Mateo

En el sermón del monte, recogido en los tres capítulos anteriores, Jesús anuncia el Reino de Dios
En los capítulos 8 y 9 Mt presenta el Reino como una fuerza que actúa en favor de la vida de las
personas. En el sermón del monte Jesús anuncia el amor al prójimo, ahora Jesús manifiesta ese
amor con obras en favor de los que sufren.

La dinámica de la extensión del Reino descrita aquí por Mt comprende estos tres pasos: anuncio-
enseñanza-curaciones. La fuente principal de estos dos capítulos es el evangelio de Mc, pero Mt
cambia el orden de los hechos, abrevia las descripciones e introduce algunas enseñanzas nuevas.
A través de esta reelaboración, Mt quiere instruir a su comunidad sobre tres temas: Jesús, el
discipulado y la fe.
a) Mediante tres series de signos o milagros que Jesús realiza, Mt lo presenta como Mesías,
pero no un Mesías triunfante, sino como el Mesías Siervo de Yahvé que hace suyos los
sufrimientos del pueblo.
b) El tema del discipulado aparece en dos intermedios que separan una de otra las tres
series de milagros.
c) El tema de la fe está presente en casi todos los relatos de milagros. La fe en Jesús que
demuestran los diversos personajes que piden un milagro es un ejemplo de la fe que deben
tener los discípulos.
La estructura o esquema de estos dos capítulos (8 y 9) es el siguiente:

1) Primera serie de milagros:


a) Curación de un leproso (8, 1-4)
b) Curación del criado del centurión (8, 5-13)
c) Curación de la suegra de Pedro y mención de otras curaciones (8, 14-17)

2) Intermedio: exigencias que comporta el seguimiento de Jesús (8, 18-22)

3) Segunda serie de milagros:


a) La tempestad calmada (8, 23-27)
b) Expulsión de demonios (8, 28-34)
61

c) Curación de un paralítico (9, 1-8)

4) Intermedio: Vocación de Mateo y controversias (9, 9-17)

5) Tercera serie de milagros:


a) Curación de una niña y una mujer (9, 18-26)
b) Curación de dos ciegos (9, 27-31)
c) Curación de un mudo (9, 32-34)

6) Resumen (9, 36)

Hay cuatro temas en estos capítulos que hemos visto de manera más amplia en la lectura orante
sus textos paralelos de Mc y Lc y no vamos a repetirlos aquí.
- El primer intermedio, las exigencias del discipulado, lo vimos en Lc 9, 57-60 (tema 14)
- La expulsión de demonios (tema 8 de Mc)
- La curación de un paralítico (Tema 4 de Mc)
- La controversia sobre el ayuno en Mc 2, 18-22 (tema 4 de Mc)

2. Sentido de los milagros de Jesús

En los relatos evangélicos los milagros tienen una finalidad catequética: enseñar algo acerca de
Jesús y del Reino de Dios y, según eso, reciben la configuración más adecuada. Los milagros
aparecen como hechos extraordinarios en los que se descubre la acción de Dios, pero sólo se
descubre cuando se observan con ojos de fe. Es la fe la que permite ver el milagro. La fe es
igualmente necesaria para ser beneficiario de algún milagro, por eso Jesús no pudo hacer casi
ningún milagro Nazaret, porque sus habitantes no tenían fe en él (Mc 6,4-5).

Los milagros de Jesús manifiestan la presencia liberadora de Dios en medio del pueblo, escuchando
el grito y el clamor del que sufre, del que está enfermo o marginado. El milagro es una señal que
recuerda que Dios no está ausente, sino que está vivo y operante.

Los evangelios presentan los milagros de Jesús también como signos de la presencia del Reino de
Dios y como señales de la llegada del Mesías. Cuando Juan Bautista envía a sus emisarios para que
Jesús les diga si es el Mesías, regresan después de haber visto que en Jesús se cumplían los
anuncios mesiánicos de Isaías: los ciegos ven, los cojos andan... y es anunciada la Buena Nueva a
los pobres (Lc 7,22). El milagro mayor, la resurrección de Cristo, es prueba definitiva de que es el
Mesías, el Hijo de Dios enviado para salvar al mundo. Su resurrección es también la garantía de que
todo lo que él enseñó está respaldado por Dios y es verdadero.

COMENTARIO AL TEXTO

A) PRIMERA PARTE
62

1. Primera serie de milagros

Estos tres milagros tienen como denominador común el acercamiento de Jesús a personas excluidas
o marginadas: un leproso, un pagano y una mujer.

1.1. Curación de un leproso (8, 1-4)

Los judíos llamaban lepra a casi todas las enfermedades de la piel. Era una enfermedad total: del
cuerpo y del alma, pues el leproso era considerado impuro ante Dios y no podía participar en el culto;
era también una enfermedad social porque el leproso tenía que abandonar su familia y su
comunidad, para vivir con otros leprosos en campamentos lejos del contacto con las demás
personas.

En este relato el leproso se dirige a Jesús con palabras y gestos que revelan su fe en él. La actitud
de fe del leproso es la que hace posible este encuentro personal con Jesús y su curación. Estaba
severamente prohibido tocar a un leproso. Pero Jesús se le acerca con decisión y cariño y, ante el
asombro de todos, lo toca y lo cura ¿Por qué lo toca, si podía curarlo a distancia con sola su
palabra? Tocarlo significaba cercanía y amor, algo de lo que también carecía el leproso por la
exclusión social de la que era víctima. Con su curación, el leproso recobra la salud física, queda
puro ante Dios y es reinsertado en la familia, la sociedad y el culto.

Según le Ley de Moisés, el leproso que sanaba tenía que presentarse a los sacerdotes llevando una
ofrenda para ofrecer a Dios. Jesús lo invita a hacerlo con una doble finalidad: que los sacerdotes
confirmen su curación y “les sirva como testimonio” de que Jesús actúa con el poder de Dios y dejen
de rechazarlo.

1.2. Curación del criado del centurión romano (8, 5-13)

El tema central de este relato es de nuevo la fe. Este es un caso muy llamativo porque el que pedía
el milagro reunía dos motivos de exclusión por parte de los judíos: era extranjero y pertenecía al
ejército invasor. Jesús no sólo no lo excluye, sino que se lo pone a los judíos como modelo de
creyente cuando dice que no ha encontrado en todo Israel una fe tan grande como la de este
hombre.

El centurión se acerca a Jesús con respeto. Todos sus gestos revelan una profunda actitud de fe.
Cuando Jesús se ofrece para ir a su casa y curar a su criado, el centurión, queriendo evitarle la
contaminación que supone para un judío entrar en casa de un pagano, responde manifestando su fe
en el poder de la palabra de Jesús -“Basta que digas una sola palabra” – y también en el dominio de
Jesús sobre los espíritus del mal, que eran, según la mentalidad de entonces, quienes causaban la
enfermedad. Esta actitud de confianza absoluta tiene como respuesta no sólo la curación sino la
admiración de Jesús, que aprovecha la ocasión para ensalzar ante sus discípulos la fe del centurión y
anunciar la entrada de los paganos en la Iglesia, que, a pesar de la resistencia inicial de los cristianos
63

de origen judío, ya era una realidad cuando Mt escribía su evangelio. Las palabras del centurión son
tan significativas que su eco resuena en todas las misas porque antes de la comunión todos
decimos: “Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme”.

1.3. Curación de la suegra de Pedro y otras curaciones (8, 14-17)

Este relato es más amplio en Mc, de donde lo toma Mt y lo reelabora. Es Jesús quien toma la
iniciativa de curarla. La mentalidad de la época atribuía a la fiebre al demonio. Por eso, esta curación
forma parte de la lucha de Jesús contra los poderes del mal simbolizados por los demonios. Una vez
curada se pone a servirles. Con ello Mt resalta que una actitud fundamental del seguidor de Jesús es
el servicio. De todos los milagros Jesús quiere que los discípulos saquen una lección para su vida; en
este caso les enseña a ser servidores.

2. Segunda serie de milagros

Esta serie comprende también tres milagros, dos de ellos ya los vimos al leer el evangelio de Mc: La
expulsión de demonios (tema 8 de Mc) y la curación de un paralítico (Tema 4 de Mc) Aquí vamos a
leer únicamente el milagro de la tempestad calmada (8, 23-27)

Con este relato, tomado de Mc, Mateo quiere transmitir a los cristianos de sus comunidades la
seguridad de que, en las peores situaciones, el Señor resucitado, está con ellos. La pequeña barca
simboliza la Iglesia naciente azotada por el vendaval y por las olas de la persecución de parte de
judíos y romanos y por problemas internos que agitaban las aguas de la comunidad. Sus
miembros habían comenzado a seguir a Jesús con entusiasmo y habían experimentado que él
estaba en medio de ellos conforme lo había prometido cuando dijo: “Yo estaré con ustedes hasta
el fin del mundo” (Mt 28, 20) pero, comenzaron a experimentar dificultades y adversidades muy
fuertes y ya no sentían como al principio la presencia del resucitado en medio de ellos, su fe se
tambaleó. En esta situación vital Mt les recuerda las angustias y los miedos que pasaron los
discípulos perdidos en medio de un lago fuertemente agitado por las olas. Entonces, tenían a
Jesús con ellos en la barca y él calmó la tempestad dormido.

El término que usa Mt para decir que Jesús se alzó en la barca es el mismo que utiliza para decir
que resucitó, porque es el Señor Resucitado, ya invisible a los ojos materiales pero visible a los
ojos de la fe, el que está en medio de la comunidad y al lado de cada uno para darles seguridad y
ánimos frente a las muchas adversidades, interiores y exteriores, que asedian siempre a los
seguidores de Jesús.

También nosotros podemos encontrar en este relato una luz que nos ilumina y fortalece en medio
de nuestras propias dificultades para mantenernos fieles a la persona de Jesús y seguirle sin
titubear.

REFLEXIÓN
64

Oración. AUMENTA NUESTRA FE (Lc 15,5).

Con la misma humildad que tus primeros discípulos, también nosotros hoy te decimos: "Auméntanos
la fe", ayúdanos a crecer en una fe que no sea sólo declaración de verdades, sino adhesión
personal, libre y fiel, a la persona de Jesús de Nazaret, una fe que nos lleve a seguir sus pasos, a
vivir como él vivió; una fe que no se quede en vana palabrería, sino que dé frutos concretos de amor
a los demás y de solidaridad con quienes más nos necesitan. ¡Aumenta, Señor, en nosotros esa fe!

1) Mirada a la realidad

a) ¿Hay hoy día personas excluidas de la convivencia social? ¿Quiénes y por qué razones?
b) ¿Hay personas excluidas de la iglesia y del culto? ¿Por qué razones?
c) ¿Hay personas que piden milagros a Dios? ¿Por qué no los consiguen?
d) ¿Hay creyentes ejemplares para nosotros fuera de la Iglesia y del cristianismo?
e) ¿Qué tempestades amenazan hoy a la Iglesia desde fuera y desde dentro de ella?
f) ¿Cuáles son las principales amenazas contra nuestra fe?

2) Mirada al texto ¿Qué les dijo Dios?

a) ¿Por qué no permitían a los leprosos vivir en su familia y en su comunidad y participar en el


culto del templo?
b) Si estaba prohibido tocar a los leprosos ¿por qué Jesús los toca?
c) ¿Qué mensaje quiere transmitir a Mateo a su comunidad con el relato de la curación del
leproso?
d) ¿Qué mensaje quiere transmitir Mateo con el relato de la curación del criado del centurión?
e) ¿Qué mensaje quiere transmitir Mateo a su comunidad con el relato de la tempestad
calmada?

3) Meditación

a) En los capítulos 8 y 9 de Mt encontramos 9 relatos de curaciones. ¿Qué nos enseñan acerca


de:
- Jesús,
- del discipulado
- y de la fe?
b) ¿Qué nos dice a nosotros el elogio que Jesús hace de la fe del centurión romano?

4) Compromiso

a) Los relatos de milagro que hemos leído ¿suscitan en nosotros algún tipo de compromiso
comunitario o individual?
b) Terminar con oraciones espontáneas
65

B) SEGUNDA PARTE

5) Segundo intermedio. Vocación de Mateo (9, 9-13)

Jesús se dirigió en primer lugar a los pobres, los enfermos y los excluidos, pero sin excluir el
mismo a nadie de su seguimiento. Un ejemplo de ello lo encontramos en este relato de la vocación
de Mateo, llamado por Lucas y Marcos Leví. En él vemos que invita a seguirle a un publicano y lo
integra en el grupo de los Doce discípulos más cercanos.

Mateo, este publicano detestado por los judíos y alejado del culto, responde a Jesús con la misma
prontitud que los primeros discípulos que Jesús llamó junto al lago. Una vez más Jesús propone a
un extraño como modelo de fe en él.

Se llamaba publicanos a quienes en las aduanas cobraban el “publicum”, que era el impuesto que
se pagaba al imperio romano. Por cobrar para el imperio eran considerados colaboradores de los
romanos y, por tanto, pecadores, ya que esa colaboración significaba aceptar el dominio de los
paganos sobre el pueblo elegido, dominio que pertenecía sólo a Dios.

Ricos contratistas se responsabilizaban de recaudar los impuestos. Ellos subarrendaban los


puestos de aduana a otros arrendatarios que, obligados a sacar el precio ofrecido, con una
ganancia también para ellos, corrían el riesgo de la corrupción aprovechándose de la gente
ignorante. De ahí que se les considerara ladrones e injustos.

Mateo organiza una comida con Jesús a la que invita a otros cobradores de impuestos. Los
fariseos critican a Jesús por aceptar esa invitación. En la cultura judía el comer con alguien
equivalía a identificarse con él y a considerarlo parte de la propia familia. Por eso les pareció tan
grave a los fariseos el hecho de que Jesús comiera con los pecadores, ya que eso significaba que
los consideraba de su familia. Jesús se justifica diciendo que ellos son los que más le necesitan a
él y su mensaje. Por eso les dice: “no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos.
No vine a llamar a los justos, sino a los pecadores” (9, 12- 13)

6) Tercera serie de milagros

4.1. Curación de una mujer y de la hija de un jefe judío (9, 18-26)

Este relato nos presenta dos curaciones entrelazadas, la de una mujer que padece hemorragias
desde hace 12 años y la de la hija de un hombre importante, que, según Mc era jefe de la sinagoga y
se llamaba Jairo. Mt abrevia el relato de Mc 5, 21-43, que es su fuente, suprimiendo detalles que dan
viveza y realismo a la narración de Mc.

En este relato aparece un rasgo muy importante de la personalidad y de la espiritualidad Jesús: su


preocupación por la vida de la gente y su compasión y solidaridad para con todos los que sufren
por la pobreza, la enfermedad u otras causas.
66

En los dos casos se trata de la curación de personas legalmente impuras (una muerta y otra con flujo
de sangre) Quien las toque, contrae la impureza legal y queda excluido del culto. Sin embargo, Jesús
las toca, manifestando así la cercanía de Dios a los marginados y excluidos de la comunidad y del
culto.

Con este relato se proclama que Jesús es el Hijo de Dios, pues tanto el padre de la niña como la
mujer curada se postran de rodillas ante él, cosa que los judíos sólo hacían ante Dios.

En ambas curaciones resalta la fe del padre de la niña, que se postró ante Jesús, y de la mujer
curada que cree que con sólo tocar su vestido quedará curada y cuya fe Jesús alaba. La frase que
dice a la mujer curada, “tu fe te ha salvado” (v 22) le hace ver que no ha sido curada por arte de
magia, ya que de nada hubiera servido el gesto físico de tocarle el manto sin la fe que la había
impulsado a salir a su encuentro para poder tocarlo.

El mensaje que Mt quiere dirigir a su comunidad es claro: para que se sigan manifestando los signos
del reino, el creyente debe tener fe en Jesús como la tienen estas dos personas. Lo contrario de esta
actitud de fe es la desconfianza que se manifiesta en las risas de burla de los que asisten al duelo por
la niña.

4.2. Los dos ciegos y un mudo (9, 27-34)

Como en los demás relatos de milagro de estos dos capítulos de Mateo, el evangelista insiste en la
importancia de la fe, como condición necesaria para que se realicen los signos que manifiestan la
llegada del Reino. La fe es precisamente el tema del diálogo que Jesús mantiene con los ciegos a
quienes pregunta: “¿Creen que puedo hacerlo?”. La fe establece una relación personal con Jesús; es
el ámbito en el cual se da el encuentro salvador con él. La fe es para Mt la actitud que ha de
caracterizar a los discípulos de Jesús.

Este relato de la curación del mudo es muy breve, pues lo que más le interesa al evangelista es
subrayar las reacciones que provoca: la gente reconoce la novedad de los signos de Jesús, mientras
que los fariseos atribuyen al poder del príncipe de los demonios.
4. La compasión de Jesús. La cosecha es abundante y los trabajadores, pocos (9, 35-
38)
Esos cuatro versículos sirven de intermedio, cierran una sección y abren otra. Jesús, el Mesías, ha
anunciado el comienzo del reinado de Dios con palabras y obras. A continuación, hablará del envío
de los apóstoles a realizar lo mismo que él hacía para el Reino de Dios.

El versículo 35 es un sumario o resumen de lo que Jesús ha hecho en su recorrido misionero. En los


tres versículos siguientes describe la compasión que siente Jesús por la multitud abandonada. Esta
67

imagen describe la situación desesperada de una nación que marcha a la deriva por falta de
adecuados gobernantes.

El motor principal de la vida de Jesús es el amor y más concretamente esa forma de amor que
llamamos compasión. Lo dicen muchas veces los evangelios y también en este párrafo de Mt:
“Viendo la multitud, se conmovió…” La compasión no es un mero sentimiento de lástima; significa
padecer con el que padece, hacer propios los sufrimientos del otro y unirse a él para superarlos.
Jesús hace suyos los sufrimientos y los problemas de los pobres, los enfermos y los excluidos
hasta tal punto que terminó siendo uno de ellos.

Este párrafo del evangelio termina con una conocida frase que algunos interpretan sólo desde la
óptica vocacional, concluyendo que es necesario rogar por el aumento de vocaciones sólo para
predicar el evangelio y no también para realizarlo. Me refiero a la frase “la cosecha es abundante
y los trabajadores pocos”. Hay que interpretarla en su contexto, es decir, en la línea de la
compasión: las multitudes abandonadas son muchas y los trabajadores que se empeñan por
darles una mano son pocos. Son muchos más los que sufren que los que trabajan por ellos; la
indiferencia va ganando terreno a la compasión. Interpretada así la frase es una invitación a ser
solidarios con todos los que sufren encarnando la compasión de Jesús y continuando la obra de
Jesús que, según este párrafo del evangelio, recorría las poblaciones “sanando toda clase de
enfermedades y dolencias”. En la extensión del Reino de Dios no son separables y la palabra y la
acción que la realiza.

REFLEXIÓN

Oración. TESTIGOS DE CRISTO

Cristo Jesús, la fuerza de tu Espíritu nos congrega y nos urge a confesar que estás vivo entre los
hombres. Te alabamos y te bendecimos por el amor con que nos salvas, y queremos glorificarte con
una existencia agradecida.

En medio de la angustia y del vacío que sobrecogen a este mundo, quisiéramos tener la experiencia
inconfundible de tu voz, de tu aliento, de tu singular poder. Pero, a veces, lo olvidamos y nos cuesta
desvelar y adorar tu rostro oculto en los que tienen hambre y sufren la injusticia; en los que son
marginados por muchas formas de egoísmo; en los que son humillados por los que no sabemos
compartir.

Queremos avivar la fe en tu presencia, afirmar el sentido trascendente de la vida, y anunciar con


gozo y sin temores que ya estamos redimidos. Envíanos tu Espíritu para que, transformados,
acertemos a vivir dando pruebas concretas de esperanza, construyendo un mundo más justo y
solidario, y creando una auténtica comunidad de amor fraterno.
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Tú que nos diste por Madre a María en la que tenemos el modelo de la nueva humanidad, haz que
estemos, como ella, abiertos a la Verdad y que seamos humildes servidores del Padre para
proclamar con fidelidad las maravillas de su misericordia entre los hombres.

1) Mirada a la realidad

a) ¿Hay cristianos que piensan que el seguimiento de Jesús es únicamente para un grupo
selecto de personas, como los sacerdotes y religiosos?
b) En la religiosidad popular la gente quiere tocar las imágenes de Cristo, de María y de los
santos ¿Qué hay de bueno y qué puede haber de malo en eso?
c) ¿Qué actitud predomina entre los cristianos ante las personas que sufren: la indiferencia o la
compasión?

2) Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

a) ¿Qué demuestra Jesús en la elección de Mateo?


b) ¿Por qué los dirigentes judíos critican a Jesús por comer con los publicanos?
c) ¿Qué mensaje quiere transmitir Mt a su comunidad con el relato de la curación de las dos
mujeres?
d) ¿Qué significa la frase de Jesús a la hemorroisa: “tu fe te ha curado”?
e) Jesús dice que la cosecha es abundante y los trabajadores pocos? ¿Quiénes son los
trabajadores que se necesitan y qué trabajo tienen que hacer?

3) Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

a) ¿Tenemos nosotros prejuicios con respecto a apersonas y grupos al estilo de los que tenían
los judíos contra los publicanos?
b) ¿Qué hacer en ese caso?
c) Contemplando el testimonio de fe de la mujer que está segura de sanar si toca el manto de
Jesús, ¿qué nos dice la afirmación de que la fe de muchos cristianos es poco cristiana?
d) Jesús nos invita hoy a nosotros a trabajar en su cosecha ¿De qué cosecha se trata y qué
trabajo nos pide que hagamos?

4) Compromiso. ¿Qué le decimos a Dios?

a) Los relatos de milagro que hemos leído ¿suscitan en nosotros algún tipo de compromiso
comunitario o individual?
b) Terminar con oraciones espontáneas
69

Tema 11
DISCURSO MISIONAL
Mt 10, 1-11, 1
ORACIÓN
Señor Jesús, como el Padre te envió, Tú nos envías con la fuerza de tu Espíritu para anunciar la
Buena Noticia a los pobres y para hacer de todos una sola familia: tu Reino.
Mira nuestra gran debilidad, Señor, nuestras dudas, temores y egoísmos. Une nuestras mentes y
nuestras voluntades para que busquemos juntos los caminos de tu seguimiento. Haznos libres con tu
libertad y fieles con tu fidelidad para ser evangelizadores de nuestro pueblo.
Y haz que la gente más sufrida, la más pobre, los últimos, sean ya los primeros en las comunidades
llamadas a vivir los valores de tu Reino: la fraternidad, la igualdad, la solidaridad, la justicia y la paz.
Con María, Madre de los evangelizadores y estrella de la evangelización, queremos glorificar a Dios
Padre en la vida liberada de sus hijos. Amén.

INTRODUCCIÓN

Sabemos que la división de los textos bíblicos en capítulos y versículos no se hizo hasta el año mil
después de Cristo y que muchas veces esa división no se corresponde con los temas, ya que en
mismo tema puede ocupar parte de varios capítulos o en un mismo capítulo puede haber varios
temas. Por eso los comentaristas prefieren hablar de secciones más que de capítulos, aunque la
división en capítulos y versículos resulta práctica para encontrar un texto bíblico.

El texto que vamos a leer se conoce con el nombre de “Discurso o sermón misional”. Comprende los
tres últimos versículos del capítulo 9 de Mt que hablan de la abundancia de la cosecha y de la
necesidad de trabajadores, todo el capítulo 10 y el primer versículo del 11. Ya dijimos que los
versículos 9, 36-38 son el enlace entre la sección anterior y ésta.

En los capítulos anteriores Mt nos presenta a Jesús anunciando y realizando el Reino de Dios. Ahora
Jesús va a encomendar esa misma tarea a sus discípulos. El discurso misional se dirige a los
70

discípulos que han sido llamados por Jesús y le han seguido, pero también ellos representan a toda
la comunidad cristiana y toda ella es misionera. Desde esa perspectiva, este texto puede orientar la
actividad misionera de la Iglesia de todos los tiempos.

El discurso misionero tiene dos partes, precedidas de una introducción y concluidas con un breve
sumario:
- Introducción: La mies es abundante (9, 36-38)
- Primera parte: Llamada y envío de los discípulos (10, 1-15)
- Segunda parte: Instrucciones sobre el destino que les aguarda a los misioneros (10, 16-42)
- Sumario o resumen (11, 1)

COMENTARIO AL TEXTO

A) MISIÓN DE LOS DOCE APÓSTOLES

1. La mies es abundante (9, 36-38)

Estos versículos describen el estado lamentable en que se encuentra la gente pobre y olvidada de
Israel: andan como ovejas sin pastor. Esta alusión a la falta de pastores es un reproche contra los
maestros espirituales del judaísmo y los dirigentes del país a quienes pone ante los ojos la imagen
del Dios misericordioso como buen pastor de su pueblo (Sal 23) Esta es la tarea que asumió Jesús
movido por la compasión para con la multitud pobre, olvidada y desorganizada.

La necesidad de rogar al dueño de la mies subraya que la tarea del anuncio del evangelio no
depende ante todo de los evangelizadores, sino que es obra de Dios. Hay que orar antes y durante la
tarea de anunciar y extender el Reino de Dios con palabras y obras en favor de los que sufren.

2. Llamada de los Doce (10, 1-4)


La elección y el envío de los Doce los hemos leído y comentado en el tema 10 de Mc. Como apoyo,
se puede leer aquel comentario.

Los Doce recuerdan a las doce tribus de Israel. Ellos serán las columnas del nuevo Israel, del nuevo
pueblo de Dios. La lista la encabeza Pedro y la cierra Judas Iscariote. Los llama “apóstoles”, es decir,
enviados. Se trata de un grupo heterogéneo en el que Jesús es el lazo de unión; hay pescadores, un
recaudador de impuestos y hasta un zelote o guerrillero contra Roma. Jesús les da poder y les
encomienda su misma misión de anunciar el Reino y de realizarlo con acciones, como expulsar
demonios y curar enfermedades.

