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Principales Postulados de Freud

Sigmund Freud desarrolló cinco teorías sobre la personalidad: topográfica, dinámica, económica, genética y estructural, que explican la mente humana y su relación con la salud mental. Estas teorías abordan aspectos como la represión de deseos, los conflictos internos, las pulsiones y el desarrollo psicosexual, proporcionando una base para el psicoanálisis y la psicología moderna. A pesar de las controversias, las ideas de Freud continúan siendo influyentes en la comprensión de la conducta humana y los trastornos psicológicos.
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Principales Postulados de Freud

Sigmund Freud desarrolló cinco teorías sobre la personalidad: topográfica, dinámica, económica, genética y estructural, que explican la mente humana y su relación con la salud mental. Estas teorías abordan aspectos como la represión de deseos, los conflictos internos, las pulsiones y el desarrollo psicosexual, proporcionando una base para el psicoanálisis y la psicología moderna. A pesar de las controversias, las ideas de Freud continúan siendo influyentes en la comprensión de la conducta humana y los trastornos psicológicos.
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La teoría de la personalidad de Sigmund Freud

El padre del psicoanálisis relacionó sus ideas sobre salud mental con su concepción de
personalidad.

Arturo Torres

14 agosto, 2017 - 18:59 — Actualizado 10 noviembre, 2024 - 20:26 CEST

Sigmund Freud (1856-1939), el fundador del psicoanálisis, desarrolló diversos modelos para
explicar la personalidad humana a lo largo de su carrera. En este artículo analizaremos las 5 teorías
de Freud sobre la personalidad: la topográfica, la dinámica, la económica, la genética y la
estructural.

Las 5 teorías de la personalidad de Sigmund Freud

Aunque existen ciertas contradicciones entre los modelos de personalidad creados por Freud, en
general pueden concebirse como teorías complementarias o bien como actualizaciones y
desarrollos de varios conceptos fundamentales, como las pulsiones y los mecanismos de defensa.
Estas cinco teorías fueron una base para el psicoanálisis, la psicología moderna y el estudio de la
conducta humana.

1. Modelo topográfico

Freud desarrolló el modelo topográfico en la primera etapa de su carrera, presentado en su


obra La interpretación de los sueños, publicada en el año 1900. Esta teoría, también conocida
como la Primera Tópica, divide la mente en tres “regiones”: la inconsciente, la preconsciente y la
consciente, una división que marca el primer esfuerzo de Freud por cartografiar la mente y
entender la dinámica entre sus partes.
Regiones de la mente

1. Inconsciente: Es el nivel más profundo y fundamental de la mente, donde se ocultan


pensamientos, impulsos, recuerdos y fantasías reprimidas, inaccesibles a la consciencia.
Freud postuló que el inconsciente es la fuente de deseos inaceptables que, debido a su
carácter perturbador o moralmente conflictivo, han sido reprimidos. Estos contenidos
inconscientes, aunque no sean directamente accesibles, influyen de manera significativa
en la conducta y pueden manifestarse indirectamente a través de los sueños, lapsus y
síntomas neuróticos.

2. Preconsciente: Se encuentra entre el inconsciente y el consciente, actuando como un


"filtro" de acceso a la consciencia. Está conformado por recuerdos o pensamientos que no
están activos en la mente en un momento dado, pero que pueden emerger en la
consciencia con relativa facilidad a través de la focalización de la atención.

3. Consciente: Es la región que procesa la información de manera racional, en contacto con el


entorno externo, y que actúa como intermediario entre las demandas internas y la
realidad. En esta parte de la mente se procesan los datos sensoriales y se analiza el
entorno de manera objetiva y lógica.

Freud consideraba que este modelo ayudaba a comprender cómo la represión de contenidos
inconscientes puede afectar el comportamiento consciente, un concepto clave en el psicoanálisis.
Con el tiempo, el modelo topográfico fue ampliado en teorías posteriores, especialmente en el
Modelo Estructural, donde Freud distinguió entre las instancias psíquicas del Ello, Yo y Superyó.

