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Nacimiento y Vida de Santo Domingo

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Santo Domingo de Guzmán

Capítulo I
El nacimiento de Domingo

Era Caleruega en
el siglo XII una
pequeña aldea...

Los Guzmanes,
familia de noble
estirpe, vivían en
un sobrio castillo.
Juana de Aza, la
noble castellana,
esperaba la
dádiva divina de
un hijo.

Una noche tuvo


un sueño
extraño:
vio un cachorro
blanco y negro
con una
llameante tea en
la boca que
incendiaba el
mundo.
La noble dama
marchó a Silos a
ver al padre abad
y darle cuenta
del misterioso
sueño

El Santo Abad le
interpretó el
sueño:
Tendrás un hijo
que con su
santidad y
doctrina
incendiará el
mundo.
Nació el niño y -
agradecida- le
puso por nombre
Domingo. En su
frente vio brillar
una estrella
limpia y
luminosa.

Fin del capítulo I


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo II: Santo Domingo Niño
Su espíritu de
sacrificio y
entrega nació
enseguida. A
veces. cuando
sus padres
marchaban a
descansar, el
abandonaba su
cama y se tendía
en el suelo

Y en el dulce
ambiente de
hogar cristiano
pasó Santo
Domingo su
infancia.

Las primeras
enseñanzas las
recibió de un tío
suyo arcipreste.

Éste gozaba
viendo cómo
Domingo se
extasiaba
oyendo los
Evangelios llenos
de la Palabra de
Dios.
A los catorce
años, viendo su
inteligencia tan
despierta, sus
padres le
llevaron al
Estudio General
de Palencia, el
más afamado de
entonces.

Sus buenos
padres soñaban
con verle
sacerdote.
Y se entregó de
lleno al estudio
del Trivio y el
Cuatrivio.

Fin del capítulo II


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo III: En Palencia y vieja a
Las Marcas
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******
Sobrevino en
Palencia una
gran peste y
Domingo, para
aliviar las
necesidades que
veía a su
alrededor, vendió
lo que más
quería: sus
libros.
“No quiero
estudiar en
pieles muertas
mientras los
hombres se
mueren de
hambre”
Pasados algunos
años, aquel
sueño se hizo
realidad.

Martín de Bazán,
obispo de Osma,
viendo su
santidad, le
nombró canónigo
y subprior de la
Catedral.
Diego de
Acevedo, sucesor
de Martín, puso a
Domingo, con él
al gobierno de la
diócesis.
Y allí pasó su
juventud como
“olivo que retoña
y como ciprés
que se alza hasta
las nubes”
A los 35 años un
suceso
inesperado
cambia el ritmo
de su vida.
Alfonso VIII
encarga al
Obispo de Osma
la misión de
acompañar a la
prometida del
hijo del rey
desde Las
Marcas a España.
Diego lleva
consigo a
Domingo.
En Tolosa
encuentra
Domingo la
primera alma
que Dios le
envía: a su
hospedero
descreido y
hereje.

Toda la noche
habló con tal
amor y
persuasión...
... Que el
hospedero quedó
convencido y
conquistado para
Dios.

Fin del capítulo III


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo IV: Predicación en el
Languedoc
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******
Acevedo marcha
a Roma a
presentar al Papa
su renuncia a la
mitra para ir a
predicar a los
cumanos. El
papa no se la
acepta, y les
envía a convertir
a los herejes de
Languedoc.
En Languedoc, el
subprior
Domingo
empieza a ser
llamado Fray
Domingo. Y
redacta un
escrito con los
más
contundentes
argumentos del
Evangelio de
Cristo.

Los herejes piden


una prueba: si el
escrito es echado
a las llamas y no
arde, creerán en
Dios.

Por tres veces el


escrito salta a los
pies de los
incrédulos. Pero
ni esto les
convence y
exigen guardar
silencio del
milagro
presenciado.
De regreso a
España, Domingo
y Diego pasan
por el Cister.
Diego ingresa en
la Orden, pero
sigue sus
campañas
apostólicas.
A fines de 1206,
Diego y Domingo
consiguen un
lugar donde unas
mujeres de noble
linaje, que
habían sido
entregadas a los
herejes para su
educación,
puedan
entregarse a
Dios libres de la
herejía...
... Y nació el
primer grano de
trigo de una gran
cosecha: el
monasterio de
Prulla.

