Los objetivos de la poda son:
1. Formar la planta hacia el sistema de cultivo
seleccionado (poda de formación). Durante los tres
primeros años, la principal función del viticultor, es
conseguir formar la planta al sistema de poda
seleccionado para conseguir una adaptación plena
de la planta de viña al terreno, dando prioridad al
desarrollo de órganos subterráneos, así como a la
estructura.
2. Regular el desarrollo vegetativo frente al
productivo. A partir del tercer año, podamos para
que la planta llegue a un equilibrio vegetativo-
productivo. No nos interesa el exceso de vigor que
aumentará la cantidad de madera, ni tampoco el
exceso de producción, que retrasará la
maduración de la uva. Por el contrario, un exceso
productivo impedirá desarrollar masa vegetal que
garantice una baya madura y de calidad optima.
3. Gestionar la carga productiva, reduciendo
el número de yemas. En los años sucesivos,
reduciendo el número de yemas, reducimos
el número de racimos, aunque debemos
tener en cuenta, la variedad de vid, la
fertilidad del suelo,… para buscar nuestro
equilibrio vitícola.
4. Adaptar el cultivo hacia la mecanización.
Uno de los principales objetivos en la poda
en espaldera es adaptar la poda en
espaldera para facilitar la mecanización del
viñedo así como otras labores como
deshojados, pre-poda, tratamientos…
Otros beneficios.
La poda favorece de manera indirecta una
reducción en la aparición de enfermedades, ya
que si la efectuamos de manera adecuada,
favorecemos una mayor ventilación (Hr más baja y
reducción del encharcamiento) por lo que la
aparición del oidio (Ceniza), Botritis (pudredumbre)
y especialmente el mildiu (mancha de aceite) se
ve reducida.
¿Cómo realizar el corte?
El corte se realiza en bisel y protegiendo
la yema más próxima a la cicatriz.
Figura 28 . Imagen de un sarmiento mal podado.
5. La poda en verde
El objetivo principal de esta tarea es eliminar los
brotes secundarios o chupones (que nacen en el
tronco y parte inferior de la planta) para que la
sabia y los nutrientes de la cepa se concentren en
los brotes que definimos en la poda de invierno o
poda en seco. Es decir, la fuerza nutricional de la
planta se concentra al ser menor el número de
brotes y los alimenta con mayor eficacia.
Otra de las ventajas de realizar una buena poda en
verde es facilitar otras labores en la viña, en especial
la próxima poda de invierno, ya que eliminar brotes
secundarios en este momento es mucho más fácil
que realizarlo cuando ya han crecido y la planta
sufriría una cicatriz mayor. En este momento, los
brotes son tan pequeños y recientes que las heridas
que realiza su corte son mínimas y la planta puede
cicatrizar fácilmente, apoyada además en el vigor y la
fuerza que tiene la vid durante el estado vegetativo.
Figura 29. Se muestra la eliminación de los brotes nacidos del tallo principal,
dejando los dos brotes del “uvero”.
Fig.30. En conducción en vaso suprimimos los brotes nacidos del tallo principal, dejando
igualmente los brotes de los pulgares de los brazos.
6. SISTEMA DE CULTIVO
EN ESPALDERA CON
CORDONES
HORIZONTALES DOBLES
Es muy empleado en países con técnicas
bastante desarrolladas y según las
experiencias realizadas en la E.C.A.T., el
más interesante y productivo de todos los
sistemas estudiados consiste
fundamentalmente en formar las cepas con
un tronco y dos brazos principales, sobre los
cuales se van insertando uveros.
Fig. 31. Diagrama de un sistema de conducción, de vid, a dos brazos.
Estos uveros se encontraran distanciados entre sí
cada 20-30 cm. los que posteriormente se podrán
podar en pulgar, vara, o pulgar y vara, según
convenga.
De los tres alambres que exige el sistema, el primero
(40-50 cm. En zona con riesgos de atraques de
conejos subir a 55 cm.) servirá de sostén a los brazos
principales y los otros dos, a los sarmientos que
llevarán la fruta (separados a su vez 40-50 cm. unos
de otros).
La distancia entre las cepas dentro de la
línea debe ser de 1,5 a 2 metros y la
distancia entre líneas puede ser de 1,50 a
3,60 metros, según las posibilidades de
mecanización.
6.1 Formación del cordón con brotes del
primer año.
Las ventajas que este sistema tiene sólo se
conseguirán si la formación de la cepa es
correcta.
Es frecuente ver como se cometen
numerosos errores que tienen su
repercusión en el logro de estas ventajas.
Entre ellos destacan:
- La utilización de marcos de plantación
irregulares.
- Bifurcación de los brazos o muy alta o
excesivamente baja.
- Excesiva o insuficiente separación entre
los uveros.
- Desequilibrios vegetativos entre los brazos
que conforman la cepa.
- Incorrecta posición de los pulgares o
uveros (hacia abajo, laterales, etc.).