3. Envío de los discípulos (10, 5-15)


71

En este párrafo Mt recoge las instrucciones básicas para el anuncio del evangelio. Las podemos en
seis puntos.

a) Sus destinatarios (leer 5-6) Mateo deja constancia de cómo en una primera etapa los
discípulos se dirigieron únicamente a las ovejas perdidas de Israel (es decir a los pobres,
enfermos, pecadores y demás excluidos, que para Jesús eran ovejas perdidas) En este
primer momento quedan fuera del anuncio del Evangelio los extranjeros y los samaritanos
que, aun siendo israelitas, eran considerados extranjeros por los judíos. Después la
evangelización se abrió a todos. Este mismo evangelio, al final, recoge otro mandato
misionero de Jesús en el que les dice: ”Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos” (Mt
28, 19) Ya Jesús durante su vida llevó el evangelio a los extranjeros y samaritanos y hasta
los puso como modelo para los judíos. De hecho, cuando Mt escribía su evangelio ya los
paganos habían sido aceptados en la Iglesia.

b) El encargo (v. 7) El objetivo del envío de los doce: anunciar que el Reino de Dios está
entrando en la historia. Y entra de la mano de Jesús empeñado en hacer de la humanidad
entera una gran familia; esa familia es el Reino ya que Dios reina siendo Padre de todos y
viéndonos vivir a todos como hermanos.

c) El anuncio ha de ir acompañado de signos (v. 8) Jesús acompañaba sus palabras con obras
en favor de la vida de la gente necesitada. Eso mismo han de hacer sus discípulos. Por eso
les dice: “sanen enfermos… expulsen demonios” y les da poder para ello. El Reino no se
anuncia sólo con palabras, sino y sobre todo con obras a favor de todos los que sufren:
pobres, enfermos y disminuidos. Ellos fueron los primeros destinatarios del anuncio de la
Buena Nueva hecho por Jesús.

d) Equipamiento del misionero (leer 9-10) El Reino de Dios se anuncia desde la pobreza y con
lo puesto, sin alarde de medios ni de recursos económicos. No se puede confiar en el oro y
en la plata, sino en Dios. Una fe firme y entusiasta en Dios y en su Reino, ese es el mayor
recurso para la evangelización. Han de ir sin nada que entorpezca su tarea, con absoluta
disponibilidad y confianza en Dios; han de optar por un estilo de vida que prescinda de todo lo
que no sea estrictamente necesario. El modo de vida de los misioneros ha de ser como el de
Jesús, sin poner la seguridad en las cosas materiales, sino en Dios. No llevar oro, plata ni
bronce significa no llevar dinero porque esos eran los metales con los que se hacían las
monedas. Finalmente, Jesús les pide que el anuncio del Reino lo hagan gratis porque es un
don que lo recibieron gratis. La frase “el obrero merece su sustento” refleja la práctica de la
comunidad de Mateo en la que se acogía y se daba comida a los misioneros y se les proveía,
después, de lo necesario para continuar su viaje.

e) ¿Cómo hacerlo? (11-13) Yendo de aldea en aldea y de casa en casa ofreciendo de entrada
el saludo de la Paz. La paz, tal como la entendían los judíos es casi sinónimo de Reino,
porque es el conjunto de realidades que le pueden hacer a uno feliz. La bendición o la paz
que ha de recaer en la casa que sea digna de ella es un deseo que todo le vaya bien quienes
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la reciben. Ese buen deseo vuelve a los misioneros si los destinatarios no lo reciben, es decir,
se queda sin efecto.

f) ¿Cómo actuar en caso de ser rechazados? (14-15) Seguramente el rechazo de los


misioneros era frecuente, como se advierte por las instrucciones que vienen después en los
versículos 16-39. El gesto de sacudir el polvo de los pies significaba considerarlos como
paganos y fue efectivamente practicado por los primeros cristianos (ver Hch 13, 51)

REFLEXIÓN

1. Mirada a la realidad

1) Los Doce apóstoles representan a todos los miembros del pueblo de Dios de todos los
tiempos; todos somos “discípulos misioneros”. ¿Tienen conciencia de ello todos los cristianos
y actúan como tales?
2) Todos hemos recibido de Jesús el poder de curar y de expulsar demonios ¿qué significa eso y
cómo lo realizan hoy los seguidores de Jesús?
3) ¿El equipamiento de los evangelizadores actuales se asemeja a las recomendaciones que
Jesús hizo a los Doce y a los 72 según Lc?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿A quiénes dirige se Jesús en el discurso misional? Sus recomendaciones ¿son aplicables


también a otros?
2) ¿Qué significa ofrecer la paz y el que, si no la aceptan, vuelva a los misioneros?
3) ¿Qué simboliza el hecho de sacudirse el polvo de los pies al salir de los lugares en los que no
aceptan el mensaje?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

1) ¿Cómo vive cada uno de nosotros su condición de discípulo misionero?


2) También nosotros podemos hacer milagros a favor de los que sufren y curar sus heridas;
estar cerca de ellos, acompañarlos, consolarlos, darles cariño. Eso es un milagro en una
sociedad en la que cada uno va a lo suyo. ¿Lo realizamos?
3) También nosotros hemos recibido el poder de expulsar demonios ¿cómo lo ejercitamos?
4) ¿Los medios que utilizamos para el anuncio y la extensión del Reino se ajustan al criterio
evangélico de pobreza?
5) ¿Dónde hemos de anunciar el evangelio?
6) ¿Ponemos nuestra confianza en Dios y en la fuerza del Espíritu o en nosotros y en nuestros
medios?
7) ¿Qué hacer con quienes rechazan nuestra acción misionera?
73

4.Compromiso

1) ¿Qué compromisos personales y comunitarios podemos asumir para realizar la misión que
Jesucristo nos ha confiado?
2) Terminar con oraciones espontáneas:

B) DIFICULTADES PARA REALIZAR LA MISIÓN Y CONDICIONES PARA


SEGUIR A JESÚS

Oración
Cristo Jesús, la fuerza de tu Espíritu nos congrega y nos urge a confesar que estás vivo entre los
hombres. Te alabamos y te bendecimos por el amor con que nos salvas, y queremos glorificarte con
una existencia agradecida.

En medio de la angustia y del vacío que sobrecogen a este mundo, quisiéramos tener la experiencia
inconfundible de tu voz, de tu aliento, de tu singular poder. Pero, a veces, lo olvidamos y nos cuesta
desvelar y adorar tu rostro oculto en los que tienen hambre y sufren la injusticia; en los que son
marginados por muchas formas de egoísmo; en los que son humillados por los que no sabemos
compartir.

Queremos avivar la fe en tu presencia, afirmar el sentido trascendente de la vida. Envíanos tu


Espíritu para que, transformados, acertemos a vivir dando pruebas concretas de esperanza,
construyendo un mundo más justo y solidario, y creando una auténtica comunidad de amor fraterno.

4. Anuncio de las dificultades y persecuciones que van a sufrir los misioneros (16-25)

Mateo presenta aquí las dificultades y las persecuciones que conlleva la misión de sus seguidores y,
al mismo tiempo, les ofrece algunos motivos de aliento. Todo esto que Mt presenta como anuncio, en
realidad, es una descripción de lo que ya habían pasado y estaban pasando los misioneros y las
personas que, por su predicación se habían convertido al cristianismo.

a) Dificultades y persecuciones (16-20)

Utilizando comparaciones con el reino animal – ovejas y lobos – Jesús les advierte los peligros que
corren y les sugiere como actuar con la astucia o sagacidad de la serpiente y la sencillez o diafanidad
de la paloma. Ser prudente o astuto significa que ser reflexivo, observador y habilidoso para hacer el
bien, sorteando los peligros; ser sencillo significa que actuar sin malicia. Las persecuciones vendrán
en primer lugar de los judíos (tribunales y las sinagogas, v. 17) y de los paganos (gobernadores y
reyes, v.18) Mt les recuerda la invitación de Jesús a poner en manos de Dios su propia defensa y les
asegura la asistencia del Espíritu para defenderse y de dar testimonio de Jesús.
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El rechazo más doloroso de los misioneros y de los que se convierten al cristianismo es el que venga
de su familia (21-23) que los perseguirá por creer en Cristo, por seguirlo y entrar en su comunidad.

La persecución puede llegar a ser tan terrible que Jesús les recomienda la huida como medio para
escapar de tanta tribulación. El que resista hasta el fin, se salvará. Salvarse no tiene aquí el sentido
habitual de escapar con vida de un peligro, sino de asegurar la propia salvación escatológica en la
otra vida. El consejo de huir a otra ciudad no significa cobardía, sino que los discípulos deberán ser
prudentes y no arriesgar su vida temerariamente; su tarea primaria es la proclamación del evangelio,
y cuando se les impida proclamarlo en una ciudad, deberán marcharse a otra. La expresión “antes de
que venga el Hijo del hombre”. Lo más probable no es que se refiera al próximo fin del mundo, sino
de la guerra judía de 66-70.

Con estas palabras, Mateo no está anunciando el futuro; estaba describiendo lo que ya había
pasado. En efecto, ya las comunidades cristianas habían sido duramente perseguidas por judíos y
romanos, ya se habían producido los desgarros y persecuciones familiares de las que habla
porque el clan familiar judío, tan férreamente cerrado, no podía tolerar que uno de sus miembros
renegara de su religión y se pasara a la comunidad de Jesús. Eso despertaba odios a muerte
dentro de la familia. Toda esa tragedia Mateo la pone en boca de Jesús durante su vida mortal
como anuncio de lo que iba a suceder.

b) Palabras de ánimo (24-25)

Un motivo de ánimo en medio de la persecución es recordar lo que le pasó Jesús. También él tuvo
que soportar calumnias y persecuciones por parte de su pueblo e incomprensión de parte de sus
familiares. Seguramente Jesús dijo en algunas ocasiones a sus discípulos: si a mí me han
perseguido, estén preparados porque posiblemente también a ustedes los perseguirán por mi
causa, es decir, por ser seguidores míos.

La persecución los acredita como auténticos discípulos de su maestro. Esta insistencia en la


persecución refleja, sin duda, una vivencia de la Iglesia de Mateo. Reaparece en otros lugares de su
evangelio bajo el común denominador de perseguir a los cristianos por causa de Jesús y entregarlos
a los jueces y autoridades.

4. Confianza y valor en la persecución (10, 26-33)

En estos versículos Mt repite tres vece la frase de Jesús: “No tengan miedo” para dar ánimos a los
discípulos y ayudarles a superar el miedo y la angustia que trae consigo la persecución. Esta
exhortación va acompañada de tres motivaciones:

a) (Leer 10, 26-27) El miedo no debe impedir la proclamación del mensaje que Jesús les ha
encargado (26 -27), pues este mensaje acabará siendo públicamente conocido. Mt se refiere
a la enseñanza de Jesús, que ahora sólo alcanza a un círculo muy reducido, pero gracias a
los discípulos será ampliamente difundida. Por tanto, esta expresión no se refiere a que Jesús
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enseñara una doctrina secreta, sino que el número de los que oyeron la enseñanza de sus
propios labios es mucho más reducido del número de los que la oirán proclamar a los
discípulos. Jesús invita a no esconder la fe en él, sino a proclamarla bien alto, desde la
terraza. Y la se oculta no sólo evitando decir que uno es cristiano, sino y sobre todo,
llevando una conducta contraria al evangelio y a lo que Jesús mismo hizo. Él exige fidelidad
plena y valentía para declararse seguidores suyos y espera que no le nieguen ante el
acoso de quienes le rechazan a Él y su evangelio.

b) (Leer, 10, 28) Como segunda motivación les recuerda que lo decisivo no es que alguien
pueda quitarles la vida, sino que alguien pueda ocasionarles la ruina definitiva de su persona
(alma y cuerpo) Con ello les asegura que después de la vida terrena hay otra vida y es preciso
asegurarla.

c) (Leer 10, 29-31) La tercera motivación se fundamenta en la confianza inquebrantable que los
discípulos han de tener en Dios, a quien reconocen e invocan como Padre. Para reafirmar
esta confianza Jesús recurre a una comparación: si Dios Padre cuida hasta de los pájaros
más pequeños, ¿cómo no va a cuidar de sus hijos? La certeza de ser hijos de Dios es lo que
fundamenta la misión, lo que garantiza la ayuda de Dios y ahuyenta los miedos.
(Leer 10, 32-33) Estos dos últimos versículos retoman el tema del juicio y establecen una ecuación: lo
que suceda en el momento de la persecución se repetirá en el momento del juicio: los discípulos que
hayan sabido dar testimonio de Jesús ante los hombres escucharán el testimonio de Jesús en favor
suyo ante Dios, pero los que hayan sucumbido al miedo y le hayan negado se encontrarán con que
también Jesús los negará delante de Dios.

5. Jesús es causa de división en el seno de las familias (Leer 10, 34-36)

A primera vista este texto resulta desconcertante pues nos ofrece una imagen de Jesús muy
diferente del que habitualmente ofrecen los evangelios. En efecto nos presenta a un Jesús
belicoso, que despierta enfrentamientos y guerras o que atenta contra los lazos familiares.

Esta frase de Jesús tan desconcertante: no he venido a traer la paz, sino la guerra, no es una
profecía que tenía que suceder ni un propósito suyo. Es una descripción de lo que ya había
sucedido en su comunidad cuando Mateo escribió este evangelio. Se refiere a las terribles
divisiones y enfrentamientos producidos dentro del clan familiar cuando alguno de sus miembros
se convertía en seguidor de Jesús. Ese era el mayor pecado para un judío: apostatar de su
religión. Ese hecho despertaba una hostilidad tremenda contra él. En consecuencia, Jesús no vino
a traer la guerra, la guerra surge de parte de los que se oponen a que uno opte por el seguimiento
de Jesús. De no entenderla así estaría en contradicción con todo lo que hizo Jesús, quien al
enviar a sus discípulos les dijo que al llegar a una casa le dieran la paz, además después de su
76

resurrección, cuando se aparecía a sus discípulos, siempre les deseaba la paz; estaría también en
contradicción con la bienaventuranza que dedico a los pacíficos y sembradores de paz.

6. Condiciones para seguir a Jesús (37-39)

(Leer, 10, 37) Sería un error interpretar estas palabras de Jesús como menosprecio de los lazos
familiares. De lo que habla este párrafo es de las condiciones para seguir a Jesucristo y de las
exigencias que ese seguimiento comporta. En primer lugar, para seguir a Jesús, Él y el Reino
tienen que ser lo primero y, consiguientemente, hay que renunciar o romper con todo lo que
impida esa primacía, aunque se trate de lazos familiares. Ante esa oposición de la familia, al
discípulo no le queda más remedio que preferir la nueva comunidad a la comunidad de sangre. Aquí
se plantea la alternativa de tener que elegir entre Jesús y la propia familia. Se trata de una alternativa
muy dolorosa y arriesgada, pues entonces la familia era el grupo social que daba sentido a la vida de
los individuos y, por tanto, la ruptura con ella suponía un desarraigo social casi completo.

(Leer 10, 38-39) La segunda condición para seguir a Jesús es imprescindible llevar su cruz. Llevar
la cruz consiste en el amor a los demás y exige renunciar a una vida egoísta (quien se aferre a su
vida) para llevar una vida gastada a favor de los demás. Esa vida en el amor y la solidaridad es la
verdadera cruz del cristiano. Este modo de entender la cruz como una vida entregada al servicio
de los demás, sólo se pudo descubrir después de la muerte y resurrección de Jesús, porque
durante la vida de Jesús, tanto para él como para sus discípulos, la cruz no era más que un
horrible y humillante suplicio destinado a ejecutar a la peor gente. La cruz se convirtió en símbolo
de amor a los demás cuando Jesús la abrazó para abrazar, no el madero ni el suplicio, sino para
abrazar a los desechados y crucificados de la sociedad, ya que, por defenderlos, lo crucificaron.

7. Recompensa de los que reciban a Jesús y a sus mensajeros (10, 40-11,1)

Las palabras finales del discurso son una alabanza a quienes acojan a los discípulos. La alabanza se
funda en la identificación de los discípulos con Jesús, que se está presente en quienes proclaman el
evangelio. Jesús asegura que él y Dios Padre están presentes y actúan en sus enviados. Por eso
dice: “quien les reciba a ustedes, a mí me recibe”.

Las palabras con las que concluye el discurso de misión se refieren a la recompensa que espera a
quienes acojan a los mensajeros del evangelio. Esta es la otra cara de la moneda, que contrasta con
el rechazo de que se habla en los versículos anteriores. Mateo habla aquí de cuatro grupos de
personas:
a) Los apóstoles (ustedes), los mensajeros del evangelio que continuaban la misión de Jesús.
Los ve como sus representantes, pues dice quien a ustedes recibe, a mí me recibe.
b) Los profetas eran predicadores itinerantes.
c) Los justos seguramente eran cristianos procedentes del judaísmo que intentaban vivir en el
seno de la Iglesia su fidelidad a la ley de Moisés.
d) Los pequeños seguramente son los nuevos cristianos que estaban en proceso de formación.
Aún son débiles den la fe.
77

Lo dicho de los apóstoles se aplica también a todos los miembros de la comunidad cristiana. La tarea
de anunciar el evangelio corresponde a todos los discípulos.

REFLEXIÓN
1. Mirada a la realidad

1) ¿Dónde y cómo se persigue hoy a los misioneros y a los cristianos?


2) Hoy las dificultades para seguir a Cristo ya no provienen de otra religión ni de la familia,
sino del medioambiente contaminado por la indiferencia generalizada y por la burla que
muchos hacen de la religión viéndola como una reliquia del pasado o una pieza de museo.
¿Cómo resisten este acoso ambiental los cristianos?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿De quiénes provienen las dificultades y persecuciones que sufren los primeros discípulos?
2) ¿Qué significa la invitación a ser astutos como serpientes y sencillos como palomas?
3) ¿Este anuncio de persecuciones es profecía de un futuro ya establecido y que ha de suceder?
4) ¿Qué significa la frase “hasta que el Hijo del hombre vuelva”?
5) ¿Cuáles son las razones por las que no hay que tener miedo?
6) ¿El consejo de huir a otro lugar cuando la persecución se vuele terrible es señal de cobardía?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

1) ¿Qué dificultades y persecuciones tenemos por seguir a Jesucristo y por realizar la misión que
nos encomienda?
2) ¿Encontramos oposiciones de parte de nuestra familia y amistades? ¿Cómo las afrontamos?
3) ¿Cuáles son nuestros miedos con respecto al seguimiento de Jesús y la realización de la
misión?
4) Una característica esencial del discípulo de Jesús es llevar su cruz ¿qué significa para
nosotros llevar la cruz? ¿Cómo la llevamos?
5) ¿Nos ponemos confiadamente en manos de Dios en medio de las dificultades y rechazos?

4. Compromiso

3) ¿Qué compromisos personales y comunitarios podemos asumir para realizar la misión que
Jesucristo nos ha confiado?
4) Terminar con la siguiente oración:
Virgen de la Buena Nueva, recibiste la Palabra y la practicaste. Virgen de la misión y del camino, que
llevaste a la casa de Isabel la Salvación y a los campos de Belén la luz del mundo.
78

Gracias por haber sido misionera. Por haber acompañado a Jesús en el silencio y la obediencia a su
Padre. Gracias porque tu misión fue hasta la cruz y hasta el don del Espíritu en Pentecostés. Allí
nació la Iglesia misionera.
Virgen de la misión, también nosotros viviremos en misión. Que toda la Iglesia se renueve en el
Espíritu. Que amemos al Padre y al hermano. Que seamos pobres y sencillos, presencia de Jesús y
testigos de su Pascua. Que al entrar en cada casa comuniquemos la paz, anunciemos el Reino y
aliviemos a los que sufren. Que formemos comunidades orantes, fraternas y misioneras.

Virgen de la reconciliación, nuestra Iglesia peregrina quiere proclamar la fe con la alegría de la


Pascua y gritar al mundo la esperanza. Por eso se hunde en tu silencio, tu comunión y tu servicio.
Ven con nosotros al caminar. Amén.

Tema 12
ACTITUDES FRENTE A JESÚS
Mt 11, 2-30

Oración. QUE TE CONOZCA Y ME CONOZCA

Señor Jesús, concédeme conocerme a mí mismo y conocerte a Ti,


no desear nada fuera de Ti, olvidarme a mí y amarte a Ti, hacerlo
todo por Ti. Haz que me humille yo y que te exalte a Ti, que no
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piense sino en Ti. Que sepa mortificarme y vivir en Ti; todo cuanto me suceda, que lo reciba como
tuyo; que siempre escoja ir detrás de Ti.
Que aprenda a huir de mí mismo y a refugiarme en Ti. Que desconfíe de mí y confíe en Ti. Que
prefiera siempre obedecer por Ti. Que nada me atraiga sino Tu y que me haga pobre por Ti. Mírame
para que yo te ame; llámame para que yo te vea; para que por toda la eternidad goce de Ti. Amén.

En este capítulo Mt recoge opiniones muy encontradas sobre Jesús y se puede dividir en tres partes:
los mensajeros del Bautista, el reproche a las ciudades que no se convierten con la predicación de
Jesús y la revelación del Reino de Dios a los pequeños.

1. Los mensajeros de Juan Bautista (11, 2-19)

Mt presenta a Juan como el precursor de Jesús íntimamente unido a él. En el texto se distinguen
claramente los tres momentos siguientes:

1) La respuesta de Jesús a los enviados de Juan (11, 2-6)

El comportamiento y la actividad de Jesús no se corresponden con los rasgos del Mesías anunciado
por Juan, centrado en la llamada a la conversión incluso con amenazas de castigos. Jesús no viene
con el hacha en la mano, como anunciaba Juan, sino con el corazón y los brazos abiertos para
abrazar a la gente, especialmente a los pobres, los enfermos y los pecadores. Esto tenia
desconcertado a Juan y por eso envía desde la cárcel a unos discípulos suyos para que pregunten
a Jesús si realmente él es el Mesías. La respuesta de Jesús es que comuniquen a Juan obras que
él realiza en favor de la gente pobre y sufriente. Estas obras, contempladas a la luz de los anuncios
de profetas como Isaías (Is 35, 5-6; 42, 18) revelan mejor que cualquier otra respuesta verbal que
Jesús es el Mesías y ponen de manifiesto también que su mensaje de conversión no viene
acompañado de amenazas de castigos, sino que es buena noticia y buenas obras en favor de los
pobres, los enfermos todos los que sufren.

2) La declaración de Jesús sobre Juan (11, 7-11)

Jesús plantea a la gente una serie de preguntas que invitan dar una respuesta negativa a las
primeras y positiva a la última. En efecto, Juan no es un predicador oportunista, ni un cortesano bien
vestido. Juan es un profeta, incluso el mayor de los profetas anteriores a Jesús. Jesús afirma que no
ha nacido nadie más grande que él. Pero a continuación añade que el más pequeño de los que han
entrado en el Reino de Dios, a través del seguimiento de Jesús, es más grande que él. La razón es
que, por don de Dios, todos los cristianos hemos sido consagrados profetas en el bautismo y
participamos de la condición profética de Jesucristo que es superior a la de Juan. Pero una cosa
es el don de Dios que hemos recibido y otra la vivencia del mismo, ya que la inmensa mayoría de
los cristianos tenemos dormido al profeta que llevamos dentro, mientras Juan lo tenía muy
despierto y en eso nos supera a todos.
80

La frase del v 12 admite diversas interpretaciones y ninguna es satisfactoria del todo. La más
probable es ésta: el Reino encuentra una violenta oposición por parte de aquellos que no quieren
entrar en él, lo rechazan y se oponen con violencia a sus mensajeros, como seguramente estaba
sucediendo con las comunidades para las que escribía Mt.

A continuación, Jesús dice que Juan es Elías. Para los judíos el profeta más grande era Elías. Por
eso Jesús dice: Él es Elías. No en el sentido de que Elías se haya reencarnado en Juan, sino que
Juan encarna y aún supera el espíritu profético de Elías. Juan es el profeta más grande, pero es
profeta de la Antigua Alianza, basada en la Ley y en su riguroso cumplimiento. Los seguidores de
Jesús pertenecen a la nueva alianza, que es superior a la antigua.

3) La comparación con los muchachos caprichosos (11, 16-19)

El párrafo termina con una comparación que ilustra la cerrazón tanto al mensaje de Juan como al de
Jesús. El anuncio del Reino les ha llegado a través de la austeridad de Juan y la alegría de Jesús y
han rechazado ambos modos de invitación a la conversión.

Juan Bautista tiene una vena profética de carácter un tanto fúnebre, por eso el evangelio lo
compara con unos niños que en la plaza dicen a otros: “hemos entonado cánticos lúgubres y no
lloraron”. Los cantos fúnebres representan la predicación de Juan. Él invitaba a la conversión
anunciando a Dios como juez y como castigador. Jesús, en cambio, está representado en los
cantos de alegría: “hemos tocado la trompeta y no bailaron”. Él anuncia a Dios como Padre lleno
de ternura. Porque entendía así a Dios, Jesús es el profeta del amor y de la alegría, que no
anuncia castigos a los pecadores, sino que come y festeja con ellos, aunque por eso lo critican los
escribas y fariseos, que se consideraban santos y evitaban todo contacto con los pecadores.
Jesús sabe muy bien que lo que cambia a las personas desde sus raíces más hondas no es la
amenaza ni el castigo, sino el amor. Eso explica su comportamiento con los pecadores.

