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FICHA DE LECTURA:
FUNDAMENTOS Y ESPECIFICIDADES DE LA CLÌNICA DEL
ACOMPAÑAMIENTO TERAPÈUTICO:
ROL Y FUNCIÒN EN EL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÈUTICO
El rol del acompañante terapéutico encuentra su origen en una concepción
psiquiátrica dinámica opuesta al planteo clásico que confinaba al sujeto con
padecimiento mental con el rótulo de “loco”, alejándolo de su familia, amigos y de la
vida social.
Es conveniente, antes que todo, diferenciar el rol de la/s función/es del acompañante
terapéutico, ya que de esta confusión provienen buena parte de las dificultades de
in-definición de nuestro campo (Rossi, 2011). En primer lugar, el rol representa un
determinado tipo de actor (el acompañante terapéutico) en un contexto determinado
(el ámbito clínico y sociocomunitario), lo cual establece una determinada expectativa
social acerca de lo que se puede esperar de ese actor. Berger y Luckmann
establecen que un rol “es un correlato de la institucionalización del
comportamiento” (“serie de acciones y tareas tipificadas por tipos de actores”),
“representa un orden institucional” y circunscribe zonas específicas de conocimiento
socialmente objetivado (Berger y Luckmann, 2001).
En este sentido, al Acompañamiento Terapéutico corresponden una serie de
acciones y tareas tipificadas: acompañar, apoyar, contener, etc.; por tipos de actores:
los acompañantes terapéuticos; y un campo de saber específico que lo enmarca y
fundamenta: el saber en torno al vínculo en lo cotidiano, y por supuesto el marco
conceptual desde donde se sostiene su intervención: el psicoanálisis, la psicología
sistémica y la psicología social.
Definir el rol del acompañante terapéutico lejos de poner en riesgo la singularidad de
lo que se juega en un acompañamiento, asienta un nexo institucional de
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comportamiento que permite delimitar socialmente, entre lo que es y lo que no es
Acompañamiento Terapéutico.
No es lo mismo la tarea por la que el acompañante terapéutico es convocado (rol),
que las coordenadas que guían y determinan la ejecución singular de la tarea
(función).
En sus inicios esta indefinición, este dejarse ubicar por las demandas institucionales,
públicas y privadas, facilitó el crecimiento y la expansión del Acompañamiento
Terapéutico en Latinoamérica, permitiéndole integrarse en espacios muy
heterogéneos como el ámbito sanitario, social o judicial.
Desde el punto de vista del rol, se espera que un acompañante terapéutico siempre
priorice entre sus objetivos: la construcción de un vínculo positivo y de confianza en el
marco de una metodología de lo cotidiano sobre otros objetivos (como higiene,
traslados, habilidades de la vida cotidiana, etc.) entendiendo que lo primero es el camino
para llegar a lo segundo. Según Rossi (2011) el trabajo inicial debe estar encaminado
“hacia el establecimiento de alguna confianza en el vínculo, desde la actitud de cautela y
la disposición del acompañante hacia el diálogo”.
Podría pensarse que esta jerarquización de las prioridades, a la hora de la intervención,
varía cuando el rol del acompañante terapéutico se desarrolla en otros ámbitos
como en el ámbito escolar o de la discapacidad intelectual, dado que el elemento
educativo cobra en estos casos especial interés. Pero la práctica demuestra que
esto no es así…dos experiencias de acompañantes en el campo de la discapacidad:
“Acompañar a un joven con deficiencia mental es caminar a su lado ofreciendo una ayuda
especializada… Pero sobre todo es un acto de amor que le permite el crecimiento…
respetando sus limitaciones, potenciando sus capacidades.” (Guzmán, 2002)
“El Acompañamiento Terapéutico, aunque mayoritariamente ha sido dentro de la escuela,
también ha sido fuera de ésta, me he ido con él de campamento, he hecho AT en su casa, nos
hemos ido a lugares recreativos. Todas estas salidas ayudaron sobre todo a fortalecer el
vínculo conmigo, a poder trabajar también con aquellos elementos que pertenecen a su día a
día, como es su casa.” (Mirón, 2010).
EN TORNO A LA FUNCIÒN…
La tarea se realiza siempre en equipo y los objetivos son planteados por el
profesional tratante.
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Integrado a otros tratamientos, permite su continuidad en el ámbito de la vida del
paciente, con su familia y con la comunidad en la tarea de resocialización. El
trabajo del acompañamiento terapéutico sirve para sostener a un sujeto en sus
actividades diarias. Se busca permitir que el paciente continúe o retome sus
actividades laborales, sus estudios y sostener su inserción social en la medida en
que esto sea posible.
La función del acompañante terapéutico puede definirse en relación a la estrategia
que construye un psicólogo, psiquiatra u otro profesional en un tratamiento y a las
particularidades de cada caso, la función del mismo no puede establecerse de
antemano, sino que se irá delineando en relación al desarrollo del tratamiento.
Si bien, el acompañante terapéutico realiza intervenciones, tiene limitaciones, no
debe hacer interpretaciones al paciente de lo que le sucede y debe remitirse a una
estrategia.
El espacio que genera tiene su singularidad, con la posibilidad de establecer una
táctica propia, en la práctica, esto se sostiene a partir de las reuniones entre
acompañantes, la orientación que dé el psicólogo y las supervisiones. El trabajo del
acompañante terapéutico dentro de los hospitales y de las clínicas es para y en
función del paciente, es un trabajo conjunto con el psicólogo que lo atiende, el
psiquiatra de la institución, los terapistas ocupacionales y demás profesionales. Es
necesario trabajar en equipo para que las indicaciones necesarias para el
tratamiento del paciente sean coordinadas y no se caiga en modalidades
terapéuticas que terminan obstaculizando el tratamiento.
Es imprescindible que quien cumpla la función de acompañante terapéutico trabaje
en el ámbito de la Salud Mental y sea supervisado permanentemente por un
psicólogo, porque muchas veces se desconoce lo perjudicial que para él mismo
pueda serle o para el paciente.