La formación de la viña en espaldera no tiene que ir
asociada con altas estructuras y con cargas
exageradas. Como ya habíamos comentado se debe
seguir manteniendo la producción a la misma altura
que el sistema tradicional, esto es a 40-55 cm. del
suelo, pues en estas condiciones la calidad es
uniforme en cuanto a las características
organolépticas (color, tamaño, contenido en azúcar,
etc.) y se facilitan todas las labores de cultivo, sobre
todo la recolección.
Cuando se intenta obtener producción en los pisos
superiores, (caso de la palmeta speronata o del
sistema Thomery, etc.) los racimos quedan expuestos
a diversos grados de temperatura y de sombreado, lo
que ocasionaría desigual maduración de la fruta y
racimos diferentes en coloración y demás
características organolépticas. También da lugar a un
fortalecimiento de los pisos altos en detrimento de los
bajos, que acaban por desaparecer en pocos años.
Todo ello ocasionaría envejecimiento de la
cepa, fortalecimiento del vigor de las yemas más
alejadas y una disminución por tanto de la producción.
Con el fin de conseguir una correcta formación de la
planta, debemos tener mucho cuidado en los primeros
años de poda, complementando los trabajos de poda
de invierno con la de verano (en verde) y dándole a la
planta, en esta primera etapa, el abono y la humedad
necesarios para una formación adecuada en el menor
tiempo posible.
Poda de verano (1º Año)
Una vez brotadas las estacas se guía
el brote principal, uniéndolo a un tutor,
dejándolo libremente. Los brotes
axilares se van suprimiento.
Poda de invierno (1º Año)
El brote principal se despunta finalmente a
unos 15 cm. más bajo que el primer alambre
de la espaldera y sobre dos yemas situadas
una a la derecha y otra a la izquierda que
nos servirán para bifurcar la cepa.
Si no se tiene tutor, se puede actuar podando
ligeramente por encima del alambre, suprimiendo las
últimas yemas del sarmiento hasta 15 cm. por debajo
del alambre, atando el tocón al mismo y utilizándolo
como tutor.
Durante la brotación se conservan únicamente los
dos brotes que salgan de estas dos yemas,
manteniéndolos verticales y suprimiéndose todo lo
demás.
Es importante obtener una buena
bifurcación para lograr una igual distribución
de la savia, preferible dada la dificultad que
de otro modo resultaría para mantener
después el equilibrio.
En ese mismo verano se apoyarán sobre el
primer alambre para irlos conduciendo a la
horizontalidad.
Poda Año 1.
Primer alambre a 50-55 cm. que sirve de sostén a los brazos principales.
Fig 32. Vid de un año . Se
puede observar la formación
de los dos brazos principales
a 45º (unos 8-12 centímetros
por debajo del alambre).
Fig 33. Vid de un año . Podamos la
primera yema de ambos brazos a
unos 20 centímetros de distancia
una de otra (orientada hacia arriba)
y la siguiente la dejamos de
prolongación (orientada hacia
abajo).
Poda Año 2.
Poda de invierno.
Se poda de tal manera que los primeros
uveros de cada brazo queden retirados
unos 20-25 cm. uno del otro, teniendo la
precaución de que la última yema de la
prolongación quede por debajo del
sarmiento.
Un error muy típico al formar el cordón
doble, es que los 2 primeros uveros suelen
quedar muy distantes; esto ocurre cuando
se poda muy largo queriendo obtener
producción muy pronto o formar más de un
uvero al año, quedando unos espacios muy
grandes sin aprovechar en la cepa, debido
a que en muchas ocasiones sólo brotan las
dos últimas yemas de la vara.
Poda Año 3.
De los brotes emitidos sobre el brazo principal
se dejarán dos: uno para uvero, que se
podará a 2 o 3 yemas vistas y otro como
prolongación que se atará al alambre y
podará, teniendo la precaución de que la
última yema quede siempre por debajo y que
la yema que vaya a formar el segundo uvero
esté a 20-25 cm. del uvero anterior.
Poda Año 4.
Se tratará de conseguir el segundo uvero a unos 20-
25 cm. del primero (según la zona), y la
prolongación del brazo tal y como se ha descrito en
el año anterior. La poda del uvero se hará de la
siguiente manera: de los sarmientos nacidos del
mismo se suprimirán los superiores y el inferior de
vigor medio, podándose en pulgar a 2 o 3 yemas si
su fuerza es escasa, o dejando pulgar y vara si el
uvero tiene un buen desarrollo.
Poda Año 5.
Se intentará formar el tercer uvero a unos 20-25 cm. del
segundo y la prolongación del brazo como hicimos el año
anterior.
En los dos primeros uveros ya logrados se puede empezar a
practicar una poda mixta, que controle el vigor y la producción
de la cepa y mantenga el equilibrio de la misma. Para ello, de
los brotes que hayan surgido de estos pulgares, se elegirán
los dos más próximos al brazo principal o cepa; el más
cercano se podará corto (dos yemas) para continuar la poda
en el año siguiente y el otro sarmiento se podará largo para
obtener fruta.