Acevedo quería
llegar al Papa
para que
consolidará esa
fundación, pero
la muerte coronó
en el cielo los
méritos de su
vida.
Y Domingo
queda solo frente
a su
pensamiento y
su obsesión: la
predicación de la
verdad en aquel
caos de
herejías...

Fin del capítulo IV


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo V: El nacimiento de la
Orden
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******
Prulla fue el
primer faro de
espiritualidad en
aquel mundo. Allí
descansaba
Domingo de sus
agotadoras
jornadas
apostólicas
Un día le
siguieron sus
primeros
colaboradores,
Arnaldo de
Camprano y
Hernando
Huesca con sus
discípulos.
Los obispos le
mostraban cariño
y le alentaban...

...Pero él siempre
rechazó la silla
episcopal:
“Tengo que
ocuparme de mi
nueva plantación
de predicadores
y de las monjas
de Prulla que me
pertenecen”
Y Domingo y
Fulco -obispo de
Tolosa- marchan
a Roma, a
ponerse a los
pies del Papa
Inocencio III
El Papa adopta la
fundación de
Prulla y les
alienta a seguir
su camino de
reunir
predicadores.
Domingo y Fulco
regresan
radiantes a
Narbona
En Tolosa, el
obispo Fulco les
cede la capilla de
San Román en
1216. Había
nacido el primer
convento de la
Orden.
Un grave
contratiempo: el
Papa Inocencio III
ha muerto. Pero
Honorio III,
ganado pronto
por la santidad
de Domingo,
confirma la
Orden el 22 de
Diciembre de
1216.
Los frailes
esperan ansiosos
la vuelta del
Padre. La llegada
de Domingo y las
buenas noticias
que trae llena de
alegría a la
pequeña grey del
predicador.

Fin del capítulo V


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo VI: La dispersión
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******
Domingo tuvo un
sueño: Vio un
árbol que se
rasgaba por un
rayo y las aves
huían
despavoridas
Domingo
comprendió el
significado: La
insurrección de
los tolosanos
dispersaría a sus
frailes, y decidió
hacerlo él antes.
Les llamó y les
dijo...
... tiernas
palabras que no
entendían:
¿Somos tan
pocos y hemos
de separarnos?
“Dejadme obrar;
yo sé lo que me
hago”
Y todos se
encomendaron a
la Madre de Dios,
también Madre
de aquellos
frailes a los que
llamaban “los
frailes blancos de
la Virgen”
Porque la Virgen
les alentaba y les
protegía

... Y presidía sus


rezos

Y bendecía las
celdas al
entregarse al
descanso.
Y el día de la
Asunción de
1217, sabiéndose
unidos bajo el
manto de la
Virgen, se
dispersaron por
el mundo.
Pasado un año,
Domingo
recordaba
satisfecho
aquella visión en
la que Pedro y
Pablo le dieron
un báculo
diciéndole: “Vete
y predica, que
Dios así lo
quiere”.
Sus hijos por el
mundo, ya lo
estaban
cumpliendo.

Fin del capítulo VI


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo VII: Los milagros de
Domingo
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******
En 1218,
Domingo va a
Roma a fundar
un convento, y
desde allí ayudar
a todas las
fundaciones que
iban surgiendo
El Papa les cede
San Sixto, y alli
se reunen los
nuevos frailes
con la consigna
de “estudiar,
rezar y
descansar” para
después salir a
predicar.
Y al Patriarca
Domingo -
nombrado
maestro del
Sacro Colegio-
todo el mundo le
conoce por “el
Santo” y
escuchan sus
sermones
extasiados
Y le siguen por
todas partes... y
le cortan trozos
de su hábito,
que, a veces, no
le llega ni a la
rodilla
Y a ello
contribuían
notablemente los
prodigios que
Dios obraba por
su amado
siervo... Un día,
un joven pariente
del Cardenal
Esteban de
Fosanova, muere
al caer del
caballo

Acuden a
Domingo que se
encierra en una
habitación con el
cadaver del
adolescente
... Y se lo
devuelve vivo a
sus padres.

Otro día
caminaba con
fray Beltrán y les
sorprendió una
terrible
tempestad...

Domingo hizo al
aire la señal de
la Cruz y se abrió
un gran surco de
calma por donde
iban los
caminantes.
Fin del capítulo VII
Santo Domingo de Guzmán
Capítulo VIII: Un día de Domingo
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******

Su vida era
austera hasta el
heroismo. En
Cuaresma se
alimentaba sólo
de pan y agua

Consagraba el
día a los que le
necesitaban y
pedían su ayuda:
acudía a los
palacios...
... y a las míseras
chozas de los
humildes donde
sabía que había
un dolor del
cuerpo o del
alma.