Aquí Jesús se hace eco de los insultos que le dirigían sus enemigos llamándolo comilón, borracho,
amigo de pecadores. Ciertamente el comer con los pecadores iba contra las normas sociales de la
época. Para Jesús, sin embargo, las comidas con los pecadores y la costumbre de no observar el
ayuno eran gestos elocuentes de la presencia del Reino de Dios y de sus exigencias de fraternidad y
misericordia.

2. Reproche a las ciudades que no se convirtieron (11, 20-24)

Las ciudades en las que Jesús ha realizado la mayor parte de sus milagros no se han convertido. Su
actitud es injustificable, porque han contemplado las obras del Mesías y estas obras manifiestan con
claridad la presencia del Reino, cuya acogida requiere la conversión. Sin embargo, esas ciudades no
se han convertido, se han comportado peor que las ciudades que en el Antiguo Testamento eran
símbolo de pecadoras, como Tiro y Sidón, Sodoma y Gomorra.
81

Las palabras de Jesús no tienen, necesariamente un tono de condenación, sino que pueden
entenderse como una invitación a la conversión. En estas palabras de Jesús se encierra también una
advertencia para la comunidad cristiana cuyos miembros han contemplado los signos de Jesús y han
escuchado su llamada a la conversión y se resisten a ella.

3. El Reino de Dios revelado a los pequeños (11, 25-30)

Mateo ha reunido aquí tres dichos o sentencias de Jesús pronunciadas quizás en distintas ocasiones
pero que encajan bien en este contexto de las reacciones de sus contemporáneos con respecto a
Jesús.

a) Acción de gracias a Dios (11, 26-27)

En los vv. 25-26 encontramos una gozosa oración de alabanza y acción de gracias a Dios, que lleva
el sello de la oración de Jesús, pues se dirige al Padre y le llama “Abbá” en señal de confianza y
cercanía. Los sabios y entendidos son aquí los maestros de la ley y los fariseos, que han rechazado
a Jesús; en cambio, los sencillos han sabido recibir la revelación de Jesús y la han acogido. Jesús
comienza diciendo: “te doy gracias Padre” porque se ha dado a conocer como Padre a los
pequeños, sencillos y a los que no tienen estudios. Dios es un Padre bondadoso que está al
alcance de todos sus hijos, tenga pocos o muchos estudios de religión; Dios se revela a los que le
reconozcan como Padre.
En la frase “porque así te ha parecido bien” se transparenta el tono de acción de gracias por la actitud
de los pequeños y el tono de resignación por la actitud que los que se creen sabios. Jesús no se ha
hecho entender de los sabios y prudentes; su mensaje ha sido captado únicamente por unos cuantos
discípulos procedentes de las clases campesinas y obreras.

La expresión “ocultando estas cosas a los sabios” no significa que esta revelación haya sido negada
expresamente a los sabios y prudentes Dice Jesús a continuación que, en cambio Dios se ha
ocultado a los sabios. Esta última frase hay que entenderla no desde la lógica aristotélica, como si
Dios fuera el que impide a los sabios conocerle, sino desde la lógica semita, judía, según la cual
esta frase quiere decir, que el orgullo, la autosuficiencia, el afán de prestigio, el endiosamiento de
los sabios, les ciega y les impide conocer a quien se complace en revelarse a la gente sencilla.
Sólo los sencillos pueden acoger Dios, es decir, saborear su presencia y vivir gozosamente como
hijos en manos de Dios Padre y como hermanos entre sí.

El v 27 trata de explicar en qué consiste la revelación a los sencillos. El Padre conoce la Hijo en
profundidad y el Hijo es el único que conoce verdaderamente al Padre y el único que puede darlo a
conocer a través de sus gestos y palabras. Esta revelación que el Hijo hace del Padre es la que Dios
ha manifestado a los sencillos.
82

Jesús afirma que todo le ha sido entregado por el Padre; en este contexto, “todo” se refiere
probablemente a la revelación. Dios Padre conoce perfectamente al Hijo y sólo por revelación del
Padre se puede llegar a conocer la verdadera identidad del Hijo. A la inversa, sólo el Hijo pude
revelar al Padre. Esto contradice directamente la pretensión de los judíos, que creen tener la
revelación completa de Dios en la Ley y los Profetas.

b) Jesús invita a confiar en él y a aceptar su ley (11, 28-30)

Este párrafo se refiere a la fe en Jesucristo, una fe que es ante todo confianza en su persona, es
ponerse en sus manos. Jesús invita a acercarse a él, a creer y confiar en él ante todo a los
sencillos, a los pobres, a los abatidos y a todos los que viven agobiados por los sufrimientos. Ellos
son sus preferidos. Para descansar en los brazos de Cristo y ser felices, no basta acercarse a él
sin más. La condición indispensable para descansar es quitarse de encima el yugo que les oprime,
es decir, la ley de Moisés, que los judíos habían sobrecargado con más 600 mandamientos y
oprimía a la gente. A cambio de ese cúmulo de leyes opresoras, Jesús invita a cargar con su
yugo, con su ley que es suave, ligera, gratificante. Su ley tiene un solo artículo, que no es un
mandato coercitivo, sino una petición, una invitación al amor mutuo. Quien lo acepte encontrará
descanso para su alma, se librará de todas las escrupulosas angustias que causaba la
imposibilidad de cumplir la ley judía.
Las palabras de Jesús “aprendan de mí que soy tolerante y humilde de corazón” nos dicen
además que no sólo la confianza en Jesucristo es fuente de paz y de felicidad, sino también el ser
como él, tolerantes y humildes con todos, nos permite vivir en paz y felicidad. En cambio, el orgullo
y la intolerancia generan tensiones y rechazos y no nos permiten vivir en paz con nadie.

REFLEXIÓN

Oración. Señor y Padre mío, que te conozca y te haga conocer; que te ame y te haga amar; que te
sirva y te haga servir; que te alabe y te haga alabar por todas las criaturas. Dadme, Padre mío, que
todos los pecadores se conviertan, que todos los justos perseveren en gracia y que todos
consigamos la eterna gloria. Amén

1. Mirada a la realidad

1) ¿Qué signos hace hoy la Iglesia que revelen al mundo que ella continúa la misión de Jesús y
qué otros la opacan?
2) Dentro no sólo de la Iglesia, sino del cristianismo ¿Quiénes predican más en la línea de Juan
Bautista y quienes lo hacen más bien en la línea de Jesús?
3) ¿Ocurre también hoy que los sencillos descubren mejor a Dios y su Reino que los grandes y
los sabios? ¿Conoces algunos casos?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?


83

1) ¿Hay alguna frase del texto bíblico que hemos leído que te llama más la atención? ¿Por qué?
2) ¿Por qué duda Juan Bautista que Jesús es el Mesías, después de haberlo anunciado él
mismo?
3) ¿Cómo explicar la afirmación de que Juan Bautista es el hombre más grande y a la vez es
más pequeño que cualquiera de los seguidores de Jesús?
4) ¿Qué significa la frase “el Reino de Dios sufre violencia”?
5) ¿Por qué los dirigentes religiosos de Israel no entendieron ni acogieron el mensaje de Jesús y
los pobres y humildes sí lo entendieron?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

1) Todos participamos de la condición profética de Jesús ¿Cómo la ejercemos?


2) ¿Igual que de las poblaciones en las que Jesús más predicó e hizo milagros podrá quejarse
hoy de nosotros y de nuestras comunidades?
3) ¿Qué tendríamos que hacer para sentirnos incluidos en la plegaria de acción de gracias de
Jesús al Padre porque se ha revelado a los pequeños?
4) ¿Confiamos y nos confiamos plenamente a Jesucristo?
5) ¿Nos lleva la amistad con él nos lleva a ser también nosotros “tolerantes y humildes de
corazón”?

4. Compromiso. ¿Qué le decimos nosotros a Dios?

1) ¿Despierta en nosotros algún compromiso concreto la lectura que hemos hecho?


2) Terminar con oraciones espontáneas de acción de gracias a Dios
84

Tema 13
LAS PARÁBOLAS DEL REINO
Lectura de Mt 13

Padre nuestro, que estás en nuestras vidas, en la calle, en la Iglesia, en las minas y en las fábricas,
que sigues nuestro mismo calendario y vives con el pueblo el dolor y la esperanza.
Queremos que tu nombre y tu Reino sean hechos palpables y no meras palabras; un salario seguro y
abundante, el pan reciente y la alegría franca, y sociedad nueva donde todo es de todos, donde
todos participan, nadie oprime.
Así podremos perdonar más fácilmente y librarnos del odio, del desprecio y la venganza, y decir
PADRE NUESTRO, no sólo con la boca, sino como hermanos, iguales y libres por tu gracia. (20)

Vamos a leer el capítulo 13 de Mt omitiendo la lectura y comentario del 12 porque lo hemos


comentado en el texto paralelo de Mc, tema 5 y 6 de Marcos. En este capítulo 13 Mt junta 7
parábolas que tienen como objetivo presentar el Reino de Dios.

1. Primero el Reino de Dios

Lo primero que hace Jesús al comienzo de su vida pública es decir que el Padre le ha enviado a
anunciar y hacer realidad el proyecto de Dios, es decir, el Reino. En efecto, el Reino de Dios es una
realidad tan importante que constituye el motivo de la venida del Hijo de Dios al mundo. Lo dice
Jesús mismo con estas palabras: "Tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a
esto he sido enviado" (Lc 4,44). Es también lo más importante para los seguidores de Jesús: "Buscad
primero su Reino y su justicia"(Mt 6,33)
85

Tanto Mt como Mc dicen que Jesús comenzó su predicación diciendo: "Cambien su vida y su
corazón porque el Reino de los Cielos se acerca" (Mt 4,17; Mc 1,14). Inmediatamente después reunió
un grupo de seguidores para formar comunidad con ellos, la comunidad del Reino, es decir una
comunidad que mostrara en su modo de vivir y de relacionarse las características y los valores del
Reino anunciado y que además se comprometiera a abrir caminos al Reino de Dios en el mundo (Mt
4,18-22) extendiendo la vivencia de la filiación para con Dios y de la fraternidad para con todos que
habían comenzado a vivir.

Mt utiliza casi siempre la expresión "Reino de los Cielos", en lugar de Reino de Dios. Lo hace, como
buen judío, por el escrúpulo que estos tenían en utilizar directamente el nombre de Dios. Por eso
daban rodeos y decían: el Altísimo, el que está en los Cielos, como en este caso. Reino de Dios y
Reino de los cielos o del que está en los Cielos, significan lo mismo.

2. ¿Qué es el Reino de Dios?

Jesús nunca nos ofrece ni una definición ni siquiera una descripción del Reino de Dios. Nos da sólo
algunas pinceladas o pistas a través de afirmaciones y de comparaciones (parábolas) para que
vayamos descubriendo qué es el Reino. Desde luego, él no lo entiende como lo entendían muchos
judíos de su tiempo, como la restauración del Reino de David, expulsando a los invasores. Otros
creían que el Reino llegaría mediante una catástrofe cósmica con la cual Dios juzgaría al mundo y
separaría a los justos de los impíos para iniciar, sólo con los justos, su reinado.

Para Jesús de Nazaret el Reino de Dios, es decir, el proyecto que Dios tiene sobre la humanidad es
éste: que todos seamos hijos suyos y hermanos entre nosotros. La pieza clave de este proyecto es
Jesús mismo en quien todos somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. En breve síntesis
podemos decir que el Reino de Dios consiste en una sola cosa: en ser y vivir como hijos suyos y en
ser y vivir como hermanos entre nosotros. He dicho una sola cosa y no dos porque en el ser y vivir
como hijos de Dios está incluido el ser y vivir como hermanos. En efecto, somos hermanos porque
somos hijos de un mismo Padre, que es amor y ha derramado su Amor en nuestros corazones para
amar a nuestros hermanos, como El los ama.

3. Las dos etapas del Reino

El Reino de los Cielos no es una realidad que se da sólo en la otra vida. Comienza ya en este mundo,
por eso Jesús cuando anuncia el Reino dice que viene, que se acerca. El mismo nos enseñó a pedir
a Dios que "venga a nosotros Tu Reino". Ya ha venido en la persona de Jesús y ya hemos entrado
en él por nuestra comunión con Jesús, pero no nos ha invadido y transformado plenamente. Por eso
tenemos que seguir diciendo insistentemente "venga a nosotros tu Reino".

El Reino en su etapa histórica se manifiesta allí donde hay hombres y mujeres nuevas, es decir,
solidarios; allí donde hay personas y grupos humanos caracterizados por la fraternidad y la
86

solidaridad, en los que nadie explota nadie, sino que cada uno se esfuerza por ser el primero en
servir (cf Mt 20,26).

El ser hijos y hermanos es una realidad de este mundo que llegará a plenitud en el otro. Son las dos
etapas del Reino, la histórica y la metahistórica. S. Juan lo expresa muy bien cuando dice: "Ya somos
hijos de Dios, aunque no se ha manifestado lo que seremos al fin" (1Jn 3,2).

2. Las siete parábolas de Mc 13

Mt dice que Jesús, un buen día, salió de su casa en Cafarnaún, es decir, de la casa de Pedro, y a
pocos metros de ella se sentó frente al lago de Galilea y comenzó a enseñar a la gente mediante las
siete parábolas que figuran en el capítulo 13 de su evangelio. Seguramente cada una de esas
parábolas fue dicha en un lugar y un tiempo diferentes, pero los primeros predicadores cristianos
formaron una colección con ellas.

¿Qué pincelada del Reino resalta daca una de las 7 parábolas?


- La parábola del sembrador (Mt 13, 1-8) sugiere que el Reino es un don que Dios ofrece a
todos y al que cada persona le presta una acogida diferente, como ocurre con las diversas
clases de terreno en que cae el grano de trigo.

- La semilla de mostaza (Leer Mt 13,31) por su pequeñez y la lentitud con que se desarrolla
el arbusto simboliza que el Reino en sus comienzos es pequeño, pero va creciendo hasta
hacerse un árbol que acoge a todos, incluso a los extranjeros, simbolizados en los pájaros
que anidan en él.

- La parábola de la Cizaña (Leer Mt 13, 24-30) índica que el Reino de Dios es como la buena
semilla que crece junto a la mala (Mt 13, 24-30. 36-43) Esta parábola nos dice que en este
mundo el Reino de Dios se desarrolla rodeado siempre del reino del mal o del maligno.

- Las parábolas del tesoro, la perla y la red (Leer Mt 13, 44-46) hablan de la valía y la
belleza del Reino, es decir, del vivir como hijos y hermanos, del ser una familia. El que
descubre su valor y hermosura, lo vende todo para adquirirla.

- El Reino es como una red que saca peces buenos y malos (Leer 13, 47-50) El mensaje de
esta parábola es similar al de la el trigo y la cizaña. En este mundo el reino o familia de Dios
y el del enemigo están mezclados y la separación definitiva sólo se podrá realizar al final de
los tiempos o, mejor, del tiempo de cada persona. Entre tanto nuestra tarea es crecer como
buenos ciudadanos del Reino, crecer como seguidores de Jesús,

LECTURA Y MEDITACIÓN
87

Oración.
Padre nuestro que estás en los cielos y también en los infiernos del dolor, la injusticia, la
marginación, la pobreza, el hambre, la persecución y la cárcel en que sufren tantos hijos tuyos.
Queremos alabarte, bendecirte y pedir que venga tu Reino. Pero no queremos hacerlo sólo con
fáciles palabras, sino con hechos, con obras nacidas de la fe que profesamos.
No nos dejes caer en la tentación de pretender solucionar las graves situaciones de nuestros
hermanos sólo con sentidas palabras, pero palabras al fin. Líbranos de la inhibición y de la ineficacia
y no permitas que nuestras reuniones sean un mero círculo de conversaciones estériles; haz que
sean fecundas y den a luz prácticas liberadoras en las que todos nos comprometamos. Amén.

1. Mirada a la realidad

El Reino de Dios es la realidad soberana que da sentido a la vida de Jesús. Es tan importante para
Jesús y sus discípulos que por él vale la pena sacrificarlo todo, incluso la propia vida (cf Mt 13,44; Mc
9,47; Lc 9,62). Siendo tan importante y nuclear en la vida cristiana:
a) ¿Cuántos cristianos entiende hoy día lo que es el Reino de Dios?
b) ¿Cuántos han hecho del Reino de Dios el sentido de su vida?

2. Mirada al texto

a) ¿Por qué Mt agrupa 7 parábolas de Jesús en su sólo día?.


b) ¿Qué aspectos del Reino de Dios resalta cada una de las 7 parábolas? (Cada miembro del grupo
puede fijarse especialmente en una de las siete)

3. Meditación
¿Qué mensajes nos transmite y qué exigencias nos plantea hoy a nosotros el Espíritu Santo a través
de estas parábolas? (Cada miembro del grupo puede fijarse especialmente en una de las siete)

4. Compromiso
¿Qué tendría que cambiar en nosotros para no poner trabas al Reino de Dios que quiere
transformarnos radicalmente? ¿Qué ausencias del Reino hay en nuestra vida?

Oración. Espíritu Santo, tú que has sido enviado a nuestros corazones por el Padre y el Hijo para
conducirnos a la verdad plena y al amor perfecto, danos un conocimiento profundo de Dios y de su
Palabra para que nos unamos a El de todo corazón.
Tú que en nuestro interior das testimonio de que somos hijos de Dios, ayúdanos a vivir como hijos
suyos.
Tú, que haces de nosotros una sola familia, ayúdanos a vivir como hermanos. ¡Amén!
88

Tema 14
PARABOLA DEL
SEMBRADOR
(Mt 13, 1-23)

Oración. TU REINO YA HA LLEGADO


Tu Reino, Señor, habita dentro de mí; llevo en el fondo de mi ser la libertad y el amor, la justicia y la
verdad, la luz y la belleza. Llevo dentro de mí el amor de tu Padre que me llama; La gracia de tu
amor que me salva y libera, la amistad y la comunión de tu Espíritu que me hace fuerte. Tu Reino,
Señor habita dentro de mí ¡Gracias!
Tu Reino, Señor Jesús, está en medio de nosotros; se ha hecho presente en nuestra comunidad.
Llevamos, en el fondo de nuestras relaciones de hermanos, la bondad y la ternura de tu Espíritu de
amor, el gozo y la gracia de tu presencia resucitada, la misericordia y la compasión de tu Padre. Tu
Reino, Señor, habita en medio de nosotros: ¡Gracias!

Hemos presentado globalmente las siete parábolas que Mt ha recogido en el capítulo 13 de su


evangelio. Ahora vamos a fijarnos especialmente en la primera de ellas, en la parábola del
sembrador.

Esta parábola era muy importante para las primitivas comunidades cristianas. Prueba de ello es que
la recogen los tres evangelios sinópticos o paralelos (Mt, Mc y Lc). El texto de Mt que vamos a
estudiar tiene tres partes: la parábola (vv. 3-9), el motivo por el que Jesús habla en parábolas (vv 10-
17) y, finalmente, la explicación de la parábola del sembrador a los discípulos en privado (vv 18-23).
Nos interesan sobre todo las partes primera y tercera.

1. La parábola (v 3-9)

La parábola tiene su origen en Jesús y nos habla de las dificultades que encuentra la predicación de
Jesús y el Reino de Dios que anuncia para abrirse camino en el mundo. A pesar de ello, al final, la
palabra de Jesús y su proyecto, el Reino, triunfarán y darán una cosecha abundante. El centro de la
parábola es el triunfo final del Reino de Dios. Ese final desbordante ilumina la situación actual llena
de dificultades y nos alienta a seguir luchando.
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El sembrador es Jesucristo. La parábola comienza así: "salió el sembrador a sembrar". En efecto,


Jesucristo, el Hijo de Dios, salió del Padre, enviado por él a este mundo, y comenzó a sembrar el
Reino de Dios, es decir, el proyecto que Dios tiene sobre el mundo. Y ese proyecto consiste, por un
lado, en que todos seamos hijos suyos, lo amemos como a un padre infinitamente bueno, confiemos
plenamente en El y, por otro, en que todos seamos hermanos entre nosotros y vivamos como
hermanos. Ese proyecto es lo que Jesús siembra con su palabra, con su vida y con el hecho de
reunir un grupo de personas para comenzar a vivir conforme a ese ideal. La diversidad de terrenos en
los que cae la semilla indica, por un lado, que Dios Padre por medio de su Hijo ofrece todos sin
excepción la Buena Nueva del Reino y, por otro, señala las muchas dificultades con que tropieza,
simbolizadas en el camino constantemente pisoteado, en la dureza de las piedras y en la hostilidad
de los abrojos o espinas.

"Es probable que esta parábola fuera pronunciada por Jesús para responder a las objeciones de
quienes no veían llegar el Reino que él anunciaba. La parábola pone ante los ojos de sus discípulos
la grandiosa cosecha final, diciéndoles: ¡No hay que desanimarse! A pesar del fracaso aparente, la
llegada del reino es imparable, y el resultado final será maravillo e incalculable".

Este anuncio del éxito final del proyecto de Jesús sirve también de aliento a los evangelizadores de
todos los tiempos, que nunca han de ceder a la tentación del desánimo por no ver los frutos de su
trabajo.

2. Por qué Jesús habla en parábolas (13, 10-17)

En cuanto a la explicación de por qué Jesús hablaba en parábolas baste decir que las parábolas son
comparaciones de realidades profundas e insospechadas, como el Reino de Dios, con realidades
cotidianas y sencillas como la semilla, la siembra y la cosecha. La comparación de lo desconocido
con esas realidades tan conocidas y sencillas nos abre la puerta y los ojos para ver con más claridad
esas otras realidades sublimes que superan la capacidad de nuestro conocimiento. Sólo a las
personas sencillas que tienen fe les dicen algo las parábolas. A los que no creen o son orgullosos no
les dicen nada; ven y oyen, pero no entienden.

3. La explicación de la parábola (13, 18-23)

Los especialistas en los evangelios dan por seguro que la parábola del sembrador y su explicación
tienen un origen diferente y contiene un mensaje también diferente. Coinciden en decir que esta
explicación no ha hizo Jesús, sino que es obra de los catequistas de las primitivas comunidades
cristianas. Esta explicación cambia de lugar los acentos de la parábola que estaban puestos sobre el
sembrador, la semilla y la gran cosecha final. La explicación pone el acento en las disposiciones de
las personas para acoger la semilla, el Reino.

Esta explicación de la parábola nos cuestiona también hoy a nosotros y nos lleva a examinar qué
clase de tierra somos y cómo acogemos el proyecto de Jesús, el Reino, y nos enrolamos en la tarea
de abrirle caminos en nuestro medio. En este sentido, simplificando mucho las cosas, podemos decir
90

que hay cuatro categorías de oyentes de la Palabra y de la acogida del Reino que dan cada uno de
ellos anunciado y propuesto por la Palabra. Esos cuatro tipos de oyentes están simbolizados en el
camino constantemente pisado, el pedregal, los abrojos y la tierra buena.

a) El camino simboliza a la gente superficial que oye la palabra, pero no la hunde en la tierra de
su vida para que arraigue y dé fruto.

b) El pedregal representa a las personas inconstantes que reciben el mensaje con alegría y
prometen mucho. En ellos la semilla brota con rapidez y entusiasmo, pero se seca pronto
porque ellos no tienen constancia para cultivarla.

c) Los abrojos o espinos se refieren a las personas que llevan una vida desordenada en la que
la Palabra no puede crecer. Es sofocada por la maleza ya desde su nacimiento. La maleza
son las preocupaciones obsesivas por las cosas materiales, la búsqueda de las riquezas y de
los placeres de la vida.
d) La buena tierra representa a las personas que acogen gozosamente a Dios Padre entrañable
y a los demás como hermanos y van creciendo día a día como hijos de Dios y como
hermanos de todos hasta llegar al 100%, que lógicamente sólo se conseguirá en la otra vida,
como se indica en la primera carta de Juan: ”Queridos, ya somos hijos de Dios, p0ero todavía
no se ha manifestado lo que seremos” (1 Jn 3, 2)

REFLEXIÓN

Oración
Tu Reino, Señor, habita en medio del mundo.
Donde el amor es más fuerte que el odio, allí está tu Reino.
Donde el perdón es más fuerte que la venganza, allí está tu Reino.
Donde la verdad es más fuerte que la mentira, allí está tu Reino.
Donde la justicia es más fuerte que la opresión, allí está tu Reino.
Donde la libertad es más fuerte que la esclavitud, allí está tu Reino.
Donde la ternura es más fuerte que el desamor, allí está tu Reino.
Tu Reino, señor, habita en las personas que se aman: ¡Gracias!

1. Mirada a la realidad

También a nosotros nos tienta el pesimismo porque el Reino de Dios no acaba de llegar; el vivir como
hijos suyos y como hermanos parece un sueño irrealizable, que está cada vez más lejos.
a) ¿Cuáles son los principales obstáculos que impiden la llegada del Reino?
b) ¿Nos desalienta la lentitud con que viene el Reino de Dios?

2. Mirada al texto (¿Qué les dijo Dios?)


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a) ¿Cuántas partes tiene el texto y cuál es el objetivo de cada una de ellas?.


b) ¿Qué significa la diversidad de terrenos en siembra
Jesús y qué significa en la explicación eclesial de la
parábola?
c) ¿Qué les decía esta parábola a los primeros cristianos?
d) ¿Nos desanima el que tampoco vemos crecer en
nosotros mismos la filiación y la fraternidad

3. Meditación del texto (¿Qué nos dice Dios?)

a) ¿En qué medida somos para la Palabra de Dios y su


Reino camino, pedregal, maleza y tierra buena?
b) ¿Qué abrojos tengo que arrancar para que el Reino de
Dios crezca en mí y se apodere de mi vida?

