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Elementos Del Derecho Penal - Resumen Unidad #6

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Daniel Rodriguez
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UNIDAD N° 6

1. LA ANTIJURIDICIDAD y LA JUSTIFICACIÓN
Concepto:
La antijuridicidad es la calidad del hecho que determina su oposición al derecho. Esa calidad no
existe simplemente porque el hecho sea típico. Salvo en los casos en los que un elemento
normativo del tipo exige y adelanta, como un elemento de la noción del hecho, el juicio sobre la
antijuridicidad del comportamiento del autor, la tipicidad es sólo un indicio de la antijuridicidad del
hecho, ya que la presunción que aquélla implica es excluida si concurre una causa de justificación.
El que mata en legítima defensa realiza el tipo delictivo del artículo 79, pero no obra
antijurídicamente. Pero el que realiza un tipo penal obra antijurídicamente si no concurre una
causa de justificación.
Esa determinación de la antijuridicidad mediante el principio de la regla excepción, no conduce a la
existencia de una especial antijuridicidad penal.
En efecto, si bien el tipo es una selección de hechos que por su dañosidad el legislador declara
dignos de pena, esa selección no los excluye del sometimiento al juicio unitario de todo el
ordenamiento jurídico positivo (unidad de la antijuridicidad). Esta unidad, resultante de la
necesaria armonía de ese ordenamiento y que en aras del orden excluye toda contradicción, se
manifiesta en el caso concreto a través de la norma jurídica que lo regula.
Esta norma es el producto del entrelazamiento sistemático de las leyes y preceptos jurídicos
positivos aplicables el caso, con arreglo a los principios de la recíproca prevalecencia (C.N., 31) y de
la especialidad.
Se dice que la antijuridicidad es formal, porque únicamente el derecho positivo, mediante la
formulación de los tipos y de las reglas especiales de justificación, constituye su fuente, y, por
consiguiente, la antijuridicidad sólo existe si el hecho ha sido cometido contrariando la norma
prohibitiva u ordenadora del pertinente tipo delictivo, sin que concurra una causa de justificación.
El concepto de la antijuridicidad formal difiere del de la antijuridicidad material. Este concepto
obedece a la idea de que la antijuridicidad tiene un contenido o sustancia real, que no consiste en
la oposición formal del hecho a una especial norma jurídica.
La antijuridicidad se define como la falta de adecuación del hecho a ciertas normas. Según
diferentes puntos de vista, se puede considerar antijurídica una acción si no es el medio adecuado
para lograr un fin legítimo reconocido por el legislador, si no es justa para ese fin, si perjudica en
lugar de beneficiar al estado, o si va en contra del objetivo de equilibrar los intereses individuales y
colectivos.
Por otro lado, el objetivismo sostiene que la antijuridicidad se basa en la oposición de una acción a
las normas de la cultura social, como las normas morales, religiosas, etc. Sin embargo, estas ideas
que buscan la antijuridicidad fuera del derecho positivo no reconocen la autonomía de este último.
El Código Civil reconoce esta autonomía al establecer que un acto voluntario no será ilícito a menos
que esté expresamente prohibido por las leyes.
La antijuridicidad formal se limita a identificar los casos en los que un hecho es contrario a la ley,
pero la verdadera ofensa se encuentra en la lesión de los intereses sociales. La antijuridicidad
objetiva se refiere al daño o peligro causado al bien jurídico. El "concepto personal del injusto" del
finalismo sugiere que la injusticia radica en el valor negativo de la acción y el resultado en los
delitos de resultado. La antijuridicidad no se puede dividir en materiales, sino que es el resultado
de una evaluación del valor negativo de la acción o su resultado.
ANTIJURIDICIDAD OBJETIVA: se refiere a la evaluación de la conducta delictiva desde un punto de
vista externo, sin tener en cuenta las características subjetivas o intenciones del autor del hecho.
En otras palabras, analiza si la conducta encuadra en un tipo penal y si, además, existe una
contradicción con el orden jurídico en general, sin justificarla por alguna causa permitida por la ley.
En el análisis de la antijuridicidad objetiva, se tienen en cuenta las causas de justificación, que son
situaciones donde una conducta que en principio sería ilícita queda justificada por el propio
ordenamiento jurídico. Algunas de las principales causas de justificación son:
 Legítima defensa: Cuando una persona se defiende de una agresión ilegítima de manera
proporcional.
 Estado de necesidad: Cuando una persona realiza una conducta delictiva para evitar un mal
mayor.
 Cumplimiento de un deber o ejercicio legítimo de un derecho: Cuando una persona actúa
conforme a lo que le exige la ley o en ejercicio de un derecho, como un policía que usa la
fuerza en el marco de sus funciones.
Si alguna de estas causas está presente, la conducta, aunque típica, no sería antijurídica y, por lo
tanto, no habría delito desde una perspectiva objetiva.

