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Viacrucis de La Esperanza 2025

El documento presenta un compendio sobre la oración del viacrucis, enfatizando su relevancia en la profundización de la esperanza y el espíritu penitencial, incluso fuera de la Cuaresma. Cada estación incluye meditaciones y oraciones que invitan a reflexionar sobre la vida y enseñanzas de Jesús, así como a encontrar esperanza en medio de las dificultades. Se destaca la importancia de la comunidad y la responsabilidad compartida en el camino de la vida cristiana.

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Viacrucis de La Esperanza 2025

El documento presenta un compendio sobre la oración del viacrucis, enfatizando su relevancia en la profundización de la esperanza y el espíritu penitencial, incluso fuera de la Cuaresma. Cada estación incluye meditaciones y oraciones que invitan a reflexionar sobre la vida y enseñanzas de Jesús, así como a encontrar esperanza en medio de las dificultades. Se destaca la importancia de la comunidad y la responsabilidad compartida en el camino de la vida cristiana.

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1

Compendio elaborado por:


Coordinación de Vida Litúrgica y Oración
Diaconía para la Espiritualidad Sinodal

Diseño y diagramación:
Angélica María Sánchez Lizarazo

2
La oración del viacrucis puede promoverse todos los viernes, aún fuera del tiempo de
Cuaresma. Quiere ser un estímulo para profundizar tanto en el tema de la esperanza,
como en el espíritu penitencial, también necesario para alcanzar la indulgencia.

V. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro. En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

R. Amén

V. Nuestra esperanza está en Cristo, porque en Él se ha completado ya lo que se nos ha


prometido y que nosotros esperamos conseguir (San Agustín, Contra Fausto, 11,7).

R. Acto de contrición: Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados


que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a
un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu infinita
misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida
eterna. Amén.

3
1ª Estación:
Jesús es condenado a muerte

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: El pueblo esperaba una liberación inmediata, fulgurante. Habían aguardado


mucho tiempo en vano y habían puesto en Jesús sus ilusiones y esperanzas, pero se
sintieron defraudados por el profeta de Nazaret. Quizá por eso pidieron a gritos su muerte,
quizá por eso prefirieron a Barrabás; la esperanza de una vida mejor les impidió abrazar
la esperanza de la vida verdadera.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a mantener los altos ideales, a pesar de las
dificultades. Jesús Hermano, acompaña a los que se ven defraudados en sus expectativas.
Jesús Señor, perdona tú nuestra impaciencia por alcanzar las metas más altas.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

4
2ª Estación:
Jesús sale al camino con la cruz

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: El camino es una de las grandes metáforas de la vida humana. A través de


los caminos, Abel, el nómada, se descubrió a sí mismo. En los caminos, también Abraham
descubrió a su Dios. Caminando por el desierto, las tribus de Israel se descubrieron como
pueblo elegido por Dios. También Jesús de Nazaret ha vivido por los caminos, también
para morir tiene que ponerse en actitud caminante.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a vivir siempre en camino como tú has vivido. Jesús
Hermano, acompaña tú los pasos de los inquietos y de los buscadores. Jesús Señor,
confesamos con fe que tú eres a la vez nuestro camino y nuestro guía.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

5
3ª Estación:
Jesús cae por primera vez

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: En el camino de la esperanza humana, la primera caída es siempre la de la


pereza. Así ocurrió en otro tiempo. La añoranza de las tierras de Egipto mantenía inmóviles
a los antiguos esclavos. No le fue fácil a Moisés moverlos a abandonar la comodidad para
echarse al riesgo de los caminos que se abrían en el desierto. Sin embargo, Jesús venció
esta tentación y nosotros no podemos quedarnos instalados en la comodidad.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a vivir una esperanza activa y comprometida. Jesús
Hermano, acompaña a los que se deciden a comenzar cada día una nueva tentativa.
Jesús Señor, perdona esa cómoda inmovilidad que nos invita a no arriesgar nunca nada.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

6
4ª Estación:
Jesús encuentra a su Madre

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: También María de Nazaret tuvo que salir una vez a los caminos en busca de
Jesús. Su esperanza se le convirtió entonces en inseguridad. Lo encontró en el templo
cuando era todavía adolescente, rodeado por los hombres de la Ley, igual que ahora lo
encuentra en las calles de Jerusalén, hostigado por los hombres de la Ley.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a buscar la verdad, sin desalentarnos por las
dificultades. Jesús Hermano, acompaña a los que andan perdidos o desconcertados
por la propaganda. Jesús Señor, perdona tú nuestro legalismo y la sequedad que mata
nuestra vida.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