4. Compromiso (¿qué le digo a Dios?)

a) ¿Qué puedo hacer para ser tierra buena?


b) ¿Qué tendría que hacer para continuar la siembra de
Jesús?

Oración. Tu Reino, Señor Jesús, alcanza su plenitud en la vida eterna.


Caminamos hacia tu Reino, Señor: anima nuestra marcha.
Caminamos con esperanza: alienta nuestro cansancio.
Caminamos con fe, con los ojos puestos en Ti: ven a nuestro encuentro.
Caminamos unidos como un solo pueblo: buscamos el rostro del Padre. Caminamos en busca de la
nueva humanidad: anhelamos los nuevos cielos.
Tu Reino, Señor, será pleno al final de los tiempos: ¡Gracias!
Señor Jesús, danos la fuerza de tu amor para ser testigos libres y gozosos del Reino que tu Padre
nos ha dado: un Reino para ahora y para siempre. Contigo decimos al Padre: ¡Venga a nosotros tu
Reino!

TEMA 15
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MUERTE DEJUAN BAUTISTA


MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES
CAMINA SOBRE LAS AGUAS
Mc 14, 1-36

Oración. AUMENTA NUESTRA FE


Con la misma humildad que tus primeros discípulos, también nosotros hoy te decimos: "Aumenta
nuestra la fe".
Ayúdanos a crecer en una fe que no sea sólo declaración de verdades, sino adhesión personal, libre
y fiel, a la persona de Jesús de Nazaret, una fe que nos lleve a seguir sus pasos, a vivir como él
vivió;
una fe que no se quede en vana palabrería, sino que dé frutos concretos de amor a los demás y de
solidaridad con quienes más nos necesitan. ¡Aumenta en nosotros, Señor, esa fe!

COMENTARIO AL TEXTO

En el capítulo 14 Mateo narra varios acontecimientos: la muerte de Juan, la multiplicación de los


panes, Jesús ora en la soledad y camina sobre las aguas. Termina el capítulo hablando diciendo que
Jesús realizaba muchas curaciones. Vayamos parte por parte.

1. La muerte de Juan Bautista (leer 14, 1-12)

Según los evangelios a muerte de Juan Bautista se debió su denuncia contra Herodes Antipas, hijo
de Herodes el Grande que reinaba cuando nació Jesús. Lo denunciaba por vivir en concubinato con
la mujer de su hermano Filipo, relación severamente prohibida por la ley (Lev 18, 16)

Leyendo esta narración tan macabra uno queda impresionado por la increíble frivolidad con que
los poderosos juegan con la vida de los profetas y los eliminan como si se tratara de una apuesta,
de un juego, de una fiesta o de un baile. Y eso se sigue repitiendo a lo largo de la historia.

El recuerdo de la muerte de Juan en este momento de la vida de Jesús aparece como un inciso
dentro de las respuestas que la gente da acerca de quién es Jesús. Al recoger la opinión de Herodes
recuerda que fue él quien mandó matar a Juan e inserta la narración de su muerte. Este recuerdo
tiene como objetivo anunciar el destino trágico que aguarda a Jesús mismo por ser profeta como lo
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era Juan. Esta vinculación entre la muerte de Juan y la de Jesús se insinúa en el hecho de que los
discípulos de Juan le comunicaron inmediatamente la muerte de éste a Jesús.

La frase de Herodes sobre la vuelta de Juan a la vida no significa que él creyera en la resurrección,
sino que ve en el profeta de Nazaret otro Juan Bautista.

2. La primera multiplicación de los panes (Mt 14, 13-21)

Encontramos en los evangelios 6 veces el relato de la multiplicación de los panes, una en cada
evangelio y otra más en Mt y Mc. Eso indica que era un hecho muy significativo para los primeros
cristianos. Vamos a resaltar cuatro puntos importantes.

a) El motor de la vida de Jesús: la compasión (13-14)

Lo que impulsa a Jesús en la multiplicación de los panes es la compasión. La situación de la multitud


hambrienta, abandonada y desorganizada produce en Jesús una profunda conmoción que revela la
misericordia del corazón de Dios. Él les da de comer porque siente amor, compasión y solidaridad
para con gente viéndola desorganizada y hambrienta, como ovejas sin pastos y sin pastores. La
compasión es el motor de la vida de Jesús y de todas sus acciones en favor de los demás. La
compasión no es un sentimiento barato; consiste en amar tanto al que sufre que hacemos
nuestras sus carencias y sufrimientos y nos unimos a él para solucionarlos. Com-padecer es
padecer-con el otro.

b) Ser solidarios (15-21)

Encontramos aquí un contraste muy fuerte en la actitud de Jesús y la de sus discípulos. Mientras
Jesús siente compasión por la gente abandonada, los discípulos, por estar todavía muy poco
formados, no sienten compasión sino fastidio y por eso le piden a Jesús que les despida para que
cada uno se solucione su problema de comida. Les falta todavía mucho para ser verdaderos
discípulos de Jesús. Él les dice: denles ustedes de comer, compartiendo lo que tienen, aunque
sean sólo cinco panes. Al compartirlos se multiplican.
c) La multiplicación de los panes (19-22)

El compartir ha de ser uno de los signos de identidad de los seguidores de Jesús. Hay un detalle en
el relato que vale la pena resaltar: después de saciarse todos, sobran 12 canastas de pan, una por
cada apóstol. Con ello se nos dice que no sólo los Doce, sino todos los seguidores de Jesús,
representados por ellos, tenemos que seguir compartiendo lo que tenemos. Sabemos que en el
mundo hay recursos para acabar con el hambre casi de inmediato, pero nos falta el sentido
evangélico de compartir.

En un mundo en el que mueren de hambre millones de personas, los cristianos sólo podemos vivir
avergonzados. Los países ricos del primer mundo no tienen alma cristiana y “despiden” como
delincuentes a quienes llegan buscando el pan.
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d) La multiplicación de los panes y la Eucaristía

Una de las razones por las que los primeros cristianos daban tanta importancia a este hecho es porque
veían en él un anuncio de la Eucaristía, que era el centro de la vida de la comunidad cuando se
escribía este evangelio de Mt. Es evidente que el relato está redactado tomando como pauta la
celebración que la Eucaristía que ya hacían las comunidades cristianas.
La relación con la Eucaristía resulta aún más clara en el evangelio de Juan, pues a continuación de
la multiplicación de los panes pone el discurso del pan de vida (Jn 6)

En la Eucaristía somos testigos de un increíble gesto de solidaridad: Jesús nos entrega su persona
y su vida presentes en el pan y el vino, gesto que sintetiza toda su vida entregada
permanentemente al servicio de los pobres, los enfermos y todo tipo de marginados. Y si recibimos
su persona, tenemos que recibir con ella sus sentimientos de compasión que nos lleven a hacer las
mismas obras de solidaridad que él hizo. Quien no los tiene, a pesar de asistir a tantas Eucaristías,
a tantas lecciones de solidaridad, es un mal discípulo de Jesús eternamente aplazado en una
materia tan troncal de la vida cristiana, como es la solidaridad.

Decimos, y es cierto, que la Eucaristía es una comida con Jesús, pero, si de esa comida, no sobra
nada para los pobres, hay que decir, como san Pablo a los corintios que esa no es la cena del
Señor; es una comida de sordos, porque en ella nadie oye el mandato de Jesús: “denles ustedes de
comer”.

3. Jesús, misionero orante (22-23)

Jesús ha tenido una jornada agotadora. Agotado como estaba, se retira el solo al monte para orar.
Esta es una de las características más destacadas de la personalidad de Jesús, su oración.
Aunque no tenga tiempo para comer, como dice el evangelio en otro lugar, siempre encontrará
tiempo para orar. Ese era su alimento cuotidiano más importante: dialogar con Dios sobre su
voluntad para realizarla. La oración de Jesús es diálogo de amistad filial con su Padre para
experimentar su amor, hablarle de cómo iba la extensión de su Reino, es decir, su proyecto de
hacer de la humanidad una familia; para hablarle de cómo estaban sus hijos más pobres y
abandonados.

4. Jesús camina sobre las aguas (14, 22-33)

Este relato tiene un tinte claramente eclesial y un valor simbólico. Esto quiere decir que no se trataría
de un hecho milagroso acontecido durante la vida terrena de Jesús, sino un relato catequético.
Parece claro que esa escena de Jesús caminando sobre las aguas y el que los discípulos no lo
conocieran ni siquiera por su voz, después de tanto oírlo, y lo confundan con un fantasma, es una
presentación de Cristo resucitado. El relato se parece mucho a los relatos de las apariciones de
Jesús resucitado, al que les cuesta reconocer, como en este caso. Pero ¿qué simboliza?
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a) Este episodio simboliza la situación de la comunidad de Mt (24-27)

Esta escena presenta de manera simbólica la situación en la que se encontraba las comunidades
para las que escribe Mateo después de la resurrección de Jesús: él está lejos, mientras ellos se
encuentran a merced del mar y de los vientos. Las olas y el mar representan en el Antiguo
Testamento las fuerzas del mal que Dios vence con su poder. Las comunidades cristianas están
amenazadas desde fuera por hostilidad y tentadas desde dentro por el miedo y la poca fe. Pero
ahora es Jesucristo quien vence a esta fuerza maligna: “No teman, soy yo”.

b) Debilidad de la fe de Pedro (28-31)

Este encuentro entre Jesús y Pedro sólo lo cuenta Mateo. Esta es la primera vez que Pedro aparece
como protagonista de un relato. Mateo quiere resaltar la fragilidad de la fe de Pedro que se debate
entre la confianza en Jesús y el miedo. El relato sugiere que Pedro tiene unas responsabilidades que
no son compartidas por los otros. Para hacer frente a ellas habrá de tener mucha fe.
Mateo describe aquí no sólo la experiencia de Pedro, sino de muchos discípulos: siguen a Jesús
decididamente, pero las dificultades hacen que sucumban y que necesiten ser levantados y
sostenidos por Jesús.

c) Confesión de fe en la divinidad de Jesús (32-33)

El desconcierto inicial de los discípulos se convierte en confesión de fe: verdaderamente eres el Hijo
de Dios. Estas palabras van acompañadas de unos gestos más fáciles de imaginar en las
celebraciones litúrgicas de la comunidad de Mateo que en una pequeña barca en medio del lago.
Esta confesión es la misma que pronunciará Pedro en nombre de los Doce (Mt 16, 16) y el centurión
al pie de la cruz (M 24, 57)

Este texto nos enseña que la fe es confianza en la persona de Jesús, una confianza sin límites, sin
titubeos ni intermitencias aún en las circunstancias más adversas como es el caminar sobre las
aguas encrespadas por el viento. Nos resulta fácil creen tiempos de bonanza, pero la autenticidad
y la fortaleza de la fe se muestran en los momentos de tempestad, de aguas agitadas por el viento
de las adversidades. Entonces tenemos que orar a Jesús con la misma humildad que Pedro, la
roca: “sálvanos, Señor”, o los discípulos en otra ocasión: “aumenta nuestra fe” (Lc 17, 5).

El relato de la tempestad calmada contiene, pues, una enseñanza dirigida a la comunidad cristiana,
para que afronte con valentía, como Pedro, el riesgo del encuentro con Jesús y para que, sintiendo
siempre su presencia, no vacile ni tenga miedo ante las dificultades. Él está con nosotros siempre,
también en las borrascas de la vida en las que tememos hundirnos

5. Curaciones (34-36)
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En Genesaret no le ocurre como en Nazaret donde no pudo hacer muchas curaciones por la falta de
fe la gente. Aquí, en cambio, la gente se acerca a él con mucha fe. La fe es la que hace posible estos
milagros que siguen manifestando de manera evidente la llegada del Reino de Dios.

REFLEXIÓN
Oración.
Señor Jesús, en una ocasión dijiste a tus discípulos diciéndoles: “gente de poca fe” (Mt. 8, 26) Sé
que a mí también me lo puedes decir, pero me adelanto a confesar que mi fe es débil, está llena
de dudas y de oscuridades.
Creer es un riesgo y yo me he arriesgado a creer en ti, Jesús de Nazaret y, llevado por ti me he
arriesgado a creer en Dios como Padre entrañable. Pero, sin embargo, mi fe es débil e
inconstante.
Quiero tener la seguridad de que tú, Jesús estás aquí conmigo, como amigo y hermano, quiero
tener la seguridad de que Dios nuestro Padre está aquí conmigo envolviéndome en su amor y
que, al hablarte, no hablo al vacío. Pero, lo reconozco, mi fe está llena de sombras y fisuras, es
muy débil por eso, como tus primeros discípulos, te digo: “Señor, aumenta mi fe”.

1. Mirada a la realidad

1) ¿Quiénes persiguen y matan hoy a los profetas como mató Herodes a Juan?
2) Nos irrita también sobre manera pensar que cada año mueren muchos millones de
personas, simplemente por hambre ante la mirada impasible de las grandes potencias
económicas que podrían evitarlo y no quieren. ¿Qué les falta para hacerlo y qué se lo
impide?
3) Sin ir tan lejos ¿Qué se está haciendo en nuestro país en la lucha contra el hambre que
afecta a millones de personas?

2. Mirada al texto ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿Qué insinúa el hecho de que los discípulos de Juan le comunicarán inmediatamente a


Jesús su muerte?
2) ¿Qué nos sugiere el hecho de que la multiplicación delos panes se cuente seis veces en
los evangelios?
3) ¿El hecho de que Jesús caminara sobre las aguas ¿es un hecho real o simbólico? ¿Qué
simboliza?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

1) Todos hemos sido consagrados profetas en el bautismo ¿Cómo desarrollamos nuestra


condición de profetas?
2) ¿Nos persigue alguien por ello?
3) Jesús actuaba siempre movido por la compasión ¿Actuamos también hoy nosotros así?
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4) ¿Podemos decir que en general los cristianos son más solidarios que los demás?
5) ¿Nos impulsa la Eucaristía a compartir el pan con los
hambrientos?
6) Somos seguidores de Jesús, el misionero orante. ¿Qué
lugar ocupa la oración en nuestra vida? ¿Buscamos
momentos de soledad para orar?
7) ¿Cuáles son los fallos y debilidades de nuestra fe?

4. Compromiso

1) ¿Qué compromisos concretos asumimos como


respuesta a la palabra de Dios que hemos reflexionado?
2) Terminar con la oración del padrenuestro o con
oraciones espontáneas.

TEMA 16
LO QUE CONTAMINA A LA PERSONA
LA MUJER CANANEA, LECCIÓN DE
UNIVERSALISMO (Mt 15, 1-28)
98

El párrafo del evangelio de Mt que vamos a leer y meditar hoy nos hala de la pureza del corazón.
Vamos a comenzar rezando algunos versículos del salmo 50 pidiendo a Dios que nos dé un corazón
puro.

Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo
mi delito y limpia mi pecado.

Porque yo reconozco mi culpa y tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo
pequé, cometí la maldad ante tus ojos; así serás justo cuando juzgues e irreprochable cuando
sentencies.

Rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame y blanquearé más que la nieve. Hazme sentir
gozo y alegría, salten de gozo los huesos quebrantados. Aparta de mi pecado tu vista y borra
todas mis culpas.

Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme; no me arrojes lejos
de tu presencia ni me quites tu santo espíritu.

Señor mío, ábreme los labios y mi boca proclamará tu alabanza. Un sacrificio no te satisface, si te
ofreciera un holocausto, no lo aceptarías. El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado,
un corazón arrepentido y humillado, oh Dios, no lo desprecias.

1. Lo que contamina a la persona

El capítulo 15 de Mt comienza con un género literario que llamamos controversia o disputa, en este
caso, la disputa es entre Jesús los escribas y fariseos sobre las tradiciones de los antiguos y sobre la
Ley. La fuente de la que se sirve Mateo es el evangelio de Mc, pero reelabora bastante el relato
marcano. Terminada la discusión, Jesús profundiza el tema de la pureza en la línea de Mt 5, es decir,
como perfeccionamiento de la Ley de Moisés.

1.1. La disputa (15, 1-9)

La controversia la inician los escribas y fariseos interpelando a Jesús porque sus discípulos no
realizan antes de comer un rito de purificación antes de comer establecido por la tradición de los
antiguos. Este episodio hay que leerlo en el marco de la compleja normativa que el judaísmo tenía
acerca de las comidas.

Mateo precisa que los interlocutores de Jesús vienen de Jerusalén para subrayar la oposición entre el
judaísmo oficial y Jesús. Ellos acusan a Jesús y sus discípulos de comer con manos impuras, es
decir, sin cumplir los ritos religiosos de purificación establecidos por las tradiciones judías. No se trata
99

de una norma de higiene, sino de purificación religiosa por si hubieran tocado algo impuro como la
sangre, los enfermos o los alimentos prohibidos. Tenían que hacerlo, aunque físicamente ya se
hubieran lavado.

Jesús no defiende a sus discípulos, sino que pasa decididamente al contrataque planteándoles otra
pregunta para decirles que, en realidad, ellos se comportan peor que sus discípulos, porque en
nombre de sus tradiciones quebrantan el mandamiento de Dios incluso un mandamiento tan
importante es el amor a los propios padres. A la acusación de escribas y fariseos Jesús responde con
otra acusación mucho más grave diciéndoles que ellos recurren a una tradición humana que no se
ajusta a la voluntad de Dios para librarse de ayudar con sus bienes a sus padres, quebrantando así
un mandamiento principal de la Ley de Moisés. Jesús se refiere a la tradición del corbán, que
consistía en ofrecer los bienes al templo, quedando así consagrados a Dios. El voto de entregarlos al
templo les permitía seguir disfrutándolos, pero no compartirlos, si quiera con los padres.
Los fariseos eran observantes de una serie de prácticas tradicionales, pero no eran obedientes a la
voluntad de Dios. Dios no puede ser amado ni honrado al margen del amor al prójimo.

Jesús termina la disputa aplicando a escribas y fariseos unas palabras muy duras del profeta Isaías
en contra del culto vacío de amor y solidaridad que ellos dan a Dios: “Este pueblo me honra con sus
labios, pero su corazón está lejos de mí”.

1.2. Enseñanza de Jesús sobre lo que contamina a la persona (10-20)

Jesús explica a sus discípulos y a la gente qué es lo que hace impura a la persona. A la gente le dice
de manera muy escueta que lo que la contamina a la persona no es lo que entra en ella por la boca,
sino que sale de ella (15, 10-11)

La controversia no se inicia con una cuestión acerca de los alimentos impuros, sino sobre las
abluciones rituales; la sentencia es genérica y abarca la impureza que podría contraerse por manejar
objetos o alimento impuros.

Comer esto o aquello no mancha a las personas, porque la impureza no viene de fuera, sino que sale
de dentro, del corazón, de la libertad.

En la antropología hebrea el corazón no simboliza sólo el mundo de los sentimientos. Es as bien la


raíz profunda de toda la vida psíquica y moral, la fuente de donde brotan no sólo los sentimientos,
sino también, y sobre todo, los pensamientos, los proyectos y las decisiones. Las malas intenciones
del corazón están en la raíz de los crímenes que cometen las personas.
En la mayoría de los casos se atribuyen al corazón funciones no sólo afectivas, sino índole intelectual
y racional.
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En realidad, la sentencia de Jesús supone una anulación tradiciones sobre alimentos puros e
impuros. Esta misma idea aparece en el relato de Hch 10 en la visión que tiene Pedro de todos los
alimentos declarándolos puros.

Como telón de fondo de estas enseñanzas de Jesús aparece una problemática que estaba viviendo
la comunidad de Mateo. No olvidemos que la discusión sobre alimentos puros e impuros fue muy
discutida en las comunidades de Mateo en las que había cristianos de procedencia judía y pagana. A
través de este relato Mateo ofrece a su comunidad una enseñanza sobre cómo interpretar las normas
de la pureza ritual, para que sepan cómo actuar y cómo responder a quienes les acusan de
transgredir la ley de Moisés. En realidad, lo que transgredían no era ley, sino las tradiciones humanas
en las que la habían envuelto y la ocultaban.

2. La mujer cananea. Lección de universalidad (M 15, 21-28)

Con este relato Mateo quiere demostrar que el evangelio es también para los extranjeros o paganos.
La evangelización se irá extendiendo en círculos concéntricos cada vez más amplios. El texto refleja
el primer estadio en la misión de Jesús y de sus discípulos y refleja también una tensión vivida en la
comunidad de Mateo. Él le recuerda que Jesús también se acercó a los paganos y descubrió en ellos
una fe ejemplar (Mt 8, 10) anunciando con esos encuentros la conversión a la fe de todos los
pueblos.

2.1. La petición de la mujer (21-22)

La escena es conmovedora. Una mujer sale al encuentro de Jesús. No pertenece al pueblo elegido.
Es pagana. Proviene del maldito pueblo de los cananeos, que tanto había luchado contra Israel. La
mujer alcanza al grupo, detiene a Jesús y se postra ante él y de rodillas le dice: “Señor, socórreme”.
La mujer solicita por tres veces la ayuda de Jesús y le reconoce como Señor e Hijo de David, título
mesiánico aplicado al rey ideal esperado por Judá.

2.2. Actitud de Jesús ante la petición (23-24)

El papel de los discípulos en el relato es cada vez más importante. Hacen de intermediarios entre la
mujer y Jesús. La petición que le hacen a Jesús para que la atienda y deje de gritar se puede
entender en sentido positivo y también egoísta (para que deje de molestar) Jesús les responde con la
objeción de que su misión se dirige sólo a Israel.

¿Cómo explicar esta postura de Jesús? No es que quiera probar la fe de la mujer. Yo la explicaría
así: Jesucristo no sólo se hizo verdaderamente humano sino también verdaderamente judío y
como tal fue educado. El ser judío tiene sus valores y también sus limitaciones, por ejemplo, la
postura de los judíos ante los extranjeros a quienes consideraban paganos e impuros y evitaban
todo contacto con ellos. La buena educación de un judío incluía formarlo en ese tipo de actitudes
para con los paganos. Así se comportó Jesús, como buen judío, hasta que poco a poco fue
101

descubriendo la fe de los paganos, como en el caso de esta mujer, que le conmovió y le hizo
cambiar de postura.

2.3. La fe de la mujer cambia la postura de Jesús (25-28)

Jesús le dice que ha sido enviado sólo a las ovejas perdidas de Israel y que no está bien dar el pan
de los hijos a los perritos. Los judíos daban el nombre de perros a los extranjeros.

La mujer no acepta las explicaciones que Jesús le da de su dedicación exclusiva al pueblo de Israel.
No acepta la exclusión étnica, política, religiosa y de sexos en que se encuentran tantas mujeres. Se
postra ente él y lo adora como Dios (v. 25) Todos estos gestos llevan a Jesús a alabar su fe y a
concederle lo que pide. Cambiando de postura, Jesús se manifiesta en toda su humildad y grandeza
y le dice: “Mujer, ¡qué grande es tu fe!, que se haga lo que deseas!”.
La fe es un requisito indispensable en los relatos de milagro. Muchas veces Jesús atribuye el milagro
a fe del que lo pide diciendo: “tu fe te ha curado”.

Es interesante saber que sólo dos veces Jesús elogia la fe de alguna persona públicamente, y en
los dos casos se trata de extranjeros: esta mujer y el centurión del odiado ejército romano que
ocupaba el país.

Como ya se indicó, en las narraciones de los evangelios se reflejan problemas de las


comunidades cristianas en las que nació cada uno de ellos. En este caso aparece aquí claro un
gran problema que tuvo la comunidad de Mateo, toda ella de judíos convertidos a los que les
costaba enormemente aceptar a los extranjeros. Recordar el cambio operado en Jesús, le servía
para invitar a la comunidad a abrirse a los extranjeros.

REFLEXIÓN
Oración. MARIA, AYUDA NUESTRA FE

María, en los momentos en que nuestra fe vacila queremos tenerte cerca, sentirte a nuestro lado.
Sabemos que es difícil aceptar el reto de la fe, pero también sabemos que sólo por la fe podremos
amar, porque la fe verdadera se traduce en obras.
Te pedimos fidelidad a Dios, al Dios que tanto nos ama y nos exige el compromiso de nuestra fe.
Que la fe ilumine nuestras acciones, sobre todo en los momentos más duros. Que, cuando no
veamos el horizonte, nos agarremos a Ti buscando tu confianza en nuestra duda. ¡Enséñanos a
creer!

1. Mirada a la realidad
1) ¿Hay entre los cristianos personas que, en la práctica, ponen la observancia de algunas
tradiciones religiosas por encima del amor al prójimo?
2) ¿Existen personas creyentes que no ayudan a sus padres ancianos?
102

3) ¿Hay “paganos” actuales que, como la canea, nos dan ejemplo de fe? ¿Quiénes?
4) ¿Se da en las comunidades cristianas algún tipo de rechazo de otras personas parecido al
rechazo de los extranjeros por parte de los judíos?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) Jesús habla de purificar el corazón. ¿Qué simbolizaba el corazón para los judíos?
2) ¿A quiénes designaban como “los perros” los judíos?
3) ¿Por qué elogia Jesús la fe de la cananea?

3. Meditación ¿Qué nos dice Dios a nosotros?

1) ¿Damos nosotros en algún caso más importancia a ciertas tradiciones religiosas que al amor
y la solidaridad con los necesitados?
2) ¿Qué nos puede ayudar a purificar nuestro corazón y a ser otra clase de personas?
3) La cananea oró insistentemente a Jesús. ¿Qué sentido tiene para nosotros la oración de
petición?

Hoy también nuestras comunidades cristianas y cada uno de nosotros sufrimos la hostilidad contra la
f desde fuera, desde el ambiente, menosprecio y desde dentro por la debilidad de la fe que tenemos
¿Tenemos actitudes exclusivistas como los primeros cristianos de origen judío contra los extranjeros?