Recordemos que los pacientes que necesitan de acompañantes son generalmente
internados o con graves trastornos de su salud mental. Hoy en día las instituciones
privadas por reducir sus costos toman a personas no preparadas adecuadamente
para que salgan con pacientes en tratamiento institucional.
Este trabajo no consiste sólo en sacar a pasear al paciente sino también en:
Respetar sus tiempos de silencio, de angustia y ansiedad lo que implicaría
acomodar el tiempo cronológico a lógico del paciente. Poner el cuerpo, escuchar su
delirio, su razón, su locura, su cordura. Todo esto significa brindarles a los
pacientes la posibilidad de apropiarse de su cuerpo, de su voluntad, de su espacio y
posibilitarle un nuevo intercambio social.
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ACUERDOS Y CONSENTIMIENTOS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO
TERAPEUTICO:
Se pueden presentar dos situaciones:
▪ Casos en que no hay consentimiento por parte del paciente a un acompañamiento
en su tratamiento. A veces hay desacuerdo por parte de algunos miembros de la
familia. En este caso el A.T. es una indicación del terapeuta/equipo,
independientemente de la voluntad del paciente. Estos casos deben ser
abordados de acuerdo a la particularidad de la situación. Se trabaja en las
reuniones de equipo lo referente al rechazo. Cuando hay varios acompañantes,
ver si el rechazo es al vínculo con alguno en especial. Cuando no hay acuerdo el
paciente puede tener una actitud negativa, hasta de indiferencia ante nuestra
permanencia. También desde la familia pueden haber actitudes de boicot o
resistencias a nuestra intervención. Pasa en las internaciones domiciliarias,
cuando los miembros de una familia experimentan ese nuevo escenario como
una intrusión en su vida cotidiana. Esto también se trabaja en equipo.
▪ Casos en los que existe acuerdo por parte del paciente y su familia. Casos donde
la presencia del A.T. es un alivio en el contexto familiar, generando tranquilidad,
en tanto significa una ayuda.
-Una de las modalidades de intervención del at. en el rechazo de un
acompañamiento es enfocar el trabajo inicial desde el establecimiento de alguna
confianza en el vínculo, desde una actitud de disposición del acompañante hacia el
diálogo, la escucha.
- Explicarle que no es necesario que este dispuesto a hablar en todo ese tiempo.
Decirle que haga las cosas habituales en esos horarios, obviamente siempre que eso
este dentro de las pautas dadas por el terapeuta como leer, mirar tv, usar la
computadora, dormir o salir a caminar, etc.
- Decirle que nos encontramos allí para ayudarlo en los momentos en que sea
necesario, o para conversar si tiene ganas. Debemos tener disposición mental,
tiempo, paciencia.
- La ambición terapéutica puede jugarnos en contra, en especial en pacientes
cronificados, con lesiones orgánicas, etc.
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FUNCIONES MÁS DESTACADAS:
1. Ayudar a construir las condiciones para que el dispositivo de tratamiento se
ponga en marcha.
2. Motivar la continuidad de los tratamientos, acompañando los vaivenes
emocionales del paciente en relación al mismo, haciendo presente la lógica
del tratamiento en lo cotidiano del acompañado y promoviendo la resiliencia
humana y la planificación de la esperanza.
2. Favorecer el intercambio con el medio social, funcionando como un semejante
con quien compartir actividades recreativas, laborales y/o educativas,
ofreciendo presencias en los lugares donde el acompañado desarrolla sus
actividades, realizando salidas a la vía pública y creando nuevos contextos
de desarrollo para el paciente.
3. Ofrecer un espacio de diálogo donde lo subjetivo se pueda expresar a través
de la palabra, acompañando con una escucha empática.
4. Acompañar al paciente y a su familia en sus cuadros afectivos, mediando en
posibles situaciones de conflicto, apuntando a generar convergencia. 5.
Promover calidad y estilo de vida, reduciendo factores de riesgo y potenciando
factores protectores.
6. Fomentar la capacidad creativa del paciente, favoreciendo una adaptación
activa y aportándole una vía de expresión.
7. Favorecer el desarrollo de las potencialidades sanas del paciente, potenciando
las posibilidades y capacidades del sujeto y apoyando en lo anímico y lo
concreto la realización de actividades.
8. Cooperar con la construcción de una cotidianidad y un vínculo beneficioso
para el paciente, otorgando un espacio más de producción subjetiva.
9. Facilitar las condiciones que le permitan el diseño de hábitos sanos. 10.Limitar
en situaciones interpersonales en donde el paciente pueda resultar perjudicado.
11.Mediatizar algunos vínculos conflictivos. Intervenir como otro extrafamiliar,
que pone su oído, que puede hacer de mediador en la cotidianeidad del
acompañado, con su presencia y su palabra entre la familia y el
acompañado.
12.Bisagra entre la salida de una internación psiquiátrica y la vuelta al hogar.
Apoyo en este proceso de externación.
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El acompañante terapéutico: el sostén para salir adelante:
∙ La contención es fundamental y constituye la primera función del acompañante
terapéutico, cualquiera sea el momento del proceso en que se hallen los
pacientes. El acompañante terapéutico se ofrece como sostén, auxiliando al
paciente en su imposibilidad de delimitarse a si mismo. Acompaña y ampara al
paciente en su desvalimiento, su angustia, sus miedos, su desesperanza, e
incluso en aquellos momentos de mayor equilibrio.
∙ El acompañante terapéutico es para su paciente un “referente”, incluyéndose
como tercero, opera en el vínculo a la manera de organizador psíquico que lo
ayuda a regularse.
∙ Registra y ayuda a desplegar la capacidad creativa del paciente: la canalización de
las inquietudes del paciente cumple un doble objetivo: sirve para liberar la
capacidad creativa y tiende a la estructuración de la personalidad alrededor de
un eje organizador.
∙ Aporta una mirada ampliada del mundo objetivo del paciente: el acompañante
terapéutico dispondrá de información ampliada sobre su modo de
desenvolverse en ámbitos diversos, sobre los vínculos que mantiene con los
miembros de la familia, el tipo de personas con las que prefiere relacionarse, las
emociones que lo dominan.