7
5ª Estación:
Jesús es ayudado por Simón de Cirene

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: “Los gozos y esperanzas de los hombres son también los gozos y esperanzas
de los cristianos”, ha dicho el Concilio Vaticano II. En realidad, también las tristezas y las
angustias deberían sernos comunes. En el camino de la vida no podemos evadirnos de
nuestra responsabilidad ante el dolor humano. También los hombres y mujeres de hoy
esperan encontrar en cada uno de nosotros un Cireneo.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a crear un mundo de esperanzas para todos los
marginados. Jesús Hermano, acompaña con tu fuerza a todos los que deciden ayudarnos.
Jesús Señor, descúbrenos siempre que “tu carga es ligera” y que hemos de llevar las
cargas de nuestros hermanos.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

8
6ª Estación:
La Verónica limpia el rostro de Jesús

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: Su nombre significa “verdadera imagen”. Gracias a la leyenda, se ha


convertido en símbolo de todos los seguidores de Jesús. Ellos saben que por todas partes
pueden ir descubriendo las “semillas de la Palabra”. Las encontrarán dondequiera que
florezcan la verdad, la bondad y la belleza. Y, sobre todo, cuando alivien el dolor de sus
hermanos. La osadía de la Verónica es un gran modelo para la esperanza cristiana, no
nos permite desmayar en la búsqueda del rostro de Cristo.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a “dar razón de la esperanza” siempre que se nos
pida. Jesús Hermano, acompaña con tu gracia a los que buscan tu rostro por el mundo.
Jesús Señor, perdona que llamemos prudencia a la cobardía que nos impide salir a tu
encuentro en los pobres.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

9
7ª Estación:
Jesús cae por segunda vez

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: En el camino de la esperanza, la segunda caída es la de la desesperación.


Puede ser trágica o trivial. Se confunde con el desaliento de los que piensan que nunca
podrán alcanzar la meta. Por eso abandonan el riesgo del caminar y buscan otras
ocupaciones más placenteras. El pueblo de Israel sucumbió a esta tentación ante el
anuncio de los exploradores enviados por Moisés a la tierra prometida. También Jesús
debió de sentir esta prueba ante la dureza de los suyos. Nosotros abandonamos la
llamada de la esperanza y nos conformamos con otros desencantos.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a vivir una esperanza humilde y renovada cada día.
Jesús Hermano, acompaña tú a todos los que se sienten desalentados y cansados. Jesús
Señor, perdona tú la facilidad con que aceptamos el fracaso de nuestras esperanzas
mejores.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

10
8ª Estación:
Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: El pueblo de Israel había sido llamado a vivir pendiente de las promesas de
Dios. Durante el camino por el desierto había aprendido a vivir de la esperanza comunitaria.
Las mujeres de Jerusalén son como la imagen del fracaso de todo un pueblo. Ellas
recuerdan a Jesús que muchas veces las esperanzas de los pueblos mueren aplastadas
por la opresión o por la rutina y Jesús lo siente por ellas y por el pueblo al que representan
sin saberlo.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a vivir de una esperanza común, compartida y


solidaria. Jesús Hermano, acompaña a los que sueñan por su pueblo y sufren el peso
de esos sueños. Jesús Señor, fortalece con tu gracia la esperanza de los débiles, los
cansados y los decepcionados.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

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9ª Estación:
Jesús cae por tercera vez

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: Hay todavía otro gran pecado que nos acecha en el camino de la esperanza:
la tercera caída es la de la presunción. La altanería de los que piensan que ya han
logrado todas las metas y por eso abandonan la fatiga del caminar. Apenas pasado el
Mar Rojo, el pueblo de Israel quiso permanecer tranquilo entre las fuentes y palmeras
del primer oasis. Jesús presenció muchas veces la satisfecha seducción de los suyos.
También nosotros creemos haber llegado a la meta de la experiencia humana y de la
vivencia religiosa, hasta creemos que nunca ha habido cristianos mejores que nosotros.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a vivir de una esperanza humilde y dinámica.