4. Compromiso. ¿Qué le decimos nosotros a Dios?

1) Asumir algún compromiso concreto para responder a algunos de los desafíos que nos
haya planteado la palaba de Dios que hemos meditado.
2) Terminar con oraciones espontáneas.

La oración de petición
Con la oración de petición no pretendemos informar a Dios sobre nuestras necesidades, ni conmover
su corazón. No le pedimos que nos ame más ni se preocupe más de nosotros y de nuestras cosas.
Dios no puede amarnos más de los que nos ama. Somos nosotros los que, al orar, descubrimos la
vida desde el horizonte de su amor y nos abrimos a su voluntad salvadora. No es Dios el que tiene
que cambiar, sino nosotros.
La oración de súplica es decisiva para expresar y vivir desde la fe nuestra dependencia creatural
ante Dios.
No es extraño que el mismo Jesús alabe la fe grande de una mujer sencilla que sabe suplicar de
manera insistente su ayuda. A Dios se le puede invocar desde cualquier situación.
103

El creyente puede experimentar de muchas maneras la cercanía de Dios, independientemente de


´como se resuelva nuestro problema. Recordemos la sabia advertencia de san Agustín: Dios
escucha tu llamada si le buscas a él. No te escucha si, a través de él, buscas otra cosa”.
José Antonio Pagola. El camino abierto por Jesús. Comentario al evangelio de Mateo, p. 172-173

Tema 17
 Confesión de fe de Pedro
 Primer anuncio de la muerte y resurrección
de Jesús
 Condiciones para ser discípulo de Jesús
(Mt. 16, 13-28)

Oración. Señor Jesús, tú preguntaste un día a tus discípulos: “¿Quién soy yo para ustedes?”
Perdona si hoy te devolvemos la pregunta: “¿Y tú quién dices que eres?” ¿Qué tiene tu
personalidad que nos atrae tan irresistiblemente? Jesús de Nazaret, deseamos ardientemente
conocerte, admirarte y amarte cada día más. Entra en nuestra vida y llénanos de tu Espíritu para
que podamos amarte y seguirte, y para que podamos gritar a todo el mundo el incomparable
hallazgo que ha cambiado nuestras vidas: tu persona.

INRODUCCIÓN

Los inicios de la predicación de Jesús fueron muy brillantes y mucha gente le siguió hasta con
delirio. Pero después de este triunfo inicial, comenzó el rechazo de los dirigentes y de buena parte
del pueblo y, él que era verdaderamente humano comenzó a sentir el fracaso de su misión y hasta
104

lo que los especialistas llaman “la crisis de Galilea”. En esta situación de crisis es cuando Jesús se
dirige a sus discípulos con una serie de preguntas sobre sí mismo: ¿Quién dice la gente que es el
Hijo del hombre? ¿Quién dicen ustedes que soy yo? En este contexto, las preguntas tienen una
doble función: reafirmar a Jesús en su misión y confirmar a los discípulos en el seguimiento de
Jesús.

En la escena de Cesarea de Felipe, población situada 30 Kms al norte del mar de Galilea, según
Mt, es Jesús quien pregunta a sus discípulos qué es lo que piensa la gente de él. Después se
dirige a ellos y les pregunta: “Y ustedes quién dicen que soy yo?” La pregunta quién es Jesús o
quién es ese hombre tan fuera de serie atraviesa todos los siglos desde que Jesús se manifestó
en Galilea hasta hoy.

Mt toma este relato de Mc, pero amplía, añadiendo la afirmación de que Jesús es el Hijo de Dios
(v 16) y el encargo confiado a Pedro como jefe de la Iglesia, que no figura en los textos paralelos
de Mc y Lc.

COMENTARIO AL TEXTO

Vamos a leer tres temas del capítulo 16 de Mateo: la confesión de fe y la misión de Pedro, el
primer anuncio de la pasión y las condiciones para seguir a Jesús.

1. La confesión de fe de Pedro y la misión que Jesús le encomienda (16, 13-20)

1.1. La opinión de la gente (13-14)

Las diferentes opiniones que tiene la gente acerca de quién es Jesús coinciden en que todos lo
tienen por un gran profeta, comparándolo con Elías y Jeremías. Incluso Herodes Antipas que lo
identifica con Juan Bautista de quien Jesús dijo que era más que profeta.

1.2. Confesión de fe de Pedro como portavoz del grupo de discípulos (16-17)

Una vez que Jesús escuchó la opinión que de él tenía la gente, se dirige a sus discípulos y les
pregunta: ¿ustedes quién dicen que soy yo? Con esta pregunta, Jesús les pide una toma de
posición de los discípulos con respecto a su persona. Independientemente de la opinión de la
gente ellos tienen que dar una respuesta en la que asumen la responsabilidad de lo que dicen.

Pedro, en nombre del grupo, proclama que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. Estos dos títulos
cristológicos resumen la fe que tenía la comunidad de Mateo cuando, por encargo de ella, Mateo
escribía su evangelio. A la confesión de que Jesús es el Mesías, que ya encontramos en Marcos,
Mateo añade que es el “Hijo de Dios”. Este título refleja con toda probabilidad la fe ya más
desarrollada de la primitiva comunidad cristiana. Con ello no queremos asegurar que la comunidad
de Mateo comprendiera ya plenamente la filiación de Jesús, sino que reconocía una relación
absolutamente única de Jesús con el Padre. Observando que la relación de Jesús con Dios tenía
105

un carácter único e incomparable, la comunidad dice que Jesús es el Hijo de Dios. Mateo anticipa
esta declaración a la ida pública de Jesús, como lo anticiparon también los oros evangelios,
incluso a la infancia de Jesús.

1.3. La misión de Pedro al frente de la comunidad (18-19)

Sólo dos evangelios nos hablan del momento en que Jesús confía a Pedro la dirección de la
comunidad cristiana: este de Mateo y el de Juan. El relato de Juan está colocado después de la
resurrección de Jesús, en una comida del Resucitado con la comunidad de discípulos. Ante ellos,
Jesús interroga a Pedro por tres veces sobre su fe y su amor y le pone al frente de la comunidad.
Algunos creen que el relato de Mateo se refiere también a una aparición del Resucitado, pero él lo
anticipa en forma de anuncio a la vida pública de Jesús. Quizás durante su vida pública Jesús no
pensó en crear la Iglesia, ya que su única obsesión era extender el Reino de Dios, porque si
lograba hacer de todos una familia, ya no haría falta la Iglesia o esa sería la gran comunidad de
Jesús, la comunidad del Reino universal.

Volviendo al relato de Mt, a la confesión de fe Pedro, Jesús responde con una felicitación o
bienaventuranza (“dichoso tú”) y un encargo muy especial de cara a la Iglesia. Jesús declara
dichoso a Pedro, no por sus méritos, sino porque el Padre le ha revelado que Jesús es el Mesías y
el Hijo de Dios. Jesús lo declara feliz porque sus palabras no proceden de la carne y de la sangre,
es decir, de su limitada persona, sino de Dios que es el único que conoce al Hijo.

Para expresar la misión que Jesús le confía a Pedro, Mateo recurre a algunas metáforas, como la
de la roca, las llaves y el pode de atar y desatar.

En primer lugar, Jesús le cambia a su discípulo el nombre de Simón por el de Pedro o Piedra para
expresar gráficamente la tarea que Jesús le encomienda: ser la roca firme sobre la que Él va a
construir su Iglesia, para que ésta no sucumba ante las dificultades. Jesús no habla de “la Iglesia”,
sino de “mi Iglesia, porque siempre será suya, no de Pedro quien, sin embargo, ejercerá en ella
una función o ser vicio de vital importancia para mantenerse firme. Estando bien asentada sobre
Pedro y sobre la fe en Jesús que él proclamó, no perecerá jamás, “el imperio de la muerte no la
vencerá” (Mt 1618) Algunos traducen esta frase así: “Las puertas del infierno no la vencerán”.
Pero La expresión “puertas del infierno” no se refiere al poder del mal, sino al de la muerte, pues el
infierno o sheol era la morada de los muertos.

Como símbolo de la misión que le confía a Pedro dice que le entrega las llaves del reino y le
confiere el poder de atar y desatar. Esta frase significa el ejercicio de la autoridad, pero no
especifica la naturaleza y el uso de la misma. La entrega de las llaves equivale al nombramiento
de mayordomo. La expresión atar y desatar designaba entre los judíos la potestad de interpretar la
Ley de Moisés con autoridad. Así pues, Jesús nombra a Pedro mayordomo y supervisor de su
Iglesia, con autoridad para interpretar la ley y adaptarla a las nuevas situaciones y necesidades.
La razón por la que a Pedro se le llama roca es la fe que acaba de demostrar. Mientras esta fe en
Jesús Mesías e Hijo de Dios se mantenga, la Iglesia permanecerá.
106

El poder de atar y desatar se refiere a la autoridad para decidir sobre las acciones están
permitidas o prohibidas, y al poder de admitir en la comunidad o excluir de ella. La misma frase
utiliza refiriéndose a la Iglesia en se conjunto (18, 18) aunque, en este caso, se refiere a la
expulsión de la Iglesia

Este texto ha suscitado numerosas discusiones entre católicos y protestantes sobre la figura del
papa como sucesor de Pedro. Los católicos sostenemos que estas palabras se aplican a Pedro y
también a los que le suceden en la tarea de presidir a los hermanos en la fe y el amor. Los
protestantes dicen estas palabras de Jesús no se refieren a la persona de Pedro, sino a su fe y a
la confesión de fe que ha hecho.

1.4. El secreto mesiánico (v.20)

La orden de Jesús de no decir a nadie que él es el Mesías tiene como objetivo evitar que se
desate en torno a él un movimiento mesiánico de carácter político, que quiera proclamarlo rey.

2. Primer anuncio de la pasión y resurrección de Jesús (16, 21-26)

2.1. El anuncio como resumen de lo que ya había sucedido (16, 21)

Encontramos en estos versículos el primer anuncio de la pasión de Jesús. “Los anuncios de la


pasión proceden de una fuente muy antigua, aunque la formulación de los mismos que
encontramos en los evangelios es obra de las primeras comunidades cristianas. Se conocen con
el nombre de profecías ex eventu, es decir, profecías compuestas después que sucedieron los
acontecimientos”2. Desde un punto de vista histórico es probable que Jesús previera su muerte
violenta teniendo en cuenta la fuerte hostilidad que sus actuaciones despertaban en los dirigentes
judíos, pero no es que estuviera ya escrita y la leyera anticipadamente.

2.2. Reacción de Pedro y respuesta de Jesús (16, 22)

La reacción de Pedro al anuncio de persecuciones por las que ha de pasar Jesús, es fulminante:
“No te sucederá tal cosa!”, le dice a Jesús. Pero para que no le sucediera tal cosa tendría que
renunciar a su misión, tendría que abandonar la causa de los pobres, de los enfermos y de todos
los excluidos, y eso para Jesús es imposible. Pedro, con su reacción, demuestra que no ha
entendido bien la misión de Jesús a pesar la su confesión de fe en él como Hijo de Dios. Todavía
ve en Jesús un Mesías político, triunfador y glorioso, según las expectativas de su tiempo. Por eso
quiere apartar a Jesús del camino que comporta persecución y sufrimiento. En definitiva, quiere
apartarlo de la entrega al servicio de los últimos y de la denuncia de quienes los marginan y
oprimen porque esa denuncia conlleva rechazo y persecución.

2.3. La respuesta de Jesús (16, 23)


2
La Casa de la Biblia, Comentario al Nuevo Testamento, p.84
107

La respuesta de Jesús a Pedro es muy fuerte: “quítate de mi vista, Satanás!”. No quiere ver a
Pedro ante sus ojos porque le hace tropezar y le dice: tienes una manera de pensar que no es la
del Padre, que busca la felicidad de todos sus hijos e hijas; tú eres como los hombres, que sólo
piensan en su bienestar. Eres la encarnación de Satanás. Colócate como fiel seguidor detrás de
mí. No pretendas pervertir mi vida orientado mi proyecto hacia el poder y el triunfo”3.

3. Las condiciones para ser discípulo de Jesús (24-26)

Dos son condiciones fundamentales que señala aquí el evangelio de Mt para llegar a ser
verdadero seguidor de Jesús: negarse a sí mismo y tomar la cruz.

Negarse a sí mismo no significa mortificarse de cualquier manera, castigarse y, menos aún,


anularse o autodestruirse. Negarse a sí mismo es no vivir pendiente de uno mismo, olvidarse del
propio ego voraz, para construir la existencia sobre Jesucristo. Libarnos de nosotros mismos para
adherirnos radicalmente a Cristo y vivir como él: enteramente para los demás.

La frase “el que quiera salvar su vida, la perderá…” la podemos parafrasear así: el que quiera
vivir pensando siempre y sólo en sí mismo y en sus propios intereses, el que quiera dedicarse a
“la buena vida”, para Jesús está muerto a la vida verdadera. En cambio, el que se preocupa por la
vida de los demás, el que se des-vive por los otros, ese ha encontrado la verdadera vida, la que
vale la pena. Jesús perdió la vida, es decir, la entregó, la gastó ayudando y defendiendo a todos
los marginados de la vida por la sociedad judía: los pobres, los enfermos, los pecadores.
Convencido de que Dios es Padre de todos y los quiere a todos por igual y los quiere a todos
iguales, se empeñó en defender esa igualdad querida por Dios, se empeñó en levantar de su
postración a los marginados, denunciando al mismo tiempo a los poderosos que los marginaban.
Según el evangelio de Juan Jesús, presentándose como buen pastor que da la vida por sus
ovejas, asegura: ”Nadie me la quita, yo la doy voluntariamente” (Jn 10,18). Jesús dio la vida, la
gastó, día a día, desde su nacimiento hasta su muerte por aquellos a quienes se les negaban el
derecho a una vida humana digna. Eso es llevar la cruz.

Si queremos clarificar cuál ha de ser la actitud cristiana, hemos de comprender bien en qué
consiste la cruz para el cristiano, pues puede suceder que nosotros la pongamos donde Jesús
nunca la puso. No hemos confundir la cruz con cualquier desgracia, contrariedad o sufrimiento que
se produce en la vida. La cruz no es el dolor, sino el amor y el servicio a los demás. La cruz es el
sufrimiento que nos llegará como consecuencia de seguir a Jesucristo; el destino doloroso que
habremos de compartir con Cristo si seguimos realmente sus pasos.

Cargar con la cruz de Jesús y seguirle no significa imponerse sacrificios inútiles que no sirven a
nadie, significa repetir hoy su historia de donación y servicio a los demás, especialmente a los
últimos, aunque eso comporte sacrificios y otros nos crucifiquen con sus críticas y burlas

3
José Antonio Pagola, El camino abierto por Jesús. 1 Mateo, p.183.
108

Llevar la cruz significa seguir a Jesús dispuestos a asumir la inseguridad, la conflictividad, el


rechazo o la persecución que hubo de padecer el mismo crucificado (188) y por la causa por la
que él la padeció.

REFLEXIÓN

Oración de Luis Espinal. GASTAR LA VIDA

Jesucristo ha dicho: "Quien quiere economizar su vida, la perderá; y quien la gaste por mí la
recobrará en la vida eterna". Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas.

Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo, y nos atenaza cuando queremos
jugarnos la vida. Tenemos seguros por todas partes, para evitar riesgos. Y sobre todo está la
cobardía...

Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla; no se la
puede economizar en estéril egoísmo.

Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen; hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aun al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en
bien del prójimo.

Somos antorchas que sólo tenemos sentido cuando nos quemamos; solamente entonces seremos
luz. Líbranos de la prudencia cobarde, la que nos hace evitar el sacrificio y buscar la seguridad.

Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos, y falsa teatralidad. La vida se da sencillamente, sin
publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a su wawa, como el sudor
humilde del sembrador.

Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible, porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu


presencia; no podemos caer en el vacío.

El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla; pero queremos seguir dándonos,
porque Tú estás esperando en la noche, con mil ojos humanos rebosando lágrimas.

1. Mirada a la realidad

1) La fe que proclama Pedro es fe en la persona de Jesús como Hijo y Enviado o Mesías de


Dios. La fe de los cristianos ¿es fe en verdades y dogmas o en personas?
2) La autoridad en la Iglesia tiene que ser como la de Jesús: servicio a los hermanos. ¿Es así
la autoridad en la Iglesia universal, en la Iglesia Local, en la parroquia y en las demás
organizaciones?
109

3) ¿Por qué motivos o razones se critica, desprecia o persigue hoy a los seguidores de
Jesús?
4) ¿Qué significan para la mayoría de la gente expresiones como estas: “¡Vaya cruz que le ha
caído!”? ¿Cómo entienden la cruz?

2. Mirada al Texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿Qué simboliza el hecho de que Jesús le cambie de nombre a Pedro?


2) ¿Qué significa la frase “te daré las llaves del reino de los cielos”?
3) ¿A qué se refiere la potestad de “atar y desatar” que Jesús le concede a Pedro?
4) ¿Por qué Jesús prohíbe que digan que él es el Mesías?
5) ¿Cuáles son según este texto de Mt los peores perseguidores de Jesús que llegaron a
eliminarlo?
6) ¿Qué significa la frase de Jesús a Pedro: “Apártate de mí Satanás”?
7) ¿En qué consiste llevar la cruz?

3. Meditación. ¿Qué le decimos a Dios?

1) ¿Quién es el fundamento de la Iglesia?


2) ¿Cómo vemos y nos relacionamos con las autoridades de la Iglesia en sus distintos
niveles?
3) ¿Cómo entiendo yo y practico la obediencia a las autoridades eclesiásticas?
4) De alguna manera Pedro quiere falsificar la figura y la misión de Jesús según sus
conveniencias. ¿Hacemos algo parecido hoy nosotros?
5) Nadie es verdadero cristiano si no lleva la cruz. ¿Cómo la entiendo y la llevo yo?

4. Compromiso. ¿Qué le decimos a Dios?

1) Hacer algún compromiso concreto para llevar a la práctica algún desafío que hayamos
descubierto leyendo este texto de Mt.
2) Terminar con oraciones espontáneas o repitiendo alguna de las que figuran en este tema.
110

Tema 18
VIVIR EN COMUNIDAD
(Mt 18, 1-35)

Oración. Seguir a Jesús en comunidad.


Por libre, Señor Jesús, no es posible seguirte. Tu reto es vivir con fuerza la fe en comunidad. Tú me
llamas a buscar un lugar donde vivir mi fe; me llamas a romper mi cáscara y derribar mi muro; me
llamas a abrir mi corazón de par en par; me llamas a seguirte a ti con la ayuda de un grupo.
Tú quieres que comparta mis planes y proyectos; Tú quieres que haga realidad mi capacidad de
amar; Tú quieres que me olvide de mi y viva en comunión de amor.
Yo me pregunto: ¿dónde está mi comunidad? ¿Dónde integrar mi vida para vivir tu proyecto?
¿Dónde poner en común lo que he buscado, lo que soy y lo que tengo?
Dame, Señor, la fuerza del Espíritu de amor. Ayúdame a hacer éxodo y dejar atrás la escla vitud de
"mi egipto". Rompe mi individualismo y ábreme a la fraternidad. Enséñame a compartir los dones
para que florezcan y den fruto.
¡Feliz quien cuenta con el apoyo del hermano! ¡Feliz quien te sigue desde el calor de una comunidad!

INTRODUCCIÓN

La fe cristiana, cuyo centro es la Comunidad Trinitaria, es por esencia, comunitaria y se vive en


comunidad. Jesús mismo, desde el comienzo de su vida pública, crea una comunidad en torno a él
integrada por los Doce y otros seguidores y seguidoras. Los apóstoles, cuando extienden la fe por el
mundo, lo que hacen es crear comunidades de creyentes. Entonces no cabía ser cristiano sin
pertenecer a una comunidad.

El capítulo 18 de Mt se conoce con el nombre de discurso o sermón sobre la Iglesia. La primera


parte, versículos 1-14, está tomada de Mc 9. En este párrafo aparece por segunda y última vez la
palabra Iglesia en los evangelios; aparece por primera vez en Mt 16, 18. Este capítulo presenta el
espíritu y el clima de fraternidad que debe reinar entre los miembros de la comunidad.
Seguramente Mt quiere ofrecer orientaciones sobre algunos problemas y deficiencias que habría
111

en su comunidad en cuanto a algunas actitudes poco comunitarias, los escándalos, el Afgán de


prestigio, alejamiento de algunos, la oración y el perdón entre hermanos.

Mateo agrupa en este capítulo enseñanzas hechas por Jesús en distintas ocasiones y las presenta
como si fueran un solo discurso sobre las actitudes y características importantes de la vida en
comunidad.

Una pregunta cargada de egoísmo es la que motiva esta lección sobre la vida en comunidad. Los
discípulos, movidos por su afán de ser primeros, le preguntan a Jesús: "¿Quién es el mayor en el
Reino de los cielos?" (Mt 18,1) Aquí la palabra “reino” se refiere a la Iglesia como comunidad del
Reino de Dios. Jesús responde a esta pregunta, no con palabras, sino con una acción simbólica, que
es muy elocuente: llama a un niño y lo pone en medio de ellos como punto de referencia al que han
de mirar siempre. Jesús coloca la humildad y sencillez de un niño frente al deseo de prestigio y de
poder que refleja la pregunta de sus discípulos. Con el niño en medio como el modelo a seguir, Jesús
da varias lecciones a sus discípulos sobre la comunidad: ser pequeños, acoger a los pequeños, no
escandalizarlos y no dejar que se pierdan o se alejen los débiles en la fe.

COMENTARIO AL TEXTO

Las enseñanzas de Jesús sobre la vida en comunidad que recoge Mt se pueden resumir en los seis
puntos siguientes:

1. Ser como los niños (Mt 18,1-5).

Hacerse como un niño es condición no sólo para ser grande en el Reino, sino ser admitido en él. El
término “pequeños” en unos casos puede referirse a los niños y en otro a los sencillos y humildes o
incluso a los que se están iniciando en la fe. Ser pequeños ser humildes y no pretender grandezas ni
honores. Los niños en tiempos de Jesús eran personas que no contaban nada en la sociedad. Los
niños, en realidad, no eran considerados personas, sino más bien objetos de propiedad el padre.
Jesús pide a sus seguidores que no reproduzcan en la comunidad los vicios que hay la sociedad,
donde el más importante, el más considerado por todos es el que tiene poder, riquezas, prestigio e
influencias. La comunidad de Jesús ha de ser signo y presencia del Reino; ha de ser una "comunidad
de contraste" con esa sociedad, porque su modo de vida contrasta con modo de vida regido por el
egoísmo y el afán de poder. Por eso pide a sus discípulos ser como niños, humildes, sencillos,
abiertos, alegres y diáfanos, sin afán de poder, de prestigio ni dominación. Les pide que arranquen de
su corazón el afán de ser primeros y cultiven el deseo de ser servidores.
Según el v. 5,
Jesús se identifica con los niños de tal modo que asegura que el que reciba a un niño en su nombre
le recibe a él mismo.

2. No escandalizar a los débiles (Mt 18, 6-11)


112

Después de invitarles a ser como niños, ahora Jesús pide a los suyos no escandalizar a los
pequeños. Los pequeños de que se habla aquí son los que están dando los primeros pasos en la fe,
aunque sean adultos. Jesús invita a la comunidad con frases muy fuerte a no escandalizarlos ni
despreciarlos.
La llamada de atención sobre los escándalos van dirigida a todos los discípulos de Jesús, pero
especialmente a los considerados “mayores” e importantes en la comunidad, a sus líderes.

Desde siempre los malos ejemplos tienen mayor fuerza de arrastre que los buenos. La incoherencia
entre fe y vida, la hipocresía del que dice y no hace, el comportarse según los criterios de la sociedad
egoísta, escandaliza a los pequeños y a los débiles, quienes, por ello, se alejan de la fe y del
seguimiento de Jesús. Escandalizar es poner a otros tropiezos en el camino de la vida y llevarlos por
mal camino. Jesús es absolutamente intolerante con quien escandaliza a los débiles, por eso dice
que " más valdría que le colgaran una piedra de molino al cuello y lo arrojaran al mar"(Mt 18,6)

El radicalismo de Jesús en el rechazo del escándalo lo expresa en términos hiperbólicos exigiendo


arrancar todo lo que induzca al pecado, aunque sea un pie o un ojo. Finalmente, pone en guardia a
los miembros de la comunidad no sólo contra el escándalo, sino contra el menosprecio de los
pequeños y débiles.

3º. Buscar a los alejados (Mt 18, 12-14).

La parábola de la oveja descarriada se dirige a los miembros de la comunidad cristiana para invitarles
a buscar a los que se han alejado de ella. Quiere resaltar ante todo la actitud del pastor solícito que
es capaz de abandonar todo el rebaño por una sola oveja perdida, y en la gran alegría que
experimenta al encontrarla de nuevo. La parábola no sugiere que una persona valga igual que otras
99, sino que el pastor no pude abandonar a una por el hecho de que es sólo una. Es voluntad del
Padre que ni uno sólo perezca. Además, no deja a las 99 abandonadas, sino recogidas en el redil.
Esta parábola subraya que cada persona tiene un valor inmenso.

Mateo pide que la comunidad reflexione sinceramente sobre los motivos que llevan a algunos a
decepcionarse y a abandonar la comunidad. Todos deben preguntarse qué responsabilidad tienen en
ello y, desde luego, hacer todo lo posible por recuperarlos. Termina indicando lo que debe mover a
los miembros de la comunidad a buscar a la oveja perdida: ser como el buen pastor, como Dios
Padre que ama a todos sus hijos y no quiere que ninguno se pierda y los quiere ver a todos reunidos
en su familia.