Otras cuestiones a tener en cuenta:
❑ Articular de manera coherente los diferentes discursos del equipo
psicoterapéutico: asistente social, psicólogo, psiquiatra, enfermero, terapista
ocupacional, etc.
❑ Regirse por principios éticos fundamentales del secreto profesional y el no
involucramiento personal con el acompañado.
❑ Evitar los hiatos terapéuticos, la ruptura de continuidad de la atención que se le
brinda a un paciente. En este punto el at. tiene un lugar de relevancia. ❑ Evitar la
ambición terapéutica, puede jugarnos en contra, en especial en pacientes
cronificados, con lesiones orgánicas.
❑ Debemos tener disposición mental, tiempo, paciencia, tolerancia a sus angustias,
silencios, etc. disposición al diálogo, la escucha siempre empática libre de
prejuicios.
❑ Tomar en cuenta las limitaciones de su función: abstenerse de hacer
interpretaciones, debe remitirse a una estrategia de tratamiento.
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UN ACOMPAÑAMIENTO TERAPEUTICO A VECES FRACASA SI EL AT:
✔ Decide por si sòlo y lo justifica, critica las reuniones de equipo en forma sistemática.
✔ Se suele mover por sentimientos, prejuicios e intereses personales. ✔ Se convierte
en amigo del acompañando y/o de su familia, perdiendo la distancia operativa.
✔ Se posiciona como el salvador del sujeto.
✔ Se queda en el tiempo ante los avances del acompañado.
✔ Tiende a crear jerarquías y asigna trato según estos.
✔ Ausencia de supervisión.
✔ Se basa sòlo en su experiencia vivencial, dejando de lado su formación y
capacitación continua.
✔ El manejo de la información a través de rumores.
✔ No reconoce dificultades en su desempeño.
ACOMPAÑAMIENTO TERPEÙTICO Y ÀMBITOS DE TRABAJO
ALGUNOS DE LOS CAMPOS DE INTERVENCIÓN DEL ACOMPAÑANTE
TERAPÈUTICO SON:
⮚ Neurosis Graves.
⮚ Psicosis.
⮚ Adicciones.
⮚ Trastornos de la Personalidad (TOC-trastorno obsesivo compulsivo- ,Antisocial,
Paranoide, Esquizoide).
⮚ Trastornos de la alimentación –bulimia,anorexia-
⮚ Trastornos depresivos.
⮚ Trastornos neurológicos.
⮚ Pacientes con riesgo suicida.
⮚ Discapacidades mentales.
⮚ TGD-trastornos generalizados del desarrollo- ( Autismo, Asperger, Rett) ⮚
Trastornos específicos del desarrollo (trastorno del lenguaje, del desarrollo motor).
⮚ Enfermedades oncológicas.
⮚ Trastornos post-traumáticos.
⮚ Pacientes pre o post-quirúrgicos.
⮚ Geriatría.
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ESQUEMA BÁSICO SOBRE MODALIDADES DEL A.T.
Una manera de graficar los espacios y tiempos más frecuentes en que se incluye la
tarea del acompañante terapéutico es la que se sintetiza a continuación.
CONDICIONES DE TRABAJO DEL ACOMPAÑANTE TERAPÉUTICO:
SEGÚN EL MARCO DE INSERCIÓN:
En cuanto a la procedencia de su indicación y el contexto donde se realice:
1- Acompañamiento terapéutico dentro de un esquema institucional. Puede estar
indicado por un terapeuta externo a la institución o por un profesional de la misma.
2- Acompañamiento terapéutico que no es indicado por un dispositivo institucional.
No está orientado desde una institución, sino por un terapeuta privado o equipo
ambulatorio.
3- Acompañamiento terapéutico en el proceso de Externación institucional. Primera
etapa: salidas, para volver a la institución. Articulación con la atención ambulatoria,
se hace a partir de la estrategia de un terapeuta externo o del equipo institucional.
SEGÚN LOS TIEMPOS DE TRABAJO:
En cuanto al tiempo pautado para el acompañamiento terapéutico, se incluye
como: A) Acompañamientos terapéuticos en una internación de 24 horas. (Equipos
de varios acompañantes).
1. En instituciones.
2. Domiciliarias.
B) Por algunas horas en el día.
1- En instituciones. Salidas. Actividades de rehabilitación, educativas, etc.
2- Domiciliaria. Esta segunda modalidad se organiza a su vez:
- Horarios diurnos varios días en la semana.
- Nocturno.
- Fines de semana.
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UN DISPOSTITIVO ACORDE A LA SITUACIÒN DEL NIÑO Y SU FAMILIA
El acompañamiento terapéutico con niños y adolescentes ha tenido una destacable
expansión en los últimos años, con modalidades muy innovadoras, respondiendo a
situaciones familiares complejas, mediante intervenciones y dispositivos que se
fueron convirtiendo en eficaces.
En estos casos, el acompañamiento terapéutico ofrece una intervención
personalizada que se desarrolla en el medio familiar, social o educativo del aniño,
así como en instituciones asistenciales, con objetivos delineados y orientados en
una estrategia de trabajo en equipo.
A-SOLICITADO DESDE UN MARCO INSTITUCIONAL ASISTENCIAL
∙ Centro de Día, Clínica, Hospital
∙ Trabajo en la institución: at individual o grupal.
∙ Traslados y actividades en espacios de la ciudad: de la institución al espacio
público. Actividades recreativas.
Las instituciones pueden estar orientadas hacia objetivos educativos, o tener un
objetivo principalmente terapéutico o recreativo. El at. se integra a un plantel
profesional para realizar actividades grupales o individuales. La actividad del at.
motoriza y oficia como “mediador” en muchos casos donde la perturbación en el lazo
con el entorno es muy marcada.
