Parrquia Nuestra Señora de La Candelaria Turminá
Parrquia Nuestra Señora de La Candelaria Turminá
COMENTARIO INICIAL:
Nos congregamos como hermanos en la apertura de esta misión, donde bajo el lema
“Iglesia al cuidado de la casa común” somos invitados por Dios a cuidar de la creación. Y
nos unimos en oración, para que Él siga llamando a muchas personas a la vida del servicio
y la misericordia con los demás, a vivir una ecología integral siendo hostias vivas,
entregando lo mejor de sí a la comunidad sin reserva como él lo hizo, nos cuidemos entre
nosotros especialmente a los más necesitados. Que esta semana de misión, la cual hoy
iniciamos nos abra el corazón para trabajar incansablemente en la mies del Señor, siendo
misericordiosos, compasivos y con la fuerza de su Espíritu Santo a ser discípulos que
salgan al encuentro de los demás, de igual manera le damos una cordial bienvenida a los
formadores y seminaristas del Seminario Inter misional San Luis Beltrán quienes nos
acompañaran en esta misión y a Monseñor Marco Antonio Merchán Ladino obispo de la
Diócesis de Neiva y Administrador Apostólico de Tierradentro quien presidirá esta
celebración. Con mucha alegría y reconociendo las maravillas de Dios para con nosotros,
celebremos con fe esta Santa Eucaristía.
PRIMERA LECTURA
El pueblo de Israel estaba en una situación dramática, que parecía sin remedio. Pero el
profeta le asegura la cercanía de Dios y su voluntad de curar todos sus males.
SEGUNDA LECTURA
Las discriminaciones y prejuicios sociales no estaban ausentes de las asambleas litúrgicas
en los tiempos de Santiago, como tampoco ahora. Por eso nos viene bien la invitación que
la segunda lectura nos hace el día de hoy.
EVANGELIO
En tierra extranjera Jesús realiza uno de los signos `soñados’ por el profeta Isaías. “éfeta”
Este pasaje del Evangelio de Marcos nos presenta una escena conmovedora y llena de
significado: la sanación de un hombre sordo y mudo por parte de Jesús, este
acontecimiento nos invita a reflexionar sobre la compasión de Jesús, el poder de la fe y
la importancia de la comunicación. Nos recuerda que todos estamos llamados a ser
instrumentos de sanación y liberación en el mundo
ORACIÓN DE FIELES
Presidente:
Reconociendo, Señor, que toda vocación es un don tuyo y queriendo estar todos nosotros al
servicio de los demás, te rogamos diciendo:
Escucha, Señor, nuestra oración.
Para que el Papa, los obispos y toda la Iglesia realicen su misión evangelizadora en
medio del mundo. Oremos.
Para que los pueblos y naciones luchen por los valores del Evangelio, que traen la
paz, la justicia y la verdadera libertad. Oremos.
Para que los sacerdotes y personas consagradas anuncien con ilusión el Evangelio
de Jesús en el mundo. Oremos.
Para que los hogares cristianos se sientan testigos del Evangelio y fomenten la
vocación cristiana de sus hijos. Oremos.
Roguemos al Señor por nuestros hermanos hoy enviamos en misión. Que el Espíritu
Santo los guíe y fortalezca en su caminar, dándoles la valentía y la sabiduría
necesarias para llevar el Evangelio a todos los rincones del mundo. Oremos
Roguemos al Señor por las comunidades que recibirán a nuestros misioneros. Que
el amor de Dios se manifieste a través de ellos, y que encuentren en estas
comunidades un hogar y una familia espiritual. Oremos
Para que todos los aquí reunidos seamos responsables de anunciar a Jesucristo y
animemos a quienes deciden consagrarse al servicio del Evangelio. Oremos.
Presidente: Acoge, Señor nuestra humilde oración y haz que todos llamados por ti, al
cuidado de la casa común respondamos con total entrega al Evangelio y a los hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
PRESENTACION DE LAS OFRENDAS
Pan: Padre de misericordia, en esta ofrenda queremos conmemorar tu entrega
corporal, gesto de que somos una Iglesia en comunión con Cristo, el cual se convierte en
alimento para darnos vida.
Vino: te presentamos Señor el vino, que con esfuerzos, cuidados y esmeros ha alcanzado la
madurez para ser consumido recordando así la sangre de tu sacrificio, signo de amor y de
misericordia por todos nosotros
Luz: Señor, esta luz representa tu propia vida en medio de nosotros. Te pedimos que
ilumines nuestro andar y que mantengas siempre encendida la llama de tu amor en nuestros
corazones.
Sagrada Escritura: Señor, te presentamos la Sagrada Escritura, nuestro alimento
espiritual. En ella nos apoyamos para creer y vivir en esperanza. Con ella te ofrecemos
nuestro deseo de cumplir tu santa voluntad cada día.
Alimentos: Señor, te ofrecemos estos alimentos. Fruto del trabajo del hombre y
sustento de muchas familias. Te pedimos que no falten en ningún hogar del mundo
COMENTARIO FINAL
Habiendo recibido el alimento que nos une a Cristo y a los demás en la Eucaristía,
salgamos con alegría a compartir el mensaje de la buena nueva que el mismo Jesucristo nos
regala, y acojamos con amor el compromiso de ser constructores del reino de Dios por
medio de las obras de misericordia, las cuales son el tesoro que estaremos ganando para el
cielo.
ORACIÓN DE ENVIO (La realiza el Señor Obispo)
Padre Celestial, fuente de todo bien y amor, te damos gracias por este
momento especial en el que enviamos a nuestros hermanos en misión a cada
una de las comunidades de esta Parroquia.
Confiamos en tu providencia y en la guía del Espíritu Santo para que los
acompañen en este camino. Fortalece su fe, enciende su esperanza y aviva su
caridad. Que sean instrumentos de tu paz y de tu reconciliación en esa tierra.
Concédeles la sabiduría necesaria para comprender las necesidades de las
comunidades a las que servirán, y la creatividad para encontrar soluciones a
los desafíos que se les presenten. Que su testimonio de vida sea un reflejo de
tu amor y de tu misericordia.
Bendice sus familias, amigos y comunidades de origen, que los sostendrán con
su oración y su afecto. Que sientan la fuerza de nuestra unidad en la fe y en la
misión.
Padre Santo, que esta misión sea un signo de tu presencia en el mundo, un faro
de esperanza en medio de las tinieblas, y un llamado a todos los bautizados a
vivir el Evangelio con radicalidad.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.