4º. La corrección fraterna. (Mt 18, 11-18).

Sobre la expresión "si tu hermano peca (contra ti)" muchos autores dicen que no se refiere sólo a una
ofensa personal, sino a una falta contra la comunidad. Probablemente las palabras "contra ti" han
sido añadidas posteriormente. Se trata de un hermano que, por su conducta, se ha separado de la
comunidad. La corrección hay que hacerla con respeto y amor: primero en privado, para no ponerle
en evidencia ante la comunidad. Si no hace caso, hay que hablarle en presencia de algunos testigos.
113

Como último recurso, habrá que reunir a la comunidad, la cual, en caso de obstinación, tendrá que
reconocer dolorosamente la situación en que este hermano se ha colocado a sí mismo. Entonces, el
hermano que no ha querido reconciliarse será como un extraño para la comunidad, pero porque él lo
quiere. En caso de que él quiera seguir perteneciendo a la comunidad sin cambiar de conducta, ésta
tendrá que separarlo de ella.

La corrección fraterna nos puede ayudar a ser mejores, pero resulta muy difícil hacerla porque nos
hemos vuelto muy susceptibles a todo lo que pueda herir nuestro orgullo y nuestra buena imagen.

En el v. 18 se dice que la asamblea de la Iglesia o comunidad en conjunto posee los mismos poderes
que se confiaron a Pedro en 16, 19; nótese que las decisiones de la Iglesia en Hch son siempre de
toda la comunidad, no sólo de sus autoridades. La Iglesia apostólica era una verdadera asamblea.

5º. Orar juntos (Mt 18,19-20)

Estos versículos se refieren a un tema muy querido para Mateo: la presencia de Jesús resucitado en
medio de su Iglesia. Jesús asegura que está en medio de quienes se reúnen en su nombre.

Reunidos en su nombre No se trata de una reunión cualquiera. Se trata de seguidores de Jesús que
se reúnen atraídos por él, animados por su espíritu. Jesús es la razón, la fuente, el aliento, la vida de
ese encuentro. Allí se hace presente Jesús, el Resucitado. Reunirse en nombre de Jesús es crear un
espacio para vivir la existencia entera en torno a él. Un espacio espiritual bien definido n o por
doctrinas, costumbres o prácticas, sino por el Espíritu de Jesús, que nos hace vivir a su estilo.

Este espacio dominado por Jesús es lo primero que hemos de cuidar, consolidar y profundizar en
nuestras comunidades y parroquias. No nos engañemos. La renovación de la Iglesia comienza
siempre en el corazón de dos o tres creyentes que se reúnen en el nombre de Jesús.

El primer quehacer de la Iglesia es aprender a reunirse en nombre de Jesús. Alimentar su recuerdo,


vivir de su presencia, reactualizar su fe en Dios, abrir hoy nuevos caminos a su Espíritu. Cuando eso
falta, todo corre el riesgo de quedar desvirtuado por nuestra mediocridad.

En la práctica de la oración comunitaria se construye la unidad entre los hermanos. El hecho mismo
de reunirnos para dirigir juntos nuestra oración a Dios unidos al Hijo y movidos por el Espíritu
diciendo a una sola voz con ellos "Padre", nos ayuda a crecer en fraternidad.

6º. Perdonar siempre (Mt 18,21-35).

Como telón de fondo de este párrafo están las ofensas personales que amenazan con dividir a la
comunidad. Pedro toma la palabra como portavoz de los discípulos para preguntar sobre los límites
del perdón. Jesús le responde que el perdón no tiene límites.
114

La pregunta de Pedro hablando de perdonar 7 veces no es mezquina, sino generosa. La respuesta


de Jesús con la frase setenta veces siete significa que hay que perdonar siempre, en todo momento,
de manera incondicional.

La respuesta instintiva a la ofensa es la revancha, pero no cura la herida recibida. Como decía Henri
Lacordaire: “Quieres ser feliz un momento? Véngate. ¿Quieres ser feliz siempre? Perdona.
El proceso del perdón a quien más beneficia es al ofendido, pues lo libera del mal, hace crecer su
dignidad y nobleza, le da fuerzas para recrear su vida, le permite iniciar nuevos proyectos.
El rechazo del perdón es un grito que, como creyentes, no podemos suscribir nunca, porque, en
definitiva, es un rechazo de la fraternidad querida por Aquel que nos perdona a todos.

Para ilustrar su enseñanza le propone la parábola del que no perdonó a su compañero. El hecho de
que también nosotros necesitamos ser perdonados por Dios, una y otra vez, debe llevarnos a
perdonar siempre. Quien haya experimentado la misericordia del Padre, no puede andar calculando
las fronteras del perdón y de la acogida al hermano. Esta parábola refuerza la obligación de perdonar
asegurando que el perdón de las personas entre sí es condición para obtener el perdón de Dios.

No se puede calcular el valor del talento, pero 10.000 talentos es una cantidad increíblemente
elevada. Frente a ella, 100 denarios era insignificante, pues el denario equivalía al jornal de un día de
trabajo.
El modelo es el perdón que Dios otorga, que no tiene límites; el perdón otorgado por las personas
tampoco debería tenerlos.

“Hay algo que es necesario aclarar. Muchos se creen incapaces de perdonar porque confunden la
irritación con la venganza. La irritación es una reacción sana. El individuo se rebela de manera casi
instintiva para defender su vida y su dignidad. Por el contario, el odio, el resentimiento y la venganza
van más allá de esta primera reacción; la persona vengativa busca hacer daño, humillar y hasta
destruir a quien le ha hecho mal.

Perdonar no quiere decir necesariamente reprimir la indignación. Al contrario, reprimir estos primeros
sentimientos puede ser dañoso si la persona acumula en su interior una ira que más tarde se
desviará hacia otras personas inocentes o hacia ella misma. Es más sano reconocer y aceptar la
indignación, compartiendo talvez con alguien la rabia. Luego será más fácil serenarse y tomar la
decisión de no seguir alimentando el resentimiento ni las fantasías de venganza, para no hacernos
más daño. La fe en un Dios perdonador es entonces para el creyente un estímulo y una fuerza
inestimables. A quien vive del amor incondicional de Dios le resulta más fácil perdonar 4 (Pagola209-
210)

La comunidad de Jesús hoy tiene que ser:

4
J.A. Pagola, El camino abierto por Jesús, 1 Mateo, 209-210)
115

1) Una comunidad hermanos. En contraste con esta sociedad, la pequeña comunidad cristiana, ha de mostrar otro
modo de relacionarse las personas, no basado en el poder, en la competencia y en el afán de ser primeros, sino en la
solidaridad y en el servicio. La Iglesia entera y cada una de las pequeñas comunidades que la integran han de ser un
espacio de solidaridad, fraternidad y reconciliación.
2) Una comunidad de hijos de Dios, que se reúnen para escuchar su Palabra y dialogar con El a través de la
oración, la lectura orante de la Biblia y de otros medios. En la oración comunitaria celebramos la certeza de la
presencia en medio de nosotros de Dios, de Jesucristo y del Espíritu.
3) Una comunidad de pequeños, es decir de personas sencillas y humildes, sin ambiciones de poder, sino, al
contrario, con afanes de servir.
4) Una comunidad para los pequeños y los débiles, es decir, los preferidos de Dios. Si estos no son también los
preferidos de la comunidad, esa no es la comunidad de Jesús ni puede ser lugar de encuentro con Dios.
5) Una comunidad que sea lugar de reconciliación. Nuestra debilidad y nuestro egoísmo nos llevan a pecar unos
contra otros y contra la comunidad. En la comunidad de seguidores de Jesús debe reinar una permanente actitud de
perdón y reconciliación entre los hermanos.
6) Una Comunidad misionera. La comunidad cristiana no puede encerrarse en sí misma, en el gozo del vivir los
hermanos unidos, tiene que buscar a la oveja perdida, a los que se alejaron de la comunidad. Y ha de estar
empeñada en crear nuevas comunidades.

Oración. Queremos ser comunidad.


Señor Jesús, Tú has venido para anunciar e iniciar el Reino y nos llamas a seguirte. Pero no quieres
seguidores individuales, que vivan en solitario su aventura.
Nosotros queremos ser comunidad; queremos vivir en comunidad. Ayúdanos a formar una
comunidad viva, en la que todos celebremos la fe, compartamos la fe y pongamos a disposición de
los otros las cualidades de cada uno; en la que nos sintamos todos evangelizados y evangelizadores;
en la que vivamos concretamente el misterio y la responsabilidad de ser Iglesia.
Señor Jesús, queremos ser seguidores tuyos para anunciar y construir tu Reino en comunidad.
¡Ayúdanos!
REFLEXIÓN

1. Mirada a la realidad

Los cristianos estamos llamados a vivir la fe y el seguimiento de Jesús en comunidad. La mayor parte
de los cristianos no pertenecen a ningún tipo de comunidad. Para algunos su única comunidad es la
asamblea dominical en la que se sientan al lado de otros cristianos de los que, a veces, no saben ni
el nombre.
a) ¿Siento necesidad de vivir mi fe y mi compromiso cristiano en comunidad?
b) ¿Pertenezco a alguna comunidad cristiana?
c) ¿Qué logros y que deficiencias descubro en mi comunidad?
d) En la celebración de Eucaristía se realiza en sumo grado la presencia del Resucitado en
medio de la comunidad. Por eso la Eucaristía hace a la comunidad y la lleva a alcanzar la
meta más alta de comunión. ¿Qué nos dice el hecho de que el 90% de los católicos no
participe en la Eucaristía dominical? ¿Qué hacer frente a ello?

1. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?


116

a) ¿Qué situaciones y problemas de la comunidad de Mateo se reflejan en el texto?


b) ¿Qué parte o frase del texto bíblico me ha llamado más la atención y por qué?
c) ¿Cómo compaginar el que en este discurso Jesús diga a los suyos que dejen fuera de la
comunidad a los que pecan contra ella y no quieren corregirse con el amor y la amistad de
Jesús con los pecadores?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

a) ¿Qué características y valores típicos de una comunidad cristiana resaltan en el texto?


b) ¿Qué logros y que fallas tiene nuestra comunidad con respecto a cada una de las seis
características señaladas en el recuadro "la comunidad de Jesús hoy"?
c) ¿Aceptamos la ayuda de los hermanos que practican con nosotros la corrección fraterna?
d) ¿Cómo la practicamos nosotros con los demás? ¿Qué dificultades encontramos para ello?
e) ¿Cómo contribuimos con nuestra vida a edificar una Iglesia más cercana a la gente de
nuestro tiempo, que sepa escuchar, acoger y acompañar a quienes viven perdidos, sin
conocer el amor ni la amistad?

4. Compromiso. ¿Qué le decimos nosotros a Dios?


a) Compartir lo que hemos descubierto en este encuentro.
b) Hacer algún compromiso personal o comunitario para llevar a la práctica lo que hemos
reflexionado.

Oración.
Señor Jesús, haznos una comunidad abierta, confiada y pacífica, invadida por el gozo de tu Espíritu
Santo. Una comunidad entusiasta, que sepa cantar a la vida, vibrar ante la belleza, estremecerse
ante el misterio y anunciar el reino del amor.
Que llevemos la fiesta en el corazón, aunque sintamos la presencia del dolor en nuestro camino,
porque sabemos, Cristo Resucitado, que Tú has vencido el dolor y la muerte.
Que no nos acobarden las tensiones, ni nos ahoguen los conflictos que puedan surgir entre nosotros,
porque contamos - en nuestra debilidad - con la fuerza creadora y renovadora de tu Espíritu Santo.
Regala, Señor, a esta familia tuya, una gran dosis de buen humor para que sepa desdramatizar las
situaciones difíciles y sonreír abiertamente ante la vida. Haznos expertos en deshacer nudos y en
romper cadenas, en abrir surcos y en arrojar semillas, en curar heridas y en mantener viva la
esperanza.
Y concédenos ser, humildemente, en un mundo abatido por la tristeza, testigos y profetas de la
verdadera alegría.
117

Tema 19
LOS TRABAJADORES DE LA VIÑA
DIOS ES BUENO CON TODOS
Mt 20, 1-16

Oración
Te damos gracias, Padre, porque nos amaste ya antes de la constitución del mundo, cuando nos
elegiste para ser hijos tuyos en tu Hijo muy querido (Ef 1,5). Te damos gracias porque te anticipaste,
nos amaste primero (1 Jn 4,19) y por eso somos fruto de tu amor. Te damos gracias porque nos
sigues amando con tal firmeza, que nada ni nadie podrá arrancarnos del amor que nos tienes (Rom
8,39)
118

INTRODUCCIÓN

Esta es una de las parábolas de Jesús más sorprendentes y provocativas. Es tan revolucionaria
que, después de 20 siglos, no nos atrevemos todavía a tomarla en serio y nos preguntamos:
¿Será verdad que Dios nos trata a todos por igual seamos buenos o malos? ¿No será eso una
injusticia?

Para interpretar bien las parábolas hay que tener en cuenta, entre otras cosas, el objetivo con que
Jesús la dijo. El objetivo de esta parábola es resaltar la bondad de Dios para con todos. Eso
queda claro en el hecho de que el dueño de la viña que se queje de le critiquen porque es bueno.
Esta parábola sólo se encuentra en el evangelio de Mateo y tiene bastante parecido con la del hijo
pródigo que encontramos únicamente en Lucas. Ambas son parábolas sobre la misericordia de
Dios y con ellas Jesús responde a las críticas que los dirigentes religiosos de Israel le hacían por
su cercanía y amistad con los pecadores. Jesús explica su comportamiento diciéndoles que imita
a Dios Padre Misericordioso.

Todos nuestros esquemas se tambalean ante el amor insondable de Dios. Resulta escandaloso
que Jesús parezca olvidarse de las personas piadosas y se acerque precisamente a los que no
tienen derecho a recompensa alguna por parte de Dios: los pecadores que no observan la Alianza
y las prostitutas que no tienen acceso al templo. Esta parábola introduce una verdadera revolución
en la manera de concebir a Dios. Según Jesús, la bondad de Dios es insondable y no se ajusta a
los cálculos que nosotros podemos hacer.

COMENTARIO AL TEXTO

1. Una pincelada sobre la realidad social de Galilea en tiempos de Jesús (Mt 20, 1-7)

Aunque ese no es el objetivo de la parábola, en los primeros versículos, con la presentación de


tantos obreros esperando en la plaza pública que alguien los contrate, ofrece un retrato de la
realidad social y laboral de la Galilea en que vivió Jesús. La parábola ilustra la condición terrible en
que se hallaban los obreros ocasionales. Los amos buscaban en la plaza hombres dispuestos a
trabajar por lo que el dueño les quisiera pagar. La parábola habla de un denario, que equivalía al
jornal de un día.
El dueño de la viña que presenta la parábola tiene un comportamiento muy diferente: no parece
urgido por la vendimia, sino preocupado por dar trabajo a los obreros. Por eso sale incluso a
última hora en busca de los que nadie ha contratado para que puedan llevar algo a sus casas.

2. Dios es bueno con todos (Mt 20, 8-15)

Al final de la jornada, aunque las horas de trabajo habían sido muy desiguales, el dueño a todos
les dio un denario. El primer grupo, que trabajo todo el día, protesta, porque “ha tratado a los
últimos igual que a los primeros”. Lo que les ofende es que el dueño sea generoso con los últimos.
Por eso les dice: “¿Van a tener envidia porque yo soy bueno?”.
119

Nosotros nos encerramos en nuestros cálculos sin dejarle a Dios ser bueno con todos. Nos parece
que tendría que dar a cada uno según sus horas de trabajo. Si somos sinceros y nos ponernos en
la piel de los que trabajaron en la viña todo el día, seguramente tendremos que reconocer que
también nosotros exigiríamos que, en estricta justicia, se le pague a cada uno según su trabajo.
Menos mal que Dios no es como nosotros. Desde su corazón de Padre él sabe regalar su amor
salvador a esas personas a las que nosotros no sabemos amar.

A más de uno le puede escandalizar que Dios sea bueno con todos, lo merezcan o no, sean
creyentes o agnósticos, invoquen su nombre o vivan de espaldas a Él. Dios es así, y lo mejor es
dejar a Dios ser Dios, sin empequeñecerlo con nuestras ideas y esquemas.

Creer en un Dios amigo incondicional puede ser la experiencia más liberadora y gozosa que se
puede imaginar, la fuerza más vigorosa para vivir. Creen en un Dios justiciero y amenazador
puede convertirse en la neurosis más peligrosa y destructora del ser humano.

3. Justicia y misericordia. “Amigo no estoy siendo injusto contigo” (Mt 20, 13)

Jesús tiene un modo nuevo de entender la justicia social, porque no la entiende desde la ley, sino
desde la bondad y la misericordia de Dios y desde las necesidades de las personas.

Jesús pone de relieve los efectos perversos de la justicia legal aplicada sin tener en cuenta a las
personas con sus situaciones y sus necesidades. Esa justicia produce la marginación del obrero que
no logra medios necesarios para mantener su familia, y no por pereza, sino por falta de
oportunidades,

Los que se quejan siguen pensando en un sistema de estricta justicia, pero el señor de la viña se
mueve en otra esfera. Es su bondad la que rompe esa justicia, y la bondad no hace daño a nadie.
A todos les da lo que necesitan para vivir: trabajo y pan. En su comportamiento, la justicia y la
misericordia se entrelazan. Podemos decir que la justicia va del brazo de la misericordia y sigue el
camino que ella le marca y no el que marcan las leyes deshumanizadoras. Dios es justo siendo
misericordioso y nosotros, como buenos hijos de Dios, tendríamos que hacer lo mismo.

En muchos casos la aplicación literal y rigurosa de la ley, pervierte en verdadero sentido y objetivo
de la ley misma, ya que, en lugar de lograr el bien de las personas, las perjudica. La situación de
cada persona y la misericordia para con ella pueden exigir que se vaya más allá de la ley o incluso
contra de la ley, precisamente para lograr el objetivo que la ley pretendía. Y eso es lo más correcto
y, por tanto, lo más justo.

Se suele pintar la justicia como una mujer con una balanza en la mano y los ojos vendados. Si
está con los ojos vendados se puede volver injusta, porque ni ve ni tiene en cuenta la realidad. Es
la misericordia la que le abre los ojos a la justicia ciega.
120

Algunas expresiones de justicia que hoy utilizamos con gran aplomo, pueden ser un engaño y una
injusticia. Por ejemplo, cuando decimos que “ante la ley todos somos iguales”, si se entiende como
que hay que aplicar la ley a todos por igual, sin tener en cuenta la situación de cada persona, esa
justicia es injusta. Sería justa si previamente a la aplicación de la ley todos fuéramos iguales,
estuviéramos exactamente en las mismas condiciones, pero eso no lo tienen en cuenta los
legalistas.

4. La mezquindad humana. “¿Por qué tomas a mal que yo sea generoso? (Mt 20, 15)

Cuando hablamos así de la bondad de Dios para con todos sin distinción de méritos, algunos,
llevados por la mezquindad para con un Padre infinitamente generoso, llegan a pensar: ¿No dará
lo mismo portarse bien que mal si al fin a todos nos va a recibir Dios con los brazos abiertos y nos
va a invitar al banquete de la felicidad eterna? Esta pregunta es la negación misma del sentido de
esta parábola que nos invita a ser generosos como lo es Dios nuestro Padre.

5. Los últimos serán los primeros (Mt 20, 16)

Esta parábola de Jesús iluminaba una difícil situación que vivías las primeras comunidades,
porque los cristianos de origen judío se resistían a admitir en ellas a los que venían del
paganismo. No podían entender que los paganos tuvieran en la Iglesia la misma situación que
ellos. Como iluminación del conflicto, Mateo les recuerda esta sentencia de Jesús que aparece
varias veces en los evangelios: los últimos serán los primeros.

Sabemos que la controversia acerca de la admisión de los gentiles fue un problema muy
importante en la primitiva Iglesia y que se resolvió finalmente de la manera indicada en la
parábola. Pero quizás la parábola se refiere no sólo a los judíos que llegaron primero a la Iglesia
que los paganos, sino también a los primeros discípulos —incluyendo los Doce— en relación con
otros que se hicieron discípulos más tarde. El haber sido llamados antes no se ha de tomar como
una fuente de privilegios y distinciones. En el momento en que alguien es admitido en la
comunidad, se entiende que tiene derecho a una participación plena en ella.

REFLEXIÓN
Oración
Señor, Dios y Padre nuestro; Tú no eres un Dios oculto a nuestras vidas, sino que estás más cerca
de nosotros que dos corazones que se cruzan o dos vidas que se encuentran. Pues en tu Hijo Jesús
te hemos conocido y continuamos viviendo tu presencia en el amor de los hermanos, en nuestra
fraternidad.
Lo tremendo de nuestro encuentro contigo es que estamos ya acostumbrados a llamarte Padre,
estamos acostumbrados a considerarnos creyentes y, como fruto de nuestra costumbre, no nos
encontramos contigo ni en la oración, ni en la reflexión sobre nuestra propia vida, ni en la fraternidad
y la compañía de los demás.
Esta es nuestra súplica: danos fe y sensibilidad para comprender que tu vida y nuestra vida se
encuentran en cada momento, si nosotros queremos; y ayúdanos a comprender las exigencias que
121

nacen diariamente de nuestro encuentro contigo. Que nuestra vida, nuestra fe y nuestro amor a los
demás no sean ya una costumbre

1. Mirada a la realidad

1) ¿Hay cristianos que le aplican a Dios los criterios y esquemas humanos referentes a la
bondad y la justicia?
2) ¿Qué imagen de Dios te transmitieron en la infancia? ¿Ha ido cambiando con el tiempo?
¿En qué dirección?
3) Según el concepto de Justicia que tiene Jesús, hay que tratar a cada uno según sus
necesidades. ¿Hay empresarios o amas de casa que contratan el personal con este criterio
evangélico?
4) En la espiritualidad tradicional se hablaba de adquirir méritos ante Dios. ¿Cómo se
compagina eso con el Evangelio?

2. Mirada al texto

1) ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención en la lectura de esta parábola?


2) ¿Con qué objetivo la dijo Jesús?
3) ¿Conoces alguna otra parábola con un mensaje parecido?
4) ¿Por qué y con quién se enojan los que llegaron a trabajar a primera hora?
5) ¿Eran válidas sus razones?

3. Meditación

1) La imagen de un Dios generoso que trata por igual a buenos y malos ¿puede ser perjudicial
en algún sentido?
2) ¿Buscamos ganar méritos ante Dios?
3) ¿Qué nos dice la expresión: “Ganar indulgencias”?
4) ¿Nos relajamos en las exigencias de la vida cristiana sabiendo que Dios va a ser bueno
con todos?
5) ¿Buscamos algún privilegio o preferencia por haber llegado antes a la fe, a la Iglesia o a la
pequeña comunidad cristiana?
6) ¿Denuncia esta parábola alguna de nuestras malas actitudes? ¿En qué tenemos que
cambiar?

5) Compromiso

1) Asumir algún compromiso concreto como respuesta al mensaje de esta parábola


2) Terminar con oraciones espontáneas o diciendo todos juntos la siguiente oración:
122

Tú sabes, Señor, como me dejo arrastrar por las ocupaciones, los problemas y los
entretenimientos. Tal vez por eso no me encuentro casi nunca contigo. Tú estás dentro de mí,
pero yo ando casi siempre fuera de mi mismo. Tú estás conmigo y yo ando perdido en mil
cosas, olvidado totalmente de ti. ¿Nunca podremos vivir tú y yo de otra manera? Ya sé que
depende de mí y de tu gracia, que nunca falta.

Tema 20
JESÚS Y LOS ESCRIBAS
Y FARISEOS (Mt 23, 1-36)
Oración
Ven, Espíritu de amor, derriba las barreras que nos dividen, enciende en nosotros el fuego de tu
amor. Ven Espíritu de paz, une lo que está dividido, reúne lo que está disperso, los distantes, los
incompatibles, con la fuerza de tu cohesión.
Ven Espíritu de Dios, presente e invisible, fuerte y suave, desconcertante y tonificante, danos la
limpieza del testimonio y sugiere a nuestro espíritu la oración agradable al Padre. Amén.

Lectura de Mt 23,1-36
INTRODUCCIÓN

1. Los personajes: escribas y los fariseos

Los escribas eran estudiosos y especialistas en la Ley, es decir, en los cinco primeros libros del
Antiguo Testamento. Ellos los explicaban al pueblo en la sinagoga y los aplicaban en los tribunales
de justicia. Se les llamaba maestros de la ley, rabí o rabinos. Para llegar a ser escriba era necesario
hacer una carrera que duraba varios años. Superados los estudios se integraban en la corporación
de escribas mediante una especie de "ordenación". A partir de ese momento, el escriba ejercía
también de juez.
123

Los fariseos, herederos del profundo espíritu religioso y nacionalista de los macabeos, eran un
grupo muy aferrado a la Ley y a las tradiciones judías. Eran escrupulosos moralistas que, para
proteger la observancia de la Ley de moisés la rodearon de tal cantidad de normas, que la volvieron
impracticable y, por tanto, fuente de pecado. Llegaron a hacer una lista de 613 mandamientos. En
realidad les preocupaba más la observancia de la Ley de Dios que Dios mismo. No pudieron
entender a Jesús porque ellos pensaban que Dios estaba más interesado en el cumplimiento de la
Ley que en el bien de las personas. Jesús pensaba todo lo contrario.