También es solicitado para actividades o salidas de manera puntual en caso de
jóvenes que se encuentran internados, por ejemplo con adolescentes, donde se los
acompañarà a una institución para realizar actividades tendientes a la inclusión en
un contexto educativo o recreativo, o para asistir a una consulta mèdica, o una
visita especial a un familiar con el que no convive.
Se trata también de que el tiempo y espacio del acompañamiento en relación a una
actividad de tipo administrativa, se convierta en un espacio terapéutico. Por
ejemplo, en un viaje en colectivo, a partir de ir generándose un vìnculo con el
adolescente, el at. va a charlar sobre sus intereses, gustos, etc. Es asì como el
simple objetivo inicial de traslado, al incluirse en un marco de un proyecto de
tratamiento puede tener otra significación, e incluso lograr otros cambios.
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B- SIN UN ÀMBITO INSTITUCIONAL
∙ Indicado por el profesional tratante. Amplía el espacio y el tiempo de la tarea
terapéutica.
∙ Intervenciòn en el contexto familiar.
∙ Actividades sociales y recreativas: de la casa al espacio público. Traslados. ∙
Contratado por la familia.
Al no ser solicitado desde un marco institucional, puede requerirse at. para distintas
instancias de trabajo, donde se contacta directamente con la familia, a instancias del
profesional tratante o equipo privado. Pude ser también para traslados, para llevar
al niño a sus sesiones y/o a otros espacios terapéuticos (fonoaudiología,
kinesiología, etc.). se incluye en salidas recreativas, o en la inserción social en
actividades educativas, y de intercambio con pares.
En el caso de Juan, un niño que nació con un síndrome neurológico cuyo efecto
fue un retraso madurativo con episodios de epilepsia, se solicita un at.
cuando tenía 7 años. En principio es pensado por su terapeuta como una forma
de “descomprimir” una situación familiar que se tornaba angustiante, en
especial hacer cierto “relevo” del lugar materno. A los pocos meses del
nacimiento del hermano de Juan, la madre estaba fuertemente desbordada por la
crianza de ambos, Juan necesitaba una atención permanente. La inclusión de
acompañamiento en la casa, por las tardes, al volver Juan del Centro de Dìa,
generò otro clima familiar, resultando positivo el espacio de juego que se
organizaba luego de la merienda con Juan. La madre dice sentirse aliviada y
que podía entablar otro vìnculo con Juan.
Si es solicitado directamente por la familia, el acompañante debe indagar acerca de
la asistencia profesional que recibe el niño, para entrar en comunicación, aclarando
en especial el motivo por el cual fue solicitado por el profesional a cargo. Que haya o
no acuerdo profesional suele marcar caminos muy diferentes. A veces surge de un
pedido familiar, luego aceptado por el profesional tratante. Que encontremos
posibilidades de articular un trabajo en equipo también tiene el valor de un buen
pronòstico en lo que hace al acompañamiento.
Igual que con adultos, cuando el niño no està en tratamiento, de acuerdo a la
problemática que presente, será necesario recurrir a un profesional para una
interconsulta, de manera de enmarcar los lìmites de la intervenciòn del acompañante,
evitando generar expectativas confusas y distorsiones en su tarea.
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C- EN EL ÀMBITO EDUCATIVO
∙ Jardín de infantes, preescolar o primeros grados.
∙ Integración escolar, en escuela comùn o especial.
∙ En horarios de clases, varios días a la semana.
∙ Se articula con la dirección de la institución, el equipo de orientación escolar y
la maestra.
Se indica en:
▪ Perturbaciones psíquicas graves de la infancia.
▪ Retrasos madurativos, discapacidad intelectual leve.
▪ Fobias escolares severas.
▪ Fracasos reiterados en la integración escolar.
▪ Dificultades relevantes en la adaptación social y en el control de impulsos.
Se incluye un at. para que estè en el horario escolar con el aniño, en un trabajo que
apunta a que vaya integrándose al grupo y abordar las cuestiones de su posibilidad
de aprendizaje. A veces de manera paralela permite el at. algún alivio en cuento a la
tarea del/la docente a cargo, en casos donde resulta muy dificultoso el manejo
cotidiano de ese niño.
A continuación se relatan los objetivos iniciales de un acompañamiento en la
institución escolar:
∙ En una primera etapa el at. participa en la evaluación del desenvolvimiento del
niño en las diferentes actividades y en sus vínculos en el jardín/escuela, y
aporta desde allì al diseño del trabajo en el marco de un equipo terapéutico
interdisciplinario.
∙ Favorecer la comunicación y el desarrollo con otros (niños y adultos). ∙
Estimular el desarrollo de la actividad lúdica.
∙ Favorecer la ampliación de la autonomía y el autovalimieto del niño. ∙
Estimular una postura màs placentera frente al aprendizaje escolar. ∙
Fomentar la participación en las propuestas escolares.
∙ Asistir al niño en actividades que le permitan mejorar la atención. ∙
Colaborar en situaciones educativas que posibiliten el aprendizaje.
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ACOMPAÑAMIENTO TERAPÈUTICO EN LA INTERNACIÒN
INSTITUCIONAL
El at. en el proceso de internación psiquiátrica es en la gran mayoría de los casos
una indicación hecha por el equipo tratante al paciente y a su familia.
Es fundamental comprender que el acompañamiento terapéutico es un recurso màs
del tratamiento de un paciente y que, como tal, debe ser tenido en cuenta desde el
inicio de las diferentes internaciones y no pensar en èl solamente cuando las otras
intervenciones fracasaron.
- ¿En què consiste la tarea de acompañamiento propiamente dicha en el espacio
de internación?. Si bien los tiempos de internación han disminuido, esto no
se ha visto reflejado en una disminución del prejuicio contra las personas
que han debido afrontar internaciones psiquiátricas. Las largas estadías
aumentan el prejuicio, aùn no se ha conseguido desterrar el pesado estigma
que acarrea el paso por el manicomio.
Es en este lugar donde el at. deberá desempeñar su tarea, un lugar atravesado por
el estigma, el abandono y el castigo; no se presenta como tarea sencilla acompañar
el sufrimiento de la persona en proceso de hospitalización.