Jesús Hermano, acompaña y reprende a los que se sienten demasiado satisfechos de
sus logros. Jesús Señor, perdona tú el pecado de habernos creído nuestras fantasías y
nuestras altivas ilusiones.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

12
10ª Estación:
Jesús es despojado de sus vestiduras

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: Los fariseos ponían la santidad en las filacterias que añadían a sus vestidos.
Jesús ha de soportar el ser desnudado públicamente. Las ropas y los vestidos no
constituyen la grandeza de la persona. La esperanza no puede confundirse con el “tener”:
hunde sus raíces en la roca firme del “ser”. La esperanza no brota del optimismo, sino que
vive en la pobreza y la gratuidad, en el alma de los pobres y de los despojados.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a no confiar en nuestras cosas, por magníficas que
parezcan. Jesús Hermano, acompaña a los pobres de esta tierra, es decir a los que han
sido empobrecidos. Jesús Señor, perdona esa farisaica ostentación con que pretendemos
cubrir nuestra vaciedad.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

13
11ª Estación:
Jesús es clavado en ,a cruz

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: A los lados de Jesús crucificaron a dos malhechores. El tormento es el


mismo, pero su suerte es diferente. El suplicio de la cruz a uno le hace perder la esperanza.
Y al otro se la enciende en una plegaria: “Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino”.
La realidad puede ser la misma para unos y para otros. La esperanza nos da unos ojos
diferentes para ver más allá de la más dolorosa realidad y, precisamente por eso, la
oración está siempre unida a la esperanza.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a descubrir los planes de Dios en los acontecimientos
diarios de la vida. Jesús Hermano, acompaña con tu misericordia a los que mueren en
este tiempo aparentemente sin sentido. Jesús Señor, “acuérdate de todos nosotros ahora
que vives en tu Reino”.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

14
12ª Estación:
Jesús muere en la cruz

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: En la mañana pascual, camino de Emaús, dos discípulos desilusionados


confesaban abatidos: “Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel”.
Evidentemente, la muerte de Jesús en la cruz fue y es un momento de crisis para las
esperanzas humanas, pero él nos revela que era preciso recorrer el camino del dolor. Solo
tras la escucha de la palabra del Resucitado, y después de compartir su mesa, puede
nacer la verdadera esperanza. Dichoso el que puede exclamar: “Salve Cruz, nuestra
única esperanza”.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos la sabiduría impensable y difícil de tu cruz Jesús


Hermano, acompaña a los que se ven obligados a afrontar una muerte injusta. Jesús
Señor, perdona tú a los que siguen todavía condenando a muerte a sus hermanos.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

15
13ª Estación:
Jesús es puesto en brazos de su Madre

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: Poco antes de morir en la cruz, Jesús ha dejado a su Madre al cuidado del
discípulo amado y ha confiado al discípulo a la atención amorosa de su Madre. Desde
entonces, María es modelo para la esperanza de la Iglesia peregrinante. Por eso, el
pueblo de Dios sigue invocándola con los nombres de “vida, dulzura y esperanza”. Junto
a ella el pueblo de Dios desea vivir en la fidelidad a la Palabra de Dios y espera la
glorificación de todo lo humano.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a confiar siempre en la palabra de Dios, como tu


Madre. Jesús Hermano, acompaña con tu gracia a todos aquellos que ofrecen esperanza
a los abatidos y humillados. Jesús Señor, mantén viva y operante la esperanza de tu
Iglesia peregrina.

Se reza a continuación un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

16
14ª Estación:
Jesús es sepultado

V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Meditación: Para Jesús, bajar al sepulcro fue la consecuencia lógica de su encarnación.


El grano de trigo aceptaba pudrirse en el surco para producir nueva vida. Esa aparente
derrota era la promesa de una primavera de nuevas mieses. Solo a partir de la resurrección
será comprensible el camino de Jesús de Nazaret, solo en la resurrección cobra aliento la
inverosímil esperanza de los hombres porque Jesús es la esperanza y el esperado.

Oración: Jesús Maestro, enséñanos a esperar cada día contra toda esperanza. Jesús
Hermano, acompaña por el camino de la vida a todos los que se consideran fracasados.
Jesús Señor, perdónanos por prestarnos a actuar como sepultureros de las mejores
esperanzas humanas.

V. Oremos por las intenciones del Sumo Pontífice

● Padre Nuestro
● Ave María
● Gloria al Padre.

Se concluye con la oración del Jubileo.

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Oración del Jubileo
Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo,
nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por
el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la
venida de tu Reino.

Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del


Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de
los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria. La gracia del Jubileo reavive en
nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y
derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor.

A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos.

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