Por su fundamentalismo religioso, los fariseos fueron los más obstinados adversarios de Jesús, pero
no tan peligrosos como los escribas, los ancianos y, sobre todo, los sumos sacerdotes. Los fariseos
acusaban constantemente a Jesús de violar la Ley, especialmente la ley del sábado (Mc 3,6) Para
eliminar a Jesús llegaron a unirse con grupos con los que tenían malas relaciones, como los
saduceos ( Mt 16,1), los Escribas (Mc 2,16; Lc 6,7) y los Herodianos (Mc 3,6). Después de la muerte
de Jesús creció el protagonismo de los fariseos en Israel y su rechazo de los cristianos. Ellos
expulsaron a los cristianos de la sinagoga e introdujeron en sus oraciones diarias una petición a Dios
contra los "nazarenos".

Al componer este relato, Mt se inspira en el texto paralelo de Mc, pero lo amplía y radicaliza
notablemente. Como los evangelios son la “historia” de Jesús leída a través de la historia de la
comunidad, este relato expresa claramente las experiencias vivida por la comunidad de Mateo.
Como telón de fondo de este texto está la persecución que sufría la comunidad de Mateo por parte
de los escribas y fariseos cuando se escribió este evangelio hacia el año 85. Seguramente por eso la
comunidad y el evangelista acentuaron la dureza del tono de las palabras de Jesús contra los
fariseos. Posiblemente también está de fondo el que algunos judíos de la comunidad de Mateo
seguían la conducta de los escribas y fariseos y el evangelista les recuerda la postura de Jesús para
con ellos.

COMENTARIO AL TEXTO

1. Jesús denuncia la hipocresía de los escribas y fariseos (Leer Mt 23, 2-7)

En este discurso Jesús se dirige a la vez a la multitud y a sus discípulos. Comienza por reconocer a
los escribas el rol de maestros que tienen y aconseja a sus discípulos y al pueblo que hagan lo que
ellos dicen en su explicación de la Biblia, pero que no hagan lo que ellos hacen porque su vida no se
ajusta a las exigencias de las Escrituras o Antiguo Testamento.

Lo que Jesús ataca aquí principalmente no es la enseñanza, sino las costumbres de los escribas,
que no están de acuerdo con lo que enseñan. Estos versículos contienen dos reproches: uno
contra el rigor de la interpretación dada por los escribas y otro contra la vanidad y la hipocresía de
escribas y fariseos. Lo que Jesús critica no son las personas, sino sus actitudes.

Mt señala algunos puntos concretos de esta incoherencia de vida de los dirigentes religiosos judíos:
124

a) Cargan de leyes y obligaciones a la gente y ellos no las cumplen ni ayudan a las personas a
cumplirlas.
b) Están llenos de orgullo y de vanidad, hacen el bien para ser vistos y alabados. Jesús denuncia
repetidas veces el afán de prestigio de los escribas y fariseos.
c) Adornan sus mantos con cintas que llevan escritas frases de la Biblia para aparentar que la
veneran y la cumplen. Llevan también cajitas que contienen fragmentos de pergamino con
frases de Ex 13,1-16; Dt 6,4-9 y 11, 13-21. Estas cajitas se ataban a la muñeca izquierda y
se ponían sobre la frente para tenerlas siempre ante los ojos. De esta forma se observaba
literalmente el mandato de tener la Ley como un signo sobre la mano y como un memorial
entre los ojos (Ex 13,9; Dt 6,8; 11,18)
d) Buscan siempre los primeros puestos en todos los lugares, actos y reuniones.
e) Quieren que todos les muestren admiración y respeto, los saluden y los llamen "maestros".
Los saludos eran también para ellos un reconocimiento de su prestigio. La cortesía exigía
en el Próximo Oriente que la duración del saludo estuviera en proporción con la dignidad de
la persona; de ahí que el saludo fuera un símbolo de categoría social.

2. Contraste entre la comunidad cristiana y los escribas y fariseos (Leer Mt 23,8-12)

Después de esa crítica de la conducta de los escribas y fariseos, Jesús propone a sus discípulos un
modo de vida que contrasta radicalmente con el de ellos. Mateo, al redactar estos versículos, hace un
breve retrato de la comunidad cristiana ideal, en la que nadie debe considerarse maestro ni padre ni
guía o director. Se rechazan los títulos honoríficos porque los discípulos son todos ellos hermanos
e iguales; uno solo es el Padre, Dios, y uno solo el maestro, el Mesías. Jesús pide a sus
seguidores que se resistan a la tentación de convertir su movimiento en un grupo dirigido pos
sabios maestros, por padres autoritarios o por dirigentes que se creen superiores a los demás.

Jesús ha pensado en una comunidad donde nadie se sienta “padre” ni “maestro” ni ”jefe”. Una
iglesia hecha de hermanos y hermanas donde todos han de encontrar su sitio y su tarea de
servicio a los demás. Por eso nadie ha de pretender en la comunidad cristiana monopolizar toda la
responsabilidad ni acaparar todas las tareas.

Igualmente, en contraste con los fariseos, los discípuloss no deben competir por los primeros
puestos, sino por servir con amor y humildad a los demás, como lo hizo su Maestro (Mt 20,28).

3ª. Las ocho amenazas (Mt 23, 13-32).

Como hemos indicado, posiblemente la comunidad de Mateo cargó las tintas en las acusaciones o
amenazas de Jesús contra los escribas y los fariseos y su formulación resulta un tanto áspera para
nuestra sensibilidad actual. Veamos cada una de estas amenazas. Jesús les dice: “Ay de ustedes”:

1) Por no aceptar a la persona y el mensaje de Jesús rechazando su invitación a entrar en la


comunidad del Reino y tratando de impedir que otros entren (Leer Mt 23, 13)
125

2) Por utilizar la religión y la oración con la secreta intención de apoderarse de los pocos bienes
que tienen las viudas, las personas más desamparadas (Leer, 23, 14) Muchos autores creen
que esta amenaza es una interpolación eclesiástica tomada de Mc 12, 40.

3) Por buscar prosélitos o seguidores de la religión judía en todo el mundo y después pervertirlos
con sus malos ejemplos y volviéndolos más hostiles a los cristianos que ellos mismos (Leer
23,15)

4) Por hacer juramentos con sutiles subterfugios para no sentirse obligados a cumplirlos (leer
23, 16-22) Cuando alguien deseaba eludir la obligación de cumplir un juramento podía
buscar una interpretación que negara la validez de la fórmula empleada. Lo que Jesús
ataca es la casuística de esas evasiones hipócritas.

5) Por pagar al templo los diezmos de productos insignificantes y olvidar los mandamientos
principales (Leer, 23-24) Jesús les acusa de que se muestran exigentes y delicados en el
pago del diezmo para el templo, pues la Ley de Moisés pedía el diezmo sólo de los productos
importantes, como los cereales, el vino y el aceite y ellos lo habían extendido a cosas sin
valor, como la menta o el comino. Muy exigentes en los impuestos y nada exigentes en lo que
le deben a Dios. En su relación con Dios se quedan en la superficialidad de los ritos y olvidan
lo que es verdaderamente importante: la justicia, la misericordia, la fe y la fidelidad. Les dice lo
mismo con una comparación hiperbólica: cuelan un mosquito y se tragan un camello. Esa
comparación refleja muy bien el espíritu farisaico que muestra un cuidado meticuloso en la
observancia de las prescripciones rituales sin importancia, mientras pasan por encima de los
mandatos más importantes.

6) Por limpiar la vajilla y no limpiar de su corazón la dureza, la injusticia y el robo (Leer, (23,25-
26) En algunos casos, el afán de limpieza de los fariseos rayaba en el fanatismo (cf. 15,1-
20). Sin embargo, aquí no se alude en sentido literal al plato y a la copa. Estas metáforas
aluden a la persona; la amenaza va dirigida contra el cuidado de la las apariencias y el
olvido de las disposiciones interiores. Practican los ritos de purificación externos, pero no
purifican ni limpian la copa por dentro, es decir, su interior, su corazón, que es de donde brota
todo lo malo.

7) Por aparentar ser justos y piadosos y tener un corazón podrido (Leer 23, 27-28) Jesús
denuncia su afán de presentarse como justos ante la gente y ocultando la podredumbre de su
corazón. Les dice que son como sepulcros blanqueados llenos de corrupción. Como el
contacto con un muerto producía impureza legal, al estar las tumbas pintadas de blanco
podían ser identificadas y evitar así el tocarlas accidentalmente. El interior de la tumba
suponía el grado sumo de impureza; la imagen es fuerte. Los vicios citados son la
hipocresía (este término viene a ser un estribillo en el discurso) y la injusticia; la
observancia de la Ley era un telón que ocultaba una vida corrupta.
126

8) Por dar culto a los profetas antiguos y perseguir a los actuales, entre ellos a Jesús (Leer
23,29-36) Esta amenaza refleja, sin duda, el asesinato de Jesús y los ataques de las
autoridades judías contra los apóstoles y los misioneros de la primitiva comunidad cristiana.
Se describe la hostilidad contra los profetas como una cadena ininterrumpida que se
remonta hasta los orígenes de la nación. Edificáis las tumbas de los profetas: Al construir
las tumbas de los profetas, los judíos se reconocen hijos de quienes los mataron;
demuestra que tienen las mismas inclinaciones que sus padres. Él les dice: colmen la
medida de sus. esto es, sigan matando profetas. Denuncia después sus actitudes hipócritas
con respecto a los profetas enviados por Dios, porque construyen monumentos en honor de
los profetas que mataron sus antepasados y ahora ellos quieren eliminar a los profetas que
tienen delante. Con ello denuncia la persecución que están llevando a cabo contra Jesús
mismo. Compaginan hábilmente un gran respeto a los profetas del pasado con la persecución
de los profetas actuales, concretamente de Jesús mismo.
REFLEXIÓN
Oración.
Señor Jesús, tus duras críticas y tus denuncias contra los fariseos nos dejan casi escandalizados. En
el fondo de nuestro corazón sentimos la tentación de asegurar que te has pasado. Quizás sea
porque nos hemos acostumbrado a convivir con la falsedad, la hipocresía y la corrupción.
Lo más sorprendente es que, a pesar de tu rechazo frontal del fariseísmo, corriendo el tiempo,
muchos de tus seguidores hemos logrado hacer una síntesis imposible: ser seguidores tuyos e imitar
el orgullo y la hipocresía de tus enemigos, los fariseos.
Te pedimos, Señor, que nos ayudes a arrancar de nuestra vida cualquier brote de fariseísmo, por
pequeño que sea. Amén.

1. Partir de la realidad actual

Jesús y los primeros cristianos fueron el polo opuesto de los escribas y fariseos.
a) ¿Qué rasgos de fariseísmo encontramos hoy día en los cristianos?
b) ¿Y en nosotros mismos?
c) ¿Los distintos cargos y servicios que hay en la Iglesia se convierten en fuente de prestigio y
vanidad?
d) ¿Hay entre los miembros de las comunidades cristianas afán por ocupar los primeros
puestos?

2. Lectura e interpretación del texto. ¿Qué les dijo Dios?

a) ¿Qué problemas de la comunidad de Mateo se traslucen a través del texto?


b) ¿En cuántas partes se puede dividir y cuál es el contenido de cada una de ellas?
c) ¿Qué es lo que critica Jesús en los escribas y fariseos, sus personas o sus actitudes?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?


127

a) El espíritu fariseo es como un virus que ha llegado a contagiar incluso a los seguidores del
mayor enemigo del fariseísmo, Jesús de Nazaret. Estas denuncias de Jesús contra los
escribas y los fariseos nos invitan hoy a nosotros a examinar hasta qué punto y en qué cosas
Jesús nos podría acusar hoy de hipocresía, falsedad o incoherencia.
b) Repasar las ocho amenazas de Jesús contra la conducta de escribas y fariseos qué rasgos
de ellas quedan hoy en los cristianos y, particularmente, en cada uno de nosotros.

4. Compromiso. ¿Qué le decimos a Dios?

a) Hacer un compromiso concreto para erradicar alguno de los rasgos de fariseísmo que
tenemos.
b) Terminar con oraciones espontáneas.

Tema 21
PREPARACIÓN PARA LA SEGUNDA
128

VENIDA DEL SEÑOR (Mt 25,1-46)

Oración
Padre, Tú que eres Amor (1Jn 4,8), infunde en nosotros ese amor tuyo para amarte con él a Ti y a
todos tus hijos, sin excepción, como Tú los amas.
Señor Jesús, el del amor extremo (Jn 13,1), en cuya entrega a los últimos hasta la muerte en la
Cruz hemos descubierto en qué consiste el amor (1Jn 3,16), Tú que nos dijiste como tu última
voluntad: "Esto les ordeno: que se amen unos a otros"(Jn 15,17), concédenos la gracia de aprender
de Ti a amar como tú nos amas.
Espíritu Santo que eres el Amor por proceder el Padre y del Hijo, vierte sin medida en nuestros
corazones tu don más precioso (1Cor 12,31), el amor, para que sea él la ley de vida que inspire y
que rija nuestras relaciones con Dios y con los hermanos, próximos o lejanos, amigos o adversarios,
especialmente de los más necesitados.

INTRODUCCIÓN

En el capítulo 25 de Mt encontramos tres parábolas que fundamentalmente tienen el mismo objetivo:


la invitación al estar preparados para la venida del Señor y para rendirle cuentas de nuestro
comportamiento. Por consiguiente, son, ante todo, una indicación de cómo tenemos que realizar hoy
nuestra vida cristiana. La primera de esas parábolas compara la espera de la venida del Señor con el
comportamiento de diez doncellas que acompañan a la novia en la espera del que va a ser su
esposo. La segunda habla de un personaje importante que en una larga ausencia confió diversas
cantidades de dinero a sus empleados para que las hicieran producir. La tercera parábola describe
“el juicio de las naciones”.

1. Parábola de las diez doncellas (Leer Mt 25, 1-13)


En la interpretación de las parábolas Jesús hay que fijarse ante todo en el objetivo con que las
propone. Es ahí donde hay que buscar el mensaje. Si uno se centra en los detalles de la redacción
y busca en ellos el mensaje puede sacar conclusiones muy extrañas, por ejemplo, ésta: las
jóvenes que no quisieron compartir el aceite son unas egoístas y a ellas tenía que haber
recriminado el Señor y no a las que se quedaron sin aceite. Pero el objetivo de esta parábola no
es hablar de la solidaridad.

Las lámparas de las doncellas significan la fe y el amor a Cristo, el esposo. Entre los cristianos
hay personas previsoras que cuidan su lámpara, es decir, su fe y su amor a Jesucristo, y lo
alimentan con el aceite de la palabra de Dios vivida como diálogo de amor entre él y nosotros, con
la oración vivida también como diálogo de amistad con Dios y con las obras, de amor y solidaridad
con los demás. Pero hay otras personas que descuidan totalmente la vivencia de la fe. Se
desentienden de su relación con Dios y con Cristo en la oración y se olvidan de la solidaridad con
129

los demás. Cuando llega el Señor las encuentra con la lámpara de la fe apagada. De nada sirve
que les pidan a las demás que le presten su fe, su oración o sus obras de solidaridad. Son
realidades personales intransferibles, y no por egoísmo, sino por su propia naturaleza.

El interrogante que nos plantea a nosotros esta parábola es claro: ¿Cómo está la llama de nuestra
fe y nuestra vida cristiana? ¿Está animosa y firme o titubeante y mortecina? Tenemos que tomar
todas las precauciones para avivar nuestra fe, ahora que todavía estamos a tiempo, mientras llega
el esposo.

La parábola termina con unas palabras del esposo muy duras para las doncellas que se han
olvidado de alimentar y expresar su fe en el diálogo o amistad filial con Dios y el servicio y
solidaridad con los demás. Cuando llaman a la puerta queriendo entrar les dice que no las conoce.
Les falta la marca por la que él conoce a los suyos: las buenas obras. Ya dijo en otra ocasión
hablando de los verdaderos y los falsos profetas: “por los frutos los conocerán”. Él nos conoce por
los frutos más que por la voz y las palabras.

a) Teniendo en cuenta el simbolismo de la lámpara de aceite de las 10 doncellas y pensando en la


gran masa de los cristianos, ¿en qué situación tienen la llama de su fe y de su vida cristiana?
b) ¿En qué situación la tenemos nosotros?
c) ¿Cómo la alimentamos?

2. Parábola de los talentos (Leer Mt 25, 14-30)

La segunda parábola habla de un señor que se ausentó por largo tiempo y dejó diferentes
cantidades o talentos de oro a tres empleados para que las hicieran producir durante su ausencia.
El talento era una medida de peso. Con esta comparación se nos dice que Dios nos ha entregado
algunos dones y nos ha pedido que los desarrollemos mientras, aparentemente, Él se ha
ausentado, porque no interviene de manera directa y visible.

¿Cuáles son los talentos que Dios ha puesto en nuestras manos para que los hagamos producir?
Como esta parábola se refiere al Reino de Dios, es claro que el mayor talento que nos ha dejado
es el Reino. Según Jesús, el Reino es un tesoro tan grande que por él vale la pena sacrificar hasta
la propia vida. Y ya sabemos que el Reino consiste en que Dios nos ha hecho hijos suyos y, por lo
mismo, hermanos entre nosotros.

Cultivar ese tesoro significa, en primer lugar, ser y vivir como buenos hijos, viviendo en comunión
y en diálogo de amistad filial con Dios nuestro Padre, obedeciéndole, porque sabemos que
siempre quiere lo mejor para nosotros; significa tener para con los demás los mismos sentimientos
de amor, comprensión y misericordia que tiene nuestro Padre Dios; significa tratar de imitarle. Nos
lo pidió Jesús: “Sean misericordiosos como su Padre del cielo es misericordioso”
130

Cultivar ese tesoro que Dios nos ha entregado significa también empeñarnos en vivir realmente
como hermanos entre nosotros en todos los ámbitos de la vida humana, tanto de la familia, como
de la sociedad y en los grupos e instituciones en que ésta se articula. Son quilates de ese tesoro
los valores del Reino, como la justicia, la paz, la solidaridad, la verdad, que son expresión de la
filiación y de la fraternidad. Son valores sobre los que Dios nos va a pedir cuentas. No los
debemos encerrar en el archivo muerto de nuestra vida, sino desarrollaros, y no por miedo al juicio
de Dios, sino por amor a quien ha sido tan generoso con nosotros.

En cuanto al premio, Dios nos paga con la misma moneda haciéndonos plenamente hijos y
plenamente hermanos. Lo dice la primera carta de Juan: “Ya somos hijos de Dios, pero todavía no
se ha manifestado lo que llegaremos a ser” (1Jn 3,2)

a) ¿Qué relieve tienen en la sociedad en que vivimos la filiación para con Dios y la fraternidad
para con los demás?
b) ¿Cómo se están negando o destruyendo?
c) El ser hijos y el ser hermanos son inseparables. Demostramos que somos buenos hijos de
Dios, siendo buenos hermanos entre nosotros. ¿Cómo cultivamos esta inmensa fortuna
que Dios nos ha dado? ¿La tenemos escondida bajo tierra?

3. “El juicio de las naciones “(Mt 25, 31-46)

3.1. Sentido de esta parábola o comparación pastoril

Esta parábola es exclusiva de Mateo. No se encuentra nada parecido en los otros evangelios. No es
la crónica anticipada de un hecho histórico del futuro. Es una escena imaginaria en que se vierte el
núcleo de la enseñanza moral de Jesús sobre el comportamiento con los demás, especialmente
con los que sufren.

El evangelista se dirige a unos cristianos que han descuidado su compromiso práctico de solidaridad
con los pobres y pretende despertarlos de su letargo y recordarles que el destino de cada persona se
decide en la actitud que tenga ante los necesitados. Jesús se identifica con ellos de tal modo que el
comportamiento que tengamos con ellos es también comportamiento con Jesús y con Dios Padre.

A veces olvidamos que también los pobres son sacramento de la presencia del Señor y el lugar más
inequívoco de encuentro con él. Este párrafo de Mt lo dice con asombrosa claridad. El encuentro con
Dios Padre y con Jesucristo en el sacramento de los pobres cambia profundamente nuestras vidas,
porque nos impulsa a dar la vida por ellos y por su causa, como la dio Jesús. Con frecuencia nos
resulta más fácil y más gratificante buscar al Señor en la relajada soledad del templo que en la
áspera y amarga realidad de los pobres. Pero la cita más clara que Jesús nos dejó para verse con
nosotros fue en el santuario de los pobres.

3.2. Nuestro examen final tiene sola pregunta: nuestra relación con los que sufren.
131

Resumiendo poéticamente este relato, san Juan de la Cruz escribió: "al atardecer te examinarán
sobre el amor". Al atardecer de nuestra existencia, al apagarse la luz de nuestra vida, el Señor nos va
a preguntar únicamente por las obras y los gestos concretos de amor y de solidaridad que hayamos
tenido o dejado de tener con los pobres, los hambrientos, los desnudos, los enfermos y los presos.
Hay dos maneras de reaccionar ante los que sufren: nos compadecemos y les ayudamos o nos
desentendemos y los abandonamos.

No nos debería extrañar que, al hablar de juicio final, Jesús presente la compasión como el criterio
último y decisivo que juzgará nuestras vidas y nuestra identificación con él. No nos va a preguntar
qué discursos hermosos o qué frases bonitas hemos logrado hacer sobre la tan traída y llevada
opción preferencial por los pobres, sino por las acciones concretas que hayamos realizado en favor
de ellos. Por extraño que parezca, no nos va a preguntar, como a Pedro, si le amamos mucho a él
(Jn 21,15). No es necesario preguntarlo, ya que el verdadero amor a Dios y a Jesucristo se realiza y
se demuestra amando a sus predilectos: los pobres. "Cuanto hicieron con alguno de estos más
pequeños, que son mis hermanos, lo hicieron conmigo"(Mt 25,40)

Nuestra suerte no se va decidir al final de la historia de la humanidad ni de nuestra historia personal;


se decide ya mismo en nuestro comportamiento real y concreto ante el sufrimiento de los pobres,
hambrientos, enfermos, encarcelados.

Reduciríamos enormemente la importancia de este texto si lo tomáramos únicamente como una


invitación a la beneficencia o a la limosna ocasional cuando nos encontramos con un pobre. Más bien
la solemnidad del relato sugiere algo muy serio, planificado y constante. Se trata de una verdadera y
firme opción por los pobres, que se expresa en el amor y en la solidaridad con ellos. Esto incluye
remediar sus necesidades graves e inmediatas que no pueden esperar, pero incluye también el
compromiso por ayudarles en su proceso de liberación de la pobreza humillante. Como dijo el papa
Pablo VI, hemos de cooperar a la liberación de tantos millones de hijos de Dios), que están
esclavizados por la pobreza (EN 30)

Nuestro amor a los necesitados no se puede reducir a una acción asistencial. Tenemos que descubrir
la injusticia que se encierra en nuestras vidas aprendiendo poco a poco a mirarnos a nosotros
mismos y mirar nuestros bienes desde los ojos de las gentes y los pueblos pobres. No basta la
asistencia, es necesaria la promoción de las personas y la transformación de las estructuras que
causan la pobreza y la marginación. Se nos pide ir transformando la sociedad al servicio de los más
necesitados y desposeídos.

No hay que esperar al juicio final. El juicio se realiza cada hora en el hecho de acercarnos o alejarnos
de los que sufren porque en esas actitudes nos acercamos o nos alejamos de Jesucristo y de Dios
Padre y nos integramos en la comunidad de las ovejas o en el caos de las cabras.

REFLEXIÓN
Oración
Dios de la vida, tú nos has llamado a la comunión contigo en la fidelidad de una alianza eterna y
132

personal. Concédenos vivir el tiempo presente con la esperanza de la vida sin fin, dando a cada
opción de esta vida que pasa la dignidad y el sabor de un acto que prepare la dicha infinita de la
participación en el día sin ocaso de tu Amor. Entonces, en la paz de tu Espíritu, cantaremos por
siempre el cántico de los resucitados, unidos a tu Hijo, Señor de la nueva vida y de la historia, único
vencedor del pecado y de la muerte.

1. Mirada a la realidad actual

1) La mayoría de los cristianos nos sentimos satisfechos y tranquilos porque no hacemos a


nadie ningún mal especialmente grave. ¿Pero basta eso?
2) Esta parábola de Jesús nos obliga a hacernos preguntas muy concretas: ¿estoy haciendo
algo por alguien? ¿Qué estoy haciendo por los más necesitados?

3) Por más que nos bañemos de optimismo, Bolivia es uno de los países más pobres de
América Latina. Son muy elevados los porcentajes de personas que pasan hambre, carecen
de agua y de vestido; es grave la falta de atención a los enfermos sin recursos ni seguro; es
muy preocupante la cantidad de muertes prematuras que se dan y la espantosa situación de
los encarcelados y condenados sin juicio ni sentencia.
a) ¿Qué hechos positivos descubrimos en las autoridades nacionales y locales en la
transformación de esa realidad que clama al cielo y a nuestros corazones la pobreza?
b) ¿Qué hechos negativos descubrimos?
c) ¿Qué compromisos tenemos nosotros en esta lucha?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿Qué situación de la comunidad de Mt se trasluce a través de este texto?


2) ¿Por qué en el juicio final Cristo sólo va a preguntar por la relación con los pobres y los que
sufren?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

Si el juicio final para mi fuera hoy,


1) ¿Qué alabaría Jesucristo en mi relación con los pobres y los que sufren?
2) ¿Qué me reprocharía?