2. Modelo dinámico

El modelo dinámico se centra en el conflicto entre dos fuerzas opuestas que se manifiestan en la
mente: los impulsos instintivos, que buscan la gratificación inmediata, y las defensas, que
intentan reprimir estos impulsos. Este modelo pone el foco en la naturaleza conflictiva de la
psique y en cómo los procesos internos moldean la personalidad.

Conflictos y síntomas

Freud sostenía que el conflicto entre los deseos y las defensas es fundamental para entender la
dinámica psíquica, especialmente en el desarrollo de los síntomas neuróticos. Según Freud, los
impulsos y deseos reprimidos son la fuente de gran parte de los síntomas psicológicos. Estos
deseos reprimidos, que no pueden expresarse directamente debido a restricciones morales o
sociales, encuentran formas indirectas de manifestación, como en los sueños o en la conducta
simbólica. Estos síntomas son una especie de "formación de compromiso", donde el impulso se
satisface parcialmente de una manera aceptable para la consciencia, aunque cause incomodidad.

Por ejemplo, en personas que experimentan ansiedad o fobias, estos síntomas pueden ser
interpretados como una manifestación simbólica de conflictos internos no resueltos. Freud
argumentaba que la salud mental depende en gran medida de la efectividad de las defensas y de
la habilidad para manejar los impulsos internos.

El modelo dinámico introdujo también el concepto de "mecanismos de defensa", como la


represión, la proyección y la sublimación, que son herramientas que el Yo utiliza para manejar la
ansiedad y para lidiar con los conflictos internos. Estos mecanismos de defensa se convierten en
elementos centrales de la teoría psicoanalítica y en el estudio de los síntomas psicológicos.

• Quizás te interese: "Las principales teorías de la personalidad"

3. Modelo económico

El modelo económico se centra en el concepto de "pulsión", definido por Freud como un impulso
psicológico que surge de necesidades biológicas y emocionales y que busca reducir la tensión
corporal o emocional. Freud emplea el término "económico" para señalar que la mente funciona
como una economía de energía psíquica, en la cual la energía debe ser regulada para evitar la
sobrecarga o el agotamiento.

Tipos de pulsiones

Freud desarrolló la teoría de las pulsiones en diferentes etapas, proponiendo tres clasificaciones
principales:

1. Pulsión sexual y de autoconservación: Freud distinguió en un principio entre la pulsión


sexual (o libido) y la pulsión de autoconservación. La pulsión sexual está orientada hacia la
reproducción y la gratificación, mientras que la pulsión de autoconservación se enfoca en
la supervivencia del individuo.

2. Pulsiones objetales y narcisistas: Freud amplió la teoría de las pulsiones al diferenciar


entre pulsiones dirigidas hacia objetos externos, como personas y metas, y pulsiones
narcisistas, orientadas hacia uno mismo. Esta clasificación destaca la importancia de la
relación entre el individuo y el entorno en la búsqueda de satisfacción de los impulsos.

3. Pulsión de vida y pulsión de muerte: Finalmente, en Más allá del principio de


placer (1920), Freud introdujo la idea de la pulsión de muerte, una tendencia destructiva
hacia el propio yo y hacia los demás. La pulsión de vida, por otro lado, abarca todos los
impulsos de supervivencia y gratificación, incluida la sexualidad. Esta dicotomía, aunque
controvertida, propone una visión compleja de la naturaleza humana y de las fuerzas que
nos impulsan.

Freud creía que las pulsiones sexuales y de muerte coexistían en la mente humana y que el
equilibrio entre ambas pulsiones era clave para el bienestar.

4. Modelo genético

El modelo genético es una de las teorías más conocidas de Freud, también llamada teoría del
desarrollo psicosexual. Esta teoría sostiene que la personalidad se desarrolla a lo largo de cinco
etapas, cada una de las cuales se caracteriza por el foco en una zona erógena específica. La teoría
sugiere que las experiencias de la infancia son determinantes en la configuración de la
personalidad adulta, ya que las fijaciones en una etapa pueden influir en el comportamiento y en
la salud mental a lo largo de la vida.