El at. como “amistoso componedor” deberá realizar su tarea entre los diversos
espacios que componen la internación y el propio paciente, seguramente
desorientado frente a una nueva realidad de la cual se hace necesario apropiarse; es
entonces en la ayuda y facilitación de la significación del espacio de internación
donde se registra la necesidad de acompañamiento.
Continua siendo muy difícil para los pacientes procesar las enfermedades mentales
y, tal vez, la máxima expresión de esto sea la elaboración del proceso de internación
psiquiátrica; dicha situación es equiparada en la sociedad con el estar loco. La
presencia del at. garantiza una disminución del estigma.
ALGUNAS INDICACIONES DE ACOMPAÑAMIENTO TERAPÈUTICO EN LA
INTERNACIÒN PSIQUIÀTRCA:
1- RIESGO SUICIDA: Hay pacientes que presentan la intencionalidad de quitarse
la vida. El at. juega un rol fundamental en el equipo tratante ya que su
presencia reduce al mínimo la necesidad de recurrir a la contención física o
de medicalizar en exceso a los pacientes en riesgo. Se requiere entonces un
at. que tenga un claro posicionamiento frente a la muerte. El trabajo del at.
entonces consistirá en entrar en el mundo propio del sufriente y tratar de
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contribuir con la restauración de los aspectos de su ser que la locura devastó
al punto que la muerte se convierte en una salida.
2- RIESGO AUTOAGRESIVO: Nuevamente, el rol del at. consiste en minimizar la
necesidad de recurrir a métodos de contención física y exceso de
medicación. La interacción con otro significativo sin duda es màs efectiva que
estos métodos, y en està interacción el at. es un recurso sumamente
beneficioso como estrategia en el acompañamiento.
3- RIESGO DE AGRESIÒN A TERCEROS: la agresión a terceros es un motivo muy
comùn de internación y puede corresponder a las màs variadas patologías
psiquiátricas. La presencia del at. en el manejo de la agresividad plantea un
modelo donde no se criminaliza la violencia o no se culpabiliza a la víctima
sino a considerarla como algo a solucionar apelando a recursos lo menos
traumáticos posible. El acompañamiento permite a través de la palabra un
efecto tranquilizador, o con la sola presencia del otro atenuar el sufrimiento
que se expresa a través de arrebatos de exaltación y violencia.
4- DISMINUCIÒN DEL AISLAMIENTO: la presencia del at. desde los primeros
momentos de la internación trata de contrarrestar la pesada carga asilar a
través de la construcción de un espacio de “puertas abiertas” donde el
enfoque comunitario actúa como antídoto contra las políticas de aislamiento.
El paciente cuenta con la posibilidad del tratamiento ambulatorio si el
paciente está en condiciones de este pasaje. En ocasiones el at. hace de
mediador entre la internación y la familia, tranquilizando al grupo familiar y
transmitiendo información de primera mano acerca del pariente internado.
5- FACILITADOR DEL PROCESO DE RESOCIALIZACIÒN: el primer objetivo de la
internación es la externaciòn; el at. cumple un papel de gran importancia en
el momento de diagramar los permisos con los pacientes en el regreso al
mundo exterior. El éxito de estas salidas muchas veces definirá el tiempo que
durará la internación; es necesario precisar un trabajo colaborativo con la
familia de la persona internada dado que, en la gran mayoría de los casos, el
grupo primario será el encargado de recibir al paciente en su jornada de
regreso al hogar. Todas las variaciones posibles en el acompañamiento
dependen de la singularidad del paciente y deben ser tenidas muy
particularmente cuando se organiza el proceso de resocialización del
paciente.
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EJES ORGANIZADORES DEL ACOMPAÑAMIENTO
TERAPEUTICO- Inicio y Continuidad
ENCUADRE EN UN ACOMPAÑAMIENTO TERAPEUTICO:
El encuadre hace referencia a determinadas cuestiones que se pautan en el inicio de
un acompañamiento, para el desarrollo del tratamiento, cuestiones básicas a
considerar: horarios del acompañamiento; actividades y el lugar donde se realiza;
tiempo de duración del espacio diario; tipos de salidas; lo autorizado desde el
profesional a cargo del caso; objetivos iniciales del acompañamiento.
- Hay elementos que deben ser constantes en un encuadre, pero se deben
contemplar las variaciones que pueden darse en el transcurso del tiempo, en el
devenir del tratamiento.
- En un principio el profesional encargado del caso, a veces de manera conjunta con
el coordinador del equipo de acompañantes., va a determinar la modalidad (dónde
se realizará, si habrá salidas o no, etc.) y la cantidad de horas del acompañamiento
para el caso. Otras veces el profesional puede llegar a consultar para el caso al
acompañante. Si hablamos de un equipo de Acompañamiento Terapéutico el
coordinador decide esas precisiones.
- El acompañante siempre estará en supervisión del equipo, coordinador o
profesional a cargo del caso. Existirá a partir de esto un “contrato” que puede ser
realizado por el acompañante, el coordinador, el terapeuta o la institución, o en
conjunto, con la familia y/o con el paciente. Es conveniente especificar los
elementos básicos
inicialmente aunque luego se re-contrate.
Tomando los aportes de Leonel Dozza de Mendoca en su libro “Acompañamiento
terapéutico y clínica de lo cotidiano” podríamos diferenciar entre: ∙ ENCUADRE
CERRADO
∙ ENCUADRE ABIERTO : -Abierto hacia fuera
-Abierto hacia dentro
El hecho de que el acompañamiento terapéutico tenga lugar en los ámbitos
comunitario, domiciliario-familiar y cotidiano del paciente, problematiza todo lo
relacionado con el rol, tarea, encuadre e intervenciòn.
Para este autor se trata de un Encuadre Ambulante y Abierto pensado desde la
“Clínica de lo Cotidiano”: El término “Clínica” apunta hacia la importancia de los
aspectos vinculares de la tarea; mientras el término “Cotidiano” señala que el
trabajo con el vínculo tiene lugar en el ámbito de situaciones cotidianas, y
empleando también recursos cotidianos (charlas, humor, enojos, actos, reacciones
afectivas, espacios y personas del contexto comunitario, etc.)