4. Compromiso. ¿Qué le decimos a Dios?

1) Hacer un compromiso que concrete en términos efectivos nuestra solidaridad con las víctimas
de la injusticia y con los pobres.
2) Terminar con oraciones espontáneas.
133

Tema 22
LA RESURRECCION DE JESUS
(Mt 28,1-15)
Oración
¡Oh Dios, padre de Jesús y padre nuestro! Los dirigentes religiosos de tu pueblo elegido, mirando
con saña a tu Hijo crucificado, se burlaban de él y de ti diciendo: “Salvó a otros y no puede salvarse a
sí mismo. Que baje de la cruz y creeremos en él. Ha confiado en Dios: que lo libre, si es que lo ama
(Mt 27, 42-43)
Nosotros te damos gracias, Padre, porque, con la fuerza de tu Espíritu, lo arrancaste de la muerte y
lo resucitaste. Con ello diste un no rotundo a la burla de sus enemigos y un sí más rotundo aún a la
persona, la vida, la obra y el mensaje de Jesús.
Gracias, Padre, porque al resucitarlo a él, le has dado sentido a nuestra vida. Ahora sí sabemos por
qué nacimos y para que existimos: como Jesús, para vivir para siempre en plenitud de vida con el
Resucitado.
I. COMENTARIO AL TEXTO

Podemos dividir este párrafo del evangelio de Mt en las tres partes siguientes:

1. El sepulcro vacío y el anuncio de la resurrección de Jesús (28, 1-8)

Mateo cuenta que dos mujeres, ambas de nombre María, discípulas de Jesús, al amanecer del día
siguiente de su muerte fueron a visitar el sepulcro y lo hallaron vacío. Un ángel les explica el
significado de la tumba vacía: no han robado el cuerpo, sino que ¡Jesús ha resucitado! Después de
134

comunicarles esta buena y sorprendente noticia, les encarga la misión de comunicar a sus discípulos
que se dirijan a Galilea para encontrarse allí con el Resucitado. Con esta narración, Mateo expresa la
fe de su comunidad en la resurrección de Jesús.

2. Aparición de Jesús a dos mujeres (28, 9-10)

Mientras se dirigen a transmitir la noticia a los discípulos, se les aparece el resucitado. Ellas
responden al saludo gozoso de Jesús con un gesto de adoración y de reconocimiento. El Señor les
encomienda ahora personalmente lo mismo que les había encargado el ángel: llevar a los discípulos
la buena noticia de que Jesús los espera en Galilea.

Es importante caer en la cuenta de que son dos mujeres las encargadas de realizar el primer anuncio
de la resurrección. Teniendo en cuenta que en la cultura judía el testimonio de una mujer no era
considerado válido, es muy significativo el hecho de que los primeros testigos de la resurrección de
Jesús son los que no cuentan para la sociedad ni valen para testigos. Jesús, que hizo de los pastores
marginados los primeros testigos y anunciadores de su nacimiento, hace ahora de otros marginados
(las mujeres) las primeras testigos y anunciadoras de su de su resurrección. Pero los Apóstoles, hijos
de su cultura, no aceptaron este testimonio: las mujeres "comunicaron estas cosas a los apóstoles.
Pero ellos pensaron que se trataba de un delirio, y no les creyeron" (Lc 24, 10-11).

3ª. El soborno de los testigos (28, 11-15)

A pesar del testimonio de los guardias, que les anuncian la victoria de Jesús sobre la muerte, los
jefes del pueblo persisten en su actitud hostil y sobornan a los que han custodiado la tumba para que
difundan el rumor de que sus discípulos han robado el cuerpo de Jesús. Los guardias habían sido
enviados a custodiar el sepulcro y acaban siendo testigos de la resurrección de Jesús, aunque no el
más importante y definitivo. El más importante son las apariciones.

Este falso rumor del robo del cadáver había corrido entre los judíos hasta la época en que se escribió
el evangelio y se había convertido en un argumento en contra de los cristianos. A través de este
relato, el evangelista pretende rebatir la acusación de los fariseos y ofrecer a su comunidad motivos
para reforzar su fe en el resucitado: la tumba vacía es un signo evidente de la resurrección de Jesús.

II. REFLEXIÓN TEOLÓGICA

1. Lo más nuclear de la fe cristiana.

"Creemos que Jesús que resucitó y vive". Esto lo más nuclear de la fe cristiana y es, a la vez, el
núcleo desde el que se van abriendo nuevos horizontes a nuestra fe. "Creemos", así, en plural,
porque la fe cristiana es esencialmente comunitaria. Y porque creemos en Jesús resucitado, creemos
también en todo lo que él nos ha revelado acerca de Dios, creemos que Dios es Padre y Madre,
creemos que es Espíritu Santo, creemos en la Iglesia, sacramento de la presencia de Cristo en la
historia, creemos en la vida futura junto al Resucitado. Todo ello lo creemos, sencillamente porque
135

creemos que Jesús resucitó y vive. Su resurrección es el big-bang que florece en la constelación de
estrellas luminosas de todas las verdades que creemos.

La fe en Jesús no consiste en un mero asentimiento intelectual, sino que implica optar por El y
adherirse a su persona de tal manera que sea el quien dé sentido a nuestra vida, que sea él el
horizonte y la pauta de nuestro caminar; implica tener sus mismos sentimientos y actitudes, implica
tratar de vivir como él vivió y tratar de desvivirse por lo que él se desvivió. En otras palabras, creer en
Jesús significa seguirle hasta las últimas consecuencias.

Precisamente porque la resurrección de Jesús es lo más nuclear de nuestra fe, si Cristo no resucitó,
nuestra fe nos deja abrazados al vacío más desolador. Por eso Pablo, testigo cualificado de la
resurrección de Jesús, escribió: "Si Cristo no ha resucitado, tanto mi anuncio, como vuestra fe,
carecen de sentido"( 1Cor 15,14).

Creer en Cristo resucitado no es solamente creer en algo que le sucedió a un difunto llamado
Jesús de Nazaret. Es saber escuchar hoy desde los más hondo de nuestro ser estas palabras que
el Resucitado dice en la asamblea litúrgica con que comienza el Apocalipsis: “No tenga miedo,
soy yo, el que vive. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos” (Ap 1, 17-18)

Para no pocos cristianos, la resurrección de Jesús es sólo un hecho del pasado. Algo que le sucedió
al muerto Jesús después de ser ejecutado hace dos mil años. Un acontecimiento que con el paso del
tiempo se aleja cada vez más de nosotros, perdiendo fuerza para influir en el presente.

Por desgracia la fe de muchos cristianos es poco cristiana, porque para ellos la resurrección de Jesús
no tiene importancia, no ocupa un lugar destacado ni en su pensamiento ni en su vida. Ellos creen en
Dios lo mismo que los judíos, los musulmanes o los budistas. La resurrección de Jesús es para ellos
una verdad más añadida a lo fundamental del credo. También nosotros tenemos que preguntarnos
hasta qué importancia tiene el Resucitado en nuestra vida de fe personal y comunitaria.

2.2. Para ver al Resucitado hay que ir a Galilea (Mt 28,10).

Según Mc 16,7 y según Mt 28,7.10, al Resucitado no se le puede ver en Jerusalén, sino en Galilea.
Jerusalén para ellos es el centro del poder asesino y Galilea es la periferia del país, siempre olvidada
y despreciada como pagana (M t 4,14). Precisamente allí, en la periferia, es donde el Señor
resucitado se da cita con los Once.

Galilea es el lugar de la comunidad y de la misión, porque fue en Galilea donde Jesús formó su
comunidad de discípulos y donde realizó su misión. A Jesús lo experimentamos vivo cuando
formamos parte de una pequeña comunidad de creyentes que, reunidos en su nombre, comparten su
fe, su vida y su compromiso cristiano; experimentamos su presencia cuando nos entregamos como él
lo hizo en Galilea, a anunciar la Buena Nueva a los pobres, a luchar por la libertad de los cautivos, a
dar una mano a los enfermos, a los pequeños, a los marginados y despreciados por la sociedad. Eso
es ir a Galilea, al lugar donde el Señor resucitado está presente de la manera más viva.
136

2.3. La fe en el Resucitado y su presencia en nosotros nos resucita a una vida nueva

El que se adhiere al Resucitado por la fe ya ha resucitado, germinalmente, al menos: "Por el


bautismo hemos sido sepultados con Cristo quedando asimilados a su muerte, para que así como
Cristo ha resucitado de entre los muertos para gloria del Padre, así también nosotros llevamos una
vida nueva" (Rm 6,4); una vida como la de Jesús, enteramente para los demás.

El que cree en el Resucitado, sale del sepulcro de una vida encerrada en el egoísmo y amarrada por
las vendas de los propios intereses; sale a la luz de una vida nueva, alegre, libre, abierta a los demás
y entregada generosamente al servicio de los otros, especialmente de los sepultados por el olvido y
la marginación social. Resucitamos a una vida nueva que se arriesga y se gasta en el empeño por
bajar de la cruz a los crucificados de este mundo.

Cristo resucitado vive ahora infundiendo en nosotros su energía vital. Intuir que el Resucitado está
ahí, en medio de nuestras pobres cosas, sosteniendo para siempre todo lo bueno, lo bello, lo limpio
que florece en nosotros como promesa de infinito.

Él está en nuestras lágrimas y penas como consuelo permanente y misterioso. Él está nuestros
fracasos e impotencias como fuerza segura que nos defiende. Está en nuestras depresiones
acompañando en silencio nuestra soledad y nuestra tristeza. Él está en nuestros pecados como
misericordia que nos soporta con paciencia infinita, y nos comprende y acoge hasta el fin. Está
incluso en nuestra muerte como vida que triunfa cuando parece extinguirse. Nadie vive olvidado.
Ninguna queja cae en el vacío. El Resucitado está con nosotros y en nosotros para siempre.

Creer en el resucitado es descubrir que nuestra oración a Cristo no es un monólogo vacío, sin
interlocutor que escuche nuestra invocación, sino diálogo con alguien vivo que está junto a nosotros
en la misma raíz de la vida. Creer en el Resucitado es dejarnos interpelar por su palabra vivía
recogida en los evangelios, e ir descubriendo prácticamente que sus palabras son “espíritu y vida”
para el que sabe alimentarse de ellas. Creer en el Resucitado es vivir la experiencia personal de que
Jesús tiene fuerza para cambiar nuestras vidas, resucitar lo bueno que hay en nosotros y para ir
liberándonos de lo que mata nuestra libertad.

Si no hay contacto vital con Cristo como alguien que está vivo y da vida, Jesús se queda en un
personaje del pasado al que se puede admirar, pero que no hace arder los corazones; su evangelio
se reduce a letra muerta, sabida y desgastada, que ya no hace vivir
137

III. MEDITACIÓN

Oración. Dios de nuestros padres, Señor de la vida, nosotros creemos en ti. Creemos que viniste
como un hombre más y sabemos que sufriste una oscura muerte en la que casi todos tus amigos te
dieron por vencido y te abandonaron.
Creemos, Señor, que resucitaste, misteriosamente transformado, glorioso e inmortal, pero sin dejar
de ser tú mismo.
Y por ti nos atrevemos a creer que también nosotros resucitaremos y seremos maravillosamente
transformados, aunque sin dejar de ser nosotros mismos, para estar contigo y reencontrarnos con
todas las personas que hemos querido.
¡Ayuda, Señor, a nuestra poca fe!

1. Partir de la realidad actual.

a) ¿La resurrección de Jesús es realmente el centro de la fe de la mayoría de los cristianos?


b) ¿Lo es para mí?
c) ¿Qué aspectos de mi vida siguen todavía en la oscuridad del sepulcro? ¿En qué tengo que
resucitar?.

2. Lectura e interpretación del texto. ¿Qué les dijo Dios?

a) Dividir el texto en partes y resumir en una frase el contenido de cada una de ellas.
b) ¿A quiénes se manifestó Jesús primero y por qué?
d) ¿Qué significa el que Jesús cite a sus discípulos en Galilea? ¿Se refiere a un lugar geográfico
o a un lugar social?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?

a) El poder del Resucitado que recibí por la fe y el bautismo, ¿sigue sin desarrollar en mí su
fuerza transformadora?.
b) Nuestras comunidades ¿son realmente signo de la presencia del Resucitado en medio de
ellas?

4. Compromiso. ¿Qué le decimos nosotros a Dios?

Jesús al resucitar dejó en el sepulcro los signos de muerte (vendas y sudario).


a) ¿Qué me comprometo a dejar yo en el sepulcro para emprender una vida nueva?
b) ¿Qué tendría que dejar el grupo?
c) Compartir lo que hemos descubierto meditando este texto de Mt.

* A la luz de lo reflexionado, hacer algunas oraciones espontáneas de petición y de acción de


gracias.
138

Tema 23
MISIÓN DE LOS
SEGUIDORES DE JESÚS
Mt 28,16-20

Oración. Testigos de Cristo.


Cristo Jesús, la fuerza de tu Espíritu nos congrega y nos urge a confesar que estás vivo entre los
hombres. Te alabamos y te bendecimos por el amor con que nos salvas, y queremos glorificarte con
una existencia agradecida.

En medio de la angustia y del vacío que sobrecogen a este mundo, quisiéramos tener la experiencia
inconfundible de tu voz, de tu aliento, de tu singular poder. Pero, a veces, lo olvidamos y nos cuesta
desvelar y adorar tu rostro oculto en los que tienen hambre y sufren la injusticia; en los que son
marginados por muchas formas de egoísmo; en los que son humillados por los que no sabemos
compartir.

Queremos avivar la fe en tu presencia, afirmar el sentido trascendente de la vida, y anunciar con


gozo y sin temores que ya estamos redimidos. Envíanos tu Espíritu para que, transformados,
acertemos a vivir dando pruebas concretas de esperanza, construyendo un mundo más justo y
solidario, y creando una auténtica comunidad de amor fraterno.

I. COMENTARIO AL TEXTO

Estos últimos cinco versículos del evangelio de Mateo se refieren al envío de los once apóstoles y de
todos los que, a lo largo de la historia, opten por seguir a Jesús. En este párrafo encontramos
elementos muy importantes de la misión de los apóstoles y de la nuestra, que es la misma. Este
encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos tiene dos objetivos: confirmar su fe y enviarlos a
evangelizar.

1. Confirmación de su fe (28, 16-18)


139

Como les había dicho por medio de las mujeres, Jesús resucitado se encuentra con sus discípulos en
Galilea. A lo largo de todo el evangelio la actitud vacilante de los discípulos les mereció el apelativo
de "hombres de poca fe"(Mt 6,30) y en el momento más decisivo abandonaron a Jesús. El sentido de
este encuentro de Jesús con sus discípulos es devolver las fuerzas a los que no habían sido capaces
de seguirle en su pasión.

Ahora les recuerda aquel abandono y los discípulos lo reconocen como Señor mediante un gesto de
adoración. Pero algunos seguían todavía dudaban si sería él. ”Pero, algunos dudaron” (v.17) En los
relatos evangélicos el Resucitado se presenta con diversas apariencias que les hacen dudar: María
Magdalena lo confunde con el jardinero, los once con un fantasma, los dos de Emaús con un
pasajero cualquiera. Sin duda todos quieren creer, pero en algunos se despierta la duda y la
indecisión. Tal vez están asustados, no pueden captar todo lo que aquello significa.

Mateo refleja también aquí la fragilidad de la fe de las primeras comunidades cristianas y les
asegura que, si no contaran con Jesús, pronto esa fe se apagará.

2. Jesús les confía la misión (28, 19-20)

Si comparamos este envío misionero con el que Jesús les hizo durante su vida terrena(Mt 10, 5-15)
comprobaremos que se ha dado un cambio muy importante. Allí los envía a anunciar el evangelio
sólo en su país; aquí los envía a todos los pueblos. En la perspectiva de Mateo, entre ambos envíos
ha sucedido un acontecimiento muy importante: Israel ha rechazado a Jesús (Mt 21,23); por eso el
Reino ha sido entregado a un nuevo pueblo cuya misión consistirá en hacer discípulos de Jesús a
todos los hombres y mujeres de todos los países.

Jesús les indica con toda precisión cuál ha de ser su misión. No es enseñar una doctrina, sino dar
testimonio de que Jesús resucitó y vive, proclamar el evangelio, crear comunidades. Pero todo
está finalmente orientado a un objetivo: hacer discípulos de Jesús.

Esta es también nuestra misión: hacer seguidores de Jesús que conozcan su mensaje, que vivan
en comunidad, sintonicen con su proyecto, aprenda a vivir como él y reproduzcan hoy su
presencia y acción en el mundo.

No es casual que el evangelio termine con el envío misionero. La Iglesia de Jesús es esencialmente
una comunidad misionera. Las palabras del Resucitado: pónganse en camino, la invitan a salir
constantemente de sí misma, de sus problemas y preocupaciones domésticas, para abrirse a un
nuevo horizonte: el de los hombres y mujeres que no conocen el gozo de sentirse hijos o hijas de
Dios y hermanos entre sí.

También en este texto del envío se trasluce la conciencia y la experiencia misionera que tenía la
Iglesia primitiva. La Iglesia actúa en virtud del encargo recibido de Jesús, un encargo que no tiene
límites. Por su autoridad, reúne discípulos de todas las naciones; no hay por qué hablar en
adelante de una misión restringida a los judíos, bautizándolos: Su tarea consiste en bautizar y
140

enseñar. El bautismo es un rito de iniciación; bautizar «en el nombre» significa que la persona
bautizada pertenece a la Trinidad de personas cuyos nombres son invocados en el bautismo.

3. Él está con su comunidad y con los suyos en la vida y en la misión (28, 20b)

Mateo no menciona la ascensión de Jesús a los cielos, quizás para que nadie pensara que se había
ausentado para siempre. En cambio, acentúa que está con sus seguidores para siempre. En efecto,
Mateo termina su evangelio con una frase inolvidable: “Yo estaré con ustedes siempre hasta el fin del
mundo” (28, 20) Esta es la fe que ha animado siempre a las comunidades cristianas. No estamos
solos, perdidos en medio de la historia, abandonados a nuestras propias fuerzas y a nuestro pecado.
Cristo está con nosotros.

Para los primeros cristianos Cristo no es un personaje del pasado, un difunto a quien se venera y se
le da culto, sino alguien que vive, que anima, vivifica y llena con su Espíritu la comunidad creyente.

El Resucitado está con nosotros en la Eucaristía alimentando nuestra fe y nuestro amor. Está en
la comunidad cristiana infundiendo su Espíritu e impulsando a la misión. Está en los pobres
moviendo nuestros corazones a la compasión. Por eso nuestra adhesión de fe a Cristo en ningún
lugar se verifica mejor que en la ayuda y solidaridad con el necesitado: “Cuanto hicieron con estos
mis hermanos menores, conmigo lo hicieron”. Está todos los días, hasta el fin del mundo.

Así es la comunidad cristiana. La fuerza del Resucitado la sostiene con su Espíritu. Todo está
orientado a aprender y enseñar a vivir como Jesús y desde Jesús. Él sigue vivo en sus
comunidades. Sigue con nosotros y entre nosotros curando, perdonando, acogiendo, salvando.

II. REFLEXIÓN TEOLÓGICA

1. La misión tiene como objetivo hacer discípulos que sigan a Jesús en comunidad.

Como se ha dicho anteriormente, la misión de los enviados de Jesús es hacer discípulos que vivan
en comunión la fe en el Resucitado y el seguimiento de Jesús.

a) Hacer discípulos. "Vayan y hagan a todos los pueblos discípulos míos" (28,19). Gracias al
mandato de Jesús y a la persecución desatada en Jerusalén contra los Apóstoles, estos se
dispersaron por todo el mundo, anunciando a Jesús y su mensaje a todas las personas e
invitándolas a formar comunidad en torno a él, que está siempre en medio de los creyentes.

Así, poco a poco, en toda la geografía del imperio romano fueron apareciendo comunidades
de cristianos, que trataban de vivir como vivió Jesús y de acuerdo a su mensaje de amor
fraterno y de solidaridad.

b) En la comunidad se entraba por el bautismo: " bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo


y al Espíritu Santo" (28,19). La comunidad del Reino es don de Dios, no es sólo un logro del
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esfuerzo humano. Y además de don es misterio, es decir, lugar de presencia de Dios, del Dios
Trinidad, que es amor y comunidad. Por eso al que quiere entrar en la comunidad, ella misma,
por medio del bautismo, lo sumerge en la comunión trinitaria para que Dios lo consagre y lo
envíe a vivir en comunidad y a extender el Reino de Dios creando comunidades.

2. Con la fuerza del Resucitado.

El hecho de experimentar que Cristo Resucitado está en medio de nosotros, es la experiencia que
fundamenta la comunidad; es el lugar de encuentro de los hermanos entre sí y con Dios y la fuente
de la misión.

a) La resurrección de Jesús origina y fundamenta la comunidad. La primera comunidad cristiana,


la de Jerusalén, nació de la experiencia que tuvieron los discípulos de que Jesús después de
ser asesinado, de resucitar y de presentárseles vivo. De esa experiencia real e indudable
nació la primera comunidad y con ella la Iglesia de Jesús. A los primeros convertidos al
cristianismo lo único que se les pedía era creer en la Resurrección de Jesús y que él estaba
en medio de la comunidad. Y eso solo cambiaba radicalmente su vida. La fe y la experiencia
del Jesús resucitado que está en medio de la comunidad hasta el fin del mundo (28,20), es lo
que crea, también hoy, la comunidad cristiana, le da consistencia y la dinamiza.

b) Él es la fuente de la misión. Jesús resucitado reunió en Galilea a la comunidad de los once


(28,17) y los envió al mundo entero provistos de su misma fuerza (28,18) Igualmente hoy
Jesús, desde el centro de la comunidad y por medio de ella, nos envía y nos da la fuerza de
su Espíritu para evangelizar. Y evangelizar es, ahora como entonces, crear comunidades de
discípulos cuyo centro sea Cristo Resucitado. Este texto revela el empeño misionero de la
comunidad de Mateo. Todos sus miembros se sentían urgidos a cumplir el mandato misionero
de Jesús.

c) Su Espíritu es la fuerza que actúa en los misioneros. La misión no es sólo tarea del discípulo,
sigue siendo tarea del mismo Jesús que actúa a través de la vida y de la acción misionera de
sus seguidores. El cristiano no vive ni actúa sólo con sus fuerzas. Vive y actúa con la fuerza
de Cristo. Jesús envía a sus seguidores a realizar la misión dotados de los mismos poderes
que él tenía. "Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra”. Por eso des dice que
“vayan hagan discípulos míos a todos los pueblos"(28,18).

Oración
Señor, Jesús, nos hemos reunido en tu nombre y sabemos por la fe que estás en medio de nosotros
para enseñarnos como maestro, para curarnos como médico, para guiarnos como pastor, para
querernos como hermanos, para alegrarnos como fuente de gozo, de esperanza y de vida. Haznos
sensibles a la acción de tu Espíritu que construye y alienta nuestra comunidad.

Que no huyamos de las tensiones que puedan surgir entre nosotros, sino que acertemos a
superarlas desde la transparencia evangélica, la aceptación en la fe y el diálogo humilde, abierto y
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confiado. Que no caigamos en la tentación de confundir la paz con la evasión, la fidelidad con la
rigidez, la franqueza con la agresividad, el diálogo con la palabrería, la aceptación mutua con la
complacencia estéril, la comprensión con la huida de los problemas, la benevolencia con la falta de
radicalidad.

Que nuestra fraternidad siga creciendo hasta que no tengamos más que un solo corazón y una sola
alma, hasta que nos amemos unos a otros como tú nos has amado. Que podamos ser testimonio de
tu unión con el Padre y el Espíritu para que el mundo crea y se cumpla así el supremo anhelo que te
llevó a dar la vida por nosotros. Amén.
REFLEXIÓN

1. Mirada a la realidad actual

1) Al principio la Iglesia entera era misionera. ¿Lo sigue siendo hoy?


2) ¿Cómo vivimos y expresamos nosotros el espíritu misionero?

2. Mirada al texto. ¿Qué les dijo Dios?

1) ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención del texto bíblico que hemos leído y por qué?
2) ¿Quiénes son los destinatarios de la misión de los Apóstoles?
3) ¿Cuál es el objetivo del envío? ¿Para qué los envía?
4) Además de recoger las palabras de Jesús, este texto refleja cómo vivían y qué hacían las
comunidades para las que Mateo escribió su evangelio. ¿Qué situaciones y prácticas de la
comunidad de Mateo se adivinan a través de este texto?

3. Meditación. ¿Qué nos dice Dios?


1) ¿Qué lugar ocupa en mis inquietudes y actividades el mandato misionero de Jesús?
2) ¿Cómo evangelizo?
3) ¿Tengo conciencia de evangelizar con el poder del Resucitado y con la fuerza de su Espíritu?

4. Compromiso. ¿Qué le decimos a Dios?

a) Hacer o renovar algún compromiso de evangelización.


b) Dar gracias a Dios espontáneamente porque nos ha llamado a seguir a Jesús y a proseguir su
misión.

Oración. Ntra. Sra. de la Misión


Virgen de la Buena Nueva, recibiste la Palabra y la practicaste. Virgen de la misión y del camino, que
llevaste a la casa de Isabel la Salvación y a los campos de Belén la luz del mundo.
Gracias por haber sido misionera. Por haber acompañado a Jesús en el silencio y la obediencia a su
Padre. Gracias porque tu misión fue hasta la cruz y hasta el don del Espíritu en Pentecostés. Allí
nació la Iglesia misionera.
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Virgen de la misión, también nosotros viviremos en misión. Que toda la Iglesia se renueve en el
Espíritu. Que amemos al Padre y al hermano. Que seamos pobres y sencillos, presencia de Jesús y
testigos de su Pascua. Que al entrar en cada casa comuniquemos la paz, anunciemos el Reino y
aliviemos a los que sufren. Que formemos comunidades orantes, fraternas y misioneras.
Virgen de la reconciliación, nuestra Iglesia peregrina quiere proclamar la fe con la alegría de la
Pascua y gritar al mundo la esperanza. Por eso se hunde en tu silencio, tu comunión y tu servicio.
Ven con nosotros al caminar. Amén.

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