ANTIJURIDICIDAD SUBJETIVA: La antijuridicidad subjetiva se refiere a la evaluación de la conducta


delictiva desde la perspectiva del autor, es decir, se analiza si la persona que comete el hecho tenía
conciencia de que su acción era contraria al derecho y si actuó con la intención de realizar dicha
conducta antijurídica. En este caso, no se trata solo de analizar si la conducta es objetivamente
ilícita, sino de considerar el aspecto psicológico del autor.
En la antijuridicidad subjetiva, el conocimiento de la ilicitud juega un rol fundamental: el autor
debe ser consciente de que está actuando en contra de las normas legales. Si la persona no tiene
este conocimiento o si actúa bajo un error invencible (es decir, un error que no podía evitarse), su
conducta podría no ser considerada antijurídica subjetivamente.
Un ejemplo de antijuridicidad subjetiva sería el caso de una persona que, por error, cree que tiene
derecho a realizar una determinada acción (como tomar un objeto creyendo que es suyo). Aunque
objetivamente la conducta sería ilícita (hurto), si el sujeto realmente cree de buena fe que actúa
conforme a derecho, no habría antijuridicidad subjetiva.
En resumen, la antijuridicidad subjetiva se enfoca en la conciencia y voluntad del autor al
momento de realizar una conducta típica. En combinación con la antijuridicidad objetiva, se
establece si la conducta es o no delictiva en su totalidad.
ANTIJURIDICIDAD FORMAL: Consiste en la oposición a la norma derivada de un comportamiento
atribuible a un sujeto. Es la oposición del hecho al derecho positivo vigente y la ausencia de causas
de justificación que existan en ese derecho positivo. Se dice que el concepto de antijuridicidad es
estrictamente formal porque solo el derecho positivo a través de los tipos y las justificantes (causas
de justificación) puede determinar lo que es antijurídico y loque no lo es.
ANTIJURIDICIDAD MATERIAL: La antijuridicidad material es un concepto más profundo que va más
allá de la simple antijuridicidad formal (que se limita a constatar si la conducta está prohibida por la
ley). En la antijuridicidad material, se analiza si la conducta típica no solo infringe una norma
jurídica, sino si además lesiona o pone en peligro un bien jurídico protegido por el ordenamiento
legal.
En otras palabras, no basta con que la acción sea contraria a una norma, sino que debe causar un
daño o peligro relevante para un valor que el derecho penal considera digno de protección (como
la vida, la propiedad, la libertad, etc.). El propósito de este concepto es evitar que se sancionen
conductas que, aunque formalmente prohibidas, no causen un daño real o significativo a la
sociedad.
En el Derecho Penal argentino, este concepto es clave para delimitar qué conductas realmente
merecen sanción penal, buscando que el derecho penal no sea utilizado para perseguir conductas
que, aunque formalmente incorrectas, no afecten significativamente los bienes jurídicos. De este
modo, la antijuridicidad material ayuda a mantener la proporcionalidad y justicia en la aplicación
del derecho.
ANTIJURIDICIDAD E INJUSTO: Las expresiones antijuridicidad e injusto son a menudo utilizadas
indiferentemente. Esa indiferencia es en muchos casos intrascendente, pero en otros puede inducir
a error por eso es preciso ponerse de acuerdo previamente sobre la terminología adoptada.
Siguiendo a WELZEL, podemos decir que antijuridicidad es una característica de la acción y, por
cierto, la relación que expresa un desacuerdo entre la acción y el orden jurídico. En cambio, lo
injusto o el ilícito es la acción antijurídica como totalidad; por tanto, el objeto junto con su
predicado de valor; es decir, la acción misma valorada y declarada antijurídica. Lo injusto es un
sustantivo: la acción antijurídica; la antijuridicidad, en cambio, solamente una relación: la
característica axiológica de referencia a de la acción. Hay ciertamente injusto o ilícito
específicamente penal (distinto de la expresión injusto del derecho civil, por ejemplo) pero no
antijuridicidad específicamente penal.
Utilizamos las expresiones ilícito e injusto para referimos al disvalor específicamente penal
de la acción —a la característica de típicamente antijurídica— y damos al término antijuridicidad el
sentido generalmente aceptado de contradicción del hecho con la totalidad del orden jurídico,
como concepto formal.

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