La noche la tenía
destinada a Dios.
La pasaba en la
iglesia sumido en
profunda oración.

Cuando el
cansancio le
rendía, se
reclinaba un
momento en
algún rincón o
sobre las gradas
del altar.
Disciplinaba su
cuerpo tres
veces cada
noche, y a veces
le oyeron gritar:
"por los pobres
pecadores".
Se tenía en tan
poco que a la
entrada de los
poblados se
arrodillaba y
pedía a Dios no
castigara a
aquellos que iban
a recibir la visita
de tan gran
pecador.
Recorría
incansable sus
conventos,
caminando a
veces hasta
cincuenta
kilómetros al día

Sólo era lento


para su misa a la
que se preparaba
largamente.

Y durante ella
sus ojos eran
fuente de
lágrimas de
arrepentimiento
y agradecido
amor.
Fin del capítulo VIII
Santo Domingo de Guzmán
Capítulo IX: El Rosario y el Capítulo
General
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******

Fue también la
Virgen la que
enseñó a
Domingo el
mejor método
para llevar las
almas al cielo: El
Rosario
Desde entonces
los hijos de
Domingo,
llevaron su
Rosario a todos
los hombres, y
ellos mismos lo
rezaron sin
cesar.
Y la orden de
Predicadores iba
llenando el
mundo. El 17 de
mayo de 1220 se
reune en Bolonia
el Primer
Capítulo General.
El Santo
Patriarca sigue
son sus sueños
misioneros. Pide
que le releven de
su cargo de
Maestro General:
...
...“Merezco que
me depongan -
dice- por ser un
fraile inútil y
relajado”
Los frailes
desoyen
extrañados su
petición, y no
permiten que les
abandone.
Su cuerpo está
agotado. Camino
de Roma sufre el
primer ataque de
la enfermedad
mortal.

Pero, apenas
restablecido,
continúa su
predicación de
fuego: Brescia,
Módena,
Cremona,
Mantua, Padua,
Venecia ...
No deja de
atender a sus
monjas que,
según él, son las
“raíces de su
árbol”

Y así, Prulla y los


nuevos
conventos que
surgieron reciben
las visitas
frecuentes del
Padre que no les
abandona.

Fin del capítulo IX


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo X: Su última enfermedad
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******
De vuelta a
Bolonia, sufre un
duro ataque de
fiebre. Pero
asiste a maitines
y queda en la
iglesia toda la
noche

Los frailes le
llevan a Santa
María del
Monte...

... Por ser un


lugar más sano
Sintiéndose
morir, llama a la
comunidad y les
dice “A mi, hasta
ahora la
misericordia
divina me ha
conservado en la
incorrupción de
la carne.”.
...Y después
arrepentido y
lloroso le dice al
Prior:
“ Creo haber
pecado de
orgullo al decir
esto delante de
mis frailes.”
Al enterarse
Domingo de que
si muere allí, allí
será enterrado,
gime: “Lejos de
mi que yo sea
enterrado en otro
lugar que bajo
los pies de mis
frailes.”
Con todo cuidado
-temiendo la
muerte a cada
paso- le llevan al
convento de San
Nicolás de
Bolonia...

Fin del capítulo X


Santo Domingo de Guzmán
Capítulo XI: La última
peregrinación
Busca aquí el capítulo que quieres leer:

*******

Capítulo XI

Como nunca tuvo


celda, lo colocan
en la del Maestro
Moneta; los
frailes,
acongojados,
están en torno
suyo.
No nos
abandones,
Padre; lloran los
hijos y él les
consuela
diciendoles: Os
seré más útil en
el cielo.
Y llamando a los
ángeles de Dios
“para que
entreguen su
alma al Altísimo”,
murió inundado
de inmensa paz.

Los frailes
vistieron de
nuevo su cuerpo
con el hábito que
él mismo les
diera.

A su entierro
asistieron
multitud de
obispos y
abades. Y el
obispo de Ostia -
después Gregorio
IX- enterró su
cuerpo con
devoción en la
iglesia de los
frailes.
Lejos de allí, a la
misma hora en
que Domingo
moría, Fray
Guala vió en
sueños subir al
cielo al Patriarca
por una escala...

...cuyo fin era


Jesús y María.
<>

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