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ECUADRE CERRADO: En la consulta clínica, en pràcticas grupales en instituciones,
por lo general se opera desde este tipo de encuadre, en el sentido de que la
intervenciòn se dirige exclusivamente a la persona o grupo en cuestión y, a la vez,
el terapeuta trata de cuidar para que terceros no intervengan, para que no
interrumpan la sesión o no “molesten”. Concretamente, en el encuadre cerrado las
puertas suelen estar cerradas.
En cambio, en la Clìnica de lo Cotidiano se opera desde un ENCUADRE ABIERTO.
Aquí no siempre hay puertas, y las que hay suelen estar entreabiertas, aunque a
veces con el cartelito de “no molestar”. En este sentido podemos diferenciar entre:
ENCUADRE ABIERTO HACIA FUERA: en el cual la intervención del acompañante
terapéutico puede dirigirse a alguna persona del contexto inmediato del paciente
(vecino-amigo-camarero-etc). Sin embargo, la se contempla la intervenciòn
selectiva y limitada sobre algunas personas del contexto en el que el paciente está
inserto. Por lo general, no se trata de organizar un encuadre formal para intervenir
de forma sistemática ante determinadas situaciones, ni de convocar reuniones con
las vecinas de la derecha y de la izquierda (si bien, según el caso esto se podría
hacer). En este encuadre abierto hacia fuera conviene hacer una advertencia: si
intervenimos sobre alguien que no nos ha convocado ni autorizado a que lo
hagamos, eso es una agresión; de modo que tiene que haber unas condiciones para
que no lo sea; por ejemplo:
1- La intervenciòn no debe cuestionar directamente el lugar del otro, ni
pretender explicitar lo que le pasa.
2- Tales intervenciones no seràn sistemáticas, sino que tendrán lugar en
el ámbito de las relaciones cotidianas del paciente (es decir, no se
trata tanto de organizar un encuadre formal, tipo reunión, màs allà
que en determinadas situaciones eso sea posible).
3- El hecho de que el encuadre este abierto hacia fuera, no significa que
estarà a todo lo que este fuera. Esta apertura se limita a aquellas
situaciones y personas que de alguna forma bloquean el flujo del
acompañamiento o bien reflejan modos de vinculación que alienan al
paciente.
ECUADRE ABIERTO HACIA DENTRO: en el sentido de que permite la participación
selectiva de terceros. Es a remarcar que dicha participación y posibles
intervenciones están condicionadas por una apertura selectiva y con “filtros”.
A veces ocurre que el paciente propone, implícita o explícitamente, que un familiar o
amigo este presente durante el encuentro, o simplemente esta presencia se produce
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espontáneamente. No es poco frecuente que los acompañantes sientas dificultades a
la hora de facilitar tales inclusiones e incluso lo sientan como una intrusión. Sin
embargo, si partimos del principio de que el encuadre de la Clínica de lo Cotidiano
es un encuadre abierto, debería de parecernos interesante el hecho de que algún
amigo o familiar estè presente, dado que ello puede brindar un material vincular
importante en lo que respecta a la evaluación -del universo vincular del acompañado
y posibles intervenciones.
En otros términos, el encuadre está abierto a todas aquellas participaciones que
contribuyan a la consecución de la tarea.
La nociòn de Encuadre Abierto es una consigna que hay que transmitir al paciente y
familiares para evitar caer en un Encuadre Cerrado y por ende en una relación
exclusivamente de tipo dual.
Ahora bien, otra cosa muy distinta es que la actitud de determinado familiar resulte
intrusiva y poco respetuosa en relación al paciente y el trabajo del acompañante
terapéutico.
El hecho de que el Encuadre sea abierto no significa que no pueda haber puntos de
cierre, acotamiento o límites, pero estos puntos se van estableciendo desde el
vínculo o desde la clínica.
PLAN DE TRABAJO:
La confección del PLAN DE TRABAJO implica la propuesta de, en primera instancia
determinados objetivos que seràn pensados desde el corto plazo y por otro lado,
también se incluyen las posibles estrategias de intervenciòn.
Si bien, dependiendo del tipo de institución y sus necesidades no podemos hablar de
un único modelo de Plan de trabajo pero si encontramos referencias similares en su
estructura, como ser:
1- Fundamentaciòn del acompañamiento
2- Objetivos, generales y específicos
3- Estrategias de intervenciòn
4- Actividades a realizar con el paciente
5- Cronograma
6- Presupuesto
No debemos olvidar un punto fundamental de todo plan de trabajo que aspire a ser
viable, su necesaria vinculación con la SINGULARIDAD DEL CASO, tengamos
siempre presente que debemos abordar el caso-por-caso.
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En lo que sigue realizamos una síntesis de la estructura del Plan de
trabajo: FUNDAMENTACIÒN
Argumentar, justificar la necesidad del AT con el paciente, considerando las
dificultades y potencialidades del paciente. Especificar la modalidad del
acompañamiento: domiciliario o institucional.
OBJETIVOS
Los objetivos de trabajo los propone el profesional tratante.
Responden a la pregunta QUÈ se quiere logran en el AT.
Ante las dificultades que presenta el paciente sobre qué área/s se hará hincapié
para una mejor calidad de vida.
Van encabezados por un verbo, por ej: “Promover las relaciones sociales de Pablo”
ESTRATEGIAS
Recursos, herramientas a implementar en el AT. Responden al CÒMO… se lograrán
los objetivos planteados.
Transferencia-Discurso-Tipos de ayuda (física: masiva o relativa)-Apuntalamiento
verbal y no verbal- Comunicación alternativa y/o aumentativa- Juego-Contención
emocional al acompañado y su familia- Trabajo interdisciplinario-Observación
Singularidad-Etc.
A partir de las cuales el at va a hacer viable una mejor calidad de vida del
acompañado y un recurso complementario del profesional o equipo de trabajo.