Fases del desarrollo psicosexual


1. Fase oral (0-1 año): La boca es la primera zona erógena y el principal canal de gratificación.
La succión, masticación y otras actividades orales son esenciales en esta etapa. Freud
consideraba que la fijación en esta fase podía llevar a problemas en la adultez, como
conductas adictivas o dependencias emocionales.

2. Fase anal (1-3 años): En esta etapa, la gratificación se centra en el control de esfínteres. La
autonomía y el control personal son cruciales. Una fijación en esta fase puede derivar en
problemas relacionados con la necesidad de orden o, en el extremo opuesto, en
desorganización o comportamientos rebeldes.

3. Fase fálica (3-6 años): La zona erógena se desplaza a los genitales y surgen los complejos
de Edipo y de castración. La relación con los padres es central y la identificación con el
progenitor del mismo sexo es fundamental. La fijación en esta fase puede dar lugar a
problemas de identidad o dificultades en las relaciones románticas.

4. Fase de latencia (6-pubertad): La energía sexual se reprime y se redirige hacia el


aprendizaje y las habilidades sociales. La fase de latencia es esencial para el desarrollo de
habilidades interpersonales y para la integración de los valores sociales.

5. Fase genital (adolescencia en adelante): La sexualidad madura y se orienta hacia las


relaciones de pareja y hacia objetivos de vida. En esta etapa, el individuo es capaz de
establecer relaciones afectivas y sexuales satisfactorias y estables, siempre que no existan
fijaciones no resueltas en etapas anteriores.

Freud sostenía que los trastornos psicológicos en la adultez podían derivarse de una fijación en
alguna de estas etapas o de una insatisfacción temprana en una fase específica.

5. Modelo estructural

El modelo estructural, expuesto en El Yo y el Ello (1923), establece tres instancias psíquicas: el Ello,
el Yo y el Superyó. Estas instancias representan diferentes aspectos de la personalidad y operan
bajo principios distintos, siendo responsables de los conflictos internos que son característicos de
la mente humana.

1. Ello: Es la parte más primitiva de la mente y opera bajo el principio de placer. El Ello es una
reserva de impulsos y deseos inconscientes que buscan la gratificación inmediata. Freud
creía que el Ello actuaba como una fuerza irracional que no consideraba las restricciones
sociales o morales.

2. Yo: Se desarrolla a partir del Ello y actúa como mediador entre las demandas del Ello, el
Superyó y la realidad externa. El Yo utiliza el principio de realidad para moderar las
exigencias de gratificación inmediata del Ello, considerando las consecuencias. A través de
los mecanismos de defensa, el Yo maneja la ansiedad generada por estos conflictos
internos.

3. Superyó: Representa la internalización de las normas sociales y morales, funcionando


como una "conciencia" que censura los deseos impulsivos del Ello. El Superyó también
establece ideales y normas que el Yo intenta cumplir, lo cual puede generar sentimientos
de culpa o inferioridad si no se logra alcanzar el ideal deseado.
El modelo estructural introduce una comprensión más compleja de la dinámica psíquica al ilustrar
cómo el equilibrio entre estas tres instancias es esencial para la salud mental. Cuando los conflictos
entre el Ello, el Yo y el Superyó se vuelven demasiado intensos o no son gestionados
adecuadamente, pueden surgir síntomas psicológicos que expresan esta lucha interna.

Reflexión final

Las teorías de Freud, aunque controvertidas y discutidas durante décadas, han dejado una huella
profunda en la psicología y en el pensamiento contemporáneo sobre la mente. Su enfoque sobre
los conflictos internos, las etapas del desarrollo infantil y la estructura psíquica ha sido
fundamental para entender tanto los trastornos psicológicos como la motivación humana.

Freud nos invita a reflexionar sobre el papel que juegan los deseos reprimidos, las normas sociales
y la energía psíquica en nuestro comportamiento cotidiano. A pesar de las críticas y revisiones
posteriores, las cinco teorías de Freud sobre la personalidad siguen siendo una referencia clave en
la psicología y en el análisis de la naturaleza humana.

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