ACTIVIDADES
A partir de los objetivos se plantean las actividades (lúdicas, recreativas, de
aprendizaje, de socialización, etc) que permitirán hacer viables los objetivos del
tratamiento del paciente.
Se debe tener presente que el plan de trabajo que se utilizarà, con cada uno de los
acompañados, siempre se basará en sus debilidades y fortalezas en relación a las
actividades que se llevarán a cabo en el devenir del acompañamiento. Es
imprescindible que el acompañante conozca y respete los tiempos del acompañado,
las modalidades de respuesta, ante las diferentes situaciones de su cotidianeidad,
sus estilos de aprendizaje, sus modos y maneras de ser, su subjetividad.
Las estrategias a implementar, dependen siempre del grado de ayuda que el
acompañado necesita en determinado momento y determinadas actividades.
Encontramos asì que la ayuda puede oscilar entre ayuda masiva a una simple ayuda
verbal.
Es importante destacar que las ayudas son una herramienta fundamental, las
mismas deben ser aplicadas de forma sistematizada y compartidas por las personas
que interactúan con el acompañado.
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Asì podemos encontrar:
AYUDA FISICA→ implican el contacto físico para guiar el aprendizaje, la realización
de una actividad, moldeando el movimiento. A este tipo de ayuda la podemos dividir
en:
Ayuda masiva: moldea la conducta total. Por ej. mostrar cómo realizar la actividad,
què movimientos y gestos participan.
Ayuda parcial: se dirige la ayuda a la parte final de la actividad o en el transcurso
de la misma para sostener la conducta lograda.
Inicia con ayuda: la conducta deseada puede depender solo de un gesto o
movimiento por parte de quìen està moldeando la conducta. Por ej. para que el niño
vaya a saludar a la bandera se lo incentiva a levantarse tocándole el hombro y se le
permite que continúe sólo.
AYUDA VISUAL→ implica indicadores que el niño pueda tomar como modelo,
referencia a seguir. Estos indicadores pueden ser gestos (espera, veni,
señalamientos o posición de colocar objetos, etc.); las referencias visuales como los
carteles, pictogramas, agendas, etc. suelen ser de mucha ayuda en el logro y
mantenimiento de conductas deseadas. Sobre todo por su carácter de
sistematizados y cotidianos.
AYUDA VERBAL→ constituye un apoyo fundamental en determinados momentos del
acompañamiento.
Ayuda masiva: consiste en el moldeamiento de una palabra completa, por ej “No”,
en lugar de gritar cuando algo lo perturba.
Ayuda parcial: se moldea parte de la palabra o el fonema inicial.
∙ Es importante el énfasis en el tono de voz que se utiliza ya que ayuda a resaltar el
estímulo relevante. Controlado, entusiasta, melódico, firme, ayudan a guiar para
poder interpretar una actitud como correcta o no, siempre acorde al lenguaje
corporal.
∙ El contacto físico, debe ser controlado no invasivo, respetando los tiempos de cada
niño.
INFORMES DEL ACOMPAÑANTE TERAPEUTICO:
Resulta conveniente si facilita la comunicación fluida entre los miembros del equipo.
Se puede hacer vía mail, pero depende de a quién este dirigido tendrá sus
particularidades, si se realiza para el psicólogo u otro profesional interviniente, el
coordinador del equipo del Acompañamiento Terapéutico, la Institución, o para el
at./ats. que continúan el turno. Si hay información que es necesario comunicar en
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forma urgente, se puede realizar un llamado telefónico al profesional que
corresponda.
- Los pedidos de informe pueden ser por escrito o de forma oral. - El informe puede
tratarse de un simple registro de situaciones significativas. Aquello que sucede en
la dinámica del vínculo at.-paciente-familia o de algo màs formal. En este último
caso el profesional a cargo del caso puede solicitarlo para evaluar los progresos que
el paciente haya podido realizar según los objetivos planteados en el Plan de
Trabajo. También se mencionan las dificultades y/u obstáculos que se hayan
presentado con el fin de poder realizar modificaciones en los objetivos o las
estrategias que se están utilizando en el acompañamiento del paciente. Un elemento
que puede contribuir a la construcción de un Informe es el registro de las acciones
de seguimiento cotidianas y de evolución del paciente -CRÒNICAS DIARIAS
VÍNCULO TRANSFERENCIAL - at.-paciente-familia-
- El vínculo transferencial define la relación a construir entre acompañado y at., el
tipo de vínculo, cercanía emocional, que se va a construir entre ambos. No es una
relación simétrica, tampoco totalmente asimétrica, el at. debe construir dicho
vínculo, graduarlo, entre ambas. Una relación de simetría trae sus dificultades, pero
tampoco debe haber demasiada distancia.
- El vínculo a construir entre at. y paciente es necesario para el logro de los
objetivos terapéuticos, el cual debe ser efectivo para el paciente pero inactivo para
el at. La creación de este espacio (transferencial) es necesario para provocar o
promover un espacio de confianza donde el paciente pueda expresarse libremente.
- Desarrollar un vínculo desde lo cálido y empático puede dar lugar a cambios
favorecedores para el paciente.
- El acompañamiento es una cercanía emocional de otro, aparece como compañía y
ayuda para el paciente. Para la persona con un padecimiento psíquico, esa presencia
de otro en su vida cotidiana toma una connotación especial. El at. ofrece su
presencia, como semejante, presta la escucha, esta dispuesto al diálogo. El
compartir horas con el paciente determina un tipo de vínculo.
- En el acompañamiento terapéutico se trata más de una disposición que de un
sentimiento de amistad.
- Lacan, en relación a la transferencia dice que el analista no debe responder al
amor con amor, esto también vale para el A.T. , habrá obstáculos en el tratamiento
si el at. se confunde en su rol y puede por ejemplo quedar identificado a ese lugar
del amigo, generándose dificultades cuando aparece alguna tensión, por ejemplo
cuando
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el at. pauta actividades o debe poner límites. En estos casos se debe ratificar el
encuadre. Aunque el at. “parece un amigo” para el paciente no lo es. En la práctica
del acompañamiento, demasiada proximidad va a resultar conflictiva, es necesario
regular esa “distancia intima”, adecuar la mayor o menor simetría en la relación at
paciente-familia.
- La técnica analítica deriva de la necesidad de una escucha, el A.T. también dará
lugar a esa necesidad, pero su respuesta será diferente a la del analista. El at. no
debe quedar entrampado en el lugar de amigo, tampoco puede alejarse demasiado,
debe regular una distancia que permita guardar alguna semejanza en forma
artesanal en cada acompañamiento. Caso contrario podemos escuchar de parte del
paciente “Como me vas a venir con indicaciones y limites si somos amigos”.
- El lugar del at. no debe ser ni demasiado lejos como para perder la posibilidad de
vínculo, ni tan cerca, también se trata de no resultar demasiado asfixiante. Hay una
distancia necesaria, se debe tener mucha cautela en ella.
- Como at. debemos lograr y generar cierta distancia con el paciente a fin de
funcionar de manera adecuada, armónica y operativa.
- El at. debe dejar de ser algo extraño, exterior para convertirse en alguien
significativo para el sujeto.
- En los acompañamientos donde hay varios ats. la transferencia tiene aristas
diferentes con cada uno de ellos.
- La transferencia en un acompañamiento no se la trabaja en términos del
dispositivo analítico, la respuesta del at. es diferente a la del terapeuta, el at. no
interpreta la transferencia.
- Es necesaria una disposición inicial básica para generar algo de empatía
imprescindible, lo que para Freud se encaminaba a instalar algo de la transferencia
positiva (sentimientos tiernos y amistosos).
LA SUPERVISIÒN EN EL ACOMPAÑAMIENTO TERAPEUTICO:
La SUPERVISIÒN debe ser TÈCNICA y ANALÌTICA.
∙ El AT. trabaja para y con el paciente, pero responde a los lineamientos
establecidos necesariamente por un equipo de salud o por un profesional de
la salud matriculado.
∙ Su trabajo artesanal requiere que logren “transformar” estrategias planteadas
interdisciplinariamente en intervenciones que no excedan su función.
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∙ Es de fundamental importancia que se realicen frecuentes supervisiones tanto
de las técnicas de trabajo como de los conflictos psíquicos que acarrea
indefectiblemente el trabajo del acompañamiento terepèutico.
∙ La supervisión tiene por finalidad revisar y discutir si se han llevado a cabo las
indicaciones sugeridas al at.; si han tenido el efecto deseado, y si es
necesario rever la dirección del tratamiento. Implica plantear los objetivos
generales y específicos; evaluar si fueron logrados, no logrados, logrados con
apoyo; como también la entrega de Informes redactados por el at. con el fin
de adjuntarlos a la historia clínica del paciente
∙ Supervisión analítica, es aquel espacio terapéutico donde un profesional
especializado en análisis psicológico trabajo con el at. para revisar las
cuestiones contratransferenciales que puedan obstaculizar el correcto
desempeño de su función. Debe realizarse con una frecuencia mensual (en
caso de no presentarse cuestiones màs puntuales que requieran una mayor
cantidad de encuentros ) es fundamental para el trabajo responsable de los
ats.. Con el objetivo de evitar efectos iatrogénicos en el acompañamiento
terapéutico.
EL EJERCICIO DEL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÈUTICO COMO PROFESIÒN
REQUIERE DE LO SIGUIENTE:
1- Adecuada formación de acuerdo a los lineamientos establecidos por el
Ministerio de Salud.
2- Formación por profesionales competentes.
3- Prácticas en instituciones que permitan que el futuro profesional o profesional
en ejercicio se capacite en lo específico de su función siendo supervisado
constantemente por un equipo de salud.
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PENSANDO INTERVENCIONES
Juan, tiene 66 años al momento de comenzar el acompañamiento. Se encuentra internado hace
varios años en el servicio 12 del Htal Municipal Borda. Tiene un diagnòstico de síndrome
esquizofrénico y hace poco le detectaron diabetes.
Para pensar sobre la incorporación del A.T., al dispositivo de tratamiento es factible hacer una
diferenciación, ya que puede convocarse en dos momentos diferentes: uno, en el proceso de
diagnòstico, y otro, en el tratamiento.
En el primer caso, es el at, quièn brinda datos sobre el paciente al terapeuta, que todavía no
tiene un diagnòstico ni una estrategia de trabajo.
Por el contrario, en el segundo caso es el terapeuta el que aporta datos al at. e indicaciones
precisas para trabajar con el paciente.
Concretamente esto último es lo que sucedió en este caso, debido a que fue la psicóloga de
Juan quien solicitò se incorporarà el dispositivo de A.T.
Cabe mencionar que muchas veces el acompañamiento es convocado para lograr una mayor
independencia por parte del paciente. Esto sucede muy a menudo cuando el dispositivo es
utilizado en un servicio de internaciò psiquiátrica como en el que se encuentra Juan. Sin
embargo, en este caso no fue necesario convocarlo por este motivo ya que Juan se manejaba
perfectamente sòlo sin dificultad. salìa sin problemas los fines de semana a visitar a su
hermano,
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iba a cobrar la pensión fuera del hospital, administraba su dinero, llevaba su ropa a la tintorería,
se mantenía limpio y prolijamente vestido, iba a la peluquería a cortarse el pelo, se compraba
ropa, es decir, que a pesar de llevar años en el hospital, no había perdido su autonomía.
En este caso el dispositivo fue convocado porque Juan debía seguir una dieta a causa de su
diabetes. Por lo tanto, aunque era necesario tener en cuenta la patología psiquiátrica d, el AT.
fue solicitado con el propósito de trabajar sobre una cuestión orgánica en primera instancia.
Es a mencionar que Juan no tuvo nunca un at.
-En relación al encuadre…còmo lo podríamos pensar?
-A partir de lo mencionado…què objetivo/s se podría/n plantear con Juan?
-En què estrategias podríamos pensar?